Hace tiempo que a Hot Chip no les sale un ‘Ready for the Floor’, un ‘I Feel Better’ o un ‘Motion Sickness’ siquiera, así que tendría guasa que Alexis Taylor hubiese hecho él solo un disco muchísimo mejor que ‘Why Make Sense?‘ cuando ya han pasado casi 4 años desde que se lanzara este. Su carrera en solitario parece más bien un entretenimiento recreativo que los seguidores de la banda británica pueden disfrutar de cerca, en petit comité. En ‘Beautiful Thing’, el álbum que editaba el año pasado, únicamente en el corte titular, con un piano un tanto house y un beat bailable, de cierto parecido con la última Róisín Murphy, se acerca a la pista. Por lo demás, y con alguna excepción como la uptempo ‘Oh Baby’, estamos ante un disco intimista y lento. Pequeño.
Ha habido un gusto por la balada desde siempre en Hot Chip (recordemos que es lo que escribieron para ‘Witness’ de Katy Perry, una balada) y de hecho es el espíritu de ‘Made in the Dark’ -la canción- el que encontramos aquí en el R&B de ‘Deep Cut’, donde reflexiona sobre la desesperación por sentir algo en un mundo en el que todo nos es demasiado indiferente y nos aburrimos demasiado. El piano que dio título a su álbum anterior sigue siendo su instrumento guía en ‘Roll on Blank Tapes’ por muy experimental que sea el fondo de esta; y las referencias son ahora a gente como Damien Rice y George Michael (‘A Hit Song’) o Paul McCartney (‘Oh Baby’), aunque sus composiciones no llegan a sonar tan clásicas y atemporales como ‘Cold Water’, ‘One More Try’ o ‘Let It Be’.
Esto no es, por tanto y de nuevo, un «te gustará si te gusta Hot Chip». Por supuesto Alexis Taylor hace aquí alarde de su peculiar voz, que dota de una personalidad enorme a todo lo que toca, ahora bajo los mandos de Tim Goldsworthy en la producción. Pero ‘Beautiful Thing’ parece un disco con el que regodearse en sus inquietudes creativas (‘There’s Nothing to Hide’ habla sobre NO explicar las canciones), amorosas (‘Out of Time’) o existenciales (‘Dreaming Another Life’). Te gustará si siempre has querido adoptarle.
Calificación: 6/10 Lo mejor: ‘Oh Baby’, ‘A Hit Song’, ‘Out of Time’ Escúchalo:Spotify
En una de esas extrañas coincidencias de la vida, en 2018 tanto Beach House como Allie X publicaron sendas canciones tituladas, exactamente, ‘Girl of the Year’. Hoy nos detenemos en la segunda pues su autora lanzaba recientemente su “versión analógica”, incluida en la reedición en casete de su EP ‘Super Sunset’, publicado en octubre.
Si el single súper Lana Del Rey ‘Not So Bad in L.A.’ hablaba del lado oscuro de Hollywood, en ‘Girl of the Year’ Allie X parece volver a ese mismo tema ahora desde el despacho de un hombre que busca a la “mujer del año”. Podría ser una canción de desamor, pero las pistas indican hacia una dirección más siniestra. La narradora es una chica “con ambición” que se ha pateado Hollywood en busca del éxito, pero que finalmente se siente usada (“te has involucrado y ahora me echas”) en cuanto es reemplazada por otra chica “más joven y con el cabello más largo”. La artista llega a concluir: “sin expectativas, y sin remordimientos, sabía dónde me metía en cuanto nos conocimos”.
Es un misterio a quién se puede referir Allie X en ‘Girl of the Year’, y en cualquier caso la canción brilla por sí sola gracias a una melodía grande y explosiva, tan preparada para el éxito como el número uno que acaba de conseguir Ava Max con ‘Sweet but Psycho’ o los petardazos pop que ha publicado Kim Petras en los últimos dos años. La “versión analógica” es una modesta interpretación en vivo del tema (¿o es su maqueta?), pero demuestra que esta es otra gran canción de Allie X, y ya van unas cuantas. Ojo a su vídeo en plan VHS, más 80s que los 80.
«Ay, ¿otro ‘I Will Survive’? Creo que la fórmula está ya agotada, ¿no? ‘Espectacular’, el tema con el que más fácil es emparentarlo, aún tenía su gracia –buen estribillo, homenaje a los Pet Shop Boys más horteras–. Pero ‘¿De qué me culpas?’ no tiene pegada ni carisma. Como gran-single-de-retorno le falta eso, espectacularidad (la que sí que tenía ‘Geometría polisentimental’, por ejemplo). Resulta agotadora de escuchar, con esa fórmula puente-puente y pseudo subidón que no se acaba de materializar. ¡Y sin estribillo! Y esos coros replicando “¿de qué me culpas?” tan feos. Sólo me gusta la intervención de Ms Nina y King Jedet, que aporta frescura a unos Fangoria que van con el piloto automático». Mireia Pería.
«No favorece nada a ‘¿De qué me culpas?’ salir tan poco después de aquellas declaraciones de Alaska y Mario sobre el VIH con esta letra que habla “envenenar la realidad” y del derecho a juzgar o no dar explicaciones, pero incluso pareciéndose mucho a ‘Espectacular’, me quedo con este nuevo tema (en su versión sin King Jedet y Ms. Nina, que solo aportan el nombre) ligeramente más oscuro que lo que ha venido haciendo Fangoria en los últimos tiempos… pese a volver a estar producido por La Casa Azul. Ahora falta que algunos de sus involucrados se apliquen el cuento…» Jordi Bardají.
«No puedo negar que ‘¿De qué me culpas?’ es un poco más de lo mismo, que a veces hasta marea por su sucesión de giros melódicos casi imposibles de seguir, que el léxico empleado es tan delirante como siempre y que la versión de King Jedet y Ms Nina, por más que me guste esta última, no se justifica más que como curiosidad (qué necesidad había, con lo bien que queda el spoken-word de Alaska). Pero todo esto no parece que vaya a lograr que, como pasó con ‘Espectacular’ (a la que se podía achacar prácticamente lo mismo que a este single), su fuerza melódica manuelalejandresca termine por imponerse y ‘¿De qué me culpas?’ sea otro hit que, sí o sí, acabaremos bailando todas». Raúl Guillén.
«»No te debo una explicación, ni me voy a justificar». Teniendo en cuenta la polémica hace unos meses de Alaska y Mario por las burradas sobre el VIH que dijo Vaquerizo en Yu (a las que se podría responder parafraseando a la canción que no «es tu opinión»; es ciencia), es obvia una cosa: además de la interpretación en clave de pareja, ‘De qué me culpas’ tiene una lectura dirigida a Twitter y al ente abstracto que representan «los ofendiditos». Quizás errando un poco el tiro (recuerda al caso de Campofrío), pero igualmente les podría haber quedado un corte realmente interesante donde trataran su visión… y no ha sido el caso. La letra no es precisamente la de ‘Fiesta en el infierno’, y esto no sería problema (‘Espectacular’ es temazo y su letra muy simple) si tuviese gancho, si la producción fuese potente, etc, pero no es así: de los lead-singles de la etapa Milkyway, éste es sin duda el menos acertado y la canción parece mucho más larga de lo que es. Por otro lado, y aunque aquí el featuring sea una anecdóta sin mucha chica, puede ser buena idea si se atreven a explorar más el trap en otro tema del disco. Sin duda sería una combinación interesante si explotan su punto oscuro como parece que quieren hacer por la estética feísta del videoclip (los atuendos de Jedet y Ms. Nina en el vídeo recuerdan a una mezcla entre Carlos Areces en el clip de ‘Madrid Bilbao Bollo’ y Pepper de ‘American Horror Story’)». Pablo N. Tocino.
Con la premiada novela ‘Días sin final’ (ganadora del Costa Book en 2016) se ha producido un hecho curioso en España: ha encabezado listas de lo mejor de 2018 tanto en el género de ficción histórica como en libros de temática LGTB. Y es que, aparte de su calidad literaria, no es nada habitual que un relato ambientado en Estados Unidos durante las guerras indias y la Guerra de Secesión, con mucha acción, aventuras y épica de western, esté protagonizado por una pareja gay e incluya apuntes sobre travestismo, transexualidad, matrimonio homosexual y adopción homoparental.
El responsable de esta fabulosa rareza es el novelista y dramaturgo irlandés Sebastian Barry, conocido en España por novelas como ‘En el lado de Canaán’ o ‘El caballero provisional’ (las dos publicadas por Alba). Barry comenzó a escribir ‘Días sin final’ cuando en 2015 su hijo pequeño, que llevaba un tiempo inquieto y desanimado, entró en su habitación para explicarle el motivo de su desasosiego: era gay. A partir de ese día, su hijo se liberó de la angustia que le atenazaba y él encontró una vía de inspiración. Fue consciente de que el relato de la historia de la homosexualidad apenas había sido escrito, y quiso aportar su grano de arena.
Como es habitual en su obra, Barry encontró a sus personajes investigando en su propia historia familiar. Explorando su árbol genealógico, descubrió que un tío abuelo de su abuelo había emigrado a Estados Unidos en el siglo XIX y había participado en las guerras contra los indios. También, documentándose sobre la época, encontró varios daguerrotipos en los que se veía a parejas de hombres cogidos de la mano o vestidos de mujer. De esta manera, fundiendo estos dos descubrimientos en su imaginación, el escritor creó a Thomas McNulty, un joven emigrante irlandés que actúa como narrador y protagonista en ‘Días sin final’.
La novela narra la epopeya de McNulty (es la cuarta vez que un McNulty protagoniza una obra de Barry) desde 1851, cuando conoce a su pareja, John Cole, hasta el final de la guerra entre unionistas y secesionistas. Quince años de vivencias que transcurrirán entre espectáculos de travestismo (los popularísimos minstrel, donde los actores se maquillaban de negro para parodiar a los afroamericanos), matanzas de indios (el autor denuncia sin ambages el genocidio), batallas entre yanquis y confederados (descritas con hiriente realismo), campos de prisioneros (el terrible de Andersonville) y momentos de intimidad donde se va forjando el amor entre la pareja protagonista y su inesperada “hija”.
Con ecos de la reciente ‘Neverhome’, Barry mezcla la belleza y la crudeza de las ficciones de Cormac McCarthy, con la lírica y el sentido de la camaradería y lealtad de los personajes de los western de John Ford. El resultado es una novela que te atrapa con la fuerza de un indio agarrando una cabellera blanca, te salpica (sangre) como un neo-western cinematográfico, te abre los ojos como el más lúcido ensayo histórico o estudio de género, y te hace temblar de emoción “como la última hoja marchita de una rama en invierno”. 8,5. Disponible en Amazon.
El próximo 15 de enero se cumple el primer aniversario de la muerte de Dolores O’Riordan, líder de Cranberries. Los miembros restantes del grupo habían confirmado que a principios de 2019 publicarían su disco final, ‘In the End’, con las últimas grabaciones de Dolores, y detallado que el disco sería “consistente” y “muy emocionante, sobre todo en cuanto a las letras”.
Ahora Noel, Mike y Fergal firman un nuevo comunicado en el que desvelan que el primer sencillo de ‘In the End’, ‘All Over Now’, saldrá precisamente el 15 de enero en conmemoración del primer aniversario del fallecimiento de la cantante. Además, han revelado la portada de ‘In the End’, protagonizada por unos pequeños “Cranberries” cuya presencia parece buscar aliviar el peso de todos estos títulos que aluden sin duda al fin del grupo.
En el texto, el grupo habla también sobre su experiencia en el estudio tras la muerte de Dolores. “Ha sido un proceso muy emotivo para nosotros”, ha escrito, “y hubo momentos muy duros durante las sesiones de grabación, sobre todo en los primeros y en los últimos días. Después del primer día todos parecíamos estar pensando lo mismo aunque no lo dijéramos, si no intentábamos dejar nuestras emociones a un lado y concentrarnos en el trabajo no estábamos haciendo justicia a Dolores. Saber que nunca vamos a tocar estas canciones en vivo lo hizo todavía más duro”.
Con este plano típico de Man Ray (dirige Héctor Herce) presentan Cupido, el dúo del trapero barcelonés Pimp Flaco y la banda de rock psicodélico canaria (pero afincada en Madrid) Solo Astra, su nuevo single ‘U Know’, el segundo después que en 2018 sorprendieran con su sencillo de debut, ‘No sabes mentir’, una de las mejores canciones de 2018.
Como ‘No sabes mentir’, ‘U Know’ propone una fusión entre el guitar pop relajado de Mac DeMarco y autotune a borbotones, aunque esta vez los teclados de la primera dejan paso a una composición con más forma de balada que incluso llega a ser romántica gracias a su sentida y anhelante melodía, y en la que Pimp Flaco expresa su fidelidad a un amor pese a los obstáculos o las críticas de la gente.
Sin embargo, ese amor expresado en ‘U Know’ tiene trampilla y frases como “no hagas caso de lo que digan ni de lo que cuenten” o “qué más da que digan que ando con una o con veinte, si hasta que se demuestre lo contrario yo soy inocente” pueden recordar al ‘Chantaje’ de Shakira, por lo que más que una canción de amor esto parece más bien una canción de -comillas- amor -comillas-.
Cupido van a estar presentando sus canciones por toda España en las próximas semanas. Las más inminentes serán el 22 de febrero en Trvmp Club, en la Sala Changó de Madrid; el 23 en la Sala Loco Club de Valencia; y el 9 de marzo en Razz Clubs, en Barcelona. También están confirmados en Primavera Sound, Barcelona, y en el FIB, en Benicàssim.
Amaia sigue en el número 1 del top 40 de JENESAISPOP una semana más con ‘Un nuevo lugar’. Está claro que ha gustado muchísimo a nuestros lectores, aunque cabe mencionar que ha gustado menos al público generalista, pues al tema le está costando sudor y sangre alcanzar los 2 millones de streamings tanto en Spotify como en Youtube y no ha durado más que una semana dentro del top 100 español (en el puesto 37), siendo nada menos que la primera canción en solitario de la ganadora de Operación Triunfo 2017, e interpretada en directo en OT2018.
Sin embargo, si algo ha querido dejar claro Amaia con ‘Un nuevo lugar’ es que este no es el single principal de su disco sino un tema puente entre su etapa en Operación Triunfo y su futuro. En una entrevista exclusiva a JENESAISPOP, Amaia explicaba que ‘Un nuevo lugar’ es un “trampolín a lo nuevo” con el que “me despido de lo que he vivido”, y en ese caso no podía ser más significativa su letra, en la que la navarra parecía despedirse el “fenómeno OT” y literalmente decía “adiós”… a algo que no podía ser sino la fama masiva que adquiría tras el concurso. En ese sentido, ‘Un nuevo lugar’ ha cumplido claramente su función: dejar claro que Amaia no está interesada en transitar senderos ajenos o simplemente convencionales en su carrera musical, sino en cultivar el suyo propio.
Y el camino de Amaia en ‘Un nuevo lugar’ nos llevaba en realidad a la melodía de ‘The Rip’ de Portishead pero también a los rasgueos intimistas de Sufjan Stevens, en una canción que además no podía ser más evidente en su objetivo de servir como “buzz single”, pues dura 1 minuto y 40 segundos. Aunque el secreto de esta delicada canción es precisamente su corta duración y el hecho que, incluso siendo igual de corta que cualquier interludio presente en un disco de pop, parezca una canción completa, plena, que además es capaz de transmitir una gran emoción gracias a la sentida pero sutil interpretación de Amaia. Es comprensible, en cualquier caso, que ‘Un nuevo lugar’ haya sabido a poco al público, aunque quizá merecía un poco más de éxito del que ha logrado, por mucho que no lo buscara.
Natti Natasha ha triunfado a lo grande no, lo siguiente en los últimos tiempos con ‘Criminal’ con Ozuna y ‘Sin pijama’ con Becky G. Ambas acumulan cifras realmente estratosféricas en las plataformas de streaming (sobre todo en Youtube), a las que sin duda aspira el nuevo single de Natasha que se ha dado a conocer este viernes, ‘Pa mala yo’.
No puede ser casualidad que el nuevo single de Natti Natasha se titule exactamente como una de las frases más icónicas de ‘Lo malo’, el single conjunto de Ana Guerra y Aitana que además llegó a aparecer en camisetas de tu tienda de ropa favorita. ‘Lo malo’ nunca llegó a ser un éxito realmente en América Latina pese a que se llegó a hacer un remix de la canción con Tini y Greeicy (que son dos solistas, no un dúo), pero está claro que Natasha ha querido inspirarse en ella para su nuevo single lleno de actitud y frases tipo “el infierno reside en mis labios, dime si quieres probar” o “puedo ser bendición, puede ser maldición”… aunque ¿musicalmente no recuerda más bien a ‘Mujer bruja’?
El vídeo, tan sensual como esperas, se ha colado rápidamente entre los 10 más vistos de Youtube España tras su publicación y el motivo es que incluye bailes sensuales, joyas, alcohol y un juego de póquer.
Calvin Harris firma una de las novedades destacadas de la semana con ‘Giant’, su nuevo single junto a Rag’n’Bone Man. El tema sigue la estela de los anteriores singles de Harris con Dua Lipa (‘One Kiss’) o Sam Smith (‘Promises’), por lo que remite al house ibicenco de los primeros años 2000, ahora añadiendo unas simpáticas trompetillas a modo de post-estribillo y a un Rag’n’Bone que aboga por liberarse y ser quien uno es sin miedo a lo que digan los demás.
Aunque a priori la unión entre el autor de ‘Slide’ y el autor de ‘Human’ parece improbable, hay que recordar que el segundo es uno de los artistas que más discos vende en la actualidad y, de hecho, su debut fue uno de los 10 discos más vendidos de 2017. Por su parte, Harris prepara el que será su nuevo álbum tras ‘Funk Wav Bounces Vol. 1‘, uno de los mejores de su año.
Recientemente, Harris explicaba el cambio de estilo que ha sufrido su música en los últimos años. “La EDM lleva años siendo canciones tristes y lentas. No tiene nada que ver con la música que me gusta hacer”, detallaba. También aparecía, de manera sorprendente, cantando en ‘I Found You’ de Benny Blanco.
Actualización 15/1/2018: Tras hacernos eco de una nueva cuenta de Twitter que, según se aseguraba en ella, era el perfil oficial del grupo cordobés, Tarrés Management, empresa representante del grupo, se dirigía a nosotros para negar la veracidad de dicha cuenta y los mensajes y opiniones allí vertidos. «Desde la agencia de booking oficial de #LasKetchup, os informamos que la ÚNICA RED SOCIAL OFICIAL del grupo es @lasketchup_official en @Instagram. NO TIENEN ninguna cuenta oficial en @Twitter, @Facebook ni demás redes». Pedimos disculpas, pues, por no haber contrastado con ellos esta información.
Noticia original: ¿Aburrido/a/e? Eso es porque aún no has descubierto la noticia WTF del día: Las Ketchup –sí, sí, las de ‘Aserejé‘– han abierto hace unas horas su cuenta oficial de Twitter. En 2019. ¿Casualidad? Claro que no: el año pasado, un poco porque sí (porque originalmente se lanzó en 2002, y un 16º aniversario es como raruno celebrarlo, ¿no?), Sony reeditaba su álbum debut ‘Hijas del tomate‘ y hasta lanzaba unos cuantos remixes de su megahit global compuesto por Queco, que vendió 7 millones de copias en todo el mundo y fue número 1 no sólo en España sino también en Reino Unido, Francia, Suecia, Italia…
El caso es que Lola, Lucía, Pilar y Rocío Muñoz –lo de «hijas del tomate» es literal: su padre es el famoso tocaor flamenco Juan Muñoz, «El Tomate»– inauguraban ayer su vida 2.0 con un tuit totalmente descacharrante, que ya vale la pena toda esta redacción: «hello daddy», citando directamente a una ultraconocida marca de tomate ketchup (¡y que es la única cuenta que siguen en esa red social, LOL!). A partir de ahí, además de preguntar a Twitter que dónde querrían verlas actuar, se han marcado mensajes como «mucho retweet y poco follow» o han preguntado si ya habíamos escuchado hoy ‘Aserejé’ –desde eso, lo hemos hecho, claro; y varias veces–. ¡Y hasta han lanzado una puyita contra Vox! La red las ha acogido con regocijo, dejando ya memes y mensajes a la altura.
Tras el pepinazo de 2002, Las Ketchup reaparecieron en 2006 para publicar su segundo disco, el cual contenía ‘Un Blodymary‘ (sic), con la que representaron aquel año a España en Eurovisión, quedando cuartas por la cola (igualito que ‘Tu canción’, qué cosas).
Dicen que es una performance que Kanye West sólo siga en Twitter a Kim Kardashian, pero me parece muchísimo mejor que las Ketchup sólo sigan a Ketchup Heinz. pic.twitter.com/YO1zBIrunX
No es la primera vez que en Hit de Ayer hablamos de grupos irlandeses a los que el timing frustró sus planes. Uno de los grupos de pop más prometedores de aquel país en los 90 fueron los Frank & Walters. Debutaron en 1992 en el prestigioso sello independiente Setanta, y su disco ‘Trains, Boats and Planes’ es una disfrutable muestra de pop de guitarras que les dio un hit menor con el single ‘After All’ (nº 5 en Irlanda y nº 11 en el Reino Unido).
Tras el éxito, el grupo fichó por un sello más potente -Go Discs!- pero decidió tomarse con calma la continuación; la promoción de su debut había sido abrumadora y necesitaban tiempo para centrarse y componer nuevo material teniendo en cuenta que Paul Linehan (bajista y voz) era el único compositor de la banda. El problema vino cuando dicho periodo se alargó casi tres años, al final de los cuales su nuevo sello acababa de ser absorbido por Polygram, multinacional que se desinteresó por la mayor parte de los grupos indies de Go Discs! Era 1996 y ‘Grand Parade’ ya estaba grabado. La espera había merecido la pena en el plano creativo, porque el disco estaba lleno de hits en potencia. Sin embargo tuvieron que esperar todavía un año más para su lanzamiento por los problemas con el sello, y el ambiente en 1997 era ya el del comienzo de la decadencia del Britpop, y con él de propuestas como la de Frank & Walters.
Una pena enorme, porque esta ‘Colours’ -lanzada como adelanto a finales de 1996- es el éxito que debería haberles consolidado: melodía inmediata y eterna, ritmo trepidante, y una letra escrita con ingenio y encanto sobre una chica que cambia “de color” según el día, a veces dando esperanzas a las intenciones del cantante, otras ignorándole totalmente: “La vi justo el otro día, y ni se paró a hablar conmigo / Después la vi la semana pasada y fue simpática y dulce / Sólo viste ese color a veces / Y es el color de su verdadera mente (…) Y no puede despedirse de la chica interior que quiere ocultar / Porque la chica que quiere ignorar, no la dejo de adorar”.
Los poco más de 3 minutos de ‘Colours’ empaquetan brillantemente toda la artillería de un pepinazo de indie pop: riff de guitarra simple y memorable, estrofas de gran melodía, estribillo glorioso con cierta melancolía, inesperado post-estribillo casi épico (“Here she comes everybody…”), y hasta un puente que reinyecta energía en una canción de por sí incansable.
‘Grand Parade’ no logró aupar a The Frank & Walters al siguiente nivel de éxito, más bien al contrario. Sin embargo el disco ha envejecido muy bien y la banda ha conseguido mantener una trayectoria discográfica muy interesante a través de las siguientes décadas, sin abandonar su devoción por el pop en una escena que todavía les recuerda. En los últimos años su faceta en directo ha sido bastante activa sobre todo en el Reino Unido e Irlanda, por esa razón resulta una agradable sorpresa el saber que este próximo viernes 11 dan un único concierto en España (Alicante, Sala Confeti).
‘Colours’ suena en la última entrega de Popcasting de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.
Cada principio de año la sección cultural del ente público audiovisual de Reino Unido, la BBC, selecciona a los artistas jóvenes que marcarán el sonido del curso que comienza. En las últimas semanas se habían anunciado ya los finalistas seleccionados para optar a BBC Sound of 2019, entre los que encontrábamos llamativamente (no sólo por ser española, sino porque en realidad su sonido lo que ha marcado es 2018, con ‘El mal querer’) a la barcelonesa Rosalía.
Finalmente esta semana conocíamos la clasificación final determinada por los profesionales de radio y televisión británicas, quedando la catalana en quinto lugar. Y hoy se ha culminado la clasificación, determinado al fin el nombre que abanderará la vanguardia en el pop, según aquellos: se trata de Octavian, versátil MC y cantante que, aunque nació en Francia, se crió y creció en el sur de Londres.
Octavian, que el pasado otoño visitaba España dentro de la programación de Primavera Club y que estará presente en Sónar 2019, daba sus primeros pasos semiprofesionales en 2017, publicando singles como ‘Party Here’ que causaban la admiración de medios artistas de la talla de Drake o Mura Masa, que le elegía para cantar su single ‘Move Me’. Semanas atrás lanzaba su primera mixtape, ‘Spaceman’, en la que da cuenta de una heterogénea visión musical en la que confluyen con soltura hip hop, R&B, grime, pop, electrónica y ritmos jamaicanos. El podio de este BBC Sound of 2019 lo completan la joven King Princess, a la que venimos siguiendo desde hace meses, y, en el tercer puesto, el piano-pop-soul de Grace Carter. El MC de grime slowthai, queda en cuarto lugar.
Si has entrado a Twitter esta mañana y sigues a Supersubmarina ya te habrás dado cuenta: el perfil del grupo de Baeza en la red social ha sido hackeado. Algún tipo de pirata informático relacionado con uno de esos perfiles fraudulentos que prometen dinero fácil ha tomado el control de su cuenta y ha publicado cientos de mensajes, inundando nuestros muros y, lo que es peor, bloqueando por completo el perfil, ya que ni siquiera se les pueden enviar DMs.
Se da la circunstancia de que el grupo está inactivo a causa del grave accidente de tráfico que sufrieron en el verano de 2016 cuando regresaban en furgoneta a Úbeda tras actuar en un festival en Valencia. Mientras que su road manager y su bajista, Pope, fueron dados de alta un par de semanas después, su guitarrista Jaime hubo de ser operado mientras que dos de ellos, el batería, Juanca, y el cantante, Chino, permanecieron un par de meses en la UCI.
Desde entonces, y aunque lentamente, se han sucedido las noticias de su recuperación: casi un año después del accidente, el grupo volvió a ensayar celebrando el cumpleaños de Pope. Y, el pasado mes de noviembre, acudieron a recoger un premio en Madrid por sus éxitos en el WiZink Center de la capital. “No sabemos cuándo, pero volveremos y llegaremos”, dijeron entonces sobre su regreso a la música. Entre otras cosas (seguramente mucho más importantes), tendrán que liberar su cuenta de Twitter para ello.
Poppy ha sido uno de los fenómenos más -ejem- «popis» pero a la vez inquietantes salidos de youtube. Denuncias en cuanto al origen del personaje sobre las que no responde preguntas al margen, la cantante ha llegado a su segundo disco, sumando hits potenciales a aquellas canciones tan divertidas que publicaba en sus inicios, destacando ‘Computer Boy’ o la infravalorada ‘Software Upgrade’, toda una chuchería para los seguidores de Aqua.
En ‘Am I A Girl’ ha perdido protagonismo la influencia de PC Music y la ha ganado el discurso feminista y social, con Poppy planteando ya no si es un robot, sino si realmente es una chica y no un chico. Eso es lo que tratan canciones como la misma titular («a veces soy femenina, a veces masculino, así que no me juzgues como hombre o como mujer») o ‘Girls In Bikinis’, en la que proclama que quiere «ver a chicos en biquini también». En sintonía con el empoderamiento femenino encontramos ‘Chic Chick’, en la que rima «I’m my own bodyguard» con «bow to your matriarch», e ‘Iconic’, que recuerda no solo que el cruce entre Britney Spears y Alison Goldfrapp era posible sino que hay que ser «icónico aunque en el cole no te lo enseñaran».
Llama la atención la variedad estilística del álbum, subrayando que de verdad lo que le importa a Poppy es una melodía con la que chuparse los dedos al margen del envoltorio. Hay nueva concesión latina y fiestera, ‘Aristocrat’; y desde que ‘Hard Feelings’ incorpora un solo de guitarra eléctrica imposible, el disco se va entregando a los sonidos metaleros a través de la controvertida colaboración con Grimes de ‘Play Destroy’ pero también con otro single llamado ‘X’. Lo curioso es que ni estas ni la aportación de Diplo, misteriosamente sonando a Giorgio Moroder en ‘Time Is Up’, en la que se apuesta por el fin de la humanidad debido a su mediocridad en pos de los robots, está lo mejor del álbum. Despuntan más bien la energética canción titular, que no ha sido single, y ese ‘The Rapture Ball’ de deliciosos ecos a Madonna haciendo de Abba, a Visage o incluso a Lorde.
Calificación: 6,8/10 Lo mejor: ‘The Rapture Ball’, ‘Am I A Girl?’, ‘Fashion After All’ Te gustará si te gustan: Britney, Goldfrapp, la Kylie robótica Escúchalo:Spotify
En 1969, Woodstock hizo historia como festival con las actuaciones de gente como The Who, Joan Baez o Jefferson Airplane. Aludiendo a su carácter «pacífico», pues en Twitter lo que se ha anunciado es que «el pájaro de la paz vuelve», el festival se celebrará en 2019, en concreto entre los días 16 y 18 de agosto, en las inmediaciones de Nueva York, si bien no en la ubicación original en la que se contaron 400.000 asistencias.
No es la primera vez que el festival vuelve, pues ya hubo ediciones de aniversario en todos los años terminados en 9 e incluso un 25º aniversario. Se han conocido ediciones de Woodstock en 1979, 1989, 1994, 1999 y 2009, todas ellas sin que se haya podido celebrar precisamente «la paz en el mundo». El co-fundador Michael Lang ha asegurado que será un «cartel ecléctico en el que habrá hip hop, rock y algo de pop y algunas bandas que han dejado su legado desde el festival original». Se esperan también homenajes a Janis Joplin y Jefferson Airplane.
Habrá que esperar a febrero para conocer su cartel, si bien parece que, al celebrarse en agosto, no influirá gravemente en la contratación de bandas para festivales de nuestro país, pues mediados de agosto, pese a la celebración tradicional de por ejemplo Sonorama, no es el momento más concurrido de festivales en España.
El artista portorriqueño de música urbana Kevin Fret ha sido asesinado tras haber sido disparado 8 veces mientras estaba conduciendo una motocicleta en Río Piedras. Tenía 24 años. Kevin se definía a sí mismo como el primer artista latino de trap abiertamente gay y de hecho había publicado himnos como ‘Soy así’ y ‘Diferente’, este último junto a Mike Duran.
En su tema en solitario ‘Soy así’ reivindicaba su derecho a maquillarse y hablaba de ser «la reencarnación de Frida Kahlo», mientras su vídeo, que en el momento de su muerte sumaba ya más de medio millón de visualizaciones, le mostraba portando el rifle al que alude la canción. «Por más que me quieran odiar, es que soy así» era una de sus reivindicaciones. En cuanto a ‘Diferente’, aparecía como artista invitado de Mike Duran, quien proponía: «somos diferentes porque pensamos distinto a toda esta gente, la presión se siente», «tengo los ojos en mí, las miradas no mienten» o «moriré siendo un jefe».
Su mánager ha publicado un comunicado en memoria del artista recogido en El Vocero: «Kevin era un alma artística, un soñador de corazón grande. Su pasión era la música, y todavía le faltaba mucho por hacer. Esta violencia debe parar. No hay palabras que describan el sentimiento que tenemos y el dolor que nos causa saber que una persona con tantos sueños, se tenga que ir. Todos debemos unirnos en estos tiempos difíciles, y pedir mucha paz para nuestro querido Puerto Rico». El Vocero recuerda que van más de 20 asesinatos en lo que va de 2019 en la ola de violencia que sacude Puerto Rico.
«¿Sabes que cuando yo era más grande yo era marinero? Pero un día me ahogué en una tormenta» es una frase de uno de los niños protagonistas de ‘Roma‘ que antecede a una de las mejores escenas que jamás haya rodado Alfonso Cuarón, el director de ‘Gravity’. Lo que mi compañero Joric llamaba un «travelling imposible» en la crítica de la película sucede a ese pequeño pero turbador discurso, muy poético, en boca de un niño que habla en pasado del futuro quizá porque puede recordar vidas pasadas, quizá porque sabe lo que le depara su sino.
La revelación Billie Eilish ha escogido ese fragmento para crear un tema nuevo, que ha emocionado al propio director de la película. Porque esta ‘When I Was Older’ que toma su nombre de la traducción al inglés de esa parte del texto mantiene la magia y el misterio de lo que dice ese niño, pero se lo lleva a otro terreno para hablar de una relación acabada. «Sueño con un momento y lugar en el que seguimos siendo amigos / incluso cuando esto termine, ¿podemos fingirlo?». Esa relación de amor que ha hecho «aguas» también podría ser una de las principales que aparece en la película, pero parece más bien que Eilish se ha inspirado en esa evocadora línea para crear algo diferente, pues quien haya visto la cinta sabrá que unas líneas casan mejor que otras con el guión: «te gusta ser el foco de atención / simpatizas con todos los malos / aún soy una víctima de propio derecho / pero soy la villana a mis propios ojos».
La teoría de que ‘When I Was Older’ es una adaptación libre sobre el guión de la película la refuerza una producción electrónica y sobria, pero preciosista, que podemos vincular con la vieja Björk o con James Blake. En la cinta de Cuarón, inspirada en 1970, quienes suenan son más bien Rocío Dúrcal y Juan Gabriel. Pero quizá eso debe ser el arte: tomar ideas de aquí y de allá no para emularlas, sino para crear algo hermoso o deliberadamente feo, pero siempre con tu propia firma. Mostrando tanta sensibilidad como con este tema, Eilish está consiguiendo la suya sin lugar a dudas.
Hidrogenesse regresan a la actividad musical con ‘Claro que sí’, single que adelanta su nuevo disco, sucesor de ‘Roma’, y que, además, lo abre y le da nombre. El nuevo álbum de Genís Segarra y Carlos Ballesteros, que verá la luz la próxima primavera, fue grabado por primera vez en su carrera sin usar sus propios teclados y sintetizadores: lo hicieron en su mayoría en París, en casa de un coleccionista de instrumentos poco comunes como el Variophon que, como cuenta el dúo en la nota de prensa, es “un sintetizador de viento bastante raro desarrollado por la Universidad de Colonia en 1975 que imita diferentes timbres de clarinetes, oboes o trombones gracias a un curioso sistema: hay que soplar para que el sintetizador suene”.
De ahí parece provenir el sonido con apariencia de tuba que abre ‘Claro que sí’ y que se mantiene casi omnipresente en todo el tema, intrincado y lleno de capas, que tiene cierta conexión con sonidos latinos (“mambo electrónico”, en sus palabras) y efectos propios del dub, que les conectan con la faceta más abstracta de sus amigos Single. En lo lírico, se mantiene la conexión con otros grupos que han acogido en su sello –como Chicho y Chica o Feria– a través de una letra que tiene detrás de su asertividad una historia bastante curiosa que ellos mismos explican:
“El título y la letra de la canción surgieron como respuesta a un mensaje de Twitter en el que, después de un concierto nuestro en un festival en Ciudad de México, alguien se quejaba de nuestra aparición en el escenario y describía lo que hacemos como «joterías bobas». Sin saber muy bien qué significaba pero intuyendo que se trataba de algo peyorativo, respondimos con un simple «Claro que sí». Seguramente sería un insulto, pero qué bonito sonaban esas palabras juntas. Luego supimos que «joto» es el término usado en México y otros países de América para lo que en castellano sería «maricón». Así que, a golpe de insulto reapropiado ya teníamos nombre para un disco y para la canción que iba a inaugurar esta nueva etapa”.
Esa manera de convertir un insulto en virtud («te gustan los cantantes que se enfadan y lloran / y lo nuestro te parecen joterías bobas / pues claro que sí»), de enorgullecerse de él, redunda con esas voces de amigos de diferentes nacionalidades repitiendo el título con la expresión propia de su lengua. Todos ellos aparecen además en un videoclip en el que sus caras, las de sus amigos y también las de sus iconos (Saint Etienne, Elizabeth Taylor, Anthony Perkins, Mecano, Terenci Moix, Lidia Damunt) son digitalizadas y manipuladas de manera extrema, al ritmo de la música.
Fangoria han estrenado esta noche su nuevo single ‘¿De qué me culpas?’, el primer avance de un álbum llamado ‘Extrapolaciones y dos preguntas’ con el que celebrarán su 30º aniversario como banda tras haberse formado en 1989 al separarse Alaska y Dinarama.
‘¿De qué me culpas?’, que llega hoy a las plataformas de streaming, es otra producción de La Casa Azul que tiene la peculiaridad de contar con la colaboración de dos artistas jóvenes como son Ms Nina y King Jedet en una parte un tanto trap (ya lo era ‘ATARAXIA’), pero incluyendo líneas 100% Fangoria. Cuenta con un vídeo dirigido por Juan Gatti de corte siniestro, recordando a los tiempos de ‘Carne, huesos y tú’ y ‘Sacerdotisas de Baal’.
La canción llega hoy a las plataformas de streaming con la intención de repetir el enorme éxito de los singles del último lustro del dúo, todos producidos por Guille Milkyway de La Casa Azul y todos superando los 5 millones de reproducciones en Spotify: de ‘Dramas y comedias’ a ‘Espectacular’ (a la que se parece bastante) pasando por ‘Geometría polisentimental’ y ‘Fiesta en el infierno’. Como curiosidad, últimamente se les ha colado entre sus 10 canciones más oídas en esta plataforma su remix de 1993 de ‘La Macarena’ que les llevó a los tribunales con Los del Río, puesto que estos siempre negaron el mérito de Fangoria en el éxito americano de la canción.
Wikipedia, Discogs o últimamente las plataformas de streaming nos ayudan a recordar la fecha de edición de los discos o las canciones. Su nacimiento. Lo que no sabíamos es que algunas canciones no estarían con nosotros para siempre como está mandado, sino que tenían fecha de defunción, y ese parece ser el caso de ‘Do What U Want’ de Lady Gaga, que en breve desaparecerá de las páginas de descargas y de las redes de streaming por la participación que tuvo en ella R. Kelly. La única manera formal de oírla será en formato LP o CD.
Como en su momento Gaga explicó a MTV, quiso colaborar con R. Kelly porque «siempre había sido fan de él» y porque «un pasatiempo épico en Haus of Gaga» era escucharle en bucle. Sobre esta composición que ella había ido escribiendo durante la gira de ‘Born This Way’ pensando en las críticas de la prensa más boba hacia su cuerpo, se planteó: «Esto es una canción de R&B real y tengo que llamar al rey del R&B porque necesito su bendición». Aprovechando que Gaga pasaba largas temporadas en Chicago, ciudad en la que había nacido R. Kelly, le llamó y él acudió raudo y veloz para añadir su parte, quizá porque la canción era buena, quizá porque no tenía un top 20 como artista principal desde hacía 6 años (2007), cosa que con esta sí logró. Stefani Germanotta afirmaba estar «emocionada» de que formara parte de su álbum, pero las cosas empezaron a torcerse desde el principio.
‘Do What U Want’ se improvisó como segundo single de ‘ARTPOP’ tras anunciarse que sería ‘Venus’. Al final, se decidió que lo sería ‘Do What U Want’ tras salir como «buzz single» y gustar mucho entre el público casual. Sin embargo, su vídeo, que existe, pues se conocen imágenes sueltas, jamás se llegó a presentar al público por diversas razones, produciendo una broma recurrente en nuestro concurrido foro de la artista: «¿ha salido ya el vídeo?» o «¿habemus vídeo?» era lo primero que se preguntaron todas las mañanas de diciembre de 2013 y enero de 2014 muchos de nuestros usuarios.
Pero el vídeo jamás llegó. A la polémica adición de R. Kelly, cuyo historial de abusos de menores están documentados desde que en 1994 «se casó» ilegalmente con Aaliyah cuando esta tenía 15 años o desde que en 2002 apareciera un vídeo en el que tenía sexo con una menor; había que sumar que el director del clip era Terry Richardson, también acusado de abusos por varias modelos con las que había trabajado. El título del tema de Lady Gaga y su estribillo no ayudaban nada («haz lo que quieras con mi cuerpo») ni tampoco unas presentaciones del tema en vivo, que ahora provocan verdadero sonrojo, en las que R. Kelly hacía de presidente de Estados Unidos, y Gaga de secretaria. «You’re the Marilyn, I’m the president» dice él en un momento dado de «inspiración».
Una pena porque aquí la presidenta era ella: ella es quien se ha mantenido en la industria musical y ahora cinematográfica mientras la figura de él menguaba, y no solo por sus escándalos sexuales o el movimiento #MeToo. ‘Do What U Want’ tenía cierto aire y ritmo R&B, pero lo que terminaba de hacer la canción tan distintiva y una de las producciones más sofisticadas y elegantes de Lady Gaga era una base que no parece demasiado atribuible a R. Kelly, pues es más bien italo, bastante Giorgio Moroder, y es más asociable por tanto al gusto por los años 80 que en sus inicios tuvo Lady Gaga. Uno de sus hombres de confianza, DJ White Shadow, con el que ha seguido trabajando incluso a día de hoy, contó que este tema salió a raíz de un beat que tenía su colega francés Martin Bresso «Tchami», también acreditado en ‘Do What U Want’, y ese parece el verdadero germen de la producción, entre cuyos créditos R. Kelly no figura.
Así las cosas, ya hay quien reclama que la versión de ‘Do What U Want’ de R. Kelly de ‘ARTPOP’ sea sustituida por la que luego se grabó con Christina Aguilera, pero se da la circunstancia de que R. Kelly también aparece como co-autor de esta, quizá porque añadió o corrigió algo en una parte que no era la suya. En cualquier caso, está claro que esta no es una canción que Gaga recuerde con cariño. La artista ha reconocido que en aquella época sufría depresión, ahora no puede ni ver ni su título y, en realidad, hace 5 años que ni siquiera la toca en directo. Probablemente le cambie la cara si recuerda el día que dijo: «Muchos entrevistadores me han preguntado hoy sobre mi «IMPACTANTE» actuación con R. Kelly en SNL y estoy empezando a pensar que no estáis listos para el vídeo».
No, no lo estábamos. El vídeo más que probablemente nunca verá la luz ni se filtrará, si es que no ha sido destruido, pero esperemos que haya algún modo de reconciliarse con esta fantástica grabación desde el punto de vista técnico que pasó por nuestra lista de lo mejor de 2013 (o la de Rolling Stone), de la misma manera que aprendimos a volver a apreciar las grabaciones de Phil Spector y tantos otros músicos que han pasado por la cárcel, al margen de sus acciones personales, cuando el tiempo nos ha permitido disociar obra y artista. Y en esta está fácil no solo porque es básicamente una canción de Lady Gaga, sino porque el mismo R. Kelly te invita a «escapar de esta mierda» en sintonía con una melodía que -efectivamente- no puede ser más «escapista»… Y esa mierda a la que alude parece hoy la que él mismo ha tirado por el camino. Sí, queremos escapar de la mierda. Gracias.
Pero sobre todo hay que puntualizar que ‘Do What U Want’ puede parecer una canción sumisa por lo visibles que son título y estribillo, repetidos hasta la saciedad, pero no está tan claro que lo sea. El «do what you want» sonaba bastante irónico en un contexto como «publicas tanta mierda sobre mí que quiero gritar, así que haz lo que quieras conmigo»; y, en cualquier caso, si hay en ella sumisión también podría serlo desde el consentimiento e incluso desde cierto empoderamiento. Gaga canta claramente «no puedes callar mi voz y no eres dueño de mi vida», y no lo hace desde luego apocada. La letra consiente cierta interpretación en la que es Gaga la única que decide hasta dónde llega el control que tiene sobre sí misma cuando dice que «no podrás tener mi corazón, ni controlar mi mente (pero sí mi cuerpo)». ¿No iba acaso la canción original sobre tener el control de su propio cuerpo? Hay un puente incómodo que ciertamente hasta parece aludir al «culto sexual» de R. Kelly, pero en general escuchamos a una Gaga decidida, que como mínimo consiente el debate. ¿De verdad esta es la canción más dañina de la historia y la primera que había que borrar del mapa?
Tras ser protagonistas colaterales de uno de los vídeos virales de la semana, el de una joven Alexandria Ocaso-Cortez bailando ‘Lisztomania’ en la universidad, que un usuario de Twitter publicaba en esta plataforma con intención de ridiculizarla, con bastante mala suerte, Phoenix afrontan otra polémica ahora relacionada con el cantante R. Kelly, sobre el que pesan varias acusaciones de abuso sexual.
Como Lady Gaga, Phoenix colaboraron con R. Kelly en 2013 en un remix de ‘Trying to be Cool’, y como la primera, el grupo francés ha acudido ahora a las redes sociales para disculparse por esta colaboración y mostrar su apoyo a las víctimas de abuso sexual. Han escrito: “Estamos profundamente horrorizados por las historias de abuso que envuelven a R. Kelly. Nos arrepentimos de no habernos informado mejor y haber sido más perspicaces a la hora de colaborar con él. Apoyamos del todo a las víctimas de abuso sexual y es nuestra esperanza que se haga camino para la justicia”. Pitchfork recuerda que incluso llegó a publicar una entrevista conjunta entre Thomas Mars y el autor de ‘I Believe I Can Fly’ con motivo de su colaboración, que también llegó al escenario de Coachella aquel mismo año.
Las historias de abusos de R. Kelly han sido narradas recientemente en el documental ‘Surviving R. Kelly’, en el que ha participado John Legend, pero al que también se han negado a aparecer otros muchos artistas, entre ellos Jay-Z o la propia Gaga, quien ha confirmado eliminará ‘Do What U Want’ de las plataformas de streaming. Se desconoce si Phoenix harán lo mismo con el remix de ‘Trying to be Cool’.
We are deeply horrified by the stories of abuse surrounding R. Kelly. We regret that we were not both more informed and more discerning when we worked with him previously. We fully support all victims of sexual abuse, and it's our hope that there will be a path to justice.
Este viernes 11 de enero, en una semana en la que el disco publicado más destacable es el debut largo de las surcoreanas BLACKPINK, la actualidad musical que reflejamos en Ready for the Weekend viene marcada por el lanzamiento de ‘¿De qué me culpas?’, el nuevo single de Fangoria –avanza su próximo disco ‘Extrapolaciones y dos preguntas’–, así como de nuevos temas de Calvin Harris con Rag’N’Bone Man, Hidrogenesse, Sam Smith & Normani, Cupido (proyecto de Pimp Flaco y Solo Astra), Kehlani ft Ty Dolla $ign, Gesaffelstein ft The Weeknd, Juanes (en la línea bailable que viene empleando últimamente), Monarchy, Lauren Jauregui, Fru Katinka, Betty Who, White Lies, Elena Setién (junto al prestigioso Steve Gunn), Pond (producidos por Kevin Parker, de nuevo), Future, Natti Natasha, BloodPop®, Westlife (¡han vuelto!) o Toy, entre otros.
Tampoco es moco de pavo esta semana en cuanto a curiosidades, entre las que ya habíamos destacado la canción inspirada en ‘Roma’ que lanzaba Billie Eilish o Karen O, cuyo ‘Anti-Lullaby’ pone música a la serie de Amazon Prime ‘Hanna’. Una versión inédita en francés de Metronomy para un tema de su disco de 2008 ‘Nights Out’, la edición oficial por parte de Radiohead del outtake ‘Ill Wind‘, una versión slow de ‘1999’ de Charli XCX & Troye Sivan, el nuevo remix de ‘Believer’ de Imagine Dragons con un verso de Lil Wayne o un remix para ‘Fine Time’ de New Order (‘Technique’ está a punto de cumplir 30 años) engrosan nuestra playlist. Aunque si algo hay en esta jornada son versiones: Muse cantando por Duran Duran, Hozier por Beyoncé, Chlöe Howl por The Weeknd o Mercury Rev y Norah Jones unidos para homenajear a Bobby Gentry son de escucha obligada.
Todas estas canciones se unen a las presentadas a lo largo de la semana por Lana Del Rey, The Chemical Brothers, Sharon van Etten, Deerhunter, Sleaford Mods, Stella Donnelly, Self Esteem, Ex Hex, Fat White Family, SOAK, Beirut o Royal Trux (que han vuelto tras 19 años). ¡A gozarlo!
Troye Sivan, que acaba de triunfar en las listas británicas con ‘1999’ con Charli XCX, una de las mejores canciones de 2018, ha sido esta semana uno de los protagonistas de los Globos de Oro. El cantante y actor australiano estaba nominado al premio a Mejor canción por ‘Revelation’, su colaboración con Jónsi de Sigur Rós para ‘Boy Erased’ (película en la que Sivan aparece), pero finalmente se iba con las manos vacías tras hacerse el galardón Lady Gaga por ‘Shallow’.
Pasados los premios, y con una posible candidatura a los Oscar en mente, Troye sigue con su carrera musical y se ha decidido a publicar videoclip para uno de los temas más animadillos de su último disco, ‘Bloom‘. Si los singles principales del álbum hasta el momento habían sido ‘My My My!’, ‘Bloom’ y ‘Dance to This’ con Ariana Grande, ahora es el turno inexplicablemente no de ‘Plum’ sino de ‘Lucky Strike’.
El vídeo de ‘Lucky Strike’ muestra a un Sivan solitario en la playa hasta que echa ojos en el maromo que sirve cócteles en el chiringuito. Entonces su objetivo será que este hombre “estruje” su corazón como hace con su bebida. Un vídeo veraniego pese a publicarse en enero y empapado de la nostalgia que evoca la canción, aunque el momento “all together” del final quizá no era necesario.
The New Raemon ha concedido una entrevista a El País en la que ha hablado mayormente sobre paternidad y música, en concreto sobre su último disco, ‘Una canción de cuna entre tempestades’, pero también sobre el “autotune”, que desaprueba. Ya en 2015, el cantautor se mostró en contra de este instrumento por considerar que homogeneiza la voz, declarando que por su culpa pones la radio “y todos parecen Cher”, reivindicando por contra la voz natural, “un instrumento vivo”.
Sin embargo, sus declaraciones recientes sobre al autotune son más radicales, asegurando que representa “una lucha perdida” y el “triunfo de la mediocridad”. Apunta además que a él no le interesa la “mercantilización del éxito” y menos los discos de pop “tan producidos que suenan de puta madre” y, por tanto, “terriblemente aburridos”. En su lugar defiende el trabajo de Dani Martín y Duncan Dhu, cuyos nombres aparecen de manera sorprendente en las dedicatorias de su disco y a los que pone como ejemplos de músicos auténticos pese a lo que pueda decir de ellos la crítica. “Si algo bueno tiene cumplir años”, asegura, “es que con la edad ya no tienes prejuicios”.
Al margen de lo risible que resulta que El País considere a The New Raemon un cantautor “intelectual” por haber publicado una canción llamada ‘Wittgenstein’, como si leer filosofía te convirtiera directamente en filósofo o escuchar música te convirtiera en músico, percibo de hecho poca intelectualidad en las palabras de The New Raemon sobre el autotune y mucho de ese prejuicio que niega poseer por ser fan de Dani Martín, pues en sus palabras parece asumir o bien que solo los músicos mediocres utilizan autotune o bien que el autotune convierte la música en mediocre, lo cual no deja de ser una opinión fundamentada precisamente en un prejuicio contra este instrumento… y también contra la mediocridad, de la que también se vive, por cierto, ya seas arquitecto, cajero de supermercado o músico independiente. No tiene nada de malo ser mediocre: de hecho la mediocridad es la norma, no la excepción.
A lo largo de la historia, el autotune se ha usado de dos formas, o bien sutilmente para corregir imperfecciones en la voz de artistas profesionales o más recientemente para inferirles un elemento “moderno” o “radiable” -algunos ejemplos evidentes son Rihanna, Ariana Grande, Britney Spears o Michael Bublé (el rey del autotune)-, o bien de manera extrema para plastificar y/o robotizar la voz, como la pionera Cher en ‘Believe’ o también Frank Ocean, James Blake, Beyoncé o Kanye West. Me cuesta mucho creer que alguien pueda considerar mediocres a estos artistas, algunos de los cuales incluso han logrado reformular los códigos de la música popular mediante su innovador uso de este instrumento (forrándose de paso), pero el problema con las declaraciones de The New Raemon es que llama mediocre simplemente a lo que no le gusta, que es el pop comercial, y luego dice que no tiene prejuicios, ignorando los usos sumamente artísticos que se le ha dado a este instrumento a lo largo de los años tanto en el pop como en otros estilos… lo cual nos lleva en enero de 2019 necesariamente a Rosalía y ‘El mal querer’. Un disco con autotune súper mediocre que solo ha sido uno de los más vendidos de 2018 en España y ha aparecido en listas de lo mejor del año de todas las publicaciones especializadas.
The New Raemon tiene razón en que hoy en día mucha de la música que suena en la radio o en las playlists de Spotify suena muy parecida por culpa del autotune, y es un milagro que en toda la entrevista no se mencione una sola vez la palabra “trap” aunque sea para confundirla con lo que hace Bad Gyal. Pero cuando The New Raemon muestra un rechazo a la música popular que suena “de puta madre” parece confundir lo precario con lo auténtico, como si tocar en un bar fuera más loable que hacerlo en el Palau Sant Jordi, como si fuera malo que un artista se haga más rico y se costee mejores producciones, como si el pop comercial no hubiera dado lugar a discos visionarios y excelentes o como si la música popular “mercantilizada” no fuera auténtica simplemente porque tiene un precio. ¿Tenemos que creer que la música de The New Raemon es más auténtica que la de Kanye West porque se limita a pocos instrumentos más que a una guitarra y su propia voz? O peor aún ¿que su música es más valiosa o menos “mediocre” porque no está prefabricada como la de Rihanna? Claro que la música de la segunda puede sonar más artificial y adulterada que la de una Jessica Pratt, ¿pero eso es malo per se? Esta visión del pop no es subversiva, simplemente es reaccionaria y no aporta nada más que prejuicios a los discursos sobre música popular. Con ella, The New Raemon nos intenta convencer de que si no ha creado un “pelotazo” (en palabras de El País) como sí han hecho Vetusta Morla o Zahara es porque no ha querido, ¿pero quizás es que no ha podido? ¿No están algunas de sus canciones como a punto de dar ese paso?