Haim han estrenado su tercera canción de 2019, tras la veraniega ‘Summer Girl‘ y la electropop ‘Now I’m In It‘. Se llama ‘Hallelujah’ y es una balada «folki» con guitarra acústica y cuerdas similar al trabajo de Simon & Garfunkel, es decir, no se parece nada a ninguna de las dos canciones previas. ¿Se acerca el sucesor de ‘Something to Tell You‘?
Las hermanas han explicado el significado que ‘Hallelujah’ tiene para cada una de ellas, reflejado en sus respectivos versos. Para Danielle, ‘Hallelujah’ va sobre el amor fraternal y sobre la «telepatía de hermanos», sobre el «hecho de saber que tu hermana sabe lo que vas a hacer antes de que tú lo sepas». Por su parte, Este, que es diabética, explica que la canción trata sobre la experiencia de sufrir una enfermedad crónica y sobre la importancia de tener gente cerca en la que apoyarse. Y por último, Alana revela que su verso trata sobre la pérdida de su mejor amiga, la actriz Sammi Kane Kraft, que en 2012 sufrió un accidente de tráfico fatal, con tan solo 20 años.
A grandes rasgos, Haim detallan que ‘Hallelujah’ es una canción «sobre la familia, el amor, la pérdida y sobre estar agradecida por todo ello». Paul Thomas Anderson ha vuelto a ponerse tras la cámara para filmar su videoclip, que inspirado en el verso de Danielle, muestra a las hermanas levitando en el interior de un teatro vacío, o a Danielle en solitario caminando por Los Ángeles de noche.
Christina Aguilera lograba el mayor éxito de su carrera en la era del streaming gracias a una colaboración. En 2013, la cantante descubría ‘Say Something’, una canción original de la banda de Nueva York A Great Big World, gracias a su aparición en un programa de televisión, y enamorada de la canción, proponía al dúo compuesto por Ian Axel y Chad King grabar una versión nueva con su voz.
Gracias a Aguilera, ‘Say Something’ pasaba de ser un éxito moderado en Estados Unidos en su versión original (alcanzaba el top 16 en el país) a un éxito global. En 2015, la canción ganaba el Grammy a Mejor actuación vocal a dúo y a día de hoy sus escuchas en las plataformas de streaming solo pueden tildarse de monstruosas: 477 millones en Youtube y 550 millones en Spotify no son números al alcance de todos los artistas, mucho menos de un grupo debutante y de una artista cuya cima comercial ocurrió en la era del CD.
La autora de ‘Liberation‘ y los artífices de ‘When the Morning Comes’ tienen muy difícil superar estas cifras, pero parece que no van a dejar pasar la oportunidad de intentarlo y han anunciado un nuevo single conjunto que verá la luz este viernes 22 de noviembre. Lleva por título ‘Fall on Me’ y puede escucharse desde 2018 en voz de Andrea Bocelli y de su hijo Mateo, por lo que no es exactamente original, si bien sí es una composición de A Great Big World. El grupo y Aguilera la estrenarán en directo en la próxima edición de los American Music Awards, que se celebra este domingo 24.
RTVE ha confirmado que Zahara será una de las profesoras de la próxima edición de Operación Triunfo, que se estrena en 2020. Junto a la autora de ‘Astronauta‘ ha sido confirmado también el actor Iván Labanda. La primera impartirá clases de cultura musical, tomando el relevo de Miqui Puig (2018) y Guille Milkyway (2017). Por su parte, Labanda hará clases de interpretación.
Zahara fue una de las artistas invitadas a dar una charla en la última edición del programa y en la anterior tuvo especial protagonismo su canción ‘Con las ganas’, que interpretada por Amaia y Aitana, dio lugar a una de las actuaciones más celebradas de la edición. También en OT2017, Amaia, Aitana y Agoney cantaron la versión de Zahara de ‘Lucha de gigantes’ de Antonio Vega, que es a dueto con Love of Lesbian.
La autora de ‘Hoy la bestia cena en casa’ ha sido más que una protagonista indirecta en las últimas dos ediciones de Operación Triunfo, y desde luego mucho más que una espectadora enganchada a comentar en Twitter gala tras gala. Por ejemplo, la ubetense era invitada en junio de 2018 a cantar ‘Con las ganas’ junto a Amaia y Aitana en el macroconcierto de Operación Triunfo celebrado entonces en el Santiago Bernabéu de Madrid; y durante la edición siguiente era confirmada dentro del comité de selección de canciones de Operación Triunfo para Eurovisión.
El youtuber y divulgador musical Jaime Altozano ha publicado una serie de stories en los que analiza la música de Flos Mariae, el grupo de pop católico que en 2014 saltara a la fama gracias a su hit ‘Amén’, que contenía el mejor inicio de canción de la historia. Y la curiosidad es que, dentro de que Altozano reconoce que las hermanas catalanas no son grandes músicos, apunta que su música sí logra ser interesante por varios motivos.
En los vídeos, Altozano analiza varias canciones de Flos Mariae y afirma que sus letras están «muy desafinadas» y que la música en general «se nota» que no está hecha por músicos profesionales; pero advierte en ella un interesante componente experimental. Dice que «a fuerza de ser extraña», a menudo ocurren en sus canciones «una serie de politonalidades y unas cosas muy curiosas que puedes llegar a disfrutar sin ironía», por ejemplo un «pulso» en ‘Vete a confesar» que dura «20 segundos más» de lo habitual. Añade que «a base de hacer cosas no tonales, probablemente sin querer, les quedan cosas más experimentales que al 99,99% del pop de hoy en día», y concluye que, por esta razón, Flos Mariae es «la vanguardia del pop experimental en España».
Altozano echa mano de algunas comparaciones para describir el sonido de Flos Mariae: dice que su logo suena a una mezcla de «death metal sinfónico» y «princesas Disney» e incluso menciona a Fangoria para explicar que suena a un cruce entre el grupo de Alaska y Nacho y otro que no llega a mencionar. Nosotros ya hemos dicho que los últimos singles de Flos Mariae suenan bastante «darkwave» e industriales. En cualquier caso, Altozano destaca sin ironías el trabajo de la compositora del grupo, Montserrat Bellido Durán, arguyendo que «tiene intuiciones musicales muy buenas» y que «de vez en cuando da con cosas que molan» y que «nadie está haciendo» que «serían rescatables para otras cosas». Después de su celebrado vídeo sobre ‘El mal querer’ de Rosalía, que provocó la ilusionada respuesta de esta, ¿será el turno de las hermanas Bellido Durán? Ojo, Altozano se plantea hacer un vídeo más largo sobre ellas…
Harry Styles ha sido el anfitrión e invitado musical en el último episodio de Saturday Night Live. El cantante británico ha presentado en directo dos de los temas incluidos en ‘Fine Line’, el álbum que publica en diciembre y que presentará en España en mayo: el primer single ‘Lights Up’ y el recién publicado ‘Watermelon Sugar’.
Como es costumbre en este programa de comedia estadounidense, el anfitrión se encarga de abrir el episodio con un monólogo y Styles se ha superado bastante con el suyo. El británico se ha reído de sí mismo, en concreto de su evolución de integrante de una boyband a artista serio, sentándose ante un piano y repitiendo sin parar que lo primero para él es la música, y después su «familia y amigos». También ha habido un chiste/dardo al propio programa: «Todo el mundo cree que el reparto de SNL toma cocaína, no lo hace, por eso el programa ya no es bueno… excepto el de hoy».
Pero el chiste de Styles en SNL que está dando que hablar ha involucrado a sus antiguos compañeros de banda… menos a uno. El músico ha preguntado: «¿No sería súper loco que estuvieran aquí esta noche?» antes de responder, con sorna: «pero no lo están». Y cuando ha tocado mencionarlos uno a uno, ha dicho: «quiero a esos chicos, son mis hermanos: Liam, Niall, Louis…» Intentando recordar el nombre del miembro de One Direction que falta, Styles concluye: «ah, y Ringo».
Durante el programa, Styles ha protagonizado también una serie de gags, entre ellos uno el que ha interpretado al empleado de una marca de pan de molde. El empleado se reúne con sus jefes porque estos han descubierto que ha dejado una serie de comentarios inapropiados en Instagram usando la cuenta de la empresa, entre ellos unos en los que pide a Nick Jonas que le «haga añicos» y que le «destruya».
Cupido no es el único grupo español que justo con la llegada del cambio de década ha despuntado gracias a su transversalidad. También están Blanco Palamera, el dúo gallego formado por Manuel Blanco y Xoán Domínguez (en directo complementado por Sebastián Hernández), que a principios de este año publicaba un debut llamado ‘Promesas’ que resultaba más que una agradable sorpresa. El elegantísimo fondo R&B de su canción estrella, ‘Sola con mi voz’, casaba con su sensualidad romántica («siempre cerca de tu cama / Siempre lejos de mi mente»), resultando próxima a otras propuestas como el citado proyecto, tan orgánico, de Pimp Flaco o One Path, sobre todo cuando este estaba en Infinitum. Sin embargo, al carácter playero y tropicalillo de ‘Aquí’, se van sumando arreglos más jazz, como es muy evidente en la bonita ‘Llega’, en ‘Despacio’ o en la balada ‘Este mar’. Canciones todas estas que no habrían desentonado en ‘Soidemersol’ de La Buena Vida, contra todo pronóstico.
La voz en el álbum no puede competir con la de los grandes del jazz, pero tampoco parece buscarlo. Las sonoridades de ‘Promesas’ son a menudo clásicas, y para muestra la cadencia disco dada a ‘Aire’, un tema que parece musicado por Nile Rodgers, pero también están plenamente conectadas con la música de hoy. Lo que concuerda con el uso del lenguaje, con esas referencias a «toda esta mierda que superé hace tiempo» (‘Llega’) y al sexo: «y nuestros cuerpos encajan como dos piezas de un puzzle / mucho más grande que cualquier otra cosa» de ‘Aire’ podría ser una letra de Rhye, pese a su simpática referencia a Enrique Iglesias. Nunca una «experiencia religiosa» había sonado tan sofisticada.
Tampoco hacen ascos Blanco Palamera a la pista de baile y en la segunda mitad del álbum, algo después de ese tímido experimento llamado ‘Primavera’, aparece una canción llamada ‘Salvaje’ que perfectamente podrían haber producido Junior Boys o incluso la Róisín Murphy más minimalista. Y es que las referencias del dúo son muchas y muy ricas, y los detalles están muy mimados. La final ‘Despega’ es otro de los grandes «growers» del álbum y no hay más que ver el modo en que ha incorporado el sonido ambiente a su desarrollo o cómo la voz vuelve en «fade in» cuando empezabas a dar la grabación por acabada. Por increíble que pueda parecer, ha salido un grupo que puede gustar a los seguidores de Toro y Moi, Francisco Nixon, Extraperlo o Rels B, por igual. Blanco Palamera actúan esta semana en la Monkey Week, que se celebra en Sevilla.
Calificación: 7,7/10 Lo mejor: ‘Sola con mi voz’, ‘Llega’, ‘Aire’, ‘Salvaje’, ‘Despega’ Te gustará si te gusta: Cupido, One Path, Rhye, Sen Senra Escúchalo:Spotify
The Killers han anunciado nuevo disco. ‘Imploding the Mirage’ verá la luz en primavera, pero esto es todo lo que se ha dado a conocer al respecto: no hay fecha concreta por ahora y tampoco se ha desvelado la portada oficial. De hecho, la misma web de The Killers indica que la cubierta actual no es la definitiva. El pasado mes de octubre, The Killers revelaron los títulos de algunas de las posibles canciones que incluirá el disco, ninguno de los cuales pertenecían a la canción política que estrenaban a principios de este año.
Con el anuncio del nuevo disco de The Killers también se han dado a conocer las fechas de la gira de estadios por Reino Unido e Irlanda que el grupo emprenderá para presentarlo en directo. Arranca el 28 de mayo en Falkirk y seguirá el 30 de mayo en Manchester, el 1 de junio en Norwich, el 3 de junio en Southampton, el 6 de junio en Londres, el 9 de junio en Bristol y el 11 de junio en Coventry, hasta que concluir el 13 de junio en Middlesbrough. Los teloneros de esta gira serán Blossoms, la revelación Sam Fender y Manic Street Preachers. En caso que haya gira de festivales, en Primavera Sound ya no van a estar, pero julio sigue libre para que puedan ser confirmados en Mad Cool, Bilbao BBK Live o Low Festival, por mencionar tres festivales que se celebran durante ese mes.
‘Imploding the Mirage’ (extraño título) será el sucesor de ‘Wonderful Wonderful‘, publicado en 2017. Así lo valorábamos entonces: «Es un poco marciano asegurar que este es el mejor disco de los Killers sin que contenga ninguna de sus 5 o 10 mejores canciones, pero la verdad es que por primera vez se les nota perfectamente cómodos y equilibrados entre su faceta más rockera y su faceta más sintética (…) este disco es el primero de la banda que viene a decirnos con claridad y confianza que los Killers no son viejos rockeros ni unos obsesionados por New Order que quieran colarse en la pista de baile ocasionalmente, sino las dos cosas a la vez».
Introducing IMPLODING THE MIRAGE. Preorder the album to get access to pre-sale tickets for our UK & Ireland Tour at the link below. Future musical teasing imminent.https://t.co/ZRZj4sNMWapic.twitter.com/ZDPp2l0RM2
Kanye West sigue sorprendiendo a sus seguidores anunciando nuevos proyectos de la nada. Después de publicar, tras infinitos retrasos, su esperado disco góspel ‘Jesus is King‘ y la que será su continuación navideña, ‘Jesus is Born’, el rapero revela dos proyectos nuevos, el primero de los cuales puede ser el más ambicioso hasta la fecha, una ópera.
‘Nebuchadnezzar’ es el nombre de esta ópera compuesta por Kanye y dirigida por la artista italiana Vanessa Beecroft, que recibe su nombre del gobernante más poderoso y que más tiempo reinó en la antigua Babilonia. En la Biblia, Nabucodonosor II (este es su nombre en español) aparece prominentemente en el Libro de Daniel. No se ha especificado si la ópera narrará íntegramente la historia del gobernante o si Kanye se ha tomado algún tipo de licencia artística para proyectarle en comparación con su propia persona, pero sí que contará con músicos de sus misas exclusivas y con Peter Colins & Infinities Song. Se estrena en el Hollywood Bowl de Los Ángeles este domingo 24 de noviembre.
Por otro lado, West ha anunciado que se encuentra preparando la segunda parte de ‘Jesus is King’ junto a Dr. Dre. Ambos han posado para una foto juntos. La primera parte está siendo un gran éxito en las plataformas de streaming pese a que podría decirse que no es su trabajo más inspirado. El hit del álbum está siendo ‘Follow God’, del que acabamos de emitir nuestro veredicto.
Esta semana se publica el disco póstumo de Leonard Cohen, ‘Thanks for the Dance’, que su hijo Adam ha podido completar con la ayuda de músicos como Beck, Feist, Damien Rice, Daniel Lanois o Bryce Dessner de The National, entre otros. El primer adelanto era un tema de 1 minuto llamado ‘The Goal’ que nos hacía pensar que el álbum se compondría de retazos, pues simplemente era uno de esos poemas tímidamente musicados que alguna vez habían aparecido en su discografía. Sin embargo, el segundo single es una canción en el sentido más clásico de la palabra.
‘Happens to the Heart’, que aparecía en el libro ‘The Flame’ editado el año pasado con algún cambio en el texto, es ahora una inquietante canción que abrirá también el álbum ‘Thanks for the Dance’, en la que caben citas a Jesucristo y a Marx. Cohen recita casi una decena de estrofas que culminan con lo que podríamos considerar el pequeño estribillo de la composición: el intento del artista por comprender los entresijos “de lo que pasa con el corazón”. Por el camino, se cruzan ángeles, demonios, el arte y por supuesto el amor: “solo mirarla era un problema / un problema desde el principio / Claro que jugamos a ser una pareja deslumbrante / pero nunca me gustó esa parte / no es bonito ni sutil / lo que pasa con el corazón”. La sencilla instrumentación -un par de notas de piano, algún arreglo de guitarra, cuerdas en su justísima medida- están totalmente al servicio de la narración de Leonard.
El tema se acompaña de un vídeo de lujo que ha sido dirigido por Daniel Askill y estrenado por una página web tan arty como es NOWNESS. En él vemos a un personaje andrógino que, simplemente por una cuestión de vestuario, ES Leonard Cohen incluso aunque este ya no esté entre nosotros. Atentos al guiño a su conocido retiro espiritual como monje. Este site, que ofrecerá más vídeos de estas nuevas canciones, informa de que el vídeo habla oficialmente de “dejar ir nuestro ego y las trampas que ofrece el mundo de la fama”.
Rosalía cejijunta bailando entre palés, un paseo “sin esperanza” por un barrio degradado, un homenaje petardo a ‘Dinastía’, las oscuras visiones Thom Yorke y el affaire tropical de la motera Katy Perry. Hacemos un repaso a cinco de los videoclips más destacados de las últimas semanas
A palé (Rosalía)
No es la primera vez que Rosalía y su equipo creativo recurren a Frida Kahlo (la portada de ‘Que no salga la luna’) y a Goya (‘La maja vestida’ del videoclip ‘Di mi nombre’) como fuente de inspiración iconográfica. En el vídeo ‘A palé’, dirigido por Jora Frantzis (autora de los últimos clips de Cardi B), lo vuelven a hacer. Con voluntad provocadora, uniendo tradición y modernidad con el desparpajo de un bazar chino, la cantante aparece con el entrecejo poblado típico de la artista mexicana, llevando un vestido que -como se ha comentado en Twitter- recuerda al del retrato de la Duquesa de Alba de Goya, mostrando unos piños de oro de inspiración rapera, y con unos auriculares inalámbricos de última generación. Y también, como en ‘Malamente’ o ‘Pienso en tu mirá’, recurren a un entorno poligonero para ilustrar la canción. En este caso, una zona industrial llena de contenedores y palés (de ahí el título), iluminada con focazos como en las películas con ovnis de los ochenta. La aparición de Rosalía corriendo por la cinta transportadora de una cadena de embalaje, o subida en ella vestida con un uniforme de trabajo, parece perseguir dos objetivos: subrayar el origen proletario de la cantante e ironizar sobre su figura como producto “envasado” listo para consumir.
No Hope Generation (Mura Masa)
Novi Beograd (Nuevo Belgrado) fue un proyecto urbanístico iniciado en la capital de Yugoslavia tras la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo era erigirse en símbolo de la “ciudad funcional” socialista. Sin embargo, tras varias crisis económicas, desencuentros políticos, y algún que otro bombardeo de la OTAN, terminó convertida en lo que es hoy: una gris ciudad dormitorio conocida como los blokovi (bloques). El director Yoni Lappin ha elegido estas moles de hormigón como representación visual de ese sentimiento de desesperanza del que habla la canción de Mura Masa. Con un estilo visual y unos detalles poéticos (ese baile en la azotea) que recuerdan al cine de Andrea Arnold (‘Fish Tank’, ‘American Honey’), ‘No Hope Generation’ narra lo que parece una fantasía antisocial adolescente. Un grito desesperado surgido desde el interior de una realidad intergeneracional hecha de apatía (adolescente), alienación (infantil) y resignación (anciana). La chica protagonista deambula sin rumbo por los espacios degradados del barrio acompañada por la voz de su conciencia, a la que intenta acallar bebiendo alcohol. No hay casi adultos de mediana edad en este vídeo. Solo uno, y acaba con un tiro en el pecho. Ya sabemos a quién apuntan director y cantante como causantes de esa “generación sin esperanza”.
Un boomerang (Fangoria)
A mediados de los ochenta, en la parrilla de programación de TVE se produjo un hecho insólito: podías ver en un mismo día ‘Dinastía’, ‘Falcon Crest’ y ‘Los Colby’. Una por la mañana, en el programa de Jesús Hermida; otra después de comer, a la hora de los culebrones (luego ya recogías la cocina); y la última, por la noche, en prime time. Esta dieta telenovelera atiborró de lujo, malignidades y sintonías pegadizas la memoria audiovisual de los telespectadores de la época. Uno de ellos puede que fuera Juan Gatti, el director de ‘Un boomerang’. El último videoclip de Fangoria es un homenaje en clave paródica de ‘Dinastía’. Tras la cabecera, calcada a la original, aparecen Nacho Canut como el patriarca Blake Carrington (John Forsythe); Topacio como su mujer, Krystle (Linda Evans); Valeria Vegas como su hija, Fallon (Pamela Sue Martin); y Alaska encarnando a la pérfida Alexis (Joan Collins), aunque aquí poseída por el espíritu de Sara Montiel. Unas gotas de estética disco setentera y un guiño final al ‘Science Fiction/Double Feature’ de ‘The Rocky Horror Picture Show’ completan esta ración de petardeo, un poco pasado de moda pero divertido.
Last I Heard (…He Was Circling The Drain) (Thom Yorke)
¿Qué tipo de imágenes podrían ensombrecer los sueños del protagonista de la orwelliana ‘Anima’? ¿Qué visiones tendría cuando cierra los ojos? ‘Last I Heard (…He Was Circling The Drain)’ se puede ver como el complemento onírico del anterior videoclip de Thom Yorke. A través de una combinación de animación stop-motion y 3D, el estudio Art Camp (creador de muchos de los clips de Gabriel Garzón-Montano) ilustra una pesadilla urbana articulada por medio de dos ejes temáticos: la soledad, la sensación de vivir como un astronauta en un planeta lejano; y el miedo a la alienación, a descubrir que, en el fondo, cuando estás frente a tu reflejo, eres igual que todos. Para reflejar estos sentimientos, Art Camp recrea un mundo grisáceo y caótico por donde sobrevuelan, como los coches del vídeo, algunas referencias iconográficas: las figuras sin rostro de las pinturas metafísicas de Giorgio de Chirico, la arquitectura urbana futurista de ‘Metrópolis’ (1927), los claroscuros del expresionismo alemán, y las visiones sobre la soledad del astronauta que van desde ‘2001: Una odisea del espacio’ (1968) a ‘Moon’ (2009) o ‘Ad Astra’ (2019).
Harleys in Hawaii (Katy Perry)
Desde los tiempos de ‘Salvaje’ (1953), donde Marlon Brando interpretaba al líder de una banda de moteros, las Harley-Davidson han alimentado los sueños de libertad y rebeldía de muchas generaciones de estadounidenses. El problema para la legendaria marca es que estas generaciones no se han renovado. Hoy el usuario tipo de Harley es un señor mayor, barbudo y barrigón. Como consecuencia de ello, la compañía está inmersa en una grave crisis de ventas. ¿Ha venido Katy Perry a rescatarla? Como informa el New York Times, contra lo que pudiera parecer, la marca no ha tenido nada que ver con ‘Harleys in Hawaii’. La cantante se ha inspirado para escribirla en unas vacaciones que pasó con Orlando Bloom en Hawái donde alquilaron una Harley. El videoclip, dirigido con no demasiada imaginación por Manson (CANADA), parece recrear ese romance tropical. Siguiendo (literalmente) el título de la canción, en el vídeo hay secuencias dedicadas, por un lado, a la cultura motera -planos de las Harley en la carretera a lo ‘Easy rider’ (1969), peleas en bares de moteros como las películas de serie B de American International Pictures, quienes crearon todo un subgénero- y, por otro, dedicadas a explotar los tópicos de Hawái: adornos florales, ukeleles, arrumacos bañados por el sol polinesio…
Sin haber alcanzado la popularidad de sus colegas Four Tet y Caribou, Floating Points se ha convertido en uno de los productores de electrónica más prestigiosos del momento. A la delicatessen que era ‘King Bromeliad’ había que sumar después otras como ‘Nuits Sonores’ y ‘Elaenia‘, su debut oficial, lo consolidaba en el panorama con un álbum muy personal en el que exploraba su formación clásica y su gusto por el free-jazz con una gran visión dirigida al espacio exterior. Fue uno de los mejores discos de su año.
El regreso de Floating Points se ha producido este pasado mes de octubre después de cuatro años, pero ‘Crush’ ha sido completado en tan solo cinco semanas según ha explicado el propio Shepherd, debido a que ahora cuenta con un estudio mejor equipado. De hecho, parte la maquinaria nueva a la que ha echado mano recientemente ha sido fundamental en cuanto a ciertos sonidos explorados en el largo. Cabe mencionar en este caso el sintetizador Rhodes Chroma, tan difícil de programar que el autor de ‘For Marmish’ hubo de pedir a su ingeniero que construyera una aplicación de iPad para controlarlo desde ahí; y el sintetizador modular BUCHLA, que el músico y neurocientífico se agenció tras engancharse a un álbum de krautrock y que usó por primera vez en directo durante su gira con The xx, durante la que actuó ante públicos de «20.000 personas». Las sesiones dieron lugar a la música más «agresiva y obtusa» que Shepherd había creado hasta el momento, en parte porque este sintetizador también es bastante difícil de usar en vivo, lo cual para él supuso todo un reto; y a través de esa perspectiva ha creado Floating Points este nuevo largo que no en vano lleva el título de ‘Crush’. Aunque esa agresividad siempre venga contrastada con momentos de serenidad y belleza, y nunca sea tan «obstusa» como parece.
Sin ahondar realmente en el jazz esta vez, ‘Crush’ no abandona la música clásica y algunas de sus pistas más estimulantes se producen dentro de esa fusión entre clásica y electrónica. El diálogo entre orquesta y ambientaciones de ‘Falaise’ logra con poco abrir un cielo inmenso ante el oyente, mientras ‘Requiem for CS70 and Strings’ parece llorar el fin del mundo sonando como un artefacto sonoro a punto de desintegrarse. De hecho, el cambio climático ha sido una preocupación de Shepherd durante la composición de ‘Crush’ y una de sus pistas más agresivas -aunque también menos interesantes- se titula ‘Environments’. Sin embargo, ‘Crush’ no es una obra conceptual, sino más bien una exploración estética tanto de la nueva maquinaria de Shepherd como de esas inquietudes que han plagado su cabeza durante su creación, lo cual incluye el Brexit o la inmigración (la cinematográfica ‘Sea-Watch’ está inspirada en Carola Rackete, la capitana de barco alemana que este año ha desafiado a Italia entrando en aguas territoriales con 42 personas inmigrantes a bordo).
El gran single de ‘Crush’ es ‘LesAlpx’, que sí termina de dar rienda suelta a esa agresividad hallada por Floating Points en el álbum en una composición épica, de intrigante progresión y llena de claroscuros, en la que la dureza casi sísmica de sus ritmos y el elemento celestial de sus ambientaciones se cruzan en un entramado de sonido clínico pero también muy melódico. La exquisita ‘Last Bloom‘ también despunta en ‘Crush’ sonando a un cruce entre Aphex Twin y los primeros múm, realzando su elemento preciosista; y las sorpresas las dan ‘Anasickmodular’ y ‘Bias’ con sus ritmos UK Garage; la primera mediante una producción envolvente que Shepherd decide entorpecer hacia el final; y la segunda mediante una producción suprema en cuanto a gusto y desarrollo, que no extraña sea la más popular del disco en Spotify. ¿A qué espera Floating Points para producir a alguna estrella del pop?
El hecho que ‘Crush’ funcione mejor como obra que admirar más que escuchar en bucle significa que este no va a ser el próximo álbum de electrónica que haga «crossover» en escenarios y medios especializados, cual Jon Hopkins. Esto no quiere decir que ‘Crush’ esté exento de momentos emotivos como ‘Sea-Watch’ ni de singles potentes como ‘LesAlpx’, pero el experimento de ‘Apoptose Pt. 1’ y ‘Apoptose Pt. 2’, que presentan el sonido de un sintetizador BUCHLA yendo a su aire y la melodía de un Rhode Chroma sonandno por debajo, creando una composición literalmente amorfa y sin dirección; no es demasiado interesante, como tampoco una segunda parte del disco quizá demasiado enfocada en su lado ambiental. El propio Shephard ha reconocido que ‘Crush’ no es un disco perfecto, pero también cabe lamentar que, con esta asimilación de la agresividad perpetrada por Shepherd en el álbum, un poco de la originalidad hallada en ‘Elaenia’ se haya perdido por el camino.
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘LesAlpx’, ‘Last Bloom’, ‘Anasikmodular’, ‘Bias’, ‘Falaise’ Te gustará si te gusta: Four Tet, Caribou, Jon Hopkins Escúchalo:Spotify
Contra todo pronóstico, hace tiempo que el chándal se ha instalado entre músicos sobre todo gracias a la música urbana, por mucho que Rusos Blancos se empeñaran en hacer del grito «Nosotras no llevamos chándal» una de las cumbres de su carrera (‘Supermodelo’ llegó a aparecer en ‘Física o química’ aka FOQ). Y ahora una superbanda llamada Chaqueta de Chándal, formada por gente que estuvo en Surfing Sirles, Santa Rita y lo:muêso, ha debutado con un disco llamado ‘Gimnasia menor’. El grupo, que ha pasado un par de veces por nuestra playlist de música nacional y latinoamericana Sesión de Control, está despuntando sobre todo con ‘El amigo del mal’ y un tema llamado ‘A moderno resabiado no le mires el dentado’.
No es el mundo de qué es «moderno» y qué no, qué es «underground» y qué no, el más actual que me puede venir a la mente. No estamos en 1994 ni en 2003. Sin embargo, estos debates siempre apasionarán a algunos, y la verdad es que a Chaqueta de chándal le ha salido un gran pepino de base kraut que sí, «pasa del Primavera Sound», se desinteresa por «lo vulgar, quinielas, Sálvame y Bisbal» y rima «acro-yoga» con «estar en boga», pero podría hablar de vampiros, caballos o física cuántica, que funcionaría exactamente igual.
El grupo formado por Guillem Caballero, Alfonso “Pocho” Méndez y Natalia Brovedanni se sirve de las sonoridades de la psicodelia sesentera tanto en voces y armonías como en efectos, mientras el vídeo subraya el carácter satírico de nuestro protagonista, jugando con la autenticidad y la hipocresía de la industria musical. Tras pasar por Sidecar en Barcelona, Chaqueta de Chándal actúan el viernes 29 de noviembre en la Sala Wurlitzer de Madrid.
Stuart A. Staples parece una persona tranquila como ha sido siempre la música de Tindersticks. De visita promocional en Madrid para hablar del nuevo álbum de la banda, ‘No Treasure But Hope‘, el artista muestra su entusiasmo con la última etapa del grupo, pero siempre desde la absoluta calma. Justo este jueves ha cumplido 54 años (aunque la entrevista tuvo lugar hace unas cuantas semanas, por lo que no tenemos ocasión de felicitarle), y no tiene por tanto ningún reparo en hablar de la época en que no era consciente de lo que estaba haciendo, en la que topó con la profesión de cantante casi por accidente o de la que considera infravalorada en Tindersticks. ‘No Treasure But Hope’ será presentado en 2020 en nuestro país en las siguientes fechas: el 23 de febrero en Vigo, el 25 de febrero en Barcelona, y el 14 de marzo en San Sebastián. Foto: Richard Dumas.
Has dicho que ‘Pinky in the Daylight’ es tu primera canción de amor sin peros, ¿hay lugar hoy en día para las canciones de amor puras, sin ironía?
Ni idea (carcajadas). No estoy acostumbrado a escribir canciones así, pero no tienes poder de elección sobre lo que escribes. Las canciones pasan, y hay una responsabilidad con el momento en que las haces y las entiendes. ‘Pinky in the Daylight’ no era tan diferente a ‘No Treasure But Hope’, pero esta última viene de un momento de desesperación. No estoy acostumbrado a que me vengan las canciones en momentos de alegría, pero hay que ser honesto con ese momento. Tienes que abrir tu corazón ante una canción así, no sé si es más difícil ahora que somos muchos más cínicos, que estamos más informados… pero es interesante.
¿Te consideras un romántico?
Es una de esas palabras… Quizá. ‘Pinky in the Daylight’ es definitivamente un momento romántico. Odiaría pensar en mí mismo como un devoto del romanticismo, pero tampoco sé si no me catalogaría como romántico. Te pregunto también, aparte de pensando en el origen del romanticismo o su vigencia, porque la banda me parece que ha sonado siempre romántica en los detalles, o incluso en los momentos que escoges para escucharla. No sé si te molesta.
Está bien. Si escuchas cualquier música y conecta contigo, si hace sentir algo a una parte de ti, está haciendo lo que tiene que hacer, sea lo que sea.
Me he leído un libro sobre Tinder, en el que la periodista, que ha escrito para The Guardian, cita un artículo de hace décadas en el que decía que en el futuro lo romántico estaría muy mal visto. ¿Lo entiendes así?
Todos necesitamos sentir una conexión con alguien, independientemente de cómo sea. No uso Tinder, es un mundo ajeno para mí (carcajadas), pero la gente necesita a la gente y tienes que apañártelas para conectar. Cuando era joven, había maneras de tener sexo rápido sin ningún significado y también otra cosa. No hay gran diferencia. La finalidad es la misma.
¿No ha cambiado el modo como vemos el amor?
Me gusta pensar que es una necesidad esencial para nosotros, que hay que aceptar.
Hablemos de la belleza, en «Pinky» hablas de haber encontrado una «nueva belleza». La canción inicial se llama ‘For the Beauty’. ¿Dónde has encontrado esa «nueva belleza»?
Al escribir estas canciones, algo que he sentido profundamente es la relación que hay entre el mundo de la belleza y el dolor. El disco habla de cómo necesitas mantener la esencia de la belleza, teniendo que ser capaz de lidiar con el dolor. El disco existe en ese espacio, en intentar mantener esa esencia. En este momento hay mucho dolor en el mundo, y personalmente, intentar mantener la esencia de la belleza es un objetivo.
«Al escribir estas canciones, algo que he sentido profundamente es la relación que hay entre el mundo de la belleza y el dolor»
¿Por eso vemos un mapa en la portada, como guía o lugar?
Las canciones fueron escritas en Ítaca, una pequeña isla de Grecia, donde he pasado bastante tiempo en los últimos años.
¿Vives allí, no?
Parte del tiempo. Escribir el disco allí, rodeado del Mediterráneo, ha alimentado el disco. Fue un sitio idílico de libertad para mí, pero que ahora no puedo evitar ver que se ha visto mancillado. No pude evitar que esa relación empapara el disco. Va sobre la relación de una pequeña y bonita isla del mundo y la isla de la que vengo.
¿Qué opinas de la escena musical en Reino Unido ahora que no vives allí? Siempre habrá gente como Richard Hawley, ¿pero qué te parece la música de hoy?
Creo que algo está empezando a pasar. Hay gente joven con cosas que decir, de maneras distintas. Ahora hay un espacio para cosas, mientras el mainstream está desviándose hacia otro espacio. Hay gente joven que siente que el mainstream no tiene nada que ver con ellos. Algo está empezando a pasar, gente como Black Midi o The Murder Capital, gente que hace sus propias cosas y a su manera.
«Hay gente joven que siente que el mainstream no tiene nada que ver con ellos»
Porque el mainstream está lleno de solistas, casi no hay grupos…
Por eso lo digo. Los artistas solistas están al final de todo un proceso. Eso no tiene nada que ver con gente joven que quiere hacer cosas con su propio lenguaje y eso es lo que yo espero. Las cosas están siguiendo su curso después de todo lo que han movido la televisión y los «talent shows». Es el momento de que la gente joven haga lo que quiera a su manera.
Has dicho que sabes que ya no sois una banda joven ni de moda, pero que conectáis más con la gente que nunca. ¿Qué quieres decir? ¿Sientes que conectas con la gente joven?
No quería decir eso. Yo escuchaba a Magazine y a Joy Division de joven, pero no por eso dejaba de escuchar a Tom Waits. Lo que quería decir es que cuando eres joven, pasan las cosas y no las entiendes, ni tampoco tus relaciones. Vives una explosión de creatividad, de energía, y entras así en la música, aunque seas outsiders como nosotros. Haces un disco y la gira, un disco y la gira, y así te pasas 10 años. Hicimos 5 discos en 10 años. Se transforma en un proceso. Siempre intentas por supuesto expresarte y mostrar tus ideas.
Pero estos últimos estos 10 años han ido más de explorar la música, de pensarla, unificarla, es cuando la comprendes y aprecias. No hablo de ser menos experimental, o desear menos lo que haces, sino de ir en distintas direcciones, mirar diferentes cosas… Está siendo mucho más enriquecedor que los primeros 10 años, que era más sobre la industria. No es que piense que formara parte de la industria, pero sí se tomaban decisiones, y yo era parte de un proceso. Y ahora manejamos las cosas que nos conducen, es más enriquecedor. Hace 10 años, cuando volvimos, decidimos no mirar nunca atrás. Ahora estamos en una situación en la que la música que hacemos, sobre todo los dos últimos discos, se está alimentando a sí misma. Es mucho más gratificante que los primeros 10 años.
«Los últimos 10 años han sido mucho más gratificantes que los primeros»
¿Crees que este es un buen álbum para que alguien escuche a la banda por primera vez?
Es acogedor. El último, ‘The Waiting Room’, con todo lo que me gusta, era más bien como una pregunta: te pide entrar para poder apreciarlo. Era más duro entrar. Y este es más acogedor. No es que lo haya buscado así, pero por el modo en que se ha hecho, ha salido. Hemos sido más humanos, hemos tenido una conexión entre los cinco, hemos jugado con la música… Es cálido. No entiendo muy bien por qué es así, porque se ha hecho muy rápido, pero confío en las canciones y en las personas. Y se ha convertido en algo muy acogedor.
Has dicho que no quieres mirar el pasado, pero no puedo evitar preguntarte por los 90, cuando se debatía si vuestra verdadera obra maestra era el primer disco o ‘Curtains’, ¿qué piensas ahora?
Cuando hicimos los dos primeros discos, los hicimos de manera totalmente inconsciente. Sin nadie que opinara, sin ninguna influencia exterior. Era nuestra música pura por sí sola. Fue muy especial. No te das cuenta de que nunca te va a volver a pasar. Los seis nos juntamos en un momento de la vida y algo pasó, durante años pudimos mantenerlo y luego empezamos a ser conscientes, y empezó a ser un trabajo. Tu vía de escape se transforma en tu trabajo, y empiezas a ser consciente del poder que tienes y de las maneras de hacer música. Algo se fue de nuestra música desde ‘Curtains’ hacia adelante. Estábamos intentando encajar, éramos las mismas personas con los mismos anhelos, pero no teníamos esa libertad inconsciente de hacer música. Por eso los primeros discos son tan especiales a pesar de las imperfecciones.
«Me gustan todos nuestros discos por diferentes razones, pero tanto en los dos primeros como en los dos últimos veo que ha pasado algo especial, aunque sean cosas muy diferentes»
Dicho esto, para los dos últimos, hemos podido hablar, tener conversaciones, y ese pequeño fuego que se apagó empezó a renacer. Con Dan McKinna, que toca el bajo y el piano, y Earl Harvin, que toca la batería con nosotros desde hace 10 años, hemos ido reconstruyendo y reconstruyendo. Con ‘The Something Rain’ (2012) y ‘The Waiting Room’ (2016), algo ha pasado cara a la libertad y a nuestro subconsciente. Me gustan los dos últimos. Me gustan todos los discos por diferentes razones, pero tanto en los dos primeros como en los dos últimos veo que ha pasado algo especial, aunque sean cosas muy diferentes.
¿Alguno que veas especialmente infravalorado?
‘Simple Pleasure’ fue un riesgo y muchos de nuestros seguidores lo encontraron difícil. Para mí fue importante porque queríamos romper con todo. Si no lo hubiéramos hecho, no estaríamos aquí. Sobrevivimos. Es un disco especial en nuestra discografía.
El disco nuevo parece estar pensado para formato vinilo. Se nota en el paso de ‘Carousel’ a ‘Take Care In Your Dreams’. Pero vosotros sois de los 90. Los 90 no fueron tanto del vinilo…
A principios de década, sí.
«Cada disco debería idearse como un vinilo, porque un disco es una forma de arte, limitada por su fisicidad»
Pero muy a principios…
Fue en ‘Simple Pleasure’, en el 99, cuando Island dijo que no merecía la pena hacer los vinilos porque no se vendían. El peor momento fue ahí. Los vinilos siempre han sido muy importantes. Cada disco debería idearse así porque un disco es una forma de arte en sí misma. Y está limitada por su fisicidad. No es coincidencia que en los discos clásicos encuentres una balada al final de cada cara porque ahí es cuando la energía empieza a bajar. Todos los discos clásicos se han ideado así. No digo que todos los discos tengan que hacerse así, pero para este álbum, era importante pensar según la energía de vinilo. En estos tiempos, un disco parece una manojo de canciones sueltas por ahí, pero para mí sigue vinculado a algo físico. Se puede hacer un disco doble y no digo que tenga que ser así, pero es importante la intención de lo que estás intentando hacer y ‘No Treasure But Hope’ está muy equilibrado así.
Has dejado la canción titular para el final, una canción pequeña e intimista. Se puede entender por qué musicalmente, ¿pero también tiene que ver con la letra?
Sí, por supuesto, no todo son las dinámicas. ‘For the Beauty’ siempre fue el inicio del disco desde la segunda vez que la tocamos, por las palabras. Y ‘No Treasure But Pleasure’ siempre fue la última. Cuando Dan y yo la grabamos era solo piano y voz, necesitaba algo de luz, por eso la última cosa que se grabó fue una celesta, porque si no, era inasumible: quería poner algo de esperanza. Como decía sobre ‘Pinky in the Daylight’, esta era la esperanza última, la positividad, una forma de conexión. Y ‘No Treasure’ y ‘For the Beauty’ son lo opuesto. Para mí son desoladas, y vienen de momentos de desolación respecto a este momento en el que todos estamos viviendo.
Por cierto, ¿cómo suena la palabra «Pinky» en inglés? ¿Hay humor en ella?
Es muy inusual, se usa poco. Mi mujer es pintora, le interesa muchísimo la luz. A lo largo de los años, no he podido evitar interesarme por la luz también, por cómo los colores cambian, o cómo la luz cambia. Esta idea de canción es sobre cómo algo puede ser «rosa» y «carmesí» a la vez.
¿No suena cursi?
No, no es la palabra. Porque si fuera «cursi» tendría que ser de uso común, tienes que estar acostumbrado a oírla. Tengo playlists con la palabra «cursi», y no tengo problemas con eso, sé lo que es (risas). Pero no es esto. Es algo que quería meter porque me hace sonreír y «pinky» es más bien una extraña palabra.
En algunos momentos del disco he pensado en las baladas de Nick Cave, y no puedo evitar pensar que él va a hacer conciertos en arenas y vosotros no porque os diferencian las canciones de rock, que le permiten mostrarse como una bestia sobre el escenario.
Nick se lo merece. Y tiene lo que ha buscado. Para mí en los 80 él y los Bad Seeds fueron una inspiración gigante, antes de formar siquiera Tindersticks. Luego perdí esa conexión, pero creo que ha alcanzado lo que se ha puesto como objetivo. Básicamente. Pero no es lo que yo quiero. Es diferente. Es a lo que te conduce, lo que buscas.
¿Y tú has conseguido lo que querías?
¡No! (risas)
¿Y qué era?
Para mí… no estoy diciendo esto en base a Nick, no tiene nada que ver. Para mí va más sobre estar comprometido y sobrevivir (risas) No es tan fácil que pasen 25 años, ser capaz de despertarme por las mañanas y concentrarme en lo que me interesa. Para mí es eso, aunque suene como un objetivo modesto, pero es como nací y como me educaron. Estar comprometido, sentir cosas, explorarlas y sentirme animado a hacer más cosas es lo que necesito como tipo de artista. Operamos de manera diferente.
«Nunca pensé en ser el cantante cuando empecé a hacer música, me dejé llevar»
Vosotros habéis sido una banda de culto, sobre todo gracias a Rockdelux, no sé si conoces el medio o es igual en otros países. ¿A qué crees que se debió en aquella era pre-internet? Nunca fuisteis la típica banda de MTV…
Sí, es más o menos igual en todas partes. En los 90’s hubo un momento en que eres esta cosa de la que todo el mundo quiere hablar y que todo el mundo oye. Pero nunca nos sentimos cómodos en los 90 de Londres, era un sitio extraño aunque la gente se ponga nostálgica por aquello. Nos sentíamos muy marginados respecto a por qué hacíamos música. Ahora, hacemos lo que necesitamos hacer, y tenemos gente que nos apoya. Sin esa gente apoyándome, no sería capaz de levantarme por las mañanas y pensar en lo que quiero hacer ese día. Puede sonar modesto pero es eso en resumidas cuentas. Alguien como Nick ha alcanzado lo que ha querido, y lo nuestro es muy diferente.
Finalmente, ¿cómo has vivido la evolución de tu voz en estos años?
Nunca pensé en ser el cantante cuando empecé a hacer música, me dejé llevar. Era más como «necesito hacer cosas» y una de las cosas que tenía para ello era mi voz. La primera vez que pude grabar en un estudio era mi voz y ya está. Después de los 3 primeros discos, no estaba tan contento, en los dos primeros no lo pensaba, decía «esto es el sentimiento». En ‘Simple Pleasure’ me lo empecé a tomar en serio, y me sentía un poco frustrado. Estaba el campo de la escritura, de la música, de la producción, de la mezcla… y en ‘Simple Pleasure’ pensaba que mi voz estaba muy por detrás del nivel de escritura. Ahora no lo pienso mucho, es como existe y ya. En ese sentido es algo más subconsciente. Si sientes algo, es que hay algo. Y si no sientes nada, no hay nada.
Acid Arab se han convertido en uno de los mayores secretos a voces de los últimos tiempos gracias a su fusión de electrónica con sonidos de la música tradicional árabe, mirando a países como Argelia, Marruecos o Yemen. El debut de los parisinos Guido Minisky y Hervé Carvalho, ‘Musique de France‘, fue una pequeña revelación en 2016 gracias a temas tan sugerentes y magnéticos como ‘Stil’ o ‘La Hafla’, y desde su publicación, los franceses no han dejado de tocar por todo el mundo, incluyendo este mismo año una aparición en el Sónar.
Sin que nadie deba entender que Acid Arab estén haciendo algo particularmente revolucionario cuando la labor de sellos como Awesome Tapes from Africa o Habibi Funk sirve para recordarnos que ya en los 70 y 80 había artistas en el Norte de África y en Oriente Próximo produciendo música muy interesante y original con sintetizadores (y los sigue habiendo en la actualidad, A-WA y Omar Souyleman son dos de los ejemplo más obvios); aunque sin restar mérito al hecho que no tantos artistas han aproximado la cultura de club occidental a estos territorios, los franceses han tenido la ocurrencia de llamar su nuevo disco ‘Jdid’, «nuevo» en árabe. La nota de prensa disponible en Bandcamp indica que algunas de las pistas de ‘Jdid’ ofrecen una «interpretación retrofuturista» de la música raï argelina, pero la pregunta es cuán interesante es esta interpretación y qué consiguen hacer con ella Acid Arab y los artistas invitados a su disco, entre los que encuentran los argelinos Radia Menel y Sofiane Saidi, el sirio Rizan Said, el tunecino Ammar 808 o el turco Cem Yıldız, intérprete del mencionado ‘Stil’, el mayor éxito del grupo. La respuesta es que ‘Jdid’ logra, en este sentido, ser una obra digna de escucha, si bien irregular.
Llama la atención desde el principio que Acid Arab (ahora un trío con la inclusión en sus filas del tecladista argelino Kenzi Bourras) han limado sus producciones para hacerlas sonar mucho más finas y elegantes que las presentes en ‘Musique de France’. Eso se traduce en que, a menudo, nombres como el de Matthew Dear vienen a la cabeza al escuchar temas como ‘Staifia’ o ‘Ejma’, y no necesariamente para bien: aunque el concepto de Acid Arab es más o menos original, sus producciones electrónicas no lo son tanto, y por tanto ‘Club DZ’ (sin «featurings») es completamente anodina y las nigerinas Les Filles de Illighadad (que llegaron a tocar en España) suenan algo desaprovechadas en la oscura ‘Soulan’. Sin embargo, Acid Arab sí logran crear interesantes laberintos sonoros en ‘Rajel’ con Ammar 808, sorprender con el crujiente ritmo roto de ‘Nassibi’ con Amel Whaby o incluso traer convincentemente a la ácida ‘Électrique Yarghol’ el sonido de este instrumento tradicional árabe (el arghul, una especie de antepasado del clarinete originario de Egipto). Sin embargo, las cumbres de ‘Jdid’ son las que evocan de verdad esos paseos por los «almacenes suburbanos y sótanos humeantes de Orán y Estambul» de los que habla la citada nota; ‘Ras El Ain’ con Rizan Said y la synth-pop ‘Malek Ya Zahri’ con Cheikha Hadjla, sonando al final, son atmosféricas y subyugantes. Donde el resto de ‘Jdid’ suena algo voyeurístico, estos temas sí suenan más integrados en la cultura en la que buscan sumergirse.
Calificación: 6,5/10 Lo mejor: ‘Malek Ya Zahri’, ‘Ras El Ain’, ‘Nassibi’, ‘Électrique Yarghol’ Te gustará si te gusta: A-WA, Omar Souleyman, Rachid Taha, en general la unión de música electrónica y tradición Escúchalo:Spotify
Josef Salvat ha vuelto tras cuatro años con un nuevo single que habla sobre la «ansiedad» que produce la adicción a las redes sociales. Se titula precisamente ‘modern anxiety’ y presenta un sonido bastante tropical-pop a la moda (de hace unos años) que no deja de estar hecho con buen gusto, a lo que hay que añadir que su melodía es todo un «grower».
El sonido playero de ‘Modern Anxiety’ hace que la canción pueda ser pinchada en sesiones y fiestas con total comodidad, pero el mensaje de la canción tiene un punto deprimente como da a entender su mismo título. En la primera estrofa, Salvat canta que en la noche anterior era «guapo y joven», pero que al día siguiente «no sabe quién es» y que carga con un «enorme peso» sobre su espalda. Por un lado, Salvat utiliza estos animados ritmos y ambientes tropicales para envolverte en una burbuja de felicidad y relajación, pero por el otro expresa cosas tipo «hoy me cuesta respirar» o «esta vida moderna se está llevando lo mejor de mí», creando un contraste francamente adictivo.
Todo este drama no se ha trasladado visualmente a un videoclip oscuro y lleno de «ansiedad», sino a uno bastante divertido y con mucho sentido del humor. Sucede dentro del propio teléfono móvil de Salvat, por lo que recuerda a otros clips similares como el de ‘Llámame más tarde‘ de C. Tangana y Rosalía (que tras publicarse en 2016, permanece desaparecido por algún motivo), y dentro de ese bombardeo loco de Whatsapps, stories de Instagrams y TikToks que llegan casi a la vez, caben homenajes musicales a Alanis, Madonna y Björk. Ojo también a la tierna escena final, y no dejéis de escuchar la segunda canción que ha dado a conocer Salvat junto a ‘modern anxiety’, ‘alone’.
Parte de la redacción valora el exitazo del momento, ‘Ritmo’ de Black Eyed Peas con J Balvin.
«Black Eyed Peas vuelven a mostrar en ‘Ritmo’ que cuando buscas «sinvergüenza» en el diccionario deberían salir sus caras. Entiéndase «sinvergüenza» en su primera acepción, como sinónimo de «bribón». Entiéndase «briba» como «holgazanería picaresca». Tras años de debatirse entre no hacer nada y fusilar sin ningún disimulo a Daft Punk contra la voluntad de estos, su gran idea ha sido 1) samplear una canción de éxito de los 90 tras el pelotazo de ‘Con calma’ y 2) contar con el Rey Midas del pop actual, J Balvin, para un verso en castellano. ¿Se puede ser más vago? Citando a Albert Rivera, «sí se puede»: hay quien ha detectado un sample de ‘You Know You Like It’ de AlunaGeorge y DJ Snake, no acreditado. ¿Pero es que no había algo más discreto? ¿Qué será lo siguiente? ¿Un sample de ‘What Is Love’ con la base de ‘212’? Mejor no dar ideas. Citando la letra «haters pa’ la tumba, nosotros pa’ la rumba», y aprovechando la mención a Rosalía, voy a ponerme ‘Milionària‘. Sebas E. Alonso.
«Que Black Eyed Peas son unos auténticos caraduras de la música pop lo saben hasta las ratas que pueblan los almacenes de cualquier discográfica, grande o pequeña. Y arrimándose al sol que más ha calentado en cada momento han construido una carrera. Quizá no respetable, ni admirable, pero que les ha hecho millonarios… y que les mantiene en ese estatus una vez más con ‘Ritmo’. Porque, dicho esto, aunque este tema con J Balvin parezca (y sea) una obviedad y un saqueo, es una obviedad y un saqueo que se le ha ocurrido a ellos (bueno, a will.i.am, productor único de la pieza) antes que a nadie, y es inevitable mover el cucu a su son. Y Balvin, como él mismo dice, pone fuego en casi todo lo que toca. Eso sí, los versos del mismo will.i.am y Apl.de.ap nos los podían haber ahorrado». Raúl Guillén.
«Tiene guasa que Black Eyed Peas busquen su porción del pastel latino/caribeño cuando el español hablado por will.I.am. en el Cruïlla no pudo ser más cutre. Entonces me preguntaba si habíamos echado de menos a los BEP porque parecía que tenían mucho temazo reivindicable y ‘Dirty Bit’ en directo de repente había sonado hasta bien, pero al escuchar esta canción y su sample chapucero vampirizado de mala manera, me dan ganas de volver a echarlos muuuuuucho de menos. Unos cuantos años o unas cuantas décadas. Will, ¿es que ya no te interesa hacer las maravillas que hacías antes?». Jordi Bardají
Taylor Swift, que ha sido confirmada en la próxima edición de Mad Cool y además hoy viernes estrena una de las canciones pertenecientes a la banda sonora de ‘Cats’, la película en la que aparece, sigue en un barro legal con Scooter Braun y Scott Borchetta, el conocido mánager de estrellas y el propietario de la discográfica Big Machine, respectivamente. Este año, ambos se han convertido en socios tras la compra del primero del sello que editó los primeros discos de Swift, agenciándose los derechos de las canciones. Swift planea regrabar su discografía para recuperarlos.
Pero la cosa se ha complicado, y Swift ha publicado un comunicado en Twitter para explicar la situación y pedir ayuda a sus fans. La cantante asegura que planeaba cantar un popurrí de sus grandes éxitos en la próxima edición de los American Music Awards, pero que Braun y Borchetta se lo están impidiendo al alegar que esta decisión implicaría que está re-grabando esos éxitos antes de lo permitido. Además, la cantante se ha visto forzada a desvelar que Netflix lleva tiempo preparando un documental sobre ella porque ambos ejecutivos están bloqueando en él el uso de esas canciones. La artista añade que Braun y Borchetta solo permitirán el uso de sus canciones en el documental de Netflix si ella no sigue adelante con su plan de regrabarlas e insinúa haber recibido amenazas por su parte a través de su equipo: «les han dicho que pare de hablar de ellos».
Swift añade: «El mensaje aquí está claro, quieren que me comporte como una niña buena y que me calle, pero esto NO ESTÁ BIEN, ninguno de estos hombres ha compuesto una sola de esas canciones ni ha contribuido a crear la relación que tengo con mis fans». La autora de ‘Bad Blood’ acusa a ambos de estar «ejerciendo un control tiránico sobre alguien que solo quiere cantar las canciones que ha escrito» y pide a sus fans que contacten en masa a Scooter Braun y a Scott Borchetta para «hacerles entrar en razón». También les pide que escriban a los artistas que estén al amparo del mánager, pues está segura que también «se preocupan por otros artistas y por su trabajo». Entre esos artistas se encuentran Ariana Grande, Justin Bieber o Demi Lovato, aunque Swift no da nombres.
Según The Verge, la petición de Swift ha provocado que se estén compartiendo públicamente los teléfonos móviles e incluso las direcciones físicas de ambos ejecutivos, pero el medio no ha podido confirmar que sean las verdaderas. El comportamiento de los fans tiene un término, «doxing», que se usa para «referirse a la práctica de investigar, recopilar y difundir [en las redes sociales] información sobre una persona que fue específicamente seleccionada con un objetivo concreto o como una vendetta».
Desde Big Machine niegan las acusaciones de Swift indicando que «lo que ha contado no existe. Desde que Taylor decidió dejar Big Machine el pasado otoño, hemos continuado atendiendo sus peticiones de licenciar su catálogo a terceras personas mientras promociona su nuevo disco, en el que no hemos participado. Estamos muy sorprendidos de leer las afirmaciones de ayer basadas en información falsa. De ninguna manera dijimos que Taylor no pudiera actuar en los AMAs o hemos impedido su especial de Netflix. De hecho, no tenemos el derecho de impedir que actúe en directo donde quiera». Desde Big Machine, aseguran que Taylor debe «millones de dólares y múltiples activos a la compañía, que tiene 120 empleados que han ayudado a lanzar su carrera». El equipo de Taylor ha respondido que es Big Machine quien le debe 7,9 millones de dólares en concepto de royalties no pagados durante varios años.
Rudy Ray Moore podría haber sido el Ed Wood de la blaxploitation. Tenía su mismo entusiasmo y fuerza de voluntad, y su misma falta de talento. La gran diferencia es que Moore tuvo éxito. Mucho. Aunque le costó. Con 40 años, Moore era un dependiente de una tienda de discos de Los Ángeles que había fracasado en su intento de convertirse en cantante y monologuista. Pero en 1970, su suerte cambió. Conoció a un divertido vagabundo que hacía rimas obscenas sobre un proxeneta llamado Dolemite y decidió apropiarse del personaje y de sus historias. En poco tiempo, gracias al boca-oreja, se convirtió en un cómico de culto entre el público afroamericano proletario. Grabó tres discos y actuó por todo el país.
Pero Moore quería ser famoso de verdad. En 1974 decidió invertir todo lo que había ganado en financiar su propia película. No sabía nada de cine ni de kung-fu, estaba medio calvo y bastante fondón. Sin embargo, escribió y protagonizó ‘Dolemite’ (1975), una película sobre un chuloputas con peinado afro y experto en kung-fu. Fue la primera de cuatro con el mismo personaje: ‘The Human Tornado’, ‘Shaolin Dolemite’ y ‘The Dolemite Explosion’. Aunque eran cutres y simplonas, la combinación de sexo, violencia, humor –muchas veces involuntario- y un genuino espíritu de barrio, funcionó. Conectó con el público negro de los guetos y se convirtió en la alternativa cómica y grosera de iconos del género como Shaft, Coffy o Priest, el traficante de ‘Super Fly’ (1972).
No es de extrañar que una figura de este tipo despertara el interés de la pareja de guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski. Juntos han escrito algunos de los biopics más interesantes de las últimas décadas: ‘Ed Wood’ (1994), ‘El escándalo de Larry Flynt’ (1996), ‘Man on the Moon’ (1999), ‘American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace’ (2018)… ‘Yo soy Dolemite’, dirigida por Craig Brewer (‘Black Snake Moan’, ‘Footloose’), se centra en los años de ascenso a la fama de Ray Moore. Y lo hace utilizando un distendido tono cómico que le va muy bien a la historia y al personaje. Ese humor, junto a un ritmo narrativo estupendo y una banda sonora llena de temazos funk y soul, es lo que permite hacer digerible, incluso agradable, una propuesta que es bastante previsible y convencional. En ese sentido, la película recuerda a la reciente ‘The Disaster Artist’ (2018). Una mezcla de biografía bienintencionada, crónica de una época (los primeros 70), cine dentro del cine, y apuntes sobre la creación artística y la imprevisibilidad del éxito.
Pero ‘Yo soy Dolemite’ es sobre todo un traje hecho a medida para Eddie Murphy. Tras una década encadenando fracasos artísticos y comerciales (sus últimos títulos puede que ni te suenen, ‘Mr. Church’, ‘Mil palabras’, ‘Imagine’…), el actor negro más taquillero de la historia hasta la llegada de Will Smith ha resucitado de la mejor manera: explotando su indudable talento cómico en una película de gran solidez dramática. Murphy, que era fan de Moore en su juventud, es consciente de estar ante uno de los grandes papeles de su vida. Y no lo desaprovecha. Aunque el Oscar al mejor actor de este año lleva una sonrisa siniestra pintada en la cara, no sería raro que Murphy se colara entre los cinco nominados. 7.
León Benavente actúan dos noches seguidas en La Riviera con todo agotado con semanas de antelación. La sala madrileña acoge a unas 2.000 personas, lo cual está muy bien, pero son muchas menos que las que están acostumbradas a ver al supergrupo de Abraham Boba y compañía en festivales. Y festival por el que han pasado, festival en el que han arrasado. Las razones son dos y bien cristalinas: el rodaje que les dio en su momento trabajar de una manera o de otra con Nacho Vegas, Tachenko, Schwarz y La Buena Vida; y un repertorio cada vez más nutrido de éxitos que agradan tanto entre la tradición indie del país como en la nueva generación, más abierta a la electrónica o incluso a un pequeño rapeado. Un dato: la telonera anoche fue una DJ, Bihotza, y hoy lo será Le Parody. Foto: Juan Pérez-Fajardo.
El sonido del cuarteto en La Riviera es alucinante. Las letras tienen una función secundaria en la banda pese a su vistosidad, por detrás de la melodía y la base rítmica. De hecho, en la sencilla escenografía de cortina dorada de fondo y dos alturas, la batería aparece elevada, como queriendo decir que aquí todo irá de ritmo. Bases electrónicas se lanzan pregrabadas en algunos temas y Boba azota una percusión extra por ejemplo en ‘Ayer salí’, última antes de los bises. Sin embargo, aunque los textos no sean lo más importante del grupo, es fundamental para la guía del show lo bien que se entiende todo lo que entona el cantante de la banda, y cómo puede seguirse el hilo narrativo de cada canción aunque no te la sepas.
En cuanto al repertorio, si ya en la gira anterior era de lo más ameno, ahora lo es más aún incorporando los temas del excelente ‘Vamos a volvernos locos’. Tras abrir con ‘Cuatro monos’, el grupo se deshizo enseguida de canciones tan carismáticas como ‘Amo’ -sin Eva Amaral, pues no hubo artistas invitados, no hacían falta-, su nueva obra maestra ‘Como la piedra que flota’ o la que quizá sea su mejor canción, ‘La ribera’. ‘Ánimo, Valiente’ se reservó para la mitad del set y ‘Ser brigada’ y ‘Gloria’ fueron, seguidas, la catarsis en el bis final.
«Tengo el país que me merezco» fue una de las frases más coreadas por motivos evidentes, al igual que el subidón de ‘Aún no ha salido el sol’ o Boba cantando desgañitado como un predicador en las últimas, ya agonizando, en ‘Disparando a los caballos’, fueron otros «highlights». Pero también otras canciones aparentemente más modestas como la raphaelesca ‘Estado provisional’ o la ‘Canción del daño’ funcionaron muy bien. No hubo tregua en los 85 minutos de concierto, una gira de éxito tal que hasta se vendían camisetas falsas de León Benavente a 10 euros en la puerta de La Riviera, más baratitas que en el puesto del «merchan». Como cuando vienen los grupos internacionales. 8.
Grimes ha anunciado al fin su nuevo disco, que como apuntaban los comentarios de la propia Claire Boucher dejados a sus fans en Instagram, saldrá ya en 2020. La fecha es el 21 de febrero, por lo que en realidad solo quedan tres meses para que el mundo conozca el esperadísimo sucesor de ‘Art Angels‘, uno de los mejores discos de 2015.
La versión definitiva del quinto álbum de Grimes, que ya se había filtrado en internet en mala calidad y con algunos títulos cambiados, será el más corto de su carrera en cuanto a pistas (10 en total) pero no en cuanto a duración (su debut de 2010, de 11 pistas, duraba media hora). ‘We Appreciate Power’ con HANA, que avanzaba el proyecto en septiembre de 2018, aparecerá simplemente en la edición deluxe del disco, junto a los singles oficiales ‘Violence’ con i_o y el nuevo, ‘So Heavy I Fell Through the Earth’, ya disponible.
‘So Heavy I Fell Through the Earth’ es un tema bastante atmosférico y ambiental como apuntaban las primeras valoraciones de los fans. Incluso tiene un punto new-age. En Spotify está disponible en su versión «arte» y en su versión «algoritmo».
01 So Heavy I Fell Through the Earth (Art Mix)
02 Darkseid ft. 潘PAN
03 Delete Forever
04 Grimes ft. i_o
05 4ÆM
06 New Gods
07 My Name is Dark (Algorithm Mix)
08 You’ll miss me when I’m not around
09 Before the fever
10 IDORU
Vuelve Gran Bola de Neu, el evento musical / mercado navideño de Sala Apolo. Una jornada gratuita de programación musical ininterrumpida, mercados, gastronomía y otras actividades diversas, que se distribuirán por los diferentes espacios de la sala durante todo el día. El evento, organizado con la colaboración de VenTú!, tendrá lugar el próximo 8 de diciembre de 12ha 24h.
Albert Pla es el primer artista confirmado en la próxima edición de Gran Bola de Neu y será el encargado de dar el pistoletazo de salida a la edición de este año con un espectáculo matinal. El cantautor hará un recorrido por sus canciones más emblemáticas, canciones que «cuentan historias trágicas y delirantes, cotidianas y sorpredentes, delicadas y brutales,crudas y surreales en las cuales el verdugo es también víctima, la calma se transforma en tormenta, la comedia convive con la tragedia y la serenidad desemboca en el desenfreno: todo para hacer evidente la estrecha línea que separa el bien del mal, el blanco del negro, el positivo y el negativo». Pla actuará acompañado por Judit Farrés al piano, samples, cajón, clarinete y coros y por Diego Cortés, el «increíble Hulk del flamenco», a la guitarra. Para este concierto se necesitará una entrada adicional que se puede obtener a través de la web de la sala.
Por otro lado, VenTú!, el sarao dominical que se instala en la sala una vez al mes, une fuerzas con Apolo para celebrar una fiesta especial en la sala grande con música en directo y sesiones de DJ. A estos shows se le sumará una programación especial en La (2) así como actuaciones en formato acústico y DJ sets en La (3). Cabe recordar que, además de la programación musical, y como cada edición, la sala acogerá un mercado artístico y discográfico ubicado a La (2) y La (3) de Apolo. El mercado artístico contará con propuestas de diseñadores y creativos de diferentes disciplinas y el mercado discográfico estará formado por sellos y tiendas de discos de Barcelona.
Mon Laferte puede haber ganado «solo» un premio alternativo en los Latin Grammys, pero su nombre es uno de los que más está apareciendo en primera plana de los medios generalistas durante el día de hoy tras su paso por la alfombra roja de los premios. De hecho, «Mon Laferte» es el séptimo tema más comentado en Twitter en España en estos momentos.
En esta noche de premios celebrada en Las Vegas, la autora de ‘Norma‘ decidió hacer «topless» delante de todos los fotógrafos congregados frente a la pasarela para denunciar la situación política actual en Chile, su país. «EN CHILE TORTURAN, VIOLAN Y MATAN» es el mensaje que podía leerse escrito sobre su pecho. La cantante ya se había pronunciado al respecto de la situación en Chile publicando un vídeo en el que afirmaba rotundamente rechazar el estado de emergencia declarado en el estado. En redes, la acción de Laferte ha generado aplausos (se celebra su valentía sobre todo), pero también críticas negativas: hay quien considera que un topless habría sido impactante en los 80, pero que hoy solo sirve como «entretenimiento».
Laferte también tuvo palabras para Chile durante su discurso de agradecimiento por el premio a ‘Norma’. La cantante dedicó el disco a su país y también un poema escrito por su amiga, la cantautora La Chinganera, recitando frases como «Chile, me dueles por dentro, me sangras por cada vena» o «la bala del que no escucha no detendrá nuestra lucha, hasta que se haga justicia».
Nació en Viña del Mar en 1983 y es la artista chilena más escuchada en Spotify. ¿Quién es Mon Laferte, la cantante del toples protesta en los #GrammyLatinos? https://t.co/Df7MPaRTz1
«La bala del que no escucha no detendrá nuestra lucha, hasta que se haga justicia». @MonLaferte ganó el #LatinGRAMMY 2019 por Mejor Álbum de Música Alternativa y leyó una décima dedicada a Chile. pic.twitter.com/QxjAf9BOtN
Tras las alegrías que le habían reportado ‘Que Dios nos perdone’ y, sobre todo, la multipremiada ‘El Reino’, Rodrigo Sorogoyen se aleja del thriller y se entrega a una historia dramática que está más basada en las metáforas, en lo contenido y en el intimismo de un personaje que ya conocemos. Se trata de Elena, la protagonista de su corto homónimo, nominado al Oscar en 2017 y cuyas principales bazas eran el envidiable manejo de la tensión y la interpretación de Marta Nieto. En ‘Madre’ (cortometraje), Elena es una chica de veintitantos que, mientras se prepara para salir, recibe una llamada de su hijo. Ella y el padre de Iván (que así se llama) están separados, y el crío está estos días de vacaciones con su padre en la costa francesa. Pero lo que parece una entrañable e intrascendente llamada sobre lo bien que se lo está pasando y lo mucho que está jugando se va torciendo y se convierte en una pesadilla cuando el niño le dice que está solo en la playa, que su padre se fue hace un rato, que no sabe dónde está… y más detalles que no revelaremos para quienes no hayan visto el cortometraje. El primer acierto de ‘Madre’ (película) es meter el corto como parte del metraje, con sus veinte minutos a modo de prólogo, para luego arrancar el material inédito con una elipsis de diez años. ‘Madre’, por tanto, son realmente dos películas en una, y no solo por la fecha de rodaje: el tono de esa primera parte no tiene absolutamente nada que ver con lo que veremos en el resto de la película.
Puede que sea un poco “trampa” del director meter el aclamado corto, pero sigue siendo una gozada tanto a nivel técnico como interpretativo. Solo hacen falta un par de habitaciones de una casa. Y solo hace falta una casa, que parece un elemento constante pero es lo contrario: brutal el cambio en cuanto a simbolismo que sufre “la casa”. La casa como hogar, lugar común -para bien-, lugar seguro, familia, momentos dulces, cómicos y hasta costumbristas (esa conversación de Elena con su madre mientras hace pis y se cambia, ese inicio de la conversación con Iván). Y, en cuestión de minutos, la casa como lugar claustrofóbico, la causa como motivo de impotencia y frustración, el hogar y la familia mostrándose inútil cuando quieres proteger a lo que más quieres. Y el costumbrismo pasando a ser absoluto terror. Pero esto va más allá de lo técnico, del uso de los espacios -o EL espacio- y de las lentes: entiendo a los cortometrajistas que dicen “si yo soy Sorogoyen y me dan los medios que a él, yo también te hago ese corto”, pero les diría que están muy equivocados. No, no haríais ese corto. Pero tranquilos; probablemente Sorogoyen tampoco lo hubiese hecho. No sin Marta Nieto.
Porque Jules Porier es un sensacional descubrimiento, y son tremendamente eficaces los encargados de roles más secundarios pero a la vez claves (Alex Brendemühl o Anne Consigny), pero Marta… sin Marta no hay ‘Madre’. Ojo, esto no significa que la actriz sea lo único sensacional de la película, pero es que éste no es uno de esos casos de “su trabajo le da varios puntos a la película”, “supone un empujón de calidad”, “gana enteros” ni similares. El León de Oro a la Mejor Actriz de la sección Horizontes que se llevó Marta Nieto en la Mostra de Venecia está completamente justificado, y tengo que entonar el mea culpa porque me precipité al decir que el Goya tenía este año el nombre de Belén Cuesta. Sigo apostando a que se lo va a llevar Belén, pero si tuviese que elegir yo, la verdad es que sufriría al elegir entre ambas (y lo de Greta Fernández me dolería también). Nieto tiene momentos magistrales de gran intensidad (la tensión creciente en el prólogo, el momento del coche, la incursión en la casa, o el encuentro con su ex), pero es casi más difícil la labor sobria que hace durante todo el metraje, mostrando el estado en que la vida ha dejado a Elena. Esa mezcla de anhedonia con pequeños brotes de liberación. De vacío con pequeñas dosis de ilusión. Cómo maneja a su personaje con dignidad entre la lucha por seguir y la caída en la locura… todo es un recital digno de ver… y de estudiarse.
Porque todo esto es lo que ‘Madre’ explora en su segunda mitad, donde el gran angular toma un destacado protagonismo (comenta Sorogoyen que lleva ya un tiempo investigándolo junto a su dire de foto, Álex de Pablo) y también lo toman las polémicas decisiones de estilo en cuanto a cámara de Sorogoyen, más contenidas en el corto. A algunos les fliparán, a otros les horrorizarán, y a otros nos parece que a veces sobran (como esos travellings en mitad de conversaciones, o los recurrentes “walk and talk”) pero otras son un acierto tremendo: no estoy de acuerdo con el hateo generalizado en cuanto a la “excursión al after”, tildada de subtrama innecesaria. Nos ayuda a comprender lo jodidísima que está Elena y, para qué negarlo, es una gozada desde el punto de vista formal; tanto eso como el momento “home invasion” son dos peaks de tensión que, sin llegar al nivel de los primeros 20 minutos (recordemos, son dos películas distintas), nos aceleran a mil las pulsaciones. Todas estas armas las usa el director para contar cómo Elena parece recordar eso que decía John Milton de “es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”. Está dispuesta a arriesgar toda la estabilidad que, no cabe duda, le habrá logrado conseguir, para agarrarse a un pequeño resquicio, dispuesta a ser la Reina del Infierno porque para ella eso le acerca a lo que entiende como Cielo.
Cuesta ver en ‘Madre’ “una película luminosa” como describe su director, pero podemos entender el objetivo pues, a pesar de todas las calamidades y los sabotajes a los que se somete Elena, parece que la única salvación y superación de su trauma, lo único que le da luz, llega a través de ESO. Sí, ESO. ESO que es el principal dilema a la hora de reseñar esta película: ¿es un spoiler? Habrá quien diga que sí. ¿Se puede hablar de la peli sin mencionarlo? Cuesta horrores. ¿Es el tema del que más hablará la gente tras verla? Evidentemente. Lo sé yo, lo sabes tú y lo sabe Sorogoyen. Con curiosas metáforas detrás y aún más curiosos debates sobre su necesidad, su motivo y su justificación (o no), lo que está claro es el que viaje que experimenta Elena y que nos propone Sorogoyen es, a mi juicio, mucho más interesante que el que nos proponía en ‘El Reino’, aunque probablemente ‘Madre’ sea menos aclamada, Marta Nieto aparte. Si el viaje de Elena es arriesgado, la decisión que ha tomado Sorogoyen al hacer ‘Madre’ en lugar de otro thriller también lo es. Pero hay veces en que del riesgo sale lo mejor, y ‘Madre’ es la mejor película de Rodrigo Sorogoyen. 8,4
Mónica Naranjo está en plena promoción de ‘Renaissance’, el disco que publica hoy viernes y en el que repasa 25 años de carrera.
En las entrevistas que está concediendo, la autora de ‘Mes Excentricités, Vol. 1‘ está hablando de VOX. Y las declaraciones que ha realizado al respecto en al menos dos medios no están pasando desapercibidas en redes sociales.
Las palabras íntegras de Naranjo en Europa Press han sido: «Yo tengo muchísimos amigos que votan a VOX y somos intimísimos amigos. Me encantaría sentarme con Abascal y poder hablar de esto, estoy convencida de que saldríamos de allí siendo súper amigos. Tan respetable es su punto de vista hacia la vida como el mío. La curiosidad es querer saber por qué llegas hasta aquí, qué has vivido en la vida. Los enfrentamientos no son buenos, nos alejan a los seres humanos y hoy más que nunca tenemos que estar cerca y querernos mucho». La autora de ‘Desátame’ asegura que en su cabeza «no existe» la posibilidad que dos personas no puedan ser amigas porque discrepen ideológicamente.
En El Mundo, Naranjo ha realizado unas declaraciones muy parecidas: «Lo bueno que tengo es que nunca opino de nadie. Tengo amigos a los que adoro que han votado a Vox, y vamos a llevarnos muy bien si tú respetas mis ideales y yo los tuyos. Me encantaría comer un día con Abascal para preguntarle qué ha pasado en su vida, y que él me pregunte qué ha pasado en la mía, para comprendernos, para poder compartir. Me esfuerzo en amar lo que me causa rechazo, porque amar lo amable es lo fácil. El trabajo de verdad es amar lo que te incomoda del otro».
En Twitter se habla de «blanqueamiento» del partido de ultraderecha por parte de Naranjo y de «equidistancia»… ¿quizá también podría hablarse de visión naíf de la política en general? En cualquier caso, a las críticas contra Naranjo también se ha sumado alguna defensa: «Está abogando precisamente por el entendimiento, por hacerles ver que están equivocados». Lo seguro es que si Abascal se va a sentar con alguien a comer, no será con Rosalía. ¿Nadie más se ha acordado de aquellas declaraciones de Erykah Badu sobre la «bondad» de Hitler?