El grupo sevillano Amante Laffón ha publicado recientemente su debut en largo ‘Reflexiones breves sobre asuntos largos’ tras haber pasado por otras formaciones como Depitillos. Este disco incluye varios singles reseñables de post-punk como ‘Tiempo’, otros más próximos a la amalgama de sonidos de León Benavente como ‘Fiebre (el último concierto)’ y otros de título tan llamativo como ‘Sigue, calla, traga, gana’.
Pero quizá sea ‘Nuevos fracasos’ la mejor composición que han publicado de momento. Se ciñe a apenas 2 minutos en los que narran un desengaño («Cuántas veces fui donde me plantaron / solo por seguir haciendo el payaso»), con una baza enorme como es ese cambio melódico en el pre-estribillo y en el estribillo propiamente dicho. De «¿qué vas a decir, que se te ha gastado… el amor?» a «lo confieso, me has hecho daño». Un tema sobre el dolor que celebrar con pogos en un concierto al que JENESAISPOP te invita esta semana, consumición incluida.
Y es que Amante Laffón son uno de esos grupos noveles por los que está apostando Johnnie Walker para su Keep Walking Tour, un ciclo gracias al que una veintena de proyectos actúan en Madrid, Sevilla y Málaga. Amante Laffón actúan este miércoles 15 de junio en la Sala Koko de Sevilla y JENESAISPOP invitará a los primeros en escribir a jenesaispop@gmail.com junto a un acompañante. Recordad pasarnos vuestros nombres y apellidos.
Hace unas semanas nuestro compañero Jaime Cristóbal nos recomendaba el nuevo disco de Confidence Man, ‘TILT’. Sonidos inspirados en el Eurodance de corte house en los años alrededor de 1990 que puede dar mucho juego este verano.
En primer lugar porque la banda australiana va a volver a nuestro país tras su paso por Tomavistas: el 2 de julio estarán en Razzmatazz Clubs, Barcelona, en lo que promete ser toda una fiesta. En segundo lugar porque no han dejado el álbum de lado. Entre las novedades, el vídeo de corte acuático que han hecho precisamente pensando en el verano, para uno de los temas del disco, ‘Luvin U Is Easy‘. No te lo pierdas si eres fan de Moloko.
Pero aunque no sea lo último que han hecho, no podemos evitar seleccionar hoy como «Canción del Día» otra pista. ‘Holiday’ ya era su canción señera y lo más destacable del álbum ‘TILT’. Sin embargo, la grabación se ha terminado de venir arriba en su presentación en vivo hace unos días como parte del prestigioso programa de Jools Holland en la BBC.
Es allí donde Janet Planet y Sugar Bones se crecen como «performers» en una actuación que los usuarios de Youtube no han parado de comentar durante los últimos días, algo anonadados. Y es que no sabemos si quedarnos con el momento en que él se descamisa, ella adopta la posición de un primate, o uno de los muchos momentos en que ella se sube en los brazos de él de una manera o de otra.
Un modo de hacer crecer este ‘Holiday’ en verdad publicado a finales de 2021 y que Janet Planet defendía en el NME como un himno «para que las vacaciones duren para siempre» porque «las vacaciones son un estado mental». Añadía Sugar Bones: «hemos intentado hacer el himno más épico, eufórico y de brazos hacia arriba durante mucho tiempo y esta es la primera vez que nos hemos acercado». Observando esto, ¿quiénes somos nosotros para decirles que no lo han logrado?
El rapero de Atlanta Roddy Ricch, conocido sobre todo por el macrohit ‘The Box’, entre otros muchos, ha sido detenido cuando estaba intentando acceder a Governors Ball. Este festival que se celebra en Queens, Nueva York, tenía programada una actuación de Roddy Ricch que lógicamente no ha podido realizarse.
La causa de la detención es la posesión de un arma cargada en el vehículo de Roddy Ricch. La policía de Nueva York encontró la pistola tras recibir un aviso del personal de seguridad de Governors Ball. Se le imputaron cuatro cargos de posesión de arma y munición y el dispositivo para cargarla. Otros dos ocupantes del vehículo de Roddy Ricch afrontan cargos similares. Según el New York Daily News, todos los cargos fueron retirados.
Roddy Ricch permaneció bajo custodia policial durante las primeras horas del domingo según TMZ. A las 12.40 del mediodía, hora local, se informaba de que finalmente salía en libertad. El portal americano publicaba una instantánea de su liberación.
Tan solo 24 horas después de su arresto, Roddy Ricch actuó ayer en el festival Hot 97’s Summer Jam. Antes de cantar ‘ROCKSTAR’, su colaboración con DaBaby, Ricch se acordó de la policía de Nueva York y pidió al público que se unieran a él para dedicarles unas palabras, y no de cariño, precisamente. El público se unió alegremente a la proposición de Roddy Ricch y todo el mundo cantó al unísono «que le jodan a la policía de Nueva York».
En los últimos tiempos, Roddy Ricch ha aparecido invitado en el disco de Post Malone ‘twelve carat toothache‘, en concreto en el segundo single ‘Cooped Up’.
Datos algo decepcionantes para ‘twelve carat toothache’ de Post Malone, que aparece esta semana por el número 2 del mercado más importante del mundo, Estados Unidos. Y lo hace por detrás de un álbum que además no es nuevo, sino que salió hace ya un mes y ni siquiera tiene el apoyo de una edición física.
El nuevo álbum de Post Malone aparece en el puesto 2 del Billboard 200 con lo equivalente a 121.000 copias. De ellas, 21.000 han sido ventas reales y el resto son puntos de streaming. El disco queda así por detrás de ‘Un verano sin ti’ de Bad Bunny, que ya había sido top 1 pero ahora vuelve a dicha posición con lo equivalente a 137.000 unidades en escuchas de esta semana, para un total de 890.000 copias solo en Estados Unidos.
Post Malone también ha quedado en el puesto 3 en Reino Unido, llamando la atención la modestia de sus cifras: tan solo 11.264 unidades despachadas durante la semana de salida, entre las que hay que hablar de únicamente 745 copias en CD y 586 descargas. Más de 9.000 copias son puntos de streaming.
Sumando al número 10 en Alemania o el número 11 en Italia para ‘twelve carat toothache’, no parece estar Post Malone en su mejor momento. En UK Mix apuntan a la falta de fidelidad de su tipo de público y a la ausencia de un single significativo en esta era, y por tanto, de hype alguno, para explicar estos datos tan justos. Eso sí, hay que destacar que Post Malone sí ha conseguido el número 1 de álbumes en un país con este álbum. Se ha tratado de Noruega.
Os dejamos con el single ‘I Like You’ junto a Doja Cat, que ha sido top 19 en Reino Unido y sí ha arañado un top 7 en Australia. El tema permanece en el top 20 del global de Spotify a día de hoy, por lo que aún hay esperanza para esta era.
Dua Lipa ha podido presentar al fin en nuestro país la gira de ‘Future Nostalgia’, el que fue el mejor disco de 2020 para nuestra redacción. Despedimos la era dedicándole el nuevo episodio del podcast Revelación o Timo. Analizamos las influencias de Dua Lipa, clave para que haya podido ampliar su base de fans conquistando a gente de diversas edades, os volvemos a contar todo sobre su anhelado concierto y recordamos otros puntos clave de su carrera como aquel concierto online Studio 2054 que mantuvo al mundo pegado al televisor. También recordamos nuestra entrevista con Dua Lipa en los tiempos del primer disco.
Además, Claudio ha preparado un decálogo de una era perfecta, recordando otras icónicas del pop como ‘Fever’ de Kylie Minogue y ‘Confessions on a Dancefloor’ de Madonna. Debatimos, por tanto, estos 10 puntos durante 1 hora de conversación:
1.Tener un álbum en el que no haya un solo relleno. Que todo parezcan singles y que así lo demuestres sacándolos durante un año o año y medio.
2. Aun así, cualquiera no sirve: hay que acertar con la elección del primero
3. Crear al menos un vídeo icónico.
4. Elegir una estética y una temática del pasado pero ser capaz de convertirla en algo nuevo sin dejar de ser un homenaje.
5. Que tu música traspase a tu base de fans habituales. Que transcienda en cifras y en relevancia. Que se use en todas partes.
6. Tener al menos un paso de baile icónico, una coreo reconocible incluso sin música.
7. Una portada y un artwork de 10.
8. Que 20 años después, siga sonando moderno.
9. Que todo lo que venga después de otros artistas contemporáneos sea visto como copia: ser única para la opinión pública.
10. Tener una gira perfecta y un directo impecable en la que nada falte y nada sobre. Que el público salga de tu concierto con la sensación de haber asistido a algo irrepetible.
Uno de los conciertos más tempranos de la última jornada de Primavera Sound fue el de Soleá Morente. La madrileña actuó bajo el calor abrasador de la tarde, y alegró el ambiente con sus canciones de flamenco y rumba, como ‘El pañuelo de estrella‘, sin olvidar su magnífica versión de Raffaella Carrà. El público congregado en el concierto de Soleá era muy numeroso. Daba para llenar una sala. No ha sido tan habitual, en estos días de festival, ver a tanta gente llenando las primeras filas de un concierto tan temprano, pero no es ningún secreto que Soleá ha conquistado cuantiosos corazones.
El viaje hacia Tous para ver a La Zowi se pareció a la Odisea, solo que en lugar de sirenas escuchabas de fondo «LA ZOWI PUTAAA». Zoe Jeanneau montó una buena fiestuqui de trap y twerking en la que refulgieron las bases de ‘Sugar Mami’ o ‘Full Time’. La artista se mostró irritada por no poder completar su set a tiempo, lo cual no es la primera vez que sucede en esta edición. ¿Solo el público tiene acceso a los horarios en los que toca cada artista?
En un universo completamente opuesto al de La Zowi, Arooj Aftab dio uno de los conciertos más emocionantes vistos en el festival. Acompañada por un violoncello y un arpa, Arooj presentó las mágicas canciones de su disco ‘Vulture Prince‘ mientras la agradable brisa de la tarde refrescaba el ambiente. Su voz, suave como la mantequilla, acariciaba cada nota con un gusto y una elegancia que ponía los pelos de punta, y los solos de la arpista provocaban arrebatados aplausos. Canciones como ‘Mohabbat’ o ‘Last Nite’ cobraron una nueva vida en directo. Capaces de introducirte en un trance, transmitían tristeza y felicidad de manera igualmente profunda.
En contraste, las interacciones de Arooj con el público estaban llenas de humor. Bromeó con que al público le aplaudía más a la arpista que a ella, expresó con sorpresa que aún no se había acabado su botella de vino, comentó secamente que acaba de ganar un Grammy y explicó que su objetivo es «reinventar la música triste y hacer que suene sexy». Pero no sé si es tan sexy. Sí es escalofriante y hermosa, y si nadie más terminó derramando lágrima durante el concierto como me pasó a mí, estoy convencido de que, por lo menos, a todo el mundo congregado en el escondido escenario Ouigo le dio la sensación de haber encontrado un tesoro.
A la inversa, la mera presencia de Sky Ferreira en el escenario no salvó su concierto del desastre. Parece que hay que darle las gracias simplemente por salir y no cancelar en el último minuto, es decir, por tener un mínimo de profesionalidad, pero el problema no es solo que Sky saliera 10 minutos tarde que parecieron 2 horas de la tensión que se percibía en el ambiente, es que el concierto no parecía ni ensayado. La primera canción, ‘Boys’, se tuvo que abandonar porque los instrumentos no sonaban como tocaba, y Sky llamaba la atención continuamente a su equipo de sonido para que arreglara un problema. La artista incluso se vio obligada a pedir tiempo extra para poder cantar ‘Everything is Embarassing’… solo para olvidar parte de la letra. Realmente el concierto pareció un ensayo, solo que con público presente.
El set de Sky lo salvó su público. Y sus canciones. Desde luego no ella caminando por el escenario con menos energía que una ameba. Sin embargo, y pese al caos visto en escena, me resultó imposible no cantar a grito pelado canciones como ‘I Blame Myself’ o ‘Nobody Asked Me (If I Was Okay)’ simplemente porque son H-I-M-N-O-S que tenía muchas ganas de escuchar en vivo. Sky cantó más o menos bien, pero las canciones funcionaron porque el público les daba fuerza. La buena noticia es que sonaron canciones nuevas, entre ellas el single ‘Don’t Forget‘ y la balada ‘All My Lovers Die’. Quedan intactas las esperanzas por el disco.
Quizá cautivado por el «mito» de Sky Ferreira, no me quise perder un minuto de su concierto, con la mala suerte que me salté la mitad del de los Yeah Yeah Yeahs. Cuando llegué al área de los escenarios principales ya llevaban un rato tocando y resultó imposible acercarse mínimamente al escenario debido a la masificación. Me conformé con ver el concierto desde las pantallas, y presencié a una Karen O pletórica, a una divaza absoluta sobre el escenario, que no dudó en recordar los tiempos en que simplemente soñaba con ser una estrella del rock. ¿A cuántas personas habrá inspirado? Seguramente desde las primeras filas hits como ‘Maps’, ‘Zero’ o ‘Heads Will Roll’ sonaron especialmente atronadoras, pero el carisma de Karen O traspasaba las pantallas.
Otro de los conciertos más esperados de la noche fue el de Angèle. La francesa dio un concierto muy pop, con mucha coreografía, aunque el nivel de los bailes se acercaba peligrosamente a los vistos en Drag Race, como se escuchó comentar por ahí. Destacaron los visuales psicodélicos y las canciones sonaron muy bien. Además, la cantante dedicó un tema a los gays y dijo que el Orgullo se debería celebrar todo el año.
Llegada la medianoche el escenario Cupra se transformó en Studio 54 con el concierto de Jessie Ware. No es ninguna exageración. La puesta en escena era sencilla, y apenas una tela gigante gris con purpurina presidía el escenario. Acompañaban a Jessie un grupo de bailarines que hacían voguing y coristas. El público estaba extasiado. Si no estaban por ahí metidos todos los gays del Primavera, lo parecía. Fue apoteósico bailar y cantar al unísono ‘Spotlight’, ‘Ooh La La’, ‘What’s Your Pleasure‘, ‘Read My Lips’ o ‘Hot N Heavy’ como si fueran éxitos absolutamente masivos, que es lo que merecen ser. Y sobre todo fue apoteósico presenciar estas canciones en concierto, rodeado de personas que las gozaban de igual manera, que sudaban litros igual que tú al ritmo de la fantasía disco de Jessie Ware. Aquello se convirtió en un horno que nos cocinó a todos durante casi una hora, pero lo mejor es que el concierto estaba a rebosar de gente que no necesariamente era fan y aún así lo pasó de miedo. Y a Jessie esa energía se le contagió: la cantante no daba crédito con el entusiasmo del público, y aseguró que, cuando hizo el disco, se imaginaba que el directo iba a ser exactamente lo que presenció anoche en el Primavera. Es decir, una explosión de felicidad y de expresión auténtica por parte de todos los presentes.
Tras el espectáculo de Jessie Ware hubo que decidir entre Sen Senra o Megan Thee Stallion. El gallego presentó nuevo tema en directo, ‘Aroma’, pero yo en realidad me decanté por Megan, que sorprendentemente se ventiló ‘WAP’ al principio de su show. La rapera derrochó carisma sobre el escenario mientras el público brincaba al ritmo de temas como ‘Bodies’ o ‘Savage’. Dejó buen sabor de boca como colofón del Primavera antes de las sesiones.
Justin Bieber ha revelado que sufre una parálisis facial parcial a consecuencia de haber contraído un virus, el mismo que causa la varicela común. El canadiense sufre una dolencia neurológica llamada síndrome de Ramsay Hunt que le ha paralizado la parte derecha de la cara.
En un vídeo de Instagram, Bieber ha mostrado el estado de su cara, y ha informado que pospondrá varios conciertos hasta que esté recuperado. Explica que el virus que padece «ataca el nervio en mi oído y mis nervios faciales y ha causado que mi cara tenga parálisis». En el vídeo, Bieber muestra que no puede mover ni el párpado, ni la fosa nasal, ni la parte derecha de su boca.
Bieber explica que su condición es seria, pero indica que es temporal y que ya se encuentra sometido a tratamiento médico. Simplemente no sabe cuánto va a durar la condición. De momento informa que se encuentra físicamente incapacitado para dar conciertos y que su cuerpo le está diciendo que vaya «más despacio», y pide a sus fans que sean pacientes.
Esta no es la primera vez que Bieber es noticia por informar sobre sus problemas de salud. En 2020 reveló que padece la enfermedad de Lyme.
En cuanto a su carrera musical, Bieber sigue triunfando con ‘Ghost‘, actualmente la 29ª canción más escuchada en Spotify Global. Recientemente, el canadiense ha pasado por la sección Canción Del Día por ‘Attention‘, su single con Omah Lay.
“¿Adónde voy cuando quiero ver el amanecer pero estoy demasiado muerta por dentro?” se pregunta yeule en el estribillo de ‘Too Dead Inside’, una de las canciones más destacadas de ‘Glitch Princess’. En ella, la artista singapurense lucha por encontrar una luz al final del túnel, algo que le haga ver que merece la pena seguir con vida, y entrega uno de los momentos más pop del disco, recordando a la Grimes de ‘Visions’. Y es que pese a la gravedad y tendencia autodestructiva de las letras de este segundo trabajo, la esperanza se cuela tímidamente en ocasiones, iluminando la oscuridad romántica sobre la que se construye el álbum.
En ‘Glitch Princess’, yeule compone una obra ecléctica y, a la vez, con un estilo muy definido. En la apertura ‘My Name is Nat Cmiel’, durante casi tres minutos, la cantante, con voz de ciborg, se presenta recitando una lista con cosas que le gustan hacer. De alguna manera el espíritu del disco se encuentra ya aquí: este será un trabajo confesional, agresivo y vulnerable al mismo tiempo. “Me gusta la música, bailar ballet / machacar rocas y esnifarlas” “Me gusta que me follen y me gusta follar / me gusta ser pura”, declara, y es en estas dicotomías donde se mueve continuamente ‘Glitch Princess’.
La artista, de adolescente, era tremendamente introvertida, hasta el punto de que no salía de su habitación. Es ahí de donde sale su arte, de su mundo interior basado en videojuegos, tecnología y universos ficticios creados por ella misma. De todo esto están impregnadas tanto su música misteriosa como su imagen, que parece un personaje de anime. En este disco, yeule se autoidentifica como ciborg, y así suena su voz a lo largo de todas las canciones. Con co-producción de Danny L Harle, en ‘Glitch Princess’ encontramos desde baladas depresivas art-pop como ‘Electric’ (“Lo único que me recuerda que debo seguir viva / son las cicatrices que gotean de mi brazo”) o ‘The Flowers Are Dead’, a piezas dark ambient tan experimentales como ‘Fragments’.
Sin embargo, los momentos más potentes llegan cuando menos te lo esperas. A mitad del álbum una preciosa balada casi folk cantada con una guitarra acústica nos desorienta y nos saca de la opresiva atmósfera hasta ahora construida. ‘Don’t Be So Hard On Your Own Beauty’ se siente como un abrazo de alguien que te recuerda que eres importante y que no estás solo en el mundo. Tres canciones más tarde, la extraordinaria ‘Bites On My Neck’ nos lleva de fiesta al mundo de yeule, donde sus lamentos se combinan con una producción exquisita que deriva en un estribillo del que es imposible salir. ‘Friendly Machine’ hipnotiza con sus pitidos robóticos, su cadencia pausada y una letra que, como a lo largo de todo el disco, encuentra un equilibrio perfecto entre crudeza y ternura (“Hambrienta de anfetaminas / sesenta amitriptilinas/ Llorando violentamente con la canción que me enviaste”).
Al llegar a la conclusión, yeule propone dos finales. El desquiciado número hyperpop de ‘Mandy’ es un cierre efectivo, pero si quieres, puedes continuar hasta que te canses con ‘The Things They Did For Me Out Of Love’, una pieza ambient de 4 horas y 44 minutos, que es sorprendentemente relajante tras la euforia mostrada por los sonidos futuristas e industriales que marcan el álbum y está llena de texturas y sonidos interesantes.
‘Glitch Princess’ es, ante todo, un disco plagado de ideas, donde algunas funcionan mejor que otras, pero siempre se agradece el riesgo y la vocación casi temeraria con la que yeule compone estas canciones tan viscerales y llenas de pasión. Si ‘Serotonin II’ ya nos advertía de su talento, este segundo largo sitúa a Nat Cmiel como una artista tan personal como valiosa a la que no hay que perder de vista.
Omar Apollo ha publicado este año su debut oficial, ‘Ivory‘, tras darse a conocer con varias mixtapes que le han valido reproducciones multimillonarias en las plataformas. ‘Ivory’ es el disco que incluye la delicia R&B de ‘Invincible‘, que fue Canción Del Día hace unos meses. Hoy nos detenemos en otra.
Tras una ‘Intro’ de 45 segundos en la que Omar dibuja un escenario de intimidad con la pareja, el disco empieza realmente con ‘Talk’. Mucho se ha hablado del parecido de Omar con la música de Frank Ocean, y con razón, pero ‘Talk’ tira por otro lado. Su sonido de soul-R&B lo-fi recuerda a Miguel, pero las guitarras tienen un puntito muy The Strokes. La distorsión está perfectamente medida en la canción, tanto en las guitarras como en las partes vocales.
‘Talk’ se vale de esas mismas guitarras, sintetizadores y una simple caja de ritmos para crear un ambiente nervioso que refleja el significado de la letra. Omar está enamorado y se apodera de él un flujo de sentimientos contradictorios. Por un lado siente euforia por poder mostrarse vulnerable; por el otro, teme que esta euforia sea momentánea, casi como un sueño.
Así, las escenas de amor («realmente me gustas mucho por las mañanas, estos sentimientos hacen que no pueda dejar de hablar») se suceden con otras de ansiedad («me guardo mis sentimientos, puede que un día no me quieras») en las que Omar deja claro que está enganchado a esta persona y a los sentimientos positivos que le aporta. «Realmente estoy roto, te necesito ver, pero necesito tiempo para abrirme» es una frase con la que muchos se sentirán identificados.
Después de ‘No sabes mentir’, después de ‘Autoestima’ con Alizzz y Lola Indigo, Cupido han tenido un éxito mayor: ha habido sorpasso con la balada ‘La pared’ y ya es su canción más popular. El nuevo álbum que la contiene, junto a otros singles igual de interesantes, es ‘Sobredosis de amor‘, nuestro «Disco de la Semana». Hablamos con Cupido sobre él y, aprovechando que la gracia del grupo es su carácter pop-rock y de conjunto, hemos querido realizar específicamente un par de preguntas a cada uno. Responden Pimp Flaco (voz, letras), Luis «Luichi Boy» Sansó (voz y guitarra), Alejandro «Al» García (bajo), «Toni D» Díaz (guitarra, teclados y coros) y Dani «Dannel» Rodríguez (batería).
La gracia de un grupo llamado Cupido y ahora un disco que se llama ‘Préstame un sentimiento’ y otro ‘Sobredosis de amor’ son las letras de amor lógicamente. ¿Hay cada vez más de personaje o todavía sois unos románticos y sentís cada frase contenidas en el disco?
Pimp Flaco: «Todo lo que escribo es porque lo siento. No tiene por qué ser algo que esté viviendo en ese momento, puede ser algo que haya vivido en el pasado o algo que me gustaría vivir en el futuro. Aunque puede que algunas letras suenen algo fantásticas o surrealistas, a veces».
Has explicado en Instagram que el álbum habla sobre un amor imposible, y en ese sentido es un álbum muy desangrado, como se ve en ‘La pared’ o en el final del álbum. Pero también hay bastante humor, con la mención a Tyler the Creator, un tema que decide llamarse ‘Walla-Pop’. Háblanos sobre el humor en tus letras. ¿Es una manera de supervivencia, algo que te impones usar para que las canciones no sean demasiado cortavenas…? ¿Te definirías como una persona divertida?
Pimp Flaco: «Cuando dije «un amor imposible», olvidé recordar a la gente que para mí «amor» son muchas cosas, no sólo una pareja o una persona. Me refería a muchas cosas, desde la pandemia hubo muchos amores que no pude mantener. El amor a la música se fue a la mierda cuando no podíamos tocar en directo, ni grabar, ni juntarnos para crear música. El amor a una idea, que ves que es imposible por muchos motivos o gente que no está al 100% implicada como uno mismo. Y sí, me considero una persona divertida, que le gusta la broma, ¿y si no qué me queda? La vida solo son sacrificios maquillados con descansos y la felicidad es «algunos momentos agradables». Al final eso creo que se refleja en mis letras, quebraderos de cabeza, tristezas y problemas maquillados de gracietas tontas».
Con la promo de ‘Se apagó’, y con la misma nota de prensa de este disco, que se pregunta si este será vuestro último verso, habéis jugado con el final de Cupido. ¿Por qué? ¿Es algo que barajáis constantemente o ha sido por las circunstancias de primero tu retirada, luego la pandemia…? En otras palabras, ¿es Cupido un grupo estable, con un plan de futuro ahora mismo?
Pimp Flaco: «La vida es algo que en cualquier momento puede acabar, partiendo de esa base, ¿qué no puede acabar en cualquier momento? Todo es incierto. En cuanto a «Este será el último verso que escribiré en el universo» y el resto de letra del tema ‘Universo’ no tiene nada que ver con el grupo, sino con cosas que le rodean. Solo hay que saber leer un poco entre líneas, analizar bien la letra y unir puntos para entender por dónde va».
Hay guitarras divertidísimas en el disco, como ‘Almohada’; hay canciones con riffs un tanto Morrissey y Johnny Marr; ‘Dios no existe’ parece tener un guiño a The Cure al final… Luichi, ¿te parecen acertadas las referencias? Porque en realidad también hay algo de bedroom pop, de lo-fi…
Luichi: «No tenemos ningún tipo de prejuicios a la hora de componer: puedes encontrar cosas muy distintas. Tampoco tenemos miedo a decir las referencias. ‘Dios no existe’ tenía ese mood total cuando lo empezamos a hacer, y decidimos hacer el guiño, el riff del tema de The Cure».
Las guitarras son las que hacen sonar tan triste ‘La pared’ pero son muy alegres en otros momentos del álbum, como ‘Un cabrón con suerte’, que diría que en el fondo es una canción enérgica, revitalizante. ¿Crees que en ese sentido os ha quedado un disco tristón o melancólico o en verdad más positivo de lo que parece?
Luichi: «El disco puede tener un punto nostálgico pero lo guay es que no repetimos la fórmula, hay gente a la que le funciona una fórmula y ya va para adelante siempre con eso. Así que te encuentras en su discografía 30 canciones iguales. Cupido no. Hicimos ‘La pared’, que le encantó a la gente, pero no por eso vamos a hacer todos los temas baladas. Ni nos íbamos a quedar en ‘No sabes mentir’, del primero. En ese sentido somos dinámicos y eso se agradece en el directo y en el disco. Vas canción por canción y es como una montaña rusa. Tienes temas alegres, como ‘Almohada’, ‘Dios no existe’ o ‘Cabrón con suerte’, y oscuros como ‘No sé’ o ‘Universo’, ‘Se apagó’, que es muy íntimo. Yo creo que es algo guay del grupo…»
«No existe el sonido definitivo de Cupido. Estaremos en la evolución constante»
Una de las cosas con que identificábamos a Cupido por ’No sabes mentir’ es un ritmo un tanto disco-funky. Este disco es menos bailable en ese sentido, es más pop-rock. ¿De qué manera ha supuesto un reto para ti en ese sentido, Al?
Al: «El reto no está en el género que solemos tocar sino en la forma en que abordamos los temas. Lo importante es fijar la perspectiva, agarrarse a ella, pero dejando espacio a la improvisación: es lo que da el carácter a las canciones. El reto es no caer en la repetición de elementos, ya sea el tono, el riff, el carácter…»
¿Crees que el tipo de instrumentación que le habéis dado a este disco es el sonido de Cupido definitivo o te imaginas a la banda evolucionando hacia territorios más electrónicos y bailables de alguna manera?
Al: «No existe el sonido definitivo de Cupido. Se trata de evolucionar constantemente. Si tenemos un sonido es que nuestras inquietudes han menguado, y derivaría en un conjunto de canciones sin chicha ni personalidad. Especular hacia dónde va Cupido es hacer una tarea que no va a llevar a ningún lado, porque estaremos en la evolución constante. Estoy seguro de que siempre tendremos una canción para todos: bailable, sobria, clásica, moderna, sinfónica…»
«Creo que una de nuestras mayores virtudes son las baladas de piano. A la gente le encantan, pero en su justa medida»
El disco contiene pianos o teclados en ese modo piano, que parece ahora la faceta favorita del grupo, con ‘Se apagó’ y sobre todo ‘La pared’. ¿Es esa parte tu o vuestra favorita también, Toni, la que más estás disfrutando como músico porque es hacer algo diferente o por cualquier otro motivo?
Toni: «Uno de los cambios más sustanciales entre el primer disco y ‘Sobredosis de amor’ es que la cantidad de sintetizadores de uno se ha visto sustituida por más pianos reales. Y los pocos sintes que hay son casi todos procedentes de un Moog analógico. Es una muestra más de que este es un disco más orgánico que el anterior. Pero realmente exceptuando esas dos canciones que comentas y alguna más, trasladando al directo las canciones de este disco, estoy más tiempo con la guitarra colgada. Creo que una de nuestras mayores virtudes son las baladas de piano. A la gente le encantan, pero en su justa medida. Si no, dejarían de ser tan refrescantes en un repertorio potente como el que tenemos».
¿Esperabais que ‘La pared’ se convirtiera en vuestra canción más famosa? ¿Siempre perteneció a este proyecto o dudasteis de si meterla en este disco?
Toni: «La verdad es que se podía intuir que iba a ser un tema diferencial. Ya desde los ensayos teníamos una complicidad con esa canción bastante inusual. Queríamos apagar la luz para tocarla y se notaba un ambiente emocional muy fuerte. Luego, una vez grabada, las pocas personas que la escucharon antes de salir nos decían que era una canción especial, así que supongo que sí podíamos esperarnos algo así».
¿Os imagináis algún día tocando en un teatro, explotando más esa faceta tristona, pianos (o incluso orquestas), de estar sentado, más reflexiva o lo que tenéis ya es ganas de fiesta, de pie, con todo el mundo en modo de concierto?
Toni: «Interpretar las canciones con una orquesta no solo nos lo imaginábamos sino que es algo que hemos intentado hacer ya y que hemos tenido siempre en el calendario. A mí personalmente es una de las cosas que más ilusión me haría ya que soy muy fan de la música clásica y prácticamente a los únicos conciertos que voy (sin contar los que veo de rebote por estar trabajando) son de orquestas sinfónicas o música de cámara. A día de hoy, la música clásica, como se aleja un poco de mi entendimiento, es una de las pocas maneras que tengo de disfrutar de la música y no tomármela como un trabajo analítico como si hago con la música contemporánea».
«Tocar con orquesta es algo que hemos intentado hacer ya y que hemos tenido siempre en el calendario»
Una de las cosas que más me gusta del disco es la energía que contiene ’Dios no existe’ casi al final, con esa sección rítmica. ¿Cómo surgió, Dani?
Dani: «Recuerdo cuando compusimos ‘Dios no existe’, yo estaba escuchando bastante música de los 60s y 70s en aquel momento y para el groove del estribillo me inspiré en ‘Rock and Roll’ de Led Zeppelin, banda que me ha inspirado desde que empecé en la batería. Sin ellos tocaría de una manera totalmente diferente o directamente no estaría en la música. Bendito Bonham♥️».
¿Es una de tus partes favoritas del álbum o de qué canción estarías más orgulloso esta vez y por qué?
Dani: «Diría que el break del principio de «Sobredosis» las estrofas de ‘Walla-pop’ y el sonido tan gigante de ‘Cabrón con suerte’ son mis fav».
En cambio, el disco se decide cerrar con un tema más atmosférico, ‘Universo’. ¿Por qué habéis decidido terminar el álbum así y qué te parece concretamente este tema con menos protagonismo de la percusión? ¿Te implicas también por ahí porque todos hacéis de todo o si no hay percusión, dejas hacer a los demás?
Dani: «Es verdad que aunque en ‘Universo’ no haya nada percutivo siempre estamos los 5 a la hora de grabar/componer dando ideas, en este caso me acuerdo de intentar grabar varias cosas pero no terminaban de encajar al ser una canción tan espacial».
Puede parecer una “boutade” o una broma el título del estreno largo de Adiós Amores (‘Sus mejores canciones’), pero pocos grupos podrían presumir de un primer álbum que realmente suena a un grandes éxitos. La “relajada carrera de singles” con la que este dúo andaluz se ha dosificado desde comienzos en 2020 parece cerrar el círculo con un LP que recopila sus 6 canciones conocidas hasta hace poco (editadas en tres preciosos singles ya agotados por Snap! Clap! Club) y añade sus dos creaciones más recientes.
Esa filosofía lenta y meditada de su música, lo cuidado de la presentación estética (los que compramos aquellos sencillos sabemos de la impronta que dejan las mágicas portadas de Ana de la Cuadra, que repite en este LP de preciosa edición física), o el aire misterioso de un dúo que ha actuado poco en directo y que vive en ciudades distintas envuelve al proyecto Adiós Amores de enorme encanto, como algo venido de un universo paralelo con sus reglas propias. Por suerte, las canciones están a la altura de ese envoltorio: a la primera escucha se aprecian ecos de indiepop, de Jeanette, de France Gall, de folk pop, pero también un componente importante de influencia americana, como guitarras twang o una querencia por las caprichosas sinfonías pop de Brian Wilson o los Flaming Lips.
Y sin embargo esas referencias a los 60 o a los 70 no hacen justicia al sonido que Ana Villadares e Imán Amar han construido junto a Raúl Pérez y Guillermo Briales: su combinación con elementos de flamenco y de canción tradicional, el uso heterodoxo de sonidos de teclado, o las bases electrónicas, las convierte en algo mucho más trascendental que un puro ejercicio retro, como explica muy bien Stephen de los Pastels en su entusiasta crítica reciente. No es su único fan en la exigente escena anglosajona: Gideon Coe las programó recientemente en BBC 6 Music y la legendaria Margo Guryan -con cuya delicadeza pop encajan realmente bien- las incluyó en una de sus últimas playlists antes de fallecer.
Otro pilar esencial en el vapor místico que desprenden estas canciones son las letras. Ya sean las sencillas coplas de corte sentimental de ‘Sol de Ayer’ o ‘Charlotte’ (precioso y legendario ya ese inicial “Yo quisiera amarte menos / Y por mucho que lo intento, no te dejo de pensar”), las contradicciones de la atracción en ‘Mentira’ (“Quién quiere beber de las lágrimas ausentes / De unos ojos que desmienten tu verdad / Y dime quién va a ser a quien le marques tú los dientes / Y aun así que el dolor le dé placer”) o las metafóricas ensoñaciones de ‘Luna Plateada’ (“ella se imagina que la luna plateá / que ilumina los senderos por donde va a pisar / cuando le preguntan que si sabe a dónde va / sin mirar responde que la luz le llevará… a la bella luna”), casi en cada canción hay dos o tres chispas de embriagador brillo poético.
Es precisamente ‘Luna Plateada’ su más fascinante creación hasta el momento. La canción mantiene el mismo impacto que cuando se publicó hace un año: melodía redonda, letra bella y misteriosa, adictivo compás de 3/4, y unos arreglos de corte casi sinfónico que la elevan a la cumbre. ¿Es quizá su ‘Hijo de la luna’? No es descabellado plantearlo, ya que algunas de las melodías de Adiós Amores podrían competir perfectamente con lo mejor de los hermanos Cano. También es la canción en la que más claramente se aprecia el acento andaluz, algo realmente refrescante en una música pop nacional que rara vez escapa de la estandarización dialectal. Pero lo notable de este disco es que no hay otra canción como esta, de hecho casi ninguna se parece a la anterior, en un viaje por distintos palos que sin embargo no las aleja nunca de su esencia: da igual que sean los seductores beats de techno-andaluz (Iker Oroz dixit) de ‘Noche Iluminada’, el sonido Torrelaguna de bolsillo de ‘Tu diana’, el irresistible pop twangy de ‘Charlotte’, o el staccato a lo Dick Dale de ‘Mentira’, que dados los orígenes medioorientales de la música surf encaja como un guante en los modos andaluces y moriscos de muchas de las melodías de Adiós Amores. El impecable nivel compositivo y la magia de esas dos voces principales (a veces en eficiente unísono, otras en preciosa armonía) son quizá el secreto de esa coherencia.
‘Sus mejores canciones’ no es una simple compilación con dos extras. La secuencia de canciones, no cronológica, está pensada con el cuidado de algo que tiene sentido único, entidad propia, una obra completa. Los dos nuevos temas (que abren y cierran el disco, en precioso paréntesis) prueban además que Imán, Ana y Guille mantienen el excelente estado de gracia compositivo: ‘Sol de ayer’ es lo más Jeanette que han hecho -aún más que ‘Charlotte’- pero sin traicionar su personalidad y lenguaje sonoro, y ‘Noche Iluminada’ seduce al instante y aporta potencial para la pista de baile. Las expectativas están pues en lo más alto para esas nuevas canciones que Adiós Amores grabarán con vistas a un próximo nuevo disco en este próximo verano de 2022. El cielo es el límite.
La segunda jornada del segundo fin de semana de Primavera Sound dejó grandes conciertos de cabezas de cartel como Lorde. Sin embargo, también se vivió una pequeña crisis organizativa en el camino hacia el DJ set de Grimes que recordó a lo vivido el jueves pasado.
Por otro lado, el Primavera está volviendo a enfrentarse a críticas tras agotarse en cuestión de minutos las entradas limitadas a la fiesta de Brunch on the Beach del domingo 12 de junio. Muchas personas que adquirieron el abono completo que incluía acceso directo a esta fiesta han descubierto que no van a poder acceder porque el aforo es «extremadamente limitado», y están exigiendo un reembolso al festival. Hay incluso una página de Change.org abierta que denuncia el caso.
Entre los conciertos de la tarde destacaron el folk-rock con calle de Hurray and the Riff Raff, el soul eléctrico de Brittany Howard, que apeló a la necesidad de los humanos de mantenerse unidos frente a las adversidades, y los laberintos vocales de Marina Herlop, que actuó en una hora diferente tras la cancelación de PinkPantheress.
La magia de Lorde
El concepto de ‘Solar Power’ da pie a que el concierto de Lorde empiece cuando aún no ha anochecido. Aún es de día cuando la neozelandesa emerge sobre el escenario, plantada delante de una escalera blanca que irá girando a lo largo de la actuación, para cantar ‘The Path’. Preside la puesta en escena la proyección de una esfera que representa el sol y que va cambiando de color e iluminación dependiendo del momento. La escalera se encuentra apoyada sobre un bloque esférico, y la estética de la puesta en escena es rural, pero también extrañamente futurista. Una puesta en escena simple y minimalista pero muy efectiva, que Lorde y su grupo de músicos y coristas aprovechan de diversas maneras. Se suben en la escalera en fila, se sientan en el suelo, Lorde canta subida en la escalera de perfil… En la gira de ‘Solar Power‘, Lorde da una lección de escenografía, de cómo sacar partido a una idea sencilla.
Sin embargo, ‘Solar Power’ no es exactamente el centro del concierto. De 15 canciones de las que se compone el set, solo cuatro forman parte de su último álbum. Quizá ‘Solar Power’ nunca iba a tener tanto protagonismo en un concierto de Lorde limitado al formato de festival, aunque la artista diga que los festivales son su «tipo de concierto favorito». Lorde sí toca las mejores canciones de ‘Solar Power’, y la canción titular cierra el set confirmándose como himno aunque al principio no lo pareciera, gracias a su estribillo coreado y a su generosa cantidad de frases memorables.
El concierto empieza titubeante con ‘The Path’, y hay un punto en que a Lorde se la percibe insatisfecha con la recepción del público. Quizá sea imaginación mía, pero tiene que llegar ‘Ribs‘ para que la cantante obtenga el fervor al que está acostumbrada. Cuando el público vocifera al unísono esos «you’re the only friend I need» se crea un instante de euforia colectiva memorable, y se demuestra que ‘Ribs’ es, por mucho, la mejor canción de Lorde, al menos para quien esto escribe.
De ahí la emoción apenas decae: el «broadcast the boom boom» de ‘The Louvre’ aún une a los fans de Lorde como pocas cosas en este mundo. Cuando ya ha anochecido, ‘Liability‘ sigue siendo capaz de provocar el llanto a cualquiera. Lorde explica que la escribe en un momento en que siente sola, y que cantarla acompañada del público le hace sentirse comprendida. Si la introducción a ‘Liability’ emociona, la canción resulta devastadora. A Lorde le da por versionar ‘Cruel Summer’ de Banananarama (y no ‘Hentai‘) y el set vuelve a flojear. No tanto por la canción, sino porque el público no parece familiarizada con ella. Oigo alguien decir «esta no la he escuchado», como si fuera de Lorde. Sin embargo, el set se vuelve a levantar con la retahíla de hits de ‘Royals’, ‘Team’, ‘Perfect Places’ y, por supuesto, la euforia de ‘Green Light’. Rebaja el subidón los coros hippies de ‘Solar Power’, que cierra un concierto casi tan redondo como el sol.
Los trallazos de M.I.A.
El concierto de M.I.A. dejó varios momentos curiosos. Un fragmento de ‘Bulería‘ de Rosalía -en la que M.I.A. aparece mencionada- sonaba de manera continuada a modo de interludio. Además, la rapera tamil presentó un mash-up de ‘Paper Planes’ con ‘You Need to Calm Down’ de Taylor Swift, ‘Royals’ de Lorde y ‘Thunder’ de Imagine Dragons, antes de interpretar la versión original. El show acabó con ‘Marigold’, una canción nueva, melódica, con aspiración de himno tamaño Bob Marley, en la que Maya canta que «los tiempos son difíciles» y que «vamos a necesitar un milagro».
Antes, M.I.A. ha desplegado su habitual retahíla de trallazos, principalmente los incluidos en los primeros dos discos. Se suceden sin descanso ‘Bucky Done Gun’, ‘Pull Up the People’, ‘Bird Flu’, ‘Galang’, ‘Bamboo Banga’, ‘XR2’, ‘World Town’… Los pepinazos de ‘Bring the Noize’ y ‘Y.A.L.A.’ tampoco pasan desapercibidos. M.I.A. se limita a cantar sobre las bases pregrabadas, con muy poca gracia sobre el escenario, pero los temas mencionados son tan espectaculares que da igual. Si estabas en la primera fila probablemente viste a Dios entre tanto temazo.
El set de M.I.A. empiece tan fuerte significa que empieza a decaer cuando la artista empieza a presentar algunas de sus canciones más recientes, como ‘The One’ o ‘CNTRL’. A partir de ‘Borders’, los visuales electro-flúor dan paso a la aparición de un coro joven que acompaña a M.I.A. en el escenario, como si de una misa de Kanye West se tratara. M.I.A. se enfrenta a la indiferencia del público cuando le anima a cantar ‘Borders’ y la gente no se la sabe, y tiene que llegar ‘Paper Planes’ para que la euforia renazca. M.I.A. vive claramente un momento profesional crítico cuando no es capaz de popularizar ninguno de sus nuevos temas. Sin embargo, su repertorio clásico sigue siendo intocable.
Tensión camino a Grimes
El Primavera vivió un momento de tensión cuando una masa de gente intentó entrar en el puente de acceso especial para el Soho House o llegar al DJ set de Grimes. Se creó un tapón de gente en el acceso muy poco seguro. Los agentes de seguridad lograron más o menos desatascarlo, pero aún hubo varias personas que lograron colarse sin importarles la seguridad ajena, aunque hay quien cuenta relatos tremendos sobre el trato recibido por los agentes. La situación provocó episodios de ansiedad y llantos, algo que nadie espera vivir en un festival.
Y ni siquiera valió la pena. El DJ set de Grimes dejó mucho que desear. La artista pinchó temas de electro-house basicotes, y los intercaló con hits más o menos conocidos, más o menos horteras o kistch, de ‘Orinoco Flow’ a ‘Muuu!’ de Doja Cat. La canadiense incluso tiró un fragmento del ‘All I Want for Christmas is You’ de Mariah Carey supongo que por las risas. Acompañada por visuales tipo ‘Envangelion’, la propia Grimes parecía un personaje salido de un anime con su larga peluca blanca soplada por el viento. Por supuesto, ella era el reclamo de su sesión, y no su sesión en sí, pero seguro que por verla nos perdimos sesiones mejor pensadas, más fluidas, más eficientes en general. Eso sí, parece que la sesión no dejó indiferente a nadie:
Primavera Sound llegó anoche a su penúltima jornada temiendo nuevas masificaciones, sobre todo tras la suma de aquellas personas con entrada de día para ver a los Strokes la semana pasada. En mi experiencia personal, sin grandes dramas ni esperas significativas en barras y baños excepto el momento en que actuaba el cabeza de cartel.
La de anoche fue toda una reconciliación con los Strokes. Estoy seguro de que su sonido no logró inundar hasta a la última de las decenas y decenas y decenas de miles de personas congregadas en el Estrella Damm y el escenario contiguo; la visibilidad en demasiadas zonas, es reducida. Pero el grupo se entregó como pocas veces se le ha visto en festivales.
A lo largo de las dos últimas décadas, hemos visto conciertos mejores y peores de los Strokes, con un Julian Casablancas a menudo oculto tras unas gafas de sol y medio ido, con dificultades para conectar con el público. No fue el caso de lo de anoche: lo que nos encontramos fue un Julian con muchas ganas de cháchara, con muchas ganas de excusar su cancelación por covid-19 de la semana pasada, con muchas ganas de bromear sobre quién era el enfermo (“¡fui yo!”) y con muchas ganas de entregarse.
Hubo momentos erráticos: su micrófono en la primera canción, ‘Bad Decisions’, comenzó apagado. Hubo un momento en ‘New York City Cops’ en que cada Stroke parecía ir a su bola, como si de repente hubieran dejado de oírse por el pinganillo. Pero el concierto relució gracias a un repertorio excelente: se metieron enseguida a la gente en el bolsillo con ‘Hard to Explain’, que sonó en segundo lugar; ‘Juicebox’, que sonó la cuarta y ‘Someday’, que sonó la quinta. Cuando llegó ‘Reptilia’, la mayor fiesta de la noche, la gente estaba totalmente dentro. ‘You Only Live Once’ y ‘Take It Or Leave It’ mantuvieron arriba los ánimos con exactamente todo lo que esperamos de un cabeza de cartel.
Tras la última ‘Under Cover of Darkness’, Julian lucía contento en las pantallas, tan feliz que hasta se le olvidó la cazadora. Volvió a por ella por alguna razón, pese a que aguardaba un bis sorpresa con ‘Threat of Joy’.
Menos satisfactoria fue la experiencia de ver a The Smile en este marco incomparable junto al mar. La nueva banda de los principales miembros de Radiohead junto al batería de Sons of Kemet actuaba en el anfiteatro ahora llamado Cupra. En mi cabeza, me disponía a atender a su concierto concentrado y sentadico, consciente de que ahí obviamente no iba a sonar absolutamente nada de Radiohead, preparado para uno de esos shows «de texturas».
Allí no cabía ni un alfiler, en cambio, era imposible sentarse en el graderío ni en ningún lado con un mínimo de visibilidad, y sin pantallas a los lados del escenario (sí había alguna en exteriores), me llevó un rato identificar desde dónde sonaba la voz de Thom Yorke o dónde estaba Thom Yorke en absoluto. Seguro que la culpa es mía por llevar las lentillas más de 8 horas puestas. Poniendo mucho de tu parte -todo lo que puedas poner un viernes después de haberte levantado a las 6 de la mañana en otro punto del país para hacer Ready for the Weekend, el pan de la panadería de moda o aquella labor que implique tu oficio, lo cierto es que musicalmente el show de The Smile resultaba exquisito. Primavera Sound
Desestructurado y sin una línea artística definida, entre los momentos más electrónicos, como ‘Waving a White Flag’, los más acústicos como ‘Skrting on the Surface’ y los más rockeros como hacia el final ‘You Will Never Work in Television Again’; el concierto de The Smile era de aquellos de los de recrearse en lo bien que suenan punteos cosquilleantes, sintetizadores, percusión y sobre todo la preciosa voz de Thom Yorke, que estoy seguro de que fue la clave para que de allí, pese a los altibajos de ritmo y un repertorio aún demasiado joven y bastante desconocido, nadie desertara. Un concierto bonito, aunque hay cierto tipo de cosas que no funcionan programadas más allá de la medianoche. Lo aprendí en un FIB viendo a Beth Gibbons a las 3 de la madrugada, en concreto observando a la gente desmayada en el suelo.
Mucho más animado fue el show de Run the Jewels, que tuvo el humor de comenzar con una emisión de ‘We Are the World’. Una horterada que quizá El-P y Killer Mike pincharon en serio, pues por supuesto su concierto fue un llamamiento a la paz, una celebración de que un festival de música tiene que ser «un lugar seguro». Killer Mike estuvo entregadísimo en sus bromas sobre la masturbación («¡damos asco!», gritó), en su llamada a la lucha de clases o en su presentación de temas como ‘Stay Gold’. Especialmente celebrada fue ‘Nobody Speak’, su colaboración con DJ Shadow, y el show se despidió con la estupenda «a few words» y después con un bis con ‘Run the Jewels’. Ya quedaba mucha menos gente, pero muy entregada y Killer Mike prometió volver pronto.
Creía que mis compañeros catalanes habían exagerado con la distancia a la que se encuentra el llamado «Escenario Mordor». A la gente le cuesta andar lo equivalente a 2 paradas de metro. Pero no. Lo del Escenario Mordor es realmente harina de otro costal, en un festival que ya había admitido bromas sobre una parada de AVE propia, mucho antes de esto. Un festival paralelo al Primavera Sound solo que también llamado Primavera Sound aguarda al otro lado de un puente y apuesto a que más de uno se va del Fòrum sin averiguar que tal cosa existe. Los escenarios Tous y Dice están más enfocados al technazo, con gente como SPFDJ, creando un universo aparte de fiesta, brazos en el aire y gafas de sol, ya aparte de la creación de la Boiler Room Cupra, que ya es otro universo en sí mismo a su vez, con su cola interminable para acceder, solo que mejor situada. Realmente fascinante. Me tuvieron que echar de Mordor con agua caliente.
Danny L Harle era el responsable de cerrar el Escenario Cupra entre 4 y 6 de la mañana con una celebración del sonido PC Music que tanto está entusiasmando a la muchachada. Llenazo de nuevo para su sesión, tras el fiestón del otro día en Razzmatazz, recordando regularmente estar recreando el club ‘Harlecore’ al que apela su excelente disco del año pasado. Sonaron canciones como ‘Take My Heart Away’ mientras atendíamos a proyecciones no sé si futuristas o vintage, del tipo CD, y la única pega es que el escenario cerró antes de lo indicado. Nunca entenderé por qué cierran accesos a diferentes baños antes de tiempo mientras en las barras se continúa vendiendo cerveza. Una reflexión profunda: todo lo que entra tiene que salir por algún lado.
Cerraba así una variadísima jornada en la que también destacaba el gran concierto de Lorde, y que había comenzado a la tarde con un muy buen concierto de pop-rock, crepuscular de Courtney Barnett. Había algo poético en atender a letras de temas como ‘Rae Street’, mientras observabas todo. «Hay una cosa que sé, que el sol saldrá hoy y mañana, nos queda un largo, largo camino por recorrer», cantaba Barnett mientras veías a gente llegar para verla, gente irse a Lorde, a Rigoberta, a bailar tecno, a ver a artistas de los que jamás habías oído hablar… Miles y miles de personas yendo a sitios, por todas partes.
Anni B Sweet y Los Estanques son número 1 con uno de los adelantos de su disco conjunto, ‘Caballitos de mar’. Es el primer top 1 para Los Estanques en nuestro top, pero no para Anni B Sweet, que lo fue con la estupenda ‘Buen viaje’, además durante 2 semanas.
También entran fuerte otras colaboraciones: la de Rocío Márquez con Bronquio, la de Shakira con Rauw Alejandro y la de Yeah Yeah Yeahs con Perfume Genius. Maggie Rogers y Luna Ki pasan por el top 20. Por su parte, Post Malone con Doja Cat y Wallis Bird aparecen en los últimos puestos.
OROVEGA es Claudia Vega. OROVEGA es Orito. OROVEGA es flamenco, DELLAFUENTE y Chavela Vargas. Bueno, al menos son sus mayores inspiraciones. La artista madrileña mezcla la tradición flamenca y cantaora con la modernidad musical de los tiempos en los que vivimos, sin olvidar nunca su herencia sefardí-marroquí por parte de madre. De esta amalgama de influencias surge la música de OROVEGA.
El 1 de abril lanzó su primer proyecto, llamado ‘CANTES DE AMOR Y MUERTE’. El álbum está producido por ella misma y por su frecuente colaborador, AL BLANCO. Está compuesto por diez canciones que narran tanto tragedias como sentimientos puros, tal y como el nombre del disco indica. De todas ellas, nos vamos a centrar en el último tema, ‘DUELE MÁS’, elegida como canción del día. Es cierto que, musicalmente, esta canción no es el mejor resumen de lo que hace OROVEGA, lo cual estaría mejor representado por ‘DIAMANTES Y PUÑALES’ o ‘LUZ Y OSCURIDAD’, pero sí que refleja cuánto se puede alejar de sus principales influencias a la vez que se mantiene fiel a su estilo.
El track está lleno de detalles y efectos puntuales que contribuyen a crear la atmósfera que está persiguiendo la artista madrileña, no solo en la propia canción, sino también a lo largo del álbum. De la melodía silbada, que actúa como hilo conductor, a los versos, en los que OROVEGA se identifica con una mariposa blanca («Una mariposa blanca se coló en mi jardín, sé que lloraba por ti»); ‘DUELE MÁS’ se alinea con el tema del álbum y supone la equiparación del amor con la muerte («Duele más el brillo de sus ojos que un puñal») y el broche final perfecto para el LP.
Si te interesa disfrutar de OROVEGA en directo, esta actuará hoy, sábado 11 de junio, en el Cadavra Club de Madrid, como parte del ciclo de conciertos del Sound Isidro.
Post Malone parecía un trapero blanquito más cuando sacó ‘White Iverson’, su primer single, allá por 2015. Sin embargo, la canción tenía magia. En concreto, una melodía brillante, de esas que te hacen escuchar algo nuevo, y fue capaz de inaugurar una de las carreras más importantes del pop actual. Desde entonces, Posty ha publicado tres álbumes de enorme impacto generacional como han sido ‘Stoney‘, ‘beerbongs & bentleys‘ y ‘Hollywood’s Bleeding‘, y ha colocado decenas de singles multimillonarios en los corazones de millones de personas. El cuarto puede correr la misma suerte.
Los últimos años no han sido especialmente fáciles para Posty. Sí, ahora vive en la montaña y tiene dinero para comprarse dos islas si le apetece, pero también se ha enfrentado a problemas de inspiración, y ha lidiado con su depresión, su adicción al alcohol o con varios desamores. Sobre todo esto canta en el álbum más maduro de su carrera, el cual ha decidido llamar ‘Twelve Carat Toothache’ porque la depresión no entiende de estatus sociales ni económicos.
Sobre ello canta Posty en ‘Love/Hate Letter To Alcohol’, canción que define esta nueva era de madurez de Post Malone. Es una colaboración con Robin Pecknold de Fleet Foxes (su grupo favorito) que suena como la banda sonora de una película de ficción histórica. El artista de Siracusa recuerda un episodio en que, borracho, recibe una paliza que le deja sin varios dientes. El trasfondo de la historia es, por supuesto, una depresión con la que Posty debe lidiar de una vez por todas.
No queda claro, durante el transcurso de ‘Twelve Carat Toothache’, que Posty haya superado sus problemas emocionales y psicológicos. Sin embargo, en el álbum los expone de manera bastante sincera y honesta desde la primera pista, ‘Reputation’, en el que reconoce que «la he cagado» y que «tengo cosas que me gustaría haber dicho». Esta balada a piano nos muestra a un Posty más sobrio y serio, más maduro, que a lo largo del disco encuentra varias maneras de evolucionar, a la vez que sigue siendo él mismo.
Su sonido de trap-pop atmosférico vuelve en ‘Twelve Carat Toothache’. ‘Cooped Up’ es un buen single en este sentido en el que el rapero se muestra listo para volver al ruedo tras meses «encerrado» en su casa. En un estilo parecido, ‘I Cannot Be (A Sadder Song)’ es otro single potencial en el que desafía a una persona que le ha mermado el autoestima («me quieres joder, perdona si me quiero a mí mismo por una hora»). Su respuesta «feliz», ‘I Like You (A Happier Song)’ con Doja Cat, es redonda.
Pero Posty no abandona el pop, ni las guitarras, ni su inquietud por explorar nuevos sonidos. Hace autocrítica por errores del pasado en ‘Lemon Tree’ y, a la vez que pide compasión, entrega una de las canciones folki más bonitas que ha escrito. En un estilo similar a ‘Circles‘, ‘Wrapped Around Your Finger’ es el retrato de un muchacho patéticamente enamorado de una persona que le controla, y redondea otra buena canción de Post Malone. Y ‘Wasting Angels’ apenas necesita un colchón de sintetizador y unos coros góspel para confirmar que el rapero definitivamente ya no es el de antes.
El cambio es para bien: puede que pistas como ‘Insane’ sean redundantes o que la voz trémula de Malone no sea para todos los gustos. Sin embargo, en ‘Twelve Carat Toothache’ se percibe a un artista que está empezando a recoger los frutos de su trabajo. Después de tres discos multimillonarios pero irregulares, ‘Twelve Carat Toothache’ es un trabajo bien atado, en el que casi cada pista ofrece algo interesante (hasta queda apañada la colaboración con The Weeknd), y que aspira tanto a contentar a los fans de siempre como a presentarnos a un autor más maduro. Ambas cosas las consigue.
Todo el mundo recuerda y recordará la espectacular actuación de Jennifer Lopez y Shakira en el tiempo de descanso de la Super Bowl 2020. Este es precisamente el punto de partida del nuevo documental que ha presentado Lopez en el Festival de Cine de Tribeca, ‘Halftime’, el cual se estrenará en Netflix el próximo martes 14 de junio. El filme contará detalles sobre la vida personal y artística de la artista, y cómo se preparó especialmente para el show de la Super Bowl.
Pese a no haberse estrenado todavía oficialmente, Jennifer Lopez es hoy noticia por unas chocantes declaraciones sobre la actuación, las cuales aparecerán en el documental. Las principales quejas de la artista neoyorquina giraban en torno a haber contratado a tan inmensas estrellas para actuar a la vez con un tiempo tan limitado, de forma que ninguna pueda defender sus canciones como se merecen.
«Tenemos seis minutos. Tenemos 30 segundos de una canción, y si nos tomamos un minuto, eso es todo, nos quedan cinco. Tenemos que tener nuestro momento. No va a ser una maldita revista de baile», se quejaba Jennifer Lopez. Al parecer, esta tuvo momentos de verdadera duda respecto a actuar junto a Shakira. No por la artista colombiana en sí, sino por el planteamiento del show. «Es la peor idea del mundo, que dos personas encabecen la misma Super Bowl. No ha sido una buena idea», eso lo que le confiesa Lopez a su directora musical, Kim Burse, mientras planeaban la actuación, según cuenta el diario 20 Minutos.
En ‘Halftime’, grabado entre julio de 2019 y enero de 2021, también se trata la intervención de la hija de Lopez en el escenario, como protesta contra la política migratoria de Donald Trump, y la relación de la artista con el actor Ben Affleck.
Ana Mena se ha visto obligada a cancelar sus dos conciertos de esta semana debido a una faringolaringitis aguda, según sus representantes. Esto significa que la artista malagueña no podrá actuar esta noche en las fiestas de Fuenlabrada, con motivo de la programación del Orgullo, ni este sábado 11 de junio en el festival Oh My Gol!.
En cuanto a la actuación en Fuenlabrada, esta se seguirá celebrando bajo las mismas condiciones el 10 de septiembre en los campos de fútbol de la Aldehuela, como actividad previa a las Fiestas Patronales. Sin embargo, para el Oh My Gol! no habrá segundas fechas. De todas formas, sí que estarán presentes el resto de artistas confirmados para la velada en el RCDE Stadium de Barcelona, entre los que se encuentran artistas tan populares como Rauw Alejandro, Steve Aoki o María Becerra.
El pasado 3 de junio Ana Mena lanzó su último single, ‘Mezzanotte’, un tema en italiano que mezcla el pop tradicional con el EDM y cuyo videoclip supera el medio millón de reproducciones en YouTube. Por si no fuera suficiente en italiano, el próximo 17 de junio Belinda se unirá a la versión en español de ‘Mezzanotte’, ‘Las 12’, la cual ya fue presentada por Mena en vivo en abril. Esto viene a raíz del próximo álbum de la malagueña, un disco doble en italiano y castellano, del cual todavía no hay muchos detalles.
Seis personas han resultado heridas tras el desplome de parte de un escenario del festival gallego O Son do Camiño, que se encontraba en montaje. La Voz de Galicia informa que dos personas se encuentran hospitalizadas en estado grave tras haberse precipitado desde una torre que ha colapsado. Los seis operarios heridos han sido rescatados por los Cuerpos de Emergencia tras quedar atrapadas bajo el montaje.
El derrumbamiento de parte del escenario de O Son do Camiño ha ocurrido a eso de las 12.30 del mediodía, según fuentes de la Xunta, que organiza el festival, por «algún fallo» cuyas causas aún «se investigan». O Son do Camiño ha asegurado que «no está sobre la mesa» la suspensión del festival, que se celebra la semana que viene, pero ha indicado que esperará a que se esclarezcan las causas del accidente para tomar cualquier decisión.
El colapso del escenario de O Son do Camiño sucede a una semana de que se celebre el festival, que tiene lugar los días 17, 18 y 19 de junio en Monte do Gozo, en Santiago de Compostela. En su cartel asoman nombres del peso de The Chemical Brothers, C. Tangana, Liam Gallagher, Rigoberta Bandini, Anuel AA o Dani Martín. Se prevé que 45.000 personas asistan al festival.
PinkPantheress ha cancelado su actuación en Primavera Sound por motivos de salud. La artista británica era una de nuestras recomendaciones destacadas en el cartel del segundo fin de semana de Primavera, pero finalmente no podrá actuar.
La autora de ‘to hell with it‘ ha emitido el siguiente comunicado: «Por indicación médica, no podré actuar en Primavera este fin de semana debido a problemas auditivos. Mi equipo y yo queremos expresar nuestro pesar y disculparnos por la difícil decisión de cancelar, que se ha tomado después de que no tuvieran efecto los esfuerzos por corregir los problemas a tiempo. Tenía muchas ganas de presentar mi música al público nuevo y a mis fans y sinceramente espero volver al escenario lo antes posible, a tiempo para el verano, pero para hacerlo necesito tiempo para recuperarme».
El festival informa también que, a consecuencia de la cancelación de PinkPantheress, los dos primeros conciertos del escenario Cupra de la jornada de hoy cambian su horario: Tarquim actuarán a las 17.50 y Marina Herlop a las 19.45.
PinkPantheress es una de las grandes revelaciones del pop británico de los últimos tiempos. Sus diminutas canciones inspiradas en el drum n’ bass y el garage de los 90 han hecho las mieles de la generación TikTok, y las escuchas de canciones como ‘Pain’, ‘Just for me’ o ‘Break it off’ se cuentan por los cientos de millones. En otra ocasión será.
Zahara publicará en septiembre ‘REPUTA‘, una actualización de ‘PUTA‘, el disco del año pasado, con nombres tan sorprendentes como La Oreja de Van Gogh, Carolina Durante, Rodrigo Cuevas o María José Llergo rehaciendo o remezclando las canciones.
El primer single es ‘Berlin U5’, a la postre la canción más popular del álbum por encima de la mismísima ‘MERICHANE’, ahora con Alizzz.
Alizzz no ha re-producido la canción ni la ha remezclado sino que se suma en su faceta como cantante. Él es de hecho quien abre ahora ‘Berlin U5’, hablando de copas de vino y cigarrillos, el modo en que le vimos en ‘Amanecer’, su tema de after junto a Rigoberta Bandini, solo que aquí en un tono más amargo.
Cristian hace coros en la segunda estrofa, donde llama a Zahara por su nombre -sus amigos la llaman Zeta- y le habla de una chica a la que no puede olvidar (“he visto su nombre escrito en el cielo”).
‘Berlin U5’ era la canción escapista de ‘PUTA’, un relato descarnado sobre el maltrato, con el estribillo «llévame a bailar» representando un deseo de olvidar. La nueva versión no se quita aquí esa sensación de desasosiego y apocalíptica que tenía el vídeo original, y la noche no termina demasiado bien en este caso. Alizzz, más que dar una vuelta de tuerca a la grabación original, más que mejorarla porque no había nada que mejorar, la complementa.
Zahara continúa con su ‘PUTA RAVE TOUR’, que la llevará por ejemplo el 18 de junio a El Bosque Sonoro en la provincia de Zaragoza. Y ojo porque estamos regalando abonos dobles en Instagram.
Britney Spears se ha casado con el actor Sam Asghari. Ambos llevaban prometidos desde noviembre, poco después que Britney fuera liberada de la tutela legal que le ataba a su padre. En su impactante declaración judicial de junio de 2021, Britney expresó que deseaba liberarse de la tutela para, entre otras cosas, poder casarse con Sam, con quien lleva años saliendo.
La boda de Britney y Sam ha sido íntima y ha contado con invitadas como Madonna, Selena Gomez o Drew Barrymore. Con Madonna ha recreado su icónico beso de los premios MTV. Otra de las personas invitadas ha sido Donatella Versace, quien habría diseñado el vestido de novia de Britney, según la revista PEOPLE.
Todas las personas mencionadas se han dejado caer por la residencia de Britney en Thousand Oaks, California. Se ha quedado en el intento su ex marido, Jason Alexander, que ha intentado irrumpir en la propiedad antes de ser detenido por los agentes de seguridad (TMZ). De la familia de Britney, solo su hermano mayor Bryan ha asistido a la ceremonia.
Britney y Sam se conocieron en el rodaje del videoclip de ‘Slumber Party’, una de las mejores canciones de 2016. Recientemente comunicaban la pérdida del hijo que esperaban.
Por otro lado, la intérprete de ‘Toxic’ se encuentra preparando sus memorias, en las que relatará los duros años de su vida bajo tutela legal. Por su biografía, Britney ha firmado uno de los acuerdos editoriales más lucrativos por un texto de no ficción.
two decades later, britney and madonna have recreated the kiss that created a generation of gay people. i could cry pic.twitter.com/Ko2vTxc3av
Pasado el susto de la primera jornada de Primavera Sound el pasado jueves, el segundo fin de semana ha arrancado sin sorpresas. Sí, hay mucha gente, pero se está a gusto, y la calidad de muchos conciertos hacen que te replantees eso de «el año que viene no vuelvo». Además, sabes que es mentira.
Diría que derretirme de calor mientras veía en directo a Amyl & the Sniffers estuvo guay, pero no estuvo tan guay como el concierto de Metronomy. El de Joseph Mount realmente es uno de esos grupos que hacen que valga la pena ir a festivales. No pueden sonar mejor, no pueden tener más temazos. No tienen nada que envidiarle a LCD Soundsystem (el mejor grupo de directo que he visto) y muchas bandas deberían envidiarles a ellos. Sintetizadores, cazuelas, estribillos… estaba todo medido. Todos los instrumentos sonaban a la perfección. Sin duda, el mejor concierto del jueves.
Antes, eso sí, amenizaron el ambiente Khruangbin con sus deliciosos instrumentales de rock psicodélico. Da que pensar lo lejos que han llegado si los sitúan en uno de los escenarios principales, y su concierto estaba a rebosar de gente. Un show bien ubicado en torno a las 8 de la tarde, cuando más apetece escucharlos, cerveza en mano.
A continuación, el post-punk de Interpol congregó a una importante cifra de personas en el mismo escenario, pero no era el momento de perderse a Big Thief, que tocaban casi en la otra punta del recinto. Los de Adrianne Lenker sonaban de lujo mientras el público coreaba estribillos como aquel que apela a los «cuerpos celestiales» de ‘Spud Infinity’. La banda dio gran peso a los instrumentos eléctricos, pero refulgió la voz de Adrienne.
Hordas de gente abandonando el concierto de Gorillaz daban la esperanza de agenciarse un sitio digno frente al concierto de Dua Lipa. Finalmente quienes más suerte tuvieron fueron los que estaban en primerísima fila porque el volumen dejó mucho que desear si te encontrabas en las filas de atrás. Te parecía estar escuchando un concierto más lejano.
No obstante, Dua ofreció la versión festivalera del show que presentó hace unos días en Madrid. Estuvo algo corta de voz y de presencia escénica, pero nadie puede dudar de su estatus de Reina del pop actual con semejante repertorio de hits. El público se las sabía todas y, si no, las cantaba en el idioma de Marina Herlop y se quedaba tan a gusto. En el pre-estribillo de ‘Levitating’ no sabías si estabas cantando la canción o la versión de Miguel Bosé que supuestamente ha plagiado. Que, por cierto, merece la pena poner en pausa un momento el show de Dua Lipa para hablar del concierto que dio Herlop unos días antes en la sala LAUT, como parte de Primavera a la Ciutat.
Marina Herlop: magia vocal
Perfectamente ubicada en una de las salas de Barcelona con mejor acústica, conocida por acoger excelentes sesiones de tecno, Marina Herlop confirmó que es una de las artistas revelación del año. Sus canciones hacen pensar en la Björk de ‘Medúlla’ producida por Arca, y se crecen en directo como si ese tuviera que ser exclusivamente su lugar. La artista presentó temas inéditos cantados en catalán y también otros incluidos en su último álbum, ‘Pripyat‘, e hizo gala de los múltiples ganchos insospechados -sobre todo vocales- que es capaz de crear. Tanta admiración y respeto causaba la música de Herlop en la asistencia que nadie parecía atreverse a dar un solo aplauso por miedo a perturbar la magia. Sin embargo, hace falta que una persona aplauda para que las demás la sigan, y el ambiente se relajó enseguida. Herlop merecía todos los aplausos que le cayeran.
Volviendo a Dua Lipa, un concierto que empieza con semejantes pepinazos como ‘Physical’ y ‘New Rules’ no está al alcance de muchísimas personas. Hasta Angéle se dejó caer por el escenario para cantar ‘Fever’. Cierto es que el repertorio tambaleaba cuando Dua interpretaba algunas de las canciones más flojas del disco, como ‘We’re Good’ o ‘Good in Bed’, pero pronto se levantaba otra vez con las cluberas ‘One Kiss’ y ‘Electricity’ y con una ‘Cold Heart’ animada por la bandera del Orgullo, la única que importa. Eso sí, el público pareció dividirse en torno a ‘Future Nostalgia’, la pista que inaugura el álbum. Tengo la teoría de que hay gente que empieza el disco directamente por la pista 2, nada menos que ‘Don’t Start Now’, y voy a poner mi teoría a prueba ahora mismo.
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Acabado el concierto de Dua Lipa, los gays partieron rumbo hacia Mordor, donde les esperaba el oráculo de Charli XCX. Sin embargo, el camino hacia la tierra prometida estuvo plagada de obstáculos.
Crónica de una peregrinación
A eso de las 2.00 abandonamos el escenario Estrella Damm camino a TOUS, que en el Parc del Fòrum es equivalente más o menos a ir de Cataluña a Galicia. Poco tiene que envidiar esta ruta al Camino de Santiago, y las dos son muy parecidas porque la hace gente que se mata a caminar para ver a un santo o, en el caso de Charli XCX, a una diosa. Por el camino nos morimos de sed, hambre, nos topamos con soldados muertos en batalla y creo que vimos a Michael Jackson aunque puede que fuera un delirio. Al final llegamos al oráculo pero apenas nos dio tiempo a hacer el «beep beep» de ‘Vroom Vroom’. Por supuesto, valió la pena.
La jornada del jueves (finde 2) terminó con la sesión electro de 2manydj’s. Indispensable si no te gusta otra cosa más en este mundo que bailar remixes de ‘Bizcochito’ de Rosalía. Este sí es el single que falta por potenciar de ‘MOTOMAMI‘ y no otros.
Desencanto con Magdalena Bay
El miércoles en Primavera a la Ciutat actuaban Magadalena Bay, uno de los grupos de pop más prometedores de la actualidad. Compartían cartel con Pom Pom Squad, Ride, Khruangbin y Phoenix. Tenía muchas ganas de escuchar en directo ‘Mercurial World‘, su excelente debut, pero desde el comienzo el concierto estuvo marcado por el caos. Antes de actuar el grupo preparaba los instrumentos y ya se le veía preocupado. Una vez empezado el show, la voz de Mica Tenenbaum no se oyó en la totalidad de la primera canción, que tuvo que interpretar dos veces, y las baterías sonaban demasiado altas, hasta el punto de apagar totalmente el sonido de los sintetizadores. Los visuales tipo Siri tenían su gracia, pero no parecía que Magdalena Bay se hubieran preparado muchísimo el show.
Demi Lovato venía hypeando su regreso, afirmando que había dado con el sonido que quería para expresarse. Ese sonido ha resultado ser el de ‘Celebrity Skin’ de Hole, el mayor éxito de la banda a finales de los años 90.
‘Skin of My Teeth’, el single que acaba de publicar y que ha presentado en el show de Jimmy Fallon, se parece a ‘Celebrity Skin’ desde el segundo cero, por no hablar de que hasta el título de ambas canciones contiene la palabra “skin”. Ya hemos buscado a Courtney Love y a Billy Corgan de Smashing Pumpkins, que echó un cable en aquella era, en los créditos oficiales de la canción de Demi, pero no están. Ya veremos cómo acaba esto, si en los juzgados, o se hace la vista gorda, como hicieron Bronski Beat con el fusilamiento de Ed Sheeran a ‘Smalltown Boy’ en el masivo ‘Bad Habits‘.
Por lo demás, ‘Skin of my Teeth’ es una canción concreta y efectiva, directa a la yugular, una de las que más claras tiene las cosas de toda la carrera de Demi Lovato, y que seleccionamos como “Canción del Día” hoy. El post-grunge de los últimos 90 sirve a la artista para expresar su calvario en rehabilitación: “Demi deja rehabilitación otra vez” es la primera frase del tema y “no puedo creer que no esté muerta” la última antes del estribillo, que tarda muy poco en llegar. Nada como colgarte una guitarra eléctrica para sobrevivir al infierno.