Sin embargo, la sorpresa es mayúscula cuando topamos con una de las canciones de estribillo más decidido de todo el álbum y cuyo encanto es irresistible desde que Miqui nos empieza a contar la historia: «Ella llevaba el pelo recogido en un moño, y un vestido blanco / Él estaba absorto con un cigarro en la mano / No se miraban, apenas hablaban / Solo sus manos se tocaban / Es cierto que por un instante tuve envidia». Mientras la guitarra nos deja golpes secos y adictivos con reminiscencias del funk de los 70, nos vamos aproximando a una parte tan improbable como irresistible al final: el deseo de que sea para siempre lunes.
En un mundo lleno de referencias al «Blue Monday» y al lunes más triste del año (tercer lunes de enero), la canción funciona como choque. Puig indica que «si pudieras venir» y «si estuvieras aquí», le haría tanta ilusión, que hasta no le importaría que «siempre fuese lunes». Y peor, «lunes por la mañana». Tal es su anhelo. Pero hay otra lectura. Esa suerte de sample a lo Moby acentúa el carácter dulce y nostálgico de la grabación, llevándonos inevitablemente a aquel «lunes por la mañana» en que, quizá tras una salida por Camden o La Latina, quizá simplemente con una pareja de larga duración, amanecimos tan bien acompañados que el lunes se nos hizo un poquito menos cuesta arriba. Miqui ha querido guardar esta pequeña joya para sus fans para el cierre de su álbum, desembocando de hecho en otra de las locuciones de este disco con forma de mixtape. Y ahí encontramos incluso otro guiño para fans, pues una voz nos dice: «Brian Jones fue el mejor Rolling Stone». Y juraría que es Carlotta Cossials de Hinds, acreditada en el disco pero no en ninguna canción concreta, la que nos habla…
Hace algunas semanas se publicó ‘Inferno‘, el nuevo disco del músico australiano Robert Forster. Como parte de su tour promocional visitó España recientemente, y nos reunimos con él una fresca mañana. La entrevista tuvo lugar en la cafetería de su hotel, a la que bajó directamente de su habitación con el aire algo aturdido de los genios despistados. Mientras pedía un desayuno que consistió exclusivamente en un café con leche y agua con gas, me comentó que “con leche” y “con gas” es casi el único castellano que conoce. Foto: Bleddyn Butcher.
Me encanta ‘Inferno’, y en él me parece percibir una energía, un estado de ánimo diferente a ‘Songs to Play’. ¿Estás de acuerdo?
Creo que el disco tiene un sonido claramente distinto, y esa es para mí la diferencia principal. Porque de alguna manera las canciones son una sucesión interminable, siguen llegando. Despacio, pero llegan, es casi como si tuvieses muy poco control sobre ello. Llegan, una o dos por año. Pero lo que sí puedo controlar es quién toca en un disco y dónde lo grabo. Así que decidí que quería grabarlo fuera de Brisbane, porque había grabado el anterior allí, lo había compuesto allí, vivo allí… y quería algo distinto. Así que fui a Berlín. Quería algo nuevo, y sabía que Victor [Van Vuhg, el productor] le daría ese cierto sonido que yo andaba buscando. Un sonido más grande, más rico.
Me refería también al ambiente que transpira del diario que escribiste y que acompaña el disco… tengo que decirte que qué gran idea. Todo disco debería incluir algo así.
¡Es verdad! Pensé incluirlo ya después. Lo que me gusta de él es que es real, no es algo que tuviese planeado durante la grabación. Fue ya cuando estaba de regreso en Brisbane, mirando mi diario personal, que pensé “sería interesante que el disco incluyese esto”. También me gusta que los días importantes no aparecen, es más el ambiente de aquellos días, los días en los que no estoy haciendo nada. Cuando voy al Museo Picasso, o estoy sentado en un café, y no “este día en el estudio hicimos esto, o aquello”. Eso me gusta.
También me encantó esa sensación casual de suspense respecto a aspectos clave de la grabación que según se lee en el diario estaban en el aire hasta justo antes de empezar la grabación. El pianista, si se acoplaría bien a las canciones… había un riesgo real, ¿no?
Había mucho riesgo, especialmente los cuatro primeros días, en los que grabamos las bases, porque las cuatro personas que tocábamos no nos conocíamos. Había dos australianos -Scott Bromley y yo- y luego Michael Mulhaus, el pianista, con el que habíamos estado un par de días. Pero el batería, Earl Harvin, llegó el primer día de la grabación, venía de pasar seis semanas con el grupo The The en Londres, así que no había oído nada.
¿En serio? ¿Ni unas demos?
¡Ninguna demo! El día anterior habíamos dejado todo preparado, así que llegó y le puse a tocar la primera canción que hicimos, que fue ‘I’ll Look After You’, con todos allí, Scott, Victor… y escuchó la canción y dijo “vale, de acuerdo”, y nos pusimos a tocarla y grabarla. Así que sí que hubo toda esa tensión. Era un buen tipo de tensión, pero nunca había hecho un disco así.
«Una de las razones por las que quería grabar con Victor Van Vuhg es porque quería cantar mejor»
Eso es lo que a mí me parecía que informaba de alguna manera tu forma de cantar, se percibe más excitación en algunos temas, y yo diría que son las mejores interpretaciones vocales de tu carrera.
Estoy de acuerdo. Creo que estaba listo para ello. Y sabía que Victor tenía micrófonos muy buenos, y que es realmente bueno grabando a cantantes. Sabes, ha grabado con Beth Orton. Ha grabado con PJ Harvey. Ha grabado con Chrissie Hynde, con Nick Cave. Esa era otra de las razones por las que quería grabar con él, porque quería cantar mejor. Y sabía que si había había alguien que podía grabarme bien, ese era Victor.
En ‘Inferno’ también tiene mucha importancia el piano. Y además hay una conexión berlinesa con ese instrumento que se remite a tu disco ‘Danger in the Past’ de 1990 y aquellos pianos de Mick Harvey.
Lo sé. Fue más bien una coincidencia, porque pensé “quiero poner más piano en mi música”, ya que me parece que siempre suena bien con mis canciones. Lo hacía pensando en un álbum de los Go-Betweens que se llama ‘Liberty Belle and the Diamond Express’, en el que hay mucho piano. Es algo que siempre me ha gustado y siempre ando intentando meter más. Lo intenté en ‘Songs to Play’, Scott y Luke lo tocaban, pero… no funcionó. Así que esta vez quería un pianista especial, uno de verdad, y me acordé de Michael. En otro estudio había un piano Bösendorfer de finales del siglo XIX, así que tuvimos que llamar a unos transportistas de pianos para que lo trajesen, es un enorme piano del año 1890. Así que mientras Earl tocaba la batería, yo la guitarra y Scott el bajo, teníamos a Michael tocando el piano a la vez, todos en directo. No quería hacer “overdubs” de piano.
Una de las mejores canciones con piano es ‘One Bird in the Sky’… el piano la convierte en algo realmente maravilloso.
Lo sé, lo sé. Es una canción que creció y creció. Cuando la compuse era una canción bastante pequeña, modesta. Después, cuando la ensayé en Brisbane con Scott y Karin en plan acústico, creció. Y después cuando la tocamos con Michael, pasó lo mismo. Y ya en el estudio con Earl, creció aún más, cada vez se volvía más grande. No es algo que suela hacer, la verdad.
No harías una canción de más de cinco minutos porque sí, lo harías…
…por una buena razón, eso es. Y funcionó, y eso me hace muy feliz.
Eres un experto en cerrar discos con canciones especialmente memorables, y otra vez lo has logrado, además con una canción que yo creo que está entre las diez mejores composiciones de tu carrera.
¡Gracias!
En nuestra entrevista de hace tres años me mencionaste canciones que no habías incluido finalmente en ‘Songs to Play’. ¿Están en ‘Inferno’?
Sí, son ‘Life has Turned a Page’ y ‘I’m Gonna Tell it’.
Pensé que igual era ‘Crazy Jane on the Day of Judgement’, porque vi que en 2015, dentro de un festival de poesía en Dublín, habías interpretado canciones inspiradas en poemas de Yeats, que por cierto es algo muy Robert Forster.
Lo fue, lo fue. La gente de ese festival irlandés contactó conmigo para la celebración del 150 aniversario del nacimiento de WB Yeats, y trajeron artistas de todo el mundo. Cuando contactaron conmigo me mandaron algunos poemas, y entonces vi ese titulado ‘Crazy Jane on the Day of Judgement’, y yo tenía una canción sin letra… ¡y resultó que encajaban perfectamente! Así que la toqué en el festival, junto a ‘A Poet Walks’ y creo que otra más, y sonó realmente bien, así que pensé “tengo que meter esta en el próximo álbum”. Ya sabes, las canciones llegan desde los lugares más insospechados.
Un caso claro de serendipia.
¡Fue una serendipia total! Eso es lo que ocurrió. Me maravilló que la melodía funcionase tan bien.
Con los Go-Betweens siempre se habló de la mezcla de poesía y pop, pero ¿quizá en este disco eres especialmente lírico, literario, en tus letras?
Bueno, yo creo que mis letras están volviéndose de alguna forma más directas. Un poco más simples, lo cual me gusta bastante. Ya sabes, con menos artificio.
«‘Remain’ habla de cuando mi compañía me había echado, tenía cuarenta y tantos y parecía que no le importaba a nadie, el foco estaba en otros artistas, el teléfono no sonaba»
En las canciones ‘No Fame’ y ‘Remain’ parece haber un mensaje acerca de tu relación con la fama. Por un lado el mensaje de que “no necesitas fama” y por el otro esa reflexión sobre los años en los que un artista se siente olvidado. ¿eres tú ese cineasta del que habla la canción?
Lo soy, lo soy. ‘Remain’ va sobre algo sobre lo que sabía que quería escribir, una parte de mi pasado, la temporada -especialmente en los noventa- en la que estuve apartado de todo. Mi compañía me había echado, y estaba viviendo en un pequeño pueblo de Baviera con mi mujer. Y de vez en cuando pensaba “siempre fui un buen compositor”. Tenía cuarenta y tantos, y parecía que no le importaba a nadie, el foco estaba en otros artistas, el teléfono no sonaba. Nadie llamaba para decir “ven a Irlanda, o a Londres, para hacer tal cosa”. Pero fue una época en la que grabé muy buenas canciones, siempre me lo pareció. Así que empecé a escribir una canción sobre esto, y el momento clave, el gran giro, llegó cuando pasé de “hice mis mejores trabajos” a “pero mis películas no las proyectaron”. Y eso fue lo que permitió que la canción funcionase, el transformarme de músico a cineasta, porque si hubiese sido sobre mis canciones, habría sido demasiado literal, y no me habría quedado contento.
En los dos últimos años has publicado tus memorias (‘Grant and I’), aclamadísimas por la crítica, y se estrenó en cines una película documental sobre los Go-Betweens (‘Right Here’). Las primeras exponen tu visión de los acontecimientos y la película da voz a más protagonistas, que en algunos episodios (como la ruptura del grupo) son ligeramente discrepantes. ¿Se complementan bien, crees tú?
Creo que son dos cosas diferentes. La película es muy buena hasta el año 1989 más o menos. Se ocupa del equivalente a… (coge el libro y señala el punto) esta parte, la mitad, o quizá dos tercios del libro. En parte fue una cuestión del presupuesto de la película, por eso hay más material de los ochenta. Y creo que eso es bueno, pero me habría gustado que hubiese durado veinte minutos más y hubiese hablado sobre lo que pasó en los 90 y en los 2000. El libro cuenta toda la historia. Pero me gustó la película, y me gusta que el director es un cineasta, así que todo tiene calidad de cine.
¿Has visto los extras del DVD?
No.
«Los guitarristas que me gustan, aunque son mejores que yo, son gente como John Lennon, que creo que es un excelente guitarrista rítmico, Lou Reed, John Fogerty… tocan mejor que yo, pero es el tipo de estilo que yo toco. Guitarra de cantautor»
Es que hay 45 minutos de descartes de las entrevistas, y quería preguntarte por algo que dice el periodista Clinton Walker… (Robert hace una mueca al oír el nombre), dice que tu técnica a la guitarra no ha evolucionado nada en cuarenta años… en fin, yo no creo que tu forma de tocar sea algo esencial al valorar tu obra, pero es que además no me parece cierto.
Eem… Clinton, que por increíble que parezca es amigo mío (sonríe), es alguien a quien le gusta ser controvertido. Le gusta ser la persona que cree que cuenta las verdades, cuando algunas veces no es realmente la verdad. Mi forma de tocar es bastante básica en cierto modo, ya sabes, es rítmica. Pero es que los guitarristas que me gustan, aunque son mejores que yo, son gente como John Lennon, que creo que es un excelente guitarrista rítmico, Lou Reed, John Fogerty… tocan mejor que yo, pero es el tipo de estilo que yo toco. Guitarra de cantautor. He mejorado con el tiempo. Pero bueno, Clinton es así.
La caja retrospectiva de los Go-Betweens Volumen 1 era una absoluta maravilla a nivel de documentación gráfica y sonora, pero ya han pasado 4 años y de momento no sale el Volumen 2. ¿Está acabado?
Prácticamente. Hemos avanzado mucho y diría que hay posibilidades de que salga este año. La semana pasada, que estuve en Londres, estuve trabajando con Mark Cooper, el diseñador gráfico del proyecto. Nos queda hacer parte de la masterización, pero está casi todo listo. Espero que pueda salir este año.
¿Incluye las ‘Botany Sessions’? [míticas demos del disco de los Go-Betweens que no llegaron a grabar porque se separaron]
Sí, estarán en el Volumen 2.
¿Y habrá un tercer volumen dedicado a la época en la que os reformásteis? ¿E incluirá una remasterización de ‘Oceans Apart’? [cuando se publicó hubo polémica por cómo se masterizó este disco]
Habrá un tercer volumen, esa va a ser la sorpresa. Y sí, se va a remasterizar. Espero que se pueda hacer en Abbey Road.
¿En serio?
Sí, así podré visitar esos estudios (sonríe).
¿Puedo preguntarte por los Goon Sax? [el grupo de su hijo Louis]
Claro.
«The Goon Sax están cambiando mucho. Sólo tienen 20 años, y como suenan ahora probablemente no tendrá mucho que ver con cómo suenen cuando tengan 25»
Imagino que te gustan, lo has comentado en otras entrevistas, pero quería preguntarte cómo ves el hecho de que sean un formato de trío con dos cantantes muy distintos físicamente, que componen y cantan cada uno sus canciones… y encima una baterista. Sobre el papel sería lo último que tu hijo debería haber hecho al formar una banda, y sin embargo, extrañamente, funciona a las mil maravillas.
Tienes toda la razón. Fue algo que ocurrió espontáneamente. Louis y James -el otro cantante y compositor del grupo- estaban en otro grupo cuando tenían 14, 15 años, pero esa banda se separó. Entonces empezaron a hacer música juntos, todo muy orgánicamente, y entonces su amiga Riley les dijo que había aprendido a tocar la batería… y se juntaron los tres y sonaban genial. Y en aquel momento Louis podría haber dicho “oh, esto se parece al grupo de mi padre, no voy a hacer las cosas así. Voy a buscar a cuatro tíos a los que no conozco y formar una banda que suene a mierda…”. Y creo que hizo absolutamente lo correcto. Aceptó lo que se le presentaba, de forma muy natural. Y creo que estas cosas hay que hacerlas así en la vida, cuando se presenta una ocasión y piensas “esto me parece natural, funciona, y sería estúpido o de locos rechazarlo por algo que seguramente no va a funcionar”. En cualquier caso tengo que decir que están cambiando mucho. Sólo tienen 20 años, y como suenan ahora probablemente no tendrá mucho que ver con cómo suenen cuando tengan 25. Están cambiando muy rápidamente.
¿Cómo te sientes siendo una estrella del rock con sesenta y tantos?
No sé si soy una estrella del rock… todavía (sonríe).
«Casi me sorprende el haber cumplido ya sesenta. No me siento como cuando tenía veinte o treinta y tantos, pero más o menos me siento como cuando tenía cuarenta o cincuenta»
¿Una estrella del pop, quizá?
Me siento bien. Casi me sorprende el haber cumplido ya sesenta. No me siento como cuando tenía veinte o treinta y tantos, pero más o menos me siento como cuando tenía cuarenta o cincuenta. Estoy muy feliz con los tres últimos discos que he hecho. ‘The Evangelist’, ‘Songs to Play’ e ‘Inferno’, estoy muy feliz con ellos, creo que finalmente he conseguido aprender a hacer las cosas. En los 90 estaba buscando la manera de hacerlo, así que los discos eran bastante diferentes entre sí. Iba de un lado a otro, mientras que ahora me siento muy bien con lo que estoy haciendo. Y una de las cosas que me está ayudando es que ahora escribo. El haber hecho estas memorias, o el trabajar como periodista musical. Ahora estoy trabajando en una nueva historia, estoy escribiendo algo nuevo. Y tengo 61 años. Si tuviera sólo la música estaría bien, pero al estar también escribiendo me siento mejor. Estoy cómodo con ser una estrella del rock de sesenta, como dices, si estoy haciendo otras cosas también.
[En ese punto acaba la conversación, antes de que podamos preguntarle más detalles sobre ese nuevo libro, del que en otras entrevistas ha explicado que es una obra de ficción. Cuando nos despedimos sí nos comenta que después del verano vendrá a España a tocar, dos fechas en noviembre, pero no especifica dónde. Mientras salgo a la calle, en la que empieza a apretar el calor en pleno mes de marzo, resuena en mi cabeza esa oda al calentamiento global que da nombre al disco de Forster (‘Inferno’) y me vuelvo para ver su delgada y altísima figura desaparecer en la distancia]
La boy band coreana BTS alcanzaron el estatus de estrellas internacionales al convertirse el año pasado en el primer grupo coreano de la historia que alcanzó el número 1 de álbumes en Estados Unidos. Lo lograron con ‘Love Yourself 轉 ‘Tear’’, y repitieron meses después con el doble ‘Love Yourself 結 ‘Answer», que incluía el single ‘Idol‘, un featuring de Nicki Minaj con cuyo vídeo además batieron el récord de visitas en las primeras 24 horas, superando a Taylor Swift y su ‘Look What You Made Me Do’.
Aquel hito fue a su vez superado por Ariana Grande y el clip de ‘thank u, next’, como sabemos, pero nuevamente BTS podrían marcar cifras inéditas con el primer single de su anunciado próximo álbum, ‘Map of Soul: Persona’. Se trata de la canción ‘Boy With Luv’ y, si la expectación ya era de por sí enorme, se ha hecho descomunal cuando se ha desvelado que contiene un featuring de una de las estrellas femeninas del pop con mayor tirón del momento: Halsey.
Pese a que los dos álbumes publicados por la norteamericana no terminaban de despejar dudas sobre su potencial artístico, lo cierto es que Halsey ha ido incrementando su base de fans, conectando por su estética y su ética con las nuevas generaciones de aficionados al pop que agotan las entradas allá donde va (en Madrid fuimos testigos del delirio que despierta). Así, un poco sin que nadie lo esperara, el inesperado single ‘Without Me‘ se convirtió a principios de este año en un su primer número 1 en solitario en EEUU (ya alcanzó antes esa posición, pero cantando ‘Closer’ con The Chainsmokers). Por lo que la decisión del equipo de BTS de contar con ella parece de lo más atinada.
De hecho, este domingo este tándem está apuntando ya a cifras récord… ¡con tan sólo el primer teaser de ‘Boy With Lux’! Los primeros 45 segundos del clip, que se lanza oficialmente el próximo viernes 12 de abril, acumulan en apenas 5 horas más de 4 millones de visitas, mientras que la intérprete de ‘New Americana’ (que no BTS) ha sido trending topic mundial contabilizándose millones de tuits relacionados. Parece que al hito videográfico de ‘thank u, next’ podrían quedarle apenas unos días de vida.
Flavien Berger es un músico de la ciencia ficción. El francés ha declarado que este género le fascina porque “me gustan las historias, sobre todo la narrativa, y la literatura de ciencia ficción abre una ventana a nuestro mundo, a nuestro presente, usando herramientas muy específicas del género que lo convierten en un espacio para la creatividad”. Berger, que como miembro del colectivo multidisciplinar Collectif Sin~, crea máquinas que reaccionan al sonido, dando lugar a paisajes visuales ensoñadores, hará realidad su propia ciencia ficción el próximo 9 de abril en la Sala Apolo de Barcelona y el 10 de abril en Dabadaba de Donosti, donde presentará su último disco ‘Contre-Temps’.
Lanzado a finales de 2018, ‘Contre-Temps’ es un álbum de electrónica abierto a géneros, más apto imposible para fans tanto de Nicolas Jaar y Matthew Dear, a los que pueden recordar el single ‘Maddy La Nuit’, como de la etapa más “cheesy” de Daft Punk y M83. A estos dos últimos suenan la vocoderizada ‘Castelmaure’ o ‘Brutalisme’, dos de las canciones destacadas de un álbum que también da pie a la electrónica delicada de Four Tet en ‘Rétroglyphe’ tanto como al piano neoclásico de ‘Dyade’. Incluso una curiosidad llamada ‘Medieval Wormhole’ podrá llamar tu atención y el tema más largo del disco, el que lo titula, que dura la friolera de 14 minutos, es puro Stereolab, un grupo nunca lo suficientemente reivindicado.
La variedad de ‘Contre-Temps’ es tal que a nadie sorprenderá que Berger haya sido telonero -en cuatro fechas- de Christine and the Queens, aunque la sensibilidad retro pero contemporánea de este músico parisino que ha llegado a cantar en español en su tema ‘Arco Iris’ (sic) sin duda debería hacer las delicias de los fans de ‘Chris’ y en general del pop francés más sofisticado, hasta el punto que una colaboración entre ambos no sería descabellada. Pero incuso cuando crees que el disco ya no te va a sorprender, un tema como ‘999999999’, una canción titulada con 9 nueves que dura 9 minutos, consigue replicar la intriga de unos Moderat.
Sobre ‘Contre-Temps’, Berger ha dicho que si su antiguo álbum iba “sobre montañas rusas y era un viaje hacia el abismo, una metáfora de mi encuentro con la música y de mi atracción a ella, este álbum va más sobre repetir el tiempo y vivir recuerdos una y otra vez”. Sin duda, su propia ciencia ficción sonora está llena de momentos familiares , pero expresados a través desde un prisma personal, magnético y ligeramente surrealista, como el recuerdo de un sueño. A esta percepción contribuyen también sus interesantes videoclips, cuyo visionado recomendamos.
En 2010 el grupo dominicano-estadounidense Aventura publicaba ‘The Last’, disco con el que el cerraban una carrera drásticamente marcada por ‘Obsesión‘. Publicada en 2002, esta bachata se convirtió en un hit global cuando aún estaba por explotar de manera masiva el reggaeton. Aquel tema incluido en el tercer disco de Aventura, ‘We Broke The Rules’, superó todas las expectativas y, curiosamente, no fue número 1 en España (su pico fue el 4) pero sí en países europeos como Alemania, Francia, Bélgica, Austria, Suiza o Italia, donde permaneció en lo más alto de la lista de singles la friolera de 16 semanas.
Aún así, sigue siendo una canción recurrente en todo tipo de festejos de nuestro país y es celebrada por todo lo alto: recordamos, por ejemplo, cómo en la última gira de Manel el público lo daba todo cuando sonaba este tema, nada más terminar los conciertos del grupo catalán. La escisión de Aventura devino en la carrera en solitario de su cantante, el conocido Romeo Santos, que desde entonces se ha convertido en el rey de la bachata contemporánea, aproximándola al R&B y el hip hop y convirtiéndola en un género relevante en toda Norteamérica, colaborando con Britney Spears, Lil Wayne, Drake, Marc Anthony y hasta con Julio Iglesias.
Tras el éxito de ‘Golden’ (2017), el pasado viernes Anthony Santos (ese es su nombre real) publicaba sin previo aviso ‘Utopia‘, un nuevo álbum de estudio en el que ha reunido a nombres insignes de la bachata dominicana. Y entre ellos destaca, precisamente, el del grupo en el que se dio a conocer junto a sus primos, los propios Aventura. Todos juntos interpretan ‘Inmortal’, la canción que cierra el disco y que parece el gran gancho de este álbum.
De hecho, se ha lanzado un vídeo oficial que, con una trama sci-fi: Romeo es una especie de alienígena aterrizado en la Tierra, al que arrebatan de la mujer que le encuentra para estudiarlo. Sorprendentemente, se trata de una traslación a imágenes de una letra que dice «mami, yo te amo hasta lo infinito / sólido como un meteorito / lo que siento jamás podrán entender / dura, los expertos buscan la cura / porque te quiero con locura / desconfían que sea humano, mujer». En dos días acumula más de 17 millones de reproducciones y es número 1 en el top de Tendencias de Youtube en España. Casi 2 décadas después de ‘Obsesión’, Aventura han vuelto triunfales.
La de ‘Old Town Road’ es una historia musical de esas que merece la pena conocer. Se trata del single debut de Lil Nas X, un joven rapero de Atlanta, la cuna del trap. En realidad, este chico de 19 años logró su primer espaldarazo de popularidad gracias a los hilos que creaba desde una cuenta de Twitter en la que apoyaba a Nicki Minaj y Nas (de ahí su nombre artístico). Pero el año pasado comenzó a subir sus propios temas a Soundcloud hasta que, en diciembre, lanzó su primer single oficial, ‘Old Town Road’.
La canción comienza con un sonido de banjo –que, para añadir más sazón al potaje, se extrae de ‘34 Ghosts IV‘, del disco de Nine Inch Nails ‘Ghosts I-IV’ (2008)– sobre el que Lil Nas comienza a cantar sobre llevar su caballo a la vieja carretera a la ciudad… antes de que irrumpa una base del productor Youngkio propia del trap. El tema, que tiene bastante gancho, se convirtió en un éxito viral gracias a una propuesta (el «Yeehaw challenge») de la conocida app de baile y playback TikTok, sumando entre Youtube y Spotify más de 100 millones de reproducciones.
Por eso la canción lograba alcanzar un asombroso puesto número 15 en el Billboard Hot 100 y, lo que es más chocante, la pasada semana irrumpía en el puesto 16 de la lista de country de Billboard. De hecho, se estima que, de haber seguido en la lista, este sábado hubiera sido número 1 del chart Hot Country Songs. Sin embargo, la revista especializada en la industria musical decidió descalificarla y eliminarla de esa lista porque, argumentan, «aunque incorpora referencias al country y la imaginería de cowboys (Nde: su vídeo oficial es una historia de cowboys negros narrada dentro del videojuego ‘Red Dead Redemption’), no abarca suficientes elementos de la música country actual como para entrar en listas con esta versión».
Esto ha generado una polémica en la que sobrevuela la cuestión racial y ha hecho que Elias Leight de Rolling Stone recordaran cómo ‘Daddy Lessons’ de Beyoncé tampoco fue admitida como una canción country por la Recording Academy, no pudiendo por tanto optar al Grammy en esa categoría. Pero desde este viernes la cuestión ha dado un nuevo giro cuando, dos días después de que este se manifestara a favor de Lil Nas X en Twitter, se publicara oficialmente una especie de remix-venganza de ‘Old Town Road’ con Cyrus cantando el gancho principal de la canción. El remix se alzó inmediatamente como número 1 de iTunes en Estados Unidos (como ha celebrado Miley, la nueva cabeza de cartel de Primavera Sound) y, desde luego, Billboard tiene ahora un papelón. ¿Readmitirán esta nueva versión en su top de singles country? Si lo hacen, desde luego que el racismo inherente en la decisión sería innegable. Y si no, estarían despreciando a una de las grandes estrellas del género en su país.
.@LilNasX Been watching everything going on with OTR. When I got thrown off the charts, Waylon Jennings said to me “Take this as a compliment” means you’re doing something great! Only Outlaws are outlawed. Welcome to the club!
La Casa Azul ha vuelto a sumar más grandes canciones a su repertorio con ‘La gran esfera‘, su primer disco en 8 años, que no ha decepcionado. Una de ellas era ‘Podría ser peor’, que conocemos desde 2016, y otra es la evocadora ‘El final del amor eterno’, que alberga uno de los estribillos más hermosos cantados jamás por Guille Milkyway.
Aunque el músico catalán ha sorprendido también acercándose a otros estilos, como en la estupenda ‘A T A R A X I A’, la canción de ‘La gran esfera’ que ha terminado conquistándome a lo grande ha sido una tan clásica y propia de La Casa Azul como ‘El colapso gravitacional’, una de esas nuevas composiciones de Milkyway que ya se habían escuchado en directo antes de la salida del álbum.
Como de costumbre, ‘El colapso gravitacional’ brilla sobre todo en su estribillo, un verdadero salto de pértiga melódico que contrasta con el acelerado ritmo de la canción. Es una composición que se desarrolla con la velocidad de un coche de Fórmula 1, pero que a la vez parece mantenernos levitando en el aire. Lo cual tiene cierto sentido pues en el tema Milkway habla de una “estrella” que una vez existió en un “equilibrio hidrostático”, pero que ahora ha quedado reducida a “polvo estelar”.
La razón de esta transformación está explicada en ‘La gran esfera’ de manera bastante explícita en varias canciones. Pero ‘El colapso gravitacional’ parece representar un punto de inflexión entre todo el mar de pesimismo y terror a la rutina expuesto en el disco, pues en ella Milkyway parece reconocer por primera vez el peso que está ejerciendo sobre él su incapacidad para abordar los problemas. “Mi especialidad, no enfrentarme al contratiempo”, dice en un punto de la letra, mientras en el estribillo es incluso más dramático: “muere porque no supo sufrir, muere porque no supo luchar”. Milkyway claramente nos lleva al espacio exterior en ‘El colapso gravitacional’, pues toda esa carga emocional no tiene ningún “peso” en esta ingrávida, veloz y emocionante canción.
10 años después de ‘Let’s Go Surfin’, The Drums -como proyecto, pues la banda como tal ya no existe- ha tenido más recorrido del que probablemente muchos vaticinaron. Su líder y único integrante desde hace años Jonny Pierce ha conseguido fidelizar a una base de fans que aprecia sus canciones más allá de los dos singles que conoce el público generalista y así, este 5 de abril ha llegado a su quinto álbum de estudio con un ‘Brutalism’ que suma más buenos temas y letras memorables a su repertorio, suponiendo otro trabajo luminoso en su carrera.
Pierce, que ahora vive solo en Los Ángeles, llama a ‘Brutalism’ una “gigante Biblia del cuidado a uno mismo”, pues lo compuso tras su divorcio del chico al que dedicó su último trabajo, su siguiente ruptura con un chico belga y tras pasar un periodo psicológico turbulento, por el cual necesitó terapia. En el disco, Pierce documenta los problemas a los que ha tenido que enfrentarse para llegar a al lugar de serenidad y paz interior en el que se encuentra ahora, como el miedo a la soledad, en temas tan certeros como ‘626 Bedford Avenue’, que podría ser del mejor Jens Lekman y en el que canta “me trataste como una mierda pero yo volvía a ti”; o ‘Loner’, una canción 100% The Drums en su composición marca Morrissey y su mensaje “no quiero estar solo, me da miedo toda la gente del mundo, nunca tuve un hogar”, al que Pierce añade al final un coro infantil.
El título de ‘Brutalism’ alude a un estilo arquitectónico caracterizado por la dureza de sus edificios -visiblemente hechos de hormigón-, pero Pierce lo usa como metáfora del “amor duro y pesado” que definió a su antigua relación, en la que Pierce se aferraba a una idea de su chico que no era real. Aunque también podría referirse a la honestidad de las letras, en algunos casos precisamente tan brutal como las del melancólico tema titular, en el que Pierce no teme mostrarse así de vulnerable: “cuando estoy solo durante la noche, me pongo tu camiseta en la cara para sentir que estás aquí / pongo mi mano en mi pecho para que parezca que estás aquí”.
Sin embargo, ‘Brutalism’ es un disco alegre, como sugiere su tema final ‘Blip of Joy’, que celebra lo efímero de esas pequeñas cosas que nos hacen felices, o la energía del sencillo principal, ‘Body Chemistry’, otro buen single de The Drums en el que Pierce reflexiona sobre la depresión (“quizá estoy deprimido, o quizá sepa demasiado sobre el mundo, o sobre mí mismo”) pero cuya letra permite a su vez algo de sentido del humor, en la carismática frase “sé que con un poco de suerte, y un buen polvo, una buena copa de vino y un rato de calidad te harán mío”.
Mención especial merece la bonita balada ‘I Wanna Go Back’, que parece inspirada en Animal Collective e incluye olas del mar. Precisamente donde encontramos a Pierce 10 años atrás. De hecho, ‘Brutalism’ funcionaría mejor si capturara la espontaneidad con la que nacieron las primeras canciones de The Drums, pero tampoco sería justo pedir a Pierce que vuelva a ser la persona que fue hace tanto tiempo. De momento, sus canciones suenan un poco más calculadas, pero Pierce es ahora una persona más calculada, más adulta quizá. Y en todo caso, ‘Brutalism’ no decepcionará a sus fans de siempre, lo cual es un mérito en sí mismo.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Body Chemistry’, ‘626 Bedford Avenue’, ‘Brutalism’, ‘I Wanna Go Back’ Te gustará si te gusta: Wild Nothing, Best Coast, The Smiths, The Beach Boys Escúchalo:Spotify
El Parlamento Europeo ha aprobado en días recientes la Directiva sobre Derechos de Autor para actualizar las normas del copyright: 348 diputados votaron a favor, 274 en contra y 36 se abstuvieron. La Unión Fonográfica Independiente celebraba en un comunicado que, después de que el Parlamento de España la asuma, «los autores y los artistas se beneficiarán de las nuevas disposiciones relativas a la remuneración y los contratos». En el punto de mira está por supuesto la mala remuneración de Youtube para artistas y gestores de derechos de autor. Bruno Muñoz, que acaba de dejar de ser el presidente de UFI, decía: «Hemos conseguido llegar a los políticos y visibilizar nuestra realidad. Hemos desmontado grandes mentiras fomentadas con deslealtad desde otros intereses. No existe libertad sin reglas y normas justas. Aquellos que abogan por un internet desregulado y sin leyes no defienden la libertad, defienden la ley de la selva. La ley del más fuerte. Y ya sabemos quiénes son. Las empresas de tecnología».
Un total de 120 artistas ha firmado a favor de esta reforma, y entre ellos hay muchos conocidos: Iván Ferreiro, Fernando Alfaro, Triángulo de Amor Bizarro, Xoel López, Los Punsetes, Novedades Carminha, McEnroe, Rusos Blancos, Guadalupe Plata, Alondra Bentley, Arizona Baby, Australian Blonde, Dorian, Crudo Pimento, El Hijo o Elastic Band, junto a sellos como Mushroom Pillow, PIAS, Subterfuge o Sonido Muchacho. Anni B Sweet, también firmante, nos indica: «Es una buenísima noticia para los autores europeos porque aumenta la transparencia en la gestión de los derechos de autor y obliga a las plataforma digitales a ser mucho justas y proporcionales en sus repartos. Eso sí, en España hace falta que esa ley europea se traslade a la normativa española y va a ver que estar muy vigilantes para que esto se haga sin demora». Sin embargo, también hay voces discordantes.
Lola Sánchez (Podemos): «Los algoritmos no son tan inteligentes todavía como para distinguir una violación de derechos de autor de una parodia. Es un ataque a la libertad de expresión»
Mientras los youtubers consideran la reforma como un ataque contra la libertad de expresión, Podemos está entre los que han votado en contra. Hemos querido hablar con la eurodiputada de este partido, Lola Sánchez Caldentey, sobre este asunto. Así se explica: «Ha sido un debate un tanto engañoso. Sí es cierto que los autores y creadores están en desventaja, que no reciben una remuneración justa y digna por su trabajo y por los beneficios que su trabajo va generando a lo largo del tiempo. Pero el problema es que no se ha resuelto bien, ha sido como matar moscas a cañonazos».
Sánchez Caldentey entiende que se va a aplicar un sistema de censura previa a través de un algoritmo informático: «Hay tres actores. Tenemos a los creadores y los autores, luego los propietarios de los derechos y luego las grandes plataformas, que son las que de verdad se hacen de oro. Para que los autores consigan una remuneración justa, nos hemos ido al final de la cadena. Esta legislación convierte a las plataformas en responsables de los contenidos que se suban. Se pone un filtro que es un algoritmo informático que va a buscar si algo tiene copyright antes de que se suba. Esto es un peligro para la democracia porque estamos estableciendo una censura previa, es a priori, no a posteriori. La mayoría de las cosas no van a pasar ese filtro. Se ha hablado mucho de los memes, pero no es cuestión de prohibir los memes, sino de que estos algoritmos no son tan inteligentes todavía, y no sabemos si algún día lo van a ser, como para distinguir una violación de derechos de autor de una parodia. Por ejemplo un meme de Los Simpson va a desaparecer aunque sea una parodia. Es un ataque a la libertad de expresión».
También hablamos con Bruno Muñoz, el mencionado ex presidente de UFI, que considera que ya existe ese algoritmo en Youtube: «Los filtros ya existen. Si no existieran ya esos algoritmos, habría mogollón de porno en Youtube. Ellos quitan una polla o una teta, porque eso les generaría un problemón que te cagas. Lo que le interesa a Youtube es tener contenidos culturales y ponerles publicidad a tope. No han puesto los filtros del porno a la música o al cine porque eso les genera mogollón de tráfico y dinero al ponerle el pre-roll de publicidad. ¿Quiénes son los beneficiarios? Google. El usuario está ahí para ver la película o la canción, y se traga el anuncio».
Bruno Muñoz: «Lo de la censura es un bulo organizado por el pedazo de lobby de Google, incluso secundado por Wikipedia vergonzosamente, porque Wikipedia se financia con Google (…) Esto no va a generar censura, es mentira»
Sobre la censura y los memes, indica: «Lo de la censura es un bulo organizado por el pedazo de lobby de Google, incluso secundado por Wikipedia vergonzosamente, porque Wikipedia se financia con Google, y hay un artículo maravilloso sobre esto, de un tío bien informado que ha investigado las redes de financiación de Wikipedia. Dicen que ya no se van a poder hacer memes, cuando en la Directiva está expresamente dicho que los memes y los gif’s no tienen ningún problema. Lo que dice es que cuando la tecnología se aprovecha de los contenidos culturales para generar dinero con publicidad, como hacen las radios, se tienen que sentar con los titulares de derechos y pactar una negociación justa. Desde Napster en 1999 han estado evitando sentarse con los titulares de los derechos pagando lo que les da la gana. Esta Directiva les va a obligar. Esto no va a generar censura, es mentira. Esto les hace responsables de lo que tienen en su plataforma».
Marc Gili, cantante de Dorian, habla como artista y define la situación hasta ahora como «un campo sin fallas»: «En el caso de Youtube se está buscando una monetización y trato más justos. Se trata de acabar con la «VALUE GAP«, una remuneración no consensuada que no llega a ser la proporción que debería ser. Se buscar mejorar esa proporción, que es bueno tanto para los artistas como para otros agentes de la industria. Se busca una actualización de las leyes de propiedad intelectual. Hasta ahora Youtube se amparaba en la «política de puerto seguro»: Youtube pone a disposición del autor una herramienta para que sean los autores quienes alerten de las violaciones de copyright. Eso se llama CONTENT ID, pero es una manera de lavarse las manos. Se busca que Facebook y Youtube tengan que negociar y mejorar las condiciones de copyright y que sus derechos estén más protegidos. Por un lado se regula la monetización, que será más justa y buena para todos, y se están consiguiendo cosas interesantes; y por otro se persigue una mayor protección de los copyrights. Todo está siendo una conversación bastante justa y creo que tenemos que tener una actitud positiva».
Sobre el desnivel entre lo que paga Spotify o Youtube, Marc no sabe la proporción exacta y tampoco lo habla con compañeros de profesión, pero sí es consciente de que existe. «El trato de Spotify es más «fair play». No se habla mucho entre los músicos. Se habla de mejorar las condiciones, pero no de nada concreto porque cada grupo, en función de si es autogestionado o no, va a recibir unas cosas o va a recibir otras. Pero sí te puedo decir que no todas las visualizaciones generan ingresos. El usuario tiene que interactuar con la publicidad. Todo es un poco complejo».
Bruno Muñoz: «Hasta ahora Youtube está pagando limosnas porque no se les obligaba a pagar más. Spotify ha negociado con los titulares de los derechos y Youtube nunca se ha querido sentar en cambio»
Bruno añade refiriéndose a Youtube: «Tú ganas ese dinero y negocias conmigo el precio que me vas a pagar porque me pagas entre 10 y 30 veces menos que otras plataformas, haciéndoles una competencia desleal. Youtube genera el 50% del streaming mundial. Todas las demás: Deezer, Tidal, Spotify… todas suman como mucho lo mismo. Hasta ahora están pagando limosnas porque no se les obligaba a pagar más. Ningún tribunal les obligaba. Spotify ha negociado con los titulares de los derechos y Youtube nunca se ha querido sentar en cambio. ¿Tú te crees que no queremos estar en Youtube? Claro que queremos pero para que nuestros artistas ganen más dinero». Marc lo secunda: «Los músicos somos conscientes de que estas plataformas nos ayudan. Te vas a otro rincón del mundo y estás llenando una sala. Eso es gracias a plataformas como Youtube. No queremos ser contrarios a nadie, sino remar juntos pero con un trato justo. Las compañías independientes se crearon hace décadas porque hay artistas que consideraban que no tenían un trato justo. Se crearon un montón de sellos en Inglaterra, Estados Unidos, buscando un trato más humano. Los músicos queremos tener una relación más humana y justa y se va a conseguir porque es razonable lo que estamos pidiendo».
Otro de los puntos por los que Sánchez Caldentey es contraria a la Directiva es que considera que no se dirige expresamente a los autores: «Los propietarios de derechos no son los autores ni los creadores, sino unas empresas intermediarias de eslabón entre las plataformas y los autores. Sean grandes o pequeñas las firmas, son ellas las que van a recibir más ingresos por parte de las grandes plataformas». Cuando pregunto si cree que esos más de 100 artistas se han dejado llevar algo engañados a la firma del manifiesto, responde: «No digo que estén engañados, pero ha faltado un debate en profundidad sobre este tema. Hemos metido en el mismo saco a autores y creadores, y a los propietarios de los derechos de autor. Esta Directiva no dice nada sobre que los creadores sean justamente remunerados por parte de estas empresas. Vuelven a estar desamparados, cada autor tiene que negociar solo la gestión de sus derechos. Esta Directiva no obliga a que se les remunere de forma justa. Los autores están atomizados porque sus derechos los tienen empresas en la gran mayoría de los casos, se están quedando con su dinero los sellos y las marcas».
Lola Sánchez: «Esta Directiva no dice nada sobre que los creadores sean justamente remunerados por parte de estas empresas»
Bruno, también responsable de Lovemonk, da su visión sobre los intermediarios: «Los intermediarios vamos a porcentaje. Pagamos unos royalties, en muchos casos en el mundo independiente, es 50-50. Si el intermediario gana más dinero, el autor gana más dinero. A menos que se considere que el intermediario es un chorizo. Pero lo que pone en nuestros contratos es que liquidamos un porcentaje a los artistas». Marc de Dorian indica que el porcentaje depende de tu contrato, no es lo mismo estar en una multinacional que ser autogestionado: «La justicia o la injusticia de lo que llega o no llega depende de los contratos del artista con su sello o con su editorial, si lo tiene. Si tienes un contrato con una gran compañía, es posible que tengas un royalty muy bajito. En cambio, si eres un artista autogestionado, lo que te llegue a ti o a tu agencia será más justo. Depende de cada caso y de cada artista».
Sobre la visión que implica que esta Directiva en realidad es dar más poder a Google y a Youtube, puesto que ejercerán cierta forma de censura previa, Bruno no está de acuerdo: «La Directiva de copyright intenta bajarles de ese pedestal y no tomar decisiones unilaterales sobre cuánto pagar. Les obliga a negociar con los editores. El famoso artículo 13, que al final ha sido el 17, obliga a Youtube a tener que llegar a acuerdos para tener esa música subida a la plataforma. Hasta ahora se ha amparado en una salvaguarda que viene a decir que ellos no se hacen responsables de lo que hay subido a su plataforma. Ellos dicen que son una empresa y es el usuario el que genera el contenido. No quieren tener la obligación de negociar los derechos de autor y dan libertad a los usuarios. Ahora se les hace responsables de lo que hay en su plataforma». Lola en cambio considera que esta Directiva convierte a Youtube en «la policía de internet»: «Desde 2001 internet ha cambiado muchísimo, han nacido plataformas nuevas. Eso hay que regularlo pero tú no le pones coto a Youtube convirtiendo a Youtube en la policía de internet. Es darles más poder. Esas plataformas son las que van a decidir qué hay y qué no hay en internet. Nos decían que si Google o Youtube nos había comprado. Yo no les quiero dar poder, se lo quiero quitar. Tiene que haber una Directiva ad hoc. Tienen muchísimos datos que acumulan una cantidad enorme de poder. No hemos sido capaces de verlo y han influido en la elección de Trump, el Brexit, etc».
Marc de Dorian: «Los músicos queremos tener una relación más humana y justa (con Youtube)»
Sobre cuál es la alternativa de Podemos, responde: «Hemos presentado muchas enmiendas para intentar rebajar el texto, pero no pasó ni una. Hubo un rodillo neoliberal, con el PSOE dentro. Me he reunido con gente de Wikipedia, autores independientes… hemos escuchado a todo el mundo y tenemos una visión bastante amplia. No estaba funcionando mal el aviso a posteriori. Una vez subí una cosa a Youtube con una canción de Sigur Rós y estuvo 10 minutos subida. Alguien denunció, y desapareció. Y dije: «pues tienen razón». Que sea a posteriori tiene más lógica. Y en casos de violaciones de derechos de copyright, que sea un juez quien pueda retirar una publicación. Pero que sea Youtube, Google, empresas privadas con sus intereses… quienes deciden si algo pasa su filtro es darles un poder».
Preguntada sobre si la gente está concienciada sobre la importancia de los derechos de autor y la pertinencia de no poder usar una canción que no es tuya, responde: «Falta concienciación y educación. Tengo primos que han nacido con internet, de 13 o 14 años, y para ellos es como si hubiera existido siempre. La gente que ha nacido con internet piensa que todo es gratis y nadie vive de internet. En internet hay gente que se gana la vida como puede y hay que protegerla, pero no poniendo un filtro en Youtube. Esta Directiva va en contra de derechos fundamentales como es el la libertad de expresión y el derecho a la información. Es una solución muy mala. Además, van a quedar cuatro plataformas, porque las pequeñas no van a poder permitirse poner ese filtro. Vamos a llegar a un oligopolio de plataformas». En cualquier caso, hasta que en España se aplique esta Directiva, pueden pasar incluso más de un año.
Anoche La 1 de Televisión Española emitía la gala final de ‘La mejor canción jamás cantada‘, esa suerte de concurso terrible que pretendía determinar cuál sería la mejor canción española para el público, en voz de artistas populares: junto con un puñado de triunfitos, alternaban nombres más mediáticos que otra cosa, como Falete o Melody, artistas consolidados como Bebe, Azúcar Moreno y David Otero cantantes, con otros en pleno desarrollo como Andrés Suárez, Carlos Sadness, Barei o Brisa Fenoy. Todo ello con la conducción de Roberto Leal y un jurado formado por Tony Aguilar y Noemí Galera y el análisis de Jaime Altozano.
Tras unas semifinales por décadas desde los 50 hasta los 10, en este último programa competían las canciones ganadoras de cada una de ellas, aunque no en las voces que las interpretaron en los primeros shows: ‘Ay, pena, penita, pena’ (de Lola Flores, años 50), fue cantada por Falete; ‘Yo soy aquel’ (Raphael, años 60), por Melody; ‘Mediterráneo‘ (de Joan Manuel Serrat, años 70), en voz de la semifinalista de OT 2019 Alba Reche; ‘La chica de ayer’ (Nacha Pop, años 80), por Andrés Suárez respaldado por Luismi Baladrón, bajista en los últimos años de Antonio Vega; ‘La flaca‘ (Jarabe de Palo, años 90); ‘Ave María’ (David Bisbal, años 00), por Agoney; y ‘Quédate conmigo‘ (Pastora Soler, años 10) por el argentino Gerónimo Rauch.
El ‘Ave María’ de Agoney, con una especie de versión big band, ‘La flaca’ en la adaptación EDM (!) cantada por Marta Sango y la más tradicional, acompañada por un grupo rock y un cuarteto de cuerda, de ‘Mediterráneo’, en voz de una Reche que logró despertar la admiración de Sara Bareilles, fueron las tres más votadas por los espectadores del programa. Y, como cabía esperar, la suma de conservadurismo y fans de OT 2018 propició que la alicantina se alzara finalmente con la victoria (obtuvo un 55% de los votos), encumbrando el gran hit de Serrat como la hipotética «mejor canción jamás cantada» en lengua española. Desde luego, parecían discutibles muchas de las otras elecciones, pero si hay una canción que pueda generar consenso en una propuesta así, era esta.
El programa final de ‘La mejor canción jamás cantada’ rellenó su extensa duración se completó con varios medleys por décadas: Las Supremas de Móstoles (?) se ventilaron en 2 minutos y medio los 50, 60 y 70; Nerea Rodríguez de OT 2017 hizo lo propio con los 80 y 90; y Ricky Merino, con los 00 y 10. Un teórico «broche de oro» para un programa que casi ha convertido en una chanza un propósito tan noble. Lo bueno de que haya acabado, para los que hubiéramos deseado que se hubiera hecho de una manera más seria y profesional, es que lo absoluto de su objetivo impide que pueda repetirse.
“Si me hubieran dicho hace 5 años que Miley Cyrus, que en aquel entonces triunfaba con ‘Bangerz’ y no paraba de sacar la lengua por todas partes, que yo pensaba que se le iba a quedar colgando de tanto que insistía, iba a actuar en Primavera Sound no me lo habría creído. En 2019, el shock es menor: Cyrus ha trabajado con Flaming Lips, Ariel Pink y Phantogram, ha versionado a The Smiths, Arctic Monkeys, Jeff Buckley y Paul Simon y ha dicho que su próximo disco será como ella, “sin géneros”: ¡si su carrera en los últimos años es un cartel de Primavera Sound en sí mismo! Vale que sus canciones más conocidas, como ‘Party in the U.S.A.’, ‘Malibu’, ‘We Can’t Stop’ o ‘The Climb’, tiran más hacia la radiofórmula que hacia la supuesta línea editorial del Primavera Sound, sea cual sea, pero está comprobadísimo que Cyrus, aparte de una vocalista excelente, es una “entertainer” divertidísima, en ocasiones muchísimo más próxima al rock ‘n roll que a las formalidades de una Selena Gomez cualquiera. A ver qué artista de TODO el cartel se atreve a hacer esto”. Jordi Bardají
«Si a Cardi B la hubiera sustituido la Miley de ‘Bangerz’, la colaboradora de Flaming Lips, la diva rompedora (al menos en apariencia) que emergió en 2013, etc, etc, vale, acepto el cambio. Pero en 2019, la figura de Miley se me antoja blandita, supongo que por el retorno a su lado más conservador que supuso ‘Younger Now’. Como icono pop actualmente no posee el fuste de Robyn o Carly Rae Jepsen y no se puede comparar en relevancia a Cardi B. Personalmente no estoy contenta, la verdad». Mireia Pería.
«Hay quien se esfuerza en justificar la presencia de Miley Cyrus como cabeza de cartel de Primavera Sound enarbolando su álbum junto a The Flaming Lips y otros outsiders del pop y el rock. Pero Miley ya no es la misma (para empezar, ha dejado de fumar marihuana e ingerir alucinógenos) que se subía a una bola de demolición, como demuestra su último disco ‘Younger Now‘. De hecho, por la vena country pop de ese disco creo que Cyrus, como ahijada de Dolly Parton que es, sabrá conquistar más y mejor que Cardi B a la parte más pureta del espectador tradicional del festival. Además, su actitud en redes sociales últimamente tiene un punto gamberro y provocador que advierte que la era de ‘Nothing Breaks Like A Heart’ –gran canción con la que llega como aval– puede ser tan divertida como la de ‘Bangerz’. Por supuesto que es una lástima que Cardi B no actúe, pero si tenemos en cuenta que las dotes como entertainer de esta última aún están por demostrar –no así las de Miley–, creo que claramente el cartel sale ganando. Más que nunca, «I CAME HERE LIKE A WRECKING BALL»». Raúl Guillén.
«La noticia del cambio de Cardi B por Miley Cyrus me parece la más divertida de la semana. Cuando Beyoncé canceló Coachella, muchos adivinamos que su sustituta sería Lady Gaga: el festival estaba entregado a los grandes nombres y no se puede sustituir a una diva del pop por un grupo salido del underground. Además, ambas habían colaborado. Esto, en cambio, no lo habría adivinado ni a sabiendas de que la organización, en cierta ocasión, bromeó con traer a Kylie (tanto para Cruïlla, sorry). Primavera Sound ha intentado algo parecido a la maniobra del festival americano, pero con el regusto kitsch que supone que lo último que hayamos sabido de Miley Cyrus es que fue «trending topic» por arrancarse a cantar unos temas de Hannah Montana. Puretas, espabilad: Cardi B era uno de los mayores reclamos de Primavera Sound. El rap es relevante, suele crecerse en directo, es muy difícil ver a cualquier rapera internacional en directo en nuestro país, y además Cardi ahora mismo es LA rapera. Si no quiere venir porque está muy liada, solo hay una manera de sustituirla y darle donde más le duele. ¿Nicki Minaj no ha cogido el teléfono?». Sebas E. Alonso.
Aunque no lo parezca, la campaña electoral para las próximas elecciones generales, autonómicas, locales y europeas de nuestro país –todas ellas a celebrarse en casi todo el territorio español en los próximos meses– no ha empezado aún oficialmente. Pero sí oficiosamente: prácticamente desde que Pedro Sánchez convocara elecciones a la presidencia del gobierno, las estructuras de todos los partidos políticos están entregados a lanzar a los ciudadanos mítines, eslóganes y propuestas llamativas. Por eso José Antonio Monago, como candidato por el Partido Popular a presidir la Junta de Extremadura (de la que ya estuvo al frente entre los años 2011 y 2015), estaba esta mañana dando un discurso ante sus parroquianos. Todo normal salvo por una despiporrante declaración que les ha llevado tanto a él como al grupo Camela a ser trending topic esta mañana.
Según muestra un vídeo, Monago lanzaba un llamativo speech a favor del dúo de San Cristóbal de Los Ángeles (Madrid): «¿Sabéis cuál es el segundo grupo que más discos ha vendido de la historia de España? [Nde: Pausa dramática haciendo aspavientos] Camela. A mí me gusta Camela. Aquí la moda es decir que me gusta lo indie. O la fusión. O el tecno. A mí, Camela. [Nde: Y aquí viene el quid] Porque en los pueblos llenan de gente. De gente sencilla, de gente humilde. Porque no tienen patronos de multinacionales. ¡Me gusta Camela! ¡Que empezaron a vender las cintas en las gasolineras y en los mercadillos y son el segundo grupo que más ha vendido!» Las declaraciones de Monago no sólamente se han hecho virales sino que también han desatado numerosos memes, al menos tan guasones como el discurso del político.
Señor Monago: bien por reivindicar a Dionisio y Ángeles que, evidentemente, son autores de auténticos temazos de la vida. Pero su discuso hace aguas. Más allá de que tiene huevos que un dirigente del Partido Popular reivindique a un grupo que, efectivamente, ha sido encumbrado y admirado por la gente humilde con la que tradicionalmente no ha empatizado la formación; más allá de que hace 15 años que Camela publican discos con «patronos de multinacionales» (antes con Parlophone, ahora con Warner); y más allá de que «lo indie» no está claro que esté tan de moda, o que, precisamente Camela nazcan de una «fusión» de copla, rumba y «tecno»; su discurso es incierto. Porque no, Camela no son el segundo grupo español que más ha vendido en España. Como mínimo Mecano y La Oreja de Van Gogh han vendido más discos que Camela de manera oficial, y, si bien es cierto que no hay datos 100% fiables (en su momento pudieron vender muchos cassettes piratas), parece un hecho que grupos como Hombres G, Los Chichos, Héroes del Silencio, o Dúo Dinámico y Baccara, si hablamos de dúos, han vendido probablemente los mismos o más discos que los madrileños. Y eso que su último disco, un recopilatorio con invitados de excepción, ha sido top 1 de los álbumes más vendidos en las últimas. Pero eso, hoy día, no es mucho decir en cuanto a cifras, desgraciadamente. Aún así, buen intento, Señor Monago.
A Monago le gusta Camela y a los extremeños que Monago los camele yendo a visitar a su amante Canaria pagando nosotros el viaje. Monago, eres un camelo.
Anitta había estado contemporizando su primer lanzamiento en la esfera internacional del pop desde que en 2015 publicara ‘Bang’, su último disco de estudio, cuando apenas había comenzado a asomar fuera del mercado brasileño. Pero, tras singles como ‘Switch‘ con Iggy Azalea, ‘Downtown‘ y ‘Machika‘ con J Balvin, ‘Vai malandra‘, ‘Is That For Me’ con Alesso, y ‘R.I.P.‘ con Sofia Reyes y Rita Ora, su popularidad ha crecido lo suficiente como para que el disco que lanzaba ayer, ‘Kisses’, llegue con toda la alharaca de cualquier otra estrella del pop anglosajón. Hasta el punto de que ha presentado simultáneamente en su canal de Youtube un vídeo oficial para cada uno de los temas del disco.
‘Kisses’ se cierra llamativamente con un dueto con nada menos que Caetano Veloso, pero sobre está repleto de invitados de campanillas para el mercado norteamericano como Snoop Dogg, Swae Lee o Alesso, junto a otros del planeta latino como Prince Royce o Mambo Kings. Aunque sin duda sobre todos ellos destaca Becky G, con la que ya había colaborado en un remix de ‘Mala mía’ de Maluma, mostrando la buena química entre ambas. Y participa en ‘Banana’, que destaca enseguida como uno de sus cortes más potentes.
Por eso ha sido objeto de un clip oficial –sinceramente, otra cosa hubiera sido una decepción– que es exactamente lo que cabía esperar para una letra repleta de metáforas sexuales a través de la comida, sobre chocolate, chicles, frutas y, en general, todo tipo de viandas dulces de las que brasileña y estadounidense no se cansan de pedir a su amante. Básicamente, como se saben expertas en materia oral, se dedican a reclamar su propia satisfacción primero, antes de que llegue el momento de degustar el plátano. Toda esta finura tiene una traslación visual tan colorida y sexy como merecía. Tras irrumpir en una cama del fruto amarillo –para luego cabalgar juntas sobre uno gigante–, Anitta y Becky se pasean por un mercadillo con puestos llenos de fruta y gente que permanece impasible al perreo del dúo femenino.
A menudo los discos editados por superestrellas en proyectos paralelos pasan mucho más desapercibidos que los principales. Sucede a mayor o menor nivel, desde Wings a A Camp pasando por The Last Shadow Puppets. Unos pasan a la historia, como Crosby, Stills, Nash & Young; otros caen en el olvido como Monsters of Folk. A la espera de averiguar qué sucede con la carrera de Yeah Yeah Yeahs, Karen O ha publicado junto a Danger Mouse un disco que resulta una de las grandes curiosidades del primer trimestre del álbum. Un disco embriagador aunque lo sea por las razones inesperadas, no tanto por sus «singles».
De entrada, ‘Lux Prima’ suena justo como te esperas. Karen O, que tiene una considerable experiencia como autora de bandas sonoras tras haber sido nominada a un Grammy por el tema de ‘Donde viven los monstruos‘, y a un Oscar por el tema principal de ‘HER‘; exprime ese lado tan cinético que siempre ha tenido ahí Danger Mouse como productor, apreciable sobre todo en su proyecto junto al líder de The Shins, Broken Bells. Así, este disco resulta una excelente banda sonora imaginaria, influida por proyectos de los 60 como United States of America. Hablando de proyectos paralelos, recuerdan un poquito al trabajo de Cat’s Eyes.
La pena es que el resultado no se haya redondeado conceptualmente, resultando por momentos incluso contradictorio en su cometido. El álbum se abre con una pista de 9 minutos dividida en varios movimientos. Cuando llega la letra principal del tema -y se hace tanto de rogar que parece que ha comenzado el corte 2-, Karen O nos está hablando de una relación de dependencia en la que solo podemos percibir la obsesión por un ser querido. ‘Turn the Light’ es un corte en cambio hedonista sobre «dejar la cabeza en casa» para pasártelo bien bailando por ahí; mientras que ‘Woman’, menos carismática de lo que sugiere su título, un tema que incluso queda pequeño a la grandeza de Karen O, habla sobre empoderamiento, concluyendo «mi única amiga voy a ser yo». Más o menos lo mismo que sugiere ‘Redeemer’, un tema algo flojo en el que lo único bueno que pasa es ese desafiante «no vienes a por mí / soy yo la que va a por ti».
‘Lux Prima’, que culmina con una fantasía sobre ser otra persona entonada desde una habitación privada, con la «puerta abierta» para dejar pasar los sueños, podría haber sido una película conceptual sobre la contradicción humana entre quererse a una misma, ser una misma y odiarse el día siguiente. Pero Karen O y Danger Mouse no han terminado de pensar en grande en este proyecto, como muestra el modo en que han grabado la bonita ‘Reveries’. Una pena porque cuando el disco deslumbra, resulta fascinante de verdad. Y sucede en varias ocasiones.
Hay pasajes instrumentales realmente hermosos, como sucede en el arranque del álbum o en la escalofriante ‘Drown’, en la que Karen O suplica «deja que me ahogue, por favor», como aparente forma de evasión ante una mentira que no podemos soportar. Y hay una fuerte pulsión sexual emergiendo repetidamente a lo largo de la secuencia, que por ejemplo se asoma en el funky de ‘Turn the Light’, repite en el juego entre «lust» y «lost» en ‘Redeemer’ (porque la «lujuria» y estar «perdido» es muy parecido), y se consagra en la mejor canción del álbum, la sensual ‘Leopard’s Tongue’, puro sexo, si no cerdeo, cuando Karen O habla del «animal interior al que ha de alimentar». «Used up, used up, I’m used up, Now get’em», repite insaciable. Un álbum por momentos realmente cautivador que se ha quedado a las puertas de ser grande de verdad.
Calificación: 7,6/10 Lo mejor: ‘Leopard’s Tongue’, ‘Drown’, ‘Turn the Light’ Te gustará si te gusta: Cat’s Eyes, Broken Bells, United States of America Escúchala: Spotify
Robyn ha estrenado videoclip para otro de los temas de ‘Honey‘ que mejor están funcionando en streaming. La sueca acababa de presentar ‘Ever Again’ en televisión, con una puesta en escena bastante invernal, pero el single que ha decidido potenciar ahora es ‘Between the Lines’, como no podía ser de otra manera pues el verano está a la vuelta de la esquina y este es uno de los temas más bailables y veraniegos del álbum, que cabe recordar, Robyn compuso en parte en Ibiza, donde la cantante ha solido actuar o pinchar en varias ocasiones en los últimos tiempos.
Colocada entre la envolvente ‘Honey’ y la hipnótica ‘Beach 2K20’, ‘Between the Lines’ es una cumbre de diversión absoluta en el disco de Robyn, además recreándose en una letra más sexy imposible, que es pura seducción y coqueteo: “no son tus palabras, es lo que hay entre ellas, sabes lo quieres, y a mí me gusta”. Para la composición de ‘Between the Lines’, la sueca se inspiró en la música dance de los 90, lo cual es obvio en sus elegantes ritmos y acordes de teclado propios del deep house de la época, mucho más cerca del sonido fino de Sole Fusion o 95 North que del discotequero de CeCe Peniston. Sin embargo, Robyn saca este ritmo al sol, mediante una producción luminosa y el anuncio ocasional de palabras como “relax” por parte de una narradora anónima en éxtasis, que anticipan las sutiles cumbres de la canción.
‘Between the Lines’ es un ejemplo perfecto de la influencia que ha supuesto en Robyn la música de baile en su último disco. “Cuando entiendes esta manera de relacionarte con la música de baile en un club, que tiene más que ver con estar en el lugar en el que estás y disfrutar de la música todos juntos, la música cambia”, declaraba hace unos meses en una entrevista. Las canciones de pop tienen sus cumbres, pero con la música de club, tiene que ver más con el groove, con disfrutar del momento. Bailar cambió mi manera de escuchar música”.
El vídeo para ‘Between the Lines’ es tan despreocupado como la canción, y se compone de imágenes de archivo de Robyn y sus colegas SSION o Kindness, entre otros, de vacaciones en Ibiza. De hecho, el propio SSION ha dirigido con su cámara digital la pieza, sobre la que ha dejado unas interesantes declaraciones: “evitando una producción cara de más o con historia, el objetivo ha sido capturar algo divertido y despreocupado en servicio absoluto de la canción. Queríamos que el vídeo tuviera un punto íntimo, caótico, sudoroso, tontorrón y ligeramente voyeurista».
Y continúa: «Robyn es una de mis personas favoritas con las que colaborar y hacer este vídeo nos ha permitido jugar y recrearnos en los extremos de estar en un lugar como Ibiza. La agresiva ordinariez de la cultura del turismo chocaba con la serenidad de las playas… También hemos buscado una edición tosca y dejar todos esos audios de nosotros partiéndonos de risa, hablando y gritando, como desprecio total hacia las formalidades del típico vídeo pop, con el objetivo de crear algo divertido y vívido”.
Si amas la perfección formal y estética; si la vida te ha dado tantos palos que ha acabado con tu sensibilidad; si Twitter te ha convertido en una bestia parda que solo alberga odio… ya puedes salir y soltar tu bilis por ahí. Porque Rebe es claramente una artista que se sitúa de una manera totalmente natural (al menos eso, naturalidad, es lo que transmite por encima de todo) fuera de los cánones del pop de nuestros días.
Con una cuidada –a su manera– estética post-vaporwave romántica amateur –por intentar acercarnos a definirla–, esta chica de tan sólo 22 años lleva varios meses encandilando al underground con las canciones que viene mostrando y, también, con los vídeos de su canal de Youtube: flores secas, filtros emulando el sueño o la duermevela, imágenes duplicadas y deformadas con efectos de edición retro, gente durmiendo de fondo en su dormitorio (que ya reconocemos casi como el nuestro)… Un indescriptible universo visual que sin duda Harmony Korine, Tim Burton o David Lynch encontrarían fascinante.
Pero más allá de su estética están sus canciones. Tras una primera fase en formato dúo con su amiga Luli como Luli Rebe & Sus Xocolatinas –de entonces es ‘Me clavao un pinxo‘, la canción a la que declaró públicamente su amor Rocío Quillahuaman días atrás–, el pasado verano Rebe comenzó a subir sus propias canciones a Soundcloud y Youtube. Unas canciones que son puro ensueño analógico al que el concepto costumbrismo se le queda pequeño: peticiones a su padre para que no entre en su habitación con los acordes de la sintonía de ‘La abeja Maya’ (‘No me molestes’), narraciones de un día metida en la cama como refugio del verano (‘Sola en mi habitación comiendo 1 melocotón’), teen-angst con olor a ropa sucia (‘Nunca mas nunca mas’) u odas a su propio «culito» (‘wapa wapa wapa wapa wapa wapa’) pueblan unas melodías que desarman, frágiles y hermosas.
Supongo que para los más jóvenes del lugar lo más sencillo de asociar a Rebe es el pop de dormitorio de Clairo. Pero sería quedarse corto en un universo en el que sus disonancias y su imaginación melódica la sitúan como un ente a medio camino de Ana D, Hidrogenesse, Daga Voladora y Daniel Johnston. Y es que Rebe es, como la autora del mítico ‘Satélite 99’, una enamorada de la canción melódica en su sentido más clásico, y tiene a Jeanette, Vainica Doble o Kikí D’Akí como referentes. No sorprende, por eso, que haya reinventado ‘El futuro’ de la última –con una base que parece la de ‘Losing My Edge’ de LCD Soundsystem– o una delirante ‘Dama Dama’ de Cecilia. Pero sí deja un poco más picueto que, en realidad, su política a la hora de elegir las versiones es totalmente libre: capta una canción que le gusta y se la lleva a su terreno.
Así, algunos de sus mayores triunfos son completas transformaciones de ‘Ni una sola palabra’ de Paulina Rubio, el famoso bolero ‘Algo contigo’ o ‘Corazón partío’ de Alejandro Sanz, convertido en una canción completamente nueva… y maravillosa. Algunas de estas canciones ajenas y propias han sido reunidas en ‘Recuerdos de cuando me aplastó una roca y me morí‘, un álbum digital que ha sido co-editado por los artesanos sellos Snap! Clap! Club y Jeanne D’Arc en 50 cassettes contenidas en fundas de tela cosidas a mano por la propia artista. Una señal, otra, de la singularidad de Rebe, una auténtica anomalía de un sistema en el que propuestas de una belleza tan rara parecían casi desterradas.
Novedades Carminha continúan su buena racha sin techo comercial a la vista, colgando el cartel de «sold out» en La Riviera con días de antelación. La banda no ha dejado de crecer desde que lanzaran sus segundo y tercer álbum, y lo que se vivió anoche fue el fruto de más de una década de trabajo y dedicación en la carretera. En vivo la banda gallega suena incluso con más cuerpo que en estudio (a veces hasta han sonado un poco traumatizados por ser vistos como «un grupo de directo»), menos austera, a lo que contribuye su técnico de sonido Luca Petricca, que ayer además cumplía años. Novedades Carminha sonaron en La Riviera mejor que muchos grupos internacionales, sin que nunca se descuidaran los instrumentos, y con la voz de Carlangas bien alta subrayando la importancia de las letras divertidas y costumbristas del grupo, permitiendo que las más de 1.800 personas que caben en la sala, cantaran a la vez. «Algo clave en las letras de Novedades Carminha es que no sabes si somos unos subnormales o más listos que tú», nos dijeron recientemente, y anoche se vio cuánto ha calado su planteamiento.
La gente se las sabía todas. Daba igual nuevas que viejas. La banda comenzó con ‘Volverte a ver’, el homenaje realizado a la música de finales de los 70 en Nueva York de su último disco ‘Ultraligero’; pronto se deshizo de singles recientes como ‘Te quiero igual’ con Alba Galocha y ‘Hay un sitio pa ti’; pero alternándolos con clásicos como ‘Que Dios reparta fuerte’, ‘Quiero verte bailar’, ‘Ritmo en la sangre’ o ‘Juventud infinita’. Unos llevan años en el mercado y otros mucho menos tiempo, pero la diferencia en la recepción de los temas era imperceptible. Sirviéndose de la acertadísima estrategia de haber ido lanzando singles sueltos a lo largo del último par de años, los temas nuevos han ido calando poco a poco entre sus fans llevando hasta la celebración de pogos y minis volando que se vivió durante prácticamente todas las canciones.
A diferencia de lo que habían sugerido en las entrevistas, el grupo no apostó por una escenografía tan ambiciosa como la que en la misma sala hemos visto a C. Tangana o Zahara, pero sí contó con varias sorpresas, como la dedicación de ‘Pesetas’ a los viejos fans o la presencia de algunos invitados especiales, como Dellafuente en ‘Ya no te veo‘, el telonero de la noche ORTIGA (ex-Esteban & Manuel) en ‘A Santiago Voy’, Erik Urano en ‘Atlántico’ y Alba Galocha en ‘Te quiero igual‘. Una alegría, por supuesto, pero me arriesgaría a decir que no fue necesariamente el «highlight» ni siquiera a sabiendas de que este momento no se podrá repetir todos los días por cuestiones de agenda. El divertimento que supone escuchar en directo ‘Obsesionada’ en plena pre-campaña electoral, la recepción de la icónica ‘Antigua pero moderna’ o la versión de ‘Mala vida’ recalcando su reivindicación de Mano Negra, como final antes de los bises, no tuvieron nada que envidiar al que va a ser su mayor hit de momento. En los bises, ‘Cariñito’, ‘Lento’ y ‘Verbena’ incluso subieron el listón, llevando a la pinchada de ‘Suavemente’ de Elvis Crespo mientras la banda se hacía la foto final saludando a las masas. El grupo liderado por Carlangas, que por cierto portaba camiseta de Whitney, realizaba una fiesta privada posterior en Galileo Galilei y apuesto a que fue una noche que difícilmente olvidarán les lleve donde les lleve su desprejuiciada verbena. 9.
Como estaba previsto, ‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?‘, el primer disco oficial de Billie Eilish, es número 1 directo en Reino Unido, como también lo será oficialmente en Estados Unidos y se comunicará en un par de días. El álbum ha vendido lo equivalente 48.410 copias en las islas, de las cuales más o menos la mitad (algo más de 25.000) son puntos de streaming.
Lo que se le ha escapado a la cantante ha sido su primer número 1 en singles, pues este sigue siendo por sexta semana consecutiva el baladón ‘Someone You Loved’ de Lewis Capaldi, que ha movido esta semana lo equivalente a 63.990 unidades. ‘Bad Guy’ de Billie Eilish entra así al puesto 2 con 55.155 «unidades» y suben logrando nuevos máximos otros temas de la cantante como ‘bury a friend’ (puesto 6) y ‘Wish You Were Gay’ (puesto 13). Siguiendo las normas de listas en Reino Unido, solo 3 temas por artista pueden aparecer en el top, pero la Official Charts Company revela que el resto del álbum al completo aparecería entre los puestos 19 y 49 de no ser por estas normas.
También se informa de que, con exactamente 17 años, 3 meses y 18 días de vida, Billie Eilish es la solista femenina que más joven ha llegado al número 1 de la historia en este país. Supera así un récord de Kate Bush, que fue top 1 con 22 años; el de Kylie, que lo logró luego con 20; el de Avril Lavigne, que lo logró con 18; y el de Joss Stone, que lo logró con 17 años, 5 meses y 28 días en 2004. Para encontrar un solista masculino que haya superado la hazaña de Eilish, hay que ir nada menos que a 1972, cuando lo consiguiera la estrella televisiva escocesa Neil Reid, con 12 años.
El próximo 20 de abril se cumplirá un año desde la muerte de Avicii, que sacudió el mundo de la música, pues el DJ sueco, que se suicidó durante su estancia en Omán, era muy joven y además se encontraba en un buen momento personal y profesional tras anunciar su retirada de los escenarios para concentrarse en su pasión, el estudio.
Poco después de la muerte de Avicii, su familia confirmó que Tim Bergling (su nombre real) había estado trabajando en la “mejor música“ de su carrera, y esta música llegará a oídos del público dentro de un álbum llamado ‘Tim’ que verá la luz el próximo mes de junio, han confirmado varios de sus involucrados a The New York Times. Entre ellos se encuentra el productor Carl Fark, que ha explicado al periódico estadounidense cómo ha sido el duro proceso de terminar la música de una persona que ya no está, preguntándose si a Avicii le gustaría. Las decisiones en torno al álbum se han tomado basándose en notas que Avicii había dejado antes de morir.
El primer sencillo de ‘Tim’, ‘S.O.S.’, sale el 10 de abril y está interpretado por Aloe Blacc, presente en uno de los mayores éxitos de Avicii, ‘Wake Me Up’. La letra apunta a que será sobrecogedora, pues parte de ella dice “¿puedes oírme?, S.O.S., ayúdame, necesito calmar mi mente”. El álbum contendrá también una colaboración de Chris Martin de Coldplay, ‘Heaven’, una canción que ya se había filtrado; y su sonido será diverso, reuniendo “sonidos de la psicodelia, la música árabe o los sonidos del caribe”.
Llega a los cines el «remake» de una novela de Stephen King de los años 80 que en verdad ya había sido adaptada a la gran pantalla en aquella misma década por Mary Lambert. La revisión de ‘Cementerio de animales’ en manos de Dennis Widmyer y Kevin Kolsch (‘Starry Eyes’, ‘Absence’) podía ser una buena idea, pues no es una obra tan conocida como ‘El resplandor’ o ‘Carrie’; pero podía ser una mala también si recordamos qué tal le fue al «remake» de esta última. Quiero decir, si recordabas que tal cosa existió hace unos años.
El debate sobre el bullying en las aulas había sido la excusa para volver a traer a la palestra aquella cinta; y aunque ‘Cementerio de animales’ no permite una nueva lectura de tan vibrante actualidad, trata un tema que nunca dejará de estar de moda: el miedo a la muerte y al más allá, el modo en que puede condicionar nuestra vida, o la forma adecuada en que enfrentar a nuestros hijos y sobrinos a todo esto. ¿Ha de ser un tabú o afrontarse con naturalidad? ¿Es positivo o negativo que los menores que dependen de nosotros nos vean titubear ante un asunto tan importante? ¿Hasta qué década de qué siglo seguiremos tentados de usar frases hechas como que «los muertos van al cielo»? El matrimonio con dos hijos protagonista de esta película tiene dos formas de ver las cosas muy distintas (él es médico, ella está traumatizada por la muerte de su hermana cuando eran pequeñas) y es interesante comprobar cómo este tema permanecerá vigente durante mucho tiempo. Mientras una dice que los muertos están en un lugar mejor; el otro, atónito, se pregunta: «¿en serio?».
Por desgracia, Dennis Widmyer y Kevin Kolsch han hecho poco más que adaptar esta obra con unos cuantos cambios en el guión para que los fans de la novela o la película no se aburran del todo averiguando a cada instante qué va a suceder. El desenlace del remake es bastante carismático e inolvidable. Por lo demás, ni han dado a la cinta una pátina estética que la enriquezca ni un carácter deliberadamente kitsch. Los momentos cómicos, que los hay, máxime si ves la peli con el pésimo doblaje que se ha realizado al castellano, parecen involuntarios. Así, la nueva versión de ‘Cementerio de animales’ es la mayoría de las veces un cúmulo de ocasiones perdidas que va desde los propios hijos desde el principio hasta los padres hacia el final pasando por el vecino Jud (la primera aparición de John Lithgow es bastante chanante), salvándose únicamente el gato Church, que era una genialidad de «personaje». La pareja de directores ha preferido ofrecer una peli palomitera concentrada en el ritmo (que tampoco está nada mal) y, por supuesto, en un par de sustos tontos. 5.
Drowned in Sound, uno de los blogs musicales en inglés clave de las últimas dos décadas junto a Pitchfork, Stereogum o SPIN, pues además sus críticas cuentan en las medias de Metacritic, ha anunciado su cierre “hasta nuevo aviso”.
Sean Adams, editor jefe del blog británico, ha confirmado que la portada de Drowned in Sound ya no se actualizará, pero que sus redes sociales permanecerán activas así como su blog en Medium y sobre todo que su foro, muy concurrido, permanecerá abierto. Por otro lado, el contenido del site, que se remonta al año 2000, seguirá disponible.
Adams explicará en detalle las razones del cese de la actividad de Drowned in Sound próximamente en un comunicado, aunque en 2016 el blog inició una campaña de crowd-funding para “salvar” el site y sus foros. En ambos casos, el coste de manutención es muy elevado, ha detallado Adams no obstante en su Facebook, en la secció de comentarios.
Como recuerda Pitchfork, Drowned in Sound también tenía su propio sello discográfico, DiS Records, que editó lanzamientos tempranos de Kaiser Chiefs, Metric, The Stills y Martha Wainwright, entre otros. Recientemente han reseñado álbumes de Andrew Bird, Solange, These New Puritans, Sigrid, Foals o William Basinski y entrevistado a The Twilight Sad, Ludovico Eunadi, Jessica Pratt o Chromeo.
Anoche el programa televisivo El Intermedio emitía, tras 13 años en emisión ininterrumpida, su programa número 2.000. Una ocasión que su incombustible presentador, El Gran Wyoming, aprovechó para hacer una de las cosas que más le gustan. ¿Comprarse una de esas múltiples propiedades que sus enemigos ideológicos aseguran que tiene? No, eso no. Me refiero a pegarse una juerga.
Así que este espacio de La Sexta a medio camino del análisis político y la comedia trasladó ayer su plató a la histórica sala Florida Retiro (antiguo Florida Park), donde se emitió un programa especial que incluyó un par de actuaciones musicales en directo, con Wyoming comandando una banda —por si alguien no lo sabía, la de músico es una de sus facetas, que ha compartido con Javier Krahe o Moncho Alpuente–. Y, de hecho, la gran traca final del programa fue «el himno del programa».
Una ‘Maneras de vivir‘ de Leño que no cantó el propio José Miguel Monzón, sino que dio la alternativa a dos mujeres que están empezando en esto de la música: Ana Belén, que además de vacilar a Wyoming («me he enchufao un orfidal», respondió al presentador cuando le dijo que si estaba nerviosa) demostró que tiene voz para cantar como los ángeles lo que le de la gana; y Eva Amaral, que no sólo empleó su voz sino que se marcó un solo de armónica, se alternaron como voces solistas, dejando un momento musical memorable. Amaral, por cierto, anticiparon que después del verano publicarán un nuevo álbum que se prevé más colorido y electrónico. Ana Belén, por su parte, publicaba a finales de 2018 un nuevo disco con canciones inéditas, ‘Vida’.
Esta mañana del viernes 5 de abril Pixies han puesto a la venta las entradas de su próxima gira europea por salas, incluidos tres conciertos en nuestro país: el 23 de octubre estarán en Sant Jordi Club de Barcelona; al día siguiente, 24 de octubre, en la Sala La Riviera de Madrid; y el 26 de octubre rematan la gira en el Teatro Coliseum de A Coruña. Mientras que en esta ciudad el precio de los tickets oscila entre 30 y 34 euros, los de Madrid y Barcelona cuestan 56 euros. Pese a parecer un coste algo elevado, posiblemente volarán, ya que su base de fans da para llenar estos recintos de forma holgada.
Como lleva ocurriendo de unos años a esta parte, esta visita no es ya sólo para celebrar el maravilloso legado de sus cuatro primeros álbumes, icónicos y enormemente influyentes en el rock alternativo de las 3 últimas décadas, sino para presentar un nuevo álbum. Por el momento no tiene título, pero meses atrás comenzó su proceso de grabación, que será documentado desde el 27 de junio en una serie de 12 podcasts semanales bajo el nombre de ‘Past Is Prologue’. En ellos el periodista musical Tony Fletcher realiza entrevistas a los miembros del grupo y al productor, Tom Dagelty, en las que desgranan el proceso creativo y técnico.
El nombre de esta curiosa iniciativa, como explica el tráiler que han presentado hace unos días, apela precisamente a aquellos primeros años como una antesala de su actual desarrollo como banda. Lástima que discos como ‘Head Carrier‘ (2016) o ‘Indie Cindy‘ (2014), claramente inferiores a cualquiera de sus trabajos anteriores, no terminen de plasmar esa idea de manera fiel. En todo caso un nuevo trabajo del grupo comandado por Black Francis será siempre una buena noticia… hasta que se demuestre lo contrario.
Karol G es una de las mayores estrellas del pop latinamericano en estos momentos y convierte en éxito casi (el faltón ‘Hijoepu*#‘ con Gloria Trevi no parece haber cuajado) todo lo que toca. De hecho, ‘Secreto‘, el single que lanzaba a principios de año con su pareja, el también cantante Anuel Aa, ha propiciado un sorpasso para la propia artista colombiana: con casi 200 millones de reproducciones en menos de 3 meses, ya es su canción más escuchada en Spotify.
Pero ella sigue buscando nuevos singles en solitario que emulen la pegada de temas como ‘Mi cama‘ o ‘Pineapple‘. Esta semana lo intenta con convicción: ‘Punto G’ es un tema de base sabrosa, obra de Rayito Colombiano y Andy Clay (su productor de confianza), en la que el ritmo caribeño va de la mano de un acordeón, entre la champeta y el vallenato, que conforma el gancho secundario de la canción.
Pero sin duda lo que más llamará la atención es una letra de la que el título no es ninguna metáfora: Karol se detiene en indicar a su amante los caminos hasta su zona erógena, si bien no tiene el más mínimo problema en trabajarlo ella misma si su partenaire se pierde. Y tanto ella como sus bailarinas lo escenifican muy gráficamente, situando su mano en su pelvis en el finísimo clip de la canción. Karol G, por cierto, está confirmada en el cartel de Arenal Sound 2019.