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Asedio a Justin Timberlake por las memorias de Britney Spears

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‘La mujer que soy’, el libro con las memorias de Britney, ha llegado a las tiendas esta semana. Por supuesto, lo ha hecho dejando un buen número de titulares. Su mala relación con su familia, lo poco preparada que se siente en este momento para volver a la música… o Justin Timberlake.

Uno de los primeros fragmentos que se pasó a la prensa en exclusiva fue que el autor de ‘Cry Me a River’ la obligó a abortar. Además, la habría engañado con otra famosa durante su relación entre 1999 y 2001. Si ya Justin Timberlake era cuestionado por su actitud hacia Britney o con Janet Jackson tras su polémica conjunta en la Super Bowl, en los últimos días esta cuestión se ha agravado. Pagesix publica que Justin Timberlake no va a contestar nada de lo encontrado en las memorias, que no ha contactado con Britney para hablar del tema, pero que «no está contento con lo que está saliendo a la luz en el libro». Ahora, ha tenido que cerrar los comentarios de Instagram.

Efectivamente, no se pueden dejar comentarios en el Instagram de Justin Timberlake, aunque los fans de Britney siguen posteando al respecto en Twitter, por ejemplo recordando reportajes sobre los momentos más oscuros de Justin, como cuando solía usar la palabra «nigger» en privado.

Incluso un tabloide publica que Justin Timberlake tenía programado un gran comeback musical, que habría pospuesto debido al lanzamiento de Britney. Este extremo no se ha confirmado, pero desde luego no parece el momento propicio para que Justin publique un nuevo single. Al menos hasta que pase este chaparrón… si es que pasa en absoluto.

Alberto Iglesias: «La música es algo completamente irreal, está en otro mundo»

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Cristina Hortigüela

Alberto Iglesias publica hoy sus primeros discos de estudio en 33 años. Se trata de dos álbumes independientes que se editan también en un pack de manera conjunta. Basado en textos de gente como Samuel Beckett o Georges Bataille, ‘Asalto al castillo’ habla de un lugar con estancias de difícil acceso, como metáfora de nuestra mente. Y ‘Phantom Songs’ musica igualmente varios poemas, con sus interludios, en este caso en torno a John Ashbery, René Char, Pasolini y Wallace Stevens.

Ganador de 11 Goyas a la Mejor Música Original, desde los tiempos de las primeras de Médem hasta las últimas de Almodóvar; y nominado hasta a 4 Oscar, Alberto Iglesias me recibe con tiempo, tranquilamente, en las oficinas de Quartet Records. Alguien me advierte de que su timidez no consentirá el formato podcast, pero él prefiere definirse como «pudoroso». Cuando le digo que vengo del mundo del pop, por si se asusta de mis preguntas, exclama «¡Tampoco soy un carcamal!». «Si lo fueras, no estaría aquí», es lo único que se me ocurre como respuesta. Con todo el respeto del mundo, escucho a una persona dispuesta a hablar de psicología, poesía, y por supuesto, música y cine.

Sacas dos discos a la vez. ¿Son como tus dos propias películas? ¿Qué relación tienen entre sí para ir dentro del mismo pack?
Son dos obras distintas, pero unidas por la voz lírica. Ambas tienen textos, hay poemas. Cada uno es una obra de 9 o 10 tracks. Tienen la idea de ir a un lugar, de un viaje. El primero es ‘Asalto al Castillo’, como el castillo de Kafka: un lugar raro, impenetrable. Pienso que todos tenemos ese castillo impenetrable en la cabeza. Mucha música, no solo la clásica, ha tratado de ir a esos lugares donde no entiendes bien las cosas. El disco va pasando por varias estancias: la crueldad, el instinto sexual… Y ‘Phantom Songs’ es otro lugar en el que hay fantasmas, que están representados por un coro. Los fantasmas tienen problemas con el lenguaje. Es una escritura más impenetrable y por eso salen los poetas, que son los que saben qué es la palabra. Hacen canciones, son los que tienen la luz.

Empezando por el «Castillo», hay una sensación de claustrofobia en ‘Aquí no hay nadie’ o en las voces de ‘Double Meaning’. Pienso en alguien encerrado en un «Castillo», pero tú hablas de «Asalto». ¿Qué es el «Asalto» para ti?
«Asalto» es desentrañar, abrirte paso entre algo complejo. La metáfora última del castillo es tu propio cerebro, cómo entrar en tus propios lugares. Tendemos a pensar que el inconsciente es una capa profunda y yo creo que es muy superficial. Está no solo en el sueño, sino en las cosas que relacionamos involuntariamente, en las reacciones que no medimos. El inconsciente está ahí, latiendo con sus memorias, con las heridas. La idea es asaltar algo para entenderlo mejor, pero no es todo sufrimiento, también está vinculado al hedonismo. Asaltar al placer, a algo que te haga mejor.

¿Dónde encontramos en el disco esa parte más hedonista?
En los textos de Bataille. Son poemas eróticos. Hablan directamente del placer, son muy literales. Están en francés, y el francés suaviza las cosas, por lo menos a los que no somos franceses (risas). He compuesto la música para que lo que puede parecer soez sea espiritual. Por otro lado, la primera pieza, que son textos de Beckett sobre el «no sentido», me parece muy hedonista porque juega con el ritmo. Aunque las palabras no tengan sentido, me transportan, que es algo que pasa también en el mundo del pop.

En el pop el sexo a veces aún es un tabú. Rosalía y artistas de reggaeton son cuestionados por hablar de sexo. En el mundo de la música clásica será aún peor…
Es un mundo secreto y aquí también es una pieza secreta. No está hecha para buscar discordia sino para hablar de la intimidad máxima. El sexo como la parte más espiritual, no como una cosa que ofende. Los poemas de Georges Bataille son crudos en su literatura, pero contienen esa idea de trascendencia que tiene el sexo y que te une con lo mejor del espíritu. Salir de ti. El sexo es pasar a ser otro, o un estado de máximo placer, o salir de ti mismo.

En este disco hay también un juego de realidad e irrealidad, ¿verdad?
La poesía, aunque habla de la realidad, se pone en un lugar que es una frontera entre lo comprensible y lo no comprensible. Tiene dobles sentidos, metáforas ocultas. Está en ese borde de la realidad que cada lector asume a su manera. Cada uno lo interpreta libremente. Y luego está la música, que es completamente irreal, está en otro mundo, con otro lenguaje y se relaciona con el mundo de las palabras de manera extraña, intentando rodear, seducir. En esos dos polos me muevo y se mueve siempre la canción. La canción juega siempre con el significado y con algo más. No es lo mismo leer la letra o el verso, que que ese verso esté cantado.

Hay un fragmento que me llama la atención en ‘Antífona 3’, en que la composición se agita y la voz dice: «yo siempre usé las palabras de otros diciendo que me pertenecían». ¿Qué significa para ti?
Ese fragmento está escrito por mí. Al coger textos de los poetas y hacerlos míos parece que yo he escrito esos textos. Aunque he cogido estos poemas, no me pertenecen. Lo que dicen es de ellos. En todos están pedidos los derechos y no hay ningún problema, pero no es una cuestión de derechos. Al poner música a un poema de Wallace parece que hago mías sus palabras, y no son mías. Hay un respeto a los poetas.

«La música es completamente irreal, está en otro mundo, con otro lenguaje y se relaciona con el mundo de las palabras de manera extraña, intentando rodear, seducir»

Me da la sensación de que ahí estás hablando desde tu propio ego. Normalmente musicas películas, supongo que tras ver un montaje o leer un guión, pero aquí te conocemos como autor. Hay más de tu ego. No partes de un guión ni un montaje. Es una manera de conocer tu pensar. Hay mucho de ti.
Hay mucho de mí y de mí inconscientemente. No es una obra confesional. No es mi ‘Dolor y gloria’. Es un experimento, es una aventura. Quedan muchas cosas de mí. ‘Antífona 3’ es la que más tiene de mí. El hecho de haber escogido esos poemas sí que significa algo. Porque, ¿qué hay de mí en las películas? Es una huella blanca la que dejo. Es mi aportación a una narración. No hablo tanto de mi intimidad. Aquí sí. Diciendo «esto es el castillo, voy a entrar», estoy haciendo una historia. El poema te somete a narrar. Se revelan cosas mías, por supuesto.

¿Hay una narrativa: presentación, nudo y desenlace? ¿O son más bien fotos de estancias, como decías?
Un cineasta clásico se quejó una vez a Godard de sus estructuras. Le dijo: «por lo menos pon presentación, nudo y desenlace». Y Godard respondió: «¡Sí, pero no en ese orden!» (risas). Hay una cosa más oblicua. No es narrativa. A lo mejor hay un poema donde se cumple: el de Pasolini es más narrativo. Habla de su vida, tiene una estructura, que puede ser un cuento. Pero hay otros que por la atomización de coger frases, no tienen una estructura clásica.

Alberto Iglesias | Phantom Songs (Making off) from RLM on Vimeo.

¿Ves este proyecto como un disco? Porque hay poemas, obviamente te veo como autor de bandas sonoras y eso da un toque narrativo, y no sé si imaginas una presentación en directo. A su vez, es tu primer disco desde los años 90. ¿Para ti es un disco o es una obra más transversal?
Es música que me acompaña continuamente, que va evolucionando. Hay fragmentos que han pasado a ser algo como de una película, no literalmente, pero sí está muy mezclado. No dejo de ser un compositor de bandas sonoras en este proyecto, pero es una música secreta que voy componiendo. Tengo esta doble vida (risas) entre un autor al que le dan dos meses para hacer un proyecto, y otro con más tiempo que se extiende. Lo que me ocurre en el cine repercute de muchas maneras.

En ‘Los amantes del círculo polar’ trabajaste con una especie de oboe de estepas siberianas, en ‘Todo sobre mi madre’ con un vibráfono por los tangos, porque Manuela era argentina. ¿En este caso hay instrumentación relacionada con fantasmas o castillos?
Hay varias. En ‘Phantom Songs’ hay un sho, un instrumento japonés. Es un órgano de boca que produce un efecto especial, como de venir de otro mundo. Esa era la idea. Mezclado con las voces trata de sugerir algo fantasmático. Pero no es un fantasma aterrador. Es un fantasma hedonista. Es una tiniebla iluminada. Trabajé muchos episodios para ese instrumento tan mágico. Alternado con las voces, te acerca a esa idea de «no tiempo», de estar suspendido en el tiempo.

En ‘Something There’ hay elementos electrónicos. También en ‘Antífona 3’. ¿Cuál es tu relación con la electrónica, con los sintetizadores?
La he practicado desde que se hicieron los primeros sintetizadores. No estrictamente, pero en el 78 en Barcelona estaba estudiando en un laboratorio de música electrónica, con un sintetizador todavía monofónico, cuando la música electrónica trataba de ampliar el espectro sonoro, cuando era un experimento, cuando las vanguardias de la música clásica la estaban usando. Me gusta muchísimo. Decir «me gusta la música electrónica» es como decir «me gusta la música»: hay muchas músicas electrónicas. El valor de la repetición para mí es muy importante. Me ha gustado siempre la música repetitiva. También tiene asociación con el secuenciador, que apareció en los 70. Las posibilidades de la secuenciación son muchas.

¿Qué autores u obras de música electrónica te gustan?
La primera de Stockhausen, Kraftwerk… he tenido mucho contacto con la música electrónica. Sigo experimentando y jugando. En el cine he usado muchos elementos así.

Hablando de repetición, ‘Late Echo’ va de eso. Se basa en un poema de John Ashbery y dice algo así como «no queda nada sobre lo que escribir (…) es necesario escribir sobre las mismas cosas (…) repetir las mismas cosas una y otra vez para que el amor perdure». ¿Por qué has escogido este poema?
Me gusta la repetición en sí misma, como un objeto. Ashbery dice que para que el amor funcione tenemos que repetir. Es modestia. Es sencillez. Pero si lo aplicas, da una energía muy especial. Abre la pieza una batería, pero podría haber sido una secuencia electrónica, tuve esa idea. Quería evocar en un mínimo tiempo algo que se repite, y al final es como un swing. También habla de las hormigas mirando la naturaleza.

Hemos visto a Morricone y a Hans Zimmer actuar en espacio grandes. ¿Te ves en un Teatro Real interpretando estos discos o tus bandas sonoras?
Sí. Sería muy interesante. Algunas cosas hemos hecho o han hecho. Me gustó mucho una interpretación que dirigió Carlos Mena, el contratenor de este disco, de la suite de ‘La piel que habito’ con la Orquesta de Granada. Que además recoge elementos de ‘Cautiva’. La suite no es nada conocida, pero si pusiéramos esa suite y un trozo de ‘Phantom Songs’, no dirías que son géneros diferentes.

Cristina Hortigüela

De hecho, ‘Los vestidos desgarrados’ de ‘La piel que habito’ me suena conectada a piezas de ‘Asalto al castillo’ como ‘Aquí no hay nadie’ y «Naturaleza muerta». Por la sensación de nervio y agitación…
Sí. Hay un arrebato. Es un contraste que me gusta mucho. Como si tuviera en mi castillo una parte tranquila y de repente entra lo otro. El deseo de ir a otro lado. O incluso la vergüenza de haber hecho algo.

La palabra «arrebato» me parece muy potente, pero por Zulueta te pregunto otro día porque si no, no nos vamos…
Ya…

En este disco hay una pieza llamada ‘Early Music’. ¿Cómo recuerdas tus primeros trabajos? ¿Los recuerdas con la misma vergüenza que normalmente los artistas pop sus primeras maquetas?
No lo sé (risas) No he llegado a una perfección de espíritu tal que mire atrás y diga «qué maravilla, qué ingenuo, qué frescura, qué bueno era antes». No miro mucho atrás. Este ‘Early Music’ mira un poco atrás y trata de recrear una música primaria, sobre todo en la última parte, que hay un dúo a dos voces, sin texto, lo imaginé como un dúo amoroso, pero en un lenguaje distinto, casi de murmullo. De querer decir algo pero no saber cómo. Podría ser un canto primitivo de cortesía o cortejo.

«‘La mala educación’ me gusta mucho. Cuando vuelvo hacia atrás no me parece que la haya hecho yo y me parece una sensación muy interesante»

¿Hay alguna obra tuya que entiendas infravalorada?
No sé… No me fijo mucho. No tengo resquemor. De verdad, no es por hacerme el bueno. A veces no hubiera esperado un premio de ninguna manera. He tenido mucha suerte.

¡La suerte no existe! Odio que me digan que he tenido mucha suerte con mi trabajo…
Me lo he currado mucho. Es un día bueno y otro no es tan bueno. Para no escaparme de tu pregunta… ‘La mala educación’ me gusta mucho. Cuando vuelvo hacia atrás no me parece que la haya hecho yo y me parece una sensación muy interesante. Creo que no tuvo ningún premio, pero a Pedro le gustó mucho. Hay otras partituras más valoradas, pero esa me gustó mucho.

En el cine de Almodóvar hay dos películas en una a veces, distintos tiempos o distintas narrativas. ¿Te condiciona para cómo trabajas la música?
No recuerdo haber hecho algo en que la música sea tan determinante para diferenciar tiempos distintos. No ha sido una categoría esencial.

¿Cómo recuerdas tu primer encuentro con Almodóvar?
Estaba un poco acojonado porque era una figura muy importante. Tiene un estilo muy personal, propio, pero también si aguantas que te digan la verdad… Sabía que me iba a decir si algo le gustaba o no. Siempre ha sido muy frontal. Una cualidad muy suya es arriesgarse, decir la verdad. Es un artista con una moral muy fuerte. Es un ejemplo moral. Aplicado al arte me parece muy valioso.

¿Cuándo te ha dicho «no me gusta» o «no me encaja»?
Muchas veces he hecho algo que no era lo más adecuado. Siempre que pasa con él o con otros cuesta reaccionar. «¿Y ahora qué hago?». Pero también son momentos que si sabes reconvertirlos, son muy valiosos. Pasar por una cuerda que se tambaleaba. Otras veces, en general, ha sido muy fluido, y la música ha conectado con lo que decía la película.

¿Vives en Donosti?
Voy mucho, pero vivo en Madrid.

«Nunca me ha gustado Hollywood. Se nota que eres parte de un mecanismo»

Te preguntaba porque has trabajado con muchos cineastas de Estados Unidos, has trabajado con directores súper importantes. ¿No te ha tentado irte allí y ser uno más?
Nunca me he visto en ese mundo, no me convenía. Es un lugar efervescente, una industria muy poderosa. He pasado temporadas, mi novia -ahora mi mujer- estudiaba allí. Iba, pero no me gustaba el modelo. Se nota mucho que es algo muy industrial, que eres parte de un mecanismo. No digo que aquí no te sientas parte de un mecanismo, pero hay cosas que te hacen sentir en un medio más amable. Puedo conectar con algo que me deja vivir mejor.

¿Te reconocen por la calle?
No. Alguna vez alguien me saluda…

¿Te gusta pasar desapercibido?
Sí. Nunca pienso que soy conocido, voy tan tranquilo…

«Estar pendiente de premios te puede llevar a recibir muchos golpes. La fama no me importa mucho»

¿Nunca te pasa que vas con alguien del mundo del cine y a esa persona le piden una foto y a ti no, y tú tienes muchos más premios?
Los músicos no tenemos tanta exposición y eso es muy bueno. Estar tan pendiente de premios y progresión es una putada, te puedes llevar muchos golpes, tener muchas esperanzas con algo y que no ocurra. Me gusta ser atrevido pero hay una parte en la que tengo que protegerme. Hay cosas que no quiero desear, para ser más fuerte. He dirigido mis deseos hacia otro lado. Es algo complejo. Recibimos sacudidas de la realidad por todas partes. La fama no me importa mucho.

Finalmente, se dice que un montaje puede salvar una mala película, ¿pero y una banda sonora?
Yo creo que no. La puede hacer más digerible, pero si es un hueso, el hueso aparece y duele. Puede hacerla más amable; o que a algo que no está conseguido, que no le prestes atención. A mí no me ha pasado, tener que trabajar para engatusar… Sí creo que la música actúa sobre muchos resortes, y uno es la duración. A lo mejor es el primero. La música sí puede ayudar a la vivacidad o al apaciguamiento. En esos valores temporales sí actúa muy bien. Y en la identificación de los personajes.

Taylor Swift saca ‘Slut!’ del baúl de ‘1989’

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Taylor Swift continúa en pleno proceso de regrabaciones para ser dueña de su música. De esta forma, la artista está revisitando la música de su pasado y volviendo a recorrer aquellas eras. Hoy, la artista ha escrito una nueva página con el lanzamiento de ‘1989 (Taylor’s Version)’, el álbum que la catapultó a la fama. Y ha aprovechado para sincerarse sobre lo que sentía cuando salió el disco original en 2014.

En un extenso prólogo al inicio del libreto de letras que viene con el disco físico, Taylor Swift ha explicado la importancia de ‘1989’ en su carrera musical cuando tan solo tenía 24 años: «Decidí reinventarme por completo». Sin embargo, la artista explica que aquella época no fue fácil para ella y también reflexiona sobre la sexualización que sufrió por parte de los medios de comunicación.

«En los años anteriores me convertí en el blanco del «slut shaming» (tildada de puta), cuya intensidad y ejecución serían criticadas y denunciadas hoy en día. Las bromas sobre mi cantidad de novios, el menosprecio a mi composición como si fuera un acto depredador de una psicópata que estaba loca por los chicos, los medios alimentando esa narrativa. Tenía que detenerlo porque estaba empezando a doler», confiesa.

Además, añade que «quedó claro para mí que no podía tener citas casuales o incluso tener un amigo con el que salir». «Si me veían con él, se daba por hecho que me acostaba con él. Así que renuncié a salir con chicos, a tener citas, a flirtear o a cualquier cosa que pudiera ser utilizada como arma contra mí por una cultura que afirmaba creer en la libertad de la mujer, pero que me trataba constantemente con los duros códigos morales de la época victoriana», continúa.

Como respuesta a aquella situación, Taylor Swift escribió ‘Blank Space’, una sátira en la que interpreta al personaje que sentió que los medios habían escrito para ella. Casi una década después de su lanzamiento, hoy la artista publica ‘Slut!’, un descarte del disco que no sacó en su momento porque se decantó en su lugar por ‘Blank Space’.

El nuevo tema, que finalmente ve la luz, presenta a Swift asumiendo el rol de «puta» que parte de la sociedad le había asignado en aquel entonces. «Y si me dicen puta, sabes que podría valer la pena por una vez», canta descaradamente, dispuesta a ser llamada de esa forma siempre que sea por salir con el indicado.

Pese a ello, la artista recuerda con cariño ese momento de su vida: «Había mucho que no sabía, y mirando atrás veo las cosas buenas. Esa época estuvo marcada por el tipo correcto de ingenuidad, hambre de aventuras y libertad que no había saboreado antes».

Miguel Bosé prepara un musical, un disco y una gira para 2024

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Miguel Bosé ha aparecido esta mañana en la presentación de la readaptación de ‘Bosé’, una serie sobre el cantante que se estrenó en marzo en la plataforma SkyShowtime y que en noviembre llegará a Telecinco. Allí, ha confirmado que está trabajando en un musical, un disco y una gira.

La noticia de los proyectos en los que se encuentra sumergido actualmente el artista ha venido acompañada de una fecha: 2024. Miguel Bosé confirma que, debido a la pandemia, tenía todo muy adelantado. Ha trabajado durante “muchos años en los que no se sabía de mí y que se sumaron a estos parones terribles en todas las profesiones”.

El cantante no ha querido dar más detalles acerca de los proyectos, por lo que todavía habrá que esperar para conocer cómo será su próximo trabajo discográfico o el musical que pretende sacar adelante.

Within Temptation expone el beso de Rubiales en ‘Ritual’

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Uno de los principales temas del verano en nuestro país fue el beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. La futbolista, que acababa de ganar con la Selección Española el Mundial de Fútbol, recibió un beso del que en ese momento era el presidente de la RFEF. El suceso ensombreció la victoria de España y sirvió para concienciar sobre el machismo en todo el mundo.

El beso no consentido de Rubiales a Jenni acabó acaparando los titulares de los principales medios internacionales. Y, hoy, también llega a Países Bajos. Within Temptation ha recreado dicho beso en el videoclip de ‘Ritual’, single de su recién publicado álbum ‘Bleed Out’.

El videoclip, alejándose completamente de la letra de la canción, trata de lanzar un mensaje feminista a medida que expone diferentes situaciones machistas. En cada una de ellas, es la mujer, convertida en bestia, la que acaba derrotando al hombre que la acosa.

Aparte de por la representación del lamentable beso de Rubiales, el videoclip también ha destacado por el uso de la inteligencia artificial, aunque obteniendo críticas mayoritariamente negativas por ello. Todas las imágenes animadas del vídeo fueron creadas a partir de IA.

Hidrogenesse, Ginebras, Mikel Izal… en Low Festival 2024

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El Low Festival arranca ya su temporada 2024 con los ocho primeros nombres del cartel de su próxima edición: Mikel Izal, Ginebras, Shinova, Hidrogenesse, Repion, Shego, Sienna y Vatacholo encienden la mecha de un line-up que promete volver a posicionar al festival como un referente en las citas musicales del verano.

Una de las confirmaciones más interesantes son Hidrogenesse, justo junto son noticia por estar detrás de ‘la Mesías’ y por haber publicado el disco “Ciutat de Sorra”, con la música creada para la exposición de David Bestué del mismo título.

Los abonos generales, VIP y VIP POOL, ya están disponibles. Los abonos para Low 2023 vuelven a estar disponibles desde 59,99 solo hasta agotar cupo en www.lowfestival.es o en www.entradas.com. El precio irá subiendo conforme se agoten los cupos. Low Festival 2024 volverá a la ciudad de Benidorm el viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de julio.

Holly Humberstone / Paint My Bedroom Black

Los espacios claustrofóbicos, como representación de esa mente que no encuentra la paz, que anhela en el mismo grado conexión y soledad, además de manera simultánea, son recurrentes en la obra de Holly Humberstone. ‘Falling Asleep at the Wheel’ era su primer éxito. Después, el single ‘Haunted House’ y el EP ‘These Walls Are Way Too Thin’ hablaban de otros lugares que han inspirado las letras de Humberstone para bien o para mal.

Una casa infestada de ratas en Londres, el hogar familiar que ya es tan solo un recuerdo, ahora los hoteles desoladores perdidos de la mano de Dios en algún pueblo de América, en los que tiene que dormir durante las giras, han ido dando forma a un repertorio preocupado por la imposibilidad de asentarse en un lugar, físico o mental.

Holly Humberstone, que se ha ido de gira con Olivia Rodrigo y girl in red, sabe lo que significa estar lejos de sus seres queridos. Pero, además, ella vive atormentada por no poder darles la atención que merecen. Como cuando eres feliz pero no lo disfrutas porque sabes que va a durar poco, también ‘Paint My Bedroom Black’ se divide entre esos dos estados, uno “feliz y extrovertido” y otro introvertido, “en que quiero que el mundo pare y encerrarme en mí misma”.

El debut oficial de Humberstone (antes llegó el minidisco ‘Can You Afford to Lose Me?’, que reunía muchos de sus singles publicados hasta la fecha) sabe representar ese limbo emocional a través de canciones que suenan melodramáticas e introspectivas al mismo tiempo. La culpa marca ‘Antichrist’, hija del sonido de ‘Midnights’ de Taylor Swift y no solo porque contenga la frase “yo soy el problema”; y también ‘Into Your Room’, que, virando hacia el estilo influido por los ochenta de The 1975, contiene frases como “odio lo mal que te he tratado”. Holly incluso dedica una canción a una amiga con la que perdió el contacto por culpa de la vorágina de las giras. A ‘Lauren’ expresa que, “en mi defensa, nunca deberías confiar en una chica que duerme con un colchón en el suelo y tiene mil mensajes sin leer”. Al final, concluye: “espero no me odies”.

El estilo de Humberstone es conversacional, íntimo, y por tanto tiene sentido que sus canciones se inspiren en la música de raíces americana, aunque ella sea británica. Sin embargo, Holly no tiene miedo de exhibirse, textualmente, “patética” en sus propias canciones, lo cual le abre a mostrarse especialmente vulnerable. En la animada ‘Cocoon’, de influencias country, declara que se ha convertido “en una taxidermia de mí misma”, afectada por la depresión, que solo puede aliviar mirando episodios de ‘The OC’, y en el folk-rock ‘Ghost Me’ “llora toda la noche” y busca sus síntomas en Google “aunque sé que no es buena idea”.

Esta gracia contando sus propios miserias ayudan a relativizar el peso de un disco en realidad bastante oscuro, en el que los efectos electrónicos, hipnóticos y turbios, tratan de representar esa claustrofobia que vive Humberstone en su mente. Así, algunas canciones pueden recordar a los Red House Painters, como la ensoñadora ‘Kissing in Swimming Pools’, explorar la intimidad de un vocoder en ‘Baby Blues’ o sonar tan R&B como ‘Girl’. Pero al final es la preciosa ‘Room Service’, en toda su sencillez, la que nos convence de que ‘Paint My Bedroom Black’ es un buen sitio en el que estar, al menos, durante un rato.

‘la Mesías’ convierte a Papa Topo en otro capítulo sublime

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Este jueves se ha compartido en Movistar+ el impresionante cuarto capítulo de ‘la Mesías‘… tras el trauma que supuso el tercero. El retrato de una España devota hasta los extremos duele como el cine social más descarnado que se ha hecho en Europa.

La nota de humor la continúa poniendo la música, como esa incursión de ‘Baladas en español’ de Roxette, probablemente el álbum más kitsch de la historia, o el cameo que en el mismo episodio han protagonizado PAPA TOPO. Encantado de participar, el grupo hace más o menos de sí mismo.

Tocan en un festival que aparece en la serie su tema disco ‘Sangre en los zapatos‘… solo que la letra se ha transformado en una experiencia religiosa. Ahora el tema se llama ‘Tengo estigmas en las manos (Señor)’. La letra está completamente renovada, pero no la producción original de La Casa Azul.

Para ponerse en la piel de este grupo en un universo paralelo, PAPA TOPO imaginaron que «la ultraderecha había ganado las pasadas elecciones generales, teniendo que abandonar el mariconeo y el rojerío para convertirse en LOS PAPA MOVILS, una banda de pop católico que alaba los milagros del Señor en macrofestivales religiosos».

La nueva letra indica que “La gente admira las llagas que el Señor me ha dado / Una endeble señal de unión con el amado / Dios me ha marcado como a una oveja del rebaño / Soy viva imagen de Cristo Rey crucificado”. Desde Elefant aseguran que pronto habrá novedades discográficas de PAPA TOPO.

Por otro lado, os recordamos que la música original que estáis escuchando estas semanas en ‘la Mesías’ es de Refree, pero las canciones del grupo imaginario Stella Maris las han compuesto Hidrogenesse.

María José Llergo NO «pelea como una chica» en ‘Lucha’

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María José Llergo publica hoy su primer disco, tras haber captado la atención de crítica y público con ‘Sanación’. ‘Ultrabelleza’ viene presentado por singles como ‘Rueda, rueda’ y ‘Superpoder’ y el “focus track” que se ha escogido para las novedades del viernes es el corte titular.

Pero son especialmente llamativos los dos últimos temas del álbum: ‘Lo que siento’, que habla de su relación con el escenario, y ‘Lucha’, que habla de feminismo. Esta última es nuestra Canción del Día para este viernes.

Estamos ante uno de los temas más rítmicos de ‘Ultrabelleza’, y también uno de los más tarareables. Como Tracey Thorn en su tema ‘Sister’ -aunque en otro estilo-, María José Llergo se pregunta qué demonios es el concepto de “pelear como una chica” o “correr como una niña”. También se burla de quien parece no haber visto nunca una mujer: “¿es que no has visto nunca una mujer? Pero naciste de una mujer. ¡Aquí tienes una!”, desafía.

María José Llergo se reconoce influida por Beyoncé en entrevista con JENESAISPOP, y en concreto por ‘Formation’, que justo aglutinaba lucha racial con componente feminista y LGTB+. De hecho, la libertad sexual es otro de los temas principales de ‘Ultrabelleza’, como se refleja en temas como ‘Novix’.

Sobre este temma de ‘Lucha’, nos cuenta: “Le preguntas a los chicos cómo corren las chicas y responden como con debilidad. Casi con una forma cómica. Una caricatura de nosotras. Y sin embargo, todo el mundo nace de una mujer, y parir es el mayor acto de fortaleza. ¡Para que luego nos definan como el sexo débil en los diccionarios! O como para que censuren nuestros pezones y no los de los hombres, siendo exactamente iguales”.

Cada tema del disco tiene unos visuales distintos para Youtube. Os dejamos con el correspondiente a ‘Lucha’, relacionado con la «madre» naturaleza.

RFTW: Taylor Swift, Sofia Kourtesis, Azealia Banks…

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Hoy 27 de octubre se edita el esperado nuevo disco de Sofia Kourtesis que llevamos hypeando todo el verano. También es el turno de la “Taylor Version” de ‘1989’, el álbum más popular de Taylor Swift, presentada por la inédita “Slut”.

Entre los discos que se publican en nuestro país, hay grandes lanzamientos como Alberto Iglesias, María José Llergo, Sidonie, PUTOCHINOMARICÓN, El Buen Hijo, The New Raemon, Remate, Niña Polaca, airu o Nil Moliner. Entre los discos internacionales, OMD, Duran Duran, King Gizzard & The Lizard Wizard, James Blunt y un EP de Sigrid.

Puede que el lanzamiento de Swift haya desanimado a otras popstars, así que las novedades internacionales son más bien de corte medio underground, como Azealia Banks, Poppy o ashnikko. También hay nuevos temas de gente como Future Islands, Yard Act o The Big Moon.

En nuestro país hay nuevos singles de Delaporte con Alice Wonder, Paula Cendejas, TRISTÁN! o trashi, así como de Miss Caffeina, que presentan el bonus track de su último EP, que sale en vinilo. Además, Javiera Mena y Depresión Sonora continúan con el juego de versiones mutuas de artistas gestionados por Sonido Muchacho, y Triángulo de Amor Bizarro lanzan nuevo single de su disco ‘SED’.

Lady Gaga canta varias canciones con U2 en Las Vegas

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Lady Gaga está sacando a pasear su afición por el rock en sus últimas apariciones públicas. Hace escasos días ha actuado en directo con los Rolling Stones para cantar por primera vez en vivo su tema conjunto ‘Sweet Sounds of Heaven’, que aparece en el nuevo disco de los Stones, el decepcionante ‘Hackney Diamonds‘ (y no por este tema precisamente).

Esta noche, Gaga ha sido la artista invitada en el concierto de otro grupo de rock veterano, U2. Los de Bono están metidos de lleno en la ejecución de su residencia en Las Vegas, ‘U2: UV Achtung Baby Live’, donde repasan su mítico disco de 1991, y Gaga, que acaba de completar la última parte de su propia residencia en la ciudad del pecado, ‘Jazz & Piano’, se ha pasado a saludar.

Vestida de cuero, Gaga ha cantado con U2 dos temas del repertorio de la banda británica, ‘All I Want is You’ y ‘I Still Haven’t Found What I’m Looking For’, y de su catálogo propio, con la ayuda de U2, ha recuperado su éxito ‘Shallow’.

Presentando a Gaga al escenario, Bono ha dicho que es «la mujer más audaz y vivaz en cualquier lugar en que esté» y la ha llamado «divina». Siguiendo con las analogías religiosas y místicas, Bono, además, ha declarado que Gaga es la «virgen vestal de Las Vegas».

Lady Gaga, muy presente este año (o más bien su nombre), gracias al hit de Peso Pluma, no publica single propio desde 2022. ‘Hold My Hand’, su canción para ‘Top Gun’, recibió sendas nominaciones a los Oscar y los Globos de Oro. Recientemente, Gaga ha sido vista saliendo de un estudio de grabación en Nueva York, pero no parece que el sucesor de ‘Chromatica‘ (2020) vaya a llegar muy pronto.

Beyoncé anuncia la película del Renaissance Tour

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Si hace tan solo unas semanas conocíamos que Beyoncé estrenaría en diciembre una película sobre su Renaissance Tour, hoy se han confirmado nuevos detalles respecto a su estreno y se ha desvelado el póster oficial.

Beyoncé anunció la película de su gira en mitad de su último concierto en Kansas City a principios de este mes, donde también mostró el tráiler. La película, que contendrá principalmente actuaciones de la artista, incluirá imágenes de los visuales de ‘Renaissance’, de su gira, así como imágenes documentales detrás del escenario.

La película de la gira del que para JENESAISPOP fue el segundo mejor álbum de 2022 también llegará a España. Según se ha podido saber hoy, la película se estrenará en todo el mundo el 1 de diciembre, con entradas a la venta a partir del 9 de noviembre.

Beyoncé sigue el acuerdo que Taylor Swift, con el estreno de la película de su The Eras Tour, hizo con la cadena de cines AMC Entertainment. Ignorando a las grandes distribuidoras como Universal, Disney o Paramount, la película se estrenará directamente en las salas de cine sin pasar por intermediarios.

Para conocer más detalles sobre la película habrá que esperar hasta las dos premieres que ya hay programadas. La primera de ellas tendrá lugar en Los Angeles el 25 de noviembre, posiblemente en el mismo edificio de AMC en el que Taylor Swift hizo su premiere con la propia Beyoncé como invitada. La segunda, el 30 de ese mismo mes en Londres.

‘Mil veces’ es el mejor single reciente de Anitta

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Fuera ya de Warner, y fichada por Republic Records, Anitta está publicando música a saco. Su intención parece ser construir un nuevo repertorio basado en los ritmos del funk carioca que la dieron a conocer allá por 2017, pero que no renuncie a probar diferentes sabores.

Disponible desde hace días, ‘Mil veces’ puede ser el mejor de los singles recientes de Anitta. Aún apegado a un animado groove de favela funk, ‘Mil veces’ sabe ser tan «envolvente» como ‘Envolver’… e igual de «radio-friendly». Suma ya cerca de cinco millones de streamings, y seguro que su videoclip, protagonizado por Anitta y Damiano de Måneskin, ha tenido algo que ver.

Previamente a ‘Mil veces’, Anitta ha lanzado una serie de singles que ha agrupado en un EP llamado ‘Funk Generation: A Favela Love Story’. El principal, ‘Funk Rave’, ha llegado con un sonido contundente diseñado para los clubs. ‘Used to Be’ ha sido el apañado single posterior, que sin ser igual de bueno que ‘Mil veces’, no está mal. El más flojo es ‘Casi casi’, que se queda a medias de igualar los méritos de los singles previos.


Curiosamente, ninguno de estos singles es el más escuchado de Anitta en este momento. ‘Back for More’, su colaboración con la banda de k-pop TOMORROW X TOGETHER, ocupa la primera posición de los temas más escuchados de Anitta en Spotify.

Silvana Estrada lanza su oda a un amor no correspondido

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Silvana Estrada ha publicado nuevo single. ‘Qué problema’ es su oda a un amor no correspondido, y adopta una forma de balada conteniendo influencias del jazz y el folk americano. «Cuando dos personas se quieren pero solo una tiene la voluntad de probar… es una situación difícil de manejar, las personas no somos claras, vamos y venimos», cuenta la mexicana sobre ‘Qué problema’. «Nos hacemos mucho problema por no decir las cosas. Este fue mi intento por decirlas».

‘Qué problema’ es uno de varios singles publicados por Estrada en 2023. Antes ha sido posible escuchar ‘Milagro y desastre’. El tema indaga en la idea de que «los grandes acontecimientos que te cambian la vida siempre son milagros y desastres al mismo tiempo», y muestra una evolución en su mismo desarrollo musical, pasando de la nana tocada con un piano eléctrico, a la entrada de unas cuerdas y, a continuación, de unas animadas percusiones. «En esta canción quise reivindicar todas las caras del amor, incluso del amor que duele cuando acaba», relata la cantautora. «Pienso que la relación milagro y desastre es pendular y el movimiento de la vida siempre va de un extremo a otro. Ahí está su magia y la magia del tiempo».

Curiosamente, Estrada ha lanzado también este año dos interesantes versiones. Por un lado, su cover de ‘Tom’s Diner’ se ha sumado al cánon de adaptaciones de este famoso a cappella escrito y cantado por Suzanne Vega. Al contrario que DNA o Giorgio Moroder, Estrada ha optado por una interpretación completamente basada en un juego de voces, fiel a la original.

Más sorprendente ha sido la versión de Estrada de ‘Forever‘ de CHVRCHES, adaptada al español con el título de ‘Para siempre’. Estrada transforma el hit synth-pop de CHVHRCHES en una cancioncilla folk que ya no puede desentonar dentro de su repertorio propio.

Marchita‘, el primer álbum de Silvana Estrada, fue uno de los mejores de 2022 para JENESAISPOP. Después llegó el EP ‘Abrazo’.

Cher / Christmas

¿Cómo te imaginabas el disco navideño de Cher? Había 2 vías posibles: por un lado, un regreso a sus inicios de los 60, algo clásico, cercano al sonido de Phil Spector en su disco ideado para estos fastos, el mítico ‘A Christmas Gift for You from Phil Spector’. Al fin y al cabo, ella trabajó con él. Y por otro, un récord Guinness de Auto-Tune en cascada, en forma de canon, cayendo en todas sus formas, grandes y pequeñas, como esas bolas de Navidad que alguien ha puesto rápidamente en la portada de quien ahora parece llamarse CHIER.

Algo hay de los dos. También mucho más. Hay una adaptación de Phil Spector que por supuesto está en la parte buena del álbum, ‘Christmas (Baby Please Come Home)’ junto a Darlene Love. Y en esa línea retro también podríamos hablar del baladón 50’s ‘Please Come Home for Christmas’, del puro rock’n’roll de la adaptación de Chuck Berry ‘Run Rudolph Run’, o del dúo con Stevie Wonder, ‘What Christmas Means to Me’. Tema que ya había cerrado el álbum navideño de Stevie Wonder… de 1967.

Mención aparte merece la colaboración con Cyndi Lauper. Escucharlas juntas siempre es una fantasía y, además, ya una canción de country fue lo mejor del álbum anterior de Cher, ‘Closer to the Truth’ (2013): la olvidada pero divertidísima ‘I Walk Alone’. La nueva colaboración de Lauper y Cher es ‘Put a Little Holiday in Your Heart’, y tiene bastante más garra que el dúo con Michael Bublé, por mucho que este, el rey de la Navidad, se lleve todos los streamings.

En cuanto al mundo moderno (o su intento), el primer single del disco ha sido ‘DJ Play a Christmas Song’. Sin embargo, no es la grabación más conseguida de todo esto, pues ni con subida de medio tono al final logra resultar ni camp ni especialmente divertida. Mucho menos el dúo rapero con Tyga. Es el electro de ‘Angels in the Snow’ donde percibimos a Cher más cómoda siendo Cher. O en la efectivamente Auto-tuneada ‘Christmas Ain’t Christmas Without You’, con una cadencia cercana al villancico de Mariah Carey, a punto de dar un campanazo como todos los años.

Con composiciones tan cucas como ‘I Like Christmas’, y una versión más de la sobada ‘Santa Baby’ que nadie pidió, y mucho menos desde que Kylie Minogue viralizó la suya, el disco de Cher se mueve entre lo enternecedor y el skip total. En una de estas canciones la artista nos asegura que la «Navidad es su época favorita del año» y sin embargo se ha quedado a medias a la hora de convencernos. «El disco ha salido. Creo que es bueno», posteaba tan genial como siempre en X, durante el día de salida, autocuestionándose.

Pangaea se crece con el rompepistas de ‘Installation’

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Pangaea es el alias de Kevin McAuley, productor de Inglaterra que lleva más de una década en activo. McAuley dirige el sello discográfico Hessle Audio junto a Ben UFO y Pearson Sound. Hessle Audio es el sello en que James Blake publicó sus primeros lanzamientos, y que acaba de editar un nuevo EP en solitario de Olof Dreijer, mitad de The Knife.

Desde 2010, Pangea ha publicado música sin prisa pero sin pausa. En 2012 llegó su primer EP, ‘Release’, y en 2016 liberó su primer larga duración, ‘In Drum Play’. Y, desde hace apenas unas semanas, es posible escuchar su nuevo trabajo, ‘Changing Channels’.

Curtido en festivales, donde ha pinchado ritmos de UK garage o Happy hardcore, Pangaea ha publicado un disco en el que confluyen sus diferentes influencias. ‘Changing Channels’ trae destellos de house, drum n’ bass, eurodance o trance, entre otros sonidos. En el largo, Pangaea desarrolla un sonido mimado y elaborado, lleno de detalles y colorido como su cubierta.

Entre los grandes atractivos de ‘Changing Channels’ se encuentra el single ‘Installation’, un tema que tiene el potencial de romper las pistas de todo el mundo. Es la Canción Del Día de hoy.

‘Installation’ es el bailable corte que abre el disco de Pangaea. Basado en un imparable ritmo de house, ‘Installation’ se convierte en un pepinazo gracias a las voces cortapegadas que suenan disparadas a largo de la canción. Por debajo, un zumbido sordo por un lado, y una colorida línea de sintetizador por otro, agregan dimensión a esta divertida grabación.

airu buscan el futuro en un culo en ‘Verte de espaldas’

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Haizea Ogueta

airu, la banda de Bilbao compuesta por Irune Vega, Erik González, Patricia Echanove y Jon Gómez, publica su primer disco este viernes 27 de octubre a través del sello Oso Polita. ‘Con lo bueno y con pena’ incluye los cinco singles que airu ha lanzado a lo largo de 2023, estos son, ‘Coloco los pies’, ‘Es todo un encierro’, ‘En el más allá’, ‘Bailar sobre mi espalda’ y ‘Es por tu bien’.

En este disco conformado por 12 cortes se encuentra, también, el sexto y último single. ‘Verte de espaldas’ sigue la línea habitual de los temas de airu y, basándose en una agradecida -y melancólica- mezcla de guitar-pop y dream-pop, se dedica a observar un culo.

Como si el culo de la persona amada fuera un… oráculo que predice el futuro de una relación, algo así como la bola de cristal de Alaska, pero convertida en un par de nalgas, airu observa el trasero de la persona amada y anticipa la llegada de una respuesta que aclare sus dudas románticas. «Verte de espaldas me da tanto que pensar / Eso es lo bueno de verte marchar / No creo que esté tan mal mirar / Echarte un ojo y saber qué esperar», canta Irune en el estribillo.

El vídeo de ‘Verte de espaldas’, dirigido por Nora O. Testori, y que estrenamos hoy en JENESAISPOP, juega con la temática de la canción. Su historia gira en torno a la búsqueda de un culo, la cual incluye el casting, la persecución y el interrogatorio, y finalmente el reencuentro amistoso.

Rodado en las playas de la Arena (Muskiz) y Gorrondatxe (Getxo) y en la urbanización de Sopelmar (Sopela), así como en Neguri (Getxo), Azkorri (Getxo) y Rontegui (Barakaldo), el vídeo de ‘Verte de espaldas’ juega con la idea de lo ridículo tanto por la narrativa como por lo visual.

The Rolling Stones / Sticky Fingers

‘Sticky Fingers’ es la cumbre de los Rolling Stones. Supone su tercer disco producido por Jimmy Miller (perfeccionando la fórmula) y el primero grabado sin Brian Jones, y ya con Mick Taylor en total simbiosis guitarrística con Keith Richards, lo que supone el nacimiento del sonido de los Stones como se conocería desde entonces y hasta la actualidad. A partir de este punto cada nuevo disco de la banda (incluyendo ‘Hackney Diamonds’) no miraría ya más atrás de 1971 para encontrar su molde básico, algo que se entiende perfectamente al escuchar el álbum de espectacular portada de Andy Warhol.

De entrada, todas las canciones son redondas, perfectas, después de discos anteriores excelentes pero no completamente excelsos. La perfección se alcanza con ‘Sticky Fingers’, que como ya es costumbre a estas alturas de su discografía, se abría con el número más impactante y directo.

Brown Sugar’, con su controvertida y cuestionable letra, es quizá la cima de sus “rockers”, esa deslumbrante lista de canciones canónicas de los Stones: ‘Jumpin’ Jack Flash’, ‘Street Fighting Man’, ‘It’s Only Rock and Roll’, ‘Start Me Up’… Y otro de esos temas que recuerdas potentísimos y cuando los escuchas otra vez te maravillas de cómo sólo dos guitarras eléctricas y una acústica pueden tener tanta fuerza; que ese cañonazo tenga tan sólo tres o cuatro elementos. Pero se entiende cuando detrás está esa batería de Charlie Watts, con su groove y pegada inimitables (literalmente), ensamblada con Bill Wyman. Un contoneo rítmico irregular que Wyman explicaba que consistía en “tocar un nanosegundo por detrás de Keith”, y que convierte el “sonido Stones” en algo imposible de imitar cuando añades a la ecuación la simbiosis letal de Taylor y Richards con su afinación abierta de sol.

Por encima de todo eso Jagger canta maravillosamente una letra que mezcla problemáticamente referencias históricas a los dueños de las plantaciones usando a las esclavas como objetos sexuales y el disfrute del sujeto de la canción por practicar sexo con alguien de raza negra (“azúcar morena, ¿cómo puedes saber tan bien?”). En su contexto histórico la canción se toleró, simplemente porque cantar sobre sexo y tener un número uno era todavía una osadía, algo culturalmente subversivo. Pero aunque prácticamente nadie se lo cuestionase, sí hubo críticas, aunque minoritarias, especialmente del feminismo radical, igual que para con otras de sus canciones misóginas. Desde 2021 los Rolling Stones ya no interpretan ‘Brown Sugar’ en directo.

‘Sway’ ahonda maravillosamente en sonidos americanos, con el añadido espectacular de un arreglo de cuerda a cargo de Paul Buckmaster (un habitual de Elton John) que añade dramatismo a una letra sobre drogas, muerte, relaciones quebradizas y otros lúgubres asuntos: “No pienso derramar lágrimas en el suelo polvoriento / Por mis amigos en el cementerio (…) Simplemente ocurre que la mala vida me tiene atrapado”.

Solos de guitarra y temática rockera aparte, la esencia musical de ‘Sway’ se acerca mucho a eso que hoy llamaríamos Americana, y es interesante señalar que desde este lado del Atlántico los Stones fueron quienes más contribuyeron a construir ese término que tanto utilizamos décadas después, gracias a la normalización que ejercieron del sonido “roots rock” dentro de un contexto de pop y listas de éxito. Si en la actualidad cuesta bastante ver el legado de los Stones en su faceta “rockers” -más allá de nichos como el garage-rock- en canciones como ‘Sway’ se puede ver la antesala de un tipo de canción que grupos como Wilco o Big Thief todavía hoy en día mantienen viva.

Lo mismo, en un plano más acústico, con canciones como ‘Wild Horses’. De nuevo, la “balada de los Stones” es algo completamente único, un tipo de canción cuyos ecos pueden resonar actualmente en canciones de Jess Williamson o Angel Olsen, en su modalidad romántica (‘Wild Horses’) o existencialista (ver ‘Sister Morphine’ más adelante). Evocando sentimientos de pérdida y separación, la canción nació como una nana para el hijo de Keith Richards, que Jagger completó con material emocional de su propia cosecha y relaciones. La voz que entona ese legendario “ni unos caballos salvajes podrían arrastrarme lejos de aquí” tiene una delicada fragilidad, que los micrófonos del mítico estudio Muscle Shoals Sound en Alabama distorsionaban bellamente cuando Jagger pasaba a fraseos más intensos. Completa la magia el piano del gran Jim Dickinson.

La cara A continúa con el habitual paseo por distintos palos estilísticos: ‘Can’t You Hear Me Knocking’ te hace maravillarte de cómo a partir de un riff de guitarra de tres o cuatro notas se pueden crear un groove tan apasionante, que los Stones inteligentemente prolongan hasta más de los 7 minutos gracias a la contribución en los interludios instrumentales de Billy Preston al órgano, y Bobby Keys al saxofón. Lo más fascinante es que el grupo siguió tocando por puro placer, imaginando que la canción acabaría en un fade-out.

La pasión por el blues rural de los Stones adolescentes -vigente aún cuando ya eran músicos veinteañeros- deja como testamento ese precioso ‘You Gotta Move’, un antiguo espiritual negro recreado con amor, pero también precisión. Igual que pasaba con ‘Prodigal Son’ en ‘Beggars Banquet’, el grupo es capaz de recrear el género pero aportando su propia impronta.

‘Bitch’ abre la cara B, otra excelente pieza de rock de sonido eminentemente negro, esa convergencia estilística en la que se habían encontrado e influido mutuamente con artistas como Ike y Tina Turner, y que en ‘Sticky Fingers’ rubrican con especial estilo (el propio Little Richard versionearía ‘Brown Sugar’ ese mismo año). Contrasta con la hermosísima ‘I Got the Blues’, quizá la pieza del disco más influida por el sonido del estudio Muscle Shoals Sound, pero que irónicamente se grabaría en Londres. Es una balada de southern soul de guitarras arpegiadas, sección de viento totalmente Stax, órgano de Billy Preston una vez más, y Jagger cantando con esa voz que imita las inflexiones de un cantante negro pero elude los clichés y no puede evitar sonar… a Mick Jagger cantando con el corazón roto: “Cada noche que ya no estás / me he sentado a rezar para que estés a salvo / En los brazos de un tipo / Que te devuelva la vida y no te hunda abusando de ti”.

Se ha especulado si tantas letras del cantante sobre desamores (‘I Got the Blues’, ‘Wild Horses’) tenían una inspiración directa en su ruptura con Marianne Faithfull. Especulaciones aparte, ‘Sister Morphine’ sí tiene una relación directa con la artista, porque fue coescrita por ella con Jagger y Richards y de hecho su versión fue la primera, en 1969. Quizá por su influencia la pieza no suena nada americana, es más bien un tipo de folk existencialista que contrasta fascinantemente con el resto de ‘Sticky Fingers’ pero que ejerce de pieza indivisible del resto, enlazando con los temas de adicción y atrapamiento desde una perspectiva más ocre. «Aquí yazco en mi cama del hospital / Dime, hermana Morfina, ¿cuándo vas a volver? / No creo que pueda esperar tanto / Ya ves que no soy tan fuerte”.

El muy apropiadamente austero arreglo es una réplica de la producción original de Jagger para la versión de Marianne, hasta el punto de que volvieron a contar con Ry Cooder a la guitarra slide y Jack Nietzsche al piano. El resultado es de una enorme belleza espinada, con Mick cantando, interpretando, con quebradiza voz de desesperación y el piano envuelto en un opresivo eco en varios de los interludios, expresionismo sonoro para otra de las cumbres del álbum.

Algo tan funesto sólo podía seguirse en la secuencia de canciones por la increíblemente deliciosa ‘Dead Flowers’. Descompresión por vía de una canción de country pop llena de humor pero (¡por fin!) de redonda composición. Aunque los Stones de 1971 ya eran “rock royalty”, funciona perfectamente esta diatriba contra una mujer de clase alta que desprecia al protagonista de la canción, prefiriendo seguir “en su silla forrada de seda hablando con algún tipo rico que conoces” antes que relacionarse con “mi harapienta compañía”. La cosa toma un heroinómano giro con ese “Yo estaré en el sótano con una cuchara, una aguja y otra chica para olvidar mis penas”, todo ello envuelto en esa modalidad de country rock tan Gram Parsons. El estribillo (de lo más gloriosamente coreable de todo el disco) concluye con los legendarios versos “sé que te crees la reina del underground / Así que puedes mandarme flores muertas cada mañana / Manda flores muertas a mi boda / Y yo no olvidaré poner rosas en tu tumba”.

No hay mejor cierre posible que con ‘Moonlight Mile’, que como ‘Sister Morphine’ se aleja del Americana (slides aparte) para recordar a la niebla mística del Van Morrison de ‘Astral Weeks’, con un extra de aroma oriental. Una pieza acústica magistral que el arreglo orquestal de Paul Buckmaster eleva a los cielos, mientras Jagger canta agotado en una letra que alude a la alienación de la vida en la carretera y el exhausto alivio al terminar: “Otro loco día más en la carretera, mis sueños se desvanecen vía del tren abajo / Al llegar a casa he hecho un montón con mi ropa de pedrería / Voy a calentar mis huesos / En mi radio… silencio. / Que fluyan las ondas de aire / Estoy durmiendo bajo cielos extraños”.

Igual que ocurre con los Beatles, los Rolling Stones son una anomalía musical inglesa históricamente irrepetible. Si los de Liverpool partiendo de una selección de ingredientes básicamente americanos (rock and roll de los 50, girl groups de los 60, pop del Edificio Brill y música soul) fueron capaces de crear algo nuevo, singular a base de recombinarlo (todo el mundo sabe a qué suena algo si “suena a los Beatles”), los Stones hicieron lo mismo con elementos más “roots” (rock and roll, blues, country, o soul sureño) creando también su particular singularidad.

Tras los devaneos persiguiendo el pop de los Beatles a mediados de los 60, es en ‘Sticky Fingers’ donde la poción de los Stones alcanza la mezcla perfecta, y aparece pues por primera vez el “sonido de los Rolling Stones”, que se perpetuaría a partir de entonces como marca de la casa y hasta estereotipo: una variedad de “roots rock” totalmente basada en lo americano, pero que en América no hacen exactamente así.

Se puede argumentar que esa perfección sónica y conceptual la alcanzarían al año siguiente, con ‘Exile on Main St.’, pero personalmente (y siendo el «Exile» otro extraordinario disco) creo que no hay comparación: ‘Sticky Fingers’ creó el molde, y lo estableció mediante diez concisas y perfectas canciones. Incluso el legendario logo de los labios y la lengua apareció por primera vez en el inserto de ‘Sticky Fingers’, sellando metafóricamente el comienzo de la era definitiva del grupo.

Gracie Abrams cierra gira en Madrid, fiel a su sencillez

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Oscar Lafox

Gracie Abrams no ha necesitado mucho para convertirse en una de las artistas más prometedoras del panorama actual: tan solo su voz y sus letras. La cantante, autora de su propia música, ha optado por un pop alternativo que destaque sus narraciones. Alejándose también de cualquier tipo de extravagancia, su primera gira hace una perfecta representación de ello.

The Good Riddance Tour ha llevado a Gracie Abrams a recorrer Estados Unidos y Europa con su disco debut, ‘Good Riddance’. Por caprichos del destino, la última parada de la misma tenía lugar en Madrid, en un WiZink al que acudieron unas 5.000 personas. “Este es el mayor concierto que he dado jamás”, decía Abrams emocionada encima del escenario. «Mil gracias a todos», repetía en inglés constantemente mientras hacía gestos a los asistentes con la mano.

El escenario destacaba por su simplicidad: apenas un piano, una guitarra, una batería y algunas bombillas decorativas rodeaban a la estadounidense. El espectáculo, sin embargo, lo ofrecía la iluminación. Los focos de la parte superior del escenario cambiaban de color conforme Abrams repasaba su todavía pequeña discografía, que se sintió más oscura y sobria que nunca.

Las letras de Abrams giran, la mayoría de las veces, en torno al desamor y la oscuridad de una relación fallida. Es esta oscuridad, característica en temas de ‘Good Riddance’ como ‘Where do we go now?’, la que se aprecia durante el concierto llegando incluso a protagonizarlo. Quien tuviera dudas sobre la crudeza de canciones como ‘I should hate you’, la interpretación que hizo bajo su silueta (pues apenas se podía ver el rostro de la artista) las habrá acabado de disipar. El juego de sombras daba vida a las canciones en tanto que se las quitaba para volverlas más devastadoras.

Oscar Lafox

El concierto final de su paso por Europa tampoco quedó exento de sorpresas. Gracie Abrams cantó ‘Delusional’, tema inédito que acababa de escribir junto a su amiga Audrey, a quien contactó por videollamada en directo para que no se perdiera la presentación de la canción. Gracias al silencio de los asistentes, fue una de sus actuaciones a guitarra más íntimas.

Se tiende a pensar que las canciones que se convierten en himnos son aquellas cuya producción rebosa tanta energía que te hace querer cantarlas a todo pulmón. Sin embargo, Gracie Abrams demuestra que para conseguir esto último no hace falta lo primero. El mashup de ‘Rockland’ y ‘Will you cry?’, la interpretación a piano de ‘I miss you, I’m sorry’ o la casi divertida pero enfadada ‘Mess It Up’ tenían a la multitud enloquecida y supusieron uno de los mejores momentos del concierto. Las tristes ‘Amelie’ y ‘Camden’, los más emocionantes con las linternas de los móviles encendidas.

Gracie Abrams es fiel a su sencillez en su primer concierto en Madrid. «Creo que estoy más viva de alguna manera / Me siento yo misma ahora», canta la artista en el último tema de la noche, ‘Right now’. Si pretendía abrirse tal y como lleva haciendo todo este tiempo en su música, ha superado su objetivo con creces.

Oscar Lafox

Víctor Erice regresa al cine por todo lo alto con ‘Cerrar los ojos’

Con tan solo tres películas, Víctor Erice ya contaba con una de las mejores y más importantes filmografías de la historia del cine español. ‘El espíritu de la colmena’, ‘El sur’ y ‘El sol del membrillo’ figuran como pilares fundamentales de nuestro cine. Por diversos desacuerdos con la industria, Erice dejó la dirección de largometrajes con esta última en 1992 y solo volvió a ella en 2002 con un bello cortometraje llamado ‘Alumbramiento’.

‘Cerrar los ojos’ supone el regreso del maestro a la gran pantalla y es, sin lugar a duda, el acontecimiento cinematográfico más importante del año. En ella, Erice se sirve de sus propias experiencias como cineasta, ofreciendo un ejercicio de constante autorreflexión fílmica. Es una película extraña en el mejor sentido de la palabra, una película que nunca deja pisotearse por las dinámicas cinematográficas contemporáneas y tampoco se deja llevar por una nostalgia caducada.

El filme comienza con una magnífica secuencia rodada en celuloide y ambientada en los años 40, aunque nada más termina, Erice corta abruptamente a otra cosa. Ahí es donde se establece el primer choque entre lo moderno y lo antiguo, una dicotomía muy presente en la narrativa interna de sus tres horas de metraje. ‘Cerrar los ojos’ presenta a Miguel Garay, un cineasta que lleva sin rodar una película desde los 90, un proyecto que nunca llegó a terminar porque el actor protagonista y gran amigo suyo, Julio Arenas, desapareció sin dejar rastro. En 2012, Miguel recibe una llamada de un programa de televisión, ‘Casos sin resolver’, para hablar sobre aquel suceso.

Si ‘El sur’ o ‘El espíritu de la colmena’ estaban más preocupadas por transmitir un tono o un estado de ánimo, ‘Cerrar los ojos’ es la obra más narrativa de Erice, ya que es siempre la trama la que impulsa el transcurso de la película. El cineasta compone un doloroso y melancólico tratado sobre la memoria, el discurrir del tiempo y las complejidades de las relaciones humanas. Lo hace a través de los ojos cansados de un excelso Manolo Solo, aquí alter ego de Erice, a quien utiliza también para indagar en el misticismo de su filmografía y en el significado y poder del propio cine. Erice regala a Ana Torrent, aquella niña de mirada inolvidable de ‘El espíritu de la colmena’, un papel precioso con el que cierra un círculo. También, el cineasta rueda por fin en ese prometido y adorado “Sur”.

Siguiendo en el plano interpretativo, tampoco se puede obviar la superlativa presencia de José Coronado, quien se mimetiza con su personaje hasta un punto irreconocible, ni las breves y divertidas intervenciones de la gran Petra Martínez.

En ‘Cerrar los ojos’, Erice compone una bellísima búsqueda del recuerdo, un poderoso manifiesto contra el olvido y un viaje en el que perderse en pasados idealizados, presentes duros y futuros inciertos. La experiencia que ofrece aquí el cineasta sacude con la intensidad con la que solo lo hacen las grandes películas mediante su mirada cristalina y sabia. Es la mirada de alguien que comprende, escucha y observa con atención el misterioso fluir de la vida.

Daft Punk niegan que vayan a actuar en los JJ OO de París

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El medio francés Le Parisien ha informado en las últimas horas de que Daft Punk se encuentran en negociaciones para reunirse y actuar en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, que se celebra el próximo mes de junio de 2024.

Le Parisien ha citado palabras de Thomas Jelly, director artístico de los Juegos Olímpicos, que durante una entrevista de radio ha aludido a una posible reunión de Daft Punk. Jelly ha dicho que «no puedes no pensar en Daft Punk cuando piensas en un ejemplo de grupo francés internacional y de éxito» y ha declarado: «he mentido sobre Daft Punk, en realidad ya los tenemos, no están negociando».

Le Parisien confirma que esas negociaciones de los Juegos Olímpicos con Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo han existido y que los músicos son «duros para las negociaciones». Sin embargo, Jelly no ha querido dejar que la noticia de una posible reunión se salga de madre, y ha negado que Daft Punk vayan a participar en la ceremonia.

«Mis comentarios han podido llevar a confusión y han generado muchísimas expectativas», ha escrito Jelly en X. «Debo aclarar que, después de negociar su posible presencia en la ceremonia, el grupo ha tomado la decisión de no participar. Respeto su decisión y me disculpo por la ambigüedad de mis comentarios».

Una reunión de Daft Punk era muy improbable dado que no hace tanto desde que el grupo anunció su separación, en el invierno de 2021. Actualmente, Thomas y Guy-Manuel se encuentran concentrados en la promoción del décimo aniversario de ‘Random Access Memories’, su disco final. La versión «sin percusiones» del álbum verá la luz en noviembre.

Yard Act también buscan una «Utopia» en su nuevo disco

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Yard Act, el último grupo de post-punk que ha conquistado las listas británicas, y también al panel del Mercury Prize, con su primer disco, ‘The Overload‘ (2022), vuelve. ‘Where’s My Utopia’, su segundo larga duración, se pone a la venta el próximo 1 de marzo de 2024. Remi Kabaka Jr., de Gorillaz, lo ha producido mano a mano con el cuarteto de Leeds.

El primer single, ‘Dream Job’, llega dispuesto a animar festivales con un ritmo inspirado en la música disco de principios de los 80. Los Kool & The Gang de ‘Celebration’ parecen una influencia clara en el tipo de melodías y percusiones y en todo el espíritu de la canción.

‘Dream Job’ habla de la relación de James Smith con la industria musical. «Me burlaba de mí mismo por ser un mocoso quejica e ingrato, a la vez que trataba de abordar cómo la industria musical es una bestia incontrolable que avanza a toda velocidad sin pensar y en la que cada una de las personas implicadas desempeña su papel», cuenta el músico.

Smith relata que ha intentado «articular la complejidad de sus emociones» en la música de su nuevo single, y que la «gravedad» con las que sentía esas emociones «no tenía cabida». No ha tenido más remedio que hacer una canción divertida. «Intenté plasmar (esas emociones) en una canción pop que dura menos de tres minutos una vez que la niebla se despejó un poco».

El repertorio de ‘Where’s My Utopia’ incluye una colaboración de Katy J Pearson, autora de uno de los discos destacados de 2022, ‘Sound of the Morning‘. Así queda el tracklist oficial:

1. An Illusion
2. We Make Hits
3. Down By The Stream
4. The Undertow
5. Dream Job
6. Fizzy Fish
7. Petroleum
8. When The Laughter Stops (ft. Katy J Pearson)
9. Grifter’s Grief
10. Blackpool Illuminations
11. A Vineyard for the North

Trevor Horn saca brillo a 11 clásicos con Tori Amos, Rick Astley…

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Trevor Horn, el superproductor que «inventó el sonido de los ochenta», como se le suele describir, gracias a su trabajo con Yes, Frankie Goes to Hollywood, Grace Jones, Malcolm McLaren o Dollar, publica nuevo proyecto en diciembre. En ‘Echoes – Ancient & Modern’, Horn ha recuperado 11 clásicos (de los ochenta y posteriores) y los ha regrabado con la colaboración de diferentes estrellas invitadas y arreglos orquestales totalmente nuevos.

El propio Horn canta el clásico de Roxy Music, ‘Avalon’ y produce a Marc Almond, Tori Amos, Rick Astley, Andrea Corr, Steve Hogarth, Lady Blackbird, Jack Lukeman, Iggy Pop, Seal y Toyah Wilcox & Robert Fripp en temas interpretados originalmente por Pat Benatar, The Cars, Depeche Mode, Frankie Goes to Hollywood, Billy Idol, Joe Jackson, Grace Jones, Kendrick Lamar, Nirvana y Yes. Entre las curiosidades, Tori Amos versiona a Kendrick, o Iggy Pop a Depeche Mode.

‘Echoes – Ancient & Modern’ sale a la venta en CD, vinilo y digital el 1 de diciembre, acompañado de un libreto que incluye una entrevista con el productor realizada por su viejo amigo y colaborador Paul Morley.

De ‘Echoes – Ancient & Modern’ han salido ya tres singles. ‘Slave to the Rhythm’, original de Grace Jones, se transforma en un baladón con la voz de Lady Blackbird. Después, Seal canta ‘Steppin’ Out’ de Joe Jackson dejándose empapar de ritmos propios del easy-listening y la bossa nova. Y, desde hace unos días, es posible escuchar ‘Love is a Battlefield’ de Pat Benatar cantada por Marc Almond, que se desmarca del resto de sencillos por su sonido decididamente synth-pop y electro.

Así queda el tracklist de ‘Echoes – Ancient & Modern’:
01 – Swimming Pools (Drank) feat. Tori Amos
02 – Steppin’ Out feat. Seal
03 – Owner Of A Lonely Heart feat. Rick Astley
04 – Slave To The Rhythm feat. Lady Blackbird
05 – Love Is A Battlefield feat. Marc Almond
06 – Personal Jesus feat. Iggy Pop
07 – Drive feat. Steve Hogarth
08 – Relax feat. Toyah Wilcox & Robert Fripp
09 – White Wedding feat. Andrea Corr with Jack Lukeman
10 – Smells Like Teen Spirit feat. Jack Lukeman
11 – Avalon


Miles Kane anuncia gira española para 2024

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Miles Kane actuará en cuatro ciudades españolas en la primavera de 2024. La primera fecha será el 5 de marzo en la Sala Bóveda de Barcelona, la segunda el 6 de marzo en el Kafe Antzokia de Bilbao, la tercera el 7 de marzo en Jaguar Club de Madrid y la última el 8 de marzo en 16 Toneladas de Valencia. Las entradas saldrán a la venta este viernes 27 a las 10 horas a través de la página web de Last Tour.

El motivo de la gira de Miles Kane es por supuesto ‘One Man Band’, su último disco, publicado el pasado mes de agosto. Para grabarlo, Kane regresó a Liverpool: «Hacer el álbum en Liverpool con mi familia me ayudó mucho a sacar esto de mí», ha declarado el músico. «A veces hay que retroceder para avanzar, y este proyecto me ha ayudado a redescubrir por qué cogí una guitarra».

Kanes es conocido por su carrera en solitario, pero también por su trabajo en The Last Shadow Puppets (junto a Alex Turner de Arctic Monkeys) o The Rascals. En solitario, Kane ha publicado ya cinco álbumes de estudio. Antes de ‘One Man Band’ llegaron ‘Change the Show’ en 2022, ‘Coup de Grace‘ en 2018, ‘Don’t Forget Who You Are’ en 2013 y ‘Colour of the Trap’ en 2011.