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Más historia que canción en el regreso de John Grant

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John Grant, autor de maravillas como ‘Queen of Denmark‘ y ‘Pale Green Ghosts‘ una vez aparcado su grupo The Czars, tiene nuevo disco. El sucesor del irregular ‘Love Is Magic‘ saldrá el 25 de junio y viene presentado por la canción titular ‘Boy from Michigan’.

‘Boy from Michigan’, que contendrá un tema llamado ‘The Only Baby’ publicado hace un par de meses, es un disco que ha sido producido en compañía de Cate Le Bon aunque por lo sintético que continúa sonando este primer sencillo, pareciera que quienes siguieran por ahí detrás a cargo de los beats fueran sus colegas de GusGus.

El artista explica que en este proyecto se ha inspirado en aquellos tiempos en que tenía 11 años, iba a mudarse de Colorado a Michigan y su mejor amigo tuvo a bien advertirle que tuviera cuidado con «el mundo de ahí fuera». Indica en la nota de prensa: «Así que la canción es sobre la transición de la niñez a la vida adulta, sobre la simplicidad y la inocencia de la niñez, y sobre el mal despertar que tiene lugar a menudo cuando uno cruza esa línea hacia la vida adulta. También es sobre idealizar el pasado, lo cual puede ser peligroso».

El consejo de su amigo puede percibirse claramente en el cambio de acordes del estribillo («Beware when you go out there / They’ll eat you alive if you don’t take care…), mientras las estrofas mencionan algunos recuerdos de la infancia como una visita al parque en verano o un aparatoso accidente de coche que terminó incendiado. Anécdotas entonadas con cierta indiferencia sobre una base de sintetizadores y metales a medio camino entre Talking Heads, el último David Bowie y, finalmente, a la altura del «spoken word», las bandas sonoras de Giorgio Moroder.

Un single de más historia que melodía, estribillo aparte, y por tanto no la mejor manera que se nos ocurre de abrir un álbum tras el pequeño traspiés que supuso el álbum anterior. Pese al continuismo respecto a grabaciones anteriores, la aparición de Cate Le Bon como co-productora y no a los coros o a los créditos como co-autora parece la sorpresa de esta era. La autora de discos como ‘Mug Museum’ (2013), ‘Crab Day’ (2016) y ‘Reward’ (2019), que no fueron curiosamente producidos por ella misma, sí ha producido para otros artistas como por ejemplo Deerhunter.

1. Boy From Michigan
2. County Fair
3. The Rusty Bull
4. The Cruise Room
5. Mike And Julie
6. Best In Me
7. Rhetorical Figure
8. Just So You Know
9. Dandy Star
10. Your Portfolio
11. The Only Baby
12. Billy

Las mejores canciones del momento: marzo 2021

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Renovamos nuestra playlist con “Las mejores canciones del momento” con algunos de los temas de nuestros “discos de la semana” recientes, esto es, Maria Arnal i Marcel Bagés, Lana del Rey, Sleaford Mods, C. Tangana y Nick Cave. También hemos conocido novedades jugosas de los álbumes más y menos próximos de La Casa Azul, Zahara, Laura Mvla, girl in red, Silk Sonic, Los Pilotos, Joana Serrat, Wolf Alice, Espanto, Japanese Breakfast o Peach Tree Rascals, en este último caso un EP que sale este viernes.

Ya están de hecho en la calle los de Nick Jonas, The Anchoress y La Prohibida; y no olvidamos las alegrías que nos dio a finales de 2020 Kali Uchis, ahora viral, como merecía. Gracias, TikTok. Completamos la playlist con canciones que nos han gustado entre mucho y muchísimo de la gran Babi, Betacam, Porter Robinson, Deb Never, Glüme, Julien Baker, Ashe con FINNEAS y No Rome junto a Charli XCX y The 1975.

Babi / Incondicional
Porter Robinson / Look at the Sky
girl in red / Serotonin
Laura Mvula / Church Girl
Nick Jonas / This Is Heaven
Los Pilotos, Pedrina / Cenizas en el piso
Japanese Breakfast / Be Sweet
Deb Never / Someone Else
Sleaford Mods / Nudge It
Peach Tree Rascals / Leave Me
Lana del Rey / White Dress

Maria Arnal i Marcel Bagés / Ventura
C. Tangana / Ingobernable
La Casa Azul / Entra en mi vida
Zahara / Taylor
Silk Sonic / Leave the Door Open
Kali Uchis / telepatía
The Anchoress / The Art of Losing
Wolf Alice / The Last Man on Earth
Joana Serrat / Pictures
Betacam / Lo único que tengo

Nick Cave, Warren Ellis / White Elephant
Xenia Rubinos / Did My Best
All diese Gewalt / ANDERE
La Prohibida / Determinista
Espanto / Fiesta sorpresa
No Rome, Charli XCX, The 1975 / Spinning
Ashe, FINNEAS / Till Forever Falls Apart
Glüme / What Is a Feeling
Julien Baker / Hardline

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Las claves visuales del peculiar atasco de Doja Cat en ‘Streets’

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En un atasco hay gente que aprovecha para mirar el móvil, recoger un poco el coche, o, lo típico, sacarse mocos. Otros, como el actor Kofi Siriboe (‘Plan de chicas’, ‘Kicks, historia de unas zapatillas’), fantasean con ver a Doja Cat haciendo el Silhouette Challenge de TikTok.

‘Streets’ comienza con un maniquí cobrando vida como en la popular comedia ochentera ‘Maniquí’ (que hizo famosísima la canción ‘Nothing’s Gonna Stop Us Now’, de Starship). Cuando termina de sonar el ‘Put Your Head On My Shoulder’ de Paul Anka, el escaparate se transforma en una cabina callejera tipo barrio rojo de Ámsterdam con la cantante contoneándose cual estríper.

A partir de aquí, la fantasía se hace más oscura hasta convertirse en una pesadilla. Primero, como de película de terror. Con el taxi tiroteado y en llamas, y varios pandilleros zombis saliendo del asfalto enseñando los dientes. Luego, con Doja Cat transformada en una especie de Jorogumo, la seductora mujer araña del folclore japonés que atrapa en su tela a los hombres. Y, por último, con una reinterpretación del meme de ‘Tia Tamera’. Un apocalipsis nuclear que saca de su ensoñación al taxista y revela a los espectadores el giro final de la historia.

Lana del Rey / Chemtrails Over the Country Club

Tengo que empezar esta crítica confesando que no soy una gran fan de Lana del Rey. Por supuesto, quemé bastante su primer LP. Pero sus posteriores obras no me decían demasiado, la encontraba repetitiva… Hasta que llegó ‘Norman Fucking Rockwell!’. Entendedme, un disco que abre con un «Goddamn, man-child. You fucked me so good that I almost said «I love you»» tiene que ser algo grande por narices. Tengo la sensación de que «Norman» fue un disco para epatarnos, un puñetazo en la mesa de Lana ante la amenaza de que los críticos (que no los fans) la ninguneáramos; un disco para re-demostrarnos la artista total que es. Pero también estoy muy de acuerdo con la crítica que mi compañero Jordi Bardají hizo en su momento. Es es un disco enorme; sin embargo, se me hace arduo escucharlo del tirón. Y en ‘Chemtrails Over the Country Club’ parece que, por arte de alguna magia desconocida, Lana le haya hecho caso a Jordi: no sólo nos ha dado un disco con grandes canciones, sino que su secuencia es muy buena, sólo dura 45 minutos y se escucha seguido muy a gusto, sin que pidas la hora. Quizás no haya un ‘The Greatest‘, pero tampoco le hace falta.

La sombra de ‘Norman Fucking Rockwell!’ es tan alargada que corremos el riesgo de juzgar a ‘Chemtrails Over the Country Club’ como obra menor. Pero rotundamente no. Es más ligero, sus temas son menos enrevesados, más directos y breves, y más sutiles. En «Chemtrails» Lana ha fabricado, con la ayuda de nuevo de Jack Antonoff, una obra más luminosa. Sin apartarse de su querencia por el pop de los 70, por la canción augusta, compuesta y construida con esmero y la nostalgia vintage, hay aquí ligereza y sí, esa cohesión que Jordi echaba de menos. La atmósfera es lánguida y morosa, las canciones no. Las instrumentaciones parecen suspendidas en el aire, oníricas y, a la vez, todo suena muy natural, abandonadas prácticamente las sonoridades más hip hoperas.

Líricamente, ‘Chemtrails Over the Country Club’ gira sobre algunos de los temas habituales de Lana: su vida, su carrera, la fama, cierta lucha existencial… Pero esta vez se la percibe mucho menos angustiada, más dispuesta a sacar el pasado, exorcizarlo y verlo con nueva luz. Si hay una temática que destaca especialmente en el disco, es la sororidad. Ya desde la portada, que es un canto a la amistad entre mujeres, gran parte del álbum es una proclamación de autoafirmación femenina y sí, feminista; de la propia Lana, de sus amigas y de las artistas a las que admira. Jack Antonoff aparte, Lana ha contado básicamente con otras mujeres para las colaboraciones. Nikki Lane en ‘Breaking Up Slowly’, Weyes Blood y Zella Day en la versión de ‘For Free’ de Joni Mitchell. Amén de rendir encendido homenaje no sólo a la gran cantautora, sino a muchas de sus coetáneas.

Pero todo esto no tendría interés sin un gran corpus de canciones que lo apoyara. Como siempre, la primera canción es arrebatadora. En ‘White Dress‘ todo está susurrado, hasta los instrumentos, como si música y voz nos llegaran de lejos. ‘White Dress’ es una epifanía autobiográfica preciosísima que explica ese momento en que Lana decidió dedicarse a la música, cuando tenía 19, era camarera y los «White Stripes eran lo más candente». Resulta sobrenatural oírla en ese registro más agudo, casi roto. Pero precisamente, es esa voz aparentemente débil, la que convierte este tema en una pieza mayor. ‘Chemtrails Over the Country Club’ apenas sostenida sobre un piano en su inicio, nos devuelve vocalmente en principio a la Lana de siempre, aunque juegue con su voz a tesituras más agudas, mucho más soul. La atmósfera antigua se consigue con esos ruiditos de fondo, apenas perceptibles, de disco de vinilo crepitando.

Un arranque espectacular suele ser la norma en los discos de Lana, antes de que el asunto desfallezca. Pero esta vez sortea el tedio con hermosa facilidad. En la zona media del disco hay delicias absolutas como ‘Not All Who Wander Are Lost’, con un pie entre el country y la canción de los 50. Es cautivador escuchar el modo en que se quiebra la voz cuando entona «It wasn’t quite what I meant», o la estupenda guitarra de doce cuerdas con la que le acompaña Antonoff. Hay referencias a su tendencia a los amoríos complicados en ‘Tulsa Jesus Freak’ o ‘Let Me Love You Like A Woman’, pero son meramente anecdóticos ante actos de reafirmación como ‘Wild at Heart’, clásica, pegadiza y aparentemente leve, hasta que llega el crescendo que nos retrotrae a Angel Olsen. O ‘Dark but Just a Game’. Esa oscuridad es la fama que amenaza en engullirla, pero Lana deja claro que no lo permitirá, mientras se sitúa, musicalmente, en un espacio entre John Lennon y Radiohead. Aunque entre todas, quizás me quedo con la delicadeza de ‘Yosemite’, en que Lana rememora a Nick Drake: es una maravilla escuchar cómo se desarrolla esa guitarra española, los bongos apenas marcando el ritmo, la voz de Lana rasgándose levemente, sonando fantasmal en el estribillo, la manera en que se introducen los levísimos arreglos de cuerda para ofrecernos una canción de amor… feliz.

El tramo final es exquisito. Confieso que he tenido que comprobar dos veces la autoría de ‘Breaking Up Slowly’ para certificar que es obra de Lana y Nikki Lane y no una versión «torch» de un clásico country, tal es el fuste que gasta la canción. De hecho, el tema habla de Tammy Wynette, la gran dama del country famosa por ‘Stand by Your Man’, pero también por ‘Justified & Ancient’ de the KLF, de vida bastante trágica. «I don’t wanna live with a life of regret. I don’t wanna end up like Tammy Wynette» («No quiero una vida de remordimientos, no quiero acabar como Tammy Wynette»), cantan ambas. Y no funciona tanto como canción de desamor, como pudiera parecer en un principio, sino como canción de homenaje y… de higiene sentimental. Y no sólo se rinde pleitesía a Tammy. Lana también homenajea en ‘Dance til I Die’ a Joan Baez, Stevie Nicks, Courtney Love… a todas aquellas artistas que fueron ídolos y que ahora son sus amigas. ‘For Free’, la versión de Joni Mitchell, es un gran broche y resumen del disco: reverencia, amistad a mujeres, hermanas, cantantes y compositoras, entonando un tema en que Mitchell se plantea los dilemas de la fama, las diferencias entre cantar por dinero o cantar por placer, aunque nadie te haga caso. Es un gozo oír cómo se reparten las estrofas, cómo Lana busca que todas brillen en una versión bastante fiel a la original.

En ‘Chemtrails Over the Country Club’ Lana ha ido a buscar, definitivamente, el clasicismo de gran autora de los 70. Quiere ser Joni Mitchell o Carole King. Y no tanto porque su música «recuerde a», sino porque Lana pretende que su obra alcance esas cotas de inmortalidad. Quizás no podrá aspirar a la popularidad que ambas tenían en su época, porque su concepto de canción está muy a la greña con las playlists y la falta de paciencia actuales. Pero está claro que «Chemtrails» funcionará porque hay un público joven que sigue escuchando y demandando obras en las que sumergirse y refugiarse, que vayan más allá del consumo inmediato y la gratificación instantánea.

La verdad es que tengo sumo interés en el próximo paso de Lana, en ese «disco de venganza» contra todas las críticas que se han vertido contra ella. Pero, de momento, a los que la acusan de «no ser feminista» les ha contestado de manera sutil pero contundente. Y luego está lo esplendorosa y firme que se muestra respecto a su carrera y a sus sentimientos. En ‘Chemtrails Over the Country Club’, la canción, hay un verso que resume el espíritu del disco: «I’m not bored or unhappy, I’m still so strange and wild» («no estoy aburrida ni soy infeliz, sigo siendo extraña y salvaje»). Pues eso.

Karol G vuela «over the rainbow» con colaboraciones y hitazos en ‘KG0516’

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Karol G no es una cantante más, sino uno de los nombres más exitosos del mundo a nivel global, en concreto la 61ª artista más escuchada de todo el globo en Spotify. Lo ha logrado con el paso de los años, y recientemente lo ha reforzado con ‘Tusa’ con Nicki Minaj, que fue ni más ni menos que la canción más exitosa en España de todo el año 2020; o ahora mismo ‘Bichota’, que lleva semanas situada entre lo más escuchado de todo el mundo.

Estas dos canciones junto a otros hits ya conocidos como ‘Location’ con Anuel AA y J Balvin (la del homenaje a Madonna y a Gaga); y el “sleeper” ‘Ay, Dios mío!’, se reúnen en un solo álbum, nuevo, que se publica este mismo viernes 26 de marzo bajo el nombre de ‘KG0516’, el de un vuelo imaginario «con altura» y sus iniciales. Y esto no es todo, ni mucho menos: ella está dispuesta a volar «over the rainbow».

En el disco, con una portada inenarrable con aviones como falos, para la que ha contado con el fotógrafo David Lachapelle, encontramos colaboraciones con nombres tan populares como Camilo, Ozuna, Nathy Peluso y Mariah Angeliq, con la que presenta el single principal que ya tiene vídeo, ‘El makinon’. Como traca final se reúnen Wisin & Yandel, Nicky Jam, Ivy Queen, Zion y Alberto Stylee en un corte llamado ‘Leyendas’, a secas.

Curiosamente, en una entrevista que mantuvimos con Karol G en 2018 ya nos hablaba, entre otras cosas, de cómo Ivy Queen había sido una influencia para ella: «Ella tenía una personalidad súper fuerte, y mucho criterio, salió y dijo “para este género que está en masculino, yo tengo que ir con mi criterio y pararme como un roble, que nadie se me monte encima, que nadie me empuje, que nadie me atraviese”. Eso ha sido como de las cosas más grandes que he aprendido de ella».

Un álbum, pues, llamado a ser uno de los grandes éxitos internacionales del año, como el año pasado lo conseguía Bad Bunny. Así queda la secuencia:

1. Déjalos que miren
2. El makinón ft. Mariah Angeliq
3. 200 copas
4. Contigo voy a muerte ft. Camilo
5. DVD
6. El Barco
7. Location ft. Anuel AA y J Balvin
8. Gato malo ft. Nathy Peluso
9. Odisea ft Ozuna
10. Bichota
11. Sola es mejor ft. Yandar y Yostin
12. Arranca pal carajo ft Juanka y Brray
13. Ay, Dios mío!
14. Beautiful Boy ft. Ludacris y Emilee
15. Tusa ft Nicki Minaj
16. Leyendas ft. Wisin y Yandel, Nicky Jam, Ivy Queen, Zion y Alberto Stylec


‘Madonna’ es uno de los mayores éxitos del año en Alemania

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Recientemente se ha visto en el top 200 global de Spotify una canción llamada ‘Madonna’ que podría ser de la autora de ‘Bitch I’m Madonna’ si no fuera porque está en alemán. En este caso es de un rapero llamado Bausa, que ya se había apuntado en el pasado hits como ‘Casanova’ y ‘Was du Liebe nennst’, habiendo editado dos discos en la segunda mitad de la década pasada, en la estela de Post Malone, Drake y Bieber.

Este año ha sacado un disco llamado ‘100 Pro’ y el single llamado ‘Madonna’ ya ha llegado mucho más lejos que los anteriores de este álbum, ‘Selfmade Babylon’ y ’2012’. Es una canción inspirada en la cantante que todos conocemos como Madonna -que podría ser que no-, en concreto dirigiéndose a una chica que vuelve loco a Bausa por ser “como Madonna”. Dice el texto: “puede que las otras chicas también sepan moverse, pero tú eres diferente, tienes este aura… No quieres amor porque eres material. Sabes que todo hombre que se precie te mira porque bailas como Madonna en la MTV de 1986″. Cuando llega el estribillo: “Me robaron el corazón y tú eres la ladrona, Madonna” ya solo puedes lamentar o agradecer que no haya versión en castellano para España, LATAM y Estados Unidos.

El que es el segundo número 1 en Alemania para Bausa y el primero en 4 años (desde el mencionado ‘Was du Liebe nennst’), lleva alrededor de un mes en el número 1 de Spotify Alemania pese a que en las listas oficiales ha bajado del top 1 al top 2. En todo caso, va a ser, un mes después de su lanzamiento, claramente una de las canciones del año en Alemania y países limítrofes, lo que viene a querer decir que una generación entera de jóvenes germanos se están enterando al fin de quién es Madonna gracias a esta producción tipo EDM de Bausa, que nos habla de tangas y corazones negros, con rap extra de Apache 207, en la misma línea.

En la web del sello de Bausa, explican que hicieron esta canción «en una noche», lo cual no es necesario que juren; y ese sello es por cierto Warner, lo cual sumaría algo en la teoría de que Madonna volverá a esta multinacional, teoría no confirmada pero sí alimentada por una misteriosa subida en streaming de su catálogo y reorganización de los canales de la cantante en Spotify y Youtube, con pinta de estar encauzando el lanzamiento de su biopic. Una película aún sin título que quizá en Alemania debería llamarse como sigue: ‘Madonna’.

Y es que antes se habían realizado varias canciones de homenaje a Madonna, entre ellas algunas de Drake y Robbie Williams, y también una canción de odio como aquella que le dedicó Sophie Hunger; pero ninguna había alcanzado esta exposición en ningún lado.

Mención aparte merece el vídeo con los dos raperos en un combate de lucha libre tipo Hulk Hogan y The Undertaker, todo ello presenciado por la chica que recuerda tímidamente a Madonna (era ‘Like a Prayer’ meets ‘Hard Candy’), con un desenlace que más tímidamente aún hace un guiño al empoderamiento, después de haber pasado media canción repitiendo cosas como «¿qué tengo que hacer para que me hagas casito?».

Maria Arnal i Marcel Bagés, «Triángulo», La Bienque… en Tomavistas Extra este año

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Mientras la edición «normal» de Tomavistas ha tenido que volver a ser pospuesta a 2022, lo que sí se va a poder celebrar con normalidad es Tomavistas Extra, un ciclo que nos dejará ver a 16 de nuestros artistas favoritos este mismísimo mes de mayo. La selección de artistas es espectacular e incluye a María Arnal i Marcel Bagés, que acaban de editar uno de los discos del año, ‘Clamor‘; Triángulo de Amor Bizarro, que están revisitando su disco del año pasado junto a grandes artistas; Califato 3/4, que acaban de editar ‘Puerta de la Cânne‘; La Bien Querida, Novedades Carminha y Cupido, entre otros. Las entradas están ya a la venta y es previsible que se agoten pronto, en algunos casos.

El cartel se completa con talentos del tamaño de Le Parody, The Parrots, Melenas, Vera Fauna, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Los Estanques, El Columpio Asesino, El Último Vecino, Mujeres y Confeti de Odio. El calendario queda como puedes ver bajo estas líneas:

Viernes 21 de mayo: María Arnal i Marcel Bagés + Le Parody
Sábado 22 de mayo: Triángulo de Amor Bizarro + The Parrots
Domingo 23 de mayo: La Bien Querida + Melenas

Miércoles 26 de mayo: Califato 3/4 + Vera Fauna
Jueves 27 de mayo: Derby Motoreta’s Burrito Kachimba + Los Estanques
Viernes 28 de mayo: El Columpio Asesino + El Último Vecino
Sábado 29 de mayo: Novedades Carminha + Mujeres
Domingo 30 de mayo: Cupido + Confeti de Odio

Espanto vuelven al «rock’n roll» con una parodia sobre los trepas

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Rock’n roll‘ ha resultado la canción más emblemática de Espanto al servir como sintonía televisiva de ‘La hora musa’, el programa de La 2 que presentó Maika Makovski. El segundo single del próximo disco del dúo logroñés formado por Luis y Teresa tiene una estructura de «rock’n roll» por mucho que las guitarras eléctricas no sean las protagonistas de este tema, que recuerda a la excitante producción de Alan Vega. Sí hallamos un bajo electrónico y sintetizadores analógicos. Foto: Emilio Blaxqui.

‘Fotos con la autoridades’, hoy nuestra «Canción del Día», reincide en la parodia como tan bien saben hacer los autores de «A ver si nos vemos más… o nos vemos menos», esta vez para retratar a una persona que tiende a compartir fotos suyas con las autoridades a medida que se acercan las elecciones. Y teniendo en cuenta el país en que vivimos, esto de que se acerquen las elecciones es más o menos todos los días. Se ríe la letra, en vocativo:
«el caso es que tú siempre sales
con pinta de no enterarte
pero ya lo creo que te enteras
bajo esa piel hay una calavera
que sonríe medio desquiciada
le viene muy bien, le gusta salir
en las fotos con las autoridades».

Como informa Austrohúngaro, la canción es, como deja muy claro la letra, una «sátira humorística sobre la gente arribista y trepa». Los propios Espanto la explican, con su ingenio habitual:

«‘Fotos con las autoridades’ se sirve del rock para hacer un retrato de alguien que sólo quiere retratarse. Nos hace gracia ese círculo en el que el militante del partido se retrata con el candidato, el candidato con el alcalde, el alcalde con el presidente, el presidente con el rey y el rey con otros reyes, otros presidentes, otros candidatos y otros militantes. La canción pone música de fondo a ese resumen de dos minutos que algunas apps devuelven con los mejores momentos de tu vida en bucle. Hay una intención de crítica social pero pesa aún más el deseo de que España baile».

Os recordamos que el primero single del disco de Espanto previsto para finales de abril se llamaba ‘Fiesta sorpresa’, y está en nuestra playlist de las mejores canciones del momento.

Las dos pegas de ‘Sky Rojo’, la ágil y ultra pop nueva serie de Netflix

65 millones de hogares de todo el mundo empezaron la cuarta temporada de ‘La casa de papel‘. 24 millones de hogares habían visto los 8 episodios de la tercera en los primeros 7 días. La serie española por antonomasia tiene una tasa de abandono ridícula. Mientras por aquí le buscábamos algún que otro pero, para aupar por ejemplo la alemana ‘Dark’, el fenómeno continuaba creciendo llegando a triunfar en los Emmy Internacionales y asentándose en la cultura popular en todos los sentidos. Sus uniformes y caretas son un emblema. Bad Bunny, Rayden, Sen Senra… ya se ha perdido la cuenta de las canciones que referencian la serie o a sus personajes.

A falta de que llegue su 5ª y última temporada, sus creadores se han entretenido con una nueva serie para Netflix que se ha estrenado esta misma semana, aspirando a alcanzar una décima parte del impacto de ‘La casa de papel’. Lo primero que hay que elogiar es que, aunque hay ciertos parecidos estéticos y narrativos (esa voz en off), el intento es muy distinto y diferenciable. Sin duda, ‘Sky Rojo’ es una serie que no se entendería sin el éxito de ‘Vis a vis’ y ‘La casa de papel’, pero incluso desde el punto de vista estructural, el resultado es bastante diferente.

Esta primera temporada de ‘Sky Rojo’ (la segunda llegará el 23 de julio) consta tan sólo de 8 episodios de 25 minutos de duración. Y hay alguno que sin los créditos finales se queda en 20. Estrenada estratégicamente en el Puente de San José y muy poquito antes de Semana Santa, la idea es que se devore en un fin de semana y, de tan ágil, es muy fácil de hecho consumirla de una sola sentada: está estructurada a golpe de cliffhanger. Sin embargo, lejos de irritar con esos viejos trucos, es bastante divertida.

Situada en un prostíbulo llamado Las Novias, nos cuenta la historia de tres víctimas de trata (Verónica Sánchez, Lali Espósito, Yany Prado) que escapan del burdel tras una accidentada noche, siendo perseguidas por su proxeneta (Asier Etxeandia) y sus dos ayudantes (Miguel Ángel Silvestre y Enric Auquer, muy querido por su papelazo en ‘Vida perfecta‘). Llaman la atención, además de las escenas de acción, las intenciones cómicas y poperas: ya no es que la serie comience con un hit rockero de Primal Scream, suene una versión perdida de Amy Winehouse, así como canciones de Bambino, Lou Reed o Eels. Hay playlist oficial con la música de ‘Sky Rojo’, como siempre, y estamos acostumbrados a esos trucos. Pero mientras en otras producciones como ‘Élite’ es difícil imaginar a según qué personajes escuchando a James Blake, en esta serie el uso es mucho más adecuado. Cuando los personajes tienen que hablar de música lo hacen de Hombres G, y después, cierto tipo de canciones se utilizan para acentuar lo dramático o lo humorístico, sin que resulte tan forzado. A los creadores les debe de gustar de verdad esta música y saben transmitirlo: no creo que ‘Duele’ de Bomba Estéreo vuelva a ser lo mismo tras salir en cierta escena; y el final de ese capítulo en el que suena ‘Atomic’ de Blondie es, como busca, apoteósico y delirante.

Sumando una fotografía a cargo de Migue Amoedo, muy tarantinesca y próxima a ‘Kill Bill’ (o sea, ideal para aquellos que tenemos el vídeo de ‘Telephone’ de Lady Gaga y Beyoncé en un pedestal), ‘Sky Rojo’ es por momentos bastante próxima a ‘Spring Breakers‘. Una serie protagonizada por unas mujeres capaces de liarse a tiros y en la escena siguiente tomarse un cóctel en bikini en una piscina, que tiene más sentido si cabe en la era #MeToo, movimiento referenciado en uno de los capítulos finales. ¿Serie de culto? Solo un par de cosas se cruzan en su camino:

La falta de riesgo extremo

‘Sky Rojo’ es ahijada de series como ‘Prison Break’, ‘Breaking Bad’, ‘Orange Is the New Black’… además de las dos citadas referencias nacionales. En ese sentido y ya que su público objetivo no es el familiar, no es muy atrevida en lo gore: en un par de momentos se queda demasiado a las puertas de dar verdadera cosica, a diferencia de lo visto en años pasados en otras producciones. ¿A que nadie ha olvidado la castración de ‘Vis a vis’? Aprovechando que por su temática, su público potencial es bastante más minoritario que el del atraco a un banco, se hubiera agradecido más sangre, más humor negro, más de todo.

El enfoque «feminista»

En segundo lugar y más importante, las protagonistas Coral (Verónica Sánchez), Wendy (Lali Espósito) y Gina (Yany Prado) llegan a la prostitución por problemas relacionados con la violencia de género, la inmigración o la pobreza. Una es además lesbiana. Los creadores de ‘Sky Rojo’ afirman haberse documentado para no «resultar frívolos», pero el guión es muy parco y hueco en contenido social. Cuando las protagonistas hablan entre sí de empoderamiento y sororidad las frases tienen mucha menos fuerza que el discurso del proxeneta Asier Etxeandia («la polla es la que mueve el mundo»). El guión parece escrito de hecho eminentemente por hombres, si bien se da la circunstancia de que una de los dos creadores de la serie es mujer (Esther Martínez Lobato), y también hay una guionista femenina (Mercedes Rodrigo) entre un arsenal de hombres (hasta 5).

El caso es que esa mayoría masculina se nota demasiado. Sonoras han sido las palabras de la crítica de cultura de El Periódico Beatriz Martínez, a las que se han sumado otros periodistas, como recoge Fotogramas: «es injustificable de ninguna manera. A nivel moral es vomitiva, su discurso es deplorable y su forma de plasmarlo da vergüenza ajena. Ficción inmunda y misógina que provoca arcadas pretendiendo molar y solo da mucho ASCO». En su afán pop y con referentes tipo Russ Meyer, la serie se ha olvidado un poquito de que hoy ya no estamos en los 60. Estamos en otros tiempos en los que los proxenetas dan asco y no esto:

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Paloma Mami / Sueños de Dalí

Entre los pocos valientes del pop que se atreven a sacar un disco sin «featurings» en 2021, Paloma Mami. Han pasado dos años desde que confiáramos en ‘No te enamores’ y ‘Not Steady’ y desde entonces la hemos visto crecerse sola, como en ‘Fingías‘, y en compañía de otros, como sucedía en ‘No te debí besar’ con C. Tangana y ‘QueLoQue’, su colaboración con Major Lazer. En ‘Sueños de Dalí’ no encontramos voces invitadas, aunque a veces por su cambio de registro lo parezca; lo cual no quiere decir que en cuanto a créditos, la artista de 21 años no haya estado bien arropada.

El año pasado la propia Paloma Mami nos avanzaba que su disco de debut incluiría 11 canciones realizadas junto a diferentes productores del mundo, y así hallamos en estos temas a Nick Mira (Juice Wrld) en el nuevo single ‘Traumada’, a Naja Charles (Beyoncé, Cardi B) en ‘RDMDA’, o a Hit-Boy en ‘Frenesí’. Sin desmerecer lo más mínimo, El Guincho produce ‘Goteo’, una de las mejores canciones, de la que además Rosalía es co-autora.

Pero lejos de querer emular la perfección de ‘Sorry’, el beat noventero de ‘Rain On Me’ o la raíz de ‘Malamente‘, ‘Sueños de Dalí’ es un disco que va bastante a lo suyo. A diferencia de lo que ocurre con otros discos de pop, en este la co-autoría de Paloma Mami en todas las canciones parece fundamental para crear su propio «mood», pues este no es un disco exactamente de reggaetón, ni de R&B, ni mucho menos de son o salsa. Las canciones se van sucediendo con sentido, con calma y sin desesperación por atrapar, a veces incluso renunciando al hit obvio y evidente. Si bien Paloma no ha estado muy acertada con esa confusa portada que debería haber dejado a Dalí tranquilo para llamarse más bien ‘Sueños de Paloma Mami’, en la producción sí ha conseguido dibujar su propia fantasía. Una fantasía esponjosa con mucho lugar para el margarita y el mojito y muy poco para el tosco twerking, no vaya a desperdiciarse una gota.

Paloma Mami empieza con una intro en la que canta a “su palomita”, y en un interludio llamado ‘Dreams’ el punteo de guitarra eléctrica (y ese fondo de ¿grillos?) está muchísimo más cerca de la melancolía de una Lana del Rey que del perreo de una Becky G… por mucho que una popular co-autora de esta, Elena Rose, aparezca en los créditos de ‘Religiosa’. Con algún ritmo de reggaeton pero sin esclavitud hacia los mismos ni estridencias del tipo Mad Decent (bocinazos), producciones como ‘For Ya’ y ‘Goteo’ suenan elegantes en el primer cuarto del álbum; mientras ‘Frenesí’ añade el punto funk, y ‘Que Wea’ cierra recordando su interés primigenio por el hip hop sin desentonar.

Aunque corra el riesgo de pasar desapercibida en un mundo en el que lo que arrasa es el exhibicionismo de ‘WAP’, da la impresión de que por cada beat manido de trap (‘RDMDA’), ha encontrado una pequeña idea que merece la pena, como la excitante percusión de ‘I Love Her’. Dice además algo de su cierto cuidado por lo artístico, que haya renunciado a calzar por aquí ciertos hits de streamings millonarios a cambio de mayor visibilidad en las listas.

Tu Otra Bonita, Nick Jonas, Elio Toffana… además de Selena, en la lista de álbumes española

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Puede que Selena Gomez haya decepcionado en la lista de singles española con su nuevo EP ‘Revelación‘, pues solo ‘Damelo To’ ha conseguido entrar en clasificación cuando ‘Baila conmigo’ sigue arrasando y el disco se compone apenas de 7 cortes. Sin embargo, el conjunto de temas sí le da una alegría a la cantante tejana en la lista de álbumes: ‘Revelación’ entra directo en el número 4 en esta lista aún liderada por El Madrileño, al que siguen Aitana y Camilo, en los puestos 2 y 3, respectivamente.

Precisamente Aitana entra esta semana en el número 1 de la lista de vinilos con ‘11 razones‘, adelantando a dos pesados del rock como Pearl Jam y AC/DC. Es la entrada más significativa de la lista, pero no la más interesante: en el 43 aparecen Axolotes Mexicanos con su estupendo nuevo trabajo ‘:3‘, que cuenta con una preciosa edición física; y en el 44 Los Hermanos Cubero con su apasionante proyecto doble ‘Proyecto Toribio / Errantes Telúricos‘.

Otro artista anglosajón que decepciona en España es Nick Jonas: ‘Spaceman‘ no iba a ser un superventas a pesar de la calidad de singles como ‘This is Heaven‘, pues el disco no ha contado con singles de éxito propiamente dichos a pesar de que Nick viene de arrasar con ‘Sucker‘ junto a sus hermanos. ¿Se han enterado tus amigos de que Nick Jonas tiene disco en la calle? Desde luego, el top 74 logrado por ‘Spaceman’ en España no es propio de una superestrella de su nivel; un dato peor incluso que el obtenido en Reino Unido (top 69). Al menos, Estados Unidos, su país, sí le ha apoyado y el disco es top 12.

En cuanto al resto de entradas en la lista de álbumes española, el grupo de hard-rock Thunder debuta en el 51 con ‘All the Right Noises’; la banda de «rumba psicodélica» Tu Otra Bonita (foto), amiga de Macaco o Juanito Makandé, lo hace en el 54 con ‘CREMA’; el rapero Elio Toffana coloca su tercer trabajo ‘Serie 5’, que incluye colaboraciones de Recycled J o Niño de Elche, en el 79, y Rob Zombie completa el tándem de entradas con un disco de título delirante, ‘The Lunar Injection Kool Aid Eclipse Conspiracy’, que entra en el número 85.

Selena Gomez coloca ‘Dámelo To’, pero no ‘Selfish Love’, en la lista de singles española

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La lista de éxitos española sigue liderada por el remix de ‘Ella no es tuya’ de Rochy RD, Myke Towers y Nicki Nicole, con el anterior número 1 ‘Ingobernable‘ de C. Tangana saludando desde el número 3. En el 2 aparece ‘911’ de Sech, que sube tres posiciones en los últimos siete días para postularse como posible número 1 de singles en España la semana que viene. ‘911’ es actualmente la canción más escuchada en Spotify España por delante de ‘Ella no es tuya’, ‘Bandido’ y el remix de ‘Travesuras’ de Nio García y Casper Mágico con Ozuna, Wisin & Yandel y Myke Towers, que debuta oficialmente en lista en el número 6.

Completan el top 10, en este orden, ‘Solo’ de Omar Montes, Ana Mena y Maffio; ‘Antes’ de Anuel AA y Ozuna y ‘La noche de anoche’ de Bad Bunny y Rosalía.

Quien se queda muy lejos de obtener los resultados de Sech o Nio García y su tropa es Selena Gomez con sus nuevos temas. La popstar tejana acaba lanzar un EP de pop latino cantado en español que ha decepcionado en lo artístico; y mientras ‘Baila conmigo’ con Rauw Alejandro ha arrasado -merecidamente- y ocupa esta semana el puesto 11 de Promusicae, después de haber alcanzado el número 7; solo un corte de ‘Revelación’ entra esta semana en lista y por los pelos: ‘Dámelo To’ con Myke Towers aparece en el número 90. Buenas noticias para este tema pero malas para ‘Selfish Love‘ con DJ Snake, que no entra en lista pese a ser el tercer single oficial del proyecto.

El resto de entradas de la semana tiene un pie puesto en España y el otro en América Latina. ‘Nosotros’, el single conjunto de Natos y Waor y Recycled J, debuta en el puesto 35; ‘Christian Dior’ de Jhay Cortez lo hace en el 47, un tema llamado ‘Flamenco y Bachata’ de Davilés de Novelda lo hace en el 63, y la nueva «Bizarrap Session» con L-Gante aparece en el 88.






ROSÉ de BLACKPINK triunfa aparcando el sonido maximalista de la girl band

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BLACKPINK han vuelto a triunfar en todo el mundo con ‘THE ALBUM‘, su mini disco de consagración en el mercado internacional, pues ha sido top 2 en el Billboard e incluye su éxito con Selena Gomez, ‘ICE CREAM’. Sin embargo, las aventuras en solitario de sus cuatro integrantes -Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa- se pueden contar con los dedos de una mano a pesar de lo común que es esta práctica en el universo del k-pop: JENNIE lanzó ‘SOLO’ en 2018, amasando cerca de 300 millones de reproducciones en Spotify a día de hoy, y ahora ha sido ROSÉ quien ha publicado su primer proyecto a solas, ‘R’, que incluye el single ‘On the Ground’, actual número 25 en el chart global de la plataforma sueca, y un segundo tema llamado ‘Gone’.

La idea de ROSÉ para ‘R’ parece haber sido dejar a un lado las superproducciones pop por las que son conocidas BLACKPINK para indagar en su lado más vulnerable, y tanto ‘On the Ground’ como ‘Gone’ pueden considerarse baladas. ‘On the Ground’ habla de la fama para expresar que el amor es más importante que el sueño de formar parte de una exitosa girl band: Rosé ha «trabajado toda su vida» para llegar donde está, pero nada más le importa en este mundo que esa persona a la que no puede «quitarse de la cabeza». «Cuando consigues (tu sueño), te das cuenta de que el oro es solo plástico» es el sabio mensaje que deja esta bonita composición de producción híbrida entra la canción de cantautor de los años 2000 (por guitarras y melodías) y el pop electrónico millennial de Selena Gomez, a la que ROSÉ recuerda por voz; o LAUV circa ‘I Like Me Better’. ‘On the Ground’ une la balada acústica hecha para cantar a pleno pulmón con un drop electro un tanto pasado de rosca, y en ningún caso la personalidad de ROSÉ termina de hacerse notar demasiado, pese a lo íntimo de la letra.

Por su lado, ‘Gone’ profundiza más que ‘On the Ground’ en su condición de balada, pues en su composición no asoma drop de ningún tipo: la voz de ROSÉ, una guitarra eléctrica que marca melodía y ritmo y unos coros son apenas los ingredientes presentes en esta bonita canción que recuerda a ‘Love Yourself’ de Justin Bieber, pero que no deja la misma huella, y que tampoco versa sobre el amor propio, sino sobre una dura ruptura que ha dejado a ROSÉ como si le hubiera pasado un coche por encima. Lo dice ella cuando usa la expresión «¿por qué has tenido que chocarte conmigo y darte a la fuga?». A pesar de lo delicado de la composición, ROSÉ está llena de «odio» después de la ruptura y ojo porque le sale la vena de bruja en un punto de la canción: «odio verte con alguien nuevo, os pondré una maldición a ella y a ti».

Glüme hipnotiza con su fragilidad en ‘What Is a Feeling’

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Glüme es la nueva apuesta de la discográfica de Johnny Jewel, Italians Do It Better. Tras la publicación de algunos singles el año pasado, incluyendo una versión de ‘…Baby One More Time’, la artista norteamericana saca ‘The Internet’, su disco debut, el 30 de abril. ‘What Is a Feeling’ es un nuevo adelanto de este, donde la cantante, que padece de una extraña enfermedad de corazón llamada angina de Prinzmetal, reflexiona sobre su propia existencia después de que su doctor le dijera que su salud emocional podría afectarle a su condición física y que sus sentimientos en ese momento le hacían más mal que bien.

La canción es una delicada muestra de synth-pop, con el aura de misterio y melancolía característicos de Chromatics pero con un tono más naíf y accesible. “¿Qué es un sentimiento? / Quiero pararlo ahora antes de que me rompa”, canta en el estribillo, mostrando la fragilidad de su salud, también presente en toda su duración como en los versos “Mi cuerpo no puede soportar/ el caos que causas”.

Glüme se apoya en una melodía nostálgica y onírica, contrastando su vulnerabilidad y la gravedad de lo que hay tras ella con un sonido adorable, reforzado por su voz dulce y unos arreglos vocales preciosos. ‘What Is a Feeling’ habla de sentimientos difíciles pero su escucha no puede ser más agradable, y como todo el catálogo de Italians Do It Better, tiene esa habilidad hipnótica y lynchiana –al igual que su vídeo- de la que uno no quisiera salir nunca.

Lo mejor del mes:

Lana Del Rey servirá «venganza» en su próximo disco, ¿y nada de autocrítica?

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Cuando el mundo sigue digiriendo el contenido de ‘Chemtrails Over the Country Club’, el nuevo disco de Lana Del Rey, que será el «Disco de la Semana» en estas páginas, su autora anuncia el siguiente… como ya hiciera hace un par de temporadas cuando, el mismo día de lanzamiento de ‘Norman Fuckin’ Rockwell!‘, apenas unas horas después, desvelaba la llegada de ‘White Hot Forever’ (el actual «Chemtrails»). Lana hasta se atreve a compartir título, ‘Rock Candy Sweet’, y fecha de lanzamiento, el 1 de junio, un martes.

‘Rock Candy Sweet’ no será -en principio- el disco de versiones de estándares del country que Lana anunció para Navidad y que no ha visto la luz, sino un álbum completamente inédito en el que la artista «desafiará» las críticas que la han perseguido en los últimos tiempos, sobre todo desde que publicara aquella extraña carta la pasada primavera en la que lamentaba el trato que ha recibido de los medios por cantar libremente sobre relaciones tóxicas. En dicha carta, Lana comparaba su éxito con el de una serie de artistas mayormente negras como Megan Thee Stallion o Beyoncé para defender que la «delicadeza» y «fragilidad» de su obra -frente a la sexualidad de las artistas mencionadas- también debe tener lugar en las listas. Una carta que recibió críticas por su retórica de tintes racistas pero que Lana ha seguido suscribiendo, al señalar por ejemplo que ella no puede ser racista porque muchos de sus amigos son latinos o porque ha colaborado con raperos.

En un story de Instagram ya borrado, pero que está siendo comentado en redes y en el foro de Popjustice, Lana ha compartido la captura de un artículo de Harper’s Bazaar publicado en enero que argumenta que la cantante ha construido su carrera en pilares como la «apropiación cultural o la romantización de la violencia doméstica», a lo que ha decidido contestar: «gracias de nuevo por escribir tan bondadosos artículos y por recordarme que he basado mi carrera en la apropiación cultural y en glamurizar la violencia doméstica, seguiré desafiando estas opiniones en mi próximo disco, ‘Rock Candy Sweet’, que sale el 1 de junio». En otro mensaje también borrado, Lana se ha dirigido a la autora del artículo, Iman Sultan, para clamar «venganza» por sus palabras, y esta ha contestado: «me honra haber inspirado el próximo disco de Lana Del Rey, ni siquiera he escuchado ‘Chemtrails Over the Country Club’ todavía».

Si ‘Rock Candy Sweet’ fuera el anunciado disco de covers, entonces se compondría de una selección de temas con los que Lana contestaría a las críticas indirectamente, lo cual es improbable: ¿por qué iba Lana a contestar a dichas críticas con letras que no son suyas, y que fueron escritas hace décadas por razones que nada tienen que ver con ella? Todo apunta a que ‘Rock Candy Sweet’ será un trabajo totalmente nuevo en el que Lana abordará abiertamente las acusaciones de racismo y anti-feminismo vertidas sobre ella últimamente o sobre su complicada relación con la prensa o con las críticas en general, empezando por la misoginia a la que se enfrentó en el inicio de su carrera, y que tanto la han marcado. La actitud defensiva y agresiva de Lana frente a las críticas por racismo (esa búsqueda de «venganza») da que pensar, pero seguro que el resultado de ‘Rock Candy Sweet’ es mucho más elocuente que sus cartas. ¿Habrá en él menos algo de cabida para la autocrítica y la reflexión, que tanto han faltado en sus recientes declaraciones?

Lana del Rey vapulea a Justin Bieber en Reino Unido, pero Bieber gana en EE UU

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Esta semana se han lanzado dos discos destinados a conquistar el mercado, muy especialmente ‘Justice’ de Justin Bieber, pues aunque ‘Changes’ tuvo cifras decepcionantes en comparación con ‘Purpose’, no dejaron de ser 1,6 millones de unidades despachados el año pasado. Rondó el puesto 20 de los álbumes más populares de 2020 a nivel mundial.

El otro gran lanzamiento es ‘Chemtrails Over the Country Club’ de Lana del Rey, nuestro «Disco de la Semana», quien pese a su ausencia en radio y playlists de éxitos, cuenta con una base de fans tal que ‘Norman Fucking Rockwell’ pudo superar el medio millón de copias hace un par de temporadas.

Los primeros datos nos dicen que Justin Bieber se quedará el número 1 de Estados Unidos, pese a que Lana del Rey ha vendido más durante el fin de semana, debido al peso del monstruoso streaming de Bieber. ‘Peaches’ es la canción más reproducida en el mundo ahora mismo.

Así, pese a que Lana aspira a vender unas 50.000 copias de su disco esta semana en Estados Unidos y Justin Bieber tan solo 30.000, ‘Justice’ de Justin Bieber será número 1 muy holgadamente con unos 130.000 puntos, como informa HDD. Cifras algo deprimentes en cualquier caso para un macrolanzamiento de este tipo.

Por el contrario, según las midweeks británicas, Lana del Rey lidera la carrera por el número 1 con 34.000 unidades ya despachadas en las islas británicas, por delante de Bieber, cuyas ventas ha triplicado durante el fin de semana. Bieber, que ha vendido tan sólo 10.000 copias en Reino Unido de ‘Justice’ de momento, recortará distancias estos días gracias al streaming, pero la diferencia parece demasiado insalvable dadas las numerosas ediciones diferentes que se han preparado de «Chemtrails» a través de la web de Lana (cassette, vinilo, caja especial…). Muy dignas cifras en cualquier caso para Lana, de nuevo recordando que ninguna playlist masiva de éxitos está apoyando ‘White Dress’ como sí los sencillos -en plural- de Bieber.

Flos Mariae «se ha roto para siempre»: adiós al ‘The Room’ español

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Flos Mariae, el grupo de pop ultracatólico de Barcelona que ha coqueteado con la música industrial, el electroclash o con el k-pop para asombro de media España y admiración (irónica o no) del youtuber y divulgador musical Jaime Altozano, ha anunciado su disolución. Un desacuerdo entre dos mitades de la formación ha llevado a esta decisión.

Cuatro de las siete hermanas Bellido Durán han explicado la decisión en un vídeo subido a su propio canal de Youtube, «4 Hermanas Bellido Durán», en el que indican que las «otras componentes tomaron unas decisiones erróneas y rompieron el grupo», por lo que «no nos quedó otra alternativa que romper nuestra promesa y dejar» la formación. La promesa a la que se refieren es la de continuar con la banda después de que su madre falleciera a consecuencia de un cáncer, ya que Flos Mariae nació a partir de una promesa que estas realizaron a la Virgen María: si su madre sanaba, ellas creaban el grupo. La matriarca se curó, pero poco tiempo después recayó y murió, no sin antes pedir a sus hijas que continuaran con la banda a pesar de su ausencia.

En el mismo vídeo, las chicas confirman que Flos Mariae «se ha roto para siempre» y que, aunque el resto de componentes siga utilizando el canal oficial de Flos Mariae para subir contenido, la banda «ya no es lo que era». Las cuatro hermanas señalan que no guardan rencor al resto y que las han «perdonado» a pesar de haberse «equivocado en sus decisiones», pero que «con lo que han hecho, esto ya no tiene arreglo», y recuerdan que «Flos Mariae era algo maravilloso que hacíamos con mucho cariño».

El adiós de Flos Mariae queda bien reflejado en el vídeo de dicho comunicado, en el que las chicas hablan desde el interior de un coche para romper totalmente la ilusión creada por sus delirantes videoclips. Flos Mariae dejan un repertorio de melodías desafinadas, letras cristianas imposibles y ritmos electrónicos siniestros que ha fascinado a muchos por su sinceridad y falta absoluta de pretensiones y por su total desinterés por las reglas convencionales. Lo más parecido a un caso ‘The Room’ que ha conocido nuestro país, pero en versión pop.

Danna Paola intenta sacar su disco del ‘K.O.’ en España yendo a la tele

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Danna Paola es una estrella de tal calibre en México que no necesita nada más. Tiene 11 millones de oyentes mensuales en Spotify, esto es, más que Pearl Jam a nivel mundial y casi los mismos que R.E.M. Tal cantidad de gente la escucha en Latinoamérica que las migajas que pudiera conseguir en España no representarían nada para la que es una de las protagonistas de ‘Élite’, la serie teenager de Netflix en la que por cierto su personaje termina siendo de lo mejor.

Pero aun así, ella lo va a volver a intentar. Tras haber colaborado con Lola Indigo y Aitana, pues su música está en sintonía con lo que hacen ambas, especialmente la última, con la que comparte timbre; Danna Paola visita esta noche de lunes ‘El Hormiguero’ de Pablo Motos.

Lo hace para presentar un disco llamado ‘K.O.’, cuya portada es como un cumpleaños infeliz de Melanie Martinez, y cuyo título ha terminado siendo premonitorio en resultados en nuestro país. Mientras a nivel internacional ha triunfado ‘No bailes sola’ con Sebastian Yatra y ‘Calla tú’, en la línea mitad tradicional mitad bailable de una Camila Cabello; en España no ha pasado «nada«, que diría su canción con Cali y El Dandee.

El disco ‘K.O.’, que ha llegado a ser tan sólo número 81 en las listas españolas, durando exactamente 1 semana en el top 100, podría resucitar en nuestro país tras su periplo televisivo, si es que Pablo Motos permite comunicar algo de todo lo que contiene. En el álbum hay hits bailables latinos por los que mataría la Selena Gomez de ‘Revelación’ (la mencionada ‘No bailes sola’), canciones de empoderamiento (‘Sola’), baladitas con orquesta (‘Amor ordinario’), concesiones rock (‘Justified’), dembow (‘(T.A.C.O.’) y hasta un dúo en Spanglish con Mika llamado ‘Me, Myself’, un tanto tropical. Con el autor de ‘Grace Kelly’, hasta ha versionado a Roxette recientemente para un evento benéfico llamado I Love Beirut.

No faltan en los créditos del disco los productores de ‘Despacito’ Mauricio Rengifo y Andrés Torres, ni tampoco una coartada conceptual (una relación de amor desde la ilusión inicial hasta el olvido/knockout final), todo ello con tanto potencial… como lugares comunes.



 

Kidd Keo asciende pese a las críticas por su representación del «obrero machista y homófobo»

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Kidd Keo ha sido uno de los últimos invitados de La Resistencia, programa en el que ha promocionado su nuevo single, ‘Olvídate’, que acaba de entrar en el top 100 de la lista de singles española (en el número 92). El trapero valenciano ha protagonizado un memorable momento en el programa al animarse a coser el pantalón roto de un asistente, pues posee esta habilidad después de pedirle a su abuela que se la enseñara para coser sus propios diseños.

Si parece que Kidd Keo está más en boca de todos que nunca, no está de más recordar una serie de datos, por ejemplo, que su actuación de ‘Foreign’ en la plataforma alemana COLORS, en la que parece totalmente fumado (no lo decimos nosotros, sino los comentarios de Youtube), es la segunda más vista de su canal solo por detrás de la de Billie Eilish (!!!), o que su single de 2017 ‘DRACUKEO’ acumula casi 70 millones de reproducciones solo en Spotify. Ya habíamos comentado, a raíz de la polémica suscitada por el single ‘Lollypop’, que gran parte del público de Kidd Keo es latinoamericano (México DF es la ciudad que más le escucha del mundo), por lo que sus altas cifras no sorprenden demasiado, y además no es la primera vez que Kidd Keo visita la tabla de Promusicae: su mixtape de 2020 ‘BACK TO BOCKPORT’ (la primera en la multinacional Warner) entró en el número 89.

El éxito de Padua Keoma Salas Sánchez, demostrable también en las cifras millonarias alcanzadas por singles como ‘Ma vie’, ‘Kikiki’, ‘Superstars’, ‘Touchdown’ o ‘Serpiente Veneno’, es indisociable de las críticas por machismo, misoginia y homofobia que ha recibido por algunas de sus letras, como la de la mencionada ‘Lollypop’, que incluye frases como «chúpala, puta». Las críticas le han costado la cancelación de conciertos en Móstoles o Alcalá de Henares. En uno de los episodios más polémicos de su carrera, Kidd Keo realizaba una serie de declaraciones homófobas a raíz de la admiración que su peinado había suscitado en otro hombre. En dichas declaraciones, el rapero se veía obligado a subrayar de manera insistente su heterosexualidad, hacía un uso despectivo del término «gay» e incluso insinuaba a sus seguidores homosexuales que volvieran al armario.

Al discurso en torno a la figura de Kidd Keo hay que sumar también la idea de clase. Padua procede de una familia obrera: criado por su madre, con su padre posiblemente en la cárcel a día de hoy, ha dormido en casas okupas o incluso en la calle. A raíz de unas declaraciones de la autora trans Elizabeth Duval en las que argumenta que «el obrero misógino, racista y machista» merece no ser demonizado, hay quien opina que la clase no exime a Kidd Keo de su comportamiento. «Cuidado con romantizar la conducta del obrero que quiere ser Kidd Keo porque es clase obrera y ya», argumenta un tuitero. «El obrero homófobo o tránsfobo no es ejemplo moral de nada, por muy obrero que sea. Cuidado con el buenismo obrerista que no es otra que el mismo clasismo de siempre disfrazado de permisividad y mitificación de la miseria».

Mucho más cerca de Eminem que de cualquier rapero actual mínimamente familiarizado con los discursos anti-machistas y anti-homófobos que plagan las redes sociales, Kidd Keo es otro personaje complicado que puede caer bien (La Resistencia) o mal (algunos vídeos o declaraciones) dependiendo del contexto en que te lo encuentres. Quizá lo peor de todo es que nadie parece detenerse en la calidad misma de su música para justificar sus actos: todo lo externo que la rodea parece ser mucho más interesante.


Justin Bieber / Justice

Hubo un momento en torno a 2013 y 2015 en que Justin Bieber solo generaba noticias de chico malo. Una detención por aquí y una meada fuera del tiesto por allá. Pese a que aquella etapa fue llevando al notable ‘Purpose’ y por tanto fue la de su mayor apogeo comercial, el cantante quiso redimirse casándose con Hailey Baldwin y también con Dios, hablándonos de la estabilidad de la vida en un álbum llamado ‘Changes‘ que no fue tan bien recibido. Ni el éxito de ‘Future Nostalgia’ de Dua Lipa ni el de ‘After Hours’ de The Weeknd le ha dicho nada a Bieber, que vuelve tan sólo un año después para contarnos exactamente lo mismo que ya nos había contado en 2020.

‘Justice’ vuelve a ser un disco de encuentro con uno mismo, con cierta conciencia social perceptible en el tipo de videoclips pseudo-obreros que está haciendo, y en la inclusión en este largo de un discurso de Martin Luther King. «Necesito que aguantes porque el cielo es un lugar que no está demasiado lejos» es el mensaje que escuchamos en uno de los singles, ‘Hold On’. Y «te querré de otra manera, así tal cual eres» es el estribillo de ‘Love You Different’. De nuevo, Dios. De nuevo, su esposa.

Lo extraño es que pocas veces una persona cantando durante tanto tiempo y tantísimas pistas sobre estar centrado en la vida, ha sonado tan descentrada y tan poco inspirada en lo musical. De nuevo muy lejos de las florituras de BloodPop, Justin Bieber ofrece un álbum sin ningún sonido particular en el que las pocas ideas que hay no terminan de llegar a ningún lado. Es el caso del drum&bass y los beats noventeros de ‘Love You Different’, que no dan lugar precisamente a un hit ni con la suma de BEAM; y de lo desaprovechada que parece la idea de producción de ‘Peaches’. ¿Por qué no un álbum completo con esa cadencia mitad funky mitad indie que tan de moda está últimamente?

Peor aún, melódicamente ‘Justice’ remite una y otra vez a cosas que se han hecho antes y mejor. De la misma manera que le ha dado igual que lo de calzar una T con forma de crucifijo en un logo se hubiera hecho antes en un grupo tan famoso como Justice, que conoce absolutamente todo el mundo con un mínimo de cultura pop; las canciones de este disco se suceden como ajenas a las cosas a las que recuerdan. Empezamos con ‘2 Much’, en la estela de Adele o Emeli Sandé. ‘Off My Face’ apunta a los Red Hot Chili Peppers de ‘Scar Tissue’. ‘Die for You’ con Dominik Fike deja muchas ganas de recuperar ‘Beat It’ de Michael Jackson y ‘Locked Out of Heaven’ de Bruno Mars. ‘Holy’ con Chance the Rapper nos lleva a ‘My Love Is Your Love’ de Whitney Houston y por extensión a cualquier cosa de Lauryn Hill. ‘As I Am’ es pop de autor tipo James Blunt o Ed Sheeran. ‘Ghost’ nos recuerda a las canciones menos válidas de ‘Witness’ de Katy Perry… sin que el álbum se acerque en ningún momento a la solemnidad de ‘Chained to the Rhythm’ o a la gracia de ‘Swish Swish’.

En este contexto, ni siquiera el interludio con Martin Luther King funciona. Su mensaje es motivador: nos está hablando de estar dispuestos a morir por una causa justa, porque si no, habremos muerto a «los 38 años como si tuviéramos 90». Pero a mitad de la secuencia e inmediatamente antes de la canción que se parece a ‘Beat It’, da hasta miedo: parece un homenaje a ‘Thriller’ fuera de contexto.

En otro tiempo Justin Bieber ha sabido seducirnos con sus susurros once or twice. En este disco suena hasta chillón y desagradable, como sucede en ‘Hold On’ y ‘Anyone’, como por si gritar su importante mensaje fuera a entrarnos mejor. No es el caso. Únicamente logra transmitirnos un poquito cuando recuerda sus momentos más bajos, como sucede en ‘Unstable’ y cuando llega el cierre con ‘Lonely’ junto a benny blanco y FINNEAS. «Todo el mundo conoce mi pasado / como si mi casa hubiera estado hecha de cristal / Y tal vez es el precio que tenga que pagar / por el dinero y la fama a una edad temprana / Todo el mundo me vio enfermar / y a nadie le importó una mierda / Criticaron las cosas que hice cuando era un chico idiota». Justin Bieber habla sobre lo solo que se ha sentido, en ese caso sí, dando todo de sí mismo y con el corazón roto. Si ‘Lonely’ ya la hubiera producido Caroline Polachek hasta estaríamos ante una de las mejores canciones de su año.

Xenia Rubinos lidia con la muerte como puede en ‘Did My Best’

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Xenia Rubinos, autora de discos como ‘Magic Trix‘, nos ha conquistado en días recientes con una de esas interpretaciones que duelen: en ‘Did My Best’, su último single y nuestra «Canción del Día» para este lunes, trata el tema de la pérdida de manera directa y clara. Nada más empezar, confiesa: «nunca pensé que tuviera que escribir esta canción / ayer me desperté y escuché las noticias / todavía no me puedo creer que te hayas ido / no tiene sentido para ninguno de nosotros / ni siquiera me pude despedir». Foto: Mario Rubén Carrión.

‘Did My Best’ trata, pues, sobre la muerte de un ser querido muy cercano, mientras la música retuerce una serie de sintetizadores entre el trance y el electro pero pasados por el prisma de la experimentación. Si nos fijamos en el vídeo situado en una fiesta de Año Nuevo, dirigido por Mario Rubén Carrión, y en el que Xenia Rubinos aparece llorando, contando su historia a la cámara, es como si la cantante tratara de distraerse, olvidar, pasar página con la llegada del nuevo año, pero los recuerdos del pasado mes de «septiembre», cuando estuvo a punto de tirar la toalla, le pudieran. La música, martilleante, representa sin duda la obsesión y el dolor que no cesa por mucho que se empeñe.

Xenia Rubinos ha explicado que ha usado este vídeo a modo de «ritual de cura»: «Esta canción es sobre una pérdida repentina y sobre el deseo de ver a esta persona de la que no te has podido despedir. Recuerdo un momento en el que pensé que ya no podría cantar más, es como cuando lloras tanto que te olvidas de por qué estabas llorando incluso (…) De repente, en un sótano durante una noche espeluznante de cuarentena de fuegos artificiales y sirenas de ambulancia, recordé por qué canto».

Lo mejor del mes:

Un Poli Díaz semanasantero, parte de ‘Párteme la cara’ de C. Tangana

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Cristos, cadenones, gimnasios de barrio… ‘Párteme la cara’ sigue apostando por esa ensaladilla de referentes estéticos de la España profunda, folclórica, quinqui, cañí, hortera… que ya hemos visto en otros clips de Tangana -‘Demasiadas mujeres’, ‘Bien duro’-, y que tan de moda puso Rosalía en sus primeros vídeos. En este caso, el director Santos Bacana articula la narración a través de dos referentes principalmente: el boxeo (que ya aparecía en el videoclip ‘Viene y va’) y la iconografía religiosa.

El protagonista de ‘Párteme la cara’ es como un Poli Díaz semanasantero. Un boxeador cuya habitación parece la de un cofrade sevillano, que se martiriza haciendo flexiones sin quitarse la cadena con un Cristo crucificado, y que lleva una sudadera con la imagen del ‘Cristo abrazado a la cruz’ de El Greco. La mayor parte del vídeo está compuesto por planos del boxeador entrenando. Unas escenas que ponen de manifiesto la afición de “El Madrileño” por el boxeo (es el propio cantante quien hace de sparring).

En sintonía con la estructura de la canción, el vídeo combina dos líneas narrativas. En la segunda, el mexicano Ed Maverick interpreta a un hombre cuyo rostro sirve como ilustración del título de la canción. A través del montaje, el director establece un diálogo entre los dos protagonistas, entre el que golpea y el que recibe los golpes. ¿Cómo lo interpretamos? ¿En clave política, como una metáfora sobre los “golpes” del primer mundo a los países en vías de desarrollo? ¿O sentimental, como una traslación de la letra de la canción, que al fin y al cabo no tiene género?

La fábrica de hits esquinados de Sleaford Mods

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En Sleaford Mods existió una vida previa al dúo que conocemos ahora. Jason Williamson, tras probar suerte en varias bandas, sumergido en una vorágine de alcohol, cocaína y trabajos de los que era despedido, cansado del rock y enamorado del Wu-Tang Clan y el ‘Original Pirate Material’ de The Streets, crea Sleaford Mods en 2007 con Simon Parfrement. El nombre es un doble guiño, a la ciudad que está a 15 km de Lincolnshire y al credo adolescente de Williamson, del que sólo se mantendrá fiel al peinado. La música es una suerte de recitado cabreado, en que se saquea música ajena sin piedad ni pudor. De hecho, cuenta la leyenda que Jason vio la luz al recitar sobre una base de Roni Size / Reprazent. Sacaron varios discos en formatos digitales y CDR. Un poco para que os hagáis una idea, su primer tema de su primer EP es ‘R&B Paul’, en que saquea sin piedad el ‘What’s Going On’, a The Jam y a Deep Purple, sin ningún asomo de vergüenza (y no está en streaming).

‘Wank’, en 2012, es el primero en que ya aparece Fearn como colaborador principal. Williamson lo había conocido cuando Fearn pinchaba en un bar de Nottingham y surgió el flechazo musical entre ambos. Los dos tenían una suerte de vida paralela; Fearn también había estado en bandas y era otro amante apasionado del pop perdido en trabajos inanes. Ya constituido totalmente el dúo que conocemos, sale el primer disco «de verdad» de Sleaford Mods, que es ‘Austerity Dogs’ (2013). Y ya está ahí la fórmula.

La maquinaria rítmica, seca y postpunk de Fearn encuentra el verbo desaforado, feroz y hastiado, sin desdeñar nunca el humor, de Williamson. Y arranca su particular fábrica de hits esquinados. A partir de aquí, sólo había que esperar. ‘Urine Mate (Welcome to the Club)’ ya lo tiene todo: el recitado, el instinto melódico, el feísmo (estético y vital). Sobre una línea de bajo, una ocasional batería y algo así como unas panderetas locas y algún eructo (una constante en los Sleaford), cabalga el verbo de Jason.

‘I don’t Wanna Disco or Two’ ya aparecía en ‘Wank’, pero su repesca en ‘Austerity Dogs’ se convirtió en el primer éxito del dúo. A eso contribuía un estribillo insidioso y pegadizo.

La fama no se haría esperar demasiado. ‘Divide and Exit’ (2014), su siguiente álbum, es un pequeño terremoto. Los conciertos se llenan y se empieza a generar expectación y culto. De hecho, ‘Tied Up in Notz’ sigue siendo su canción más escuchada en Spotify, con más de tres millones de escuchas. El título es un juego de palabras. Knot es nudo en inglés, Notz es como se conoce al condado de Nottinghamshire. La canción referencia la desazón de un fin de semana en un pub sórdido de una ciudad sórdida del este de Inglaterra. Un tema sostenido sobre apenas una base, adornada con unos leves toques de guitarra sintetizada, que marcan la melodía sobre apenas dos notas, y un estribillo que casi se acerca a Joy Division gracias al uso del bajo.

Aunque otra cima del humor antisistema de Sleaford Mods es esa especie de homenaje a ‘I Wanna Be Your Dog’ (ladridos incluidos) que es ‘The Corgi’, sobre los perros de la Reina Isabel.

‘Key Markets’, en 2015, es su mejor disco… al menos, hasta la llegada del último ‘Spare Ribs’. El dúo ya mantiene una nutrida base de fans que no para de aumentar, el álbum es casi una sucesión de hits directos a la mandíbula, con unos Jason y Andrew en estado de gracia sónico y verbal. Ya se presentan varias constantes. ‘Bronx in a Six’ es una crítica a los artistas de rap y rock que sólo se preocupan en ostentar y mostrar una vida lujosa.

Aunque la mejor canción (difícil destacar una) es ‘Tarantula Deadly Cargo’, aún más oscura y asfixiante, la más postpunk de todo el disco. Una especie de pesadilla de ciencia ficción ciberpunk.

La desazón vital se materializó en su EP de 2016, ‘T.C.R.’ (el nombre que en Inglaterra tenía el Scalextric). Aunque el tema homónimo suena inusualmente… luminoso, para lo que venía siendo la dinámica del dúo.

‘English Tapas’ (2017) muestra una sonoridad aún más seca y esquelética… Si es eso posible. Un disco al que cuesta asirse, dada su particular aridez. Pero en el que también se encuentran hits potenciales, como ‘B.H.S.’, toda una pedrada social. Cantado como si fuera una pieza de garage rock por Jason y donde brilla un particular sentido melódico, casi próximo a la disco music descoyuntada, para una pedrada social. BHS es British Home Stores, una cadena de tiendas que colapsó económicamente en 2016 y dejó a 11.000 personas en la calle, mientras su propietario, Philip Green, se relajaba en yates de lujo.

‘Drayton Manored’ es otra de esas canciones repetitivas, obsesionantes, pegadizas, tan marca de la casa. De esas que siempre consiguen dando un pequeño giro de tuerca; en este caso, dos notas de sintetizador estratégicamente colocadas o un estribillo breve pero efectivo, para retratar la pesadilla de un hombre de mediana edad atrapado en la nada.

Sin embargo, en su siguiente EP, ‘Sleaford Mods’ (2018), se muestran muy punk-rockeros, menos ariscos. Hay guiños a Sex Pistols o a los Devo, pero quizás el tema que más rompe la dinámica sea la aproximación al synth-pop ochentero que es ‘Joke Shop’, en que incluso suena ¡un teclado!

‘Eton Alive’, en 2019, muestra una tesitura interesante. Yo misma lo desdeñé un poco en su momento, quizás con la sensación de que los Mods ya se repetían demasiado, que estaban a un paso de convertirse en un mero chiste. Pero una nueva escucha ha servido para ponerlo en su justo valor. Entre la austeridad de ‘English Tapas’ y el punk Rock de ‘Sleaford Mods’, se abre cierto sentido de la exuberancia. ‘Kebab Spider’ fue el single principal.

Pero quizás la canción más destacable de ‘Eton Alive’ sea ‘When You Come Up to Me’. Es una bonita pieza poética, en que Jason aparca el recitado, el chiste y la furia, y canta de manera casi conmovedora. Una rareza en la carrera de Sleaford Mods que bien vale rescatar.

Todos los movimientos de los últimos años de Sleaford Mods han cristalizado en ‘Spare Ribs‘, uno de los discos más importantes de lo que llevamos de año. Dos acontecimientos tan ominosos como la pandemia y el Brexit han azuzado la creatividad del dúo. Aunque la pieza estrella sea ‘Mork n Mindy’. Jason usa la antigua serie de Robin Williams para traer de vuelta a su infancia, con la ayuda de Billy Nomates.

All Diese Gewalt prueba que los Depeche del siglo XXI también son una influencia

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‘ANDERE’ ha sido en semanas recientes la canción ganadora de la 42ª edición del JNSP Song Contest de nuestros foros. Presentada por el usuario 20thcenturyboy, nos permite conocer el proyecto alemán All Diese Gewalt, ideado por Max Rieger, cantante y guitarrista de un grupo llamado Die Nerven, más orientado hacia el pop-rock.

Como All Diese Gewalt ha publicado dos discos, el último de los cuales salía al mercado a finales de 2020, para dar continuidad a ‘Welt in Klammern’ (2017), donde destacaban canciones como ‘Maria in blau’.

‘ANDERE’ era un disco mucho más refinado, con la influencia muy bien asumida de gente como Depeche Mode (los del siglo XXI, los de ‘Playing the Angel’, nunca los de los 80), los nórdicos GusGus o los Radiohead de ‘Kid A’. Estamos hablando de una electrónica introspectiva, cuya cumbre es la canción titular, nuestra «Canción del Día» para este domingo.

Situada estratégicamente al final de la secuencia, ‘ANDERE’ es lo mejor del álbum con su estructura in crescendo y su exquisito minimalismo. La letra recuerda de nuevo a los de Martin Gore, pues una de sus escasas frases remite tanto a ‘Photographic’ como a ‘Music for the Masses’ (ese “Neue Bilder für die Massen”), pero el sentido aquí es más profundo. Parece buscar Rieger ser «OTRO», “hermoso e insuperable”, “fuerte e indomable”. Su consuelo de que “haya otros” podría querernos hablar de la esperanza sobre «otras» formas de ser.

El tema, ya misterioso de por sí, termina con una sucesión de referencias a dispositivos digitales que sabe a ‘OK Computer’. El artista ha contado en una entrevista que se encontró todas estas referencias grabadas en un altavoz que le habían prestado y que le parecía que le daban un aire melancólico.

Lo mejor: