A medida que han ido debutando con discos sus participantes más conocidos, la edición 2018 de Operación Triunfo parece ir confirmándose como la de las promesas incumplidas. Si bien Miki Núñez cumplía en ‘Amuza‘ con las (bajas) expectativas hacia su pop populachero, Natalia Lacunza, que logró despertar nuestra atención con aquella balada con Guitarricadelafuente y hasta hacernos pasar por alto el fusilamiento a Billie Eilish en la divertida ‘Tarántula’, no pasaba de ofrecer algunas buenas sensaciones en ‘Otras alas‘.
Algo parecido ocurría con Alba Reche en ‘Quimera‘, potable pero ni mucho menos lo que esperábamos tras ‘Medusa’, y con Julia Medina, que sorprendía incluyendo un dueto con Carmen Boza en su debut… por lo demás repleto de guiños al libro de estilo de Pablo Alborán o Vanesa Martín. La amiga de Hinds, María Escarmiento, mostró con su fallido primer single el mismo desinterés que en el concurso; Damien aún debe confirmar si será un «Lolo Indigo» para su generación; Famous, ya tal… ¿Quién queda? Ah, sí: Sabela.
La joven coruñesa nos dejó relativamente boquiabiertos (al fin y al cabo, el sonido del debut de The xx ha sido de los más imitados en esta década) con la ambientación sinuosa y la instrumentación poderosa, a lo Daughter, de ‘Despedida‘. El tema que da nombre a su primer disco –que en realidad es un EP de apenas 20 minutos– no es un dechado de originalidad, pero al menos sí muestra algo distinto al promedio triunfito, apoyada en este caso en la producción del portugués Diogo Piçarra. La presencia orientando a Sabela Ramil en el sonido de sus canciones, hacía albergar algo de esperanza hacia este trabajo. Falsa alarma.
‘Despedida’ no es un desastre infumable a la altura del debut del compañero que nos representó en Eurovisión con ‘La venda’. Incluso hay algún número interesante que, aunque no sigue la línea marcada por el tema que lo abre, al menos sí ofrece una personalidad propia: el encuentro entre folclore galego y electrónica de ‘Nai’ parece una veta en la que indagar, mientras que el electrosoul con arreglos de cuerda de ‘Sin tu amor’ saca buen partido a la bonita (aunque algo random) voz de Ramil. Lamentablemente, el resto del disco discurre por la tan bucólica como soporífera épica de ‘Mi reina’ –la melodía, un tanto vetustamorlesca, no está mal– y ‘Nazco yo’, junto a baladas folkies al estilo Ed Sheeran como ‘Dame una señal’ y ‘El paso‘. Se nota que la última está co-escrita por Xoel López, pero su enfoque instrumental es demasiado convencional… en línea con sus letras.
De nuevo, ‘Despedida’ es más timorato y blandurrio de lo que prometía su primer avance. El hecho de que Sabela no se flipe de más y vea este trabajo como la culminación de una etapa que da por cerrada, en cambio, invita a pensar que quizá en el futuro, liberada de la vigilancia de la multinacional que auspicia el talent-show, pueda ser más osada y personal. Si es así, prometemos contarlo. El problema es si para entonces quedará alguien escuchando.
Calificación: 5/10 Lo mejor: ‘Despedida’, ‘Nai’, ‘Sin tu amor’ Te gustará si te gustan: Natalia Lacunza, Alba Reche, el Ed Sheeran más folkie. Escúchalo: Spotify
Cualquiera que haya presenciado un concierto de las aguerridas Savages tendrá muy claro que su front-woman, Jehnny Beth, es todo un animal escénico. De esos que irradian algo especial y que encienden masas. Pero, ¿podría ser ella algo más sin el respaldo de sus compañeras de banda en discos como ‘Adore Life‘ y ‘Silence Yourself‘?
Sin noticias del grupo desde 2016, la presencia de Jehnny –de nombre real Camille Berthomier– en el mundo del pop no solo no ha menguado sino que se ha ido asentando. Tras aparecer en ‘Fixion‘ de Trentemøller y ‘Humanz‘ de Gorillaz como invitada estelar y publicar un curioso single con Julian Casablancas, Beth ha acrecentado su figura en solitario participando en un tema de la BSO de Johnny Hostile para ‘XY Chelsea’ –documental dedicado a la figura de Chelsea Manning– y lanzando su primer single en solitario. Y, a tenor de ambos, parece evidente que está lista para iniciar una carrera en solitario, pase lo que pase con Savages. Más aun cuando ya ha anunciado dos fechas en solitario en dos festivales europeos para 2020.
Contenida en el reciente álbum de canciones para la serie ‘Peaky Blinders’, el tema en sí se titula ‘I’m The Man’ y supone un auténtico bofetón estético que pone sobre la mesa sus referentes: el Nick Cave más salvaje –hace poco Beth versionaba ‘Red Right Hand’ junto a Anna Calvi, precisamente en el minifestival que celebraba ese disco para la serie británica y que en el disco es interpretada por…–, la PJ Harvey más azorada –Beth es de las pocas personas en el mundo capaces de arrancarle lo más parecido a una entrevista que Polly Jean está dispuesta a ofrecer hoy en día– y hasta Nine Inch Nails emergen de algún modo en esta canción.
Lo de NIN no es casual: Atticus Ross figura como co-autor de esta canción furiosa y palpitante, con percusiones tan brutales como sus pausas, distorsiones desbocadas y trazos de electrónica, puestos al servicio de una Jehnny magnética cuando lanza al principio de cada verso esos «soy el hombre». Tras un inesperado y fascinante puente al piano, en el que la «acción» se detiene, aun queda energía para un arrebato final.
La canción se ha visto potenciada hace unos días con un vídeo oficial totalmente imperdible: dirigido por Anthony Byrne, guionista y director de la propia ‘Peaky Blinders’, y con un poema recitado por su protagonista Cillian Murphy como introducción, el clip nos lleva a una noche en una ciudad británica en la que una Beth, con su androginia habitual, provoca con su actitud impetuosa y agresiva a hombres y mujeres. Una provocación que funde lo lírico («no hay puta en la ciudad que no sepa lo dura que puede ser mi polla», canta) y hace que lo visual salte de la pantalla a nuestras mentes, incomodándonos. Y, siguiendo con el reto, no está claro si sucede por su actitud asquerosa en sí (que en el puente se torna fragilidad) o por ver a una mujer haciendo «gala» de ella.
Este fin de semana las redes sociales y la prensa generalista han dado cuenta de una sonada polémica a cuenta de la Sala Caracol de Madrid, veterana sala de conciertos de la capital. En la tarde del pasado sábado, 7 de diciembre, diversos colectivos antifascistas daban la voz de alarma al observar en las inmediaciones de la sala (muy próxima al barrio de Lavapiés, que acoge numerosos comercios y vecinos de origen migrante) grupos de personas exhibiendo símbolos de ideología nazi y ultraderecha. Al parecer, se congregaron en la Sala Caracol para ver el concierto de dos grupos rock, Iberian Wolves y Brigada Totenkopf.
Como muestran algunos vídeos subidos a Twitter, los grupos y público no solo exhibieron esos mismos símbolos sobre el escenario sino que escenificaron consignas nazis. Como consecuencia, el promotor Guacamayo Tropical decidió cancelar la fiesta «Balkan VS Cumbia» que estaba programada después, «para resguardar la integridad de nuestro público y ser consecuentes con nuestras opiniones, orígenes y formas de pensar». Numerosas personas en redes sociales llamaron al boicot de la sala por haber aceptado celebrar ese concierto, recordando que en el año 2004 la sala canceló un concierto de Berri Txarrak por supuestos mensajes de apoyo a los presos de ETA en sus letras.
Horas después, la Sala Caracol ha salido al paso de la polémica pidiendo disculpas por la celebración del concierto. Según ellos, fueron engañados por los grupos escondiéndoles cualquier signo que pudiera indicar cuál era su ideología. Solo supieron de ello cuando, «minutos previos a la apertura», se personaron agentes de la Policía Nacional preguntando por el evento, confirmando los agentes que se trataba de grupos de extrema derecha, explica el comunicado. Según el mismo, la Policía recomendó seguir adelante con el concierto porque «ellos mismos no se consideran aptos para ofrecer la protección y seguridad para que pudiéramos cancelar el evento». «Visto el margen de reacción y el apoyo nulo para cancelar (…), nos vimos obligados a realizar el concierto», prosiguen antes de aclarar que en sus 27 años de historia la sala ha «rechazado cualquier tipo de ideología racista, xenófoba y en contra de los derechos humanos». Posteriormente, Caracol ha emitido un segundo comunicado insistiendo en que no tenía constancia de la «naturaleza fascista» del evento: «es de mentes retorcidas creer que una sala con 27 años de experiencia y 6.00 eventos realizados tenga la necesidad de apoyar la cultura del odio», escribe, antes de pedir al público que deje de hacer «conjeturas» y de «criminalizar». La sala hace público que la recaudación del evento irá a la Fundación Pequeño Deseo y que Guacamayo Tropical recibirá una indemnización. A pesar de sus disculpas, numerosos mensajes en tuit desconfían de estas explicaciones y aseguran que no volverán a la sala.
La Sala Caracol de Madrid se ha erigido en uno de los epicentros de la cultura en la capital, acogiendo innumerables conciertos de artistas nacionales e internacionales e incluso siendo sede de festivales como Primavera Club. En el año 2013 fue clausurada por el Ayuntamiento de Madrid, al entender este que carecía de las licencias oportunas para celebrar conciertos. Tras reabrir semanas después de manera preventiva, gracias en parte al apoyo popular que la sala pidió, un año después la sala logró subsanar todas las deficiencias y obtuvo su licencia definitiva.
“Vivo rodeado de libros”, así comienza Pedro Almodóvar el apartado que dedica a la literatura en ‘Dolor y gloria’, el libro que acaba de publicar Reservoir Books que incluye el guión de la película, fragmentos del storyboard y comentarios del director. Almodóvar escribe sobre sus autores de cabecera, las novelas recientes que más le han impresionado, y la manera que tiene de utilizar la literatura como fuente de inspiración para sus guiones. “A veces la lectura me da la clave para alguna secuencia […], me transporta a un lugar donde florecen las ideas”. También habla de alguno de los libros que aparecen en ‘Dolor y gloria’. El personaje de Salvador Mallo, como Almodóvar, vive rodeado de ellos. La mayoría forman parte del atrezo, pero hay algunos que el director ha querido destacar especialmente, ya sea como recurso dramático o como simple homenaje. Su recopilación, por orden de aparición, nos permite elaborar una especie de “guía de lectura según Almodóvar”.
Nada crece a la luz de la luna (Torborg Nedreaas)
Almodóvar habla sobre cómo le fascinan las novelas de escritoras “malditas y torrenciales”. Una de esas autoras que “escriben arrolladas por la pasión” es la noruega Torborg Nedreaas. ‘Nada crece a la luz de la luna’ (Errata Naturae), publicada por primera vez en 1947 (la autora falleció en 1987), narra la historia de un amor obsesivo y, por tanto, destructivo. El tipo de amor que ha reflejado muchas veces Almodóvar en sus películas. Pero la novela también es un desgarrador relato sobre la soledad, sobre el miedo a la soledad, lo que le permite al director utilizarlo para reflejar ese sentimiento en Salvador Mallo. El personaje aparece leyendo la novela en la cama. Por medio de su voz en off escuchamos un fragmento del libro, muy significativo, que luego subrayará: “Estábamos todo lo cerca que dos personas pueden estar, pero cada uno en su mundo”.
The Master. Retrato del novelista adulto (Colm Tóibín)
En esa misma secuencia donde Antonio Banderas lee a Nedreaas, Almodóvar destaca otro libro, que está colocado en la mesilla de noche. Se trata de ‘The Master. Retrato del novelista adulto’, en la edición de 2006 de Edhasa (la última es de Lumen, de 2018). El libro del irlandés Colm Tóibín (‘Brooklyn’, ‘El testamento de María’) es una mezcla de biografía y ficción histórica sobre el neoyorquino Henry James, uno de los autores preferidos de Almodóvar. Como explica el cineasta en ‘Dolor y gloria’, casi todas las páginas de sus obras maestras –‘Washington Square’, ‘Retrato de una dama’, ‘Otra vuelta de tuerca’- las tiene subrayadas. Para los más completistas, durante la panorámica que termina con Banderas leyendo, aparece también en la mesilla de pasada ‘El último de la estirpe’ (Tusquets), la colección de cuentos de la suiza Fleur Jaeggy (‘Los hermosos años del castigo’, ‘Proleterka’), también conocida por su colaboración con Franco Battiato bajo el pseudónimo de Carlotta Wieck.
Ana No / El cordero carnívoro (Agustín Gómez Arcos)
El único escritor que repite presencia en la película es español, aunque no sea muy conocido en España. La razón de este desconocimiento es que Agustín Gómez Arco decidió emigrar a Francia en junio de 1968, al calor de los movimientos estudiantiles y cansado de batallar contra la censura franquista. Durante su exilio voluntario comenzó a escribir en francés, convirtiéndose en uno de los novelistas más reputados de las letras francesas de los ochenta. Silenciado por la dictadura y olvidado durante la democracia, su obra había quedado prácticamente inédita en España. En 2006, la editorial Cabaret Voltaire decidió rescatar gran parte de sus novelas (ya ha publicado ocho). Almodóvar, quien estuvo conviviendo con el escritor en la misma casa durante un tiempo, decidió sacar sus obras en la película a modo de, como él mismo dice, “pequeño homenaje”. ‘Ana No’ aparece en el atril del escritorio de Salvador, y ‘El cordero carnívoro’ lo está leyendo éste cuando recibe la llamada de Alberto Crespo (Asier Etxeandía) contándole que Federico (Leonardo Sbaraglia) ha ido a verle a la función de teatro.
Llamadas telefónicas (Roberto Bolaño)
No podía faltar Bolaño. Almodóvar es un apasionado del formato cuento y un ferviente admirador del autor de ‘Los detectives salvajes’ y ‘2666’. “Me gusta todo”, dice en ‘Dolor y gloria’. ‘Llamadas telefónicas’ (Alfaguara) fue la primera colección de cuentos que publicó el escritor chileno. De entre los catorce que componen el volumen destaca ‘Sensini’, sin duda uno de los cuentos más célebres de Bolaño, su gran relato metaliterario. El libro aparece en la película durante la noche de insomnio de Salvador, tras la discusión con Alberto. Es el libro que está leyendo cuando mira el reloj y comprueba que son ya las cuatro de la mañana. Además, aunque no aparece destacado en la película, el director ha expresado su deuda creativa con ‘Manual para mujeres de la limpieza’, la colección de relatos de Lucia Berlin. Lo tiene lleno de acotaciones a lápiz, ha explicado el cineasta, y le “tienta hacer algo con ellos”. ¿Una pista sobre su próxima película?
Cómo acabar con la contracultura (Jordi Costa)
El fabuloso ensayo de Jordi Costa no solo aparece en la película, sino que protagoniza una escena. Es el momento en el que Salvador y su asistente Mercedes (Nora Navas) están tomando un té en la cocina. Ella saca el libro del bolso y se lo da. El director, que está deseando meterse un poco de heroína, lee el título y responde con un desganado “yo qué sé”, muy elocuente sobre su estado de ánimo. ‘Cómo acabar con la contracultura’ es, como reza el subtítulo, “una historia subterránea de España”. La crónica de los movimientos contraculturales que surgieron en lugares tan insospechados como las bases aéreas americanas de Rota y Morón de la Frontera, y que luego se expandieron a otros territorios como Barcelona, Ibiza, Formentera y, más adelante, Madrid. Costa cartografía brillantemente el underground español, haciendo hincapié en una de sus figuras más representativas: el propio Almodóvar.
Cuentos (Antón P. Chéjov)
Más cuentos. La edición de Alba de los relatos de Chéjov, una antología de sesenta cuentos, aparece en la misma secuencia donde sale el libro de Jordi Costa. Se puede ver encima de la cómoda donde Salvador se está haciendo un chino mientras Mercedes está hablando por el móvil. Para alguien que, como hemos dicho, adora el género del cuento, el homenaje a uno de los mejores cuentistas de la historia no podía faltar. Si tú también eres fan del autor ruso, una recomendación: los cuentos completos en cuatro volúmenes que editó hace un par de años la editorial especializada en el género Páginas de Espuma. Y, si eres de los completistas que hablaba antes, otro apunte: encima del libraco de Chéjov aparece otro libro del que apenas se lee el título. Se trata de ‘Escenas de una vida de provincias’ (Random House), las memorias noveladas del Nobel sudafricano J. M. Coetzee.
El orden del día (Éric Vuillard)
Justo después de la secuencia mencionada anteriormente, aparece un plano de Salvador durmiendo. La novela que sujeta contra el pecho es ‘El orden del día’, la maravilla con la que Éric Vuillard ganó el premio Goncourt hace dos años. El libro, nuestro número uno de 2018, sale en la película por una razón muy sencilla: Almodóvar acababa de leerlo y le había entusiasmado. Vuillard narra la historia del ascenso del nazismo, concretado en la reunión que en 1933 mantuvieron Hitler y los grandes industriales alemanes (de ahí el título), desde un ángulo inédito. Un punto de vista que bascula entre lo irónico (“es que en Alemania estaban muy apretados”, comenta acerca del discurso sobre el “espacio vital”) y lo poético (compara a los industriales con “veinticuatro calculadoras en las puertas del Infierno”), entre la Historia con mayúsculas y las pequeñas historias que se ocultan bajo las alfombras de los grandes despachos. Lo dicho, una maravilla.
El libro del desasosiego (Fernando Pessoa)
“La vida me disgusta como una medicina inútil. Y es entonces cuando siento con visiones claras lo fácil que sería alejarse de este tedio si tuviese la simple fuerza de querer alejarlo de verdad”. Junto a ‘Nada crece a la luz de la luna’, este es el otro libro que Almodóvar utiliza como recurso dramático en una secuencia. Salvador recita ese párrafo en off, y lo subraya con un lápiz como hace el cineasta con sus libros. Su elección no es casual. Además de ser uno de los escritores de cabecera de Almodóvar (junto a otros que no aparecen en el filme pero señala en el libro como Borges, Kafka, Scott Fitzgerald o Virginia Woolf), ‘El libro del desasosiego’ (Acantilado) tiene algunas de las frases más desoladoras de la historia de la literatura. El párrafo que llama la atención de Salvador le sirve al director para proporcionar información al espectador sobre el funesto estado de ánimo del personaje.
En la orilla (Rafael Chirbes)
Es el último libro que aparece destacado en la película. Después de la visita de Federico, su antiguo amante, Salvador, en pleno subidón emocional, abre la cómoda dispuesto a relajarse fumándose otro chino. Cuando está rebuscando para sacar la papelina, se puede ver perfectamente el título de la última novela que publicó en vida Rafael Chirbes, fallecido en 2015. ‘En la orilla’ (Anagrama), con la que el autor valenciano ganó el Premio Nacional de Narrativa, es una de las novelas más lúcidas sobre la crisis de 2008 y la burbuja inmobiliaria. A partir del hallazgo de un cadáver en un pantano, Chirbes pone en marcha una narración protagonizada por un carpintero en paro víctima de la crisis del ladrillo. A través de un estilo muy rico, combinando el monólogo interior con la voz en tercera persona, el autor nos sumerge en el fango creado por el polvo de las construcciones del boom inmobiliario. Ese polvo que se respiraba en su obra maestra, ‘Crematorio’, y que seguro que Salvador Mallo tiene también guardada en alguna estantería.
Tras celebrarse este fin de semana la segunda edición del curioso evento Secret Vida –un festival de dos días en el que no se desvelan los artistas que actuarán hasta el mismo momento de subir al escenario–, Vida Festival anuncia un nuevo nombre para su edición 2020. En este caso, uno de los grandes, puesto que se trata de Angel Olsen: la cantautora de Missouri se anuncia como cabeza de cartel en el festival, donde compartirá protagonismo con Belle and Sebastian, Destroyer y Parcels.
Angel Olsen es uno de los grandes nombres de 2019 al haber editado uno de los mejores discos del año y, en buena medida, una cumbre de su carrera. Con suntuosos arreglos de cuerda y lleno de melancolía, ‘All Mirrors‘ exhibe no solo la magnificencia de Olsen como intérprete, compositora y arreglística, punto álgido de una trayectoria en constante crecimiento tras su debut ‘Half Way Home’ (2012), su notable continuación ‘Burn Your Fire For No Witness’ (2014) y el gran salto que supuso ‘My Woman’ (2016).
Además de Angel Olsen, Vida Festival también comunica la inclusión en su cartel de Manel, que precisamente han sido protagonistas en el citado Secret Vida 2020 –los otros fueron, entre otros, Teenage Fanclub– después de haber publicado semanas atrás el muy interesante ‘Per la bona gent‘. Los barceloneses suponen el primer gran nombre del ámbito nacional para el Vida, después de haberse anunciado la presencia de Ferran Palau –que acaba de publicar el notable ‘Kevin‘– y María José Llergo –cantaora cordobesa que expandirá sus raíces flamencas hacia territorios contemporáneos en su próximo debut–. Vida Festival se celebra entre el 2 y el 4 de julio de 2020 en Vilanova i la Geltrú.
Hay que querer a Brittany Howard. Con la base de blues y sureña de Alabama Shakes podía haber sido una niña mimada en los Grammy para siempre, cuando menos en las categorías rock, limitándose a hacer canciones clásicas que, dada la fidelidad del público rockero, la hubiera llevado de festival en festival, de Lollapalooza en Azkena, prácticamente de por vida. Pero su culo inquieto le pedía algo más, así que ha abandonado momentáneamente su exitosa banda, ha escrito un álbum titulado como una hermana suya que falleció a consecuencia de un cáncer a los 13 años, se ha desnudado en unas letras que hablan de familia, homosexualidad, política y religión, ha customizado géneros como el rhythm & blues y el soul, y después se ha metido en Genius para explicar palmo o palmo de qué va exactamente todo esto.
Prince es un referente en ‘History Repeats’, una canción de apertura muy crítica que derriba géneros y habla sobre cómo «nos derrotamos a nosotros mismos» de manera reiterada. A Mavis Staples y a Lauryn Hill nos pueden remitir piezas más clásicas como ‘Baby’. Pero lo más interesante de ‘Jaime’ es cuánto puede retorcerse para embarcarse en un viaje similar a los emprendidos por Dirty Projectors o tune-yards. Es lo que sucede en ‘Tomorrow’. En una de las explicaciones más simpáticas de Genius, Howard cuenta que esta canción no le gusta a nadie, pero que a ella le encanta, pues se divide en 3 fases musicales: una en la que deja para otro día hacer algo, otra en la que llega ese «mañana» y otra en la que se trata de disfrutar del momento porque «la vida es corta». Así, una de las canciones más ariscas del álbum, termina despertando tu atención.
‘Jaime’ se divide de hecho entre grabaciones que resultan inmediatas y grabaciones que buscan algo más. Entre las últimas hay que destacar la politizada ’13th Century Metal’, surgida de la rabia experimentada por la artista tras la muerte de Prince y la elección de Donald Trump. En el mismo año. Se trata de una canción hecha a base de improvisación, con evidentes influencias del jazz y la batería mandando de manera fascinante en directo y excelentemente mezclada, pero a su vez con cierta querencia por el siglo XXI. Algunas partes podría haberlas firmado Julia Holter. Su letra no es más que un «speech» sobre la libertad entonado por alguien que es hija de padre negro y madre blanca, un manifiesto a favor de la unión de «hermanos y hermanas», si bien la sencillez extrema de su texto y su repetición en este caso juegan a favor de Brittany: su mensaje se entiende perfectamente.
En otras ocasiones, el resultado es algo más confuso. En ‘Georgia’ recuerda cómo de niña se enamoró de una mujer mayor, pero no se acierta a comprender por qué la canción suena tan esquiva y psicodélica, dejando algo indiferente: su temática habría pegado más con la música de ‘Stay With Me’. Igualmente, una genialidad como la letra de ‘He Loves Me’, en la que Brittany Howard proclama que Dios la querrá igual aunque no vaya a la iglesia, beba y fume, habría agradecido una producción más inmediata. Algo sabemos que va regular cuando la cantante confiesa que se planteó dejar la mencionada ‘Stay With Me’, la mejor canción del disco, fuera del disco y, en la línea, ‘Short and Sweet’, que es de las canciones «clásicas», empieza muy «sweet» pero debería ser mucho más «short».
Hay, pues, cierto desequilibrio en ‘Jaime’ a medida que avanza entre momentos que son puro amor, como el riff de piano retorcido de ‘Goat Head’, y otros que no terminan de encerrar tanto encanto como parece en sus primeros instantes, como ‘Presence’. Sin embargo, solo por lo que ha intentado hacer, el álbum merece mucho la pena. Para muestra, ‘Run to Me’, una de esas canciones finales que apetece escuchar en bucle entre la oscuridad de la producción, una verdadera pesadilla lynchiana, y su letra simplemente diciendo cosas como «corre hacia mí / seré tu compañera / cuando ya no puedas soportar más».
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘Stay High’, ’13th Century Metal’, ‘Goat Head’, ‘History Repeats’ Te gustará si te gustan: Dirty Projectors, Prince, Lauryn Hill Escúchalo: Spotify
Ellie Goulding ha vuelto a publicar una versión por Navidad, en este caso de ‘River’ de Joni Mitchell. Por su componente navideño pese a no ser exactamente un villancico, ‘River’ es uno de los temas más queridos de toda la discografía de Mitchell. Fue editado en 1971 dentro de su obra maestra ‘Blue’.
La versión de ‘River’ de Ellie Goulding, publicada a mediados de noviembre, es un lanzamiento exclusivo de Amazon, por lo que no está disponible en Spotify. Sin embargo, ha dado a la británica su mejor cumbre comercial en mucho tiempo, lo cual podría explicarse con que Alexa se está hartando de reproducir la canción en sus playlists navideñas, de manera involuntaria por el usuario.
Si es así, el «timo» está funcionando. Mientras la mayoría de los singles recientes de Goulding ni siquiera han llegado al top 20 de la lista de éxitos británica, ‘River’ ha alcanzado el top 14, mejorando de hecho el dato de ‘Close to You’ con Diplo y Swae Lee, que fue top 17 en 2018; y quedándose cerca de igualar el de ‘Still Falling for You’, que fue top 11 en 2016. La canción ha pegado un subidón importante esta semana pasando del 57 al 14 y en las «midweeks» de la siguiente está situada nada menos que en el número 2, solo por detrás del gigante ‘Dance Monkey’. ¿Se avecina el tercer número 1 de la carrera de Goulding tras ‘Love Me Like You Do’ (2015) y ‘Burn’ (2013)? UK Official Charts ya lo prevé.
La autora de ‘Delirium‘, que se encuentra preparando su próximo álbum, ha lanzado un vídeo de ‘River’ que puede verse en Youtube. Y es digno de ver, porque en estos tiempos de elevada conciencia ecológica, la artista británica aboga por la reducción del uso de plástico en un vídeo en que este material es reciclado para construir un árbol de Navidad. Rodado en la costa de Dungeness, en Kent, es un vehículo con significado para seguir disfrutando de esta maravillosa melodía que Mitchell compuso hace casi 50 años.
10 años después de ‘Bulletproof’, ‘In for The Kill’ y de su magnífico debut, La Roux ya no es aquella artista que se comía las listas de éxitos, ganaba Grammys o colaboraba con gente como Kanye West. ‘Trouble in Paradise‘, su segundo disco, era un objeto de artesanía pop más que un trabajo hecho para arrasar, y parece que ‘Supervision’, el álbum que Elly Jackson publica el próximo 7 de febrero, va por el mismo camino.
‘Supervision’ volverá a ser un disco 100% La Roux, hecho a su ritmo y a su manera, y su gusto por los 80 más «cheesy» volvía a hacer acto de presencia en ‘International Woman of Leisure’… y en parte también en el segundo adelanto del álbum, ‘Gullible Fool’. Se trata de un medio tiempo de 7 minutos en el que, pasada una primera parte más melancólica, se impone la melodía de un piano que además también marca el ritmo, acompañado de un contundente sintetizador. El tema recuerda al trabajo de Michael Jackson en los 80 y 90 y puede considerarse un cruce entre ‘Human Nature’ y ‘Will You Be There’, pero el motivo por el que es adictivo es su elegante desarrollo: cuando menos lo esperas estás completamente subyugado por la música… hasta que empieza un más que merecido «fade out», dando la impresión de que podría durar horas. Su estructura parece traducir musicalmente el concepto de salir adelante tras un periodo malo, por lo que no extraña que ‘Gullible Fool’ vaya a cerrar ‘Supervision’: suena al cierre perfecto.
¿Qué nos cuenta ‘Gullible Fool’? La propia Jackson ha explicado que es un tema de superación, por lo que su letra, con menciones a «secarse las lágrimas», «hacer la maleta» y «volver a levantarse» tras pasar demasiado tiempo en un lugar oscuro, no se dirige a otra persona que a ella misma: Jackson afirma: «La canción describe el sentimiento de fiarte demasiado de los demás y vivir con el pensamiento de que no deberías protegerte de los demás si eres buena con la gente. Llega un día en la vida de cualquier persona en que te das cuenta que no es que no debas fiarte de la gente, es que a veces límites más firmes son necesarios. Y a veces eso da lugar a la tristeza. ‘Gullible Fool’ habla de varios momentos en mi vida en que se me ha tratado mal y me ha pillado totalmente por sorpresa, y después pasa a construir la fortaleza interior que lleva a un lugar de seguridad y felicidad».
Sen Senra ha publicado esta semana su esperado nuevo disco, ‘Sensaciones‘. Es el primero de su carrera en Sonido Muchacho (sello de Carolina Durante, La Estrella de David o La Plata) y el primero cantado íntegramente en español. También es una novedad en su discografía en cuanto a estilo, pues se entrega más que nunca al R&B en sus diversas extensiones, aunque sin hacer asco a otros estilos. Siempre con ánimos de no encasillarse en ningún género concreto, hablamos con el joven gallego -de nombre Christian- sobre sus nuevas canciones, su trabajo en el estudio con Natalia Lacunza o con su productor, Anxo de Novedades Carminha, y también sobre sus videoclips, que, a diferencia de lo que pudiera parecer, no presentan un «personaje» que los una a modo de hilo conductor. Al menos, conscientemente.
¿Como están siendo los primeros días después de la salida del disco?
Una maravilla. Un poco abrumador pero feliz, disfrutando de la salida, que ya tenía ganas.
Visto desde fuera, se ha hecho esperar. Desde dentro habrá sido diferente. ¿Has buscado, con ‘Sensaciones’, ser meticuloso más que espontáneo? ¿Has dado al disco muchas vueltas?
Sí, le dimos vueltas pero por gusto también. Quisimos trabajar el sonido, darle mucho cariño, y estuvimos Anxo y yo un año y medio, casi dos trabajándolo, así que el proceso también se ha hecho largo por nuestra parte. Pero le dimos mucho amor y cariño.
¿De dónde viene tu interés por el R&B? En JENESAISPOP hemos mencionado ‘blonde‘ de Frank Ocean como posible inspiración, pero no sé si tú lo compartes.
Puede ser que lo sea, pero yo no me pongo la bandera del R&B ni del pop ni de nada, yo al final hago música por intuición y por gusto propio, y lo que nace es eso. Está claro que ‘blonde’ es un discazo pero escucho mucha música, como Stevie Wonder… Música de todos los palos. No está orquestado ni hay una guía, no hay un sonido claro al principio, me encanta jugar con la música y lo que sale, si me gusta, pues pa’lante.
«Yo no me pongo la bandera del R&B ni del pop ni de nada, yo al final hago música por intuición, no hay nada orquestado»
Quizá por tu aproximación al R&B, en el disco te recreas en las armonías, el «groove», la sensualidad… ¿Te apetecía hacerlo?
Sí, total. Además tenía ganas de experimentar con lo digital y lo analógico, y el «groove» es algo que me encanta priorizar, así como la pureza de la música en directo, que al final es de donde vengo. La idea ha sido mezclar el directo con el mundo digital pero sin perder lo que soy.
‘Nos dará alas’ la has extendido. ¿No era definitiva la primera versión?
Me encantan las dos versiones, no hay una mejor ni peor, pero en el disco la quise sacar sin el «fade out» para enseñar cómo acababa la versión original.
‘RRIINNGG‘ tiene unos arpeggios muy electrónicos, unos efectos vocales muy Daft Punk, pero también tiene un fondo funky. ¿La consideras una de tus canciones más experimentales? ¿Buscabas hacer una canción que aglutinara varias cosas?
Hay experimentos en varias canciones del disco, y en ‘RRIIINNGG’ mezclamos varias cosas. Tiene airecillos funky y también me apetecía que tuviera cierto aire a tema disco. Me apetecía caminar por ahí y le metimos ese sonido.
Por otro lado, ‘Como sacude’ me suena un poco a UK grime, a Benga, esas cosas… No suelen escucharse estos sonidos en el pop español. ¿Tienes una motivación interior de hacer cosas nuevas o simplemente sigues tu instinto?
No hay intención ninguna. ‘Como sacude’ es una de las primeras canciones que hice con Anxo. Me acuerdo de estar en el estudio con él, que empezó a jugar con los cacharros y salió de esa manera, entonces yo me subí encima del ritmo y luego la llevamos a un terreno que nos gustaba. La canción nació sin intención, nació de estar tocando música y enganchar el tema.
Está claro que no te gustan las etiquetas. ¿Te incomodan o las aceptas como algo que sucede en la prensa? ¿Te dan igual?
Lo entiendo pero a mí no me gusta etiquetarme, ni a mí ni a la música en general.
«Hacer un disco coherente es fácil si te guías por lo que te mueve a ti: la clave es hacer el trabajo de llevar esos sonidos al terreno propio»
Simplemente te guías por donde te lleva la música…
Pura libertad, tío.
‘La cura’ suena un poco turbia.
Esta canción nació en Vigo, estaba tocando el teclado y me salió ese sonido que me moló, que me inspiró a subirme encima con un verso. Me mola que el sonido de ‘La cura’ sea un poco peligroso y me apetecía que el tema metiera un poco de miedo, por así decirlo.
‘No quiero más de lo que merezco’ es bailable, tiene un punto caribeño. ¿Hubo algún momento en que dudaras de su inclusión en el disco o iba dentro sí o sí?
Iba dentro sí o sí. Cuando hago música no me pongo ninguna barrera, me guío por mi intuición y por gusto, y esa canción nace igual que el resto, el hilo conductor es la inspiración que tengo.
Al final el disco tiene coherencia por mucho que experimentes con géneros. ¿Buscabas un disco coherente?
Claro, pero al final hacer un disco coherente es fácil si te guías por lo que te mueve a ti, y los sonidos del disco son los que me molan a mí, los que me nacen todo el rato al hacer música. A ver, no es que sea fácil, pero la clave es hacer el trabajo de llevar esos sonidos al terreno propio.
Cuando tienes clara tu visión, eso se termina reflejando en el trabajo final, y cuando no, sucede lo contrario…
También es importante no perder el «mood» de los temas, y tener muy presente el trabajo de llevarlos al terreno de uno.
«(Con Natalia Lacunza), ella trajo la prueba de la canción y la letra y nosotros pusimos la música y la orientamos en lo que pudimos»
En general, ¿cómo ha sido trabajar con Anxo en el estudio? ¿Ha sido un trabajo colaborativo, o sobre todo traías a la mesa ideas terminadas?
Fue un curro fuerte, estuvimos casi dos años hablando todos los días, era casi la única persona con la que hablaba (ríe). Fue mano a mano: hay temas, como ‘Ya no te hago falta’, que nacieron a guitarra y voz en mi casa, y que luego trabajábamos él y yo en el estudio para que no perdiera el «mood», para que siguiera sonando chiquitito, que no perdiera el «feeling»… Luego fuimos mucho al estudio, probamos instrumentos, fuimos a sitios… Fue un curro fuerte pero fue entre los dos, mano a mano.
A través de Anxo conoces a Natalia Lacunza y entre los tres trabajáis en ‘Olivia’, uno de los temas de su EP. ¿Fue un trabajo de cero?
Natalia trajo la prueba de la canción y la letra, y luego nosotros pusimos la música y orientamos la canción en lo que pudimos.
¿El vídeo de ‘Ya no te hago falta’ está inspirado en ‘Pink Flamingos‘?
Más bien fueron Jean Lafleur y su equipo los que encarrilaron el vídeo a esa estética y a ese tipo de visuales, pero la idea original es mía.
En general todos los videos del disco parecen compartir un hilo conductor, que es el chico protagonista interpretado por ti, que en todos ellos parece un poco perturbado… En el vídeo de ‘Tienes reservado el cielo‘ das un poco de miedo, y también en el de ‘COMO el FUEGO’, con esos dientes ensangrentados…
No hay una unión intencionada, pero los vídeos me gusta enfocarlos en un estilo más cinematográfico, que me permita jugar un papel y abrirme a explorar en el ámbito de los visuales.
Quizá más que nada buscabas expresar un poco tu lado malévolo, sin más misterio…
Las ideas de los vídeos son míos, pero no es buscado… Supongo que tendré algo perturbador dentro de mí que no conocía (ríe).
El vídeo de ‘Tienes reservado el cielo’ debió ser un currazo a nivel interpretativo.
Sí, en este caso me apetecía hacer un vídeo que no fuera de playback y listo. Quería narrar una historia y hacer una interpretación.
Antes has dicho que has buscado que ‘Sensaciones’ tuviera el «feeling» del directo, ¿qué estás pensando para los directos del disco?
El show ya se está preparando y vamos con banda. Seremos una banda y yo y tocaremos en directo.
Conocido por sus papeles en películas como ‘Todo sobre mi madre’, ‘Los Borgia’, ‘Juana La Loca’ o ‘Todas las canciones hablan de mí’, Eloy Azorín ha protagonizado también algún que otro videoclip. Últimamente le hemos visto participar en la nota de prensa del disco de Alis, indicando que este álbum le lleva a sus 15 años como cuando se ponía a Cranberries a dicha edad. Momento que hemos aprovechado para preguntarle por sus discos favoritos de antes y de ahora.
¿Tienes canción favorita de todos los tiempos?
No. Ahora te digo que ‘Fin de fiesta’ de Kevin Johansen. Versión directo. ¿Alguna canción que te haya obsesionado últimamente?
‘Tú que vienes a rondarme’ de María Arnal i Marcel Bagés. Poco partido se le está sacando. Cierra los créditos de la peli ‘Los días que vendrán’. ¿Alguna canción que asocies a un recuerdo infantil?
‘Pacto entre caballeros’ de Sabina. Mi madre gritando por la casa «mucha mucha policía». Me flipaba. Tenía nueve años y ya me quedaba con frases como «los encantos de Maruja, la cachonda»… ¿Qué canción te hubiera gustado escribir personalmente porque te define totalmente?
‘Si te vas’ de Extremoduro.
¿Qué canción odias con toda tu alma?
Ninguna. Las que no me gustan no las vuelvo a escuchar, excepto las que toca el músico de al lado de casa que se empeña en versionar ‘Let It Be’ con el saxo para engancharlo con el ‘Despacito’. Actuación vocal que adores.
Alice Wonder en directo y cerquita, crema de la buena. ¿Alguna canción que en algún momento te haya avergonzado que te guste o no existe tal cosa como el «guilty-pleasure”?
Me pasaba con muchas de Amaral. Ya no me siento culpable. Su último tema, ‘Nuestro tiempo’ lo escuché el otro día en el coche y al terminar la busqué en Spotify para ponerla dos veces más. ¿Mejor secuencia de canciones en un disco que hayas oído? En otras palabras, un disco que hayas quemado mogollón entero.
El ‘Blue Lines’ de Massive Attack y el disco dorado de Kruder y Dorfmeister.
¿Algún disco que te encante pero cuya secuencia te parezca un desastre?
Esta no me la sé. Un remix que te haya vuelto loco
‘I’ll Kill Her’ de Soko. Remix Hannes Fischer. Te hemos visto en vídeos de Supersubmarina y Russian Red, ¿qué recuerdas de ellos o de su rodaje?
En el de Russian perdí un diente. Hay un momento en el que me deslizo por el suelo mojado. Me resbalé y mi boca besó el mármol veneciano donde rodábamos. Lourdes me debe un diente y lo sabe.
También te vimos en primer plano en las pantallas del FIB durante un concierto de Los Planetas, como parte del show, ¿o se nos alucinó?
Estaba rodando una peli dentro del festi y en un momento nos avisaban de que saldríamos en las pantallas y aprovechamos para hacer una secuencia donde tenía que besarme con la que hacía de mi pareja. La peli se llama ‘A+’. ¿Sueles ir a festivales de música? ¿Alguno favorito?
Cada vez menos. Me gozo los que puedo escuchar bien y si es en recinto cerrado, mejor: José González, Olafur Arnalds, Nils Frahms… ¿Qué vídeo te hubiera gustado protagonizar, tenga o no tenga, dicha canción videoclip? ¿En qué canción crees que hubieras encajado?
‘Weapon of Choice’ de Fatboy Slim dirigido por Spike Jonze. ¿Sigues comprando discos en formato físico? En caso afirmativo, ¿cuál fue tu última compra y en qué formato?
No tengo ningún reproductor por la casa. Solo altavoces. Pero el otro día en el primer concierto de Nico Casal en Madrid me compré su disco. Ya encontraré el sitio para escucharlo.
‘The Affair’ despuntaba como serie dramática hace 5 años al apostar por una original estructura: cada capítulo se dividía en dos partes, mostrando durante la primera mitad la historia desde el punto de vista de un personaje, y durante la segunda más o menos lo mismo, pero pasado por el prisma de otro personaje. Este sencillo truco servía para que el espectador comprobara las distintas versiones de unos hechos, reflexionando sobre cómo manipulamos la realidad cuando contamos una historia, o cómo llegamos a autoengañarnos hasta el punto de perder toda objetividad sobre lo que de verdad ha pasado. Así, esta historia sobre la decadencia del matrimonio y un «affair» vacacional tenía hasta un punto de humor y ligeramente filosófico. El atractivo cásting que llevaba tanto a Maura Tierney (Helen, la esposa) como a Ruth Wilson (Alison, la amante) a triunfar en los Globos de Oro, sumando también a Joshua Jackson (muy querido por aquí por su protagonismo en ‘Fringe’) y Dominic West (‘The Wire’, ‘Chicago’, ‘300’) alejaba a la serie de lo telefilmesco.
Sin embargo, pasaron los años y la avaricia rompió el saco: la estructura empezó a resultar repetitiva o ya muy poco relevante para la trama, y el guión empezó a dar bandazos con el único objetivo de mantener a la audiencia en vilo. ‘The Affair’ tuvo sentido mientras la trama principal era resolver quién fue el responsable de la muerte de un personaje (uno de los Lockhart) y Alison era un personaje conmovedor en su lucha con sus problemas mentales tras haber perdido un hijo en el mar. Cuando las cosas empezaron a derivar hacia tramas más culebronescas (que si este hijo en verdad no era tuyo, que si ahora un personaje sufre cáncer), gran parte del encanto fue quedando por el camino.
La serie ha terminado este otoño, siendo su quinta temporada la definitivamente final. ‘The Affair’ ha llegado a ella tras prescindir no de 1 sino de hasta 2 de sus 4 personajes principales. Tras el shock que este hecho supuso en la cuarta temporada, la quinta es ya un hervidero de ideas sin culminar que fluctúan entre las dificultades de un personaje secundario para ser buena madre, la vigencia de la institución del matrimonio, el #MeToo, la hipocresía y el «todo vale» en Hollywood, el Alzheimer, los incendios de California… y hasta un viaje al futuro de mano de Anna Paquin, medio influido por ‘Black Mirror‘. Ideas que podían haber enriquecido la trama más desarrolladas -sobre todo la del #MeToo, teniendo en cuenta el carácter de Noah, el clima social y el target de la serie-, pero que aparecen desdibujadas y desaprovechadas, como si ni a los mismos guionistas les importaran.
Entretenidilla pero mucho menos ácida y afilada que ‘Mujeres desesperadas’, ‘The Affair’ ha llegado a su fin sin hacer mucho ruido y con algunos problemas de maquillaje y caracterización. Ahora mismo, es hasta raro que Fiona Apple se prestara para hacer la canción de cabecera de esto. En una época en que las cabeceras ya no duran precisamente 2 minutos, ella, que no saca disco desde 2012, donaba la inédita ‘Container’ para regocijo de Sarah Treem, fan desde los 16 años, y creadora de ‘The Affair’ junto a Hagai Levi. Pensaréis que es irrelevante pero no lo es: hasta tal punto Fiona Apple ha terminado siendo lo más destacado de la serie que le han reservado el número final. Efectivamente, la serie acaba con una versión suya de ‘The Whole of the Moon’ de The Waterboys en una escena poética que recuerda al desenlace de ‘A dos metros bajo tierra’ y que dignifica de alguna manera una quinta temporada un tanto decepcionante. 6.
Situada a día de hoy en el puesto 132 de Spotify España una semana después de su lanzamiento, no es que esté muy claro que ‘Picaflor’ vaya a ser un hit en nuestro país. El millón y medio de visitas que lleva su videoclip en Youtube apunta algo mejor, pero ‘Picaflor’ de Lao Ra, a la que conocemos por el FIB o hits como ‘White Boi’, debería llamar más «tu atención», pues es una de las mejores canciones en que se ha involucrado C. Tangana este año.
No es el nuevo ‘Antes de morirme’ pero lo mejor es que tampoco lo pretende: el suave timbre de voz de la cantante colombiana, apunta más bien a la dulzura de las vocalistas de Black Box Recorder o Club 8. El ritmo, por supuesto, es una recreación de medio tiempo latino, mientras la letra es un constante juego entre gato y ratón: «Tú eras el cazador», dice ella. «Mami, quisiera ser yo la fiera / Ahora ven y cázame», dice él. Oficialmente estamos hablando de «un cazador cazado», como «metáfora de una relación tóxica».
Como informa Lao Ra, «‘Picaflor’ nació en el estudio junto a DVLP (Eminem, J Balvin, DJ Khaled) y Capi (J Balvin, Lele Pons) en Los Ángeles. Era la primera vez que trabajábamos juntos y en menos de 3 horas ya teníamos la canción, como si nos conociéramos de toda la vida y lleváramos años trabajando juntos». En cuanto a su admiración por Puchito, indica: “Cuando terminamos yo le dije a DVLP que me encantaría que C. Tangana escribiera un verso; yo he sido fan de Tangana desde hace muchísimo tiempo. Cuando me mandaron ‘Mala mujer’, dije: «¿quién es este tipo tan increíble?! ¡Quiero trabajar con él!». Y cuando DVLP me dijo que era amigo de él yo le dije: «mándasela a ver si le gusta», y a Antón le gustó tanto que me envió un mensaje por Instagram diciendo: «¡me flipa!»». Añade: “Es un gran escritor, me parece súper creativo y se sale de lo normal. Él tiene una profundidad que otros artistas no tienen”.
El vídeo también se detalla en nota de prensa: “La idea del video empezó entre Antón y yo: el cazador cazado. «Yo quiero que me disparen o dispararme en el video», dijo él, y a mí me pareció genial porque siempre me ha gustado la estética de las armas, no el uso que quede claro, pero sí la estética. Estuvimos entonces hablando con varios directores hasta que encontré a Hector Dockrill (Jorja Smith, Maveric Sabre), un amigo mío de Londres que, inspirado por Scarface, quiso mostrar una relación tóxica entre una esposa trofeo y un delincuente (…) Una anécdota del video es que terminé con los brazos llenos de morados porque las escenas en las que peleamos eran muy reales. Yo lo cacheteé de verdad cinco veces hasta que nos salió bien. Y él me agarró durísimo de los brazos. Cuando llegamos al restaurante a cenar después de la filmación yo me miré los brazos y le dije: «Antón, mira lo que me hiciste»”, recuerda Lao Ra entre risas».
‘The End of the F***ing World’ es un ejemplo de la rapidez de reflejos de los británicos a la hora de competir con sus series en un mercado dominado por las grandes plataformas estadounidenses. Al contrario de lo que es habitual, la serie creada por Jonathan Entwistle para Channel 4 es una adaptación inglesa de una obra completamente americana. ‘The End of the Fucking World’ (Sapristi, 2018) -así, sin asteriscos- es un cómic de un autor de Pennsylvania, Charles Forsman, protagonizado por personajes estadounidenses y cuya acción transcurre principalmente en Oklahoma. Sin embargo, en la adaptación (con asteriscos), tanto los personajes como los escenarios son británicos.
Al igual que ha ocurrido con otros éxitos de Channel 4, como ‘Black Mirror’ o ‘Derry Girls’, Netflix se hizo con los derechos de la distribución internacional de ‘The End of the F***ing World’. La serie fue un éxito, lo que llevó a Netflix a impulsar una segunda temporada. El problema es que ya no había soporte literario. No hay un segundo cómic. Por lo que la guionista Charlie Covell ha tenido que crear una historia casi desde cero. El único elemento de la historieta original que aparece –aparte de los protagonistas, claro- es un personaje desechado en la primera temporada: la psicópata que persigue a la pareja protagonista (aquí en una versión libre bautizada como Bonnie, en un guiño a la célebre pareja de Clyde). Y ese es justo el hilo narrativo del que tiran en esta segunda temporada.
‘The End of the F***ing World 2’ mantiene muchas de las virtudes de la magnífica primera temporada: la pareja protagonista sigue teniendo mucha química, una atracción de polos opuestos acentuada en esta ocasión con bastante gracia por la vestimenta que lleva cada uno ellos; los dos actores, Jessica Barden y Alex Lawther, vuelven a demostrar su talento interpretativo (en especial el segundo, un James Stewart en potencia que ya ha sido fichado por Wes Anderson para su ‘The French Dispatch’); la calculadísima mezcla de tragedia juvenil, drama criminal y humor negro sigue funcionando muy bien; la narración y el estilo visual, muy de película indie noventera, continúa inyectando mucha agilidad y nervio dramático a la historia; y las canciones compuestas o elegidas por el guitarrista de Blur Graham Coxon, autor nuevamente de la banda sonora, vuelven a ser irresistibles, una combinación llena de ironía y buen gusto de doo-wop y folk indie.
Pero, al igual que la inocencia de los protagonista, algo se ha perdido por el camino en esta segunda temporada. La historia, aunque atractiva, se nota demasiado alargada, dando muchas vueltas innecesarias para llegar al mismo sitio. El personaje de Bonnie funciona bien como caricatura de una asesina chiflada, pero no demasiado cuando intentan que “la comprendamos”. Y, la principal carencia, la serie ha perdido parte de su magia. Esa mezcla de rabia, sentimentalismo y angustia vital que tan bien define a la adolescencia y que de forma tan precisa y poética supieron captar en la primera temporada, ya apenas existe. La huída sigue siendo entretenida y divertida, pero más como si fuera una versión adolescente de una serie tipo ‘Fargo’, basada en el humor negro, que como la relectura en clave indie y tragicómica de ‘Malas tierras’ (1973) que había servido de inspiración tanto al cómic como a su adaptación.
De momento, no se sabe si habrá tercera temporada (Charlie Covell ha declarado que no está muy por la labor), pero lo que es seguro es que habrá una nueva adaptación de una obra de Charles Forsman. En esta ocasión será ‘Esta mierda me supera’, que acaba de publicar también Sapristi. La serie, producida por los hermanos Duffer (‘Stranger Things’), estará conducida de nuevo por Jonathan Entwistle y protagonizada por la prometedora Sophia Lillis. Veremos qué tal. 7.
Liam Payne de One Direction saca hoy su primer disco en solitario, titulado secamente ‘LP1’, que contiene sencillos como ‘Strip That Down’ con Quavo, ‘For You’ con Rita Ora para ’50 Shades Freed’ o ‘Familiar’ con J Balvin. En verdad, la Wikipedia lista hasta 9 singles incluidos en el disco (!), presentados de una manera o de otra.
Pero entre las sorpresitas que escondía el disco encontramos ‘Both Ways’, un tema en el que Liam Payne hace de la bisexualidad de una mujer su fetiche personal, poniéndola a su servicio. La canción le ha salido bien cara, pues son muchas las usuarias que se han quejado en las redes sociales y el hashtag #liampayneisoverparty es «trending topic» a nivel mundial. ‘Both Ways’, que precisamente suena a The Weeknd, que también ha tenido problemas parecidos por el texto de ‘Lost in the Fire’, comienza diciendo que a su chica «le gusta por los dos lados» o «las dos cosas», ante lo que él afirma que no le importa porque «no discrimina». Parece llamar «preliminares» a una persona y afirma: «Nena, puedo sentirlo, que sí, que eres diferente, haz lo que quieras, no juzgaré, no juzgaré».
Su banalización de la bisexualidad ha sido muy cuestionada por usuarias como esta, que está recibiendo miles de «me gusta» y apoyo en las redes: «Como mujer bisexual, me siento extremadamente incómoda leyendo la letra de ‘Both Ways’ de Liam Payne. Abiertamente convierte en fetiche el hecho de que a una mujer le gusten los chicos y las chicas, e incluso menciona a mujeres bisexuales en tríos, lo que extiende el estereotipo de que a la gente bisexual solo le gusta eso». El artista ya había tenido problemas con la comunidad LGTB+ por unas declaraciones de 2018 según las que parecía pensar que el Orgullo era sobre estar orgulloso de sí mismo.
as a bisexual woman, it was extremely uncomfortable reading the lyrics to ‘both ways’ by liam payne. he openly fetishizes the fact that a woman likes boys and girls, and he even mentions bi women in threesomes which furthers the stereotype that all bi ppl are only into that. pic.twitter.com/I9ovfDrPqq
La semana pasada vimos a Robbie Williams molesto porque se barruntaba que Coldplay le quitaban el número 1 en Reino Unido en la semana de salida de su disco navideño, ‘The Christmas Present’. Ambos publicaban álbum a la vez, y Coldplay, indiferentes, primero decían que les daba igual (“¡quédatelo, Robbie!”) y después se hacían con dicho top 1.
Al final los dos pueden decir que suman un nuevo número 1 en las islas a su nutrida carrera de números 1 en su propio país. ‘The Christmas Present’, al acercarse la Navidad, sube del puesto 2 al 1, mientras ‘Everyday Life’ de Coldplay baja del puesto 1 al puesto 3. Pero es que además esta semana es la semana que incluye el Black Friday, en la que sube el consumo de música. Por eso las ventas de Williams solo bajan un 22% cuando en la segunda semana de vida suelen bajar un 65%, y ‘The Christmas Present’ suma 53.000 copias más, por 32.000 de Coldplay. Es decir, Robbie Williams suma ya 13 discos número 1 en Reino Unido, empatando con Elvis, 17 si contamos Take That; y además llega ya a las 120.000 unidades en este país por 112.000 de Coldplay. Otro disco de oro, otro pelotazo.
Otros discos navideños que avanzan en la lista son ‘Christmas’ de Michael Bublé, de vuelta en el top 10 (número 7) o ‘Bing at Christmas’ de Bing Crosby, que se mantiene en el número 9; entre muchísimos otros ejemplos. En singles, ‘All I Want for Christmas’ de Mariah Carey, vuelve al top 10, en concreto al número 8.
slowthai ha sido uno de los artistas nominados en la última edición del Mercury Prize ganada por Dave, gracias a su debut ‘Nothing Great About Britain’. Con tremendo título, llevado al mercado en plena era del Brexit (el disco iba a salir a la calle el mismo día que Reino Unido de la Unión Europea, pero ambos planes se retrasaron) está claro que el joven rapero Tyron Frampton no ha querido hacer un disco discreto que fuera entendido solo por una minoría, sino un trabajo capaz de dar voz a toda una generación.
De momento, slowthai no ha adquirido la popularidad de Dave, pero no le faltan tablas para lograrlo desde sus propios términos. Criado en un barrio pobre de las afueras de Northampton por una madre adolescente, el joven Tyron perdió a su hermano pequeño Michael en 2001, con un año de vida, debido a una distrofia muscular, y después la realidad de su vida provocó que cayera en el mundo de las drogas como vendedor y consumidor. Hoy es uno de los raperos más prometedores de Reino Unido debido, en buena parte, a sus crudas y honestas letras sobre su pasado y el mundo que le rodea. Y es que como consecuencia de su dura crianza, Tyron ha adquirido una visión duramente crítica del país en el que ha crecido, donde la riqueza de unos pocos contrasta con la pobreza de otros y donde el dinero parece más importante que el futuro de la población más vulnerable. En una de sus mejores canciones, ‘Peace of Mind’, slowthai habla de su vida anterior, cantando en el estribillo: «siento paz interior cuando duermo en mi cama / siento paz interior cuando sueño en la vida que no tengo».
En plenas elecciones generales en Reino Unido, es importante escuchar qué tiene slowthai que decir en ‘Nothing Great About Britain’. Porque su mensaje va más allá de que llame «zorra» a la Reina Isabel II en el estupendo tema titular o de que en la elástica ‘Dead Leaves’ espete una frase como «yo soy el líder de mi pueblo, pero no me parezco nada a Boris». Las diversas crisis a las que se enfrenta el país actualmente -social, económica, de vivienda, el abuso de drogas, etc.- aparecen reflejadas, en mayor o menor medida, en unas canciones que, a partir de los ritmos del grime, el garage, el hip-hop clásico o incluso el punk, siempre van al grano en cuanto a lo que buscan expresar. ‘Doorman’, su tema más emblemático, lanza un dardo a la «alta sociedad»… para terminar sampleando un vídeo de Youtube en el que varios jóvenes británicos hablan de su adicción a esnifar pegamento. Producida, de manera extraordinaria, por Mura Masa, ‘Doorman’ es un balazo electro-punk que sirve tanto de animador de pogos como de nuevo himno punk para toda una generación sin futuro aparente.
También Slaves son colaboradores sorprendentes en ‘Missing’, pero aunque el espíritu de ‘Nothing Great About Britain’ es punk de cabo a rabo, y ahí entraría también el enérgico flow de slowthai, a medio camino entre la rabia y el entusiasmo infantil, la producción del disco puede ser sofisticada y exquisita, como demuestran los otoñales beats de ‘Gorgeous’ o ‘Toasters’, cuya riqueza parece inspirada en el trabajo del primer Kanye West. En contraste con sus letras llenas de slang y referencias regionales o a la cultura británica, las producciones de ‘Nothing Great About Britain’, firmadas en su mayor parte por Kwes Darko y J.D. Reid, deberían ser bastante comprensibles por cualquier aficionado al rap, si bien quizá no sean tan creativas como las de un Stormzy o un Dave, lo que no significa que el carisma de Tylor no termine nunca imponiéndose a ellas, como sucede tan obviamente en ‘Grow Up’ con Jaykae.
Al final es slowthai y solo slowthai quien unifica, con su voz y su energía, todas las canciones de ‘Nothing Great About Britain’. De la misma manera que el UK drill de ‘Inglorious’ se revela como un verdadero hitazo de rap inglés, con la aparición estelar de un Skepta que vuelve a presumir de flow en uno de los mejores versos del disco, es imposible no prestar atención a Tyloe cuando rapea sobre su vida, dejando pasajes tan impactantes como el de ‘Northampton’s Child’. En esta canción slowthai dedicada a su madre, el rapero se dirige a su antiguo padrastro para espetar: «tienes suerte de que no sea tan grande como tú, porque te pegaría puñetazos hasta que mis manos se volvieran azules». Cuando al final recuerda el episodio en que su padrastro echa a toda la familia de casa y apunta «ahora vivimos en casa de Tasha, es curioso cómo el buen rollo convirtió esa habitación en un palacio», queda más claro que nunca que slowthai tiene muchas razones para expresar toda la rabia del mundo. Y en ‘Nothing Great About Britain’ demuestra que se lo ha ganado con creces.
Calificación: 7,8/10 Lo mejor: ‘Nothing Great About Britain’, ‘Doorman’, ‘Inglorious’, ‘Peace of Mind’ Te gustará si te gusta: Dave, Stormzy, Kate Tempest, Little Simz Escúchalo:Spotify
Black Eyed Peas, que continúan arrasando con ‘Ritmo‘, ese tema en el que sin ningún pudor samplean ‘Rhythm of the Night’, son el nuevo cabeza de cartel de Arenal Sound, el festival que se celebra en Burriana del 28 de julio al 2 de agosto.
El resto de confirmados que se revelan a este puente son Amaral, también en una etapa muy exitosa con ‘Salto al color‘, Nathy Peluso, Fernandocosta, RVFV y Nil Moliner. Previamente ya se habían revelado nombres como Dimitri Vegas & Like Mike, Zara Larsson, Leiva, Rels B y Guitarricadelafuente.
Os dejamos con la nota de prensa completa: «Los norteamericanos Black Eyed Peas son uno de los grandes “bombazos” de Arenal Sound 2020. Ganadores de seis premios Grammy, fueron uno de los grupos de mayor éxito a nivel mundial en la década de los 2000 con numerosos hits que aún a día de hoy se siguen escuchando. “Where is the love?”, “I Gotta Feeling” o “Boom Boom Pow” se encuentran entre las canciones más exitosas de aquellos años. Tras un largo periodo de inactividad, Black Eyed Peas volvieron a los escenarios y están de plena actualidad con material nuevo, destacando el single “Ritmo” junto a J Balvin que se ha convertido en un hit global y que será todo un himno el próximo verano en Burriana; los aragoneses Amaral regresan al festival para presentar los temas de su último trabajo discográfico, “Salto al color”, pero tampoco faltarán los grandes éxitos en su potente directo que sin duda se convertirá en uno de los más multitudinarios; la diva argentina Nathy Peluso aterriza por primera vez en Burriana. La sandunguera no entiende de reglas y la fusión es algo que caracteriza sus ritmos bailables que convierten cada concierto en una experiencia inolvidable; el rapero Fernandocosta es otro de los artistas que no podían faltar en Arenal Sound. Tras su presencia en una de las fiestas de bienvenida, es momento para que el joven ibicenco se suba a uno de los escenarios principales; el afro-trap es el estilo que podría definir la música de RVFV, uno de los artistas urbanos más escuchados del momento entre los jóvenes y que ha conseguido millones de reproducciones y seguidores gracias a temas como “Prendío” o “Mirándote”; para el compositor y cantautor Nil Moliner también será su primera vez en Burriana. Las entradas de todos sus conciertos se agotan en cuestión de días, y la legión de seguidores que acumula no para de crecer. Todo apunta a que su concierto en Arenal Sound marcará un antes y un después en su extensa gira».
Una de las películas que más ha estado en la conversación de cara a los premios de la industria desde su estreno en el Festival de Venecia ha sido ‘Historia de un matrimonio’, donde irónicamente se fue de vacío. En este último trabajo Noah Baumbach, una de las figuras más importantes en el cine independiente americano de los últimos años, se basa en su propia experiencia personal, representando el proceso del divorcio de un matrimonio con un hijo de ocho años. Así, Adam Driver interpreta a una suerte de su alter ego y Scarlett Johansson a una versión de Jennifer Jason Leigh (exmujer del director neoyorkino). La propia elección del título de la cinta es interesante, puesto que quizá hubiese resultado más lógico “Historia de un divorcio”, pues todo lo que vemos en pantalla es a una pareja que ha decidido separarse, pero la elección de la palabra “matrimonio” revela muchos más matices, como un inmenso cariño a los dos protagonistas de esta historia. Porque por paradójico que pueda resultar, ‘Historia de un matrimonio’ se puede entender como una película romántica.
En su prodigiosa presentación de personajes, las voces en off de cada uno de ellos narran lo que les gusta de cada uno, con sus virtudes y sus defectos; pequeños detalles y manías que marcan sus personalidades. Con esta idea tan sencilla como poderosa, construye una pasada y feliz vida juntos en tan solo unos pocos minutos. A partir de ahí llega lo doloroso: afrontar un proceso que si bien ambas partes quieren que sea lo menos conflictivo posible, los problemas no tardan en llegar. Él quiere vivir en Nueva York y seguir con su carrera como director de teatro en Broadway; ella regresar a Los Angeles, su ciudad natal, y volver a meterse en la industria de Hollywood. Al tener un hijo en común, la solución no es nada fácil.
Baumbach utiliza numerosos planos secuencia para dotar a los actores de libertad, aportando así una mayor naturalidad a una puesta en escena bastante teatral; hay escenas que se construyen en base a un monólogo de uno de los actores. Tanto Adam Driver como Scarlett Johansson dan lo mejor de sí mismos, despojándose de glamour y aires de superestrellas para dar vida a personajes tan humanos que parecen reales. Uno se olvida que está viendo a dos de los actores del momento, solo vemos a Nicole y a Charlie, una pareja que se ha querido (que se quiere) en uno de los momentos más difíciles de sus vidas. Los diálogos y situaciones de Baumbach nunca habían brillado tanto como aquí; nunca tan sinceros, brillantes y certeros. Incluso en su profundo dramatismo, encuentra momentos para el habitual toque humorístico de su autor, aquí tan elegante como alocado (una maravillosa escena que implica a una trabajadora social, Driver y un cuchillo). También hay lugar para la música, como la aclamada secuencia en la que Adam Driver canta con desesperación ‘Being Alive’ de Stephen Sondheim.
Todo este cúmulo de virtudes, hacen que ‘Historia de un matrimonio’, sea el mejor trabajo en la carrera de Noah Baumbach. El director de ‘Frances Ha’ se apoya en su excelente reparto, donde no sólo brillan Driver y Johansson, sino también todos los secundarios, especialmente una grandiosa Laura Dern en un papel similar a su ya mítica Renata en ‘Big Little Lies‘, que además cuenta con uno de los mejores momentos de la película: un hilarante monólogo sobre la Virgen María. Sus más de dos horas transcurren con ligereza pese a su intensidad; es una obra hecha en estado de gracia, de esas en la que todo fluye, de las que camuflan su complejidad con simpleza. ‘Historia de un matrimonio’ no es una historia sobre el desamor. Es una historia de amor entre dos personas que ya no quieren estar juntas: de lo que fue y de lo que queda. Su final, tan agridulce como lleno de ternura, supone el broche perfecto a dos personajes que perdurarán en la memoria cinéfila. 8.
Diría que, desde los 90 con Nek, la tradición del intercambio de éxitos entre el pop italiano y el español ha menguado drásticamente, si no se ha evaporado del todo. Me refiero, claro, a la aparición de nuevos nombres, porque Laura Pausini o Eros Ramazzotti todavía conservan su tirón comercial. Pero, como es lógico, hay toda una nueva generación de artistas allí que bien merecen la pena, como por ejemplo el eurovisivo Mahmood o el nombre del que hablamos hoy.
Calcutta es un cantautor italiano surgido del underground de Latina, una población de la región de Lazio. Tras la pinta de un Mac DeMarco a la italiana, en realidad lo suyo es un pop rock de hechuras clásicas, con ecos de la canzione como Battisti o Gaetano (al que homenajea en una canción llamada así) y toques de psicodelia, también de contemporaneidad soul y R&B. Debutaba en 2015 con ‘Mainstream‘, un disco ecléctico e imaginativo en lo musical pero con gancho comercial, que propició un éxito creciente. Hasta en dos ocasiones se reeditó el disco con material extra, como el single tropical ‘Oroscopo’.
El pasado año llegó el segundo capítulo en la carrera de Calcutta, un álbum titulado ‘Evergreen‘ que le ha confirmado como una gran estrella en su país, incluso a pesar de pertenecer a una compañía independiente (Bomba Dischi). Lo ha logrado gracias a extensas giras por el país transalpino y a maravillas como ‘Orgasmo‘, ‘Sorrisso (Milano Dateo)‘ y sobre todo ‘Paracetamolo’, que se convirtió en un pequeño fenómeno y fue doble platino.
Buena parte de la culpa puede la tiene su sencillo pero fantástico vídeo, en el que un personajazo interpretado por un actor desconocido, Angelo Cipriani, da vida a un hombrecillo entrañable que se enamora de un mujerón, en toda la extensión de la palabra. Y ahora, aprovechando que la gira europea de Calcutta pasa por nuestro país –las entradas para su concierto en la Sala Apolo de Barcelona el 7 de diciembre están agotadas; no así las del 9 de diciembre en el club Ochoymedio–, se lanza una versión en castellano de la canción. Titulada, claro, ‘Paracetamol’.
La letra es una sencilla traslación de sus tan románticos como cómicos versos originales sobre ese enamoramiento que lleva al corazón del protagonista a ir a mil. Por eso el encanto de la adaptación no pierde un ápice de fuerza, conservando el poder de sus cuidados arreglos y de su memorable melodía. Para más inri, han tenido a bien hacer un clip especialmente filmado para la ocasión siguiendo al mismo Angelo Cipriani en un viaje a Madrid, visitando museos, El Retiro, El Escorial, comiendo bocadillos de calamares y conquistando a los locales. La palabra «encanto» se queda corta.
Actualmente coinciden en el mundo del pop dos generaciones de seguidores de Edwyn Collins: aquellos que vivieran de primera (o segunda) mano sus años dorados con Orange Juice y sus primeros pasos en solitario, cuyo elegante jangle pop ha marcado a fuego a numerosas bandas británicas; y aquellos que le conocieron a raíz de ‘A Girl Like You’, un insospechado éxito global. Pero hay algo que une a todos ellos: por lo que recordaremos al escocés dentro de (ojalá) un par de décadas, será por la lección de vida que nos ha dado a todos desarrollando su carrera musical con más pasión y fervor que nunca, a pesar de las limitaciones físicas que le dejó una doble embolia en el año 2005.
Desde entonces, además de un par de documentales con sus bandas sonoras, ha publicado cuatro álbumes de estudio: ‘Home Again’ (2007, aunque este había sido compuesto y grabado en su mayoría antes del incidente), ‘Losing Sleep’ (2010), ‘Understated’ (2013) y, hace unos meses, ‘Badbea’, uno de los discos que mejor reconocimiento crítico ha cosechado en 2019. No es para menos, porque nos muestra a Collins en un estado de forma creativo envidiable. En él, apoyado en sus colaboradores más frecuentes –Sean Read (Dexys, Beth Orton, Graham Coxon), y Carwyn Ellis (de Colorama, músico también para Roddy Frame o Sarah Cracknell)–, logra hacernos olvidar casi del todo que estuvo al borde de la muerte y sus secuelas pudieron ser mucho peores.
Y es que temas como ‘It’s All About You’, ‘In The Morning’, ‘I Guess We Were Young’, la funky (incluso un puntito LCD Soundsystem) ’Glasgow To London’, ‘Tensions Rising’ (con su sofocante solo de saxo) o ‘Sparks The Spark’ suponen irresistibles invitaciones a bailar con su reconocible esmero en mezclar la fuerza del rock henchido de fuzz con la vibración del northern soul, que nada tiene que envidiar a la faceta más aguerrida de Mark Oliver Everett, por ejemplo. Incluso en el single ‘Outside’ se marca una aproximación al punk bastante enérgica. En casi sus antípodas, delicadas preciosidades como ‘It All Makes Sense to Me’, ‘Beauty’ y ‘Badbea’ ejercen de perfecto contrapunto, logrando un fantástico equilibrio global que solo mengua con cortes menores como ‘I Want You’ o ‘It’s Ok Jack’.
En ocasiones las mermas en su dicción emergen, claro, pero eso le da casi más singularidad a su ya característica voz. Es otra muestra de su capacidad de superación y su envidiable vitalismo. De hecho, aunque el título del álbum y la bonita canción final es un guiño a una pequeña población de las Highlands donde vivió su abuelo toda su vida y él conoció ocasionalmente en su infancia, ‘Badbea’ está lejos de ser un disco que mire al pasado con nostalgia. “Trata sobre mirar hacia adelante, creo”, reflexiona el autor respecto al disco. “Estoy feliz. Contento con la vida”. Edwyn Collins es mucho más que un superviviente, como muestra el hecho de que acaba de publicar otro disco más (la BSO de la película ‘Sometimes Always Never’, firmada junto a Sean Read). Porque vive esa vida, tal y como ha venido, con fuerza.
Calificación: 7,7/10 Lo mejor: ‘It’s All About You’, ‘I Guess We Were Young’, ‘In The Morning’, ‘It All Makes Sense to Me’, ‘Glasgow To London’ Te gustará si te gustan: Richard Hawley, Roddy Frame, Robert Forster, The Divine Comedy Escúchalo: Spotify
Camila Cabello publica hoy 6 de diciembre ‘Romance’, su segundo disco tras el éxito de su notable debut, ‘Camila’. Si este salía en el primer mes del año, el nuevo sale en el último. Consolidada como una superestrella del pop internacional gracias a ‘Havana’ y ‘Never Be the Same’, la cantante llega aquí en cambio en una situación crítica: ni uno solo de los diversos adelantos que ha lanzado Camila en solitario para presentar este disco resiste ahora mismo en el Billboard Hot 100.
Mientras ‘Liar‘ permanece en un modesto top 32 en Reino Unido, ni esta ni ‘Shameless’, ni ‘Cry for Me’, ni ‘Easy’, ni ‘Living Proof’ han calado demasiado, si bien algunas de las cuales se crecen -como siempre pasa- en la secuencia del disco. Especialmente ‘Liar’ y ‘Cry for Me’. El «focus track», es decir, el tema que se ha sugerido a las playlists de novedades de hoy es la urbana ‘My Oh My’ -¿por qué no se lanzó para Halloween?-, mientras que ‘Should’ve Said It’ parece postularse como nuevo ‘Havana’. Pero el disco está en verdad plagadísimo de baladas, lo que incluye incluso la tibia aportación de Finneas, hermano y productor de Billie Eilish, en ‘Used to This’.
¿Hay un «dark horse» escondido en todo esto, especialmente ahora que llega la Navidad? ¿Puede ser ‘My Oh My’ uno de los grandes temas de pop de 2020? Alexis Petridis de The Guardian ya ha suspendido el disco. Pero aunque los peores pronósticos se cumplan, su equipo y/o ella han estado muy hábiles y ‘Señorita’, el pelotazo pegado junto a Shawn Mendes, uno de los mayores hits de 2019 en todo el mundo, aparece en la secuencia. De esta manera, el disco se garantiza la presencia en el Billboard 200 prácticamente de por vida, venda lo que venda y se escuche lo que se escuche, debido a las controvertidas normas de la tabla americana.
Cuando hablemos del segundo disco de Camila Cabello en el futuro sabremos que ‘Señorita’ estaba ahí y además, su presencia no se limita a bonus track sino que es la pista 5: quizá pueda contagiar de entusiasmo a esa primera mitad del álbum que incluye varios de los singles que ya conocemos, como ‘Living Proof’, que acaba de interpretar descalza y rodeada de flores en el programa de Jimmy Fallon, y ‘My Oh My’.
Cuando a ‘Lola Bunny’ con Don Patricio y a ‘Me quedo’ con Aitana les queda poco para abandonar el top 100 de singles español (actualmente son top 77 y top 88, respectivamente), habiéndose confirmado como dos de los mayores éxitos de la carrera de Lola Indigo al margen de sus ya emblemáticos ‘Ya no quiero ná’ y ‘Mujer bruja’, la artista granadina contraataca.
Quizá para no abandonar el elemento esotérico que hasta ahora ha caracterizado el trabajo de la autora de ‘Akelarre’, el nuevo single de Lola Indigo se llama ‘Luna’. Y como podía escucharse en ese adelanto con «na na nas», es abiertamente pop, situado más en la estela de los medios tiempos radiables del reggaeton y el tropical house que de los temas de su disco, en general más agresivos. ¿Funcionará el tema a las puertas de 2020?
La producción corre a cargo de Tezzel, Mango y Nabález, con la coautoría de Miriam Doblas como es habitual. El sensual vídeo estrenado ad hoc tiene un punto casero muy Beyoncé circa ‘7/11’ (siempre ha sido un referente clarísimo para ella) y por supuesto ha arrasado en Youtube España de manera inmediata, situándose en el puesto 3 de las Tendencias tan sólo doce horas después de su estreno.
IAMDDB es una de las revelaciones de la música urbana británica de 2019. Finalista del BBC Sound of 2018 ganado por Sigrid, la cantante y rapera de Manchester Diana de Brito ha triunfado especialmente con su single ‘Shade’, ha teloneado a Lauryn Hill y ha aparecido en la lista de Forbes «30 Under 30». Tras su memorable paso por Paraíso Festival, IAMDDB acaba de anunciar un par de conciertos en España para el año que viene: serán el 27 de marzo en la Razzmatazz 2 de Barcelona y el 28 de marzo en la sala Gotham de Madrid el 2 de noviembre en La Riviera de Madrid y el 3 de noviembre en la Razzmatazz 2 de Barcelona, tras un cambio fechas. Las entradas están a la venta. Si quieres realizar el reembolso, se podrá solicitar a través de Ticketmaster a partir del lunes 2 de marzo. ¿Con ganas de verla? Estas son 5 de las canciones que más pueden triunfar en su directo al margen de ‘Famous’, el single que ha sacado ahora mismo(post actualizado el 2 de marzo de 2020).
Shade
El cuarto single oficial de IAMDDB se ha convertido en su hit más emblemático. Con poco más que un ritmo de trap, una melodía de teclado cósmico y una buena dosis de «swag», la cantante y rapera construye una canción perfecta para la generación de Instagram y la celebración del amor propio. Y si los ganchos de «bad bitch, no underwear / 2020 gon’ pull up and air» y «bitch I’m the wave, you can go home / Uber, Uber everywhere» parecen diseñados para triunfar, a nadie sorprenderá que la canción lleve casi 30 millones de reproducciones en Spotify.
Mira Mira
Aparte de enseñar cacho en Instagram, Diplo ha publicado nueva música en 2019, lo que incluye un EP llamado ‘Europa’ que contenía interesantes colaboraciones con Octavian, Niska o la artista que nos ocupa. La seducción manda en este terroso dancehall de título doblemente imperativo en el que Diana se presenta a sí misma con el apodo de «fine mamacita». Con razón ‘Mira Mira’ se ha colado entre los temas más escuchados de la británica pese a no ser propio, pues es uno de sus más directos y accesibles.
Pause
El neo-soul de Eyrkah Badu es una influencia reconocida en la música de IAMDDB. De la autora de ‘Baduizm’, Diana de Brito ha elogiado su «voz elástica» así como sus «letras combativas», y algo de eso puede encontrarse en ‘Pause’, una de las canciones más «Erykah» de la británica. Y no solo por esos pasajes en los que dice no fiarse de nadie, ni siquiera de sí misma, sino también -y sobre todo- por su parte musical, que aunando un ritmo dislocado, una nube de sintetizador hipnótica y la humeante voz de la cantante, crea una pequeña exquisitez de R&B contemporáneo idóneo para degustar porro en mano.
Urban Jazz
La nota de prensa oficial que informa sobre la gira de IAMDDB en España describe a la artista como el «nuevo fenómeno del hip-hop y jazz urbano». Si la fusión de ambos estilos (jazz urbano entiéndase como una fusión de jazz con estilos como el hip-hop o el trap) caracterizan a la británica, ella misma va un poco más lejos titulando una de sus canciones directamente ‘Urban Jazz’. Y no en vano es una de sus más populares, pues su sofisticada combinación de beats chill-hop y pianos jazzy desprenden totalmente su esencia. Una verdadera delicatessen.
Drippy
No se sabe dónde lleva IAMDDB la sabrosura, si en el bolso como Beyoncé o en otro sitio, pero lo seguro es que le sobra. La artista rapea sobre tener «sauce» en ‘Shade’ y en ‘Drippy’ directamente le «chorrea» por todas partes: «Drip drip, got a whole lotta sauce, gimme a jar», canta IAMDDB en esta elegante canción de R&B contemporáneo en el que los coloridos ritmos y sintetizadores parecen buscar la lustrosidad, elegancia y elemento seductor y nostálgico de Sabrina Claudio o el último Bruno Mars. Con cambio de tempo incluido hacia el final, la británica se la dedica a las «falsas y a las serpientes» con las que se ha topado en su vida. Pero sobre todo a ella misma: es su marca.
El británico Maverick Sabre, conocido por su apego al soul en hits de principios de década como ‘I Need’ y ‘Let Me Go’, llega hoy a España para presentar el álbum que ha sacado este año, que ha recibido críticas muy entusiastas en medios como Popmatters, y que incluye canciones tan delicadas como ‘Slow Down’. Se trata de una nueva colaboración con su amiga Jorja Smith, con la que ya había colaborado con anterioridad en ‘Follow the Leader’. Foto: KezCoo.
Este tercer trabajo en su carrera recibía el nombre de ‘When I Wake Up’, y aunque el fulgor comercial de su debut ‘Lonely Are the Brave’, que fue disco de oro en Reino Unido, parece haberse ido con los arreglazos de la citada ‘Let Me Go’ (que sampleaba el mismo tema de Isaac Hayes que Tricky y Portishead), el álbum mantiene su elegancia. Se abre con un tema jazzy que parece en principio a capella, ‘Preach’, e incluye sencillos como ‘Drifting’, de texturas más ásperas, y la primero acústica y luego casi bailable, siempre orquestada, ‘Her Grace’.
Pero si algo caracteriza el disco es la sobriedad, pues Maverick Sabre lo reconoce como su disco más personal, y para recrearse en ello el artista acaba de sacar un EP de versiones acústicas de ese nuevo álbum, con sus temas favoritos en formato reducido. Aparecen ‘Drifting’ y ‘Slow Down’, pero también la estupenda ‘Glory’ y ‘Guns in the Distance’, entre otras. Maverick Sabre actúa este viernes 6 de diciembre en Copérnico (Madrid) dentro del ciclo Madtown Days by Jim Bean, del que JENESAISPOP es medio colaborador, y el sábado 7 de diciembre en La Nau de Barcelona.