Asier Etxeandía se ha embarcado en un proyecto musical junto a Enrico Barbaro llamado Mastodonte que está dando bastante que hablar entre el artisteo del país. Se llaman Mastodonte y se caracterizan por un sonido brutote y macarrilla, incluso en sus momentos más electrónicos. Se definen oficialmente así: «Mastodonte es un concepto, es la materialización imaginaria de un ente enorme y pesado, algo con lo que todo el mundo suele cargar. Mastodonte es el peso de todas las inseguridades que no nos permiten revelar al mundo exterior nuestras peculiares cualidades, por el íntimo terror a juicio ajeno, por el miedo de no estar «a la altura», por el pánico que nos produce pensar que los demás descubran que en el fondo somos unos impostores».
Ahora el grupo empieza a confirmar festivales de cara al verano que viene y además de Fitur Es Música en Madrid, el grupo es el primer nombre confirmado para Santander Music, festival que tendrá lugar desde el 1 al 3 de agosto de 2019. Tiene bastante razón de ser, pues Cantabria está presente en el imaginario de Mastodonte, que han utilizado espacios de la región en los exteriores de sus vídeos.
Como siempre, será en la Península de la Magdalena, si bien continuarán las actividades repartidas por toda la ciudad, como las sesiones vermú o conexiones con el arte y la literatura a través de la muestra ArteSantander. Los abonos para Santander Music ya están disponibles en su web a 45 euros. Por 60 euros hay derecho a acampada y por 125 abono premium. Detalles, aquí.
Maroon 5 estaban encontrando serias dificultades para encontrar con quién actuar en su Super Bowl del próximo 3 de febrero, aparentemente por la solidaridad con el jugador Colin Kaepernick, que se ha convertido en un símbolo contra la brutalidad policial tras protestar contra ella durante el himno nacional y ser castigado por ello. Parece que Mary J. Blige, Andre 3000 de Outkast, Usher, Lauryn Hill, Nicki Minaj y Cardi B, quien canta con Adam Levine su último gran éxito habrían dicho que no a salir con ellos. Incluso se dice que Rihanna se ha negado a actuar en la Super Bowl también en apoyo a Kaepernick.
Sin embargo, parece que desde la Liga Nacional de Fútbol ya han encontrado quien arrope a Maroon 5, que parece que no se atreven a salir solos como sí hiciera Lady Gaga. TMZ informa y Pitchfork ha confirmado que nada menos que Travis Scott sí actuará con los de Adam Levine. El artista ha logrado uno de los mayores éxitos del año con su sencillo ‘SICKO MODE’, número 2 durante semanas en el Billboard, y aparece en varias listas de lo mejor del año con ‘Astroworld‘.
Además, se informa de que Maroon 5 también están en conversaciones con Cardi B y Big Boi para que actúen finalmente con ellos, confirmando que el grupo seguirá explotando su lado «urban» tras haber colaborado con Kendrick Lamar o SZA.
Famous ha ganado Operación Triunfo 2018, imponiéndose a la favorita Alba Reche en una gala como siempre aburrida y más larga que un día sin pan. Lo mejor, sorpresa, Amaia. ¿Pero quién irá a Eurovisión?
Hoy 20 de diciembre pueden escucharse demos de 1 minuto de todas las propuestas de RTVE para los concursantes de esta edición, que el público deberá votar. Las 3 más votadas irán directas a la gala de selección, mientras RTVE y Gestmusic elegirán otras 7. Serán 10 en total las canciones que se escucharán en la mencionada gala, que se emite en enero.
Parece que la maqueta que más está gustando es la de María. De momento, y a juzgar por lo poco que se puede escuchar, se impone la mediocridad más absoluta entre sucedáneos de Ed Sheeran o Rihanna o de Malú y Pastora Soler, y solo unos pocos temas parecen en realidad primeros singles dignos para sus intérpretes. El resumen es que Alba y Miki se han llevado lo mejor, Natalia y Marilia lo peor y que nadie entiende a Sabela.
Famous / No puedo más: Esta canción con título a lo Camilo Sesto va más en la onda Jon Secada. No pinta mal.
Carlos Right / Nunca fui: En Eurovisión suelen ganar canciones diferentes, pero RTVE se sigue molestando en proponer cosas como esta que no valen ni para la cara Z de un quinto single.
Mad Cool se acaba de apuntar otro tanto en su programación de 2019 con la confirmación de Robyn, que ha publicado uno de los mejores discos de 2018 y además no es que se prodigue demasiado por Madrid o por España en general pese a que su amada Ibiza, en la que ha grabado parte del disco, no esté muy lejos. Este verano, de hecho, la autora de ‘Fembot’ presentará ‘Honey’ también en Primavera Sound.
La sueca se une al cartel del festival madrileño junto a otros grandes nombres como The Chemical Brothers, que publican disco el año que viene; el gran Iggy Pop y Disclosure en formato DJ set, así como Miles Kane, Sharon van Etten, Years & Years y Vince Staples. Todos sellos y Nao, TOKiMONSTA, Delaporte, Doblecara, Eric Prydz, George Fitzgerald, Haai, H.E.R. (que acaba de ser nominada a cinco Grammys, entre ellos al de Álbum del año), Jasss, Lala Lala, Le Butcherettes, Mitú, Valeras y Yonaka protagonizan las confirmaciones de hoy de Mad Cool.
Sumándose a los ya anunciados The Cure, The Smashing Pumpkins, The 1975, Bon Iver, The National, Vampire Weekend, Noel Gallagher, Vetusta Morla, Greta Van Fleet o The Hives, Mad Cool va camino de dar la campanada con otro de los carteles más populares del verano que se avecina. Podrá verse en el Espacio Mad Cool en Valdebebas – Ifema de Madrid los días 11, 12 y 13 de julio.
TVE ha confirmado este mediodía en una rueda de prensa celebrada en Barcelona que Operación Triunfo no volverá en 2019, ya que el formato “tiene que recorrer un poco más de tiempo para la próxima edición». Termina así una etapa exitosa para la cadena pública que ha supuesto sin duda el renacer de un formato que se presumía muerto hace dos años, tras sus fallidos últimos pasos por Telecinco. Especialmente la edición de 2017, ganada por Amaia Romero, fue un absoluto fenómeno.
Las palabras sobre el descanso indefinido de Operación Triunfo las ha pronunciado el directivo de TVE Toni Sevilla, que ha abogado por “cuidar el formato”, se entiende que antes de que el interés por él se extinga, exactamente como sucedió en la tercera edición del programa en 2003, la última que emitió TVE antes de su estreno en Telecinco, y que es de las menos recordadas.
Esta noche se ha celebrado la final de Operación Triunfo 2018, en la que el cantante sevillano Famous se ha coronado ganador, imponiéndose a Alba, Natalia, Sabela y Julia. La edición ha sido la menos vista de la historia de Operación Triunfo en cuanto a audiencia, si bien es verdad que dentro de un contexto televisivo más competitivo que hace 16 años. El director de Gestmusic Tinet Rubira ha llegado a hablar de cifras de consumo digital “estratosféricas”, equivalentes en sus propias palabras a “13.500 años” de vida. Sin embargo, a nadie se le escapa que el interés en torno a esta edición ha sido muy inferior a la anterior.
Un buen movimiento, en cualquier caso, por parte de TVE, cuya decisión de renovar el formato un año más ya fue cuestionada por su viabilidad y sobre todo por las consecuencias que podrían acarrear a unos concursantes que, de entrada, no podían contar con protagonizar el mismo fenómeno que vivieron Amaia, Aitana, Miriam, Ana Guerra, Alfred y compañía el año pasado. Ahora está por ver quién de ellos representará a España en Eurovisión: de momento sus demos, que hemos comentado una por una, ya pueden escucharse.
La centenaria Carballeira de Caldas de Reis, en Pontevedra, acogerá un año más los tres días de Festival PortAmérica, que tendrá lugar entre el 4 y el 6 de julio en el marco de Cultura Quente. El festival busca destacar por “ofrecer una propuesta musical que tiende lazos de unión entre Europa y Latinoamérica y por inducir a una experiencia que aúna música, naturaleza y gastronomía gallega”.
Ya en su octava edición, PortAmérica anuncia hoy catorce confirmaciones en su cartel de 2019, entre los que destacan el veterano grupo británico de ska Madness, Andrés Calamaro, Carlos Sadness, La Casa Azul, Depedro, Sidecars yo Carolina Durante. La tanda de confirmaciones la completan Combo Viramundo, El mató a un policía motorizado, Trending Tropics, Cuarteto de Nos, Santi Araújo, Presumido y Nixon. Todos ellos se suman a Mon Laferte (cuyo disco ‘Norma‘ hemos reseñado recientemente), Zahara, Morgan, Rozalén, Natalia Ferviú Dj, Vega (que acaba de visitar OT2018), Anarchicks, Miss Bolivia y Cándida, confirmados previamente.
Antes, el 19 de enero, PortAmérica llevará a cabo la iniciativa “Una entrada, un árbol”, cuyo objetivo es “concienciar a la población de que cuando arde nuestro monte, también lo hace una parte de nosotros”. Este día se realizará una plantación forestal de 2.500 árboles (abedules, robles, cerezos y castaños) en el monte Xiabre en colaboración con la Comunidad de Montes de Saiar, Concello de Caldas de Reis, Consellería do Medio Rural y Diputación de Pontevedra.
2002. Habían transcurrido 5 años desde la edición de ‘Portishead’, y el grupo de Bristol se encontraba en un hiato indefinido (11 años, 11, transcurrieron hasta su siguente álbum, ‘Third‘). Entonces, un día 28 de octubre, apareció una absoluta maravilla que complementaba y engrandecía el universo del grupo: ‘Out of Season’, un disco fantástico en el que la quejumbrosa voz de Beth Gibbons flotaba en fantasmagóricos ambientes de folk, soul y jazz tejidos junto a Paul Webb, bajo el alias Rustin Man.
Webb, amigo de la adolescencia de Lee Harris, fundó como bajista junto a él y Mark Hollis uno de los grupos cruciales de los años 80, Talk Talk. Formó parte del grupo en su época de mayor éxito, dejándolo justo después de la que se considera su obra cumbre, ‘Spirit of Eden’, publicada en 1988. Después de probar suerte junto a Harris en el proyecto experimental O’rang, poco se supo de la actividad de Webb hasta su fulgurante aparición en ‘Out of Season’. Tras producir algunos discos (‘The Year of the Leopard’ de James Yorkston –2006– es quizá el más relevante), Rustin Man reaparecía hace pocas semanas de nuevo, esta vez sin Beth Gibbons.
El sello británico Domino ha anunciado la publicación el próximo 1 de febrero de 2019 de ‘Drift Code’, un nuevo trabajo de Paul Webb grabado en su casa de Essex –un granero a 3 millas de la población más próxima–, en el que su amigo Lee ha grabado las baterías y él todo el resto de instrumentos y arreglos. “Llamé al álbum ‘Drift Code’ como un oxímoron: un código es algo fijado, pero nuestro instinto es vagar, ira a la deriva. Me gusta la idea de que la vida es un acertijo que no podemos resolver porque la respuesta está cambiando constantemente», dice Webb sobre el disco.
Cuando decimos que Webb se ha encargado de todo el resto de instrumentación también se incluyen las partes vocales. Al menos así se deduce de ‘Vanishing Heart’, el primer avance de ese álbum. Una canción que, aún sin contar con la voz de Gibbons, resulta igualmente fascinante gracias a una instrumentación exquisita y una composición que nos recuerda al último Bowie (su timbre vocal resulta sorprendentemente similar, por no hablar de esas voces dobladas) y también al Nick Cave más sigiloso. Una auténtica delicia de la que ya se conocen también su portada (la que veis encabezando este texto) y su tracklist completo:
Tracklist de ‘Drift Code’:
1. Vanishing Heart
2. Judgement Train
3. Brings Me Joy
4. Our Tomorrow
5. Euphonium Dream
6. The World’s In Town
7. Light The Light
8. Martian Garden
9. All Summer
Macaulay Culkin, protagonista de una de las mejores canciones de Ladilla Rusa, ha vuelto a la casa de ‘Solo en casa’, la famosísima saga navideña que protagonizó a principios de los 90, para promocionar el asistente digital de Google. Kevin McCallister tiene ya 38 tacos, pero sigue siendo un niño.
Resulta bizarro ver a Culkin con estas pintas tann pulcras, cuando en realidad su estilo personal tira más por el grunge. El año pasado, de hecho, hizo de Kurt Cobain en un vídeo de Father John Misty, y antes salió en una película del cantante Adam Green compartiendo reparto con Regina Spektor y Devendra Banhart. En ningún caso se parecía ni un poquito a Kevin.
Culkin, que en verdad se encuentra retirado de la industria del entretenimiento, según él mismo reconoció a The Guardian en 2016, era también miembro de The Pizza Underground, una banda que hacía versiones de The Velvet Underground con letras dedicadas a la pizza. Se suponía que iba a haber disco del grupo hace unos años, pero Culkin anunció en enero su disolución.
#heygoogle Have you ever wondered what Kevin McCallister is like as an adult? Me neither. But just in case you’re curious you should totally watch this #adpic.twitter.com/uO9qMPrUT3
Días después que Joaquín de Los Nikis apareciera por sorpresa en el último concierto de Carolina Durante en Madrid, el grupo de punk de Madrid formado por Emilio Sancho, Arturo Pérez, Rafa Cabello y el propio Joaquín, que tanto ha influido a los autores de ‘Cayetano’, hasta el punto que un vinilo de ‘Marines a pleno sol’ aparece en el vídeo de esta canción, vuelve con un nuevo EP el próximo 1 de febrero.
‘Menos de lo mismo Vol I’ será lo nuevo de Los Nikis, un EP de cuatro canciones editado precisamente por Sonido Muchacho, sello de Durante y también de Kokoshca o Airbag, grupos que, explica el sello, “no habrían sido lo que son sin haber escuchado canciones como ‘El Imperio Contraaca’, ‘Ernesto’, o ‘Salvaje Pasión’”. El sello indica además que Los Nikis “no vuelven para tocar, ni para convertirse en uno de esos grupos auto-tributos que están vagando 30 años después”, de lo que se entiende que no habrá gira de presentación del EP; sino que “vuelven solo para regalarnos unas canciones que solo ellos podrían haber escrito, que llevan su marca: frescas, directas, y con la misma mala baba que siempre”.
El primer adelanto de ‘Menos de lo mismo Vol I’ de hecho es más de lo mismo pero el buen sentido, un tema de título tan propio de Los Nikis como contemporáneo, ‘Me confunden con un hipster’, que en el estilo punk-rock gamberro de siempre deja nuevas frases para enmarcar en el repertorio del grupo como “este pantalón es de antes del estirón, mis gafas son de pasta desde que hice la comunión” o “dame un Alka-Seltzer, no me veo de influencer, que uno va teniendo ya una edad”.
«Somos el intento de buscarnos a través de otras miradas (…) aquí no se escucha mi voz, quiero que se oiga». La escena musical de Jaén no es especialmente conocida, a pesar de habernos dado en los últimos años bandas como Witchtower, Electric Belt, Santo Rostro o Buensuceso. Concluían hace poco los artistas entrevistados en los especiales de ‘Andaluces levantaos‘ que, dentro de los problemas en sí que tienen los músicos emergentes andaluces, la situación en lugares como Jaén o Huelva es peor que la de Sevilla o, por supuesto, Granada.
Pero Uniforms están siendo una de la excepciones a esa regla: acaban de confirmarlas para el BBK junto a Thom Yorke, Rosalía, Brockhampton o The Strokes, y eso se debe, claro, a su fichaje por Oso Polita, el sello de la promotora del festival, pero también a sus envidiables directos (yo pude disfrutar de ello en el último Monkey Week) y a ‘Polara’, su álbum de debut tras el EP ‘Equals’, con canciones como la que contiene la letra con la que abrimos la reseña, ‘EDMP‘.
De hecho, el videoclip de esta canción muestra que, aunque es evidente que el presupuesto que habrán tenido para él no es el presupuesto de Canada, la estética está tan mimada que lo parece. Annie, Natalia y Pan hablan abiertamente de la importancia del aspecto estético para ellas, ya sea en el clip de este tema sobre “la soledad del individuo en una sociedad frenética” (ese “experimento del mundo pequeño”, como ellas revelan) hasta sus propios photoshoots, o la estética que sobresale del propio sonido del disco: muy particular, parece llevarnos a un viaje espacial más cerca del toque dreampop que del shoegaze y el componente de ruido, sobre todo por el protagonismo de las voces.
Reverb a tope desde el mismísimo título, ‘Polara’, grabado por Iván Moreno en La Casa Estudio bajo la producción de Will Castellano, coloca a las Uniforms en una escena nacional de shoegaze que cada vez parece materializarse más, gracias a proyectos como Monte Terror, Reason Light o Linda Guilala, por citar solo algunos. Combinando inglés y español en sus letras, Annie, Natalia y Pan tratan en ellas temas muy variados, desde -como decíamos- la soledad en la urbe de ‘EDMP’ (“esparcidos por el suelo sucio de esta ciudad / con demasiadas leyes y prisa para esperar(nos)”), las dificultades a la hora de olvidar a alguien en ‘Perlas’ (“te sentiré muy dentro de la piel / te llevaré muy dentro de mi ser / ya no sé cómo intentarlo”), la violencia machista en la descarnada ‘Luz de gas’ (que brilla especialmente en esos “fuera el dolor, fuera el dolor”), la delicada composición sobre una mascota ‘Huesos’ o temas más ambiguos como ‘Gris’ o el que da título al disco: ‘Polara’ canción es un notable viaje de casi siete minutos con líneas tan sugerentes como “who are you? / did you sell your soul? / would you let me try to swim into your thoughts?”.
Otro de esos temas más crípticos es ‘Antípodas’, que a la vez resulta uno de los más acertados: ese guitarreo con rabia casa perfectamente con una letra que parece hablar del neoliberalismo y del sistema capitalista, y de cómo puedes intentar no doblegarte ante él. En definitiva, la banda jiennense entrega un debut que hace presagiar muchas cosas buenas en el futuro, dada su capacidad para crear atmósferas y para tratar en ellas distintos temas de forma habilidosa. Además de quienes vayan a verlas en sus propios conciertos, es seguro que en el BBK tendrán un público casual y distinto al de costumbre, y es bastante probable que gran parte de este público decida buscar a la banda en Spotify nada más volver del festival.
Calificación: 7.3 Lo mejor: ‘Antípodas’, ‘Big Bang’, ‘Polara’, ‘Luz de gas’, ‘Gris’ Te gustarán si te gusta: Warpaint, Sonic Youth, Mazzy Star, Cigarettes After Sex, Lush, The Flaming Lips, Slowdive Escúchalo: https://open.spotify.com/album/6hwRjGkRvzpe6nEV9KuY6n?si=0lclbtVZQ8GotHMFkK7PJA
Con un torpón ‘The Edge of Glory’ de Lady Gaga, impropio de una final (en realidad, ya es costumbre que los números grupales sean mera anécdota), comenzaba la final en la que, como para que Alba, Famous, Julia, Natalia y Sabela se relajaran, les rodearon de todos sus ex-compañeros, a los que llevaban tiempo sin ver, y a sus familiares, a los que acababan de ver días atrás. La cara tensa de Alba, la primera en sentarse junto a Roberto Leal, ya decía que sí, que ahora ya estaba más relajadita.
La alicantina fue la primera en actuar en solitario con esa versión jazzy de ‘Creep’ de Radiohead tan de hilo musical de tienda, lo que el café de vending es a un café espresso de cafetera italiana pero en música. Pero lo cierto es que, aunque la suya es de las voces más reconocibles y con más pellizco de la edición, recayó en los excesos, el descontrol y la falta de vocalización que venían dejando dudas sobre ella hasta la semifinal. Lo de Famous fue casi peor: de tan dotado que está vocalmente, intentó practicar todas las piruetas vocales físicamente posibles en un medio tiempo de soul clasicorro (y tirando a random) popularizado por Jennifer Hudson, ‘And I’m Telling You I’m Not Going’. Pero daba igual la canción: viniéndose arribísima en cuanto a gestos grandilocuentes y mohines faciales, el sevillano de adopción pretendía dejarnos boquiabiertos con sus recursos y lo logró. Se llama bostezo.
Tras una interpretación de ‘Baile’ de David Otero y Rozalén –que contaron cómo esa colaboración se fraguó en la gala de Eurovisión de este año, donde ambos coincidieron– y un chorro de vídeos que dieron para hacerte un poleíto, tomarlo y expulsarlo del cuerpo, así del tirón, Julia salió a escena a hacer su canción de pop aflamencado de la semana –‘Déjame ser’ de Manuel Carrasco fue, si es que importa–. Lo hizo tan bien como siempre, con una voz bonita y reconocible, enérgica y con matices. Manuel Carrasco debe estar encantado, dijo Manuel Martos. Y los cadenadialers también, añado.
Natalia optó por un baladón del musical ‘The Greatest Showman’, ‘Never Enough’, que le costaba cantar sin emocionarse. Nos hubiera gustado sentir eso mismo que la acongoja a ella, pero nada: a pesar de sus notables potencia, técnica y expresividad, no se levantó ni un pelo de la peluca de nadie. La escenografía imitando a la que llevó la participante de Estonia (que, frotaos los ojos, empleó el meme de Pilar Rubio para reclamar copyright) en Eurovisión –una falda gigante sobre la que se proyectaban efectos luminosos– era una alegoría de su actuación: bastante resultona, pero ya lo habíamos visto antes. Sabela, sin saberlo ella, llegaba a la gala como insólita favorita en las encuestas y se fraguaba lo que se dio en llamar “el sabelazo”. Con su sencillez, llegó al escenario a interpretar ‘Tris tras’ de Marful. Como si nos hubieran dicho ‘Mis fas’ de Trastrul: una canción en gallego desconocida para el gran público. Su gran acierto fue que eso fuera un detalle insignificante porque, con su aire de “pasaba por aquí”, se creció como viene haciendo en las últimas semanas, poniendo fuerza y sentimiento y haciendo que, de repente, esa canción de aires cubanos que no conocíamos nos interesara mucho. Lo que viene siendo un plot-twist.
Mientras los stans votaban, Pablo Alborán dedicó ‘Tu refugio’, sentido baladón a piano y chelo incluido en ‘Prometo’, a los que han sufrido una pérdida como la de Laura Luelo. Entre presentación, tema y charla promocionando su reedición y conciertos, contabilizamos unos 10 minutos de sueño menos. Gracias, OT. Pero “podía ser peor”, que dice Guille: vídeos y más vídeos de la visita de las familias a la academia cerca de las 00.30h. Y pausa no-publicitaria. No, de verdad, OT. Gracias. Y al fin, a esa hora exacta, se revela que Julia y Sabela, las dos mejores intérpretes de la noche de largo, son la quinta y cuarta clasificadas, respectivamente, quedando fuera de la final más injusta de Operación Triunfo que recordamos (no tenemos tanta memoria, que la penúltima edición fue en 2011). Los favoritos casi desde el primer día, Alba, Natalia y Famous, se medirían en la segunda fase.
Así que, con la clara sensación de que daba absolutamente igual lo que pasara a continuación, volvieron a actuar los tres finalistas, esta vez volviendo a hacer la primera canción que interpretaron en el programa. Dando igual, Alba pasó por encima de ‘Dangerous Woman’ como deseando que aquello terminara ya (anda, mira, ¡como los telespectadores!); Famous acometió ‘Faith’, la canción de Stevie Wonder para la BSO de ‘Canta’ de manera aseada y fugaz, suficiente para que Joe Pérez Orive le proclamara, sabedor de que se ganaría “una bronca”, candidato a Eurovisión (hagámoslo; ¿para qué darle más vueltas y malgastar dinero?); y Natalia, por fin, llevó a cabo una actuación digna de un ganador de (este) Operación Triunfo con ‘Crazy’ de Gnarls Barkley, haciéndonos creer que creía en lo que cantaba y bailaba con convicción, seguridad e imán.
A todo esto, faltaba por salir Amaia a interpretar ‘Un nuevo lugar’, su primera canción en solitario y el momento perfecto del prime-time era a la 1:11h de la madrugada del jueves, claro. Romero parecía apocada sentada con su guitarra, dubitativa, pero al final, justo al final, dio uno de esos volantazos interpretativos suyos que embelesan. «No sé qué acabo de hacer» fue el gran titular que dejó. Aunque breve, suyo fue, triste (porque veníamos a ver otro espectáculo) y claramente, el gran momento de la noche. También, aunque en este punto nos dé casi igual, porque ella entregó el trofeo a Famous que, con sólo un 1% más –36% frente a un 35%– se impuso a Alba. Natalia fue finalmente tercera con un 29%. El de Bormujos, con tan sólo 19 años, se llevó los 100.000€ de premio gracias, más que probablemente, a la capacidad escénica que ha demostrado a lo largo del concurso, bailando, rapeando y, sí, cantando.
La sexta edición del concurso de bandas de Sala Apolo ha anunciado hoy los 18 semifinalistas para la edición de este año. Como es habitual, habrá varias semifinales, en concreto 6, que se llevarán a cabo entre febrero y marzo. Se han apuntado hasta 300 artistas tanto de Barcelona como de todo el país, y ahora tendrán que pelear por una plaza en la gran final del mes de marzo que tendrá lugar también lógicamente en Apolo. Joan Colomo será el presentador.
En cuanto a las votaciones, el sistema será el mismo que la edición pasada: cada asistente tendrá una papeleta que depositará en la urna de la banda que quiere votar. Tras la votación del público, con un valor del 50%, el jurado, compuesto por miembros de la industria musical, Sala Apolo y Primavera Sound, votará con una representación también del 50%. Al sumar las dos partes, saldrá escogido el ganador de cada semifinal.
El ganador estará en la edición 2019 de Primavera Sound, actuará en el programa Feeel de betevé y grabará un LP en los estudios ACLAM de Barcelona con masterización a cargo de Hitmakers Mastering y distribución digital a cargo de La Cúpula Music. Otro de los finalistas podrá producir 4 temas en los estudios Sol de Sants y actuará en Musicbox de Lisboa y L’Aéronef de Lille. También hay beca para un músico y campaña de crowdfunding con asesoramiento personalizado y condiciones preferentes para las 18 bandas seleccionadas.
Robbie Williams se compró, en 2016, una mansión en Londres con intención de remodelarla, lo que incluía construir una piscina en el sótano. El cantante se topó con un problema, su vecino de al lado, Jimmy Page de Led Zeppelin, que durante años ha intentado por vías legales impedir la construcción de esta piscina preocupado por que afectara a los cimientos de su casa, un castillo victoriano con más de dos siglos de historia.
Williams llegó a acusar a Page de espiarle y grabar a los obreros para demostrar que eran “demasiado ruidosos”, apuntando que los constructores llegaron a encontrárselo “dormido en el jardín” y que observar su comportamiento era como “ver desarrollarse una enfermedad mental”. Más tarde, el ex Take That se disculpó por estas declaraciones, pero las cosas se han tornado finalmente a su favor.
Como recoge The Guardian, Williams ha conseguido autorización para cavar su ansiada piscina privada. Eso sí, deberá demostrar que los movimientos de suelo de la construcción (lo que incluye vibraciones subterráneas) no afectan a la casa de Page. Williams podría tener que pagar una fianza para asegurarse que cumple estas condiciones.
Tras semanas de rumores, al fin Kylie Minogue ha confirmado que actuará en Glastonbury, uno de los festivales más populares del mundo por el nivel de muchos de los artistas que han actuado en él, como Beyoncé, Coldplay o Adele. A ellos se suma ahora la cantante australiana, que actuará el 30 de junio en el espacio de “artistas legendarios”, por el que han pasado “leyendas” como Dolly Parton o Lionel Richie. La noticia es significativa, por otro lado, porque en 2019 se cumplirán 14 años desde que Kylie tuvo que cancelar la que iba a ser su primera aparición en el festival tras diagnosticársele cáncer de pecho.
Afortunadamente, las cosas en la vida de Kylie han cambiado para mejor también en lo profesional, ya que, tras el fiasco de ‘Kiss Me Once‘, el disco que presentará en Glastonbury ha funcionado mucho mejor de lo esperado. ‘Golden‘ ha sido número uno en Reino Unido, pero mejor aún es que, tras su lanzamiento a principios del mes de abril, el álbum se mantiene dignamente en la parte baja de la tabla: la gente, convencida por la transformación country de Kylie, ha seguido comprándoselo… aunque también es verdad que sus cifras en streaming podrían ser mucho mejores.
La autora de ‘Dancing’, una de las mejores canciones de 2018 para JENESAISPOP, y quien, por cierto, también está confirmada en el festival Cruïlla de Barcelona, ha celebrado su llegada a Glastonbury en Twitter, así como el propio festival.
I’m so thrilled to announce that I’ll be playing the ‘Legend slot’ on Sunday 30th June at @GlastoFest 2019. It will be 14 years since I was originally meant to appear there and so much has happened up to now. I can’t wait to see you all there to share this special show. pic.twitter.com/wHAiBs54Cx
We are delighted to announce that Kylie is finally bringing her show to Glastonbury. She'll play the legendary Sunday afternoon slot at next year's Festival. And we cannot wait. pic.twitter.com/sTAqOUvN0i
Érase una vez un talent-show para cantantes noveles que en su primera edición fue un auténtico bombazo a nivel repercusión comercial, con niveles de audiencia altísimos, gran relevancia social y conciertos en estadios repletos, del que surgieron varios artistas de éxito considerable (algunos a nivel internacional) que parecía duradero (y así fue para varios de ellos, no tanto para la ganadora). La productora del programa, el canal que lo emitían y la compañía discográfica que daba soporte a las grabaciones de los artistas durante y después de su participación en el concurso vieron el filón y se apresuraron a lanzar una nueva convocatoria, una segunda edición a la que ni la audiencia respondió con el mismo entusiasmo ni en general sus participantes alcanzaron las cotas de carisma de sus predecesores, ni siquiera sus ganadores, aunque algunos de ellos sí consiguieran desenvolverse con cierta personalidad en el negocio y perdurar. ¿No os suena de nada?
Efectivamente, como una especie de “autoprofecía”, aquello que ocurrió con las dos primeras ediciones de Operación Triunfo se ha repetido de manera casi mimética (con la única diferencia de que los fandoms son más versátiles gracias a la popularidad de Internet y sus redes sociales) en las dos ediciones del regreso del talent de Gestmusic Endemol que acoge de nuevo RTVE. Cuando todavía no se habían apagado los rescoldos de la histórica edición 2017 (por favor, que se anunciaron nuevos conciertos de su gira ¡en los primeros programas de esta edición!), las mentes pensantes no se plantearon dar un respiro a los telespectadores y sacudieron con una apresurada nueva camada de niños cantores con aspiraciones de estrellas pocos meses después (la rapidez, ese grotesco signo de nuestro tiempo). Sorpresa: salió mal.
Las audiencias en número de espectadores (que no los shares, que siempre son algo más tramposos) no engañan y, pese un buen arranque (que yo mismo creí esperanzador por el nivel del primer programa), la trayectoria de Operación Triunfo 2018 ha sido decepcionante: ninguna de sus galas ha conseguido superar los dos millones de espectadores, siendo la edición del talent con menor número de espectadores, lo cual incluye aquella de 2011 con Pilar Rubio que supuso la cancelación del programa en Telecinco (aunque hay que decir que sí mejora su cuota de pantalla, que sigue siendo la más baja históricamente). Aunque todo apunta a que, aunque sea por los pelos, su final de esta noche superará esa cifra par, sólo puede calificarse de decepción.
De acuerdo, son otros tiempos para la televisión, con mucha más competencia, y una buena muestra es que la audiencia media de OT 2017, un éxito, se situó en 2,4 millones de espectadores, no tan lejos de los 2,28 del citado OT 2011. Pero la pérdida de interés de los espectadores confirma que las prisas tampoco han sido buenas en este caso, y debería alarmar a los responsables si no desean que la historia se repita y el programa decaiga en atención hasta volver a desaparecer. ¿Cuáles son las posibles razones de este fracasillo?
El jurado
Evidentemente, la ausencia de Mónica Naranjo (que además se cagó en el formato a posteriori), toda una personalidad que tenía tablas en el asunto y que no dudó en dejar que la convirtieran en la Cruela de Vil particular del concurso, ha pesado más de lo que parecía. Sobre todo porque Ana Torroja, mucho más comedida y blandita a la pantalla (lo de este cómic es una broma, pero igual algo de eso hay en su aparente desidia), no ha podido, querido o sabido replicar ese papel. Ni siquiera con lo de la “mariconez” parecía darse ella por aludida. El papel de villano se lo ha repartido con Joe Pérez-Orive, de apariencia más severa, y Manuel Martos, que siempre parece juzgar pidiendo perdón, y la cosa no ha salido bien. Pero no ha sido lo peor, puesto que, sin que esté muy claro por qué, en un punto del programa se dejó de emitir juicios particulares tras las actuaciones, lo cual resultaba confuso y, sí, soso.
Las polémicas
El extraño despido de Itziar Castro (sin responsabilizarla directamente a ella, hay que decir que la respuesta a la entrada de Los Javis se palpó de manera inmediata) y el affair “mariconez” (¿nadie se ha preguntado qué habrían dicho los defensores del arte en su estado más puro si en lugar de una canción de Mecano se hubiera propuesto una de Kortatu o de Albert Pla?), las indignantes ganas de tener sexo con María de su novio, Pablo Amores, las decisiones del jurado aparentemente guionizadas o el desprecio a los adalides de la libertad que se agrupan en Falange pusieron visiblemente nerviosos a la cadena y productora de OT, con una Noemí Galera a la que hemos visto mucho más tensa que en OT 2017 al tener que torear esos miuras. Y, sobre todo, el programa dejó de ser tan extremadamente blanco y, en su esfuerzo por abanderar la visibilidad y la inclusión de diversos colectivos, comenzaron a temblarle las rodillas.
El casting
Evidentemente, este podría ser otro de los grandes factores del bajón de audiencia. Si OT 2017 parecía incluir a artistas que huían de estereotipos de otras eras del concurso, esta edición ha vuelto a recuperar sobre todo el del guaperas-impersonal-soso-a-morir. Miki ha sido el único superviviente de esa estirpe hasta la semifinal, pero la presencia de Damion, Carlos Right (nunca podremos dejar de repetirnos mentalmente “right?” al escribirlo) o Joan Garrido también han contribuido a que el programa fuera tan pesado y random como solía antes del año pasado. Thank u, next. Aunque diría que peor aún ha sido la decepción que ha supuesto la participación de lo que se avecinaban como grandes competidoras por su voz y personalidad (sí, me refiero a África y Noelia), que se han perdido por algo que sólo puede explicar el siguiente punto…
Los ecos de OT 2017
Como parecía fácil prever, la cercanía casi insufrible con la edición anterior ha perjudicado seriamente a esta. Para aquellas chicas y chicos que apenas habían nacido cuando Rosa López ganaba aquella primera vez, era difícil medir la repercusión de lo que hacían. Sin embargo estos cachorros lo acaban de ver, habían seguido de cerca las correrías de Amaia, Alfred, Ana Guerra y compañía, sabían de lo que eran capaces los fandoms en redes sociales y, lo que es más importante, sabían qué coño es shipping. Venían resabiados. Y no sólo eso: creían que ya habían triunfado, que ya estaba hecho el trabajo. No es su culpa, claro. Si estos chicos tienen talento y potencial, un año más hubiera hecho que su background y su formación fuera mayor, y les hubiera enseñado una lección crucial: que hoy, apenas un año después de estar en su situación, prácticamente nadie recuerda a Mireya Bravo, Thalía o Juan Antonio. ¿Qué hubiera tenido eso de malo? ¿Que habrían caído en las redes del nuevo La Voz?
El talento
Lo hay en esta edición. Lo tienen Famous (quizá demasiado empeñado en demostrar una versatilidad que nadie le ha pedido: no queremos otro baladista, pero necesitamos nuestro Bruno Mars), Alba (que por fin demostró que es capaz de emocionar y controlar su descontrol en la semifinal) y Natalia (con un magnetismo escénico semejante al de Aitana), y Sabela y Julia también, aunque a sus arquetípicas maneras respectivamente folk celta y cadenadialesca. Pero más allá de algún destello, no les hemos visto una evolución clara (algunos casi se diría que han retrocedido) ni brillar tanto y apenas ha habido actuaciones memorables (quizá el nervioso ‘Take Me to Church’ de Famous y el ‘Toxic’ de Albalia) que puedan compararse a los momentazos televisivos pop que ofrecieron sus predecesores. Quizá la final de hoy sea una oportunidad de ver alguno… aunque la selección de canciones que arrastran de la Gala 0 dice, con la boca llena, “NO”.
La personalidad (ausencia de)
La gran ausente de esta edición ha sido la personalidad. De hecho, de entre los finalistas apenas podemos asegurar que la tenga la gallega Sabela, porque ha demostrado dónde se encuentra cómoda y dónde no. Y es curioso que los atisbos que hemos visto de poseer algo de este bien quedaron fuera del programa semanas atrás: Dave la tiene, aunque sea para formar parte de un dúo cómico musical al estilo Les Luthiers… o Los Hermanos Calatrava; Marta la tiene, porque hay que tenerlos muy cuadrados para que una chica de 18 años se atreva a elegir hits de los 80 y provocar que una canción de Madonna, casi nadie en esto del pop, suene por vez primera en el talent; y la tiene claramente María Villar, que “grita carrera” –como dijo Joe cuando interpretó ‘Amorfoda’ de Bad Bunny– aunque ni siquiera ella tenga claro haciendo qué, tras haber mostrado su pasado indie rock y ahora su amor por el trap. El resto ya tal. Con suerte, la madrileña será a esta edición lo que Vega a OT2, y Marta lo que fue Nena Daconte. Esta noche descubriremos quién será su Ainhoa Cantalapiedra. «Who?», diréis. Exacto.
Amaia es la última artista en visitar la Academia de Operación Triunfo 2018, que cierra hoy sus puertas. La ganadora de OT2017, que presentará ‘Un nuevo lugar‘ esta noche en la gala, no ha dejado pasar la oportunidad de volver a pisar las habitaciones de la que fue su casa el año pasado, terminando en la sala de piano para tocar el “segundo movimiento de una sonata” (según Shazam de Beethoven, abajo enlazamos una interpretación) y ‘Miedo’, su celebrada versión de M Clan.
Amaia habla a los concursantes de su experiencia una vez abandona la Academia, recordando la vez en que sus compañeros y ella tuvieron que replicar una rueda de prensa en plató para prepararse las preguntas que posiblemente les iban a hacer. La artista cuenta que el equipo del programa entregó a cada uno de los concursantes una hoja con todas las noticias que habían salido sobre ellos, y que lo primero que vio Amaia en la suya fue una foto de ella desnuda, algo que le hizo ponerse muy nerviosa. Sin embargo, Amaia indica que pronto entendió que no era para tanto, por lo que aconseja a los concursantes que intenten quitar hierro a este tipo de cosas, ya que al final “todos somos personas”.
Sin mencionarles su nuevo single, sobre el que la navarra ha hablado en una entrevista exclusiva con JENESAISPOP, Amaia comenta también que cuando sus compañeros y ella salieron de la Academia, se encontraron con gente “diciéndonos lo que tenemos que hacer y lo que es lo correcto”, por lo que aconseja a los concursantes que no vean su futuro en la música simplemente “en blanco o negro”, ya que “no hay nada correcto, sino un montón de posibilidades”.
Tras confirmar en su cartel primero a The Smashing Pumpkins y después a King Crimson y Underworld (que tocarán tres días seguidos), Doctor Music comparte una generosa tanda de confirmaciones para su edición de 2019, la primera en más de 20 años y que volverá a tener lugar los días 11, 12, 13 y 14 de julio en Escalarre, en los Pirineos catalanes.
Encabezan las nuevas confirmaciones Rosalía, autora del disco del año para JENESAISPOP, y The Strokes. Julian Casablancas actuará paralelamente también junto a The Voidz. De manera curiosa, tanto Rosalía como The Strokes acaban de ser confirmados a la vez en otro festival.
Destacan también en el cartel los nombres de Primal Scream (su líder, Bobby Gillespie, ha protagonizado una de las noticias más bizarras de 2018), y The Good the Bad and the Queen, otro de los proyectos de Damon Albarn, con disco nuevo en el mercado; así como The Prodigy, The Sisters of Mercy, Parquet Courts, Mando Diao, Tom Walker, The Twilight Sad… y el holograma de Frank Zappa.
Completan la tanda Albert Pla y Los Sujetadores, Âme, Carl Craig, Els Catarres, Charlotte de Witte, Chris Robinson Brotherhood, Damian Lazarus, Doctor Prats, Greta van Fleet, James Bay, Jamie Jones, Jimmy Cliff, Joan Dausà, Opeth, Parov Stelar, La Pegatina, Els Pets, Quimi Portet, Richie Hawtin, Sabaton, Sopa de Cabra, DJ Tennis, Tesseract y Viva Suecia.
Tras publicar uno de los discos más decepcionantes del año tanto a nivel comercial como de crítica, ‘Boarding House Reach‘, que, no hay que olvidar, sucedía al exitoso ‘Lazaretto‘, Jack White se ha reunido con Brendan Benson, Jack Lawrence y Patrick Keeler para retomar su proyecto conjunto, los Raconteurs.
Nacidos en 2005, The Raconteurs solo han publicado dos discos hasta la fecha, ‘Broken Boy Soldiers’ en 2006, que fue número 2 en Reino Unido, y ‘Consolers of the Lonely’ en 2008, que fue uno de los primeros álbumes pop en salir casi por sorpresa al anunciarse su lanzamiento para la semana siguiente, una práctica habitual hoy en día pero que no lo era tanto en aquellos tiempos en que Radiohead acababan de revolucionar la industria publicando ‘In Rainbows’ a precio libre y la palabra “Spotify” solo empezaba a sonarnos.
Una década después de aquello, Jack White y compañía presentan dos temas nuevos que probablemente formarán parte del nuevo álbum en el que se encuentran trabajando, como informa Pitchfork, y que verá la luz ya en algún momento de 2019. Los temas se presentan en plan cara A y B y son, en primer lugar, la salvajilla ‘Sunday Driver’ y, en segundo, la balada blues-rock ‘Now that You’re Gone’. Con ellas os dejamos:
Los amantes del noise pop y el shoegaze podemos estar tranquilos con la cantera nacional: grupos muy jóvenes como Arista Fiera ofrecen continuidad a un estilo que, décadas después, sigue vivo y bastante fresco. Arista Fiera son un quinteto establecido en Málaga que despuntó el año pasado con su EP autoeditado ‘Simetría par‘, un disco con influencias de Lush (en esto cabe culpar al primer plano de la voz dulce de Isabel Galán), The Sundays o Cocteau Twins, siempre con melodías vocales pop como enseña incontestable. Aquel disco, grabado en Producciones Peligrosas con Carlos Díaz (Los Planetas, Lori Meyers), y su directo les llevaron a ser ganadores del certamen de bandas noveles que organiza cada año Contempopránea y, ahora, a fichar por El Genio Equivocado, uno de los sellos independientes más activos e interesantes de nuestro país.
La editora radicada en Barcelona publicará a principios de 2019 el segundo EP de Arista Fiera, titulado ‘Mi defensa personal’, del que días atrás mostraron un primer avance. Se titula ‘Melo’ y en él suenan más luminosos que nunca, propulsados por un riff de sintetizador de esos que asaltan la mente cuando menos lo esperas y que redondean la línea vocal de Galán, que culmina con un «uu-uu-uuh» igualmente infeccioso… antes de desatarse una orgía final de ruido y golpes de caja.
Hoy en JENESAISPOP no sólo la destacamos con la etiqueta de «Canción del día» sino que además estrenamos el vídeo oficial para ‘Melo’, un interesante trabajo visual que complementa la canción a la perfección. Ideado, producido y dirigido por otro joven colectivo de Málaga, Pamela Films, el clip parte de esta premisa: «¿Imaginas que un día, en plena mudanza, pones tu canción favorita y un viejo televisor cae poseído por ella?» Así, entre cajas de cartón y objetos apilados que demuestran las filias más personales de alguien, un viejo televisor de tubo comienza a emitir imágenes de anuncios, dibujos animados, noticieros, videojuegos o la MTV, que en realidad dibujan el imaginario estético de los propios Arista Fiera.
Un metavídeo que, de manera curiosa y significativa, está protagonizado por otro artista malagueño: el personalísimo cantante de queer-trap-pop-aflamencado Daniel F. Pozo, más conocido como La Dani (al que quizá algunos recuerden por su hit ‘Como Beyoncé’ y, más recientemente, por el tema sabrosón ‘Gordo y apretao’). Él, en calzoncillos y ropa interior, personifica al dueño de objetos y televisor que se sorprende a sí mismo dentro del aparato, proyectándose de manera infinita como un espejo enfrentado a otro.
Se nota que es Navidad, pues las entradas en las listas de álbumes españolas no son demasiadas. Manuel Carrasco es top 1 en venta de álbumes y top 3 en streaming con ‘La cruz del mapa’, pero quizá la mayor curiosidad en ambas tablas sea el éxito de ‘love’ de Michael Bublé, que protagoniza la subida más fuerte en ambas listas (en ventas sube del 15 al 5, en streaming del 66 al 22), confirmando que será uno de los discos más regalados estas fiestas.
Entran también en la parte alta o media de la lista de ventas Coldplay con ‘Live in Buenos Aires’, en el 8 (39 en streaming), Paco Candela con ‘Mi mundo’ en el 11 y Adrián con ‘No me doy por vencido’ en el 27. Y en la parte baja se estrenan en lista ‘Heart to Mouth’ de LP, que entra en el número 62; ‘Coplas de Zarzuela’ de Diana Navarro, número 66, y dos discos viejos de Paul McCartney & Wings que acaban de ser reeditados, ‘Red Rose Speedway’ en el 78 y ‘Life’ en el 93.
En streaming, la entrada destacada es ‘Skins’ del fallecido rapero XXXTNETACION, que debuta en el puesto 6. Entran además los discos de las galas 11 y 12 de Operación Triunfo 2018, en los puestos 74 y 99, respectivamente.
Llega un nuevo festival a Madrid. Fitur es Música se celebrará los días 25 y 26 de enero de 2019 en el Pabellón 1 de Feria de Madrid, dentro el marco de la Feria Internacional de Turismo FITUR Festivales. El evento buscará despuntar por su eclecticismo y paridad, que puede apreciarse en la programación, revelada este martes.
La curiosidad del cartel de Fitur es Música es que se divide en géneros. El primer día, cuenta la nota de prensa, se centrará en el rap y el trap, con la presencia de Natos y Waor, Denom, Cruz Cafuné, The Zombie Kids, One Path, Albany y Ojo Último, que actuarán desde las 19.00 hasta las 3.00. El segundo, sin embargo, se enfocará en el indie y electrónica con la confirmación de Mando Diao, Mastodonte, la revelación Delaporte (foto), Mueveloreina, Cariño (autoras de una de las mejores canciones de 2018), Miqui Brightside, Cheries DJS, Volver y Ganges, que actuarán desde las 19.00 hasta las 6.00.
Beatriz de la Guardia, directora de comunicación de Planet Events, una de las organizadoras de Fitur Es Música, ha hablado sobre la separación por géneros musicales y días. ¿No cabrían por ejemplo Delaporte y Mueveloreina en la jornada del viernes? «Más que una división de días o de géneros, pues no creo que tenga tanto que ver el rap con el trap, o los artistas indies con los de electrónica (¿en qué se parecen Delaporte y Mastodonte, que tocan el mismo día?), si acaso podría llegar a haber una división de edades, considerando que el primer día tal vez puede abarcar un público más joven que el segundo. En cualquier caso, nosotros no creemos en una división como tal sino en la capacidad de elegir, por eso hemos puesto el precio de las entradas muy baratas (20 euros por día, precio promocional de salida), para que a quien le apetezca ir un día pueda permitírselo y quien quiera asistir los dos pueda hacerlo también de forma asequible y aun así le siga costando más barato que otros festivales. Nosotros estamos a tan sólo un mes de venta del festival, la mayoría sacan entradas de día cuando se acerca la fecha, nosotros ya estamos cerca de ella».
Ana Guerra protagoniza la entrada más fuerte en la lista de singles española -que vuelve a estar encabezada por Paulo Londra- con su nuevo single, ‘Bajito’. El tema, sin embargo, se queda a las puertas del top 10 debutando en el puesto 13, pese a haberse presentado con un videoclip lleno de “queer-baiting” con la aparición de Los Javis y Dulceida. Para comparar, ‘Ni la hora’ con Juan Magán logró entrar directamente en el 2. La canaria, por cierto, ha confirmado que su disco se titula ‘Reflexión’.
Alfred, compañero de edición de Ana Guerra en Operación Triunfo 2017, firma la subida más fuerte en la tabla con ‘De la Tierra hasta Marte’, que asciende del 29 al 12. Este viernes ha salido su disco, ‘1016’, que reseñaremos próximamente e incluye un dueto jazz con Amaia y colaboraciones con Santi Balmes o Carlos Sadness.
‘Desde el corazón’ de Bad Bunny entra en el número 28, y el resto de entradas se produce en la parte baja de la lista: ‘Ta To Gucci’ de Cauty y Rafa Pabon en el 58, ‘Vacation in the Sky’ de Kelly Ramirez en el 80, ‘Without Me’ de Halsey en el 89 (que por fin llega a la tabla tras lanzarse hace casi un mes) y ‘A solas’ de Lunay, Lyanno, Anuel AA, Brytiago y Alex Rose, en el 92.
Norma Monserrat Bustamante Laferte, Mon Laferte para el mundo, es toda una estrella del pop en latinoamérica gracias a álbumes como el homónimo que publicó en 2016 y ‘La trenza’, de 2017, dos discos en los que conjuga la tradición folclórica de México y los Andes (reside en el país norteamericano desde hace años, pero es chilena) con el rock de querencia retro, con doo wop, ska o rockabilly como herramientas. Música que la ponía en conexión como proyectos como Calexico, DePedro o M. Ward, pero engalanada con su portentosa voz, de una potencia y expresividad realmente subyugante. Todo ello aderezado con melodías amables, muy pegadizas, y un permanente contexto sentimental/pasional, que la han encumbrado como una insólita propuesta mainstream en un mundo cada vez más dominado por otros sonidos latinos.
Debo decir que algo me chirriaba personalmente en la figura que Laferte venía proyectando en sus anteriores álbumes. Un tufillo a rollito vintage de ropa de segunda mano, tatuaje old-skool, moño y vermut, retromodernidad de manual hipster (sí, ese concepto que ya es retro en sí mismo) que colisionaba con el poderío interpretativo de la artista. Pero ‘Antes de ti’, el single entre álbumes que publicó Laferte a principios de año (y que ha terminado llevándose el gato al agua en nuestra lista de Mejores canciones de 2018): un baladón heredero del mejor Manuel Alejandro y de la estética Tarantino que derrochaba una convicción y un clasicismo bien canalizado que desarma.
Por eso esperaba con mucho mayor interés este ‘Norma’, que juega con el autohomenaje a un segundo nombre que rechaza usar y a la vez emplea la acepción de la palabra como “regla” o patrón de conducta, en este caso con las relaciones sentimentales. Las primeras pistas sobre el punto de partida de este álbum lo hacían además aún más apetecible e interesante: fue grabado de una manera ya muy poco común, registrado en una sola sesión urgente (¡de una hora!), con primeras tomas y con todos los músicos (y no eran pocos, puesto que se acompaña de una sección de metales) tocando juntos en la misma sala. Todo bajo la dirección de Omar Rodríguez-López (ahondando en su pasión por las big bands de swing y jazz, muy alejada de sus trabajos con The Mars Volta y At The Drive-In) y con el legendario Bruce Botnick (Rolling Stones, The Doors) como ingeniero de grabación.
Todo esto se traduce en un sonido realmente espectacular por su viveza, que casi se palpa y que realza la interpretación vocal de Mon Laferte que se embarca en un álbum a su manera conceptual, imaginando una película (que ella imagina dirigida por Almodóvar o Tarantino) protagonizada por una mujer icónica y apasionada (sin duda esa portada, con una Mon descamisada cortando una cebolla para forzar su llanto) que nos guía en la transición de una historia de amor desde la primera seducción hasta la separación. Y el tránsito de cada uno de esos capítulos o escenas se vale de un estilo musical diferente para tender un fresco de la diversidad de ritmos bailables latinos, identificando cada uno de ellos con un estadio emocional. Así, el cortejo de ‘Ronroneo’ se ambienta en una cumbia, el sexo más fiero en el tango de ‘No te me quites de acá’, la pasión en la salsa de ‘El beso’ y la arrebatadora, gloriosamente clásica ‘Por qué me fui a enamorar de ti‘ o la bachata en la tierna despedida de ‘Si alguna vez’.
Curiosamente, pese a la diversidad, la coherencia del discurso es fantástica sobre todo gracias a la voz de Laferte, que estremece por su versatilidad y, sobre todo, por esa pasión desarmante que desprende gracias a unas tomas únicas maravillosamente imperfectas. Así nos creemos a la perfección a esa Norma que nos atrae paladeando cada “r” de ‘Ronroneo’, con escalofriante (y no es una metáfora) seducción, la que, pese a estar exhausta de follar, sigue derritiéndose de deseo en ‘No te me quites de acá’ –que acaba en orgasmo una sexual explosión– y ‘Caderas blancas’, la que saborea la saliva de toda la pléyade de ósculos que expone en ‘El beso’, la desengañada por los celos asfixiantes que se desahoga rapeando con una convicción asombrosa (Nathy Peluso, andate con cuidao) en ‘El mambo’ o la que vislumbra con ternura el negro futuro de una relación mansa y adocenada en el bolero de ‘Funeral’. Curiosamente, aunque esté interpretando un “papel”, Laferte establece con todas ellas una narrativa honesta y creíble, visiblemente cuidada en cada palabra, creciendo ante nuestros ojos como escritora.
Además, en ‘Norma’ destaca también otra audacia más allá de la de reunir palos tan distintos en una sola obra o la de su grabación al estilo de la era Tin Pan Alley, ese aquí-te-pillo-aquí-te-mato no exento de calidad. Me refiero a la producción de Rodríguez-López, que además de dirigir la orquesta para Mon y diseñar con ella unos arreglos suntuosos, aporta ciertas técnicas del pop contemporáneo, como esos ad-libs propios del hip hop y guiños dub que salpican diversas canciones y sitúan esta obra en nuestro tiempo, y dan vigencia a tanta nostalgia. ‘Norma’ es un salto al vacío de Mon Laferte y la artista, aunque adolece de algún momento menos deslumbrante (la producción algo artificiosa de ‘Caderas blancas’ y el tratamiento medio pop empequeñecen su buena melodía; el blues de ‘Quédate esta noche’ es demasiado genérico, salvo por la garganta prodigiosa de la chilena), cae de pie y crecida como artista.