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«¿Dónde me devuelvo? Mándame la ubicación» es la nueva autoflagelación de Confeti de Odio

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Confeti de Odio se está labrando una carrera como uno de los letristas más brutalmente honestos de su generación, y después de encogernos el corazón con el retrato depresivo de ‘Si me quiero’, estrena una nueva balada que sí formará parte del largo que publica esta primavera, y que sucede a la noise-pop ‘Muchísimo‘.

Se trata de una canción llamada muy gráficamente ‘Ansiedad (has vuelto a mí)’ en la que Lucas de Laiglesia vuelve a hacernos pupa con una serie de frases imborrables. «Busco soluciones, cero terapeutas, sé que me hacen falta pero qué pereza» puede resumir el sentir de toda una generación, pero en el tema hay lugar también para la baja autoestima («salgo por la noche medio arreglado, en el cuerpo raro que me ha tocado») y los chistes autocríticos («y el problema aquí soy yo, que no tengo solución, ¿dónde me devuelvo?, mándame la ubicación»). Sin embargo, Lucas, como buen narrador de historias que es, culmina el tema con un momento de esperanza: «y si no hay nada feliz en tu mundo, podemos ser infelices los dos juntos, aunque nada sea como hemos soñado, el infierno es más fresco a tu lado».

La cruda producción de ‘Ansiedad (has vuelto a mí)’, en la que en momentos estratégicos asoma la melodía de un teclado, pone en el centro el sincero mensaje de esta canción que Confeti de Odio presenta mediante un «lyric video» creado por Glux y compuesto por un vídeo de la infancia de Lucas. Vidaur es también noticia estos días por la publicación de ‘El tejido de las cosas‘, su debut en la novela que acaba de publicar Libros Walden, la división literaria del sello de idéntico nombre.

Lo mejor del mes:

The Weeknd estrena en directo ‘Scared to Live’, que incluye un guiño a Elton John

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Cuando faltan menos de dos semanas para que llegue hasta nosotros ‘After Hours’, el esperado nuevo álbum de The Weeknd, Abel Tesfaye está lógicamente inmerso en una intensa promoción del álbum. Hace un par de semanas presentaba la balada que da título al álbum y, a finales de la pasada semana, un cortometraje de 5 minutos en el que comienza abandonando el plató del programa de Jimmy Fallon tras actuar en directo… con la nariz aparentemente rota, dando continuidad al clip de su actual hit mundial ‘Blinding Lights‘. Con la cara ensangrentada y llorando, se pasea de esa guisa por el suburbano de Nueva York, atormentado, hasta que algo invisible le persigue y ataca. Luego, más sereno, espera en el ascensor a una pareja que todo apunta que lo pasarán mal.

Esa misteriosa imagen con la cara destrozada es ya el icono de esta era para el canadiense, hasta el punto de que actuaba exactamente así en el famoso programa de variedades Saturday Night Live, presentado en esta ocasión por el actor Daniel Craig. En primer lugar interpretaba ‘Blinding Lights’ apoyado en un trío en directo, rodeado de espejos. Y, más llamativamente, estrenaba otra de las canciones de ‘After Hours’. Se trató de ‘Scared to Live’, una canción en la que en su interpretación estaba asistido por nada menos que Daniel Lopatin, el hombre tras el audaz proyecto de música electrónica Oneohtrix Point Never y que acaba de firmar la BSO de ‘Uncut Gems’ –film en el que, por cierto, Tesfaye hace un cameo–. Este último tema es un medio tiempo que, por ambientación y sonidos, alude a las baladas románticas de los 80. Aunque quizá lo más llamativo es el fragmento del célebre ‘Your Song’ de Elton John que hace las veces de remate a su estribillo.

Tras el, valga la redundancia, estelar ‘Starboy’, The Weeknd parecía recular hacia su carácter más experimental y underground en ‘My Dear Melancholy,’, miniálbum editado en 2018. Sin embargo, los primeros singles de ‘After Hours’ le confirman como una de las grandes estrellas masculinas del pop actual, gracias a su dominio de los sonidos neo-R&B y su capacidad para aproximarlos al pop, como ha mostrado con creces con los singles de este disco: ‘Heartless‘ conseguía el número 1 en la lista de singles de Billboard, mientras que ‘Blinding Lights’ lograba lo propio en Reino Unido, suponiendo su primer número 1 en ese país. ‘After Hours’ será presentado en una gira europea que no pasará por España, al menos de momento.

Soccer Mommy / color theory

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Soccer Mommy, el proyecto de Sophie Allison, llega a su segundo disco tras haber llamado la atención en el entorno underground con canciones de su debut como ‘Your Dog‘ y ‘Cool‘. Playlists de Spotify como «Sad Indie», «Feel Good Indie Rock» y «Ultimate Indie» son sus mayores fuentes de popularidad, lo cual dice bastante sobre lo que nos encontraremos en este disco que recibe el nombre de ‘color theory’, y que Sophie Allison ha explicado que trata sobre los demonios que le vuelan la cabeza (‘lucy’), la enfermedad terminal que su madre ha padecido durante una década (‘yellow is the color of her eyes’), la manipulación que puede llevarle a impedir alzar la voz (‘stain’) o la depresión en el acercamiento a la vida adulta (la práctica totalidad del álbum).

Sophie Allison nació en 1997, el año de edición de ‘OK Computer’, y la influencia de los Radiohead de mediados y finales de los 90 es tan patente que una de las pistas casi, casi se llama ‘Climbing Up the Walls’. La mencionada ‘yellow is the color of her eyes’ tiene tanto del inicio de ‘Subterranean Homesick Alien’ como de las estrofas de ‘Creep’, e incluso cuando el disco decide acercarse a los sonidos ambiente (‘night swimming’), o a un mínimo de virguería (‘gray light’) recuerda a la banda de Jonny Greenwood.

Otra influencia fundamental en este disco parecen Deerhunter, muy especialmente ‘crawling in my skin’, que prácticamente es una composición de los de Bradford Cox, aunque solo sea porque el productor escogido para el álbum es Gabe Wax, que fue un ayudante de ingenieria de sonido en ‘Monomania‘ y ha trabajado en varios álbumes de The War on Drugs. Las guitarras eléctricas crudas y sórdidas de todo el álbum nos llevan por tanto de manera continuada al underground de los 90, también con referencias como los Sonic Youth más pop, Pixies o Yo La Tengo, pero eso no quita fuerza dramática a algunas de las composiciones.

Así, la «outro» de ‘yellow is the color of her eyes’ es absolutamente abrumadora en su enfrentamiento a la muerte (“quererte no es suficiente / aún estarás bajo tierra cuando todo acabe / reconoceré el día cuando llegue / sentiré frío cuando me apaguen el sol”), mientras que las melodías de ‘circle the drain‘ y ‘crawling in my skin’ podrían haber sido hits de la era MTV en la década que parece haber inspirado principalmente todo este álbum.

‘color theory’ tiene tiempo de dejar alguna pequeña nota de humor e ironía, como en esa ‘royal screw up’ que Soccer Mommy dice haber escrito en 20 minutos («te pones tu armadura y salvas a chicas guapas como yo»), pero nunca termina de dejar de lado cierta amargura («quiero una respuesta para todos mis problemas / pero no hay respuesta porque yo soy el problema, ahora y siempre»), resultando más que nada un reflejo de la alienación y la frustración post-adolescente. Seguro que una generación puede identificarse con su visión oscura del mundo, y otra algo mayor recordará junto a ella unas cuantas cosas.

Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘yellow is the color of her eyes’, ‘circle the drain’, ‘crawling in my skin’, ‘lucy’
Te gustará si te gusta: Deerhunter, Torres, los Radiohead entre ‘The Bends’ y ‘OK Computer’

Nathy Peluso y DORA, protagonistas en la gala dedicada al 8M de Operación Triunfo 2020

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La gala número 8 de Operación Triunfo 2020 se celebraba anoche, 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora. Por eso el talent-show tuvo una selección musical especial en el que todas las canciones interpretadas –salvo las de los nominados Gérard y Jesús, escogidas por ellos– tenían un poso feminista y/o estaban compuestas por mujeres. ‘Girls Just Wanna Have Fun‘ de Cyndi Lauper, ‘Se acabó‘ de María Jiménez, ‘Mujer latina‘ de Thalía (por parte de la talentosa Nia, que vio «recompensado» su talento con la noticia de que Kike Santander producirá su primer single; temblando estamos), ‘Man! I Feel Like a Woman‘ de Shania Twain, ‘La puerta violeta‘ de Rozalén, ‘Just a Girl‘ de No Doubt (su intérprete en la gala, Maialen, fue escogida como favorita del público) y ‘bad guy‘ de Billie Eilish fueron los temas escogidos, rematando al final (no al inicio, como es habitual) con ‘No controles‘ de Olé Olé fueron los temas interpretados.

En esa exaltación de la mujer, destacó también la presencia de dos mujeres como invitadas. Dos artistas muy jóvenes, y habituales en esta web como son Nathy Peluso y DORA, proyecto musical de Dora Salvatore, hija de Diego Postigo (The Cabriolets) y la desaparecida Bimba Bosé. Esta interpretó el neo-bolero que había estrenado precisamente el pasado viernes, ‘Ojos de serpiente‘, justo cuando la artista de tan solo 15 años se presentaba en directo en Madrid. Acompañada por un trío en directo, DORA brilló (literalmente, gracias a una llamativa sudadera llena de pedrería) en su primera actuación en un escenario de tanta difusión como OT, y quizá eso derivó en ciertos nervios que afectaron a su voz.

Mucho más segura y sólida, dado su bagaje y, sobre todo, el morrazo del que siempre ha presumido en escena, Nathy Peluso comandó cual diva pop un amplio cuerpo de baile mientras interpretaba su último single. Un ‘Business Woman‘ con el que la argentina lanza un mensaje de poder dentro de una industria que, también, está tradicionalmente dominada por mujeres, y que tuvo una traslación bastante potente en este inmejorable altavoz. Al terminar su actuación, dio las gracias a Anajú por haber cantado tres galas atrás su ‘Sandunguera’.

Las claves visuales de los vídeos de Lady Gaga, J Balvin, The Strokes, Taylor Swift y Demi Lovato

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El planeta de colores de Lady Gaga, los mensajitos de J Balvin, la teletienda distópica de los Strokes, las reivindicaciones feministas de Taylor Swift y la expiación de Demi Lovato. Zarandeamos las imágenes de los videoclips más destacados de las últimas semanas y recogemos sus referentes estéticos y narrativos.

Stupid Love (Lady Gaga)

“El mundo se pudre en conflictos. Muchas tribus pelean por su dominio. Mientras los Espirituales rezan y sueñan con la paz, los Kindness Punks luchan por Chromatica”. El nuevo vídeo de Lady Gaga comienza con una introducción que podría valer para cualquier opereta espacial o fantasía heroica de esas que poblaron las estanterías de los videoclubs y las jugueterías de los ochenta: ‘Flash Gordon’ (1980), ‘Krull’ (1983), ‘Masters del universo’ (1987)… En la primera imagen vemos un plano general de Chromatica, un mundo posapocalíptico construido a base de darle brillo a los Trona Pinnacles californianos (vamos, como hicieron con la Ciudad Encantada conquense en ‘Conan, el bárbaro’). Luego aparecen las tribus y empiezan las luchas bailadas. El director Daniel Askill, famoso por el ‘Chandelier’ de Sia, prioriza las coreografías, los pasos espasmódicos de Gaga y el diseño de vestuario (a cargo de Laurel DeWitt), por encima de la narración. El resultado es algo así como una versión drag de ‘Mad Max’, con pinceladas de ‘Barbarella’ y churretones de los Power Rangers y las Sailor Moon.

Rojo (J Balvin)

Si conduces hablando por el móvil te puede pasar como a J Balvin, convertirte en un fantasma celoso con cara de zombi, que no dejará de acosar a su ex pareja hasta que le guste un novio para ella y dé su aprobación como si fuera un padre gitano (tradicional). El videoclip de ‘Rojo’ se puede ver como una relectura de ‘Ghost’ (1990) en clave macho-facha, un estilizado melodrama con mensaje DGT que esconde subtextos tan variados como la dominación machirula más allá de la muerte o la publicidad “subliminal” de Coca-Cola Energy (¿capaz de resucitar a un muerto?). Dirigido por el estajanovista Colin Tilley (en 2019 rodó casi una treintena de clips), ‘Rojo’ destaca también por su estilo visual y su narración cinematográfica: una combinación de travellings ceremoniosos con planos más dinámicos con steadicam filmados en formato panorámico.

Bad Decisions (The Strokes)

La particular gramática de la teletienda parece una fuente inagotable de inspiración para los creadores de videoclips. En los últimos años hemos visto varios ejemplos: ‘Hula Hoop 8000’ (Monarchy), ‘Love Is A Parasite’ (Blanck Mass), ‘Mudas y escamas’ (Sr. Chinarro), ‘NRG’ (Duck Sauce)… Los últimos en sumarse a este sub(sub)género son los Strokes. ‘Bad Decisions’ es una parodia de los infomercial en clave setentera. El director Andrew Donoho, autor de los últimos vídeos de Twenty One Pilots o del ‘Dirty Computer’ de Janelle Monáe, no solo replica la estética de los setenta sino también la caligrafía visual de la televisión de la época: formato, tipografía, movimientos de cámara, iluminación, cortinillas… Un juego metalingüístico que le sirve al realizador para elaborar un discurso satírico sobre la industria musical –grupos prefabricados, bandas clónicas, estilos intercambiables, repetición de fórmulas- envuelto en una historia de ciencia ficción con ecos de ‘Westworld’ o ‘Black Mirror’.

The Man (Taylor Swift)

Comedias como ‘Adiós, Charlie’ (1964) o ‘Una rubia muy dudosa’ (1991) exponían lúdicamente las desigualdades de género a través de una misma premisa argumental: ¿qué pasaría si un mujeriego misógino se reencarnara en el cuerpo de una mujer? En ‘The Man’, Taylor Swift persigue el mismo objetivo lúdico y reivindicativo. Pero lo hace desde un ángulo diferente: ¿cuál sería su consideración social y profesional si en vez de una mujer exitosa… “fuera un hombre”? La cantante (y directora del clip) denuncia el sexismo y los privilegios del hombre-blanco-cis-heterosexual a través de varios ejemplos de masculinidad tóxica: un autoritario y egocéntrico jefe de oficina, un irrespetuoso viajero haciendo manspreading como si tuviera cáncer testicular (la escena incluye una meada en una pared con alusiones a su ex manager Scooter Braun), el dueño de un yate lleno de chicas en bikini inspirado en el Leonardo DiCaprio de ‘El lobo de Wall Street’ (a quien cita en la letra de la canción), un narcisista felicitado por su ligue ocasional, un padre felicitado por… hacer de padre, un putero, un “sugar daddy” y un tenista increpando al juez que, a diferencia de Serena Williams en el US Open, no es sancionado por ello. Al final hay sorpresa, y un último codazo satírico: “¿Podrías intentar ser un poco más sexi?”.

I Love Me (Demi Lovato)

La iconografía del “ángel del hombro” es uno de los recursos narrativos más populares de la ficción. La figura de un pequeño ángel (la virtud) y un demonio (la tentación) a cada lado de un personaje ha servido durante décadas para ilustrar los conflictos internos. El último vídeo de Demi Lovato reinterpreta esta convención narrativa adaptándola a los nuevos tiempos, mucho menos judeocristianos. El “ángel” sigue yendo de blanco, pero ya no tiene alas. Ahora levita como un yogi en el nirvana. El “demonio” ya no va de rojo ni lleva un tridente, ahora va de oscuro y hace deportes de contacto. La cantante neutraliza a su yo negativo a golpes y se enfrenta al mundo con una sonrisa luminosa. ‘I Love Me’ ilustra una canción que tiene mucho de autoficción terapéutica. Como si fuera una metáfora de su propia rehabilitación, Lovato, tras acallar a sus demonios, avanza por la vida cantando y bailando mientras va dejando atrás ‘Camp Rock’, a los Jonas Brothers y una ambulancia que remite a su último ingreso por sobredosis. Un vídeo que podría valer como complemento para su libro ‘Se fuerte: 365 días al año’.

Stephen King y Elvira Lindo cuestionan el veto a las memorias de Woody Allen

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Woody Allen es noticia después que la editorial francesa Hachette, que iba a publicar las memorias del director, ‘A Propos of Nothing’, después de haber sido estas rechazadas por otras cuatro editoriales, haya anunciado que finalmente no publicará el libro. La decisión de Hachette ha llegado motivada por las críticas del hijo de Allen, Ronan, autor de ‘Catch and Kill (Atrapa y Mata: Mentiras, espías y una conspiración para proteger a los depredadores)’, libro en el que el hijo de Allen investiga las acusaciones de abusos sexuales contra Harvey Weinstein, y que el año pasado publicaba la misma editorial. Ronan ha acusado a Hachette de «doble moral» y de “falta de ética y compasión por las víctimas” y ha decidido romper con la editorial, tras lo cual esta se ha retractado, enviando un comunicado en el que informa que ya no va a editar el texto del director.

La decisión definitiva de Hachette, que ha informado devolverá los derechos del libro a Woody Allen, ha sido cuestionada por varios nombres destacados, entre ellos el escritor Stephen King, quien, en una serie de tuits, ha compartido su opinión al respecto, desfavorable. Ha dicho: «La decisión de Hachette de anular el libro de Woody Allen me incomoda mucho. No es por él, me importa un pimiento el señor Allen. Lo que me preocupa es a quien le pondrán la mordaza después». El escritor ha añadido que «una vez empiezas, el siguiente es más fácil» y ha matizado que le parece «ignorante de cojones» que Hachette aprobara publicar las memorias de Woody Allen –acusado de abusos sexuales por su hija, Dylan Farrow- después de editar el libro de su hijo.

En España ha sido la autora Elvira Lindo quien ha criticado duramente el veto al libro de Woody Allen en un artículo llamado «matar a Woody Allen» que se ha viralizado en Twitter. Lindo argumenta que «parece no importar que la justicia haya desestimado dos veces la culpabilidad del director en los abusos que le achaca su hija», compara el trato a Allen con el «damnatio memoriae que se practicaba en la Antigua Roma» y critica el «feminismo hollywoodiense y la «negación del otro como ser humano» que ejerce, según ella, Ronan contra su padre.

Caribou interpreta a su manera la fiebre house 90s con la gloriosa ‘Never Come Back’

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Productores como Calvin Harris o Mark Ronson & Diplo (unidos bajo el alias Silk City) han conseguido que el clásico house de los 90 haya resurgido como recurso estético de éxito con hits como ‘One Kiss’, ‘Promises’ o ‘Electricity’. Pero no es una exclusiva del mainstream ni mucho menos –de hecho, se diría que artistas de corte más alternativo como Disclosure habían contribuido lo suyo a revitalizar ese subgénero–, que ofrece interpretaciones tan personales como la que ha servido para adelantar ‘Suddenly‘, el magnífico nuevo álbum de Dan Snaith bajo el nombre de Caribou, nuestro Disco de la Semana, sobre el que teníamos oportunidad de hablar con el mismo artista en una interesante entrevista. [Foto: Thomas Neukum.]

Hablamos de ‘Never Come Back’, un tema que ofrecía una pista de la diversidad que contiene este trabajo del canadiense, en la que ‘Home‘ y ‘You and I‘, también magníficas, ejemplificaban otras vertientes sonoras de la amalgama entre hedonista y alienígena que contiene ‘Suddenly’. Como decía, supone la particular aproximación a ese house (o deep house), que atrapa desde su mismo inicio combinando el doble gancho de su teclado espacial y una voz pitcheada ininteligible, al que enseguida se suma la caja y la voz aflautada de Dan que repite el enigmático mantra «y nunca vuelves, nunca vuelves para…»

Snaith explicaba en la nota de prensa que fue la primera canción de ‘Suddenly’ que terminó, y que fue tan divertida de hacer como lo es para nosotros bailarla. «Tan pronto como aterricé en los acordes de sinte principales y el gancho vocal, el resto vino junto muy rápido y naturalmente», explica. «Sentí que mi trabajo era no interponerme y no complicarla o sobrepensarla. A veces los mejores placeres son los sencillos», remacha. Ciertamente ‘Never Come Back’ aparenta sencillez, pero a la vez se percibe cómo Caribou juega sobre esa estructura básica, tanto con las percusiones y pianos como con un segundo estribillo (ese, no menos enigmático, que dice «Nunca puedo olvidarlo / prométeme que no te arrepentirás / Tú y yo estábamos juntos / incluso aunque nos conocíamos mejor»). E incluso se percibe, en esa outro en fade out, que tenía alguna que otra línea melódica más en la que trabajar, pudiendo haber prolongado sus cinco minutos otros cinco más. Pero tiene razón: como está, ya es gloriosa.

Lo mejor del mes:

‘Never Worn White’ de Katy Perry transmite de todo menos felicidad

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Parte de la redacción evalúa ‘Never Worn White’, la balada con la que Katy Perry ha anunciado su embarazo.

«‘Never Worn White’ es una balada a piano con bien de cuerdas, de esas bigger-than-life, que no me interesa lo más mínimo. Que esté co-escrita y producida por el sueco Johann Carlsson –conocido sobre todo por trabajos de Ariana Grande como el megahit ‘Bang Bang’ (con Jessie J y Nicki Minaj, como sabemos) y ‘Dangerous Woman’ (la canción)– justo como los últimos singles publicados por Perry ‘Small Talk‘ y ‘Harleys In Hawaii‘, no es un plus en absoluto: muy imaginativamente (#no), comienza con una interpolación de la famosa marcha nupcial de Mendelssohn, y su letra es cuidadosamente genérica («nunca vestí de blanco, pero quiero hacerlo contigo» o «estoy aquí de pie porque de verdad quiero decir «sí, quiero»»), pese a referirse de forma evidente a su relación con el actor Orlando Bloom, con el que parece que habrá boda al fin. No me cabe duda de que, por coñazo que sea, será un éxito a largo plazo: ya hay comentarios en el vídeo que aseguran que la usarán en su propia boda. ¿Puede dar más pereza? Es, en fin, un auténtico coñazo cuyo mayor ¿mérito? es haber convertido una circunstancia personal –como un embarazo y una futura boda– en un objeto de marketing. Bravo». Raúl Guillén.

«Soy defensor (moderado) de las baladas de Katy Perry. ‘Thinking of You’ me trae buenos recuerdos, ‘Not Like the Movies’ es una monada, la producción de ‘Ghost’ es preciosa y, dependiendo del día en que me preguntes, ‘Choose Your Battles’ me parece su mejor canción. ‘Never Worn White’ no es peor que muchas baladas que lo petan hoy en día en las listas británicas. De hecho, daría un riñón por que esto fuera un hit a cambio de que no dejaran a Lewis Capaldi -o puestos a pedir, a Ed Sheeran- cantar nunca más. Dicho esto, ‘Never Worn White’ tampoco es muchísimo mejor que todo eso. Su ñoñez es mínimamente tolerable. La letra es obvia de más. Una escucha y a otra cosa. Lo único que quitaría es a Katy Perry: hay un momento del puente en que su voz da ganas de salir corriendo. Espero que a Orlando Bloom no le pase lo mismo». Jordi Bardají

«De ‘Total Eclypse of the Heart’ o ‘The Power of Love’ pasando por ‘Thinking Out Loud’, han sido cientos las baladas de la historia del pop que han sabido dejar una sensación positiva y revitalizante pese a su poso romanticón. Baladas que cantar con una sonrisa pese a contener un fondo tóxico, desesperado o agridulce, gracias a su melodía o a su estructura. Lo peor de ‘Never Worn White’ es que parte de una situación alegre -Katy Perry va a casarse y está en estado- pero no sabe transmitir nada de eso: parece que él va a decirle que no en cualquier momento. Desde que emerge la melodía de Mendelssohn y se deforma para convertirse en una cosa tan tristona, parece que esto va a convertirse en ‘November Rain’ en cualquier momento. Qué mal rollo». Sebas E. Alonso.

Núria Graham / Marjorie

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Núria Graham ha publicado este mes de febrero su tercer disco, el primero tras participar en el álbum debut de la mediática Amaia Romero. No hay en ‘Marjorie’, el tercer largo de la cantautora de Vic, canciones parecidas a la maravillosa ‘Porque apareciste‘, pero tampoco se las echa en falta en un trabajo que suena personal y propio ante todo, y que echa mano de diversas influencias para crear una carta de amor a la familia en su sentido más amplio.

Son diversos los escenarios y personajes con los que vamos topando en ‘Marjorie’, y que no son necesariamente autobiográficos aunque puedan tomar inspiración de la vida de su autora. Sin ir más lejos, la primera canción, una emocionante ‘Connemara’ titulada como la región irlandesa en la que Núria y su familia solían veranear (la artista, cuyo padre es irlandés, sigue yendo a este lugar a menudo), y que evoca maravillosamente el sonido de los primerísimos Beach House, narra un suicidio, evento que Núria reconoce le es personalmente ajeno. Sin embargo, ‘Marjorie’ sí es autobiográfica, pues cuenta cómo la abuela de Núria -que se llamaba así, y a la que la artista no llegó a conocer- solía esperar a su marido durante horas cigarro en mano a que volviera del trabajo, construyendo mediante sonidos muy guitar-pop un bonito retrato del sufrido amor romántico de Marjorie, un sentimiento que la artista identifica como propio, guiado por la dependencia. En ella, la autora de ‘Does it Ring a Bell?‘ canta que su abuela y ella parecen estar «cometiendo los mismos errores».

Son varios los momentos de ‘Marjorie’ que valen la pena. Si la estupenda canción de raíces americanas ‘Another Dead Bee’ no tiene nada que envidiar al repertorio de Courtney Barnett (a la que recuerda mucho en ‘The Stable’) o Kurt Vile gracias a una melodía como un sol de buena, ‘Toilet Chronicles’ es un ejercicio interesante por varios motivos. Es una versión de ‘Amor de garrafa’ de Power Burkas, grupo en el que milita el ex de Núria, Marcel Pujols. La catalana convierte el hit power-punk del cuarteto de Barcelona en una bonita composición country-pop que pasaría por suya sin ningún problema, y que pretende ser un reflejo de ese «amor puro más allá de lo romántico» que Núria siente por el músico. El tema final, ‘No Returning’, es la versión de Núria de un tema que su tío compuso a la edad de ella y que dejó grabada en un cuatro pistas. Y a lo largo del álbum, los matices britpoperos y cambios de ritmo de ‘Do You Wake Up for a While Every Day?’ o los coros girl-group de ‘Hazel’ van expandiendo el sonido de Núria hacia interesantes nuevos lugares, creando huella dentro del que es sin duda el álbum más maduro de la cantautora hasta la fecha.

Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Connemara’, ‘Marjorie’, ‘Toilet Chronicles’, ‘Another Dead Bee’
Te gustará si te gusta: Laura Veirs, Courtney Barnett, Mac DeMarco

Vivien Goldman te acerca a la «herstory» del punk en ‘La venganza de las punks’

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Si sale un grupo de punk, compáralo con los Ramones; si piensas en un prototipo de punky, que sea John Lydon incluso desde su mansión en California; si has de elogiar la versatilidad de un grupo de la era punk, que sea The Clash… ¿Acaso la mujer no pintó nada en los albores del punk, como si no hubiera tenido nada contra lo que protestar? La periodista Vivien Goldman publicaba el año pasado una «historia feminista de la música de Poly Styrene a Pussy Riot» que acaba de salir en España bajo el nombre de ‘La venganza de las punks’. Merece la pena mencionar su título en inglés ‘Revenge of the She-Punk’s’, en sintonía con otros neologismos como «herstory» o «shero» que aparecen en el libro en lugar de los términos masculinos «history» o «hero». Foto: Christoph Voy.

Eso es lo que nos encontramos a lo largo de estas 240 páginas: un recorrido por mujeres más invisibles y menos citadas pero que también han cambiado la historia de la música. Las hay muy conocidas como Debbie Harry o Patti Smith, algunas bastante conocidas al menos en el mundo relativamente underground, como Sleater-Kinney o Bikini Kill; y las hay completamente desconocidas y surgidas tanto en países anglosajones como en Colombia, Alemania, Rusia, Indonesia, República Checa o España, pues Las Vulpes y Diego A. Manrique protagonizan un pequeño cameo en el libro (curiosa la visión de Goldman sobre la Transición Española).

Vivien fue también música, estuvo allí a finales de los 70 y principios de los 80, y eso le permite ahondar en las cualidades musicales de estas protagonistas de una manera más técnica. Todo el libro se orquesta en torno a cuatro pilares, que son la identidad femenina, el dinero, el amor/desamor y la protesta, y para ello presenta aproximadamente una docena de canciones desde las que analiza cada uno de esos bloques. Así, Goldman incluye declaraciones de entrevistas, datos y curiosidades sobre las mujeres que cambiaron el curso de la historia de la música, pero de vez en cuando ejerce también de crítica musical, explicando qué tenían las canciones analizadas de revolucionarias tanto desde el plano lírico -el principal- como desde el plano estructural o sonoro.

En ocasiones la línea que diferencia lo que es punk de lo que no es punk es muy fina y extraña, por ejemplo, que haya varias menciones en el libro a Annie Lennox y ninguna a Tracey Thorn, pero si desde luego este libro está aquí no es para provocar una nueva pelea de gatas, pues obviamente son todas las que están, aunque no estén todas las que son. En verdad, si un defecto fácil se le puede poner a ‘La venganza de las punks’ es que su interminable name-dropping puede expulsarte de la historia si no viviste aquellos años, en lugar de meterte en aquel mundo de desigualdad y rabia que llega hasta nuestros días. Nada que una buena playlist como esta no pueda solucionar. El libro está orquestado en torno a 4 listas de canciones por una razón, y es entonces, cuando escuchas mientras lees, cuando este libro se convierte en una verdadera gozada.

Porque además de recordarnos la valía de bandas pioneras como ESG, y hacernos recuperar a The Raincoats o The Slits, Vivien Goldman rescata canciones desconocidas y absolutamente inauditas como ‘The Boiler’ de Rhoda & The Specials, que retrataba una violación tal cual ante el estupor del público que pudo asistir a sus presentaciones en directo. Turbador aunque no tanto como que hayamos sido capaces de evolucionar tan poco en 40 años en esta materia. La «catedrática del punk» pasa también de soslayo por el capitalismo feroz, el machismo en Jamaica, los derechos LGTB+, la conciliación y otras interesantes cuestiones en un libro que muestra una visión de la mujer (punk) totalmente poliédrica. 7,5. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.

Nick Cave contesta a un fan que le pregunta si cambiaría sus viejas letras, hoy problemáticas

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Nick Cave tiene una página web en la que contesta preguntas o reflexiones de sus fans. Y en las horas previas al 8 de marzo, el artista australiano ha contestado a un fan que le preguntaba si cambiaría las letras de sus canciones que hoy en día pueden resultar ofensivas.

¿Qué opina Cave? Digamos que él no habría cambiado la palabra «mariconez» de la canción de Mecano. El artista empieza su carta con una comparación: «Mis canciones se sienten un poco nerviosas hoy en día. Son como niños que han estado jugando alegremente en el patio de la escuela, y a los que después les comunican que tienen una horrible deformidad física. Sus corazones se hunden y se mean los pantalones. Abandonan el patio muertos de vergüenza al tiempo que un futuro desdeñoso e hipócrita se gira hacia ellos para tirarles una piedra encima».

Sin cortarse un pelo, el australiano plantea: «¿Qué compositor habría predicho hace treinta años que el futuro perdería su sentido del humor, su sentido de la diversión, su sentido del contexto, del matiz y de la ironía, y que caería en manos de una pandilla de ofendidos constantemente enfadados?» Y añade una interesante reflexión: «Quizá los compositores deberíamos haber sido más cuidadosos con nuestras palabras, esto lo puede reconocer e incluso puedo estar de acuerdo con ello, pero nunca deberíamos culpar a las canciones mismas. Las canciones son organismos divinamente construidos. Poseen su propia integridad. Por muchos defectos que puedan tener, sus almas deben ser protegidas a toda costa. Se les debe permitir existir dentro de su horror aberrante, sin ser molestadas por esos estridentes defensores de lo inocuo, aunque sea como indicador de que el mundo ha evolucionado hacia un lugar mejor y más sensible. Si hay que imponer un castigo, que sea a los artistas, no a las canciones. Lo podremos soportar. Prefiero ser recordado por haber escrito algo que era perturbador u ofensivo, que por haber escrito algo blando y sin sangre».

Tres protagonistas femeninas en tres novelas gráficas hechas por mujeres

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Jessica Campbell / XTC69

‘XTC69’ es el más combativo de estos tres trabajos que reseñamos, por arremeter contra el machismo con contundencia, aunque desmarcándose con humor e ironía. Ya ha conquistado a Grimes, hasta el punto de considerar a Jessica Campbell única a la hora de unificar ciencia ficción con realismo mágico, y no es para menos viendo las mañas que se gasta la comandante Campbell pilotando la nave espacial XTC69 junto al resto de féminas de la tripulación, con el objetivo de encontrar hombres por la galaxia con quienes reproducirse.

La autora canadiense parece hacer un guiño a la película de Spike Jonze ‘Cómo ser John Malkovich’ por crear una serie demente de chistes y bromas e interpretar ella misma a varios personajes de ‘XTC69’, demostrando una gran fortaleza narrativa pero también cierta debilidad en los dibujos. El trazo grueso le da agilidad, y el blanco y negro elemental aporta ligereza a un asunto tan trascendente, pero la escasez de detalles más elaborados impide ampliar horizontes a este cómic que podría impresionar más. 7. Disponible en Amazon y en tu tienda de barrio favorita.

Posy Simmonds / Cassandra Darke

¿Quién no conoce a una señora que roza la tercera edad egoísta y solitaria? ¿Quién no tiene una amiga que se pasa el día despotricando de su sobrepeso, alardea de tacañería, es ágil mentalmente hasta regodearse en su mala educación, e incluso miente con maravillosa imaginación? Todas estas cualidades y otras más han convertido a la marchante de arte Cassandra Darke en una exiliada social tan segura de sí misma que nada parece provocarle remordimientos.

La autora Posy Simmonds, con una nominación a los Oscar por ‘Famous Fred’ y autora de libros infantiles principalmente, consigue meternos con profundidad en la vida de la divorciada Darke. Ni empatizamos con el personaje para reforzar nuestras convicciones más asociales, ni nos alejamos por antipatía. Nada se echa de más o de menos en este universo femenino burgués en el que prevalecen las apariencias, y en el que el suspense hace acto de presencia cuando Cassandra encuentra una pistola en su casa en extrañas circunstancias. A esto hay que sumar un dibujo magnífico rotulado en tonos pardos, combinados con rosas y violetas en determinadas viñetas; que no se cumple con un patrón estándar en más de dos páginas seguidas con la consiguiente estimulación de la acción; y que su autora reflexiona sobre los límites de la soledad más allá de lo políticamente correcto. 8,5. Disponible en Amazon y en tu tienda de barrio favorita.

Ulli Lust / Cómo traté de ser una buena persona

Este trabajo que aparece bien posicionado en algunas listas de lo mejor del pasado año -no todas, suponemos que por el volumen brutal de publicaciones-, corre el riesgo de quedar sepultado como uno más porque la calidad media general ha sido apabullante. Y eso a pesar de tener un título francamente llamativo, suficiente para captar nuestra atención, si bien hay que dejar claro de antemano que no estamos ante un manual de autoayuda al uso, y que su autora no trata de solucionar las cosas por medio del psicoanálisis o cuentos sanadores. Lo que sí intenta es estimular la sinceridad con la propia identidad a pesar de que las circunstancias lo imposibiliten.

Ulli Lust, nacida en Viena y residente en Berlín, retoma la senda de sus memorias con esta última entrega autobiográfica. Un ejercicio valiente por ser capaz de poner encima de la mesa las relaciones entre tres desde un punto de vista alejado de la mujer tradicional inmersa en el patriarcado, y adentrándose en el jardín de si se puede amar a dos personas a la vez.

Siendo madre a los 23 años de un hijo de 5, desvincula dicha edad de la experimentación y el descubrimiento de la sexualidad, pues Lust tiene claro que quiere romper convencionalismos afectivos y sexuales. Con un tono rosa como arma como el de la portada, en esa búsqueda de la identidad desfilan la diferencia de edad, la cultural y la inmigración, por si todo esto del triángulo sentimental fuera poco. 8. Disponible en Amazon y en tu tienda de barrio favorita.

Tennis / Swimmer

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Llevamos casi una década esperando que llegue el Gran Disco, con mayúsculas, de Tennis. Desde su debut ‘Cape Dory‘ –que, atendiendo a su calificación, podríamos entender como su mejor disco, quizá beneficiado por la eterna frescura de un primer trabajo–, llevamos aguardando que el dúo formado por Alaina Moore y Patrick Railey publique ese disco incontestable que les confirme como uno de los grupos más importantes de su generación. Todos y cada uno de sus trabajos posteriores a aquel se postulaban como tal, y en todos hemos visto como se consolidaban como emocionantes artesanos de un pop propio de otra época (entre los últimos 60 y los primeros 70, concretamente), con grandes singles respaldados por bonitas canciones. ‘Swimmer’, su nuevo álbum, se atisbaba gracias a sus singles como el capítulo definitivo en esa estupenda colección de intentos… y termina siendo solamente el quinto (séptimo, si consideramos también los buenos EPs ‘Small Sound‘ y ‘We Can Die Happy’).

Puede entreverse cierta decepción en esa afirmación, no la puedo ocultar. Da un poco de rabia que, otra vez, nos encontremos ante un disco en el que hay tres o cuatro canciones enormes coronando otras tantas canciones menos deslumbrantes y emocionantes, pero también exquisitas en lo formal y bonitas en el fondo. En este caso, la segunda parte del autoproducido ‘Swimmer’ se sitúa de forma siempre elegante en esa hipotética intersección entre los espectros que abarcan por separado Beach House, Lana Del Rey y los Saint Etienne más orgánicos, con monos números marca-de-la-casa como ‘Late Night’ o ‘Matrimony II’, adornada con alguna encantadora salida de tangente (la paulsimonesca ‘Tender As a Tomb’). Sin embargo, ya deja de ser una sorpresa que no raye a la misma altura que la primera mitad del álbum.

En ella, tras la fantástica intro que supone la balada ‘I’ll Haunt You’ –en la que Alaina habla, como gran tema del disco, de la madurez, tanto personal como la de su matrimonio con Patrick–, se han sucedido embrujándonos los adelantos ‘Need Your Love’ –con esos cambios de ritmo tan sorprendentes como fascinantes–, ‘How to Forgive‘ –ya hablamos de su particular guiño a la Madonna de los 80– y ‘Runner‘ –con referencias místicas que, asegura Alaina, están más inspiradas por Judee Sill que por verdadera fe religiosa–. Ese tándem fantástico, remachado por la preciosa ‘Echoes‘ –una preciosidad entre Cocteau Twins y Joni Mitchell–, conformaba la esperanza de que ‘Swimmer’ podía ser ese disco lindando en lo sobresaliente que llevamos un tiempo esperando. Y no, no lo es. Sin embargo, también cabe recordar que, después de todo, no existen tantos proyectos artísticos capaces, como Tennis, de mantener un nivel creativo tan alto durante tanto tiempo sin necesidad de piruetas estéticas ni modernizaciones forzadas, manteniéndose estrictamente fieles a su propio universo. Así que, debemos darnos por satisfechos con que nos regalaran al menos media década más de discos «sólo notables». Visto así, un hipotético «grandes éxitos» sería, a buen seguro, ese disco incontestable que, con trabajos así, no nos cansaremos de esperar.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Runner’, ‘How To Forgive’, ‘Need Your Love’, ‘Echoes’
Te gustará si te gustan: Beach House, Lana Del Rey, Real Estate.
Escúchalo: ‘Need Your Love en Youtube.

Los Enemigos: «Ahora estamos en un momento muy fraternal, muy unidos»

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En 2014, tras una reunión lucrativa –algo reconocido abiertamente por ellos– obrada dos años antes, ‘Vida inteligente’ suponía el regreso discográfico de Los Enemigos tras tres lustros. Ahora, seis años y un par o tres de discos por separado de Josele Santiago y Fino Oyonarte, reducen ese lapso considerablemente y han publicado este 6 de marzo ‘Bestieza‘, un nuevo trabajo en el que, haciendo honor a su título –un palabro acuñado por ellos– su rock truena fuerte y rápido.

Sobre este nuevo álbum hemos charlado por vía telefónica con Josele Santiago, mientras se recupera en casa de un inoportuno esguince de tobillo que le tiene en reposo. «Es puñetero, pero no pasa nada», tranquiliza, seguramente con la mente puesta en las próximas fechas de presentación del disco. Una ya extensa gira por España que comienza en la Sala Capitol de Santiago el día 20 de marzo y que cuenta con fechas muy especiales como el 17 de abril en la Sala Apolo de Barcelona, el 1 de mayo en el festival murciano Warm Up 2020 y el 29 de mayo en La Riviera de Madrid. [Foto: Óscar Carriquí.]

‘Bestieza’ es un disco muy potente y directo, ¿y puede que también el más corto de vuestra carrera?
No lo sé, la verdad. Es posible.

¿De dónde parte la idea de hacer un disco así de inmediato?
Son las canciones las que van teniendo ideas, no hay un concepto detrás de esto. Las canciones van pidiendo, vamos probando, y a todas les sentaba bien un poquito de caña y aceleración. Fuimos siendo cada vez más bestias y, excepto a tres de las diez, que son más medio tiempo, van a una velocidad y a una zurra considerable. Como les sentaba bien, se la dejamos puesta. Y ahí están, nos cuadraban así, no le dimos más vuelta y nos metimos al estudio.

Aunque están ‘La costumbre’ y ‘Rey Pescador’, todas duran menos 3 minutos.
De «one, two, three», sí… (Risas)

«A todas las canciones de ‘Bestieza’ les sentaba bien un poquito de caña y aceleración. Fuimos siendo cada vez más bestias»

Pero, ¿habéis descartado canciones por ser demasiado largas?
No, no, ya te digo… Esto es lo que había, no solemos tener mucho material de sobra. Cuando reunimos estas diez… No sé, tenían una coherencia y un peso específico importante. Lo vimos en el local y dijimos «¿para qué más?» Además, teníamos muchas ganas ya, que había pasado mucho tiempo desde ‘Vida inteligente‘, han pasado cosas en el seno del grupo… y teníamos ganas de sentirnos ya activos.

Está producido por Carlos Hernández Nombela, que se ha convertido en un nombre muy importante en el ámbito independiente. ¿Por qué le escogisteis? ¿Qué discos producidos por él os han decidido a contar con él?
La verdad es que Carlos es amigo nuestro de hace tiempo, nos estuvo haciendo la P.A. [Nde: es decir, fue su técnico en directo] a Los Enemigos en los 90. Hemos seguido su carrera, claro. Y aunque él, como buen profesional que es, puede hacer de todo, le conocemos bien y lo que le pone es esto. (Risas) Nosotros le llamamos «bestieza», él lo llama «zurra», llámalo «punk»… Era la persona ideal. También le hemos seguido en sus discos con Airbag, con Triángulo de Amor Bizarro, el sonido que le saca a Carolina Durante… encajaba bastante en lo que queríamos para las canciones: guitarras crudas y distorsionadas, muy urgentes. Se le ocurrió a Fino: «¿llamamos a Carlitos?» Y dijo que sí enseguida, en cuanto oyó las canciones, porque a él le pone este tipo de contundencia.

¿Me equivoco, o hay más coros que en ninguno de vuestros discos? ¿Por qué?
Es verdad que hay en todas o casi todas. Antes había (coros) más puntualmente, pero es un tema que teníamos bastante trabajado. En este caso se imponía como contrapunto al guitarreo, porque no es sólo guitarreo, hay unas melodías muy curradas. Estaban pidiendo a gritos unos coritos, que además es uno de los puntos fuertes de Carlos. Y bueno, que Chema, Fino y David están ya muy curtidos en esto, también había que aprovecharlo. Fue muy divertido de grabar, trayendo cada uno su arreglito… hasta que ves que te pasas de frenada, y tienes que recular. Pero están muy currados, entran como un guante.

¿Dirías que eso es, a su modo, significativo del momento que vivís ahora como grupo?
Es posible, ahora estamos en un momento muy fraternal, muy unidos, muy contentos con la entrada de David (Krahe)… Pero es algo que, como te decía, hemos trabajado toda la vida, desde ‘La vida mata’, en ‘Ouija‘ por ejemplo.

«Manolo Benítez decidió irse con los Porretas… y bueno, ya está, está en los Porretas»

Mencionabas ahora la incorporación como guitarrista de David Krahe. ¿Cómo vivisteis la salida de Manolo (Benítez), que llevaba tantos años con vosotros?
Bueno, Manolo decidió irse con los Porretas… y bueno, ya está, está en los Porretas. Nosotros buscamos un sustituto y el que más cerca estaba era David, porque trabaja conmigo hace mucho tiempo, tanto en acústicos como con la banda, conoce el repertorio enemigo a la perfección y somos amigos desde que éramos pequeños. Entonces… estaba claro. Lo intentamos, vino al local, encajó de cojones de bien en todos los aspectos. Y Manolo… pues está en los Porretas.

¿Y qué dirías que ha aportado David a vuestro sonido y a este disco?
Pues que tiene una paleta de colores muy amplia, porque él es un guitarrista muy versátil, tiene muy trabajado el tema de efectos, los colores precisamente, es muy minucioso y muy entusiasta en el trabajo. Una banda lógicamente agradece todas estas cosas, y se nota, se nota mucho.

«Cuando te sale una canción así tan redonda es un subidón muy grande. Tampoco se puede comparar con un orgasmo. ¡Esto dura más!»

Siete mil canciones’ es un pedazo de primer single, que marca el tono del disco. ¿Qué se siente cuando surge una canción así, que imagino pronto será favorita del público, si no lo es ya?
Hombre, cuando te sale una canción así tan redonda es un subidón muy grande. No se puede comparar a nada, porque tampoco se puede comparar con un orgasmo. ¡Esto dura más! (Risas) Pero es algo así.

Al principio parece que ese tema habla un poco de encontrarse desubicado en el mundo actual, pero termina siendo una canción de amor, ¿no? ¿Es un poco un buen compendio del aspecto lírico del disco?
Sí, bueno, es un disco que no da la espalda a disfrutar de la vida y a afrontarla con esperanza, a pesar de que estén las cosas como estén. Esta es una canción muy romántica, sí es verdad, porque habla de desubicación pero desde la cabezonería del desubicao. Es, como quien más y quien menos, busca el amor. Pero ahí está el tío en sus trece, y no hay Dios que lo saque. (Risas)

En algunas letras da la sensación que planteas una renuncia a militar en nada. Me refiero a letras como “La capitulación expande mi mente (…) / Nada me hace más fuerte que desertar”, de ‘Sacrilegio sideral’, o “Es mi armadura, pura discreción” de ‘Rey pescador’. ¿Es una especie de posicionamiento vital o político?
Bueno, yo escribo en primera persona porque me gusta ponerme en el personaje, pero nunca he estado en prisión y ahí está ‘Desde el jergón’, nunca me he suicidado y ahí está ‘septiembre’, etcétera, etcétera. En este caso, el ‘Rey pescador’ es muy irónica, estoy hablando en la piel de un santurrón, que todos conocemos a alguno. Y… ¿cuál era la otra que decías?

«Siempre quiero que haya una historia delante, no me gusta sentar cátedra»

‘Sacrilegio sideral’.
Sí, es un… ese posicionamiento, esa tendencia existe, ese no identificarse con nada. Pero siempre quiero que haya una historia delante de eso, no me gusta sentar cátedra, y tampoco quiero renunciar a la narrativa, que para eso estamos. Aquí hay un tema que siempre me he planteado: cuando ves a un sin techo, todos tienen una historia detrás y, en un día concreto, se tuvieron que ir de casa. Salieron de su ciudad, de su pueblo, y parece que bastantes de ellos… se alegran, ¿sabes? (Ríe) Tiene un punto de conexión con los cínicos, con ‘La Secta del Perro‘, que también está presente en otras de estas canciones y me apasiona. «Sacrilegio» es sobre un tío que se va, se pira, y es un poco la peliculilla de ese día concreto, me pareció interesante captar ese momento. Me gusta trabajar con imágenes, a veces en movimiento. Si son en movimiento, mejor, de hecho. Es una escena bastante nihilista.

¿Prefieres mantener un poco el misterio sobre el trasfondo de tus canciones?

‘La ofensa’, con frases como “eres gente, puta gente, que no va a sobrevivir, ojalá revientes”, es una de las letras más iracundas…
¡Ahí me pongo en la piel de un hijoputa! (Risas) Un hijoputa que además ni se arrepiente ni nada. Me interesa también ese tema del mal.

¿Habla sobre el mal?
Sí, siempre me ha interesado y está ahí. Además ahora parece que vuelve con fuerza, sobre todo en la literatura sudamericana, (ahí) se trata mucho. A mí me encanta, es un tema que me fascina de toda la vida. Y bueno, este es un poco eso, un hijoputa hablando…

«En ‘La ofensa’ me pongo en la piel de un hijoputa»

En el puente de esta canción suena de fondo un discurso o una arenga de fondo. Tiene un cariz político, entonces…
Claro, claro que sí. Eso está situado… Hay muchas situaciones históricas en las que esa frase (Nde: “Hoy finges no saber, mañana fingirás no recordar”) encajaría a la perfección. Pero yo la escribí pensando en la república de Weimar, justo antes de la ascensión del nazismo, que es una época fascinante y que tiene muchas similitudes con la actual. Por eso cuadraba perfectamente el altavoz este, antediluviano.

Fino Oyonarte adopta la voz solita en ‘Océano’. No es la primera vez que canta él un tema vuestro, pero tampoco es frecuente. ¿Cómo decidís que lo haga?
Siempre o casi siempre mete alguno en cada disco, desde ‘Gas’, si no recuerdo mal. O incluso dos.

O sea que es ya una tradición.
Sí, sí. Generalmente siempre es uno de los que componemos a medias. En este caso hay tres (Nde: los otros son el segundo single ‘Vendaval’ y ‘Mar de sendas’) y podía haber cantado los tres, porque canta de puta madre. Pero bueno, por mantener un poco de cohesión y unidad, se quedó uno y me dejó a mí los otros dos.

Cuando hablabas hace unos meses con mi compañera Mireia, decías que creías que podíais haber hecho más conciertos juntos, los dos solos, de las que habían salido. ¿Habéis hecho algún avance sobre eso, mirando al futuro?
Sí, lo recuerdo. Sí estaría bien, pero ahora estamos centrados en Enemigos. Igual cuando dejemos de girar con ‘Bestieza’ puede que sea el momento, pero ahora estamos muy centrados en eso y muy por la labor, además. Hay muchos bolos y el futuro inmediato se presenta movido, divertido y… tenemos ganas de ensayar, imagínate de tocar… (Risas)

Estáis en modo Enemigo.
Sí, muy Enemigo. Y esto necesita una base sólida y no distraernos con nuestras movidas, tenemos que concentrarnos todos en ‘Bestieza’.

¿Tienes alguna fórmula ya para dirimir si un tema que te sale va para Enemigos o es para ti?
No. (Ríe) Palabra que no. Nadie me cree, pero es así. Luego es cuestión de meterle vatios o no, o meterle otro tipo de arreglos. Pero en la manera de componer la verdad es que no.

¿Puede ser que tus letras más abstractas sean para Los Enemigos y las más personales o íntimas, para tus discos solo? Es una impresión que tengo yo.
Puede ser, a lo mejor. No lo había pensado, es posible. Pero vamos, visto desde dentro… ¡es hilar muy fino! (Risas) Yo tiro p’alante y no me planteo eso tanto. Pero sí es posible, sí.

«Este disco ha salido de esa energía, de ese sentirnos vivos»

Antes hablabas de los bolos. Cuando os reunisteis en 2012 no tuvisteis problema en admitir que fue porque os ofrecieron mucha pasta. Ahora parece que hay también una demanda más constante, por parte del público. ¿Creéis que es por cierta nostalgia de una etapa concreta?
Cuando nos juntamos en 2012 lo hicimos por una oferta muy difícil de rechazar, pero nos sentimos a gusto en la furgoneta, en el escenario, nos sentíamos vivos. Y con el tiempo, resulta que no nos faltaba razón. La cosa está ahí, tiene espíritu, tiene músculo, tiene fuerza… y hemos seguido a pesar de algún bajón o alguna crisis que otra, como es normal en todo organismo vivo. Y ahí estamos, este disco ha salido de esa energía, de ese sentirnos vivos. Y de dar muchas vueltas también por la península, porque no han faltado bolos en estos años y hemos cogido la inercia que teníamos antes del parón aquel de los 2000.

Pregunto esto porque hace poco veíamos también el regreso de 091. Salvando las distancias, porque ellos hacían mucho más que no publicaban disco, veo un paralelismo con vuestra situación, hay mucho interés por un grupo que en su momento no fue quizá tan bien valorado como debía.
En su caso creo que es incluso más exagerado todo esto, porque en su momento, no sé bien por qué, nadie les hizo ni puto caso. Hay un poco de justicia poética en el caso de 091. En el nuestro no lo sé, porque, si te fijas, nosotros vivimos de la música desde el año 93 o 94, dejamos de tener otros curros y otros apaños por ahí. Hemos sido más afortunados que ellos.

«A pesar de que yo he escrito la mayoría de las canciones, no me sentía moralmente autorizado para tocar el repertorio entero yo solo»

Y cuando nos separamos lo hicimos por voluntad propia, no fue por presiones externas o que no hubiera curro. Al contrario, lo hicimos en un momento muy dulce, nos salían bastantes bolos. Pero bueno, nos sentíamos así. Y, si no lo hubiéramos hecho, quizá no nos hubiéramos vuelto. Porque siempre te queda esa espinita de «hostia, podíamos haber seguido»… Y luego el repertorio también tira mucho. (Dices) «joder, es una pena que esté ahí muerto de risa». A pesar de que yo he escrito la mayoría de las canciones, no me sentía moralmente autorizado para tocarlo entero yo solo, más allá de una canción de vez en cuando. Lo suyo era tocarlo con Los Enemigos, y estas cosas, que teníamos por la cabeza, nos dimos cuenta de todo en cuanto empezamos a ensayar. Estas circunstancias han ido empujando, empujando… y aquí sigue andando el carro.

Has dicho antes que Carlos os llevó la P.A. y él va frecuentemente con grupos en directo. No sé si la idea es contar con él también en la gira de presentación.
Sería de puta madre, pero él está muy liado ahora. Está con Carolina Durante y con Triángulo de Amor Bizarro, creo, que sacan ahora un disco por cierto. Por nosotros encantados, pero dudo que tenga tiempo.

Tronaréis igualmente.
Eso sí. (Risas)

‘All of the Feelings’ es el hitazo 80s que quizá ya no esperabas de Kiesza

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Con ‘Blinding Lights’ de The Weeknd arrasando en todo el mundo, ¿qué otras canciones parecidas pueden triunfar? Kiesza, quien lo petara hace cinco años con el house de ‘Hideaway’ antes de que su carrera diera un giro siniestro cuando la cantante sufría, en 2017, un accidente de coche que pudo ser fatal, vuelve con un nuevo single que es un hitazo 80s en toda regla.

La deriva en la vida de Kiesza ha significado que su debut de 2014, ‘Sound of a Woman‘, no ha conocido continuación en todos estos años, lo cual no le ha impedido en este tiempo seguir publicando música. El verano pasado llegaba la balada ‘Sweet Love’, unos meses más tarde era el turno de la tropical ‘You’re the Best’, y este año hemos conocido la burbujeante ‘When Boys Cry’. Ninguno de estas canciones ha alcanzado la repercusión (moderada) de la discotequera colaboración de Kiesza con Bakermat de 2017, ‘Don’t Want Your Love’. Pero ninguna de ellas es ‘All of the Feelings’.

Si Carly Rae Jepsen hiciera chocar ‘Midnight City’ de M83 con ‘All Night Long (All Night)’ de Lionel Richie, el resultado de esa explosión sonaría parecido a ‘All of the Feelings’. Es una canción efectivamente explosiva, eufórica en su reencuentro con el verdadero amor, descrito en ese gran estribillo que reza «estoy teniendo otra vez esos sentimientos, vuelvo a creer en el amor». Kiesza no puede controlar su deseo, así que en ‘All of the Lights’ recompone su felicidad en un pelotazo ochentero que debería darle un hit muy merecido a su carrera.

6 grupos españoles opinan sobre las tasas post-Brexit para artistas: «Destruyen nuestra capacidad para girar por Reino Unido»

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Un par de semanas atrás lanzábamos una reflexión a cuenta de una noticia que se veía venir tras la consecución de la salida de Reino Unido de la Unión Europea: la imposición de visados y tasas para los artistas foráneos que quisieran actuar allí. Una medida que afectaría sobre todo a los artistas de pequeño o medio tamaño, en público, y que supone el desembolso de grandes cantidades de dinero, tanto efectivo como en avales, para los grupos que quieran actuar en Inglaterra, Escocia, Gales o Irlanda del Norte desde el día 1 de enero de 2021. Ante la preocupación que eso ha despertado y la posibilidad real de que la UE responda con medidas similares para los artistas británicos, hemos contactado con varios grupos españoles que actúan o han actuado en UK en los últimos años para conocer de primera mano sus impresiones sobre la situación.

Hinds, cuyas giras mundiales son ya una constante –y que, de hecho, publican su próximo disco ‘The Prettiest Curse’ en un sello británico, Lucky Number–; Baywaves, que se dieron a conocer en España precisamente por sus diversas giras por Inglaterra; Toundra, un grupo que desarrolla frecuentes giras por toda Europa –su actual tour, que comienza hoy en los cines Aribau de Barcelona presentando su álbum con música para ‘El gabinete del Dr. Caligari’, cuenta con diversas fechas foráneas–; y Le Parody, artista que hace muy poco nos detallaba sus diferentes peripecias actuando por todo el mundo, responden a nuestro cuestionario sobre sus impresiones.

Además, también hemos consultado a dos proyectos musicales de artistas españoles que, de hecho, residen en Reino Unido y por tanto desarrollan allí su actividad musical, ofreciendo una visión «desde el interior» del Brexit. Se trata de Alien Tango, el proyecto comandado por el murciano Alberto García Roca apoyado en músicos ingleses que en breve publica EP; y REYKO, el dúo formado por Soleil e Igor que triunfaba a lo grande hace un par de años con ‘Spinning Over You‘ y que esta misma semana ha publicado su álbum debut homónimo. Aunque en general hay tristeza, pesimismo y preocupación en todos ellos, hay disparidad de visiones en cuanto a si se terminarán para ellos las giras por UK con esta medida. Incluso sorprende saber que, en realidad, los más afectados por todo esto pueden ser los músicos británicos.

¿Qué opináis sobre que Reino Unido imponga tasas y avales para poder actuar en el país?

Hinds: «Leímos la noticia en el aeropuerto de Gatwick para volver a Madrid, de hecho. Es una puta mierda, qué te voy a decir. Que Inglaterra sigue siendo de los países más fértiles en cuanto a escena e industria musical, y que nos hagan/se hagan esto a sí mismos, me parece que sólo puede traer malas consecuencias, hacer que el negocio musical allí sea más elitista (si cabe) y, desde luego, menos libre, variado y por tanto, a mi parecer, interesante. Empeñarse en construir nuevas fronteras es un concepto que ya me cuesta comprender, pero tratar de ponérselas al arte a base de tasas, permisos y dinero es algo que me pone verdaderamente triste».
Baywaves: «Sí, estamos frontalmente en contra; cualquier restricción a la libre circulación de la cultura es una aberración. Desde la óptica de nuestra trayectoria, si esta medida hubiera estado en vigor hace cuatro años, no habríamos podido dar ningún concierto en Inglaterra: de los 25-30 conciertos que hemos dado en Inglaterra, los primeros 20 se hicieron con algunos de nosotros sin tener siquiera cuenta bancaria».

Hinds: «Empeñarse en construir nuevas fronteras es un concepto que ya me cuesta comprender, pero tratar de ponérselas al arte a base de tasas, permisos y dinero es algo que me pone verdaderamente triste»

Toundra: «Es una medida que destruye nuestra capacidad para girar por el Reino Unido. Las giras de grupos de nuestro nivel tienen un margen muy humilde y con estas medidas nos veríamos en la situación de «pagar por tocar». Siempre hemos bromeado con que desde antes de entrar a las islas ya te están cobrando por cosas (tasas por vehículo, Eurotúnel, etc.), por lo que para Toundra estas medidas son una dificultad añadida y por el momento, insalvable».
Le Parody: «No he leído mucho sobre esta nueva ley, pero supongo que a ciertos niveles se podrá sortear, como sucede en otros países del mundo».
Alien Tango: «Que va a a ser terrible para los grupos emergentes que quieran abrirse paso en ese mercado».
REYKO: «La verdad es que nos entristece bastante. Va a afectar muchísimo a la industria musical. Tenemos la esperanza de que de aquí a 2021 lleguen a algún acuerdo para que esto no se lleve a cabo, o que sea un poco mas «light». Habiendo vivido desde dentro todo el proceso del Brexit, no nos extrañaría que las cosas cambien en ese aspecto en los próximos meses. Seguimos siendo optimistas. :)»

¿Os sucede esto o algo similar en otros países del mundo?

Hinds: «Claro, para trabajar en Estados Unidos también necesitas un visado. Nosotras tenemos el de trabajador no inmigrante (P1). Es un pastón y muchísimo papeleo y pueden aprobártelo o no y es un coñazo y hay que renovarlo cada año religiosamente. Para tocar en Japón también se necesita un visado, pero ese te lo conceden casi automáticamente. Y en Brasil. Y en Vietnam. A Australia fuimos de estrangis las dos veces (al menos la primera de ellas, seguro) pero sabiendo que habríamos necesitado uno. De todas formas depende de tu nacionalidad, así que todo esto que os cuento es bajo la experiencia de un pasaporte español. No sé. No es porque se estén inventando algo, lo feo es que antes no fuera así y ahora sí. Restringir el flujo de cultura en vez de potenciarlo».
Baywaves: «Sí, claro; los visados de artista en Estados Unidos suponen un desembolso económico y un gasto burocrático grande. Desde el mismo precio de los billetes a la hora de cruzar el atlántico se reduce el espectro de grupos pequeños que pueden plantearse girar allí. Sin embargo, la gracia de Reino Unido es que tocar allí es casi tan barato como tocar en Barcelona para un grupo de Madrid, y existe un circuito (promotores, medios, público) muy grande y muy receptivo para grupos que están empezando a desarrollarse, cosa que no sucede en ningún otro país de nuestro entorno».

Baywaves: «La gracia de Reino Unido es que tocar allí es casi tan barato como tocar en Barcelona para un grupo de Madrid»

Toundra: «Cuando tocamos en Estados Unidos por el SXSW tuvimos que llevar unas cartas de la organización que especificaban que no íbamos a cobrar por dar conciertos, de otra manera necesitas un visado de trabajo. Pero dentro de Europa no hay problemas de este tipo, o al menos no los había».
Le Parody: Cualquier país de fuera de la Unión Europea exige pagos y visados especiales si vas a ir a hacer algún tipo de trabajo. Un concierto, en principio, sería un trabajo. Pero en la mayoría de países, para músicos underground, sortear esta dificultad es tan fácil como no decir que vas a dar un concierto. Hay también otras medidas legales-alegales, como viajar con una invitación de alguna institución que confirme que no vas allí a trabajar, que el concierto es, por ejemplo, una muestra cultural, y lo que te pagan no es un salario sino algún tipo de compensación por los gastos».
Alien Tango: «En EEUU está bastante peor el asunto, las visas de trabajo son mucho más caras».
REYKO: «En Estados Unidos piden papeleos varios y visados con tasas, etc.»

¿Os obliga esto a replantearos cualquier concierto en el país, o creéis que si conseguís organizar una gira completa puede compensar?

Hinds: «A nosotras, personalmente, no nos hace replantearnos seguir tocando en Inglaterra. También porque somos un grupo que en la última gira hicimos diecisiete ciudades allí… que nos renta, vaya. Habrá que enterarse bien cómo es la visa, si son esas 200 libras al año, o bianuales o qué. ¿La ruina para Hinds? Esperemos que no. ¡Jajaja!»
Baywaves: «Sí, la concepción a partir de ahora es diferente. Desde la implementación de esta medida, planear una gira en Inglaterra empieza por hacer números: gastos, visibilidad, rentabilidad, proyección… Prima una óptica mercantilista que hasta ahora podíamos obviar, ya que era casi indiferente hacer una gira de guerrilla allí que en España. Supone un obstáculo más a la hora de organizar una gira: si bien por suerte para nosotros ahora mismo no es un obstáculo infranqueable, sí que es un puto coñazo».
Toundra: «Los promotores que nos llevan al Reino Unido no pueden pagar tantísimo dinero. Es bastante triste. Supongo que con grupos locales no será tan difícil, pero con nosotros, a pesar de hacer sold-out en sitios como Londres o Bristol… Esas medidas lo convierten en algo fuera de nuestro alcance».

Le Parody: «A la gente que hace giras visibles con poco margen de ingresos entiendo que sí que les pasará factura la medida»

Le Parody: «Entiendo que esta medida afectará sobre todo a bandas medianas. Supongo que, como decís en el artículo, los artistas mainstream podrán seguir tocando sin notarlo demasiado, y la gente que tocamos fuera sin promoción podremos seguir pasando desapercibidos. Pero a la gente que hace giras visibles con poco margen de ingresos entiendo que sí que les pasará factura la medida».
Alien Tango: «A nosotros en principio no nos afecta ya que residimos en Londres».
REYKO: «A nosotros como grupo por suerte no nos afecta por ser residentes del Reino Unido desde hace más de cinco años. Como los dos también tenemos pasaporte español, tampoco nos afecta en Europa. Nos hemos librado de ésta… ¡a no ser que de repente metan alguna ley nueva en los próximos meses!»

¿Creéis que lo justo sería que la UE respondiera con la misma aplicación de tasas y visados?

Hinds: «NO. No me parece un modelo a seguir. Está formulada con resquemor la pregunta, porque no se estaría buscando justicia sino venganza».
Baywaves: «Desde un punto de vista político y recaudatorio, sí: estamos todo el rato bombardeados por grupos anglosajones, y estaría buenísimo que con cada concierto se financiara una partida de apoyo a la escena musical española. Sabemos que esto no va a ser así, y que no va a haber una relación tan directa, y que una reciprocidad en la medida nos va a impedir disfrutar de bandas que aquí tocarían para 50-200 personas, y no va a afectar a los grupos grandes. Sin grupos europeos, Inglaterra (por proporción numérica y por propio Chauvinismo), “no se pierden nada”, sin embargo nosotros nos quedamos huérfanos de una escena interesantísima. Así que, volviendo a la pregunta: no».
Toundra: «Espero que no, porque si hay algo que hemos aprendido estando de gira es que la forma de hacerlo es como lo ha hecho Europa hasta ahora. Creo que volver atrás y poner medidas restrictivas no representa el carácter de Europa y sus ciudadanos (al menos de la mayoría)».

REYKO: «Tenemos varios colegas músicos británicos que están bastante intranquilos con esto (…), y les afectaría muchísimo. Se habla bastante de esto por aquí entre grupos y músicos»

Le Parody: «No sé si es justo o no, no tengo ni idea de leyes a este nivel y lo que me huelo que todo esto del Brexit va a servir sobre todo de caos y excusa para represiones fronterizas, sanciones y recaudaciones de todo tipo».
Alien Tango: «Me parece bastante lógico que ocurra, para bien o para mal. Lo de que paguemos para tocar en España no sé si sería el caso, pero supongo que se acabaría lo de tocar en España para nosotros. ¡Jajaja!»
REYKO: «Lo normal es que sí. De hecho tenemos varios colegas músicos británicos que están bastante intranquilos con esto ya que asumen que es lo que va a pasar, y les afectaría muchísimo. Se habla bastante de esto por aquí entre grupos y músicos».

SXSW cancela su edición de 2020 por el riesgo de coronavirus

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El popular festival de Austin, Texas South By Southwest (SXSW) ha anunciado la cancelación de su edición de 2020 por el riesgo de infección del COVID-19 (coronavirus). El festival, que recibe a artistas de todo el mundo, se celebraba del 13 al 22 de marzo e iba a acoger, desde España, la actuaciones de Antonio Lizana, Alien Tango, Belako, Biznaga, Candeleros y Marem Ladson (foto).

El festival ha compartido el siguiente comunicado: «Estamos destrozados por tener que compartir esta noticia con vosotros. El lema de «el espectáculo debe continuar» está en nuestro ADN, y esta es la primera vez en 34 años que el evento de marzo no tendrá lugar. Actualmente nos encontramos trabajando en las ramificaciones de esta situación sin precedentes. Hace tan poco como el miércoles, la Salud Pública de Austin declaró que no existe evidencia científica de que «clausurar SXSW o cualquier otro evento social mantendrá a la comunidad más segura». Sin embargo, esta situación ha evolucionado rápidamente y nosotros honramos y respetamos la decisión de la Ciudad de Austin. Nos comprometemos a poner de nuestra parte para proteger a nuestro equipo, a nuestro público y a nuestros compañeros austineses».

En los últimos días están siendo muchos los artistas o grupos que están suspendiendo o cancelando giras con motivo de la epidemia. También varios festivales han tomado la misma decisión.

The Whitest Boy Alive vuelven una década después como si no hubiera pasado el tiempo en ‘Serious’

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The Whitest Boy Alive fue uno de los proyectos de indie-pop más queridos de mediados de los años 2000 gracias a su delicado sonido y a canciones como ‘Burning’, que cuenta con casi 55 millones de reproducciones en Spotify; ‘1517’, ‘Golden Cage’ o ‘Intentions’. El proyecto paralelo del noruego Erlend Øye de Kings of Convenience junto a Marcin Öz, Sebastian Maschat y Daniel Nentwig editó dos álbumes entre 2006 y 2009 antes de separarse en el verano de 2014.

La banda destacó por sus delicadas melodías de guitarra mucho antes de que conociéramos la existencia de Real Estate o Mac DeMarco, así como por sus composiciones y ritmos de inspiración jazzy y por lo meticuloso de sus producciones. La estética de sus sencillas portadas animadas con fondo blanco y trazo negro reflejaba el espíritu minimalista y adorable pero cargado de significado de su sonido. The Whitest Boy Alive era la típica banda que sin ser masiva alcanzaba un considerable culto de fans que adoraban cada uno de sus pasos.

A falta de que un festival donde no pueden pegar más como Vida les confirme en su programación, y después de ofrecer de hecho sus primeros conciertos de regreso, The Whitest Boy Alive vuelven oficialmente con su primera canción desde 2009. Se trata de una ‘Serious’ en la que Erlend Øye y compañía continúan explorando su fórmula como si no hubiera pasado el tiempo. ¿Habrá disco en camino?

Dua Lipa te enseña aeróbic en el vídeo «entrenamiento» de ‘Physical’

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El éxito de ‘Don’t Start Now’ de Dua Lipa, que sigue siendo enorme varios meses después de su lanzamiento (la canción va cuarta en el chart global de Spotify) se está comiendo un poco el desempeño comercial del siguiente single, ‘Physical’, al que no le está yendo mal (es 39 en el mencionado top), pero quizá no tan bien como se esperaba.

Mientras la cantante británica prepara el lanzamiento del tercer single oficial de su álbum ‘Future Nostalgia’, un ‘Break My Heart’ que samplea ‘Need You Tonight’ de INXS y para el que la artista ya ha rodado un videoclip, la intérprete de ‘New Rules’ sigue apoyando el lanzamiento de ‘Physical’ con un nuevo vídeo en el estilo retro de la canción. Si esta era un homenaje clarísimo al ‘Physical’ de Olivia Newton-John, el nuevo clip para el tema se inspira en los entrenamientos televisados de los años 80. De alguna manera se cierra círculo con el vídeo del remix de ‘New Rules’ de Initial Talk, remezcla que Dua convertía en oficial.

Por otro lado, Dua es noticia por aparecer en un remix de ‘SUGAR’ de la banda de hip-hop y R&B BROCKHAMPTON junto a Ryan Beatty & Jon. El grupo editaba en 2018 el álbum ‘iridescence‘ y en 2019 ‘GINGER‘.

Azúcar Moreno te hacen imaginar que volverán a representar a España en Eurovisión con ‘Pa’ fuera’

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Ana Guerra y Aitana decían «pa fuera lo malo» y Azúcar Moreno dicen «lo malo pa’ fuera». La primera habría sido la gran opción española de Eurovisión en su año de no haber sido por la decisión de enviar una balada, la segunda ya no podrá representarnos en este porque la propuesta de Blas Cantó, que ha sido un fracaso comercial, ya está en marcha.

Es fácil imaginar a Azúcar Moreno representando a España en Eurovisión con ‘Pa’ fuera’. Las hermanas Salazar ya asumieron esta responsabilidad en el año 1990 cuando presentaron ‘Bandido’ en Zagreb, quedando nada menos que quintas pese a su sonado fallo técnico. Y ‘Pa’ fuera’ tiene similitudes con ‘Bandido’: ambas duran exactamente 3 minutos, fusionan el sonido de las hermanas con los ritmos de moda del momento (en el caso de ‘Bandido’, el tecno; en el de ‘Pa’ fuera’, el tropi-pop), suenan por tanto españolas y al la vez internacionales, y son pegadizas. Si ‘Universo’ lo intenta todo lo que puede por gustar, ‘Pa’ fuera’ suena a Azúcar Moreno sin más.

‘Pa’ fuera’ no es ninguna revelación musical y el hecho de que parezca una opción mucho mejor que ‘Universo’ nos deja en muy mal lugar como país participante de Eurovisión. Al margen de su producción actual, la canción suena como llegada 15 años tarde. Pero puestos a mandar cosas que puedan gustar a la audiencia del festival, al menos no suena preocupada por este propósito. Quizá ese sea el truco…

Víctor Coyote: «Dentro de 20 años los intelectuales dirán «qué maravilla aquellos artistas del reaggetón»»

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Víctor Coyote publicaba hace unos días ‘Las comarcales‘. Es su primer disco desde que en 2014 lanzara el disco de versiones ‘De pueblo y de río’, producido por Pablo Novoa (Golpes Bajos, Mastretta, Iván Ferreiro). Este nuevo trabajo es como una extensión amplificada en arreglos del sonido arrabalero y folclórico de aquel trabajo, con los ritmos tradicionales de América (del Sur… y del Norte) como punto de partida. Ritmos latinos en los que el gallego fue pionero al revestirlos de punk allá por los primeros 80, en plena vorágine cultural de lo que se conoce, bien o mal, como la Movida. [Foto: Antonio Alay.]

Le sacamos de un ensayo de los primeros conciertos de presentación de este disco –hoy, 6 de marzo, en la sala Funhouse de Madrid; 12 de marzo, en Sidecar de Barcelona; 13 de marzo, en La Bóveda, Zaragoza– para charlar con él por teléfono sobre este disco, en el que destacan unas letras que equilibran costumbrismo con mensajes políticos y sociales, con referencias a la precariedad laboral, a los falsos autónomos y la crisis medioambiental. Víctor es un conversador fantástico, divertido, expresivo (de ahí el énfasis de las mayúsculas) y ocurrente, al que cuesta seguir el ritmo a veces y que deja un posible titular cada pocos minutos. Pese a que comienza dejando entrever que no sabe si lo que tiene que contar (por su disco) interesará ahora a alguien, al terminar la entrevista la respuesta es evidente.

Se echaban de menos noticias musicales tuyas.
Ya, bueno, he sacado disco hace no tantos años. Debido a mi profesión (Nde: es pintor y dramaturgo), no puedo sacar uno cada año, pero vamos…

Sí, ‘De pueblo y de río’ salió hace 6 años, pero era un disco de versiones. Y de tu último disco de composiciones propias sí hacen 10 años. ¿Qué te mueve para hacer un nuevo álbum de temas tuyos?
Yo siempre tengo cosas que decir, aunque a lo mejor no son muy importantes, pero bueno… El disco de versiones, por otro lado, al ser cosas muy escogidas lo considero bastante mío. Pero sí me apetecía volver a hacer canciones mías, que ya hacía tiempo. Es una cosa que me gusta, no sé si lo necesito o no, supongo que sí, un poquillo. Y no sé si la gente lo necesita, pero procuro ir haciendo cosas que no tienen demasiado que ver con la música que se hace (ahora).

Al hilo de lo que dices, sí que se percibe que, en lo musical, este disco sí es una especie de continuación de ‘De pueblo y de río’…
Sí. Yo he dado unos cuantos bandazos en los discos que he hecho, y me apetecía hacer una cosa más continuista con Ricardo Moreno, sobre todo, con el que llevo bastante tiempo tocando. Pero a la vez no quería hacer una cosa tan cruda, tan mínima de instrumentación como ‘De pueblo y de río’. Quería algo más como de banda. Pero sí es continuista. Hay gente que lo ve como una vuelta a los primeros Coyotes, a ‘Mujer y sentimiento’. Yo no lo veo así, pero bueno, tampoco pasa nada.

‘Las comarcales’ es un nombre muy evocador, que remite a muchas cosas. ¿Por qué lo escogiste?
Primero escribí la canción, y fue primero Ricardo, precisamente, quién planteó que a lo mejor estaba bien ese nombre para el disco. Y de repente, me pareció que sí. Ahora quizá se use más el término «carreteras secundarias» o algo así. Es un poco viejuno, quizá, pero me gusta más ‘Las comarcales’. Igual ha caído en desuso, pero en los pueblos sí se usa lo de «comarcales». Y claro, también hace alusión a que yo he sido más de ir por las comarcales que por…

Las autopistas…
¡Las autopistas del rock! (Risas)

«Sobra viaje. La gente debería viajar menos, soy completamente contrario al turismo… y al viajero»

Es un título que evoca «viaje», al igual que las influencias de música distintos puntos del mundo que suenan en él. ¿Dirías que falta «viaje» ahora mismo?
No, no. Sobra viaje. La gente debería viajar menos, soy completamente contrario al turismo… y al viajero. ¡Soy más contrario al viajero que al turista! Porque el viajero es un tipo que se cree especial, que se cree que «conecta» (Nde: lo dice con retintín) con la gente y con los sitios donde va. El viajero es un turista pedante. O sea, el típico insoportable. Estoy en contra del turismo, sobre todo al de las ciudades. La gente que va a las ciudades se coge un vuelo de diez euros, se come una pizza, se va a ver las estatuas… Y me refiero a los tipos vestidos de Bob Esponja y tal… Y que va a los Starbucks, esas cosas… No entiendo mucho. Soy contrario al viaje. A lo mejor soy más de viaje a Soria, como Gabinete. O mejor dicho, a los sitios que están cerca de donde estás tú y que no conoces. Me parece que se adquiere más conocimiento de eso que yendo a Berlín. (Risas) Berlín no le puede enriquecer a nadie. Esa cosa viejuna, esa cosa de hippies jubilaos… ¿Qué vas a ver ahí? Nada, cero.

O sea que este es un disco más localista que internacional.
Sí, sí… pero los localismos pueden ser también de Madrid, de Barcelona, de Nueva York… Woody Allen es un tipo local, te cuenta las cosas de su pueblo. Yo, por ejemplo, he viajado muy poco por Hispanoamérica. He ido a Argentina, Brasil y poco más. Esa cosa de que la gente del «primer mundo» vaya a un sitio, lo entienda en tres días y te lo explique luego… Hay una soberbia alucinante en eso. Aquí un vasco te dice que tú no puedes conocer la realidad del País Vasco en tres días, pero él se va a Jamaica y vuelve entendiéndolo todo. ¿Pero qué soberbia es esa?

«Dentro de 20 años, los intelectuales, los escritores y los cineastas, que siempre van retrasaos, dirán «qué maravilla de aquellos artistas del reggaeton»»

En la nota de prensa hablas de un término llamativo que es «música cateta». Lo que entiendo que te refieres, con ironía, es a los prejuicios que hay hacia lo popular. Algo que parecía que estaba superado y no lo está.
Hombre, sí. Prejuicios hacia lo popular siempre ha habido y hay: ahora mismo lo popular es el reggaeton y hay un montón de prejuicios. Me refiero a eso, no tanto al folclore, a lo antiguo. Eso es un rollo. Además, dentro de 20 años, los intelectuales, los escritores y los cineastas, que siempre van retrasaos, dirán «qué maravilla de aquellos artistas del reggaeton». Como pasó con Peret, como pasó con María Jiménez, como pasó con Las Grecas… que los consideraban unos horteras de tomo y lomo. ¡Cuando no los consideraban unos cómplices del franquismo! Yo estoy completamente en contra de eso, las cosas hay que disfrutarlas en su momento. Después ya es un postureo.

Pero curiosamente algunos de los artistas jóvenes más interesantes parten del folclore, como Rosalía, Rodrigo Cuevas, Vicente Navarro…
Rosalía me gusta. Rodrigo Cuevas, no me gusta. Rosalía me parece que es personal y es intransferible. Rodrigo Cuevas me parece más Martirio. Y yo esa cosa del POP no la entiendo. El pop es una cosa que murió ya hace tiempo, cuando Andy Warhol. Incluso cuando Andy Warhol vino aquí a la Movida ya era una vieja, y hacía retratos a viejas. Y lo pop y lo kitsch, no me interesan NADA, cero. A mí Las Grecas o el reggaeton me parece hortera, y la horterada es POWER. Lo kitsch es antipower. Tiene como una ironía, una cosa… Rodrigo Cuevas usa toda esa cosa de lo kitsch, que no me interesa nada, porque tiene algo de…

¿Con cierta burla?
Sí, sí. Hombre, Rodrigo Cuevas tiene cosas que están bien, el folclore lo hace bien… pero me parece afectado en la forma de cantar y juega con la cosa kitsch antigua, que es la permitida por la intelectualidad. Pero Rosalía me encanta, tiene burla cero, y no hace pop ni es kitsch.

«Algunos escuchábamos música A PESAR de la dictadura. ¡Y la comprábamos en España!»

No creo que haya duda en calificarte como un pionero en introducir en el pop y el rock los sonidos latinos aquí en España. ¿Qué te parece que ahora triunfe lo latino no solo aquí, sino en todo el mundo?
Bueno, si hablamos de esa cosa de la Super Bowl, de Shakira y Jennifer Lopez, tampoco me interesa demasiado. Eso por un lado. Y por otro, sí es verdad que se me considera un poco… No es que yo inventase lo latino, porque estaba Santana, estaba Barrabás, estaba Elkin y Nelson… Pero sí es cierto que, desde una óptica un poco punk, sí fui el primero en hacer esas cosas. En aquella época estaba mal visto, pero como en cierta forma también lo está ahora. Entonces España salía de la dictadura, es verdad, pero algunos escuchábamos música A PESAR de la dictadura. ¡Y la comprábamos en España! Que por entonces se miraba a Amsterdam, un sitio que ha mantenido el apartheid hasta el año 1992. No sé qué había que aprender de Amsterdam, aparte de que andan en bici porque es muy plana y la tolerancia con los porritos. (Risas) La tolerancia con los porritos también la hay aquí. (Risas)

¿Pero te parece saludable que ahora los sonidos latino estén más aceptados que cuando era, como dices, algo punk?
Sí, me parece bien. Hay artistas que me gustan y artistas que no, hay gente de reggaeton que me gusta y gente de salsa que me parece espantosa. Me gusta Tego Calderón, me gusta la bachata, la música venezolana, me gusta mucho Rosalía… y Rosalía de Castro, también. (Risas) Me parece bien.

Tú mismo mencionas esa analogía de Rosalía y Rosalía de Castro que aparece en el estupendo mapa, realmente bonito, que has creado tú mismo para el disco. En él das de manera bastante clara las influencias, muchas no musicales, que te han sugerido cada tema. Esto de hablar de influencias o referencias incomoda a muchos artistas, pero a ti claramente no…
No, porque para mí decir las influencia, si no son plagio, es un orgullo. Hombre, no creo que George Harrison dijera «mi influencia para escribir ‘My Sweet Lord’ han sido The Chantelles». ¡No podía decirlo! (Risas) Hay cosas que son influencias directas en la canción y otras cosas que son más sutiles. Hay temas que tienen influencias de Buddy Holly en las guitarras o en los arreglos o lo que sea, y luego tiene influencias de Hidrogenesse en ciertas cosas de la letra. Hidrogenesse son uno de los grupos que me interesan mucho por sus letras, por su manera de contar las cosas… Y hay cosas que están ahí que son más de estilo. Por ejemplo he puesto «Eça de Queiroz», pero no me acuerdo ni en qué canción lo puse. Estaba leyendo un libro de él, del escritor portugués, que me gustó mucho y sí que me ha influido, pero de una manera general. Son como cosas indirectas, posos que quedan por ahí.

Hablas incluso de una carretera, por ejemplo.
Sí, hay una carretera comarcal bastante bonita, que es la carretera de Soutelo de Montes a Lalín. La he descubierto hace relativamente poco y de repente, también es una influencia.

«Nadie diría que ‘Pulp Fiction’ es una comedia. Y yo no tengo que ser Vetusta Morla o Nacho Vegas ni los Mojinos Escozíos»

En las letras, que antes mencionabas, hay cierto costubrismo, pero a la vez vas deslizando de una manera sutil, incluso humorística, algunos mensajes político-sociales. ¿Es una premisa tuya?
A mí me gusta mucho cómo hace letras, por ejemplo, Rubén Blades, que es un clásico de la música latina. Pero mira, yo en los años 80 hice un panfleto que se llamaba ‘300 kilos‘. En el cual decía, «hay esta lista de países, me gustan, y milito en estos países: Chile, Bolivia, El Salvador…» no sé qué. Yo, a partir de ahí, panfletos no he vuelto a hacer, porque ya hice uno. Pero a ver, ‘Soy un trabajador, soy un autónomo, soy un artista’ es una letra completamente política de principio a fin. Yo soy un autónomo, con lo cual mi voto es puro, porque nadie me promete nada. Soy un trabajador, porque tengo un determinado posicionamiento respecto a mi actividad… etcétera. Y después hay otras canciones en las que se cuelan cosas, como ‘Nadie se va a quejar’, que habla de un estado bastante placentero en el amor y tal, pero se van colando cosas de la vida. Estoy con mi novia de puta madre, de maravilla, y coges un telediario y dice que en Chile hay un cristo de cojones y en Bolivia no sé qué. Hay muchas películas «serias» o que no son una comedia, en las que se cuelan diálogos muy divertidos. Nadie diría que ‘Pulp Fiction’ es una comedia. Y yo no tengo que ser Vetusta Morla o Nacho Vegas ni los Mojinos Escozíos. De hecho, Nacho Vegas tiene mucho de humor también. Pero… ¿me entiendes?

Sí, sí.
No tengo que optar por ser grupo de chirigota o artista dramático, ¿no? Y además es que me gusta, me gusta porque funciona. Pero sí, hay cosas políticas, ‘Sin guitarras’ es una letra muy política, y «Soy un trabajador», pues también. El que no vea que la gran estafa de la globalización son los falsos autónomos…

Sí, quería hablar de esa canción en concreto, porque habla de la precariedad de los autónomos y también de los artistas. Que es algo que no solo afecta a los que buscan hacerse un hueco si no a todo el estamento, incluida gente que lleva muchos años en esto, como tú.
Sí. Yo desde el punto de vista fiscal no soy un artista, soy un autónomo. Y lo del artista viene también por ese sentido cómico del fontanero que acaba de poner un grifo y dice «¡mire cómo ha quedao, señora, soy un artista!» (Risas) Se juega con esa cosa. Aunque sí, por supuesto que yo también me considero un artista. (Risas)

«¿Qué mierda es eso, una ensalada que necesita una cúpula de plástico para venderse?»

También hay varias pinceladas sobre la crisis medioambiental, sobre todo en ‘Es tarde’…
Sí. Es que a ver, ¡doscientos gramos de plástico protegen una ensalada! ¿Qué mierda es eso, una ensalada que necesita una cúpula de plástico para venderse? Esa ensalada debía estar gravada con un impuesto de lujo, y costar 23 euros. Para que después la gente se considere sana e higiénica. ¡Eso es una mierda! Lo del sobreenvasado me parece alucinante. Los jóvenes, que todo el mundo dice que son tan ecologistas y tal, parece que luego les da miedo comprar un tomate si viene en una bandeja. O aquí en Madrid, que hay unas cosas que llaman bicis, y se llaman ciclomotores, porque ¡tienen motor eléctrico! ¿Qué coño? Eso no es ecológico, o no lo suficiente. O sea, si usted no viajara a China o no fuera al Norte de Italia estos días, ¡sería más efectivo! ¡Quédense en sus putas casas! (Risas) Aparte las grandes corporaciones, con respecto al clima, están intentando que la gente se sienta culpable y que aporte sus nimiedades.

Pero, como decía, a veces lo introduces de forma más velada, como en ‘Nadie se va a quejar’…
Sí, bueno, digo «aquí llenaron de estufas las terracitas / y se gastaron tres millones en lucecitas de Navidad». ¡A mí es que lo de las estufas me parece de lo más alucinante que he visto en mi puta vida! Que hagan lo que quieran, pero… ¡Unas estufas echando gas al aire! No lo entiendo, no lo entiendo… Bueno, lo que decía, es el turismo, y punto pelota. Y que tenemos que viajar todo el mundo para convencernos de que ya no somos clase trabajadora, y resulta que curras más horas que carracuca y ganas un sueldo de mierda. Pues bueno, que te aproveche. Y encima se hacen alardes de ser antiecológicos, que sale el payaso del alcalde de Vigo diciendo que superan a Nueva York y no sé qué, el curita este de los cojones… (Risas) ¡Por favor! ¡Y a la gente le parece muy simpático! De verdad…

«Yo paso de negarme a hablar de que estoy viejo, que «voy al hospital y me hacen unas pruebas que confirman mi edad», como digo en ‘Es tarde'»

Además del amor como antídoto, uno de los temas que veo más recurrente en las canciones es el paso del tiempo. Antes decías «no sé si le intereso a alguien», y me hace pensar en el ageism que muchos artistas dicen padecer. ¿Dirías que tú sufres esa discriminación por no tener 20 años?
No. Yo lo que creo es que debo tener una cierta solvencia cultural, un nivel más alto del que tenía cuando tenía 20 años, decir cosas más interesantes. Eso por un lado. Y por otro, yo creo que el rock como tal está muerto. Ahora estamos en una etapa como pre-rock ‘n roll, como la de Sinatra, en la que ser joven no importaba tanto porque no había una rebelión juvenil. Aunque evidentemente los artistas jóvenes tienen un punch que no tienen los artistas maduros. Pero estos se niegan a hablar de estas cosas. Yo paso de negarme a hablar de que estoy viejo, que «voy al hospital y me hacen unas pruebas que confirman mi edad», como digo en ‘Es tarde’. Y como lo hablo, me dices «tienes interés en el paso del tiempo». Pues no gran interés, pero lo trato. Aparte, odio la figura del persigue-minifaldas, no voy a hacer letras de que estoy en un club y viene una chica… (Risas) No creo en la bohemia, toda esa movida. Eso me parece de ‘Mujeres Hombres y Viceversa’.

«Hubo una historia sobre la Movida, que es falsa, y una contrahistoria, que también es falsa»

Llaman mucho la intención los posters de los conciertos de presentación en Madrid y Barcelona, que has hecho tú mismo, en los que dibujas personajes populares ligados a cada ciudad (en Madrid, aparecen los Gemelos de la Gran Vía; en Barcelona, Eugenio, Joan Brossa y las Hermanas Gilda, de Vázquez).
Bueno, llevo tiempo haciendo posters de los sitios donde voy a tocar, pueden verse todos en mi página web. Y normalmente nunca se centra en mí la ilustración, sino en la ciudad en la que voy a tocar. Me parece más interesante. Como me da corte decir «¡Buenas noches, Barcelona!» o «¡Buenas noches, Aranda de Duero!», pues hago el peloteo desde el cartel, ¿sabes? (Risas)

Para terminar, quería preguntarte por el libro que publicaste unos años, ‘Cruce de perras y otros relatos de los 80’, en el que dabas un poco tu visión de la Movida. Ahora hay una corriente que pretende desprestigiar o desmitificarla como símbolo, y no sé si tienes algo que decir al respecto, tú que lo viviste desde dentro.
A ver, yo lo que creo es… Primero, hubo una historia sobre la Movida, que es falsa, y una contrahistoria, que también es falsa. La historia es «nunca había existido el rock por culpa del franquismo, y ahora como murió Franco, nos hemos liberado». A ver, que venga alguien y me diga qué grupo de la Movida vendío en Europa como vendieron Los Bravos… ¡a pesar de Franco! Que Franco fue un dictador, es indiscutible. Pero que Los Bravos vendieron muchas copias de ‘Black is Black’ y que Los Bravos eran un grupo español durante el franquismo, son dos verdades que no puede rebatir nadie. O sea que eso de que cuando murió Franco hubo una explosión de luz y de color en la música, es una falsedad.

«Nadie dice que Sofia Coppola, a pesar de su marca indeleble, es una pija. ¡Y es lo que es!»

Ahora, la contrahistoria… Decir que todos eran unos pijos y no sé qué, es aparte de falso, descubrir la pólvora. ¿O es que Virginia Woolf era hija de un minero? La mayoría de los intelectuales, en la Historia, no eran hijos de mineros. ¡Vaya descubrimiento que el hijo de Albert Hammond es el de The Strokes! Nadie dice que Sofia Coppola, a pesar de su marca indeleble, es una pija. ¡Y es lo que es! O sea, ‘Lost In Translation’: un actor matao se va a Japón, que le pagan una pasta y está triste. ¡Eso no lo entiende nadie que haya tenido problemas económicos en la vida! (Risas) ¡Claro! Yo tampoco soy hijo de minero, soy un hijo de abogado de pueblo. No pertenezco a una élite, soy de una clase media culturizada. Es evidente que es más fácil que esa gente descubra la cultura que el hijo de un tipo que no tiene libros en su casa. ¿Vamos a descubrir la pólvora si decimos que miles de personas del mundo de la cultura surgen de clases acomodadas? O decimos que no vale eso, y les mandamos a todos a la mierda, o lo aceptamos. Entonces, a mí me parece que la Movida no es ni la historia del PSOE ni la contrahistoria de Podemos. El bloque monolítico de lo que fue la Movida no lo compro yo. Y otra cosa: las autonomías más pijas de España son el País Vasco y Cataluña. ¿Esos son los que hicieron el rock más proletario? Bueno, en fin… (Risas)

Pero esto de acusar a artistas de pijos sigue ocurriendo, a C. Tangana y Bad Gyal se les dice exactamente eso.
Mira, Ripstein, Arturo Ripstein, el cineasta mexicano, decía que solo hacen cine los hipsters pijos, ¡y lo dice el hijo del único productor que había en México en los años 50! ¡Métase la lengua por el culo, señor Arturo Ripstein! Tiene cierta solvencia como director, algunas películas suyas están bien, pero usted no es un progre, no es el hijo de un minero. ¡Váyase a la mierda! Yo tampoco soy un hijo del lumpen, pero en fin…

Veintiuno agrandan su potencial masivo con la balada ‘Parasiempre’ y la bailable ‘Haters’

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Veintiuno están realizando este año una gira acorde al estupendo nivel de popularidad en el que se encuentran tras haber alcanzado las 3 millones de escuchas en Spotify con su single ‘Dopamina’, haber colaborado con Zahara en ‘Tu nombre’y con Alberto Jiménez de Miss Caffeina en ‘Pirotecnia’, y tras haber logrado colocar su álbum de 2018 ‘Gourmet’ en la competitiva lista de streaming española. Se trata de una gira de 18 fechas que arrancó el pasado mes de enero, 6 de las cuales están apoyadas por Girando por Salas. Dentro de esta iniciativa y tras haber actuado en Ávila y Zamora en febrero, Veintiuno visitarán la sala Clan Cabaret de Alicante el 28 de marzo, la sala El Veintiuno de Huesca el 18 de abril, la sala El Picaporte de Hervás (Cáceres) el 8 de mayo y la sala Obbio Trastámara de Sevilla el 9 de mayo.

La razón del éxito de Veintiuno es evidente en una primera escucha de su música, hecha para gustar a fans de grupos de pop-rock que juegan a la electrónica como Miss Caffeina o Varry Brava. Primero desde la autoedición y ahora desde Warner, Veintiuno se han labrado una carrera de banda de pop-rock con potencial masivo, lo cual es más obvio que nunca en el sonido de sus últimos singles, ‘Haters’ y el recién estrenado ‘Parasiempre’ junto a Ainoa Buitrago, y disponible desde hoy viernes.

La primera es una canción con influencias de la música funky y disco que se pega bastante, sin duda la más pop de las publicadas por Veintiuno hasta la fecha, como viene a demostrar ya su título como pensado en búsqueda de la viralización, y que no está dedicado a los «haters» de la banda como puede parecer. En realidad la palabra está integrada dentro de un pasaje más personal: «bésame hasta que los haters se queden mudos». La canción, sobre una chica que pasa del cantante Diego Arroyo aunque sigue viendo sus «stories», incluso admite una meta-referencia al indie cuando menciona a una banda de «mierda» que representa el «cliché del indie medio» al «fabricar himnos de estadio para bares medio llenos». ¿Puede ser esta la canción de Veintiuno que le guste hasta a sus «haters»?

Por su parte, ‘Parasiempre’ es un emotivo medio tiempo de pop acústico que juega con su título para ofrecer unos pegadizos «para para» en el estribillo. La banda la explica así: «Es imposible que un instante dure para siempre, por definición. No tiene ningún sentido. «Parasiempre» nació con el único objetivo de hacer que un momento concreto durara más tiempo que la persona que lo vivió y el ojo que lo vio. Todo el tiempo posible. O imposible. La voz de Ainoa Buitrago fue la pieza que faltaba para que todo terminada de brillar. Cuando escuchamos la letra en su garganta supimos que por fin teníamos la canción».

Escucha lo nuevo de Los Enemigos, U.S. Girls, Yung Beef, BROCKHAMPTON & Dua Lipa, Delaporte & Ximena Sariñana, Biznaga, Anna Calvi…

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Una semana más lidiamos con una abrumadora cantidad de novedades que tratamos de resumir de la mejor manera posible en la playlist «Ready for the Weekend». Hoy se publica una ingente cantidad de nuevos álbumes, comenzando por el regreso de Los Enemigos, ‘Bestieza‘, y continuando con trabajos de U.S. Girls, Jonathan Wilson, Stephen Malkmus, Mandy Moore, Swamp Dogg, Phantogram, Biznaga, Caroline Rose, Cornershop, Kleerup, Roldán, Megan Thee Stallion, un álbum conjunto de Luke Haines (The Auteurs, Black Box Recorder) y Peter Buck (R.E.M.), los debuts del prometedor Honey Harper, Shainny, el dúo REYKO y Mariana Montenegro (Dënver) en solitario, además de EPs de Marem Ladson, los británicos Sea Girls y la promesa Lauren Auder. Y, por supuesto, también tiene cabida el discazo que lanzó Bad Bunny el pasado sábado, ‘YHLQMDLG‘.

También desde hoy descubrimos nuevos temas de Demi Lovato, Triángulo de Amor Bizarro, Austra, DORA, Delaporte & Ximena Sariñena, Lil Uzi Vert, Rina Sawayama, Hinds, Buscabulla, Niños Mutantes, Sonic Boom, Kevin Morby, Pavvla, Adam Green, Little Dragon & Kali Uchis, Kimberley Tell, Louis The Child & Foster The People, Julieta Venegas, Confeti De Odio, Porches, Goa, All We Are, Lido Pimienta, Matt Elliott, Pumuky, Babasónicos, Jessie Reyez, Kiesza, Chico Blanco, The Aces, Camilo Séptimo y un largo etcétera.

Eso sin olvidar que a lo largo de esta semana hemos conocido canciones de Katy Perry, HAIM, Dixie Chicks, Chucho, Róisín Murphy, JARV IS…, Soleá Morente, Damien Jurado, The Lemon Twigs, Empress Of, Alien Tango o Pshycotic Beats.

Además, desde hoy disfrutamos también de un tema que une a BROCKHAMPTON y Dua Lipa (un remix de ‘Sugar’, éxito incluido en ‘Ginger‘), una ruidosa versión de Medalla en la que devoran un tema de Hawkwind, un álbum completo en el que Anna Calvi ha regrabado las canciones de su último disco, ‘Hunter‘, sola o junto a artistas de la talla de Charlotte Gainsbourg, IDLES, Courtney Barnett o Julia Holter, y un EP-extensión de ‘Perreo de la muerte 2‘ de Yung Beef, con temas nuevos repletos de colegas como Kaydy Cain, La Zowi, Goa o El Mini y varios remixes. También, cerca del Día de la Mujer, Taiacore presentan un tema dedicado al empoderamiento femenino y la igualdad al que suman a Rufus T. Firefly, Eva Ryjlen, Penny Necklace, Floridablanca, Yogures de Coco y más.

Escucha la playlist «Ready for the Weekend»

DORA estreno un precioso neo-bolero y cambia de sala hoy en Madrid

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DORA, la hija de Bimba Bosé que tanto ha sorprendido al mundo primero con sus versiones y luego con temas propios como ‘Call Me Back’ (casi 3 millones de reproducciones solo en Spotify), ‘Saving Star’ (1 millón de reproducciones) y ‘Home’, estrena nuevo tema. La nota de prensa especifica que sí, que hay un álbum completo en camino.

Se trata de un bonito bolero llamado ‘Ojos de serpiente’ que viene acompañado de este portadón. Escrito por Dora Salvatore en solitario, ha sido producido por Miguel Barros o, lo que es lo mismo, Pional, que acerca tímidamente el tema a los territorios de James Blake. Sin esos detalles, sería un bonito tema jazzy sobre un amor que ha terminado. «No puedo ni verte (…) lo nuestro es historia» es la conclusión final. Se trata del primero de dos temas que se están preparando y que vendrán acompañados de sendos vídeos, uno producido por Canada y otro de Paco León.

DORA también es noticia porque hoy viernes 6 de marzo actúa en Madrid tras haber agotado entradas hace semanas. El concierto pasa a celebrarse en la sala Bardot Madrid tras haberse anunciado en el Café Berlín. Las entradas están disponibles en WeGow.