A principios de año destacábamos el nombre de una joven cantautora de Bristol en la que teníamos grandes esperanzas como revulsivo del indie pop británico, situada a medio camino del candor solo teóricamente naif de Belle And Sebastian y los ecos country de M. Ward y Cass McCombs (a los que ha versionado y teloneado, respectivamente). Hablamos de Katy J Pearson, que apenas con dos singles, el excelso ‘Tonight‘ y ‘Hey You‘ (muy Stevie Nicks), convencía lo bastante como para seguirla muy de cerca. Y su reciente tercera canción para el sello Heavenly Recordings (Saint Etienne, Mark Lanegan, The Parrots) no solo da la razón, sino que insufla cierta euforia.
Se trata de ‘Take Back the Radio’, una canción en la que, sin traicionar ni uno de los referentes indicados más arriba, ofrece un perfil levemente distinto pero igualmente atractivo. En ella, asistida por otros músicos amigos como Davey Newington de Boy Azooga (batería y «texturas») y Laurie Nankivell de Squid (su a la sazón compañera de piso aporta esa corneta que enfatiza el toque épico de la canción), Pearson ofrece un número vibrante y expansivo, fulgurante en su estructura de crecimiento constante. No sin cierta nostalgia, pero totalmente vigente (muchos, señala, han redescubierto la radio en confinamiento), puede entenderse como un llamamiento a «recuperar la radio» como patrimonio de todos, para otras músicas que no sean necesariamente las de consumo masivo. Sin embargo, una lectura más atenta da una visión más íntima de Katy sobre sentirse escudriñada y juzgada por la gente, esperando que cometa un error.
Sin noticias de un EP o álbum debut por el momento, nos bastará con que Katy J siga deleitándonos con canciones así hasta que llegue el momento oportuno. Estaremos aguardando, sin duda.
Tras la primera parte de nuestra entrevista con Sr. Chinarro, completamos la charla que mantuvimos con Antonio Luque al hilo de su nuevo álbum, ‘El bando bueno’. Y si aquella ya era jugosa, con los intríngulis de la grabación del disco al descubierto y exponiendo su perfil ecologista y su incorrección política, no lo es menos este último fragmento. En él, además de atacar distintos aspectos de este trabajo y del mundillo independiente, abordamos su malentendido con Carolina Durante, su visión sobre los llamados (mal o bien) «Cayetanos» en pie de guerra y su visión de las redes sociales, los hábitos de consumo de música grabada y en directo, los festivales, el Ministro de Cultura… Hay para todos.
Hablabas de los Rolling Stones al hilo de ‘Una famiglia reale’. ¿Tú con veinte años te veías sonando así?
Hombre, en realidad sus canciones son buenísimas, vaya, pero cuando empezaba con ‘El pequeño circo’, al que me lo hubiera propuesto le hubiera tirado la guitarra a la cabeza. (Risas) La idea surgió por la versión de ‘El rito’ que hizo Dan Bejar (Destroyer), en su disco ‘Five Spanish Songs‘, tenía un ritmo un poco Stones y quedaba de puta madre. Y hay una anécdota que creo que ya he comentado… Estábamos en un concierto en Coruña, en Razo, que creo que era una verbena. Nos subimos con alguna copa de albariño de más, aunque hicimos un buen concierto, creo. (Risas) Y en mitad del concierto les decía «¡la de los Rolling! ¡La de los Rolling!» Y el grupo me miraba en plan «¿qué coño de los Rolling?» Y ‘La famiglia reale’ empezó un poco así: me compré una guitarra eléctrica nueva, no muy buena, para grabar las maquetas. Para probarla me dio por ponerme a tocar simulando que era Keith Richards. Y quedaba guay, la mezcla. Pero luego en el estudio no funcionaba. Al final, como te decía, buscamos a Jesús Valero, un bajista de sesión muy bueno de allí de Granada, mandó la pista de bajo y dije «así, así lo quiero». Los del grupo me decían «¿en serio quieres esto para Chinarro?» «Sí, llevo diecisiete discos, ¡puedo hacer ya lo que sea!»
«Esas reporteras y reporteros tan guapas y guapos te están mintiendo, te están contando una película. Pero cuanto más seductores son, más te lo crees»
En ella retratas a un prototipo humano que acabamos de ver en el Barrio de Salamanca de Madrid incitando a la revuelta. Te habías anticipado a esto, un poco, como en otras canciones.
Sí, a varias. Sin embargo, he leído esa interpretación vuestra de la canción en la web y yo no lo había visto así. Aunque está claro que yo tampoco soy una autoridad, aunque parezca que sí. Creo en las tesis hippies de los 60 de que no hace falta la opinión del autor para interpretar un texto. Si a vosotros os parece eso, pues es ese significado está también ahí. Pero yo la escribí desde el punto de vista de una persona que pasa viendo demasiado tiempo las noticias… Como es mi caso: «apaga ya La Sexta de una puta vez, que te vas a volver loco», dice mi pareja. «Ya es tarde para eso», le suelo responder. Entonces esas reporteras y reporteros tan guapas y guapos –siempre ponen caras bonitas para contarte la verdad de ellos, porque así te las crees más fácil– te están mintiendo, te están contando una película. Pero cuanto más seductores son, más te lo crees. De ahí esa doble interpretación de si hablo de las noticias o si estoy ligando. Incluso puede que la entonces Leticia Ortiz no te estuviera contando toda la verdad. Y en tanto que la familia es la cosa real, la «cosa nostra reale», se unen los dos mundos: el político y el amoroso. Vas a la iglesia, incluso aunque no seas católico, dices sí quiero, y ya empiezas a montar una unidad de comportamiento no siempre justo, egoísta en tanto que le das prevalencia a los asunto familiares, ya sea una empresa familiar, una casa real… (Risas) Lo que sea, aunque sea Ferreras que está casado con Ana Pastor. (Risas) ¡Familias! Y por mucha teoría política que se exprese, tanto en el ámbito íntimo como en el televisivo, lo que prevalece son los genes. Que además está en varias canciones: ‘Planeta B’, ‘Escorpio’… por eso están ordenadas así. ¿Esto quién lo va a pillar? Pues nadie, pero a mí me da satisfacción pensar que está todo ordenado. (Risas)
«Lo triste es que haya pobres que se creen que por envolverse en la bandera son ricos»
En todo caso, por zanjar lo de ‘La famiglia reale’, fuera o no tu intención, lo cierto es que me parece que trazas un retrato muy preciso.
Sí, pero porque todos somos así, en realidad. Todos hemos querido casarnos, formar una familia, ganar pasta… ¡Todos queremos ser el rey de España! Lo triste es que haya pobres que se quieran poner el trapo… Perdón, la bandera, porque si digo el trapo les doy la razón a ellos que se creen que es de ellos. Y no, es de todos. Decía que algunos que siendo pobres de no tener ni para comer, que conozco alguno del vecindario de Málaga, y se creen que por envolverse en la bandera son ricos. Como el chiquillo del instituto que se pegaba toda la vida ahorrando para comprarse unas zapatillas caras y así parecía que era pijo. ¿Pero qué sentido tiene eso? Es una cuestión de aparentar tener pasta. En Sevilla hay muchísimos así. Que van peinados para atrás con el fijador, el fachaleco, y van vacilando por la calle y no tienen ni para pesarse. (Risas) Y salen a manifestarse no porque quieran… Lo que quieren es verse ahí para decir «somos ricos». Oiga usted, los partidos de derechas van a favor de los ricos de verdad, no de usted.
Pues yo vi ahí el retrato de un Cayetano adulto, y no sé si encendí un poco el «beef» con Carolina Durante.
No, eso fue por unos vídeos de esas manifestaciones, que luego resultaron ser fake… Fíjate que yo en mis canciones hablo de tener cuidado con las falsas noticias, ¡y luego me las como! (Risas) Y pensé «a los pijillos les gusta Oasis y Carolina Durante… pues a mí ninguno de los dos». Y es la verdad. Tampoco es que diga «¡qué malos! ¡qué asco!», sino que nunca me he puesto a los Oasis en casa, nunca. No es nada personal. Ni tampoco me voy a poner nunca a Carolina Durante, lo siento. Tampoco es que diga «qué malos son». Tengo otros gustos, pero no pasa nada. También es que los chicos… Yo entiendo que son días complicados, estamos encerrados en casa, y si a mí se me han caído algunos conciertos, a ellos muchos más. Así que entiendo que estás ahí un poco a la que salta. Rápidamente saltaron «nosotros todavía interesamos a la gente». Ya sé que interesáis a la gente más que yo. Nada más que tengo que entrar a mi perfil de Spotify Artist y ya veo los plays de todo el mundo… (Risas) Sé que tienen siete veces más plays que yo, y me alegro por ellos muchísimo. Desde luego, míos no van a ser, serán de los demás. Pero ya está, guay. A mí me gustan más Los Nikis, será cuestión de generaciones. Pero no pasa nada, les deseo lo mejor, que hagan diecisiete discos también y que vivan pa contarlo.
«A Carolina Durante les deseo lo mejor, que hagan diecisiete discos también y que vivan pa contarlo»
No es porque quiera insistir en la polémica, pero pienso que todo este tipo de polémicas que se generan en redes sociales muestran un poco la infantilización general que se da en nuestra sociedad, y que me da la impresión que sale un poco por ahí en tus letras. En ‘Aplauso’, concretamente.
Para empezar, lo que pasa en las redes… Imagínate que esa conversación hubiera tenido lugar en un backstage de un festival. Imagina que uno de Carolina Durante dijera «pues resulta que los fachas nos están escuchando mucho a nosotros y a Oasis, hay que ver». Yo les hubiera dicho «yo no os escucho ni a Oasis ni a vosotros» y seguro que no hubiera pasado absolutamente nada. Entre otras cosas, porque ellos seguro que tampoco escuchan a Chinarro. (Ríe) Desde luego no hubiera parecido un beef de ninguna manera, se habría hablado, con una cerveza o no sé qué… Porque nunca, nunca jamás, he visto una pelea entre bandas en un backstage, al contrario: siempre se compate todo, todo el mundo se bebe la bebida de todos… Por lo menos entre los grupos españoles. Siempre, siempre hay buen rollo.
Lo que pasa en las redes es… yo tampoco tenía que haber escrito eso que escribí. Alguno me dijo «¿qué necesidad hay?» Y es verdad, no tenía que haber dicho nada, ni siquiera aunque hubiera sido real que los fachas chungos escucharan ‘Cayetano’. Pero realmente pensaba que son tan tontos como para usar como himno una canción que, entiendo yo, está escrita burlándose de ellos. A la gente le gusta que hablen de ellos incluso mal, así que no me extrañaría que la usaran como bandera. De hecho, ya se llaman ellos entre sí, lo cual es un éxito del grupo. En fin, yo no tenía que haber puesto eso, ellos no tenían que haber respondido así, pero… No tiene ninguna importancia. Es como cuando pasó lo de Operación Triunfo, que el de Los Javis me echó encima a toda la chiquillada de OT. Ese día te quedas un poco así, pero no tiene mayor importancia. Sí que es verdad, y no por los tuits, que la gente está más infantilizada. Entre otras cosas porque nos hemos creído lo del estado del bienestar y la vida es dura, más dura de lo que parece. Lo estamos viendo ahora. La gente se ha creído que esto es un videojuego. Y ya lo decían Ilegales, de los que soy muy fan: «Tiempos duros, tiempos salvajes / Toma tu arma, nadie regala nada». Hombre, armas no hay que coger, pero hay que estar al quite, hay que estar atento.
«Antes van a ser los toros y las misas que los conciertos»
En cuanto a la letra de ‘Aplauso’, no sé qué decir. Es curioso, porque parece que es la que más ha gustado de los tres adelantos y define una situación más personal y, por tanto, más difícil de traducir a las vivencias de los demás, que es mi experiencia como titiritero, ¿no? Hombre, está de actualidad porque es una profesión que, como estáis diciendo los periodistas, hasta el Ministro de Cultura va a dejar para lo último. Antes van a ser los toros y las misas que los conciertos. Y yo vengo a defender, no ya todos los conciertos, que también, sino sobre todo los míos. En los que entiendo que nunca me ha ido demasiado bien porque nunca me he preocupado de dar explicaciones a los demás… aunque llevamos casi una hora hablando y no he hecho otra cosa. (Risas) Pero en general no me gusta dar explicaciones, y por eso hago las canciones que hago, escribo las letras que escribo y me dedico a lo que me dedico. El éxito que he tenido, que nunca ha sido mucho, o vaya a tener, mucho es, porque realmente lo que estoy dando no se lo estoy dando a la gente. Yo lo hago porque me sale a mí. No tengo yo mucha confianza en el jurado popular, entre otras cosas porque vivimos encerrados en nosotros mismos y, como llevo diciendo ya años en entrevistas, el acto de la comunicación es un milagro. No sabemos cuándo se da realmente y cuándo no, ni lo sabe nadie.
Ahora que hablabas del mundo de la cultura, es algo que citas en la nota de prensa del disco, porque dices que «El bando bueno» es el tuyo y que es el de la cultura. Que ahora mismo se está demostrando que está maltratado, no se está protegiendo.
Es un mundo que está muy mezclado con el del entretenimiento, que no tiene nada de malo, pero… Hay grupos que voluntariamente han cruzado una línea, como cuentan productores como Guille Mostaza o Paco Loco, que los grupos van pensando ya que el estribillo pegue el subidón. Un subidón, como si fuesen monitores de zumba o animadores de cruceros… (Risas) Porque se ha formado una industria con los festivales en los que la gente va a dar saltos con el mini de cerveza y ya. La tarea del grupo es conseguir que la gente dé saltos. También hay compañeros, no recuerdo si era Xoel López o Standstill quien lo decía, hace ya tiempo, que decían que tenían miedo cuando el repertorio llegara a la canción lenta… (Ríe) Me pareció una confesión muy curiosa, porque yo he vivido eso también. Aunque no he tocado en tantos festivales, he tocado en muchos y pasa eso. Dices «dios mío, ¿me tirarán la cerveza?» (Risas) La gente va al festival como quien va a zumba, a ver si ligan, a enseñar la ropa, a meterse en la piscina… (Risas) Depende de la ciudad y el contexto, pero siempre la música es una cosa que está ahí para que hagan la fiesta. El negocio se ha llevado tanto hasta ese punto, que los telediarios empezaron a hablar en las primeras semanas de pandemia de cómo sería la temporada de verano ¡de las orquestas de pueblo! Y fíjate si mueven dinero el Primavera, el FIB, el Arenal… Eso da una idea de qué significa la cultura en realidad en este país. Y yo en ‘Aplauso’ lo que digo es que el pública que tenga, para mí bueno es. He conseguido bastante y estoy orgulloso de eso. Con que me entienda alguien… A veces pienso que no me entiende ni mi pareja. Vamos, a veces: todos los días un rato, lo pienso. (Risas)
«La gente va al festival como quién va a zumba, a ver si ligan, a enseñar la ropa, a meterse en la piscina»
Ahora que hablabas del directo… La misma nota de prensa dice algo así como que lo ideal sería grabar un disco después de haber hecho la gira del disco, que es justo lo mismo que me decían el otro día Vetusta Morla sobre su disco nuevo. ¿Aspiras a que hacer eso ocurra alguna vez, te lo planetas seriamente?
Eso lo llevo diciendo desde el primer disco: los discos hay que grabarlos cuando acaba la gira, no antes de empezar. Y lo decimos, todos, no solo yo. Yo creo que es la única cosa en la que nos pondríamos de acuerdo todos los grupos de España. (Risas) Debería hacerse así, lo que pasa es que la gente se quiere conocer las canciones de memoria en los conciertos, más que nada por saber cuándo tienen que empezar a dar los saltos, ¿sabes? (Risas)
Y cuándo tirar el mini de cerveza…
Claro, claro. Y, enlazando con el tema de las banderas… Yo siempre me divierto en los partidos de la selección española cuando suena el himno. Porque, como sabes, el himno es dos veces la primera parte y dos veces la segunda. (Me lo canta) Eso siempre ha sido así. Bueno, pues no hay ni una puta vez que la gente no cante la segunda parte (canta «Lo-lo-lololo») antes de que acabe la primera. (Risas) ¡Ni una vez! ¡Y no hay letra! Por eso cuando pienso «¿qué estructura le doy a la canción?» Antes el estribillo se ponían sobre los 50 segundos: intro, una o dos estrofas, y estribillo. Ahora no hay intro, la estrofa es siempre una, y ya el estribillo. Si el estribillo no ha llegado en el segundo 30, ¡la canción no la va a escuchar ni su puta madre! (Risas) Eso indica las prisas de la gente, la prisa de llegar al «lo-lo-lololo» del himno, ¿sabes? Hay prisa, hay prisa por llegar al subidón. Queremos el subidón ya, claro, queremos la cocaína, no el LSD. (Risas) No hay más que analizar el agua de los ríos… Pero no sé si he respondido a tu pregunta. ¿Cuál era?
«Si el estribillo no ha llegado en el segundo 30, ¡la canción no la va a escuchar ni su puta madre!»
Decía que si te habías planteado grabar un disco después de grabarlo. Pero vamos, si ya es difícil grabarlo antes de tocarlo, tocarlo antes de grabarlo ya sería heróico…
Por eso, si tú no has grabado el disco, la gente está escuchándolo y, ¿qué hacen? ¿Analizarlo? ¿Disfrutarlo? Los que somos melómanos… Recuerdo por ejemplo el famosísimo concierto de Tindersticks en el BAM, en el año 95, creo… Y tocaron una canción que iba a ir en el siguiente disco. Era buenísima, claro, y yo lo flipaba. Pero Tindersticks ya… ¿Dónde tocan? Hacen conciertos de teatro, gente sentada, gente que estudia más las canciones… Otro tipo de público, que es el que quiero yo para mí. Aunque también quiero el de los festivales, por supuesto, y me gustaría hacer canciones que fuera así, de zumba, de bailar. Ya digo, que pongo las normas para saltármelas yo el primero. Pero me gusta hacer canciones de todos los tipos, y entiendo que la gente quiera conocerse el guión de antemano. ¿Pero lo de Vetusta Morla cómo ha sido?
Básicamente, han grabado el mismo disco dos veces: primero en un estudio con un tipo de producción y, después de la gira, han vuelto a grabarlo de nuevo en estudio pero con los arreglos que hicieron para un formato de concierto en particular.
Ah, había leído algo pero no sabía bien. A ver si lo escucho. Pero vamos, no me gustan ni Radiohead. (Risas) Es interesante eso, habrá que seguir qué tal les va la jugada. Porque normalmente, y esto es algo que me explicó J (de Los Planetas) una vez, con su sentido común aplastante de siempre, para la gente, la primera versión que escucha de algo es lo que para ellos es la canción. Lo demás son todo adaptaciones, versiones… Cosas raras. La primera, aunque sea una maqueta, es lo que les vale. Pasó con La Bien Querida: dio a conocer su maqueta del MySpace, se escuchó muchísimo. Y luego el disco, con la producción de David (Rodríguez), buenísima, vendió mucho, pero había gente que decía «la maqueta». Porque era lo primero que habían escuchado. J siempre tiene razón.
«Cuando le digo a la banda «vamos a tocar esta canción antigua» me miran con cara de «¿en serio?»»
En varias letras del disco hablas bastante del pasado. Teniendo en cuenta que tuviste que seleccionar los temas para el recopilatorio, ¿te has reconciliado con todos tus viejos discos?
(Ríe) Sí, sí, hace tiempo que ya no tengo esa paranoia. Lo que pasa que cuando le digo a la banda «vamos a tocar esta canción antigua» me miran con cara de «¿en serio?» No quieren, no quieren trabajar. Es una cuestión de pereza de la banda. Bueno, de las bandas, no sólo una. Con los sevillanos era igual. Me mandan a freír monas. (Ríe) Cuando tres tíos se ponen en plan sindicato, no… Soy una patronal muy débil. (Risas) También pasa que entras en Spotify y ves las escuchas, ¿sabes? Y esas canciones no… El otro día lo puse en Twitter, creo: la que más escuchas tiene es ‘Quiromántico’ y está en el puesto 48.
Joder…
Luego las tocas en concierto y ves las caras de la gente, de «¿esto qué es?» Ya nadie lo sabe. Habrá algún chaval joven que haya escuchado ‘El por qué de mis peinados’ y le gustaría escucharla, pero… En el año 2009 o así con una banda que hice en Málaga, Los Boquerones en Vinagre, hicimos tres o cuatro conciertos haciendo canciones antiguas. Fue algo que nos pidió el Primavera Club. En vez de tocar un elepé entero cogí tres de aquí, cuatro de allá… Todas de antes de ‘El fuego amigo’. Y bueno, salieron cuatro o cinco conciertos y me encantó volverlas a tocar, volverlas a vivir. Creo que fueron buenos conciertos. Y ya está, no se dieron más conciertos. Pero yo estoy en esto por… La parte de los conciertos ya me da igual, lo que me digan. Y si yo le digo a la banda «oye, que nos han contratado diez conciertos tocando ‘La primera ópera envasada al vacío'». Y dicen «diez conciertos, a tanto, tantos kilómetros vamos a hacer…» ¡Se lo aprenden! (Risas) Pero si de repente llego yo con el capricho de «ahora quiero tocar ‘La piña conseguida'»… Bueno, mira, de hecho esa intentamos montarla. Pero ya empiezan a tocarla a su manera, no sé qué… Los músicos, como todos los humanos, tienden a querer echar su meaílla. Esto es así, esto es mío. Entonces te lo empiezan a cambiar, tal. «No, tío, esto es así». Tú imagínate que tu vas a hacer ‘Música para cuerdas, percusión y celesta’ y te dicen «vale, pero la celesta va a ser un ukelele». ¡No se puede! ¡A nadie se le ocurre! Pero yo no soy Bartok, no tengo la autoridad. Empiezan a cambiar y digo «mira, déjalo». Pero es que al final cuesta hasta tocar, no ya esas canciones tan antigua, sino hasta ‘Una llamada a la acción’. Cambio de banda y cada uno quiere hacerlo a su manera. Y yo no sé cómo lo verá la gente, pero a mí me da mucha rabia cuando escucho una canción a la que le han cambiado los arreglos. Me pasó con Radio Futura, que les vi en Puerto Real en el año 89 o así, en la gira esta del disco en directo…
«Cuando vi a The Cure, ¡no llevaban teclado! Robert, ¿en serio? ¿No tienes para pagar a un teclista?»
‘La escuela de calor’, ¿no?
Ese. Yo fui a un concierto de esa gira y ya se estaban metiendo en el rollo más caribeño, más cubano, y cambiaban los arreglos de las canciones de ‘La ley del desierto / La ley del mal’ o ‘De un país en llamas’. A mí eso me toca los cojones. O cuando vi a The Cure, creo que en el FIB de 2004, que creo que llevaban a no-se-qué guitarrista que iba con Bowie y… ¡no llevaban teclado! ¡No llevaban teclado! Robert, ¿en serio? ¿No tienes para pagar a un teclista? (Risas) Los arreglos los hacía todos el guitarra, su poquito de bending, su poquito de palanquita de vibrato… ¡Venga, tío! ¡Eso es un teclado! No me gustan que hagan esos cambios en las canciones los otros, imagínate las mías. Entonces, ¿qué prefieres tocar? Pues las canciones que ya has hecho con los músicos de Granada. ¿Qué he hecho con ellos? Pues ‘El progreso‘, ‘Asunción’ y el nuevo. Luego hay que tocar ‘Una llamada a la acción’, ‘Babieca’, ‘Los Ángeles’, ‘Del montón’… ¡y a tomar por culo! (Risas)
Te quería preguntar por ‘Asunción’. En la nota de prensa, de nuevo, comentas que no te gusta mucho hablar del nuevo disco (y llevamos, como decías, una hora ya hablando). Pero igual te apetece hablar ahora de ese disco, con más perspectiva.
Yo creo que sobre todo la pifié cantando. Es la gran diferencia que yo veo entre los dos discos, que este está mejor cantado. ‘Asunción‘ me pilló más inseguro, no estaba yo en mi mejor época y… Lo canté dos veces, afiné algunas cosillas… Que eso ya se hace en todos los discos, afinarlo con el ratón, como se hace con las canciones de El Intermedio, ¿sabes? Se hace trampilla. No mucho, hay algún toque, pero… No hay que hacerlo así, hay que hacer más tomas. Además no me quedé en Granada para las mezclas y me tenía que haber quedado… En fin, se tenía que haber hecho más como sí se ha hecho ‘El bando bueno’. Se hizo de aquella manera, y el resultado es un poco más pobre. También porque costó tres o cuatro mil euros menos, al final es una cuestión de dinero. Y ya ves qué tontería, que al final esos tres o cuatro mil euros se gastaron en hacer un videoclip que al final han visto, no sé, ocho mil personas o las que sean. Ya no hago videoclips, al final es mucho mejor invertirlo en el disco. Que me gustaría, pero al final lo hace otra persona y eso no tiene que ver con mi trabajo, con mi arte. Pero ya digo, con Mushroom Pillow no hay problema de eso. De hecho quería haber grabado este disco en América, y no lo he grabado en América porque soy un cobarde y un perezoso. Pero si yo le hubiera insistido a Marcos (Collantes, director de Mushroom Pillow) me pone el dinero en la mesa. Vamos, que lo estuvimos hablando y no me dijo que no. Tampoco que sí, pero… (Risas) Al final lo más fácil para mí era ir a Granada, con estos músicos que ya conozco más o menos… He tomado una opción continuista, que ha salido un poco mejor porque ha habido más inversión y ya está. ‘Asunción’, me sabe mal, porque debía haber gastado más dinero. Pero es lo que tiene el tema de las licencias, que como no te pagan la grabación. Hay que invertir en la grabación.
En el caso de Reino Unido, el segundo single de ‘Chromatica’, nuestro «Disco de la Semana», ha logrado lo equivalente a 70.132 unidades en la primera semana, procediendo 60.000 de ellas del streaming. En ambos casos se trata del sexto número 1 para cada una. En el caso de Lady Gaga sus números 1 previos en Reino Unido han sido ‘Just Dance’, ‘Poker Face’, ‘Bad Romance’, ‘Telephone’ con Beyoncé y ‘Shallow’ con Bradley Cooper. En el caso de Ariana Grande, sus números 1 han sido ‘Problem’ con Iggy Azalea, ‘Bang Bang’ con Jessie J y Nicki Minaj, ‘Thank U, Next’, ‘7 Rings’ y ‘ Break Up with Your Girlfriend, I’m Bored’. Como veis, son todo colaboraciones con chicas o temas en solitario, nunca featurings con chicos, aunque los ha tenido, de Troye Sivan a Calvin Harris.
En Estados Unidos, este es el quinto número 1 para Lady Gaga tras ‘Just Dance’, ‘Poker Face’, ‘Born This Way’ y ‘Shallow’. En este país, ‘Bad Romance’ no pudo ser número 1 contenida en el puesto 2 durante 7 semanas no consecutivas, primero por ‘Empire State of Mind’ de Jay-Z y Alicia Keys y luego por ‘Tik Tok’ de Kesha. Con este éxito, Gaga resulta la tercera solista -tras Mariah Carey y Beyoncé- que consigue un top 1 en Estados Unidos en las tres últimas décadas.
Es a su vez el cuarto sencillo top 1 para Ari en Estados Unidos, pero la buena noticia es que son todos bastante recientes, por lo que parece claramente en racha. Los anteriores han sido ‘Thank U, Next’, ‘7 Rings’ y ‘Stuck With U’ con Justin Bieber. A raíz de este último y de la supuesta compra de varias copias por parte de su equipo para lograr la cima del Billboard Hot 100, Grande recordaba que le había costado 5 años de carrera conseguir su primer número 1 en su propio país.
En el resto del mundo, ‘Rain on Me’ no ha sido número 1 más que en Irlanda, que normalmente presenta una lista muy parecida a Reino Unido, quedando en el puesto 5 en Italia, en el puesto 9 en Alemania o en el puesto 12 en Francia. De momento, en estos países no se han igualado por tanto los logros de ‘Poker Face’, ‘Bad Romance’ o ‘Shallow’ (‘Perfect Illussion’ llegó a ser número 1 en Francia). Respecto a Ariana Grande, procedente del R&B americano, carece de números 1 en la Europa continental: en Italia ‘Rain on Me’ iguala su mejor marca, el top 5 que lograba ‘7 Rings’. En Alemania, su mejor marca es el top 2 de ‘No Tears Left to Cry’.
Respecto a nuestro país, con una lista inundada de canciones en castellano, trap y reggaetón, y sin que contabilice Youtube, ‘Rain on Me’ no tiene opciones al menos de momento de sumar otro número 1 más para Lady Gaga o de ser el primero para Ariana Grande, donde ‘7 Rings’ al menos llegó al top 5. A su bola, España presenta 5 singles número 1 para Lady Gaga, algunos de los cuales fueron “instant grats” de ‘ARTPOP’ cuando no contaba el streaming: ‘Bad Romance’, ‘Born this Way’, ‘Applause’, ‘Dope’ y ‘Venus’ fueron las agraciadas.
‘Rain on Me’ es entrada directa al número 1 de JENESAISPOP, al igual que ha sucedido en Reino Unido y parece que sucederá en Estados Unidos. El tema es seguido en nuestra lista por dos temas de Dua Lipa. El resto de entradas quedan en la mitad baja de la tabla, aunque son bien variadas. Se trata de lo nuevo de Disclosure, Sia, Cigarettes After Sex, Owen Pallett, Rakky Ripper, Sparks y Bad Bunny con Don Omar. Podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por vuestras canciones favoritas, aquí.
Estados Unidos vive un momento histórico convulso tras la polémica gestión de Trump del coronavirus, con más de 100.000 muertos en este país; y ahora las protestas tras la muerte de George Floyd mientras estaba siendo detenido por la policía por un incidente que comenzó a causa de un billete falso de 20 dólares. Son decenas los artistas que se han unido a las protestas, siendo uno de los más destacados Jay-Z, que este sábado ha telefoneado al gobernador de Minnesota Tim Walz. Lo ha hecho como ha dicho este mismo «en calidad de padre, no de artista internacional», para que se haga justicia. Jay-Z ha celebrado en redes sociales la conversación, indicando que estamos solo «ante los primeros pasos de la lucha». El artista ha dicho que intenta «convencer a cada político, fiscal y funcionario del país de tener el coraje de hacer lo correcto».
Lizzo ha sido muy dura en un comunicado recogido por el NME indicando que está «muy cansada» de sentirse «en peligro» y de que no se diga la verdad del todo: «No es la gente negra, siempre es la gente blanca la que usa el término «guerra racial». No queremos esa mierda. Queremos lo que siempre hemos querido en este puto país, los mismos derechos que otra gente. No es tan difícil». Miguel ha realizado una performance online en la que acaba en el suelo y con los brazos en la espalda, imitando el modo en que George Floyd fue detenido, pisado por la rodilla del agente, pese a que indicó de manera reiterada que «no podía respirar». Su mensaje es: «el oficial Chauvin ha sido arrestado. Ahora queremos que TODOS los oficiales involucrados sean arrestados. Y vayan a prisión».
Por su parte Halsey ha recibido un pelotazo de goma disparado por la policía en una manifestación en Los Ángeles, indicando que lo único que hicieron fue «mantener las manos en alto» y «no moverse»: “Yo y muchos de los que iban conmigo han sido disparados, gaseados y hostigados. La primera línea estaba en calma y no provocamos a nadie. Pero muchos no están a salvo y muchos están detenidos. Donad dinero a las organizaciones para que paguen fianzas. Yo ya estoy en ello”.
fired rubber bullets at us. we did not breach the line. hands were up. unmoving. and they gassed and fired. pic.twitter.com/K8YauF0APn
Rosalía ha aparecido por primera vez en el top 10 del top global diario de Spotify gracias al impacto el pasado viernes de ‘TKN’, su canción colaborativa junto a Travis Scott. Exactamente fue top 8 el viernes, bajando el sábado al top 14 de esa lista mundial. El tema no solo ha sido destacado en varias playlists de «New Music Friday», sino que ha aparecido incluso en «Today’s Top Hits», la playlist más poderosa del globo terráqueo, al contar con más de 26 millones de suscritos. ‘Yo ti, tú x mí’ con Ozuna había sido top 20 en el global de Spotify y ‘Con altura’ top 30, por lo que esta es su mejor marca, aunque eso no tiene por qué implicar que, a la larga, el tema tenga la misma longevidad.
‘TKN’ es número 1 en Spotify España (también a esta hora del lunes en Youtube) y, además de conquistar el mercado latino, países como Argentina o México, ha logrado buenas cifras en algunos países anglosajones. Ha llegado a ser top 17 en Spotify Estados Unidos, top 22 en Spotify Canadá, top 32 en Spotify Holanda o top 54 en Spotify Alemania. Más tibia ha sido la acogida inicial en Spotify Reino Unido, donde llegaba al top 68, o Australia, fuera del top 100.
Rosalía ha explicado en una entrevista genérica, suministrada a toda la prensa, algunas de las claves de la composición de ‘TKN’, hablando de cómo trabajó en ella a partir de un beat de DJ Nelson, y después «se vino una tarde Travis Scott» («me encantó cómo trabaja, se graba a sí mismo, produce, es un músico increíble»). Indica de que «la producción ha sido larga, pero ha merecido la pena», y explica de qué va la obtusa letra: «Parte de una imagen muy concreta. Tenía la imagen de que un artista no está solo, rara vez está solo. Está con su familia o con un clan. Quería ahondar en la familia, en la protección, en todo ese universo que envuelve a un artista».
Finalmente, avanza respecto a su siguiente proyecto, que está «disfrutando de hacer canciones en el estudio por el puro goce», «dedicando tiempo a hacer canciones, sin presión», lo que deja en el aire la fecha de lanzamiento de su tercer álbum.
«Cuántos años tiene realmente Bunbury» es una pregunta que viene varias veces a la cabeza escuchando su nuevo disco ‘Posible’. Su apariencia es de alguien joven, pero frases como «no me voy a quedar por aquí demasiado tiempo», «nadie cree ya en mí» o «me haré mayor de lo que esperaba» nos llevan a los discos contemplativos que Bowie entregó a partir de los 66 años y Leonard Cohen a partir de los 71. Enrique tiene tan sólo 52, más o menos los mismos que Alejandro Sanz, y algunos menos que Alaska o Ana Torroja. Sorprende por tanto escuchar que está «preparándose psicológicamente para hacer algunas cosas por última vez», a 15 años de tener edad de jubilarse, en caso de que los artistas decidan hacerlo: en Madrid se ha visto a Burt Bacharach dar un buen recital con 81 años.
A falta de que alguien más audiovisual tipo Maika Makovski pueda repreguntar a Bunbury a qué se refiere (nuestra entrevista la respondió vía mail), ‘Posible’ suena en muchos sentidos como una despedida de los escenarios que podríamos imaginar ahora mismo en boca de Sabina, tras los sustos que este ha dado en directo a sus seguidores. El electrobolero ‘Deseos de usar y tirar’ suena muy atormentado sin que su letra termine de explicar por qué, pues de hecho hasta contiene un momento sexy; y cuesta comprender por qué el álbum encuentra a Bunbury algo derrotado, en la frase final «tumbado en un parque con la sensación de que no se está perdiendo ya nada», cuando sus cifras incluso en la era streaming continúan siendo de lo más saludable. Cuando hay muchísimas personas a las que le preocupan mucho más sus pasos que ese Instagram que critica con rabia en ‘Como un millón de dólares’.
Hay varias reacciones ante lo que nos plantea ‘Posible’: a menudo dan ganas de dar ánimo al artista, de recordarle la gente que se ha quedado por el camino, de decirle que los 50 son los nuevos 40 y que en la vejez no nos aguarda un mundo de luto eterno y rosarios en la mano como el que recordamos de nuestros abuelos. Pero también se puede entender que Bunbury se dispone a retirarse, a vivir la vida artística de otra manera, o a envejecer con la dignidad que tiende a esperar una parte del público, pues además la producción del álbum, de nuevo a cargo del propio artista en compañía de Ramón Gacias, es sobria y oscura. Busca un tipo de electrónica asimilada por la vía de Depeche Mode, atemporal. En cualquiera de los casos, lo seguro es que como «disco personal», ‘Posible’ es todo un éxito, pues independientemente de lo que extraigas de ellas, nos muestra las inquietudes de Enrique Bunbury, sin filtros, tal cual son.
‘Deseos de usar y tirar’, un electrobolero al modo de los muchos que han hecho Fangoria (‘A fuerza de vivir’, ‘Nada más que añadir’, su versión de Los Panchos…), es una de las mejores composiciones que jamás haya hecho Bunbury. Una canción que «danza sin necesidad de melodía» y flota como aquel vídeo de Christine and the Queens, dejando frases ambiguas sobre su sentido final, como el soplo «tú no eres tu pasado», a cargo nada menos que de Nick Cave, o «Yo que tantos hombres quise ser, ¿qué podré hacer después de tenerte junto a mí?». Su vídeo, con la actriz que interpretaba a Audrey, no es la única conexión con ‘Twin Peaks‘, pues en ‘Los términos de mi rendición’ hay una caída de piano que no puede ser más Angelo Badalamenti. Pero en general, ‘Posible’ se deja llevar por esa apelada electrónica oscura y madura de los de Dave Gahan y Martin L. Gore, muy perceptible cuando ‘Arte de vanguardia’ se aproxima ligeramente a ‘Policy of Truth’.
Esta canción arranca con una de las frases más vagas, «todo es irreal y escurridizo / la gente es como es y no se hable más», pero después logra remontar con su carácter confesional: “quizás no haya vivido como debiera, quizás haya bebido de más”, con un “tengo solo ya la urgencia de librarme y vivir tan al margen de todo como pueda” que parece transformarse, por mucho que el libreto diga lo contrario, en «tengo la urgencia de librarme y beber tan al margen de todo como pueda». No logran levantarse, en cambio, esa canción sobre un «Mariachi sin cabeza, pero con harto corazón», ni una ‘Como un millón de dólares’, que deja muchas ganas de reescuchar ‘Porque te vas’ de Jeanette. Aunque líricamente, la segunda parte del álbum es una chuchería para sus fans del tamaño de los textos de ‘Rebel Heart’ para los fans de Madonna, es la primera la que concentra los mejores logros musicales. ‘Las palabras’ es el momento más pop del disco, con unos “auh” que ni ‘Lobo hombre en París’; ‘Hombre de acción’ es un entretenido guiño a LCD Soundsystem y, curiosamente, el sentido del álbum sería muy diferente si la última canción de la secuencia fuera la medio luminosa ‘Mis posibilidades’, en la que Bunbury dice: “aunque me vaya, siempre vuelvo y mi consejo es dejar la luz encendida”. Ese ha de ser el caso de un artista aún inquieto, ahora enganchado a Fiona Apple y al nuevo de Triángulo de Amor Bizarro, con muchas cosas que decir.
Calificación: 6,8/10 Lo mejor: ‘Deseos de usar y tirar’, ‘Cualquiera en su sano juicio’, ‘Las palabras’, ‘Los términos de mi rendición’ Te gustará si te gusta: Depeche Mode, Fangoria, el Bowie de ‘Lazarus’ Youtube:vídeo del single principal
Las plataformas de streaming tratan de ofrecer cada vez una mayor calidad aprovechando que cada vez más personas disponen de datos ilimitados en sus dispositivos móviles. Continúa subiendo -de manera moderada, eso sí- la venta de vinilos mientras el mercado del CD no para de menguar. En un mundo en el que los equipos de alta fidelidad, a la antigua usanza, han desaparecido de muchos salones, la lucha por la calidad máxima de sonido por suerte no ha dejado de ser un objetivo para los productores e ingenieros, aunque muchas veces lo hayamos dudado. Sobre todo cuando se ha convertido en lo habitual escuchar música a través de teléfonos móviles o portátiles. De todas estas cuestiones hemos hablado con Christopher Nolte, vicepresidente de Relaciones Estratégicas de TIDAL en Estados Unidos, que nos habla sobre la opción de calidad «master» que ofrece su plataforma (la máxima de 4 opciones por encima de «normal», «alta» y «hi-fi»), cómo hemos dejado atrás la «loudness war» y nuevos formatos inmersivos.
La música pop ya no se produce de la misma forma en que se producía en los años 60. Muchos grandes estudios han cerrado y los álbumes ya no son tan caros como antes. ¿Qué opinas de la manera en que se hace música hoy en día?
En mi opinión, que grabar y publicar música se haya democratizado es fantástico. Esto significa que no solo los artistas con grandes presupuestos pueden lanzar música. TIDAL, desde siempre, ha apoyado a los artistas emergentes. Al mismo tiempo, esto no significa que toda la música que sale hoy en día no suene bien. En muchos sentidos hemos dejado la «loudness war» atrás y grabar temas que suenan bien se está volviendo más asequible. TIDAL es además líder en tecnología de normalización de volumen, por lo que está ayudando a la industria a distanciarse más si cabe del exceso de volumen.
¿Por qué crees que hemos dejado atrás la «loudness war»? ¿Cuál fue el punto de inflexión?
En este artículo se explica. TIDAL fue elogiado por la AES (Sociedad de Ingenieros de Sonido) por nuestra implementación de la normalización del volumen, porque nunca subimos el volumen. Solo lo bajamos. ¿La forma en que la música se produce y se mezcla ha cambiado debido a las hábitos del público?
No puedo hablar por todos los artistas pero sabemos que a muchos de ellos les gusta usar TIDAL cuando están montando sus estudios. También estamos viendo que los artistas están empezando a enfocarse en trabajar con audio inmersivo (360 Reality Audio y Dolby Atmos), el cual es un escenario muy diferente en cuanto a la mezcla de música y es muy innovador.
Es muy emocionante e interesante el movimiento del «bedroom pop» pero, por otro lado, parece que tampoco los grandes artistas de hoy se preocupan demasiado por la calidad de sonido…
Creo que esto depende de los artistas y de los géneros, hasta cierto punto. A la mayoría de socios de TIDAL les preocupa la fidelidad y el sonido y han lanzado desde varios géneros discos que suenan estupendamente. También trabajamos con artistas emergentes que son absolutamente meticulosos con su trabajo en este sentido. Has dicho que a algunos de los propietarios de TIDAL les preocupa mucho el sonido. ¿Podrías mencionar un par? Pienso por ejemplo en el sonido de ‘Random Access Memories’ de Daft Punk, pero ese disco es de 2013.
A ninguno de los propietarios no les interesa el sonido, pero algunos de los que se han pronunciado públicamente al respecto han sido Jack White, a través de Third Man Records, y Alicia Keys está hablando mucho sobre nuevos formatos, como el 360 Reality Audio y el Dolby Atmos.
¿Vale la pena gastar mucho dinero en una buena mezcla y en buenos ingenieros cuando la mayoría de gente va a escuchar música desde su teléfono móvil?
TIDAL cree que sí. Para nosotros ya ha pasado la época en que las limitaciones de banda ancha y de capacidad de almacenamiento en los teléfonos móviles obligaban a la gente a consumir archivos de audio comprimido. Los auriculares y altavoces de calidad son cada vez más asequibles. Un buen par de auriculares como los de la marca Linsoul, que realmente demuestran esa diferencia en el sonido, puede comprarse por 60 euros. Los nuevos formatos que he mencionado (Dolby Atmos, 360 Reality Audio) pueden crear una experiencia de calidad muy diferente sin que sea necesario disponer de un gran equipo, a la vez que permiten a los artistas explorar nuevas vías de su creatividad. Creemos que a medida que los artistas vayan descubriendo las posibilidades de estas tecnologías, empezaremos a ver producciones muy excitantes y complejas.
¿Opinas que la música de hoy se centra más en el ritmo y la melodía que en la calidad de sonido?
No.
TIDAL supuestamente ofrece al publico la mejor calidad posible en la opción «MASTER», pero supongo que, para apreciar una diferencia real al usar equipos y altavoces de alta fidelidad, debe haber algunos requisitos técnicos…
Disponer de un buen equipo siempre ayuda, por supuesto, pero como he dicho antes, no es necesario para escuchar una diferencia real. Dependiendo de lo entrenado que tengas el oído estas diferencias pueden ser obvias con la mayoría de equipos decentes, sobre todo si evitas el bluetooth.
¿Cuáles son los requisitos técnicos en cuanto a auriculares? Muchos de los que usa el público (los que te vienen con el móvil) tienen malas críticas.
Lo primero que recomendaríamos de cara a conseguir una buena calidad de sonido con auriculares es usar una conexión de cable estándar. Otro consejo es usar sobre todo auriculares sin cancelación de sonido ni otras características tecnológicas. Esto te permite conseguir más calidad de sonido por el dinero que estás invirtiendo.
¿Crees que en el futuro a la gente le preocupará más la calidad que el dinero? ¿Por qué?
Creemos que en el futuro la gente no tendrá que decidir entre lo que es más conveniente y lo que tiene mayor calidad en cuanto a música. Nuestro objetivo es eliminar esta decisión y hacer que la gente tome solo decisiones basadas en la calidad.
Mucha gente piensa que el vinilo suena mejor por sí mismo, pero a veces lo que suena a través de ellos son grabaciones hechas digitalmente, de modo que da igual que estos estén masterizados para vinilo. ¿Eres consciente de este problema?
TIDAL existe por supuesto dentro del ámbito de la música digital, y dado que la mayoría de artistas hoy en día graban con medios digitales, creemos que el concepto de música que suena «tal y como el artista la había concebido» puede ser satisfecha digitalmente. La única diferencia en un vinilo cuyo contenido musical procede de una grabación digital es que para producirlo no se ha necesitado una «DAC», no se ha necesitado realizar una «conversión analógico-digital», porque este paso ya se ha dado durante la creación del vinilo “master”.
¿Crees que TIDAL puede ofrecer al público una mejor experiencia de sonido que la del vinilo en ciertos casos?
Absolutamente. Como he comentado antes, muchas de nuestras pistas «master» presentan la misma calidad (profundidad de bits y frecuencia de muestreo) empleada por el artista en el estudio. El formato que usamos nosotros es el MQA (Master Quality Authenticated), el cual incluye un paso de «autentificación», lo que significa que la versión que escuchas es verificada por una persona involucrada en la grabación. Este paso también verifica la integridad de la ruta de la señal digital, por lo que después puede ser reproducida digitalmente de manera más fidedigna mediante hardware habilitado con «MQA», lo que da lugar a que escuches la representación y reproducción más fidedignas de lo que el artista realmente ha escuchado en el estudio.
¿Quién es la persona implicada en la grabación de un disco que se encarga de ese paso de autentificación? ¿Es más quien produce o el ingeniero/a?
Por mi experiencia, que es muy anecdótica, no tengo estadísticas, suele ser un ingeniero de confianza o un productor con el que el artista trabaja de manera muy regular.
Lady Gaga ha publicado este viernes su nuevo disco, ‘Chromatica’, con enorme éxito comercial y de crítica. Por un lado, tiene el número 1 asegurado en Estados Unidos, con unas 275.000 copias previstas para los 7 primeros días, y en Reino Unido, con unas 50.000. En España tendrá que pelear con Anuel AA, en cuyo álbum hay una rima de Gaga con «traga» y Bradley Cooper con «escupe», a cargo de Bad Bunny, que ha levantado ampollas este fin de semana. Por otro, las críticas están siendo exactamente las mejores de toda la carrera de Germanotta, con el álbum posicionado en Metacritic con un 81/100, tras haber recibido 4 estrellas de The Guardian o el NME. Sólo Slant Magazine ha cuestionado el álbum y Pitchfork, tras asegurar que algunas letras «son tan malas que podrían ser buenas», ha dado al álbum un 7,3/10 cuando no había reseñado siquiera ni ‘Born This Way’ (2011), ni ‘ARTPOP’ (2013) ni ‘Cheek to Cheek’ (2014).
Una de las razones por las que el disco está funcionando tan bien es la manera en la que empieza. Si ‘Chromatica’ es un mundo imaginario en el que no existe la depresión, ni las baladas, ni se necesitan pastillas para controlar los brotes psicóticos, y sólo existe la pista de baile, ‘Alice’ es el mejor vehículo para llevarte a él. Estamos ante una producción de techno-house nada estrafalaria, de melodía edificante, con uno de los mejores acabados de todo el álbum. Si en ‘Chromatica’ solo se consienten ritmos entre 115 y 120 BPM, esta canción es de las que sube a 123, siendo por tanto una de las más uptempo y vibrantes. En su segunda mitad, el post-estribillo «take me home» funciona tan bien como el estribillo en sí.
En la letra, Lady Gaga repite que aunque «no es Alicia» va a buscar su propio «País de las Maravillas», hallándolo inmediatamente después cuando los dos éxitos del álbum suenen seguidos, ‘Stupid Love’ y ‘Rain On Me’ junto a Ariana Grande, y progresivamente en otras canciones que ya se están convirtiendo en favoritas del público de manera espontánea, como ‘911’, en la onda robótica de la Kylie Minogue de ‘Speakerphone’; o esa ida de olla llamada ‘Sine from Above’, que va del trance al drum&bass, como ya apuntábamos el viernes. ‘Chromatica’ será nuestro «disco de la semana», momento que aprovecharemos para revisitar la discografía de la artista.
Sr. Chinarro ha publicado este viernes ‘El bando bueno‘, el disco número diecisiete (que se dice pronto) de su dilatada carrera. Una nueva muestra de hasta qué punto va a lo suyo Antonio Luque, feliz de hacer lo que hace incluso aunque algunos consideren que ya ha podido pasar su mejor momento o que se repite en sus discos. Él, explica, está encantado de gustar, pero sobre todo hace sus discos para él. Por eso, y porque tiene muchos «tiros pegaos«, no se corta un pelo y dice las cosas tal y como las siente, sin filtros. Hasta el punto de contradecirse a sí mismo, y dándole a eso la importancia justa. Como sabemos de anteriores ocasiones, no hace falta demasiada excusa (en este caso, un disco nuevo) para poner su máquina de titulares en marcha: basta darle un hilo del que tirar, y él tira sin freno. De ahí que nuestra conversación telefónica se prolongara tanto que hayamos partido su transcripción en dos partes, en aras de hacerla legible. Como decía, no hay filtros, y todo, desde sus vaivenes en la grabación de este disco (que terminó solo, sin la presencia de su grupo) hasta su reciente polémica con Carolina Durante pasando por la actualidad política y social, es susceptible de una disertación, siempre con un fino sentido de la ironía y mandando constantes mensajes velados, que sabrá interpretar quien quiera y pueda. Una delicia de charla, vaya.
¿Cómo estás pasando esta situación, el confinamiento, la pandemia…?
Mi vida no ha cambiado mucho, pero sí que las primeras semanas había un poco de terror. Cuando comenzó a haber muertos me entró miedo, como supongo que a cualquiera que tenga aprecio por la salud de uno. Y de los demás: padres, suegros… Bueno, yo mismo tengo casi 50 y con esa edad ha muerto más de uno. Pero en fin, iba al Carrefour y eso. Es la vida que hago normalmente: salgo a pasear y a comprar y ya está. Como pasear no se podía, pues… Fue un mes un poco terrorífico, sobre todo al volver del hipermercado y ver las calles vacías.
Hablemos de ‘El bando bueno’. Últimamente varios artistas me han dicho que sus nuevos discos son reacciones al anterior, alejándose de aquellos. ¿Es el caso de este disco con respecto a ‘Asunción‘?
Bueno, mis discos están ordenados en el tiempo. En mi evolución como «escribidor de canciones», como decía Manuel Alejandro en el documental que echaron el otro día en La 2, influye mi vida en general, la línea del tiempo, así que cada disco es una transición entre el anterior y el siguiente. Pero bueno, yo ya llevaba un par de discos tocando bastante el tema del fin de la civilización, la ecología, la ambición, la economía, la política… siempre a mi manera. Y relacionándolos con temas de amor y de pareja, que parece que tienen que estar en el pop por narices. Ya llevaba tiempo haciendo esto, entre otras cosas porque son asunto que se ven venir. Incluso antes de estos discos, en ‘Presidente’ ya estaba ‘Vacaciones en el mar’. Hacer canciones sobre ecología… siempre quedan un poco rancias, porque parece que estás dando lecciones de lo que hay que hacer y la gente no quiere lecciones de nada. Y menos en España, que la gente ya lo sabe todo. Pero son temas que me preocupan y salen en mis letras.
Me refería más bien a lo sonoro. ‘Asunción’ era un disco más compacto, muy influido por el pop de guitarras de finales de los 80, cuya influencia has reconocido muchas veces, mientras que este es más diverso y más de altos y bajos. ¿Te ha sorprendido que sea así?
Sí, verás… ‘Perspectiva caballera’ y ‘El progreso‘ fueron dos discos cuyas grabaciones pagué yo. Al pagar yo, tiendo a… Como veo las canciones desde un punto de vista abstracto, las oigo antes de que existan. Y pensaba, quizá equivocadamente, que no hay por qué invertir tanto en el envoltorio físico que, al final, es el producto. Y esto es lo curioso, que en este caso el sonido es el propio producto, no se puede separar envoltorio de contenido. Excepto para mí, que la canción existe antes de que exista. Entonces, puede que le dé menos importancia y, como lo voy a pagar yo, lo hago del modo más barato, que es como si fuera un concierto: dos guitarras, bajo, batería, «1, 2, 3, sí» y a grabar. (Ríe) No cambias de guitarras, ni de sonido de batería. Ahí quedan las canciones como yo las había pensado, para mí es correcto. Pero para el público puede resultar más lineal que lo que he hecho en este nuevo disco, que ya claramente iba a pagar Mushroom Pillow… Lo digo porque en aquel momento no estaba claro si saldría en El Segell en modo licencia, que lo hubiera pagado yo. Al final lo sacó Mushroom Pillow pero no lo sabía cuando estaba grabando, si lo hubiera sabido… (Risas) Hubiéramos hecho más cambios de guitarra, hubiéramos metido más sintes, coges una guitarra de palo… Porque cada una de esas decisiones cuesta bastante dinero en el estudio. Tienes que parar, probar… Total, que al final es una cuestión de presupuesto. Como si te haces una casa: si tienes poco, haces la casita de los dibujos de los niños, cuatro paredes y un techo; si tienes más, puedes hacer el Taj Mahal. Que no es una casa, ya lo sé, pero por poner un ejemplo.
«Para mí la canción existe antes de que exista. Y, como lo voy a pagar yo, lo hago del modo más barato»
También se dice por ahí que la tendencia ahora mismo es poner las canciones más difíciles al final. No es tu caso, que sitúas ‘Telaraña’, una canción algo extraña y atípica, casi al principio. Háblame
Sí, ha habido varias canciones que han costado más dinero que las otras. (Risas) Perdón que vuelva al tema crematístico, pero es eso, le he dado más vueltas que a otras. Si yo hubiese visto que estaban bien como las llevaba del GarageBand… Estoy tentado de subir a la nube cómo eran las canciones antes de grabarlas. Las maquetas son todas igual: la batería del señor del GarageBand, que toca perfecto, mi línea de bajo, mi guitarrita, mi voz y algún arreglo de teclado u otra guitarra y ya. Luego en el estudio vas a hacer eso y ves que unas funcionan mejor y otras hay que darles vueltas. Y una de estas fue ‘Telaraña’. Cuando el baterista grabó la pista de batería como la del GarageBand pero a su manera, y el bajo, que estaba tocado a mi estilo, que es un poco funky, no me terminaba de convencer. Jaime (Beltrán) le hizo un arreglo que me recordaba a los Red Hot Chili Peppers y pensé «esta canción tiene todas las papeletas para quedarse fuera del disco». Pero no, porque me molaba la melodía de la voz y la letra. ¿Y qué hice? Pues muteé todas las pistas, cogimos el sintetizador y una caja de ritmos y se me ocurrió hacer esas percusiones tipo ‘En alas de la mentira’ de Radio Futura y funcionó. En ese momento ya no estaba la banda, grabaron sus pistas y se fueron. Así que Jose (Antonio Sánchez, el ingeniero de sonido) y yo tuvimos que salvar varias canciones. Como ‘Una famiglia reale‘, con la línea de bajo funky, que no le salen al bajista… Tampoco lo quise grabar yo, así que Pablo Sánchez, el hermano de Jose, dijo «yo conozco un bajista que nos manda una pista de bajo totalmente Rolling Stones». Así sale un disco más variado también, como el acordeón de ‘Sábanas santas‘… El disco se hace más ameno así, tiene más riqueza.
En ‘Telaraña’ hay una voz femenina y no logro identificar quién es.
Es Sandra Rubio, la chica que estuvo en el grupo en la etapa de ‘El por qué de mis peinados’ y ‘Noséqué-nosécuántos’.
¡Joder, qué mítico!
Llevaba años y años diciéndole por Facebook «a ver si vuelves». Pero se fue a Estados Unidos, luego volvió, intentamos juntarnos pero no se pudo… Total, que en esta ocasión sí que pudo pasarse por Granada y cantó la canción. Volviendo a lo que me decías antes sobre el orden de las canciones… Yo hago discos, o me gusta pensar que hago discos. Yo también escucho las playlists de Spotify, «Descubrimiento semanal» y tal. Eso está bien. Pero si una canción me gusta verdaderamente, entro y escucho el disco entero. De toda la vida de Dios ha habido discos que tenían un single y las otras eran un poco malillas. Pero yo intento que todas sean buenas, que cuenten una historia, que haya sus altibajos. Si hay una que sabes que no es tan buena puedes intentar camuflarla por ahí, ponerla justo antes de la mejor, para que luego te dé más alegría… (Risas) Es verdad que cuando tienes tantas canciones disponibles, lo normal es poner las mejores al principio porque rara vez va a llegar la gente a la décima.
«Yo soy ya un emigrante térmico»
Hablabas de ecología antes, que como decías es un tema recurrente en tus discos. Aquí lo atacas con ‘Planeta B’.
Sí. Yo soy ya un emigrante térmico. (Risas) Antes me preguntaban de ABC de Sevilla si echo de menos Sevilla. Yo le he respondido que hasta el punto de llorar, pero sin embargo me fui, y me fui por el calor. Yo no sé desde cuándo hace tanto calor en Sevilla, igual desde el siglo XIV, pero es un hecho que está subiendo la temperatura, se están derritiendo los polos. Si en 2050 ha subido la temperatura 8 grados, como se dice, yo ya tendré 80 años, probablemente estaré muerto. Pero mi hijo tendrá 55 y a lo mejor no puede vivir en Málaga porque se ha inundado, y tendrá que ser un emigrante térmico también. (Risas) No sé dónde se irá… Yo le recomiendo Teruel, que está fresquito y el aire es más puro. (Risas)
En todo caso, la canción más que proyectarse en el futuro habla de lo estúpida que es la Humanidad en el presente, ¿no?
Eso es. Mira, te voy a dar un titular: yo quería llamar al disco ‘La gente es tonta’. (Risas) Y me dijo mi pareja «¿Cómo vas a hacer eso? Ya no te va a escuchar nadie». Viene de una canción que al final ni he grabado, y que dice «la gente es tonta, a veces yo el que más». Y aquí estoy, en Tiendas Aurgi pasando la ITV a un coche que ni siquiera es mío. (Risas) Hay que poner más transporte público, pero ahora resulta que hay un virus y ya nadie va a querer usar transporte público. Y hay aquí una cola… La gente no solo no va a querer prescindir del coche sino que va a ser el tesoro de la individualidad motriz. No hay solución.
«Con dinero todo se consigue y los que tienen dinero quieren que siga siendo así, y será así hasta que reviente»
Y la letra de esa canción que no he grabado iba por ahí, la manipulación de masas, cómo nos comen el tarro… Ahora pones la tele y hay anuncios de coches a saco, para compensar. Aunque lo del virus viene de que cada vez somos más agresivos con la Naturaleza: tú la invades, pero ella te invade a ti, es un proceso de ósmosis. Y por ósmosis ha entrado el virus en nosotros. Pasaba como cuando Unicaja nos timó a un montón con lo de las cláusulas-suelo: cuanto más se hablaba de eso, más se anunciaban en la tele. Y eso funciona, es puro marketing. ¿Por qué Chinarro no son famosos? Pues porque hay que invertir muchísimo en promociones, y Mushroom Pillow hace lo que puede. (Risas) Y ya nos cuesta mucho salir en Jenesaispop. (Risas) (Nde: quiero aclarar que, si le cuesta, se refiere a esfuerzo, no a dinero) ¿Cuánto costaría salir todo el rato en la tele, como algunos grupos o solistas? Todo vale dinero, con dinero todo se consigue y los que tienen dinero quieren que siga siendo así, y será así hasta que reviente.
Volviendo a lo de ‘La gente es tonta’… ¡Tenía que haberle echado cojones! Pero bueno, es un mensaje que está en otras canciones, como tú mismo acabas de apreciar en ‘Planeta B’, sin ir más lejos. Y yo a veces el que más, como decía, no soy Einstein ni mucho menos. Pero estamos carajotes, son mucho más inteligentes… ¿Qué te digo? Las avestruces. ¿No viste el vídeo de Revilla con la avestruz?
No, no lo he visto.
Pues están entrevistando a Revilla y detrás aparece un avestruz como queriendo participar. Alguien puso en Twitter «¿por qué no le han acercado el micro al avestruz?» y yo pienso lo mismo, habría que haberle preguntado. En fin, la canción de Roberto Carlos que decía «yo quisiera ser civilizado como los animales». ¡Que además se llamaba ‘El progreso‘! Si yo tampoco estoy inventando nada. Si los cantantes románticos más melosos se atreven con la ecología de vez en cuando… Mira, voy a grabar una versión. Los Niños Mutantes grabaron una versión de ‘Como una ola’ o alguna así, yo voy a grabar una de ‘El progreso’. (Risas)
«Las entrevistas (promocionales) las debería hacer el sello. O el baterista»
La nota de prensa, que has escrito tú mismo, es bastante curiosa, porque en ella te estás proyectando ya al siguiente disco, más que hablar de este. Un poco como me decías antes: «este es el disco que va entre el anterior y el posterior». Es extremadamente pragmático, mirar hacia adelante cuando aún ni se ha publicado el disco.
Claro, porque ese es mi trabajo. Yo en realidad ya no debería estar… ¡Las entrevistas las debería hacer el sello! (Risas) ¡O el baterista! Mi trabajo es hacer canciones, lo demás ya… Hasta casi que te diría que… Bueno, los directos hay que hacerlos, está bien ver la reacción de la gente. Aunque es un asunto algo vanidoso también: «¡quiero comprobar en persona cómo reacciona la gente a mi mensaje!» (Ríe) A mí me encanta componer, me encanta grabar, estar en un estudio de grabación. Y los días más felices de mi vida son los días en que digo «tengo una canción nueva». Por supuesto también estar con mi hijo, con mi pareja o comer queso con vino. Pero eso para mí es lo más grande de mi vida. De hecho tengo ya seis letras, o bueno, notas para letras, la idea. Tengo apuntado cosas como, y espero que nadie me lo copie,»el burrito de la Plaza de España». (Risas) Y de ahí saco una letra. Pero las músicas sí, tengo ya seis canciones. Estoy a cuatro. (Ríe)
Al principio del encierro estaba bloqueado, con ese ambiente tan siniestro y tan opresivo, pero luego en prácticamente dos semanas cogí unas pocas de ideas a medio cuajar y cuajaron. Tengo ya un buen lote. Estoy planeando, a ver si puedo, ensayar y tocar aquí en Barcelona. Aunque mi grupo está en Granada, pero bueno, no sería la primera vez que tengo dos bandas. O tres. (Ríe) Estoy pensando qué hacer en el futuro y tengo que hacer más canciones, porque yo sin canciones nuevas, de pronto no tengo futuro. Y más ahora, porque no sabemos si ‘El bando bueno’ lo vamos a poder tocar en directo o no. Mi solución es hacer canciones, y no soy el único que está haciendo canciones a cholón, precisamente por esto. Hay que espabilarse. Me dicen «eres muy productivo», y no: de ‘El progreso’ a ‘Asunción’ han pasado dos años; de ‘Asunción’ a ‘El bando bueno’, dos años. Y tiene que ser en un año, en un año da tiempo. Es difícil, pero hay que currar más. ¿Que a alguien le parecen muchos (discos) Pues que no lo escuche, si a mí me da igual. Yo los quiero hacer. Lo único que quiero es que el sello lo pague. (Risas) Que vendan lo suficiente para que el sello me diga «hay que hacer más, ya puede usted ir a grabar». Es el espíritu que tenía en la época de Acuarela, mi ambición no da para más.
«Si me pusieran un botón que dijera «para ser canadiense, pulse aquí», lo pulsaba de un cabezazo»
Esto que dices me recuerda a lo que comentaba también Jeff Tweedy de Wilco en su autobiografía, que el proceso de composición y grabación de las canciones era lo que más le emocionaba de la música. Pero lo que hay más allá, es un poco suplicio, que una vez terminada la canción sentía cierto desapego. No sé si es tu caso.
Pues hombre, es un poco suplicio, sí. Yo lo paso bastante mal en el estudio, pero cuando terminas es muy placentero, no sé con qué compararlo. Es un esfuerzo muy grande y en la grabación de ‘El bando bueno’ ha habido tensión con la banda. En algunos momentos bastante, hasta el punto de que al final preferí estar solo. No es la primera vez que pasa eso en un disco de Chinarro. Y es duro, se pasa mal, pero hay que hacerlo. Una vez que lo tienes dentro, hay que sacarlo. No quiero compararlo, pero en Andalucía se dice «el parto (de) la burra». Y hay que parir.
Cuando publicabas el recopilatorio ‘Colección permanente’ le decías a mi compañera Mireia Pería que te daba un poco de rabia que tus temas más conocidos, o de más éxito, fueron los que tenían un punto español, folclórico. Y aún así, aquí está ‘Sábanas santas’, con su aire rumbero. No has podido evitar «recaer».
A mí me gusta contradecir a todo el mundo, ponerlo todo en cuestión, empezando por mí mismo. Como lo que decía antes de «la gente es tonta». Aquí podríamos cambiarlo por «la gente es muy flamenca, a veces yo el que mas». (Risas) Que no quiero decir que los flamencos sean tontos, al contrario. Sino que no podemos renunciar a según qué cosas. Y me gustaría, ¿eh? Me gustaría ser de Canadá, como el de Destroyer (Nde: Dan Bejar, que publicó un EP de versiones de Sr. Chinarro), con sangre española como él. Si me pusieran un botón que dijera «para ser canadiense, pulse aquí», lo pulsaba de un cabezazo. Pero soy español, he nacido en Sevilla, he ido a la feria, ahora que me han crecido los caracolillos por detrás otra vez parezco un gitano flamenco… (Risas) No se puede evitar. ¿A quién me parezco? ¿Al de Interpol? Pues no, me parezco más a Curro Jiménez, a Morente… (Risas) Es lo que hay. Además te das cuenta de que sale más fácil. Tú en cuanto dices «vamos a hacer la canción con un aire así…», en cuanto lo decides, ya empieza a sonar bien. Porque lo llevamos dentro, ¿sabes? Con decirte que las palmas las hemos grabado Jose y yo, que no hemos llamado a unos gitanos para hacer las palmas. ¡He sido yo! (Risas) Y rápidamente vimos que… La canción en la maqueta no era así, tenía más guitarra eléctrica, era un poco más Housemartins, pero claramente es mejor una rumba. Yo hablo mucho y me llevo muchas veces la contraria. No me tengo por el más sabio ni voy pontificando nada. Lo que sí tengo claro, clarísimo, es que hay que dejar la menor huella de carbono posible en nuestro paso por la Tierra. En cuanto a flamenco más, flamenco menos, si hay demasiado hype flamenquito, es una música muerta o una música viva, otra vez lo mezclamos con el rollo de Triana, estamos un poquito hasta los huevos… Puede ser, todo puede ser. (Risas)
Las redes sociales arden en el último par de días con mensajes de todo signo en torno a la muerte de un hombre afroamericano llamado George Floyd en Minneapolis, Minnesotta, mientras estaba en custodia policial tras ser detenido, provocando la indignación de muchos, especialmente después de que otros dos fallecimientos en circunstancias similares –los de Ahmed Arbery y Breonna Taylor– tuvieran lugar unos días antes. El supuesto homicida de Floyd, el agente Derek Chauvin, ha sido detenido por el cargo de asesinato, pero antes de que eso sucediera parte de la sociedad estadounidense se había echado a las calles, manifestándose y provocando disturbios –quemando supermercados, sedes de cadenas de televisión e incluso una comisaría de policía– no solo en esa ciudad, sino también en Nueva York, Los Ángeles, Atlanta y muchas otras.
La capital del estado de Georgia, precisamente, es donde nació y vive Killer Mike, conocido rapero sobre todo como miembro del dúo Run The Jewels, junto a El-P. Mike, que en el pasado había protagonizado alguna que otra polémica por su defensa de la tenencia de armas o la de la violencia contra la ultraderecha, acompañaba hace unas horas a la alcaldesa de la ciudad, la también afroamericana Keisha Lance Bottoms, en una rueda de prensa. En ella, ambos llamaban a su comunidad a mantener la calma y a cejar con los altercados. El MC se mostraba visiblemente emocionado, llegando a romper a llorar en un momento dado, pero ofrecía un discurso muy atinado que está dando la vuelta al mundo.
En él, Killer Mike comenzaba señalando que también los propios oficiales de policía, entre los que se incluía su propio padre, eran víctima de un racismo institucional que llama a detener. Pero no con la violencia, sino reflexionando, organizándose y, lo más importante, ejerciendo el voto tanto en las elecciones locales como en las presidenciales. «Me veo en la obligación de estar aquí para simplemente decir: es vuestro deber no quemar vuestro propio hogar por la rabia con el enemigo. Es vuestro deber fortificar vuestro hogar, para que pueda ser un espacio de refugio en tiempos de organización. Y ahora es tiempo de trazar, planificar, crear estrategias, organizar y movilizar».
Lo cual no implica que no se sienta como el resto de sus conciudadanos, hartos de esa problemática: «estoy la hostia de enfadado. Ayer me desperté con ganas de ver el mundo arder, porque estoy cansado de ver a hombres negros morir. Él (en referencia a Derek Chauvin) puso como si nada su rodilla sobre el cuello de un ser humano durante nueve minutos mientras moría como una cebra con la presión de la mandíbula de un león», añadía. «Por eso los chavales están quemándolo todo. No saben qué otra cosa hacer. Y es nuestra responsabilidad hacerlo mejor ahora mismo. No queremos ver a un oficial con cargos, sino a cuatro oficiales procesados y sentenciados. No queremos ver Targets (la cadena de hipermercados) arder, queremos ver las cenizas del sistema basado en el racismo sistémico».
Tras este discurso, El-P, colega de Killer Mike en Run The Jewels, ha lanzado un mensaje en sus redes sociales que asegura que, después del discurso de su hermano, no tiene «una mierda» que decir sobre el asunto que no hayan expresado ya en su anunciado cuarto álbum. Por eso han decidido poner en disposición de todo el mundo y de manera gratuita su nuevo disco ‘RTJ4’. Es una más de las numerosas manifestaciones contra el racismo endémico en las fuerzas de seguridad de Estados Unidos, a las que también se han sumado en las últimas horas Taylor Swift, Lady Gaga, Madonna, Ariana Grande, Pharrell Williams, Justin Timberlake… en una lista literalmente interminable que, sumadas a las incesantes manifestaciones, si algo deja claro es que la sociedad de Estados Unidos reclama cambios sustanciales en materia racial.
The 1975, una de las bandas más representativas del siglo XXI por su capacidad para asimilar vorazmente diversos estilos y géneros, sin interés por buscar un sonido realmente propio, acaba de publicar otro de esos discos larguísimos que define su propuesta en un 200%. Y aunque ‘Notes on a Conditional Form‘ sea más irregular que el anterior y no muestre una evolución clara, sí deja varias canciones con las que seguir actualizando una hipotética playlist con las «mejores canciones de The 1975».
Una de ellas, que no ha sido single, pero debería serlo en algún momento, es ‘Nothing Revealed / Everything Denied’, la pista 13 de 22 del álbum. Puede pensarse que, por su posición en la secuencia, corre el riesgo de pasar desapercibida, pero es una de esas canciones que obligan a parar toda actividad y prestar atención. Lo hace desde que arranca con el mismísimo estribillo, una especie de góspel escalofriante a través del que Matt Healy clama una de sus reflexiones más existencialistas: «la vida parece una mentira, necesito que algo sea verdadero, ¿hay alguien ahí afuera? Parece que falta algo, ¿serás tú?»
La disociación con la realidad, esa sensación de que la vida es una película, de que todo es una «performance», da vida a esta enorme canción en la que convergen varios sonidos. El ritmo de batería remite al hip-hop clásico, pero el tema incluye sonoridades -de piano y guitarra eléctrica- muy jazz y neo-soul, además del estribillo góspel mencionado, y el rap distorsionado de Matt, en el que el cantante expresa preocupaciones diversas, desde su hábito a mentir sobre sí mismo a su odio de los «meet & greets»), no puede ser más propio de nuestro tiempo. Con todo, una canción emocionante que plasma el anhelo de Matty por encontrarse a sí mismo entre la persona que vemos en el escenario y la que es en realidad, detrás de los focos.
Mariah es una de las artistas invitadas en ‘Emmanuel’, el nuevo disco de Anuel AA, uno de los reyes del reggaetón (y por tanto del pop) del momento. ¿Cómo? ¿Mariah Carey se ha pasado al reggaetón? Nada de eso. Hablamos de Mariah Angelique Pérez, joven cantante de Florida que está empezando a hacerse un hueco en el reggaetón.
De madre puertorriqueña y padre cubano, pero criada en Estados Unidos, Mariah canta principalmente en español, y en este idioma interpreta su mayor éxito hasta la fecha, ‘Perreíto’, que suma más de 37 millones de streamings en Spotify, más otros 50 millones en Youtube. En comparación con sus singles previos, es un hitazo. ‘Perreito’ (sic) propone un ritmo de reggaetón basicote y un gancho facilón, que podrían haber pensado tanto Bad Bunny como Ms. Nina. Pero al fin y al cabo está compuesto para animar a hacer exactamente lo que sugiere su título, y lo hace de manera muy efectiva.
La carrera de esta joven muchacha que apenas cuenta 20 años empieza cuando conoce al productor Nelly El Arma Secreta, mano derecha de Don Omar y Wisin y Yandel, y en 2018 publica su primer single, el reggaetonero ‘Blah’. Más tarde se publica ‘Malo’, un tema de R&B y trap a la moda, y el reggaetón con autotune ‘Miénteme’. Pero los verdaderos éxitos de Mariah llegan después, primero con el mencionado ‘Perreito’, y después con ‘Una noche más’ y con ‘Taxi’ con Guaynaa. Dignas producciones de reggaetón que, sin embargo, no aportan demasiada frescura al sobresaturado panorama actual, como sí puede decirse que están haciendo Paloma Mami o el mencionado Bad Bunny. ¿Se avecina una nueva estrella del reggaetón con las canciones adecuadas, o más bien un nuevo nombre que olvidar con el paso de los meses?
Josef Salvat, el cantante australiano de apellido catalán que se dio a conocer allá por 2015 con canciones de pop dramático y atmosférico como ‘Open Season’ o ‘Till I Found You’, ha vuelto con su primer disco en un lustro. Con una buena parte de sus seguidores ya a otras cosas, como demuestra la pobre recepción que está obteniendo ‘modern anxiety’ en las plataformas de streaming, Josef al menos sí puede celebrar haber compuesto un álbum de pop contemporáneo bastante digno con el que seguir compartiendo sus vivencias con el mundo.
En el tiempo que ha pasado entre ‘Night Swim‘ y este ‘modern anxiety’, Josef ha buscado vivir nuevas experiencias y «tomar malas decisiones» porque, en sus palabras, «sentía que me había perdido mi propia juventud». El cantante explica que no tenía «nada sobre lo que escribir» después de que terminase la gira de ‘Night Swim’ y que sentía que «no había vivido». Esta ansiedad se manifiesta en las dos primeras pistas del disco: en el embriagador pop tropical de ‘modern anxiety’, Josef canta sobre sentirse perdido en el «mundo moderno» (su divertido vídeo contiene homenajes a Björk, Madonna o Alanis), y sobre sí mismo en pasado, cuando era «joven y guapo y estaba borracho»; y en el medio tiempo ‘Call Me’, de sutiles detalles R&B y electrónicos, se sumerge aún más en la oscuridad de su mente al cantar sobre su aprensión a la intimidad: «golpeo mi cabeza contra las paredes, así puedo seguir persiguiendo un sentimiento, solo quiero ser necesitado».
A partir de la pista 3, ‘modern anxiety’ se convierte en una crónica sobre varias relaciones sentimentales que Josef ha vivido en los últimos años, y que pueden servir para ayudar aunque sea un poco a la normalización de la bisexualidad masculina. Su estilo no difiere demasiado del practicado por su compatriota Troye Sivan -con el que a veces se le puede llegar a confundir- o por otros artistas como Lorde, Broods o Halsey, y aunque sus melodías pueden llegar a resultar demasiado familiares, sí da con varios temas que destacar. La tierna ‘in the afternoon’ relata la adicción provocada por un amor nuevo («estoy libre, puedes quedarte a comer, y si terminas muy cansado, también te puedes quedar a dormir»), y ‘melt’, la producción electrónica más árida y bruta del álbum, lleva esta adicción al punto de la desesperación («no estoy listo para que te vayas, me he convertido en líquido, así me puedes beber»). Más oscura -y épica- es ‘paper moons‘, que parece relatar una relación truncada por las drogas.
Aunque ninguna de estas canciones parece destinada a reubicar a Josef Salvat en el panorama del pop actual, al menos el artista ha mimado las producciones e incluso la secuencia, que funciona como una historia compuesta por diversos capítulos y termina con el mensaje de esperanza de ‘enough’: «obtendrás todo lo que deseas». Desde luego, Josef ha conseguido su propósito…
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘modern anxiety’, ‘in the afternoon’, ‘melt’ Te gustará si te gusta: Lorde, Troye Sivan, Broods, Halsey Youtube:vídeo de ‘in the afternoon’
Ayer coincidían como lanzamientos musicales más importantes a nivel global (y comercial, obviamente) los nuevos discos de Lady Gaga, ‘Chromatica‘, y Anuel AA, ‘Emmanuel’. Si la diva pop incluye en su nuevo repertorio temas con Ariana Grande, Elton John, y BLACKPINK, el reggaetonero puertorriqueño echa el resto en su segundo disco de estudio tras ‘Real hasta la muerte’: Travis Barker de blink-182 (en la versión de ‘No Woman No Cry’ con la que se abre el disco), Enrique Iglesias, Lil Wayne, Tego Calderón, su pareja Karol G (en los hits ‘Secreto’ y ‘China’) o Bad Bunny, entre otros, colaboran en el disco.
Precisamente, y pese a que ‘Fútbol & Rumba‘ junto a Enrique Iglesias era el «focus track» del disco, uno de los dos temas que interpreta junto al Conejo Malo, ‘Hasta que Dios diga’, se ha revelado como el nuevo gran éxito del par. En el top de tendencias de Youtube español, por ejemplo, ocupaba el número dos por detrás de ‘TKN’ de Rosalía y Travis Scott… aunque doblándole en número de visualizaciones (15 millones contra 7). Sin embargo, esta canción ha provocado a la vez que muchos usuarios de redes sociales (posiblemente muchos de los que hicieron un drama cuando ‘Safaera’ desapareció de Spotify por una cuestión de licencias) llamen a la cancelación de ambos raperos.
La razón de las #AnuelAAIsOverParty y la #BadBunnyIsOverParty que están entre los principales trending topic mundiales hoy es que en uno de sus versos aluden a, justamente, Lady Gaga. En concreto es Bad Bunny el que en su segundo verso dice «ella es mi Lady Gaga, yo su Bradley Cooper / ella se lo traga y luego me lo escupe», lo cual ha ofendido a muchos tuiteros, por las formas y por el fondo (se especuló con una relación entre ambos tras su trabajo juntos en ‘A Star Is Born‘). Aparentemente, muchos Little Monsters, fans de Stefani Joanne Germanotta, pero a ell@s se han sumado muchos haters de Bad Bunny que tenían el cuchillo guardado esperando su oportunidad.
Como sabréis, ‘Siento muerte’ es nuestro Disco de la Semana. El quinto trabajo de Mujeres es un arrebato musical que busca poner luz y vibración a un presente duro y oscuro. El trío barcelonés alcanza así la plenitud creativa y comercial de una propuesta que, curiosamente, venían madurando desde hace más de 10 años. Un tiempo que les ha dado para acumular una colección de trallazos –»golpes de afecto», les llaman ellos, traduciendo literalmente la expresión «love hits»– que ya es muy extensa. Por eso hemos considerado que, celebrando este lanzamiento, es un buen momento para mirar atrás y, sumando los hits del futuro y los del pasado, resumir su carrera con sus 20 mejores «golpazos de afecto» en una playlist. Foto: Álex Sardá.
Y es que Yago Alcover y Pol Rodellar, al principio secundados por Martí Gallén y Martín Gutiérrez, irrumpieron en los albores de la pasada década como pioneros (junto con Juanita Y Los Feos desde Madrid y Novedades Carminha desde Santiago) de una nueva escena del garaje punk underground de nuestro país –Los Nastys, The Parrots, Los Bengala… llegarían después–. Los ecos de la efervescencia que nos alcanzaba desde Estados Unidos, con grupos como Black Lips, Thee Oh Sees, The King Khan & BBQ Show o Reatards, tenían un evidente eco en las canciones de ‘Mujeres’ –publicado por Sones en 2009–. Así como también referentes más lejanos y menos populares como The Monks o Los Saicos. Un disco debut algo mimético de sus referentes, pero tan sucio, salvaje y pegadizo como exigen los cánones. No es caprichoso que en nuestra selección tengan cabida hasta dos canciones: la electrizante ‘Blood Meridian’ y una ‘Frantic’ que, entre ecos honky tonk y beat, suponen una pista de las inquietudes sonoras que desarrollarían después.
‘Soft Gems’ llegaba tres años después, con una mayor conciencia de álbum (tal y como nos explicaba Alcover días atrás) y un primer atisbo de lo que sería su futuro: ‘Salvaje’, que hace honor a su nombre en cuanto a descontrol y furia puramente 60s, estaba ya cantada en esa suerte de broken-spanish, llena de encantadoras desconexiones lingüísticas. Era el anticipo de un giro que comenzaba a plasmarse en ‘Aquellos ojos’, un EP publicado ya por el sello Canada que giraba en torno a esa canción que, confiesan, ha sido crucial en su carrera pese a ser poco menos que un accidente. Efectivamente, parece una versión original de un perdido grupo ye-yé, pero lo cierto es que es una deslumbrante composición original. Tan importante que les llevó a componer tres canciones más para acomoañarlas en ese disco, con temas tan poperos como ‘Eterno y normal’… que en realidad retrata una cruz de navajas, que decían Mecano.
Pero todavía no se atrevieron a dar el paso definitivo y virar por completo al castellano. Aun así, ‘Marathon‘ –de nuevo con Canada, en 2015– daba pasos hacia un sonido más controlado y compacto, aunque el fuzz y la distorsión seguían llevando la voz cantante con melodías imponentes y divertidas como las de ‘Lose Control’, ‘I Wonder’ o ‘Feels Dead (Siento muerte)’, la canción que ya contenía el título de su nuevo álbum. Y de nuevo, una canción cantada en español se alzaba sobre las demás: ‘Vivir sin ti’ pasa a los anales, con toda justicia, como el gran himno del tercer álbum de Mujeres. Las señales eran ya insoportables: urgía el giro de idioma o, quizá, podrían estar abocados a esfumarse.
De hecho lo pensaron cuando primero Martín –sustituido a las baquetas por Arnau Sanz, dibujante de cómics profesional curtido en grupos hardcore como Reaction Reaction! o Golpe Mortal– y luego el guitarrista Martí abandonaban el grupo en aras de otros proyectos vitales. Pero el ya trío decidió, como explicaban, jugársela y dar un volantazo que ha resultado ser crucial. Se plasmaría en ‘Un sentimiento importante‘, que se convertiría en el nuevo gran éxito comercial (dentro de unos ámbitos muy modestos, huelga decirlo) del grupo y del sello Sonido Muchacho. La eclosión de grupo y sello estaba apoyada en pepinazos de rock pogueable y tarareable hasta la catarsis, como ‘Vete con él’, ‘Siempre eterno’ o ‘Dije fácil’, con el respiro de algún medio tiempo brillante como el del corte titular. Trazaban así un nuevo camino en el que ‘Siento muerte’ supone un paso de gigante, siempre hacia adelante. Os dejamos con la playlist que resume en sonidos estas peripecias, secuenciada con la primordial intención de que el cante y el baile no cejen durante casi una hora, al menos.
«Si te soy sincera, no esperaba que ‘Risk It’ fuera a polarizar tanto. Me sorprendió que hubiera tanta gente a que le dejara atónita y pusiera todo el foco en el “pitch” de la voz. Es que yo escucho mi voz tantísimo que para mí era emocionante escucharla de manera tan diferente por una vez. Pero aun así, sigue siendo una de mis canciones favoritas del disco. Todavía me vuelve loca, ese reverb; me parece una muy buena canción para presentar el nuevo disco, así la gente ya entiende que este va a ser muy diferente a los anteriores». Son palabras de Katie Stelmanis de Austra defendiendo el «polémico» single con el que ha presentado su último disco, ‘HiRUDiN’, que recomendábamos recientemente.
Sigo siendo defensor de esta canción, que no entiendo qué tiene de irritante 3 años después de ‘Nikes’ y aquella oleada de canciones con la voz pitcheada, pero la verdad es que los números están dando la razón a los «haters». Parece cuestión de pocas semanas que ‘Risk It’ desaparezca del top 10 personal de Austra en Spotify en favor de otras canciones nuevas que han venido gustando más durante los últimos días. Es el caso de ‘Anywayz’, del estupendo electropop de ‘I Am Not Waiting’, y de la colaborativa ‘Mountain Baby’.
‘Mountain Baby’ está marcada por tres cosas muy significativas: un simpático loop de piano que se pega como una lapa, un coro amateur de niños que Austra quiso introducir en la canción y un featuring de Cecile Believe, a quien conoces perfectamente por haberse encargado de muchas de las voces del celebradísimo último disco de SOPHIE. El resultado es una de las canciones que mejor representan el espíritu de este álbum personal y conceptual sobre relaciones tóxicas, pues versa oficialmente sobre los estadios de una ruptura. En ella, los niños parecen representar la inocencia de «escalar la montaña» sin saber «por qué», mientras las voces adultas parecen representar la conciencia del error.
Austra ha anunciado un concierto en Madrid el 5 de diciembre, será en la Sala Cool como parte de Tomavistas Ciudad. Las entradas están a la venta.
Si te ofrecen charlar con Mala Rodríguez, importa muy poco que de la última entrevista suya que hayamos publicado disten poco más de seis meses. Máxime cuando el eje de la conversación es la publicación de un nuevo álbum, el primero en los siete años que han transcurrido desde ‘Bruja‘. Había ganas. Pero ojo, María Rodríguez no ha estado ni mucho menos parada en este tiempo. Más bien al contrario, ha trabajado como nunca para adaptarse y mostrar quién es ahora: una artista que va mucho más allá del rap old school de sus inicios y que ha abierto la puerta a otros sonidos urbanos, sin hacer ni mucho menos ascos al reggaeton y aproximándose al pop mainstream, con artistas como Juan Magán o Lola Indigo.
La Mala está pletórica con ‘MALA‘. Se nota en su humor, en la alegría que desprende al hablar de este disco y de cómo lo ha hecho. Está satisfecha y relajada, como si fuera tan consciente de que ha hecho un buen trabajo que lo demás pasara a un segundo plano. La impresión es que podría, sin problema, pasarse otra hora más hablando del disco y sus canciones, y hasta de su vida. Pero teníamos que parar y seguir con nuestras respectivas vidas, por desgracia.
¿Qué tal estás? ¿Cómo pasas estos días? Te veo entrenar en redes…
Estoy muy bien, no me aburro, siempre se me ocurre hacer alguna cosa. Y como puedo escribir, grabar, hacer cosas en el estudio, he estado bastante entretenida. También tengo una niña que es una loca, en casa hay jaleo veinticuatro-siete. El otro día me lió una en la ducha… Me dio unos gritos que ni Mariah Carey. Me va mal para el trabajo lo de esta niña, ¡me ha jodido los tímpanos! (Risas) Yo no quiero saber nada de esta chica. ¡Y todo porque no quería enjuagarse el pelo! (Risas)
Cuando el pasado mes de octubre hablaste con mi compañero Sebas, por el Premio de Las Músicas Actuales, nos contabas que el disco ya estaba terminado. Pero ahora que hay muchos artistas que retienen sus lanzamientos, tú decides lanzarlo ahora.
Porque si yo no puedo salir, ¡que salgan mis canciones! (Risas) Cuando hablé con vosotros en octubre ya tenía un montón de canciones hechas, pero yo seguí escribiendo. ‘Like’ es la última que grabé, (apurando) hasta el último margen. Me decían «entrega, entrega, entrega», y yo «¡un poquito más!» De hecho hay dos más que hice se han quedado fuera por un margen de 24 horas. Pero al final decidí que 11 temas estaba bien. Ya las presentaré más tarde. Ha sido divertido trabajar en un proceso continuamente vivo, yo tenía ya muchas ganas de cerrarlo, pero siempre quería escribir más…
«Si yo no puedo salir, ¡que salgan mis canciones!»
En estos meses has trabajado a saco.
Sí, y también seguíamos con la promo de lo que fuera, grabando… Yo siempre que puedo voy al estudio y acabo mezclas, que es un proceso que nadie cuenta, pero la mitad del disco es cómo está mezclado. Yo me siento muy orgullosa de cómo ha avanzado el nivel en España en este aspecto, todo el mundo tiene una cierta cultura ya de lo que es un buen mastering, hay mucha hambre de saber cómo se hacen las cosas y eso es muy inspirador. He tenido un buen equipo cerquita mía con todo esto y estoy muy contenta de cómo suena el álbum.
«Soy muy feliz, me encuentro muy tranquila y a la vez más «mala» que nunca»
Se te ve contentísima. ¿Es el disco que más te emociona sacar de todos los que has hecho? ¿O porque ha pasado mucho tiempo del anterior?
Ahora soy muy feliz, me encuentro muy bien en mi piel, muy tranquila y a la vez más «mala» que nunca. Me apetece sacar canciones y tocar los corazones de la gente. ‘MALA’ es un album muy bien balanceado que habla de muchas cosas y creo que va a llegar a mucha gente porque mi público ha crecido, porque antes eran muy niños y ahora son muy listos y tienen un corazón muy grande. ¡Estoy muy feliz! Creo que es un momento muy bonito para compartir algo.
¿Sientes que el público de discos como ‘Alevosía’ o ‘Malamarismo’ ha evolucionado a la par que tú en tu carrera? ¿Entiende lo que haces ahora?
Creo que una gran parte sí, porque siempre ha sido un público muy variado, muy ecléctico, y aunque es cierto que los que venían de círculos más ortodoxos se han alejado, poco a poco se están volviendo a acercar porque han entendido mi camino y lo están respetando. La trayectoria de una habla por sí sola.
Entiendo que quieras que el disco salga ahora, porque suena hecho para bailarlo y disfrutarlo. No sé si lo has hecho con esa idea.
Yo no hago eso, simplemente me ha salido así. Este es el sonido que me representa a mí hoy y por eso lo publico. En el disco hay canciones como ‘Mami’, que es una lectura crítica sobre una situación que puedo haber vivido, y otras como ‘Problemas’, que habla de un desengaño desde cierta alegría e ironía. Así, se convierte en algo que disfrutas porque existe la distancia y, cuando cuentas las cosas con distancia, las abrazas de otra manera.
«Me parece ridículo la gente que dice que no hago rap… ¡Dúchate!»
En esa diversidad no abandonas en absoluto el rap, pese a quien lo pueda sospechar. Abres con ‘Nuevas drogas’, que es muy contundente. ¿Era importante para ti mantener ese perfil tuyo?
Para mí es importante que existan todos los «moods» que yo pueda tener dentro. Yo te abro la puerta y aparecen ‘Nuevas drogas’, y luego te abro la de un garito en ‘Like’ o una habitación con una liada muy gorda, y luego otra donde está pasando otra cosa. Dentro de mí hay muchas puertas y en el disco tiene que estar todo. Me parece ridículo la gente que dice que no hago rap… ¡Dúchate! ¡Si esta soy yo! ¡Si a mí me enseñó a rapear Lola Flores! ¡Que me dejen en paz, coño!
‘Nuevas drogas’ tiene una frase muy potente, «tu oro es ahora».
Es un mensaje para los niños, para que valoren que tienen que vivir y que nadie les diga lo que tienen que hacer. Que todo es suyo. Que tienen su vida y tienen que vivirla. Ahora los niños están tan agobiados, los padres tienen unas neuras y les montan unas cárceles… Nos olvidamos que todos tenemos nuestra vida y que nos merecemos descubrirla. Cuando hablo de oro hablo de tu vida.
Creo que la gente va a flipar con ‘Superbalada‘. Quizá es una de tus interpretaciones más poderosas, y sin que en ella rapees estrictamente. ¿Cómo nace esta canción?
La escribí hace años. Era una llamada. Y hasta que no he encontrado la música con la que yo pudiera cantarla, han pasado años. Y cuando por fin la he escuchado y he cantado la letra, me ha parecido perfecta. La canción tenía que crecer, tenía que ir a algún sitio, tener un desarrollo, una explosión… porque cuenta la historia de dos vampiros que están perdiéndose la vida porque se están destruyendo mutuamente. Ella se mira al espejo y no se ve reflejada, y quiere subir a la azotea, a la luz, pero le da miedo porque sabe que se va a quemar. Pero si no lo hace, se va a quedar ahí toda la vida como una vampira…
«Este mundo es bastante triste y desolador, y cuando hablo de libertad (…) es porque siento que hay algo en mi alma que me lo pide»
El desgarro con el que cantas la canción, ¿nace de esa conexión con la producción?
La canción está diciendo «estamos aquí atrapados», y me provoca una gran alegría pensar que realmente podemos ir a otro lugar y ser libres de verdad. Este mundo es bastante triste y desolador, y cuando hablo de libertad y la busco en mis canciones, es porque siento que hay algo en mi alma que me lo pide. Hay mucho de eso siempre en todas mis canciones.
¿Quién ha producido esta canción?
Hablando de producción, yo he estado muy involucrada en todo el álbum, he estado buscando y escogiendo lo que necesitaba la letra, porque la interpretación te la está pidiendo la misma letra, y eso me lleva a buscar sonidos, tiempos, ritmos… He tenido mucha suerte porque he podido trabajar con mucha gente de muchos sitios, pero lo más curioso es que esta base es de un chico de Canarias (Nde: luego conocemos que viene firmada por Samuel Díaz), al que conocí a través de un chico de Miami (Nde: intuimos que se refiere a Franklin «El Médico» Rodríguez, co-productor del tema). Todo el álbum lo he hecho con un montón de personas que están muy lejos de mí y a las que yo ni siquiera les he visto la cara. Pero yo llevo mucho tiempo trabajando de esta manera, en ‘Malamarismo’ ya había producciones de muchos sitios, y es lo normal, porque gracias a internet se pueden hacer cosas así. Este ha sido el método desde entonces.
‘Antes de todo aquello’ y ‘Superbalada’ son similares en sonido.
Está en el mismo tono. Podríamos colocarlas en la misma habitación. Costó un rato encontrar el lugar para esa letra, pero está en ese lugar, es un lugar bastante más etéreo.
Cantas en ella «no quiero más de lo mismo, quiero más de otra cosa». ¿Esto te define como artista?
A mí me apasiona la gente que es feliz en su rutina, en su conformidad, pero yo necesito estar buscando cosas nuevas todo el rato.
«Estas canciones son «Mala» al 200%»
Has dejado un par de temas fuera a último momento, pero a la vez has tenido que elegir. ¿Has buscado darle a ‘MALA’ sentido de álbum, un concepto?
El concepto es lo que a mí me representa hoy como ser humano. Estas canciones son «Mala» al 200%. Las últimas canciones no podían entrar porque pertenecen a un proceso creativo que yo empiezo después, ya estando en confinamiento. Y me han gustado tanto que las he querido incluir, pero no ha podido ser. Imagino que ese proceso creativo seguirá creciendo y no sé si haremos un nuevo álbum o qué será de esas canciones que estamos haciendo, pero lo otro ya estaba hecho. No tengo duda de que el álbum era ese y lo que sobrara simplemente no está.
‘Gitanas’ es un tema superpoderoso, peor se ha quedado fuera.
‘Gitanas‘ es un universo en sí mismo, no podía formar parte de este disco. Fue la primera que hice en toda esta era nueva, y quería darle otro lugar. Creo que voy a hacer algo diferente con esta canción, porque la entiendo como otro mundo. Fue el encargo de una fan. La historia de esta canción es tan especial que no se pueda conformar a ningún álbum. Es en sí un trabajo único.
«Hoy en día un artista parece más un obrero que un artista»
Hace meses nos hablaste de dos colaboraciones con Alba Molina que han quedado fuera.
Alba está trabajando y haciendo cosas. Nosotras hablamos todo el tiempo. Ella no tiene ningún interés comercial, hace música y es feliz haciendo sus conciertos. Son otros tiempos.
En ‘Pena’ has puesto a cantar a Cecilio G. ¿Cómo ha surgido?
¿Has visto qué cosa más bonita de canción? Cecilio es tan grande, cuando la gente lo asimile… Es un verdadero artista. Atiende a lo que siente, y es tan honesto con su manera de entender su arte que… ahí está. No quiero parecer una crítica, pero hoy en día un artista parece más un obrero que un artista, pero él es un verdadero artista y eso es la fuente de todo. ‘Pena’ es una canción preciosa, describe una sensación muy genuina. Le dije que para el vídeo tenía que salir montando a caballo, pero luego lo hizo en el Sónar (ríe). Es lo más.
«Valoro que las chicas hayan irrumpido en la escena: esta era la siguiente conversación»
En España ha habido una subida de nivel bastante fuerte en cuanto a música urbana, electrónica… ¿Quiénes son tus raperos favoritos de la nueva generación?
Me gusta lo que hacen Ayax y Prok, Natos y Waor, pero encuentro cosas muy familiares en muchos de ellos y entiendo que han tomado un testigo. Me molan más las cosas locas que hacen Cecilio G. o Yung Beef, o en su momento PXXR GVNG, porque han roto con la movida. Pero sobre todo valoro que las chicas hayan irrumpido en la escena: esta era la siguiente conversación. Ya hemos escuchado todo lo que los chicos tenían que decir y todos los estilos en los que lo podían decir. Me ha gustado toda la hornada de tías, ¿cómo no me va a gustar? Ojalá hubiera habido tantas raperas cuando yo salí, porque yo estaba hablando sola. En mis conciertos el público era solo tíos, y yo estaba ahí contando mis paranoias, pensaba que a nadie le interesaba lo que estaba contando. Y ahora hay un montón de tías que hablan de cosas que yo entiendo. Pero me gustan muchas cosas: DANO, Mi.Amargo… Y también hay muchas niñas haciendo R&B que cantan increíble.
No te olvides de El Chino, que igual se enfada…
Es que me pongo en plan superrapper, pero está claro que DELLAFUENTE ha supuesto algo hermoso para toda la gente en Andalucía y para toda la cultura de hip-hop en España. Pero creo que a él se la suda todo esto, él está en su propia movida.
Ahora hay muchas chicas en conciertos de chicos, y chicos en conciertos de chicas…
El público ha crecido y se ha diversificado. No son solo tíos y tías, son muchas personas con vidas diferentes que solo están escuchando música que les toca el corazón. Lo más interesante es que, hoy en día, la escena urbana no es solo rap, es mucho más.
«Lo más interesante es que, hoy en día, la escena urbana no es solo rap, es mucho más»
¿Te habías visualizado alguna vez cantando una balada al piano como ‘Mami’? Yo no…
Yo tampoco. Y cuando la escribía estaba usando un ritmo de Steve Lean. Pero luego descubrí que tenía que cantarla a capela y buscarle gotitas que la adornaran, porque la letra es muy hardcore.
¿Como surgió la idea de hacerla a piano de repente?
Pensando cómo producirla, me pareció necesario encontrar un acompañamiento delicado, elegante, que no te alejara de la letra ni de la voz. La grabación es una segunda toma, y con sus defectos, me pareció perfecta.
¿Qué canción del disco es la que más te ha sorprendido más a ti misma?
Me gusta mucho ‘Peleadora’.
Esta canción se sale un poco de la tónica general del disco…
Es como la cara oculta de la luna, pero está ahí. Está to’ guapa. A Paul Boutique, el productor de esta canción, le conocí por Soundcloud. ‘Gitanas’ le parecía un banger y luego él me pasó una playlist con ritmos suyos y cuando los escuché se me cayeron las orejas. Me pregunté «¿pero de dónde ha salido este niño?» Me flipa su música, y él también es ingeniero de sonido. Es un crack.
Tiene un rollo jamaicano muy duro.
Para mí Jamaica es la primera piedra de toda la música urbana contemporánea.
Lola Indigo no podía faltar.
Ella me cae súper bien, es una niña súper valiente, es muy humilde y currante. Ha escrito todas las canciones de su disco y se ha aventurado a ir a sitios, bailar… Ella me representa mucho.
¿Estás preparando shows en vivo?
Ese tema está jodido. Los que más lo pagan son los que están atrás, los que sostienen al artista, los técnicos, las bailarinas… Esperamos poder pronto hacer un show en Madrid.
«Se dice que ser artista es dar todo el tiempo siempre, y no es así»
En las medidas que ha tomado el Gobierno en la crisis los técnicos se han quedado muy fuera…
Y todos los artistas en general, que no todos son súper estrellas que cobran millonadas en conciertos. Se dice que ser artista es dar todo el tiempo siempre, y no es así. Bueno, todos los autónomos en general…
Aún no he visto la portada del disco.
Te va a encantar. La portada dice mucho. Tenía esa imagen todo el rato. Pensaba en unas personas que me interpretan, me visualizaba exponiéndome para ver cómo se me interpreta. Con un acento muy artístico, en un entorno en el que tú entiendes que no puede haber más que arte. Tiene muchas interpretaciones, me parece muy bonita.
¿Sientes que no se te entiende?
No, yo creo que me explico bien, pero no depende de mí que se me entienda o no, creo que cada cual interpreta la cosas con lo que tiene dentro. De ahí cuando conectamos con alguien. No es malo que a uno no se le entienda, tiene que ver con una conexión.
En los últimos días ha sido imposible visitar las redes sociales sin leer mensajes de denuncia por la muerte en Minneapolis de George Floyd, un ciudadano afroamericano que el pasado lunes moría a manos de un agente de policía blanco llamado Derek Chauvin. Tras detener a Floyd, el agente decidía arrodillarse sobre su cuello durante varios minutos hasta asfixiarlo, ignorando sus súplicas. La imagen de esta escena ha dado la vuelta al mundo, y en el día de ayer, multitud de saqueos y disturbios tenían lugar en Minneapolis y en otras ciudades de Estados Unidos en protesta por la muerte de este individuo de apenas 46 años, que, por cierto, era rapero y había colaborado con el conocido productor DJ Screw.
Entre los artistas que han lamentado la muerte de George Floyd en los últimos días se encuentran Beyoncé, Billie Eilish, Snoop Dogg, Justin Bieber, Cardi B, Madonna (que ha atacado a la policía con un sonoro «fuck the police»), Ariana Grande, Megan Thee Stallion, Garbage, Chance the Rapper, Janelle Monáe o Ellie Goulding; sin embargo, ha sido un tuit reciente de Donald Trump el que ha hecho saltar a Taylor Swift, una de las artistas americanas con más seguidores entre los partidarios de Trump por su pasado como cantante de country.
En el tuit, Trump ha llamado «delincuentes» a los protestantes por la muerte de George Floyd y amenazado con recurrir a las armas para espantarlos de las calles, en un mensaje que posteriormente ha sido marcado por Twitter por «incitación a la violencia». La autora de ‘Lover‘, que se posicionó políticamente por primera vez en 2018, provocando las burlas de un Trump que aseguraba entonces disfrutar de la música de Taylor «un 25% menos», ha decidido contestar al presidente directamente para darle su opinión, etiqueta incluida.
Ha escrito: «Después de azuzar las llamas del supremacismo blanco y el racismo durante toda tu presidencia, ¿ahora tienes las agallas de fingir superioridad moral antes de amenazar con violencia? «Cuando el saqueo empieza, los tiroteos empiezan?» Te echaremos fuera en noviembre». La cantante se refiere a las elecciones presidenciales de 2020, las cuales, sin duda, estarán marcadas por la pandemia, una absoluta tragedia para un país que se precia de contarse entre las mayores potencias del mundo y ha registrado más de 100.000 muertos.
After stoking the fires of white supremacy and racism your entire presidency, you have the nerve to feign moral superiority before threatening violence? ‘When the looting starts the shooting starts’??? We will vote you out in November. @realdonaldtrump
boy pablo, una de las figuras más fulgurantes del llamado «bedroom pop» como demuestran sus espectaculares cifras en Spotify, que rondan los 30 y los 60 millones de reproducciones; y sobre el que os hablábamos hace un par de años, y más tarde debido a su confirmación a la que iba a ser la edición de este año de Tomavistas, pospuesta por el coronavirus, ha anunciado su primer disco.
El cantante noruego de origen chileno, de nombre real Nicolas Muñoz, y que a lo largo del último par de años ha triunfado con canciones como ‘Everytime’, ‘Dance, Baby!’, ‘Losing You’ o ‘Feeling Lonely’, y que en 2018 editaba el
EP ‘Soy Pablo’, ha llamado su disco ‘Wachito Rico’, una expresión chilena que se usa para describir algo «bonito» o «delicioso», y hoy lo presenta con un par de temas.
El primero es el enérgico ‘hey girl’, escrito «desde el punto de vista de un chaval que se enamora por primera vez y quiere mover ficha con esta chica, está nervioso pero al final se atreve a hablarle»; y el segundo es ‘I just wanna go home’, una balada interpretada junto a su compañera de clase Andrea, que habla sobre «hacerse mayor y dase cuenta de las responsabilidades que conlleva ser adulto». ‘Wachito Rico’ verá la luz el 23 de octubre.
Britney Spears ha sido noticia recientemente por varios motivos, desde su supuesta declaración comunista al incendio de su gimnasio por culpa de unas velas, sin olvidar el 20 aniversario de ‘Oops!…I Did It Again’, pero eso no significa que haya abandonado su carrera musical (que se sepa). De momento la ha dejado aparcada y, mientras ‘Toxic’ sigue triunfando en las plataformas de streaming y ‘Criminal’ se consolida en ellas como su hit tardío post-TikTok, la cantante ha decidido revivir la última etapa de su carrera, la de su álbum de 2016 ‘Glory’, que pasó bastante desapercibido aunque fue bien valorado por la crítica, con varias decisiones motivadas por los fans.
La primera ha sido cambiar la portada de la edición estándar de ‘Glory’ en las plataformas de streaming. Así, desde hace unos días, el álbum puede obtenerse en formato digital junto a la que iba a ser su cubierta original, un retrato de Britney arrastrada en el abrasador suelo de Las Vegas (donde entonces actuaba con su residencia de conciertos) recién liberada de unas cadenas (¿una metáfora de su vida?). La imagen es obra del fotógrafo David LaChapelle, que también se encargó del videoclip original de ‘Make Me…’, el cual, como esta portada, fue descartado.
Y la segunda decisión ha sido subir el bonus track ‘Mood Ring’ a las plataformas de streaming. Esta misteriosa producción de DJ Mustard en la onda de ‘Needed Me’ de Rihanna solo estaba disponible en la edición japonesa del álbum, pero la «demanda popular» ha provocado que por fin vea la luz en Spotify y sitios similares. Como curiosidad, ahora mismo la canción es número 1 en iTunes USA por delante de ‘Rain on Me’ de Lady Gaga y Ariana Grande, aunque sin presencia real en las playlists pertinentes, este panorama tan bizarro promete durar muy poquito.
Orville Peck, el cantante de country enmascarado, ha anunciado su primer trabajo para la multinacional Columbia Records, un EP ‘llamado ‘Show Pony’ que verá la luz el próximo 12 de junio. El artista, que está renovando el género gracias a su perspectiva gay, nada habitual ni siquiera hoy en día, da así un gran paso adelante en su carrera tras darse a conocer, la pasada primavera, con al álbum ‘Pony‘, editado por Sub Pop.
El EP incluye 6 temas, entre los que se encuentra el single ‘Summertime’, de entretenido vídeo floral. Aunque la gran curiosidad que ofrece este trabajo es ‘Legends Never Die’, un dueto con la mismísima Shania Twain. Sí, la artista de country femenina más vendedora de toda la historia. Otra curiosidad de ‘Show Pony’ es la pista final, ‘Fancy’, una versión del éxito de Bobbie Gentry.
El segundo adelanto de ‘Show Pony’ es un tema de título totalmente marca de la casa, ‘No Glory in the West’, un tema a la guitarra acústica, de hoguera, en la onda de los Elvis Presley y Johnny Cash más melancólicos. En su videoclip, Orville montando a caballo por un precioso paraje natural. Con un ojo a quienes allanaron el camino y otro al futuro, ¿ha nacido una estrella?
Mala Rodríguez se ha sacudido hoy los sietes años de espera tras ‘Bruja’ con ‘MALA‘, su esperadísimo nuevo álbum. Un disco en el que refleja a la perfección su ausencia de prejuicios y su visión cada vez más amplia dentro de las músicas urbanas. De hecho, entre temas con ecos jamaicanos y post-reggaetoneros, se ha atrevido hasta con una balada al piano como ‘Mami‘. Pero no ha abandonado, en ningún caso, el espíritu del hip hop más duro en el que se iniciaba a comienzos de siglo, como demuestra ‘Nuevas drogas’.
Y, en esa visión, María Rodríguez no deja de lado el futuro, al que parece enfocar en la impactante reinvención de sí misma que es ‘Superbalada’. Se trata de un medio tiempo impactante por varios motivos. Primero por una instrumentación que redunda en los ritmos caribeños que copan gran parte del disco que, a la vez, se ven envueltos por sintetizadores de tintes retro algo épicos (a lo M83, por ejemplo) que enfatizan las constantes subidas y bajadas de intensidad. Y después, por una de las interpretaciones vocales de La Mala más apabullantes de su carrera.
En ella, Rodríguez presume de su flow más reconocible, aderezado con cantes extrañamente dulces en ella. Pero ese perfil se va endureciendo a medida que la canción avanza y su tensión se acrecenta, hasta que explota en el estribillo con unos aflamencados «¡Camina! / ¡Y enciende la luz!», que son solo un aperitivo de un final absolutamente catártico con esos «¡Enciéndela!» repetidos con un desgarro insólito, espeluznante, que pone los pelos de punta literalmente.
En una entrevista que mantuvimos con María días atrás y que publicaremos en las próximas horas/días, nos hablaba de esta ‘Superbalada’: «Cuenta la historia de dos vampiros que están perdiéndose la vida porque se están destruyendo mutuamente. Ella se mira al espejo y no se ve reflejada, y quiere subir a la azotea, a la luz, pero le da miedo porque sabe que se va a quemar. Pero si no lo hace, se va a quedar ahí toda la vida como una vampira». Es tan obvio que es una alegoría de algo mucho más real, como que contiene versos realmente potentes que apuntan a una relación autodestructiva.
En cuanto a la producción, Mala recalca que ha estado muy involucrada en todo el proceso, y que esta canción en concreto dio muchas vueltas hasta que dio con el equipo y la base adecuadas. Finalmente fueron el productor radicado en Miami Franklin «El Médico» Rodriguez (que firma también la base y está implicado en varias canciones del disco) y un artista semidesconocido llamado Samuel Díaz (que resultaba ser el canario Equisman) los que supieron poner el color apropiado a esta historia de dos seres que, pese a «estar aquí atrapados», anhelan «ir a otro lugar y ser libres de verdad».
Como se había dejado entrever hace unos días, Bilbao BBK Live aplaza su edición de 2020, pasando a 2021, debido a «los problemas derivados de la crisis de la Covid-19». La organización puede confirmar, eso sí, la presencia de varios de los grandes nombres del cartel que esperábamos este año: Bad Bunny, Pet Shop Boys y The Killers siguen en cabeza, entre otros. Las nuevas fechas serán el 8, 9 y 10 de julio de 2021.
Atentos al comunicado: «En euskera no existe la palabra “enamorado”, existe “maiteminduta”, que se compone de dos palabras que hoy hablan por nosotros. Así que, aunque al decir Kobetamendi maiteminduta pensamos en «enamorado de Kobetamendi», en realidad estamos diciendo «herido de amor por Kobetamendi”. Porque así es como nos sentimos hoy, heridos al confirmar que este verano no tendremos Bilbao BBK Live 2020, pero enamorados de Kobetamendi, por todo lo que nos hace sentir. Sabemos que esta tristeza es compartida por las miles de personas que esperaban con ilusión su cita anual con la mágica montaña, que año a año nos espera impaciente y nos invita a evadirnos y dejarnos llevar por el goce pleno de la de música en directo. Nos sentimos muy unidos a ellas y desde aquí agradecemos su apoyo en estos momentos, y también el vuestro, los profesionales de los medios de comunicación. Cuidaos mucho, estamos deseando volver a veros en 2021».
La nota de prensa indica que «prácticamente todos los artistas han mostrado absoluta empatía y predisposición con la situación», y entre los confirmados aparte de los 3 indicados, están Bicep, Bomba Estéreo, Caribou, FKA twigs, Fontaines DC, Supergrass, El Columpio Asesino y León Benavente. Las entradas adquiridas son válidas para 2021, pero aquellas personas que no puedan acudir podrán devolverlas a través de la web del festival del 1 al 14 de junio de 2020.