Estopa son el nuevo número 1 de ventas en España, como era de prever, con su disco ‘Fuego’. Desde que su debut ’Estopa’ fue exactamente el disco más vendido en España en el año 2000 y el 2º más vendido de 2001, han sido varios los álbumes de Estopa en llegar al número 1. Fue el caso de ‘Destrangis’, ‘Voces de ultratumba’, ‘Allenrok’, ‘2.0’, Esto es Estopa’ o ‘Rumba a lo desconocido’. Está por ver, más bien, cuánto tiempo es capaz el nuevo álbum de resistir en los primeros puestos, pues varios de estos discos fueron número 1 durante varias semanas. Además, el disco ‘Estopa 20 aniversario’ es la subida más fuerte ahora mismo en ventas, pasando del puesto 87 al 39 tras haber sido número 3 en su momento. Sin embargo, una batalla que Estopa no han podido ganar en las listas es la del streaming.
‘Fuego’ de Estopa es número 2 en “streaming álbumes”, lo cual es un dato estupendo para una banda que llevaba 4 años fuera de juego, pero queda por detrás de ‘Happy Birthday Flakko’, el disco de cumpleaños del mallorquín que, como ya vaticinamos, iba a ser lo más oído de la semana en nuestro país. Así ha sido y, además, Rels B también tiene la subida más fuerte de la semana en streaming, pasando del puesto 48 al 32 con su disco anterior, ‘Flakk Daniel’s’. Rels B no aparece en la lista de ventas, como tampoco Becky G, que también logra llegar al top 10 de lo más oído, exactamente al puesto 8 con ‘Mala santa‘.
Volviendo a ventas, todo el top 5 son novedades: Quique González es número 2 con ‘Las palabras vividas’ (y además top 42 en streaming). Julia Medina es número 3 con ‘No dejo de bailar’ (y además consigue un excelente número 9 en streaming). Pastora Soler es número 4 con ‘Sentir’ (y número 40 en streaming). Y 091 son número 5 con ‘La otra vida’.
A continuación, Depedro logra colarse en el top 10 con ‘Érase una vez’ (puesto 8), y a las puertas del top 10 encontramos ‘Conde Duque en directo’ de Josele Santiago, exactamente en el número 11. Foals, que han sido número 1 en Reino Unido, se asoman por el puesto 44 de ventas en España y también consiguen un meritorio puesto 79 en streaming con la segunda parte de ‘Everything Not Saved Will Be Lost’. Otra entrada curiosa en ventas es la de ’Somebody’s Knocking’ de Mark Lanegan Band en el puesto 56.
Otras entradas en ventas son ‘Sinfónico’ de Siempre Así (número 18), ‘Walk the Sky’ de Alter Bridge (25), ‘Stormwatch’ de Jethro Tull (26), ‘You’ de James Arthur (65), ‘Celestial’ de Rob Halford (74) y ‘One Man Gang’ de Michael Monroe (86). De todos ellos el único que consigue aparecer en la tabla de lo más oído es James Arthur, en el puesto 94.
Finalmente, hay que destacar el desplome de ‘Mes Excentricités Vol. 1’ de Mónica Naranjo, que en tan sólo una semana pasa del puesto 1 al puesto 22. Y Derby Motoreta’s Burrito Kachimba reentran con su disco en el puesto 71 en la que supone su 9ª semana en lista, por lo que oficialmente podemos considerarlos un sleeper.
En promoción de su nuevo álbum ‘Jesus Is King‘, Kanye West está recorriendo los programas de televisión más populares de Estados Unidos. Por ejemplo, el mismo día de edición de su disco se presentó sin avisar en el conocido late-night de Jimmy Kimmel, programa al que luego ha vuelto para interpretar ‘Closed on Sunday’. Pero quizá sea aún más llamativa su aparición en la popular sección de The Late Late Night with James Corden, Carpool Karaoke. Aunque solo sea por el hecho de que, esta vez, el ya conocido utilitario blanco del presentador británico fue sustituido por nada menos que el avión privado del rapero. Y no hablamos de una nave pequeña, precisamente.
Tras escenificar la pérdida de un vuelo por parte de Corden, llamando a Kanye para que le eche una mano, el también actor y cantante se sube a lo que parece un vuelo regular con destino a Los Ángeles. Así que no, esa mujer cuyo equipaje es maltratado por Corden al más puro estilo Mr. Bean no es solo una pasajera más del vuelo, sino parte del coro que viaja con West para los Sunday Service. Esto se revela cuando todo el pasaje comienza a cantar a capella temas de este espectáculo del artista de Chicago –incluyendo el lejano ‘Jesus Walks’, de ‘The College Dropout’ (2004)–, dejando al presentador en un palpable shock (no porque lo ignorara, sino por la potencia del momento). «Viajo en el iPod más caro del mundo», lanza James con bastante tino.
Entre gospel y gospel, Corden interroga en Carpool Airpool Karaoke a West sobre cuestiones bastante interesantes, por ejemplo cómo entiende que la crisis mental que sufrió en medio de la gira de ‘The Life of Pablo’ fue «parte del plan que Dios tiene para él», puesto que así mucha gente supo que incluso a alguien con su fortuna e influencia puede caer. Y también que Dios, dice, le ha ayudado a levantarse. Resulta igualmente curioso cómo narra el preciso momento en el que supo que el verso «She got a light-skinned friend look like Michael Jackson» –del tema ‘SlowJamz‘, incluido en su debut– cambiaría su vida para siempre y que, desde ese momento, no volvería a tener una vida normal. También habla de sus cinco años de matrimonio con Kim Kardashian como «años de perro» –»un año es como si fueran cien» dice entre risas–, pero en el buen sentido, por intensos –»Estar casado con ella es más que guay, es celestial», dice después–. De hecho, está tan feliz con su familia, leyendo la Biblia cada día antes de dormir y tal, que planean no conformarse con cuatro y tener siete (!) hijos.
‘Star Wars’ (2015) y ‘Schmilco’ (2016) encendían las alarmas de aquellos que flipamos con la década larga que fue de ‘Being There’ (1996) a ‘Sky Blue Sky’ (2007) y que hizo parecer a Wilco poco menos que dioses del rock fuera de los cánones. En la década igualmente larga que lo sucedió, su capacidad de sorprender y atraer fue menguando a la par que crecía la de hacernos aburrirnos ante sus trabajos. ¿Qué les pasaba? Podríamos hablar de bache, pero la progresión invitaba a pensar más bien en una clara decadencia. Los dioses se habían hecho terrenales, mundanos. Asombrosamente, este cambio de paradigma en el grupo les beneficia ahora. Porque intuyo que, el haber cambiado su estatus hace que apreciemos más que su regreso tras un lapso de inactividad de dos años –está claro que lo necesitaban– sea un muy buen disco. Y eso que no es fácil entrar en él: un paso somero y desinteresado por él hace que parezca otro disco pesado y monocorde, centrado más que nunca en los sonidos acústicos. Pero no, no es así.
Las canciones de ‘Ode to Joy’ –un título que alude al derecho a vivir con alegría a pesar de la mierda a espuertas que hay en el mundo, en palabras de Jeff Tweedy– son en apariencia pequeñas, casi tímidas, como si mantuvieran la distancia con el oyente y no quisieran interrumpirle en sus importantísimas ocupaciones. De hecho, la producción desempeñada por su líder –manteniendo su voz queda y sosegada y la electricidad (que otrora fuera su bandera) empleada apenas como un recurso ocasional– hace que pensemos en varios momentos que estamos ante uno de sus discos en solitario. Apenas el single ‘Love Is Everywhere (Beware)’, los arrebatos casi glam de ‘Hold Me Anyway’ y el elaborado y apasionante desarrollo de la ¿funeraria? –pese al aire beatlesco de la melodía– ‘We Were Lucky’ nos recuerdan, gracias a los bonitos y audaces oropeles de guitarra de Nels Cline y el propio Tweedy, que estamos ante un disco del grupo de Chicago en conjunto.
Sin embargo ‘Ode to Joy’ –parapetado tras su horrible portada, una de las más cutres no ya del grupo, sino quizá de la historia– es un trabajo que se va desenmascarando ante nosotros poco a poco, porque las escuchas muestran que lo que ocurre “detrás” es tan o incluso más emocionante que lo que vemos en primer plano. Un primer plano marcado por guitarras acústicas y percusiones apagadas, de sonido forzadamente doméstico –en la preciosa ‘Hold Me Anyway’, por ejemplo, la “batería” de Glenn Kotche comienza siendo un repiqueteo de dedos sobre un mueble de madera–, desempeñados en ritmos marciales extremadamente simples –el arranque con ‘Bright Leaves’ y ‘Before Us’ marca esa pauta a fuego–. Perfectos para las melodías de Jeff, de entrada austeras pero que, cuando giran y ofrecen un cambio, se presentan como auténticas gemas brillantes en un cajón de arena.
Pero, como decía, casi todo el disco está marcado por una suerte de ruido de fondo que va envolviendo cada canción –a veces son percusiones atípicas (monedas, campanillas), pero otras es el rasgueo del bajo, otras un tenue riff o incluso el eco de la caja de la guitarra, un ruido blanco que procede de algún amplificador–. Imperceptiblemente, esos sonidos van envolviendo al oyente, que se ve abrazado por ellos, ayudando a resaltar los contados pero inspirados ganchos que hay en ellas, como sucede en ’One and a Half Stars’ o la fantástica ‘Quiet Amplifier’, marcada por unas flautas dulces que se elevan como un coro disonante. Es en esos momentos cuando ‘Ode to Joy’ nos retrotrae a aquel perfil acústico que también brillaba en ‘Being There’ y ‘Summerteeth’, y que había perdido peso en la propuesta de Wilco en favor de los arrebatos eléctricos.
Pero, en contraposición a estos Wilco de apariencia serena, ‘Ode to Joy’ va ofreciendo distintos arranques de energía –contenida, en todo caso– y luminosidad que ejercen de contrapunto brillante. Es el caso de canciones más abiertas y amables como el trío que confirman, justo en el núcleo del álbum, el single ‘Everyone Hides’, una ‘White Wooden Cross’ con preciosos ecos de George Harrison y la machacona y algo vacua ‘White Lies’. Su lustre instrumental equilibra esa racanería solo aparente y nos hace pensar en este onceavo álbum de Tweedy y los suyos como una suerte de actualización de sus inicios, invitando a pensar en sus últimas obras como una necesaria travesía por el desierto y a recobrar la fe en ellos. O quizá, como decía, los que hemos cambiado somos nosotros.
Calificación: 7,6/10 Lo mejor: ‘Quiet Amplifier’, ‘Everyone Hides’, ‘One and a Half Stars’, ‘Hold Me Anyway’, ‘Before Us’, ‘We Were Lucky’ Si te gustará si: te gustaba su faceta acústica en discos como ‘Being There’ y ‘Summerteeth’ y no esperas que vuelvan a ser los de antes. Escúchalo:Spotify
Mad Cool ha desgranado en los últimos minutos la primera tanda de confirmaciones de su edición 2020, en la que encontramos nombres como Twenty One Pilots, alt-J, Pixies o Tove Lo. Pero sin duda hay dos artistas femeninas que atraerán toda la atención: Billie Eilish y… ¡Taylor Swift!
Así, tal cual avanzó semanas atrás, la autora e intérprete de ‘WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?’ volverá a Madrid el 7 de julio, tras haber traído su gira mundial de presentación de este debut oficial el pasado mes de septiembre. Empata así con Barcelona, que la vio primero actuar en el Sant Jordi Club el pasado febrero para volver a la parte principal de este mismo recinto a finales del verano.
Pero sin duda el gran bombazo del festival es Taylor Swift, al confirmarse que será esta de Mad Cool la fecha en nuestro país que sabíamos tenía reservada en la anunciada gira europea de presentación de ‘Lover‘. Este álbum ha sido número 1 en España tanto en ventas físicas como en streaming, lo cual podría haber propiciado que la autora de ‘Red’ visite nuestro país por primera vez vuelva a nuestro país.
Mad Cool se celebrará entre los días 8 y 11 de julio de 2020, ampliando de entrada un día más su programación y también sus escenarios, que serán siete. En cambio, reduce su aforo hasta las 60.000 personas para hacer que la experiencia sea más cómoda. Los abonos o entradas de día del festival aún no están a la venta.
En el maremoto actual de reediciones y aniversarios -como siempre a medio camino entre la nostalgia sincera y la explotación económica- parece estar pasando desapercibido el de uno de los grandes últimos éxitos de Tears For Fears. Resulta que hace ya 30 años de la aparición y éxito instantáneo de ‘Sowing the Seeds of Love’, una canción que anunciaba un viraje estilístico que llevaría a la banda británica hacia terrenos mucho más orgánicos, alejados de sus orígenes en el tecno-pop de principios de los 80 y de las producciones ampulosas de sus dos primeros discos. En esta sección hablamos ya hace un par de años de esa tendencia hacia lo retro que empezaba a calar lentamente en el pop tras la comprensible fatiga tecnológica de final de década.
Desde el éxito del álbum ‘Songs from The Big Chair’ de 1985 la banda no había sacado nada nuevo, pero multitud de canciones burbujeaban en un lento proceso de preparación. Entre ellas, un apunte musical que Roland Orzabal había compuesto en rabiosa reacción al tercer triunfo consecutivo de la conservadora Margaret Thatcher en las elecciones de su país: una serie de versos sueltos que incluían la célebre mención a la “abuelita política y sus grandes ideales” (“Politician granny with your high ideals, have you no idea how the majority feels?»). Hacia 1987 Tears For Fears empezaron a preparar ese esperado tercer disco, pero problemas de diversa índole fueron retrasando el proyecto, especialmente el abandono tanto de su muy creativo teclista (Ian Stanley, coautor de muchos de sus éxitos anteriores) como de Chris Hughes, productor de su disco anterior. Orzabal y Smith decidieron seguir en solitario y autoproducirse con ayuda del ingeniero Dave Bascombe, algo que impregnó al nuevo proyecto de posibilidades de libertad y experimentación.
Musicalmente, el grupo deseaba acercar su música a un lugar de sonido mucho más cálido y analógico. Orzabal comentaba que en aquel 1987 la radiofórmula inglesa estaba copada por las producciones de Stock Aitken y Waterman y de repente los sonidos metálicos y fríos de las cajas de ritmos y sintetizadores “dejaron de tener gracia”. Paralelamente se estaba sumergiendo en el mundo de la música folk, y en un programa de la BBC dedicado a tonadas populares transmitidas oralmente oyó que hablaban de una canción llamada ‘The Seeds of Love’, que un musicólogo había aprendido de un campesino llamado ‘Mr. England’. A Orzabal, como es lógico, le hacían chiribitas los ojos imaginándose todos estos elementos como parte de esa magna obra que poco a poco iba tomando forma en su cabeza, una mezcla de reivindicación política, psicodelia inglesa y espíritu de amor en el mundo. Para colmo, por aquel entonces vivía en una calle llamada England’s Lane, al norte de Londres, y le obsesionaba una pintada frente a su casa que rezaba ‘I love a sunflower’.
Antes de su abandono Chris Hughes había cogido la idea rudimentaria de Roland y la había arreglado con un estilo más marcadamente “Beatles de la última época”, con una batería a lo Ringo Starr y un piano eléctrico. La canción empezó a coger sentido y el cantante empezó a incorporar más y más secciones que configuraban un mapeado de la canción un tanto complicado. Durante meses, nuevas secciones aparecían y otras se borraban mientras trataban de refinar la ambiciosa canción. Cuando ya Dave Bascombe había tomado las riendas, un día apareció Curt en el estudio y, oyendo el estribillo todavía vacío de melodía, improvisó en el momento esa maravillosa y simple ‘Sowing The Seeds of Love’ que se convertiría instantáneamente en el gancho principal de la canción.
Con la composición por fin definida y clara, tocaba grabarla: un intento inicial con Hughes a la batería no resultó convincente: querían que el ritmo fuera creciendo lenta e imperceptiblemente, pero no lo lograban. Al final decidieron contar los BPM de ‘I Am The Walrus’ de los Beatles y programaron una claqueta que empezaba a la misma velocidad (84.5 BPMs) y subía gradualmente hasta 88.5 BPM al final de la canción. Así se grabó el ‘Sowing the Seeds of Love’ que hoy conocemos, con toda las base rítmica registrada en directo en el estudio. A partir de ahí se grabaron todas las voces, con muchos coros, armonías y respuestas (y partes distorsionadas muy lennonianas), y empezó el divertido collage de instrumentos y arreglos que acabaron de dotar a la canción de un aire tan Beatles que parecía dejar corto el concepto de pastiche. Y sin embargo la canción era tan brillante, tan directa, tan portentosamente construida, tan refrescante tras el cerco a las listas de Stock Aitken Waterman y el nivel tan mediocre en las listas de final de década… que resultó contra pronóstico un éxito de público y crítica; lo que podría haber sido tildado de burda copia se acabó entendiendo como un inspirado homenaje que encajaba en esos últimos 80 con aires de cambio. Incluso su inspiración 60s y ritmo baggy parecían en curiosa sintonía con lo que también estaban siendo los años del inicio del sonido Madchester.
‘Sowing the Seeds of Love’ podría haber salido medio año antes, pero hubo un gran problema: tras machacarse los oídos puliendo la mezcla de una canción con tantos elementos, a finales de 1988 Tears For Fears y Bascombe presentaron el máster a la discográfica y obtuvieron, sorpresivamente, un rechazo al sonido de la misma. Orzabal ha relatado en varias ocasiones la frustración de pasar seis meses remezclando la canción para que después de las sucesivas negativas finalmente el sello declarase que aquella primera mezcla era “la buena”. Cuando al fin se acabó lanzando en verano de 1989, ‘The Seeds of Love’ entró en el top 10 británico como un rayo. En España tardó un poco más y se oyó mucho en la radio durante el otoño. Recuerdo bien escucharla por primera vez y maravillarme ante las descaradas similitudes Beatlescas y sobre todo ante tanta sección diferente, que iba elevando a la canción en un crescendo de verdadera inspiración y riqueza.
Dejando de lado la obviedad de que la melodía de la canción es la gran razón de su éxito, creo que su extraña estructura tiene mucho que ver con su su naturaleza adictiva y con el hecho de que 30 años después la canción siga fascinando igual o incluso más: el comienzo eminentemente Beatles de ‘Sowing the Seeds of Love’, con ese piano Wurlitzer y la brillante melodía vocal de Orzabal es inspirado y convincente. Sin embargo, lo que parece un tema que va a ser contundente y directo (a los 40 segundos ya ha llegado el rotundo estribillo) empieza poco a poco a retorcerse de manera brillante. Tras una segunda estrofa con referencia a Paul Weller (“kick out the Style, bring back The Jam”) y un segundo estribillo, llega la sección central, que por lo inusual no habría pasado seguramente el aprobado del laboratorio de Max Martin: consta de cuatro diferentes puentes o secciones en los que se da espacio a la experimentación. Los tres primeros, semi-instrumentales con saxos, oboes y orquestas de sintetizador. El cuarto es la célebre sección “Feel the pain, talk about it / If you’re a wanted man, then shout about it” en la que la batería casi para y aparece el novedoso (y muy poco Beatles) vocoder.
Dicha sección se prolonga en un festival de palmadas a lo ‘Hey Jude’ y cuerdas en ascenso y descenso a lo ‘A Day In The Life’, para concluir de retorno al estribillo con un arreglo de viento totalmente ‘Penny Lane’. Todo un macropuente de minuto y medio en el que no hay rastro de estribillo, algo muy audaz que sólo se sostiene gracias a las nuevas y brillantes melodías, elementos inventivos y la constante sensación de que cada nueva sección hace crecer a la canción. Que por cierto no para: tras ese estribillo en el que la melodía cambia a algo diferente y también inspiradísimo (Curt cantando en falsete “Sowing the seeds of love”), aparece un quinto puente con nueva progresión de acordes y una guitarra muy «Sgt. Pepper» que introduce un nuevo y fascinante cambio: el retorno a la estrofa con Curt cantando otra melodía también diferente (“Time to read all your words, swallow your pride…”) que se entrelaza a las mil maravillas con la melodía inicial de Roland. El estribillo final, con todos los elementos al máximo, y gritos a lo ‘Hey Jude’ resulta el climax perfecto:
Las letras varían entre imágenes psicodélicas (las propias semillas del amor del título, ese “love train goes from coast to coast” o hasta el “I love a sunflower” de la pared) y referencias políticas (“We’re fools to the rules of a government plan”), pero cuando mejor funcionan es cuando aparecen entremezcladas (“Could you be, could you be squeaky clean and smash any hope of democracy / As the headline says you’re free to choose / There’s egg on your face and mud on your shoes”). No es necesario decir que el álbum entero fue todo un éxito y que engendró más singles clasificados en listas, pero nada como el impacto de este extraño y mágico single.
Puestos a imaginar esa reedición que no ha llegado a aparecer, sería genial poder viajar en el tiempo y escuchar todas aquellas secciones que se fueron eliminando. El productor Hughes recuerda una que decía “Half a dollar, half a crown / half a Guinness, going down”, muy como de canción infantil inglesa, que finalmente desapareció, y el propio Curt Smith declaró que de haber mantenido todas las partes ‘Sowing the Seeds of Love’ habría sido una obra maestra psicodélica de nueve minutos. Pero de existir alguna de esas encarnaciones primitivas, sería sólo en forma de demos, porque la versión grabada incorporaba sólo los elementos que pasaron la criba.
‘Sowing the Seeds of Love’ suena en la última entrega de Popcasting, el podcast de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.
Nicky Jam publica este viernes, 1 de noviembre, su nuevo disco. Un trabajo que, pese a su título, ‘Íntimo’, no es un disco particularmente romántico, acústico o personal. La inclusión de sus ya éxitos como ‘X‘ –hit con J Balvin que estuvo entre lo mejor del pasado año para nuestra redacción– y ‘Te robaré‘ –con Ozuna– asegura otra colección de temas de pop reggaetonero. Por si había dudas, se acaba de estrenar el clip de ‘Whine Up’, último extracto del disco, un tema junto a Anuel AA (lo cual prácticamente garantiza que sea otro éxito) cuyo vídeo cae en todos los tópicos más manidos del género.
Y, para promocionarlo, acude además al que con bastante probabilidad será el programa más visto del día de su franja en España, El Hormiguero. Allí imaginamos que charlará inofensivamente con Pablo Motos y, quizá, se anime a amagar algún tema con voz en directo para que perreen las hormigas Trancas y Barrancas. ¿Se animará el presentador a marcarse un reggaeton en su honor con su entrada musical al plató? Lo vemos difícil.
Previsiblemente, el co-intérprete de ‘Perro fiel‘ volverá a alzarse con el número 1 de álbumes en nuestro país con este nuevo álbum, como ya hiciera con su predecesor ‘Fénix’, disco multiplatino que ha permanecido la burrada de 136 semanas en la lista de los álbumes más escuchados de nuestro país. Eso sí, parece también esperable que lo haga sobre todo en streaming, y no en la lista de ventas físicas. Nicky Jam, además, está de gira por España y, tras actuar en Ibiza, Tenerife y A Coruña, culmina su tour hispano este jueves 31 de octubre en el WiZink Center de Madrid, que está a punto de agotar entradas.
Tracklist de ‘Íntimo’:
1.- Sin Filtro
2.- Tequila
3.- Whine Up (& Anuel AA)
4.- Maniquí
5.- Perdóname (& Darell)
6.- Novia Nueva
7.- Quisieras (& Rauw Alejandro)
8.- Destino
9.- Come y Te Vas
10.- Borracho
11.- La Toco
12.- Atrévete ( & Sech)
13.- Te Robaré ( & Ozuna)
14.- X ( & J Balvin)
15.- La Promesa (La Calle)
De manera bastante sorprendente, el escocés Lewis Capaldi se ha alzado como nuevo número 1 de la lista de singles de Estados Unidos, el Hot 100 de Billboard, con su baladón ‘Someone You Loved‘, ese que ya coronó la lista de singles de su país durante 11 semanas. Y resulta inesperado por varios motivos. El primero es que los artistas británicos tienen escaso predicamento en EEUU desde que el hip hop y el R&B dominan casi sin rival sus charts.
Hay que remontarse dos años para encontrar al último británico en alcanzar este top. Fue Ed Sheeran con ‘Perfect’… y Beyoncé, una colaboradora necesaria. A inicios de ese año, 2017, el pelirrojo copaba el Hot 100 de Billboard con ‘Shape of You’ durante 12 semanas, eso sí. Un logro que parece poco probable para Capaldi. Teniendo en cuenta el tirón de lo nuevo de Selena Gomez, parece que seguirá más bien los pasos de Zayn, que alcanzó lo más alto del top con ‘Pillowtalk’ en febrero de 2016, cuando Adele y ‘Hello’, que ocupaban esa posición desde unos meses antes, se tomaron un respiro de una semana.
El otro motivo para la sorpresa es que el éxito de Capaldi se ha dado a fuego lento (tu mirada): 24 semanas le ha llevado coronar la lista desde la primera vez que entró en ella, allá por el mes de abril. No es un record, puesto que a Lonestar –no confundir con Lone Star, iconos del pop 60s de nuestro país– les llevó 31 semanas ser número 1 con la balada ‘Amazed‘ en 2000. Parece, eso sí, que esta cadencia lenta es cosa de baladas: el último precedente de un éxito tan tardío en USA es de ‘All of Me’ de John Legend, al que llevó 30 semanas llegar al top 1 en 2014.
Aunque más decisivo parece el nuevo vídeo lanzado a finales de agosto, esta vez protagonizado por él (a diferencia del original), y quizá por ello más emotivo. La cosa es que en un par de meses ya supera los 43 millones de visitas, mientras que el que lanzó el febrero cuenta con unos meritorios 72. ¿Lo superará? Pero, si hay un signo claro de que Capaldi y Universal han ido a por el mercado yanqui, es esta sesión de fotos que se hizo cuando llegó al top 3. No cabe duda de que el sentido del humor, como mostró su resistencia ante las embestidas sin piedad de Noel Gallagher, es su gran baza.
Cuando charlábamos hace unas semanas con Fuerza nueva, Niño de Elche, Jota y Florente coincidían en algo: lo mejor que se está haciendo en el panorama alternativo de nuestro país actualmente es lo que se basa en el folclore. Es una sentencia que encaja perfectamente con lo que pensamos de Vicente Navarro, un artista (también actor) que nos ha sorprendido este año con la imaginación y belleza de ‘Casi Tierra‘, un debut en el que elementos de canción de autor, folclore y sonidos contemporáneos van de la mano para conformar un trabajo bellísimo, tan sólido como emotivo.
Hoy en JENESAISPOP estrenamos el vídeo oficial de ‘Un llanto’, uno de sus temas, que ejemplifica a la perfección ese equilibrio que caracteriza a este trabajo: partiendo de una guitarra solemne que bien podrían servir de introducción a Los Panchos, Vicente comienza a desgranar una melodía que bebe de la tradición castellana, con una mandolina haciendo el contrapunto mientras una caja de ritmos siseante se apega a nuestros días. En su recta final, los coros doblados del propio Navarro suenan como un eco fantasmal, al estilo de la obra post-Third Eye Foundation de Matt Elliott.
El clip dirigido por Luis De La Corte supone una evocadora traslación a imágenes del espíritu de la canción. Filmado en una pequeña población de la Mancha («Gracias al pueblo de Fontanarejo de los Montes y sus gentes, que son las mías», dicen los créditos del vídeo), ‘Un llanto’ retrata esa belleza que hay en lo popular y que, con insistencia, ha sido y es despreciada por una sociedad cada vez más concentrada en ciudades impersonales. Procesiones, festejos, el ocio diario y hasta el trabajo en el campo pueden contener lirismo si se miran con aprecio, tal y como hacen De La Corte y Navarro: «(…) a través de la mirada de sus gentes, se puede apreciar la belleza de los pueblos pero también la tristeza más profunda que forma parte de algunas personas, consecuencia de una tradición a veces demasiado severa». En ese sentido es la letra de la canción la que despliega la tristeza hacia una relación fallida, marcada por la rigidez y la necesidad de menospreciar a quien se supone que debemos amar incondicionalmente… hasta que, superado el miedo, la situación se da la vuelta.
Recientemente, Vicente Navarro ha entrado a formar parte de un nuevo sello independiente fundado en Madrid, El Tragaluz («Trabajamos en el desarrollo de artistas, con mucho amor y respeto por la música. No creemos en las modas», dice su lema). Este organiza una fiesta de presentación el próximo día 26 de noviembre en la sala Intruso Bar de Madrid. Allí –junto a Karmento, otro fichaje del sello– estará Vicente tocando algunos de los temas de ‘Casi Tierra’.
‘Jesus Is King‘ puede mejorar las buenas cifras que el anterior disco de Kanye West, ‘ye’, conseguía en Estados Unidos. Como informa Hits Daily Double, si su álbum del año pasado vendía 208.000 unidades en la primera semana, este aspira a vender lo equivalente a entre 225.000 y 275.000 unidades, asegurando otro top 1 para Kanye West. Todo ello pese a que las ventas reales del álbum en verdad se situarán entre las 60.000 y las 85.000 copias estos 7 días en su país.
El resto serán puntos de streaming, pero es que los streamings son muy altos. La totalidad del álbum ‘Jesus Is King’ ha estado en el top 20 de Spotify Estados Unidos, destacando la buenísima aceptación de ‘Follow God’, que lleva 3 días siendo la canción más escuchada de este país. También la acogida es notable en todo el mundo: las 11 canciones del álbum aparecen en el top 50 global de Spotify, destacando los buenos números de Canadá, Australia o Reino Unido, donde ‘Jesus Is King’ es top 4 en las «midweeks». Como curiosidad, España no está entre los países que más mima al artista, y lo máximo que ha logrado ‘Follow God’ es llegar al top 147 en Spotify España.
La crítica está, por el contrario, dando la espalda claramente a Kanye West y ‘Jesus Is King’ está teniendo las peores críticas de su vida, marcando de momento tan solo un 5 sobre 10 en Metacritic. Aunque el disco ha gustado en NME, Mondosonoro o The New York Times, The Guardian o Variety han suspendido el álbum apuntando al “desastre lírico” o a la “falta de canciones completamente construidas”. Consequence of Sound ha ido más allá puntuando el disco con una F (lo equivalente a un CERO), indicando que el disco es “impersonal, repetitivo y aburrido”, «una acumulación de clichés y de ideas a medio terminar». Puedes recordar nuestra crítica, en la que puntuamos ‘Jesus Is King’ con un 6,5, aquí.
Rick Astley es número 2 en las midweeks británicas con su nuevo recopilatorio ‘The Best of Me’, que presentará de nuevo mediante una gira que recorrerá Reino Unido, Australia o Japón. Aunque el número 1 parece que se le va a escapar a manos de Stereophonics, que también tienen un público muy fiel en Reino Unido, es loable que Rick Astley vaya a alcanzar esta posición en una semana en la que hay novedades tan jugosas como lo nuevo de Kanye West o tan potentes en este país como el nuevo disco de James Blunt.
En verdad, el cantante está disfrutando de una buena segunda vida, desde que su regreso de 2016 fuera número 1 en las islas británicas y recibiera nada menos que un disco de platino como si siguiéramos en 1988. Aquel disco llamado ’50’ gustó mucho principalmente por la buena acogida del medio tiempo ‘Angels On My Side’. ‘Beautiful Life’ también tuvo su disco de plata en 2018, alcanzando el puesto 6 y parece que ahora el cantante volverá a recuperar terreno con ’The Best of Me’.
Puede que no muchos adivinaran que Rick Astley mantendría una popularidad similar a la de Madonna en Reino Unido, pero lo ha conseguido dedicándose al público adulto, consciente de que han pasado 30 años desde que publicara sus grandes éxitos, ‘Never Gonna Give You Up’ y ‘Together Forever’. En el single inédito que abre ‘The Best of Me’, que recibe el nombre de ‘Every One of Us’, se dirige a esa parte del respetable que ha cumplido años con él, pues estamos ante un tema que podría haber firmado Adele, y por tanto BBC 2, la emisora de radio líder entre el público mayor, ha sido acogido con entusiasmo, sonando hasta la saciedad (está en la lista A, a diferencia de los últimos sencillos de Bruce Springsteen o Westlife).
‘The Best of Me’ incluye también algunas nuevas versiones de sus hits, además de los hits originales. La reducción a piano de ‘Never Gonna Give You Up’, que es otro de los nuevos singles, demuestra lo buena que era la melodía de Stock Aitken Waterman por si alguien lo dudaba; y además Rick Astley ha terminado resultando una persona capaz de dar entrevistas interesantes y divertidas como la que nos concedió hace un par de años, en las que entiende como imprescindible reírse de sí mismo. «Es todo muy colorido y brillante», respondía por ejemplo cuando le preguntábamos por qué todos los artistas de los 80 terminaban actuando en el Orgullo Gay.
‘Little Britain’ está considerada una de las mejores comedias británicas de la historia por su parodia de la sociedad, su guión ácido, sus personajes tan incómodos de ver en la pequeña pantalla y gags políticamente incorrectos absolutamente delirantes.
La serie de Matt Lucas y David Walliams tuvo varias temporadas y varios especiales, pero después no ha vuelto. Al fin esta semana habrá un episodio especial con motivo del Brexit. Eso sí, no será visual, sino simplemente un programa de radio que se emitirá en una de las emisoras de la BBC. ‘Little Brexit’ -que así se llamará- volverá de esta manera a los orígenes de ‘Little Britain’, pues en verdad el proyecto comenzó como un programa de radio.
La emisión especial tendrá lugar el 31 de octubre, que es cuando estaba previsto que Reino Unido abandonara Europa obedeciendo el resultado del referéndum celebrado en 2016. Sin embargo, una nueva prórroga ha sido concedida y finalmente será el 31 de enero cuando tenga lugar esta salida. En cuanto a ‘Little Brexit’, la BBC adelanta que volverán personajes tan ilustres como Vicky Pollard, el gay que presume de ser el único gay de su pueblo, Lou y Andy, Marjorie Dawes junto a su grupo de obesos y Emily Howard, entre otros. Esperemos que alguien se apiade de los no bilingües y suba el resultado convenientemente subtitulado a Youtube.
Lana del Rey acaba con el imperio Amaia y al fin una canción que no es de esta llega a ser número 1 de JENESAISPOP este otoño. Se trata de ‘The Greatest’, una de las grandes composiciones de su último álbum por mucho que no haya sido precisamente la mejor acogida. Katy Perry protagoniza la entrada más fuerte de la semana, directa al top 10 con la notable ‘Harleys in Hawaii’, mientras en posiciones más modestas entran también los temas de J Balvin y Bad Bunny, Thom Yorke y Jenny Hval. Esta semana nos despedimos de ‘Motivation’ de Normani, ya en la mitad baja de la lista con 10 semanas de permanencia. Podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por vuestras canciones favoritas, aquí.
Tras una serie de pistas que han incluido la portada de su nuevo álbum, finalmente Tame Impala nos dejan escuchar nueva música. La continuación de ‘Currents’ (2015) saldrá el Día de los Enamorados, esto es, el 14 de febrero de 2020, recibiendo el nombre, como sabíamos, de ‘The Slow Rush’.
Como decíamos, el grupo de Kevin Parker, que ha grabado, producido y mezclado el disco por sí mismo, estrena hoy un tema llamado ‘It Might Be Time’ dominado por los teclados y la psicodelia. Esta nueva canción suena a medio camino entre la inmediatez de sus mejores temas y cierto grado de abstracción, recordando a la arisca deriva artística de MGMT o Phoenix. El grupo además sorprende revelando, aunque aún no tenemos acceso al tracklist del álbum, que uno de los dos adelantos que conocimos, ‘Patience’, no estará en el álbum.
Sí lo estará el otro, ‘Borderline’, que ha tenido una acogida bastante mejor en las plataformas de streaming, acumulando más reproducciones pese a haber salido semanas después. Curioso, pues si bien diferente, ‘Patience’, que de hecho fue interpretada en Saturday Night Live, tampoco difiere tanto, artísticamente, de lo que escuchamos hoy en ‘It Might Be Time’. ¿De verdad que nadie se las imagina en el mismo álbum? Habrá que esperar a que la banda ofrezca entrevistas para comprender el porqué de esta decisión.
Tres años y medio le ha llevado a Låpsley reaparecer artísticamente. Es el tiempo que ha pasado desde que publicó su primer álbum, un muy buen ‘Long Way Home‘ no demasiado alejado del pop con influjos de soul y experimentación de James Blake. Desde entonces no había vuelto a publicar nada hasta este viernes, cuando avanzó su regreso: por el momento será un EP titulado ‘My Elements‘ que verá la luz en XL Recordings (Adele, The xx) el próximo 22 de noviembre. [Foto: Alexandra Waespi.]
En un texto manuscrito publicado en sus redes hace pocos días, Holly Lapsley Fletcher explica que, tras dos años en los que desapareció por su «bienestar mental», ha aprendido a «amar a la mujer en la que se ha convertido» –recordemos que cuando publicó su debut apenas tenía 19 años–. Llegada a ese punto, supo que era el momento de volver al estudio, donde dice que ha traspasado sus límites como compositora y productora, «explorando nuevos sonidos electrónicos y ampliando su paleta de influencias». Y lo cierto es que algo de eso muestra en ‘My Love Is Like The Rain’, adelanto del citado disco de cuatro canciones que avanzó el pasado viernes.
Lo cierto es que no es una canción tan inmediata desde el punto de vista melódico como ‘Hurt Me‘ o ‘Falling Short’, sus hits personales. Pero a cambio, como ella dice, muestra una riqueza sonora mucho mayor, tanto en su base rítmica como en los teclados que envuelven su sinuosa melodía vocal. Una canción que, dice, «habla sobre aceptar los elementos que me hacen humana e individual; tanto los negativos como los positivos. La belleza en la oscuridad y la luz. Abrazar la contradicción».
En ese sentido, la traslación a imágenes que ha hecho la realizadora Camille Summers-Valli es perfecta, puesto que logra encontrar la belleza en momentos tan terribles como un suicidio o un accidente de tráfico, salpicadas de poéticas coreografías en una piscina –la natación, cuenta Fletcher, ha sido una de sus vías de escape en estos años– y en un club. Allí aparece la propia Låpsley, sudando eufórica junto a una recua de jóvenes. Y allí, también, vemos a una niña que muy probablemente la representa a sí misma, a la inocencia que, pese a los sinsabores de la industria musical, conserva.
A esta hora hay un montón de oyentes de Cadena Dial descubriendo quién es Ava Max. ¿Que por qué? La culpa la tiene Pablo Alborán: según ha anunciado hace unos momentos en su perfil de Twitter, la artista norteamericana Ava Max hace un featuring en el nuevo single del malagueño, ‘Tabú’. Un lanzamiento que ha anunciado este fin de semana de manera bastante intrigante, casi como un juego: el viernes publicaba un vídeo en sus redes sociales explicando que había «soñado una cosa brutal» que iría contando poco a poco.
Sorpresa: era un truco. Poco después publicaba el enlace a una web llamada «PA-Tabú» en la que han ido apareciendo a lo largo del fin de semana distintos personajes de su sueño con una estética de cómic de aventuras: la «matriarca» y el «patriarca», un «consejero», la «corte», el «novio»… hasta que hoy lunes ha desvelado que la «novia» no es otra que la intérprete del hit global ‘Sweet But Psycho‘. Esta daba una pista anoche en su cuenta de Twitter, al anunciar una «colaboración realmente guay en un par de semanas», preguntando luego en español «Estáis listo?» (sic). Un mensaje que ahora sabemos por qué retuiteaba Alborán. Este publicaba hace unos minutos un mensaje con una imagen de Ava que dice: «He tenido otro flashback del sueño… Esta vez recuerdo una mujer rubia que me intrigaba, es más…. @AvaMax, creo que eras tú». Y se ha liado.
‘Tabú’ se publica el 6 de noviembre –miércoles de la próxima semana–, justo cuando la artista de Wisconsin visita España para participar en la gala de los MTV EMAs que se celebran en Sevilla. Allí, además de optar al premio a la Mejor artista revelación (lo tiene chungo: compite contra Billie Eilish, Lizzo o Lil Nas X), compartirá escenario con Rosalía, Halsey, Becky G o Green Day, imaginamos que presentando su último single ‘Torn‘ –con algo más que ecos de ABBA–. En cuanto al Pablo Alborán, ¿significa esto que el cantautor se lanzará al pop electrónico? Lo cierto es que, si bien ‘Prometo‘ ya contenía algún intento de modernización en su sonido, terminaba siendo el disco de canción melódica con aires folclóricos que acostumbra a hacer.
He tenido otro flashback del sueño… Esta vez recuerdo una mujer rubia que me intrigaba, es más…. @AvaMax, creo que eras tú. #Tabú
I had another flashback about my dream. This time I remember a blond girl that intrigued me… moreover @AvaMax, I think it was you.#Tabúpic.twitter.com/QkzZZZuacb
‘The College Dropout’, ‘Late Registration’, ‘Graduation’, ‘My Beautiful Dark Twisted Fantasy’, ‘Yeezus’… Kanye West tiene un número completamente inusual de obras maestras para un solo artista. De alguna manera es comprensible que se lo tenga tan creído y que se haya visto tantas veces a sí mismo por encima del bien y del mal. Ni evitando sus incómodas entrevistas te librarás de alardes de su ego y en una de las canciones de su nuevo disco se proclama «el mejor artista vivo o muerto». Siempre volvemos a perdonar un agravio suyo porque es él, el que ha logrado que te guste el hip-hop aunque no te gustara el hip-hop, el que tantas veces ha sabido renovarse, el autor capaz de construir maravillas tan dispares como ‘All of the Light’ o ‘I Am a God’. Como sucede por ejemplo con Björk, da igual que lo haga sea bueno o malo, siempre será interesante escuchar lo que tiene que decir musicalmente, porque siempre será más relevante que el 99,99% de la música ahí fuera. Aunque sea un disco tan irregular como este que acaba de sacar, después de numerosos retrasos.
‘Jesus Is King’ es el álbum en el que Kanye West rechaza las redes sociales, especialmente Instagram -como si no pudiera soportar que él no sea el único en quererse demasiado a sí mismo-, y abraza definitivamente a Dios. Pese a lo peligroso que resulta asociar sus creencias religiosas con sus problemas mentales, que le llevaron no hace tanto a ser ingresado y cancelar una gira (ya se oyen decir cosas tan inadecuadas como que por hacer un disco religioso se le ha ido la olla ya totalmente), lo seguro es que no es un álbum a la altura de su fe. Falto de cuerpo y claramente inacabado, adolece de los mismos problemas ya vistos en ‘ye‘ el año pasado, solo que en aquel álbum encontrábamos salvavidas tan destacables como ‘Yikes’ y ‘Ghost Town’, y aquí no.
Lo cual no quiere decir que el disco no sea disfrutable en muchos de sus puntos. Compuesto de canciones de 2 o 3 minutos, ‘Jesus Is King’ incluye pequeñas piezas más o menos reivindicables como ‘Selah’, una tenebrosa, estridente y magnífica producción con varias referencias bíblicas; una ‘Follow God’ que ya ha triunfado en las plataformas de streaming, pues podría haber sido incluida en cualquiera de sus dos primeros discos; una ‘On God’ que podría haber sido producida por Daft Punk; o ‘God Is’, que brilla con el sample de un tema de James Cleveland de 1979 y podría ser un bonito tema de R&B de Lauryn Hill.
El problema es precisamente ese. En esa pequeña lista de elogios son varias las referencias al pasado, cuando estamos hablando de un hombre que más bien, incluso tirando de samples, nos había hecho siempre mirar al futuro. ‘Everything We Need’ contiene la frase «soy tan radical», pero es claro que Kanye no lo está siendo en este caso en absoluto. Está bien que ‘Jesus Is King’ no sea el disco de góspel clásico que habría cabido esperar de alguien como Chance the Rapper o Whitney Houston, pero tampoco es que pueda ser una obra demasiado singular cuando en sus momentos más clásicos nos hace pensar en ‘Late Registration’, en sus momentos más locos nos hace pensar en ‘Yeezus’, y en sus momentos más electrónicos nos hace pensar en ‘Graduation’. ¿Por qué no ha desarrollado más el precioso contraste entre folk y electrónica de ‘Closed on Sunday’, que parece una canción de 1968 maravillosamente traída a nuestro tiempo, gracias a sus coros tratados y a ese hipnótico teclado?
Ni Ant Clemons en ‘Water’ (en la que por lo menos alguien le ha dicho que quite la tontería de que «somos 90% agua» oída en directo, pues no es cierto); ni el saxo de Kenny G en ‘Use the Gospel’, ni Ty Dolla $ign en la entretenida ‘Everything We Need’, ni las otras decenas y decenas de colaboradores que se han pasado por ‘Jesus Is King’ consiguen que esto sea algo más que simplemente el disco religioso de Kanye West, pues para los estándares del artista es hasta modesto. Y en verdad, ni siquiera es un álbum que pueda pincharse en misa, pues el corte sería inmediato tras su ramplona intro llamada ‘Every Hour’, en la que Kanye ni siquiera aparece, no se sabe si para bien o para mal. Nada en la música de este artista debería dejar así de indiferente.
Calificación: 6,5/10 Lo mejor: ‘Closed on Sunday’, ‘Selah’, ‘Follow God’, ‘On God’, ‘God Is’ Si te gustará: si aún estabas escuchando ‘ye’ en bucle
Parcels se convirtieron en un pequeño fenómeno mundial el pasado año con la publicación de su notable debut homónimo, un disco que muchos llevábamos esperando algún tiempo. Una posición que se ganaron con una fantástica colección de singles de pop-funk con french touch y, también, gracias a unos directos que consiguen hacer venirse arriba hasta al más reticente. Por ejemplo, recordamos uno abriendo el escenario principal de Vida Festival 2017 que sorprendió a muchos y, sin duda, contribuyó a erigir al joven grupo australiano radicado en Berlín como una apuesta segura para este tipo de eventos.
Por eso no nos sorprende nada que el mismo festival, radicado en Vilanova i la Geltrú, les anuncie ahora a bombo y platillo como primeros cabezas de cartel de su edición 2020, que se celebrará entre los días 2 y 4 de julio en la Masia d’En Cabanyes, como ya es habitual. Las diferentes modalidades de abonos del festival (con camping o bungalow, packs familiares, etc.) se han puesto ya a la venta a través de Ticketmaster.
‘Parcels’ fue uno de los mejores álbumes de 2018 para la redacción de JENESAISPOP. Un disco elegante y adictivo que claramente ha hecho ganarse un espacio propio al grupo. En los últimos días el grupo ha anunciado en redes sociales que da por cerrada esa era, y se encuentra de vacaciones para reflexionar y planear su regreso «con nueva música» el año que viene. Quién sabe si para cuando llegue su visita en Vida Festival será con un nuevo trabajo discográfico bajo el brazo.
Un año más celebramos la llegada de BIME 2019, la rama otoñal del Bilbao BBK Live que se desarrolla a lo largo de toda esta semana en Bilbao, con BIME Pro –numerosas charlas interesantes sobre la industria musical, y que este año cuentan como gran estrella con Mathew Knowles, reputado mánager de estrellas y padre de Beyoncé y Solange–, BIME Tech –feria centrada en la producción de espectáculos musicales y música en directo– y BIME City –conciertos gratuitos en salas de la ciudad, con nombres como El Columpio Asesino, BeGun o Hickeys, entre otros– como ejes paralelos. Ejes que confluyen con el fin de fiesta que supone BIME Live!, actuaciones celebradas los días 1 y 2 de noviembre en el moderno BEC! de Barakaldo.
Con ese epicentro, se concentra en dos días una amplia y variada oferta musical con nombres de gran altura, que se diversifican además con la oferta paralela de GAUA –el escenario de electrónica, que acoge a nombres de la altura de Daphni (alias hedonista de Dan Snaith de Caribou), Helena Hauff o Pional, entre otros– y GOXO –centrado en la escena urban, hip hop y reggaeton, que cuenta con Kaydy Cain, King DouDou o Coucou Chloe como grandes reclamos–. Pero en este especial nos centramos en esos grandes nombres que hacen del cartel de BIME –con un cambio de última hora: Enric Montefusco sustituye a Phantogram, que han cancelado su gira europea por motivos personales– una de las ofertas más impresionantes, concentrada en dos días, de la escena festivalera estatal.
Amaia
Que sea una debutante que acaba de estrenar su primer álbum –el notable ‘Pero no pasa nada‘– no quita que la pamplonesa sea uno de los grandes reclamos de público para BIME Live!. Su popularidad como ganadora de OT 2017 ha sido su plataforma de lanzamiento, pero ella ha sabido medir bien los tiempos y entregar un disco que la represente, a la medida de su enorme talento interpretativo. Ya había mostrado su valía como cantante en el programa y fuera de él, pero ahora también presume de una banda bien empastada y a su medida, en la que encontramos a otros jóvenes talentos como Núria Graham a la guitarra y coros.
Brittany Howard
Si Howard ya había destacado como una auténtica fuerza de la naturaleza como vocalista y guitarrista de Alabama Shakes, con ‘Jaime‘, su debut en solitario, se ha confirmado también como una audaz compositora que infiltra producciones atípicas en el soul clásico. Si canciones como ‘History Repeats’ o ‘Stay High’ suponen ya una rica experiencia en su versión de estudio, su directo promete dejar pasmados a muchos.
The Divine Comedy
Neil Hannon es una rara avis en el panorama británico que, tras verse aupado circunstancialmente por el huracán brit pop, ha sabido conservar su capacidad para sorprender sin traicionarse a sí mismo, siempre enfundado en su papel de anti-crooner pop, inteligente y amable. Presenta ‘Office Politics‘, un magnífico álbum que gira sobre la idiosincrasia laboral, con un espectáculo que, nos explicaba hace días, es de los más complejos y dinámicos de su trayectoria. La cosa promete.
Floating Points
Tras años ganándose una reputación como productor y remixer, el británico Sam Shepherd se convirtió casi de la noche a la mañana en una estrella de la electrónica mundial gracias a ‘Elaenia’. Un álbum debut apasionante que equilibraba paisajismo, experimentación jazzy y bailabilidad que le ha tenido girando alrededor del mundo, sin apenas tiempo para terminar un nuevo álbum. Este por fin ha llegado hace un par de semanas: ‘Crush’, adelantado con la maravillosa ‘Last Bloom’, es su segundo largo, que presentará con un live en BIME 2019.
Foals
El cuarteto de Oxford se ha erigido en el único grupo de aquella explosión post-punk-funk de la pasada década que se ha consolidado como «banda de estadio». Y lo ha logrado gracias a grandes discos como ‘Total Life Forever’, sí, pero sobre todo gracias a unos directos en los que sacan partido a su enorme magnetismo, enardeciendo al público. Hasta el punto que sus dos nuevos discos de este año, ambos bajo el título de ‘Everything Not Saved Will Be Lost‘, parecen destinados a explotar en sus conciertos.
Jamiroquai
Aunque no lo pareciera, Jamiroquai han sabido conservar una sólida base de fans a lo largo de unos años en los que Jay Kay se alejó de la música para dedicarse a su familia. Pese a que su espalda ya no le permite las contorsiones de antaño, sí conserva el carisma y la voz suficientes como para que sus conciertos sigan agotando sus entradas, convirtiéndose en verdaderas celebraciones de pop-funky-jazz. Y no solo viven de sus hits de siempre, sino también de algunos de los temas de su regreso de 2017, ‘Automaton‘, como ‘Cloud 9’ o el tema titular del disco.
Kraftwerk
El mito –y en su caso esta palabra no está soltada a la ligera– de la música electrónica es, a pocos meses de cumplir 50 años de carrera, uno de los principales reclamos no ya del BIME, sino de cualquier escenario del mundo que pisen. Su ya conocido espectáculo ‘3D-The Catalogue‘, en el que repasan toda su trayectoria con unos visuales realmente increíbles, ha revitalizado una propuesta clásica que como tal debería ser enseñada en cada escuela del mundo.
Mark Lanegan
Tras un hiato de 8 años tras ‘Bubblegum’ (2004), en el que el vocalista de Screaming Trees se dedicó sobre todo a colaboraciones con Greg Dulli (The Gutter Twins, The Twilight Singers), Isobel Campbell (publicó dos discos a dúo con la ex-Belle and Sebastian) o Soulsavers, Mark Lanegan se ha explayado en esta década: desde 2012 ha publicado cinco álbumes en solitario en los que ha hecho bandera de su particular visión del rock y el blues norteamericano más oscuro. El último de ellos, ‘Somebody’s Knocking‘, ha visto la luz hace apenas un par de semanas, mostrando una insospechada querencia hacia el electropop (!) y el after punk.
Michael Kiwanuka
Barakaldo será el primer lugar en el que actúe Michael Kiwanuka apenas horas después de que su esperado tercer trabajo de estudio ‘KIWANUKA’ vea la luz este viernes. Casi cuatro años después del exitoso y alabado ‘Love & Hate‘, un maravilloso disco de canción soul con arreglos excelsos, el británico parece querer ampliar en él su paleta de sonidos con más funk, fuzz y psicodelia, como muestran sus singles ‘You Ain’t The Problem‘ o ‘Hero’.
Roísín Murphy
Que la ex-Moloko no vive el mejor momento comercial de su carrera es evidente. Pero eso no parece afectar a su espíritu indómito y libre: después de publicar el raruno ‘Take Her Up to Monto’ (2016), se resiste a lanzar un álbum como tal y, a cambio, apuesta por el otrora exitoso formato maxi-single, lanzando hasta cuatro de ellos el pasado año en los que persigue su propio camino a través del house y el funk más experimental. Este año ha seguido en la misma línea, lanzando la extensa ‘Incapable‘ junto a Crooked Man como single.
Su paso por salas como Razzmatazz o Dabadaba y festivales como el FIB o Dcode, ha convertido a Miqui Brightside en uno de los productores de electrónica más importantes de nuestro país. Así lo certifican canciones como ‘Home’ y la espectacular ‘Burning Bridges’, cuyo vídeo estrenábamos hace unos meses, o la playlist que realiza cada mes con sus temas favoritos. El artista madrileño es nuestro nuevo invitado en “Meister of the Week” y su elección ha sido hablarnos de las bandas sonoras de dibujos animados.
¿Por qué has escogido hablar de dibujos animados en esta sección?
Siendo sincero, me llamó mucho la atención la cantidad de temas que se tratan en esta sección, pero me decanté por las bandas sonoras de los dibujos animados porque no es solo algo que ha evolucionado en el tiempo, como la música en sí, sino porque hay auténticas joyas en clips de 20/30 segundos que claramente no funcionarían como un tema en un disco, pero sí como un tema en dibujos animados.
Nos comentabas que te llamaba la atención cómo en ‘Hora de Aventuras’ hay muchas partes con 8bit. ¿Puedes mostrarnos algunos ejemplos que estén entre tus favoritos?
Uf, algunos son pocos para mí jajajaja pero aquí van:
La cosa de «Hora de Aventuras» es que de la mínima parte del guión suelen sacar un tema (primer vídeo). Otros temas son solo baterías 8bit (segundo vídeo). Y aunque no sea 8bit, el tercer vídeo es mi eternamente canción favorita con el «globo sonido».
Una de las series que mencionabas era ‘La pajarería de Transilvania’. ¿Cómo la descubriste y cómo la recuerdas?
La «Pajarería de Transilvania» es un clásico olvidado. La descubrí porque estaba en el bloque de animación de por la tarde, ese que coincidía con la merienda. No sabría decir muy bien qué tenía pero recuerdo que la intro era en inglés y aun así tenía algo que enganchaba. Es gracioso porque me aprendí la letra de esa canción antes de saber cualquier otro idioma, luego suspendía las clases de inglés pero oye, todo ok.
¿Qué opinas de esas voces infantiles que oíamos en intros como la de Calimero? ¿Qué tienen esos agudos para resultar tan irritantes a algunos oídos?
Eso es muy loco, de verdad. He tenido que chequear que me acordaba de cómo era la canción tras leer esta pregunta y no entiendo en qué momento se hizo una canción tan satánica y mal masterizada. Sobre todo porque la versión original en francés de «Calimero y Sus Amigos» me parece una joya, me casaría con este tema:
¿En general hablabas de estas sintonías en castellano o a través de las versiones originales? Es algo que ya se había visto en los 80 con Heidi, Candy, Candy… el tema de las traducciones…
Generaciones como la mía y las pasadas han estado ligadas a lo que la televisión quería poner. Si era la intro traducida nos la teníamos que tragar de la misma manera que si fuera la intro sin traducir. Ahora tenemos la capacidad de elegir en qué idioma lo vemos y a pesar de que veo la gran mayoría de contenido digital en versión original, el tema de los dibujos animados sigue teniendo algo que traducido, me gusta. Lo admito, sí.
La de Digimon era más rockera, es muy 90’s en muchos sentidos. ¿Crees que la música de los dibujos va adaptándose a los tiempos?
Vamos, sin lugar a dudas. Más allá de la adaptación temporal está la adaptación de estilos. Antes una intro tenía que ser algo simplemente pegadizo y en lo que se hiciera referencia directa al personaje protagonista en sí. Ahora hay temas con más profundidad como el de ‘Bojack Horseman’. Incluso otros como ‘Paradise PD’ o ‘Desencanto’ en los que claramente hay una referencia a intros antiguas pero sin necesidad de añadir ningún tipo de vocal, solo centrándose en lo instrumental.
¿Crees que este tipo de composiciones están infravaloradas y solo son apreciadas como parte de la nostalgia?
Mmmmmmmm puede ser. A ver, es cierto que la nostalgia rescata una inmensa cantidad de música y jingles que están escondidos en rincones de la memoria y que, seguramente, nos parezcan mejores a las personajes que tenemos un vínculo emocional con ellos. Igualmente, hay otros que son pequeñas joyas objetivamente hablando, como por ejemplo:
¿Cómo crees que han evolucionado las sintonías de los dibujos animados con el paso del tiempo?
Creo que se ha ampliado, y mucho. El hecho de que los dibujos animados ya tengan una historia hace que melodías como la de la intro de ‘Rick y Morty’ permitan hacer un guiño a películas y series policiacas antiguas o incluso a intros de otros dibujos como los de ‘Tintín’. O directamente tener otras melodías completamente originales como la de ‘Gravity Falls’, por ejemplo.
¿Alguna que te haya gustado en los últimos años?
No sabría decirte ahora mismo una en específico. Pero, a pesar de que no sean sintonías de dibujos en sí, descubrí hace tiempo algo llamado ‘Simpsonswave’; un estilo de música hecho por un grupo de productores a partir de las escenas más melancólicas de ‘Los Simpsons’. La verdad es que tuvo su tirón y los beats me gustaron mucho, un claro ejemplo es este:
O este:
¿Alguna palabra sobre coproducciones españolas de los 80, como ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’, o francesas, como ‘El inspector Gadget’? ¿Crees que en España se han hecho cosas interesantes al respecto?
Pues siendo sincero, nunca fui muy fan de ‘La Vuelta al Mundo de Willy Fog’, como que nunca vi el momento en el que fuera a completar esa vuelta al mundo, desistí antes de lo que desistí con ‘Lost’. El ‘Inspector Gadget’ sí que estaba entre mis dibujos principales.
¿De qué manera ha influido en tu carrera directa o indirectamente todo esto? ¿Ves también que haya influido a artistas de primera fila tipo Todd Terje?
Buena pregunta, la verdad. Creo que influye de manera indirecta tanto en mí como en artistas como Todd Terje como mencionas o seguramente como Flying Lotus, quien admitió estar muy inspirado no solo por videojuegos de su infancia sino también por dibujos animados. La cosa es que inconscientemente algunas melodías que reconoces como aquellas que escuchaste en tu infancia, te transmiten algo bueno y te aportan una «buena nostalgia» por así decirlo. Es por eso por lo que produciendo llegas a una melodía que, aunque no seas consciente, te produce esa sensación. Porque de alguna manera está ligada a lo que escuchabas en tu infancia. Quién sabe, quizá algún día tenga oportunidad de hacer una intro de dibujos yo :)
GOMZ es el proyecto de Raúl Gómez, que quizá te suene por su participación en el talent show ‘Número 1’, o porque apareció en la exitosa edición de finales de 2017 de Operación Triunfo como compositor de ‘Tu canción‘. Alfred y Amaia terminaron llevando este tema como pareja a Eurovisión el año pasado, pero ‘Follow GOMZ’, pese a su feo título, representa un gran punto de partida para el joven cantante.
Curtido en el conservatorio (toca el violín y el piano y compone desde niño), GOMZ escoge en esta canción que bien podría llamarse más bien «Otra vez, otra vez» una producción electrónica en sintonía con el trabajo en solitario de Jamie xx o el The Weeknd más pop (básicamente el producido por Daft Punk). También disfrutable por los seguidores del C. Tangana más bailable, y en sintonía con las producciones internacionales de Abraham Mateo, este tema habla de sí mismo, de fama y de su carrera («Yo soy lo que ves, voy sin armas / Nadie me corta las alas»), pero es la típica canción en la que prima sobre todo su optimista melodía. Tanto que es casi imposible atender a su mensaje.
Si en esta mimada composición en la que incluso emergen vientos y cuerdas a última hora encontramos los improbables créditos de Maria Rodés, en el EP que saldrá en 2020 participarán Pional, Josh Grimmett y Garabatto. El pasado jueves GOMZ realizó su presentación en directo para prensa, influencers y amigos, y pese a lo accidentado de la parte técnica (su micro iba y venía, negándose a funcionar), GOMZ lo dio todo en solitario, ofreciendo un equilibrado set de canciones bailables y baladas, cuidando especialmente la iluminación y la puesta en escena, con referencias a su primer videoclip.
Aproximándonos cada vez más al fin de la temporada musical 2019, en los últimos años se ha hecho casi habitual que algún artista publique un álbum no anunciado, revolucionando el cotarro. Y, mientras tenemos la mosca detrás de la oreja con Frank Ocean, Rihanna y, quizá, Adele, parece que uno que podría tener (al menos) un disco a punto de publicar es… Justin Bieber. Así se deduce de un post de Instagram que ha publicado y que está dando mucho que hablar.
Esta madrugada el canadiense ha publicado este mensaje de texto en una imagen: «Si esto [en referencia al post] obtiene 20 millones de likes, Justin Bieber publicará un álbum antes de Navidad». Tal cual. En el texto que acompaña la imagen, pide a sus seguidores que lo compartan, le den que like o lo suban a sus stories, porque quiere ver la «demanda» potencial a su oferta. Incluso aunque este trabajo no esté terminado al 100%, según se deduce de sus palabras: «Casi he terminado, pero vuestro apoyo me hará ir más rápido». En unas 9 horas supera ya los 5 millones de likes. Así que, lo sorprendente sería que no los superara.
En un semiretiro artístico desde hace muchos meses –con aparicionesmuypuntuales– a causa de una depresión, hace pocos días Bieber volvía a ocupar titulares. Sucedía al ser referenciado, con poco disimulo, en la letra del nuevo single de su ex-pareja Selena Gomez, ‘Lose You To Love Me‘. En una entrevista, Gomez ha confirmado que la letra habla efectivamente de su relación con él, y también revela que Justin la ha llamado para decirle que ha escuchado la canción y visto el vídeo, que es bonita… pero que fue duro para él.
Acogida espectacular para el tema colaborativo entre Omar Montes y Bad Gyal. ‘Alocao’, la canción que han hecho juntos, ha sido número 1 directo en Spotify España, sumando 600.000 streamings solo dentro de nuestro país durante el primer día, el pasado viernes. Mejor aún, ayer sábado la canción mejoraba sus números, llegando hasta los 635.743 reproducciones, manteniéndose en la cima de la lista de lo más escuchado en España.
‘Alocao’ desplazará, por tanto, a ‘China’ del número 1 en nuestro país, representando el primer top 1 tanto para Omar Montes como para Bad Gyal, que de momento había logrado una gran aceptación con «sleepers» como ‘Fiebre’ y con ‘Santa María’, que había sido top 14 en España. Los streamings de ‘Alocao’ son tan sumamente altos que el tema ha aparecido en el puesto 187 a nivel global en Spotify, pese a no haber tenido una repercusión reseñable fuera de nuestro país.
La propia artista buscaba explícitamente el éxito con esta colaboración, como nos había dicho durante una entrevista, en la que revelaba que ha hecho otra canción con Omar Montes que puede salir o no: «Esto es un hit de reggaetón. Como Juan Magan, para eso me metí en ese tema, coño, para reventarlo. Yo quiero disco de platino con este tema. Yo quiero todo con este tema, tengo ambición. El otro tema con Omar es más especial, más dancehall, es más mi rollo. Pero sacamos este primero porque le veíamos potencial de hit de reggaetón, de sangría, de borrachera, de discoteca. A mí me flipa eso, no voy a negar que me encanta eso, he crecido con eso. Me decían en otra entrevista que nosequién había dicho que “a todo se le llama urbana y es pachanga”. Pues sí, panchanga, ¿y qué pasa? Pachanguera hasta la muerte y haré pachanga si me sale del mismísimo, ¿sabes? Sí, es una pachanga, es un tema pachanguero, hit, comercialillo, pero a mí me flipa. Está superbién hecho para mí». Bad Gyal puede respirar tranquila, pues ‘Alocao’ pinta muy claramente a multiplatino.
El cuento medieval de Amaia, la dualidad de FKA twigs, el fantasma japonés de La Bien Querida, el extraño mundo de Aldous Harding y el talent show que protagonizan Los Punsetes. Zarandeamos las imágenes de los videoclips más destacados de las últimas semanas y recogemos sus referentes estéticos y narrativos.
Quiero que vengas (Amaia)
Entre la relectura historicista de la Edad Media elaborada por prerrafaelitas y simbolistas, y un mercado medieval en Olite. Así podríamos definir la iconografía que aparece en el nuevo videoclip de Amaia. Narrado con una sonrisa cómplice, como la que exhibe la cantante al final del vídeo, ‘Quiero que vengas’ comienza como un sencillo romance de ambiente medievalista. Para ilustrarlo, la pareja de directores Santi G. Barros y Gabriel Pout utilizan varias estampas cuyas composiciones remiten a conocidas obras pictóricas: la sensual ‘El columpio’ (Jean-Honoré Fragonard), la insinuante ‘Hylas y las ninfas’ (John William Waterhouse), la tenebrista ‘Cena de Emaus’ (Caravaggio), la siniestra ‘La isla de los muertos’ (Arnold Böcklin)… Conforme avanza la trama, esta se va volviendo más oscura, hasta desembocar en un sangriento final basado en el mito de Judith y Holofernes. La escena de la decapitación también tiene su propia rima pictórica, en este caso los cuadros que sobre este tema pintaron Caravaggio y una de sus seguidoras, Artemisia Gentileschi. El enigmático final, con la mencionada sonrisa, intensifican la sensación de estar viendo un juguetón cuento de amor y muerte.
‘Home With You’ (FKA twigs)
Desde los tiempos de ‘Ache’, FKA twigs se ha involucrado en la realización de sus propios videoclips. ‘Home With You’ es el decimotercero que dirige. El vídeo está dividido en dos partes muy diferenciadas, en sintonía con la estructura de la canción. La cantante articula la narración por medio de un choque de opuestos: formatos (cuadrado y panorámico), encuadres (primeros planos y generales), ritmo de las imágenes (más ralentizadas en la primera parte), escenarios (urbano y rural), fotografía (nocturna y diurna), vestuario (colorido y barroco, blanco y sencillo), y hasta el parche que lleva en un ojo (negro y elegante, y una simple tirita). Un juego dialéctico en el que sobresale un aspecto: el baile, las coreografías. Del lúbrico y voluptuoso perreo de la discoteca londinense, donde el acercamiento a los cuerpos de los bailarines enfatiza su carácter hedonista, a la danza ritualizada de la segunda parte, cuyas imágenes, sutilmente deformadas como en ‘Midsommar’ (2019), unido a la aparición de elementos como el tercer ojo de los hesicastas, acentúan su naturaleza espiritual y simbólica.
‘Me envenenas’ (La Bien Querida)
El exitazo de ‘The Ring’ en 1998 tuvo dos consecuencias: 1) la formación de una burbuja de terror japonés que explotó tras una década de imitaciones, secuelas y anodinos remakes hollywoodienses, y 2) la popularización en todo el mundo de la figura del Onryo, el fantasma vengativo del folclore nipón. El director Carlos Vermut (‘Quién te cantará’, ‘Magical Girl’), reconocido fan de la cultura popular japonesa, hace su particular homenaje a este espectro en el videoclip ‘Me envenenas’. Vermut utiliza una caligrafía visual de inspiración documental, con textura noventera, para narrar una historia de soledad y alienación urbana en la que se cuela un elemento fantástico. La (fantasmagórica) cabellera que aparece en el árbol le sirve a la protagonista para liberarse de su corsé social y, como la “funcionaria asesina” que cantaba Alaska (“de noche soy otra mujer…”), transformarse en la “oficinista fantasma”. La mujer se pasea por las calles de Shinjuku bebiendo, fumando e interactuando con los transeúntes, mezclándose realidad y ficción como en las primeras películas de Sacha Baron Cohen.
Zoo Eyes (Aldous Harding)
Aldous Harding continúa divirtiéndose con sus disfraces. Tras su bailecito zumbón (tra)vestida de colono puritano en ‘The Barrel’, la cantante neozelandesa regresa con otro vídeo donde su apariencia no deja indiferente a nadie. Realizado en formato 4:3, para estrechar el campo de visión y focalizarlo en las figuras, ‘Zoo Eyes’ presenta a la cantante caracterizada como la Muerte y a varios personajes deambulando por los montes neozelandeses: un espectro que se asemeja a una mezcla entre mujer con burka y fantasma a lo ‘A Ghost Story’ (2017), un monstruo inspirado en los kukeri búlgaros que popularizó la película alemana ‘Toni Erdmann’ (2016), y a la propia Harding ataviada como una siniestra Pierrot que parece recién salida de un casting (fallido) de ‘It’ (2017). Los tres personajes avanzan por un entorno natural que se va transformando en surrealista conforme van apareciendo elementos extraños (una mujer con un cordero en brazos, un objeto dando vueltas en el vacío). La profusión de planos cenitales refuerzan aún más la impresión de estar transitando por un paisaje onírico.
‘Vas hablando mal de mí’ (Los Punsetes)
Los videoclips que escenifican talent shows, ya sea como recurso dramático o para parodiarlos, parecen estar de moda en España. Tras ‘Milionária’, de Rosalía, y ‘Quedará en nuestra mente’, de Amaia Romero, llegan Los Punsetes con ‘Vas hablando mal de mí’. Dirigido por Nacho Vigalondo, autor de otros clips como ‘Te lo digo a ti’ (Vetusta Morla) o ‘Planilandia’ (Lori Meyers), el vídeo presenta la grabación de un concurso de talentos, Revelación o Timo, en el que los miembros de la banda interpretan al jurado. Vigalondo realiza una parodia que funciona en dos niveles: estilístico y narrativo. Desde un punto de vista formal, el director utiliza una iluminación oscura, unos decorados cutres, una tipografía viejuna y un sonido deficiente como forma de enfatizar lo añejo de este tipo de concursos. En cuanto al contenido, el vídeo muestra un catálogo de variopintas actuaciones que le permite a Vigalondo organizar un desfile de cameos (con el “mago” Pedro Ruíz como punto álgido), y hacer unos cuantos guiños al cine y la televisión del pasado: los cubos de sangre a lo ‘Carrie’ (1976), la actuación del hombre comiendo callos a la manera Tony Leblanc y la manzana, la figura siniestra de los antaño popularísimos ventrílocuos…
Hace unos días podíamos escuchar en la radio el nuevo single de Soleá Morente. Un ‘No puedo dormir‘ que supone el avance de ‘Lo que te falta‘, tercer trabajo en solitario de la hija mediana del cantaor Enrique Morente que supondrá su primer lanzamiento como parte de la ecléctica pero selecta familia Elefant Records. Como todo el disco, esta canción está producida por David Rodríguez, el hombre tras La Estrella de David y el sonido de, hasta el reciente ‘Brujería’, toda la carrera de La Bien Querida. Precisamente Ana Fernández Villaverde, como Jota de Los Planetas, se cuentan entre los invitados de este disco. [Foto: Raquel Calvo.]
Según explica Elefant, ‘No puedo dormir’ marca el tono que tendrá el álbum, sensiblemente distinto al del magnífico ‘Ole Lorelei‘. Si aquel hacía confluir cierta oscuridad con flamenco (jondo y ligero) y nuevos lenguajes musicales, este trabajo promete una vuelta a sus raíces, «esta vez a golpe de rumba y alegrías» («con sintetizadores, sí», apostilla). El mismo texto promocional pone énfasis en sus letras, «una traducción del cante jondo a los tiempos que vivimos (recordemos que Soleá es licenciada en Filología Hispánica) hecha con inspiración, alegría y un delicioso toque de ironía».
Imaginamos que se refiere a ripios simpaticones, como ese en el que rompe el esquema general de versos con hechuras clásicas que sostiene la canción introduciendo un elemento contemporáneo como el Lexatin, la popular marca de bromazepam, ansiolítico por excelencia. Todo ello le sirve a Soleá para tejer un doloroso canto de desamor, con versos tan bonitos, en su desesperación, como «Y a la luna tiro piedras / Y al sol dorado jazmines / A mi moreno cadenas / De amor pa que no me olvide» o «Cuatro velas encendías / Y meterme en un convento / Necesito yo en mi vida / Pa olvidar lo que te quiero», que bien podría haber cantado su padre.
Es un buen soporte lírico para una composición preciosa, una habanera –folclore marinero que en los últimos tiempos apenas había sido recuperado por Sílvia Pérez Cruz– cantada con gusto y dulzura, engalanada por espectaculares arreglos de cuerda de David Rodríguez, al más puro estilo de Labienque. Por si no fuera bastante, Morente perpetra un inesperado giro rumbero en su final, enfatizando por los coros y jaleos de Las Negris –hay que recordar su aportación a ‘El mal querer’–, que da un subidón de energía combinado por esos alegres/dolientes «Ole ole por quererte / Estoy pasando yo en mi casa / las fatigas de la muerte», rematados por un divertido «Ay ay ay ay, si sigo así de mal / Voy a acabar en el hospital». Las hermanas Heredia, de hecho, no pierden la ocasión de presentarse en el vídeo oficial del tema, una pieza de Santi Capuz que, como el tema, da un giro visual tras una primera parte en la que Soleá es una insomne alma pena.