‘Rated R’ en la carrera de Rihanna, ‘reputation‘ en la carrera de Taylor Swift, ‘Witness‘ en la carrera de Katy Perry, ‘ARTPOP’ en la carrera de Lady Gaga… Todos ellos fueron discos polémicos para artistas que venían de grandes éxitos comerciales, editados en general en medio de un bache en lo personal o inmediatamente después. Podías amarlos u odiarlos, pero todos generaron interesantes debates, entreteniendo en el peor de los casos a los seguidores de la cultura pop. Escuchado ‘Changes’, el regreso de Justin Bieber casi 5 años después del pelotazo dado con el excelente ‘Purpose’, uno desearía que fuera un disco así. El artista está narrando su lucha contra las drogas en una serie documental por capítulos llamada ‘Seasons’, pero este álbum no es el recorrido por ese calvario. No es un disco con aristas, afilado ni turbio. Al contrario, editado no por casualidad justo el Día de San Valentín, representa la meta. La llegada a la felicidad del cantante, culminada por su matrimonio con Hailey Baldwin en 2018, ahora Hailey Bieber.
De esta manera, todo el disco es una entrega absoluta al amor conyugal, dejando atrás la etapa egocéntrica del cantante. «Nunca pensé que pudiera ser fiel / a alguien que no fuera yo mismo», indica en la primera pista ‘All Around Me’. «Dime que soy el número 1 de tus cosas que hacer», suplica en ‘Available’, en la que claramente se ofrece. «¿Podrías estar aquí para siempre, siempre, siempre?», se pregunta en ‘Forever’ junto a Post Malone, empezando ya a resultar muy cansino hacia la mitad de la secuencia del álbum, que se extiende hasta las 16 pistas, sumando al amor por Hailey su conocido encuentro con Dios. En ‘Changes’, después de repetir decenas de veces cuánto ha «cambiado», concluye: «La gente cambia, las circunstancias cambian, pero Dios sigue siendo el mismo».
Paradójicamente, el álbum llamado ‘Changes’ agradecería una mayor variedad y un «cambio» más visible en su carrera. Sobre todo cuando llevamos tanto tiempo esperando por él. Bieber puede ser ahora una persona mejor, más preocupada por los demás como quiere mostrar en el vídeo supuestamente altruista de ‘Intentions’, pero apoyado de nuevo en Poobear, ‘Changes’ no ofrece novedad alguna en lo sonoro. Las producciones resultan estilizadas y elegantes en ‘Come Around Me’ o ‘Available’, pero allí donde colegas como Post Malone (que colabora en ‘Forever’) y The Weeknd han sorprendido con giros estilísticos como ‘Circles’ y ‘Starboy’, Justin Bieber se ha dormido en los laureles.
El resultado es un álbum actual pero no rupturista, cohesivo pero repetitivo, correcto pero monótono. Las canciones son cortas y la secuencia nunca se hace pesada, pero las pistas se suceden sin dejar una enorme huella. ‘All Around Me’ parece una canción de The xx que va a explotar en una producción más bien de Jamie xx, pero se da por concluida antes de que suceda. Cuando llega ‘Second Emotion’ con Travis Scott te parece estar escuchando de nuevo ‘Intentions’ o ‘Yummy‘, un tema que suena a ‘Hotline Bling’ con años de retraso, y haciéndonos pensar que el carácter «trendsetter» que tuvo ‘Sorry’ fue un espejismo.
Cumplen Kehlani en el obligado dúo sexy de ‘Get Me’ y muy especialmente Lil Dicky, que añade un poco de gracia en la burbujeante ‘Running Over’, pero la entrega final del disco a lo acústico resulta hasta extraña. Incluir guitarras acústicas en el último tramo de una secuencia es un truco muy respetable y clásico, incluso podemos hablar del bonito riff que manda en ‘That’s What Love Is’, pero la producción nunca deja de parecer la versión reducida de algo más grande que no ha ocurrido. La grabación acústica hecha para Radio 1 de un hit que no ha sido. Dicen que la felicidad no da lugar a tan buena música como un buen drama. O igual habría bastado con llamar a BloodPop para echarle a estas canciones correctas algo de sal y pimienta.
Maluma, que el año pasado triunfaba con la edición de su disco, ‘11:11‘, situado por ejemplo entre los más escuchados en España en todo 2019, vuelve a sumar enemigos. Si intentaba quitarse de encima su fama de entonar letras machistas con una canción de empoderamiento para la mujer llamada nada menos que «Hijo de PUTA», con su mensaje dejado en redes para negar su posible homosexualidad, sobre la que se lleva rumoreando tiempo, le ha vuelto a salir el tiro por la culata.
En las imágenes se ve al artista indicando: «La gente es muy estúpida, ¿no? O sea, ¿cómo, por qué dicen que soy gay? Si fuera gay, ya lo hubiera dicho». Después, añade: «El que dijo que yo soy gay, que me preste a la novia un momentico para ver qué tan gay… ¡Ay hombre, lo que me hacen reír!».
Las declaraciones han sido polémicas pues parecen presumir que ser gay es algo negativo, algo que seguro que no comparte su amiga Madonna; y en segundo lugar, vuelven a tratar a la mujer como mero objeto, en este caso al servicio de su heterosexualidad.
Maluma respondió por primera vez a todos los comentarios que dicen que es Gay:
“El que dijo que soy gay, que me preste a su novia para ver qué tan gay soy". pic.twitter.com/Y5Q57FqEZn
"Prestada" por tu pareja para que Maluma le demuestre a él, vejándote a ti, que es un verdadero hombre. Vosotros, solucionad lo vuestro. Tienes que vengar que te han llamado gay, claro que sí. Lo entendemos, hombre vulnerado. ¿Cómo no vamos a entenderlo? HipótesisMaluManíacas https://t.co/BMZKxE0Rml
7.000 personas en el concierto de Iván Ferreiro y Zahara, 5.000 personas en el de Miss Caffeina y Varry Brava… ¿Se pondrán de moda las giras conjuntas de los artistas nacionales? Porque al éxito de estas cifras de asistencia, récord de convocatoria para algunos de ellos en Madrid, hay que sumar el desafío de haber logrado desplazar al público al IFEMA para ver un espectáculo. Ese público al que tanto le cuesta abandonar el centro de la ciudad una noche de fin de semana. Miss Caffeina y Varry Brava lo lograron para esa gira conjunta llamada ‘Dancetería’ (con tilde, sí) en la que, inspirados por el mítico club neoyorquino de finales de los 70 y principios de los 80, querían explorar la idea de ser uno mismo. Fotos: Víctor Moreno.
Vimos en las entrevistas promocionales a Alberto Jiménez, líder de Miss Caffeina -«MissCa» para los amigos-, ligeramente traumatizado porque su colega Zahara se le había adelantado con la idea de hacer un concierto en el IFEMA con un artista o grupo amigo. Pero es como si se hubiera pasado por ‘Contrapunto’ para tomar nota de sus pequeños «defectos» para ofrecer una versión mejor. Dancetería no se excedió en duración, ni en baladas, ni en colaboraciones ajenas hasta el punto de que no hubo invitado alguno. Al contrario, fue un «hit after hit» de las dos bandas protagonistas, que comenzaba con ‘Oh! Sana’ de Miss Caffeina. Y hay que recalcar lo acertado de ese primer minuto de concierto. La canción era de Miss Caffeina pero eran Varry Brava quienes estaban sobre el escenario. Oculto tras sus gafas de sol, Óscar Ferrer pareció Alberto durante unos segundos, aunque juraría que era Alberto quien lanzaba la primera frase del show entre bambalinas.
La confusión fue un divertimento, pero de lo que no cupo duda era de que cada grupo iba a ofrecer únicamente lo mejor en su haber. Varry Brava continuaron con hitazos como ‘Sonia y Selena’ y ‘Playa’. Tras cuatro canciones Miss Caffeina devolvieron el favor de la versión interpretando ‘Chicas’ y luego ‘La fiesta nacional’, ‘Venimos’, un himno que no hace sino crecer con el paso de los años, o ‘Reina’, que pese a ser balada en este caso era cita obligada.
‘No gires’ y ‘Calor’ por parte de unos; ’Prende’, ‘Merlí’ y ’Ácido’, por parte de los otros, no dejaron tregua. No fue el reggaetón de Varry llamado ‘Loco’ precisamente el tema más celebrado, pero finalmente, y tras varios cambios de vestuario, a cual más gracioso que el anterior -del look dandy con piratas de Alberto a las mallas estampadas de Óscar- se dejaron caer varios dúos: ‘Mira cómo vuelo’, ‘La ruta del amor’, la bien traída versión de ‘Será porque te amo’, ‘Cola de pez’ con Óscar haciendo las veces de Mena y La Casa Azul y, como colofón, ‘Dancetería’. Podía ser una canción creada ad hoc para la gira a correprisa, pero el público la recibe cual hit. Como tantas otras. Un after party abierto hasta la madrugada en algún lugar cercano habría dado un mejor sentido a la idea de partida, pero Miss Caffeina es muy obvio que están en estado de gracia, el que puede ser el mejor momento de su carrera, y Varry Brava, en principio con algo menos de fans, han sabido aprovecharse de la situación para darse a conocer a más gente. 8. ‘Dancetería’ llega este sábado 22 de febrero a Barcelona (entradas aquí) y el 7 de marzo a Murcia (entradas aquí).
Cineplexx, el longevo proyecto de Sebastian Litmanovich, publicaba el año pasado un disco tan destacable como ‘Solo olas‘ que quizá por llegar en los últimos meses de 2019 ha pasado algo desapercibido. Así que es un placer que su promoción se extienda durante estas primeras semanas de 2020 para seguir exprimiendo la valía de temazos como ‘Orilla’, que ya destacábamos como una de las pistas fundamentales de dicho álbum. Foto: Alfredo Arias.
Se trata de la pista con Soleá Morente, que aportaba un curioso toque flamenco a una canción dominada por los ritmos italodisco. Hoy JENESAISPOP tiene el placer de estrenar este vídeo, en el que destaca el toque ochentero -en sintonía con su producción- sobre todo de la segunda mitad, desde que aparece Soleá. Aquí entre CC Catch, Olivia Newton-John y Belinda Carlisle, parece encontrar la felicidad a través de un walkman. Es la segunda parte de una trilogía de videoclips de este nuevo disco.
Así nos lo explican los directores del vídeo Juan Francisco Miguel y Martín Milone, de Doctor Cerebrus: «Después de realizar el videoclip de ‘Hey’ sentíamos que todavía teníamos mucho que contar. El disco ‘Solo Olas’ tiene muchos matices que nos permiten jugar a nivel visual. En todo el disco la nostalgia juega un papel fundamental y quisimos explorar este camino. La idea de construir una historia de amor imposible y cómo el protagonista solo es capaz de expresarse a través de la música encajaba muy bien con lo que Sebastián tenía en la cabeza. Colaborar con Soledad Morente fue una auténtica gozada, desde el principio la idea le encantó y se animó a participar de esta historia de amor a través de la música de Cineplexx».
Este pasado viernes se editaba ‘Hola’, nuevo disco de Single, el dúo formado por Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin hace tres lustros, tras la disolución de uno de los nombres fundamentales del pop independiente de los 90, Le Mans. «Sólo» por su magnífica trayectoria, que en JENESAISPOP hemos seguido desde el princi-‘Pío Pío’ y tanto nos ha marcado, es nuestro «Disco de la Semana». Máxime por la larga espera que ha supuesto porque, al margen de un par de colaboraciones puntuales con sus amigos Hidrogenesse, se trata de su primera referencia desde que en 2015 lanzaran ‘Rea del ritmo’, epílogo de ‘Rea‘ (2014). [Foto: Lourdes Cabrera.]
Y, si aquel disco se instalaba en los sonidos jamaicanos más genuinos, este nuevo trabajo –como siempre con portada de Javier Aramburu y, también como siempre, publicado en Elefant Records– se sitúa en una tesitura estética muy distinta. Una en la que aquel espíritu bailable (salvo que hablemos de bailar agarrados, que de eso sí hay) deja paso a ambientes reposados y eminentemente acústicos, que inmediatamente nos remiten a su proyecto anterior. Sobre ello hemos charlado vía mail –por preferencia de ellos, en esta ocasión– con ambos, Teresa e Ibon, sobre la motivación (o la ausencia de) para hacer un nuevo disco después de cinco años, el por qué de su nueva deriva acústica, el componente onírico vs cotidiano en las letras, las colaboraciones de Antonio Galvañ (Parade) y Genís Segarra (Hidrogenesse), la novedad de Ibon arrancándose a cantar… y mucho más, hasta culminar en la sorpresa de un nuevo proyecto, aun secreto, que promete que no tardaremos tanto en saber de ellos como la última vez.
Han pasado seis años desde ‘Rea’, cinco desde ‘Rea del ritmo’. ¿Cuál es vuestro acicate para hacer un disco nuevo? ¿En qué momento decís “ahora, vamos a hacerlo”?
(Teresa) Han pasado unos cuantos años, sí. La verdad es que cuando acabamos un disco normalmente lo que nos pide el cuerpo es descansar de discos y en este caso pasó más. Lo cierto es que Ibon ya tenía unas cuantas canciones que son parte de este disco al poco de terminar ‘Rea del ritmo’ y fui yo quien estaba con ganas de no hacer nada, lo que estuvo muy bien porque así Ibon se dedicó a ‘Foto aérea‘. Y en cuanto al darse cuenta de cuándo llega el momento de ponerse con un disco, creo que el impulso llega cuando ves que ya tienes un número suficiente de ideas y canciones.
Pese a que cuenta con cuidadísimos arreglos, mi impresión es que, más que con ‘Rea’, ‘Hola’ conecta más con la atmósfera de intimidad de ‘Anexo’. No sé si en cierto modo os rondaba en la cabeza ese formato… ¿La premisa de partida era hacer un disco de guitarra y voz? ¿Buscabais un sonido más orgánico?
(Ibon) Siempre que terminamos un disco salimos despedidos en dirección contraria, quizá por saturación. Y después de «Rea» nos pasó exactamente eso. Era un disco muy electrónico y lleno de arreglos que nos encanta, pero queríamos que lo siguiente fuera más tranquilo y austero. Y las canciones que nos estaban saliendo parecían pedir eso.
«Single lo empezamos con idea de hacer música más rítmica y ligera, pero ¡han pasado muchos años desde que empezamos!»
Más que las rítmicas clásicas de vals o boleros, que ya habíais empleado, llama la atención que hayáis renunciado del todo a hacer algo bailable, una idea que desde el inicio de Single iba un poco adherida a vosotros. ¿Es un reflejo del tipo de música que os motiva escuchar ahora?
(Teresa) Pues es totalmente cierto. Single lo empezamos con idea de hacer música más rítmica y ligera, pero ¡han pasado muchos años desde que empezamos! En ‘Hola’ quisimos hacer un disco sin bases rítmicas. Hay alguna caja de ritmos por ahí, pero en general las canciones se sostienen solo en acordes de guitarra, y casi en el aire. Como dice Ibon, creo que la razón de que esta vez nos apeteciera así es por contraste con ‘Rea’ y ‘Rea del ritmo’.
También se percibe en los arreglos, y se citan un par en la nota de prensa, cierta atmósfera de musical clásico. La obertura ‘Hola’, haciendo un guiño a cada tema a modo de intro, es también una referencia clara. ¿Os han empezado a interesar ese tipo de obras en particular? ¿Cuáles han sido una mayor influencia para vosotros en este disco?
(Ibon) Algunos musicales han sido un verdadero descubrimiento. Uno que nos encanta es ‘Una habitación en la ciudad’ de Jacques Demy, que está lleno de ideas muy, muy locas. Otro es ‘West Side Story’, que tiene las canciones más bonitas que hemos oído en un musical. La idea de abrir con una obertura vino directamente de ese tipo de películas. También nos tira cada vez más la zarzuela.
En ese sentido, me parece bastante evidente la conexión con ‘Foto aérea’, el último disco en solitario de Ibon. En cierto modo, es casi como una extensión cantada de lo que musicalmente se incluía allí, con referencias de folclor europeo y mediterráneo, ¿no?
(Teresa) Coincido completamente. También veo este disco como una especie de prolongación de ‘Foto aérea’, aunque en este caso vocal y con sus letras.
‘El roce’ es una canción preciosa, muy delicada, que sin embargo no es especialmente inmediata. En ese sentido, me parece una buena presentación para ‘Hola’. ¿Diríais que ese es un poco el espíritu del disco?
(Ibon) ¡Nosotros creíamos que ‘El roce‘ sí era muy inmediata! Pero luego ya vimos que no tanto. Puede ser que el tono general del disco sea ese, canciones que van entrando poco a poco, que requieren su tiempo. Que igual en estos tiempos es una cosa un poco anacrónica.
¿Es un poco también una postura opuesta a cómo se entiende el pop contemporáneo, en el que se impone el consumo rápido y pasar a lo siguiente con urgencia?
(Teresa) Los discos no los hacemos con el ánimo de vender ni de encajar, pero tampoco creo que esto de permitirnos hacer canciones no inmediatas sea una postura frente a lo que se lleva. Nos permitimos hacer canciones sin estribillo, cuando lo que nos apetece es hacerlo así. Sin más.
«(Sobre la colaboración vocal de Javier Aramburu) En realidad se le ocurrió a él. (…) Creo que a nosotros jamás se nos hubiera ocurrido plantearle nada semejante»
¿Cómo se os ocurrió la idea de contar con la voz de Javier (Aramburu, autor de sus portadas y ex-Family) en ‘Un roce al paso’?
(Ibon) En realidad se le ocurrió a él. Cuando oyó la canción, se acordó del poema de Cernuda y se dio cuenta de que encajaba perfectamente a partir del momento en que Teresa dice: «…textos bonitos». Nos lo propuso y a nosotros nos pareció estupendo.
¿Se resistió mucho? Me imagino que, después de tantos años, le sería algo raro ponerse otra vez delante de un micro y que se le escuchara en público… ¿Ha quedado contento con el resultado?
(Teresa) Es que le parecía una especie de milagro que el poema ‘Un roce al paso’ encajara tan perfectamente en esa parte de la canción. Creo que a nosotros jamás se nos hubiera ocurrido plantearle nada semejante. Pero el caso es que lo hizo y quedó precioso. Y creo que él también está contento.
‘El sueño’ se ha convertido en una de mis favoritas casi de inmediato, es una preciosidad. ¿Cómo nace esta canción?
(Ibon) Teresa quería que esta canción tuviera algo de ensoñación y fantasía, como esas leyendas que hablan de monstruos marinos y sirenas… La letra está un poco inspirada en ‘Rapture’, una canción de Judy Henske y Jerry Yester. Está en ‘Farewell Aldebaran’, que es un disco que adoramos. Son diez canciones muy distintas entre sí, cada una de ellas un pequeño mundo. Recuerdo que en la época en que hicimos ‘Pío Pío’ lo oíamos sin parar.
«Todavía oigo a Josetxo Anitua llamarme en sueños. De verdad»
Decís que esta canción os recuerda en especial a vuestra amiga Eva Solex, que lamentablemente nos dejó hace un par de años, y a la que dedicáis el disco completo. ¿Por qué os recuerda a ella?
(Ibon) Hay una frase en la canción que dice “con viejos amigos perdidos me fui”, y Eva era una gran amiga a la que perdimos justo cuando empezábamos a grabar el disco. Por eso está dedicado a ella, como ‘Monólogo interior‘ estuvo dedicado a Josetxo Anitua, otro viejo amigo al que también perdimos.
(Teresa) Y yo todavía le oigo llamarme en sueños. De verdad.
No solo en esta canción en particular, sino en todo el disco, me ha llamado mucho la atención el especial cuidado que habéis puesto en los coros, sobre todo masculinos, estableciendo un diálogo con la voz de Teresa. ¿Era un terreno que os apetecía explorar en particular?
(Ibon) Eso es porque yo he tardado mucho en decidirme a cantar, pero ahora que me he animado, es lo que más me motiva. Grabar una guitarra o un bajo no me resulta muy emocionante, porque más o menos ya sé cómo me va a salir. Pero con la voz sí me puedo llevar sorpresas (no siempre buenas). Es como cuando te compras un pedal de guitarra nuevo y quieres meterlo en todas las canciones, porque te suena nuevo y distinto.
No faltará quien por eso aluda a Le Mans al escuchar estas nuevas canciones. ¿Os pesaría un poco que alguien se quede en eso sin más, y se ignore la evolución en cuanto a arreglos, voces, letras, etcétera, que hay entre ambos proyectos?
(Teresa) ¡Tampoco nos pesaría mucho! Si escucha el disco, se lo pone y lo disfruta un poco, pues ya es perfecto. Hay una conexión evidente, claro. Pero como dices, también una distancia.
Donde sí veo quizá una conexión con esa etapa es en el costumbrismo de algunas letras, un poco “vainiqueras”, que se percibe en ‘Madrugada Belle Époque’ o ‘Marta, Quimi y yo’. No sé si lo habéis percibido también así…
(Ibon) Ese tipo de letras se asocian mucho a Le Mans, pero Teresa también ha hecho algunas así para Single, como ‘Posponías’ o ‘Mi primer viaje’. Es algo que nos viene de Vainica Doble, pero también de las canciones de Cole Porter y Gershwin. Hace poco nos acordábamos de cuánto nos influyó un disco de Julie London, ‘Home’, cuando hicimos ‘Entresemana’ de Le Mans. Y fue en gran parte por las letras, que tienen siempre un toque muy cotidiano.
En todo caso, en las letras se contraponen a menudo el plano tangible y el onírico, como en ‘El sueño’ o ‘Pegaso’, incluso el mitológico en ‘Hola, soy Dafne’. ¿Cuál diríais que es el nexo que las conecta a todas?
(Teresa) Pues no me había parado a pensarlo, pero diría que son letras sentimentales y que de una manera o de otra todas ellas hablan de amor. Incluso ‘Hola, soy Dafne’.
«Hay muchos hombres que valen la pena y de ellos habla ‘Canción para hombres grandes’»
También llama mucho la atención ‘Canción para hombres grandes’, que en realidad es una canción de amor para todos los hombres (buenos, me permito añadir). ¿Hay algo de ironía en ella o realmente pensáis que, en la situación actual, se aprecia poco a los hombres que valen la pena? Si es que quedan, claro.
(Teresa) ¡Qué va! Aunque tiene humor, ¡no es irónica! Hay muchos hombres que valen la pena y de ellos habla la canción, aunque Flannery O’Connor escribiera eso de «Un hombre bueno es difícil de encontrar». De repente me ha venido a la cabeza lo que dice Gal Costa en ‘Meu nome e Gal’: «Que ele não seja branco, não tenha cultura, de qualquer altura, eu amo igual».
En la grabación han participado con pianos Antonio Galvañ y Genís, después de que Teresa haya cantado en los últimos discos de Parade e Hidrogenesse. ¿Estáis cada vez más abiertos a trabajar con otros artistas? ¿O lo veis necesario también como reivindicación mutua entre músicos con los que compartís sensibilidad?
(Teresa) Creo que estas colaboraciones han ido sucediéndose de forma natural. No hay un plan de colaborar, simplemente pasa. Somos dos en Single, así que hay cosas para las que necesitamos ayuda. Y tenemos la suerte de poder contar con músicos que admiramos mucho, y con los que además conectamos. Aparte, para nosotros ha sido una alegría colaborar con Hidrogenesse, Parade y con Lidia Damunt. Un lujo. Y es que eso de que las canciones sean de otros te quita la responsabilidad y te deja con la parte más divertida, que es ¡el cante y el baile!
«Decidimos no hacer presentaciones del disco, porque tenemos otros planes musicales entre manos»
Por último, no habéis faltado a vuestro compromiso no escrito de incluir una versión en ‘Hola’. ¿Cómo llegáis hasta ‘A las seis’ de José y Manuel y por qué la elegisteis en particular? ¿Barajasteis otras ideas? ¿Os habéis planteado alguna vez reunirlas o incluso hacer un disco de versiones?
(Ibon) Nosotros conocimos ‘A las seis’ por Ana y Jaime, dos hermanos colombianos que la grabaron a finales de los años 60 en un LP precioso, ‘Es largo el camino’. De hecho a esta canción siempre la hemos llamado ‘Cuántos momentos’, que es como la titularon ellos. Pero Luis Calvo investigó un poco sobre la autoría, que no estaba muy clara, y nos dijo que era mejor llamarla por su título original. Fue una idea de última hora. Antes de eso habíamos pensado hacer una versión de Fairuz, la cantante libanesa, pero era demasiado difícil. En cuanto a un disco entero de versiones, no sé… ¡hemos grabado tantas ya! Otra idea que tuvimos después de ‘Rea’ fue hacer un disco entero de canciones de Rod McKuen, pero ahí se quedó.
¿Haréis presentaciones en directo para ‘Hola’? ¿Sería en formato dúo?
(Teresa) Pues cuando había que ponerse a ello decidimos no hacer presentaciones del disco, y es que tenemos otros planes musicales entre manos y tuvimos que elegir entre preparar el directo o lo otro. Y elegimos lo otro.
Una de las campanadas de cara a Eurovisión 2020 la daban los belgas Hooverphonic, que tanto nos conquistaran durante el cambio de siglo con canciones como ‘Eden’, ‘Mad About You’ o ‘Battersea’. La banda de Alex Callier, por la que ha pasado una buena colección de cantantes femeninas, siendo la última la jovencísima Luka Cruysberghs, presenta esta mañana finalmente su propuesta.
Se llama ‘Release Me’ y se trata de una canción que habla sobre la enfermedad del padre de Callier, que le condujo a la muerte. La producción de esta balada es elegante y cercana al sonido James Bond, con el punto justo de arreglos de cuerda, pero no suena especialmente impactante en la primera escucha como ha de suceder con una canción que compite en este certamen. Esperemos que tengan suerte, pero hay que recalcar que Bélgica no es «big five» y no tiene especialmente muy buena suerte para pasar a las finales (de los últimos 15 años solo han conseguido pasar 5), por lo que ‘Release Me’ podría quedarse en las semifinales cual Kate Ryan.
Como indican algunos de nuestros usuarios en el foro de Eurovisión, la canción necesitará de una gran puesta en escena para despuntar. ¿Lo tendrá en cuenta la veterana banda? Por lo pronto, el vídeo oficial se estrenará a lo largo del día de hoy.
GECA, la consultora de audiencias líder en España, ha dado a conocer durante un Seminario de Televisión los resultados de su estudio anual durante 2019. El estudio incluye datos interesantísimos, como el share de cada plataforma de vídeo bajo demanda. Como era de esperar, Netflix es líder en nuestro país con un 60% de suscriptores respecto al resto de plataformas, mientras Movistar+ llega al 43,6% y Amazon Prime le pisa los pies con un 42,6%. El 80% de los entrevistados concentra sus visionados entre las 21.00 y las 23.00 horas.
Se recalca que 11 de las 15 series más vistas han sido creadas y emitidas en la televisión lineal. Esa lista con las series más vistas está liderada por ‘Juego de Tronos’, con un 22,5% de suscriptores asegurando haber visto la serie, frente al 19,9% de ‘La casa de papel’, que es por mucha diferencia la serie nacional más vista, y ‘Anatomía de Grey’ con un 19,5%.
1.-Juego de Tronos
2.-La Casa de Papel
3.-Anatomía de Grey
4.-Black Mirror
5.-Vikingos
6.-The Good Doctor
7.-Arrow
8.-Breaking Bad
9.-Stranger Things
10.-The Walking Dead
11.-Agentes de S.H.I.E.L.D.
12.-Narcos
13.-Las chicas del cable
14.-Vis a Vis
15.-American Crime Story
Las series nacionales más vistas bajo demanda
1.-La Casa de Papel
2.-Las chicas del cable
3.-Vis a vis
4.-Elite
5.-Arde Madrid
6.-Paquita Salas
7.-La peste
8.-El embarcadero
9.-Estoy vivo
10.-Merlí
#AEDEMOTV2020, @ia_asociacion,Barómetro GECA OTT, Enrique García, DIRECTOR @GECAtv, "Catalogo como base del consumo. Ranking de 10 series más vistas. Las cinco primeras son series nacionales en este ranking, y cuatro series españoles han sido emitidas en tv tradicional." pic.twitter.com/U8AYII1QFl
Adele ha sido el personaje fundamental para la industria musical la pasada década. Sólo ella tiene no uno sino dos discos por encima de los 20 millones de copias. Hablamos, por supuesto, de ‘21‘ y ‘25‘. Hay ganas de que se produzca su regreso cinco años ya después del álbum que contenía ‘Hello’, ‘When We Were Young’ y la también exitosa ‘Send My Love (To Your New Lover’), e intuíamos que este llegaría este año. ¿Pero en qué momento? ¿A primeros de año como ’21’ o a finales como ’25’?
Si el mes pasado el mánager de Adele confirmaba que la cantante sacaría nueva música este 2020, ha sido la propia Adele la que en una boda ha dicho cuándo sale su nuevo disco. Será en septiembre según sale de su propia boca, siendo la frase exacta: «esperad mi disco en septiembre». Al margen de esta bonita forma de robar al foco en la boda de unos amigos, una simpática manera de decirle a la industria cuándo ha de temer un nuevo posible Tsunami comercial. En un audio rescatado por alguien se reconoce perfectamente su voz haciendo el anuncio ante el griterío generalizado. Después, se arranca con una versión a capella de ‘Rolling in the Deep’ como si nada.
Se desconoce con qué artistas ha trabajado Adele en su nuevo álbum, si bien sus declaraciones de que estará orientado hacia el drum’n’bass parecen claramente una broma. Adele se ha separado de su esposo Simon Konecki y se presupone que su próximo álbum, que por primera vez no estará titulado con su edad, tratará su divorcio, dado el carácter personal que siempre han tenido sus letras.
‘Casi tierra’ de Vicente Navarro ha sido uno de los mejores discos de 2019 y estamos seguros de que no va a ser un álbum que vaya a olvidar cualquiera que se haya acercado a él, gracias a la sensibilidad con la que ha vestido la canción de autor con el folclore más elegante y ciertos arreglos electrónicos o incluso urban. Tras un par de intentos infructuosos, me cito con el artista, muy serio y concentrado, y el responsable de su sello, El Tragaluz, en un bar de Lavapiés para hablar del proceso compositivo, de su futuro y de su carrera paralela como actor. El encuentro tiene lugar algo antes de Navidad (de ahí la referencia a un villancico), pero guardo esta entrevista hasta que se conocen una serie de fechas de presentación tras un par de actuaciones espaciadas. El artista ha anunciado los siguientes conciertos de momento:
29 de febrero: CCHSN de La Cabrera (La Cabrera, Madrid) – FIAS
04 de marzo: La Cuarta Pared (Madrid) – FIAS
14 de marzo: Corral de Comedias (Alcalá de Henares, Madrid) – FIAS
15 de marzo: Centro Cultural Paco Rabal (Madrid) – FIAS
26 de marzo: Sala FunClub (Sevilla)
27 de marzo: Velvet Club (Málaga)
28 de marzo: Boogaclub (Granada)
17 de abril: Heliogàbal (Barcelona)
¿Cómo te presentarías para la gente que aún no te conoce? ¿De dónde sale un disco como el que has hecho? Creo que has sido músico de Conservatorio pero además eres actor…
Estudié diez años flauta, piano y canto en el Conservatorio. Ha llevado 4 años hacer este disco, aunque también se podría decir que ha sido toda la vida, porque es como un recorrido. También estudié Arte Dramático, y una cosa ha influido en la otra. Es el resultado de todo lo que he hecho. La música clásica me ha influido un montón.
¿En qué sentido podemos percibir la música clásica en tu música?
Cuando escuchas mucha música clásica de pequeño, que es cuando más influyen las cosas, descubres armonías, no melodías como las que puedes hacer con una flauta travesera sola, que se te quedan. A la hora de componer tienes más facilidad para crear armonías perfectas: la quinta justa, que es la quinta primera… cosas así. Tiene más facilidad para trabajar eso. Hay un lirismo que se te queda también.
¿En qué canción del disco crees que se nota más la formación clásica? ¿O hay también canciones de 4 acordes y ya?
Hay canciones muy sencillas: ‘Las montañas’ son 2 acordes y ‘El puente’ son 4. Otras tienen un montón. También es como una decisión: hay canciones que piden ser más sencillas o cercanas, y eso no tiene que ser malo, como ‘En el río’, que es más cercana al pop por estructura. Y en otras te apetece más explorar. Depende del día y de adónde te lleve la canción al trabajarla. En ‘Las Montañas’, hay un momento del puente final con una voz que sube, sube, sube y luego cae en el estribillo. Eso lo veo muy clásico. ‘Un llanto’ tiene un momento Panchos en el que hay un montón de voces.
He detectado cierta dificultad para seleccionar con qué single te presentabas. Había como un vídeo de ‘Esternón’, pero luego dijiste que ‘Toro’ era la canción que mejor te representaba, y al final la que ha dado el pelotazo ha sido ‘En el río’.
La verdad es que no. Ha sido una manera de enfocarlo. Apostábamos por todas las canciones, algunas se veían más singles, pero dijimos «vamos a ir poco a poco»: el primer single no va a ser más importante que el tercero. Todas las canciones tienen su momento. Vamos a mostrar poco a poco todo lo que hay aquí para que la gente lo vaya escuchando.
Pero hoy en día tienes que destacar con una canción concreta, y la que lo logra es ‘En el río’.
Fue una sorpresa. Se planteó como tercer o cuarto single.
Como ‘Ironic’ y ‘Wonderwall’.
Fue como: «¡boom!».
Lo curioso es que hay 9 segundos de vacío nada más empezar. Eso es fatal para las playlists.
Sí nos dimos cuenta, pero fue una decisión. Alguien puede decir «no suena nada», «lo quito» o «qué leches pasa». Suenan las cigarras, que es una especie de camino con el que pasamos de la nada al disco. Para un videoclip teníamos una versión sin nada al principio. Luego nos dimos cuenta de que por las playlists había que hacer una intro separada para el disco, pero decidimos que no, que formaba parte de la canción.
Hay por tanto sonido de campo real, y me habéis mandado el CD con una espiga: hay un claro peso bucólico y folclórico, ¿verdad?
Sí, pero no es una estrategia sino una consecuencia de buscar lo que más me identificaba, lo que más honesto era.
Y ese poso urbano que hay por ejemplo en ‘Toro’, y del que habla la nota de prensa, ¿crees que lo va a detectar todo el mundo?
El estribillo es urbano, las estrofas son tremendamente líricas y tradicionales, sobre todo en las letras. Cuando llega el estribillo es un bombazo diferente, pero si la escuchas, todo lo que dice mantiene esa tradición.
¿En el resto del disco ese poso también está aunque no lo detectemos?
El poso urbano está sobre todo en ‘Toro’ y en un octavador para bajar la voz o un Autotune que metí. No nos encajaba más, si no hay un equilibrio perfecto no pasa nada. El disco tiró hacia un lugar, y era como guay, lo respetamos. Hablaba por sí mismo. La electrónica sí está todo el rato, pero el poso urbano no queríamos forzarlo. Soy un obseso del bombo, me molaba y está en la parte con orquesta también.
«Lo que me interesa de la música urbana es el bombo y de la española la letra y la guitarra»
Hablas en plural porque te refieres al productor.
Estábamos codo con codo, somos dos. Lo que yo proponía lo veía con (Eduardo) Figueroa, le dije que lo que me interesa de la música urbana es el bombo y de la española la letra y la guitarra. No era yo solo frente al ordenador.
Y lo ha mezclado Carlos Hernández que no es el de Los Planetas y yo casi la lío parda en la crítica…
Es otro Carlos Hernández también bastante cañero.
Que ha hecho cosas más comerciales, y de cantautor.
Yo flipé porque me lo recomendó Edu, llegué a su estudio y tenía 2 Grammys latinos, creo que trabajó con Shakira o algo así.
Hablando de los Grammy latinos, me parece que puedes encajar un poquito en Cadena Dial o en el Radio Olé de turno. ¿Qué te parece?
Hay temas abstractos y temas que pueden encajar más. Me gusta no saber qué va a ser lo siguiente. Estaría encantado de ir a los Grammy latinos, yo en ese sentido no voy a cambiar mi manera de trabajar la música.
¿Qué te parece Pablo Alborán? Me da que puedes gustar a parte de su público, por ejemplo.
De Pablo Alborán admiro su voz sobre todo, su manera de cantar.
‘Esternón’ es una canción que va sobre un documental checheno, ¿no?
Fue algo que surgió después. La compuse en otro momento en el extranjero. Luego vi que la canción podía conectar con lo que estaba pasando en Chechenia, con toda la masacre, y añadí subtítulos en ruso a la versión que tenía subida en mi canal de Youtube. Si podía servir de ayuda para hacer visible lo que se vive allí, perfecto, porque la canción habla del amor de un hombre hacia otro hombre.
No sé si eres de esos artistas a los que no les gusta diseccionar las letras.
A mí me encanta. Para mí es muy importante. Es difícil escribir las letras.
‘Los dientes’ pensé que hablaba de bullying y acoso escolar por la primera frase, pero de repente me llevó a la Guerra Civil, y leyendo que te gustaba Maria Arnal, que ha hecho un disco sobre eso…
Esa canción es la más antigua de todas, cuando la compuse fue como un vómito, pensando que tenía un antepasado en los años 30. No es necesariamente sobre la Guerra Civil sino sobre las guerras civiles, cuando dos pueblos se enfrentan entre sí y es un sufrimiento para los dos bandos. Supongo que por los maquis, tenía la imagen de un bosque y de esconderse detrás de un árbol para dispararse entre sí. Me obsesioné. A nivel lírico, hay palabras que se usan y transportan al oyente a un lugar. Y la palabra «compañeros» lleva a la gente a un lugar. Automáticamente es como un efecto rebote y por eso la gente conecta.
¿De qué letra estás más orgulloso?
‘Los dientes’, creo que es la mejor.
«A nivel lírico, hay palabras que se usan y transportan al oyente a un lugar. Y la palabra «compañeros» lleva a la gente a un lugar»
Hay un componente cinematográfico en tu música, ¿crees que puede tener que ver con haber estudiado arte dramático?
Soy un obseso de las bandas sonoras desde antes de estudiar Arte Dramático. Las coleccionaba como si fueran discos de pop o de rock. La imagen y la música están muy relacionadas. Al ser tan cinéfilo y haber estudiado Arte Dramático, eso está ahí. Y las bandas sonoras suelen ser clásicas, excepto cosas como ‘La red social’.
¿Sigues con tu carrera de actor?
Digamos que no la he abandonado pero me siento más cerca de la música. Sigo trabajando pero está en segundo plano. Nunca se sabe si va a aparecer un trabajo que no se pueda rechazar.
¿Has hecho sobre todo teatro?
Teatro y tele, el año pasado estaba en el CDN.
¿Algo de publicidad? ¿Saldrá algo en el futuro como el mítico anuncio de Christina Rosenvinge de los 80?
No va a salir nada… (sonríe) Bueno, tuve uno de móviles, hace tiempo. Con la publicidad tengo un amor/odio, según la marca no me interesa o no representa lo que haces. Entro en una contradicción.
«Solo un 9% de actores está trabajando, hay que recalcar la dureza de la misma profesión»
Como actor, ¿alguna opinión de las pelis de los Goya? La de Amenábar y «La trinchera» también hablan de la Guerra Civil. O sobre las series españolas, ahora que se exportan…
Lo primero que se tiene que recalcar es que solo un 9% de actores está trabajando, hay que recalcar la dureza de la misma profesión. Respecto al momento, estamos despertando desde hace unos años. Netflix, HBO, Movistar piensan en productos mundiales, por lo que buscan una calidad muy alta. ‘La Casa de Papel’, ‘Vis a vis’… son cosas que hay que tener en cuenta. Aun así, hay mucho paro y no me parece serio cómo se contrata a determinados actores.
Está el caso de Candela Peña, que se quejaba de la situación, ganando un Goya…
La gente olvida que no hay industria para tanta gente, todos los años salen un montón de actores y mucha gente no sabe lo duro que es levantarte a las 5 de la mañana, que te dé un ataque de alergia por un maquillaje, como me ha pasado… (risas)
Por otro lado como músico, se te abre un mundo. Hidrogenesse han dicho que se les ha abierto una fuente de ingresos al estar su música en series. No sé si te has planteado esto.
Yo espero que determinados productores o directores puedan ver eso, me encanta componer para audiovisual. Recuerdo cuando vi ‘Closer’ con la música de Damien Rice y la escena con Natalie Portman y estaba flipando.
Has dicho que llevas 4 años haciendo este disco, ¿cómo te planteas la siguiente tanda de composición? ¿Compones todo el rato o ahora mismo, no?
Tengo épocas. Cuando salió el disco me quedé vacío mes y medio, que no sabía qué hacer ni dónde meterme (risas). El disco salió en junio, pues un mes antes. Cuando pienso en lo siguiente, en cierta medida no siento presión. Ya veré dónde me lleva, veo muchísimos caminos abiertos, más folclore, o más urbano y electrónica. Mantener una línea más coherente… Me siento a piano o a la guitarra y voy viendo por dónde me sale.
¿Harías más colaboraciones, como la de Karmento en ‘El Luto’?
A mí lo que me gusta es que surja de manera orgánica, no buscarlo de una manera estratégica. Había un mánager y un amigo en común y ella venía de una especie de tierra cercana al sonido flamenco de alguna manera. Estuvimos hablando, y estaba encantada, estuvimos buscando qué voces hacer de manera tranquila. Cuando pienso en colaboraciones me vienen titulares, pero me tengo que sentar a tomar un café con esa persona para ver si funciona.
Si te sientas con Rosalía y no conectas, no.
¡Pero es que yo con Rosalía sí conectaría! (risas)
¿Te quedas con su faceta de ‘El mal querer‘ o la de los singles sueltos ‘Con altura’, ‘Yo x ti, tú x mí’…?
Con ‘El mal querer’, pero entiendo y respeto la otra faceta. Respeto muchísimo que un artista haga lo que le dé la gana.
En un momento pensé que tras ‘Toro’, siendo la más urban, te lanzarías por ahí en el futuro, pero veo que no.
Ahora mismo no. Me contuve: pensé que podía tener más éxito entre comillas por esa línea, pero tampoco forma tanto parte de mí. Mi madre escuchaba Lole y Manuel, mi tío tenía coplas, pero obviar mi influencia de Sufjan Stevens, Kanye West…
¿Tienes cosas hechas, un single suelto para 2020? Otro disco supongo que no, aún tienes que presentar este…
Un disco entero no lo veo ahora mismo. Estoy componiendo, tengo canciones creo que guays. A veces pienso en sacar un villancico como los de antes, pero ya para el año que viene. El estudio es duro, vale dinero… Más adelante.
¿Cómo va a ser lo de tocar en directo?
Va a ser en formato trío, va a haber una persona con la parte electrónica, un guitarrista con la parte folclórica tradicional y yo en la voz. Poco a poco iremos haciéndolo crecer, no en músicos, sino en visuales.
Por el tipo de música que haces, ¿te ves en formato súper reducido, teloneando a alguien en un sitio mucho más grande…?
Se trata de adaptarse e intentar potenciar los diferentes ángulos del disco. En un festi potenciaría la electrónica, en sala pequeña puedo hacer un acústico. Se puede llevar de lo más pequeño a lo más grande. Yo estoy dispuesto a todo.
¿Como público a qué festivales has ido?
He estado en BBK, en el Primavera, en el Cultura Inquieta donde Rosalía presentó el disco…
«Me gusta Vida Festival, me gusta la gente que selecciona lo que hace»
¿Dónde crees que pegas más?
Me gusta el Vida Festival, me parece interesante. Por el cartel. No porque me crea más que nada, pero me gusta la gente que selecciona lo que hace. O algo como Jardines del Botánico. Me gusta el término medio de parecer que voy a ser mainstream, pero de repente salir en el Teatro Real. El Sonar también mola.
¿Y en sitios como Sonorama te verías?
Representa la música en español guay. Es bonito conectar con un montón de gente.
Háblame de la edición física del disco.
Se hicieron 200 copias para prensa, gente interesada, para tenerlo yo… Está supercuidado todo. Luego está la reedición en CD y se hará en vinilo.
Recuerdo entrevistar a Bravo Fisher! y decirme «no hago vinilos porque me los voy a comer». Supongo que es difícil calcular.
No me importa comerme los discos, me escribe mucha gente preguntando por la edición, pero no sé si voy a vender, no cuento con ese dinero, pero creo que tiene que estar disponible, aparte de todo por el diseño que hay. La instrumental sí tiene letra en la versión CD, para ver de qué va tienes que mirar dentro. Y si no se vende ahora, igual se vende dentro de 3 años. Va a ser algo coherente con el tamaño del proyecto.
¿Spotify sirve para algo? ¿Da verdadera trascendencia al artista?
Sí, para mí ‘En el río’ fue la que explotó. Cuando escuchas una playlist tienes dos opciones: pasar a la siguiente o picar en el artista. La gente se puede interesar más. Y luego que aparezcas en China o Latinoamérica. Recibo mensajes de Chile o de México. Es una cosa mundial, aunque no dé pasta. No te sé decir, todavía no lo sé, sé que me escribe gente, y se genera un público. Sí que no podemos ir a México, me encantaría pero…
Parker escuchó grunge de adolescente, se obsesionó con ‘Amnesiac’ de Radiohead y solo a los 20 años se hizo colega de sus compañeros de banda y empezó a escuchar rock psicodélico. Entre las bandas que oía estaban The Doors, Colour Haze y Black Sabbath pero el disco que escogió para su cabecera de verdad fue ‘Disraeli Gears’ de Cream, como contaba hace años en The Guardian. Lo compró en una tienda y «le voló la cabeza» debido a su «sonido estruendoso y difuminado». El mayor éxito del disco y uno de los mayores éxitos de Cream es ‘Sunshine of Your Love’ y puede que en su vibración rockera no sientas especialmente a Tame Impala. Tampoco en la armónica de ‘Take It Back’ ni mucho menos en la tabernera ‘Mother’s Lament’, pero su esencia sí está en el giro de ‘Dance the Night Away’, casi pop y cantarín, después de un cúmulo de nervio; o en las baterías tan vivas y directas de ‘World of Pain’. En general, en el modo de hacer sonar los instrumentos y trabajar ciertas desestructuras.
Vanilla Fudge / Vanilla Fudge (1967)
Cuando Kevin Parker mandó unas ideas a Kanye West para samplear, estas incluyeron un sample de la banda de los 60 Vanilla Fudge, en concreto esa maravilla llamada ‘You Keep Me Hangin’ On’, así que no es de extrañar que aquel debut del grupo de rock psicodélico también agrade a los seguidores de Tame Impala. A veces se ha comparado a los australianos con los Beatles o con Beach Boys, pero parece mucho más adecuado hacerlo con su versión realmente alucinógena. El disco se abría con una versión de ’Ticket to Ride’ y se cerraba con una de ‘Eleanor Rigby’, destacando los viajes aventureros llenos de teclados y solos de guitarra que escuchamos a lo largo del camino. Por allí cupo hasta una adaptación de ‘Bang Bang’.
Pink Floyd / Meddle (1971)
Kevin Parker ha tenido que negar una y otra vez que Pink Floyd estén entre sus influencias, dejando el titular «Nunca en mi vida he puesto un disco de Pink Floyd». Curiosamente, los últimos Pink Floyd han dicho que Tame Impala SÍ están entre sus influencias, en concreto David Gilmour obviamente promocionando el reciente ‘The Endless River‘. Acorralado en otra entrevista dijo: «Me gusta Pink Floyd, pero no soporto mucho la era de Syd Barrett, a mis amigos les gusta pero yo nunca pude conectar con ese aspecto tan raro de su música, me sigue pareciendo extraño». Quizá con sus amigos pueda referirse a Jay Watson (POND), miembro de gira de Tame Impala desde el principio, pues lo cierto es que Tame Impala fueron vistos cierta vez versionando un fragmento de ‘Echoes’. Así que no me resisto a incluir en el listado el disco que la contenía, ‘Meddle’, que se abría con un instrumental, incluía un bello tema pastoral llamado ‘A Pillow of Winds’ y a su vez presentaba cierta intención pop en ‘San Tropez’, siendo considerado un disco de transición entre la primera etapa de Pink Floyd y la que desarrollarían en los años 70 después. Los 23 minutos de ‘Echoes’ ocupaban toda la cara B pasando por fases rock, ambient… manteniendo esa idea de «viaje» que tanto asociamos con Tame Impala.
Todd Rundgren / Something/Anything? (1972)
Kevin Parker solía citar ‘A Wizard, A True Star’ (1973) como una de sus principales influencias, pero prefiero recomendar el álbum de Todd Rundgren inmediatamente anterior, por su carácter pop, menos experimental y por el factor «cheesy», ese que Parker quiere abrazar cada vez con más fuerza. En canciones como ‘I Saw the Light’ o ‘It Wouldn’t Have Made Any Difference’ se percibe el espíritu del Brill Building (la primera está abiertamente influida por Carole King). Puede que resulte cursi, pero el disco estuvo influido por el uso de alucinógenos y el cannabis: en la primera emergen unas guitarras eléctricas chulísimas, y en la segunda unos arreglos puntuales psicodélicos. ‘It Takes Two to Tango’ juega con los cambios de ritmo, ‘Sweeter Memories’ con lo progresivo y la “Intro” de la cara B -magistralmente sampleada por Hot Chip- nos lleva a un delirio de instrumental llamado ‘Breathless’ sin precio. Todd Rundgren ha dado curiosamente su visto bueno a Tame Impala y -ojo- ha llegado a remezclarlos, en concreto ‘Elephant’.
Dungen / 4 (2008)
Tame Impala han ejercido una influencia considerable en nuevas bandas jóvenes, en España Baywaves o Rufus T. Firefly. Sin embargo, son muchos quienes llegaron antes que ellos, incluso en la misma década de los 2000. Entre aquellas bandas por las que Tame Impala han mostrado respecto y devoción están los suecos Dungen. En Instagram les reconocieron como «una inspiración», aparentemente llegaron a pedirles que les mezclaran un disco y han coincidido en el Primavera Sound de 2016. Tame Impala salían en grande en el cartel, pero Dungen llegaron primero: su álbum más popular, ‘Ta Det Lugnt’, data de 2004, aunque he preferido seleccionar ‘4’ porque ‘Fredag’ y ‘Det Tar Tid’ podrían haber sido canciones de un disco de Tame Impala… si Tame Impala hubieran tenido disco largo alguno en 2008.
La noticia habría sido que Billie Eilish, una de las reinas absolutas del streaming del momento, fracasa con ‘No Time to Die‘, pero los impresionantes números que está dejando la canción de la artista para la nueva película de la saga ‘James Bond’, a tan solo tres días de su lanzamiento, son más que dignos de comentar.
Vaya si lo son: en tan poco tiempo, ‘No Time to Die’ se ha colocado directamente en el número 1 del top global de Spotify. No del viral, sino del global, y con más de 7 millones de escuchas diarias supera ya por bastante las de ‘Dance Monkey’ de Tones & I. En Spotify, el tema es top 1 mundial y, en concreto, top 1 en Reino Unido y Países Bajos, top 2 en Estados Unidos, Canadá y Finlandia, top 3 en Noruega, Suecia y Dinamarca, top 5 en Australia, top 13 en Alemania… Está funcionando menos en Francia, donde es to 34; Brasil, donde es top 50, o España, donde es top 55, pero la acogida global está siendo estupenda y mucho tiene reducirse el «hype» de ‘James Bond’ para que la canción no entre en las primeras posiciones del mercado americano y del británico la semana que viene.
Sumándole las más de 20 millones de visualizaciones logradas por la canción en Youtube, el éxito de ‘No Time to Die’ parece asegurado a largo plazo sobre todo de cara al estreno de la mencionada película, que llega a los cines el próximo día 2 de abril. Pronto, nuestro veredicto de ‘No Time to Die’.
Es difícil empatizar con Taylor Swift en ‘Miss Americana’, el documental de Netflix que repasa los últimos años de su vida (NdE: sigue viva). En una escena lagrimea angustiada por no haber sido nominada a ningún Grammy importante por ‘reputation‘ (la artista cuenta ya con una decena de gramófonos), en otra cuenta que decide desaparecer del ojo público porque piensa que todo el mundo la odia después de su polémica con Kanye West y Kim Kardashian. En una de las escenas clave de la película a la artista le sale la adrenalina por los oídos cuando, acompañada de su madre y de su publicista, procede a publicar en Instagram el primer post político de su carrera a los 28 años. Es difícil empatizar con Taylor Swift porque su nivel de privilegio desde niña es tremendo y su fama posterior, absolutamente colosal, pero ‘Miss Americana’ sí consigue acercarnos un poco a la persona detrás de la máquina de hacer dinero que es esta artista.
Acostumbrada a los elogios desde niña, la primera parte de ‘Miss Americana’ dibuja a una prometedora estrella del country determinada por triunfar y con una seguridad en sí misma espectacular. En una entrevista que concedía a este medio, su colaborador Gary Lightbody de Snow Patrol lo llamaba «confianza americana» y solo a través de esta confianza puede Taylor componer, como es vista en la película, una canción tan mala como ‘ME!’ con tanta ilusión y esmero. Sin embargo, ‘Miss Americana’ narra que esta confianza empieza a agrietarse con la irrupción de Kanye en el escenario de los VMA de 2009: cuando el público abuchea al rapero por su mala educación, Taylor piensa, por primera vez en su vida, que la víctima de los gritos es ella. ¿Cómo gestiona la humillación pública -en este caso imaginada- una persona que solo ha aprendido a ganar? Primero (el día después, atendiendo a la prensa) diplomáticamente, después (con el asunto «I made that bitch famous»), con ganas de atacar.
Pero menudo «bluff» es ‘reputation’: el vídeo de ‘Look What You Made Me Do’ muestra que es capaz de reírse de sí misma como nadie, pero no así este disco-pataleta en el que Taylor nos intenta convencer de que es la mayor mártir del universo durante 55 minutos… Cuando Taylor descubre que no ha sido nominado a ningún Grammy reconoce que tiene que «hacer un disco mejor» y es difícil no darle la razón. Sin embargo, quizá sin este disco no existiría la Taylor política de hoy: ‘reputation’ representa el momento en que su inalcanzable nivel de privilegio toca techo, pero también el momento en que vemos a una Taylor que empieza a hacer autocrítica, y de eso va sobrado ‘Miss Americana’.
La mayor revelación de ‘Miss Americana’ es ver a Taylor reconocer que no ha tenido tiempo de madurar. A partir de ahí se entienden muchas cosas como su dificultad para encajar las malas críticas o que posicionarse políticamente cuando roza la treintena le produzca tremenda ansiedad. Sin embargo, hay que elogiar su interés por cambiar, evolucionar, por «desprogramar» actitudes o comportamientos del pasado con los que ya no está de acuerdo, como su «misoginia» (en palabras de ella) aprendida o su tendencia a pedir perdón demasiado o a asentir ante los ataques injustos (como el machismo de Kanye). ¿Algo que decir, Ed Sheeran? ¿Justin Bieber? Y aunque ‘Miss Americana’ no refleja a la estrella del pop más «relatable» que pueda venir a la mente por varias razones, sí muestra a una persona mucho más vulnerable de lo que parecía capaz de desarrollar un desorden alimenticio por culpa de ver demasiadas fotos de ella en la prensa, o que resiste como una campeona un mediático juicio por acoso sexual que afortunadamente termina a su favor.
Ante esta situaciones tan extremas y vividas en el ojo público uno solo puede alegrarse de que el mayor apoyo en la vida de Taylor, su madre, enferma de cáncer, esté presente en todo momento para aconsejarle o darle un abrazo como hace a lo largo del filme. Si cuesta entender a Taylor Swift, al menos ‘Miss Americana’ hace que lo sea mucho menos, y si el objetivo de la película era que el público reajustara su perspectiva ante esta artista que suscita tanto amor como odio, lo consigue. Lástima que la música no sea un poco mejor…
King Princess acaba de reeditar su álbum debut, ‘Cheap Queen‘, con una serie de canciones nuevas entre las que ha destacado la rockera ‘Ohio’. Parece un poco pronto para reeditar un disco publicado apenas unos meses, pero la llegada de este «reissue» ha coincidido con mi obsesión por una canción de este disco que ha rozado lo enfermizo.
‘Trust Nobody’ ha sido una de las pistas destacadas de ‘Cheap Queen’ desde el segundo cero. El disco no ha sido ninguna revelación y su sonido de piano-pop-soul con beats lo-fi y guitarras eléctricas no puede considerarse el más original del mundo. Sin embargo, está hecho con buen gusto y, sobre todo, los pilares de la música de Mikaela Strauss son absolutamente su seductora voz -que tanto ha enamorado a Fiona Apple o hecho magia con un clásico de Velvet & Nico- y unas melodías que pueden llegar a poner los pelos como escarpias. Es el caso de esta espectacular balada colocada en el tramo final del álbum, y ambientada en una fiesta llena de gente en la que Mikaela espera, impaciente, la llegada de su persona amada, sin hablar con nadie porque «no confía en nadie» más que en ella.
La artista sí se entretiene charlando con gente en la historia de esta composición, y con su habitual sentido del humor, relata: «Ellos piensan que soy mona y divertida, supongo que tienen razón, pero yo me vuelto tonta cuando empiezas a hablar» antes de anticipar: «nos vemos una noche más, y puede que me enamore de ti». La sensación de cosquilleo y adrenalina ante esta situación está reflejada en la instrumentación de ‘Trust Nobody’ y el cambio de acorde final, que da pie a la última sección de la canción, suena a la liberación de todas esas mariposas acumuladas en el estómago. Esos «she said «I’m getting there»» son una absoluta delicia.
Capitán Sunrise son uno de aquellos grupos que pasaron por la colección de 7″ de Elefant, New Adventures In Pop, editando después un par de álbumes en Discos de Kirlian. Con el nuevo, ‘Dramas del primer mundo’, parecen asentarse en el catálogo de Jabalina, donde sobreviven colegas en esto de la música por amor al arte como Doble Pletina (Laura Antolín colabora en el penúltimo tema) o Parade. La banda liderada por Santi Diego con Noelia Cabeza a los coros mantiene aquí en un pedestal referentes clásicos como Belle & Sebastian, los Smiths, La Casa Azul y Pegamoides (muy obvio en ‘Campaña electoral’, con La La Love You), si bien dando más peso a los sintetizadores en muchas de las canciones.
Así, aunque Morrissey y Stuart Murdoch siguen siendo una influencia salvaje en tarareos y melodías, el disco se abre con un tema llamado ‘Luna Roja’ que, inspirado en ‘Buffy Cazavampiros’, parece destinado a la pista de baile. Y más que al disco-funky de los últimos Belle & Sebastian, el álbum se entrega al pop ochentero en ‘Mientras sobrevolaba Tokio’, que parece una canción desconocida de Trans-X; mientras que Abba son la inspiración de ‘Confesiones de un tarado emocional’. En sintonía con semejante título, ‘Dramas del primer mundo’ se regodea en la filosofía «loser» que empapó el indie de finales de los 80 y principios de los 90, con frases como «casi ni en Ebay nos podrían subastar» (la misma ‘Confesiones de un tarado emocional’), «soy un error del sistema» y rimas tan Vainica Doble como «Tengo el mismo valor que un MS-dos / Estoy tan olvidado como Madrid Rock» (‘Error de programación’).
Esa sensación de desarraigo plasmada en frases como «Nos costaba esfuerzo ser igual que el resto» a veces da lugar a cierta rebelión, y curiosamente son muy abundantes las referencias a la política actual. ‘Los dramas del primer mundo’ habla de alguien que por mal de amores deja de leer filosofía y atender a la política («he cambiado a Platón por Prozack, ya no leo a Rousseau como siempre»), dejando la divertida frase «desde que te fuiste no bebo chupitos si en la tele oigo «Venezuela»». Igualmente, en la que parece que va a ser su canción más popular, ‘Bésame antes de que acabe el gobierno’ asistimos a un encuentro romántico en un bar, sin que el protagonista pueda adaptarse a la moda del electro latino. Pero al final lo logra y se celebra con una base de reggaetón: es el éxito de su propuesta «Bésame antes de que cambie el gobierno / la izquierda pocas veces se pone de acuerdo». El grupo, defensor del pop por encima de todas las cosas, agradecería letras más cortas y estribillos más fáciles de recordar, pues no todo el mundo tiene la base de fans tan entregada de Fangoria y La Oreja de Van Gogh, pero entre la colaboración altruista de La Bien Querida en ‘La llamada ganadora’ y los ecos a Algora (Víctor) de la romántica ‘Me has convertido en el mes de enero’, el disco se beneficia de una decidida variedad.
Calificación: 6,5/10 Lo mejor: ‘Bésame antes de que acabe el gobierno’, ‘Mientras sobrevolaba Tokio’, ‘Los dramas del primer mundo’ Te gustará si te gustan: La Casa Azul, Cola Jet Set, Algora, Salvador Tóxico Escúchalo: el single en ‘Youtube‘
Si eres fan de Marilyn Manson, te gustará ver cómo su espíritu post-metal-pop pervive en las nuevas generaciones. Si eres fan de Melanie Martinez, te gustará saber que no es la única artista construyendo un mundo inquietante a partir de la fantasía infantil de colores pastel. Y si te gustan ambas, darás palmas con las orejas, cuando conozcas (si no lo haces ya) a Jazmin Bean. Tras ese nombre (y su estética) se oculta Jasmine Bean Adams, una británica que comenzó a ser conocida por sus transformaciones físicas en un «monstruo sin género» inspirado por las lolitas niponas, los cuentos infantiles desde el punto de vista de Tim Burton, la fantasía alienígena y el terror extremo, entre otras cosas.
Una imaginería que ha cautivado a la mismísima Grimes, por ejemplo, o a la ya citada Melanie Martinez, con la que se fotografiaba hace poco. Pero no solo se relaciona estéticamente con la música, sino que Jazmin Bean autoeditaba el pasado verano su EP debut, titulado ‘Worlwide Torture‘, como su primer single. Una música que, como su imagen, equilibra dulzura melódica con estructuras pop (‘Princess Castle’), pero también esa faceta de guitarras metaleras que la aproximan al mundo del creador de ‘Mechanical Animal’ o, también, al de la última Poppy (en ‘Saccharine’ o ‘Hello Kitty’, por ejemplo).
Pero quizá lo más apasionante de Jazmin Bean sea observar esa imaginería que la rodea en sus trabajadísimos vídeos. Sin duda, no son aptos para el público más impresionable –tienen momentos realmente gore–, pero en ellos crea ideas y conceptos mucho más trabajados que los de grupos y artistas consagrados y populares. Solo por ver sus clips, merece la pena que siga publicando singles como los recientes ‘Pesticides’ o ‘Birthday Bitch’, que merecerían tanto una futura retrospectiva en el festival de cine de terror de Sitges como una visita de mano de los siempre valientes amigos de Valle Eléctrico. Yo lanzo el guante.
La etiqueta punk es tan sumamente sobada por todos los estamentos musicales –incluida, quizá con mayor grado de culpabilidad, por la prensa, entonemos el mea culpa– que ha dejado de entenderse como tal. Dicho esto, no duelen prendas en decir que Sandré son lo mejor y más excitante que nos ha dado el punk estatal en los últimos meses. Este cuarteto barcelonés –al que conocimos gracias al certamen de bandas noveles de la Sala Apolo, Bala Perduda– se nutre de sonidos de violencia inmisericorde que, aunque conecte puntualmente con las disonancias hardcore de Fugazi, apuesta sobre todo por la urgencia y la fiereza.
Así, a Stefania Lusini, Rosa Pagès, Marc Torrent y Carles Pons les sobra con los 22 minutos que dura ‘Ave Muñón’, su debut publicado por BCore, para desplegar su caótico ideario, en el que lo combativo no está reñido con el humor (de hecho, no se entiende por qué no van de la mano más a menudo). La efusiva y gritona (hasta el desgarro) voz de Rosa (con coros de todos) nos hace partícipes de la rabia que le hace sentir la gente que aparenta tener una vida perfecta aunque sean profundamente infelices (‘Lo tengo todo‘) mientras que asume que la suya (la tuya, la mía) tampoco es mucho mejor (‘Diòxid de carboni’, ‘No‘, ‘Fracaso’). Ya sea por sentir que puto todo lo que nos rodea es un ataque nada disimulado hacia ellas (‘Bullying’), por la sed de venganza que le despiertan los señoros que dan lecciones a las jóvenes (a ellos parece apuntar la delirante retahíla de ‘Te debo pasta’, por la que desfilan Paula (sic) McCartney, Michael Jackson, Leonard Cohen, el rey Felipe VI o los miembros de Sau) o, directamente, por todas las cosas que le hacen vomitar (‘Potu‘), de «la humanidad y su olor en los autobuses» a «Primavera Sound, Sónar, Estrella Damm, Heineken», pasando por «el ayuno sexual» o «Vetusta Morla, Mishima y las Hinds».
Lo curioso y lo mejor de Sandré es que no es difícil empatizar con ese discurso anti-casi-todo (solo se salva la artista ‘Gina Thorstensen’, a la que dedican esa canción) porque lo contagian con bailes, sonrisas y coros que se adhieren de inmediato gracias a un gran olfato para el pop. En esa parcela (la de ‘Fracaso‘, ‘Potu’, ‘No’, ‘Bullying‘, ‘Diòxid de carboni’, ‘Lo tengo todo’) es con la que noquean, por encima de las contadas apuestas por un perfil más experimental y oblicuo (el de una ‘Mes rápid et mors’ que nos traslada a precedentes como Coconot, el grupo hardcore-punk en el que comenzó El Guincho; o el de ‘Rolls Royce’, catártica jam final). ‘Ave muñón’ –que, por cierto, viene del verso «No tienes manos / acaríciame el pezón / con tu suave muñón»– sabe a poco por eso, pero sigue siendo un nutritivo chute de energía al que aferrarse para desahogarse y divertirse a un tiempo. Sandré presentan ‘Ave Muñón’ este sábado 15 de febrero en Fun House Music Club de Madrid.
Calificación: 7,2/10 Lo mejor: ‘No’, ‘Fracaso’, ‘Potu’, ‘Bullying’ Te gustará si te gustan: GBH, Slant 6, Eskorbuto, Bratmobile. Escúchalo: y cómpralo en el Bandcamp de BCore Disc, o en Youtube.
Ajena a las modas, La Roux ha publicado un álbum de puro funk y música disco que recuerda a los ritmos go-go de Grace Jones en ‘Slave to the Rhythm‘ pero también un poco a ‘My Jamaican Guy‘, y que también remite a los 70 y 80 de Chic o Michael Jackson. ‘Supervision‘ aglutina estas (posibles) influencias en un trabajo colorido, rico y diáfano como un día de verano que además deja una serie de canciones bastante adictivas como la que nos ocupa hoy.
Ya habíamos destacado ‘Do You Feel’, la pista 2 de ‘Supervision’, en nuestra crítica del álbum por varias razones. La canción carece de un estribillo exacto, pero en su lugar va creciéndose poco a poco mediante una serie de estrofas («oh don’t you find, that when you learn, there is a high») que se van sucediendo al tiempo que el exquisito «groove» creado por Elly Jackson mantiene el interés con diversos detalles. El punto de inflexión en ‘Do You Feel’ llega de mano de un verso nuevo («do you feel like you’ve forgotten something») que, a base de repetirse y de solaparse con una melodía anterior, lo cual crea un efecto hipnótico, lleva el tema definitivamente a su cumbre. El falsete final, que parece guiar el tema hacia un maravilloso horizonte, solo es la guinda del pastel.
¿Y a qué «tú» se refiere Elly en ‘Do You Feel’? Podría ser a su ex novia, pues su ruptura ha inspirado las letras del álbum en parte. A ella parece dirigirse la británica cuando canta «cuando te quedas callada, te dejo algo de espacio en el que esconderte, porque sé que es más difícil para ti que para mí». Pero el verso final, con sus referencias a lo binario y sus preguntas existenciales, apunta a que estamos ante un monólogo interior realizado en segunda persona. Un monólogo, en cualquier caso, irresistible.
El octogenario cineasta sueco Roy Andersson, que presentó ‘Sobre lo infinito’ en la pasada edición de Venecia, ha llegado a nuestra cartelera finalmente con este ramillete de hipnóticos microrrelatos, en los que van desfilando distintos comportamientos de la naturaleza humana, del miedo al deseo. Una fantasía que no da lugar a un film usual, pero sí a algo así como una visita guiada por una pinacoteca, en la que cada sala estuviera dedicada a un pintor.
El propósito de que cada una de las historias esté rodada en plano fijo se torna notoriamente arriesgado en una era en la que abundan los planos secuencias, los efectos digitales que se multiplican hasta el cansancio, o un sonido/banda sonora cuya partitura se propone con obsesión abrumar. Andersson ha decidido arremeter desde lo opuesto con elegancia, buscando una versión inversa con la ayuda de una paleta de colores blanquecinos con un tono apagado y con unos protagonistas, en su mayoría, con la cara empolvada y acompañados de una voz en off que alude a la de Sherezade en ‘Las mil y una noches’.
Este estilo da ligereza en las escenas devastadoras, y risa muda en las cómicas, añadiendo un único y lejano toque de actualidad al trasladarnos a aquellos primeros vídeos que se colgaban en Instagram, bastante antes de los filtros o “boomerangs”, cuando el plano no cambiaba, representando sin más pequeñas píldoras de nuestra existencia más cotidiana.
Saben a poco los apenas 75 minutos de metraje, o que el relato de Adolf Hitler roce lo chirriante, neutralizado con la fortaleza emocional del resto de historias, como la de los amantes que sobrevuelan una ciudad. Una obra de arte en definitiva al encadenar la angustia y el aislamiento social bajo un manto frío, aparentemente sin emociones, pero sobre el que se genera una empatía sin sentimentalismos nostálgicos. Un universo artístico que emparenta sin paliativos con las pinturas de Edward Hopper como cronista de la historia; y plasma la obsesión y la vulnerabilidad física de nuestro cuerpo como los trabajos de Tetsuya Ishida. 8.
Jacob Thiele, el que fuera tecladista de The Faint desde finales de 1998 hasta 2016, es decir, durante la época de mayor popularidad de la banda tras la publicación, por ejemplo, de su celebrado álbum de 2001 ‘Danse Macabre’, ha muerto a los 40 años, ha confirmado el grupo en un comunicado de Facebook. Se desconoce causa por el momento.
El grupo ha escrito: «Estamos devastados por haber perdido a nuestro querido amigo Jacob Thiele. Era amable, aventurero, alegre y divertido. Él fue un verdadero pionero de los sintetizadores y The Faint nunca habría sonado igual sin él. Fuimos increíblemente afortunados de haber compartido tiempo con él».
Thiele, que también formaba parte de la banda Depressed Buttons junto a otros miembros de The Faint, fue sin duda uno de los componentes clave de la banda al haber participado en todos sus mejores discos, no solo en aquel ‘Danse Macabre’ que se reeditaba sorprendentemente en 2012, sino también de ‘Blank-Wave Arcade’, ‘Wet from Birth’ o ‘Fasciinatiion’. Hoy el sonido de la banda, que como decíamos entonces, parecía un cruce entre el «electroclash de Miss Kittin, el post-punk de Franz Ferdinand y y el punk-funk de The Rapture», sería imposible de entender sin la contribución de Thiele. Os dejamos con el hitazo que era ‘I Disappear’, de 2004. Ya sin Thiele, The Faint publicaron el álbum ‘Egowerk’ en 2019.
Robyn acaba de recibir el premio a Compositora de la década en los NME Awards, y en la gala de los premios se la ha visto también entregando uno a Taylor Swift. La cantante sueca se prodiga tan poquito en teles y demás que cada aparición que realiza es obligatoriamente noticia, pero la próxima lo es con más razón.
La autora de ‘Honey‘, uno de los mejores discos de 2018, es una de las juezas en la próxima temporada de RuPaul’s Drag Race, que se estrena el 28 de febrero. Y en el tráiler de esta temporada recién estrenado se la puede ver «prometiendo lealtad al drag» junto a otras juezas confirmadas como Nicki Minaj, Chaka Khan o Normani. Aunque ya solo por la aparición de Robyn va a valer la pena verla. En Instagram, la artista ha comentado su experiencia en el programa, explicando que «intentaba mantener la compostura y el glamour, pero en realidad no podía estar más emocionada e impresionada por el corazón y la autenticidad de RuPaul’s Drag Race y de los otros jueces del programa». Y ha añadido: «espero que podáis percibir lo entusiasmada que estaba a través de toda la sombra de ojos con purpurina».
Entre las juezas confirmadas se encuentran también la diputada demócrata Alexandria Ocasio-Cortez (menuda curiosidad), la actriz Whoopi Goldberg, el actor Jeff Goldblum y otras celebridades como Leslie Jones, Daisy Ridley, Daniel Franzese, Jonathan Bennett, Olivia Munn, Rachel Bloom, Thandie Newton y Winnie Harlow. ¿Con ganas de comentar esta y otras temporadas de RuPaul? Te invitamos a hacerlo en el hilo dedicado a este tema en nuestros foros.
Netflix seguirá estirando el chicle de ‘Stranger Things‘ una temporada más y, tras confirmar el pasado mes de septiembre la renovación de la serie por una cuarta temporada, la plataforma de largometrajes y series en streaming ha estrenado el primer tráiler oficial de esta. Y si entonces la serie daba a entender en sus redes que la trama de su cuarta temporada no tendría lugar en Hawkins, el vídeo publicado hoy lleva el título de «desde Rusia con amor». Y muestra a un grupo de hombres trabajando en una vía de tren bajo el gélido invierno ruso, entre ellos a uno de los personajes que creíamos desaparecidos después de los sucesos acontecidos en la temporada anterior.
¿Qué se sabe de la cuarta temporada de ‘Stranger Things’? El rodaje comenzó el pasado mes de octubre y, según We Got this Covered, esta cuarta temporada podría estrenarse en dos partes, la segunda de las cuales correspondería a la quinta. Las principales razones de esta decisión -aún por confirmar- es que los hermanos Duffer querrían alargar la trama de la serie para no dejarse cabos sueltos de cara a su conclusión, pero también aprovechar al máximo su tirón comercial.
Por otro lado, y aunque aún no se conoce fecha de estreno de esta cuarta temporada, los fans de la serie ya manejan sus propias teorías al respecto, como recoge NME. Al investigar los detalles de un vídeo, un fan de Reddit ha llegado a la conclusión de que la serie podría estrenarse el día 3 de abril, lo que daría bola a la idea de que la temporada estará ambientada en el año 1986, cuando sucedió el desastre de Chernobyl. Existe una teoría según la cual el desastre nuclear afectará a la próxima temporada de la serie, y ahora que se ha confirmado que esta tendrá lugar en Rusia (al menos en parte), puede que no vaya del todo desencaminada.
Uno de los discos que más esperábamos de este viernes 14 de febrero era, sin duda, ‘Swimmer’, el cuarto largo del dúo formado por Alaina Moore y Patrick Riley. El también matrimonio vuelve a conjugar en él las influencias del sonido girl-group de los 60, psicodelia y música lounge de los 70 y 80 con una inusitada frescura. Ya lo demostró ‘Runner‘, el primer single de este trabajo, y, tras una audaz y mutante (también engañosa, pues contiene más desdén y rabia que cariño) ‘Need Your Love‘, han vuelto a hacerlo con ‘How To Forgive’, el tema que le sucede en el tracklist y que compusieron –según cuenta Alaina– inmediatamente después de aquel.
En contra de la estructura esquiva (aunque apasionante) de ese otro single, ‘How To Forgive’ es de una sencillez encantadora que, tal y como explica Moore en un post de Instagram, buscaba mirarse en el sonido de «la primera Madonna», buscando un sonido vocal muy femenino. Y lo cierto es que, al decirlo, parece inevitable encontrar en ella conexiones melódicas con temas como ‘Angel’, ‘Dress You Up’ o ‘Jimmy Jimmy’. Pero, evidentemente, con un tratamiento musical muy distinto, en este caso más sobrio y reposado.
Por contra Alaina decidió, en lugar de pitchear su voz, tratar de cantar con su voz en el tono más alto que fuera capaz. «El resultado es la canción más difícil (de interpretar) que haya compuesto nunca para mí misma», añade, calificándolo de «pesadilla» y explicando que incluso llegó a llorar al cantar la frase al principio del segundo verso «I’ve been questioning myself». Mientras ella entraba en modo rabieta, Patrick montó la canción con esas dos primeras tomas vocales, y pese a ser muy crudas e imperfectas, el resultado les encantó. A nosotros también, puesto que se trata de una de las canciones más bonitas e inmediatas de la carrera del dúo de Denver, especialmente emocionante en ese estribillo que podrían haber entonado The Shirelles y que dice «¿Cómo iba a disfrazar la manera en que me siento? / Tengo mis razones, podría darte un millón».
Aunque a priori el lanzamiento discográfico del día y la semana sea ‘Changes‘ de Justin Bieber, lo cierto es que congratula comprobar el enorme interés que despierta también ‘The Slow Rush‘ de Tame Impala –hasta el punto de verle ser trending topic en España o comprobar cómo nuestra entrevista exclusiva con Kevin Parker es lo más visto del día de ayer–. No son estos, ni mucho menos, los únicos discos que ven la luz este viernes 14 de febrero: los nuevos trabajos de Single, Tennis, Algora, A Boogie Wit Da Hoodie, Núria Graham, The Men, la boy-band K-pop Monsta X, Summer Camp, Amaro Ferreiro, Da Souza, Sotomayor, Somos La Herencia, el combo electro-rap-queer Las Bajas Pasiones o los debuts del dúo Tversky y AMBRE están disponibles desde hoy. También EPs de Love Generator (nuevo proyecto experimental de Calvin Harris) y Joan As a Police Woman y nuevas figuras del panorama independiente nacional tan distintas como Le Nais y Rebe pueden disfrutarse ya.
También, desde hace unas horas, están disponibles los nuevos singles de Triángulo de Amor Bizarro, Billie Eilish (su tema para la nueva peli de James Bond), Cupido, Sam Smith, Bad Bunny ft Sech, Melanie Martinez ft Tierra Whack, Migos & Travis Scott & Young Thug, Jake Shears, U.S. Girls, Bearoid, Toundra, YG & Kehlani, Biznaga, TOPS, El Faro, Jonathan Wilson, I Break Horses, Jose Domingo, Laskaar (con un atractivo tema anti-San Valentín) y las revelaciones Casero (proyecto paralelo a Mow de Gabriela Casero) ft Cariño, Arlo Parks, BLOXX, Adiós Amores, dani, Banofee, Cazzu… Que se suman a los temas que en los últimos siete días han presentado The Strokes, Grimes, Rolling Blackouts Coastal Fever, Kim Petras o Bravo Fisher! & Rocío Saiz.
Además, destacamos la sintonía del exitoso reality ‘La isla de las tentaciones’ a cargo de Mónica Naranjo, que al fin se lanza oficialmente, una curiosa versión de ‘needy’ de Ariana Grande a cargo de la cantautora Molly Burch, un tema extra que incluirá la reedición del debut de King Princess y un álbum de rarezas de These New Puritans.
Triángulo de Amor Bizarro avanzaban su nuevo álbum con la agresiva y machacona ‘Ruptura’ y en el segundo adelanto tampoco han querido buscar el nuevo ‘De la monarquía a la criptocracia’ ni mucho menos el nuevo ‘Barca quemada’. No obstante, recordemos que esta última canción no fue el primero, ni el segundo de los sencillos que conocimos de ‘Salve discordia’.
El nuevo tema ‘Fukushima’, el lugar del desastre nuclear de 2011, muestra a la banda gallega en territorios que es evidente que le son afines desde hace tiempo, pero en los que nunca habían ahondado tanto como ahora. La canción comienza con un bajo tratado un tanto italo, incorpora beats reptantes a lo Portishead, sintes como de Kraftwerk en la era ‘Spacelab’ y se entrega después a los arpegios terroríficos de las bandas sonoras de John Carpenter. En sintonía, escuchamos a Isa Cea cantar cosas como «tú eres tu propia amenaza» y frases 100% marca de la casa como «en la periferia no hay nada que hacer», que no en vano es la primera de toda la canción.
A los 3 minutos entra la batería de Rafael Mallo junto a unos sintes que cada vez se sitúan más cerca del lado del kraut. Stereolab siempre ha sido una referencia para el grupo («Nos fijamos mucho más en cómo hacen las cosas Stereolab que otros grupos con los que nos comparan», decían ya en 2007), pero ahora han tirado más a los territorios experimentales de Neu! El álbum ‘Triángulo de Amor Bizarro’ sale el 20 de marzo y ya conocemos su tracklist.