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Michael Medrano, un «disco dad» que navega su sexualidad libremente en la irresistible ‘Fluids’

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Michael Medrano es un músico de Los Ángeles que lleva publicando singles desde 2018. Se llama a sí mismo «disco dad» por su estética y estilo musical, que abarca varios sonidos dentro de que es ante todo un artista de música pop. Y aunque este año ha estrenado varios sencillos, hoy nos detenemos en el que puede ser el mejor de todos los que ha publicado hasta la fecha, editado en 2019.

‘Fluids’ es un número de disco-pop minimalista y ultra pegadizo que habla, falsete mediante, sobre la fluidez sexual y de género, haciendo uso del truco de la distorsión vocal para expresar estas ideas de manera bastante orgánica y en el momento de mayor impulso de la canción, potenciando el efecto. Medrano escribió la canción el día después de darse el lote con varios chicos y chicas en una fiesta, y la letra dice «eres demasiado guapo/guapa para estar atrapado en todas esas limitaciones». Sobre la temática, el artista ha dicho: «La sexualidad no es blanca o negra, es un colorido espectro con un montón de intermedios que uno debería poder explorar libremente».

Cuando empieza a quedarse anticuado usar la palabra «queer» para designar un tipo de música como si fuera un género musical (¿recordáis cuando se hablaba de «pop femenino»?), Michael Medrano tampoco se limita a la hora de investigar nuevos sonidos para su repertorio, y si la fina producción disco-funk ‘Do Your Thing’ suena inspirada tanto en Nick Jonas como en Carly Rae Jepsen, la balada ‘Easier’ utiliza filtros vocoderizados a la moda actual y ‘Bump This’ ritmos más cercanos al hip-hop. Todo canciones pop dotadas de una naturalidad muy refrescante, a pesar de sonar hechas a medida para la era de las playlists.

Escucha los «Revelación o Timo»






5 estrenos de series cortas para ver en Netflix, Movistar y Filmin

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El formato miniserie se está imponiendo en las plataformas de streaming. Cada vez menos series tienen más de diez capítulos y se alargan más allá de dos o tres temporadas. Un cambio de tendencia, posiblemente provocado por la (sobre)acumulación de oferta, que resulta muy evidente si lo comparamos con las series que triunfaban hace solo una década. ‘Perdidos’ tuvo seis temporadas, la mayoría con más de veinte capítulos cada una (en total suman 118 episodios). ‘Breaking Bad’ cinco, con unos trece episodios cada una. Y ‘Mad Men’ siete, con también trece capítulos por temporada. Y eso sin hablar de sitcoms como ‘Modern Family’, que acumula once temporadas y 250 episodios.

Además de las ya reseñadas ‘Unorthodox’, ‘Hollywood’, ‘Devs’, ‘Tiger King’ y ‘El visitante’, comentamos otras cinco miniseries destacadas de los últimos meses:

Esta mierda me supera (Jonathan Entwistle)


La nueva serie de Jonathan Entwistle no está al nivel de la anterior, ‘The End of the F***ing World’, pero sigue siendo muy recomendable. El director británico vuelve a adaptar otro cómic de Charles Forsman (publicado el año pasado por Sapristi), utilizando una gramática audiovisual muy parecida: un montaje muy ágil y fluido, heredado de la comedia negra indie de los noventa, acompañado de una omnipresente banda sonora llena de temazos: The Kinks, Prefab Sprout, Pixies, Roxette… y Bloodwitch, una banda ficticia creada para la ocasión (y que suena bastante bien). ‘Esta mierda me supera’ es ligera como el ponche de un baile de fin de curso (son siete episodios de veinte minutos), pero bastante más sustanciosa. Un atractivo cruce entre ‘Carrie’ y un coming-of-age sobre el despertar (homo)sexual femenino, que se beneficia del protagonismo de Sophia Lillis. La prometedora interprete de ‘It’ (2017) encarna a una chica en plena crisis existencial, cuyos “superpoderes” funcionan muy bien como metáfora sobre la inseguridad y la angustia adolescente. 7.
Disponible: Netflix

La línea invisible (Mariano Barroso)

Al presidente de la Academia de Cine le ha sentado muy bien el paso a la televisión. ‘El día de mañana’ (Movistar) fue una de las mejores series españolas de 2018. Y ‘Criminal’ (Netflix), aunque más floja, no tiene nada que envidiar a sus homónimas europeas (en cuanto a la dirección de actores incluso las supera). Su último trabajo, ‘La línea invisible’, vuelve a ser una serie notable. Barroso narra los orígenes de ETA a través del enfrentamiento entre dos personajes, dos símbolos de la España de la época: Txabi Etxebarrieta (un esforzado Àlex Monner), primer líder de ETA en cruzar la “línea invisible” y matar a un guardia civil; y Melitón Manzanas (brillante Antonio de la Torre), jefe de la brigada político-criminal de Guipúzcoa y uno de los mayores torturadores del régimen franquista. Dos sugestivas líneas narrativas que le sirven al director para componer un sobrio retrato de la sociedad vasca de finales de los sesenta, y para exponer las condiciones sociopolíticas y personales (el entorno familiar de los personajes tiene mucho peso) que alumbraron la creación de la banda terrorista. 7’5.
Disponible: Movistar+

Recursos inhumanos (Ziad Doueiri)

A priori, era uno de los estrenos más interesantes de la temporada: una adaptación de ‘Recursos inhumanos’ (Alfaguara, 2017), la excelente novela de Pierre Lemaitre, quien también firma el guión; producida por ARTE; dirigida por Ziad Doueiri (‘West Beirut’, ‘Lila dice’), que venía de ser nominado al Oscar por ‘El insulto’ (2017); y protagonizada por Eric Catona, a quien ya hay que empezar a quitarle la coletilla de “exfutbolista” porque lleva más tiempo actuando -desde 1995- que años estuvo jugando al fútbol. El resultado de esta combinación de talento no defrauda. ‘Recursos inhumanos’ es una estupenda miniserie que mezcla con mucha pericia el drama familiar (las consecuencias materiales y psicológicas del desempleo), el realismo social (la denuncia de los “recursos inhumanos” que utiliza el neoliberalismo) y el thriller empresarial. Al igual que sucedía en la novela, la serie juega muy bien con las expectativas del espectador. A través de una muy hábil dosificación de la información y un sólido desarrollo dramático, el director consigue llevarnos por caminos inesperados sin que (casi nunca) parezca que está tomando desvíos forzados. 7’5.
Disponible: Netflix

Back to Life (Daisy Haggard)

La tarea de Daisy Haggard, una guionista y actriz cómica muy popular en Gran Bretaña, y el director Chris Sweeney, conocido por sus videoclips para Lana Del Rey (‘Young and Beautiful’) o Lily Allen (‘Hard Out Here’, ‘Our Time’), no era nada fácil: sustituir a ‘Fleabag’ en la parrilla de programación de la BBC. ‘Back to Life’ no llega al nivel del último gran fenómeno de la televisión británica, pero casi. Al igual que Phoebe Waller-Bridge, Haggard se mueve de maravilla en el difícil terreno de la tragicomedia. Aquí interpreta a una mujer que regresa a su pueblo tras pasar dieciocho años en prisión. ¿Por qué estuvo tanto tiempo en la cárcel? ¿Cómo va a rehacer su vida? A partir de esos dos hilos narrativos, Haggard va tejiendo una divertida y emotiva historia de redención y segundas oportunidades. Una comedia melancólica como el clima de la costa de Dover donde transcurre la trama (aparecen sus famosos espejos acústicos), pero capaz de arrancarte carcajadas como si estuvieras en un pub con dos pintas de más. 7’9.
Disponible: Filmin

Middleditch & Schwartz (Thomas Middleditch, Ben Schwartz)

Netflix lleva tiempo apostando por los shows de comedia. En su catálogo tiene verdaderas joyas del stand-up. ‘Middleditch & Schwartz’ no es exactamente un stand-up, aunque lo único que veamos sean dos sillas y dos cómicos hablando. Y tampoco una serie, aunque cada uno de los tres capítulos podría ser el argumento de una sitcom. Thomas Middleditch (‘Silicon Valley’, ‘The Final Girls’) y Ben Schwartz (‘Parks and Recreation’, ‘Feliz aniversario’) son los protagonistas de este divertidísimo show humorístico que tiene una particularidad: es completamente improvisado. Los dos cómicos salen a escena, escuchan lo que les cuentan los espectadores, y a partir de ahí improvisan una historia: enredos en una boda, líos en la universidad, o problemas en la búsqueda del empleo ideal. El sentido del humor del dúo es admirable, pero lo es aún más su extraordinaria habilidad para improvisarlo. Aunque ‘Middleditch & Schwartz’ tenga un formato más teatral que televisivo, lo cierto es que funciona de maravilla. 8.
Disponible: Netflix

Viva Belgrado / Bellavista

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Los cordobeses Viva Belgrado no se conformaban (como si fuera sencillo lograrlo) con encasillarse como los grandes abanderados del screamo (con toques de post-rock) español, con cientos de conciertos desarrollados en giras que les han llevado literalmente por todo el mundo presentando ‘Flores, carne’ (2014) y ‘Ulises’ (2016). Lo demostraban con el par de singles publicados en 2018, ‘Epílogo: La cima‘ y sobre todo ‘Guillotinas‘, en los que apostaban por una cadencia próxima al nuevo rap y que descolocaron a sus fans. En realidad este ‘Bellavista’ llamado a culminar ese insospechado volantazo en su carrera tenía que haber llegado antes, pero la salida del grupo de su batería de siempre Álvaro Moreno (sustituido por otro Álvaro, Mérida) les hizo frenar y retrasar su entrada en el estudio.

Imagino que esa minicrisis sería dura para ellos y sus seguidores más fieles, pero cabe pensar que ese lapso para meditar sobre su nueva dirección ha contribuido a matizarla, mejorarla y, en fin, lograr una obra que merece la escucha atenta de un público que antes les hubiera resultado inaccesible. Esto en absoluto supone una renuncia a su pasado, como muestran sobradamente números tan virulentos como ‘Un collar’ –aunque esta sorprenda con un arranque acústico ¡aflamencado!–, ‘Shibari emocional’ o ‘Amapolita Blues’. Pero ese pasado (o la actual visión de él) convive con toda normalidad con una transversalidad que les acerca al pop, y que el genial single ‘Más triste que Shinji Ikari‘ lleva al extremo. Sí, sí, al pop: su aproximación a los códigos del pop urbano (Agorazein son una influencia confesa en él) y el chill-hop, sin apenas guitarras, revela la capacidad del cuarteto para crear melodías que enganchan tanto como los contrastes entre virulencia y calma que les habían caracterizado hasta el momento. En ese sentido, Cándido Gálvez (guitarra y voz) sorprende con un buen registro vocal más allá de su ya contrastada capacidad para el desgañite vivo, y que además emplea en diversos pasajes del disco.

Otro ejemplo es ‘Bellavista’, precisamente, en la que con un perfil más aguerrido insiste en un fraseo próximo al del hip hop pero culmina cada estrofa con un «esta mierda no se puede salvar» cantado con tino. ‘Vicios’ e ‘Ikebukuro Sunshine‘ insiste en esa misma transversalidad estilística, tanto en lo vocal como en lo instrumental, esta vez clavando «creo que esta noche no vamos a acabar muy bien» como un arpón del que tirar y sacudir a su numeroso público. Precisamente esa metáfora, el de una cuerda con (o sin) tensión que les conecta a la audiencia, es la que nutre ‘Una soga‘, el gran corte inicial que ya explica que no estamos ante un disco de Viva Belgrado en los cánones que les unían a proyectos como Nothing, Deafheaven o Touché Amoré: «Me subo al escenario, saludo a la afición / Estoy tirando de la soga pero no hay tensión» canta Cándido con rabia en una letra que ironiza con sus propias miserias y clichés.

«A los que dicen que mis letras les sonrojan / A los que dicen que les he aliviado el corazón / Vivan el vaporwave, los cassettes y el alcohol / ¿Sabéis que nunca dura mucho la satisfacción?» es el primer verso del disco, abriendo la principal veta lírica del disco: la insatisfacción permanente de vivir en la carretera persiguiendo («Al futuro que le jodan, yo qué coño sé / Pienso en dejarlo a menudo pero nunca lo haré») el final de ese arcoiris blanco en un terreno yermo que ilustra la cubierta del álbum. Algo que, a la vez, es «más adictivo que la cocaína», como confiesan en el propio corte titular, que ahonda también en «la relación del artista con las expectativas, los aplausos, el público y el escenario».

Y efectivamente, los textos de Gálvez, como dice él mismo en esa primera frase, se mueven en una delgada línea entre una honestidad que emociona per se e imágenes que te hacen entornar los ojos (un ‘Shibari emocional’, por ejemplo) cuando se pone tan intensito como las primeras canciones de La M.O.D.A. Pero lo cierto es que, aunque ahora entendamos mejor que nunca lo que canta Cándido, lo mejor de ‘Bellavista’ sigue estando en la combinación sus inapelables ganchos y concentrarse en sus peripecias post-hardcore. Un rock intenso y en muchos momentos volcánico, como el brutal final de ‘Cerecita Blues’ o la estupenda ‘¿Qué hay detrás de la ventana?‘, que, como su predecesora ‘Lindavista’, parecen pasos hacia nuevas direcciones. De hecho sus versos suponen una audaz conclusión para el disco, planteando la bajona de dar tanto trabajo por terminado («Ya está, cuatro años para esto»), proyectándose en las posibles reacciones ante él («Que le den al mainstream, también al underground«) y mirando al futuro («Que no nos falten las canciones, / que no nos falten celebraciones, / y que no pasen cuatro años»). Eso, que no pasen cuatro años.

Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Más triste que Shinji Ikari’, ‘Bellavista’, ‘Ikebukuro Sunshine’, ‘La soga’, ‘¿Qué hay detrás de la ventana?’
Te gustará si te gusta: Cala Vento, Touché Amoré, Deafheaven… y no haces ascos a C. Tangana.
Youtube: ‘Bellavista’

Lola Indigo riñe en Twitter con la autora de la portada de ‘Mala cara’, nuevo single con Alizzz y Sen Senra

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Lola Indigo ha anunciado un nuevo single llamado ‘Mala cara’ que verá la luz el próximo 10 de junio. Se trata de un tema producido por Alizzz, quien ya se había encargado de la remezcla de ‘Autoestima’ de Cupido en la que la autora de ‘Akelarre‘ aparece como artista invitada, y que también ha contado con la colaboración del gallego Sen Senra, autor recientemente del álbum ‘Sensaciones‘ y del precioso ‘Nada y nadie‘, que acaba de salir a modo de single suelto.

La portada de ‘Mala cara’ muestra un retrato animado, en estilo anime, de Lola Indigo inspirado en la famosa escena de Sharon Stone en ‘Instinto básico’. Y precisamente esta animación es motivo de que ‘Mala cara’ esté siendo uno de los temas más comentados de la tarde en las redes sociales, ya que su autora, Belén Ortega, ha denunciado en Twitter no haber sido acreditada por Lola Indigo en esta red social (sí lo ha hecho en sus stories), buscando manifestar la invisibilización que pueden sufrir los artistas en estos casos.

En un tuit, Ortega ha expresado que es «una pena que los artistas tengamos que mendigar la acreditación de autoría incluso en gremios hermanos», apostillando que «“Mala Cara” es lo que se te queda». Mimi Doblas ha contestado a la artista en otro tuit público: «siento que te lo hayas tomado así, a las 21:00 cuando tenía que anunciarlo no tenía tu @ porque no me lo dieron, tuve que pedirlo y las personas que trabajan en artístico no están disponibles 24 horas, te etiqueté cuando me contestaron». En otro mensaje, Ortega ha contradicho a Doblas, escribiendo: «Claro que sabía el autor. Por favor, no insultemos la inteligencia de nadie, que he estado en contacto con ellos por más de un año». Lola Indigo finalmente ha etiquetado a Belén Ortega en un tuit individual.

‘Mala cara’ será el sucesor de ‘4 besos‘, el éxito de Lola Indigo con Rauw Alejandro y Lalo Ebratt, que acaba de ser certificado con el Disco de Platino y pronto alcanzará los 40 millones de streamings entre Youtube (audio y vídeo) y Spotify.

El virus de ‘La Macarena’ rebrota en una manifestación contra el racismo en Atlanta

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El patrón es el siguiente: el mundo vive un momento histórico y Los Del Río vuelven a ser noticia. ¿Coincidencia? Primero fue el florecimiento de ‘Resistiré’ en las listas de éxito de los balcones españoles (y también en la oficial) provocado por la cuarentena, y ahora ha sido la revolución antirracista surgida en Estados Unidos tras el asesinato a manos de la policía de George Floyd y Breonna Taylor, entre otros, la que ha devuelto a Los Del Río a la primerísima plana de la actualidad.

El motivo es un vídeo grabado en las calles de Atlanta que se ha viralizado rápidamente por motivos obvios. Este vídeo muestra al equipo de la Guardia Nacional de los Estados Unidos de Atlanta bailando ‘La Macarena’ de Los Del Río junto a algunos manifestantes, y con la canción sonando de fondo, en un momento de relajación muy diferente a la tensión vivida en los últimos días en el país norteamericano. Una estampa, la del vídeo, graciosa o que da bastante miedo, dependiendo de a quién preguntes.

Mientras esperamos a que Los Del Río comenten este nuevo viral que sumar a su lista de logros recientes, no está de más recordar que la verdadera autora de la coreografía de ‘La Macarena’ es Mya Frie, una mujer afroamericana, oriunda de Nueva York, y no el dúo sevillano integrado por Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones.


Viva Belgrado traspasan barreras con ‘Más triste que Shinji Ikari’… ¿sin vuelta atrás?

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Shinki Ikari es uno de los personajes protagonistas de ‘Neon Genesis Evangelion’, una de las series de anime más célebres dentro y fuera de Japón. Un joven piloto taciturno y melancólico que combate una invasión de monstruos alienígenas solo por buscar la aprobación de su padre, comandante de su escuadrón militar con el que mantiene una relación difícil tras la muerte de su madre. Esa «tristeza» inherente inspiraba un simil a Cándido Gálvez, guitarrista, cantante y letrista de Viva Belgrado, que pone título a la canción más sorprendente y revolucionaria (para sus estándares) en la carrera del grupo cordobés.

‘Más triste que Shinji Ikari’ era el primer adelanto de ‘Bellavista’, tercer disco del cuarteto y segundo en el sello Aloud Music. Un giro al pop contemporáneo, con guiños al hip hop en lo lírico –»soy fan declaradísimo de Agorazein y también me apetecía jugar un poco a ser ellos», decía Gálvez a Mondo Sonoro– y al chill-pop de Omar Apollo, Men I Trust o boy pablo en lo musical. Que, desde luego, poco tiene que ver con la escena post-rock y screamo en la que han triunfado Viva Belgrado, con una reputación internacional que les ha llevado a actuar por todo el mundo… incluyendo México y Tokio –está claro que tienen fijación por el país nipón y su cultura–, lugares que se mencionan en el irresistible estribillo de esta canción.

Una canción que habla, pese a su tono relajado, luminoso y hasta bailable, de un anhelo inalcanzable en forma de relación frustrada por la distancia que imponen las giras. Pero, con cierto sarcasmo, el protagonista no parece dispuesto a abandonarla por nada, aunque diga que sí con la boca chica: «Sabes a qué santo rezo, que me gusta el exceso / Si me lo pides juro que lo dejo / Libros, aviones, mixtapes, licores / Volver a cagarla y contarlo en canciones». ‘Más triste que Shinji Ikari’ es, por mucho, la canción más escuchada en plataformas de streaming de ‘Bellavista’, y también la más alejada en estilo al resto del álbum. Porque ni mucho menos han dejado atrás esa tensión y furia que destacaba en sus primeros discos ‘Flores, carne’ y ‘Ulises’: en realidad, el rock poderoso y el desgañite máximo de Cándido capitalizan todo ‘Bellavista’.

Pero también es verdad que las barreras que han traspasado con esta canción difícilmente tienen vuelta atrás: en Spotify la canción ha crecido gracias a su presencia en playlists de indie donde suenan junto a Hinds, Cariño, Cupido o Rosalía, donde en absoluto desentona. Independientemente de la aceptación que esta dirección melódica pueda tener en su público habitual –que es evidente que ha respondido, a tenor de sus buenas cifras en plena pandemia–, esto les ha hecho llegar por primera vez hasta un público que, si bien cabe la posibilidad de que disfruten de otros temas de ‘Bellavista’ como el tema titular o ‘Ikebukuro Sunshine’, también puede esperar más de esto en el futuro. Nosotros desde luego lo hacemos.

Lo mejor del mes:

The Guardian selecciona los 100 mejores singles número 1 de la historia de Reino Unido

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The Guardian se ha entretenido durante la cuarentena haciendo un repaso a los mejores singles número 1 de la historia de Reino Unido. El resultado es una lista de 100 canciones coronada por ‘West End Girls’ de Pet Shop Boys, un «embriagador chute de lujuria, ingenuidad, música disco y opacas referencias a Lenin» que «casi hizo a Dusty Springfield estrellar su coche la primera vez que lo escuchó».

La lista sirve al medio británico para actualizar un «ránking» compuesto principalmente por canciones conocidas por todo el mundo con hits relativamente recientes en el tiempo como ‘New Rules’ de Dua Lipa (94), ‘Funky Friday’ de Dave y Fredo (80), ‘thank u, next’ de Ariana Grande (60), ‘Bad Romance’ de Lady Gaga (42), ‘Call Me Maybe’ de Carly Rae Jepsen (20) y ‘Old Town Road’ de Lil Nas X y Billy Ray Cyrus (19).

El resto del top 10 es ultra-nostálgico, quizá porque los verdaderos clásicos solo se consolidan con el paso del tiempo, y está formado por ‘Ghost Town’ de The Specials, ‘She Loves You’ de los Beatles, ‘I Feel Love’ de Donna Summer, ‘You Spin Me Round (Like a Record)’ de Dead or Alive, ‘Billie Jean’ de Michael Jackson, ‘Don’t You Want Me’ de The Human League, ‘Firestarter’ de The Prodigy, ‘Dancing Queen’ de ABBA y ‘Heard it Through the Grapevine’ de Marvin Gaye. Sí, la canción más joven del top 10 tiene 24 años. Como curiosidad, una canción bastante olvidada en España, pero que inspiró ‘Dancing Queen’, es ‘Rock Your Baby’ de Bobby McRae, que aparece en el número 22.

Otros grandes números 1 británicos presentes en la clasificación on ‘Nothing Compares 2 U‘ de Sinéad O’Connor (12), ‘Wuthering Heights‘ de Kate Bush (14), ‘Can’t Get You Out of My Head’ de Kylie Minogue (17), ‘It’s Not Unusual’ de Tom Jones (33), ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen (46), ‘Setting Sun’ de Chemical Brothers con Noel Gallagher (49), ‘All the Things She Said’ de t.A.T.u. (54), ‘Killing in the Name’ de Rage Against the Machine (72), ‘Freak Like Me’ de Sugababes (2002) o ‘It’s Over’ de Roy Orbison (96). No, ‘Wonderwall’ de Oasis no fue número 1: se quedó en el 2.

‘Mrs. America’: Cate Blanchett como anti-heroína de una ERA que no tiene fin

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Casi tres meses después del 8M, este sigue ocupando titulares y cabeceras en los diarios de nuestro país. La virulencia con la que el establishment ataca al feminismo desde las más diversas esferas dice algo muy claro: las mujeres lo están haciendo bien. El patriarcado ve cómo se resquebrajan su dominio y sus privilegios, cómo un mensaje de igualdad está calando en nuevas generaciones, y ataca con todo lo que tiene. Pero no hay que ser demasiado optimista, porque la Historia ya ha mostrado cómo el machismo ha logrado desmoronar el castillo de naipes justo cuando faltaba la última carta. Ese momento exacto que retrata la miniserie de FX/Hulu ‘Mrs. America’ –emitida en España por HBO– y deja un mensaje duro: «aun hoy, sigue quedando mucho por hacer».

Dahvi Waller –experimentada guionista y productora de series como ‘Mujeres desesperadas‘, ‘Mad Men‘ o ‘Halt and Catch Fire‘– y el tándem formado por Anna Bodden & Ryan Fleck –’Half Nelson, ‘Capitana Marvel’– en el guión y dirección, respectivamente, son los principales responsables de plasmar esta historia. Historia que detalla, con un diseño de producción espectacular y suma precisión (a veces tanta que abruma, con diálogos que parecen dar por hecho que aquí conocemos tan bien como en Estados Unidos determinados hechos históricos), la vida de la Enmienda por la Igualdad de Derechos que distintos movimientos feministas trataron de hacer llegar a la constitución estadounidense en los años 70 y que, sorpresa, a día de hoy todavía no ha llegado a hacerlo. Y eso que tenían a la mayor parte de la sociedad y la clase política (los presidentes Johnson, Nixon y Carter, de distintos signos políticos, apostaban por acercarse a estos movimientos sociales e incluyeron comisiones de asuntos de la mujer en sus gabinetes) de su parte… o eso parecía.

Un solo aparentemente común y dócil ama de casa de Illinois, Phyllis Schlafly, esposa de un reputado abogado de St. Louis con aspiraciones políticas en el Partido Republicano y madre de seis hijos, se convirtió en el mayor azote del feminismo, un icono para los conservadores que consiguió aglutinar a la América más reaccionaria. Ella es, en realidad, la «heroína» de la historia que nos cuenta ‘Mrs. America’, interpretada magistralmente por una verdaderamente espectacular Cate Blanchett –que se prepare el resto de candidatas a los Globos de Oro y Emmy: todo apunta a que se los llevará de calle–. Pero los nueve intensos episodios de esta miniserie son mucho más que una mera biografía de Schlafly, de sus rivales –figuras históricas del feminismo como Bella Abzug, Gloria Steinem, Shirley Chisholm, Betty Friedan o Jill Ruckelshaus, interpretadas por un reparto brutal, con Rose Byrne, Elizabeth Banks, Margo Martindale y Tracey Ullman a la cabeza– o del camino que vivió la llamada ERA. ‘Mrs. America’ son, en realidad, historias de mujeres.

Historias entrelazadas con enorme habilidad narrativa que, por descontado, retratan a la perfección una época convulsa y llena de cambios, previa a otra –la de las administraciones Reagan y Bush padre– de tanta estabilidad (no siempre para bien) como rigidez moral. Pero que sobre todo hablan de vidas de mujeres, de feminismo desde un punto de vista humano y emocional, por encima de connotaciones políticas e históricas. De hecho, en el soberbio penúltimo capítulo ‘Houston’, pese a estar ambientado en una crucial convención feminista, el peso argumental y escénico está en la evolución personal y emocional de un personaje ficticio pero fundamental, Alice Macray (una Sarah Paulson estratosférica). Un perfecto preámbulo a un capítulo final también fabuloso.

Pero si hay algo importante en ‘Mrs. America’ son las lecciones que da, a diestra y siniestra, a hombres y mujeres. Para empezar, retrocediendo y plasmando las luchas cainitas dentro del feminismo, deja constancia de cuán importante es la transversalidad y la búsqueda de puntos comunes por encima de las diferencias a la hora de conseguir una victoria global (algo que su contrincante moral supo hacer muy bien, y sin escrúpulos). Para seguir, con el singular retrato que los creadores de la serie y Blanchett hacen de Schlafly, que a veces las apariencias engañan y que detrás de una figura tan conservadora y retrógrada como ella, no había otra cosa que una mujer que luchó por sus objetivos se opusiera quien se opusiera, incluidos los hombres. Por contradictorio que suene, Phillys queda retratada como una mujer tan feminista como las demás (normal que a su prole no le haya gustado un pelo esa imagen, por otra parte). Y, por último una lección que tristemente sigue vigente, más que nunca: parafraseando y retorciendo a Hobbes, el hombre es un lobo para la mujer. 9.

Buscando el mejor disco de Lady Gaga

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‘The Fame Monster’ ha sido votado como mejor disco de Lady Gaga por la redacción de JENESAISPOP. Raúl Guillén defiende el álbum que contenía ‘Bad Romance’, ‘Telephone’ junto a Beyoncé y ‘Alejandro’: «Beneficiado claramente por su concisión, el apéndice del debut de Germanotta fue en realidad el disco que dio su medida como artista global. Más allá del hype en el que supo envolver este lanzamiento, apenas ‘Teeth’ (y también tiene su gracia como referencia de su diversidad de influencias, en este caso jazz-blues) baja un poco el listón en una sucesión de grandes temas pop que marcaron época». Sebas E. Alonso añade: «El lanzamiento del vídeo de ‘Telephone’ es un punto de inflexión en la carrera de Gaga como ya lo había sido el de ‘Paparazzi’: realza la canción y a su vez ‘Bad Romance’, que poco a poco dejaba de ser para siempre la segunda parte de ‘Poker Face’ que parecía en principio. No fue un número 1 directo, sino más bien un «grower» por este motivo. El fuerte de Lady Gaga en aquella época de dominio mundial eran las espectaculares performances, los asesinatos y minusvalías en los vídeos, la sangre, los cristales rotos, los pechos con fuegos artificiales, las caras de asco y las versiones de su repertorio al piano. Hay algo que trasciende lo que encontrábamos en los discos en sí y el vídeo de ‘Telephone’ es la sublimación de la mejor Gaga».

En 2º lugar queda ‘Chromatica’, nuestro «Disco de la Semana» y desencadenante de este artículo, que recibe votos muy regulares. Hace unos días publicábamos: «Este no es un disco de rock, pero sí visceral y no se ha querido pulirlo ni refinarlo: la artista nos está llevando a un “país de las maravillas” imaginario en el que desmadrarse y olvidarse de todo, como invita el estupendo corte ‘Alice’ en la apertura. Un lugar donde hay igualdad, reina la paz y las coreografías no son una dictadura sino freestyle. Sin baladas y alrededor de los 120 BPM’s en todo momento, el álbum se entrega al house y al techno de finales de los 80 y principios de los 90, paleta que no había sido exprimida en los números más populares de su discografía, más bien orientada al electropop. Sus referentes concretos son los infravalorados «one hit wonders» de 1992″.

El tercer lugar es para ‘The Fame’, antes de la reedición. Dice Raúl Guillén: «Sorprendentemente, el primer disco de Gaga ha envejecido la mar de bien, teniendo en cuenta que era bastante esclavo de su tiempo, la era del electro llevada al pop masivo. O precisamente por eso, porque en el ciclo de tendencias quizá llega el momento de reivindicar el electroclash. El caso es que, al margen de su acabado estético, ‘The Fame’ tiene una consistencia notable más allá de los singles principales –ya la querrían para sí ‘Born This Way’ o ‘ARTPOP’–, con temas como ‘Beautiful, Dirty, Rich’, ‘Money Honey’, ‘I Like It Rough’ o ‘Brown Eyes’ que son bastante más que meros fillers».

En el 4º puesto termina la -relativa- unanimidad y empiezan las diferencias. Sucede con ‘Born this Way’, favorito por bastante de Jordi Bardají: «Cuando Lady Gaga prometió que ‘Born this Way’ sería el «mejor disco de la década» hizo gala de lo que mejor se le da: creer en sí misma. En pleno 2020, puede que ‘Born this Way’ no sea el disco más importante de la década, pero sí puede considerarse uno de ellos, al menos a nivel comercial y mediático. ‘Born this Way’ es la sublimación de Lady Gaga en su obra magna: un disco que cruza dance-pop y electrónica con su pasión por el rock duro de Metallica o Judas Priest, tan excesivo como su propia autora, dotado de una producción guarrísima que le está enseñando la peineta a las convenciones de la industria, y estéticamente siniestro, oscuro y asqueroso en el mejor de los sentidos. Es el disco en el que Lady Gaga se convirtió en el «monstruo» sobre el que había estado cantando. El single principal es un clásico a pesar de lo mal que ha envejecido, el segundo discutible a pesar de su espectacular videoclip, pero lo demás es estelar: ‘The Edge of Glory’ es una de sus canciones más emocionantes, ‘Scheisse’ un pepinazo electro histórico, ‘Marry the Night’ pura euforia pop, ‘The Queen’ su bonus track más infravalorado, y ‘Heavy Metal Lover’ su composición más mágica a pesar de su título. Todas las canciones de ‘Born this Way’, desde la enérgica ‘Hair’ hasta la dramática ‘Yoü and I’ pasando por la gamberra ‘Government Hooker’, contribuyen a crear un álbum icónico cuya consistencia, en mi opinión, Gaga nunca ha igualado. Hasta la portada es una genialidad».

Sebas E. Alonso difiere: «‘Born this Way’ crea un cisma, vendiendo la mitad que el anterior entre la melodía feísta de ’Judas’, el vídeo autodirigido por Gaga para ‘The Edge of Glory’ y el clip de un cuarto de hora para ‘Marry the Night’ que nadie pidió. Es la antesala de la hecatombe comercial que será ‘ARTPOP’, aunque nadie en Haus of Gaga se atreva a dar la voz de alarma. Por otro lado, a la larga y tras leer el análisis de Céline Dion que se hace en el libro ’Música de mierda’, he llegado a la conclusión de que mi problema con este disco es una cuestión estética, educacional y un tanto generacional: aquellos que crecimos machacados por la idea de que el AOR, Bon Jovi y Poison eran lo peor, tenemos graves dificultades para disfrutar de esta producción tan saturada y deliberadamente marrana. Uno de los pocos temas que se salvan se llama “Mierda”. En alemán, pero “mierda” al fin y al cabo. Por alguna razón carezco de este gen emo-metalero».

En 5º lugar queda ‘ARTPOP’, en cuya reseña original Raúl Guillén decía que «ofrece algunas muestras de que Stefani Germanotta tiene una gran aptitud para componer buenas melodías y, en ocasiones, convertirlas en canciones decentes», pero también que «se debate entre buenas ideas mal dispuestas y peor desarrolladas y los fistros más infumables a los que nos hayamos enfrentado (…) como ‘Jewels ‘N Drugs’, ‘MANiCURE’ y ‘Swine'». Sebas E. Alonso defiende este álbum de 2013: «Si hay un disco infravalorado de Lady Gaga, sin duda es este. Si quitas la mitad de los 15 temas, queda una cosa casi tan chula como ‘The Fame Monster’ o como ‘Chromatica’. El vídeo de ‘Applause’ es oro, ‘Do What U Want’ sigue siendo la mejor producción de la artista pese al asunto R Kelly, La Boite pasó años cerrando con ‘Gypsy’ por una razón y ‘Dope’ es la mejor balada de la artista hasta la llegada de ‘Shallow’. ‘Venus’, además de un divertidísimo paralelismo entre «Venus» y «penis» y «Uranus» y «your anus», tiene uno de los mejores estribillos de toda la carrera de Lady Gaga. Ningún estribillo de ‘Chromatica’ es tan bueno como el de ‘Venus'».

Finalmente, la Gaga más adulta queda en las tres últimas posiciones. Pablo N Tocino es firme defensor de ‘Joanne’: «Entre las críticas a ‘ARTPOP’ y las alabanzas a ‘Chromatica’, ‘Joanne’ pasa más desapercibido, pero es un disco bastante digno. Contiene su mejor/peor lead-single y grandes canciones tanto en el giro folk-rock (‘Joanne’, ‘Diamond Heart’ o ‘Grigio Girls’) como en los momentos petardos (‘John Wayne’, ‘Dancing in circles’), además de ser aquí donde comienza su renacer comercial con ‘Million Reasons’. ¡Hay hasta dueto con Florence!».

En 7º lugar queda ‘Cheek to Cheek‘ con Tony Bennett, que en su momento fue reseñado y defendido como «una bonita curiosidad» por nuestro colaborador Jaime Cristóbal: «Quienes quieran sacarle punta a este disco pincharán en hueso: Gaga resulta impecable y está en excelentes manos. Si artistas con habilidades vocales tan justitas como Robbie Williams salieron más o menos indemnes de sus experimentos con el swing, este disco no merece la menor pega. De hecho, en comparación, Gaga debería salir por la puerta grande. Hay que tener en cuenta que Tony Bennett es muy cuidadoso en sus elecciones y que en una carrera de siete décadas sólo había grabado otro disco a dúo con una cantante femenina, alguien por cierto también procedente de fuera del mundo del jazz: k.d. lang y su muy interesante colección de canciones de Louis Armstrong a dúo, ‘A Wonderful World’ (2002)».

Y en último puesto encontramos la banda sonora de ‘Ha nacido una estrella’. A Jordi Bardají, esta Gaga no le interesa nada: «Puede haber 100 personas en una habitación y solo necesitas que una crea en ti». ¿Seguro que esa única persona es la que NO está equivocada, Stefani Joanne Angelina Germanotta? Lady Gaga divirtió al mundo repitiendo esta frase hasta la saciedad en las ruedas de prensa de ‘A Star is Born’, e igual de trillada sonaba su banda sonora. Gaga ya aburrió al rebaño con aquella colección de canciones de fondo para las cafeterías que es ‘Cheek to Cheek’, y más tarde con el papel de estrella folk/country de ‘Joanne’, como performance, sin duda la menos creíble de toda su carrera; pero en ‘A Star is Born’ dio un paso más allá en su cruzada por sonar lo más conservadora y acomodada posible. Sí, ‘Shallow’ fue un macrohit -muy a mi pesar, que quede claro- y ‘A Star is Born’ era un «remake» de un musical clásico, pero quien busque en la música pop algo más que recreaciones sobadísimas de glorias pasadas (‘I’ll Never Love Again’ suena como una antigualla de Whitney Houston, y prefiero no preguntarme qué diantres es ‘Hair Body Face’), no puede tomarse esta banda sonora en serio. ¿Por qué aportar algo mínimamente fresco e imaginativo a una obra que ya gusta a las masas?, se preguntaría la artista en las sesiones de grabación. Hay que aplaudir que Gaga haya querido diversificar su público y, si con ‘Cheek to Cheek’ la vimos actuar junto a Tony Bennett en el festival de Pedralbes de Barcelona (y qué suerte, porque mirándolos en la portada del disco juraría que están muertos), en ‘Joanne’ se animó a colaborar con Tame Impala en la atroz ‘Perfect Illusion’, con Florence Welch en la simpática ‘Hey Girl’… y también a publicar la enésima copia de los Beatles que nadie necesitaba (‘Come to Mama’). De hecho, la única que me mueve algo en las entrañas es ‘Sinner’s Prayer’. Sin embargo, ninguna de estas facetas clásicas de Gaga será nunca tan interesante como las exploradas por la artista en sus otros proyectos, no solo musicalmente, sino también y, sobre todo, a nivel estético y de expresión de género. La gran arma de Gaga siempre ha sido la transgresión, y cuando ha decidido retroceder 40 años en el tiempo, su música se ha vuelto mucho peor».

El álbum recibió, en cambio, solo reseñas positivas, incluida la que Sergio del Amo publicara en su momento en nuestro site: «El gran triunfo de ‘A Star Is Born’ está en un Cooper que sorprende para muy bien como cantante y una Gaga que, como ya hiciera en ‘Joanne’, sigue luchando por dejar atrás su pasado de pop star para mutar en una rutilante estrella disfrutable para todos los públicos». Algo que conseguiría con el que puede ser el mayor éxito de su carrera, ‘Shallow’.

¿Cuáles son tus 3 discos favoritos de Lady Gaga?

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Jordi Bardají Pablo Tocino Raúl Guillén Sebas E. Alonso Ránking
The Fame (2008) 7,5 6,5 7,5 6,5
The Fame Monster (2009) 7,2 8,8 8,2 8,5
Born This Way (2011) 8 8 6,6 4,5
ARTPOP (2013) 6,8 7 6 7
Cheek to Cheek (2014) 4 7,2 6
Joanne (2016) 5 7,7 6,3 6
A Star Is Born (2018) 3 6,8 7 5
Chromatica (2020) 7,4 8,3 8 8

‘This Is America’ de Childish Gambino y ‘Alright’ de Kendrick Lamar, grandes virales del «Blackout Tuesday»

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No hubo apagones significativos en las plataformas de streaming durante este “Blackout Tuesday” en el que los artistas invitaron a un apagón generalizado. De hecho, más gente escuchó el martes en Spotify el número 1 mundial, ‘Rockstar’ de DaBaby con Roddy Ricch (5,4 millones de reproducciones), que la que lo había hecho el lunes (5,1 millones).

Lo que sí podemos decir es que dos canciones antiguas resucitaron este martes en homenaje a George Floyd, el último americano de raza negra que ha muerto debido a la brutalidad policial. Una es ‘This Is America’, un crudo retrato de la brutalidad policial publicado por Childish Gambino en mayo de 2018 y cuyo vídeo era criticado por herir sensibilidades, aunque no tanto como las de la propia realidad, como se está viendo. La canción ya fue número 1 en Estados Unidos, apareció en la mayoría de las listas de lo mejor de aquel año y su letra, que menciona a la «policía» y habla de «guerrilla», está siendo revivida por las protestas en el país. El tema volvía al top 7 del global de Spotify el pasado martes, siendo top 2 en Spotify Estados Unidos.

El otro gran viral esta semana con motivo de las protestas ha sido ‘Alright’ de Kendrick Lamar, número 11 en el Spotify de Estados Unidos y número 26 en el global el mismo martes. La canción incluida en ‘To Pimp a Butterfly‘, el disco de 2015 del artista, contaba con un estribillo de ánimo a cargo de Pharrell, muy claro («Nigga, we gon’ be alright / Nigga, we gon’ be alright») y varias frases de Lamar que vienen a este caso o al de decenas de asesinados anteriormente, como «el homicidio te mira a la cara», «nos han hecho daño antes», «nuestro orgullo ha estado muy abajo», «quieren matarnos en la calle» y «mis rodillas flaquean y mi pistola puede estallar, pero estaremos bien».

1500 personas se conectaron al concierto online de Los Punsetes… ¿puede sentar un precedente?

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Los Punsetes actuaron el fin de semana pasado en Madrid, pese a que la ciudad aún estaba -y está, hasta el lunes 8 de junio- en fase 1. Las condiciones que se dieron, teniendo en cuenta la pandemia del coronavirus, fueron muy peculiares: solo se permitió asistir a unas 30 personas en la Sala Moby Dick, con capacidad para 250, y guardando la distancia de seguridad gracias a unas señales en el suelo.

Pero el gran enigma del concierto no era si habría ropero, tenderete de mascarillas por si la tuya se te caía al suelo, o tendrías que beber (el agua, lo único disponible) de una pajita, sino si la gente aprovecharía la oportunidad de ver el show online, pagando los 8 euros que costaba verlo desde casa. Mushroom Pillow, última discográfica del grupo madrileño, ha publicado esta semana los resultados: hubo según la nota de prensa «más de 1500 espectadores online, conectados desde 15 países en un streaming de imagen y audio de alta calidad inédito hasta el momento».

La misma nota de prensa promocional de la iniciativa es optimista cuando asegura «que abre las puertas a nuevas posibilidades en el futuro», aunque apunta con reservas que este «gran éxito desgraciadamente no significa en absoluto que la industria del directo se esté recuperando». En efecto, las 1500 personas que se conectaron para ver el show online pueden parecer muchas en tanto que no deja de ser el aforo de una Joy Eslava, solo que desde casa, gracias a que el público potencial pasa de lo local a lo mundial. Lo mismo podías verlo desde Madrid con tus compañeros de piso o pareja que desde el aburrimiento de tu exilio medio confinado como Erasmus en Italia, que después de comer en México. Se abre, por tanto, un «mundo» de posibilidades.

Por otro lado, el éxito de una gira se basa en ir cambiando de ciudad, es decir, de público, de concierto a concierto. De estas 1500 personas que ven un concierto concreto online, es posible que muy pocas repitan para el siguiente concierto online del mismo grupo presentando el mismo disco. Quizá Los Punsetes, conejillo de Indias en este experimento, puedan atraer a una parte de su público potencial que no pudo verlos online el sábado pasado, ¿pero así cuántas veces? ¿Las 70 veces que se repite un concierto de la misma gira?

Por suerte o por desgracia, los conciertos son una experiencia esclava del sentir del directo; por suerte o por desgracia un evento en el que socializar, beber y estar dando botes con tus amigos. Ver un DVD o un Youtube con un directo de calidad desde tu casa parece un ejercicio para «hardcore fans», cuando la industria musical se alimenta por supuesto de estos, pero en última instancia depende sobre todo del público generalista y casual. Es a este al último al que imagino pagando por ver un set desde casa, y más el mismo, varias veces. Como experimento y pasatiempo, estos conciertos online son una curiosidad que hay que aplaudir, y seguramente algún artista sea capaz de hacer historia al respecto con algún set bien montado y con medios, pero si la industria musical no va a volver a ser la misma hasta que haya una vacuna contra la covid-19, y dada la dependencia de los últimos años de la música en vivo, va a tener que ser a través de una idea mucho más revolucionaria que esto, una que ahora ni siquiera imaginemos. Algo que marque un antes y un después como lo hizo Spotify, y a poder ser cuidando más los ingresos de los artistas.

Nacho Vegas repasará diez años de «marxophonismo» en ‘Oro, salitre y carbón’

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Cerrada ya la etapa ‘Violética‘, extenso álbum que le mostró en la mejor forma posible, Nacho Vegas da inicio a una de transición hacia el futuro. Lo hace, precisamente, con una actualización de un tema de su admirada Violeta Parra, que ya inspiraba el título de su último disco de estudio: se trata de ‘Arriba quemando el sol’, una canción en la que la malograda cantautora chilena reflejaba el impacto que le produjo comprobar de primera mano las condiciones laborales de los mineros de La Pampa. Algo que sin duda habrá hecho clic (o «crack») en el asturiano, habida cuenta de la situación de la industria minera en su tierra. Así lo refleja en nota de prensa:

«Sirvan esta canción y el vídeo que la acompaña como humilde homenaje a todo lo que significó la mina para mi tierra, sin olvidarnos de las gentes de León, Andalucía o Copiapó (Chile) y de tantos otros rincones del planeta que le arrancan a la tierra el material con el que se construye el mundo al tiempo que le arrancan a sus vidas sacrificios y sufrimientos, pero también las visten con el inquebrantable orgullo de clase de hombres y mujeres que han vivido la mina. Aunque este tema rinde tributo de algún modo a esa parte de la clase obrera, no es una canción política en sí misma. Es una canción sobre la negrura de la vida».

Parece lógico, pues, que su clip oficial se haya compuesto a base de potentes imágenes prestadas por la fototeca del Muséu del Pueblu d’Asturies (Xixón) y el Archivo Histórico Minero. Esta versión, con claros tintes Velvet Underground en las guitarras, fue registrada en el estudio de Edu Baos (León Benavente) por Vegas Abraham Boba, Luis Rodríguez, Joseba Irazoki, Manu Molina y el propio Baos, que conforman de hecho su banda habitual de directo. ‘Arriba quemando el sol’ adelanta, además, un nuevo disco de Nacho Vegas. Al estilo de ‘Los hermanos pequeños’, ‘Oro, salitre y carbón. Diez años de marxophonismo (2011-2020)’ resumirá a finales del verano su trayectoria desde los años previos a ‘La zona sucia, incluyendo temas nuevos como éste y otros no tan nuevos pero inéditos, además de rarezas, directos, caras Bs…

Lady Gaga se lleva a sus demonios a la pista de baile en la agridulce ‘Replay’

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12 años han sobrado para darnos cuenta que Lady Gaga no es el tipo de artista interesada en hacer música innovadora. Sí de otorgarle su propia personalidad deliberadamente exagerada y sobreactuada. La pasión de Lady Gaga es la «performance». Así, la hemos visto haciendo de chica glam en ‘The Fame‘, de estrella del pop en ‘The Fame Monster‘, de estrella del rock en ‘Born this Way‘… y también dárselas de vanguardista en ‘ARTPOP‘, cantar estándares de jazz con Tony Bennett en ‘Cheek to Cheek‘, colgarse la guitarra folki en ‘Joanne‘ y triunfar masivamente con un musical original de los años 30. Le faltaba ponerse el disfraz de diva house y eso es lo que ofrece en ‘Chromatica‘, nuestro «Disco de la Semana».

Los estilos de pop bailable que Stefani Germanotta recrea en ‘Chromatica’ son diversos y van del tecno-house (‘Alice‘) al trance (‘Sine from Above’) pasando por el electropop (‘911’), el piano house (‘Enigma’), el eurodance (‘Fun Tonight’) o la canción de pasarela (‘Babylon’). El disco está fijado en las discotecas de los años 90 ante todo, por eso, una de las canciones que más destacan por su peculiaridad dentro de la secuencia es ‘Replay’, una producción que tiene un poco de french house, un poco de nu-disco… y que suena como un cruce nada imposible entre la alegría embriagadora de Raffaella Carrá y las lluvias de purpurina de Sophie Ellis-Bextor. Es otra «performance» irresistible de Gaga… a pesar de su oscuro mensaje.

Si líricamente ‘Chromatica’ es uno de los discos más honestos y duros de Lady Gaga, ‘Replay’ contiene uno de sus mensajes más devastadores. Una conversación de la artista con sus propios demonios o «monstruos» interiores, a los que no puede controlar, y que la «torturan» hasta el punto de hacerla preguntarse si sigue viva. El tema sí parece dirigirse a un culpable de este sufrimiento, a una persona que «tenía una pistola» y «apretó el gatillo» y que ahora «se hace la tonta» aunque Gaga sabe que ella «no es la culpable» de lo que ha pasado; pero este conmueve en sus momentos más desgarrados: cuando en el «middle 8», la artista clama, con su afectado acento de actriz de los años 50, que «ya nada importa, el daño está hecho», es imposible no sentir un nudo en la garganta. El contraste entre la letra y la música tan alegre y vivaz es brutal. Cual payaso que baila con los ojos llenos de lágrimas, Gaga sabe que el espectáculo debe continuar, a pesar de todo.

Lo mejor del mes:

John Williams y Ennio Morricone, galardonados con el Premio Princesa de Asturias de las Artes

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John Williams, autor de las bandas sonoras de ‘Star Wars’ o ‘Tiburones’, y Ennio Morricone, autor de las bandas sonoras de ‘El bueno, el feo y el malo’ o ‘Los intocables’, es decir, dos de las mayores autoridades de la historia en el campo de las bandas sonoras, han sido galardonados oficialmente con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, que otrora recogiera gente como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o Peter Brook.

El jurado ha buscado, con su elección, subrayar el «valor fundamental de la creación musical para el cine» destacando el trabajo de «dos de los compositores vivos más venerados en todo el mundo», los cuales «han enriquecido con su talento cientos de películas». El comunicado expresa que «mientras Morricone construyó su reputación poniendo música desde Europa al lejano oeste americano, Williams trasladó el espíritu de la tradición sinfónica vienesa a grandes éxitos de Hollywood». El trabajo de ambos compositores comparte «su deslumbrante capacidad para traspasar géneros y fronteras».

El acta indica que tanto Morricone como Williams muestran, en su obra, «un dominio absoluto tanto de la composición como de la narrativa, aunando emoción, tensión y lirismo al servicio de las imágenes cinematográficas», además de una «inconfundible personalidad». Autores de «algunas de las composiciones musicales más icónicas del séptimo arte, que ya forman parte del imaginario colectivo», Morricone y Williams han conseguido con sus bandas sonoras «transformar y trascender» las películas para las que han sido creadas, «sosteniéndose por sí mismas como magníficas obras sinfónicas que se encuentran entre el repertorio habitual de las grandes orquestas».

Rosalía pasa por autotune ‘La llorona’ de Chavela Vargas

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Si algo caracteriza a Rosalía es su versatilidad. Si la cantante catalana ha sido capaz de colaborar tanto con J Balvin como con Oneohtrix Point Never o de reunir en una misma playlist tanto a Nina Simone como a Aphex Twin, ahora es noticia por triunfar con el contundente reggaetón de ‘TKN’ junto a Travis Scott… y a la vez por versionar en vivo un clásico de la canción popular mexicana.

Sucedió ya hace unos días: el programa de televisión mexicano ‘Se agradece’, que rendía homenaje al personal sanitario por su trabajo contra el coronavirus, emitía una actuación especial de Rosalía cantando al teclado ‘La llorona’ de Chavela Vargas desde Miami, donde la artista se hospeda desde el principio de la pandemia, en casa de su mánager, Rebeca León. La actuación ha llegado ahora al canal de Youtube oficial de la autora de ‘El mal querer‘, para que todo el mundo pueda disfrutarla.

Por supuesto, la interpretación de Rosalía de ‘La llorona’, cabe recordar, la canción estrella de Alba Reche en su paso por Operación Triunfo 2018, no es exactamente conservadora: es al teclado e incluso emplea el autotune en varios puntos, como en la flamenca ‘Juro que’. En cualquier caso, una canción preciosa en cualquiera de sus versiones, de la de Raphael a la de Lila Downs pasando por la de Sílvia Pérez Cruz, entre otras.

Diplo Presents Thomas Wesley Chapter 1: Snake Oil

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Escuchas el disco «country» de Diplo y piensas en lo genérico que le ha quedado, pero luego atiendes a las escuchas multimillonarias de ‘Heartless’ con Morgan Wallen y ‘Lonely’ con Jonas Brothers y te tienes que callar la boca. O no, porque tampoco son composiciones espectaculares, sobre todo la primera, que contiene probablemente el «drop» más decepcionante de la historia.

Este trabajo que Diplo presenta con su nombre real, Thomas Wesley, y que terroríficamente parece el primer «capítulo» de varios, nace de un deseo del artista por sacar tajada de su exitoso remix de ‘Old Town Road’ de Lil Nas X y Billy Ray Cyrus, aquí incluido a modo de epílogo, pues la canción original no es suya. El primer problema de ‘Diplo Presents Thomas Wesley Chapter 1: Snake Oil’ es que, por mucho que se presente con portada «Western», su aproximación al country no puede ser más superficial, hasta el punto que muchas de sus pistas a duras penas pueden situarse dentro de este género. Una de las mejores canciones del disco, ‘On Mine’ con Noah Cyrus, es puro pop de radifórmula: su capa «country», unas guitarras con sabor al viejo oeste, tienen muy poco protagonismo. Y ‘Real Life Stuff’ con Julia Michaels y Clever, por muy prominentes que suenen las guitarras acústicas en ella, es una balada pop genérica a más no poder.

El título de este trabajo que llega dos años después de ‘LSD‘, el colorido proyecto de Diplo con Sia y Labrinth, hace alusión a un fraudulento compuesto medicinal que solía venderse en Estados Unidos en el siglo XIX: con ello, Diplo parece querer decirnos que nos tomemos su incursión en el country demasiado en serio. Que nos la tomemos como un timo… más que como una revelación. Sin embargo, ante todo flojean las canciones, por no hablar de la producción, muy lejos de la frescura de su trabajo con Major Lazer o Skrillex.

Tiene guasa que precisamente Orville Peck aparezca simplemente en la intro del disco y no vuelva a hacerlo más, cuando Julia Michaels hace doblete, pero el feísmo de ‘So Long’ de Cam está tan mal llevado que es un misterio cómo puede haber visto la luz, mientras ‘Do Si Do’ con Blanco Brown es como un ‘Timber‘ susurrado y descafeinado. Sí, la balada ‘Heartless’ es bonita y ‘Dance with Me’ un efectivo número de country-pop que se atreve a unir al cantante de country Thomas Rett con Young Thug, pero si ‘Old Town Road’ iba a abrir la veda para la modernización de este género, ‘Diplo Presents Thomas Wesley Chapter 1: Snake Oil’ no será el disco que siente cátedra en este sentido. Más bien, queda como una curiosidad destinada al olvido.

Calificación: 4/10
Lo mejor: ‘Heartless’, ‘On Mine’
Te gustará si: aún no te has cansado de ‘Old Town Road’
Youtube: vídeo de ‘Heartless’

Miguel Bosé dice que el coronavirus es «la gran mentira de los gobiernos»

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Miguel Bosé tiene su propia opinión sobre el coronavirus. En sus redes, el cantante ha promovido el desuso de mascarillas «si no se está enfermo» y ha dado bola a la información sobre la supuesta peligrosidad de la tecnología 5G para los seres humanos (existe una teoría de la conspiración según la cual el virus procede de esta tecnología). Ahora, el cantante, que el año pasado atacaba a Pedro Sánchez por un vídeo del Ministerio de Sanidad que alertaba contra las pseudociencias, da un pequeño paso más allá en su afrenta a la información sobre la pandemia publicada por las autoridades.

En Twitter, Bosé ha compartido un vídeo subido a Youtube el 2 de junio, pero grabado el día antes, y titulado «viven felices y el resto del mundo con miedo», en el que una persona muestra el exterior de una terraza de Ginebra, Suiza, en la que puede verse a una multitud de personas reunidas sin aparentemente respetar la distancia social, como si el virus no existiera. El autor del vídeo puede ser escuchado afirmando: «cada país tiene un desarrollo diferente de la pandemia pero parece que no se aplican mucho las reglas aquí, donde está la Organización Mundial de la Salud, mientras el resto del mundo está en cuarentena. Da que pensar».

El mensaje de Bosé, cuya madre, la actriz Lucía Bosé, fallecía el pasado 23 de marzo supuestamente por coronavirus, al compartir este vídeo ha sido: «Suiza, como los países nórdicos de Europa saben desde el principio de la gran mentira de los gobiernos, España incluido». En declaraciones anteriores, Bosé ya había criticado la gestión del coronavirus por parte del gobierno, afirmando que «el gobierno del país no da la talla, pero eso ya lo sabíamos».

Escucha lo nuevo de Dellafuente, Hinds, Run The Jewels, Bebe, Nacho Vegas, Elvis Costello, Natti Natasha, Nueva Vulcano…

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Tras una semana tan potente en lanzamientos como la anterior, junio arranca de una forma extraña, con varios artistas (Jessie Ware, principalmente, pero también Baauer y Nadine Shah) posponiendo sus lanzamientos unas semanas, en buena medida a causa de las movilizaciones contra el racismo que están teniendo lugar en Estados Unidos. Aun así, hay varios lanzamientos esperados e interesantes que podemos disfrutar al completo desde este viernes (algunos antes): Dellafuente, Hinds, Run The Jewels, Sondre Lerche, Sonic Boom, Rolling Blackouts Coastal Fever, Westerman, Muzz (proyecto paralelo a Interpol de Paul Banks), la revelación británica Sports Team, No Age, Boyanka Kostova, LA Priest (Sam Dust, ex-Late of the Pier), Blanco White y la sueca Ångie publican hoy álbumes. Además, Recycled J, Gordi, Juan Wauters, Luces Negras, Okay Kaya, Torres Satélite (este misterioso dúo debuta con un disco de canciones centradas en la pandemia y el confinamiento) o la prometedora Valdivia tienen nuevos EPs.

En cuanto a singles, la semana no ha sido menos rara, pero la playlist Ready for the Weekend viene igualmente surtida con nuevas canciones de Bebe, Elvis Costello, Astrid S, Nueva Vulcano, Natti Natasha, Rufus Wainwright, La Habitación Roja, The Streets, el nutrido combo k-pop TWICE, The Aces, Betacam, DORA, Erasure, Bob Mould, The Yearning, InnerCut & Bejo, Navvy, Liz Forte, IAMDBB, El Grajo, Pavvla, Faithless, María Escarmiento, Bum Motion Club, Pottery, Colectivo Da Silva (producidos por Chico Blanco), el argentino Maximiliano Calvo –con Aron (Piper, de ‘Élite‘) y Soleá Morente– y un largo etcétera, que se sitúan a alguna de las escasas novedades de la semana, como el avance del nuevo disco de Travis. También, con temas de promesas del panorama estatal como Babi, mori, Aiko El Grupo, Malamute o Ana Muñoz.

También hoy se libera un disco de temas inéditos de Two Door Cinema Club, junto con un disco en directo de Father John Misty cuya recaudación irá destinada a la lucha contra la Covid-19 y una edición deluxe del álbum que editó Lil Wayne en enero, con nuevos temas junto a Tory Lanez o Doja Cat, entre otros invitados. Luego, artistas tan dispares como Nacho Vegas, Poppy y Jonathan Wilson publican versiones de, en este orden, Violeta Parra, t.A.T.u y Four Tops. ionnalee continúa revisando toooooodo su cancionero con versiones nuevas (esta semana le ha tocado a la rareza ‘The Deadlock’), mientras que Buffetlibre regresan con un interesantísimo remix de ‘Caic’, uno de los temas del estupendo ‘Kevin‘ de Ferran Palau y numerosos artistas. Además, varios artistas han lanzado temas que reivindican la lucha contra el racismo sistémico en la sociedad, como YG y su contundente ‘FTP’ («Fuck the police»).

Escucha la playlist «Ready for the Weekend»

«Chulo, te vas a tomar por culo»: María Escarmiento te hunde la vida en ‘Chulo’

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María Escarmiento presenta nuevo single justo cuando Operación Triunfo 2020 se acerca a su final después de meses de parón por el coronavirus. ‘Chulo’ vuelve a ser una producción de electro-reggeatón de Marca Bae y compañía y reincide en la estética siniestra y nuclear de sencillos previos de la artista como ‘Castigo’ u ‘Otra noche’.

La frase estrella de ‘Chulo’ es «chulo, que tú te crees muy chulo, te vas a tomar por culo», pero la canción va más allá en su propósito de hundirle la vida a ese «chulo» que estrena «facetatt», sin impresionar a María Escarmiento lo más mínimo. La humillación hacia esta persona va de «loco, ya no pega que te hagas el violento, que tú no eres malo ni lo haces por dinero» a un «you can’t sit with us’ como una catedral que aparece en la segunda estrofa: «bebemos todas juntas y nos vamos para el club / hoy pasamos la noche y tú estás de testigo, no me importa si quieres, no queremos contigo».

El repaso de María Escarmiento a este «chulo» va de lo intelectual a lo sexual. Ella busca a alguien «profundo», pero también a alguien que «se lo haga profundo», que «sepa hacerlo por turnos» y que dure mucho más de «un segundo». El vídeo, en la estética lo-fi/Crystal Castles/Trust esperada.

Fallece a los 72 años Steve Priest de Sweet

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Steve Priest, cantante y bajista de la banda de glam rock británica The Sweet, la cual se diera a conocer durante la década de los años 70 con éxitos como ‘Fox on the Run’, ‘Ballroom Blitz’, ‘That’s Amore’, ‘Love Is Like Oxygen’ o ‘Little Willy’, ha fallecido a los 72 años, sin que se haya desvelado la causa.

Ha revelado la información su compañero de banda, Andy Scott: «Estoy hecho trizas ahora mismo. Su mujer y yo hemos estado en contacto y aunque su salud se había deteriorado, nunca había imaginado este momento», ha escrito el músico en Facebook. «(Steve) fue el mejor bajista con el que jamás he tocado. El ruido que hacíamos como banda era tan poderoso… ¡Desde aquel momento en el verano de 1970 en que iniciamos nuestra odisea musical el mundo se abrió y la montaña rusa arrancó!»

Priest empezó en la música tocando un bajo que él mismo había construido para sí mismo, y se unió a The Sweet en el año 1968. El músico tocó en todos los álbumes de estudio de The Sweet antes de la disolución de la banda en 1982, y posteriormente formó su propia versión de esta, Steve Priest’s The Sweet. También publicó su autobiografía, ‘Are you ready, Steve?’, titulada como la frase con la que arranca ‘The Ballroom Blitz’.

‘TKN’ de Rosalía y Travis Scott: ¿otro aciertazo u otra decepción?

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Parte de la redacción evalúa ‘TKN’, el nuevo single de Rosalía con Travis Scott.

«Rosalía vuelve con otro single y videoclip cuyo significado requiere ir desenredando con el paso de los días. De hecho, el mejor análisis de todo esto disponible en Youtube dura 16 minutos, a pesar de que la canción apenas dura 2. Entendido que ‘TKN’ (del videojuego ‘Tekken’, palabra japonesa que significa «puño de hierro»), utiliza simbología relacionada con la mafia siciliana para realizar un homenaje a la familia musical de Rosalía, a su equipo, porque «un artista nunca está solo» (nuevo tanto creativo para la artista, acostumbrada a cantar sobre temas no tan habituales en el pop), lo que nos queda es un pepinazo de reggaetón-urban que suena tan «agresivo» y hecho a medida «para los clubs» como Rosalía había prometido, sin dejar de sorprender. Porque entre esos beats que interrumpen la canción cual puñetazos, las cuerdas de sonido oriental que aportan melodía y color a una composición principalmente rítmica y dura; y la «leche con azúcar» de Travis Scott, parece mentira la cantidad de cosas que pasan en la canción para durar tan poquito. Otro acierto y van…» Jordi Bardají.

«Desconciertan las últimas declaraciones de Rosalía sobre que sigue trabajando en nueva música «sin presión» y «por el puro goce». Si ‘A palé‘, ‘Juro que‘ y ‘TKN’ nos están revelando pistas sobre un conjunto ya cerrado y bien atado, esto es, el tercer disco de Rosalía, el camino a él me parece entretenido como una novela negra. Las brevísimas canciones tienen un trasfondo familiar, pero oscuro, muy diferente a ‘El mal querer’. Si ese conjunto no está cerrado aún, no existe o el tercer disco es otra cosa, tengo serias dudas de que en el futuro vaya a volver sobre cualquiera de estas 3 pistas, ‘TKN’ aún más incomprensible, en general, incluso con el Urban Dictionary al lado». Sebas E. Alonso.

«Aunque me han gustado de manera muy distinta los dos singles previos de Rosalía, ‘Juro que’ y ‘Dolerme’, puedo entender eso que repite mi compañero Sebas E. Alonso de que estas canciones que está publicando la autora de ‘El mal querer’ requieren de más contexto que, por citar dos ejemplos alejados pero igualmente exitosos de la misma artista, ‘Malamente’ y ‘Con altura’. ‘TKN’ parece una parte de algo más grande, una pieza que, por ejemplo, gana coherencia puesta junto a ‘A palé’, con la que coincide en brevedad y oscuridad. Pero aunque entiendo que no sea un trago agradable de digerir para todo el mundo, insisto –y no se crean que sin algo de rabia, porque al final parezco fan fatal de la catalana, cuando no es el caso– en ver muchas más virtudes que defectos en este tema con Travis Scott. Cierto es que el autor de ‘Astroworld’ parece algo encorsetado (¿quizá por tener que cantar en español una parte, aunque suene realmente suelto?) y que es difícil imaginarse a la gente cantando y bailando en clubs o fiestas esta canción, pese a su base claramente reggaeton. Pero, además de la retahíla de ganchos que se marca el tándem –con solo uno de ellos, hay más de un espabilado se fabricaría un hit–, es una gozada atender a la multitud de detalles sonoros con los que gozan y hacen gozar Rosalía y El Guincho. Si esto es parte de «un proyecto» (como ella lo llama), se impone saber qué y cómo». Raúl Guillén.

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Los fans del k-pop españoles se apropian del hashtag #SpanishLiveMatters para burlar a la derecha

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Los ánimos están caldeados no, lo siguiente en las redes sociales, en Estados Unidos por la crisis política que está viviendo el país a raíz de la brutalidad policial, y en España por otras cosas, como la aprobación del ingreso mínimo vital, que ha provocado un encontronazo entre Cepeda y VOX, o la gestión del coronavirus por parte del Gobierno.

Estos motivos han llevado a un grupo de usuarios de Twitter a crear el hashtag #SpanishLivesMatter, que ha sido «trending topic» a lo largo del día de hoy, si bien no por las razones esperadas. Los fans del k-pop, que cuentan con un poder de convocatoria brutal, han decidido apropiarse del #hashtag para burlar a sus artífices -asociados a la derecha-, y han inundado este canal con imágenes de artistas y vídeos de k-pop. Hay incluso quien ha aprovechado para compartir su «playlist de k-pop antifa».

Este movimiento del fandom español del pop coreano no es nuevo, pues está inspirado en uno sucedido en el día de ayer. Surgía entonces en Estados Unidos el hashtag #WhiteLivesMatter, y los seguidores de este fenómeno musical se lo adjudicaban para mermar su propósito original. A su vez, el hashtag viral #BlueLivesMatter llevaba la burla un paso más allá, con imágenes de Pokémons, loros o varios animes. La moda de re-apropiarse de estos canales de información solo puede estar inspirada en el «fail» de Blackout Tuesday, por culpa del cual el hashtag #BlackLivesMatter se inundaba de cuadrados en negro que solo perjudicaban a la causa, al ocultar información necesaria para la misma.

BENEE y Gus Dapperton lo petan con la bailable ‘Supalonely’ gracias a la app de moda

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Cuando el pasado mes de septiembre os hablábamos de la joven cantante neozelandesa BENEE con motivo de su interesante propuesta de pop con tintes R&B y soul, plasmada en singles tan monos como ‘Glitter’ o ‘Want Me Back’ y también en su colorida propuesta estética, jamás habríamos imaginado lo que terminaría pasando con uno de sus singles posteriores, ‘Supalonely’.

La simpática y bailable canción, en la onda de ‘Say So’ de Doja Cat aunque salió antes, y que cuenta con la colaboración del querido Gus Dapperton, está arrasando en las plataformas de streaming gracias a TikTok, donde se ha hecho viral, y actualmente ocupa el número 17 de la clasificación de éxitos global de Spotify, sumando cerca de 244 millones de streamings. El éxito de ‘Supalonely’ incluso ha llegado a las listas de éxito más importantes: el tema es número 44 en el Billboard Hot 100 y número 65 en lista de éxitos oficial británica, todo un sueño para estos dos artistas que apenas son conocidos más allá de internet. La canción ha sido uno de los hits de la cuarentena, y su popularidad no decae.

Fábrica de «one-hit-wonders» donde los haya, TikTok ha impulsado el éxito de otros singles «indies» como ‘death bed’ de powfu con beadaboobee (no, no se nos ha olvidado pulsar la tecla mayúscula) o ‘ily (i love you baby)’ de Surf Mesa con Emilee. ‘Supalonely’ es el más divertido de los tres y forma parte del EP de BENEE ‘STELLA & STEVE’, publicado en 2019.

Muere a los 34 años Chris Trousdale de Dream Street

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Chris Trousdale, integrante de la efímera boy band infantil estadounidense Dream Street, que tan solo publicó un disco, ha muerto a los 34 años a causa de una enfermedad que no ha sido revelada.

Amor platónico de miles de adolescentes estadounidenses durante el inicio de siglo, Chris Trousdale sobresalía en Dream Street por sus dotes de bailarín, como su compañero de banda, Jesse McCartney, posteriormente conocido en todo el mundo por su papel en la serie ‘Summerland’ y por éxitos como ‘Beautiful Soul’, ha explicado en un mensaje de Instagram, en el que afirma que Trousdale ha fallecido por «complicaciones derivadas del COVID-19»: «Chris, en mi opinión, era el más popular del grupo, no podías quitarle el ojo de encima cada vez que se subía a un escenario. Realmente le envidiaba como artista. Fuimos parte de algo que la gente no suele vivir en toda su vida a la tierna edad de 12 y 14 años. Aunque la banda duró 3 años, en aquel momento parecía una eternidad y entre todos construimos una verdadera hermandad».

El único álbum de Dream Street, publicado en 2001, era un sucedáneo tardío del sonido Backstreet Boys/Britney, produjo los éxitos ‘It Happens Every Time’ y ‘Sugar Rush’, ambos bastante monos, y obtuvo un Disco de Oro en Estados Unidos.