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‘J’veux un chien’ prueba que este puede ser el mejor disco de Yelle

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Yelle nunca superarán el impacto de ‘Je veux te voir’ y ‘À cause des garçons’. Todos lo sabemos. Pero su nuevo álbum puede ser el más completo de su carrera -en competencia con ‘Safari Disco Club‘- a pesar de que el dúo/trío francés no vuelva a conseguir un single tan noticioso, pues a lo que se crecen los sencillos hay que sumar, por ejemplo, la introspección de la final ‘Un million’.

L’Ère du Verseau‘ se presentaba con una suerte de balada y ‘Karaté’, pero a su edición apuntábamos ‘J’veux un chien’ como la mejor canción del álbum y el grupo no ha tardado en publicar un videoclip para ella. Es una producción influida tímidamente por el techno y el trance de las que se van construyendo poco a poco, con una divertida letra que se sustenta en un doble sentido: por un lado querer un compañero de apoyo («un perro») que nos respete pero también satisfaga los deseos más sucios. «¡No un perro!», de verdad, exclama la nota de prensa.

La misma insiste en que la canción es «profunda, oscura y erótica, pero lo suficientemente juguetona para que tu primo pequeño cante». Tu primo pequeño no debe hablar francés, eso sí, pues su letra va más allá, atreviéndose a ser sumisa y explícita («seré la perra de este hombre»), si bien poniéndose en su lugar («pero no una gilipollas»), al tiempo que dejando claras sus exigencias («quiero alguien que me haga mal, pero que lo haga bien»). En sintonía, el vídeo musical dirigido por Giant, en el que aparece Julie rodeada de sutiles elementos homoeróticos, optando de manera sugerente por el anonimato.

Bob Dylan / Blood on the Tracks

‘Oh, the divorces!’, gritó Tracey Thorn hace diez años. Era de hecho el título de un tema inspirado en las rupturas sentimentales de sus amigos, algo nada nuevo dentro de lo que durante décadas ha sido una auténtica tradición del pop: las separaciones empezaron a inspirar temáticamente a los artistas sobre todo a partir de los 70, cuando la música popular llegó a su fase “adulta”. ‘Blood on the Tracks’ (1975) es algo así como la madre de todos los “divorce albums” que vendrían después, aunque pocos de ellos llegan a la profundidad emocional de éste.

Un poco de contexto: en 1974 la relación de Dylan con su mujer, Sara Lownds, estaba tocando fondo. En medio de este turbulento momento en el que parecía inminente el final, el artista exploró sus sentimientos en once canciones (‘Up to Me’ se quedaría fuera), que compuso a lo largo de ese año, separado de ella y viviendo en un rancho en Minnesota. En su famosa libreta roja (parte de la cual aparece reproducida en ‘More Blood, More Tracks’, la caja editada en 2018 con las sesiones íntegras del disco) dedicó meses a escribir y reescribir cada canción, cambiando detalles, puntos de vista, pronombres, nombres de lugares. Finalmente, en septiembre de aquel año, reunió un grupo pequeño de músicos en el Estudio A de la Columbia en Nueva York, grabó las canciones y su discográfica programó un lanzamiento para las Navidades. Sin embargo, en diciembre Dylan cambió de idea: se comenta que escuchando junto a su hermano el “test pressing” del disco éste le comentó que sonaba demasiado deprimente, con muy pocas posibilidades comerciales. Convencido por él, o quizá algo asustado por haber creado algo demasiado oscuro -o revelador- decidió regrabar cinco de las canciones.

El resultado es por tanto un álbum con una cierta tensión formal: las partes más abismales suenan desnudas, algo afligidas, y tienden a ser las piezas neoyorkinas. Que contrastan con las piezas más “vestidas”, de tono musical más luminoso, la mayoría registradas en diciembre de 1974 en Minneapolis. Todo esto, lejos de resultar incoherente, dota al disco de dos extremos muy interesantes desde los cuales estudiar, examinar, el duelo por el amor que se acaba. Y es también testimonio de ese afán de perfeccionamiento y pulido de una serie de canciones que para su autor eran especialmente importantes: el proceso de cambio constante en las letras (aparente en las diferencias entre las versiones de NY y Minneapolis, pero a veces variando incluso de toma a toma en el mismo día) ha derivado en algo bastante extraordinario: a lo largo de cuatro décadas el autor ha seguido cambiando versos, imágenes, palabras, en sus interpretaciones en directo. En una exposición dedicada a las letras de Bob Dylan de hace un par de años llamada ‘Mondo Scripto’, el autor envió las letras “definitivas” de ‘Tangled up in Blue’, ¡redactadas en 2018!

¿Qué hace de ‘Blood on the Tracks’ el mejor disco de Bob Dylan? Las razones son complejas: difícil competición la de este álbum con las obras maestras de los 60, verdaderos clásicos con mayúsculas (‘Bringing it All Back Home’, ‘Blonde on Blonde’, ‘The Freewheelin’ Bob Dylan’…) y en especial difícil de rivalizar, a priori, con su efecto en los cimientos del pop y rock modernos. Y sin embargo, frente al innegable y cegador relámpago de la primera fase de su carrera, el impacto musical y emocional de estas diez canciones tiene a la larga, para infinidad de seguidores de Dylan (e infinidad de artistas) un eco mucho más duradero. Tiene que ver con la música (algo tiene esta decena de canciones endiabladamente hermosas que hace que siempre apetezca escuchar ‘Blood on the Tracks’ mucho más que cualquiera de sus otros discos), pero todavía más con el sentimiento puesto en ellas. Es una fórmula sencilla, pero implacable. Lo comentamos al hablar de ‘Just Like A Woman’ hace días y en este disco ocurre de principio a fin: en la interpretación grabada de esas increíbles letras, poéticas pero claramente confesionales, Dylan puso muchísimo de sí mismo, desnudó su alma y expuso sus sentimientos. Quizá hasta “enseñó demasiado y después se arrepintió”, como decía Paul Williams, el autor de ‘Bob Dylan, Performing Artist’ (de lejos el mejor análisis antológico de la carrera del artista, por cierto). Efectivamente, las letras de Dylan no habían sido nunca tan autobiográficas… ni lo volverían a ser. El propio autor negaría numerosas veces que ‘Blood on the Tracks’ tratara de ese episodio de su vida, e incluso llegaría a escribir en su autobiografía ‘Chronicles, Volume 1’ (2004) que las canciones en realidad estaban inspiradas en Chejov. Nunca quedó claro si se trataba de una broma sarcástica o del enésimo intento de despiste ante una innegable evidencia (su propio hijo Jakob ha declarado más de una vez que el disco “va sobre mis padres”).

Esa expresión de un sentimiento tan intensa y verdadera, combinada con un extraordinario momento de inspiración musical y el colofón de unas interpretaciones en el estudio verdaderamente mágicas, dan como resultado colosales temas como ‘Tangled up in Blue’, quizá la mejor canción que abre un disco de Dylan. Pop acústico de dolorosa mirada melancólica pero envuelto en pura belleza: una melodía adictiva, preciosos arreglos acústicos con un mágico teclado, una batería que explota gloriosamente tan sólo en los estribillos, y un relato en siete estrofas, como siete micro-capítulos, de una relación. La estructura de ese relato revela además la técnica narrativa que Dylan usará en gran parte del disco: puntos de vista cambiantes, y la perspectiva del tiempo enredada y superpuesta, el lienzo perfecto para entremezclar una fascinante narración ficticia/metafórica sobre su encuentro con Sara (“I had a job in the great north woods / Working as a cook for a spell / But I never did like it all that much (…) She was workin’ in a topless place / And I stopped in for a beer”) y destellos confesionales de verdad (“We drove that car as far as we could / Abandoned it out west / Split up on a dark sad night / Both agreeing it was best”). Dylan canta la canción con una inesperada euforia, quizá incluso liberado, al contrario que la toma de esa canción en las sesiones de NY tres meses antes, mucho más taciturna).

En contraste a ese sensacional “album opener”, la tristeza callada de las piezas más meditativas plasma la otra cara de la moneda, la del dolor por la ruptura. Como la emocionantísima ‘If You See Her Say Hello’ y sus versos de amante añorante pero dolido (“If If you see her, say hello She might be in Tangier (…) Say for me that I’m all right (…) She might think that I’ve forgotten her / Don’t tell her it isn’t so”), o la monumental ‘Simple Twist of Fate’, una obra maestra de acordes descendentes, de escenas superpuestas en las que se pasa del “yo” al “ellos”, en un bello puzle de perspectivas cambiantes: recuerdos entrecortados y escenas de la nueva situación: “He woke up, the room was bare / He didn’t see her anywhere / He told himself he didn’t care / Pushed the window open wide / Felt an emptiness inside / To which he just could not relate / Brought on by a simple twist of fate”.

Entremedio hay espacio para un arcoiris de variedad dentro de lo que es básicamente un disco acústico. Una riqueza que hasta explora géneros brillantemente: la casi country ‘Lily, Rosemary and the Jack of Hearts’, de carácter más ficcional, o ‘Meet me in the Morning’ y su estructura de blues, perfecta para ese lamento que es el eje central del disco. En la cara A se produce también un contraste muy acusado entre la tierna (y bellísima) ‘You’re a Big Girl Now’ y la furibunda diatriba ‘Idiot Wind’, otro reflejo de una lucha interna entre un amor que aún late y la pura rabia (‘You’re an idiot, babe / It’s a wonder that you still know how to breathe”). Las dos caras del disco acaban de manera muy hermosa: ‘You’re Gonna Make Me Lonesome When You Go’, es otro clásicos dylaniano eterno, una de sus canciones más versionadas (hasta por Miley), y otra de las que enfoca la ruptura con un ánimo más luminoso, combinando aceptación (“You’re gonna have to leave me now, I know / But I’ll see you in the sky above / In the tall grass, in the ones I love You’re gonna make me lonesome when you go” – nótese la alusión a sus hijos) y hasta humor con referencias clásicas (“Situations have ended sad / Relationships have all been bad / Mine have been like Verlaine’s and Rimbaud” – en referencia al turbulento romance entre los dos poetas). En cuanto a ‘Buckets of Rain’, es una delicada estampa de lluvia y los sinsabores de la vida sentimental: “Life is sad, life is a bust / All ya can do is do what you must / You do what you must do and ya do it well / I’ll do it for you, honey baby, can’t you tell?”. En ella Dylan suena tan tierno y delicado que recuerda al gran Mississippi John Hurt.

En todas y cada una de las piezas de ‘Blood on the Tracks’ la excelencia musical está al servicio de la expresión de un sentimiento verdadero, muy real, y eso es lo que trasciende al escucharlo, y lo que lo convierte para muchos en la obra favorita de la carrera de Bob Dylan. Sólo queda añadir que es un disco sobre el que podría hasta argumentarse que a la larga ha sido más influyente que los hitos rockeros, casi fundacionales, del Dylan eléctrico de los 60. Desde los 70 hasta la actualidad han sido cientos los artistas de corte acústico, folkie, pero también rock que han cantado las excelencias de este álbum y se han declarado influidos por él. Desde dioses de los 70 como Lou Reed o Emmylou Harris pasando por luminarias de los 80 (The Waterboys, Robyn Hitchcock, Lloyd Cole, The Go-Betweens), las hordas neo-country de los 90 (Indigo Girls, Shawn Colvin, Ani DiFranco), siguiendo por estrellas de sonido americana de los 90 y 2000 como Wilco, Neko Case o My Morning Jacket, también del ámbito jazzístico (Madeleyne Peyroux, Diana Krall, Cassandra Wilson), sin olvidar a artistas singulares como Jeff Buckley, Beth Orton o el propio Jack White. Y no es difícil ver cómo esa alargada sombra llega hasta el momento presente, cómo la actual edad de oro de artistas muy jóvenes (la mayoría mujeres) editando discos en los que se confiesa hasta el sentimiento más profundo, en los que se exploran aspectos autobiográficos hasta de salud mental, ha sido influida por la corriente que ‘Blood on the Tracks’ inició, de Phoebe Bridgers a Waxahatchee pasando por Weyes Blood, Angel Olsen, Julien Baker o Courtney Marie Andrews (que lo considera su disco favorito). Es irónico pues que Dylan iniciara esta revolución confesional, la de volcar sentimientos y biografía en las canciones, con un disco que es prácticamente la excepción de su carrera: como comentábamos antes, el artista de Minnesota no volvería a abrir su alma así nunca más.

FINNEAS: «Mi nuevo material es diferente, no me gusta repetirme a mí mismo»

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FINNEAS se encuentra de promoción tras el estreno de su nuevo single, ‘What They’ll Say About Us’, el pasado 2 de septiembre, y nos atiende amablemente vía Zoom en una charla de apenas 10 minutos que al final terminan siendo 7 por razones de tiempo. La agenda promocional de Finneas es apretada ya que el artista básicamente se encuentra en la cima de la industria de la música gracias a su trabajo como compositor y productor en el álbum debut de Billie Eilish, su hermana.

Este disco ha valido a Finneas la obtención de varios Grammys -entre ellos el de Álbum del año, Canción del año y el de Mejor productor- y de hits multimillonarios como ‘bad guy’, ‘bury a friend‘ o ‘when the party’s over’, tema, este último, del que Finneas es compositor único, como de ‘ocean eyes’. Como artista en solitario, el joven de 24 años ha firmado canciones preciosas como ‘Angel’, ‘Break My Heart Again’ o la recién estrenada ‘What They’ll Say About Us’ y acaba de reeditar su EP de 2019, ‘Blood Harmony‘. Y como productor ha trabajado con Selena Gomez (‘Lose You to Love Me‘), Halsey (‘I Hate Everybody‘) o Tove Lo (‘Bikini Porn’). Unos pocos minutos con él no dan para hablar de mucho, pero este ha sido el resultado.

Has dicho que amas «cada segundo» de tu nuevo disco. ¿En qué porcentaje está completado?
Realmente el disco no está terminado. Estoy trabajando en canciones. Cuando era más joven agrupaba todas las composiciones que terminaba en «álbumes» aunque después estas no terminaran formando parte del mismo disco, y esto es lo que sigo haciendo. El disco no está acabado ni tiene portada ni nada aún… Simplemente estoy trabajando en un montón de material y estoy muy contento y emocionado con todo lo que estoy escribiendo y grabando.

¿’What They’ll Say About Us’ es el primer single o lo ves más bien como un tema suelto?
Es un single ahora. Me encanta esa canción y espero que tenga una vida longeva, pero creo que tiene más sentido como canción suelta. No sé si estará en el disco, ya que el disco está lejos de estar terminado, pero me gusta mucho así que es posible que la incluya.

«Mis nuevas canciones representan una evolución respecto al material incluido en ‘Blood Harmony'»

¿’Angel’ entonces va a quedar como canción perdida?
Lo bueno de plataformas como Spotify es que nada se pierde realmente, todo está disponible ahí para siempre. Me encanta ‘Angel’, es una de mis canciones favoritas de las que he escrito, porque la escribí cuando mi novia (Claudia) y yo empezábamos a enamorarnos. ¡Gracias por recordarla!

¿En el disco va a haber colaboraciones?
No estoy seguro.

Tu EP ‘Blood Harmony’ acaba de ser reeditado. ¿De qué canción de este trabajo estás más orgulloso?
Mi canción favorita de ‘Blood Harmony’ es ‘I Lost a Friend’. La gente suele escribir canciones de amor, y esa es la primera canción que escribí sobre una amistad (NDE: él utiliza el término «friendship love song») que había perdido. Pero estoy orgulloso de todo el EP.

¿Cómo comparas ‘Blood Harmony’ con el nuevo disco en el que estás trabajando?
Mis nuevas canciones representan una evolución respecto al material incluido en ‘Blood Harmony’. Si te gusta ese EP te encantará mi nuevo material, pero a la vez este nuevo material es diferente porque no me gusta repetirme a mí mismo, prefiero hacer cosas nuevas. Es diferente, pero creo que a la gente le gustará.

Después de ganar varios Grammys y de firmar el álbum más vendido de 2019… ¿cuál es la lección más valiosa que has aprendido?
Como persona que trabaja en la industria de la música, para mí lo más importante es amar lo que haces. Yo siempre animo a la gente a que esté orgullosa de su propio trabajo. No puedes estar preocupado por otros factores: tienes que hacer música que realmente te guste.

«Hacer la música para una película es un asunto complicado porque no la haces para tus fans en concreto, sino para los fans de esa película, y los fans de ‘James Bond’ no tienen por qué serlo de nuestra música»

¿Estás contento con la acogida del público a ‘No Time to Die’?
Hacer la música para una película es un asunto complicado porque no la haces para tus fans en concreto, sino para los fans de esa película, y los fans de ‘James Bond’ no tienen por qué serlo de nuestra música. Simplemente, nos sentimos muy afortunados de poder haber formado parte de ese universo. Escribir ‘No Time to Die’ ha sido una experiencia muy emocionante y satisfactoria, y yo estoy muy orgulloso de la canción.

Has dicho que no quieres que el disco de Billie salga durante la pandemia, que quieres que sea el disco que la gente «baile» después de ella. ¿Os están saliendo canciones a lo ‘bad guy’? ¿Será un disco al menos más luminoso? ¿El sonido de ‘my future’ es indicativo de lo que encontraremos en él?
Realmente no tengo una respuesta a tus preguntas. Estamos trabajando a tope en un montón de música y estoy muy emocionado por que la gente la escuche.

Julianna Barwick / Healing is a Miracle

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No me puedo imaginar el careto que se le debió quedar a Julianna Barwick cuando descubrió que su nuevo disco iba a salir en medio de una pandemia global que se ha llevado la vida de cientos de miles de personas en todo el mundo con el título de «curarse es un milagro». La música de la compositora neoyorquina es conocida por su poder curador y balsámico, es idónea de hecho, por típico que suene, para ser escuchada en clases de meditación y yoga o durante largos paseos por el bosque de noche; y si hay algún disco que ha conseguido plasmar cómo debe sonar la entrada en el cielo tal y como probablemente la imaginan los creyentes, ese es ‘Nepenthe‘. Sin embargo, la coincidencia de que este disco haya visto la luz durante la crisis del coronavirus parece más bien una broma de mal gusto.

No es culpa de nadie y tampoco de Barwick, que evidentemente empezó la composición de ‘Healing is a Miracle’ mucho antes de que el coronavirus fuera una palabra conocida por todo el mundo. La compositora inició la creación del álbum la pasada primavera después de mudarse de Nueva York a Los Ángeles tras vivir un «cambio sísmico» en su vida, y se la tomó como una oportunidad para explorar las mieles de la improvisación. El título del disco se le ocurrió al reflexionar sobre «cómo el cuerpo humano se cura a sí mismo» y «sobre los procesos milagrosos a los que tan poca atención prestamos» como el hecho de que «te cortes una mano, tenga un aspecto horrible, y dos semanas después luzca como si no hubiera pasado nada». Sin embargo, la música de ‘Healing is a Miracle’ nunca suena sangrante o gore, ni siquiera después de que el último álbum de Barwick, ‘Will‘, publicado en 2016, transitara senderos oscuros e incluso urbanos; más bien las capas y capas de voces superpuestas y reproducidas a través de bucles infinitos del álbum parecen representar musicalmente ese mismo proceso de curación casi «milagroso».

El disco se abre con los típicos «loops» celestiales de Julianna Barwick en una  ‘Inspirit’ que es el germen de todo este trabajo de apenas 8 pistas y 33 minutos de duración. Es una apertura envolvente a su universo, pero las cosas se van poniendo interesantes más adelante gracias a las diversas colaboraciones que ofrece. La arpista Mary Lattimore, que ha teloneado a Thurston Moore o a Kurt Vile, comparte sus arpas divinas con Barwick en la meditativa ‘Oh, Memory’, mientras ‘In Light’ suena exactamente a lo que esperarías que suene una colaboración entre Julianna Barwick y Jónsi.

En este tema que habla sobre la llegada de la luz después de un periodo de oscuridad, Barwick ralentiza el tiempo para hacerlo pasar a cámara lenta, mientras Jónsi canta en su idioma inventado, el “hopelandic”. Después, el tema incorpora percusiones electrónicas para alcanzar un clímax dramático que recuerda al trabajo de Sigur Rós en ‘Kveikur’. Y finalmente, el productor Nosaj Thing aparece en ‘Nod’ para complementar con ¿percusiones? ¿texturas? los destellos de luz maravillosos de la artista.

Sin dar realmente un paso nuevo hacia ninguna dirección, quizá al ser un trabajo improvisado con apenas “un par de aparatos de confianza” usados por la artista, lo que puede haber limitado sus opciones, ‘Healing is a Miracle’ es a su vez un trabajo compuesto con todo el mimo que caracteriza a esta compositora. El tema titular es especialmente conmovedor al crear una especie de océano de luz y cuerdas que remite al trabajo de Stars of the Lid, y ‘Safe’ suena como si Barwick hubiese encontrado la esencia misma de la magia que Cocteau Twins y Enya han buscado siempre capturar en su música.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Healing is a Miracle’, ‘Oh, Memory’, ‘In Light’, ‘Safe’
Te gustará si te gusta: Grouper, Stars of the Lid, Celer, Susumu Yokota
Youtube: vídeo de ‘In Light’ con Jónsi

El erotismo de la masculinidad tradicional según Marco Berger

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Cuando Perfume Genius dice que se «avergüenza de sentirse atraído por la masculinidad tradicional» bien podría referirse al cine del director y guionista argentino Marco Berger. Si lo conoce lo debe de odiar… pero seguro que le gusta un poco. No verás en las películas de Berger a un hombre hablando en femenino, ni maquillado ni mencionando siquiera el género no binario. Su cine retrata de manera obsesiva y constante a hombres atrapados en el concepto de masculinidad tradicional e incapaces de asumir su homosexualidad. Beben cerveza, tienen novias, en algunos casos hijos y quedan para ver el fútbol, mientras el director filma su despertar sexual al otro lado en una especie de “locura enfermiza por el hetero curious” en la que cada mirada vale su peso en oro. Berger, que dice que no hace pelis para el público gay, de la misma manera que asociar Woody Allen a Nueva York le parece reduccionista, es el director homenajeado en Fire!, el ciclo de cine LGTB+ que está ofreciendo Filmin estos días. Pueden verse todas las películas del artista en esta plataforma excepto ‘Hawai’ (2013), si bien hay que destacar que las dos últimas serán retiradas mañana domingo 20 de septiembre, que es cuando termina el ciclo.

‘Plan B’: la prometedora ópera prima

En los tiempos en que tanto se hablaba de mumblecore, Marco Berger despuntó con esta ópera prima de corte amateur, cocinada muy a fuego lento, en la que dos jóvenes humildes que nunca han tenido una experiencia gay se van arrimando tras conocerse en un vestuario. Dónde si no. Incapaces de expresarse a sí mismos y a duras penas de hablar entre sí si no es con una carta de por medio, sufren en silencio y se niegan la realidad, como tantos otros homosexuales a lo largo de los siglos. En su retrato, ‘Plan B’ (2009) es la clásica película en la que nunca pasa nada hasta que cuando pasa se te queda para siempre, si bien no le habría venido mal un poco de tijera, no solo en su deriva sobre lo que significa «neverland», sino por el desinterés que genera su forzado triángulo amoroso. 7.

‘Ausente’: un acercamiento al thriller

Tras el éxito de su primera película, Marco Berger cambia de tercio, pasando a narrar la incómoda relación entre un alumno menor de edad y su profesor. El director abusa de la música de misterio -su cine es mejor cuanto más silencio se guarda en general- para advertirnos que esta no puede ser una historia de amor, y a medida que el metraje avanza, parecemos estar viendo todo un precedente de la brutal ‘La caza’, algo posterior a ‘Ausente’ (2011). En la última media hora, en cambio, hay volantazo. El título nos da una pista de lo que sucede en un desenlace ambiguo y experimental, más cercano al universo de los coetáneos Carlos Vermut y Alain Guiraudie. 6,5.

‘Mariposa’: el amor entre hermano y hermana

La que parece la película más heterosexual de Marco Berger es un retrato coral de los últimos años de adolescencia, donde el director se resiste a adentrarse en la mente de los personajes femeninos, como apunta en un principio: al final le pueden las ganas de añadir una trama gay, secundaria, que no pinta demasiado. El mayor reclamo de ‘Mariposa’ (2015) es el juego con el tiempo y el espacio para mostrar la vida de unos jóvenes que se sienten diferentes. Y no porque tengan un póster de los Beatles por acá y un vinilo de Bowie por allá, de hecho se agradece que el director no utilice apenas música pop, pues para eso ya tenemos ‘Élite’ y su sobredosis de la misma, y a Dolan, sino por el modo en que osa adentrarse en lo incestuoso. Más comedida que la citada serie de Netflix pero menos trascendente que Éric Rohmer, ‘Mariposa’ se queda en un punto medio que puede hacer poca pupa. 6,5.

‘Taekwondo’: fantasía en el vestuario

El cine de Marco Berger se caracteriza en gran medida por lo que sugiere, por no mostrar, por mantener la tensión durante prácticamente toda la extensión de la película. Esto último permanece a lo grande en esta cinta, en cambio generosa en enseñarnos hasta el último centímetro de un grupo de amigos deportistas que pasan un fin de semana juntos. Si normalmente el director tarda 3 o 4 minutos de metraje en enfocar un paquete, si es contrapicado mejor, en esta le lleva eso más menos hacer un primer plano de un pene. Pese a lo poco creíble y lo abiertamente pajillero, contaba que quería mostrar con naturalidad el comportamiento observado en algunos grupos de amigos cuando no hay mujeres de por medio (la entrada de una en una escena es un verdadero cuadro, muy realista, por otro lado). Descarada en su oda a la masculinidad hasta rozar lo tóxico, ‘Taekwondo’ (2016) es más que nada una recreación estética de los hombres, casi más ardiente que ‘Learning’, la película argentina de porno gay que también debería aparecer en Filmin dadas sus ínfulas alternativas. 7.

‘Un rubio’: el amor en pareja (casi)

La que se puede considerar la mejor peli de Marco Berger de momento es aquella en la que se anima a dar un pequeño paso más en el retrato de una relación entre un hombre y otro hombre. Si en sus películas la tensión tiende a contenerse durante todo el guión, como decía, en este caso se quita antes de encima ese conflicto y nos ofrece otra cosa: una relación entre dos hombres que tratan de aceptarse a sí mismos en un entorno hostil que les hace sentir «vergüenza» de su orientación sexual incluso entre los más allegados. En principio sugerente como ‘Brokeback Mountain’ y después casi tan explícita como ‘Shortbus’, la película se sustenta en la química entre Gaston Re («Un rubio») y Alfonso Barón («Un moreno»). La primera vez que este consigue tocar a aquel -por encima de la ropa- y su cara de satisfacción inmediatamente después, forman parte de la historia del erotismo cinematográfico. La inocencia del idealizado Gaston devora la escena final. 7,5.

‘El cazador’: haciendo el mal

En la estela de ‘Ausente’, Berger vuelve a la adolescencia en esta historia que parece hablarnos en un primer momento del primer amor para después contarnos más bien de qué manera el mismo nos pervierte, hasta el punto de hacer a los demás exactamente el mismo mal que hemos recibido. Algo más moderna en el enfoque de la aceptación de uno mismo -al fin llegamos a 2020-, la película incluye subtramas como la explotación infantil y la deep web, sin mostrar ella misma demasiado interés al respecto. 6,5.

‘Freeze Tag’ es una de las joyas perdidas de este verano

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Este verano se ha publicado un disco conjunto del teclista y saxofonista Terrace Martin, el pianista Robert Glasper, el beatmaker 9th Wonder y Kamasi Washington, el músico de jazz conocido en el mundo del pop por discos como ‘Heaven and Earth’, y por sus colaboraciones con gente como Lauryn Hill, Nas, Snoop Dogg, Chaka Khan, Flying Lotus y Thundercat, entre otros. Los cuatro músicos de este proyecto, que no se presenta con un sobrenombre particular, tienen en común haber trabajado con Kendrick Lamar y han contado con Phoelix a las voces.

El álbum ‘Dinner Party’, editado el mes pasado y conteniendo 7 canciones, apenas ha sido reseñado en 4 medios de todo el mundo, siendo los más famosos Allmusic y la revista Mojo, pasando inadvertido para la mayoría. El álbum tiene sus más y sus menos en lo referente a accesibilidad, pero el single ‘Freeze Tag’ merecía más atención mediática dada su exquisitez de arreglos, como no podía ser de otra manera.

Estamos ante una producción de soul, de ritmo sensual y preciosos sección de viento y piano, cuya melodía parece estar hablándonos de lo maravilloso que es el amor o lo dulce que fue aquel verano. No es el caso: Phoelix está narrando en verdad el horror de una persecución policial… que además no deja de repetirse como en la vida de las personas negras en Estados Unidos.

“Me dijeron que pusiera las manos en la cabeza / creo que se han equivocado de persona / estoy harto de correr / he estado buscando el amor que ha desaparecido / estaba buscando una paloma / y me dijeron que si me movía, iban a matarme a tiros”.

El grupo de producción, que daba con una melodía inmediata, ofrece un mundo de horror en contraste, logrando en todo aquel que haya querido atender, el mismo calado que conseguía Childish Gambino haciendo muchísimo más ruido en ‘This Is America’.

Lo mejor del mes:

En diagonal: Ava Max hace un buen disco de pop europeo, «cohesivo» y sin baladas ni artistas invitados

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Ava Max es una de las protagonistas del viernes debido al lanzamiento de su primer disco, ‘Heaven & Hell’, del que ya se conocían un puñado de adelantos como ‘Torn’, ‘Kings & Queens’, ‘OMG What’s Happening’ o el macrohit ‘Sweet but Psycho‘, que es incluido como corte final del largo quizá por ser el más viejo de todos (el tema fue lanzado en agosto de 2018 y adquirió popularidad internacional en los meses siguientes). El álbum se divide de hecho en dos partes, la de «cielo» y la de «infierno», y contiene un total de 15 pistas.

Si Ava ha triunfado yendo a su bola, con canciones 100% pop y ultra-melódicas que remiten al pop comercial europeo que sonaba hace 20 años, ‘Heaven & Hell’ sigue esa misma línea de principio a fin: su número de traps, dancehalls y baladas es exactamente cero, y apenas ‘Take You to Hell’ admite influencias reggae al parecer una canción de Ace of Base. Hay que celebrar también que el álbum suene coherente y no al típico cajón de sastre sin sentido que suelen ser muchos debuts de pop comercial, dejando la producción de ‘Heaven & Hell’ a manos principalmente de una persona, Cirkut, productor conocido por su asociación a Dr. Luke, y por tanto a artistas como Katy Perry, Britney Spears, Kesha o últimamente Kim Petras. Las melodías relamidas, ultra familiares y propias del festival de Eurovisión marcan el transcurso de este trabajo que tampoco anda corto en variedad: la primera parte incluye singles tan acertados como ‘Kings & Queens’, un tirazo pop llamado ‘Tattoo’, guitarras a lo Darkchild en ‘Call Me Tonight’ y números tan majestuosos como ‘Born to the Night’ o tan elegantes como ‘Naked’, nuevo single cuyo videoclip futurista podéis ver bajo estas líneas. Y la segunda contiene los ritmos electropop más contundentes del largo, en cortes como ‘Rumors’ o un ‘Belladonna’ que recuerda al último The Weeknd (el que es fan de Chromatics).

Sin que Ava haya protagonizado un fenómeno como los de Billie Eilish o en España Rosalía, ‘Heaven & Hell’ era un de los álbumes de pop más esperados del año por cualquier fan de este género, y en los comentarios de nuestro site nos estáis haciendo saber vuestro contento con el largo. El usuario juka ha escrito que «el disco de Ava Max es un placer culpable» y que «es como escuchar un disco con canciones descartadas de Lady Gaga, Katy Perry o Britney de 2010», a lo que ha añadido que «suena antiguo pero está lleno de bastante temazo pop». Miguel está de acuerdo: «Me ha gustado mucho que tenga el mismo productor en todas las canciones y no haya featurings. Ha logrado un sonido bastante cohesionado dentro del álbum».

En nuestros foros, el sentimiento es similar. Terated también remarca la cohesión del disco indicando que «echaba de menos ese nivel de cohesión dentro de un álbum en la industria del pop en estos últimos años», con excepciones «como Billie Eilish o Lorde». El mismo usuario subraya la ausencia de artistas invitados en el álbum «como buen debut que no es una colección de singles sueltos producidos por distintos productores, como fueron los debuts de Anne-Marie o Zara Larsson». A su vez, las referencias en la música de Ava Max parecen evidentes sin que la artista haya dependido demasiado de ellas. «Hay momentos que me ha recordado a la primera Marina, a Melanie Martinez o incluso a Allie X o el primer disco de Dua Lipa», señala este mismo usuario; «aún así, creo que ha conseguido un sonido/marca propios que la hace bastante reconocible cuando la oyes en la radio o en spots publicitarios». Por su parte, Rudra comparte su satisfacción con este álbum «disfrutable» y «sin rellenos» pero lamenta que «ya había escuchado la mitad de los temas». Sin embargo, en foros anglosajones como el de Popjustice, las opiniones en torno a ‘Heaven & Hell’ varían entre quien ve en él un álbum simplemente divertido e inofensivo, a quien apenas rescata ‘Take You to Hell’ porque el resto de temas «no pasarían las semifinales de Melodienfestivalen, ni mucho menos de Eurovisión».


Lady Gaga hace un homenaje a ‘El color de la granada’ en el vídeo de ‘911’

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Lady Gaga estrena el videoclip de su nuevo single, que no es otro que ‘911’, uno de los cortes más escuchados de ‘Chromatica’ en las plataformas de streaming antes de ser seleccionado como sencillo oficial. Hace unas semanas, Gaga abría su actuación en la última ceremonia de los MTV Video Music Awards con una presentación de este tema, confirmando su estatus de single. La presentación arrancaba por supuesto con el famoso interludio que precede a ‘911’ en el disco, y que ha sido objeto de memes en las redes, para después pasar a ‘Rain on Me’ con Ariana Grande y a una versión a piano de ‘Stupid Love’ que después volvía a la pista de baile.

‘911’ es el tema más electro de ‘Chromatica‘ pero su videoclip no sigue la línea futurista y post-apocalíptica de los vídeos de ‘Stupid Love’ y ‘Rain on Me’. De manera extraña, el vídeo de ‘911’ es un homenaje al cine armenio, como es confirmado más adelante en un par de fotogramas, y en concreto a la película de culto de 1969 ‘El color de la granada’ de Sergei Parajanov, a la que no hace mucho el productor Nicolas Jaar dedicaba un disco. Esta película, conocida por su riqueza visual, plasmada en vestuario y escenarios especialmente, narra la vida del poeta del siglo XVIII Sayat-Nova, y Gaga se inspira en ella para contar su experiencia personal con la “salud mental” y el “modo en que la realidad y los sueños pueden cruzarse para dar forma a héroes que se encuentran en nuestro interior y también a nuestro alrededor”. La canción, como ya contamos, habla de un antipsicótico que Gaga toma para «controlar las cosas que hace mi cabeza» después de haber vivido una experiencia traumática.

En Instagram, Gaga ha publicado un mensaje de agradecimiento por la creación del videoclip de ‘911’ dirigido a varias personas. Da las gracias a su director Tarsem por compartir «una idea que lleva 25 años pensando», a su equipo creativo Haus of Gaga “por ser fuerte cuando yo no podía” y por haber “hecho este corto durante la pandemia sin que nadie se haya puesto enfermo”, a su productor Bloodpop por haber creado con ella un álbum que “no esconde nada más que la verdad”, y a sus fans por “creer en mí cuando tenía tanto miedo”. Gaga añade que el videoclip de ‘911’ “narra una historia que una vez me pasó de verdad, y que ahora está en el pasado y no en el presente”, y que este simboliza la “poesía del dolor”.

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Angel Olsen / Whole New Mess

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Angel Olsen nos dejaba en 2019 el que puede ser el disco más grande de su vida, un ‘All Mirrors‘ en el que se consolidaba como autora para quienes dudaran del encanto de ‘Burn Your Fire for No Witness‘ o ‘My Woman‘, al tiempo que demostraba lo bien que se defendía su voz en entornos tan dispares como el dream pop o el trip-hop. Fue el 2º mejor álbum de todo el año para nuestra redacción y el 5º para nuestros lectores.

Uno de los grandes méritos del álbum fue el modo en que rehuía de la figura de cantautor para adoptar diferentes disfraces. Así que el proyecto ‘Whole New Mess’, en el que las canciones aparecen defendidas principalmente por voz y guitarra eléctrica (hay excepciones), es algo decepcionante: no necesitábamos esta reducción para saber lo buenas que eran ‘All Mirrors’, ahora ‘(We Are All Mirrors)’; ni ‘Lark’, que deja de ser un cañón de fuego para parecer una raquítica adaptación de ‘All I Want Is You’ de U2, como jamás había sugerido.

Se agradece que este no sea el típico álbum de demos, sino que se quiera presentar como un «nuevo álbum con un mood propio», incluso con alguna pista inédita. Un poco al modo de lo que hizo St Vincent después de ‘MASSEDUCTION‘ en ‘Masseducation‘, donde mejoró en algunos cortes lo que no se podía mejorar. No es este el caso. Si ‘All Mirrors’ partía de la idea de superar una ruptura, no solo de una pareja sino de algunas amistades, y proponía maneras de aceptarse a uno mismo; este oficialmente es «el sonido del descubrimiento de su forma, de darles un sentido a esas lesiones».

Al escoger un camino más áspero y crudo, se pierde algo de personalidad: la nueva ‘Waving, Smiling’ recuerda a Stevie Nicks solo que como producida por Marissa Nadler, y casi todo el álbum está en sintonía con PJ Harvey cuando esta actúa o graba completamente en solitario: a ella recuerda ‘(Summer Song)’ como no lo hacía tanto la original ‘Summer’ en absoluto. Algunas canciones, en su grabación en The Unknown, la iglesia que Phil Elverum de Mount Eerie y el productor Nicholas Wilbur convirtieron en un estudio en un pequeño pueblo de Washington, se recrean demasiado en su monotonía, como ‘Tonight (Without You)’. Todo lo que el final de ‘(Summer Song)’ lo tiene de bonito, lo tiene este de parecer música para gatos.

En momentos así me cuesta tanto que me guste este disco como a los fans de Dua Lipa ‘Club Future Nostalgia‘. Sólo emocionante de verdad en los momentos que ya eran espeluznantes, como la genial ‘(New Love) Cassette’, el álbum parece desarrollar su curso con el único objetivo de que terminemos de darnos cuenta de lo espectacular que era ‘Chance’ como composición. Un gran desenlace de álbum el de ‘Chance (Forever Love)’, dramático, tras el que Angel Olsen ha acertado igualmente al quitarle hierro con ‘What It Is (What It Is)’. Ahí nos recuerda que ‘All Mirrors’ también era un disco divertido. ¿Dónde ha quedado la mirada al pasado con humor que era ‘Spring’?

Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Chance (Forever Love)’, ‘What It Is (What It Is)’, ‘(New Love) Cassette’
Te gustará si te gusta: ‘Anexo’ de Single (que era bastante mejor), Stevie Nicks, David Lynch
Youtube: ‘Chance (Forever Love)’

Anitta juega al «lesbian chic» con Cardi B y Myke Towers en la extraña ‘Me gusta’

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Anitta planea para finales de este año el lanzamiento de su quinto álbum de estudio. Antes de ‘Kisses‘, su disco de 2019, que obtuvo una nominación a los Grammy anglosajones, llegaron ‘Bang!’ en 2015, ‘Ritmo perfeito’ en 2014 y ‘Anitta’ en 2013, que apenas fueron escuchados en el mercado brasileño. Porque después llegó toda la retahíla de hitazos de Anitta que han sido éxitos internacionales, desde ‘Vai Malandra’ a ‘Downtown’ pasando por ‘Machika’.

El quinto disco de Anitta se considera su debut en Estados Unidos, verá la luz a través de Warner Music y ha sido producido por Ryan Tedder de OneRepublic, persona conocida también por su trabajo con Adele, Taylor Swift o Leona Lewis. Y para confirmar que la cantante brasileña va a por todas con este nuevo proyecto, el primer avance cuenta con la participación de Cardi B y del rapero Myke Towers. ‘Me gusta’ de hecho no es la producción más accesible de primeras que recordamos de Anitta: entre sus ritmos de son cubano fusionado con trap y la colaboración de los dos artistas mencionados destaca la presencia de un «instrumental break» compuesto por unas baterías funk que no pueden sonar más saturadas, como si buscaran sonar mal a propósito.

‘Me gusta’ no va corta de ganchos: a los «shake their ya yas»; «go and get it ya ya» y «a mí me gu-u-u, a mí me gu-u-u» de Anitta hay que sumar las frases de Cardi B y Myke Towers, hechas para no dejar indiferente. La canción parece celebrar la sensualidad bi, pero también tiene cierto fondo «lesbian chic», porque si Anitta canta «a mí me gustan las mujere'», Myke Towers directamente se corona con una frase que rima «ella no es lesbiana, pero a veces escondida a su amiga se la tira» con «al ritmo de la música ella mueve las caderas, se me pone hiperactiva». A su bola, «la Cardi» espeta «me gustan lo’ macho’ y que coman cuca, que haciendo el amor me jale la peluca, él me dijo que le fascina mi bunda, a mí me gusta el dinero, no te confunda» para después jugar a la ambigüedad, mención a Shakira mediante: «La Cardi y Anitta, two fly mamacitas, Bad bitches me gustan todita».

Sobre su debut internacional, Anitta ha declarado a Rolling Stone que es el «momento más importante de su carrera», y que con él podrá «mostrar más mi arte y cultura con el mundo de manera interacional». Ha añadido que «no puedo esperar a que todos escuchen la nueva música en la que he estado trabajando, la cual será una mezcla fresca de español e inglés». El videoclip ha sido rodado en Salvador, Brasil.

Nathy Peluso se pasa el FMI por el clítoris en ‘Sana Sana’

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Como os hemos informado a través de Instagram, Nathy Peluso ha anunciado esta semana que su nuevo disco se llama ‘Calambre’ y sale el 2 de octubre. Si alguien necesitaba algún tipo de prueba de que la cantante argentina no tiene miedo a nada, de que es capaz de llevarse por delante cualquier tipo de género musical o encasillamiento, en esta cubierta parece estar realizando un homenaje a Grace Jones. La icónica cantante y modelo tiene una buena colección de portadas históricas y la del recopilatorio ‘Island Life’, realizada por Jean-Paul Goude, tan sólo fue una de ellas.

Mejor aún que esta imagen, Nathy Peluso estrena hoy un nuevo single llamado ‘Sana Sana’, un tiro de 3 minutos que es directamente nuestra nueva «Canción del Día«. Se llama así, como ha dejado caer en las redes sociales, en referencia al dicho «curita, curita, sana / si no sanas hoy, sanarás mañana». Entre palmas e influencias del hip-hop de finales de los 90 y principios de los 2000, muy palpable no solo en ritmo sino en el modo en que se han metido esas pseudo-cuerdas sampleadas, despuntan sus desafiantes versos de «gangsta» sobre droga y sexo:
«Yo sé cómo hablarle a mi bitch
Yo sé cómo cortar mi hachís
Si te muestro, viene la police
Si me agacho, sientes tú mi clitorís».

Aunque esta parte tan llamativa se repite porque realmente la necesitabas, el verdadero estribillo de la canción tiene a bien apelar al Fondo Monetario Internacional: «Y si el FMI me la toca / si creen que van a comer de mi sopa / hip con el hip con el hip hip hopa».

Estamos ante toda una rima entre «sopa» y «hopa», así que a influencias como Missy Elliott en lo sonoro y a Lady Gaga en lo visual, hay que sumar también las latinas. El tema nos lleva a la mejor Mala Rodríguez, y el vídeo coreografiado y dirigido por Nicotine, con tantos estilismos que parece haber un featuring… pero no, nos remite a ciertos momentos de las carreras de Jennifer Lopez, Gloria Trevi y, por qué no, Rosalía.

Un gran éxito ya entre los vídeos más vistos de Youtube España (puesto 16 en el momento de redacción de esta noticia), que se suma a otros logros de Nathy Peluso, como la estupenda ‘La Sandunguera’, su álbum de 2017 ‘Esmeralda’ o, en un plano más comercial, su dúo con Rels B ‘No se perdona’, un medio tiempo de R&B de los que tanto gustan al mallorquín. Puedes recordar nuestra entrevista con Nathy Peluso de 2018 aquí.

Lo Mejor del Mes:

Bob Dylan / Oh Mercy

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De acuerdo, los 80 de Bob Dylan fueron un desastre. A pesar de que en la “trilogía cristiana” con la que los abrió hay cosas salvables, igual que en los discos posteriores (‘Infidels’, de hecho, es un gran disco), el balance general, en comparación con su producción de los 60 y los 70, es sonrojante. Las razones de esta pérdida de rumbo han sido de sobra elucubradas por los dylanólogos en los últimos 30 años: una evidente pérdida de inspiración, dificultades para reencontrar su “voz propia”, y una década en la que los estudios profesionales se habían vuelto especialmente inhóspitos para artistas como Dylan, que siempre habían grabado de forma instintiva, en pocos días, y a los que perder semanas “buscando un sonido de batería moderno” o haciendo mezclas que sonaran contemporáneas nunca les iba a hacer ningún favor.

Estos tumbos creativos empezarían a cambiar en 1987. Durante su gira con The Grateful Dead el artista tuvo una revelación: según declararía en entrevistas posteriores, se dio cuenta de que no sería feliz y no aliviaría el peso de su obra previa si no dedicaba el resto de su vida a girar compulsivamente interpretando esas canciones. De esa manera empezó, en 1988, el ‘Neverending Tour’, que ha seguido vigente hasta la actualidad y ha alcanzado cifras astronómicas de conciertos (el primero de su último paso por España, en Pamplona, fue el número 3.003 de la gira). Dylan hizo bien en seguir su instinto, porque realizar ese cambio artístico-vital desatascó casi inmediatamente su bloqueo creativo: ya en 1988 su colaboración con los Travelling Wilburys sonaba inesperadamente refrescante e inspirada. Pero fue la llegada de ‘Oh Mercy’ (1989) la que supuso su redención definitiva con sus musas, la crítica y el público.

En 1988 Dylan le había enseñado a Bono de U2 algunas de sus nuevas canciones y éste le dijo que Daniel Lanois podría seguramente grabarlas capturando bien su espíritu. Confiando en este consejo, Dylan pronto se embarcaría en una grabación con el productor canadiense en una serie de pequeños estudios móviles que instalaron en diversos apartamentos de la ciudad de Nueva Orleans. Un cambio crucial de ambiente y enfoque que a Dylan le hizo muy feliz: En una entrevista con USA Today dijo: “Daniel permite que el disco simplemente ocurra, de día o de noche. Sin tener que pasar por un viacrucis de secretarias, máquinas de pinball, managers, curiosos en el pasillo, y aparcamientos y ascensores y temperaturas polares”. Otro dato esencial: “fue capaz de capturar mi voz de directo, algo que no había logrado antes con ningún productor”.

Así nació ‘Oh Mercy’. En él se volvieron a conjugar esos dos factores que han dado como resultado los mejores discos de Bob Dylan: una gran colección de canciones y un sonido definitorio, único, que les da forma y las amalgama en algo unitario y distintivo. ‘Political World’ es un comienzo magistral: una canción cuyo único acorde crea una tensión que nunca llega a aliviarse con un cambio, un estribillo. Es el resto del disco lo que provee esa liberación, y de qué manera. Desde los lap steel hawaianos (¡y saxofón!) de ‘Where Teardrops Fall,’ en la que Dylan canta casi como un crooner pop de los 50, pasando por la solemnidad bella, casi gospel, de ‘Ring Them Bells’, hasta el cierre con la desarmante ‘Shooting Star’, las canciones no son ya excelentes, sino que suenan exquisitamente al oído; guitarras inusuales en el canon dylaniano (a menudo metálicos dobros creando atmósferas con sencillos arpegios), pequeños toques de piano eléctrico aquí a allí, sureñas guitarras eléctricas con acentuados trémolos… pero todo con sutileza.

Lanois mantiene los arreglos en lo esencial con maestría: en las piezas más ambientales, esas que parecen emerger de un receptor de radio en una cálida noche neorleanesa junto a un pantano, la percusión no pasa de un timbal o una escueta batería de dos piezas: ‘Man in the Long Black Coat’ o ‘What Was It You Wanted’ son dos buenos ejemplos. Esa creación de espacios a base de no llenarlos se completa con un uso magistral de una herramienta del estudio tan poderosa como peligrosa: la reverb. Lanois es un maestro usándola, como había demostrado ya colaborando con Brian Eno y U2, y como posteriormente reafirmaría durante los 90 en magníficos discos de Emmylou Harris (‘Wreckin’ Ball’) o Willie Nelson (‘Teatro’). Un tipo de producción “natural pero no literal” muy influyente cuyos ecos se pueden oír en los discos de artistas actuales de folk/americana/pop, gente como Jess Williamson, Cass McCombs o Angel Olsen.

En ‘Oh Mercy’ la reverb define esos momentos más ambientales y evocadores con contenida precisión de cirujano, pero también se usa expansivamente en las partes más épicas: ‘Most of the Time’ es una de las cumbres del disco por esa razón: con sonido enorme y a la vez delicado, perfecto para una letra de alguien que afirma casi ha olvidado una ruptura amorosa, pero que en realidad la recuerda en cada rincón, en cada detalle (“Most of the Time (…) I can survive / And I can endure / And I don’t even think / About her”). La otra gran pieza épica, ‘Series of Dreams’, se cayó en el último momento por decisión de Dylan pero reemergió dos años después en el primer volumen de las Bootleg Series, y se considera parte del álbum: una pieza trepidante que encapsulaba el concepto inicial del largo: una serie de viñetas, de escenas, de corte onírico. El uso de la reverb por parte de Lanois conseguía de rebote que Dylan sonase al fin contemporáneo, pero sin los extremos rechinantes de sus otros discos de los 80: estos dos temas especialmente sonaban de la época (con esos ecos de U2) y en la actualidad siguen sonando magníficamente.

A las letras de ‘Oh Mercy’ podríamos dedicar artículo aparte: baste decir que en la línea onírica que Dylan se planteó para este disco son un ejemplo magistral de su escritura en modo “stream-of-consciousness” (monólogo interior), como explicó el propio autor, y en ellas se combinan muy bellamente flashazos surreales, asociaciones de ideas e imágenes no necesariamente lógicas que encajan a la perfección con el ambiente nocturno, misterioso, de la producción. Unos textos que Dylan canta adaptándose a cada ambiente, con momentos realmente brillantes (como cuando acentúa las palabras de cada verso marcando el compás de 3/4 en ‘Man in the Long Black Coat’).

Lanois y Dylan revisitarían la fórmula mágica de ‘Oh Mercy’ ocho años después en ‘Time Out Of Mind’, disco que siendo justos quizá arrojó más canciones de esas que pervivirían como clásicos tardíos de su autor (‘Love Sick’, ‘Trying to Get to Heaven before The Close the Door’, ‘Not Dark Yet’) que su predecesor, pero que no llega a las cotas de redondez y poder evocativo de este disco, o a su sensación única de unidad, como una especie de hermosa novela nocturna. En el canon dylaniano ‘Oh Mercy’ no es ciertamente despreciado, pero sin duda hay que reivindicar este disco excesivamente minusvalorado.

Calificación: 8,9/10
Lo mejor: ‘Man in the Long Black Coat’, ‘Most of the Time’, ‘Ring Them Bells’
Te gustará si te gusta: el folk o el sonido americana, tanto en su vertiente clásica (Emmylou Harris, Neil Young) como actual (Jess Williamson, Cass McCombs)
Escúchalo: vídeo de ‘MOST OF THE TIME

Justin Bieber se sube a trabajar en un andamio para la social ‘Holy’

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Como os hemos venido contando durante toda la semana, Justin Bieber inicia nueva era tan sólo unos meses después de la anterior, la del frustrante, largo y deslavazado ‘‘Changes’.

El tema que estrena hoy se llama ‘Holy’ y es una colaboración con Chance the Rapper, como a estas alturas ya todos sabéis. Se trata de un medio tiempo de corte R&B, en la línea por ejemplo de ‘My Love Is Your Love’ de Whitney Houston, también muy apto para el otoño que está a punto de comenzar y para Navidad: atención a ese coro góspel.

La canción va a ser completamente indisociable de la temática social de su videoclip, en el que vemos a Justin Bieber trabajando subido a un andamio, disfrazado de obrero, antes de que se despida a toda la plantilla de su compañía. En los últimos tiempos han sido varios los vídeos de temática “social” o “reivindicativa” de Justin Bieber, entregado, dadas sus creencias religiosas, a servir a los demás. Al final de este vídeo, le vemos rezando a la mesa, con guiños a las comunidades negra y latina.

Bieber y Chancelor ya colaboraron en ‘Confident’, uno de los temas incluidos en la «mixtape» del canadiense de 2014 ‘Journals’, y también en el éxito de ‘Coloring Book‘ ‘Juke Jam’ junto a Towkio. Como decíamos, ‘HOLY’ no llegará ni un año después del lanzamiento de Changes‘, el hasta ahora último álbum de estudio de Bieber. El disco veía la luz en febrero, en concreto el día de San Valentín, cuando aún no sabíamos la que se nos venía encima con el coronavirus, y ‘HOLY’ supone el inicio de la era siguiente, como el artista ha confirmado en sus redes. Pasa pues página de aquel álbum dedicado a la feliz vida matrimonial, pues Bieber está casado con Hailey Baldwin, y que suponía un batacazo comercial para el cantante, quedando muy lejos de igualar los datos de su anterior trabajo, el multimillonario ‘Purpose‘. ‘Changes’ sí se mantiene actualmente en la parte baja del Billboard 200, en concreto en el número 109. Por su parte, los singles ‘Yummy’ e ‘Intentions’ han sido grandes éxitos en Spotify, pero su repercusión no ha sido ni remotamente comparable a la del álbum anterior.

Bieber también acaba de ser noticia después de aparecer en el videoclip de ‘POPSTAR’ de DJ Khaled con Drake en lugar de Drake, y durante la cuarentena obtenía un single número 1 en Estados Unidos gracias a ‘Stuck with U’ con Ariana Grande. La gira de ‘Changes’ tendrá lugar a partir de junio del año que viene.

Por su parte, Chance the Rapper tampoco ha estado parado y en los últimos días ha aparecido en nuevos temas de Ludacris (‘Found You’) o Brandy (‘Baby Mama’) y el año pasado conseguía un hit en las plataformas de streaming gracias a ‘Cross Me’, su colaboración con Ed Sheeran y PnB Rock. ‘The Big Day‘, el último álbum de estudio de Chance the Rapper y el primero oficial después de una serie de reconocidas «mixtapes», fue un fracaso de crítica y público, nada que ver con lo que sucedía con ‘Coloring Book’, ‘Acid Rap’ y ’10 Day’, la última de las cuales aparecía hace poco en las plataformas de streaming.

Sam Smith se asegura el éxito de su tercer disco con varios hits pasados como «bonus tracks»

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Cuando parecía que ninguna superestrella internacional sacaría disco por Navidad debido a la covid-19, pues por ejemplo un representante de Adele ha indicado que está teniendo dificultades para acabarlo dadas las restricciones de movilidad, Sam Smith mueve ficha. En meses recientes habíamos conocido diferentes canciones, pero no lo que son los datos definitivos sobre su tercer álbum, que tenía que haber salido en mayo.

Ahora sabemos al fin que ‘Love Goes’ saldrá a la venta el 30 de octubre, y además se da a conocer un tema cuyo título solo puede recordarnos su vinculación pasada con James Bond. La canción nueva se llama ‘Diamonds’ pero no tiene nada que ver con el clásico de Shirley Bassey ‘Diamonds Are Forever’, sino que es una balada que avanza hacia lo bailable a través de chasquidos y beats. Es un trabajo conjunto con Shellback y Oscar Görres, este último muy querido por aquí últimamente por su labor casi mano a mano con Troye Sivan.

La canción ha sido incluida directamente en la playlist más codiciada del mundo, Today’s Top Hits de Spotify, que siguen 27 millones de personas, aunque no en los primeros lugares a lo Justin Bieber. Por si acaso, el disco de Sam Smith se asegura el éxito comercial incluyendo como “bonus tracks” el chorreo de singles que ha venido sacando durante los últimos años. En la secuencia, únicamente se ha integrado ‘My Oasis’ con Burna Boy, un tema que no conseguía entrar en el Billboard Hot 100 y ha quedado en un modesto puesto número 40 en Reino Unido.

Después, aparecen a partir de la pista 12 nada menos que ‘Dancing With a Stranger’ con Normani, presente en nuestra lista de las mejores canciones de 2019, ‘How Do You Sleep?‘, ‘I’m Ready’ con Demi Lovato y ‘Promises’ con Calvin Harris, además de ‘Fire on Fire’ y ‘To Die for’. Ya solo con esto, Sam Smith se asegura un montón de puntos en las listas de álbumes en las que cuenta el streaming, que cada vez han venido siendo más hasta llegar a España. Alguna de estas pistas no es que proceda de 2019, sino incluso de 2018, como es el caso de ‘Promises’, que salía hace 2 veranos, y de la más desconocida ‘Fire on Fire’, que hizo junto a Steve Mac para una banda sonora de Netflix. Casi, casi, es como si Katy Perry hubiera metido ‘Feels’ (2017) en el reciente ‘Smile’. Parece que a alguien (¿artista? ¿sello?) le agobian las cifras de este nuevo álbum tras la pequeña decepción que supuso ‘The Thrill of it All’, un álbum que no igualó las cifras millonarias del debut ‘In the Lonely Hour’, pero en absoluto fue un fracaso: esta certificado como doble platino en Reino Unido y fue número 1 en Estados Unidos.

‘Diamonds’ se ha estrenado con un vídeo lleno de claroscuros en el que vemos a Sam Smith bailando bajo el agua, lo que recuerda tímidamente a ‘Fastlove’ de George Michael. Os dejamos con el vídeo y el tracklist recién compartido de ‘Love Goes’:

01 Young
02 Diamonds
03 Another One
04 My Oasis [ft. Burna Boy]
05 So Serious
06 Dance (‘Til You Love Someone Else)
07 For the Lover That I Lost
08 Breaking Hearts
09 Forgive Myself
10 Love Goes [ft. Labrinth]
11 Kids Again
12 Dancing With A Stranger [ft. Normani] (Bonus)
13 How Do You Sleep? (Bonus)
14 To Die For (Bonus)
15 I’m Ready [ft. Demi Lovato] (Bonus)
16 Fire on Fire (Bonus)
17 Promises [ft. Calvin Harris] (Bonus)

Smashing Pumpkins detallan el disco doble que traerá sus 2 grandes temas de 2020

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Smashing Pumpkins han compartido al fin los detalles de su nuevo álbum, que presentaban hace unas semanas con un par de adelantos que nos habían dejado un estupendo sabor de boca, ‘Cyr’ y ‘The Colour of Love’, esta abriendo el disco. El álbum también se llama ‘Cyr’ y sale el 20 de noviembre con el siguiente tracklist:

1. ‘The Colour of Love’
2. ‘Confessions of a Dopamine Addict’
3. ‘Cyr’
4. ‘Dulcet in E’
5. ‘Wrath’
6. ‘Ramona’
7. ‘Anno Satana’
8. ‘Birch Grove’
9. ‘Wyttch’
10. ‘Starrcraft’
11. ‘Purple Blood’
12. ‘Save Your Tears’
13. ‘Telegenix’
14. ‘Black Forest, Black Hills’
15. ‘Adrennalynne’
16. ‘Haunted’
17. ‘The Hidden Sun’
18. ‘Schaudenfreud’
19. ‘Tyger, Tyger’
20. ‘Minerva’

A su salida el pasado mes de agosto, definíamos ‘Cyr’ («rey» o «líder» en griego antiguo) como un medio tiempo de influencias industriales y new-wave no tan alejado de algo que hubieran podido firmar Depeche Mode e incluso los Duran Duran más oscuros (no los de ‘Ordinary World’). Billy Corgan, en la nota de prensa oficial, la definía como “una locura distópica, un alma contra el mundo, en un contexto de lealtades cambiantes y tiempo acelerado. Para mí es esperanzadora y desdeñosa al mismo tiempo de lo que es posible y no es posible con fe”. Como apelando al sonido neo-romántico del tema, una de las frases más sonoras de este corte es algo así como: “Destrozado, renuncio / Estamos al borde de albores sagrados y endrinas”.

El vídeo en blanco y negro, que en sus primeros instantes parece un vídeo de la Lady Gaga de la era ‘Born This Way’, mostraba a la formación actual de la banda junto a las coristas Sierra Swan y Katie Cole, según los créditos de Youtube, que tan fundamentales son a la grabación.

Este sonido no era acogido por todos los seguidores del grupo con entusiasmo (ver sección de comentarios bajo estas líneas). Y es que Smashing Pumpkins han pasado a la historia por canciones que triunfaron en la era grunge como ‘Today’, extraída del seminal ‘Siamese Dream’ (1993). Sin embargo, tan pronto como en el doble ‘Mellon Collie & The Infinite Sadness’ (1995) mostraron su amplitud de miras abriendo aquel álbum con un instrumental a piano y ofreciendo tanto guitarras rock en ‘Bullet With Butterfly Wings’ como composiciones totalmente atemporales tan alérgicas a los géneros musicales como ‘Tonight, Tonight’. ‘Ava Adore’ mostró un decidido giro hacia la electrónica, oscura, y desde entonces Billy Corgan ha jugado de diferentes maneras diferentes cartas, pero pocas veces había sonado tan synth-pop como en los dos singles que deja este 2020.

Escogíamos ‘Cyr’ como «canción del día» porque cuenta con videoclip, pero había más. Si los teclados de esta composición te volaban un poco la cabeza, hay que escuchar también el segundo de los temas. ‘The Colour of Love’ cuenta con una serie de ganchos instrumentales impropios de su carrera: un riff de guitarra un tanto ahijado del post-punk y, sobre todo, una línea de teclado que ni New Order u OMD. Uno busca en ellos algún tipo de sample o co-autoría pero al menos en los créditos de Tidal no aparece más nombre que el de Billy Corgan.

Hasta la fecha el último disco de Smashing Pumpkins fue ‘Shiny and Oh So Bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun.‘, un álbum que no estaba tan mal, pero sí quizá demasiado ideado para su gira de reunión. Una gira que no cumplió las expectativas comerciales en todos los arenas de Estados Unidos programados, pero que podría haber sido peor: podía haber sido ideada para el año de la covid-19. Al fin y al cabo, al menos llegaron a estar en el Mad Cool cuando había Mad Cool.

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Lo mejor del mes:

Escucha lo nuevo de Mylène Farmer, Ane Brun, Mariah Carey, Els amics de les arts, «Crepus»…

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Hoy 18 de septiembre llegan al mercado los nuevos discos de Ava Max, Max (sic), Chavales, Renaldo & Clara, Gus Dapperton, Alicia Keys, A.G. Cook, Grises, Uniforms, Nueva Vulcano, Els amics de les arts, Sofia Coll, Cults y Deradoorian. De todos ellos compartimos una canción nueva en nuestra playlist de novedades semanales «Ready for the Weekend», que cuenta con más de 4.250 suscriptores.

Entre los grandes lanzamientos internacionales, lo nuevo de Justin Bieber con Chance the Rapper; Anitta con Cardi B y Myke Towers, Melanie C con Nadia Rose, Wizkid o YUNGBLUD. Kygo va ahora a por Donna Summer tras sus éxitos con viejos clásicos de Whitney Houston y Tina Turner. Entre las novedades de artistas españoles o en español, Joe Crepúsculo estrena tema de ‘Supercrepus II’, ODDLIQUOR con Adriana Proenza para el interesante recopilatorio de Jägermusic, hay remix de Hidrogenesse para Javiera Mena, y temas de La Zowi, Rusos Blancos, Los Manises, Bum Motion Club y Shinova. Alizzz, conocido por su trabajo con C. Tangana, entre otros muchos, publica tema en solitario.

Recopilamos los temas que os hemos venido presentando los últimos días de gente como Delaporte o Eels, y completamos nuestra playlist de momento con las novedades de Ane Brun, Eivør, Queen Herby, Amaranthe, Mariah Carey, Sophie Ellis-Bextor, HEALTH, Salem, Catherine Anne Davies con Bernard Butler, Blood Orange (un bonito freestyle sobre la artista surcoreana 박혜진 Park Hye Jin), Astrid S, Local Natives, slowthai con James Blake y Mount Kimbie, Nothing But Thieves, Chase & Status y Sofi Tukker. ¿Te falta alguna novedad? ¿Tienes alguna favorita? ¿Qué canción te gustaría que fuera «Canción del Día» o pasara por Veredicto? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

La torre Eiffel, la Fontana de Trevi, el acueducto de Segovia… se preguntan dónde está la gente en su ‘Conversación monumental’

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L Kan siguen a lo suyo, publicando singles con conceptos que difícilmente se le ocurren a otros grupos. ‘Conversación monumental’ es su nuevo tema y su título anuncia una historia contada de manera literal: el tema, que estrenamos en JENESAISPOP junto a su vídeo, narra una conversación entre varios monumentos míticos del mundo que intentan averiguar la razón por la que les está visitando tan poca gente, «lanzando hipótesis sobre lo que está ocurriendo». Belén es la Torre Eiffel, Olav es la Fontana de Trevi, y entre ambos «convocan a un comando de pájaros para que investigue y establecen contacto, también, con la Torre de Pisa, el Big Ben, el Partenón o el acueducto de Segovia».

La canción arranca con las palabras de la Torre Eiffel, que se dirige a Trevi para consultar su parecer ante la caída repentina de turismo en sus alrededores: «no sé tú qué opinas, pero aquí pasa algo raro, aquí no han vuelto esos pesados, mis toneladas de acero ya no se quejan del trasiego, desde arriba nada veo, yo te lo digo, aquí pasa algo feo», canta como si reprodujera el mensaje de una carta enviada telepáticamente. La fuente le responde: «querida torre Eiffel, aquí tampoco hay nadie, las monedas que tiraron no les han hecho volver, algo no funciona esta vez, he hablado con la torre Pisa, he hablado con la torre Big Ben, por Londres las cosas no van bien». En el estribillo, ambos «monumentos» mandan juntos un mensaje de ayuda dirigido a los cielos: «se buscan pájaros que traigan investigación, que alguien explique esta inquietante desaparición». Más adelante, el Partenón de Roma y el acueducto de Segovia, que «ya no agobia», reciben también la misiva de L Kan, hasta que el grupo ya no puede disimular su melancolía: «era gente muy pesada, aun así, esto es extremo, se les echa ya de menos, no hacía falta irse tan lejos, queremos verles el pelo de nuevo».

El concepto de ‘Conversación monumental’ es de los que no se ven tantas veces, pero el nuevo single de L Kan también sorprende por su dirección musical. En él, el dúo sustituye los ritmos electro que siempre ha definido su sonido, también el de sus últimos singles, por una orquesta que puede ser orgánica o no por mucho que de hecho una orquesta aparezca en su videoclip… pero que desde luego es la protagonista absoluta de todo el single, desde que unas ufanas cuerdas acompañan al grupo en las estrofas hasta que el tema llega a su clímax con la entrada de unos robustos metales. Por su parte, el videoclip de ‘Conversación monumental’ es por supuesto un viaje hacia diversos lugares del mundo, y ha sido grabado el mes de agosto por Luis G Morais «con el resto del grupo como conejillos de indias de su recién adquirido fondo croma».

‘Conversación monumental’ se une a una retahíla de singles que L Kan ha lanzado en los últimos años, entre los que ha sorprendido el éxito obtenido en las plataformas de streaming por ‘Ay, Marie Kondo‘, y que dará forma a un nuevo álbum que el dúo ya tiene enfilado e incluirá otras tres composiciones nuevas. Además del single llamado como la famosa organizadora japonesa, hablamos del reggaetón de ‘Yo quiero follar‘, la curiosa ‘Para con el pan‘, la política ‘Animal en extinción‘ y la adaptación a los tiempos del coronavirus de su viejo himno ‘Yo ya no‘.

Alerta Roja: la música en vivo, en la cuerda floja

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Ante la gran movilización anunciada por los trabajadores del mundo del Espectáculo y los Eventos para hoy 17 de septiembre, nos ponemos en contacto con cuatro políticas para analizar la situación del sector: Andrea Levy (PP), Jazmín Beirak (Más Madrid), Marta Rivera de la Cruz (Ciudadanos) y Sofía Castañón (Podemos). Cuatro mujeres de cuatro partidos distintos y que operan en diferentes estratos de la administración pública (nacional, autonómica y local). Todas ellas, eso sí, especializadas en el área de Cultura, algunas con responsabilidades de gobierno. Nos hemos puesto en contacto con el Ministerio de Cultura y Deportes de José Manuel Rodríguez Uribes -y también con algún representante del PSOE- pero no han respondido a tiempo para la realización de este artículo. Esperamos incluir su opinión en las próximas horas.

Allá por el 14 de marzo de 2020 el Gobierno de España tomó una decisión extraordinaria. Se decretó el estado de alarma y se impuso una cuarentena nacional para evitar la propagación de la enfermedad del coronavirus. La Covid-19 golpeó nuestra sociedad de una forma tan brutal como vertiginosa. Más de 40.000 víctimas mortales en sólo 4 meses. Consecuentemente la medida se fue prorrogando hasta el 21 de junio, día en que abandonamos definitivamente el confinamiento tras una desescalada asimétrica. En ese periodo se paralizaron todas las actividades consideradas “no esenciales”, entre ellas, lógicamente, los eventos y espectáculos. Tras años de proliferación de festivales musicales por toda nuestra geografía, este verano nos hemos encontrado con un panorama bien distinto: todos cancelados. Lo que sí hemos podido ver ha sido a profesionales del sector reinventando los formatos para adecuarse a las circunstancias: aforos reducidos, asientos asignados, geles hidroalcohólicos… y bajadas de caché. Un esfuerzo que se ha visto truncado con la llegada de los primeros rebrotes a finales de agosto. Ciclos cancelados, desafortunadas campañas institucionales y la falta de un marco jurídico común han derivado en una concienciación sectorial nunca antes vivida en la industria musical patria. Tanto es así que hoy, 17 de septiembre, por primera vez los trabajadores del mundo del Espectáculo y los Eventos realizarán una gran movilización en las principales ciudades del país convocados por la plataforma Alerta Roja para exigir al Gobierno una serie de medidas específicas para ayudar al sector.

Jazmín Beirak (Más Madrid): «Madrid, proporcionalmente, ha hecho poco»

Jazmín Beirak, historiadora del arte y portavoz de Cultura de Más Madrid, considera una buena noticia esta iniciativa: “la autoorganización del sector es la única manera de lograr ser escuchado. Creo que la alianza entre los diferentes subsectores es lo que va a hacer más fuerte al sector y permitirle introducirse en la agenda de políticas públicas. El sector cultural está entre los más castigados por los efectos económicos de la crisis sanitaria. Estamos ante una pandemia, y hay daños que son inevitables, pero hay muchos otros que serían menores si existiera mayor sensibilidad por parte de las administraciones públicas”. La Concejala de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, también se posiciona a favor: “empatizo totalmente con el sector y entiendo el sentido de esta movilización. El Gobierno no ha reaccionado ante sus demandas en todos estos meses y se han desentendido de las miles de personas que hacen de la cultura y los espectáculos un motor económico a nivel municipal, regional y estatal. Sin Cultura, no podemos avanzar como sociedad y nuestra identidad como país desfallece. La situación es muy compleja. Lo que creo que tiene que hacer el Gobierno es, en primer lugar, sentarse con el sector. Escuchar sus demandas y sus propuestas y tomar buena nota. Porque el teatro que cierre o la compañía que cese su actividad, difícilmente volverá a funcionar tras esta crisis sanitaria. Es un momento crítico y el ministerio de Cultura debe de estar a la altura o, si no, repensar para qué sirve”. Para Sofía Castañón, Diputada Nacional y Secretaria de Cultura de Podemos, hasta ahora “las medidas que se han tomado han sido fruto de la movilización durante el confinamiento y no acaban de ajustarse a la realidad del sector. La cultura en vivo ha sufrido un nivel de restricciones altísimo, ejercido con mucha arbitrariedad, lo que genera una sensación de agravio comparativo en un sector ya de por sí precarizado”, aunque asegura que “el compromiso del Gobierno es el de salir de esta situación sin dejar a nadie atrás” .

Andrea Levy: «Es un momento crítico y el ministerio de Cultura debe de estar a la altura o, si no, repensar para qué sirve»

No obstante, la diputada de la Asamblea de Madrid Jazmín Beirak considera que existe una responsabilidad compartida ya que las competencias culturales recaen en todas las administraciones: “Las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos pueden inyectar dinero al sector mediante ayudas y, muy importante, gestionan la mayor parte de los equipamientos culturales o tienen la responsabilidad en la ordenación de los espectáculos públicos. Se suele mirar solo al Estado, pero lo que se haga a nivel autonómico o municipal es muy importante también” y opina: “Hay administraciones que se han quedado realmente cortas. Por un lado Madrid, que proporcionalmente a la cantidad de empresas y de actividad que alberga ha hecho realmente poco y, por otro, el Estado, en el que ha habido problemas notables de reacción y escucha”. En ese sentido, Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid y Responsable de Cultura de Ciudadanos, afirma que: “La Comunidad de Madrid puso en marcha una apuesta decidida e inmediata al confinamiento por estimular la contratación del sector. También hemos hecho un gran esfuerzo para aumentar la financiación del caché de las compañías que participan en la programación de la Red de Teatros”. Igualmente, Andrea Levy saca pecho de su gestión: “Nuestra intención, y misión, es mantener activa la vida cultural que sucede en la ciudad adaptándola a las cambiantes circunstancias. La Industria de la Cultura es clave para Madrid. Desde el Área de Cultura, Turismo y Deporte, tanto yo como mi equipo, seguiremos trabajando para que Madrid goce de una oferta activa, rica y variada”.

Marta Rivera (Ciudadanos): «No se ha producido ningún rebrote asociado a la actividad cultural»

Algo en lo que todas coinciden es en la necesidad de activar las agendas culturales de las administraciones públicas: “Compartimos el objetivo de mantener la contratación, en la medida de lo posible” afirma Marta Rivera de la Cruz, “es muy importante que desde las instituciones públicas y desde el sector recordemos que no se ha producido ningún rebrote asociado a la actividad cultural”. Sofía Castañón reconoce que “hay administraciones locales que lo han hecho durante todo el verano. Y de signos políticos distintos. Han empleado el presupuesto de las fiestas que no podían tener lugar en programar teatro y conciertos. La cultura es segura y lo está demostrando de manera impecable”. Jazmín Beirak profundiza en esa idea: “El sector de los eventos culturales ha sido ejemplar en la aplicación de medidas. Muchos de los espacios en los que se produce el hecho cultural en realidad son mucho más fáciles de controlar que la mayoría de los que usamos en nuestra vida diaria”.

Pero más allá de cuestiones relacionadas con la contratación directa, el sector de la música en vivo reivindica también cambios significativos en materia fiscal. Jazmín Beirak opina que el Gobierno debería prorrogar la prestación especial por cese de actividad porque “mientras continúen las restricciones de aforo la situación sigue siendo anómala. Algunas salas y teatros están pudiendo abrir, no todas, pero aun así el hacerlo con aforos reducidos conlleva pérdidas económicas, por eso tiene todo el sentido prorrogar la prestación especial hasta que la situación coyuntural esté superada”. Preguntada al respecto Levy comenta que “debería prorrogarse el sentido común y todas las medidas necesarias para evitar el cierre de empresas del sector. El Ministro de Cultura debe de estudiar las fórmulas para que la vida de las empresas culturales, y de sus trabajadores, sea posible y continúe su actividad. Las ayudas deben ser directas y hacer foco en el núcleo de los problemas para paliarlos”. Para Sofía Castañón “las líneas de avales de ayudas a la financiación que se han habilitado a través del ICO son suficientemente flexibles en este sentido. Los plazos de amortización, por ejemplo, son amplios, y el período de carencia inicial alivia la situación en una coyuntura difícil como la actual”. Rivera de la Cruz asegura que “para la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, dotar de liquidez a las empresas y autónomos culturales y turísticas ha sido una prioridad desde el mismo día que se decretó el estado de alarma”.

Una medida en la que, parece, podrían ponerse de acuerdo es en la aplicación de un IVA reducido para los sectores vinculados a la Industria Cultural: “Creemos que sí. De hecho, la Consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid pidió en junio, en una carta al Ministro Uribe una bajada del IVA cultural de manera inmediata”, cuenta Marta Rivera de la Cruz. “Lo dije el pasado abril: una bajada del 21 al 10% haría posible, por ejemplo, que las distintas administraciones públicas vieran incrementado su presupuesto para la contratación de espectáculos en un 11%. Los artistas y profesionales de los diferentes sectores no piden que se les haga un favor sino que se les dé la oportunidad de trabajar” asegura Andrea Levy. Por su parte, Sofía Castañón también lo ve con buenos ojos: “Esta es una demanda anterior a la crisis sanitaria y pienso que tiene que ser algo que tiene que estar sobre la mesa en un proceso de reactivación económica”. Jazmín Beirak, aporta algunos matices: “Es positivo aplicar tipos reducidos para la cultura, ya que pueden servir para incentivar su consumo, algo que debería ser una prioridad de cualquier gobierno, ahora, hay que estudiar muy bien el detalle de las actividades sobre las que se aplica para evitar que de estos tipos reducidos se beneficien actividades que no lo necesitan”. Y añade: “Algo que también podría ser útil en este sentido es incentivar económicamente el consumo cultural, inyectar dinero en el consumidor final es también muy eficaz para la sostenibilidad del sector, además de suponer también una política para facilitar el acceso a la cultura”.

Sofía Castañón: «A la sociedad le falta ver que la mayoría en la cultura vive una situación precaria»

Sea como fuere el mundo de la Cultura en nuestro país, y particularmente el sector del Espectáculo y los Eventos, se encuentra en una encrucijada mayúscula. “A la sociedad le falta ver que la mayor parte de las personas que trabajan en la cultura (y esto no es hablar sólo de creadoras sino de técnicas, de todas, todas las personas que están ahí) tienen una situación de gran precariedad laboral” afirma Castañón. Salas de música en vivo, algunas de ellas históricas, obligadas a echar el cierre, reputados productores que tienen que desmantelar sus estudios, músicos con giras a sus espaldas obligados a regresar a su vivienda familiar, técnicos de sonido que han conseguido un trabajo como repartidores de comida a domicilio… Jazmín Beirak es categórica: “Trabajar en cultura en este país no es nada sencillo. La falta de relevancia social y el desinterés por parte de la clase política es más que notable”. Desde las diferentes asociaciones del sector se habla de “catástrofe” y “abandono”. Andrea Levy pide a los trabajadores de la cultura “que no se rindan. La Cultura, a veces, es un deporte de riesgo que siempre ha exigido dedicación, esfuerzo y amor. Siempre nos ha acompañado incondicionalmente; por eso, aunque haya momentos duros, hay que seguir al pie del cañón”. Según datos de “Alerta Roja” el sector aglutina a profesionales y empresas con un impacto directo estimado en el tejido económico del 3,8% del PIB español y es creador de 700.000 puestos de trabajo. Con estas cifras no es exagerado afirmar que si no se toman medidas urgentes la desaparición, al menos parcial, del sector es una posibilidad factible. En ese sentido Sofía Castañón asegura: “Por mi parte, asumo el compromiso de hacer lo posible por que la dignidad, los derechos laborales y el futuro sean una realidad para todas ellas. Por una innegable cuestión de justicia, y porque no nos podemos permitir como sociedad dar la espalda a la cultura en su diversidad”. Veremos hacia dónde se dirige la situación a partir de hoy.

Alizzz sorprende como solista con la guitarrera ‘Todo me sabe a poco’ después de una trayectoria impredecible

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Alizzz da un paso adelante en su carrera para presentarse como intérprete solista además de como productor a las «sombras» (nunca lo ha estado tanto). Su nuevo single, ‘Todo me sabe a poco’, sorprende por su sonido orgánico e incluye guitarras eléctricas y bajos próximos al post-punk: nunca dirías que este es el mismo artista que, hace más de un lustro, firmó producciones electrónicas tan coloridas y explosivas como ‘Sunshine’ antes de que C. Tangana se cruzara en su vida.

Porque sí, el camino de Alizzz ha sido digno de seguir. La primera vez que el barcelonés pasó por nuestras páginas fue en noviembre de 2012, cuando actuaba en el festival MIRA de Barcelona, y del underground ha pasado a firmar éxitos nacionales e internacionales como productor operando en primera línea del pop mainstream nacional. En 2016, el mismo año en que Alizzz lanzaba el EP ‘Ocean Drive’, veía la luz una canción llamada ‘Antes de morirme‘ que unía al emergente C. Tangana con una entonces desconocida Rosalía. Un absoluto «sleeper» en las listas españolas con el que entonces no terminaba de vislumbrarse hasta dónde llegaría la repercusión de sus tres artistas involucrados.

El resto es historia: el exitazo de ‘Mala mujer’, después dbel disco ‘Ídolo‘ promocionado a lo grande por las calles de toda España, la consolidación de su nombre en el país con producciones para Aitana, Lola Indigo (grande ‘Me quedo‘) o Paula Cendejas… Alizzz ha pasado de hacerse un hueco en los escenarios de festivales tipo Sónar con los ritmos future bass y de R&B avanzado de sus primeras producciones a triunfar con su propia visión de la música latina, del reggaetón al son cubano. Por eso choca tanto escuchar una canción como ‘Todo me sabe a poco’ que suena más cerca de las guitarras de ‘La última generación’ de ANTIFAN con C. Tangana que de nada de lo que ha hecho últimamente. Eso sí, la firma de Alizzz sigue presente en los efectos electrónicos añadidos a la canción, lo que incluye un puente «vocoderizado» que suena como ese «prismizer» popularizado por Bon Iver o Frank Ocean, y usado después por artistas de todo pelaje, desde Tove Styrke a Julia Michaels.

El éxito de Alizzz no se ha quedado únicamente en nuestras fronteras: Santiago de Chile es de hecho la ciudad que más escucha su música junto a Madrid, Ciudad de México, Barcelona y Guadalajara (México), y tanto Santiago como México se cuentan también entre las urbes que más escuchan la música de C. Tangana, e indirectamente las producciones de Alizzz. A su vez, ‘BOOTY’ con Becky G, ‘Pronto llegará’ con Darell y ‘No te debí besar’ con Paloma Mami han terminado por internacionalizar su sonido. Objetivo que Alizzz parece dejar definitivamente para C. Tangana… pues este nuevo single, que aspira a himno gracias a su emocionante mensaje existencialista «vamos a buscar, tiene que haber algo más», parece más pensado para sonar en los mismos festivales indie en los que podríamos escuchar ‘Una gatita‘ de La Bien Querida, otra de las producciones recientes de Alizzz. Queda por escuchar ‘El Madrileño‘ para descubrir hacia qué nuevos lugares ha llevado su sonido Alizzz, productor que ha demostrado con creces no querer encasillarse.

Revelación o Crisis: Alaska como presentadora de ‘Cine de Barrio’

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En una escena de una película de Antonio Ozores de los años 80, ‘Esto es un atraco’ (1987) o similar, el actor se quejaba de que, para cometer un robo, no es que sus secuaces le hubieran vestido demasiado discreto. “¡¿Pero es que ahora somos Alaska y Dinarama o qué?!”, exclamaba provocando las carcajadas del público, que también veía el mismo año ‘La Bola de Cristal’.

Unas cuantas décadas después, hoy conocemos la noticia de que Alaska presentará ‘Cine de Barrio’ en TVE a partir del próximo 26 de septiembre, sustituyendo a Concha Velasco. La «chica yeyé» abandona el programa «por decisión propia», informa Vertele, y después de casi una década al frente de este espacio dedicado a emitir películas españolas de los años 40, 50 y 60.

En Instagram, Alaska ha dicho que está «muy nerviosa» por esta nueva etapa en su carrera, y que presentar un espacio como ‘Cine de Barrio’ es «un sueño». La noticia puede chocar si recordamos que por Cine de Barrio pasa un tipo de cine realizado en la época de Franco y relacionado, lo mismo verdaderas fumadas que reivindicar como ‘La tía de Carlos’, la película póstuma de Paco Martínez Soria; y también otras de valores arcaicos que la generación de la cancelación no ha debido de querer denunciar porque los sábados por la tarde está a otros menesteres.

En cualquier caso, pese al shock inicial, la noticia cobra sentido con el paso de las horas. El usuario eumesmo nos comenta bajo estas mismas líneas: «Hay noticias que de primeras sorprenden, pero que en retrospectiva tienen todo el sentido del mundo. Ésta es una de ellas». Y tiene razón: asociamos a Alaska a los 80, a los 90 y también al presente, pero nunca a los años 50 o los 60. Pero los ha mamado de pequeña y están muy vivos en sus canciones: en ‘Fan Fatal’ (1989), un disco de Dinarama -casi de Fangoria- que celebraba el acid house, la cultura rave y el sampleo a saco, había un sample de Mr Fingers, pero también de Gracita Morales. Alaska y Nacho Canut, completamente enamorados de Fernando Fernán Gómez, titularon ‘A la felicidad por la electrónica’ por una película dirigida por Berlanga (padre), protagonizada por él, ‘Esa pareja feliz’. Durante un tiempo, mucho antes de ‘Alaska y Mario’, era un divertimento averiguar de qué película española había salido un sample suyo de sus directos, por ejemplo aquel que repetía «Estoy muy sola» sobre una versión en directo de ‘En la Disneylandia del amor’.

No sabemos si Alaska también, pero Nacho Canut era desde luego un reconocido fan del compositor clásico de bandas sonoras (entre otras cosas) Augusto Algueró, hasta el punto de que muchos de los seguidores de su blog descubrieron su existencia por él, y huelga hablar de la colaboración de Alaska con Sara Montiel, que en paz descanse. Todavía se la oye en sus directos por encima de ‘Absolutamente’. Los propios Fangoria han hecho bandas sonoras tan destacables como ‘La lengua asesina’ o ‘Nada es lo que parece’ (‘Descongélate’, la película). Así que tiene sentido oír a Alaska decir que «el cine español es una de [sus] referencias culturales más sólidas y Cine de Barrio una de [sus] citas ineludibles de las últimas décadas», añadiendo que recibe «el testigo con inmenso respeto hacia quienes [le] han precedido». La entrega de dicho testigo se efectuará de manera literal en el programa, que reunirá a Alaska y a Concha Velasco para realizar un pertinente homenaje a la segunda, que «contará sus sensaciones después de esta larga etapa». No nos lo perderemos.

Da un poco de susto que Alaska presente Cine de Barrio. Citando una de las joyas olvidadas de Dinarama, da hasta un poco de «crisis». Pero solo por todas las preguntas que deja sobre la mesa. ¿Se programarán películas más «recientes» porque ya son tan «viejas» como lo eran para nosotros ‘El día de los enamorados’ y ‘Las que tienen que servir’? ¿Se abre el programa así a un «nuevo público», un target comercial que entre los 45 y los 55 años, de hecho, existe? ¿Llegará algún día tan moderno, tan moderno, que podremos ver ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ en ‘Cine de Barrio’? ¿Quién creará el primer asilo pop bajo nombres tan suculentos como ‘Miro la vida pasar’ o ‘Criticar por criticar’? Son muchos interrogantes los que hoy tenemos sobre la mesa. Algunos resultan un poco tristes. ¿Pero ella…? Lo que es Alaska estará en su salsa. Sebas E. Alonso, Jordi Bardají.

salem ilese no dejará que el viral ‘Mad at Disney’ arruine sus planes a largo plazo

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¿Recordáis a Salem, la banda de witch-house que publicó discos como ‘King Night‘ para después desaparecer? Pues han vuelto. Pero la Salem de la que os hablamos hoy es otra: ella es salem ilese, autora del enésimo hit de TikTok.

‘Mad at Disney’ es uno de los últimos virales de la mencionada red social y por tanto sus streamings se han disparado en Spotify, donde es la segunda canción más viral en el mundo solo por detrás de ‘Let’s Link’ de WhoHeem. La canción cuenta con un amable ritmo disco-funk próximo al trabajo de Maroon 5, Charlie Puth o Selena Gomez y con una letra que critica el «falso» ideal romántico mostrado por las películas de la factoría de películas animadas. «Disney me dio una visión increíblemente falsa sobre las relaciones”, ha declarado la cantante a Rolling Stone, que la ha entrevistado con motivo de este viral.

La canción en cuestión plasma un sentimiento parecido. «Estoy enfadada con Disney, ellos me han engañado, me han hecho pedirle deseos a una estrella fugaz, pero ahora tengo veintitantos años y no sé nada, ni quién soy o no soy», expresa Salem en la letra antes de dar con un pegadizo estribillo en el que plantea que «ha vivido amores tristes, amores malos y a veces amores felices» que al final han resultado en fracaso. Y en el siguiente verso, con incluso más sentido del humor, la joven compositora de Los Ángeles señala que la historia de Cenicienta termina en realidad en un «mal divorcio» y que el príncipe de ‘La bella durmiente’ es infiel.

‘Mad at Disney’ se aproxima actualmente a los 18 millones de reproducciones en la plataforma sueca gracias a que está sumando 2 millones de escuchas diarias: nada mal para una persona que hasta entonces no había pasado de los 450.000 streamings de media por canción…. que tampoco está nada mal, por otro lado. La artista lleva un par años creciendo en las plataformas de streaming y ha llegado a aparecer en algunas de las playlists más importantes de Spotify, como New Music Friday. Sin embargo, este éxito repentino puede pesarle a una joven artista que, según ha contado a Rolling Stone, se está planteando una carrera de largo recorrido en la industria de la música como compositora pop. De hecho, Salem es académica de la composición pop, ya que ha sido alumna de Bonnie Hayes, compositora reconocida por su trabajo con Bonnie Raitt o Cher, y ella misma asegura que es «importante» para ella «escribir lo máximo posible» ya que «escribir es un músculo».

La música pop de salem ilese está fijada en su tiempo: los lustrosos ritmos electrónicos de ‘757’ remiten al trabajo de Carly Rae Jepsen, ‘Roses to His Ex’ podría ser de Ava Max -la más eurovisiva de las pop stars actuales- y cualquier fan de Allie X, MUNA, Shura o la mencionada Carly… pero también de Charlie Puth o Bleachers no debería perderse producciones tan chulas como las de ‘It Gets Betters’, ‘Roshambo’ (mi favorita), ‘Time Machine’ o ‘Bad Word’. No solo el éxito de ‘Mad at Disney’ es indicativo de que salem ilese tiene talento de sobra para seguir creciendo hasta convertirse en una artista igual de respetada que las mencionadas.





Doves / The Universal Want

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En estos 11 años en que no hemos tenido disco de Doves, el concepto de banda popular británica «diferente» ha evolucionado. Entiéndase como «diferente» aquella que no tiene las aspiraciones comerciales de Coldplay pero tampoco le hace ascos a actuar para cuanta más gente mejor en Mallorca y Benicàssim. Hemos conocido a alt-J, que han publicado hasta 3 álbumes en este lapso, nos ha dado tiempo a terminar de enamorarnos de Wild Beasts y a desenamorarnos cuando se separaron; ha desarrollado su carrera gente como Foals y Everything Everything, cada uno en su estilo… y Doves casi se nos había olvidado que habían existido. Como traumatizados por el Mercury Prize otorgado a Elbow en 2008, su álbum de 2009 era el último hasta ahora.

‘The Universal Want’, producido por Dan Austin igual que el anterior, más que buscar el nuevo himno que levante a una generación contra la moda imperante como lo fue ‘Pounding’ -recordemos por un momento qué música estaba realmente de moda en los 2000-, es una reflexión sobre la vida adulta. Un alarde de serenidad desde el punto de vista compositivo, mientras en el plano lírico el grupo nos invita a tomar las riendas de nuestra vida (‘Carousels’) y se lamenta de la «insatisfacción» en la mediana edad (‘Broken Eyes’).

En este álbum de 10 pistas pero casi 50 minutos de duración, Doves han cuidado especialmente los desarrollos. Si la gracia del mencionado clásico ‘Pounding’ eran los teclados que emergían, vitales, en el suspiro final, aquí se recurre habitualmente al mismo truco, lo cual no quiere decir que el disco esconda poca sorpresa. ‘Broken Eyes’ recurre a las cuerdas y ‘Cathedrals of the Mind’ a una comunión de efectos y sintetizadores; el corte titular se lleva la palma incorporando una sección nada menos que de acid en sus últimos segundos. Las voces tratadas de ‘I Will Not Hide’ y los teclados a lo Kraftwerk de ‘Mother Silverlake’ son el escudo de Doves contra la autocomplacencia.

Y les sale bien. El sonido Doves continúa siendo exquisito, atemporal y ajustado a la temática, en canciones que pueden ser mínimamente pop como los primeros Radiohead (‘Prisoners’), mínimamente crepusculares (‘Cycle of Hurt’) y mínimamente rarunas (‘For Tomorrow’). El mensaje en cambio es mucho menos sofisticado, cuando ‘Prisoners’ habla sin mayor complicación de ser «prisioneros de nuestros tiempos» y los textos son tan básicos como «no soy malo, solo quiero que me quieran» (‘Mother Silverlake’) y «no puedo evitarlo si no me siento satisfecho» (‘Broken Eyes’).

En contraste con la complejidad de la música, las letras se aferran a la simpleza del pop, pero sin consentir que las canciones sean tan inmediatas como en sus primeros dos discos. Celebramos la base rítmica de ‘Carousels’, el trabajo en las guitarras de ‘I Will Not Hide’ y ese momento en que en ‘Cathedrals of the Mind’ parece que va a salir un drum&bass; echamos únicamente de menos un nuevo ‘There Goes the Fear’.

Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Universal Want’, ‘Prisoners’, ‘Carousels’
Te gustará si te gusta: Radiohead, Elbow, Foals, Primal Scream
Youtube: vídeo de ‘Prisoners’

‘betty’ de Taylor Swift derrite como recuerdo adolescente, recordando a Dylan

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Taylor Swift ha actuado esta noche en los Country Music Awards, lo cual se considera un acontecimiento, pues hace 7 años que no acudía a una ceremonia en la que se la ha galardonado tantas veces. Lógico si tenemos en cuenta la deriva pop de sus discos durante la década pasada.

El caso es que estamos en 2020 y el disco que la cantante ha publicado en plena pandemia es un acercamiento a la música tradicional americana, pero desde una perspectiva más underground. De las muchísimas canciones que hay incluidas en ‘folklore’, para este evento, Taylor se ha decantado lógicamente por la más country de todas, una que aparece hacia el final, ‘betty’. Una pista muy comentada entre sus seguidores, pues es la que relata un triángulo amoroso adolescente junto al single ‘cardigan’ y a ‘august’, que seleccionamos como una de las cumbres del álbum. Tras esta actuación queda claro que ‘betty’ también es otra de las mejores canciones de ‘folklore’ y es hoy nuestra «Canción del Día».

Hay una larga lista de especulaciones entre los fans de Taylor Swift sobre la temática de estas tres canciones. Algunas de las teorías están en Genius. Por ejemplo, hay quien apunta a que el triángulo amoroso es en verdad de tres chicas, aludiendo a que los personajes se llaman James, Inez y Betty y estos tres son los nombres de las hijas de Ryan Reynolds y Blake Lively. De hecho, el tema de Taylor reveló el nombre de la tercera, como informa la revista People. En cualquier caso, todo esto da igual, puesto que lo que importa es el «back to basics» de la cantante para rememorar una historia adolescente de las que hacen llorar.

‘betty’ está cantada desde la perspectiva de James, narrador o narradora, que busca un re-encuentro con ‘betty’ ya que no ha podido olvidarla después de haberle sido infiel y aún entiende que es el gran amor de su vida. En ese sentido, las frases de Taylor Swift son directas y punzantes, cuchillos lanzados con el único objeto de derramar un arsenal de sollozos. El estribillo es tan diáfano como funcional: «Si apareciera en tu fiesta, ¿me aceptarías? ¿me querrías ahí? ¿Me dirías que me fuera a la mierda o me llevarías al jardín? Y en el jardín, ¿me creerías si te dijera que fue solo una tontería de verano?». Como siempre, más lista que el hambre, cuando ya tienes el kleenex en la mano, la cantante se dispone a cambiar de melodía para dejar el gran gancho de la canción: «Solo tengo 17 años y no sé nada, pero sé que te echo de menos».

Aunque Bob Dylan no firmaría ni muerto esta letra adolescente sobre un encuentro que al final se produce en el último estribillo, dejando un final abierto; el autor de ‘Blonde on Blonde‘ tiene el copyright del uso de armónica en una canción de este estilo, y es la referencia evidente desde el punto de vista musical, por mucho que no fuera una de las influencias más evidentes en este álbum. Lo ha dicho el mismo co-productor de este tema y gran parte del álbum, Aaron Dessner de The National en una entrevista a Rolling Stone. «En ‘betty, una canción que ella (Taylor) escribió con William Bowery, estaba interesada en el primer Bob Dylan. Creo que en cosas como ‘The Freewheelin’ Bob Dylan'», indicaba en referencia al segundo disco del artista, el que incluía ‘Blowin’ in the Wind’… pero también el que mostraba en la portada a Bob Dylan con su pareja, Suze Rotolo, con la que vivió una historia de amor en aquellos años, entre 1961 y 1964. Lo cual significa que Suze conoció a Bob… justo cuando tenía 17 años. Ambos romperían cuando Bob Dylan conoció a Joan Baez, retratando dicha ruptura en ‘Ballad in Plain D‘, una canción de 1964 que criticaba a la familia Rotolo y de la que Dylan dijo en 1985 haberse arrepentido.

Lo mejor del mes:

La alegre fantasía manchega de Karmento

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Karmento publicaba hace unos meses un notable nuevo álbum llamado ‘Este devenir‘ que se presentaba con una canción llamada ‘Cri Cri’, que muchos de nuestros lectores recordaréis porque pasó por varias de nuestras playlists, así como otras composiciones interesantes como ‘MarEa’ y ‘Qué feo’. Fotografía: Aroha Morales.

Personalmente mi favorita era ‘Danzar sobre la tierra‘, pero el nuevo single va a exprimir el ligero toque folclórico de la cantante de Albacete, el que está identificando a su sello El Tragaluz, que además de introducirnos al maravilloso mundo de Vicente Navarro, recientemente ha fichado a Vermú. La canción seleccionada es ‘La manchega en la azotea’ y hoy tenemos el privilegio de estrenar su vídeo en JENESAISPOP.

Además, el estreno anticipa el concierto de presentación del disco que tendrá lugar el viernes 18 de septiembre en la sala Moby Dick de Madrid (Avenida de Brasil, 5), que por supuesto se anuncia que «contará con todas las medidas de protección anti-Covid necesarias para garantizar la seguridad del personal y de los asistentes».

La seguidilla manchega de carácter luminoso y optimista que era ‘La manchega en la azotea’ presenta ahora un vídeo rodado en Socuéllamos (Ciudad Real) y firmado por Aroha Morales, oficialmente «un viaje psicotrópico por La Mancha en el que podemos ver a Karmento convertida en virgen de la zurra, manteada como un pelele, dándose un baño de uvas o sumergiéndose en un melón». Como lo presenta El Tragaluz, estamos ante «una fantasía surrealista» que parte de «las tradiciones de la tierra».

Lo mejor es que el vídeo, citando la letra, sabe echar «la tristeza a volar». Eso propone en un momento esta alegre canción que además de poner a «almendros y olivares a bailar», indica: «Si es cierto que esta vida / Es como una escalera / Subiré corriendo y hasta la azotea / A ver si viene un viento y me pone a bailar». Un divertido vídeo que refuerza ese mensaje positivo de esperanza, en el que caben referencias estéticas tan variadas como Bebe, la Lady Gaga de ‘Applause’ y Dalí.