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Eddie Vedder de Pearl Jam vende en 3 días la mitad del aforo de sus conciertos en Madrid y Barcelona

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Eddie Vedder de Pearl Jam había anunciado una gira europea que le traerá a España el próximo verano. Las fechas son el 22 de junio en el WiZink Center de Madrid y el 25 de junio en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Live Nation informa que el líder de Pearl Jam ha vendido 17.000 entradas entre ambos conciertos tras su puesta a la venta el pasado viernes, es decir, la mitad del aforo en cada recinto, por lo que la totalidad de las entradas podrían agotarse en cuestión de esos mismos días. Las entradas están a la venta a partir de un precio de 64 euros en el caso de Madrid y de 50,50 euros en el caso de Barcelona.

Los conciertos en solitario de Eddie Vedder suelen componerse de canciones propias, de temas de Pearl Jeam y también versiones de artistas como U2, Neil Young, Bob Dylan, Cat Stevens, George Harrison, The Clash o Fugazi. De hecho, Vedder no publica un álbum en solitario desde que en 2011 llegara al mercado ‘Ukulele Songs’. Su debut fue la banda sonora de ‘Into the Wild’, que contenía ‘Guaranteed’, nominada a un Globo de Oro.

Acompañará en los conciertos de Vedder en España, como telonero, el cantautor irlandés Glen Hansard, conocido por canciones como ‘Falling Slowly’ -de la banda sonora de ‘Once’, película que protagonizó junto a Markéta Irglová- o ‘Why Woman’ o por discos como ‘Didn’t He Ramble’ o el que publicaba el pasado año, ‘Between Two Shores’.

Thom Yorke, Marc Almond, Niño de Elche, Bob Stanley… se despiden de Scott Walker

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El fallecimiento de Scott Walker, conocido a primera hora de hoy, ha conmovido a muchos aficionados de la música que le siguieron en todas o alguna de sus muy diversas etapas artísticas a lo largo de sus más de 60 años de carrera. Por supuesto, eso también incluye a numerosos compañeros del gremio musical, que le están recordando en sus redes sociales.

Uno de los primeros en expresar su pesar ha sido Thom Yorke, que ha declarado la gran influencia que ha tenido para él y también para Radiohead, «mostrándome cómo podía usar mi voz y mis palabras». También rememora la única vez que coincidió con él en persona, definiéndole como un «amable outsider«. Su colaborador cercano, el productor Nigel Godrich, también ha dedicado un mensaje a la figura de Walker, recordando que el primer día de grabación de ‘OK Computer’ se cruzó con él por la calle. Y que, al llegar al estudio, Yorke sostenía en sus manos una copia de ‘Scott 4’.

También Bob Stanley, miembro de Saint Etienne y apasionado investigador y escritor musical, ha recordado cómo llegó hasta Scott a través de una recopilación de Julian Cope, ‘Fire Escape In The Sky’. Marc Almond, Eron Alkan, Echo and The Bunnymen o Niño de Elche son otros artistas que han dedicado palabras a la pérdida de Scott Walker hoy.

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RIP #scottwalker

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Amaia eclipsa, Hazte Lapón se despiden y La Estrella de David arrasa en BIS Festival 2019

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El BIS (Barcelona Independent Sessions) empezó en 2013 como un festival bianual para aglutinar las propuestas de pop alternativo – sellos y bandas – de Barcelona. Con los años, se ha consolidado como un festival cuyo territorio se extiende a toda España, sin perder el espíritu de mostrar lo más granado de la escena indie nacional del momento. La edición de 2019 se ha saldado con una muy buena entrada; a ojo, en la Fabra i Coats había bastante más gente que en el año anterior, a pesar de coincidir con otro de los eventos clave del pop nacional, el Madrid Popfest. Pero esta no sólo ha sido una edición exitosa en asistencia, sino también en lo artístico; quizás la mejor de todas las ediciones. [Fotografías de Dani Cantó, cedidas por BIS Festival.]

Tras Cabiria, le toca a Confeti de Odio, el proyecto en solitario de Lucas de la Iglesia, con una propuesta en directo que… mola si él te mola, de entrada –hay disparidad de criterios entre mis acompañantes: odio por un lado, admiración por el otro-. En formato trío, con batería (Juan de Axolotes Mexicanos/Carolina Durante) y bajo. Lucas viste como un nerd de finales de los 80 y luce una actitud que roza el mongolismo mientras canta sus letras brillantes, entre el patetismo y el egocentrismo, que no parecen alterarse por los acoples iniciales. “Hemos perdido dos aviones hoy, así que sólo puede ir a mejor”, nos espeta. Lucas se agita como un cantante melódico pasado de vueltas. Los pregrabados no es que sean descarados; es que hay un momento en que directamente, sin la banda, canta sobre la música grabada, como un apasionado del karaoke dándolo todo. Regresa la banda para atacar uno de sus hits, ‘Pocos Likes’, “que va de lo único que realmente me importa en la vida”. También toca ‘Hechizo’ (tema que se publica hoy en streaming), un bailadísimo y tropical ‘Hasta romper el móvil’, un ‘Tú y tu puta barba’ atacado con furia punk y remata con su antihimno ‘Hoy va a ser un día horrible’. Y en cuanto acaba, no sabes muy bien si meterle una colleja o darle un abrazo.

Lo de la fascinación de Medalla por el heavy de los 80 sobrevoló todo su concierto. ¡Ay, esos teclados y esos guitarrazos! Su propuesta, que también incluye el indie épico, punk a la Preoccupations y el rock urbano fue, a la postre, lo más convencional de la noche (léase en modo no peyorativo). Destaca una ‘Murciélago’ arrolladora, que también resuena a heavy gótico. Pero tienen ese puntito paródico que les hace divertidos y los despoja de pretenciosidad; cualidades ejemplificadas en un ‘Deporte en vano’, con un multicoreado: “No quiero que te lesiones”. Tienen el detalle de, además, reivindicar que el BIS es el único festival que les ha dado de alta en la Seguridad Social.

Hazte Lapón celebran su último concierto en Barcelona con una señora banda y… guitarras prestadas (se cuentan tres encima del escenario), según confesión de Lolo Lapón. Eso no es impedimento, a pesar de algunos parones para afinarlas, para que todo el repertorio suene contundente, lleno. De hecho, personalmente me recuerdan en sonido y canciones a los Pulp de 1995, aunque con Lolo remedando al Harry Dean Staton de ‘Paris, Texas’. Arranca con un ‘Hushpuppy’ desgañitado y emocionante, lo que va a ser una constante durante toda su actuación. Contundencia pop y el irónico sentido del humor de Lolo salpimentando las pausas; ‘Mudanzas’ la presenta como “una canción sobre la muerte… como todas las mías”; ‘Odiar’ pierde solemnidad a cambio de potencia… y coña rumbera a cuenta de ‘Malamente’ al final. También cae la versión de ‘Carretera perdida’ de Gúdar. La complicidad/confrontación que se escenifica con Saray se ejemplifica con esas miradas que le dirige Lolo mientras, tras una pausa dramática, entona “nunca dejes de quererme” de ‘Fantasías brutalistas’ o el divertido parlamento que nos suelta antes de ‘Vidas de santos’: “esta es una canción sobre por qué dejamos el indie. Es un martirio moderno, te hace sufrir. Pero es Saray la que no tiene vocación de mártir”. La escalada emocional se siente en ‘La vida adulta’ y esos “¡Yo lo hice por ti!” gritados. Aunque el colofón, claro, es el vendaval ‘Yo los he visto’, en que Lolo se despoja de la guitarra, de la gorra, juega a ser Jarvis Cocker y acaba en el foso, rodeado del público (enardecido, como no). Hazte Lapón sacan su mejor disco, niquelan el directo y se separan. Es que hay que joderse.

La puntualidad del BIS es tan a rajatabla que ‘Doble Check’, el primer tema de los Axolotes Mexicanos me pilla en el baño. Corriendo hacia la entrada, me topo con el revuelo; uno de mis amigos está alterado. “¡Es Amaia!”, me grita. Y he de ejercer de improvisada fotógrafa. Amaia atiende muy amable a las diferentes peticiones de fotos, aunque está ansiosa por entrar a los Axolotes: “¡Es que quiero bailar!”. Dentro está desatada la máquina punk de los hermanos Pedrayes. Olaya es graciosísima, pura verborrea: se enfada con su grupo, su grupo la trolea… y suenan como un tiro. ‘Te miro mientras duermes’, ‘Farmacia’, ‘Vaga’, ‘Sin ti’… Olalla se lía pero da igual, porque afirma que “están flipando porque es la primera vez que esta sale bien”. Se lo pasan bien, lo hacen pasar bien. Y, de repente, Olaya invita a Amaia -que estaba en las primeras filas botando- a subir. Y las ganas de Amaia de cantar ‘Astor’ son genuinas; tanto, que empieza los primeros versos antes de tiempo y tienen que repetir el inicio. Un momento de puro disfrute fan. El huracán Amaia engulle tanto la atención que el siguiente invitado, su antiguo compañero Stephen Lyne, pasa casi desapercibido (para el público, que no para los Axolotes). Son nuestros Helen Love y, que nadie me mate, pero en directo suenan mejor que Helen Love.

Personalmente, no acababa de entender por qué La Estrella de David cerraba el BIS. En mi cabeza, la lógica me dictaba que habían de ser Hazte Lapón, por ser su último concierto en la ciudad, o los Axolotes Mexicanos por ser los más fiesteros… Pero esta lógica se demostró errónea. David Rodríguez cerró porque era la máxima figura, el concierto más esperado, el… En fin, que todo el público estábamos ansiosos de corear sus hits. Es increíble comprobar como los temas de ‘Consagración’ se han convertido en clásicos, en canciones idolatradas por un nutrido grupo de fans, empezando por todos los grupos que habían actuado previamente. Ahí, apiñados en primeras filas, andaban Lucas de la Iglesia y los miembros de Hazte Lapón. El concierto fue una absoluta locura; creo que hacía tiempo que no veía tal nivel de devoción. Aunque de entrada no lo parecía, ‘Viva la vida’ se atranca de primeras, pero luego fluye, magistral, gracias a la complicidad que David establece con Javi Betacam, plenamente integrado en la banda. La canción suena aún más 80’s sofisticados que en el single. A partir de aquí, el subidón y un coreo masivo que ni un concierto de Queen: ‘Me ha parecido que estuvo en mi cabeza’ (con el guitarra haciendo las veces de La Bien Querida), ‘Vejaciones en la costa’, en que la batería se oye muy fuerte y a David flojo, pero a esas alturas ya da igual, porque se escucha más al público que a los del escenario. David nos mira con ese gesto que no sabes si denota sorpresa o hastío. Los pogos empiezan en ‘La primera piedra’, la emoción se desata con ‘Eroski’ (vi a gente llorar), la locura absoluta con ‘Aceite’; público encaramado a las vallas, mareas de asistentes lanzándose contra el escenario mientras se canta a cuello roto ‘Noches de Blanco Satán’, ‘Maracaibo’ y, claro, ‘Cariño’. Si no lo digo reviento: una experiencia (casi religiosa) más que un concierto.

La Canción del Día: Cate Le Bon recuerda al mejor pop melódico de los 70 en ‘Daylight Matters’

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Cate Le Bon, autora de discos como ‘Mug Museum‘ o ‘Crab Day‘ está de regreso con un disco que se llama ‘Reward’ y saldrá el 24 de mayo. En un comunicado explica que no entiende por qué la palabra «recompensa» tiene una connotación positiva cuando para ella es una «palabra siniestra» que implica una «dependencia entre el receptor y quien ofrece esa recompensa». La artista reflexiona sobre cómo en nuestros tiempos las palabras están «perdiendo su significado».

En cuanto al single, es una absoluta delicia que rememora el pop melódico más delicado de los años 70. Nombres como los Carpenters o Carole King, o sus versiones más recientes, como Natalie Prass o muy especialmente Rumer, vienen a la cabeza cuando escuchamos este ‘Daylight Matters’ en el que encontramos una buena dosis de contrastes. La letra repite «te quiero, te quiero, te quiero, te quiero»… pero solo es para concluir: «pero no estás aquí», además de otras tristes ideas como «nunca voy a vivir eso otra vez». Por el contrario, la melodía es algo más alegre, como subraya el propio título de la canción, que apela a que «la luz del día importa», luego existe. Un tema con vocación de clásico en el que la referencia a ‘A Day in the Life’ tampoco parece una casualidad.

Os dejamos con el tracklist de ‘Reward’ y por supuesto con la canción en sí:
01 Miami
02 Daylight Matter
03 Home to You
04 Mother’s Mother’s Magazines
05 Here It Comes Again
06 Sad Nudes
07 The Light
08 Magnificent Gestures
09 You Don’t Love Me
10 Meet the Man

Rocío Márquez / Visto en El Jueves

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No lo tenía nada fácil Rocío Márquez para avanzar y sorprender tras un disco tan cromático, profundo y lleno de emoción como ‘Firmamento’. Y sin embargo, aquí estamos, ante un ‘Visto en El Jueves’ que es, si cabe, más revolucionario que su antecesor… aunque no lo parezca. Y es que el planteamiento instrumental, voz, guitarra española y percusión –ya sean palmas, cajón u otro instrumental–, no podía ser más recurrente en el mundo del flamenco del que proceden y se nutren tanto la cantaora de Huelva, como sus imprescindibles aliados de este trabajo, el tocaor Canito (nombre artístico del catalán José Manuel Suárez) y el percusionista Agustín Diassera.

Ahí, precisamente, está la clave de este trabajo: los tres consiguen que un repertorio nutrido de cantes y canciones provenientes de otro tiempo suenen nuevos y libres de atavismos no ya dentro del flamenco sino de cualquier estilo. Y es que la selección de temas, inspiradas por una labor de investigación llevada a cabo en un mercado de antiguedades sevillano, El Jueves, difícilmente podría ser más diversa y rica. Coplas, boleros, rumbas y tangos (argentinos) se entreveran con palos históricos en desuso, como marianas, serranas, romances o vidalitas, a las que Rocío y sus colegas quitan el polvo creativo –una imagen que a ella le gusta evocar– del mismo modo que uno limpia y pule un objeto precioso rescatado de un desván o un desgüace, encontrándole aún un uso. Porque, ¿quién iba a decirle a Miguel Hernández sobre ‘Aceituneros’, el poema que inspiró ‘Andaluces de Jaén’, y a Paco Cepero y Fosforito sobre su ‘Andalucía’ que iban a tener un simbolismo político tan potente a punto de entrar en la tercera década del siglo XXI?

Y es que la memoria, su pérdida en aras de un mundo que la tecnología permite que se mueva a una velocidad inasumible, frustrante, para la raza humana, es el protagonista velado de este disco. Pero no apela a ella con nostalgia reaccionaria, sino al contrario: ‘Visto en El Jueves’ funciona como ese mueble desvencijado que cobra una nueva vida y un nuevo sentido funcional y estético cuando se restaura. Combinando la mirada valiente de Márquez –tanto en lo interpretativo como en lo lírico–, la fresca imaginación de Canito para vestir con ricos e insospechados arreglos de guitarra que, sin dejar de ser flamenco, abre puertas a la música brasileña y hasta el rock en su toque (‘Una vida de imagen’), y las medidas pero significativas intervenciones de Diassera –protagonista crucial en la ingeniosa perspectiva de la rondeña de ‘Empezaron los cuarenta’, dando profundidad y misterio a ‘Entorna la puerta‘–, el trío logra dar aires de impresionante vigencia y nueva emoción a un cancionero que a priori se diría anquilosado.

Luz de luna’, el icónico bolero de Álvaro Carrillo en versión de El Cabrero, es un buen ejemplo –sobre todo por lo reconocible que resulta su melodía–, pero no el mejor. Donde realmente es palpable su atrevimiento es cuando acometen una mariana –viejo palo binario que apenas ya trabajaba el gran José Menese, con letra del comprometido poeta Francisco Moreno Galván– con una solemne cadencia, un toque que parece enraizado en el blues o el gospel. O cuando Canito pellizca las cuerdas con una técnica que recuerda a la de la bossa nova para acompañar la preciosa malagueña ‘No sentir’. O, en el momento culminante del álbum, cuando Rocío rememora el romance, un estilo a medio camino del cante y el spoken word, en ‘Llegar a la meta’: contraponer sus aires de narración casi ancestral con un poema contemporáneo de Antonio Orihuela que, además, resume esa ética que vertebra todo el álbum (“Cómo se puede pensar en pensar y hacer conciencia / si es frenético el andar, si no importa el caminar / sino llegar a la meta”, concluye, doliendo).

Pese a todo, hay que conceder que ‘Visto en El Jueves’ no es un disco fácil, al menos en primeras tentativas, para oídos no hechos al flamenco y se percibe cierto desequilibrio entre una primera mitad que entra muy bien con una segunda más árida. Y es que, en contraste con las melodías familiares de las recreaciones de Quintero, León y Quiroga –‘Quiero’, la rumba que popularizó Bambino, y ‘Me embrujaste’, copla que entre otros cantó Marifé de Triana– y ‘Se nos rompió el amor’, o el ritmo vivo de la adaptación del tango ‘Trago amargo’, la jondura de la serrana y los abandolaos de ‘Una vida de imagen’, la belleza queda de la petenera ‘Más verdad’ o los clásicos fandangos ‘Yo soy águila imperial’ son menos inmediatos.

Pero ahí entran otros factores importantes: primero, las interpretaciones de Canito, Diassera y, por descontado, Rocío, enorme y sabia, adornando con querencias infrecuentes en el flamenco (la riqueza que imprime a la triste y tranquila ‘El último organito’ es verdaderamente acongojante, quizá una de las mejores interpretaciones de su carrera); y luego, el sentido que las letras adquieren, sin duda escogidas de manera tan cuidadosa como las canciones, apelando tanto a lo local como a lo universal, dando un nuevo sentido a los cantes de ida y vuelta que, a principios del siglo XX, nutrieron la cultura andaluza y española. ‘Visto en El Jueves’, fiel a su discurso, es un disco para degustar con pausa, que limpia todo el ruido accesorio y se queda con lo esencial para, apoyándose en el pasado, mostrar que este es necesario e inspirador para construir el futuro. Y no, no hablamos sólo de flamenco. Rocío Márquez presentará ‘Visto en El Jueves’ por todo el país. Las fechas más próximas son el 28 de marzo, en Sevilla (Teatro de la Maestranza) y el 10 de abril, en Madrid (Teatros del Canal).

Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Llegar a la meta’, ‘Luz de luna’, ‘Trago amargo’, ‘Una vida de imagen’, ‘Empezaron los cuarenta’, ‘Entorna la puerta’
Te gustará si te gusta: la música delicada y con contenido, que se consume sin urgencias.
Escúchalo: Spotify

Muere de cáncer Scott Walker, el artista que mutó de lo adolescente a la experimentación

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Según informa el sello británico 4AD, el cantante y compositor Scott Walker, ha fallecido a la edad de 76 años. «Con gran tristeza anunciamos la muerte de Scott Walker. Tenía 76 años y deja una hija, Lee, su nieta, Emmi-Lee, y su pareja Beverly». Así comienza el obituario que el sello en el que desarrolló su carrera en los 3 últimos lustros le ha dedicado, recordando su carrera, desde sus inicios en el grupo de pop rock de los años 60 The Walker Brothers, pasando por su etapa crooner en solitario hasta sus últimos trabajos, de corte experimental. El texto no especifica las causas de su muerte, si bien dos días después se ha revelado que fue el cáncer.

Noel Scott Engel –este era su nombre, real, aunque por motivos comerciales empleaba Walker, el del grupo en el que se inició– nación en Ohio en 1943. Siendo aún un adolescente, se unió como bajista y cantante principal a John Maus –fallecido en 2011, no tiene nada que ver con el artista contemporáneo del mismo nombre– y Gary Leeds, formando The Walker Brothers. El trío facturaba un pop soul que respondía a la Invasión Británica que comandaban The Beatles y The Rolling Stones, logrando un paradójico éxito en Reino Unido con singles como ‘The Sun Ain’t Gonna Shine Anymore’ o ‘Make It Easy On Yourself’, versión de Bacharach y David, que fueron número 1 en las Islas Británicas.

El grupo destacaba, sobre todo, por la profunda voz de Scott, que pese a su juventud sonaba ya como la de un experimentado crooner. Parecía una simple cuestión de tiempo que tomara su propio camino. Y así ocurrió tan sólo un par de años después de su éxito, cuando publico ‘Scott’ (1967), el primero de una serie de cuatro discos llamados igual –seguidos de su número de orden detrás– que constituyen en sí mismos una leyenda de la historia de la música pop. Cuatro álbumes en los que Walker alternaba composiciones propias con otras de Jacques Brel, André y Dory Previn, Tim Hardin, Bacharach y David o Henry Mancini, estableciendo un canon de crooner rock que después ha sido emulado y citado como referente por coetáneos como David Bowie o Leonard Cohen y herederos como Nick Cave, The Divine Comedy, Pulp, Richard Hawley o Jack.

Sin embargo, Walker se fue volviendo cada vez más esquivo con el showbusiness y, tras una reunión temporal de The Walker Brothers en la segunda mitad de los 70, desapareció del foco hasta mediados de los 80, cuando publicó ‘Climate of Hunter’ (1984), en el que ya mostraba ciertas inquietudes que se alejaban de su figura más clásica, con cierta experimentación ambient. Tras una nueva desaparición, regresó en 1995 con ‘Tilt‘, un disco donde esa faceta avant-garde fue aún más drástica, logrando excelentes críticas.

Desde entonces, cada paso artístico se iba haciendo más y más adusto, con obras tan desafiantes como ‘The Drift’ (2006) o ‘Bish Bosch‘ (2012). Como indicábamos al inicio del artículo, esta deriva experimental culminaba con una insólita alianza con el grupo norteamericano de drone metal Sunn O))), con los que creó el álbum audiovisualSoused‘. Sus últimos trabajos musicales conocidos fueron sendas bandas sonoras: la de ‘La infancia de un líder’ (2015), debut de Brady Corbet; y la de ‘Vox Lux‘, segunda película del actor y realizador norteamericano, protagonizada por Natalie Portman y que incluye también música de Sia.

Quizá conocedores de que Walker estaba atravesando un bache de salud, la BBC celebró el cancionero de su primera era en solitario en 2017, en el certamen de música clásica Late Night Prom, con invitados como Jarvis Cocker, Susanne Sundfør, Richard Hawley o John Grant que cantaron sus canciones. A todas luces, con la muerte de Scott Walker se pierde a un artista único, que gestionó el éxito de sus primeros años reconduciéndose hacia la creación artística más vanguardista, logrando ser igualmente influyente en cada una de sus etapas.

El pop imposible de etiquetar de MorMor sobrecoge en la preciosa ‘Outside’

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El canadiense Seth Nyquist comenzó a dar que hablar hace aproximadamente un año bajo el alias MorMor, con el lanzamiento de su single debut ‘Heaven’s Only Wishful’. Una canción que, sobre una base sencilla de guitarras cálidas con toques de dream pop y psicodelia, comenzaba preguntándose «sólo soy un pobre chico buscando respuestas». La fragilidad que recoge esa frase define muy bien la imagen que desprende Nyquist: una gran sensibilidad combinada con una apariencia triste y afligida.

Pero, tras esa llamativa irrupción, MorMor prosiguió mostrando que su visión de la música es bastante ecléctica: mientras en ‘Waiting on the Warmth’ rememoran a The xx, ‘Whatever Comes to Mind’ revela cierto poso soul y R&B, combinado con un halo de jangle pop británico que se mantiene constante. Ese estilo inclasificable tomó forma en el EP que, bajo el nombre de su primer single, presentó el pasado verano.

Y ahora, coincidiendo con una gira europea que comienza a desempeñar la próxima semana, acaba de lanzar un nuevo single con el que, otra vez, muestra otra faceta. ‘Outside’ recurre una vez más a ese espíritu dreampop que, con su dulce voz, evoca a los Talk Talk del recientemente desaparecido Mark Hollis. Sin embargo, esta vez sobrecoge especialmente: pese a la luminosidad de su gancho, su letra sombría recita «mirando fuera, tengo miedo de morir / El cielo no contendrá luz, me ciega / ¿Cómo podré encontrar el sol?» Una oscuridad que se transforma en imágenes en su angustioso vídeo que alude al aislamiento y el bullying infantil, con reminiscencias de trabajos audiovisuales de finales de los 80 y primeros 90 (pienso en R.E.M., Mary Margarte O’Hara…). Realmente muy prometedor, aunque el de Toronto aún deba terminar de convencernos de hasta dónde es capaz de llegar(nos).

Escucha la playlist «Revelación o Timo»

Adele y Jennifer Lawrence se retan a un juego de beber chupitos en un bar gay de Nueva York

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Si, como nosotros, alguno os preguntáis en qué andará Adele, y si pronto tendremos una continuación para ’25’. La respuesta no está nada clara y, pese a que se especula que podría ser este mismo año, personalmente apostaría por un ’30’, como poco. Pero, eso sí, eso no parece torturarla demasiado y parece más bien dedicada a la alegría de vivir que, por otra parte, es lo que corresponde a su edad.

Y es que, según se ha hecho viral en las últimas horas, la autora de ’19’ y ’21’ fue avistada anoche en Pieces, un conocido bar gay de Nueva York. Y no estaba sola: la acompañaba la actriz Jennifer Lawrence, con la que le une una buena amistad. Al parecer, según Billboard, ambas estaban celebrando el reciente compromiso de matrimonio Lawrence con su pareja, el galerista Cooke Maroney.

Obviamente, ambas fueron la comidilla de todos nada más aparecer en el garito, y por supuesto de la drag que ejercía de anfitriona de la fiesta. ¿Contuvo eso las ganas de «pari» de las dos? Para nada: según se puede apreciar en innumerables fotos y vídeos que subieron los asistentes a la fiesta, Adele y Jennifer se retaron a un juego de chupitos, siendo perdedora la cantante, que tuvo que hacer unas flexiones en el suelo. Momento que la intérprete de ‘Madre!‘ aprovechó para empujar a Adele, haciendo que los asistentes le recordaran que aquello no eran «Los Juegos del Hambre». Dos amigas. Dos cabalgan juntas. Dos en la carretera.

Thom Yorke, Pet Shop Boys y Tracey Thorn, en la manifestación que pide un nuevo referéndum para el Brexit

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Hace unas horas Londres vivía una multitudinaria manifestación que, bajo el lema “Put it to the people”, reunió a cientos de miles de personas –un millón, según la organización– para reclamar la celebración de un nuevo referendum sobre el Brexit. La asociación British in Europe pretende así presionar a la clase política para que se ponga en marcha una nueva votación popular que revierta la celebrada en el año 2016, confiando en que esta vez gane el «no». Como es sabido por todos, Reino Unido vive una crisis política sin precedentes después de que el Parlamento británico haya tumbado el acuerdo para la salida del país de la Unión Europea que planteaba Theresa May.

De nuevo, numerosos artistas han tomado partido en este debate, unos a favor y otros en contra. Morrissey, Roger Daltrey (The Who) o los actores Michael Caine, Liz Hurley y John Cleese están entre los defensores de la salida de la UE, mientras que Elton John, Massive Attack, Florence Welch, Chvrches o Jarvis Cocker se han mostrado en contra del Brexit. Y, por supuesto, muchos de ellos se unieron a esta marcha celebrada ayer.

Entre ellos, tal y como hemos podido ver en sus propias redes sociales, Tracey Thorn (con una imagen donde se lee con globos de colores «que le jodan al Brexit»), Norman Cook (Fatboy Slim, con un vídeo en el que aparece cantando a grito pelao ‘Are You Ready For Love’ de Elton John) o Pet Shop Boys (tras aludir directamente la cuestión en ‘Give Stupidity A Chance‘, subían una imagen de Neil Tennant tomada por Chris Lowe) subieron imágenes de la manifestación. Mientras que otros, como Thom Yorke, fueron captados por fans paseando entre la multitud, en plan «¿Dónde está Wally?» Pese a estos esfuerzos, un segundo referéndum no parece entre las salidas más probables a la crisis: en las últimas horas, se especula con que parte del gobierno británico conspira para apoyar el actual acuerdo del Brexit en una próxima votación a cambio de la dimisión de Theresa May.

Amaia vuelve a mostrarse muy cómoda en el indie subiéndose al escenario con Axolotes Mexicanos

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Amaia Romero, ganadora de Operación Triunfo 2017, es con seguridad la ganadora del talent-show más singular desde que se impusiera en su día Virginia Maestro. Y es que, desde que saliera del programa y saldara su participación en Eurovisión 2018 junto a Alfred García, la pamplonica se codea sobre todo con el mundillo musical alternativo. Así, si hace unos meses sorprendió subiéndose al escenario de la sala Razzmatazz con Carolina Durante para interpretar una versión de Marcelo Criminal –’Perdona (ahora sí que sí)‘, que más tarde lanzado como single conjunto–, ayer volvió a repetir la jugada, de nuevo en Barcelona. [Foto: Mireia Pería.]

Y es que, tras dejarse ver por el concierto que los argentinos Bestia Bebé ofrecían en la ciudad condal junto a Apartamentos Acapulco, se desplazó al recinto Fabra i Coats. Allí se celebraba la edición 2019 de BIS Festival, encabezada por La Estrella de David y donde también actuaban Hazte Lapón, Medalla, Confeti de Odio, Cabiria y Axolotes Mexicanos. Precisamente estos, que nada casualmente comparten algunos miembros con Carolina Durante (Mario, guitarra, y Juan, batería), propiciaron un nuevo «amaiazo», cantando con ellos su pelotazo ‘Astor‘, tal y como capturó nuestra compañera Mireia Pería, que se encontraba cubriendo el evento.

Esta sorpresa puede suponer mucho para Axolotes Mexicanos, cuyo disco ‘Salu2‘ pareció pasar algo inadvertido, pese a estar lleno de temazos de punkpop como el propio ‘Astor’, ‘Doble Check’ o ‘Heavens Gate’. Fue sin duda una noche especial para ellos, también porque su antiguo miembro Stephen Lyne (actualmente en el dúo No Fucks) subió a escena con ellos para cantar ‘Disparo de amor‘.

En cuanto a Amaia, parece seguir disfrutando de muchos conciertos mientras da los últimos toques a un disco que parece estar ya casi a punto: recientemente, tras su regreso de un periplo por Argentina donde trabajó en su debut, hablaba sobre las influencias de este trabajo, que van de Sufjan Stevens a Kanye West.

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@amaia en #bisfestival2019 con @axolotes_mexicanos

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Paloma Mami se adentra en territorio «lovers rock» en la emocional ‘Fingías’

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A principios de este año destacábamos a Paloma Mami como una de las posibles revelaciones internacionales de 2019 y, tras la presentación de ‘Fingías’, su nueva canción, empieza a no quedarnos ninguna duda de que lo será. La artista chilena de 19 años lanzaba este viernes el que es apenas su tercer single oficial tras ‘Not Steady’ y ‘No te enamores’, que han logrado ya una considerable repercusión en streaming: ambos superan por mucho los 40 millones de reproducciones solo en Spotify.

Ambos temas eran estupendos ecos del pop con toques de R&B, hip hop y ecos jamaicanos que Drake (recordemos que su nombre está inspirado en el alias del canadiense en Instagram, Champagne Papi) y Rihanna, tanto juntos como por separado, han contribuido como pocos a popularizar en esta década. Pero ‘Fingías’ va por caminos más sutiles que no son lo que parecen: aunque está producida por Zaro Torres, habitual colaborador de la estrella del reggaeton Farruko, no estamos ante lo que podríamos etiquetar como un tema «disfrutón» al uso.

Aunque su cadencia, lenta pero bailable, está marcada por el típico compás del dembow, ‘Fingías’ es más una balada que, con sus delicados arreglos de guitarra y sus ambientaciones oscuras, está más cercana a aquellos lovers rock jamaicanos que se convirtieron en un gran éxito en Reino Unido en los 70. La letra entonada por Paloma Castillo con una bonita tesitura sensual, encaja en esos cánones, una historia de desengaño amoroso («todavía me acuerdo cuando me fallaste / ¿cómo iba a olvidarme de ese día?»). Y, sobre todo, destaca el auténtico tour de force entre la melodía del estribillo y la de los versos, pugnando por ver cuál se adhiere más a nuestro cráneo. La canción tiene pegada y, desde que se lanzara su vídeo oficial el jueves, se mantiene en las primeras posiciones del top de tendencias de Youtube España, aproximándose ya a los 5 millones de visualizaciones.

Paloma Mami actúa el próximo fin de semana en Lollapalooza Chile 2019, festival que encabezan artistas de la talla y tirón comercial de Kendrick Lamar, Post Malone, Lenny Kravitz, Twenty One Pilots, Arctic Monkeys y Sam Smith. Allí coincidirá con C. Tangana, que ya había declarado su admiración por la chilena y junto al que se ha dejado ver en un stories de Instagram, insinuando que una posible colaboración artística entre ambos podía estar en camino. De ahí podría surgir puro fuego.

Hit de ayer: ‘Nothing Has Been Proved’ (1989) es otra joya que Pet Shop Boys entregaron a Dusty Springfield

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En 1989 ‘Nothing Has Been Proved’ salió oficialmente como single de Dusty Springfield en solitario –como parte de la banda sonora de la película ‘Scandal’– pero era de hecho una colaboración con los Pet Shop Boys, a quienes habían solicitado música para el film. Compuesta, arreglada e interpretada por ellos y cantada por Dusty, técnicamente no llegaba a ser un dúo (a pesar de que Neil Tennant susurra “It’s a scandal” en varios momentos), pero en la secuencia histórica de lanzamientos de los PSB de su “fase imperial” parecía la continuación del monumental éxito mundial ‘What Have I Done To Deserve This?’ junto a la veterana cantante. Y a la vez suponía un adelanto del álbum en solitario de Dusty, ‘Reputation’, que saldría ya en 1990.

En el canon de los Pet Shop Boys es una canción que a menudo se ignora, pero el propio Neil Tennant la ha incluido en su reciente ‘One Hundred Lyrics and a Poem’, algo bien significativo. El libro es, por cierto, una verdadera joya recomendabilísima de la que de momento no parece que vaya a haber versión en castellano. Su valor reside -más allá de dignificar sobre el papel una parte crucial del arte de los Pet Shop Boys, sus excelentes letras- en cómo Tennant las contextualiza con información y comentarios. De entrada, el prólogo es una fascinante micro-autobiografía de su carrera musical: es fascinante leer cómo relata su primera creación -un musical con canciones inventadas junto a una amiga en primaria, “The Girl Who Pulled Tails”- o sus inicios folkies, siempre en paralelo con un interés en los musicales, de los que los PSB evidentemente heredaron su mezcla de sentimentalidad y humor ingenioso.

Hay más datos fascinantes: como cuando revela que hizo una prueba a mediados de los 70 para Rocket Records (el sello de Elton John), quienes estaban interesados en sus baladas al piano (hasta incluye fragmentos de alguna: ‘Telephone Blues’). O cuando traza su trayectoria personal hacia el pop empezando por Bowie y Bolan y siguiendo por la new wave, pero con un ojo en John Betjeman de quien le fascinaba la mezcla entre pop y poesía declamada. Y es en esta introducción en la que aparece la primera mención a uno de sus futuros éxitos, que es precisamente ‘Nothing Has Been Proved’. En el torbellino de excitación por empezar a vivir en Londres, de confusión personal (“was I gay?”) y de nuevas canciones cada vez más pop y más satíricas, menciona haber compuesto hacia 1979 una canción con ese título que años después adaptaría para Dusty Springfield.

La introducción del libro continúa con una detallada descripción de cómo conoció a Chris Lowe y cómo establecieron su método de trabajo durante los años pre-fama, absorbiendo Hi-NRG y hip-hop y tratando de combinarlo con poesía, sexualidad y observaciones irónicas, para finalmente hacer una fascinante exposición de cómo crea sus letras: observando lo cotidiano, detectando frases llamativas que puedan ser títulos, cómo combina lo político y lo personal… Una exposición que continúa cuando empieza la antología propiamente dicha mediante breves notas a pie de página debajo de cada letra: fascinantes destellos de qué idea inició la chispa de la inspiración (fragmentos de libros, muy a menudo), a qué persona se refiere en tal o cual texto (Madonna en “she after Sean” de ‘DJ Culture’) o para quién escribieron originalmente una canción que después se quedaron (Kylie Minogue, ‘A Certain Je Ne Sais Quoi’).

En las páginas dedicadas a ‘Nothing Has Been Proved’, Tennant explica que su rico retablo musicado de personajes del escándalo Profumo (un sensacional embrollo político con sexo, espías y notas de suicidio que aconteció en Inglaterra en los 60) lo basó muy fielmente en diversas estampas del libro ‘The Trial of Steven Ward’. Pero también revela que la mención a ‘Please Please Me’ de los Beatles era de cosecha propia, para hacer una referencia significativa a la liberación sexual de la década, que fue en parte lo que -según él- metió a Profumo y Ward en aquel lío. También relata cómo en 1989 les pidieron música para la película ‘Scandal’ (basada en el caso Profumo evidentemente), ante lo cual él inmediatamente rescató la letra creada en 1979, y junto a Chris Lowe hizo música nueva a partir de ella.

Aún no hemos hablado de la música… y es importante, porque se trata de una canción bien distinta a «What Have I», con un planteamiento alejado de las pretensiones propias de un hit de pop: estamos ante un tema de corte más evocador, con una embriagadora e hipnótica progresión de acordes que se ancla sobre secuencias de dos, que se repiten en sucesión casi narcótica, muy cinematográfica. Un tono de tensión y sofisticación que le va a las mil maravillas a esa letra con estampas sobre diversos personajes del escándalo, uno por estrofa, como en breves escenas: “Mandy ha salido en los periódicos / Porque intentó huir a España / Pronto estará en el banquillo / y de nuevo en la prensa / Vicky cuenta una historia sobre un espejo y un bastón / Podría ser cierta, podría ser falsa / Pero nada se ha demostrado”.

El tono cinematográfico cinematográfico de ‘Nothing Has Been Proved’ lo coronan -sobrevolando por encima de la brillante producción de los Pet Shop Boys y su mano derecha Julian Mendelsohn- unas suntuosas orquestaciones a cargo del gran Angelo Badalamenti. Sobre ellas, Dusty hace una de las más bellas y versátiles interpretaciones del final de su carrera: casi susurrando o cantando con dramatismo según en momento. El solo de saxofón final, a cargo de Courtney Pine, añade las gotas de clasicismo que faltaban para convertir a esta canción en un clásico. Y por si quedaran dudas del peso de los PSB en la canción, Chris y Neil aparecían en el videoclip caracterizados como reporteros que interrogaban y fotografiaban a una ficticia Christine Keeler (la modelo envuelta en el escándalo):

En su libro, Tennant completa las sabrosas notas sobre la canción con otra anécdota verdaderamente fascinante: mientras grababan ‘Nothing Has Been Proved’ en un estudio de Londres, descubrieron que en él estaba trabajando nada menos que Lucky Gordon, un cantante jamaicano que aparece mencionado en la letra de la canción porque estuvo envuelto en el histórico escándalo (“Christine’s fallen out with Lucky / Johnny’s got a gun”). En un impulso de genialidad muy propio de Tennant y Lowe, le pidieron que grabase la frase “it’s a scandal” para la canción. Habría sido el detalle final perfecto… pero Lucky les pidió una cantidad de dinero tan exorbitante que tuvieron que abandonar la idea inmediatamente. Un detalle final con aroma a picaresca que sólo añade más encanto a una canción que lo tiene por los cuatro costados.

Dusty Springfield y los Pet Shop Boys suenan en la última entrega del podcast de Jaime Cristóbal, Popcasting, disponible en este enlace. La remezcla 12” de ‘Nothing Has Been Proved’ sonó en Popcasting 322.

Andrew Bird / My Finest Work Yet

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¿Soy yo o Father John Misty se ha llevado toda la atención mediática que merecía Andrew Bird, ya sabéis, por aquello de que este llegó mucho antes? El de Illinois lleva sacando discos notables desde mediados los 90 y, por suerte, goza de un saludable reconocimiento como muestra el hecho de que el reciente single ‘Sisyphus’ vaya a terminar convertido en uno de los temas más escuchados de su carrera. Sin embargo, parece que hay que ponerse delante de un micro a decir tonterías, en lugar de a hacer un temazo como ‘Left Handed Kisses’ de su anterior álbum ‘Are You Serious?‘, para que la prensa generalista te haga un poco de caso. Mantenerse en buena forma no vende.

En cualquier caso, el álbum que Andrew publica esta semana vuelve a ser exquisito en su modo de grabación, aquí optando por un directo en el que se ha prescindido de cascos o pistas separadas, pero que no por ello es menos preciosista y detallista en la incorporación de cuidados pianos de Tyler Chester en todas las pistas, o por supuesto el propio violín de Andrew Bird bien sea con arco o bien sea a modo de pizzicato. Aunque si algo vuelve a identificar las canciones más memorables de este álbum es ese silbido que tan pronto se asemeja a Ennio Morricone como a Otis Redding.

El piano es una gozada especialmente en la jazzy ‘Bloodless’, con toda la pinta de resultar alucinante en vivo o en vinilo si su equipo ha dado con la masterización adecuada. Se trata del primer single del disco que conocimos hace ya casi medio año, aquel en el que apelaba a la problemática catalana, indicando que esto «parece 1936» y en el que de manera muy visible se queja de los gobernantes del mundo: «los mejores han perdido sus convicciones, mientras que los peores continúan afilándose las uñas». Lo llama «guerra incivil». ‘Sisyphus‘ se inspira en el mito griego para mostrar a Sísifo al borde del precipicio a su piedra pegado, pero amenazando con «levantar los dos puños y mandar todo a la mierda» y advirtiendo: «prefiero fracasar como un mortal que flaquear como un Dios».

A pesar de su lamento de que «la historia olvida a los moderados», no estamos ante un disco lúgubre sino más bien lleno de humor como se percibe desde el mismo título. La desgracia no puede ser más casual en ‘Fallorun’ cuando comienza «podríamos haber estado juntos / pero es que no te gustaba el tiempo que hace aquí», los «enemigos son quienes te construyen» en ‘Archipelago’ o las historias sobre no olvidar a alguien escogen llamarse cosas como ‘Proxy War’.

La bonita voz femenina de Madison Cunningham adereza hasta 6 de estas 10 canciones, agradeciéndose su participación muy especialmente en ‘Cracking Codes‘, donde Andrew Bird asegura que «solo tienes que mirar a los ojos / no necesitas un código secreto ni jugar a los espías»; o en la casi country ‘Manifest‘, que en verdad habla de «la evolución que hay desde los organismos unicelulares hasta el hombre moderno y, yendo más allá de la muerte, sobre cuando una planta o animal se convierte en fósil combustible en la tierra y llega después a la atmósfera a través de los gases de las máquinas, como fantasmas». No sé si Andrew Bird ha hecho su «finest work» como bromea en el título de su nuevo álbum, pero para cuando este se cierra con otra buena canción circular como es ‘Bellevue Bridge Club’, es obvio que no conoce la decadencia. Es un letrista divertido y profundo y aquí sí que nos da algunas de «las mejores obras de su carrera».

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Sisyphus’, ‘Bloodless’, ‘Manifest’, ‘Cracking Codes’
Te gustará si te gusta: Father John Misty, Rufus Wainwright, M Ward
Escúchalo: Spotify

Rosalía niega pedir 500.000 € por actuar en Valladolid, pero ¿sería tan exagerado como parece?

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En las últimas horas está dando mucho que hablar un tuit del alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente. El regidor de la ciudad castellana, tras anunciar la contratación de Gloria Gaynor para actuar en las fiestas de la Virgen de San Lorenzo, fue preguntado por un tuitero si habían descartado a Rosalía. La respuesta del político fue clara, contundente y, quizá, demasiado explícita: «Pide 500.000 €. Tú me dirás».

Obviando el mal gusto de revelar un dato de una negociación con un artista que, al fin y al cabo, es una empresa privada, la cifra ha hecho que muchos se lleven las manos a la cabeza. «Medio kilo? Pero esa quién se cree que es?», espetaba alguien, mientras otros pedían que optara por Dua Lipa, «que la da (sic) cien millones de vueltas» y el youtuber AuronPlay se ofrecía al alcalde: «por la mitad si quieres voy yo y te canto unos temazos de Bisbal y Estopa que lo flipas, llámame». En general, la noticia ha causado tanto cachondeo –hay algunos tuits buenísimos, como el de La Pelopony «dando» explicaciones en boca de Rosalía– como asombro.

En todo caso, hace unos minutos Rosalía ha negado en Twitter que sea cierta dicha cifra: «Lo único que voy a decir sobre lo que se dice que pedimos x nuestro show es q es falso. Es cierto q no es un show sencillo (ya me conocéis) y que somos muchas personas trabajando para que el show sea increible, pero eso que se ha dicho esta lejos de ser verdad». A su vez, Puente ha respondido al tuit de Rosalía, asegurando que esa esa la cifra que les pasó «su agente» para empezar a hablar, tras 2 meses de espera. «En todo caso si esa no es la cifra digamos su caché y estaremos encantados de contratarla. Ya lo intentamos en 2018 cuando nos pedía 45.000€ pero no tuvo fecha» ha añadido irónicamente, antes de «zanjar» la cuestión diciendo que él no critica si el caché es alto o bajo, sino que sencillamente no pueden pagarlo. Respecto a dar la cifra, asegura que lo ha hecho para responder con «absoluta transparencia».

Pero, si ese hipotético caché fuera cierto, ¿realmente hay tanto de lo que asombrarse? Creemos que no, si nos paramos a analizarlo. Para empezar, hay que tener en cuenta que Rosalía se ha convertido, sobre todo gracias a ‘El mal querer’, un disco sobresaliente que ha puesto de acuerdo a crítica y público, en toda una estrella. Una popularidad que, recordemos, tiene proyección internacional: además de sus colaboración reciente con James Blake, otra anunciada con Billie Eilish y quién sabe si otra con Madonna, está en los carteles de algunos de los mayores y más prestigiosos festivales del planeta, como Coachella y Glastonbury. Y acaba de anunciar una minigira por Estados Unidos en recintos medios que están agotando las entradas rápidamente.

Pero es que, tras su paso por algunos festivales nacionales tan gigantescos como Bilbao BBK Live, Doctor Music o Primavera Sound, de concretarse la esperada gira por España, ¿alguien se imagina que no sea en recintos tipo «palacio de deportes», con un aforo de 17 a 20.000 personas? A unos 30 € la entrada, hablamos de cifras superiores a la indicada por Puente. Además, por lo que se vio en aquel ya histórico concierto en la Plaza de Colón de Madrid, estamos ante una producción realmente espectacular, con unos costes muy elevados. Realmente, no parece que a Rosalía se le haya subido nada a la cabeza con ese caché. Quizá lo que fue una mala idea es tratar de contratar a una artista que, al menos en estos momentos, no parece la más indicada para actuar en unas fiestas locales.

MARINA apela a sus raíces griegas en el clip oficial de ‘Orange Trees’… filmado en México

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MARINA, nuevo alter ego de Marina and The Diamonds, lanzaba ayer un nuevo adelanto de su álbum doble (o dividido en dos, según se mire) ‘LOVE + FEAR’. Producida por OZGO –tándem de compositores y productores que han trabajado con Taylor Swift (‘So It Goes…’) o Troye Sivan (‘My My My!’)–, se trata de ‘Orange Trees’, un medio tiempo dulce, de ambientación cálida y melodías luminosas, perfectas para la historia detrás de la canción: Diamandis explica que está inspirada por la isla griega de la que su familia y ella proceden, Lefkada. «Es mi lugar favorito del mundo… Siempre me siento en paz allí. Es como si mu cuerpo o biología reconocieran que estoy de vuelta en casa. Espero que esta canción haga vuestro verano más dulce que nunca», dice en la descripción de la canción.

Esa ambientación ha inspirado también el vídeo oficial para este tema, estrenado hace unas horas: MARINA pasea por una isla paradisíaca, paseando entre árboles floreados, bañándose en una piscina infinita con dos amigas o bailando una suerte de sirtaki –danza típica griega– en la playa. Todo muy bonito, sí, pero ya podría haberse ido a ese lugar tan especial a filmar el clip: en realidad, fue rodado en Puerto Vallarta, México.

Tras ‘Handmade Heaven‘ y ‘Superstar‘, ‘Orange Trees’ es ya el tercer single del primer disco de ‘LOVE + FEAR’. Cuarto, en realidad, considerando que también incluye ‘Baby‘, el tema que interpretó junto a Clean Bandit y Luis Fonsi. De seguir así, cuando llegue el 26 de abril, fecha de lanzamiento del disco, ¿quedará alguna de sus 8 canciones por escuchar?

La Canción del Día: la renovada Brigitte Laverne es un torrente de energía y ganchos en ‘Culpable y feliz’

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Estos días, sabiendo del lanzamiento de un nuevo single de Brigitte Laverne, en la redacción nos preguntábamos cuál podía ser el problema que impedía a la barcelonesa gozar de una mayor popularidad: con demostrado talento para las melodías –tanto en singles como ‘Tinder Love‘ y ‘Crush on You‘, así como en los EPs ‘Wasted‘ y su debut homónimo– y un buen gusto para las producciones synthpoperas enraizadas en los 80 –es una enamorada del universo de la BSO de ‘Driver’, Kavinsky, Italians Do It Better y demás–, ¿qué podía estar fallando? Concluíamos que las letras en inglés podían ser una barrera para conectar y… voilà: su nuevo single se titula ‘Culpable y feliz’ y, como deja intuir su título, está cantado íntegramente en castellano, por primera vez en su carrera.

Y no es un hallazgo puntual. Aunque confiesa que cambiar el chip y escribir en español ha sido lo que más le ha costado sacar adelante, Alexia Taulé ha grabado todo un disco en esta lengua. Se llama ‘Disco China’ (no sabemos si es un guiño a aquella canción/juego infantil de los 80 o eso, una discoteca de la República Popular) y su sonido es realmente sorprendente, sin llegar a despegarse del todo del synthpop que ha caracterizado a Brigitte Laverne desde el principio. Baterías reales, bajo y guitarras bien ruidosas –que empezó a introducir en la gira de ‘Wasted’ de una manera natural– acompañan ahora a los sintes de Alexia, con un sonido más «indie» –en palabras de su nota de prensa– que presonalmente me retrotrae a grupos tan queridos por aquí como Ellos, si bien también podemos encontrar similitudes con los británicos Pale Waves, solo que mostrando una vena casi punky.

Pero, además de su sonido y la expresión verbal, ‘Culpable y feliz’ destaca sobre todo por ser un todo torrente de ganchos melódicos: no sabemos si nos quedamos con las bonitas estrofas, el pre-coro en el que voz y un riff de sinte se dan el contrapunto, o ese estribillo tan potente que culmina con esos «¡Joder! ¡No sé por qué / estuviste esperándome!» que auguramos van a ser muy coreados en directo. Todo un pelotazo que abre una nueva perspectiva artística y comercial a Brigitte Laverne. Y para colmo, un gatete siempre es una victoria como portada de single.

Como parte de la familia de WeManagement (división de representación artística que ha inaugurado la web de venta de entradas Wegow), Brigitte Laverne forma parte de la 3ª edición del WegowDay, que se celebra el próximo 30 de marzo en la sala Ochoymedio de Madrid y encabezan Los Punsetes y Soledad Vélez. Curiosamente, ahora cobra un especial sentido en este cartel, al sonar en esta canción como un perfecto punto medio entre el grupo madrileño y la solista chilena afincada en España.

Escucha las Canciones del Día en la playlist «Las mejores canciones del mes»:

Escuchando el primer disco de… Solange

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Solange es hoy una de las artistas más prestigiosas del momento. Sus dos últimos trabajos, ‘A Seat at the Table’ y el más reciente ‘When I Get Home’, han sido alabados por la crítica, conseguido muy buenos puestos en las listas de ventas y la asociación de Knowles a artistas alternativos como Dirty Projectors, Blood Orange, of Montreal o Panda Bear ha supuesto un “re-branding” total hacia lo “indie” para una artista que, hace 11 años, cuando llegó al mercado ‘Sol-Angel and the Hadley Street Dreams’, el álbum que le puso en el mapa tras años desaparecida, no parecía tener especialmente ni a la crítica ni al público de su lado. Solange ya era la hermana alternativa de Beyoncé mucho antes de que la propia Beyoncé trabajara con James Blake y sampleara a Animal Collective, y of Montreal -que llegó a componer junto a Solange- nos decía en una entrevista en 2016 que la autora de ‘Losing You’ “ha influido a Beyoncé mucho más de lo que la gente piensa”, sobre todo en lo que concierne a su interés en “las artes, las músicas y las culturas alternativas”.

Pero antes incluso de que Solange sacara un álbum inspirado en la música de Motown en plena era Amy Winehouse, la cantante publicó, en 2002, un primer disco que prácticamente ya nadie recuerda, a lo que no ayuda que esté completamente descatalogado (también en iTunes) y ni aparezca en ciertas plataformas de streaming como Spotify (al menos en España). Sí están disponibles algunos de sus pistas sueltas, pero no el álbum entero. Con esta portada propia de una triunfita, ‘Solo Star’ fue el debut de Solange cuando esta contaba 16 años, y aunque los créditos de producción incluyen a gente bastante importante, entre ellos Pharrell Williams, Linda Perry (¡el mismo año de ‘Beautiful’!), Timbaland, Jermaine Dupri o por supuesto Beyoncé, el álbum fue un fracaso comercial (solo alcanzó el número 49 en Billboard) y de crítica. Tal fue así que propició el retiro de Solange por unos años: tras la decepción que supuso el disco, Solange se casó con su novio del instituto, Daniel Smith, se mudó a Idaho y tuvo con él su primer hijo. Después se divorciaría de Smith y regresaría a Houston, todo esto antes de cumplir 18 años.

‘Solo Star’ suena de hecho bastante maduro para la edad que tenía Solange entonces, aunque eso no es necesariamente una virtud. El disco es un producto de R&B contemporáneo de su tiempo y en ese sentido suena algo anacrónico en 2019, pero desde el primer momento queda claro que la producción abruma a Solange porque las canciones, que co-escribe ella en gran parte, no están a la altura. En muchos casos, el disco parece un ejercicio de estilo por parte de productores y no una vía para hacer brillar el talento de Solange, lo cual es evidente en temas como ‘Wonderland’, ‘Get Together’ o ‘Dance with You’, en los que es muy difícil encontrar una melodía memorable o, en definitiva, una canción sólida. En ‘Solo Star’, la influencia de Destiny’s Child, Aaliyah y Brandy es obvia en bases rítmicas y armonías, mientras influencias del crunk (‘Get Together’), del reggae (‘Feelin’ You) o el rock (‘I Used To’) asoman por aquí y por allá, pero lo que falta en cualquier caso es un single a la altura de un ‘Dip it Low’ o un ‘1, Step’ o de algunos de los temas que aparecerían en el debut de Beyoncé un año después.

No dice nada bueno de un álbum de pop o R&B que sus singles sean flojos, y si ‘Feelin’ You’ y ‘Crush’ hubieran sido realmente buenos singles, probablemente la carrera de Solange no se habría hundido como hizo. No son malos temas en cualquier caso: el primero, con su ritmo reggae medio escondido en sintonía con la gorra que porta Solange en la portada del álbum, y sus percusiones orientales, parece un presagio de Rihanna, mientras ‘Crush’ es la mejor canción del disco, una de esas canciones R&B despreocupadas y veraniegas que te hacen rememorar tiempos más sencillos. Aquí, Pharrell (en The Neptunes junto a Chad Hugo) se encuentra en la primera fase imperial de su carrera, y sin duda en buena forma. Por otro lado, las texturas electro de ‘Ain’t that Way’ pueden contagiar, ‘Dance with You’ tiene una energía contagiosa y ‘Feel Good Song’ da, pues eso, buen rollo. Pero ‘Solo Star’, sobre todo hacia el final, que presenta hasta tres composiciones de Beyoncé, es emblemático de las montañas de relleno que presentaban los discos de R&B en la época (el álbum se compone de 16 pistas) y ni siquiera el sample de Luther Vandross en ‘True Love’ (un dueto con el niño Lil Romeo) parece bien empleado.

Curiosamente en ‘Solo Star’ no hay una sola pista de la artista que devendría Solange años después. Es imposible encontrar en él un solo elemento que recuerde a la madurez y conciencia política de ‘A Seat at the Table’ o a la sensibilidad mágica de ‘When I Get Home’. En su lugar encontramos a una adolescente que vocalmente suena demasiado parecida a Beyoncé (a menudo parece ella quien canta) y que, en busca de su propio sonido, trabaja al servicio de unos productores que parecen haberlo decidido por ella de antemano. No es de extrañar que la discografía de Solange sea tan caótica. Solange nunca ha confirmado la teoría que grabara el disco obligada por su padre (que fue mánager de Destiny’s Child y más tarde de Beyoncé durante años), pero sí ha dicho que con él probó por primera vez lo que era la fama, algo que no le gustó. “Veía lo mucho que tenías que sacrificar diariamente, veía ese viaje en cámara lenta en mi propia casa. Fue, durante un tiempo, bastante difícil de llevar”. Libre de toda cadena, afortunadamente Solange está haciendo al fin la música que quiere hacer.



Apartamentos Acapulco / El resto del mundo

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Los granadinos Apartamentos Acapulco, apadrinados por Los Planetas a través de su sello El Ejército Rojo, publicaban en 2017 un disco de debut que parecía lastrado por la evidente influencia de Jota y Florent en sus canciones. Pero casi pesaba más cierta dispersión en sus algo exagerados 49 minutos, que diluían sus aciertos melódicos. El ahora cuarteto parece haber aprendido mucho de aquello de cara a ‘El resto del mundo’, su segundo largo. No se han librado de la sombra de los autores de ‘Zona temporalmente autónoma’ –de hecho, canciones como la que da nombre al disco muestra cierta querencia hacia ese espíritu aflamencado, salvo por sus vientos finales–, pero sí que se han esforzado por ir al grano y entregarnos sólo las mejores canciones que han escrito, sin rellenos. Y eso ya es muy de agradecer.

En sus ocho cortes de la versión física –en la digital añaden la coqueta y guasona (“esta no es la canción que será himno del pop”) ‘Posible final II’–, alternan de manera tan fácil como eficaz temas de ritmo lento con otros más acelerados y de melodías más afiladas. Evidentemente, estos últimos son los que entran más fácilmente: ‘La mujer y el monstruo’, ‘Regional preferente’ y ‘Nunca te dije’ (cuyo arranque al ralentí engaña) son indie rock de manual (estricta y perfectamente aplicado, eso sí) al que, esta vez sí, no cuesta rendirse a pesar de no ser lo más original del mundo. Tampoco es que decaigan las “baladas” del disco, temas como ‘Algo que aplastar y pisotear’, ‘Deseo’ y ‘El resto del mundo’. sobre todo porque, pese a sus extensos desarrollos, logran mantener el interés a base de tensión e intensidad (además, muy hábilmente las han situado al inicio de cada cara del vinilo, ejerciendo de antesala a cada una de ellas).

Ante esa ambivalencia, curiosamente lo más bonito y magnético de ‘El resto del mundo’ está precisamente en las canciones que equilibran fuerza y capacidad evocadora: primero, la también muy planetera ‘Estrella de los mares’, que sabe soltar un doble latigazo de melodía e intensidad en el momento preciso; y luego, ‘Camino de Ronda’, una canción construida sobre sintetizadores analógicos, a lo Spectrum, que por temática y referencias locales y generacionales, podríamos decir que puede convertirse en el ‘Un buen día’ o el ‘La playa’ particular de Apartamentos Acapulco, también muy dados al resquemor sentimental en sus letras.

‘El resto del mundo’ es un álbum que consolida la personalidad del cuarteto, mostrándose ambiciosos pero cabales, en el que están medidas hasta las colaboraciones (la voz de Anabella Cartolano de Las Ligas Menores y la guitarra de Niño Elefante de Él Mató a un Policía Motorizado resultan cruciales, pero acompañan, no invaden). Es exactamente lo que imaginábamos que sería la evolución apropiada a partir de aquel ‘Nuevos testamentos’, e incluso mejor.

Apartamentos Acapulco llevan todo el mes de marzo presentando ‘El resto del mundo’ en una gira conjunta por toda España con el grupo argentino Bestia Bebé. Este sábado, 23 de marzo, estarán en la Sala Vol de Barcelona, para culminar la semana que viene en Almería (29 de marzo, Sala Madchester) y Madrid (30 de marzo, Sala Siroco).

Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘La mujer y el monstruo’, ‘Camino de Ronda’, ‘Regional preferente’, ‘Estrella de los mares’, ‘Deseo’
Te gustará si te gustan: Los Planetas, Linda Guilala, Klaus & Kinski, Blacanova
Escúchalo: Spotify

Lana Del Rey confiesa que no sabe cuándo va a salir su disco, ¿puede Billie Eilish tener algo que ver?

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Lana Del Rey publica nuevo disco este año, del que ya se conocen título y tres singles, ‘Mariners Apartment Complex’, ‘Venice Bitch’ y ‘hope is a dangerous thing for a woman like me to have – but i have it‘, publicados entre septiembre de 2018 y enero de 2019; sin embargo, la información en torno a este trabajo, lejos de materializarse en detalles concretos cuando queda una semana para que llegue su supuesta fecha de lanzamiento, es cada vez más confusa y abstracta. ¿Dónde está el disco Lana Del Rey?

La cantante había anunciado que ‘Norman Fucking Rockwell’ saldría “a principios de 2019” y MTV llegó a compartir una fecha provisional, el 29 de marzo, que fue reproducida por varios medios como oficial (las palabras de MTV fueron exactamente “creemos que tenemos una fecha”), si bien Lana nunca llegó a confirmarla ni desmentirla. Ahora, la autora de ‘Lust for Life‘ se ha desdicho de sus palabras en su cuenta no oficial de Twitter (firma como Miss Daytona). En réplica a un fan, la cantante ha afirmado que el álbum está “terminado” pero que “quién sabe cuándo va a salir”, por lo que parece que los planes de lanzarlo a principios de año han sido abortados, a menos que llegue por sorpresa en algún momento de abril. Eso sí, su poemario ‘Violet Bent Backwards Over the Grass’ parece que sigue adelante.

El tuit de Lana contradice en parte las palabras previas de su mánager Ben Mawson, quien a finales de febrero confirmaba a un fan que no había fecha de lanzamiento para el disco, aunque indicaba, al contrario que la cantante, que este “no estaba terminado” ya que “la buena música necesita tiempo”. Un mes ha pasado entre ambas declaraciones, por lo que puede que el disco ya esté acabado o a punto. La pregunta de millón es por qué se anuncia en septiembre un disco que al parecer no está terminado y se llegan a revelar hasta tres singles del mismo, arrancando oficialmente una nueva era, cuando de repente no hay fecha concreta de lanzamiento y no parece que la vaya a haber de momento. ¿Tan «malo» es el disco que Interscope no se atreve a publicarlo? ¿Ha enviado el sello a Lana a escribir más canciones de 3 minutos y menos de 9?

La respuesta a esta pregunta puede ser Billie Eilish. La autora de ‘bury a friend‘ es ahora mismo la mayor apuesta comercial de Interscope, hasta el punto que se espera que las ventas de su debut durante su primera semana de lanzamiento alcancen o incluso superen las de ‘thank u, next’ de Ariana Grande, el disco más vendido en este momento en el mundo. Cuando llegó la fecha provisional de ‘Norman Fucking Rockwell’ y cuando se lanzó a las plataformas el tercer single del álbum, a principios de enero, todavía no había trascendido a los medios que el debut de Eilish saldría precisamente el 29 de marzo. Parece que Interscope ha decidido poner toda la carne en el asador en su nueva promesa y aparcar a Lana por ahora, quizá para no distraer a posibles compradores entre la base de fans de Lana del que será probablemente el debut del año.

Un mareo de perdiz como pocos el de Lana en cualquier caso, que al menos podrá quitarse la espinilla de su disco sin publicar tocando algunas canciones nuevas en los conciertos que tiene programados para el verano. Uno de ellos, recordamos, es en Festival de Benicàssim. Toda la información sobre ‘Norman Fucking Rockwell’ está recopilada su página de “fandom”.

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‘Nosotros’ confirma el talento de Jordan Peele pese a su irregularidad

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El cómico Jordan Peele debutó en la dirección cinematográfica hace ya dos años con la aclamada ‘Déjame salir’, una película que encantó a la prensa –especialmente a la americana- y sorprendió por su combinación de géneros como la comedia o el terror sin olvidarse de ser una crítica feroz al racismo en Estados Unidos. ‘Nosotros’ era una obra decisiva a la hora de demostrar si aquello había sido solo un golpe de suerte o el comienzo de un cineasta tan personal como interesante. La balanza parece inclinarse más hacia lo segundo, pese a que en esta ocasión no encontramos la frescura de su predecesora (y, lógicamente, tampoco el factor sorpresa).

El filme presenta a una familia de clase media que se va de vacaciones a la costa californiana. La mujer esconde un trauma de su infancia en la playa de Santa Cruz, pero por insistencia de su marido, accede a pasar el día allí con su familia y sus amigos. Cuando vuelven a casa, hay cuatro extraños dados de la mano y vestidos de rojo en su puerta. Son la versión malvada de cada uno de ellos.

‘Nosotros’ comienza con un prólogo inquietante y sugerente donde ya se percibe una mayor estilización visual que en su opera prima –la cual contó con un presupuesto casi cinco veces inferior a esta- y un control técnico más sólido. Narrativamente, desde el principio se rinde al espectáculo por encima de lecturas políticas. No hay tanto interés aquí en diseccionar a la clase media sino de ofrecer un entretenimiento repleto de giros argumentales, violencia y bromas. Peele, sin duda, conoce perfectamente los códigos del cine de terror y sabe adaptarlos a su particular sentido del humor, alternando con bastante habilidad la tensión y la comedia.

El principal problema del guion es que no hay el suficiente trasfondo como para que la película se eleve como algo más que un mero pasatiempo y esto deriva en que finalmente sea una propuesta profundamente irregular. Hay momentos en los que resulta muy dispersa y que son un claro tránsito a otras secuencias que sí tienen algo que decir. No obstante, es intermitentemente brillante, en especial cuando Peele no está tan pendiente de impresionar y hacer una película de culto, y emplea algunos gags cómicos con verdadera gracia. Mención especial merece cierta secuencia con una Elisabeth Moss fantástica, en un papel muy breve pero divertidísimo, que supone la enésima prueba de que es una de las mejores actrices del momento. El resto del reparto, encabezado por Lupita Nyong’o (en el que por extraño que suene es su primer papel protagonista), también parece haber comprendido perfectamente el estilo de su autor.

‘Nosotros’ peca de estar excesivamente calculada y, por ello, demasiado preocupada en seguir la fórmula que hizo que ‘Déjame salir’ fuera un éxito. También de ser algo explicativa en sus últimos minutos. Y, sin embargo, aunque esté lejos de ser una película redonda, confirma el talento de Jordan Peele como una voz a tener en cuenta en el cine mainstream –porque la etiqueta “indie” ya quedó atrás- americano. 6,5.

Escucha lo nuevo de MARINA, Morrissey, Apparat, Becky G, Brigitte Laverne, Leiva, ANOHNI, McEnroe…

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Parece que, por fin, empieza a ponerse serio de verdad este 2019 en lo que a música pop se refiere: este viernes 22 de marzo llega un auténtico aluvión de novedades discográficas, especialmente en cuanto a álbumes se refiere. Hoy en Ready for the Weekend son protagonistas ‘La gran esfera’ de La Casa Azul, más los nuevos largos de Jenny Lewis, Andrew Bird, Apparat, Oso Leone, These New Puritans, One Path, Ex Hex, Lambchop, Yawners, Leiva, Sleeper, Mr. Oizo, Kakkmaddafakka, Lafawndah, Danny Ocean, Wild Belle, Lucy Rose, Roi Méndez, American Football, Spiral Stairs, Tamaryn, Ella Baila Sola, Mötley Crue (atención a su tema con Machine Gun Kelly), Maverick Sabre o Cápsula. También llegan un puñado de esperados debuts como los de Nilüfer Yanya, Orville Peck, Anteros, Yawners, Wallows, Biig Piig o Vendredi Sur Mer.

Además, hemos amanecido con uno de los singles más importantes que se esperaban este año: el primer adelanto del nuevo trabajo de Tame Impala, ‘Patience’. Junto a esta, nuevas canciones de los inminentes discos de MARINA, Morrissey, Hidrogenesse, The Cranberries, Lizzo (ft Missy Elliott), Lee Fields & The Expressions, Weyes Blood, Cate Le Bon, Los Ganglios o Logic se han presentado en los últimos días. También Foster The People, ANOHNI, McEnroe, Major Lazer, Brigitte Laverne, Lust for Youth, Calexico con Iron & Wine (avance de un nuevo álbum conjunto, tras aquel EP de hace años), Becky G (un tema trap: ¿será parte de ese álbum que debería publicar?), Broken Social Scene, Sara Bareilles, Ra Ra Riot, The Weekend como invitado de NAV, Sofi Tukker, Paloma Mami, Evripidis & His Tragedies (adelanto de un disco cantado en su griego natal), Jamila Woods, Mikel Erentxun, Kailee Morgue & Hayley Kiyoko, Lighthouse Family o Bruce Hornsby & Justin Vernon de Bon Iver lanzan singles al mercado, sumándose a los presentados en los últimos días por Peny Necklace, Fat White Family o Two Door Cinema Club.

Por supuesto, hay hueco para lanzamientos más atípicos y rarezas. Comenzando por un disco que conmemora los 30 años de ‘Like A Prayer’ de Madonna (reuniendo remixes y tomas alternativas), siguiendo por una inesperada mixtape de Flume en la que colaboran grandes nombres del panorama alternativo como SOPHIE, slowthai o JPEGMAFIA, la colaboración de Love of Lesbian & Iván Ferreiro para un disco homenaje a Mecano y culminando con la demo de un tema inédito que hace unos días subía Grimes a Internet, poco antes de anunciar el nombre y concepto de su nuevo álbum.

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Florence + The Machine contra los plastas del móvil, la masculinidad tóxica, las críticas por «intensa» y hasta la gripe en la gira de ‘High As Hope’

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Florence + the Machine actúa en Madrid y Barcelona en recintos impropios de lo que parece su popularidad en las listas de éxitos. Sin embargo, gracias a su aparición en festivales como el FIB o el Bilbao BBK Live parece que se ha corrido la voz de que tenemos en Welch a un animal escénico del tamaño de Iggy Pop o Freddie Mercury y, aunque ha costado tras la tibia recepción comercial de ‘High as Hope‘, la cantante actuaba anoche ante un WiZink Center que no agotó entradas pero sí lucía aparentemente lleno hasta la bandera. Foto: Live Nation.

Más de 15.000 personas según la organización asistieron al recital de su grupo, en el que su técnico/a de sonido logró una ecualización de arpa, violín y demás instrumentos de los 8 músicos que ya hubieran querido para sí por ejemplo Arcade Fire. Florence escoge no tocar en ningún momento instrumento alguno para decantarse en cambio por recorrerse todo el escenario disfrazada de hada, desplegando una voz en un estado impecable, personal y arrolladora, pero nunca excesiva.

Son varios los momentos mágicos: la llegada de ‘Hunger’ en segundo lugar tras el inicio con ‘June’; el desenlace medio españolete y un poco Morrissey de ‘Queen of Peace’, con todo el respetable dando botes; el falso final con ‘What Kind of Man’, el bis último con ‘Shake It Out’ o la interpretación de la popera ‘Ship to Wreck’. Gracias a Dios no ha dado de lado su canción más infravalorada. Es curiosa su llegada además porque el escenario, compuesto de varias alturas en madera y con unas telas sobrevolando, se asemeja a un enorme barco de vela.

También hay, no obstante, momentos más áridos. ‘High As Hope’ es el peor disco de Florence o, como mínimo, el más inadecuado para presentar en grandes estadios, y canciones como ‘The End of Love’, ‘South London Forever’ o ‘Big God’ no logran atrapar tanto como sus viejos hits. También intentó que se nos saliera el corazón por la boca al espetar, antes de ‘Patricia’: «We welcome you, Patti Smith!!!!». Se refería en espíritu. Pero por lo demás, es loable que el espectáculo visualmente se sostenga sin los grandes trucos escénicos ya imprescindibles para los artistas que tienden a actuar en este tipo de recintos, como U2, Muse o Kiss.

Aquí la única parafernalia técnica es ella misma dando botes, recorriendo todo el foso del WiZink Center al completo sin necesidad de abrir un pasillo y por tanto aplastar al público previamente durante 20 minutos como hicieron U2, o mandando mensajes contra la masculinidad tóxica y a favor de las mujeres en unos discursos entre canción y canción que por suerte contuvieron algo de guasa. Florence habla más despacito que Paulina de la Mora, pero sabe reírse de sí misma. En un momento dado nos invita a darnos todos las manos, besos y abrazos, incluso aunque no nos conozcamos. Después de yacer medio muerto con 40 grados de fiebre hace un par de semanas a causa de un virus que se ha llevado por delante a medio Madrid, yo solo pensaba en gente tocando manos ajenas y acto seguido ojos, nariz y boca. Hay mil maneras posibles de ‘Contagio’, pero ella siguió a lo suyo: «por todo esto deben de decir que soy intensa».

Florence estuvo simpatiquísima y cercana (al final bajó a firmar autógrafos cual Lana del Rey), y a la vez profesional y moderada. Por ningún lado se intuye a esa persona que ha tenido tantos problemas con la bebida. Tiene tiempo para recordar el día que actuó en Razzmatazz a las 4 de la mañana en lo que recuerda como un «concierto muy raro» en el que cobró en metálico, pero nunca se aleja de unas interpretaciones impecables y medidas, pulcras y apasionadas, en las que se intuyen largas horas de ensayos.

Aun así, el show no pasará a la historia por su perfección, sino por ese momento tan simpático en ‘Dog Days Are Over’, en el que consiguió que todos guardáramos los móviles. El reto fue «sed tan valientes de hacerlo» y luego invitó a la gente a indicar a todo el mundo que le rodeara que guardara el móvil si no lo había hecho todavía. Sugirió hacerlo primero en un inglés modo «polite» y después en «slang» callejero, y lo logró. Estuvo muy divertida siendo ella misma porque así es el pop-rock que representa Florence + the Machine: elegante y fino, y al mismo tiempo salvaje. 8.

Young Fathers fueron unos buenos teloneros para Florence + the Machine, gracias a aquello que comparten con la banda de Welch pese a las visibles diferencias: un mayor foco en el rap, en la experimentación y en hacer ruido. Pero hay cierto sentido étnico y tribal en muchas de sus composiciones y fueron varias las ocasiones en que se comprendía perfectamente qué hacían allí como invitados de esta gira. El trío, completamente basado en batería y percusiones, presentó tan grandes canciones como ‘In My View’ y ‘Low’, aunque como suele suceder en estos casos toparon con cierta indiferencia por parte del público. 6.

Natti Natasha quiere que te obsesiones “loca y profundamente” de ella en su nuevo vídeo

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Natti Natasha ha hecho como Becky G y se ha apuntado al trap en ‘Obsesión’, uno de los varios hits en potencia incluidos en su disco genialmente titulado, ‘IlumiNatti‘. Aunque Natasha, al contrario que Becky, sigue cantando en español en este tema para el que la co-intérprete de ‘No me acuerdo’ presenta ahora un videoclip dirigido por Nuno Gomes. El vídeo, explica la nota de prensa, “cuenta con un trabajo de producción impecable y una apuesta muy distinta” y es “un mini cortometraje que muestra la historia de una estrella de la música con la que 3 hombres se obsesionan loca y profundamente”.

Continúa el texto: “A lo largo del videoclip, la dominicana los envuelve en un juego mental [de] seducción, en el que los protagonistas no saben si es realmente Natti Natasha quien los cautiva personalmente o si definitivamente perdieron la cabeza y todo está en su imaginación”.

En este “mini cortometraje” de 3 minutos vemos a Natasha interpretando la canción entre plantas, metida en una bañera, desde donde seduce a un hombre en su despacho; cegada por los focos en una pasarela o tumbada entre rosas rojas en la visión de uno de sus pretendientes, en un posible guiño a la icónica escena de ‘American Beauty’.

Luis Miguel pega un “microfonazo” a su técnico durante un concierto en Panamá

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Luis Miguel es noticia este viernes tras aparentemente haber agredido a un técnico de sonido durante un concierto en Panamá. Decimos aparentemente porque la víctima de su furia no aparece en el vídeo del incidente que ha llegado a los medios, pues le tapa una pared, pero el gesto de Luis Miguel es inequívoco además de bastante agresivo.

Varios medios indican que Luis Miguel parecía irritado durante el mencionado concierto, celebrado en el Centro de Convenciones de Panamá, debido a varios problemas de sonido y con el sistema de calefacción que estaban teniendo lugar en el recinto. Como se puede ver en el vídeo, un tenso Luis Miguel parece advertir problemas de sonido durante una canción, por lo que decide interrumpir su actuación para dirigirse al lateral del escenario. Allí, el músico reprende a su ingeniero y entonces le lanza el micrófono.

El show en cuestión forma parte de la gira que está llevando a Luis Miguel este 2019 por América Latina y Estados Unidos. En 2018 se estrenó en Netflix su serie “autobiográfica”, en la que se narra su ascenso a la fama y que está protagonizada por el actor mexicano Diego Boneta. El año previo, cuando se anunció la llegada de la serie, el intérprete de ‘La Bikina’ se declaró en bancarrota y actualmente son varios sus problemas con la justicia.