Telecinco ha rescatado de sus archivos la presentación que Rosalía realizó hace 10 años en el concurso de talentos ‘Tú sí que vales’. Con 14 años, la cantante versionó ‘Como en un mar eterno’ de Hanna y ‘Leave (Get Out)’ de JoJo y fue juzgada por la misma Noemí Galera que hoy dirige la Academia de Operación Triunfo y por los mismos Los Morancos que han imitado ‘Malamente’ en una de sus divertidas parodias.
También Àngel Llácer y Javier Sardá estuvieron por ahí para valorar a la cantante, que no consiguió pasar de las semifinales pese a su sorprendente seguridad. Atención a la cara de Llàcer cuando, ante su crítica, Rosalía contesta “no pasa nada, yo he venido aquí a aceptar las críticas y a aprender de profesionales como vosotros”, o al momento en que Rosalía discute la valoración del jurado por desafinar mientras bailaba. “No se puede todo”, replica la catalana.
Hoy el éxito de Rosalía es internacional, como demuestra la recepción de su nuevo disco recién publicado, ‘El mal querer‘. Por cierto, existe otro directo antiquísimo de Rosalía disponible en Youtube, en el que aparece cantando flamenco en un concierto cuando era adolescente. Aunque más fascinante es verla tocando el teclado para Rocío Márquez en 2015, en Primavera Sound, como una músico más.
Pese a haber sido recibido espléndidamente por la crítica, parece que la repercusión de ‘Chris‘, segundo largo de Christine and the Queens, está siendo discreta. Al menos, más de lo que merece, porque se trata de un álbum tan complejo y rico como atractivo –que no inmediato ni fácil–. El nuevo trabajo de Héloïse Letissier se concentra en mimar su faceta más funk, claramente inspirada por el Prince y el Michael Jackson de los 80 –aunque aquí y allá figuran referentes coetáneos pero menos obvios, como Bruce Springsteen o Arthur Russell–.
Aunque el principal magnetismo del álbum está en canciones como ‘Doesn’t Matter’, ‘5 Dollars’, ‘Girlfriend’, ‘Chris’ contiene también una cara menos obvia, más delicada y dulce. Uno de los mejores ejemplos es ‘La Marcheuse’/’The Walker’ (recordemos que se trata de un disco doble, con versiones en francés e inglés de sus canciones), un medio tiempo de ritmo ágil, casi bailable, que se envuelve en ambientes ensoñadores, impulsados por unos sonidos celestiales que tienen un origen curioso: según explicó a Pitchfork, parte del álbum se grabó en un antiguo estudio del dúo Air en París, donde encontró instrumentos tan curiosos como ese Neuron que suena en este tema y que aporta ese sonido a medio camino de lo sintético y lo orgánico, un poco John Carpenter.
Paradójicamente, esa envoltura de apariencia dulce da soporte a una de las letras más duras de ‘Chris’. En ella Letissier muestra a una persona que, literalmente, sale a la calle en busca de golpes que le procuren visibles moretones: «Salgo a dar un paseo / Y no regresaré hasta que alguien tiña mi piel / Así es cómo escogí hablar / Con violentos golpes, dolorosas flores violáceas». En cierto modo, podría verse en ella –en línea con canciones sobre el sexo fuera de convenciones prsentado en ‘5 Dollars’– el pensamiento íntimo de un/a masoquista. Sin embargo, la aparente frialdad con la que Christine lanza frases como «un ojo hinchado dura cuatro días / de furiosa calma / nieve en mayo / Estoy mucho mejor sola: / Ya que nadie llora, no hay nadie a quien culpar» lleva a pensar incluso en un retrato del maltrato físico en una relación abusiva.
Pero el vídeo oficial (primero se lanzó una versión en francés, ahora otra en inglés, clavada plano a plano), filmado en algún paraje de España rural más desolada por Colin Solal Cardo, ofrece otra visión: quizá, en ese círculo violento, Letissier sólo busca algo de ternura, como la que ofrece al enorme morlaco (Topetazo, se llama) al que hace frente en este llamativo clip en el que, paradójicamente, aparece ataviada casi como un torero. «Esta canción tiene mucho que ver con encontrar valor y exponerte a ti misma», decía reveladoramente a Pitchfork.
Christine and the Queens llevará a cabo una gira mundial de presentación de ‘Chris’ que, de momento, no incluye España. Algo extraño, si tenemos en cuenta que varias de sus canciones incluyen frases en nuestra lengua y, como muestra este vídeo, es evidente que tiene una relación especial con nuestro país. ¿Será cuestión de esperar?
Las hermanas Rohrwacher se han convertido en pocos años en una de las parejas de referencia del actual cine italiano. Alba, la mayor, se dio a conocer como actriz con exitazos como ‘Mi hermano es hijo único’ (2007), ‘La soledad de los números primos’ (2010) o ‘Yo soy el amor’ (2009), la primera gran película de Luca Guadagnino (‘Call Me by Your Name’, ‘Suspiria’). En apenas una década, la actriz ha ganado los premios de interpretación más importantes de Italia: dos David di Donatello (‘Giorni e nuvole’, ‘El padre de Giovanna’) y el premio a la mejor actriz en el festival de Venecia (‘Hungry Hearts’).
Alice, dos años más joven (las dos son hijas de padre alemán y madre italiana), fue la revelación del festival de Cannes de 2014 tras ganar el Gran Premio del Jurado -el segundo en importancia del certamen- con ‘El país de las maravillas’. Era su segunda película como directora tras ‘Corpo celeste’ (2011), inédita en España y que se proyectó en la Quincena de Realizadores. ‘Lazzaro feliz’, donde también actúa su hermana, ha supuesto su consagración. La película volvió a llevarse premio en Cannes (Mejor guión, escrito por la propia Alice) y acaba de pasar con éxito por el festival de Sitges (Premio especial del jurado, Premio de la crítica y Mejor película del jurado joven).
‘Lazzaro feliz’ narra la singular historia de amistad entre un inocente campesino (el Lazzaro del título), que vive en una aldea apartada del mundo y casi del tiempo, y el hijo de una marquesa para quien éste trabaja junto a varios jornaleros. La abusiva y anacrónica relación laboral que se establece entre la patrona y los trabajadores (basada sorprendentemente en un hecho real) marca el tono de la primera parte del filme. Una mezcla entre fábula política y naturalismo casi antropológico (atención a la impresionante secuencia de la toma de la temperatura de un febril Lazzaro), que se convertirá en algo completamente diferente y gozosamente inesperado en la segunda parte de la película.
Clásicos del cine italiano como Pasolini (el protagonista recuerda a los que interpretaba Ninetto Davoli), el neorrealismo y la aristocracia decadente de las películas de Visconti, el Vittorio de Sica más poético de ‘Milagro en Milán’ (1951), la fantasía de Fellini o el Ermanno Olmi de ‘El árbol de los zuecos’ (1978) sobrevuelan por ‘Lazzaro feliz’ como la música sacra que se “escapa” de una iglesia en una de las más hermosas secuencias de la película. Alice Rohrwacher recoge toda esta rica tradición para dar forma a un nuevo neorrealismo, una manera de interpretar la realidad del siglo XXI llena de imaginación, lirismo y humanismo.
‘Lazzaro feliz’ es una película felizmente a contracorriente. En tiempos donde es más fácil hablar desde una (cómoda) postura nihilista, airada o derrotista, viendo a tu prójimo como un enemigo a batir, expulsar o destruir, la directora resucita, como el Lázaro bíblico, conceptos que parecen muertos, como la empatía y la ternura. Un combativo discurso que aparece encarnado en un personaje inolvidable: Lazzaro, un santo laico (interpretado por el actor no profesional Adriano Tardiolo, afectado con síndrome de Asperger), que observa todo con ojos inocentes y candorosos. Y es que, en mundo cínico y egoísta, la bondad es el mayor gesto revolucionario. 8,5.
Panda Bear, que ha publicado disco este año con Animal Collective, un ‘Tangerine Reef’ dedicado al arrecife de coral, no lanza álbum en solitario desde 2014. Este año ha visto la luz el EP ‘A Day With the Homies’, publicado solo en vinilo, pero desde ‘Panda Bear Meets the Grim Reaper‘ no ha habido disco de Panda Bear propiamente hablando.
La espera terminará el 8 de febrero con la salida de ‘Buoys’, el nuevo álbum de Panda Bear, recién anunciado. Grabado en Lisboa, donde Noah Lennox reside desde hace años, el músico ha trabajado en él junto a Rusty Santos, quien participó en su excelente segundo álbum como Panda Bear, ‘Person Pitch’, así como con la rapera chilena Lizz y el músico portugués Dino D’Santiago, tal y como informa Pitchfork. Ojo, ambos artistas han trabajado con Panda Bear en los temas del disco “más enfocados en el reggaetón”.
Quizá ninguno de estos detalles prepare a nadie para el primer avance de este nuevo trabajo, ‘Dolphin’, un tema nada reggaetón, de sonido sereno y melodía lánguida que mezcla guitarras acústicas con una base electrónica de la que emergen efectos acuáticos. Es un tema extraño cuanto menos, y su videoclip psicodélico no podría servir de mejor acompañamiento. No, esto no tiene madera de single como ‘Boys Latin’, pero sí puede llegar a fascinar como solo las canciones de Panda Bear lo pueden hacer.
Buoys:
01 Dolphin
02 Cranked
03 Token
04 I Know I Don’t Know
05 Master
06 Buoys
07 Inner Monologue
08 Crescendo
09 Home Free
ionnalee, proyecto actual de la líder de iamamiwhoami, confirma nuevo concierto en España tras sorprender en su paso por el BIME, donde ofreció uno de los sets más llamativos de todo el festival. Durante este concierto, que destacó por su impoluta escenografía, ionnalee declaró que esperaba volver “tan pronto como le fuera posible” y voilà.
En esta ocasión, la sueca actuará el 23 de marzo en el RazzClub de Barcelona para presentar el álbum que ha publicado este año en solitario, ‘EVERYBODY AFRAID TO BE FORGOTTEN‘. Las entradas salen a la venta el lunes 12 de noviembre a las 9 de la mañana, a un precio de 16 euros + gastos. El precio en taquilla será de 18 euros. La apertura de puertas se realizará a las 1.00 horas.
El telonero de ionnalee será Tungorna, el productor, músico y compositor Johan Lundgren, que acaba de firmar con el sello de ionnalee, To whom it may concern, y lleva años acompañando a Lee en los conciertos de iamamiwhoami. Turgona, que factura una electrónica lo-fi similar a Four Tet o Caribou, acompañará a la artista con un set de DJ.
Bon Iver, el proyecto de Justin Vernon que tantas seguidores y alabanzas haya acaparado en los últimos años gracias a álbumes como ‘For Emma, Forever Ago‘, ‘Bon Iver‘ y ‘22, A Million‘, es el nuevo nombre confirmado este lunes, 12 de noviembre, en el cartel de Mad Cool Festival 2019. A lo largo del fin de semana, el certamen a celebrarse en Valdebebas entre el 11 y el 13 de julio, ha confirmado también a Milk Teeth y The Snuts.
Fieles a su política de anunciar su cartel con una banda/artista al día, este viernes 9 de noviembre Mad Cool Festival ha anunciado que Vampire Weekend estarán presentes en el festival madrileño, en lo que supone su regreso a nuestro país tras años de ausencia. Lo harán, presumiblemente, para presentar la continuación de ‘Modern Vampires of the City‘, en la que llevan trabajando años (ya sin Rostam, eso sí) bajo el posible título de ‘Mitsubishi Macchiatto’ y que podría publicarse en breve bajo el auspicio de Sony.
El jueves 8 de noviembre, tras semanas de rumores, finalmente Mad Cool ha confirmado en su cartel de 2019 a The Cure, que recientemente anunciaban gira internacional, lo que incluía una fecha en NOS Alive 2019. Por fechas se sospechaba que el grupo de Robert Smith pudiera reservarse una aparición en al menos un festival español, y parece que Mad Cool ha sido el elegido.
The Cure llevan desde 2008 sin publicar álbum de material inédito, y en esta última década se han dedicado sobre todo a realizar giras multitudinarias presentando su repertorio clásico. En 2016 pudimos verles en Barcelona. No sabemos cómo irá esta próxima gira después que Smith reconociera que su estilo gótico, imitado mil veces, es postureo, pero seguro que muy bien.
Minutos después de que el pasado miércoles 7 de noviembre se conocieran las primeras confirmaciones del FIB, entre las que se incluyen Lana del Rey y The 1975, estos últimos eran también confirmados por Mad Cool, después de revelarse The National como el primer nombre de su cartel. Así, el grupo británico actuará en Madrid una semana antes de que lo haga en el Festival de Benicàssim: el primero se celebra entre el 11 y el 13 de julio, y el segundo del 18 al 21.
Sucede así que, como ocurría meses atrás con Arctic Monkeys, Mad Cool no tiene reparos en incluir en su cartel a bandas estelares que ya figuran en otros eventos similares. Si bien en aquel caso es cierto que les separaban un par de meses con respecto a Primavera Sound, el primer festival en confirmarles.
Por su parte, The 1975 están a punto de publicar –será el 30 de noviembre– su nuevo disco, ‘A Brief Inquiry Into Online Relationships’, del que han venido adelantando singles como ‘TOOTIMETOOTIMETOOTIME’, ‘Love It If We Made It’ o ‘Give Yourself a Try’. Hace unos días mostraban otra nueva canción, ‘It’s NOt Living (If It’s NOt With You)’, si bien para cuando nos visiten estas canciones ya serán casi antiguas: aseguran que el próximo marzo lanzarán otro álbum inédito.
Tras el reciente estreno de ‘Élite’ y el éxito de ‘Las chicas del cable’, ‘Paquita Salas’ o ‘La casa de papel’, Netflix prepara nueva serie de producción nacional, ‘Alma’. Será un drama adolescente con componente sobrenatural, y su director será Sergio G. Sánchez, guionista de ‘El orfanato’ y ‘Lo imposible’ de Juan Antonio Bayona. Sánchez escribirá el guion de ‘Alma’ junto a Teresa de Rosendo (‘Sweet Home’, ‘U.C.O.’) y Paul Pen (‘El brillo de las luciérnagas’, ‘El aviso’).
Esta es la sinopsis de ‘Alma’, desde El País: “La historia comienza cuando su protagonista, Alma, despierta en un hospital sin recuerdo alguno del accidente de autobús que ha sufrido y en el que han muerto la mayoría de sus compañeros de instituto. Tampoco recuerda nada de su pasado. Ni siquiera a sus padres, que son unos desconocidos, ni su casa, un lugar plagado de secretos y misterios. Empieza creer que todo su entorno le miente, intentando convertirla en alguien que no es. Atrapada en un mundo que no siente como propio, deberá desentrañar los misteriosos sucesos que precedieron al accidente antes de que su verdadera identidad se desvanezca para siempre”.
A través de la citada premisa, el director de ‘El secreto de Marrowbone’ ha explicado que ‘Alma’ explorará sus “temas favoritos”, como “el viaje de la infancia a la madurez, el umbral entre la vida y la muerte [y] el espacio emocional donde la realidad se funde con la fantasía”. Lo hará, por cierto, en 10 episodios de 50 minutos cada uno. Su estreno se espera para 2020.
A principios del verano nos hacíamos eco del lanzamiento de ‘Vibrato’, álbum debut del madrileño Marcos Terrones, un hito en una carrera que comenzó siendo adolescente como miembro del colectivo Nouvelart. El EP ‘Serendipia’ (2016) fue su carta de presentación bajo el alias Oddliquor y pronto llamó la atención tanto de artistas de su generación, como el gang de origen canario Broke Niños Make Pesos (Choclock, Indigo Jams o Cruz Cafuné han colaborado con él) o Nathy Peluso (suyas son las bases de ‘Daga’ o ‘Sandía’), como de nombres más veteranos como Dano, al que ha remezclado.
Y es que la gran baza de Oddliquor es su versatilidad y amplitud de capacidades: hace sus propias producciones (aunque en ‘Vibrato‘ figuraban colaboraciones como las de Steve Lean o Alberto Rock), bien educadas en el R&B más audaz -con toques latinos, dance, jazz y trap-, y también rapea y canta en una onda próxima a Abel Tesfaye, Jeremih o Frank Ocean. Y todo lo hace bien. Esto deriva en temazos ajenos a géneros (como ocurre con su colega One Path, su estilo colorista no se puede alinear exactamente con los nombres más pujantes del urban pop) como los irresistibles ‘Booty Boo’, ‘La reina’ o ‘Arrebato’.
Pero, a sus apenas 23 años, parece evidente que su trayectoria apenas ha empezado y apunta muy alto: hace pocos días se dejaba ver en las oficinas de Universal Music, postulándose como un más que posible fichaje de la multi tras el de Maikel Delacalle. Si nos atenemos a singles como el arrebatador ‘Quiere volver’, una suerte de epílogo a la relación truncada que se plasmaba en ‘Vibrato’ («Bien malito te hice un disco entero / ahora canto y tengo tres p’a luego»), que no deja duda de su proyección. Este fin de semana, tras llenar en julio la Sala Apolo de Barcelona, vuelve al mismo espacio en La Cangri: en el club auspiciado por Bea Pelea, este domingo 11 de noviembre se dan cita Oddliquor con Alberto Rock, Soto Asa (de La Vendicion, que recientemente publicaba EP con colabos de Bad Gyal y Yung Beef) y $antana 100000. Más información y entradas, aquí.
Rosalía ha aparecido esta noche en LeitMotiv, el programa de entrevistas de Andreu Buenafuente en Movistar+, para cantar ‘Di mi nombre‘ y ofrecer una pequeña entrevista en la que ha hablado de su pasión por el flamenco, sus referencias y por supuesto ‘El mal querer‘, su nuevo disco.
Rosalía, que menciona tanto a Björk como a La Paquera de Jerez y a La Niña de los Peines entre las mujeres que la inspiran por su independencia, así como a Johnny Cash por el tiempo que permaneció grabando discos hasta bien entrado en la vejez, asegura a Buenafuente que ‘El mal querer’ es un disco hecho desde el amor al flamenco pero también a otros estilos, y que por tanto no cree que esté inventando algo nuevo. “Siento cada vez más que todo inventado, que todo depende del contexto y que, cuánto más juegas con el contexto, más da la ilusión de que estás creando algo nuevo”. La cantante apunta: “’El mal querer’ es un trabajo de inspiración flamenca ante todo, pero también hay [en él] muchas otras músicas que hacen que esto suene como suena”. Rosalía habla además de su amor por el estudio y el escenario, sus dos lugares favoritos.
Por cierto, ‘El mal querer’ es hoy el álbum destacado en Pitchfork. Puntuado con u 8,8 sobre 10 y la etiqueta “Best New Music”, empatando con Kamasi Washington o Mitski, es uno de sus discos mejor valorados del año. ‘El mal querer’ ha recibido también grandes halagos de Rolling Stone y The Guardian, aunque había ganas de conocer la opinión de Pitchfork, un medio mucho más enfocado que estos dos últimos en el underground, y que en el pasado ha hablado también de Bad Gyal, Delorean o John Talabot (su último “Best New Music” español antes de Rosalía, como se apunta en nuestros foros).
Este miércoles se ha celebrado una nueva gala de Operación Triunfo que ha vuelto a generar una pequeña polémica en las redes sociales, en este caso centrada en torno a una imagen de ella que la cantante Brisa Fenoy, que esta semana formaba parte del jurado, publicaba antes del inicio de la gala. En esta imagen, Fenoy aparece junto a su guion, en el que puede apreciarse un esquema con las valoraciones de los concursantes (aprobados seguros, posibles nominados y favoritos) decididas de antemano. Algunos seguidores del programa han mostrado su decepción ante Operación Triunfo por supuestamente “guionizar” los resultados de la gala, utilizando incluso la palabra “tongo”.
El director de Gestmusic, Tinet Rubira, en Twitter, y la directora de la Academia, Noemí Galera, en el chat, han explicado no obstante que este guion contiene únicamente resultados provisionales, decididos durante una reunión antes de la gala y sujetos a cambios durante la misma. “El jurado hace los deberes”, ha escrito Rubira en Twitter. “Tienen una reunión el miércoles por la tarde y visionan todos los ensayos del martes en el plató y hacen sus previsiones. La decisión final la toman viendo la actuación de la Gala. Les avanzamos el favorito cuando hay alguien muy destacado”.
Es muy difícil imaginar que un programa de televisión, especialmente tan exitoso como Operación Triunfo, no esté guionizado, lo que no significa que el jurado se aferre al cien por cien a sus valoraciones provisionales durante una gala en la que pueden pasar muchas cosas. ¿No es bastante obvio que un jurado que valora en televisión ha de tener una idea reflejada en papel de lo que va a decir, aunque luego pueda cambiar? Aunque quizá quepa en el debate otra pregunta: ¿hasta qué punto y, sobre todo, de qué manera pueden influir estas valoraciones provisionales en las decisiones finales que el jurado toma durante la gala? En otras palabras, ¿puede el jurado valorar en base a prejuicios y no tanto en base a las actuaciones que ve y escucha en directo?
Si. El jurado hace los deberes. Tienen una reunión el miércoles por la tarde y visionan todos los ensayos del martes en el plató y hacen sus previsiones. La decición final la toman viendo la actuación de la Gala. Les avanzamos el favorito cuando hay alguien muy destacado. https://t.co/OhM3PuuCPT
Hoy jueves 8 de noviembre y hasta el día 12 tendrá lugar en el recinto Fabra i Coats de Barcelona una nueva edición del festival MIRA 2018, centrado en la música electrónica y de vanguardia y cuyo cartel no solo está compuesto por nombres destacados como Tangerine Dream, Seefeel, El Sueño de Hyparco, Christoph Da Babalon, Atom™, Coucou Chloe o Yves Tumor, sino también por toda una sección de artistas sonoros que presentarán sus propuestas y espectáculos en el espacio 3D Sound Room, que durante el resto del año es un museo pero que, como su nombre indica, para el MIRA proporciona una experiencia de sonido más elevada y exquisita para los asistentes del festival, a través de su innovador sistema de sonido de 40 altavoces creado por la “tecnología inmersiva auditiva” de INTORNO LABS.
Precisamente el primer día de MIRA 2018 presentará su nuevo espectáculo Nicolas Jaar, el productor chileno-estadouidense autor de discos de electrónica tan queridos como ‘Space is Only Noise’, ‘Sirens’ o la reciente recopilación “Against All Logic (A.A.L.)”. Jaar acaba de incorporarse al cartel del festival Junto a la bailarina mexicana Stéphanie Janaina, con quien estrenará, en el espacio 3D Sound Room, su nuevo espectáculo de improvisación ‘¡miércoles!’.
Además de Jaar, también podrán verse en el 3D Sound Room de MIRA 2018 los directos de Alessandro Adriani, Borusiade, Christian Len (que actuará con Papadupau, mitad de ZA!), rROXYMORE, Ralp, Tapan, Varg y Wolf Müller & Niklas Wandt, además de las sesiones de DJ Stringray y Josey Rebelle. Por cierto, INTORNO LABS también pondrá a disposición del público la instalación sonora ‘STRUCTURE’, creada por el artista visual francés Julien Bayle y que el festival describe como una “maravilla digital”.
Los canadienses Metric gozan de muy buena fama en su país, donde han colocado sus cuatro últimos discos en el top 10 de ventas, hasta el punto de editar DVD’s en directo y esas cosas tan años 90. Pueden también presumir de haber llegado a colaborar con Lou Reed, quien les acompañó en la que iba a resultar la última grabación original de su vida, ‘The Wanderlust’ (sorry, Lana); pero sobre todo de no haber perdido su empeño en seguir y su deseo de internacionalizarse, y así, esta semana nos visitan de gira para presentar su nuevo álbum.
‘Art of Doubt’, editado este otoño, ha sido producido por Justin Meldal-Johnsen, quien ha trabajado con Nine Inch Nails, Garbage o Paramore, lo cual ha encajado perfectamente en el sonido Metric, siempre entre la oscuridad y la música pop.
La banda liderada por Emily Haines no ha renunciado aquí a los sintetizadores, y ahí está por ejemplo esa ‘Anticipate’ que les acerca a los territorios más comerciales de The Knife; el arranque tan OMD de ‘Now or Never Now’; o la balada final ‘No Lights on the Horizon’, que toma su nombre de la gira realizada junto a Death Cab for Cutie. Pero es cierto que en ‘Art of Doubt’ hay una voluntad más fiera e incluso ligeramente heavy, como muestran el contundente estribillo de ‘Dark Saturday’, uno de los mejores del año; o esa guitarra que aparece en ‘Love You Back’. Otras se acercan al post-punk, entre los primeros U2 y Siouxsie (‘Dressed to Supress’) o The Cure (‘Now or Never Now’).
Los textos del álbum tratan de dar un paso al frente en cuanto a confianza en uno mismo («yo valgo tu peso en oro», desafía la mencionada ‘Dark Saturday’), hablando sobre no rendirse (la titular e intrigante ‘Art of Doubt’), pero presentando momentos de debilidad, como cuando ‘Holding Out’ plantea qué pasa cuando los buenos tiempos no llegan. En ellos, brilla sobre todo la voz de Haines, apta para los momentos más desgarrados, pero especialmente hermosa en los agudos por ejemplo de ‘Seven Rules’, cuando caben las comparaciones con Alison Goldfrapp.
Metric entregan en general una colección de melodías muy trabajadas en su estructura y composición. Paradójicamente, casi de más: es tal el número de estrofas, pre-estribillos, puentes, outros y pasajes instrumentales que se han currado (para muestra por ejemplo, ‘Risk’) que el disco resulta algo intenso, pareciendo contener 16 pistas en lugar de 12. Por lo demás, otro lanzamiento que les mantiene vigentes y bastante frescos, cuando no precisamente todos los grupos de su generación pueden decirlo.
Metric actúan este sábado 10 de noviembre en OchoyMedio, Madrid, y el domingo 11 de noviembre en Bikini, Barcelona. Entradas, aquí.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Dark Saturday’, ‘Art of Doubt’, ‘Underline the Black’, ‘Risk’ Te gustará si te gusta: Garbage, Yeah Yeah Yeahs, Nine Inch Nails, The Gossip Escúchalo:Spotify
El próximo 9 de noviembre The New Raemon lanza su nuevo álbum de estudio, ‘Una canción de cuna entre tempestades’ tras el recopilatorio ‘Quema la memoria’. Un disco más oscuro y hermético que ‘Oh, rompehielos’, pero igualmente cautivador, que comienza a presentar ya mismo: mañana, 8 de noviembre, lo hace en la Sala But de Madrid (OchoyMedio); y el próximo 15 de noviembre en la Sala Apolo de Barcelona. Hablamos largo y tendido con Ramón Rodríguez sobre este nuevo lanzamiento. Pero también sobre carreras, profesionalización, Javier Álvarez, redes sociales, paternidad y un largo etcétera. [Foto de Noemí Elías]
Mi primera pregunta es sobre la fecha de salida del disco. El lanzamiento estaba preparado para septiembre, pero se ha retrasado hasta el 9 de noviembre. ¿Por qué?
Por un tema de la fábrica de vinilos. Están saturadas. Estaba programado para el 18 de septiembre. De hecho, estaba yo en Madrid de promo, llega un e-mail de la fábrica, te llama la discográfica y te dicen: “¡Houston!”. Pero ojalá todos los problemas fueran así. Lo que también sucede es que, como es el primer disco que saco con una multinacional, tuvimos que firmar toda una serie de contratos, que luego tienen que ir a unos despachos en Alemania, luego a un notario de no-sé-dónde, los tiene que mirar todo quisque y, hasta que no están aprobados todos los contratos, no se aprueba el presupuesto ni se lleva a fábrica. Eso es lo que debe haber pasado. Además, decidimos que queríamos sacar todo a la vez. Podríamos hacer el lanzamiento ahora [ndr: la entrevista se celebra a 4 de octubre], pero luego llegaría el vinilo, la gente que ha hecho pre-order, que si te compras primero el cd y luego piensas que querías el vinilo… Todas estas cosas. Piensas en el público, básicamente, y venga, para el 9 de noviembre.
El disco lo ha producido Raúl Pérez…
En La Mina, en Sevilla. Es su estudio, que lo llama así. Está en una casa en una urbanización a las afueras de Sevilla que se llama Torrequinto, de estas que, cuando llegas, hay una caseta tipo de Guardia Civil, con un guardia jurado que te para: (imitando el acento sevillano) “¡Picha! ¿Dónde vais?” “Aquí a la Mina” “Pasa”. Está guay, porque estás dentro de la casa, como de colonias. El estudio es un como de los años 70. La casa es el estudio, dormimos arriba… En ese momento estábamos haciendo una gira por Andalucía, porque así también financiábamos el disco. Me gusta planearlo todo para que nada falle. Es el tercer disco que hago con David [Cordero, Úrsula], tras el de McEnroe ‘Lluvia y Truenos’, produje el disco de Dani Llamas con él… Es un tío que es muy tranquilo. Todo es muy relajado: jornadas que acaban a las nueve de la noche, nos íbamos a cenar a una especie de club de tenis que hay por allá… Es como si estuviéramos veraneando en vez de grabando un disco.
En la entrevista que nos concedió Javier Álvarez, él comentaba que lo que más le gustó de trabajar contigo fue tu profesionalidad. Choca un poco con lo que me estás contando sobre cómo transcurrieron las sesiones de grabación de tu álbum…
Claro, pero también te tengo que explicar que a Raúl le llevo mis pistas hechas. Llevo todas las guitarras y las voces del disco. Trabajo sobre mis maquetas, soy muy metódico. Yo no hago nada en el estudio. Como mucho, regrabo una guitarra. Este es el primer disco en que todas las guitarras son mías, no toca la guitarra nadie más que yo –esto me flipa, no lo había hecho nunca–. Todo lo que escuchas es mío. Nosotros vamos a hacer los bajos de Miquel o Javi Vega, la batería… Y yo en plan: “currad, tíos”. Y a tomarme un cubata, porque ya he hecho lo mío.
«[Sobre la grabación de ’10’ con Javier Álvarez] Hay una parte tierna, porque él tiene una personalidad muy fuerte, es muy tozudo… y yo también. (…) Íbamos negociando. Un poco como un matrimonio»
Con Javier, el tema de la producción se tuvo que planificar muy bien, porque teníamos muy poco dinero y muy pocos días. Él es muy perfeccionista, lleva las voces muy claras y quiso repetir muchas cosas. Por ejemplo, él hace una toma y tú dices: “¡increíble!”. Y él te contesta: “es que lo puedo hacer mejor”. Y eso lo dice porque lo sabe, porque se conoce como intérprete. Son puñetas de cantante, que entiendo y comparto, porque soy cantante. Y claro, nos estábamos comiendo el tiempo. Y yo: “Javier, ¡que tenemos tres días!”. Pero también era divertido el contraste. Él es más despreocupado en este aspecto. Muy profesional también, he de decir. Pero te contestaba “pues volvemos a grabar”. Él venía de trabajar con Suso Sáiz, que es un productor del copón, con un estudio de la hostia, con tiempo ilimitado… Yo vengo de otro rollo. De currar con Santi García, que somos capaces de grabar un disco en un fin de semana. El primer disco de Mourn se grabó en un fin de semana y costó 500 euros. Y suena como un trueno. Javier nunca había trabajado en este contexto, en plan “es que no tenemos pasta, pero estamos con un equipo de gente muy guay”. Y al final confía, pero también hay estos rifirrafes. Hay una parte tierna, porque él tiene una personalidad muy fuerte, es muy tozudo… y yo también. Había estos momentos de “no, no. Esto se queda así”. Y yo: “no, no. ¡Esto no se queda así!”. Que sí, que no… y al final tenía razón. Íbamos negociando. Un poco como un matrimonio.
Volvamos a tu disco. Una de las primeras cosas que me han llamado la atención es la exuberancia de arreglos que contiene, en comparación con ‘Oh, rompehielos’, donde querías respetar mucho el sonido de la maqueta. ¿Has cambiado de idea en ‘Una canción de cuna entre tempestades’?
¡No, no, no! ¡Las maquetas las respeto mucho desde ‘Libre asociación’! ‘Oh, rompehielos’ fue una de las mejores experiencias de componer en mi vida, porque fue la primera vez que no tenía ni un duro para grabar. Por eso el disco era muy austero. Cuando no tienes elementos ni presupuesto, te has de romper la cabeza. Allí conseguimos algo muy especial, había mucho aire. Había las guitarras españolas, los arreglos eran más rítmicos y percusivos. Y aquí [en ‘Canción de cuna entre tempestades’] hay más guitarras, es un disco más de banda. Hay pasajes en que yo pensaba que me gustaría meter arreglos de cuerda, para darle un rollo más cinematográfico, peeero… sin pasarnos, porque si no, se te va la mano y queda un poquito como de ‘Superman’. El arreglista es Antonio Fernández, que es quien hizo los arreglos de ‘Perspectiva caballera’ de Señor Chinarro. Es un tío que no es nada invasivo. Nos trajo un montón de propuestas, estuvo todo un día grabando varias cosas y me dijo: “tú escoge”. El trabajo que hicimos fue elegir para no saturar tampoco el disco de cuerdas. Y están, pero no constantemente. En el minutaje van entrando y así tampoco es tan melodramático. Que ya es bastante intenso…
«Sí que hay oscuridad en este disco, pero hay mucha luz, también»
Por ahí iba la siguiente pregunta… Porque esta “joie de vivre” que me has explicado respecto a la grabación, contrasta mucho con la temática del álbum, con esa oscuridad que siempre has tenido en tus discos, pero que aquí es más acusada. Aunque es una oscuridad algo más abstracta, ¿no?
Sí… con ‘Oh, rompehielos’ intenté dar un giro a la lírica, que ya que empecé a pulir un poco en ‘Tinieblas por fin’. A partir de aquí hacia adelante, todo se ha vuelto más poético, dentro del cripticismo, porque tampoco me gusta ser muy literal –ya lo fui al principio-. Sí que hay oscuridad en este disco, pero hay mucha luz, también. En la música, el texto y, sobre todo, las voces, que es lo que más he trabajado en este disco. Me he preocupado sobre todo en la forma de cantar, en intentar cantar diferente, hacer giros diferentes con la voz… Y pienso que está bien equilibrado, de forma accidental o inconsciente, la parte oscura con la parte luminosa. Pero el resumen es que en el disco hay esperanza. Todas mis canciones, toda mi obra, es sobre lo mismo: habla de conflicto. Conflicto interno, externo, lo que sea. Pero también de buscar una salida. Lo que pasa es que yo no me ahorro el vinagre.
Sí, porque hay piezas como ‘Un posible final’, que es muy apocalíptica, con todas esas imágenes en que Rocío Márquez y tú parecéis narrar el fin del mundo… Pero al final, en el cierre de ‘Tengo el as’, la última canción, se escucha el balbuceo de un niño, lo que otorga ese brillo de esperanza. ¿Es tu hijo?
Sí, es mi hijo. El leit motiv del álbum está muy influenciado por el niño. Me he pasado muchísimas horas con él durante los últimos tres años, porque mi trabajo me lo permite. Y mi pareja también es artista –es bailarina-, también viaja mucho y, entre semana, cuando ella ha tenido mucho trabajo, pues yo me he quedado con el niño “a full”. Hace 23 años ya que soy padre, lo que pasa es que esto me pilla más mayor. Fui padre con 19, ahora tengo 42 y, volver a ser padre con 40… Claro, te lo tomas de otra manera, porque eres el padre, pero también eres como el abuelo.
«Fui padre con 19, ahora tengo 42 y, volver a ser padre con 40… Claro, te lo tomas de otra manera, porque eres el padre, pero también eres como el abuelo»
Lo que hago con mi hijo es entrar en su mundo. Cuando estoy con él, el tiempo es… como que se para. Pueden pasar todas las horas, el teléfono lo dejo de lado. Como yo ya tengo la vida montada y organizada es como ¡venga! ¿Qué quiere pasear –que es lo que más le gusta–? Pues me meto unas pateadas como no me las he metido en mi vida. Me fijo en lo que él se fija: en los árboles, en todo esto. En la lírica hay muchos árboles, mucho mar, que son todas las cosas en que el niño hace que me fije, porque para él todo es nuevo, está en un mundo que es como tierra de nadie. Pero, a la vez, es un mundo, una realidad, que existe, que es la suya. Pero coexiste con la mía, con la tuya… que está más dentro del sistema. De aquí viene el título [del disco]. Habla de esto, de vivir una cosa que es muy pura, la esencia de la curiosidad, de descubrir, de no tener noción de la mortalidad ni de nada, de toda esta vitalidad dentro de un entorno completamente hostil, como es la época actual que estamos viviendo, que es bastante deprimente a todos los niveles. Hay estas dos cosas en el disco. De una manera muy abstracta, como dices.
Como has explicado, fuiste padre con sólo 19 años. ¿Cómo pudiste combinar la paternidad con el trabajo y la carrera musical ?
Cuando lo empecé a hacer en serio, Jazz ya tenía once años y Leia ocho. Entonces ya es más fácil. Ya son personitas con las que puedes dialogar, que lo entienden todo. También ellas lo vivieron desde siempre, desde muy pequeñas ya tenían claro que yo tocaba, lo vivían con normalidad. También era bonito porque te decían “qué guay, ¡no eres el típico padre!”, esas cosas que te dicen los niños. La madre de mis hijas siempre tuvo un trabajo más de oficina y cuando yo decidí dedicarme a la música, le pareció fantástico, porque entonces yo las podía ir a recoger al cole, hacerles la comida, pude pasar con mis hijas esta segunda etapa de su infancia. Durante la primera sólo las veía los fines de semana, porque entre semana tenía un trabajo normal que era un infierno. En este sentido, fue más positivo.
Sobre el entorno hostil, ¿crees que la situación que hemos vivido en Catalunya durante el último año te ha influido también a la hora de elaborar el disco?
De alguna forma sí. ‘Melodrama histórico’ la escribí el día después del atentado en Barcelona. Es producto de eso, aunque no hable del todo. O quizás sí, ¿sabes? Tuve la necesidad de bajar y ponerme a escribir, porque fue algo que nos tocó muy de cerca. Es lo más triste: cuando más cerca te toca, más te das cuenta de las cosas. De lo otro… yo tampoco soy un gran analista. Mi opinión tampoco creo que te ayude mucho. Evidentemente, hay cosas que me indignan, con lo que no estoy de acuerdo, como que haya gente en la cárcel. Pero, no sé. Yo tengo la suerte de dedicarme a lo que me dedico y, de alguna manera, creas un ecosistema dentro del sistema para que el sistema no te haga tanto daño. El sistema es una máquina que va a saco, es demoledor. Es muy difícil cambiar las cosas, lo que sucede es que quizás las tendremos que cambiar, aunque no sé de qué manera.
¿Cómo surgió la colaboración con Rocío Márquez?
Es amiga de Javi Vega y su mujer, Elena. Yo había escuchado sus discos, me gusta mucho lo que hace. Y hablando con Javi en mitad de la grabación, dije “molaría mucho hacer esto”. Me pasó el teléfono y, hasta que no tuve una canción que le pudiera enviar –que fue ‘Un posible final’–, no se la envié. Y la verdad, ha quedado muy bonita. Me gusta mucho cómo ha quedado, porque tampoco sabíamos qué estábamos haciendo hasta que no la acabamos.
«En general nos comemos unas cosas intolerables, pero porque los poderosos han hecho muy bien el trabajo con sus herramientas de deshumanizar»
Sí porque, a pesar de ser tan apocalíptica en su letra, es hermosa, no resulta angustiosa.
Porque no juzga. Te está planteando un escenario, pero sin dramatismo. Es más descriptiva. Creo que el acierto es este, este punto de vista. No se recrea en “¡vamos a morir todos!” (risas). Es una forma de señalar el abuso de poder, el lado horrible que hay dentro del poder, que viene a cuento por lo que comentabas de lo que ha pasado en los últimos años aquí. Vas viendo los engranajes reales que hay entre bambalinas o de alfombras para abajo y el nivel de tolerancia del ser humano a estas mierdas. En general nos comemos unas cosas intolerables, pero porque los poderosos han hecho muy bien el trabajo con sus herramientas de deshumanizar. Ahora puedes ver tragedias a la hora de comer, las has visto desde que eras pequeño, estás acostumbrado y un poco anulado. Si realmente, cuando estás viendo estás imágenes, les prestaras atención y te dejaras llevar un poco, te destrozarían. Existe esta maldad, esta gente completamente egoísta que, para conseguir su objetivo, le da igual destruir la vida de otras personas, de gente más débil o destruir la naturaleza. Estamos demasiado enfocados en lo material. Es un poco lo que explica la canción. Y que todo esto nos va a llevar a la ruina.
‘En el centro del baile’ parece un grito de ayuda a alguien, pero también, de nuevo, puede interpretarse como miedo impreciso ¿no? En plan “está yendo todo bien, ya verás que algo malo sucederá”.
Es muy ambigua. Yo a menudo no sé de qué estoy hablando. Las letras y la melodía de la canción es la última cosa que hago y, entonces, improviso mucho, cuando las músicas ya están cerradas. Entonces es cuando yo me pongo a cantar, porque me gusta capturar ese momento de “¡Métete en la atmósfera esta, a ver qué sale!”. Jugar un poco, con la voz, con todo. Lyona hizo un vídeo muy guay donde da un punto de vista acertado, que es el miedo escénico, ese miedo escénico a estar en el centro del escenario, donde todo siempre ha de funcionar y nunca sale como querrías, porque la música es una cosa muy visceral. Por mucho que lo calcules, un espectáculo, una interpretación, nunca la puedes hacer igual porque depende de muchas cosas. Y, a la vez, estás siendo observado. Y ahora más que nunca.
Cuando nosotros éramos jóvenes, íbamos a un bolo a Zeleste, entrabas con una cámara y el segurata te decía que te volvieras a casa o que la dejaras ahí. Tampoco hace falta ser tan drástico, pero ahora es un festival. Tú estás haciendo un bolo e imagínate que, técnicamente, ha habido muchos problemas, pero tú has de hacer el concierto porque la gente ha pagado dinero… y ahora todo el mundo lo está grabando todo constantemente, cuelgan esos vídeos. Y claro, eso, de alguna manera, afecta también a tu interpretación. Lo mejor cuando estás haciendo un bolo es no pensar. Pero, cuando estás rodeado de tantas cámaras, es inevitable que pienses. Entonces tienes que hacer un doble ejercicio de ignorar esto, que a mí me costó muchos años. También hago muchos bolos en sitios pequeños, con la gente muy cerca y a veces te encuentras con tablets en la cara.
«Que puedas escribir un tuit desafortunado en algún momento, tampoco te define, porque tú no piensas de la misma manera constantemente o toda la vida»
Mientras no trates de pegarles una patada, como hizo M Ward en Bilbao…
Pues mira, eso lo puedo entender. Puedo entender ambas cosas, porque también se ha de empatizar. Yo también reñía a la gente. Pero con el tiempo te vas dando cuenta de que la gente tampoco tienen la culpa del todo, porque al final es la propia sala que está organizando el evento la que también puede educar un poco a la gente para que no haga estas cosas. Existen sitios como el Heliogàbal, el Pop Torgal en Orense o El Veintiuno en Huesca donde saben cómo hacer las cosas y el público sabe lo que puede y no puede hacer. Si tú al público le dejas hacer lo que sea, pues todo el mundo hace lo que le da la gana, tampoco nos han dado un manual de instrucciones con los teléfonos. Nos los han metido en nuestras vidas y aún estamos aprendiendo a usarlos, como las redes sociales. Has de entender que la gente no sabe cómo usar todo esto. Y te das cuenta de que escribes un tuit sobre lo que sea, o cuelgas algo y, en realidad, estás pensando en voz alta. Pero que puedas escribir un tuit desafortunado en algún momento, tampoco te define, porque tú no piensas de la misma manera constantemente o toda la vida. La gracia es que te des cuenta de que el otro puede tener razón y tú estar equivocado… Me he ido un poco de la idea. Pero sí, ‘El centro del baile’ va de eso, del pánico escénico. Puede ser una pesadilla, también…
O sea, que sigues con el mismo método “inconsciente” de escribir letras que llevas practicando desde 2011…
Exacto.
El anterior disco era un diálogo, pero este es más bien un monólogo.
Hummm, no sé, tampoco me lo he planteado. He intentado escribir este disco más desde fuera.
Es que en ‘Oh, rompehielos’ parecía que siempre te dirigías a otra persona, pero en este cuentas una historia, o no te diriges a nadie en concreto.
Es básicamente eso. En los otros discos el narrador sabes quién es. Y en este es alguien que lo está viendo desde fuera, que quizás no participa o no sabes con quién habla. Me pasé un verano leyendo un montón de poesía de Paul Celan, Ingeborg Bachmann, los «poetas del Holocausto» como los llamo yo. Hay mucha belleza ahí, en gente que viene de situaciones terribles, pero que es capaz de impregnar la tragedia de una belleza brutal. Aquí no es tan bestia, pero la manera de enfocarlo está algo influenciado por esto.
«[Sobre ‘Charleston (flores y dolores)’] Leyendo a Umbral me vino todo este viaje, estos flashes que a veces te vienen (…). Y eso me hizo pensar en hacer mi propia cosa basada en ambas, en la original y la versión»
Choca la presencia de ‘Charleston (flores y dolores)’, de ese “Mama, cómprame unas botas…”, que yo la recordaba como una canción de patio de colegio. No sabía que la habían cantado Enrique y Ana. Mucho menos Marujita Díaz.
Leyendo un libro de (Francisco) Umbral, no recuerdo cuál, citaba esta canción. Y tuve un déjà-vu: cuando era muy pequeño, yo pensaba que era de Enrique y Ana. Un día, viendo la tele con mi madre, daban la película ‘La corista’ y para mí fue como un regreso al futuro. Yo era tan pequeño que no lo entendía. Le preguntaba a mi madre: “mama, si esta peli es antigua, ¿cómo pueden cantar la canción, que es de ahora?”. Y ella me contestaba: “no, hijo. Es que son ellos [Enrique y Ana] los que hacen una versión de esta canción”. Y leyendo a Umbral me vino todo este viaje, estos flashes que a veces te vienen y recordé toda esa escena. Y eso me hizo pensar en hacer mi propia cosa basada en ambas, en la original y la versión. “La voy a convertir en otra cosa, voy a coger una frase de la canción, voy a hacer una melodía ligeramente distinta y la voy a convertir en la historia que me salga a mí de las narices”. Este era el ejercicio.
En ‘Cielos estrellados’, en mitad de todo sueltas un “a la mierda con todo, a ver qué pasa”. ¿este sí que es autobiográfico? Porque el exabrupto contrasta con la placidez del resto de la canción…
Es muy umbraliano también. La canción está hablando de cosas bonitas y… ¡a la mierda con todo! En el momento en que estoy yo ahora es un poco esto. Si ahora se detuviera nuestro mundo, ¿qué pasaría? A lo mejor no pasaría nada. El mundo sigue. La idea es que estamos tan metidos en nosotros mismos, porque somos unos seres con los sentimientos tan a flor de piel, a pesar de estar embotados como estamos, que nos afecta cada chorrada a tal nivel que… y la canción viene a decir esto, que todo depende de cómo recibas las cosas. Si estás jodido y lamentándote, en plan “qué mal me va todo” y te regocijas en eso, no te das cuenta pero, al final, te lo estás haciendo a ti mismo. Aunque te haya sucedido algo trágico, tú decides dejar ir o no las cosas. La canción muestra esta idea de una manera poética, incluso divertida, porque da un giro.
«Si te dedicas cada tres meses a sacar dos singles que puedan ser cojonudos y ya está, es más factible tener éxito»
El disco lo has presentado con tres canciones de adelanto, con sus respectivas caras B –que no saldrán en el álbum–. ¿Estás reivindicando el formato single? ¿Crees que tiene vigencia en la era digital?
Joder… ¡sí! Yo creo que es un formato que ya existía en su día, que estaba muy bien. Y estamos volviendo a eso. La gente joven –cuando veo a mis hijas y sus amigos cómo escuchan música–, no escuchan discos enteros, van picoteando. El formato del álbum que nos gusta a nosotros es algo sentimental. A mí ya me gusta hacerlos, pero es un trabajazo. En cambio, si te dedicas cada tres meses a sacar dos singles que puedan ser cojonudos y ya está, es más factible tener éxito. Cuando salieron Haim se pasaron ocho o nueve meses sólo sacando singles. Ya vamos hacia allí. Ya hay gente muy mainstream que pega un hype del copón sólo con una canción. Mira lo que está haciendo Rosalía. Aún ni ha salido el disco y todo el mundo tiene ya unas ganas locas de comprárselo. Evidentemente, las canciones son muy buenas. Está muy bien pensado pero, en realidad, es cómo funcionaba la industria antaño. Esta es la paradoja. Actualizar un modelo antiguo pero para sumar.
Si consigues hacer una canción que sea muy buena y que pueda llegar a tanta gente, es fantástico. A mí no me ha pasado nunca a ese nivel. Tampoco lo espero, porque tampoco tengo un perfil como para manejarlo. Me gusta ir a comprar el pan y volverme a mi casa y ya está. Yo ya estoy contento en el sitio donde estoy. Es una cosa en la que estoy dividido. Hay un punto de ego artístico en plan “voy a hacerlo lo mejor posible” pero, a la vez, también me gusta resguardar mi privacidad y mi vida, que sea lo más normal posible. De salir de gira, lo que más me gusta es volver a casa. Y me lo paso muy bien, ¿eh?
«A partir de los 40, cuando acabas un bolo, estás en plan “dame una cama, que me quiero morir”»
Pero también son cosas complementarias, ¿no? Si no salieras de gira, lo echarías de menos…
También me permite tener otra vida dentro de mi propia vida. Vivir de la música tiene este encanto. Pero yo, como soy géminis, lo tengo como muy dividido. Lo que me gusta es cantar e interpretar lo mejor que pueda. No soy un gran frontman, no voy a hacer el “moonwalk” porque, además, tengo una pierna hecha una mierda de un accidente de moto y soy cojo –y la gente no se entera, pero por eso me muevo menos que una escoba–. Entonces, ¿yo qué puedo explotar? Pues mi voz y hacer lo mejor que pueda para intentar emocionarme haciéndolo, que al menos haya dos o tres momentos en el bolo en que la gente diga “ostras, ¡aquí ha pasado algo!”. Con esto ya me doy con un canto en los dientes. También es verdad que, a partir de los 40, cuando acabas un bolo, estás en plan “dame una cama, que me quiero morir” (risas). No tienes la misma energía. Yo me imagino haciendo ahora un bolo de Madee y me muero después. ¡Llama a la ambulancia! Acabas hecho mierda.
Ahora se cumplen 10 años de la aparición de The New Raemon (y 20 de Madee, por cierto).
¡Qué coño! Pep y yo, que somos el motor de Madee, empezamos a tocar ¡hace 28 años! Cuando yo tenía catorce. ¡Son muchos años! Muchos años en que esto es el centro de tu vida y ha habido épocas para todo. Épocas de “¿qué hago aquí en Calasparra, con una guitarra en un café?”. Pero después te das cuenta de la suerte que tienes. Dentro del sistema, es ser un poco outsider, porque tu forma de vida no es convencional. Sobre todo porque el oficio de músico aquí no se considera como tal. Estamos en las antípodas de países como Francia o Bélgica, donde se considera un oficio, donde hasta tienes ayudas si no estás girando porque entienden que estás componiendo y, cuando tú estás componiendo y creando, estás trabajando. El estado te ayuda porque valora la cultura. Aquí estamos con el “¿eres músico?” ¿Y qué tocas?”. Es un poco absurdo. Pero sí que es un oficio, en el momento en que tú decidas que lo sea. Yo lo decidí hace diez años. Con Madee ya lo tenía claro, pero teníamos otros trabajos. Y los grupos funcionan con otra dinámica. Y también somos amigos desde que íbamos al colegio. La confianza no da asco pero… es muy curioso, porque aún pagamos local de ensayo cada mes pero no ensayamos. Pagamos poquito, porque lo tenemos compartido entre varios grupos –entre ellos, Mourn–. En realidad, nos da pena dejar el local, porque sabemos que, en el momento en que lo hagamos, el grupo se acabará. Es una cosa muy absurda lo de este grupo.
«[Sobre su decisión de ser músico profesional] No quería llegar a la edad que tengo ahora y pensar “¿y si hubiera hecho aquello?”, porque eso es lo peor que te puede ocurrir»
Entiendo que The New Raemon nació de esa necesidad que tú tenías de profesionalizarte, ¿no?
Sí, porque con Madee no necesitábamos vivir del grupo. Nos lo tomábamos como un hobbie, al que le dedicábamos mucho cariño y tiempo, pero una cosa aparte de trabajar. Los discos daban mucho trabajo –el último, ‘L’Antarctica’, nos pasamos cinco semanas grabándolo–. Muy bonito todo, disco del año, se ha valorado el trabajo, pero… después el grupo, ¿qué hacía? ¿Quince bolos en un año? Y yo en aquel entonces llevaba mucho tiempo trabajando en un empleo que no… Y me decía: “yo quiero ser músico. Yo quiero tocar, quiero hacer canciones, es lo que se me da mejor. No quiero estar aquí, en una oficina hasta las ocho de la noche, llegar a casa a las nueve, ver si mis hijas están despiertas o no…” Y fue cuando hice el click: “monto esta historia yo solo y, si no me sale bien, pues me olvido”. Pero no quería llegar a la edad que tengo ahora y pensar “¿y si hubiera hecho aquello?”, porque eso es lo peor que te puede ocurrir. Y fue una buena decisión, porque la empresa en que estaba, al cabo de un año y pico se fue a la mierda (risas). Ha merecido la pena, tuve que aprender a vivir de una manera más modesta porque no ganaba tanto dinero. Al final esto reajusta las cosas. Y ahora me gano la vida con la música. Que a veces la gente se piensa que, como un día sales en La Vanguardia o en la tele, meas colonia. Y yo me gano la vida de una manera muy modesta. Me doy por satisfecho, he tenido mucha suerte. Sé que es flipante dónde han llegado otros compañeros de profesión, pero eso es otra cosa. Es como cuando veo a Santi [Balmes] con Love of Lesbian. Han currado mucho, es un grupo al que nadie se lo puede discutir. Cuando empezaron, picaron mucha piedra. Y al final, mira. El Santi del principio no tiene nada que ver con el Santi de ahora. Es un frontman total. Tú vas a ver un bolo de ellos y puede gustarte o no, pero está muy bien hecho. Pero yo no me veo haciendo eso. Soy incapaz de hacer lo que hace Santi. Yo no tengo esa visión. Soy más de “escucha mis canciones” (risas).
Los Smashing Pumpkins tendrán nuevo disco en el mercado el próximo 16 de noviembre, con la formación de Billy Corgan, James Iha, Jimmy Chamberlin y su guitarrista Jeff Schroeder, y de él ya nos han presentado con anterioridad varios de los singles. Ha sido el caso de ‘Solara’ y de ‘Silvery Sometimes (Ghosts)’, para la que además presentaron un vídeo de temática Halloween (por supuesto en referencia a que ellos son «las calabazas»). Un vídeo lleno de humor que puedes ver bajo estas líneas, y en el que según el guión del propio Billy Corgan, la banda tenía que pasar una noche haciendo promo en una casa encantada, y en el que aparecía Mark McGrath de Sugar Ray como artista invitado.
La nueva canción que presentan hoy se llama ‘Knights of Malta’ y es una de las más sorprendentes que han hecho nunca, pues si tiene un sonido americano no es en el sentido post-grunge del término, como era el caso de sus años mozos; sino en el clásico, adoptando incluso un aroma blues inusual en ellos.
La grabación está muy marcada por las cuerdas, cuenta con voces femeninas que parecen casi un góspel y la letra incluye frases tan luminosas como «vamos a conseguir que esto pase / voy a volar para siempre / vamos a montar en ese arco iris». Ojo porque, como veis, así se abrirá el disco ‘Shiny and Oh So Bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun.’:
01 Knights of Malta
02 Silvery Sometimes (Ghosts)
03 Travels
04 Solara
05 Alienation
06 Marchin’ On
07 With Sympathy
08 Seek And You Shall Destroy
Cariño son una de las revelaciones de la temporada. En los últimos meses han llamado la atención con temas como ‘Canción de pop de amor’ o ‘Bisexual‘, extraídas del inminente mini LP que va a editar Elefant y hoy han sido confirmadas nada menos que en el FIB, cuyo cartel comparten desde ya con Lana del Rey, The 1975 o Cupido.
El grupo madrileño tuvo la ocurrencia recientemente de versionar ‘Llorando en la limo’, una de las mejores canciones del año, incorporando a su letra cosas que jamás saldrían de la boca de C. Tangana, como «Family«, «tonti-pop» o «vespinos», y el resultado ha sido un pequeño hit en las plataformas de streaming. Aunque la canción no va a estar incluida en su mini LP, ya es su canción más popular, con más de 125.000 reproducciones en Spotify (por 100.000 de ‘Canción de pop de amor‘, nada mal para no tener ni disco en el mercado) y otras 50.000 en Youtube pese a que no hay vídeo.
El fenómeno, un grupo indie, alternativo, tonti-pop o llámenlo como quieran, versionando una canción de trap, urban, latino o llámenlo como quieran; recuerda totalmente a lo sucedido con los también madrileños The Parrots. Después de haber tocado en Reino Unido y haber llamado la atención de medios nacionales e internacionales, un buen día se les ocurrió versionar ‘Soy peor’ de Bad Bunny añadiéndole un riff marca de la casa… y aquello fue otro hit. ‘Soy peor’ también es la canción más famosa de The Parrots en las plataformas de streaming, casi con medio millón de reproducciones, incluso superando a ‘No me gustas, te quiero’ y convirtiéndose en un clásico incluso personal para ellos mismos. ¿Qué será lo siguiente después de esto y lo de Los Planetas convirtiendo en hit una adaptación de Yung Beef?
Os dejamos con el tracklist, de ‘Movidas’, el mini-LP de Cariño, disponible este viernes.
1.-Canción De Pop De Amor
2.-Bisexual
3.-Todos Los Días
4.-Su Portal
5.-Mierda Seca
6.-Momento Inadecuado
7.-Souvenirs ver letra
8.-Nada Sigue Igual
La lista de ventas española de la semana se compone hasta en un 20% de nuevas entradas, destacando por supuesto la llegada al top 1 directo de Morat con ‘Balas perdidas’. En streaming álbumes han tenido que conformarse con el número 2 por detrás de Ozuna. En el top 2 de ventas ha quedado Nach con ‘Almanauta’, el cual es top 11 en streaming.
Depedro ha logrado colarse hasta el top 5 de ventas con ‘Todo va a salir bien’ (meritorio top 40 en streaming), mientras Jose Merce y Tomatito llegan al número 7 con ‘De verdad’. Celebramos especialmente el meritorio número 26 en ventas en España para Thom Yorke con ‘Suspiria’, la banda sonora de la adaptación de la obra maestra Dario Argento; y el top 48 para Robyn con ‘Honey’, que además logra llegar al número 59 en la competitiva lista de streaming álbumes. Lo nuevo de Robyn ha sido número 21 en Reino Unido y número 40 en Estados Unidos. Es su segundo mejor dato histórico en Reino Unido y su mejor dato histórico en el país norteamericano.
También destacan el top 61 para Javier Álvarez con ’10’; el top 73 de Arizona Baby con ‘Sonora’; y el top 94 de Julia Holter con ‘Aviary’. Como curiosidades, la reedición en vinilo de ‘Erotica’ de Madonna llega hasta el puesto 49; y la de ‘Sidonie’ de Sidonie hasta el 90. El resto de entradas en ventas son Juanito Makande con ‘El habitante de la tarde roja’ (top 16), Andrea Bocelli con ‘Si’ (top 22), La Sonrisa de Julia con ‘Maratón’ (top 24), Soge Culebra con ‘Mar de cristal’ (top 35, también número 54 en streaming), The Kinks con ‘The Kinks Are the Village Green Preservation Society’ (top 50), Melo Moreno con ‘Colours’ (top 53, también top 88 en streaming) y Lukas Graham con ‘3 (The Purple Album)’ en el 62 (estos últimos también nº85 en streaming).
En cuanto a streaming, también hay que destacar el número 52 de Joji con ‘Ballads 1’, además de una nueva gala de OT2018 en la parte baja de la tabla.
Muchos recordaréis a Dawn Richard por el disco llamado ‘Redemption‘ publicado hace un par de temporadas. Llegó a presentarlo en el Sónar de Barcelona tras despuntar con temas como ‘Love Under Lights’ o ‘Sands’. Pues bien, tras haber colaborado con gente como Kimbra o Jimmy Edgar, ya tiene preparado el siguiente. Su nuevo disco se llamará ‘new breed’ e incluirá un suculento tema de R&B lanzado el mes pasado llamado ‘jealousy’ y el corte titular que se estrena hoy.
Según la nota de prensa, que insiste en que ahora se llama DAWN aunque en las plataformas de streaming leamos otra cosa, el disco tratará sobre cómo se crió en Nueva Orleans, alimentándose de las ricas tradiciones de la ciudad y su herencia musical. La intención ha sido «reflejar la dualidad entre los sonidos más cercanos al soul y a las formas tradicionales de R&B con la propia perspectiva sónica de DAWN», llegando a su «entrega más ecléctica». Han colaborado Hudson Mohawke Cole M.G.N (Christine & The Queens, Ariel Pink) y Kaveh Rastegar (John Legend, Sia).
Este será el tracklist de ‘new breed’, a la venta el 25 de enero.
01 the nine (intro)
02 new breed
03 spaces
04 dreams and converse
05 shades
06 jealousy
07 sauce
08 vultures | wolves
09 we, diamonds
10 ketchup and po boys (outro)
Curioso el movimiento comercial de Ariana Grande: ahora que su tema suelto ’Thank You, Next’ ha arrasado, justo ahora, decide sacar el vídeo oficial de ‘breathing’ que el mundo lleva esperando 2 meses.
Vayamos por partes: en primer lugar, ‘breathing’, una de las canciones de ‘Sweetener’, había sido un éxito moderado en las listas sin haber sido single. Ariana, sacudida por la muerte de su ex Mac Miller, no la había promocionado de manera adecuada, más que con un vídeo improvisado protagonizado por su cerdito. En cambio, varias semanas después de su despegue, sí estrenaba por sorpresa un tema nuevo. Un ‘Thank You, Next’ que este pasado fin de semana sorprendía con sus resultados iniciales de streaming y que un par de días después incluso se ha crecido todavía más. Si en principio alcanzaba los 6 millones de reproducciones diarias solo en Spotify, ahora mismo está en los 8 millones por día, un récord para la cantante que le asegura prácticamente el top 1 en Reino Unido y Estados Unidos, probablemente directo.
Y justo en este momento increíble de su carrera, decide primero interpretar ‘Thank You, Next’ en el programa de Ellen DeGeneres, y luego estrenar el vídeo de ‘breathing’, que no tiene tanta miga como los de ‘No Tears Left to Cry’ o ‘God Is A Woman’, pero al menos sí presenta buena factura, con la cantante salvando su estrés columpiándose por los cielos o sumergiéndose entre las nubes.
Respecto a la actuación de Ellen DeGeneres, merece la pena verla. Para esta canción en la que Ariana se despide de sus ex sin rencores, Grande se ha rodeado de dos coristas y bailarinas. Es una actuación con cierta guasa y humor en la que Ariana ha de aguantarse la risa varias veces y de hecho casi se cae en uno de los momentos tras bajarse de una silla. El final es una fiesta, probablemente la que la cantante necesita para olvidarse de un año agridulce.
La organización de FIB realizó hace unos meses una encuesta entre sus usuarios, los fibers, para ver qué artistas querían ver durante la edición 2019. Hace unas horas se informaba de que hoy habría confirmaciones, y la forma de comunicación ha sido la siguiente: avisando directamente a los usuarios que votaron a alguno de los artistas confirmados de cara a la edición del próximo mes de julio.
Si participaste en aquella encuesta y el FIB ha podido contratar a uno de esos artistas, has recibido o recibirás un mail con el lema «Uno de los grupos que votaste en nuestra encuesta estará en FIB 2019». La organización disponía una cuenta atrás a través de su web, y finalmente ha dado los primeros nombres: Lana del Rey, que obviamente será cabeza de cartel tras triunfar en grandes arenas de Madrid y Barcelona y presentar recientemente temas nuevos; The 1975 y Blossoms son las primeras confirmaciones internacionales, si bien también hay suculentas nacionales. Los más famosos son La M.O.D.A., de los que acabamos de publicar una entrevista sin pelos en la lengua, pero hay más.
El Festival Internacional de Benicàssim no se ha quedado con los artistas de los que ya se hablaban hace unos meses o años y escoge suculentos artistas nacionales muy de actualidad, como representación patria. De un lado Cariño, fichaje de Elefant que aparte de por su mini LP inminente, ha despuntado por su versión de ‘Llorando en la limo’ de C. Tangana; y Cupido, el proyecto totalmente improbable de Solo Astra con Pimp Flaco, que está triunfando con su primer single, ‘No sabes mentir‘, ya cerca de 200.000 reproducciones en Spotify.
Os recordamos que el próximo FIB se celebra entre los días 18 y 21 de julio, y que los abonos «early bird» están a la venta de manera temporal por 110 euros más gastos de gestión.
Este viernes 9 de noviembre sale a la venta ‘El mal’, el nuevo disco de Kokoshca, un álbum que sumará nuevos hits a un repertorio que ya incluye pequeños éxitos del underground como ‘La fuerza’, ‘No volveré’, ‘No queda nada’ o ‘Directo a tu corazón’.
El grupo ha presentado ya varios singles de adelanto, como ‘Bom Bom’, ‘Seguiremos en pie’ o ‘Calle lloviendo’, y hoy en JENESAISPOP estrenamos la que es una de nuestras canciones favoritas del álbum junto a ‘Txomin’ (el nuevo ‘No queda nada’). Hablamos de ‘Las chicas’, un tema que tiene la particularidad de contar con una letra no de Iñaki o Amaia, co-líderes del grupo, sino de Luis F. Bayo de Espanto, también co-productor del álbum, que se ha inspirado en la famosa novela reciente así llamada, ‘Las chicas’. El libro de Emma Cline, uno de los fenómenos literarios de 2016, estaba a su vez inspirado en los asesinatos de Charles Manson… y en sus chicas.
Sobre los ágiles acordes de Kokoshca, en la que es una de las canciones más rápidas de ‘El mal’, oímos a Amaia cantar (evidentemente esta no le iba a tocar a Iñaki) sobre esas «chicas que al pasar / el alma te helarán», a las que «al borde del abismo, les da la risa» y que finalmente «las manos de sangre traerán teñidas». En una entrevista con el grupo que publicaremos próximamente, Iñaki nos revelaba que «el inicio de la canción es el sample de ellas yendo a juicio», mientras Amaia nos daba detalles sobre el origen de la canción: «Luis nos ha ayudado con muchos de los arreglos. Un día cuando estábamos componiendo quedamos para comer todos en Pamplona, me llevó el libro, me lo leí, le dije que «muy guay» y a raíz del libro y de trabajar juntos, ha hecho esta canción para nosotros».
Una canción pizpireta pese a lo que tiene de violento (como el libro), que quizá por temática y sobre todo por ritmo y aportaciones vocales al final, recuerda algo a Blondie y a Los Romeos, que dieron en los 70 y 80 un toque punk a las «girl groups» de los años 60.
Anoche en La 2 no se emitió ‘La Hora Musa’, pero de nuevo fue fiel al espíritu de esta temporada en la cadena estatal al emitir, tras el episodio de ‘Chachitos de Hierro y Cromo’, el concierto especial con el que se conmemoraba el 20º aniversario de ‘Los conciertos de Radio 3’, que ha permanecido 2 décadas como prácticamente el único formato musical de la televisión, aunque se emita a horas intempestivas.
En el show celebrado el pasado 31 de octubre en el Teatro Circo Price de Madrid –mostrando un montaje escénico sobrio pero bastante espectacular, con dos escenarios estilo festivalero, casi solapándose, y un miniset de entrevistas–, se dieron cita Lori Meyers, Christina Rosenvinge, Iván Ferreiro, Amaral, Fuel Fandango, Rayden, Arizona Baby, Izal, Mikel Erentxun y La Pegatina y, todos ellos, sabedores de que se trataba de una jornada muy especial, respondieron con actuaciones muy especiales: cada uno de ellos eligió una versión de otro artista y la introdujo en el repertorio de 2 o 3 canciones que interpretaban.
Así, vimos a Amaral (en formato acústico, eso sí) hacer esa fantástica versión de ‘Procuro olvidarte’ de Manuel Alejandro y Purificación Casas (en un lapsus, Eva cambió su seudónimo Ana Magdalena por «María Magdalena») que han prestado para la BSO de ‘Quién te cantará‘ de Carlos Vermut; Lori Meyers, en formato sexteto, optaron por adaptar ‘Esperando nada’ del añorado Antonio Vega entre momentos de su cancionero como ‘Tokio ya no nos quiere’ o ‘Siempre brilla el sol’; Iván Ferreiro optó, de manera bien curiosa, por hacer una intro especial para su hit ‘Turnedo’ basándose en ‘Diecinueve’ de Maga. Mikel Erentxun lo hizo, aunque con algo de trampa: tras una versión bastante espectacular de su tema de 2006 ‘Cartas de amor (cuando no hay amor)’, hizo ‘Cien gaviotas’ de su proyecto con Diego Vasallo, Duncan Dhu.
No todos los invitados optaron por hacer versiones ajenas, aunque igualmente eencontraron a un público muy entregado: la recientemente premiada Christina Rosenvinge se ciñó a dos canciones de su nuevo disco, ‘Un hombre rubio’, y Fuel Fandango hicieron lo propio con sendos temas de su disco de 2016, ‘Aurora’. Tampoco lo hicieron Rayden, Arizona Baby (optaron por la canción-jam de 14 minutazos ‘Just Say It’s So’ de su nuevo disco), Izal ni La Pegatina, aunque estos también sorprendieron al subir al escenario a Amaral para cantar su single conjunto ‘La tempestad‘, siendo la primera vez que la interpretaban juntos en vivo. Un buen fin de fiesta, nunca mejor dicho, para dos horas de espectáculo musical en vivo que puedes ver completas aquí.
Dicen The Ting Tings que pese a haber “cruzado el otro lado” -el mainstream- hace 10 años con sus hitazos ‘That’s Not My Name’, ‘Shut Up and Let Me Go’ y ‘Great DJ’, en el fondo siempre han sido una banda indie cuya motivación principal ha sido experimentar, algo que cualquiera que haya estado atento a sus pasos después de aquel ‘We Started Nothing’ habrá comprobado perfectamente, tanto en el carácter ecléctico de ‘Sounds from Nowheresville’ como en el más synth-pop y disco-chic de ‘Super Critical’.
Ningún álbum de The Ting Tings se ha parecido al anterior y vuelve a ser el caso con su nuevo trabajo, ‘The Black Light’, lo más parecido a un disco oscuro que oirás de Katie White y Jules de Martino. Eso significa que sigue habiendo canciones con un punto muy punk-pop como la tontorrona ‘Basement’, pero también otras que coquetean con sonidos nuevos y aptos para lo que nos quieren contar los británicos ahora, como ‘A&E’ y el single ‘Blacklight’, que de manera más sutil o más bruta experimentan con patrones rítmicos de drum and bass, infiriendo una energía nueva a la música del dúo. Por otro lado, ‘Earthquake’ destaca por su ritmo bailable, que parece querer embestirte como un “terremoto”, y sobre todo por sus guitarras brit-pop bañadas en reverb, presentes también en la atmosférica ‘Fine & Dandy’, que recuerda a sus paisanos The Cure.
Era difícil que ‘The Black Light’ contuviera relleno con 8 pistas y 28 minutos de duración, pero no puede decirse que todas sus canciones mantengan el interés por igual. La electro-punk ‘Estranged’, cuya letra está llena de angustia, empieza el disco con tensión y dramatismo, mientras el ritmo de ‘Blacklight’ es muy fácil que lo pete en alguna discoteca indie. Pero las últimas tres canciones del álbum son un pequeño lastre para lo que podía haber sido ni más ni menos que un EP bastante bueno y no, ninguna de estas canciones está realmente al nivel de las mejores del grupo. Es curioso lo poco divertidas que suenan todas ellas cuando The Ting Tings ha sido siempre un grupo no esencial, pero por lo menos sí divertido. ¿Qué queda sin diversión en The Ting Tings? ‘The Black Light’ es más bien otra pregunta…
Calificación: 5,6/10 Lo mejor: ‘Estranged’, ‘Blacklight’, ‘Earthquake’ Te gustará si te gusta: los grupos que se reinventan a cada disco Escúchalo:Spotify
El anuncio esta misma mañana de los madrileños Vetusta Morla como cabezas de cartel de Low Festival 2019 demuestra la vitola estelar que ostentan, habida cuenta que este anuncio llega un día después de que Mad Cool diera como primer nombre a The National. Al fin y al cabo, no hay ningún otro grupo nacional de rock capaz de congregar a casi 40.000 personas al aire libre por sí solos, como hicieron los de Tres Cantos meses atrás para presentar ‘Mismo sitio, distinto lugar‘ (que, curiosamente, tiene un punto de conexión con el grupo de los hermanos Dessner: el ingeniero de sonido Greg Calbi).
Así, Vetusta Morla son el primer gran atractivo para un festival que, tras conmemorar en 2018 su primera década de vida con artistas como The Chemical Brothers, Phoenix o Los Planetas, vuelve a celebrarse en Benidorm el año que viene, concretamente los días 26, 27 y 28 de julio. El anuncio coincide estratégicamente con el cambio de precio de sus abonos que tendrá lugar mañana: en estos momentos se pueden adquirir a un precio de 49€ hasta completar un cupo de 1.000 abonos generales (también están a la venta abonos VIP y VIP Pool). Mañana subirá su coste, sin que aún se haya especificado cuánto.
Tras lograr que su último álbum haya sido de los más vendidos del pasado año en España, este año Vetusta Morla conmemoran también 10 años desde que se publicara su álbum debut, ‘Un día en el mundo‘. El próximo 30 de diciembre ofrecerán un concierto especial en el WiZink Center de Madrid interpretando al completo ese «Disco que cambió nuestras vidas», como han bautizado el evento, para el que aún quedan entradas disponibles pese al alto ritmo de venta está todo agotado.
🚀¡Notición en forma de PRIMERA CONFIRMACIÓN! @vetustamorla vuelve a Benidorm para hacer temblar los cimientos de #Low2019. ✨🌴
Nerea Rodríguez de Operación Triunfo 2017, este mes de noviembre ocupada con las representaciones de ‘La llamada’ en Madrid, la actriz y presentadora Kira Miró, la influencer Lydia «Deaddsouls» y Sandra Cervera (‘El Secreto de Puente Viejo’, ‘Paquita Salas’) se suman esta semana a la nueva campaña de Sephora que celebra el «Singles Day» con descuentos del 20%. En un mundo pensado para parejas, el lema empoderado de esta acción es «amarte a ti mismo es la verdadera revolución», recordando que lo importante no es el hecho de tener pareja o estar soltero, sino «mostrar la mejor versión de uno mismo».
El ‘Single’s Day’ ha terminado siendo el día de mayor volumen de ventas online del mundo, tras haber surgido en China el 11 de noviembre de 1992, donde tras volverse masivo ha pasado a un fenómeno global, superando los ingresos del mismísimo Black Friday. De casi 6.000 millones de dólares en 2013 se ha pasado a 25.000 millones de ingresos en 2017, con vistas a incluso superarse este dato este año. Se eligió esa fecha (11 del 11), al representar el 1 el número vinculado con la soltería. Sephora busca con esta campaña reivindicar «el amor a uno mismo, el autoconocimiento, la fuerza y la seguridad personal bajo el hashtag #WeSingle». Para celebrarlo, se aplicará un 20% de descuento en las marcas de la tienda, aplicable del 5 al 11 de noviembre en la página web de Sephora y del 9 al 11 de noviembre en tiendas físicas. Entre las marcas participantes están Urban Decay, Too Faced, Nars, Make up for ever, Kat von D, Marc Jacobs Beauty, Sephora Collection, Origins, Erborian y Foreo.
Sephora, que el año pasado contaba con Rihanna como imagen de marca, colapsando literalmente el centro de Madrid, se ha asociado también a Tinder en esta acción («tú eres tu mejor match»), pegando carteles en las calles y de manera imaginativa, con coches unipersona circulando por Madrid como parte de la campaña en refuerzo del concepto #WeSingle.