Este viernes dos discos muy esperados en el mundo del pop llegaban a las plataformas de streaming: ‘Colores’ de J Balvin y ‘After Hours’ de The Weeknd. Como era de prever, ambos han sido un éxito mastodóntico a varios niveles.
En España, J Balvin toma por completo la lista diaria de Spotify España: las 10 canciones de ‘Colores’ aparecen en el top 20, exactamente en los 17 primeros puestos. ‘Amarillo’, además de ser número 1 en Youtube España con su vídeo, es el top 1 en Spotify España con 620.000 streamings en tan solo un día tan solo dentro de nuestro país. Además, las ya conocidas ‘Rojo’ y ‘Morado’ suben a los puestos 2 y 3, desplazando ’Tusa’ de Karol G al top 4. Así han caído en la lista de Spotify España las canciones de Balvin:
1.-Amarillo
2.-Rojo
3.-Morado
5.-Azul
6.-Gris
8.-Rosa
12.-Negro
13.-Verde
14.-Blanco
17.-Arcoíris
Un fenómeno parecido ocurre en las listas de streaming a nivel global con The Weeknd, pues sus 14 últimas canciones han llegado al top 40 a nivel mundial en Spotify. ‘Blinding Lights’ se mantiene en el número 1, donde ya llevaba un mes, pero ahora con 8,5 millones de streamings en tan sólo un día (3 millones más). ‘Alone Again’ llega al puesto 2, mientras ‘In Your Eyes’ lo hace al 4. Así ha quedado lo nuevo de Abel Tesfaye en el global de Spotify:
1.-Blinding Lights
2.-Alone Again
4.-In Your Eyes
6.-Too Late
7.-After Hours
8.-Hardest to Love
9.-Scared to Live
11.-Snowchild
12.-Escape from LA
13.-Heartless
16.-Faith
20.-Save Your Tears
30.-Repeat After Me
34.-Until I Bleed Out
Como curiosidad, J Balvin también sitúa todo su disco en el top 70 de Spotify a nivel global, del número 14 de ‘Rojo’ -un nuevo máximo- al número 69 de ‘Arcoíris’. Por su parte, The Weeknd en España “solo” sitúa 9 de las 14 canciones de su disco en el top 200 y solo ‘Blinding Lights’ lo hace en el top 100, exactamente en el puesto 29.
Las expectativas generadas por la serie ‘El visitante’ eran muy altas. No por la novela de Stephen King en la que se basa, bastante floja, sino por los dos escritores encargados de adaptarla: Dennis Lehane (‘Mystic River’, ‘Shutter Island’), autor de dos episodios, y el gran Richard Price, showrunner de la serie. Price es conocido por las recientes ‘The Night Of’ y ‘The Deuce’, los guiones de ‘El color del dinero’ o ‘Melodía de seducción’, el libreto del vídeo ‘Bad’ de Michael Jackson, o por estupendas novelas como ‘The Wanderers’ o ‘Los impunes’.
Además de los guionistas, estaba el excelente reparto: el protagonismo de habituales secundarios de lujo como Ben Mendelsohn, Paddy Considine o Bill Camp, y la presencia de Cynthia Erivo, una de las estrellas emergentes de Hollywood (recientemente nominada al Oscar por ‘Harriet’). También era un gran aliciente la presencia de Danny Bensi y Saunder Jurriaans, uno de los dúos musicales más interesantes de la actualidad (‘Martha Marcy May Marlene‘, ‘Enemy’, ‘Ozark‘), autores de bandas sonoras muy en la línea de Hildur Gudnadóttir o Mica Levi.
¿Qué podía fallar en la serie? Nada. Si acaso el ritmo, que a veces resulta excesivamente moroso para la información –dramática, atmosférica- que aporta la narración. Algo que quizás tenga que ver con la necesidad de cubrir diez episodios de una hora. Pero nada más. ‘El visitante’, cuyo polisémico título original, ‘The Outsider’, es mucho más sugerente (hay un diálogo clave en el último capítulo que juega con ese doble significado, foráneo-marginado), es una serie excelente. Un realista drama criminal, con asesinatos de niños como premisa argumental, que, poco a poco, se va transformando (no desvelo nada que no aparezca en la sinopsis de HBO) en un misterio inexplicable.
En muchos sentidos, ‘El visitante’ es como si Richard Price hubiera trasladado las claves estilísticas y narrativas de ‘The Night Of’ -su crudo realismo, pesimismo y melancolía- al universo fantástico de Stephen King. En particular al de la novela ‘It’, a cuyos capítulos finales, con esa reunión de adultos en busca del “monstruo”, recuerda bastante. El creador combina esos dos universos tan antitéticos a través del encuentro de los dos protagonistas: el policía, símbolo de la lógica y la razón (un personaje que podría haber salido de la comisaría de ‘The Night Of’), y la detective privada, una mujer con habilidades especiales capaz de afrontar lo inexplicable sin barreras mentales (un personaje prototípico de la literatura de King).
Este choque entre razón y sensación, entre lo ordinario y lo extraordinario, es el combustible dramático que hace avanzar la serie más allá de su premisa inicial. En esencia, ‘El visitante’ es una historia sobre la fe y la aceptación, sobre las dificultades que encuentra una mente racional para creer y aceptar tanto la inexplicable y mutante presencia del mal, como la dolorosa e inasumible ausencia de un hijo. ¿Habrá segunda temporada? Atención a la secuencia poscréditos. 8,5.
Kanye West no tuvo suficiente con interrumpir una ceremonia de premios para decir al mundo que Beyoncé y no Taylor Swift era la que merecía un premio MTV, sino que años después en 2016 incluyó en su single ‘Famous’ la cita «I made that bitch famous» en referencia a la autora de ‘Fearless’.
Kanye siempre sostuvo que Taylor Swift había aprobado la cita y Taylor lo negó. Kim Kardashian llegó a publicar una pequeña prueba de que tal conversación existió, pero ahora se ha filtrado una conversación telefónica larga, y parece revelar que Taylor tenía razón.
En el vídeo se ve a Kanye bastante nervioso, tratando de convencer a Taylor de que apruebe una línea para una canción que va a generar controversia, pero haciendo todo un circunloquio para llegar a la cita. Para él, dice, es importante tener la aprobación de Taylor porque tiene «un ejército de 2.000 millones de seguidores». Llega a decir que a su esposa la frase le pareció «una locura» pero ahora es su «parte favorita». «¿Es algo ruin?», pregunta Swift, encontrándose con la negativa de West: «No, no creo que sea ruin».
Kanye, tras todo el circunloquio, le dice la frase «creo que Taylor todavía me debe sexo» (que modificó ligeramente al final), pero no la siguiente y más polémica, que era o terminó siendo «yo hice a esa zorra famosa». Y en todo caso, Taylor simplemente dice que «no le parece ruin», pero que tiene que pensarlo, después de un pequeño ataque de risa. «Cuando oyes algo por primera vez, necesitas pensarlo, porque es una locura». Al menos ahí termina el vídeo filtrado, llevando a media humanidad a convertir #KanyeWestIsOver en «trending topic» mundial.
En un par de días publicaremos un Especial Meister of the Week en el que artistas que han pasado por esta sección, como Los Punsetes, Carolina Durante o Cariño nos cuentan qué están haciendo durante esta cuarentena debida-a-la-crisis-del-coronavirus. No os lo perdáis porque veréis que hay absolutamente de todo.
Por su parte, Joe Crepúsculo se ha entretenido componiendo una canción nueva que ha titulado de manera muy gráfica ‘Cuarentena sin ti’. Se trata de una balada de tintes country en la que han colaborado -suponemos que de manera telemática- Alberto Martínez del Río y Sergio Pérez y en la que narra la cotidianidad de estos días. «Las calles hoy están desiertas y yo por dentro también desierto / Ayer me peleé en el súper por un rollo de papel / y ahora estoy sentado sin comer», comienza diciendo, recordando algo musicalmente a los tiempos de ‘Supercrepus’.
Joe Crepúsculo da así continuidad a una ristra de temas sueltos que ha incluido ‘Vete a la mierda’, ‘España’, ‘Todo se corrompe’ y ‘Ratas salvajes’. Solo que este seguro que no lo tenía ideado cuando nos decía hace poco más de un año que tenía ya canciones suficientes para componer un nuevo LP, en caso de que “le atropellara el autobús de Orcasitas”.
Es fascinante ver cómo la música de Bad Bunny, que de forma comodona algunas metíamos en el saco de “reggaeton”, ha ido mutando a un neo-súperpop-urbano. Sí, reconozco que la etiqueta es digna de la Rockdelux en sus mejores tiempos; pero es que Bad Bunny se ha erigido en creador de puros pelotazos. Y lo ha hecho asimilando todas las herencias a su alcance; no sólo lo latino y lo urbano, sino recogiendo también el fulgor del pop comercial de los 80, el dance noventero, etc.
‘La difícil’, que no termina de hacerse con el número 1 en España debido a la constancia de ‘Tusa’, ejemplifica todo esto. No sé muy bien de qué va la letra; si de la tópica femme fatale que juega con su enamorado, si de una mujer empoderada y libre sexualmente, si de todo eso a la vez… A ratos, me hace fruncir el ceño (a ver, Benito, ¿qué me estás contando?). Pero en términos musicales, no se le puede negar que es un hit. Es un tiro; breve, fácil y súper pegadizo.
El single de ‘YHLQMDLG‘ tiene una estructura de canción pop muy clásica: intro-puente-estribillos-cierre, a la que hay que sumar multitud de elementos, como el ritmo reggaetonero incitando al baile, la introducción calmadita para romper en un festival de ritmos sincopados y fuertes, ganchos vocales, subidón en el estribillo uno (el de “tiene a todos los nenes locos”), bajando ligeramente en el segundo (“Se hace la difícil, pero se va”), el crescendo del “¡Prende! ¡Pasa!”. Y, claro, la voz de Benito dominando y dirigiendo el conjunto. Éxito incontestable.
The Killers estrenan el vídeo de ‘Caution’, primer single del disco ‘Imploding the Mirage’ que publican a finales del mes de mayo. Se trata de una pieza de corte cinematográfico y retro dirigida por Sing Lee que aún tenemos que poner en contexto. Vemos escenas de un romance adolescente y de drama familiar, pero se trata tan sólo de la primera parte de un vídeo más largo con el que se presentará todo el álbum. Hasta entonces os dejamos con las diversas críticas de parte de la redacción a la canción.
«Pasan los años y el calado de ‘Mr Brightside’ en la sociedad no para de crecer: convertida en un absoluto clásico al borde de los 1.000 millones de reproducciones en Spotify, consolida a The Killers como una banda llenaestadios de por vida. Para ese cometido, el de actuar en arenas y festivales tipo Bilbao BBK Live, The Killers cumplen en el adelanto de ‘Imploding the Mirage’. No sorprenden o entusiasman como el día que lanzaron ‘Human’ (¿alguien lo espera a estas alturas?)… pero tampoco puede decirse nada demasiado malo de ‘Caution’. Es un single eufórico, bailable como el Bruce Springsteen más uptempo de los 80 (el de ‘Dancing in the Dark’), con una bonita historia detrás con protagonista femenina, y además con el morbo de saber que colaboran Jonathan Rado de Foxygen y el ahora apestado de Fleetwood Mac Lindsey Buckingham, perfectamente reconocible en una de las guitarras eléctricas del final». Sebas E. Alonso.
«La mala noticia de ‘Caution’ es que, de primeras, no va a ser otro single de The Killers que trascenderá a su público para ser querido por todo el mundo, como ‘Mr. Brightside’ o ‘Human’. No, de momento ‘Caution’ no es esa canción, o quizá esté escondida por «precaución» frente al coronavirus. Lo que sí es ‘Caution’ es una estupenda canción de rock de carretera, todo un chute de energía muy bien usada en esos ataques de guitarra acústica presentes en el estribillo, y que consiguen ser muy adictivos. Pero lo que más me llama la atención de ella es que suena totalmente inspirada en el trabajo de The War on Drugs, y el hecho de que Adam Granduciel haya participado en el álbum solo confirma esta observación». Jordi Bardají
«La verdad es que sería necio esperar que el nuevo single de The Killers fuera una nadería. Y no solo por la implicación directa de Lindsay Buckingham, que ya debería ser en sí una garantía, sino porque detrás también están Jonathan Rado –que se ha revelado como un consumado productor no solo con Foxygen sino también con Father John Misty, Weyes Blood, The Lemon Drops– y Shawn Everett, ganador de cinco Grammy por el sonido de álbumes de Alabama Shakes, Kacey Musgraves, The War On Drugs… Y además, ahora que The Killers han pasado a ser un trío, en los créditos encontramos al australiano Alex Cameron como co-autor de la canción y a Blake Mills, reputado músico de sesión al que podemos encontrar en discos de Beachwood Sparks o Cass McCombs como en trabajos de Ed Sheeran o Randy Newman. Con esos ingredientes nada podría salir mal… sobre el papel. Pero la realidad es que a ‘Caution’, pese a su incontestable sonido y construcción, le falta un puntito más de gancho. Es lo que tiene tratar de emular a Bruce Springsteen, que si no estás a la altura, puedes quedar en evidencia». Raúl Guillén.
Ni a quienes anhelaran más colaboraciones con Daft Punk, ni a quienes se quedaran esperando la continuación de la frase de ‘My Dear Melancholy,‘ después de la coma, ni a quienes aún fantaseen con un ‘Trilogy’ condensado, ni a quienes ahora desearan que su colaboración con Oneohtrix Point Never fuera más radical. ‘After Hours’ no se concentra en ninguna de las diferentes caras de Abel Tesfaye. Lo explicaba muy claramente en una de las pocas entrevistas que ha concedido. A CR Fashion Book. Vía mail. «Me parece que tengo un trastorno de déficit de atención sónico y no puedo quedarme con un único sonido. Me parece que irrita a un montón de oyentes, pero así es como funciona mi cabeza».
‘After Hours’ va a ser -qué duda cabe- un mastodóntico éxito comercial: puede haber «un montón de oyentes irritados» que hagan mucho ruido, pero sobre todo hay millones de fieles. La pregunta que sí procede es si desde el punto de vista artístico, ese «TDA» puede percibirse como una caza del mayor número de streamings posible a lo Drake y Post Malone, o si The Weeknd ha podido dar a este álbum esa cohesión y sensación de conjunto de la que carecen los últimos trabajos de esos otros artistas. Que Abel Tesfaye la ha buscado es seguro: los vídeos que ha venido presentando siguen una línea narrativa, inspirándose en ‘Miedo y asco en Las Vegas’, ‘Casino’ y ‘Joker’, e introduciendo al personaje que vemos en la portada.
Dice el propio artista que ‘Heartless’ empieza exactamente donde acababa ‘My Dear Melancholy,’ (aquel EP se inspiraba en su ruptura con Selena Gomez), presentando a un personaje que va a revelar «una cara del artista desconocida para sus fans». Una persona que intenta «compensar en exceso» los pecados que ha cometido. ‘After Hours’ es un álbum mejor cuanto más se aleja del viejo The Weeknd para entregarse a esas nuevas caras, algo que sucede sobre todo en lo «sónico», no tanto en lo lírico, donde Tesfaye se ve atrapado en su identificativo -si bien algo aburrido hace rato- nubarrón de desamor y drogas, por mucho que ahora el nuevo personaje quiera echarse la culpa y pedir perdón. Él es el primero en reconocer que aunque en la actualidad es capaz de mantenerse sobrio de gira, sí sigue tomando drogas «para dejarse llevar», sobre todo durante «el proceso creativo», y la continuidad en ese plano es evidente.
En ‘Snowchild’, un «grower» por otro lado, caben citas a Swae Lee, Jay-Z, el mundo de los paparazzi y la fama («irme de gira son mis vacaciones / cada mes, nuevas acusaciones / mi única fobia es el fracaso», canta tras las acusaciones de bífobo). ‘Escape from L.A.’ comienza como su típica canción tortuosa sobre los celos y termina con una dantesca outro en la que ella se cuela en el estudio de grabación para una sesión de sexo improvisado y él considera que ese polvete es lo suficientemente relevante para nosotros como sociedad. Y ‘Hardest to Love’ lamenta «ya no siento nada / la casa que compré no es un hogar / juntos seguimos estando tan solos». En la portada del álbum vemos a Tesfaye magullado, pero así lo hemos conocido siempre. Lo bueno es que ahora sonríe, quizá porque sabe que desde el punto de vista musical sí se le han ocurrido algunas cosas nuevas que decir.
Y es que por suerte ‘Heartless’ no era indicativa como primer single de lo que encontramos en ‘After Hours’, pues es exactamente lo que ha dicho: un resquicio de su lanzamiento anterior. Pero este álbum abre nuevos caminos para el artista desde que ‘Too Late’ juega con el post-dubstep y el UK garage, y ‘Hardest to Love’ lo hace con el drum&bass, esta con una melodía totalmente edulcorada para bien, en tanto que el azúcar no era nada común en este género. Asimismo, la vena ochentera de ‘Starboy’ y ‘I Feel It Coming’ se asienta por la vía inesperada. ‘In Your Eyes’ incorpora y se recrea en un saxo que ayuda a ahogar nuestras penas y ‘Save Your Tears’ va más lejos aún en su aproximación italo, como rescatada del repertorio de Ricchi e Poveri.
Algo que no me habría sorprendido tanto si recordamos que The Weeknd llevó a la tele recientemente no su número 1 mundial ‘Blinding Lights’ (una de las mejores canciones de 2019 aunque muchos no quisieran verlo) sino un tema de este disco llamado ‘Scared to Live’ que recuerda a ‘One More Try’ de George Michael y al clásico ‘A Whiter Shade of Pale’ y que contiene elementos de ‘Your Song’ de Elton John. Tesfaye no tiene miedo a lo kitsch y ha querido desmarcarse de la moda imperante: en ‘After Hours’ no hay reggaetón, ni salsa, ni dembow, ni featuring alguno de la estrella de moda ni tampoco del rapero que lo será en los próximos meses cuando TikTok le descubra.
Una gran noticia que lo sería más todavía si el álbum estuviera un pelín mejor integrado. Hay un considerable esfuerzo aquí y allá por alimentar esa vena narrativa: ‘Faith’ (con guiño a ‘Losing My Religion’ de R.E.M.) tiene un bajo tratado que anticipa la llegada de la sección ochentera, Kevin Parker aporta su fantasía psicodélica como interludio entre esa parte ochentera y el desenlace del disco, el corte titular pretende aunar las diversas caras de The Weeknd a lo largo de 6 minutos, y el álbum encuentra su desenlace en un tema llamado ‘Until I Bleed Out’ en el que Abel «se desangra»: «no puedo moverme, estoy paralizado, no puedo explicar por qué estoy aterrorizado, estoy tan aterrorizado…» Por otro lado, es difícil sacarse de la cabeza la idea de que ‘After Hours’ está separado por secciones cuando dispone las canciones producidas por Illangelo, Max Martin y Metroboomin en general seguidas y aparte, conformando como pequeños EP’s de 3 o 4 pistas. No habrá vinilo hasta dentro de 20 semanas pero vaticino que voy a escuchar mucho sobre todo las caras A y C.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Blinding Lights’, ‘In Your Eyes’, ‘Hardest to Love’, ‘Save Your Tears’ Te gustará si: has disfrutado todas las caras de Abel Tesfaye sin atender a las letras Escúchalo: ‘In Your Eyes’ en Youtube.
El mundo eurofan no puede estar más desolado ante la crisis del coronavirus, que ha superado cualquier eurodrama que te pueda venir a la mente a lo largo de 64 años de historia, pues ha producido la primera cancelación del certamen. La organización ha emitido un comunicado para soltar una idea que ha tenido y que aún tienen que desarrollar durante los próximos «días y semanas». En un comunicado indica estar «superada por el amor recibido desde la difícil decisión de cancelar el evento de 2020» y aclara que ninguna de las canciones de esta edición podrá volver el año que viene, si bien sí sus intérpretes.
Indican: “los valores del concurso de universalidad e inclusión y nuestra tradición de celebrar la diversidad a través de la música que llevamos con orgullo son más necesarios que nunca”. Aunque no tanto como para apañar algo que contente a los eurofans: se está ideando un evento pero se descarta desde ya que sea televisado y que sea un concurso de verdad.
El comunicado indica que se está explorando “un programa alternativo, pero no una competición, para contribuir a unificar y entretener audiencias de Europa en estos tiempos tan difíciles”. Se especifica que esta programación no llegaría a través de la televisión, sino de las plataformas online del festival (redes et al), por lo que parece que optan tan solo por unificar lo que ya estaba unificado, en lugar de llegar al grueso, el público casual. Se desconoce si los 41 países y sus participantes querrán participar de esta idea.
Kenny Rogers ha fallecido a los 81 años de edad en su hogar, rodeado de su familia y por causas naturales según revela su cuenta de Twitter oficial. El pasado año el artista ya había sido hospitalizado por deshidratación, entre rumores de que su salud estaba empeorando. En 2015 anunció su gira de despedida, y llegó a visitar varios países incluso en Europa, pero en 2018 tuvo que cancelar fechas por razones de salud.
El artista será recordado por ser una de las mayores leyendas del country en Estados Unidos, pues logró trascender las barreras de este género para alcanzar el número 1 del Billboard Hot 100 en un par de ocasiones: con ‘Lady’ (escrita por Lionel Richie) a principios de los años 80 y después junto a Dolly Parton en ‘Islands in the Stream’, un clásico universal que no solo gustó a los fans de la música country. La primera llegó de hecho a ser puesto 9 en las listas españolas de singles (al igual que ‘The Gambler’), y la segunda al puesto 28; algo muy inusual en el género.
También contó con un sinfín de éxitos más y de hecho un “greatest hits” suyo es uno de los discos más vendidos de la historia en América, al haber despachado 12 millones de copias solo dentro de Estados Unidos, siendo igualmente disco de diamante en Canadá. Su álbum de estudio más exitoso sería ‘The Gambler’ que, editado en 1978, sería 5 veces platino por la venta de 5 millones de unidades, alimentado por una serie de películas homónimas para televisión protagonizadas por él mismo.
Este viernes, 20 de marzo, Triángulo de Amor Bizarro publicaban su quinto álbum de estudio, homónimo (aunque del revés y todo junto: ‘oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ’). Un disco con el que pretenden dar un giro a su carrera tras más de diez años, cuatro discos, varios EPs y discos de rarezas, que les han encumbrado como el grupo crucial en el rock nacional de este siglo XXI. Punto. No es ninguna sorpresa, por tanto, que estemos ante otro discazo más, un álbum muy diverso en el que han cambiado sus hábitos de trabajo para insuflar nuevos bríos a su música, pero manteniéndose tan reconocibles como siempre.
Tras una primera mitad de esta entrevista en la que Rodrigo Caamaño (voz, guitarra) y Rafael Mallo (batería) nos hablaban sobre el origen de este disco, sus pretensiones y cambios de enfoque creativo, en esta segunda parte se detienen más en hablarnos de las canciones en sí, tanto de los singles como otros temas destacados del álbum, influencias, inspiraciones, profecías, coronavirus y el incierto futuro que este nos deja para la cultura en general y la música en particular.
Hablábamos antes de ‘Ruptura’ y… bueno, es tremendo como ahora mismo se ha convertido un poco en una banda sonora de lo que estábamos viviendo. De hecho, en la descripción que subisteis de Instagram mencionáis como inspiración «el miedo a las epidemias»…
(Risas)
Rodrigo: «Sí, hay varias cosas en el disco que están resultando un poco profecías autocumplidas y… (Risas) Incluso alguna a nivel personal, que es como «¡ay, ma! ¡ay, ma!»» (Risas) «A eso me refería también cuando decía que para nosotros es un disco contemporáneo».
Bueno, es que al margen de esta crisis, la canción plasma la sensación de que estamos instalados en el pánico y la emergencia permanente.
Rodrigo: «Sí, sí, es lo que decíamos antes, que este mundo hiperconectado, hiperacelerado, produce ansiedad por el pánico a descolgarnos durante un segundo de la actividad del mundo. Parece que una de las cosas que más angustia a la gente con esto del coronavirus es que obligan a quedarse en casa durante quince días, que el mundo va a ser girando y que nosotros no podemos ir a esa misma velocidad. Eso es muy chungo para el ser humano, ese rollo de ansiedad perpetua. Somos animales que requerimos otro ritmo vital».
Rafa: «Eso te pone muy loco y hace que todo sea más grande de lo que es cuando pasan este tipo de cosas».
Rodrigo: «Pues sí, porque mira nosotros vivimos aquí en el pueblo (Nde: Abanqueiro) y, para bien o para mal, se lleva a otro ritmo, otra tranquilidad. A nosotros nos costó acostumbrarnos, y eso que veníamos de A Coruña, que es una ciudad manejable. Y ahora entras en esa dinámica y te da otra paz, lo sigues un poco como espectador».
«Este mundo hiperconectado, hiperacelerado, produce ansiedad por el pánico a descolgarnos durante un segundo de la actividad del mundo»
Y, aunque son temas muy distintos, habéis adelantado consecutivamente ‘Fukushima‘, que decís habla de una «soledad culpable». No sé si tiene también esa lectura, de sentirte mal al aislarte por quedar fuera de esa dinámica.
Rodrigo: «Sí. Son dos canciones muy diferentes, pero son dos caras de la misma moneda, porque tienen una instrumentación similar, sin guitarras, ese rollo frío y seco, sintético… Y además son bastante tristes, porque hablan de eso, de la interconexión y de las pantallas, una desde un lado ultraviolento y otra desde la soledad absoluta».
«En este disco nos encontramos con lo que yo entiendo que es un lujo, que es poder hacer cosas en teoría supersimples que nunca habíamos hecho antes»
La melancolía, que era ese concepto que nunca habíais trabajado, como decíais.
Rodrigo: «Sí, sí, pensábamos «en tantos años, y no tenemos una canción puramente melancólica». Fue ese el punto, no porque lo anterior… Sino por probar cosas diferentes. En este disco nos encontramos con lo que yo entiendo que es un lujo, que es poder hacer cosas en teoría supersimples que nunca habíamos hecho antes: una canción con una guitarra acústica, una canción con un tempo más reposado… Nunca fuimos por ahí en nuestra discografía, y además eso juntarlo con lo que hemos hecho siempre. Por eso consideramos que es un disco de pop, no de rock and roll como ‘Salve Discordia‘».
Tiene una secuencia un poco extraña, atípica, que arranca con ‘Ruptura’, que es muy sucia, y luego continúa ‘No eres tú’, que es un tema dub un poco de impasse… y luego empieza la caña. ¿Cuál fue el planteamiento de la secuencia?
Rodrigo: «Fue bastante locura, la verdad. Siempre nos cuesta secuenciar los discos, siempre le damos muchas vueltas, a lo mejor demasiadas. Pero intentamos que tenga una narración interna, que a lo mejor nadie ve pero a nosotros nos parece que funciona. Por ejemplo ‘No eres tú’ es una canción que me parece a mí que marca el ambiente, como si en una película fuera un plano largo que muestra la calle. Esa canción daba ese poder, de marcar el tono que queríamos que tuviese el disco. Ahí tuvimos mucho debate, probamos muchas combinaciones. Probamos con ‘Fukushima’ como corte dos, de hecho. Pero de repente daba como una sensación de tristeza que impregnaba todo el disco y de repente no reflejaba lo que es. Pero son sensaciones subjetivas, no sé».
Rafa: «Nosotros nos preocupamos mucho de ordenar el disco como oyentes, ver por dónde te lleva».
Rodrigo: «Probamos varios órdenes y algunos nos llevaban a cómo eran los discos anteriores, y queríamos romper con eso».
Y luego arranca ‘Vigilantes del espejo‘, que es como la típica canción que todo el mundo esperaría que cantara Isa…
(Rafa se parte de risa)
«El planteamiento de ‘Vigilantes del espejo’ fue hacerla sobre el mal, el mal para todos»
… Pero además es que tu voz suena como alterada, como distorsionada, que es algo que parece que habéis probado en otros temas.
Rodrigo: «No, no tiene nada. En ‘Ruptura’ sí que está tratada con unos pitchshifters, está muy sintética. Pero las otras no tienen nada».
Rafa: «Es histrionismo». (Risas)
Rodrigo: «Es más bien que he probado formas de cantar, con más aire, más violento… y en este caso, más llorón. Es que esta es una canción para que la cante un hombre en clave llorona. Sí que la probamos con Isa, pero no se sentía cómoda, ni tiene tanta melodía de voz, que es donde ella más brilla. Ni encajaba, porque busca más la figura de cantante solista ochentero llorón, un poco histriónico».
Entiendo que esto es por su letra, que es, digamos, un himno de corrupción espiritual. ¿O tiene mucho de ironía?
Rodrigo: (Ríe) «Hay mucho que hablar ahí».
Rafa: (Riendo también) «El planteamiento de esta canción fue hacerla sobre el mal, el mal para todos». (Risas) «Al terminar la canción nos dimos cuenta de que es de una doble maldad: probablemente todo el mundo de nuestra generación se va a ver reflejado en ella, y para mal; y encima con una música que para esas mismas personas es familiar y nos gusta. Doble maldad».
Rodrigo: «La intención fue «vamos a hacer la canción más maligna que podamos», o sea, que el mal haya entrado en ti sin que te hayas… La letra es realmente para joderle la cabeza a nuestros amigos cuarentañeros». (Risas)
Realmente yo he visto a cuarentañeros engorilados en festivales que son la personificación del mal.
(Risas)
Rodrigo: «Exacto, exacto».
Musicalmente le veo un aire muy claro a The Cure, que es una influencia que nunca había percibido en vosotros, y que también me llega en ‘Cura tu corazón’.
Rodrigo: «‘Disintegration’ de The Cure es un disco que nos marcó muchísimo, es un clásico. Y es un grupo que nos lleva acompañando toda la vida, siempre. Así que cuando pensamos en hacer una canción de pop de guitarras, inmediatamente vas a esa época».
Rafa: «También a ‘Technique’, Cocteau Twins, The Smiths…»
Rodrigo: «Es lo que decía antes, son cosas que siempre estuvieron ahí y ¡nos ponemos a hacerlas en el quinto disco!» (Risas)
Rafa: «Además nosotros tocando nunca tuvimos una canción tan… así. Siempre quisimos hacer canciones pop. Podría haber sido en el segundo disco, pero llegó ahora y de esta forma: juntando canciones muy diferentes que llegan de otros lados, pensando en ideas».
Rodrigo: «Pero estamos llegando a partir de nuestro sonido, no es como si descubriéramos ahora a The Cure e intentáramos copiar, como hacen otros. El punto de partida es ver cómo eso encaja en nuestro propio sonido, en medio de temas de brutalidad y caña absoluta. Tenemos nuestro sonido de bajo, nuestro sonido de batería… y eso tiene muchas vueltas, muchos recovecos. Y ahora la estamos ensayando y está encajando perfectamente (en el repertorio), aunque el «sonido The Cure» es casi opuesto a nosotros en cuanto a producción».
Rafa: «Hicimos una aproximación a un tipo de canción, pero desde nosotros».
En otro de esos extremos, está ‘Canción de la fama’ que es un poco el sonido clásico de Triángulo de Amor Bizarro. En ella atacáis un poco la industria del pop contemporáneo, curiosamente.
Rodrigo: «En realidad es el mismo perro con distinto collar. Es igual que la industria del pop de finales de los 80 o de los 90, siempre a base de pasta. Cuando llegó Internet lo tuvieron jodido, a finales de los 90 y primeros 00, hubo mucho caos y fue una etapa brillante para la música. Y al final lo resolvieron igual: con pasta dominaron Internet. Trata de la proyección del marketing, de ser famoso como el fin último de cualquier ser humano, el sueño del capitalismo. ¡Y no vas a ser famoso! Si hay 50 millones de personas y 20 intentan ser famosos, ¡no lo van a ser! ¡Es el gran timo! En la época de Michael Jackson, más allá de la música, consistía en ver cómo se despedazaba a un ser humano delante de todos en pos de la fama. Y ahora ese circo se repite. Pero no quiero tampoco verlo de una perspectiva… No voy a decir que es malo. Todos fuimos adolescentes, y en un sentido es muy disfrutable ese faranduleo un poco petardo. Nuestro punto fue hacer una canción de burla».
«Si hay 50 millones de personas y 20 intentan ser famosos, ¡no lo van a ser! ¡Es el gran timo!»
Le dais cierta épica, con frases como «caerá sobre mis detractores todo el peso de mis seguidores». Es un lenguaje de guerra, de enfrentamientos que quizá antes no eran tan públicos.
Rodrigo: «Claro, porque ahora todo es público. Pero es que la fama es un rollo puramente individualista, y que implica pasar por encima de los cadáveres de tus antiguos amigos, no hay otra forma. Siempre es así, no hay otra forma. Pasa con los futbolistas: de 500 niños que comparten club, solo llega arriba uno y deja atrás a 499 detrás».
Rafa: «Los perdedores no existen».
Rodrigo: «No existen, es un juego de perdedores y un ganador… que está condenado a una plaga bíblica, tío. Su vida va a ser un puto infierno. ¡Que mataron a Prince! ¡Mataron a Michael Jackson! ¡Y eran genios de la música! Imagínate sin ser un genio de la música universal, qué te puede pasar. Es lo de siempre. Y ahora con las redes sociales e Internet, se reinició el mundo y está volviendo a pasar lo que pasó siempre, pero las nuevas generaciones lo están tomando como si nunca hubiese pasado. Es igual, lo único que cambian los medios y ahora todo es a nivel universal».
Esa canción también da para hablar mucho, porque ahí… hay para todos. Cantas «cada periodista que no hace preguntas», citas la Rueda de la SGAE… Atizáis a diestro y siniestro a la industria.
Rodrigo: «Es que en eso de la fama se implican todos. A veces también se generan corrientes de opinión para justificar todo, es el marketing aplicado a las personas. Y a mí eso me parece jodido. Volvemos a lo del centrismo, a la falta absoluta de personalidad. Hay individualismo a costa de la individualidad del resto de seres humanos, a costa de que el resto no seamos más que dadores de likes. Es algo digno de que nosotros, como músicos, nos planteemos hacer una canción. Aunque da para un disco… ¡Cuádruple!» (Risas)
«¿Qué dices de Abascal? ¿Qué ha hecho? ¡Nada! No da ni para hablar mal de él, es… ¡un gilipollas! ¿Le voy a hacer una canción?»
Viniendo de un EP como ‘El Gatopardo’, que era muy explícito políticamente, en este disco es algo que está más diluido. Quizá la más explícita sea ‘Calígula 2025’. Igual esa figura de un emperador totalitario, ahora que en España tenemos un gobierno de coalición, puede por fin perderse.
Rodrigo: «Pero tenemos a Trump, a Bolsonaro…» (Risas)
Rafa: «Figuras así no faltan. De todos modos, justo «Calígula» es la canción más difícil de ubicar en el disco, porque representa a ese estereotipo de dictador de república bananera, que asciende en un golpe militar, que lo tenemos muy interiorizado… pero que ahora ha adquirido otras formas».
Rodrigo: «Esta letra tuvo muchas vueltas…»
Rafa: «Y muchas bases».
Rodrigo: «De hecho había una versión que quedó en nada, que hablaba de (Santiago) Abascal. Más que nada porque me quedaba sin cosas qué decir. ¿Qué dices de Abascal? ¿Qué ha hecho? ¡Nada! Tiene una vida… No hizo nada reseñable. Llevaba dos letras en paralelo, una de un dictador imaginario y otro muy de ahora, como este de Vox. ¡Y me quedaba sin letra! Es un personaje, también, de conjunto vacío, es la nada absoluta. Era un pijo que vio ahí la oportunidad y se metió en el rollo legionario… ¡Si no fue a la Legión! ¡Yo tengo amigos que fueron a la Legión! Y tienen unas aventuras que contar… ¡Él no tiene ni eso! No da ni para hablar mal de él, que es… ¡un gilipollas! ¿Le voy a hacer una canción?»
Rafa: «Si no puedes siquiera sacarle miga para una canción, algo falla».
Rodrigo: «Preferimos hablar de un dictador, de una figura maligna que tenga algo de chicha. Es la canción más gótica, aún no sabemos bien ni de qué queríamos hablar».
«Isa con este disco terminó viéndose mucho más suelta. Empezó a sacar una voz mucho más aguda, de manera natural fue alargando más las notas, y hemos jugado mucho con eso»
Llama mucho también en cuanto a estructura ‘Folía de las apariciones’, que no sé si se llama así por ese aire medieval que tiene.
Rafa: «Surgió un día que escuchábamos en la furgoneta en la radio ‘Música y significado‘ (se emite en Radio Clásica de RNE), que habla de música clásica pero con pinceladas técnicas, y dedicaron un programa a la folía. Y ahí empezó a barrenar un poco la idea, sobre ese concepto de acordes.»
Rodrigo: «Son unos acordes muy misteriosos. Es de las pocas músicas cuyo origen es puramente ibérico, y van pincelando la música del barroco, la clásica, incluso el folclore americano. Es una rueda de acordes muy particular, con un rollo circular muy poco habitual en la época».
Rafa: «Es como un versión primigenia del blues».
Rodrigo: «Sí, tienen esa misma estructura circular. Son unos acordes extraños, que no son nada diatónicos, mezclan menores y mayores. Y dijimos «¿qué podemos hacer con esto?» Se nos ocurrió hacer una canción estilo ‘Barca quemada’, pero llevándola a un rollo… Curiosamente Isa estaba leyendo ‘Cumbres borrascosas’, también estábamos muy metidos otra vez en Kate Bush, justo en la época de ‘Wuthering Heights’… Y todo eso nos llevó a una historia de amor fantasmal, de romanticismo clásico, de suicidios… Y todo eso encajó con un beat muy nuestro que…»
Rafa: «Volvió a ser lo que decíamos antes, como un puzzle de conceptos que fuimos aportando cada uno por nuestro lado. Usamos ese beat pero adaptándolo a lo que teníamos. Y así acabó siendo la folía».
Rodrigo: «Yo creo que también Isa con este disco terminó viéndose mucho más suelta. Empezó a sacar una voz mucho más aguda, de manera natural fue alargando más las notas, y hemos jugado mucho con eso. Y en esta canción encajó con ese romanticismo decadente, aunque rítmicamente encaja con algo muy nuestro».
Rafa: «Esta canción dio muchas vueltas, parece así muy cerradita, pero…»
Rodrigo: «Incluso en la instrumentación. Estábamos con teclados más ambient… y de repente dijimos «¡Hostia! ¡Esto es Medina Azahara!» Estábamos pensando en Los Módulos, con un órgano Farfisa que encajase las notas, pero la velocidad influía mucho… En cuanto a armonización, se nos iba totalmente de lo que conocíamos, y fue una aventura».
Es otra de esas canciones en las que Isa se sitúa en primera persona, que al final termina siendo muy atractivo.
Rodrigo: «Bueno, ella representa a un fantasma, no se sabe muy bien… (Risas) Pero en ese sentido también es muy contemporánea, porque los raperos están todo el día con el «yo, yo, yo, yo». Quisimos meterlo como ese guiño, me parece superinteresante, en contraposición al pop, que suele usar una primera persona un poco figurada. En ‘El gatopardo’ (se refiere a la canción ‘O Isa’) era otro rollo, porque representaba a un personaje. En este caso es ella, no es la Isabel La Católica de aquella canción, y era también una manera de resolver eso».
«Si no hubiésemos publicado ‘El gatopardo’ entonces, este habría sido un disco muy distinto»
Precisamente, aunque estaba por medio ‘El gatopardo’, este disco es el que más tiempo os ha llevado concretar. ¿Es porque ha crecido vuestro nivel de autoexigencia?
Ambos: «No».
Rodrigo: «Habla tú».
Rafa: «El momento de ‘El gatopardo‘ fue que teníamos esas canciones que expresaban algo muy concreto, muy político. Si no las hubiésemos publicado entonces, este habría sido un disco muy distinto. Y fue una manera, como decíamos, de parar eso y centrarnos en lo personal, en nosotros. Y al final el proceso de un disco no sabes lo que te va a llevar. Nosotros podemos tardar un año, año y pico…»
Rodrigo: «Bueno, a ver, ese año extra fue el año que estuvimos girando con ‘El gatopardo’. Hicimos más conciertos de los que pensábamos. Al final te metes en algo… empezó siendo un single, luego acabó siendo un EP que tuvo como muchas vueltas. Luego lo presentamos, aunque no era un disco… Y fue como una continuación de la presentación de ‘Salve Discordia’. Ese año fue la diferencia, porque nuestro tiempo es…»
Rafa: «Eso, más o menos un año o año y pico componiendo, más luego lo que tardas en grabar, acabas de formar todo…»
Rodrigo: «Este disco lo grabamos en octubre. Entre mezclas, va a fábrica, y todo eso, al final sale en marzo. Hay unos meses ahí que… ¡Esos meses me gustaría que fuesen más rápido! (Risas) Pero es complicado, lo sabemos. Al final estos meses preparas la gira, los conciertos, todo eso».
Precisamente empezáis (o eso esperamos) en unas semanas las presentaciones. Que curiosamente, parece que van a ser sobre todo en festivales, no en salas. ¿Es un poco un reto también?
Rafa: «La presentación oficial es en Madrid en octubre, pero sí, antes va a haber muchos conciertos y tenemos un montón de nuevas cosas en el directo que estamos trabajando y tenemos que rodar. Pero bueno, realmente nos sentimos bastante cómodos en los festivales. A ver ahora, que no se sabe bien qué va a pasar…»
Rodrigo: «La idea es empezar en abril con algunos eventos, conciertos de sala, y en mayo ya serán festivales. Pero, claro…» (Risas)
Rafa: «Vivimos en una incertidumbre total».
Rodrigo: «Lo único seguro es que el disco sale el 20 de marzo. A ver si vale para algo Internet, olvidaos de ir a la tienda. Igual te lo pueden enviar por correo, pero el 20 de marzo está en Internet».
Rafa: «Y se puede oír».
Sin ser ni siquiera un single, ‘Big Bang’ ha supuesto uno de los momentos más mágicos de la carrera de Zahara, máxime desde que la vimos bailándola a modo de vals con Pucho de Vetusta Morla durante el concierto único Contrapunto. Pero el tema incluido en ‘Astronauta‘ era en realidad una composición que partía de una idea de Miguel Rivera, líder de Maga. Zahara es tan fan de Maga que durante un tiempo tuvo que evitar que cada canción que escribía recordara a ellos. Una vez superado el trauma, una vez labrado su propio camino, para este último álbum decidió pedirle a Miguel una colaboración, y este le pasó una serie de textos de los que ella cogió unos fragmentos.
Así nació ‘Big Bang’. Y tras el éxito del último libro de Zahara para Verso & Cuento, ‘Teoría de los cuerpos‘, la colección de Penguin Random House en la que, en general, cantantes publican sus contribuciones al mundo de la Literatura, la editorial decidió pedirle a Miguel Rivera que sacase un libro también. Dice el artista que a sus 45 años no ha podido motivarle más hacer algo por primera vez y ‘Sistemas binarios’ es el resultado, comenzando con ‘Big Bang’, el relato que inspiró la canción que ya conocemos.
Maga fueron conocidos por el carácter abstracto de sus letras e incluso por cierta querencia surrealista y ese imaginario es el que empapa este libro, como se aprecia desde las mismas ilustraciones de Francisco Lemos (que ya había hecho alguna portada para Maga), en las referencias astronómicas o en relatos como ‘Pleamar’, en el que cada noche la cabaña de los protagonistas se inunda (el agua era una de las obsesiones del grupo sevillano). Son historias de desamor, frustración y soledad, en las que también caben el recuerdo de la infancia perdida y el descubrimiento de la sexualidad a través de la portada de ‘Blind Faith’.
Miguel Rivera nos presenta una combinación de poemas libres y pequeños relatos dividida en 5 bloques, en los que aparecen retazos autobiográficos (la referencia al citado supergrupo de Steve Winwood y Eric Clapton), pero en el que los momentos más estimulantes llegan cuando el autor deja de lado el poso más romántico y tradicional para adentrarse en mundos más abstractos e intangibles, cual Alicia -un nombre aquí recurrente- en el país de las maravillas.
Leemos un texto sobre un ‘Piso de alquiler’ perfecto para los tiempos desinfectantes en que este año habita el Día Mundial de la Poesía, y son muchos los que pueden empatizar con la cara más amarga del amor dependiente y «loser», manifestado en poemas como ‘Imitación’. Sin embargo, son los textos en los que Rivera deja volar su imaginación los que dejan más poso, de los universos paralelos y la paranoia (¿o la búsqueda del yo?) de ‘Todas las posibilidades de mí’ al cambio de sujeto que ofrecen ‘Como un abril en Chernóbil’ o el final ‘Flores rojas que matan’. 7. Disponible en versión Kindle.
Ana Tijoux vuelve con un nuevo disco de título abiertamente político. ‘Antifa Dance’ saldrá en algún momento de este año (se desconoce la fecha por ahora), y la artista chilena, que a finales del año pasado estrenaba la canción protesta #CACEROLAZO en denuncia a la violencia policial vivida entonces en su país, va a por todas con el primer single de este trabajo, el que lo titula.
Se trata de una canción bailable y visceral, de robustos ritmos inspirados en el funk brasileño, en la que Tijoux remarca su posición «internacionalista, anticolonialista y antifascista». Sobre ella escribe: «Ante el autoritarismo, la imposición, la discriminación, el odio implacable al otro, volvemos a retomar con toda su fuerza la palabra Arte. Aquel arte embestido de música, colores, aquel arte que baila como respuesta, como movimiento organizado de bella rebeldía». La artista añade que por esta razón ha decidido hacer un álbum bailable, pues considera que «del dolor nace el acto más puro de amor y resistencia».
El vídeo de ‘Antifa Dance’ presenta una estética post-apocalíptica e industrial, está dirigido por Daniela López Lugo y cuenta con la presencia del cantante chileno Alex Anwandter, autor en 2018 del excelente ‘Latinoamericana‘. ‘Antifa Dance’ llegará seis años después del último trabajo de estudio de Tijoux hasta la fecha, ‘Vengo’.
Duffy ha estrenado una canción nueva en la radio británica de la manera más discreta posible. Solo puede escucharse en el tramo final de la última emisión del programa de Jo Whiley en Radio 2, en la hora 1.52.59, y la artista galesa ha asegurado que no tiene intención de publicarla oficialmente, por lo que no cabe esperarla próximamente en ninguna plataforma de streaming.
En una carta dirigida a Whiley y publicada en su cuenta de Instagram, Duffy escribe que comparte la canción, llamada ‘Something Beautiful’, solo con la intención de animar a la gente en estos «tiempos convulsos» (Reino Unido también se encuentra confinado debido a la pandemia). De hecho, indica que nadie, ni siquiera su sello, sabía que iba a publicar esta canción. Se trata de una luminosa composición de pop-soul añejo con aires muy Bacharach, similar a ‘Walk on By’, y con una producción retro que podemos asociar más al primer álbum de la artista que al segundo.
La canción llega pocos días después que Duffy dejara helado al mundo tras revelar que su ausencia de la música se debió a que en el pasado fue violada y secuestrada durante varios días. La autora de ‘Mercy’ confirmaba que se encuentra bien y pedía a sus fans convertir esta confesión en algo positivo. De momento, en su última misiva escribe que se siente «más liberada», pero que aquella entrevista hablada sobre lo sucedido que decía haber grabado de momento no va a ver la luz porque es «más duro de lo que pensaba». Pronto publicará una nueva carta.
Una semana más, en JENESAISPOP listamos y secuenciamos las principales novedades musicales de la semana en la playlist Ready for the Weekend. No en vano, y pese a la extraña situación de crisis global que vivimos, muchos artistas persisten con sus planes y publican sus nuevos discos. Y hablamos de pesos pesados en la industria internacional, como The Weeknd, Morrissey y J Balvin, o Triángulo de Amor Bizarro –nuestro Disco de la Semana y ya Disco Recomendado– y Niños Mutantes en el ámbito nacional alternativo. Y hay más: Låpsley, Die Antwoord, Fleur East, Baxter Dury, Conan Gray (nuevo ídolo adolescente surgido de Youtube), Kelsea Ballerini, el rapero vallisoletano Erik Urano, la productora TOKiMONSTA, los post-pop-rockeros Moaning, Izo Fitzroy, El Verbo Odiado, Summer Spree (alias de Álvaro Muñoz, antes Tarik y la Fábrica de Colores), nuestro colaborador Jaime Cristóbal con su proyecto J’aime y el trío Mäbu publican también hoy disco.
La semana no había sido excesivamente generosa en cuanto a nuevos singles, muy probablemente por la incertidumbre generalizada. Pero sí habíamos venido escuchando interesantes novedades en forma de canción de Perfume Genius, Purity Ring, The Avalanches, Pretenders, Bunbury, Anna Andreu o Maya Hawke (la actriz de ‘Stranger Things’, hija de Ethan Hawke y Uma Thurman, de la que os hablaremos a fondo en breve). A ellos se suman hoy novedades de Shura, The Radio Dept., Josef Salvat, Lauren Jauregui, Thundercat, John Legend, Don Patricio & Bizarrap, Bejo, Deep Purple (!), Paul Weller, EOB (proyecto en solitario de Ed O’Brien de Radiohead), Melanie C, Varry Brava, I Break Horses, Ana Tijoux, Grises, Hayley Williams (Paramore), Waxahatchee, Princesa Alba, Mostaza Gálvez, St Woods, Noah Cyrus, Juan Magan & Omar Montes & Chimbala (¿la canción del verano 2020 –si hay– en España?) y un largo etcétera.
Tampoco faltan curiosidades que, en muchos casos, están inspirados (o forzados) por el confinamiento forzado por el coronavirus: L Kan, Zahara, Niña Polaca (con un sentido himno a Madrid) o Hidrogenesse (con una preciosa adaptación a piano de Chico Blanco), entre otros, contribuyen así a amenizarse/nos estos días. Además, Tove Lo sorprende con una adaptación al inglés de un viejo tema de su compatriota Veronica Maggio, el dúo Chavales hace lo propio con el clasicazo de Junco ‘Hola, mi amor’, Fangoria lanza un remix de ‘Un boomerang’ a cargo de nada menos que Joe Goddard (Hot Chip) y los herederos de Mac Miller autorizan a publicar una edición ampliada de su disco póstumo ‘Circles’. Además, el excéntrico Alien Tango lanza su disco de temas de 15 segundos para la «era Tik Tok».
The Weeknd publica hoy su nuevo disco, que de primeras no profundiza tanto como esperábamos en el sonido de ‘Blinding Lights’, su reciente pelotazo (se acerca a los 600 millones de streamings solo en Spotify). El tramo medio está de hecho poblado por baladas y medios tiempos, y es en la segunda parte del álbum donde encontramos el mencionado single y el que posiblemente será el siguiente, pues está siendo potenciado en las oportunas playlists.
No me refiero a la balada ‘Scared to Live’, presentada en Saturday Night Live, y situada en la primera mitad del disco, sino a ‘In Your Eyes’, un considerable temazo synth-pop de grandes influencias italo y guitarras a lo Chic que, como ‘Blinding Lights’, está co-escrito y co-producido por Max Martin y Öscar Holter (el tema incluye también una acreditación para el rapero Belly, colaborador habitual de Abel Tesfaye). Sin embargo, ‘In Your Eyes’ no presenta la energía implacable de ‘Blinding Lights’, sino un sonido más melancólico comparable al de ‘Secrets’ o ‘I Feel it Coming’… y la sorprendente presencia de un solo de saxofón, el instrumento más ochentero que existe, y que en tiempos relativamente recientes ha sido usado en canciones históricas como ‘Midnight City’ de M83 o en hits tan divertidos como ‘Last Friday Night (TGIF)’ de Katy Perry.
Puede que, temáticamente, ‘In Your Eyes’ vuelva a no contarnos nada nuevo: es la misma historia de un hombre arrepentido por haber engañado a la mujer que supuestamente ama. Es la historia que solo cabe esperar de este artista con corazón de hielo que considera Las Vegas su hogar y que se ha convertido en el Joker en esta etapa de su carrera, como queriendo convertirse por fin en ese ente malvado al que no había sido capaz de enfrentarse hasta ahora. «He intentado encontrar el amor demasiadas veces en otras personas, pero espero que sepas que voy en serio cuando te digo que eres la más importante», canta Abel Tesfaye. Sin embargo, nada de esto puede privar a nadie de disfrutar de esta estupenda canción con la que The Weeknd vuelve a sumar otro aciertazo a su repertorio más pop.
El festival de cine de Cannes, el más importante del mundo, ha anunciado su aplazamiento debido al coronavirus. “Hemos estudiado todas las opciones para preservar su celebración, y finalmente hemos optado por un sencillo aplazamiento hasta finales de junio-principios de julio”, ha comunicado. El festival, que iba a anunciar su programación el próximo 16 de abril, iba a celebrarse originalmente del 12 al 23 de mayo, pero Francia -como el resto del mundo- se encuentra en reclusión, y de hecho eventos que iban a tener lugar más tarde de esas fechas, como Glastonbury, han sido cancelados como medida de prevención.
Esta es la primera vez en la historia que Cannes -festival que arrancó en el año 1946- aplaza su celebración, pero de haber cancelado sería la segunda. En 1968, Cannes hubo de cerrar en pleno desarrollo debido a las famosas protestas sociales del mayo francés.
En el mismo comunicado, Cannes muestra su «solidaridad con quienes están luchando contra la pandemia» y añade que sus «pensamientos están con las víctimas» mortales de la enfermedad, que han ascendido a un total de 372 y 4.761 hospitalizados. En 2019 JENESAISPOP tuvo ocasión de acudir al festival de cine francés, que entregó la Palma de Oro a la posteriormente oscarizada ‘Parásitos‘ de Bong Joon-ho.
The Weeknd lanza hoy uno de los discos más esperados del año, un ‘After Hours’ que llega respaldado por el enorme éxito de ‘Blinding Lights‘, actualmente nada más y nada menos que la canción más escuchada a nivel global. Y lo primero que llama la atención es que el disco no tiene featurings, aunque sí varios co-autores y co-productores de enorme interés.
En ‘After Hours’, The Weeknd sigue explorando el sonido ochentero de ‘Starboy’, como es evidente en el single principal, pero no todo lo que nos gustaría tras el éxito de ‘Blinding Lights’. Esa parte más ochentera del álbum llega tan solo en parte de su segunda mitad, cuando aparece la propia ‘Blinding Lights’, después ‘In Your Eyes’ y después ‘Save Your Tears’. No es casualidad que las tres estén firmadas por Max Martin y también por Oscar Holter, aunque lo más llamativo no es lo italo que suenan una detrás de otra, sino que cada vez van recordando más y más a la canción melódica italiana incluso por encima de influencias como Moroder o Chromatics. Ese tramo es la gran sorpresa del álbum porque no se compone de réplicas de ‘Blinding Lights’, pero es muy coherente con ella.
Sin embargo, hay muchas otras cosas en el largo de 56 minutos. El canadiense va un poco más allá en ‘After Hours’ gracias a la participación de Oneohtrix Point Never en varios temas. El proyecto de Daniel Lopatin ha sido durante años uno de los secretos mejor guardados de la música electrónica experimental anglosajona, pero en los últimos años se ha labrado una exitosa carrera como productor de bandas sonoras (‘Good Time’, ‘Uncut Gems’) y también para otros artistas: el autor de ‘Replica’ ha trabajado con ANOHNI, FKA twigs o Tim Hecker, y si a alguien le extraña encontrar su nombre en un disco de The Weeknd hay que recordar que Lopatin compuso una de las canciones de su último trabajo de estudio pensando en Usher. También ha trabajado con Iggy Pop o David Byrne y con Rosalía en un proyecto inédito, si bien obviamente ‘After Hours’ es el trabajo de mayor envergadura comercial en el que ha participado. Su tema más importante es ‘Scared to Live’, el que inspirándose en ‘Your Song’ de Elton John se presentó en SNL, y también figura en un interludio de 3 minutos por el que se asoma Kevin Parker de Tame Impala, y en la conclusión del álbum. Su presencia no es demasiado evidente.
Al menos no tanto como los guiños al post-dubstep y al drum&bass que escuchamos en el primer tramo. ‘Too Late’ y ‘Hardest to Love’ parece que van a llevarnos a un disco muy diferente del que luego aparece: en verdad el tramo medio del álbum está lleno de medios tiempos y baladas que remiten con torpeza al primer The Weeknd. Los temas de Metro Boomin al menos escuchados «en diagonal» no parecen aportar demasiado. En cuanto a temática, volvemos a asistir a un viaje -a través de Las Vegas- por el desamor y los males de la fama, el tema recurrente de Abel Tesfaye y del que parece no agotarse. Ahí se percibe a un artista estancado.
Los seguidores de The Weeknd en Twitter han convertido #AfterHours en «trending topic» rápidamente, elogiando los diversos estadios por los que pasa y que «todas sus canciones podrían ser un éxito». De momento en nuestro foro de The Weeknd no ha entusiasmado tanto: Orenji dice “vaya coñacito de disco le ha quedado” y Dardo se suma: “me está pareciendo un poco flojo así en general”. En Popjustice hay mayor diversidad de opiniones, entre quienes piden que madure como letrista de una vez, quienes elogian que por fin haya integrado todos los «The Weeknds» en un solo disco como no había sabido perfeccionar antes y quien indica «que la primera parte del álbum es sólida pero la segunda es inmaculada».
La marca de un viejo vinilo en su funda de papel original, un agujero negro, un conjunto vacío, el centro, la nada… Todas esas ideas inspira la simple y cruda portada del quinto largo de Triángulo de Amor Bizarro. Un disco con el que el grupo radicado en Abanqueiro (apartado, por tanto, de la vida urgente y cruel de las grandes ciudades y, también, de la tiranía de las modas) pretende marcar un nuevo rumbo en su carrera. Pero que nadie tema, porque nosotros no lo percibiremos tan claramente. Esos cambios, en realidad, se refieren a su manera de enfocar la composición y la creación de las canciones, un refresco para recobrar la ilusión y las ganas de seguir. Sus seguidores y oyentes podemos, pues, estar tranquilos: las diferencias para nosotros, aunque palpables, no afectan a que estemos ante otro discazo incontestable. Cinco de cinco.
Y es que toda esa austeridad y oscuridad que sugiere la apariencia física del disco no es tal en su sonido. Por un momento nos lo hicieron creer así, con la violenta ‘Ruptura‘, una ráfaga de metralla percutida brutalmente entre guiños a Big Black y Atari Teenage Riot y protagonizada por un Rodrigo con voz alienígena absolutamente desgañitado que parece que, efectivamente, va a romperse. Y ‘Fukushima‘, prácticamente la antítesis, es un melancólico y reposado tema en el que, de nuevo, mandan la experimentación y los sonidos sintéticos de la primera electrónica. Pero eso sí, con una melodía tan deslumbrante como abrumadoramente triste, que habla de soledad en tiempos ultratecnológicos.
Las dudas que pudieran haber sembrado, pese a su indudable impacto, quedaron borradas de un plumazo con el pelotazo que es ‘Vigilantes del espejo‘. Una canción rotundamente pop –en la manera en que lo han sido The Cure (se da un claro aire a ‘In Between Days’) o The Smiths– en la que por primera vez graban guitarras acústicas y que, como nos explicaban, pretende reflejar la maldad suprema a través de ese amigo que nos seduce para abandonar (por un día, al menos) la vida tranquila y lanzarnos a un abismo en cuyo fondo podemos leer en letras luminosas las palabras «resaca mortal».
Esos tres adelantos ya indican que ‘oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ’ (ese es, al parecer su simbólico título oficial: siguen siendo ellos, pero puestos del revés) es un disco variado, de extremos y algo conceptual en su planteamiento (cada canción parte de una idea o emoción). Y efectivamente lo es. Pero lo cierto es que eso no deriva en un trabajo farragoso o pesado. Al contrario, es un disco que transcurre de forma fulgurante porque sobre todo es, de acuerdo a sus pretensiones, un disco pop. Uno que además no olvida quiénes fueron antes de ‘El gatopardo‘ (así lo corroboran trallazos como ‘Canción de la fama’ o ‘Calígula 2025’), pero que sobre todo busca seducir con melodías y ganchos exuberantes, como corresponde al carácter popular y celebratorio que, a su manera, persiguen aquí.
El pop se impone incluso a pesar de su extraña secuencia, que tras ‘Ruptura’ sorprende un poco con el dub sinuoso a lo Primal Scream/The Clash de ‘No eres tú’ –que, ojo, cautiva igualmente por sus ricas percusiones y la estupenda melodía entonada por Isa, que como nos decía Rodrigo, canta más confiada y mejor que nunca–. Una canción que induce a una tensión pre-bélica (“nuestro peor año, nuestra peor noche / Y cuando amanezca, y arranquen motores los tanques”)… que finalmente estalla a golpe de acelerón y distorsión. Esa inercia nos lleva a la festiva “Vigilantes” enlazada con la furibunda ‘Canción de la fama’, clásico trallazo rock marca de la casa “TAB” en el que se despachan contra el individualismo ultracapitalista, jugando al pimpampum con un ídolo pop autoerigido en dios todopoderoso (“que mis canciones se expandan como una plaga / que mis ganchos se claven como una daga / que mis caídas se narren como triunfos”). Nos sitúan así a unos niveles de energía que ya apenas descienden significativamente hasta el final del disco.
No lo hacen, gracias a su singularidad y su brillo melódico, canciones reposadas como la citada ‘Fukushima’ o el estratosférico medio tiempo a lo My Bloody Valentine/The Pains of Being Pure at Heart (en la forma, porque en el fondo tiene la estructura de una torch song de los 50) que es ‘ASMR para ti’, una emocionante canción de amor con trasfondo de violencia de género (“aunque no habrá más bailes para ti / tampoco más peleas ni arañazos”) entonada de forma hermosa por Isa. Es un valle de belleza previo a otro pico de tensión marcado por el himno de autodefensa feminista que es, entre los ricos juegos de guitarras ruidosas y acústicas y, sobre todo, el excitante intercambio vocal entre Isa y Ariadna Paniagua (Los Punsetes), ’Acosadores’, dilatado por el retrato de un neo-dictador que es la rabiosa ‘Calígula 2025’ (y que aunque no esté dedicada explícitamente a Santiago Abascal, cabe pensar en él cuando canta eso de “empezó como un trabajo / Ministerio de Propaganda / Ya que nunca fue militar era el primero en cobrar de otro partido”) y la increíble ‘Folía de las apariciones’ que, a partir de ese estilo de danza del siglo XV, crea una cumbre fascinante, una canción vibrante que se eleva hacia el infinito en una espiral de energía y giros melódicos hipnóticos. Y, para colmo, seduce también con su lírica de fantasía romántica en la que el futuro fantasma de la propia Isa Cea sobrevuela las rías de A Coruña persiguiendo (y atormentando) a su amado, tan desaparecido por entonces como ella misma.
‘oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ’ cumple con creces, por tanto, la intención de erigirse en el disco pop por antonomasia que cabía esperar de Triángulo de Amor Bizarro. Que, además, no puede decepcionar a nadie. Ni a los que se identifican con su parte más rockera y apta para el pogo, ni a los que admiran sobre todo sus ganchos, ni a los que les valoran por su valentía y experimentación. En ese aspecto, la producción de este disco –firmada a medias por el cuarteto, por todo el trabajo previo en su estudio doméstico, y por el rocoso y explosivo Carlos Hernández Nombela, con el que dieron el acabado final en Estudio 1 de Madrid– es también otro apartado en el que recrearse con unos buenos auriculares. Sirva de ejemplo esa nueva cumbre con la que se cierra el disco, el baladón por la vía Cocteau Twins titulado ‘Cura mi corazón‘ que, entre referencias zoológicas y mitólogicas, parece una alusión ecologista… o catastrofista ante la emergencia climática. Su final tras su trotón curso sobre una nube eléctrica, en el que sintetizadores y latigazos de distorsión se funden mientras el feedback de lo que parece un bombo se cruza de lado a lado de cada auricular (el epílogo que han llamado ‘Los golpes olvidados’) supone un deleite glorioso para esta nueva obra maestra de, sin dudas, se ha mostrado como el mejor grupo de pop y rock español de los últimos tres lustros.
Triángulo de Amor Bizarro preveían presentar ‘oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ’ a partir del próximo mes de abril y todo el verano en diversas fechas que, ahora mismo, están pospuestas o pendientes de confirmación. La única fecha de presentación de este disco que parece segura ahora mismo es la que ofrecerán en Ochoymedio Club de Madrid, el día 2 de octubre.
En medio de la crisis sanitaria, algunos artistas están posponiendo el lanzamiento de sus nuevos discos, pues la situación actual ha complicado o directamente imposibilitado la llevada a cabo de los planes de promoción originales. Sin embargo, J Balvin sigue adelante con el lanzamiento de su nuevo disco, ‘Colores’, ya disponible.
‘Colores’ (como lo nuevo de The Weeknd) sale a la luz con todo el mundo ya confinado en sus casas, de cara a la que va a ser la primera semana dura de verdad para la industria musical en cuanto a la salida de discos, pues las tiendas están cerradas y las descargas ya no son lo que eran. Esto no será un gran problema para José Álvaro Osorio Balvín, uno de los reyes absolutos del streaming actual, como tampoco lo está siendo para su colega Bad Bunny, pero eso ya lo sabíamos. J Balvin es un artista ultra-masivo que no depende de las pocas ventas de discos físicos para subsistir al margen de los conciertos, que tampoco se pueden realizar, pero al margen de la situación horrenda que nos ha tocado vivir actualmente, ‘Colores’ ya era uno de los discos más esperados de 2020 después del éxito de ‘Vibras‘ y de ‘OASIS‘. Y quizá sirva para poner un poco de «color» a estos días de aislamiento.
El nuevo álbum del artista colombiano llega impulsado por el éxito de ‘Blanco’ y ‘Morado’, que además de producir streamings multimillonarios, han sido sendos grandes éxitos en España, al haber alcanzado el top 7 y el top 3 de la lista de éxitos, respectivamente. ‘Rojo’ acaba de debutar en el top 4 y se mantiene en el número 4 de las 50 canciones más escuchadas de Spotify en España, con ‘Morado’ cerca (6) y ‘Blanco’ no muy lejos (30). ‘Amarillo’ es el siguiente single y presenta un toque africanista representado también en su videoclip, estrenado a su vez. No puede resultar más apetecible en cualquier caso esta explosión de color y ritmo a día de hoy. Una pena que para tener esa portada -obra de Takashi Murakami- en físico, sí habrá que esperar.
Pretenders vuelven este año con un nuevo disco llamado ‘Hate for Sale’ que verá la luz el próximo 1 de mayo. Es un trabajo producido por Stephen Street (The Smiths, The Cranberries, Blur), el undécimo de la carrera de Pretenders, y el primero en haber sido escrito entre Chrissie Hynde y el guitarrista James Walbourne (Jerry Lee Lewis, Dave Gahan, The Rails).
No hay ninguna gran sorpresa escondida en el sonido de ‘The Buzz’, el primer sencillo extraído de este disco que llega cuatro años después de ‘Alone’, el hasta ahora último disco de estudio de la banda británica. Se trata de una encantadora canción de pop-rock con guitarras acústicas y eléctricas que muestra a la banda en buena forma. Así explica Hynde su temática: «Creo que todos sabemos que las relaciones amorosas pueden ser similares a la adicción a las drogas. Se trata de eso. No habló por mi, por supuesto, nunca soy obsesiva, nunca obsesiva, nunca obsesiva».
Os dejamos con el tracklist de ‘Hate for Sale’:
Hate For Sale
The Buzz
Lightning Man
Turf Accountant Daddy
You Can’t Hurt a Fool
I Didn’t Know When To Stop
Maybe Love Is In NYC
Junkie Walk
Didn’t Want To Be This Lonely
Crying in Public
Nick Cave & the Bad Seeds comunican la postergación de su gira europea, que les traía a España a finales del mes de abril y a otros países europeos hasta finales del mes de mayo, debido a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19. El australiano y su banda de acompañamiento presentaban ‘Ghosteen‘ el 25 de abril en el WiZink Center de Madrid y el 26 de abril en el Palau Sant Jordi de Barcelona, pero estas fechas así como el resto han de ser pospuestas. Pronto se anunciarán las nuevas fechas de estos conciertos, para los que las entradas originales seguirán siendo válidas.
Estas son las fechas afectadas de Nick Cave, quien acaba de ser noticia por declarar que jamás cambiaría una letra vieja por resultar ofensiva hoy en día, en una carta que vale la pena leer.
Wednesday 22 April – Campo Pequeno, Lisbon, Portugal
Thursday 23 April – Campo Pequeno, Lisbon, Portugal
Saturday 25 April – WiZink Center, Madrid, Spain
Sunday 26 April – Palau Sant Jordi, Barcelona, Spain
Wednesday 29 April – Ziggo Dome, Amsterdam, Holland
Thursday 30 April – Sportpaleis, Antwerp, Belgium
Saturday 2 May – Arena Birmingham, Birmingham, UK
Sunday 3 May – Motorpoint Arena, Cardiff, UK
Tuesday 5 May – The SSE Hydro, Glasgow, UK
Wednesday 6 May – Manchester Arena, Manchester, UK
Friday 8 May – 3Arena, Dublin, Ireland
Tuesday 12 May – First Direct Arena, Leeds, UK
Thursday 14 May – The O2, London, UK
Friday 15 May – The O2, London, UK
Sunday 17 May – Lanxess Arena, Cologne, Germany
Monday 18 May – Barclaycard Arena, Hamburg, Germany
Wednesday 20 May – Royal Arena, Copenhagen, Denmark
Thursday 21 May – Royal Arena, Copenhagen, Denmark
Saturday 23 May – Ericsson Globe, Stockholm, Sweden
Monday 25 May – Spektrum, Oslo, Norway
Otra artista que anuncia hoy el aplazamiento de un concierto próximo es Lola Indigo. Su «Noche de las Brujas» era muy esperada pues iba a ser el concierto más importante -por envergadura- de Mimi Doblas hasta la fecha, al celebrarse en el WiZink Center de Madrid. La fecha era el 2 de mayo, pero la autora de ‘Akelarre’ ha de postergarlo. Ha anunciado: «Pronto os daré la nueva fecha para la Noche de las Brujas, siento muchísimo comunicar que se aplaza pero tenemos que estar 100% seguros de que todos vamos a estar bien y que va a ser una celebración 🙏🏼 el Akelarre volverá mas fuerte que nunca».
Ante esta panorama cabe esperar noticias también sobre los próximos conciertos de Dua Lipa en España, programados para el 26 de abril en el WiZink Center de Madrid y para el 27 en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Marem Ladson ha publicado un EP de 5 canciones en el que todas sus pistas son totalmente diferentes entre sí. Ya su primer largo, por mucho que estuviera inspirado mayormente en la canción folk americana de los años 60 y 70, abría sus puertas a otros sonidos como el rock tipo The Strokes, pero ‘Azul’ demuestra que las fronteras musicales de esta joven cantautora gallega que llegó a vivir en Houston pues su padre es estadounidense iban más lejos de lo que cualquiera podría haber imaginado en un primer momento.
Contestaba Marem en nuestro «tipo test» del pasado mes de enero que algunos artistas que han inspirado sus nuevas composiciones son «Vagabon, Tei Shi, Blood Orange, Clairo o Caroline Polachek». La sofisticación R&B de Tei Shi, que el año pasado entregaba un disco muy recomendable, es perceptible en el primer single publicado de este EP, un ‘Nothing Really Matters’ que también parece tomar ideas del llamado post-dubstep perpetrado años atrás por artistas como James Blake o Mount Kimbie, al menos en los ritmos. Pero lo mejor de ‘Nothing Really Matters’ es que nunca parece que sea un cúmulo de ideas que Marem no ha sabido sintetizar por culpa de la inexperiencia: todo suena en su lugar y en su justa medida en esta atmosférica producción con la que Ladson sorprendía presentando un nuevo sonido hace casi un año.
La artista, que el año pasado triunfara con Natalia Lacunza, considera ‘Azul’ un trabajo de «transición» entre su primer disco y el siguiente, que ya se encuentra preparando y en el que seguirá mostrando la diversidad de sonidos que le interesan. Explica que el significado del EP procede del doble significado de la palabra «azul» en los dos idiomas que utiliza para cantar, el inglés y el español: si en el primer idioma designa lo triste («blue»), en el segundo, dice, este color está más asociado a la «felicidad».
Ese tira y afloja entre el dolor y paz conforma el fondo de unas canciones que musicalmente no podrían ir a lugares más dispares. La riqueza instrumental de ‘No sentir nada’ apunta a la canción pop tal y como la entiende gente como Dirty Projectors (esos coros) o Blood Orange, y al hablar de una ruptura que Marem busca superar a la vez que abraza el cambio en su vida, puede ser la canción más importante del conjunto. Sin embargo, también vale la pena atender a su reflexión sobre el destino de ‘Círculos’, que curiosamente remite al tipo de pop de cantautora que hacía en los 90 gente como Dido, Alanis o Natalie Imbruglia; o a su delicado uso de la electrónica en ‘Fight’, que por su elemento orgánico e intimista, recuerda a Bon Iver como ella misma ha reconocido, pero también a otros exploradores de este sonido como Phil Elverum. Al margen de la bonita ‘Savior’, otra canción a la guitarra acústica que cantar frente a una ventana durante un día de lluvia café en mano (seguro que existe una playlist de este «mood»), todas son buenas canciones que muestran nuevos e interesantes lados de esta prometedora artista, cuyo segundo largo seguramente será de todo menos predecible.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘No sentir nada’, ‘Nothing Really Matters’ Te gustará si te gusta: las artistas inquietas que no se limitan a unos pocos estilos Escúchalo:vídeo de ‘No sentir nada’ en Youtube
Eurovisión ha optado por la más radical de todas sus opciones y ha decidido cancelarse. Nadie en todo su equipo millonario ha sido capaz de dar con una idea alternativa con la que entretener a los eurofans, de cuarentena en sus casas. Paradójicamente, es una noticia excelente para España, que acudía con una composición llamada ‘Uni-Universo’, que había sido completamente incapaz de llegar al top 100 de nuestro mismísimo país, pero que por alguna razón alguien había pensado que podía gustar fuera de él. El tema iba en una humillante posición 33 en las apuestas, es decir, por debajo incluso de la mayoría de canciones que debían pasar por el calvario las semifinales, y ahora al menos RTVE tiene un año para rectificar y enviar una canción que el público pruebe a partir de octubre en boca de Blas Cantó y por la que la misma España muestre algún tipo de interés. Suspendido Eurovisión, y en vista de que ya se conocían las 41 canciones participantes, os contamos qué 10 actuaciones estelares lamentaréis perderos.
El viral de Rusia
Rusia es uno de los países que más ruido había hecho -otra vez- con la banda Little Big, en marcha desde hace unos años. Su tema ‘Uno’ se había viralizado a lo Netta y su vídeo llevaba la friolera de 35 millones de visualizaciones. Una reivindicación retro a lo Fundación Tony Manero con un punto freaky y un as en la manga: un bailarín entre RuPaul, Lizzo y Pepe Viyuela.
La gran favorita: la Billie Eilish de Bulgaria
Bulgaria acudía con una balada en la línea de Billie Eilish, ‘Tears Getting Sober’. Victoria es una joven cantante salida de ‘Factor X’ que se pasaba todo el videoclip sentada en un banquito, por lo cual esperábamos una performance intimista y minimal que quizá habría podido dar la gran sorpresa. Eso sí, tenía que pasar por semifinales y Bulgaria tampoco es que sea el país más afortunado en Eurovisión.
El funky de Islandia
Islandia participaba con una simpatiquísima canción de funky que perfectamente podría haber compuesto (y coreografiado) Erlend Øye. La banda Daði & Gagnamagnið liderada por Daði se presentaba preparada con uniforme y coreografía e iba cuarta en las apuestas pese a que Islandia no suele ser favorita en el certamen. Realmente una pena.
La peculiar presentación de Lituania
Otra de las superfavoritas para ganar era la banda lituana The Roop, con un extravagante cantante al frente, una extraña mezcla entre el cantante de James y el cantante de Ska-P. La canción llamada ‘On Fire’ en cambio podría haber sido producida por GusGus, si bien su coreografía era de nuevo totalmente sui generis. Una lucha de contrastes que lamentablemente jamás sabremos qué aceptación habría encontrado.
El baladón de Italia
En el saco de baladas que acudían muy bien posicionadas estaba la suiza, la noruega, la holandesa, la rumana en la línea de ‘Stay’ de Rihanna… y entre las que acudían sin ninguna posibilidad, la de Francia. La que seguro, pero seguro iba a triunfar, era la italiana. Italia cae muy bien en el festival, siempre queda en las primeras posiciones, ‘Soldi’ fue el gran éxito que dejó 2019, este año acudía como primer país de Europa sacudido de manera salvaje por el coronavirus… y ‘Fai Rumore’ de Diodato es un pepinaco muy fácilmente recordable desde la primera escucha.
La Adele de Malta
Otros que siempre quedan bien son los suecos, y la mala noticia para The Mamas es que no representarán a Suecia en 2021, pues este año habrá otra edición de Melodifestivalen. Pero puestos a elegir una canción en la estela clarísima de Jess Glynne, este año me quedaba con el ‘All Of My Love’ de Destiny. De nuevo Malta llevando lo que deberían sus colegas de Reino Unido.
La expresiva performance de Australia
Aunque iba peor posicionada en las apuestas que en otras ocasiones, Australia no iba a pasar desapercibida con la performance con que iba a abrir la primera semifinal. Montaigne, con ‘Don’t Break Me’, podía atraer un mínimo al fan de las coreografías de Christine & The Queens, la expresividad de Olly Alexander de Years & Years y la honestidad de Troye Sivan.
La fiesta africana de Israel
Un par de países concursaban con sendas propuestas africanistas, como República Checa con ‘Kemama’ (el padre de Benny Cristo es de Angola) y, con algo más de opciones, Israel. Eden Alene iba a montar una considerable fiesta cantada en 4 idiomas: inglés, árabe, hebreo y amhárico, procedente del norte y centro de Etiopía, de donde son los padres de la cantante.
La Cleopatra de Azerbaiyán
Azerbaiyán, eterna favorita, figuraba una vez más en el top ten de las casas de apuestas con una adaptación de Cleopatra llevada a escena por una suerte de Selena Gomez llamada Efendi. La coreografía se quedaba a las puertas de acercarse a los territorios de Beyoncé, pareciéndose más bien al mal día de Lady Gaga o Britney, pero los beats tenían su pegada.
El disco de Alemania
Nos quedamos sin ver a Hooverphonic por Bélgica, el folk a lo Mumford & Sons de Dinamarca, los bailecitos de Macedonia, el tema entre Tegan & Sara y la primera Katy Perry de Irlanda o al Chester Bennington de Georgia. Una de las canciones más actuales las llevaba Alemania, con el debutante Ben Dolic apostando por un juego entre dance noventero y guitarras disco que podría haber dejado un buen resultado al país de Lena, ahora que tan bien le va a Dua Lipa.
The Avalanches anunciaban hace un par de semanas su regreso tras ‘Wildflower‘, en aquel caso de mano de Blood Orange con el tema ‘We Will Always Love You’. Ahora, la que ha sido una de las bandas australianas clave en este siglo gracias a ‘Since I Left You‘, da continuación a aquel single con un tema llamado ‘Running Red Lights’ que tiene mucha miga.
El grupo explica en las redes sociales que no construyó esta canción pensando que pudiera ser un single, pero que Rivers Cuomo de Weezer la convirtió en ello gracias a su participación. “Rivers, como nosotros, siempre está cazando la melancolía, ese espacio entre las notas”, indican apelando también a la sensación de estar “superado” y “con el corazón roto”. Algo que refleja de manera muy evidente una letra que habla de «llorar en el coche» y sentirse «un inválido».
Por otro lado, estamos ante un sentido homenaje a David Berman, fallecido el año pasado: suyo es el texto entonado en un momento por Pink Siifu, pues está tomado de ‘Darkness and Cold’ de Purple Mountains. The Avalanches explican que David Berman les autorizó a usar ese texto suyo “hace años” (curioso porque el tema está publicado en 2019) y que ahora les resulta “extraño” publicar este tema 6 meses después de su muerte, pero así han querido hacerlo en lo que resulta un precioso homenaje.
Ni que decir tiene que su parte, el middle 8 con la frase «la luz de mi vida se apagará esta noche sin ningún resquicio de arrepentimiento», tiene ahora un nuevo triste sentido, dejando el momento más hermoso cuando entra ese piano calmado. El final de la canción, apelando a «la luz de California» suena en cambio esperanzado.
Y es que aunque la composición habla sobre años oscuros como los que ha vivido David, también habla de «la sensación de posibilidad que encierra siempre Los Ángeles, esa sensación de que cuando ya lo has perdido todo, ya no queda nada más que perder». En Los Ángeles se ha rodado el vídeo en el que Greg Brunkalla dirige a The Avalanches por segunda vez, y en el que vemos a un protagonista en tacones recorriendo de manera agridulce la ciudad tras consultar a una vidente. Un vídeo sencillo, pero muy poético, a la altura de las circunstancias.