Evanescence han firmado algunas de las mejores canciones de rock de los últimos 20 años. El problema es que la mayoría, por no decir todas, están contenidas en su álbum de debut, un ‘Fallen‘ que no por nada vendió 17 millones de copias a nivel mundial (3 más que ‘Back to Black’): es uno de los discos más vendidos del siglo XXI. ‘Bring Me to Life’, la escalofriante ‘My Immortal’, ‘Going Under’ y ‘Everybody’s Fools’ conforman una fantástica sucesión de singles de rock comercial que Evanescence no han vuelto a repetir, a pesar de que los de ‘The Open Door‘ no estaban mal y ‘Lithium’ fue un hit. Es una pena que a Amy Lee, una persona que ha sido capaz de escribir una balada tan sobrecogedora como ‘Hello’, se le haya apagado la llama tan rápido: en 2011, el grupo publicó tan solo su tercer disco, que era regular y pasó completamente desapercibido, y han tenido que pasar 10 añazos para que vea la luz el siguiente, un ‘The Bitter Truth’ que no es muchísimo mejor.
Cuenta Amy Lee que una sucesión de tragedias, incluida la muerte de su hermano en el año 2018, con tan solo 24 años (sufría epilepsia severa), y la de un niño perteneciente a la familia de su bajista, Tim McCord, ha inspirado la creación de ‘The Bitter Truth’, a las que luego se ha sumado la llegada de la pandemia, que fue «como si el mundo entero estuviera viviendo las mismas pérdidas que nosotros: sentíamos que había llegado el fin del mundo, y de repente nos pareció que la música era más importante que nunca». Sin embargo, las letras suenan vagas e impersonales, incluso cuando hablan sobre depresión y ansiedad (‘The Game is Over’), el machismo sufrido por Amy Lee en la industria de la música (‘Better without You’) o sobre superar las adversidades («seré más que mis supervivencias», canta en ‘Part of Me’). No hay personalidad, solo lugares comunes.
Hay varios momentos que sorprenden en ‘The Bitter Truth’: el inicio ambiental de ‘Artifact/The Turn’ recuerda que Amy Lee es fan de Björk o Portishead, y los ritmos electro-glam del inicio de ‘Yeah Right’ de manera improbable a los Goldfrapp de ‘Strict Machine‘. Estos sugieren que Evanescence pueden haber evolucionado hacia algún lugar o abierto su paleta de colores a nuevos sonidos con los que experimentar, pero son solo una falsa alarma: el rock y nu-metal de siempre termina campando a sus anchas en un disco en el que no hay ni rastro de progreso o ideas nuevas a las que agarrarse. La sensación generalizada que deja el álbum es que Evanescence han buscado hacer un disco que gustase a sus fans y ya está. Pero cuando el grupo ha dejado a tantísimos seguidores atrás… ¿no era más bien momento de reinventarse?
Entre los temas que se salvan de ‘The Bitter Truth’ se encuentra el potente último single ‘Broken Pieces Shine’, que habla sobre aceptar los complejos y convertirlos en una fortaleza y gana con las escuchas; o el pegadizo nu-metal de ‘Use My Voice’, inspirado en el testimonio de Chanel Miller, la «víctima de la violación más mediática de EE.UU». El baladón ‘Wasted on You’, primer single oficial, y ‘The Game is Over’, otro de los singles, este en una línea mucho más agresiva, bordeando el heavy-metal, pueden funcionar para los fans de Evanescence, el primero sobre todo podría ser un digno cuarto single del grupo, pero ninguno de ellos van a hacerles recuperar los millones de fans que se han dejado por el camino.
Después hay que esforzarse mucho para encontrar una melodía memorable en ‘The Bitter Truth’: apenas ‘Far from Heaven’ destaca por su dramatismo orquestal tipo banda sonora y ‘Blind Belief’ termina dejando buen sabor de boca con un estribillo lleno de luz y esperanza. Podríamos detenernos en lo añejas que suenan guitarras y baterías en el disco, o en por qué nunca pedimos que el rock sea moderno o futurista cuando lo hacemos constantemente con la música pop, pero lo peor es que las melodías del álbum denotan una falta de inspiración considerable. No esperábamos clásicos tamaño ‘Bring Me to Life’ ni baladas tan buenas como ‘Good Enough’ a estas alturas, pero quizá ese es el problema.
Olivia Rodrigo no puede pasar página exactamente de ‘drivers license’ ni aunque quiera porque esta se mantiene entre las tres canciones más exitosas a nivel global. El tema ha arrasado en los primeros días de 2021 de manera completamente inaudita al tratarse del primer single de una artista novel antes prácticamente desconocida por el público generalista, y actualmente se aproxima a los 600 millones de reproducciones solo en Spotify. Mientras tanto, la joven cantante y compositora californiana le da continuación con un nuevo tema llamado ‘deja vu’ que ya puede escucharse. Puedes comentarlo en nuestros foros.
‘deja vu’ ha sido escrito por los responsables de ‘drivers license’, es decir, Daniel Nigro y la misma Olivia Rodrigo, y producido por el primero, y parte a todas luces de lo presentado en aquel tema incluso en lo melódico (misma sucesión de acordes, casi puede cantarse ‘drivers license’ por encima), pero solo para evolucionar hacia otros lugares.
Si ‘drivers license’ traía a la mente a Lorde, ‘deja vu’ sustituye el drama por la euforia y se atreve a sonar más alternativo todavía: el tema parece inspirado en el sonido de Clairo, el protagonismo de sus baterías remite al excelente nuevo disco de Haim o a cualquier cosa producida por Rostam Batmanglij, y si nos ponemos a rizar el rizo, el combo de baterías y sintetizadores distorsionados incluso parecen mirar al cancionero de Deerhunter, circa ‘Microcastle‘.
Los gritos de «cheerleader» del estribillo de ‘deja vu’ acercan al tema definitivamente a la comercialidad de Taylor Swift, artista favorita de Olivia Rodrigo, como también su dinámica composición tanto melódica como lírica. El tema, que será un éxito de entrada, vuelve a estar dedicado a un triángulo amoroso, en el que Olivia es de nuevo la persona que ha quedado apartada: «¿cuándo le vas a contar que todo eso ya lo hemos hecho nosotros? Ella cree que es especial, pero es todo reciclado / ese programa es el que habíamos comentado, y yo ya te había tocado las canciones que ella está cantando, cuando está contigo».
El vídeo de ‘deja vu’ transcurre en Malibú, ciudad que es mencionada en la letra, y el protagonismo de sus televisores parece buscar el componente nostálgico y 90s. El disco de Olivia, que contendrá 11 canciones, sale el 21 de mayo.
Sen Senra es protagonista de nuestro «Disco de la Semana» gracias a un ‘Corazón cromado‘ que a buen seguro veremos la semana que viene situado entre los discos más populares del país. La popularidad del gallego Christian Senra no ha hecho sino crecer desde que publicara el disco ‘Sensaciones’ a finales de 2019 y las canciones sueltas que hemos ido conociendo desde entonces han contribuido a ello.
Con un aspecto más casual que en esas fotos promocionales que siempre le muestran impecable e impoluto, como recién salido de un vídeo de CANADA (durante esta charla, melena desaliñada y no engominada, por ejemplo), Sen Senra responde de nuevo a las cuestiones de nuestro medio. Es tímido, bastante callado y hombre de pocas palabras. Hay que subirle a un escenario para entender a Sen Senra en toda su plenitud, pero su humildad, sin duda, también forma parte del fenómeno. Foto: Alex Cascallana.
¿Qué representa para ti ‘Corazón cromado’?
Es un pasito más en mi carrera. Me involucré en la producción para seguir aprendiendo, experimentar, explorar lo que me pedía el cuerpo. Buscar nuevos colores que me llamaran la atención. Teníamos ‘Sensaciones’, con el que íbamos a girar, era la prioridad, y como hubo que parar todo por la pandemia… Entonces hice esta colección de 7 canciones. Algunas ya las tenía en versión demo, como ‘Perfecto’ o ‘Tumbado en el jardín’, las recuperé, y sumé un par más para el EP.
‘Tumbado en el jardín viendo atardecer’ tiene una estructura muy peculiar. ¿Cómo surge?
La melodía (tararea el sintetizador que sirve de leit motiv) nació en una jam con colegas tocando congas, baterías… tocando como Santana en Woodstock: todo pa’ fuera. Yo estaba con las teclas, salió esa melodía, saqué el teléfono y lo puse a grabar. Me quedé con la copla y 2 o 3 meses, y después lo recuperé y creé la canción con esa melodía que no se me iba de la cabeza. La otra parte surgió de manera muy natural, era lo que me estaba pidiendo. Era un viaje que me hacía sentir, e igual podía hacer a la gente sentir algo parecido.
¿De qué va esta canción? Hay frases muy potentes, pero no muy claras.
Es un proceso de sanación personal. Y luego de decir «hostia», de cagarte en… Eran barras que me iban saliendo. No seguí un guión de que todo tuviese sentido de principio a fin. Eran como mensajes sueltos que me entraban.
¿Por qué ‘Nada y nadie’ no está en este EP?
Si te soy sincero, no me cuadró. Me pareció guay soltarla por ahí, que estuviera más suelta. Seguramente porque ya la tenía de antes, y quería meter lo que estoy haciendo ahora. Podía haber entrado porque tampoco quería conceptualizarlo demasiado, pero no sé…
Has dicho que la pandemia cambió tus planes, pero tengo la impresión de que no ibas a hacer tantísimos festivales el año pasado, de que querías hacer salas pequeñas, más bien, por un comentario que me hicieron de tu sello.
Teníamos cerrados varios festivales, iba a tocar fuera… a mí el directo me encanta, vengo de eso. Me mola darle un cariño al show: que haya posibilidades de diseñar una escenografía, que haya ahí un extra.
¿Crees que se ha entendido el disco de ‘Sensaciones’ sin su correspondiente gira de presentación? Tiene muy buenos números, pero igual hay gente a la que no ha llegado al no presentarse en directo.
Yo estoy muy contento con el feedback de ‘Sensaciones’. La pandemia a nivel conciertos pudo evitar que se alcanzase más público, pero no creo que haya afectado al disco mucho: llegó donde tuvo que llegar y sigue llegando.
«Había cierta inocencia en ‘Sensaciones’, muy pocos medios. Sabía que iba a marcar mi carrera, pero tampoco pensé que iba a ser lo más»
C. Tangana ha dicho que ‘El Madrileño‘ es el mejor disco de su carrera, ¿tú viste así ‘Sensaciones’?
No. Cuando yo estaba en ‘Sensaciones’ había cierta inocencia en ese trabajo, muy pocos medios. Fue un trabajo de 2 años, de darle mucho cariño, de llegar a sitios donde no podía llegar porque no sabía. Aprendí mucho y ahora llego a sitios mucho más fácil. Estoy súper contento, me encanta cómo quedó. Sabía que era un disco que iba a marcar mucho mi carrera, que era una propuesta fuerte que lanzaba con mi nombre; pero tampoco pensaba que iba a ser lo más.
Y este nuevo EP es como una transición.
Sí. Este EP ahora necesita espacio, pero tengo mucha más música en la recámara. Ahora tiene que pasar un tiempo, pero sigo haciendo música. Nunca paré. Sigo haciendo música y seguiré haciendo y seguiré lanzando. Me apetece seguir sacando cosas.
«Ahora tiene que pasar un tiempo, pero tengo mucha, mucha música en la recámara»
¿Pero este EP tiene tus mejores canciones ahora mismo o te has guardado cosas por la pandemia, como casi todo el mundo?
Tengo, tengo, tengo mucha música en la recámara. Y también fue un ejercicio reunir estas 7: he dado cariño a lo visual, mientras por detrás sigo haciendo más música y seguiré haciendo eso. No paro de hacer música.
¿Cuál es la canción de este EP que te apetecerá tocar para siempre?
No sé, en ‘Perfecto’ fue muy guay el feedback de la gente en directo. «Tumbado en el jardín» cuadró cuando aún no había salido, la gente se quedó pillada en el directo y fue muy guay ese feeling. Un poco todas, yo creo.
No tocaste ‘RRIINNGG’ en el concierto que te vi en Madrid, a pesar de ser de tus canciones más animadas. ¿Y eso? ¿Ya no te gusta?
No, no, me encanta (se ríe). No está en el set por ajustes con la banda: no la pudimos colocar. No acabamos de encajarla bien. Hubo una pelea interna por no estar a la altura en directo. No quería dispararla y cantarla yo, quería que la tocáramos todos. Nos peleamos mucho con ella y no sabemos por qué, pero no acababa de entrar. Son los mejores músicos que hay y son mis amigos de aquí, pero no le acabamos de pillar el color. Tuvimos que preparar algo muy rápido, en una semana teníamos que preparar y tocar y decidimos prescindir de ella, pero en los siguientes directos, con más tiempo, seguramente esté.
¿Por qué es tan importante el elemento orgánico para ti? Antes has mencionado a Santana.
Desde chiquito vengo de ahí. De los locales de ensayo, poner el amplificador al 8, reventarte los oídos, girar la cabeza y ver a alguien tocando contigo… No es lo mismo que lanzar una pista y cantar.
Pero mucho de tu público ya está habituado a eso de las pistas pregrabadas. ¿A ti no te gustan esos otros shows?
A mí me flipa eso, pero lo que más me mola a mí es ir con banda. Hay cierto público que intuía esa parte de mí, pero hay otra que dice: «¿qué hace este tío con la guitarra?». Hay un mix curioso.
En estos últimos meses y años, hay muchos grupos de ritmos funky, fraseos raperos, guitarras indies… Hay playlists y playlists sobre esto. ¿Te sientes un tanto pionero? ¿Percibes que hay algún tipo de movimiento o no sabes ni de lo que hablo?
(Resopla) No me siento pionero. Cuando hago música, me guío por mi intuición, no tengo las claves de un movimiento nuevo, hay mucha música que se sale por ahí. Cada uno hace lo suyo. Eso que lo diga alguien, no voy a decir yo si soy un pionero de algo.
¿Qué estás escuchando?
Estoy en un periodo de no escuchar mucha música. El último de Tame Impala, slowthai, 070 Shake me mola bastante, Kali Uchis me parece guay. Es lo primero que me sale.
Kali Uchis acaba de pegar un petardazo en TikTok, antes su disco estaba haciendo números como de artista español. No sé si estás al tanto de lo que ocurre en TikTok.
¿Sí? No tenía ni idea, tío.
«El riesgo es ser muy libre a la hora de crear, no pensar en fórmulas»
En ‘Me valdrá la pena’ hablas de animar a la gente a tomar un riesgo, ¿cuál ha sido tu mayor riesgo?
Muchos, seguramente. A nivel musical, confiar en lo que me nace a sabiendas de que pueda funcionar o no, pero que yo me siento orgulloso, pase lo que pase. Que yo esté tranquilo con lo que estoy enseñando. Eso a nivel musical. Y a nivel personal, riesgos también que hay que tomar que no te puedo decir (risas). En esa canción hablo de que la vida no es tan «easy», de que hay que tomar riesgos, enfrentarlos, y para mí esto es ser muy libre a la hora de crear, no pensar en fórmulas. Y quien empatice con mi música será una maravilla. Y quien no, pues bien también. El riesgo de ser libre.
Háblame de la frase «en un pulso me ganas, pero en sangre no». Me llama la atención, no sé por qué. No digo que no tengas mucha sangre, pero no sé. ¿Tú te ves con muchísima sangre?
(risas) Hay cierta diversión en esa frase, no me creo el más duro. Esa frase viene de familia, de una cosa que decimos en casa. Que igual físicamente no tal, pero que la sangre nos hierve. No sé explicarlo…
Te preguntaba por el juego de autoestima, a veces te pones en una posición de poder, y a veces muestras cierta vulnerabilidad, como en esa frase de «no me defienden mis espinas, me defiende mi fragancia».
Son barras en las que yo me siento identificado y mucha gente las pilla para llevárselas a su ser. No necesito sacar las espinas y pelearme con todo Dios. Nadie me va a decir cómo soy, yo funciono así. Me flipa que la gente sienta eso, se cante eso y diga «es verdad, es así».
En una entrevista anterior Jordi Bardají te preguntaba por Frank Ocean y tú respondías más bien sobre Stevie Wonder. ¿Te gustan discos concretos de este como de los 70 o le oyes en modo playlist?
De nombres soy malísimos, pero me mola mucho él, no voy a saber decir títulos, porque tengo una memoria de mierda. Frank Ocean también me flipa. Me encanta el vinilo como tal pero sí que es cierto que no compro muchos vinilos. Aunque si me cuadra algo, me lo pillo.
Háblame del tema con C. Tangana, primero parece como jamaicano pero luego para nada. Es una canción divertida, tú sueles hacer más drama. ¿Cómo surgió?
El tema nace de estar súper natural, de ir a un estudio Pucho, Alizzz, yo y Anxo, entrar en cabina y estar allí con guitarra y teclas. No hubo demo o versión anterior. Fue desde cero. Con cero pretensión, echando la tarde, echar así ruedas… salió muy natural la canción.
Y es feat C. Tangana, no El Madrileño. Como ahora quiere que le llamen El Madrileño…
Creo que sí. C. Tangana, sí.
Te vi en directo y flipé más viendo a la gente flipada viéndote que viéndote a ti. Me dio la sensación a veces de que la gente se iba a desmayar. No entendía muy bien, ¿cómo llevas este tema a nivel personal? ¿En qué momento todo esto ha empezado a pasar? ¡Eres casi como un ídolo teenager!
No te puedo decir que sí porque no me veo así. Sí he notado mucho cariño de la gente, que estaba a gusto, pero tampoco ese feeling de ídolo teenager (risas). Como llevo desde los 15 años tocando y proyectando mi carrera, no ha sido de un día para otro. Es un proceso lento, continuo. Con estos últimos singles, desde ‘Perfecto’, sí veo un ruido alrededor que ruge más, ese feeling de que algo está pasando. No sé muy bien qué, pero algo.
Tú no eres mucho de redes, ¿no?
No mucho.
Quizá por eso no lo has notado tanto: en la pandemia la gente no puede cogerte para hacerse un selfie, pero yo en tu directo he visto algún momento de locura. Quizá fue también, aparte de por lo que han crecido tus números, por las ganas de fiesta de la gente…
Yo estaba detrás antes de tocar y hay un micro de ambiente. En un momento se abrió el telón, que suena un interludio y sí me dije: «hostia, ¿qué pasa ahí?». Fue en Madrid donde flipé. El último bolo que había dado era hacía 2 años, un acústico para 200 personas y el siguiente estímulo que tengo fue ese, de «HOSTIA». Qué sensación más increíble, qué energía… Estoy deseando que se pueda hacer mirando la cara a la gente.
¿Alguna anécdota de tu participación en COLORS?
Nos contrataron, nos lo propusieron, nos llamaron ellos y fuimos a Berlín. Fue muy exprés, ir y volver.
Justin Bieber está triunfando con su nuevo disco, ‘Justice‘, sobre todo en Estados Unidos, donde el cantante canadiense ha conseguido llevar al número 1 de las listas tanto el álbum como el single ‘Peaches‘: dos top 1 simultáneos de esos que no se ven todos los días en el país (es el primer solista masculino que lo consigue según Billboard). La recepción crítica de ‘Justice’, sin embargo, ha sido más tibia: un 62 sobre 100 en Metacritic es la media obtenida por este trabajo que se ha quedado lejos de gustar a todo el mundo como ‘Purpose‘. Una de las razones es su extraño concepto basado en la justicia social cuando el disco se compone principalmente de canciones en las que Bieber canta sobre el amor que siente hacia su mujer y hacia su fe.
Uno de los elementos de ‘Justice’ que más críticas está recibiendo ha sido la inclusión en su secuencia de dos discursos de Martin Luther King que no parecen tener absolutamente ninguna relación con su contenido. Uno de ellos, de hecho, conforma una de las pistas del disco, ‘MLK Interlude’. El concepto de ‘Justice’ puede albergar cierto sentido cuando Bieber explica que su intención con el álbum ha sido usar su plataforma para promover el amor y el respeto hacia el prójimo porque el amor lo puede todo y esas cosas, pero se diluye cuando te das cuenta de que las letras son egocéntricas y no tratan temas de justicia social en absoluto. Es como el caballo de Troya del pop: la portada dice «justicia», los vídeos dicen «proletariado», pero las letras dicen «yo, yo y yo». Y aun así, la familia de Martin Luther King ha aprobado la decisión de Justin porque está introduciendo la figura del activista a las nuevas generaciones.
Faltaba Bieber por explicar la decisión, y es lo que ha hecho durante un streaming de Clubhouse recogido por Stereogum. El cantante alude a la educación: «soy canadiense y (en Canadá) no nos han impartido clases sobre historia negra. Esta no formaba parte del sistema educativo. Yo mismo solía hacer bromas inapropiadas cuando era niño, era parte del problema, porque no habían educado mejor. Para mí (es importante) compartir este momento tan crudo de Martin Luther King en el que sabía que iba a morir por defender aquello en lo que creía». No termina de quedar claro qué relación tienen los discursos de Martin Luther King con las letras de ‘Justice’: momento de aceptar que no tienen ninguna y que quizá no pase nada. Peores problemas hay en el mundo.
Como hemos comentado, ‘Justice’ acaba de entrar en el top 2 de la lista de álbumes española: no ha podido con C. Tangana. En cuanto a la lista de singles, con quien no ha podido es con Bad Gyal. A nivel global, ‘Peaches’ y ‘Hold On’ son los mayores éxitos de Bieber en este momento.
Un grupo de compositores de pop ha decidido sindicarse para pedir a los artistas que dejen de acreditar su nombre en canciones que no han escrito o a las que no han contribuido una sola frase. Es una práctica común en la industria desde los tiempos de Elvis Presley hasta la actualidad, sin embargo, los compositores han solido quedarse callados por miedo a perder sus trabajos. El manifiesto de The Pact -así se llama la organización- señala que «este grupo de compositores no dará créditos de composición a nadie que no haya creado o cambiado la letra o melodía de una canción, o que no haya contribuido a su composición sin un intercambio equivalente o significativo con todos los autores de la canción».
Los compositores que han firmado el pacto son Emily Warren (quien ha impulsado la iniciativa), Ross Golan, Savan Kotecha, Tayla Parx, Justin Tranter, Ian Kirkpatrick, Amy Allen, Scott Harris, Lennon Stella, Billy Mann, Shae Jacobs, Joel Little, Deza, Jordan McGraw, Neil Jacobson, Tobias Jesso jr. y Sam Harris. Todos ellos firman una carta que habla de los «abusos, amenazas y tácticas de intimidación» que ciertos artistas o sus representantes utilizan para quedarse con una parte del pastel de la composición y la publicación. «Muchos de estos artistas ganan dinero con las giras, el merchandising o los acuerdos con marcas, cuando los autores dependen casi exclusivamente de esos derechos», indica. Ninguno de los compositores firmantes da nombres pero entre todos han trabajado para artistas de primerísimo nivel como Dua Lipa, Maroon 5, Ariana Grande, Justin Bieber, Taylor Swift, Charlie Puth, Little Mix, Britney Spears, Shawn Mendes, Ellie Goulding, Jonas Brothers, Selena Gomez, Harry Styles, Camila Cabello o los integrantes de One Direction juntos o por separado. Algunos de ellos son conocidos de hecho por ser autores además de intérpretes, y otros no.
La decisión de los compositores es arriesgada hasta cierto punto porque significa que muchos artistas podrán dejar de trabajar con ellos para proteger su marca: un crédito de composición significa credibilidad y prestigio para la estrella aunque el compositor haya firmado la canción en su totalidad. Sin embargo, el grupo de compositores defiende que «sin canciones, no hay industria de la música» y, al fin y al cabo, se trata de personas que han escrito o co-escrito algunos de los mayores éxitos de pop de los últimos tiempos, como ‘Don’t Start Now’, ‘7 rings’ o ‘One More Night’. Parece difícil que estos artistas vayan a perder sus trabajos tarde o temprano, pero aunque ellos mismos señalan que la industria sufre problemas más graves que este, también apuntan que «para llegar a Júpiter, hay que aterrizar primero en la luna».
En los tiempos en que un hit es escrito por hasta 10 o 15 personas (una reciente crítica de ‘Justice‘ de Justin Bieber señalaba que el disco es mediocre a pesar de contener «más co-autores que la Biblia»), lo cual afecta directamente a la obtención de «royalties» sobre todo desde que se ha asentado el streaming, el rol del compositor ha sido elevado muy por encima del del vocalista, hasta el punto de que un artista puede no gozar de gran prestigio si no escribe sus propias canciones. Una reflexión absurda si se tiene en cuenta la historia: en los albores de la música pop los papeles del compositor y el vocalista estaban muy diferenciados (Dionne Warwick y Burt Bacharach), innumerables estrellas actuales no son conocidas por escribir sus canciones, y no es que nazca una Édith Piaf todos los días. Hoy en día ya no se se hacen hits escritos por una sola persona, por lo que quizá cabe preguntarse si no será el rol del compositor el que se ha devaluado en realidad. Cuando una canción comparte 80 autores, ¿es porque nadie confía en uno solo?
Hace unos años indagábamos en este fenómeno, y mi compañero Sebas reflexionaba que a pesar de que «la música pop ha tenido un punto manufacturado desde los años 50», ya apenas existen en la industria figuras como las de Quincy Jones o Carole King cuya impronta como autores era inconfundible, y los cuales también eran (super)estrellas por cuenta propia. Indicaba aquel texto que «salvo excepciones como Jack Antonoff, que tiene su propio proyecto, es difícil intuir en (los autores actuales) algún tipo de personalidad y parecen únicamente motivados por lograr un hit facturado al imperativo de las modas y el mercado, impidiendo que cualquier atisbo de originalidad o innovación o rasgo autoral se asome por algún lado». Julia Michaels (quien no firma el pacto) es a todas luces una de de las autoras más influyentes de la última década, pero está claro en qué posición está su carrera como intérprete en comparación con la de su amiga Selena Gomez. ¿Alguien es capaz de reconocer la firma de Emily Warren o Joel Little o de identificarlos siquiera?
Puede que ya no haya compositores únicos en las listas de éxitos, puede que un artista ya no confíe en una sola persona para escribir un hit, puede que los compositores ya no sean estrellas, pero irónicamente todos los cantantes desean ser compositores y agenciarse un trozo del pastel de la composición y de la de edición de una canción sin haberla escrito o sin haber aportado a ella ni una sola coma. Mientras tanto, el mismo rol de vocalista (que sí es único, no se necesitan a dos o tres Arianas para ser vocalista principal de ‘no tears left to cry’) es devaluado hasta el punto en el que nos encontramos, porque no se escriben ríos de tinta precisamente sobre la importancia de una buena actuación o interpretación vocal, sobre la multitud de capas emocionales o de textura que un vocalista es capaz de inferir a una letra o melodía sin necesidad de añadirle una sola palabra o frase. De la misma manera que una canción debe ser buena para triunfar, esta también debe ser interpretada por la persona adecuada. Y eso ya es mérito suficiente.
Hace un par de días My Bloody Valentine colgaron en sus redes sociales un teaser que revelaba que algo tramaban. Las imágenes eran antiguas por lo que había poca esperanza de que el EP o uno de los EP’s de los que Kevin Shields hablaba hace un par de años vieran la luz. Eso no es lo que tenemos entre manos hoy, sino la llegada de su catálogo a las plataformas de streamings, donde era hasta ahora una de las ausencias más significativas, conocida la obsesión del líder de la banda por la calidad suprema del sonido. El prestigioso sello Domino informa hoy de que «están inmensamente orgullosos de anunciar la firma de my bloody valentine, añadiendo el catálogo seminal de la banda al formato digital en su totalidad por primera vez en la historia a partir de hoy». Además, el 21 de mayo, estarán disponibles «nuevas ediciones físicas de sus álbumes y ya están en pre-venta». Foto: Paul Rider.
Según una entrevista con New York Times, Kevin Shields ha decidido dar este paso porque sus sobrinos y sus sobrinas se han quejado de no poder encontrar su música en las plataformas de streaming. «Se me quejan porque intentan enseñarle la música a sus amigos y no pueden encontrarla en ningún lado. Me dicen: «¿por qué eres tan oscuro a propósito? Parece una estupidez». Eso me hace pensar: «Supongo que mi percepción del mundo no es el mundo». Hay un mundo de verdad ahí fuera sobre el que no sé nada».
Además, sobre nueva música, Kevin Shields afirma que «no quiere tener setenta y tantos y estar haciendo el sucesor de ‘m b v'». Bilinda Butcher es optimista y afirma que una vez que puedan desplazarse todos a Irlanda, el disco se podrá terminar muy rápidamente, «ya que sus voces es lo último que se graba». «Probablemente pueda terminarlas a finales de año».
Sobre la reedición, dice la nota de prensa: «Isn’t Anything y loveless se han masterizado completamente desde analógico para LPs de lujo y también desde nuevas fuentes digitales sin comprimir de alta resolución para LP estándar, y cada uno de ellos está disponible ampliamente por primera vez. Los cortes totalmente analógicos de mbv también estarán disponibles en LP de lujo y estándar a nivel mundial por primera vez». Así, podemos escuchar el que fue el primer disco de la banda en 22 años y uno de los álbumes fundamentales del siglo XXI, al que la nota de prensa define como «su disco más experimental, pero también el más melódico e inmediato».
Dicha nota de prensa oficial, que equipara ‘loveless’ a clásicos aún más remotos como «Pet Sounds, In A Silent Way o Innervisions», no habla de música nueva de My Bloody Valentine, pero sin duda este fichaje es el primer signo para llevarnos hacia ella.
Una película acompaña el lanzamiento de ‘Green to Gold’, el primer disco de los Antlers en 7 años, que son los que han pasado desde ‘Familiars’. El grupo nos dejó paralizados con un álbum sobre el cáncer y la muerte tan descarnado como fue ‘Hospice’ (después se hicieron diversas lecturas sobre él, como que en realidad hablaba sobre exorcizar los demonios de una relación tóxica), y el caso es que ahora ha decidido volver con un disco sobre la vida tranquila, el paso de las estaciones del año, sentir el césped contra los pies descalzos y cosas así.
En la película de ‘Green to Gold’ vemos cosas como unos girasoles al viento en el tema introductorio, una pareja desayunando en una casa de campo y después bailando al aire libre durante ‘Wheels Roll Home’, en celebración del amor. Una mujer bailando con un bebé en brazos en el tema llamado ‘Solstice’; paisajes, familias grabadas en Súper 8 y así todo el tiempo. Algo que merecían tras pasar por el calvario de ‘Hospice’.
Los Antlers han optado en este disco por un pop clásico, adecuado para canciones que nos hablan del paso del tiempo, de la caída de la hoja, de aquel día que cayó una nevada que nos cubrió los pies. Cuando las pistas son instrumentales (la primera y la última), nos hacen recordar a los R.E.M. que se recreaban en este tipo de canciones en la mitad de la secuencia de un álbum (‘New Orleans Instrumental No. 1’ y la balbuceada ‘Endgame’). Solo que aquí no hay espacio para un single de éxito. Sólo paz.
‘Green to Gold’ es un bonito ejercicio de contemplación. La banda explica, por ejemplo, que ‘Just One Sec’ es una canción sobre la dificultad de huir de tu reputación con alguien que te conoce demasiado bien, escrita a partir de un retiro para la meditación, algo a todas luces fundamental para entender este nuevo destino de Antlers. En él, el mayor exabrupto puede ser un tema que se aproxima al sonido Eels (el mencionado ‘Solstice’), una guitarra a lo Johnny Marr que va emergiendo a lo largo de los 7 minutos de ‘Green to Gold’, los delicados metales de ‘It Is What It Is’ o ese piano en ‘Porchlight’ que no sabes si te sugiere Nina Simone o Vincent Delerm.
Logra ser sensorial la experiencia de escuchar a los Antlers de 2021 a través de un disco otoñal en el que toda la atención la reciben un paseo a primera hora de la mañana o una calle en la que no hay ni coches ni personas. En esta aproximación al recogimiento, al confinamiento gozado, casi recuerdan a esos Low que imaginabas viviendo con su familia en un bosque de Duluth. Ya solo falta que nos entreguen su ‘Double Negative’.
Lee Daniels nunca se ha caracterizado por ser un director sutil, por eso, que haya decidido empezar su última película ‘Los Estados Unidos contra Billie Holiday’ con unas cartelas sobre la ley que nunca se aprobó en contra del linchamiento de la población negra en el sur de su país pese a tratarse de un biopic de la emblemática cantante no es particularmente sorprendente. Un comienzo que, por otra parte, resume perfectamente el espíritu de la película ya que Daniels es incapaz –y siempre lo ha sido- de hacer un cine que denuncie el racismo y la desigualdad sufrida por los negros en Estados Unidos sin gritarte en la cara. Esas frases con las que inaugura la cinta sirven para introducir el conflicto sobre el que pondrá el foco: la canción ‘Strange Fruit’, que hablaba de aquel problema, incomodaba a la sociedad de los años 40 y las autoridades hicieron todo lo posible por evitar que Holiday la cantara. Para ello, aprovecharon su conocida adicción a la heroína para detenerla por posesión de estupefacientes.
Con este punto de partida, Daniels retrata abiertamente a la estrella en su lado menos glamouroso, consumiendo heroína y envuelta en relaciones tóxicas con hombres que la maltratan y/o se aprovechan de ella. Pese al interés que pueda tener este material, el director se queda en la superficie y no ahonda lo suficiente en la figura de Holiday ni tampoco del resto de personajes que la rodean. La puesta en escena pomposa y solemne se empeña en dar enjundia a una película que no se despega ni un ápice del convencionalismo marcado por los dramas biográficos sobre famosos que Hollywood fabrica en masa. El deslavazado guion tropieza una y otra vez con situaciones de brocha gorda, que no solo resultan demasiado obvias sino también poco interesantes. Por ello da tanta lástima ver a la más reciente ganadora del Globo de oro a mejor actriz dramática Andra Day, en uno de esos papeles prediseñados para ganar un Oscar, dejándose la piel (y la voz, pues canta ella misma todas las canciones) en una película que no se la merece. Pero si hay algo por lo que el filme puede ser recomendable es precisamente por verla a ella en una interpretación sorprendentemente medida, de esas que acaparan la atención del espectador con tan solo un gesto. Y con un personaje con el que era fácil descontrolarse y caer en la sobreactuación, y más estando a las órdenes de Lee Daniels, que no es precisamente el rey de la mesura.
Pero más allá de la estelar presencia de su protagonista, hay poco donde rascar en ‘Los Estados Unidos contra Billie Holiday’, que no funciona ni como documento sobre la vida de la cantante ni como la denuncia sobre el racismo que se empeña en ser. A su favor puede decirse que es una película que se ve con facilidad y su largo metraje no resulta particularmente excesivo. También que pese a su insustancialidad, está algún peldaño por encima de ‘El mayordomo’ y varios de la abominable -para quien escribe esto- ‘Precious’. Algo es algo. 4,5.
Conocido por su trabajo junto a Charli XCX, Caroline Polachek o Rina Sawayama, Danny L Harle es uno de los nombres más emblemáticos del sello PC Music. Cuando todavía no nos hemos recuperado de los discos publicados el año pasado por su colega A.G. Cook, este año Danny L Harle ha editado un álbum llamado ‘Harlecore’ que ha dado todo lo que pedía y más a los seguidores del género. Un disco en el que se combinan sonidos new-age con los asociados a dicho sello y en el que uno de los mejores exponentes de su atrevimiento es el tema ‘On a Mountain’. Es nuestra «Canción del Día». Foto: Vasso Vu.
Publicada algo antes de la muerte de SOPHIE (el lanzamiento del disco sí es posterior), ‘On a Mountain’ es una de esas grabaciones de PC Music en las que parece que todo es posible. La producción comienza con una vocecita dulce y un piano preciosista como el de ‘Children’ de Robert Miles, cuando entra el beat, más que dispuesto a enloquecer. A partir de ahí, ‘On a Mountain’ se mueve cómodamente entre el trance y el jungle, recordando a «one hit wonders» de los años 90 como el de Alice Deejay, ‘Better Off Alone’.
Otra de las cualidades noventeras que tiene esta producción dance es la de repetir una frase o unas pocas frases ad nauseam, y es aquí lo que hace la vocalista Georgia Twinn (aunque el featuring oficial es el de producción, el de DJ Danny). Georgia reincide en la idea de recostarse «en una montaña» junto a su pareja, para huir del dolor que produce que te rompan el corazón. Una canción eufórica que sirve también para que conozcamos a esta jovencísima vocalista de Essex, de 18 años, que antes de todo esto iba para «detective de homicidios», como cuenta su biografía oficial en Spoti.
Una cámara recorre los pasillos de una casa. El inquietante travelling termina por tener sentido cuando comprobamos que en dicha casa conviven distintas mujeres como perras. Este es el escenario ideado por las jóvenes creadoras Irene Moray y Elena Martin de CANADA para ilustrar ‘Perra’, el que está siendo otro de los éxitos de Rigoberta Bandini, cercano ya al millón de streamings tan solo en Spotify, y una de las canciones más votadas de JENESAISPOP semana tras semana.
Esta «jauría de mujeres» que alternan las actitudes humanas con las perrunas, a medio camino entre el mundo animal y el social, no es sino una oda feminista de profundo significado social. No exento de humor, nos hace pensar en aquel Giorgos Lanthimos que tanto nos desconcertó con una película precisamente llamada ‘Canino’, también con su metáfora perruna y su parte de denuncia social sobre opresión, con el «perro» como metáfora del «amor posesivo», en aquel caso referido al entorno familiar (paternal).
El mismo director después nos entregó otra película más animal todavía, ‘Langosta‘. Una fábula más indigesta aún en la que las personas que no tenían pareja se convertían en animal. Una cinta en la que no había lugar para la libertad al margen de la vida marital.
Rigoberta Bandini sueña en esta canción con ser una perra libre, también con la coartada de apropiarse de un insulto para ser feliz, si bien en ocasiones topa con el «bozal» o, en este vídeo, el «collar». En ese plano, el vídeo solo puede recordarnos a una de las cintas más repugnantes que se han visto al respecto en el Festival de Sitges de los últimos tiempos, también de temática canina, sobre violencia de género: ‘Ventajas de viajar en tren’ de Aritz Moreno, con Quim Gutiérrez en el papel de maltratador.
Con referencias al cine de brujas en esa escena que es puro «akelarre» como muestra de feminismo, sororidad y anti-edadismo, casi todo lo que puede venir a la mente con el vídeo de ‘Perra’ se relaciona con el cine de terror: ‘Midsommar‘, el «found footage» de ‘El proyecto de la Bruja de Blair’ cuando la cámara se pone en la mirada de la perra… Pero el vídeo ha querido ser también más festivo y empoderador, a medida que la maqueta de la canción, que tiene dos años, ha ido abandonando su primera versión más triste para transformarse en algo más explosivo, como cuenta Irene Moray: «Llevo dos años escuchando la maqueta que me pasó Paula y canturreando ‘Perra’ en la ducha o mientras friego los platos, así que hacer este videoclip juntas ha sido muy fuerte. Esa primera versión me atravesó por su tristeza, y la canción producida tenía algo más festivo, más empoderador. Con Elena quisimos mezclar todas esas cosas, la pena, el jolgorio, el juego. El rodaje fue muy emotivo, reímos mucho, lloramos, gritamos…».
Añade Rigoberta Bandini: «Irene y Elena han conseguido que la historia te emocione a la vez que te hace reír. Para mí es una pequeña película. Aunque sólo fueran dos días de rodaje, todas las mujeres conseguimos convertirnos en una y respirar a la vez. Siento que se creó una tribu muy poderosa y eso en el vídeo se ve reflejado». Os recordamos que podéis votar por ‘Perra’ y por vuestras canciones favoritas del momento, aquí.
Dadas las similitudes entre los vídeos de ‘cellophane’ de FKA twigs y el nuevo de «MONTERO» de Lil Nas X que ha sido considerado por uno de nuestros lectores ya como «el vídeo del año», ambos artistas han charlado y han llegado a un acuerdo.
Por un lado, Lil Nas X ha querido dar las gracias a FKA twigs por llamarle para informarle de las similitudes entre los dos vídeos. «No me había dado cuenta de que se parecían tanto. Sólo estaba emocionado por que el vídeo saliera. Entiendo lo duro que has trabajado para traer estos visuales a la vida. Te mereces mucho más amor y reconocimiento». Por otro lado, FKA twigs ha sido más que generosa con su mensaje: «Gracias a Lil Nas X por nuestras amables conversaciones y por reconocer la inspiración en ‘cellophane’ por tu parte y tu equipo creativo para tu icónico vídeo. Creo que lo que has hecho es increíble y apoyo tu manera de expresarte y tu valentía por completo, al empujar la cultura hacia la comunidad queer. Estatus de leyenda». Acuerdo, pues, entre ambas partes, después de que el director del vídeo de FKA twigs hubiera ejercido el papel de «poli malo».
Desde el primer momento, el nuevo vídeo de Lil Nas X estaba siendo criticado por su similitud más que evidente con el vídeo de ‘Cellophane’ de FKA twigs, en el que la artista británica asciende a los cielos mediante una barra de pole dancing para después caer a los infiernos: exactamente lo mismo que sucede en ‘MONTERO’, pero dos años antes. Su director Andrew Thomas Huang (conocido por su trabajo con Björk) había revelado que Columbia Records llegó a contactarle para trabajar en el vídeo de ‘MONTERO’ pero que después hizo bomba de humo. Sin embargo, explicaba que el sello no tardó en contratar a la misma coreógrafa de ‘Cellophane’, Kelly Yvonne, para ‘MONTERO’, por lo que Huang considera que Columbia le ha robado la idea. Y menciona específicamente los «ejecutivos blancos de las multinacionales» que, aprovechando la alta demanda por videoclips de usar y tirar, «enfrentan a las mujeres y a la gente queer, negra, indígena y de color las unas con las otras».
El director aseguraba que «compartir colaboradores es normal» y que «compartir ideas estéticas y hacer homenajes forma parte del proceso creativo». También opinaba que «copiar el trabajo de otros artistas sucede sea de manera intencionada o no». Pero señalaba que «cuando un artista que está en una posición de poder recicla la labor de otra persona para abastecer su propia marca, eso puede causar daño porque deja de lado el esfuerzo de los artistas que han hecho el trabajo original». Huang indicaba que rodar el videoclip de ‘Cellophane’ fue un proceso de muchos años y esfuerzo tanto emocional como creativo, por lo que exigía a Columbia que hiciera todo lo que esté en sus manos para «respetar a los directores» así como su dedicación a «imaginar mejores futuros en esta quebrada industria».
Lil Nas X publicaba este viernes este nuevo single. ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’ era muy esperado por su referencia a la ya mítica película de Luca Guadagnino, el rapero llevaba adelantándolo más de un año y, como viene siendo costumbre, el tema llegaba acompañado de un videoclip de esos que solo están a la altura de las grandes superestrellas.
Presumiblemente el segundo avance del próximo álbum de Lil Nas X después de ‘HOLIDAY’, ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’ sorprendía por sus influencias españolas, en concreto andaluzas, presentes en guitarras y melodías, y si el tema remite vagamente a ‘Malamente’ de Rosalía también en el sonido de las percusiones, cabe mencionar que Filip Ćustić (diseñador de todo el arte de ‘El mal querer‘) se ha encargado de la portada de este single.
Un tema que será un hit debido a su posicionamiento en la playlist de Today’s Top Hits de Spotify, pero del que hay que destacar para mal una melodía vocal algo trillada, sin el gancho de ‘HOLIDAY’ ni la frescura de ‘Old Town Road’. Aunque, con una duración escasísima de 2 minutos y 17 segundos, difícil será que no se le pegue a alguien: el tema se da por terminado en el segundo estribillo.
Con intención de poner ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’ en contexto, el artista de 21 años (cuyo nombre de nacimiento es Montero Lamar Hill) compartía en sus redes una carta que ha escrito a su yo de 14 en la que se congratula por haber salido del armario porque su decisión podrá inspirar a otras personas a hacer lo mismo: «sé que nos prometimos no salir del armario, sé que nos prometimos que no sería «ese» tipo de persona gay, sé que prometimos llevarnos el secreto a la tumba, pero esto abrirá puertas a muchísima gente queer para que simplemente pueda existir. Esta decisión me aterra, la gente se pondrá furiosa o dirá que tengo intenciones ocultas… y es verdad, tengo la intención de que la gente deje de meterse en la vida de otras personas y deje de dictarles lo que deben ser». No está de más recordar que el mundo del hip-hop sigue siendo bastante homófobo.
El videoclip de ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’, dirigido por Tanu Muino y el propio Montero, narra la salida del armario del artista con típicas alusiones al cielo y al infierno, a Adán y Eva y a la Antigua Grecia (los sacrificios humanos). Lil Nas confiesa su «pecado» a una serpiente alienígena que parece sacada de ‘Star Trek’ y es sacrificado a ojos de la audiencia esclava, para después deslizarse hacia el sofocante infierno a través de una barra de pole dancing, vestido apenas con unos diminutos calzoncillos y unas botacas de cuero «fetish». Ahí le enseña culito al mismísimo Satanás. Un vídeo inenarrable y ultra camp que, entre otras posibles referencias a ‘Juego de Tronos’, el videoclip de ‘Dark Horse’ de Katy Perry, el mito de Ozimandias, ‘Los juegos del hambre’ o incluso Los Simpson, se presta a ser visionado una y otra vez, como un vídeo de Cardi B pero atiborrado de alucinógenos. El vídeo lleva 50 millones de visualizaciones en 5 días.
Judit Neddermann ha logrado situarse recientemente entre los 50 discos más vendidos del país con ‘Aire’, el primero de sus discos en el que abandona el catalán casi por completo para apostar por el castellano. Y lo ha hecho animada por Alejandro Sanz, con quien colaborara en una de las mejores canciones de ‘#ELDISCO’, por mucho que ‘Este segundo’ no fuera un single y pasara desapercibida. Hablamos con Neddermann sobre su influencia de la música brasileña, precedentes como Sílvia Pérez Cruz o sus tímidas incursiones en el R&B.
¿De qué va este álbum? ¿Tiene alguna temática concreta en especial?
Son como álbumes de fotos de mis estados de ánimo o experiencias que me hacen crecer. Recojo emociones de 2017 y 2018 muy relacionadas entre sí. Hice un proceso de empoderamiento, de aprender a poner límites en una relación en la que no me sentía bien y no tenía fuerza para cortarla. Poco a poco lo consigo con el apoyo de algunas mujeres que hay en mi vida. Hay un proceso de sanación después de cortar, que es liberador, pero también es duro. Las canciones representan las emociones de esa relación y también hay canciones para la mujer.
¿Cuáles son esas canciones específicas para la mujer?
A mi madre le dedico ‘Yo et canto a tu’, la única entera en catalán, y también hay otra para la luna, que habla de la conexión con la luna de la mujer. El ciclo menstrual más o menos dura los mismos días, nos afecta mucho energéticamente y parece que no es un tema tan accesible como otros.
Hay algo de Portugal en tu música, no sé explicarlo, dímelo tú como música…
Hay algo de Brasil. En mi casa sonaba Jobim, Caetano Veloso a veces, Gilberto Gil… Mi madre tenía muchos discos pero tampoco era muy experta de qué era cada cosa. Iba a la tienda y se compraba. De adolescente estudié canto y la profesora me introdujo en la MBP (música popular brasileña), paralelamente estudié jazz y allí también hacíamos muchas cosas de bossa nova. Es cuestión de sonoridad y la forma de hacer música muy ligera, que me inspira. Hay una dulzura que tienen en común el portugués y el catalán. Tampoco es algo preconcebido, yo tengo una idea, y el groove que le va bien es el brasileño, pero no lo pensamos de antemano. Las armonías que utilizo son un poco sofisticadas, son los acordes que aprendí cuando estudiaba jazz y los voy combinando con otros acordes, como las triadas de los Beatles, para entendernos. A veces hago incursiones y a veces, no. Me gusta que los melodías pasen por colores diferentes. Jugar. Y eso los brasileños lo hacen mucho.
Hace unos años que no salen tantos artistas en catalán, al menos tan masivos, como cuando salieron Manel y Sílvia Pérez Cruz. ¿Por qué crees que puede ser?
Yo no creo que el catalán sea una barrera. Me ha llevado a sitios inimaginables como a colaborar con Alejandro Sanz, porque él quería hacer un tema en castellano y catalán. Me lo propuso y me pareció súper bonito. Tengo un single en el que mezclo las lenguas porque creo que es importante. Sería importante que no fuera importante. Están Manel, Txarango… al final es la música la que nos mueve. Todo el mundo es libre de hacer lo que quiera. Mis discos anteriores están casi enteros en catalán, mi música había salido de Cataluña pero no mucho. Los 3 singles que he sacado de este disco en castellano han tenido más acogida fuera de Cataluña de lo que yo estaba acostumbrada. Pero no se pueden sacar conclusiones. Sílvia (Pérez Cruz) canta en los 3 idiomas y esto no ha sido una barrera. Yo podría haber hecho este disco en inglés, castellano y catalán, y salir con más fuerza. Igual habría funcionado más, es que no lo sabemos, pero después de lo de Alejandro Sanz, me puse a escribir en castellano, y fue orgánico e inspirador. Pensé: ¿por qué no?
Hay una frase en el disco que dice: «no tengo leyes ni banderas». ¿Hay algún tipo de segunda intención?
Lo que quiero decir es que soy libre, soy músico y quiero ir donde la música me lleve. Que no se politice todo todo el rato. Quiero ser yo y que no se busque entre líneas todo el rato. Estoy muy cansada de todo este ruido, constante.
En la letra de ‘Vicio’ hay una parte en que parece que protestas contra los juicios constantes.
Es una canción que va para una persona que juzgaba todo el rato lo que está bien y mal. Ponía a personas en una jerarquía, y me transmitía esta idea de la competencia. Es un sinvivir. No creo que la vida funcione así y no se puede ser feliz en esa tesitura. Me cuesta revisitar la canción porque me enfada, pero me fue bien sacarlo, porque me di cuenta de que esta forma de ver las cosas la escuché demasiadas horas. No me interesa, no quiero ver las cosas así, no quiero perder tantas horas con ese discurso.
Justo esta canción tiene un punto R&B, ¿has pensado en ir más por ahí?
Es un poco más americana, escucho mucha música de allí. También Lianne La Havas, que es británica. Es una música que me encanta. No descarto hacerla algún día. Me sorprende cómo me quedan las canciones comparado con lo que escucho. Son estilos distintos. No escucho a nadie que se parezca a lo que yo hago. Esta canción queríamos que fuera ácida, pero tranquila. El productor Arnau Figueras fue quien nos convenció de llevarla por ahí.
¿Nadie te sugiere seguir esa vena más pop?
Esto siempre lo he tenido pendiente. He estado escuchando a Mahalia, que me encanta. Me gustan esos beats y conecto, pero no tengo prisa tampoco. Voy haciendo el camino y cuando llegan las cosas, las hago.
¿Hay algún punto de inflexión que destacarías en tu carrera?
El punto de inflexión lo veremos en futuro, los frutos vienen después, no calculo mucho las cosas (…) Quizá que Alejandro (Sanz) me preguntara si había compuesto en castellano y hacer ese ejercicio de valentía, porque la estructura que tenía hasta entonces era hacer discos en catalán, con algo castellano y algo de portugués. Este disco es un intento de abrir puertas y horizontes. Me daba vértigo pero me siento acompañada, con el feedback de Alejandro y el apoyo de Universal.
¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de Alejandro Sanz como fan?
Cuando era muy pequeña en el coche teníamos el disco de ‘El alma al aire’ y lo ponía mi padre todo el rato.
Tu canción es de lo poco que me gustó de su último disco…
La canción que hicimos juntos es una perlita, hay gente que conecta muchísimo, me lo ha dicho mucha gente, aunque igual no es la que más llama la atención.
«No me extraña que Alejandro Sanz lleve tantas décadas, y más que seguirá»
¿A qué asocias el éxito tan masivo que ha tenido el último disco de Alejandro Sanz?
(piensa largo rato) Creo que son varios factores. Primero, sus composiciones son bellas a la vez que pegajosas en el buen sentido. Se te queda la canción no porque haya una estrategia extramusical sino porque es realmente musical. Los músicos con que me relaciono nos inspiramos en sus canciones porque considero que es música muy buena. Luego, cómo canta: me parece único. Que le ponga tanto corazón, tanta alma a la hora de cantar, y que siempre se entregue tanto, que lo haga desde hace tantos años, dice mucho. Es muy generoso por su parte. Por mucho que pase el tiempo, mantiene su compromiso con la audiencia. Mantiene a la audiencia viva. En los conciertos, he notado ese cariño entre el público y él. Es una celebración energética a la que todo el mundo acude porque él está comprometido con eso. No me extraña que lleve tantas décadas y más que seguirá.
También has trabajado con Jorge Drexler, que me parece mucho más interesante que Alejandro Sanz, ¿qué te ha aportado?
Drexler es, a nivel musical, un referente total, porque bebe de muchas influencias. Ha encontrado su propio sonido, a caballo entre lo moderno y lo acústico. Me siento muy conectada a lo que hace. Empecé a escucharlo hace 8 o 9 años y sus últimos discos, como «Salvavidas«, los he escuchado mucho. Con él he estado muy al día y eso me pasa poco, lo de escuchar los últimos discos de un artista. Fue increíble colaborar. Me fascina todo el mundo intelectual que hay detrás de lo que hace, cómo hace las letras, cómo se expresa. Me parece top.
¿De qué producción de tu disco estás más orgullosa? Por ejemplo, en ‘Sense’ hay unos ambientes muy particulares. No sé si estoy pronunciando bien el nombre de este tema…
Es catalán e inglés, tiene el doble sentido. Esta es un buen ejemplo, porque colabora Maro, que creo que aquí no se la conoce lo suficiente. Es portuguesa pero ha estado en EE UU mucho tiempo. Estoy muy contenta. Es una canción que escucho por gusto…
… no como las otras (risas)
A veces me reescucho para ver si me cuadra algo, si es el camino que quiero seguir o ya me lo quito de encima… pero esa canción, como ser humano, la quiero escuchar. Supongo que porque canta ella y puedo desconectar de mí. Está muy cuidada y fue muy circunstancial. Esta vez he podido estar un mes en el estudio. Antes me pagaba mis discos, grababa en 5 días, todo ahí rápido… Y este está hecho como los discos de antes, con todo el tiempo que quisimos. Y cuando vino Maro fue mucha concentración y fue saliendo todo esto. Supongo que escucharla me hace revivir esta sensación…
En muchas entrevistas me han dicho los artistas que su tema preferido de un disco es el featuring porque dejan de oírse. Qué curioso, ¿no?
Es que es muy agradecido. Es la primera vez que canta alguien que no soy yo en el disco. Y para mí es el mejor momento, pero porque yo me escucho todo el día. Los cantantes nos escuchamos cantar, hablar y lo que haces lo tienes que escuchar mil veces. La gente dice: «¡oh, qué voz!». Pero yo tengo que hacer un ejercicio de vaciar y volver a conectar con la voz como si fuera algo nuevo, la experiencia de escuchar el timbre…
De la misma manera que ciertos discos post-divorcio son celebrados por su honestidad y emoción, hay ciertos artistas a los que el hallazgo de un gran amor parece haberles ablandado, como James Blake o Tame Impala: sus respectivos últimos álbumes cuentan con sus fans, pero no han encandilado al mundo por igual como sus trabajos previos. El cantante y compositor Josiah Wise, más conocido como serpentwithfeet, no teme en absoluto ablandarse o sonar cursi, de hecho lo busca y desde ese lugar busca componer la música más tierna que es capaz de hacer. ‘DEACON’ es el resultado de esa búsqueda, un trabajo de soul, R&B y gospel en el que celebra el amor en todas sus formas, desde la amistad a los grandes amores pasando por ese chico que conoces en una discoteca y que jamás vuelves a ver, pero del que por alguna razón te sigues acordando.
La idea de serpentiwhfeet con ‘DEACON’ ha sido hacer un disco amable, dulce y tierno que sonara «en comunión con la naturaleza». Para este propósito se mudó de Nueva York a Los Ángeles, donde los paseos por el bosque estimularon su creatividad. Así, el álbum deja a un lado el componente terrenal y visceral de ‘soil‘ o el EP ‘blisters’ para apostar por un sonido más suave, delicado y tranquilo. La cumbre emocional de ‘DEACON’, una ‘Heart Storm’ en la que aparece Nao como artista invitada, no busca poner los pelos de punta como lograba ‘bless ur heart’ pese a su título y a que de hecho la canción suena como si navegara en el mar, gracias a una base electrónica que parece replicar el movimiento de las olas: ni su mensaje «el cielo se va a abrir de par en par cuando nos abracemos el uno al otro» consigue arrebatar a la canción su serenidad.
A pesar de su lado celestial, ‘DEACON’ pasa la mayoría de tiempo en la tierra. Buena parte de sus cortes se titulan con el nombre de un chico: Josiah nos canta sobre Amir o Malik pero también sobre la «barba de Derrick», a la que dedica una pequeña oda desde la cama. Todos los nombres son ficticios pero representan una realidad que Josiah ha vivido porque él lo que desea es «cantar sobre las alegrías de compartir espacios románticos con hombres negros». La primera experiencia es su despertar romántico en el edificante corte inicial ‘Hyacinth’, que sorprende por su inicio un tanto 90s (esas guitarras tipo cantautor) pero que se crece en un gospel angular lleno de suculentos autocoros: «no me digas que el universo no ha estado escuchando, me fui solo a la cama y ahora me estoy besando (con alguien)». También desde la cama, la exquisita producción de ‘Wood Boy’ utiliza una base en el estilo de ‘Homogenic‘, pero más leñosa que volcánica, para sumergirse en el placer sexual, sin sutilezas.
Lo que no se ha ablandado aquí es la impronta exagerada, dramática, de serpentwithfeet en las letras de este trabajo que ha titulado «sacerdote» para preguntarse en qué otros lugares solemos ver esta figura: ¿quizá en esos amores a los que expresamos verdadera devoción? Cuando el artista de Baltimore avista a Malik en una discoteca de Atlanta, sufre un enamoramiento repentino tan fuerte que, en ese momento, ya se imagina de comida familiar con él y su suegra: «me planto en el club y veo a mi futuro rey». En la luminosa y sensual ‘Same Size Shoe’, una trivialidad como compartir el mismo número de pie con su chico sirve a Josiah para concluir que están hechos el uno para el otro. Y ya en ‘Hyacinth’ se queda a gusto cuando reflexiona que su chico «nunca ha necesitado vajilla porque yo soy su cucharita y toda la sopa de su boca se la doy yo». Si pensabas que a Josiah se le pegaría un poquito del vacile de Ty Dolla $ign después de colaborar con él -uno de los 800 artistas que lo han hecho- en su último disco, nada más lejos que la realidad: Josiah cuenta que escribir con Tyrone le ha enriquecido como compositor, pero ya: ‘DEACON’ va de amor, amor y amor.
Josiah, que se crió en la iglesia (su padre era dueño de una librería cristiana), y quedó fascinado por el góspel desde pequeño, ofrece en la mencionada ‘Malik’ una chuchería de 1 minuto y medio en este estilo. Más breve aún es ‘Dawn’, su personal interpretación del himno ‘My Lord, What A Morning’: hace gracia leer que es la primera composición que terminó para el disco, allá por 2018: dura apenas 34 segundos. Sin embargo, ‘DEACON’ no deja de poner un pie en sonidos más contemporáneos: el cuestionario amoroso de ‘Amir’ está acompañado por una base musical que recuerda al R&B de los años 2000, ‘Old & Fine’ tiene un toque a la Mariah post-«Emancipation» y ‘Sailor’s Superstition’ es un dancehall misterioso y dramático que no renuncia al toque artesano y cálido de su autor. Las ricas percusiones de ‘Fellowship‘ cierran el álbum quizá para recordarnos que ningún amor es más importante que el de la amistad. Nunca una canción había dado tantas ganas de llegar a los 30. A tenor de este disco, de hecho, deben ser maravillosos.
Garbage han anunciado que su nuevo disco ‘No Gods, No Masters’ sale el 11 de junio. El primer adelanto es ‘The Men Who Rule the World’ y ya está disponible. Se trata de un tema de rock electrónico de espíritu combativo por el que parecen asomar diversas influencias. Si las guitarras son un poco Prince, el gancho «money, money, money» parece inspirado en ABBA, pero en ‘The Men Who Rule the World’ manda ante todo la fuerza de las guitarras y los sintetizadores. Estos son un poco Yeah Yeah Yeahs, pero lo mejor es que a ellos se suma el sonido de una máquina tragaperras a modo de instrumento. Puedes comentarlo en el hilo de Garbage en nuestros foros.
Un tema, por otro lado, abiertamente anti-patriarcado, como Garbage dejan claro en su primera frase: «los hombres que gobiernan el mundo han montado un desastre de la hostia, esta es la historia del poder, y de la adoración del éxito». Antes de convertir la frase «odia al violador, destruye al violador», de manera significativa, en un gancho infalible que triunfará en los conciertos cuando estos puedan tener lugar, pues está hecho para ser gritado a pleno pulmón e incluso logra acercar el tema a la categoría de himno, Shirley Manson y compañía ofrecen su solución (idealista) a la crisis: «salvemos todos los animales, salvemos todos los calamares, carguémoslos en el buque maternal junto a los ancianos y los niños, salvemos las grandes obras maestras, y hagamos que mentir otra vez sea un crimen, para poder ver sangrar a todo aquel lleno de odio».
Sobre su próximo disco, que llega un lustro después de ‘Stranger Little Birds‘, y cuando este año se cumplen dos décadas desde el lanzamiento de ‘Beautiful Garbage’, Garbage han emitido el siguiente comunicado: «Este es nuestro séptimo disco, y su significativa numerología ha afectado el ADN de su contenido: las siete virtudes, los siete dolores (de la Virgen María), los siete pecados capitales. El disco ha sido nuestra forma de dar sentido a la locura de mundo en el que vivimos y el impresionante caos en el que nos vemos envueltos. Es el disco que teníamos que hacer en este momento». El verano pasado repasábamos la interesante trayectoria de la banda por su 25 aniversario, subrayando lo bien que ha madurado «pese a lo que pronosticaron algunos».
¿Alguien recuerda a Wavves? El proyecto de Nathan Williams protagonizó un considerable «hype» en los blogosfera (¿esta palabra se sigue usando? Es una pregunta retórica: por supuesto que no) entre los años 2008 y 2010 gracias a una serie de trabajos de garage-punk adictivos como los llamados ‘Wavves’ y ‘Wavvves’ que allanaron el terreno para lo que estaba por venir. En 2010, Williams saneó su sonido y publicó ‘King of the Beach‘, uno de los álbumes más emblemáticos de la nueva ola de punk-rock californiano surgida en la época gracias también al éxito de Best Coast o Beach Fossils.
Hace rato que Wavves no conoce «hype» similar a aquel, pero con la tontería, en los últimos 10 años ha editado hasta cuatro álbumes de estudio más, estos son ‘Afraid of Heights‘, ‘No Life for Me’, ‘V’ y, más recientemente, ‘You’re Welcome’. En todos ellos ha seguido explorando su sonido de siempre, a medio camino entre los Ramones, los Stooges, Weezer, Sum 41 y los Beach Boys, con mejor o peor resultado y con mayor o menor aceptación crítica. Desde luego, a Wavves le venía viniendo bien algún tipo de reinvención por sutil que fuera. ¿Y qué tiene que ofrecer Williams en esta década que acaba de empezar?
Hoy, el músico de San Diego publica nuevo single, ‘Sinking Feeling’, que pese a hablar sobre depresión puede ser el más popero que ha escrito en toda su vida. Algo que seguramente también ha aprendido de los Beach Boys. Es posible vincular ‘Sinking Feeling’ a los temas más pop de Weezer, de los que Williams es seguidor, pero también a los cortes más nítidos de Deerhunter o Real Estate. Sobrevuela asimismo el espíritu de los R.E.M. más comerciales en este tema producido por Dave Sitek de TV On the Radio que Wavves explica de la siguiente manera: «‘Sinking Feeling’ es una canción que habla sobre esos episodios depresivos que vuelven a ti una y otra vez. Es ese sentimiento que te hunde y que te persigue allá donde vayas».
Bad Gyal entra en el número 5 de álbumes en España con ‘Warm Up’, principalmente porque 7 de los 8 temas del disco logran situarse en el top 100 de singles. En España los streamings de los dos temas más populares de un disco no cuentan para la lista de álbumes, pero sí el resto, y Bad Gyal ha ido sobrada de éxitos en este caso. “Yo ahora hago una música más hit”, nos comentaba Alba Farelo en una entrevista reciente. Pues eso.
Las canciones de ‘Warm Up’ que encontramos en el top 100 oficial en España son las siguientes: la espléndida ’44’ entra en el puesto 18, ‘Zorra’ sube al puesto 23 (triple platino sumando remezcla y original), ‘Judas’ entra al puesto 44 (sic), ‘Blin Blin’ sube al 55 (platino), ‘Pussy’ sube al 88 (definitivamente no es una de las favoritas del disco), ‘Iconic’ entra en el 91 y ‘Gasto’ lo hace en el 99. Únicamente la vieja conocida ‘Aprendiendo el sexo’ ha quedado fuera esta vez, aunque en realidad ya pasó por la lista, entrando al puesto 29 en su momento.
Muy deslucido en comparación es el paso de los nuevos temas de Justin Bieber por el top 100: ‘Peaches’ entra al top 24, ‘Hold On’ reentra al 79 (su máximo) y ni rastro del resto de temas, ni viejos ni nuevos. Lejos quedan los tiempos en que ‘Sorry’ lograba ser número 1 en España pese a estar en inglés. ‘Peaches’ sí ha podido ser número 1 directo en Estados Unidos y ronda el top 5 en Reino Unido.
Volviendo a España, las demás entradas son ’Tu veneno’ de J Balvin en el puesto 30, ‘Me fijé’ de Alex Rose y Rauw Alejandro en el 41, ‘Cuenta’ de Myke Towers en el 78 y ‘Las nenas’ de Natti Natasha, Cazzu, Farina y La Duraca en el 92.
‘El Madrileño’ de C. Tangana continúa en el número 1 de discos en España por cuarta semana consecutiva, certificado como disco de oro; y pese al órdago lanzado por Universal. Nada menos que 3 discos llamados a ser un éxito comercial por parte de esta compañía, publicados de manera simultánea.
El que más alto ha llegado es ‘Justice’ de Justin Bieber, vencedor de la batalla internacional por el número 1 en la mayoría de países, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Holanda o Irlanda. En España ha de conformarse con el número 2 por detrás del álbum de C. Tangana pese a que este salió hace ya casi un mes.
La vencedora de la batalla internacional en Reino Unido, Lana del Rey, queda en el puesto 4 por aquí con ‘Chemtrails Over the Country Club’. Debido a la competencia con Bieber, Lana del Rey solo ha podido arañar esta vez un número 1 más, aparte del de UK: el de Suiza. No es la mejor marca de Lana en España, pues tanto ‘Lust for Life’ como ‘Ultraviolence’ sí fueron número 1 por aquí, y el anterior ‘Norman Fucking Rockwell!’ llegó a ser número 2 en nuestro país (esta semana reentra en el número 71 en la que es su 49ª semana en lista).
En 5º lugar queda Bad Gyal, que no obstante consigue con ‘Warm Up’ su mejor marca, incluso contando la tabla de streaming que antes funcionaba aparte de la de ventas. Si en ventas Bad Gyal nunca destacó como artista de Youtube/Spotify que es, en la lista de streaming ‘Worldwide Angel’ nunca pasó del número 11.
En el puesto 8 entra Javy Ramírez con ‘Lo que nunca te pude contar’, aunque quizá es más significativo que Camilo produce la subida de puntos más alta de la semana, manteniéndose en el número 3 con ‘Mis manos’. Sin duda será uno de los grandes éxitos del año. En la otra cara de la moneda, modesta es la entrada del debut de Paloma Mami, quien tan sólo llega al número 60 con ‘Sueños de Dalí’.
Otras entradas son ‘Duets’ de Sting en el número 29; la banda sonora de ‘HER’ que acaba de editarse al fin, en el puesto 51; ‘Now and Then’ de Paul Stanley’s Soul Station en el 84; ‘El amor en los tiempos de perreo’ de Piso 21 en el 88; ‘Brothers in Arms’ de Dire Straits en el 93; y ‘Zoom in EP’ de Ringo Starr en el 94.
Que el término TikTok dejó hace tiempo de asociarse a aquel hitazo de Kesha para referirse principalmente a la red social es una obviedad. Y como plataforma relativamente nueva (nació en 2016), TikTok se ha convertido en el aliado perfecto de muchos artistas de música pop. Doja Cat debe a la plataforma el bombazo de ‘Say So’ y, sin ella, ‘Savage’ de Megan Thee Stallion no habría arrasado como lo ha hecho. Luego otros virales de TikTok son para frotarse los ojos, como los de ‘Dreams‘ de Fleetwood Mac, ‘Heat Waves‘ de Glass Animals o ‘Unlock It‘ de Charli XCX, los cuales demuestran que ya no hace falta que una canción sea nueva para que arrase. Los artistas jóvenes están especialmente condicionados por este tipo de virales. En el caso de Curtis Waters, ha supuesto que firme su primer contrato discográfico.
Existe otro fenómeno de TikTok que me parece más fascinante, el de canciones que se viralizan después de filtrarse en la red pero que permanecen inéditas. Es obligado pensar en ‘Toosie Slide’ de Drake: esta canción se viralizó primero en TikTok gracias a un bailecito (el llamado «toosie slide») de esos que tan de moda están en la plataforma y después fue publicada oficialmente, con la consecuencia de que arrasó no solo en Estados Unidos, donde el tema pasó varias semanas en el número 1 del Billboard, sino también a nivel global (en España llegó al número 39).
Por supuesto, Drake no ha sido el único músico agraciado por esta curiosa tendencia: ‘Shirt’ de SZA arrasa estos días en TikTok pese a que es imposible encontrarla en ninguna plataforma porque no ha salido aún; la mencionada Doja Cat, que vive en internet, también ha conseguido viralizar un tema inédito; existe un futuro single de City Girls llamado ‘Twerkulator‘ que los «tiktokers» ya están bailando por doquier sin que haya visto la luz todavía de manera oficial, y más extraño es el caso de Billie Eilish. Como si esta necesitara algún tipo de viral a estas alturas, un fragmento de la canción inédita ‘i’m happier than ever’ que canta con FINNEAS en su recién estrenado documental también está dando vueltas por la plataforma gracias a la versión extendida (!!!) de un muchacho anónimo.
Como todo fenómeno de masas, ya hay quien lo analiza: «Impulsar una canción inédita en TikTok ya es uno de los movimientos de marketing más cruciales que los artistas más exitosos pueden emplear en 2021». Ha quedado más que demostrado, sobre todo con el éxito de Drake. Pero existe una especie de precedente de este fenómeno en la primera música house de los años 70. Como recuerda la autora Sasha Geffen en ‘Glitter Up the Dark‘, cuando los DJs pinchaban música disco y la editaban o mezclaban con otros vinilos para mejorar sus sesiones, creando lo que hoy en día se conoce como remixes o mash-ups, esta música no existía oficialmente en una grabación, ya que era producto del directo. Pero sí había personas avispadas que registraban estos directos y después los vendían en las tiendas de discos de manera no oficial, en los llamados «bootlegs». Es un ejemplo de que ya entonces, hace 50 años, desde ciertos sectores la música se popularizaba sin necesidad de que un sello la editase primero.
TikTok se ha consolidado como herramienta de promoción: el joven rapero DUDI es uno de los últimos que han conseguido triunfar gracias a la plataforma, y otro español (aunque reside en Londres), Alien Tango ha ido tan lejos de estrenar una serie de canciones de 14 segundos compuestas exclusivamente para ser reproducidas en TikTok, las cuales luego ha compilado en su álbum ‘Blink Pop, Vol. 1’. Pero que una canción inédita triunfe tiene su miga. Puede que algunos de estos virales estén calculadísimos, como el de ‘MONTERO (Call Me By Your Name)‘ de Lil Nas X, un fragmento del cual había sonado durante meses; ¿pero qué pasa si de repente arrasa esa canción de Lana Del Rey que siempre has querido ver editada pero que por alguna razón permanece en un cajón? ¿Obligará a Lana a replantearse su lanzamiento? El éxito de TikTok da un poco de miedo porque si pensabas que la música era más fluida que nunca gracias al streaming, con esta plataforma lo es más todavía: ya ni las canciones «unreleased» de los artistas se salvan de que cualquiera se las apropie para convertirlas en un nuevo viral. ¿Está preparada la industria para esto? ¿Lo está el público?
DUDI acaba de alcanzar el número 1 de los vídeos más vistos en Youtube con ‘No te decides’, donde se mantiene una semana después entre los 10 más vistos (en el número 8). El tema es además número 22 en el top 50 de Spotify España. El joven rapero lleva un tiempo dándose a conocer con singles como ‘My Dream’ o ‘Ktepasa’, en 2019 le tocó el gordo cuando su tema ‘Like Aron Piper’ se viralizó en TikTok y en los últimos meses ha anunciado su fichaje por la multinacional Warner Music Group, con la que ha presentado el single ‘Ahora pregunta por mí’ con Beja y Cubanbeef.
Detrás de este extraño nombre se esconde el joven rapero Edu Torres, quien, nacido en el año 2002 en un «humilde barrio de Madrid» según la nota de prensa oficial, empezó a componer sus propios temas en el año 2017 hasta llegar adonde está ahora. DUDI pasó su infancia «alejado de la música» pero todo «cambió cuando descubrió el rap»… pero su flow no deja la sensación de que estemos ante un rapero amateur precisamente: en ‘No te conoces’ parece inspirarse en la rápida verborrea de XXXTENTACION, con la diferencia de que sus letras son abiertamente sentimentales: el estribillo de ‘No te conoces’ incluye la frase «te quiero» conjugada tres veces. Más macarra es ‘Ahora pregunta por mí’, que entre menciones al WhatsApp o al «casete» de Maluma, a lo que recuerda es a todo el top 50 de hits español: el dominado por Anuel AA, Ozuna o Karol G.
Como se puede comprobar, DUDI es un rapero de la generación Z: no solo usa TikTok para promocionarse sino que tampoco se casa con el hip-hop ni con ningún otro estilo y si ha coqueteado con el dancehall y el reggaetón en el single anteriormente mencionado, su repertorio incluye una balada de trap melódico llamada ‘La última página’, su canción más lacrimógena hasta la fecha. Es la composición con la que Edu Torres cambió su alias Daddipxssy para presentarse como DUDI. «Ahora todos rapaditos como Aron Piper» era hasta ahora su melodía más conocida, pero el éxito de ‘No me conoces’ y el que posiblemente obtendrá ‘Ahora pregunta por mí’ da a entender que DUDI empieza a escalar en serio.
Calavera es el proyecto de indie-pop del zaragozano Alex Ortega, del que os hablamos el año pasado con motivo de su single ‘Secretos’. Corría el año 2012 cuando Amaral señalaban, en nuestras páginas, a Ortega entre las posibles revelaciones nacionales del año con razón de su anterior proyecto, Limnopolar, y unos años después nacería oficialmente Calavera con el lanzamiento de un primer EP llamado ‘Quebranta’. ‘Exposición’, el primer álbum de Calavera, vería la luz en el año 2017 en el sello Mont Ventoux, conocido por editar trabajos de Marem Ladson, Elle Belga o Yana Zafiro.
El segundo disco de Calavera llega el próximo 9 de abril y el último single, ‘Ámbar’, que has podido escuchar este viernes en nuestra playlist de novedades, es precisamente esa colaboración con Eva Amaral que iba a llegar tarde o temprano. Pero el toque de Amaral va más allá incluso de que Eva cante la canción a dueto con Alex: es ella quien se encarga de entonar, en esta composición de indie-pop con guitarras psicodélicas a lo Tame Impala, una transición melódica que remite a la melodía de ‘Te necesito’, el hit de ‘Estrella de mar’, disco que acaba de cumplir 16 años. A propósito o no, el vínculo es evidente.
Algo parecido cuenta Ortega sobre ‘Ámbar’, señalando también la querencia clásica de las melodías de Amaral: “Ámbar” es la primera canción que hice de todas las de este disco. Desde que la compuse, noté que tanto en la melodía como en la sucesión de acordes, había partes que me llevaban directamente a pensar en la música de Amaral. Que tenía esa esencia clásica del pop español del que tan buen uso han sabido hacer Eva y Juan. Así que casi por impulso, sin pensarlo demasiado, teniendo apenas un borrador, lancé la propuesta. Fue increíble recibir un “sí” de vuelta. Luego vino lo que todos ya sabemos y mil y un impedimentos, que felizmente hemos conseguido sortear para poder hacer realidad esta colaboración, de la que nunca seré lo suficientemente consciente, ni estaré lo suficientemente agradecido».
‘Ámbar’ narra un paseo borroso por la ciudad debido a una ruptura. Toca especialmente la patata ese pasaje desesperanzado en el que Calavera y Amaral cantan «y es que prefiero recordarte así / como una luz en las oscuridad / cuando sabía dirigirme a ti», pero no falta en la canción cierto sentido del humor cuando Calavera entona: «Y aunque no mire ya en el Google Maps / sigo perdiéndome en la ciudad / si ya no tengo a dónde ir.
Sen Senra ha publicado este viernes su esperado EP ‘Corazón cromado‘, el cual incluye todos sus singles recientes a excepción de ‘Nada y nadie’, una de las mejores canciones de 2020… ¿quizá porque se la guarda para un proyecto más importante? El mini álbum de 8 canciones arranca con la maravillosa ‘Perfecto’, termina con una balada acústica marca de la casa, sorprende con el grower de ‘Tumbado en el jardín viendo amanecer’ y cuenta entre lo mejor sendas colaboraciones con Feid y C. Tangana. En definitiva, es un merecido Disco Recomendado y también nuestro Disco de la Semana.
‘Wu Wu’ con Feid es la primera colaboración de ‘Corazón cromado’ que se daba a conocer, en concreto el pasado mes diciembre. El tema se ha convertido en otro mini hit para Sen Senra al sumar 2.300.000 de reproducciones en Spotify, en la media de lo que suelen registrar sus singles en solitario. El colombiano Feid es conocido por su macrohit ‘PORFA‘ con Justin Quiles y suena en su salsa en esta melancólica producción de R&B-pop con guitarras eléctricas que es 100% Sen Senra del primer segundo al último.
En primer lugar, ¿qué demonios significa «wu wu»? Una posible explicación es que el título es una variación de la secuencia de caracteres «uwu«, que según el Observatorio de Palabras de la RAE es «un emoticono que se emplea para expresar felicidad o ternura». O puede que sea completamente inventado. La chica que tiene encandilados a Sen Senra y a Feid en ‘Wu Wu’ tiene «todo el wu-wu-wu», ellos expresan que «quieren ese wu-wu-wu». Si en este punto estás pensando en el «dulce cu» de Homer Simpson no te preocupes: no eres el único.
En ‘Wu Wu’, Sen Senra expresa su encanto hacia una mujer en términos casi místicos: «Se cae la noche, nos encontramos / y la conexión parece ficción / en un segundo pusiste un hechizo / sobre mi mundo y su percepción». Feid, por su parte, va más lejos al emplear iconografía explícitamente religiosa: «Tus besos son los que me dan la luz / pero cuando tú no estás siento que cargo una cruz / ¿Por qué te ruego si no eres Jesús?» No se puede hablar exactamente de química entre ambos cuando se les supone enfrentados, pero esta delicada producción de R&B les sienta como un guante. Y Cristian no deja de agregar cierto sabor español o latino, con el sonido a bolero del puente.
Y enfrentados aparecen Sen Senra y Feid también en el videoclip de ‘Wu Wu’, en el que interpretan a dos peleles al merced de una joven de peinado extravagante que les practica vudú a través de sendos conejitos de peluche. Eso sí, en versión informatizada.
El tercer episodio de «Revelación o Timo», el podcast de JENESAISPOP, está dedicado a los conciertos. Sebas y Claudio recuerdan los mejores conciertos de su vida (también los peores) y hablan de la experiencia de la música en vivo como forma sublime de nuestra relación con la música… ¿o están los conciertos en realidad un poco sobrevalorados? Orden del día:
-El concierto como ceremonia: ¿es el fin último de la música?
-Viajar para ver grandes conciertos en otros países: Kylie, Madonna, Katy Perry…
-La gente que habla en los conciertos (este es el reportaje al que aludimos).
-Comprar entradas en una cola virtual.
-Cuántas veces ver la misma gira.
-Qué conciertos te han encandilado aunque no fueras fan.
-El concierto que más ansías ver después de la pandemia.
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Karol G no llega a su nuevo disco ‘KG0516’ de cualquier manera, sino con una de las mayores colecciones de hits del último año. Este álbum nos viene con temática aeroportuaria quizá porque la cantante colombiana ha volado muy alto durante los últimos tiempos. Aquí reúne ‘Tusa’ con Nicki Minaj, que acaba de sobrepasar los 1.000 millones de streamings en Spotify; ‘Ay, DiOs mío!‘, que se publicaba el año pasado y desde entonces se ha convertido también en un hit internacional con cifras espectaculares; ‘Location‘, ese guiño country un tanto kitsch y pasado de rosca (parece producido por Avicii) en el que rendía homenaje a la vez a Madonna y Lady Gaga; la genial ‘Bichota’, y ahora el nuevo single ‘El Makinon’ junto a Mariah Angeliq.
Esta última es un tanto formulaica, así que detengámonos en ‘Bichota’, pues es una de las cosas más locas que puedes escuchar estos días en las listas. Karol G se empodera feminizando a los «bichotes», pues ella «se siente bichota sin salir del bloque»; se ríe de los que follan mal («Tú pa darme like en el Insta eres veloz / Pero se rumorea por ahí que eres precoz»); y crea un estribillo divertido («roncan, pero no pueden con mi pum-pum») y desafiante («todos me quieren partir y no tienen con qué»), cuando no desconcertante: ¿dice «porque puede ser que con el culo mío te topes» o «porque puede ser que con el culo no te topes»? La rima de «commentary» con «fuera de lugar y», ya si eso.
A esta ristra Karol G suma otra serie de grabaciones en las que aparece sola o acompañada, con mejor y peor suerte. Camilo, muy crecido tras publicar un disco casi de cantautor, y con una canción tan pizpireta como ‘Ropa cara’, aporta gracia en ‘Contigo voy a muerte’; mientras a continuación ‘DVD’, sin featuring, tiene toda la melancolía que necesita una buena canción de amor, casi a modo de resaca de la producción a que sucede. Por el contrario, ‘Beautiful Boy’ con Ludacris y Emilee está entre las decepciones, pues la referencia ahí para Karol G parecen más Black Eyed Peas que el homenajeado Ben E. King.
Tampoco funciona del todo la traca final a modo de ‘Leyendas’ con ciento y la madre como featuring. Están Wisin & Yandel, Nicky Jam, Ivy Queen, Zion y Alberto Stylee, y uno esperaba un macrohit del tamaño de ‘China’, pero lo que encontramos es un regular remedo de ‘Safaera’ en el que aparece hasta una recreación de ‘Sweet Dreams’ de Eurythmics. Algo demasiado sobado ya.
Una de las canciones de este disco se llama ‘Sola es mejor’ y aunque paradójicamente es una de las que sí contienen featurings para acentuar el despecho de ella y de ellos, sirve para hacernos sopesar qué aportan tal cantidad de artistas invitados, pues muchas de las mejores canciones son las que Karol G canta de hecho «sola», como la misma ‘Bichota’. Por cada dúo que funciona (‘Odisea’ con Ozuna) encontramos una decepción (‘Gato malo’ con Nathy Peluso). Las letras de Karol G deambulan constantemente entre la libertad (el corrido ‘200 copas’) y el amor ultra posesivo, que aparece una y otra vez desde la inicial ‘Déjalos que miren’. Quizá cuando prevalezca una idea concreta, estaremos ante el primer gran disco de la que es una de las cantantes más relevantes del pop actual internacional.
The Weeknd lanzará una canción nueva este sábado 3 de abril según informa en Twitter la plataforma digital Nifty Gateaway, que no solo cuenta con tic de verificación sino que además es seguida en la mencionada red social por artistas como Calvin Harris, Grimes o Diplo o por celebrities como Paris Hilton. Hoy mismo cabe esperar nueva música de Calvin Harris relacionada con su proyecto audiovisual en NFT, ‘TECHNOFISH’, que el productor británico ha creado en colaboración con el director Emil Nava.
¿Una canción nueva de The Weeknd esta semana cuando el artista canadiense sigue arrasando con ‘Blinding Lights’ (número 11 en el chart global de Spotify) y ‘Save Your Tears‘ (número 6) a día de hoy? ¿Qué puede publicar Abel Tesfaye un triste sábado, en plena Semana Santa? Como Calvin, el autor de ‘After Hours‘ se apunta a la moda de los NFT o «non fungible tokens», en palabras de Beat Night MX «un tipo especial de token criptográfico que representa algo único y por lo que no puede ser intercambiado». El portal continúa: «En pocas palabras, los archivos musicales digitales NFT permitirán a los artistas controlar el número de copias que se venden, a quien se venden, en dónde están y quién es el propietario».
Lejos de ser un rumor infundado, el propio The Weeknd confirmaba el pasado viernes 26 de febrero que publicaría una canción nueva «pronto», que «vivirá en el espacio NFT». A todas luces un experimento por el que el artista probablemente no arriesgará a estrenar un nuevo ‘Blinding Lights’, es decir, un posible hitazo histórico. ¿O sí? ¿Recordáis cuando ‘Blinding Lights’ parecía un «branded content» de Mercedes? ¿Nos esperará más bien un remix de ‘Save Your Tears’, como los ha habido de ‘Blinding Lights’ e ‘In Your Eyes’? ¿Quizá un descarte de su último disco?