Carly Rae Jepsen ha empezado su nueva era con el pie izquierdo. ‘Party for One’ ha sido un fracaso comercial y de crítica, ‘Now That I Found You’ parece haber gustado más pero solo un poco y ‘Julien’, aunque un muy buen tema, no es exactamente un gran golpe sobre la mesa tras dos singles fallidos. Por suerte ‘Dedicated’ encerraba más y mejores sorpresas y es un estupendo álbum de pop plagado de buenos momentos y de otros un poco más discretos, pero que nunca llega a hundirse.
Quizá esperábamos demasiado. ‘E•MO•TION’ gustó a mucha gente y muy diversa, pero no a la suficiente para lograr ventas que la discográfica o la propia artista pudieran recordar con orgullo en una futura nota de prensa; y aunque tuvo buenas críticas, lo cierto es que ni siquiera fue uno de los 40 discos mejor valorados de 2015 según Metacritic aunque duela recordarlo. Sí produjo un hit del tamaño de ‘I Really Like You’ y un popular meme con ‘Run Away with Me’. ‘All That’ fue una de las 10 mejores canciones de 2015 para nuestra redacción. Sin embargo, el disco siguió vendiéndose mal a excepción de Japón donde fue disco de oro por 100.000 copias distribuidas. En pocas palabras: sí, ‘E•MO•TION’ era un gran álbum de pop, casi tan grande como el mito que se creó en torno a él… casi, casi tan desproporcionado, a su vez, como el éxito de ‘Call Me Maybe’.
No sé de donde vienen estas reacciones tan radicales para bien (y a veces para mal) ante la obra de Carly (especialmente sus canciones más eufóricas suelen apasionar a sus fans), pero lo cierto es que ella parece ajena a todo ello y eso se nota en un disco de pop escapista, elegante y «dedicado» absolutamente al amor que no puede estar más contento de conocerse en muchos sentidos. Y es que si se llama ‘Dedicated’ en base a una canción compuesta para el disco que finalmente se ha descartado; no tardamos en descubrir que es a sí misma a quien Carly dedica muchas de estas canciones. Una de ellas dice “no hay una droga como yo”, otra “yo seré tu chica” y la mejor repite en su estribillo “él me necesita, él me necesita, él me necesita” mientras en otro pasaje declara: “él nunca tendrá suficiente de mi amor”.
Al final, ‘Dedicated’ no es aquel álbum disco inspirado en ABBA del que Carly habló hace años, aunque algo de ese trabajo queda. Precisamente ‘Everything He Needs’, que samplea el estribillo de Shelley Duvall para ‘Popeye’ (ante la negativa de Disney de licenciarle la canción, la canadiense visitó Disneylandia para que Mickey Mouse le firmara un contrato falso, con el que su sello insistió a Disney hasta conseguirlo), tiene el ritmo sensual y glamuroso de unos Chic, mientras ‘Julien’, que Carly dedica a un antiguo amor al que sigue recordando, es pura fantasía y purpurina. La mejor canción del disco, ‘Want You in My Room’, curiosamente la única producción de Jack Antonoff en él pese a que ambos han llegado a componer material suficiente para otro álbum, avanza más bien hacia el nu-disco de los 2000, sumando un nuevo clásico al repertorio de Jepsen del que hay que decir algo negativo: dura demasiado poco. ¡Queremos ya un «extended mix»!
Lo que tampoco es ‘Dedicated’ es un álbum que, de entrada, vaya a dejarnos «sin peluca» aunque la gran euforia de ‘Now That I Found You’ se quede cerca de conseguirlo. Sin la frescura de aquellos álbumes que tanto escuchamos en su momento de Annie o Nicola Roberts, ni tan avanzado como un álbum el Róisín Murphy o futurista como el single de Carly con Danny L Harle, ni siquiera tan lleno de nombres hipsters como ‘E•MO•TION’, ‘Dedicated’ es un trabajo elegante, maduro y también algo sobrio incluso en sus momentos más experimentales, como en el cuco ska de ‘I’ll Be Your Girl’ o la balada electropop con marca post-Flume ‘Right Words Wrong Time’. Sorprende ‘For Sure’, a la que, con tantas palmas, le faltan unas guitarras españolas para parecer flamenca; pero nadie duda que si la canción fuera un poco mejor, no sería un bonus track.
Pero sobre todo hay que lamentar que en un mundo post-The 1975 y sobre todo post-Carly, pues la influencia de la canadiense es palpable en un montón de proyectos que hemos escuchado últimamente, desde Troye Sivan a RALPH pasando por MUNA, muchas de las baladas o medios tiempos más synth-pop de ‘Dedicated’ no parecen nada esenciales, en especial una canción precisamente llamada ‘The Sound’ que nos sumerge en una segunda mitad del álbum más plagada de angustia e incertidumbre ante una relación que se acaba; o esa ‘Automatically in Love’ que nunca adivinarías está inspirada en Mariah Carey. Es una pena por ejemplo que, en su segunda mitad, ‘Dedicated’ no tire más por el camino de la temprana prom ballad ‘No Drug Like Me’, en su lugar dejando estribillos tan feos como el de ‘Feels Right’ con Electric Guest o subidones tan predecibles como el de ‘Real Love’.
Grabado entre Suecia, Nueva York y Nicaragua con productores no demasiado conocidos -no al nivel de un Diplo o el propio Antonoff- como Kyle Shearer, Jordan Palmer, CJ Baran o Captain Cuts y con compositores como los curtidísimos Noonie Nao y Patrik Berger o Amanda Warner de MDNR, ‘Dedicated’ jamás llega a los peores momentos de muchos discos de pop que copan las listas de ventas año tras año; pero tampoco es mejor que el explosivo, colorido y por momentos apasionante ‘E•MO•TION’, sin que ello desmerezca este nuevo disco largo. De hecho, más que otra cosa, ‘Dedicated’ vuelve a dignificar la carrera de una artista entregada al pop más «emocional» sin prejuicio alguno y que ha sabido encontrar la fórmula perfecta para que el elemento «cheesy» de sus canciones conviva en perfecta armonía con gustos un poco más alternativos. Realmente no hay nadie como Carly Rae Jepsen y ‘Dedicated’ lo confirma.
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘Julien’, ‘Now that I Found You’, ‘Want You in My Room’, ‘Everything He Needs’, ‘Too Much’ Te gustará si te gusta: el pop de los 80 (Madonna, Bananarama, Belinda Carlisle) y el actual que lo replica (Troye Sivan, Shura, MUNA) Escúchalo:Spotify
‘El relámpago’ de Amaia continúa en el número 1 de la lista de lo más votado de JENESAISPOP, mientras que la entrada más fuerte es la de Zahara con el nuevo sencillo de ‘Astronauta’, ‘El Fango’. También aparecen por la tabla lo nuevo de Vampire Weekend, Amaral, Björk, Anni B Sweet, Delaporte, y Ed Sheeran con Justin Bieber. Es momento de despedirse de los sencillos con 10 o más semanas en la segunda mitad de la tabla: ‘365’, ‘Handmade Heaven’, ‘A No No’ y ‘Sally Walker’. Ya podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por vuestras canciones favoritas, aquí.
Al César lo que es del César: ‘Canción de hielo y fuego’ era una obra que se prestaba a ser adaptada, pero también una obra nada fácil de adaptar. Benioff y Weiss tenían un material de partida estupendo y jodido a partes iguales. Su adaptación podía, con los adecuados mecanismos narrativos, con el adecuado casting, con las adecuadas decisiones técmicas, darnos auténticos momentazos televisivos, pero también podía descarrilarse a la mínima que sus responsables confiasen demasiado en el producto que tenían entre manos… y ambas cosas han pasado.
Hace un par de años comentábamos que la prensa había encontrado en ‘Juego de Tronos’ lo que no habían supuesto ni ‘Fringe’, ni ‘Flashforward’ y ni siquiera ‘The Walking Dead’: ser “la nueva ‘Perdidos’”. Ahora está claro que el “fenómeno Tronos” ha llegado a superar el que supuso ‘Perdidos’, aunque en ambos casos hemos madrugado (o no nos hemos llegado a acostar) para verlo. La serie comparte también con ‘Perdidos’ las reacciones tan extremas: para algunos, esta temporada final tenía prácticamente la calidad de ‘El Barco’ y era una vergüenza lo que estaban haciendo con “su” amada serie (hola, Annie Wilkes) y, para otros, todo tenía una defensa y, si se te ocurría criticar lo más mínimo, era porque NO ESTÁS ENTENDIENDO LA SERIE NO ENTIENDES NADA NO ES PARA TI NO ERES UNO DE LOS ELEGIDOS (léase con el tono de Rocío Quillahuaman). La verdad es que no esperaba de ‘Juego de Tronos’ un final al nivel del de ‘A dos metros bajo tierra’, y a estas alturas tampoco lo esperaba al nivel del de ‘Breaking Bad’, pero sí, al menos, a la altura del de ‘Lost’. Y, desgraciadamente, no ha sido así. Atención, spoilers del final de la serie, especialmente en el último párrafo.
Aunque es cierto que lo anterior no había sido perfecto, parece que junto al Septo de Baelor saltaron por los aires el mimo con los personajes y el ritmo narrativo, dando prioridad a quemar trama antes que a mantener un desarrollo de los personajes, y priorizando también los golpes de efecto y las necesidades de guión en la acción antes que la lógica interna que la propia serie había propuesto a sus personajes y su universo. Por supuesto, la suspensión de la incredulidad siempre ha sido necesaria en ‘Juego de Tronos’, pero, durante las dos últimas temporadas (la mitosis de Inmaculados y Dothrakis es solo un ejemplo), al espectador se le ha ido pidiendo que comulgue con ruedas de molino. Muchos no han querido, y otros lo hemos hecho a regañadientes, decepcionados pero, a la vez, curados de espanto: si en este final Daenerys hubiese dicho a lo Poochie “ahora he de irme, mi planeta me necesita” tampoco me habría extrañado demasiado. Ante situaciones involuntariamente cómicas como ésta, desde luego no ayudan supuestos “alivios cómicos” que provocan más cringe que risa (ese Consejo…) y, entre una cosa y otra, en ocasiones parecía que nos iban a meter risas enlatadas, o incluso a Lolita con su versión del ‘Sarandonga’ para rematar los gags.
Si tuviésemos que buscar dos referencias de nuestro país para explicar estos episodios, podríamos coger dicha canción y ‘Los desastres de la guerra’ de Goya, y no sería del todo disparatada dicha mezcla. En ‘Juego de Tronos’ no. Y es que, en medio de todo esto, la serie nos ha dejado lecturas sociopolíticas en su final, como había hecho durante el resto de sus temporadas. Estos últimos episodios tienen una clara temática en estas lecturas; en el ABC lo comentan barriendo pa’ casa, pero aciertan al comentar cómo ‘Juego de Tronos’ ha querido hacer un retrato de los horrores de la guerra, centrándose más que nunca en el lado menos heroico y más visceral e injusto de las batallas, y remarcando también los peligros del mesianismo político y cómo el propio pueblo puede confundir a un héroe con un tirano. Todos hemos escuchado alguna vez eso de “¿cómo es posible que la gente votase a Hitler?”, y aquí hemos visto una representación en Daenerys. Una representación, eso sí, de trazo grueso, que es lo que decimos que ha lastrado gran parte de las otrora cuidadas tramas políticas y relaciones entre personajes. Otro gran perjudicado ha sido Tyrion: asesinó a su padre y a Shae, pero en una escena eliminada debió asesinar también su propia personalidad. Solo así se explica que el que fue durante años el mejor personaje de la serie, dándonos una de las mejores escenas de ésta -y sin necesidad de muertes ni grandes giros de guión-, haya acabado convertido en una caricatura inútil con leves momentos de lucidez.
Por supuesto, este último episodio ha tenido aspectos positivos, y merecen una mención especial esos planos iniciales de Daenerys/dragón y su ejército, junto a las huellas de la destrucción, o la metafórica reacción de Drogon a la muerte de su madre. También el emotivo momento de Tyrion encontrando a sus hermanos (sí, suspensión de la incredulidad a tope, pero ha sido bonito, tampoco nos pasemos) o su discurso cuando intenta convencer a Jon (por un momento pensé que iba a empezar a recitar el poema de Niemöller). Y por supuesto que veríamos un spin-off de las aventuras de Arya Colón (y otro de Sansa diciéndole “please, sit” a mediocres varios), al igual que hemos seguido esta última temporada aún con tantos quebraderos de cabeza. No la hemos seguido, además, de cualquier manera: como ya comentamos al analizar el 8×03, estamos de acuerdo en ese sentir(5) de que ‘Juego de Tronos’ ha sido quizás la última gran serie-evento que veremos juntos. Pero, justo por eso, es especialmente agridulce que su despedida no haya estado más cuidada.
Ezra Furman vuelve con nuevo disco solo un año después de publicar uno de los mejores álbumes de 2018, ‘Transangelic Exodus‘. ‘Twelve Nudes’, que en realidad no contiene 12 canciones sino 11, llega el 30 de agosto a través de Bella Union y Furman dice que es su disco «punk», como demuestra el trallazo de exactamente 2 minutos y 22 segundos en este estilo con el que decide avanzarlo, el doblemente titulado ‘Calm Down aka I Should Not Be Alone’.
Sobre la canción, Furman dice: «‘Calm Down’ es desesperada. Creo que pensamos demasiado nuestras reacciones ante las noticias actuales porque nos abruma lo malas que son, y yo noté que reprimía todo lo mal que me sentía. Quería que la música me diera permiso para sentir cómo se siente al vivir en un mundo roto, y el punk lo permite».
El artista añade que ‘Twelve Nudes’ es, como disco punk, un trabajo más «animal que intelectual», que ha querido grabar rápido: «Este es nuestro disco punk, lo hicimos rápido en Oakland. Bebimos y fumamos. Hicimos que las partes altas sonaran más altas. De tanto gritar me hice daño en la voz. Esto fue en 2018, cuando las cosas en el mundo eran malas. Las canciones están desnudas y no tienen nada que esconder».
Los chicos de La Maravillosa Orquesta del Alcohol aka La M.O.D.A., uno de los grupos más populares del momento en España -así lo atestigua el éxito de sus discos en las listas de ventas y de streaming-, han grabado un par de temas con Raúl Fernández «Refree» (productor de ‘Los ángeles’ de Rosalía y muchos otros discos, además de cantautor profesional con una larga discografía a sus espaldas) tal y como anunciaban el pasado mes de abril, y uno de ellos ya puede escucharse.
Se trata de ‘Colectivo nostalgia’, una balada en la que La M.O.D.A. vuelven a jugar con el country-pop pero también a dejarse llevar por la emoción inflada, también en una letra que, como de costumbre, parece no tener demasiado sentido de entrada, con frases un poco incomprensibles como «por muy maldita que sea la maldición que nos echaron sin ninguna confesión» conviviendo con declaraciones tipo «si alguna vez me ves caer, preocúpate por si miento». Destaca la preciosista producción y ese banjo final compartiendo espacio con los aullidos del cantante David Ruiz y los gritos del grupo clamando «creo que lo hemos perdido todo».
Pese a su memorable título, ‘Colectivo nostalgia’ no formará parte de ningún disco de La M.O.D.A. al menos de momento. Así lo han aclarado ellos: «‘Colectivo nostalgia’ no es un adelanto de un disco nuevo ni forma parte de otro lanzamiento. Estamos disfrutando de la libertad de poder componer, grabar y compartirlo sin ataduras de forma o tiempo. Sólo nos hemos juntando en una habitación con Raúl y hemos empezado a tocar juntos. Ha sido una experiencia increíble y estamos felices por seguir intentando buscar nuevos caminos dentro de nuestra música.»
Dejando al margen el truculento y esperpéntico mundo rosa, hubo una era en la que las entrevistas a famosos era carne de prime-time en manos de maestros de la seducción televisiva y periodística. Àngel Casas, Jesús Hermida, Julia Otero o Mercedes Milá (ya convertida a perpetuidad en una caricatura de sí misma) se llevaban al huerto al protagonista de turno sacándole a menudo de su zona de confort. Eso pasó. Hoy lo más parecido a eso es está o extremadamente planificado (‘El Hormiguero’), o en manos de un cantante detestablemente campechano –tanto que no sólo no se avergüenza de mostrar su sexismo sino que se vanagloria de ello– y un ex-publicista que busca la carnaza con desesperación. Famosos acorralados en un sofá, famosos cocinando, famosos de aventura (‘Planeta calleja’), famosos en una previamente pactada intimidad (‘Dos días y una noche’)… Parecía que ya no quedaba mucho más que rascar en el formato. Pero #0 de Movistar+ ha dado con la peripecia definitiva: situar al protagonista en cuestión en su propio funeral.
Ese es el punto de partida de ‘El cielo puede esperar’ que, si bien no es un formato de entrevistas como tal, sí traza un perfil íntimo del protagonista con él de cuerpo presente… figurada y literalmente, ambas. En el primer episodio estrenado anoche de este formato ideado por LACO Productora y producido por Movistar+, Leiva se prestaba a presenciar su fingido sepelio, en el que su familia y amigos de fuera –Raúl Cimas, los deportistas Álex Mumbrú, Juanfran y Segio Llull, además de algún anónimo– y dentro del ámbito musical –desde Dani Martín a Sabina, pasando por Iván Ferreiro, los Sidonie, Xoel López, Santi Balmes de LoL, su ex-compañero en Pereza, Rubén Pozo, o su hermano carnal, Juancho de Sidecars– acudían al plató a darle el último adiós. Todos tranquilos, no se ha muerto Leiva, sino que escenifican una ceremonia en la que el falso finado, sentado en un limbo junto a Marcelo (funcionario post-mortem interpretado por el actor Emilio Gavira), presencia lo que todos tienen que decir sobre él en su virtual último adiós.
La sospecha de que esta desconcertante y agorera sinopsis podría esconder un excesivo mamoneo para con el protagonista, vuela de un plumazo cuando uno descubre dos cosas. Primero, que el objetivo no es tanto alabarle sin medida como mostrar sus claroscuros, sus talentos pero también sus flaquezas más vergonzantes, con no demasiados filtros. Y segundo, cuando se descubre que el tratamiento es, sobre todo, de un humor negro y socarrón que se lleva por delante el ego del artista y, de paso, el de muchos de los asistentes al sepelio. Ya de entrada, el gag inicial que muestra la figurada muerte de Leiva es bastante tronchante, con el propio autor de ‘Nuclear’ riéndose de su estereotipo estético.
El humor, mucho más que la sensiblería (aunque hubo de todo, lógicamente), es el co-protagonista en toda la hora de duración del programa, con las intervenciones de los distintos invitados, tanto en la parte guionizada como en los discursos personales de cada uno de los que intervienen –el monólogo de Raúl Cimas fue lo mejor, pero Iván Ferreiro y Rubén Pozo estuvieron también estupendos–. O en el mismo montaje, que es capaz de reírse hasta del propio guión cuando, claramente, las bromas del maestro de ceremonia, Dani Piqueras, no tenían la gracia que se les suponía. La perversión de esto está en que Leiva ve todo esto desde una pantalla, sin posibilidad de réplica directa, aunque sí ratificando o negando a Marcelo las peripecias y gansadas que se contaban de él, muerto de risa las más veces. Y así, a través de la gente que le conoce y de él mismo, ‘El cielo puede esperar’ traza un perfil íntimo del muerto que resulta (al menos en apariencia) tan certero o más que el que nos daría una interlocución con el artista.
Además, el programa (no sabemos si sólo en este caso, o en todos) está hábilmente salpicado con momentos musicales bastante llamativos que dinamizan y aportan emoción: primero, Joaquín Sabina, interpretó acodado en sus inseparables Pancho Varona y Antonio García de Diego la canción favorita de Leiva de todo su repertorio, ‘Tan joven y tan viejo’. Y, como traca final, los numerosos músicos que asistían al sepelio (incluida la banda de directo de Leiva, Ariel Rot y Carlos Tarque de M-Clan, entre otros muchos) se unían en una improvisada big band que interpretaba coralmente ‘With a Little Help from My Friends’ a modo de emotiva despedida. Al final, Marcelo se apiada de Leiva y, tras dejarle despedirse de sus allegados, le da una segunda oportunidad, pudiendo regresar a la Tierra, entrar en plató y agradecer (o no) los parabienes (o no). Veremos si en futuros programas nombres como Ana Belén, Javier Sardá, Arturo Valls, Antonio Resines y Patricia Conde dan tanto juego y mantienen el buen nivel de este primer episodio o se trata sólo de un hábil gancho. 7,8.
Céline Dion ha sido la última invitada al Carpool Karaoke de James Corden. El encuentro entre la cantante canadiense y el presentador británico se ha producido en Las Vegas, donde Dion sigue realizando su serie de conciertos fijos, y no ha tardado ni un segundo en ponerse… interesante: antes de llegar el vídeo a los 4 minutos la cantante ya le está plantando un beso en la boca a Corden de manera totalmente random.
De hecho, si algo es el paso de Dion por Carpool es una sucesión de escenas totalmente random: cuando entra en el coche a duras penas habla, eso sí, se arranca a cantar a cada palabra emitida por Corden llegando a ser un poco «annoying», y en un momento Dion habla sobre sus miles de zapatos, que guarda en una especie de «almacén», y descubre que Corden a hablado con su equipo para que le entregara unos pares y, una vez con Dion, dárselos a los transeúntes. También hace el «baby shark» en plan dramático.
Dispuesta a hacer el show incluso más que el propio Corden, que no deja de alucinar en varios puntos del episodio, Dion hace el tonto pero no deja de parecer un pelín condescendiente. ¿Será que conoce poco el formato? El episodio se salva al final, cuando Corden y Dion visitan las fuentes de Bellagio en Las Vegas para replicar la escena más famosa de ‘Titanic’ cantando ‘My Heart Will Go On’. Y no por nuestros protagonistas, sino por las caras que deja el público viendo el panorama, entre la fascinación y el estupor.
‘Miseria humana‘, el segundo mini LP o mixtape de PUTOCHINOMARICÓN, que sale a la venta el próximo mes de septiembre pero ya está disponible en digital, se compone de temas de 2 minutos que a veces acaban antes de que te des cuenta de que han empezado.
Uno de los mejor construidos y producidos, con su pre-estribillo, su estribillo tradicional y sus ganchos es ‘Parkineo’, que recibe su nombre de aquel fenómeno relacionado con la cultura bakala según el cual la fiesta se montaba también en torno a un coche a las puertas del club, últimamente deconstruido incluso en espacios culturales, como contaba El País hace un par de años. Aunque Chenta contaba en su concierto del pasado viernes en el Ochoymedio que nunca había estado en un «parkineo», le ha quedado un tema muy pintón en el que conviven las influencias bakalas (o trance en esos sintetizadores) con los ritmos y trucos urbanos actuales.
Lo primero que escuchamos es precisamente un coche arrancando, antes de que la letra hable de alienación social y ganas de diversión a partes iguales, con una frase que precisamente da título al disco («Y prefiero salir que estar en la cama / Siento ser una miseria humana») e incluye un guiño a su hit ‘Gente de mierda’. En cuanto a producción, PUTOCHINOMARICÓN continúa fiel a los sonidos PC Music, pero aquí adaptados a los mencionados estilos que le sientan como un guante, tanto a él y a su música, como a su discurso en este caso.
Doctor Music, que se celebra el próximo mes de julio en el Circuit de Barcelona-Catalunya (aka Circuit de Montmeló) con las actuaciones de gente como Rosalía, The Strokes, The Smashing Pumpkins, Underworld, Christine and the Queens, The Good The Bad and The Queen, The Chemical Brothers y Primal Scream, entre muchos otros, informa de sus últimas novedades. Hoy la organización desvela sus horarios, así como el cierre del cartel.
En cuanto a esto último, se incorporan James Murphy de LCD Soundsystem, que por supuesto actuará de madrugada; White Lies presentando su último álbum ‘Five‘; Khea, cuyo single ‘Loca’ con Bad Bunny se acerca a los 1.000 millones de reproducciones sumando plataformas; Måneskin y DJ Amable. La mala noticia se produce con la cancelación de The Bizarre World of Frank Zappa. Según la nota de prensa, «la tecnología utilizada para el holograma es de ultimísima generación y precisa disponer del escenario todo el día para su correcto ajuste, cosa imposible en un contexto de festival con muchos grupos actuando en cada escenario. A pesar de todos los esfuerzos por parte de nuestra organización para que fuera posible, lamentamos enormemente que este espectáculo tan brillante no haya podido estar presente este año en el Doctor Music Festival».
Por otro lado, y al margen de los horarios, que podéis ver bajo estas líneas, se informa de que se puede acceder al recinto en tren de cercanías hasta Montmeló, y también de que habrá lanzaderas desde Barcelona. La salida se realizará desde la Estación de Autobuses Barcelona Nord (C/ Ali Bei, 80), en los andenes 25, 26 y 27. La duración aproximada del trayecto será de 45 minutos. Más información, en su web.
Menuda sorpresa: resulta que la verdadera tapada del exitoso comeback de Operación Triunfo 2017 (la edición 2018 ya tal) era la primera expulsada. La misfit, la que quizá no hacía tantos gorgoritos como sus compañeros pero tenía una presencia escénica impetuosa (habida cuenta de su profesión de bailarina surgida de otro talent-show, Fama A Bailar) que mostró sobre todo interpretando a Lady Gaga, uno de sus grandes referentes. Mimi Doblas, Lola Índigo, es la que, a día de hoy, ha construido una idea más sólida y clara como estrella del pop. Quizá Aitana y Ana Guerra (lo de Amaia apunta maneras, pero aún cuesta hacerse una idea de qué hará exactamente) la superen en fandom o cifras de reproducción. Pero de lo que no pueden presumir es de haber edificado un proyecto artístico tan reconocible y potente en lo audiovisual como Lola Índigo.
Doblas ha elegido dar espectáculo e incitar al baile desaforado por encima de todo, y lo hace abrazando las nueves tendencias de dance urbano, con ritmos tropicales post-reggaetoneros y neo-afro. Si esa suerte de aproximación al universo Major Lazer –ostensiblemente mejor que muchos de los singles de ese proyecto– que fue ‘Ya no quiero ná’ pudo parecer, por un instante, un feliz accidente, pronto derribó cualquier duda: el reggaeton-pop oscuro de ‘Mujer bruja’ –en el que se apoyó, sagazmente, de su maestra, Mala Rodríguez–, era otro tremendo bopazo, quizá incluso mayor.
Ya este año, Lola Indigo ha seguido asentando sus cimientos. Primero sobre el mix de hip hop, kuduro y funk que el portugués Stego –responsable del beat de ‘Faz gostoso’, el tema de Blaya que versionará Madonna en ‘Madame X’– le brindó en ’Fuerte’, hábilmente convertido en himno gracias a su emisión diaria en prime-time, como sintonía de “Fama”, donde ahora es una referencia de éxito. Luego, con la algo más discreta ‘El humo’ –aunque su estrella tampoco ha fallado: es el tema principal en la BSO de la comedia española más taquillera del año hasta ahora, ‘Lo dejo cuando quiera’–. Y finalmente con ‘Maldición’, otra creación de Yera (productor de ‘Mujer bruja’) en la que interviene el sandunguero Lalo Ebracht (ambos son parte del fresco colectivo colombiano Trapical Minds), que brilla tanto como sus primeros singles repitiendo el esquema de mujer orgullosa de sus actos, por reprobables que puedan parecer a cualquiera, y que no se deja mangonear por ningún tipo, muchacho o señoro.
Efectivamente, esto significa que conocíamos la mitad exacta de ‘Akelarre’, el álbum de debut de Mimi, Lola, que ni siquiera parecía necesario para certificar su éxito. Entonces, ¿merece la pena? Totalmente. Y no sólo porque edifica en él un sólido repertorio que presentar en directo –donde desata esa figura de pop-star completa de la que tanto carecemos en España– con temas tan pintones como el funk carioca de la divertida ‘Subliminal’ (estupendo también Maikel Delacalle) o el audaz e irresistible cruce de jazz y dembow que Yera y Nabález perpetran en la final ‘Game Over’. Sino también porque, además de ser un hábil artefacto de pop bailable contemporáneo y disfrutón de principio a fin, añade matices personales que consolidan la identidad de Lola Indigo como creadora. Incluso las canciones que pueden encajar como fillers tienen algo de interés.
Quizá las más evidentes son ‘Inocente’ y ‘No se toca’. La primera, aunque no sea para volverse loco, mantiene un buen tono gracias al toque jamaicano que los estelares The Rudeboyz (Maluma, Shakira, Kali Uchis, C. Tangana) aportan. Y en la segunda no termina de cuajar el bienintencionado mix de pop modernito con dejes aflamencados, con resultados algo obvios, cercanos al Juan Magán. A esa idea de incluir en la ecuación sus raíces andaluzas es a lo que me refería al final del anterior párrafo, constituyendo una huella propia cuando funciona. Me refiero a ‘Amor veneno’, medio tiempo bailable que, pese al halo de convencionalidad que sobrevuela, triunfa gracias a esos giros melódicos (tan adictivos como el amor del que nos habla su letra) de mucha enjundia que sirven a dúo Mimi y Nabález.
En fin, por más que Mimi quiera sobreexplicar ‘Akelarre’ construyendo un relato sobre una relación sentimental conflictiva en sus subtextos, en realidad no necesita coartada alguna: se trata del redondo disco de pop bailable, abierto a influencias contemporáneas pero con un medido punto de comercialidad, no excesivamente original pero sí personal, que cabía esperar de alguno de los trillones de talent-shows nacionales y nunca llegaba. Mira tú por dónde tenía que llegar de la última de la fila.
Los herederos de Whitney Houston van a pasar “a la estrategia” tras un luto de 7 años, según las propias palabras de su cuñada Pat Houston recogidas por el New York Times. Según recoge el medio americano, hay varios proyectos en mente para explotar su legado, lo que incluye una gira con holograma, un posible musical de Broadway, acuerdos con marcas y un disco con pistas inéditas. “Todo depende de los tempos para mí. Todo ha sido muy emotivo durante los últimos 7 años. Pero ahora es el momento de ser estratégica”, ha dicho Pat, principal responsable de su legado (los beneficiarios son la madre de Whitney y sus dos hermanos) una semana después de firmar un acuerdo con Primary Wave Music Publishing, una compañía de márketing de Nueva York con la que van a tratar de reconstruir su legado. Se valora el acuerdo en 14 millones de dólares.
El objetivo de la “estrategia”, aparte de la evidente, es revalorizar la imagen de Whitney. “Antes de que muriera, había mucha negatividad en torno a su nombre, la cosa no iba sobre su música. La gente había olvidado lo grande que fue. Dejaron que las cosas personales de su vida pesaran más que las razones por las que se enamoraron de ella en primer lugar”.
Por todo esto, Larry Mestel de la citada Primavry Wave ya ha iniciado conversaciones con productores de Broadway para hacer un espectáculo al estilo de los de Las Vegas y canciones inéditas de la era de su debut de 1985 podrían utilizarse. Aunque el primer proyecto es el holograma, que interpretaría canciones como ‘I Wanna Dance With Somebody’ y ‘The Greatest Love of All’.
La propia Pat dice que el proyecto del holograma «prevalece sobre todo», por lo que no parece que vaya a abortarse como sucedía con el holograma de Amy Winehouse recientemente. No si es la base sobre la que se sustenta un acuerdo valorado en tal cantidad de millones… Lógicamente, todo está aún muy en ciernes, por lo que no se espera que ninguno de estos proyectos vea la luz antes de finales de este año.
La sección oficial no estaba ofreciendo lo mejor del festival por el momento, pero poco a poco se va recuperando de un comienzo algo más flojo de lo habitual. ‘Little Joe’, el primer largometraje en inglés de la directora austriaca Jessica Hausner es un acercamiento a la ciencia ficción en el que la protagonista, una científica especializada en plantas, crea una flor que hace que todo aquel que huela su esencia sea feliz. Sin embargo, progresivamente va dándose cuenta de que su experimento puede que sea peligroso debido a los cambios que nota en la gente que ha tenido contacto con la planta. Es de lejos la película más accesible de la cineasta, empleando una puesta en escena colorista y estilizada, acompañada de un uso interesante y perturbador del sonido. Puede que sea menos efectiva que ‘Lourdes’, pero es una propuesta interesante.
También compitiendo, Diao Yinan confirma su talento tras haber ganado el Oso de Oro en Berlín en 2014 con ‘Black Coal’. ‘The Wild Goose Lake’ es otro neo-noir inteligente e hipnótico en el que el realizador muestra su habilidad tras las cámaras. La puesta en escena es de las mejores que hemos visto en Cannes hasta el momento. Su peculiar manera de narrar consiste en ir poniendo sutilmente sin que te des cuentas las piezas al complejo rompecabezas que plantea en un principio. No sería extraño que se llevase un premio importante… La decepción, llegó con Corneliu Porumboiu y su nuevo filme, ‘La Gomera’. Otra especie de noir en clave cómica ambientado en la isla que da título a la película que no termina de funcionar ni como comedia ni como thriller. Queda lejos de los mejores trabajos del director rumano.
Sin embargo, Terrence Malick, que lleva unos años poco inspirado, vuelve a dar lo mejor de sí mismo en ‘A Hidden Life’, ambientada en un pueblo en las montañas de Austria. Cuenta la historia real de cómo la Segunda Guerra Mundial afectó a una familia, por no apoyar a Hitler. Filmada con su particular sensibilidad y con unas imágenes bellísimas, es una de esas películas inabarcables que te hacen sentir pequeño mientras la estás viendo (y experimentando). La banda sonora de James Newton Howard, será de las más bonitas que escuchemos este año. Y, como no podría ser de otra manera, ha dividido a la crítica, aunque lo más normal sería que se lleve algún premio importante.
Por último, la competición sigue remontando con Céline Sciamma y su ‘Portrait Of a Lady On Fire’, que narra un romance en el siglo XVIII entre una pintora y una joven noble a punto de casarse. Aunque todas las películas de la cineasta (‘Tomboy‘, ‘Bande de filles’…) sean muy distintas entre sí, todas exploran la feminidad desde diferentes puntos de vista. Otra gran película, con una puesta en escena deslumbrante, y con una Adèle Haenel que aspira al premio a mejor actriz.
En Una cierta mirada, se vio la que será una de las grandes revelaciones del festival: la americana ‘The Climb’. Elaborada a partir de un corto del propio director, cuenta la relación de amistad entre dos amigos durante un largo periodo de tiempo. La ópera prima de Michael Angelo Covino –apunten este nombre– es una comedia divertida, un drama emocionante y un ejercicio de estilo de un virtuosismo realmente sorprendente. Rodada en su mayoría con largos planos secuencias, cuenta con unas elipsis temporales ejecutadas con maestría. Los actores protagonistas son el propio director, y Kyle Marvin (co-guionista y mejor amigo en la vida real del primero) y realizan unas interpretaciones conmovedoras. Una película llena de sabiduría que, en absoluto parece la obra de un principiante.
La última película indie americana de esta sección que faltaba por verse era ‘Port Authority’, ambientada en la escena ballroom de Nueva York. El protagonista, un chico sin familia ni hogar que acaba de llegar a la ciudad, se enamora de Wye. Descubrir que ella es transexual le creará una serie de inseguridades sobre sí mismo. El debut de Danielle Lessovitz resulta interesante en su visión desprejuiciada de los ambientes LGTB underground y en cómo estos pueden servir como apoyo para gente totalmente sola y sin recursos. Al igual que ‘Bull’, otra película que vimos de esta misma sección, ofrece otro retrato de la pobreza en Estados Unidos (aunque de formas totalmente opuestas).
La quincena de realizadores ofreció algunas de las propuestas más curiosas de lo que llevamos hasta ahora. Por un lado tuvimos la irregular pero muy loca película de Bertrand Bonello, ‘Zombi Child’, que comienza en los 60 en Haití y va alternando su historia con la actualidad en un colegio privado para chicas. Su intención es reflexionar sobre la identidad y el racismo mediante zombies, chamanes y adolescentes pijas. Literalmente. Este híbrido imposible no termina de convencer, pero deja algunos buenos momentos para recordar. Por otro, el prolífico realizador japonés Takashi Miike presentó una auténtica fiesta de película en la que hay yakuzas, mafia china, boxeo drogas, persecuciones en coche, ultraviolencia y como bien indica su título, ‘Primer amor’. Tiene el honor de ser la cinta que más risas ha provocado entre la prensa, con aplausos durante la proyección incluidos. Entre tantos dramas intensos y existenciales, es un alivio encontrar algo tan desacomplejado, imperfecto -y orgulloso de serlo- como esto. Y tiene algunos momentos realmente brillantes.
Y, finalmente, la que es la mejor película que se ha proyectado en Cannes hasta el momento: ‘The Lighthouse’, de Robert Eggers (‘La bruja‘). Rodada en blanco y negro y en 4:3, por momentos recuerda a ‘Persona’ de Bergman con simbología marina de por medio. Willem Dafoe y Robert Pattinson –en un duelo actoral sin precedentes-, interpretan a dos hombres que van a trabajar a un faro durante un mes. La cinta examina la evolución de sus personajes hasta su locura. Sin duda será una de las imprescindibles del año, y deja claro que Robert Eggers es de los cineastas más fascinantes en activo.
Este año parece que Cannes ha abrazado por completo el cine de género. En la semana de la crítica también encontramos ejemplos como ‘Vivarium’, la segunda película del irlandés Lorcan Finnegan protagonizada por Imogen Poots y Jesse Eisenberg, quienes interpretan a una pareja que buscan comprarse una casa para comenzar una vida juntos. Sin darse cuenta acaban atrapados en un laberinto del que no pueden salir, en un complejo lleno de chalets vacíos iguales que el suyo. Finnegan critica el modelo de vida implantado por la sociedad en el que todo el mundo parece obligado a tener una casa con su pareja, hijos, asentarse y llevar una vida mediocre y rutinaria. Pero en realidad todo es una excusa para jugar con el género y hacer un entretenimiento sorprendente, aunque también olvidable. En resumen, respecto a los dos primeros días, el nivel ha ido creciendo y ya van apareciendo, por fin, las primeras películas inolvidables que marcarán el año cinematográfico. Esperemos que sigan llegando.
El mundo del pop está tan ansioso por un nuevo disco de Rihanna cuando acaban de cumplirse tres años desde el lanzamiento de ‘Anti‘, que la propia artista ha querido disipar algunas dudas en torno a su sucesor en una entrevista con T Magazine. La cantante vuelve a confirmar -como ya hiciera en mayo de 2018 en Vogue- que su próximo álbum será de reggae o al menos estará centrado en este estilo. El verano pasado, Rolling Stone habló con algunas de las personas involucradas en el proyecto y una de ellas resumía explicando que Rihanna había estado trabajando «con todos los artistas de Jamaica», buscando las 10 mejores canciones en una piscina de 500.
Entonces, Rihanna ya tenía 8 temas seleccionados pero, aunque ha pasado un año, la cantante asegura a T Magazine que no sabe cuándo va a salir su disco. De hecho, confirma que todavía no ha escogido su título, aunque bromea con que se plantea llamarlo «R9», el término con el que sus fans se refieren a él. «¿Cómo voy a ponerle otro título cuando este ya está grabado en mi cráneo?»
En otra parte de la entrevista, Rihanna desmiente que vaya a colaborar con Lady Gaga, un rumor que empezó a circular por las redes sociales cuando la segunda empezó a seguir a la primera en Instagram. En cualquier caso, Rihanna se muestra abierta a trabajar con la autora de la oscarizada ‘Shallow’. Con quien no piensa colaborar más, al menos de momento, es con Drake: «no creo que ocurra, al menos en este disco», afirma. Ya sabéis que Rihanna y Drake, intérpretes de éxitos como ‘Work’ o ‘Too Good’, ya no son amigos.
Mientras llega el tan necesario álbum de «rihggae» de Rihanna, la artista sigue triunfando como empresaria gracias a su línea de cosmética y acaba de anunciar una línea de ropa. Hace unos meses se filtraron las posibles fechas de una posible gira de Rihanna este año con paradas bastante repartidas entre abril, junio, septiembre y octubre aunque la fecha de abril no ha tenido lugar. La última novedad más o menos musical de Rihanna ha sido su aparición en la película-videoclip ‘Guava Island‘ de Childish Gambino.
“La gente me dice que cierre la boca / que deberían quemarme (…) “porque tu mundo es una vergüenza” / “porque tu mundo está obsesionado con la fama” / “porque en tu mundo hay demasiado dolor””. Es una pena que Madonna no incluyera en su set de Eurovisión este fragmento de su inminente tema ‘Dark Ballet’ sino otro, porque en un devenir de los acontecimientos no tan inesperado, habría anticipado lo que iban a ser las siguientes horas de la cantante, con los informativos y webs de medio mundo hablando de cuánto había “desafinado” durante su interpretación de ‘Like a Prayer’. Ayer, hasta el presentador del Telediario se convirtió en profesor de canto; y habló cual técnico de sonido hasta aquel incapaz de distinguir un playback de un directo con Auto-tune.
Madonna no ofreció la mejor versión de ‘Like a Prayer’ sobre el escenario de Eurovisión el pasado sábado. Gracias, ya nos hemos enterado. Quizá, como se ha apuntado en nuestros foros, porque el foco estaba demasiado puesto en su voz y no en el espectáculo habitual que ella suele ofrecer. Ya había ofrecido un show muy similar en la gala de los MET y lo había subido a Youtube por su 60º cumpleaños sin que se viralizara, por lo que parecía bastante claro que no iba a gustar. Aparte del set en sí, antes de introducirse en el mundo de la música disco y electrónica en Danceteria, Madonna nunca se curtió como cantante pese a haberse criado en Detroit. Se mudó a Nueva York para ser bailarina, y hasta cogió antes las baquetas de una batería que las riendas del escenario como frontwoman. En momentos puntuales de su carrera, especialmente en ‘Evita’, ha educado su voz para tratar de extraer de ella lo mejor, pero nunca ha sido de la escuela Whitney o Mariah. Cuando ambas triunfaron en los 90 le resultaron tan fascinantes como un espantapájaros, hablando, en cambio, muy a favor de grandes adictas al playback como las Spice Girls, y manteniendo entre sus grandes referentes vocalistas técnicamente tan modestas como Deborah Harry y Patti Smith.
Hay una teoría de la conspiración que indica que Madonna fue saboteada en el pinganillo y monitores por el propio Festival de Eurovisión. A Madonna le va la marcha y hay que ser muy tonto para no adivinar que iba a liarla con algún tipo de planteamiento político expresamente prohibido en el certamen y que había ocultado en los ensayos. Por tanto, una opción para la organización era derivar la atención hacia otro lado, pero ni siquiera creo que hubiera boicot en un evento tan profesional como este, con décadas de tradición, ni problema técnico alguno. Mientras en sus propios conciertos, y como muestran miles de documentos de Youtube, se la ve cómoda, confiada y solvente, en las galas de televisión muchas veces le han podido los nervios. Los que dan haberte puesto tú misma el listón de ser la mejor frente a la opinión pública. Situada más bien en la línea del “no sabe bailar, no sabe cantar, pero no se la pierdan” de una Lola Flores, su voz en directo en este tipo de eventos ha sido siempre más una lucha que una victoria, como se vio en Live Aid 1985, los Oscars de 1997, el ‘Hung Up’ de los MTV EMA’s de 2005 o el ‘Living for Love’ de los Brits en 2015. Por otro lado, su voz actual, incluso en estudio, como se aprecia en temas recientes como ‘Future’ o ‘Crave’, es muy diferente a la de hace unos años, de la misma manera que en sus últimos discos o directos Bowie, Bono, Paul McCartney, Brian Wilson o Bob Dylan no han cantado igual que en sus debuts. Sí creo que Eurovisión era el lugar de Madonna, aunque solo sea por el descaro con el que los coreógrafos de este festival la han copiado durante este siglo; pero por todo esto presentarse después de 26 participantes curtidos por el grisáceo y perfeccionista patrón de Operación Triunfo, era una idea de Jaimito por una razón de contraste. El futuro que aguarda a estas 26 personas es el mismo que el que aguardó a Sinitta, pero lo cierto es que casi todos bordaron sus 3 minutos de gloria, y ahí Madonna tenía las de perder, incluso dejando la sensación de que de hecho se jugaba algo más que ellos. Todo un WTF, todo un “el mundo al revés”, pero cierto.
Así, un medio alemán titulaba ayer sin ningún tipo de rubor: “Eurovisión ha arruinado la carrera de Madonna”. En España, 20 Minutos colocaba en AMP frente a cientos de miles de personas una noticia opinativa sin firmar de 4 frases en cuyo titular se calificaba la actuación como “desastrosa”. Viendo la actuación en el Youtube del festival o en el de Madonna ligeramente post-producida, no termino de ver el apocalíptico desastre que se ha vivido este fin de semana en las redes sociales, en la prensa generalista o incluso en foros de la propia artista. Uno lee la prensa y parece que va a aparecer en Youtube esa escena de ‘La vie en rose’ en que se dibuja (y exagera) a una Édith Piaf prácticamente moribunda sobre las tablas. Incluso una web de fans de Madonna ha tenido que hacer un llamamiento a la calma indicando que “lo que se está leyendo en internet sobre Madonna durante el día de hoy no es normal”. Esas webs de fans que son lo suficientemente críticas como para hacer una columna de opinión indicando que Madonna no debía colaborar con Maluma, en un ejercicio de “fansplaining” (el fan explicando al artista lo que ha de hacer con su vida) que no puedo sino calificar como osado en los tiempos en que tanto se ha cuestionado el “mansplaining”.
Ciertamente me parece que la reacción ante la actuación de Madonna es desproporcionada. Justin Timberlake a duras penas cantó en Eurovisión 2016, depositando gran parte de la labor vocal de su show en los coristas sin que nadie dijera ni mu. Quavo de los multimillonarios y tan de moda Migos mostró el sábado la misma presencia escénica de un maniquí. Podrían haber puesto un holograma y nadie se habría enterado. Con Madonna, en cambio, se olía a la gente con los cuchillos bien afilados desde antes de subirse al escenario, entre haters (existen, no hay más que leer los comentarios de nuestro site), fans decepcionados de que actuara en un evento con una imagen tan freak como Eurovisión, y fans decepcionados con que actuara en Israel. “Disfrutemos el que va a ser el último día de promo del disco”, escribía un agorero en Popjustice horas antes de la actuación, evidenciando que el meltdown previo era tan palpable que parecía que iba a dar un mitin Isabel Díaz Ayuso, o peor, Morrissey, mientras se recontaba el televoto.
En nuestros y otros foros hemos leído una competición de mensajes absurdos recibidos por fans de amigos y conocidos a través de WhatsApp, que en muchos de los casos son anteriores a la propia actuación, correspondientes a la minientrevista concedida por la cantante. “¿Qué le pasa a Madonna?”, “¿Ha perdido un ojo?” o “han tenido que ayudar a Madonna a levantarse” eran algunos de ellos. Y gente que confunde un paso coreográfico que podía haber hecho con 20 años con necesitar un bastón ya es la pera limonera: no es lo mismo tener 50 o 60 años que tener 80 o 90. Hay 3 décadas de diferencia, y por cierto, cuando Madonna ha necesitado un bastón o una muleta porque se ha lesionado entrenando, se ha llevado uno que le pegara con el conjunto.
Madonna no está en edad de jubilarse, y menos en este momento histórico, pero cada aparición pública que hace representa una oleada de críticas en la que es invitada a marcharse, cuando lo curioso del “ageism” frente a otras discriminaciones, es que a todo cerdo le llegará su San Martín. Parece que no basta con que uno pase de comprar discos que no le motivan, decida “esto no me gusta” o “esta actuación ha sido pésima”: es necesario imponer a la artista el criterio propio, aunque no se tenga ninguno, cayendo en lugares tan comunes y manidos como “nada como una retirada a tiempo” o “en los 80 era cuando Madonna molaba”, como si Madonna hubiera tenido algún tipo de reconocimiento durante aquella década. Nadie recuerda que no olió ni un Grammy por un disco o un tema hasta 1999, cuando llevaba más de 30 éxitos a sus espaldas, y era más que obvio que estaba aquí para quedarse.
En esta lluvia de ideas tan ocurrente de fin de semana por una interpretación vocal desafortunada o un mal día, como se ha podido ver en los comments del site, surge la típica voz salvadora e iluminada que indica a Madonna más cosas que debería hacer para seguir siendo alguien: no comportarse como una adolescente, hacer música acorde a su edad, y otras sentencias de una originalidad sin precedentes desde que aquel medio de comunicación le espetara “cálmese, abuelita” cuando rondaba los 35 años, hace 25 años. ¿En qué momento de esta actuación eurovisiva ha actuado Madonna como una adolescente? ¿Para qué debe Madonna hacer más música y letras sobre ser mayor si cuando las ha hecho, como sucedía en varias canciones de ‘Rebel Heart’ (2015), nadie las ha escuchado? ¿Puede haber letras más explícitas sobre la posición de Madonna en la industria musical, que las que escribió para ‘Joan of Arc’ o ‘Wash All Over Me’? En esta última decía sentirse “como una extraña en un mundo que está cambiando”. “¿Me mantendré en pie o caeré?”, se preguntaba antes de un estribillo en el que asumía: “si esto es el final, deja que pase, deja que venga, deja que llueva, que llueva sobre mí”. ¿Hay que hacer un máster de literatura para comprender que Madonna ya ha jugado la carta de aceptar su propia decadencia y que, simplemente, al mundo no le interesó esa historia y miró hacia otro lado?
También el mundo ha mirado hacia otro lado cuando la performance en Eurovisión ha tenido sus puntos positivos y desde luego sus atrevimientos. Horas antes de que comenzara, el mayor temor entre sus seguidores era que Madonna se estuviera dejando llevar por la propaganda israelí, guiada por su estudio de la cábala y sus creencias religiosas. Bobby Gillespie la llamó “prostituta” en la BBC por actuar en Israel, sin que nadie cuestionara si había llamado antes “chaperos” a Radiohead, Nick Cave y otros artistas que han decidido actuar en este país, pese a las presiones de Roger Waters por tierra, mar y aire. La cantante no solo subió la bandera palestina al escenario, sino que introdujo un interludio entre ‘Like a Prayer’ y ‘Future’, procedente también de ‘Dark Ballet’, en el que una frase resonaba por encima del resto: “Son tan naíf… se piensan que no estamos al tanto de sus crímenes”. Madonna se la estaba metiendo bien doblada al país anfitrión ante 200 millones de personas, pero estas estaban demasiado liadas tuiteando sobre el estado de su voz y de su físico, como si les fuera la vida en ello.
Nadie se ha detenido en el significado de ese interludio, en parte porque desconocemos la canción completa y probablemente el cometido de este tema sea otro, pero sí creo que el hecho de que Eurovisión se haya celebrado en Israel ha condicionado la actuación de Madonna y su repertorio. Aunque muchos esperaban que presentara ‘Medellín’ y ‘Hung Up’ (por su sample de Abba) en la ceremonia, una performance hedonista sobre un sueño húmedo y una bola de espejos no habría funcionado en ese contexto determinado en Tel Aviv. Madame X, además de una eterna adolescente y una prostituta, también ha sido siempre una persona profundamente comprometida política y socialmente (desde su lucha contra el sida, hasta su deseo de “bombardear la Casa Blanca” con Trump dentro), y no ha querido esta vez sino realizar una performance sobria interpretando un tema que es “como una oración” cargado de esperanza, y otro que reflexiona sobre la deriva de nuestro futuro. Está claro que en este caso el cuerpo no le pedía “el mambo” que la gente demandaba. El tiro le salió por la culata, como cuando habló de orgías y sexo explícito en ‘Erotica’, o cuestionó la tontería de la sociedad occidental en ‘American Life’.
Eurovisión es un episodio más en el que la hemeroteca ofrece una versión como mínimo un pelín distorsionada de lo que fue la realidad de esta artista. El mundo ha vuelto a asumir que Madonna está acabada, sin que a nadie le quepan en los dedos de las manos las veces que hemos leído el mismo titular a lo largo de décadas. Sé de primera mano que Madonna genera un tráfico en internet descomunal, y el titular negativo es el que más vende y circula, pero igualmente es obvio que contiene una incómoda paradoja: el día en que un artista está acabado es el día en que no genera titular alguno. La prensa generalista no tiene tiempo ni espacio para lo que no interesa, ni vende, ni genera clics, y por tanto el artista verdaderamente acabado nunca será digno de un titular de la misma. Hoy las entradas de la gira de Madonna no están de saldo, continúan valiendo entre 100 y 2000 dólares. No hay 2×1 ni un “pague 2 y llévese usted 3”. Mi colega en Nueva York me informa justo esta mañana de que nos hemos quedado sin tickets para su gira por exceso de demanda cuando hay anunciada una decena de shows. No sé si me quedo con este jarro de realidad o con el que vi el otro día de “trending topic”.
Blood Orange continúa con la promoción de ‘Negro Swan‘, su último disco, y tras presentar varios vídeos para singles como ‘Charcoal Baby’, ‘Jewelry’, ‘Chewing Gum’ o, más recientemente, ‘Dagenham Dream’, estrena el de ‘Hope’, que puede ser el mejor de todos pese a lo que pueda parecer en un principio.
Dirigido por el propio Dev Hynes, el vídeo de esta canción que cuenta con la colaboración de la cantante canadiense afincada en Nueva York Tei Shi y del rapero Puff Daddy, presenta un cóctel de escenas que no parecen tener demasiada relación entre sí, pero que por alguna razón funciona. Ante todo la protagonista parece ser la ciudad de Nueva York en esta pieza en la que vemos a una pareja discutir, a Blood Orange haciendo una coreografía frente a un piano o corriendo de noche por la ciudad, a jóvenes bajando por una montaña o a un bailarín danzando en un estudio frente a un fondo rojo.
No está muy claro qué nos quiere contar Blood Orange en el vídeo de ‘Hope’, pero su evocadora estética propia de documental y sus diversas escenas sin duda consiguen elevar la canción a otro nivel. ¿Es una especie de homenaje a la juventud, la belleza, la amistad y sobre todo a las frías calles de la ciudad en la que reside Dev Hynes? Curiosamente el vídeo también incluye algunos cameos, de colaboradores de Hynes (A$AP Rocky) o simplemente amigos (Tyler, the Creator). Especialmente estelar es la aparición de Empress Of, que frente a un panel gigante y con Hynes mirando desde lejos, sacude su melena en un plano poco menos que espectacular.
Pasada la resaca eurovisiva es momento de analizar a qué artista está beneficiando más haber actuado en Eurovisión. A Madonna, desde luego, sobre todo parece haberle perjudicado pues su actuación está recibiendo bastantes malas críticas (al menos en foros) y su nuevo single ‘Future’ con Quavo no está entusiasmando, al menos de momento.
Aunque es pronto para saber cuál será el gran éxito de Eurovisión 2019, que no siempre coincide con la canción ganadora, y al éxito de ‘Fuego’ frente al de ‘Toy’ nos referimos, no es ninguna sorpresa comprobar que Duncan Laurence, ganador de este año representando a Países Bajos, ha conseguido colar su balada ‘Arcade’ en el top 20 de las canciones más escuchadas a nivel global en Spotify (es número 14). Bastante por debajo, en el número 34, encontramos al segundo clasificado, Mahmood, con la más bailable ‘Soldi’ pese a que esta triplica las escuchas de ‘Arcade’. Estas son las únicas dos canciones de Eurovisión 2019 presentes en el mencionado top. Más tarde conoceremos el resto del top 200 actualizado pero de momento, con estos datos parece que no habrá sorpresas.
Datos un pelín más interesantes los encontramos en la tabla de virales. Si bien ya se encontraban en la lista las canciones de Países Bajos (15), Suiza (18) y Chipre (38), acaban de colarse en ella las de Islandia en el 12, quizá debido a la polémica con las banderas palestinas; Azerbaiyán en el 16, República Checa en el 20, Reino Unido en el 46 y Estonia en el 47. La gran sorpresa la da, claro, el británico Michael Rice con ‘Bigger than Us’, pues quedó en última posición. El resto a excepción de República Checa, Chipre y Estonia fueron top 10 en la final, lo que nos hace preguntarnos por qué no están siendo igualmente escuchados los temas de Suecia, Macedonia, Rusia, Australia y Noruega, totalmente ausentes de la tabla en todos los casos. Miki es número 1 en Youtube España con ‘La venda’.
Tomavistas, que se celebra este fin de semana, informaba ayer de que solo quedaban 200 abonos, que deben de ser unos pocos menos a estas horas. Pese a las tormentas que el año pasado llevaron a los asistentes a refugiarse debajo de bancos de mala manera, la cita madrileña se ha consolidado gracias a la solidez de su cartel, su apetecible ubicación no-tan-lejos del centro de la ciudad, su buena organización, su adaptación a las familias con hijos con la programación de shows el sábado por la mañana y ambos días por la tarde y su buena oferta culinaria. El cartel de este año es particularmente atractivo como vemos a continuación, y además la previsión meteorológica es muy buena. Al término de los abonos, aún quedarán disponibles algunas entradas de día. Más información, aquí.
Beach House
Los grandes cabezas de cartel del viernes en Tomavistas son Beach House, que siguen presentando por el mundo ese ‘7‘ para el que han ideado uno de sus montajes de directo más oscuros y esotéricos, como veíamos el año pasado en Primavera Sound. Un disco que pasaba por casi todas las listas de lo mejor de 2018 y que ha seguido alimentando la leyenda del dúo de Baltimore compuesto por Victoria Legrand y Alex Scally, que sigue sin conocer disco malo y sí haciendo crecer su particular mundo de dream-pop con canciones tan deslumbrantes como ‘Lemon Glow’ o ‘L’inconnue’, 14 años después de su debut en mejor forma que nunca.
Cigarettes After Sex
Un poco sin que lo viéramos venir, Cigarettes After Sex se han convertido en el grupo de dream-pop más popular en estos momentos. Esto se ha debido en parte a su sonido y sus letras, mucho más sensuales y eróticas de lo que acostumbran por ejemplo Beach House, pero también a una serie de canciones deslumbrantes como ‘Nothing’s Gonna Hurt You Baby’ o ‘Apocalypse’ que han puesto sobre la mesa la gran habilidad compositiva de su vocalista Greg González. Tras lanzar singles sueltos como ‘Crush’, un nuevo álbum de Cigarettes After Sex se espera, sin falta, para este mismo año.
Toro y Moi
El otrora adalid del chillwave gracias sobre todo a sus primeros discos, Toro y Moi ha sorprendido este año publicando uno de los trabajos más bailables, divertidos y en general accesibles de su carrera dos años después del discreto ‘Boo Boo’. Auspiciado por dos single-azos del nivel de ‘Freelance’ y ‘Ordinary Pleasure’, ‘Outer Peace’ muestra a un Chaz Bear cómodo en diversos disfraces, entregado tanto a los ritmos de Daft Punk y DFA como a los del urban, R&B o incluso del trip-hop, abriendo su estilo hacia otras direcciones sin olvidar a aquel Toro y Moi que nos deslumbrara hace una década con joyas como ‘Blessa’ o ‘Imprint After’.
Cala Vento
Carolina Durante actúan en Tomavistas el viernes pero, en su lugar, porque qué vamos a decir de ellos que no hayamos dicho ya, destacamos a otra banda de rock que está empezando a despuntar de verdad comercialmente tras unos prometedores inicios en el underground. Cala Vento acaban de ser top 7 de ventas en España con su álbum ‘Balanceo‘ gracias a que se puso a la venta primero en su edición física, y aunque no han durado mucho en la lista, por lo menos también pueden decir que les ha quedado un disco realmente notable, que se abría a otros géneros como incluso el ritmo hip hop.
Joe Crepúsculo
Crepus sigue siendo el alma de la fiesta como demuestra el implacable éxito de sus conciertos, que se repetirá en Tomavistas pues el cantante barcelonés presenta un disco de grandes éxitos. ’10’ era el repaso de Joe Crepúsculo a una década de hits en la que ha conseguido sudar en la pista con ‘Mi fábrica de baile’ pero sobre todo crear un sonido propio a través de la diversidad de estilos y de unas letras llenas de sabiduría. Ha hecho canción española (incluso ha colaborado con Raphael), bakalao o reggaetón siempre sin abandonar el synth-pop y nos ha dado un buen momento tras otro, quizá al contrario de lo que algunos esperaban.
Spiritualized
Si Beach House son los grandes «headliners» del viernes en Tomavistas, el sábado lo será Spiritualized. El proyecto de Jason Pierce sigue en pletórica forma cuando acaban de cumplirse 20 años de su gran obra maestra ‘Ladies and Gentlemen… We Are Floating in Space’ y aunque en los últimos años ha dado luz a varias obras notables, en 2018 publicó uno de los mejores discos del año. ‘And Nothing Hurt‘ ha dado nuevo oxígeno al repertorio de Spiritualized a través de grandes canciones como ‘I’m Your Man’ o ‘A Perfect Miracle’, que ya se encuentran entre sus más populares.
Deerhunter
Aunque este año no han publicado uno de sus discos más redondos, Deerhunter sí han sumado más buenos temas a su repertorio con ‘Why Hasn’t Everything Already Disappeared?’, entre ellos los singles ‘Death in Midsummer’ y ‘Element’ y ese ‘What Happens to People?’ lleno de marimbas ufanas que destacamos como «la canción del día» hace unos meses. Aunque cualquier excusa es buena para no perderse en directo a una de las bandas de rock más importantes de la década, que actúan el sábado 25 en Tomavistas justo antes de hacerlo en Barcelona.
Friendly Fires
Hace poco nos preguntábamos qué pasaba con Friendly Fires. Hemos conocido varios singles nuevos del grupo británico en los últimos tiempos, pero seguimos sin escuchar el álbum, que ha de suceder al lejanísimo ‘Pala’, lanzado en 2011 (!!!). Las noticias son positivas: Friendly Fires se encuentran ultimando su disco y lo publicarán con suerte antes de que acabe el año. Mientras, siguen ofreciendo directos vibrantes como el que les vimos hace poco en Mad Cool.
Cass McCombs
El veterano Cass McCombs ha llegado a su noveno álbum convertido en uno de los valores más seguros de la canción norteamericana actual. ‘Tip of the Sphere’ ha sofisticado su sonido abriéndose a ricos arreglos y estructuras propias del free jazz en algunos puntos, creando una obra que parece existir en un ensueño. Junto a álbumes como ‘Wit’s End’ (2011), ‘A Folk Set Apart’ (2015) o ese ‘Mangy Love‘ (2017) que contiene el hit ‘Bum Bum bum’, ‘Tip of the Sphere’ ha vuelto a demostrar que a McCombs siguen sin agotársele las ideas pese a ser un artista realmente prolífico.
Cariño
La programación nacional de Tomavistas este año es muy interesante, con Triángulo de Amor Bizarro, Soleá Morente y Morgan (aparentemente sin nuevo disco) entre los nombres destacados. Entre ellos se encuentran por supuesto Cariño, que este año han pegado un buen salto de popularidad gracias a canciones como ‘Mierda seca’ o ‘Bisexual’ o a su versión de ‘Llorando en la limo’ de C. Tangana que aúnan letras descaradas con melodías pegadizas. Braguetazo de Elefant con este trío madrileño de power-pop cuyo éxito aún no sabemos hasta dónde puede llegar. Son la gran atracción del sábado por la mañana como puedes comprobar en los horarios, disponibles aquí.
Katy Perry ha actuado esta noche en la gala final de American Idol, programa en el que ha sido jurado durante sus dos últimas temporadas. La cantante ha presentado su balada ‘Unconditionally’ acompañada del concursante Jeremiah Lloyd y, de manera destacada, su single con Daddy Yankee ‘Con calma’, un remix del tema original de Yankee en la onda de ‘Despacito’ con Justin Bieber, que ya era un gran éxito en América Latina y España (donde ha sido número 1) antes de sumársele Perry. Aunque la colaboración también está siendo un pequeño éxito: a poco más de un mes de su lanzamiento ya supera los 80 millones de reproducciones entre varias plataformas de streaming.
La presentación de ‘Con calma’ en American Idol ha sido bastante vistosa, más Katy Perry imposible. La autora de ‘Witness‘ ha salido como disfrazada de Dolly Parton y ha empezado su actuación sentada, situándonos en una especie de peluquería y acompañada de sus bailarinas / peluqueras. Aunque lo que más ha llamado la atención de su actuación ha sido esa peluca absurdamente gigantesca que «llevaba”, y que prácticamente ocupaba todo el escenario. Daddy Yankee ha salido después vestido con una gabardina, y Perry se le ha sumado ya con una peluca más práctica, para terminar el tema.
Ante el mini éxito del remix de ‘Con calma’ pero también ante el sonado fracaso que ha supuesto ‘365’, su single junto a Zedd y viniendo de los decepcionantes resultados comerciales de ‘Witness’, parece que Perry planea sacar un nuevo single a finales de mayo al menos según lo que puede leerse en varios foros. Un «insider» fiable del foro Pulse Music, supuestamente un profesional de la radio, asegura que Perry tiene un nuevo tema listo para publicar el 31 de mayo cuyo título llevaría las siglas «NRO», que significarían ‘Never Really Over’ según las deducciones de algunos usuarios (correctas según el insider, aunque no específica cuál exactamente). Ya se sabe que cuando el río suena, agua lleva aunque habrá que esperar a que Perry se decida a anunciarlo.
Exactamente un año después de la edición de su anterior álbum ‘F.A.M.E.‘, Maluma publica ya el siguiente, ’11:11’, otra prueba de los nuevos tiempos que se manejan en la industria musical. El colombiano no se iba a quedar quieto justo cuando tanto se está hablando de los últimos discos de J. Balvin o Bad Bunny a nivel internacional, y este álbum es un claro intento por alcanzar nuevos mercados tan solo unas semanas después de la edición de su canción colaborativa con Madonna y de actuar con esta en los americanos premios Billboard frente a millones de personas que no le conocían. Madonna no es decisiva para Maluma en el mercado anglosajón del streaming, para eso ha llamado más bien a Ty Dolla $ign en ‘Tu vecina’, pero sí es importante para él a nivel imagen, ventas, royalties y la llegada a nuevos mercados, como el gay, nada desdeñable. Leer los mensajes que durante los últimos meses se han dejado en el foro de Madonna de Popjustice sobre Maluma, donde no sabían quién era, ha sido oro, y para muestra, este.
El deseo de expansión del ya exitosísimo Maluma se traduce, exactamente como sucedía en ‘F.A.M.E.’, en unas canciones que buscan ser hits inmediatos antes que producciones alternativas, diferentes o retorcidas a lo Bad Bunny. Llama la atención la solidez de las melodías sobre todas las cosas, como es muy visible en el simpático dembow junto a Ricky Martin de ‘No se me quita’; la salsera ‘Te quiero’, que es justo lo contrario de lo que anuncia su título («te quiero bien lejos») o la contagiosa ‘No puedo olvidarte’ junto a Nicky Jam, que referencia el ‘Taki Taki’.
Cada pista vuelve a ser, como sucedía con el álbum anterior, un posible cuarto, quinto o sexto single. Para los primeros, esta vez Maluma ha optado por lo romanticón y los mensajes de empoderamiento a su manera, como sucedía con ‘HP’ («hijo de puta» es su polémica y peculiar manera de desprestigiar a un maltratador) o ahora con ’11 PM’, con su guitarrita triste que recuerda a una baladita onda Sting. «Una baby como tú se merece algo más», insiste otra de las canciones del disco, la final ‘Déjale saber’; mientras otras continúan con los mensajes posesivos de siempre («Quiero que seas mía y nunca de nadie», dice ‘Me enamoré de ti’).
En un momento del minutaje de este ’11:11′ que incluye hasta 16 canciones, hay un momento en que el exceso de miel juega en su contra. Después de todos esos «Me enamoré de ti, dime si tú de mí», «sigo aquí pensando en ti» y el baladón orquestado «Dinero tiene cualquiera, pero amor no»; ‘Soltera’ con Madonna, sin ser el single con más potencial del disco, es todo un soplo de aire fresco por su carácter distrutón entre Diplo y Lola Indigo, y su letra tipo «paso de ti». Aquellos decepcionados por lo onírico de la elegante y tranquila ‘Medellín’ posiblemente encuentren aquí el reverso brutote, borrico y obvio que necesitaban para este verano. Ojalá un 12″ con ambas. Madonna chupando literalmente un pie a Maluma en la cara A, y en la cara B diciendo literalmente que «no se rendirá a sus pies» y despidiéndose de él: «ciao, papi».
Triunfan ya en las plataformas de streaming sin ser sencillo ‘Dispuesto’ con el valor seguro en Youtube y Spotify de Ozuna; o la mencionada ‘Tu vecina’, el tema con más dedicación al inglés y uno de los pocos del disco que realmente se desbocan mínimamente en su aproximación a las pistas de baile tradicionales. ‘La flaca’ con Chencho Corleone y ‘Puesto pa’ ti’, con la voz femenina de Farina, contribuyen al dinamismo de ’11:11′ hacia su final, sonando también como posibles éxitos en lugar de como, a esas alturas, bonus tracks. Y tiene su mérito. Maluma continúa sin ser el gran revolucionario de la música latina pero la suma de más y más temas con streamings millonarios no se la quita nadie…
Calificación: 6,6/10 Lo mejor: ‘No se me quita’, ‘Soltera’, ‘Te quiero’, ’11:11′ Te gustará si te gusta: Luis Fonsi, Daddy Yankee, la lista de colaboradores del disco, el anterior disco de Maluma Escúchalo:Spotify
Escuelas Pías, el dúo de synth-pop y shoegaze melódico formado por Davis y Cristian de Sundae, autor del disco ‘Nuevas degeneraciones‘ y de canciones como ‘Temporal’ o ‘La ciencia del iluso’, volvía el pasado mes de noviembre con un nuevo álbum titulado -muy apropiadamente- ‘Música ligera para un funeral‘. El segundo largo de Escuelas Pías ponía sobre la mesa otro puñado de buenos temas tan inmediatos como sumidos en las sombras como ‘Agujero negro’, ‘Me muevo’ o ‘La carrera espacial’, en las que volvía a mandar el muro de sonido habitual del dúo compuesto por capas y capas de guitarras eléctricas y sintetizadores envolventes.
Había más canciones interesantes en ‘Música ligera para un funeral’ y una de ellas es ‘Carrie Page’, una de las más cautivadoras en su unión de teclados y guitarras shoegaze que te nublan la vista y pueden remitir a los ultimísimos Beach House. Como la música del grupo de Baltimore, ‘Carrie Page’ es una canción tan misteriosa como sugiere su título extraído de uno de los personajes de la tercera temporada de ‘Twin Peaks’, una serie que ha influido a Escuelas Pías de manera especial, y que el dúo ha buscado homenajear también en el videoclip de la canción, que estrenamos.
Se trata de una «recreación cañí y low cost del universo lynchiano y su personaje Laura Palmer, un trabajo que sus artífices definen como un VHS alucinógeno con doppelgänger de extrarradio». Los autores del vídeo son los propios integrantes de Escuelas Pías y el actor, performer y autor del poemario ‘De carne y plástico’ Álvaro Prados. Puro VHS y estética DIY en este inquietante vídeo que sirve para recordarnos la gran cantidad de magia que escondía esta canción. ‘Carrie Page’ se editará en físico el próximo 31 de mayo con la cara b ‘Yo te siento así’, una versión del tema eurodance de los 90 de G.E.M. Escuelas Pías sigue presentando su disco en directo, y estará próximamente en Los Chozos Fest (28-30 junio, Grazalema) junto a grupos como Papa Topo o Detergente Líquido.
Slipknot estrenaban el pasado viernes ‘Unsainted’, single de anticipo de un nuevo disco que publican este verano, pero esta buena noticia para sus fans se ha truncado en las últimas horas por otra mucho más triste. En un comunicado del grupo enmascarado de post-metal, lamentan el fallecimiento de Gabrielle, la hija pequeña de clown (de nombre real Shawn Crahan), uno de los dos percusionistas del grupo y miembro fundador del mismo. La joven tenía 22 años y no se han dado a conocer las causas de su fallecimiento. Este es el comunicado firmado por el propio Crahan:
«Con el corazón roto, y desde el más profundo dolor, os informo a todos que mi hija más joven, Gabrielle, murió ayer, Sábado 18 de mayo de 2019. Tenía 22 años de edad. Los arreglos fúnebres son inminentes. Mi familia y yo pedimos que nuestra privacidad sea respetada siguiendo adelante. Gracias.
Mucho amor,
clow»
De esto se deduce que, por terrible que sea el hecho, no truncará los planes musicales de Slipknot. Como decíamos antes, se ha anunciado la publicación el próximo 9 de agosto de ‘We Are Not Your Kind’, el sexto trabajo de estudio de la banda, primero desde que en 2014 publicaran ‘.5: The Gray Chapter’. Y ‘Unsainted’, adelanto de este trabajo, se presentaba con un vídeo precisamente dirigido por el propio Shawn Crahan. Paralelamente, Slipknot desarrollan una gira que tendrá parada en Madrid el próximo 29 de junio, dentro del cartel de Download Fest 2019, que encabezan junto con Scorpions y Tool.
No tenemos claro si DJ Khaled es una de las mayores estrellas del hip hop o sólo un cara dura con un gran olfato para el marketing. Sus producciones a medio camino del pop y el hip hop, que nunca firma en solitario, no cuentan con nada distintivo o un sello propio (bueno, sí: su empecinamiento, de lo más irritante, por llenarlo todo de latiguillos como “another one” y “DJ Khaled”). Y sin embargo, en sus discos se rodea de las más grandes estrellas del pop y el hip hop de cada época. ‘Grateful’, su álbum de 2017, incluía a Beyoncé, Jay Z, Rihanna, Justin Bieber, Travis Scott, Nicki Minaj, Calvin Harris, Lil Wayne, Migos o Future cantando sus canciones, prácticamente garantizándose algún éxito.
Y ‘Father of Asahd’, el nuevo trabajo que publicó el pasado viernes, no se queda atrás, con muchos de ellos repitiendo en la nómina –Beyoncé, Jay Z, Justin Bieber (con aquel tema estrenado el pasado verano, ‘No Brainer‘), Travis Scott, Lil Wayne y Future, por ejemplo– y sumando nuevas incorporaciones a su clan, como Cardi B, SZA, Post Malone, J Balvin, John Legend, Buju Banton, 070 Shake o el recientemente asesinado Nipsey Hussle.
Con semejante lluvia de estrellas, su anunciada aparición en el Saturday Night Live del pasado fin de semana se antojaba como una ocasión de ver a algunos de esos nombres juntos sobre el escenario. Y así fue, si bien los nombres más gordos, como cabía esperar, no hicieron acto de presencia. Sí estuvieron con él en primera instancia Lil Wayne, Big Sean, Meek Mill, Lil Baby, J Balvin y Jeremih, interpretando ‘Jealous’ y ‘You Stay’; y luego, un segundo set comenzaba con SZA interpretando el tema ‘Just Us’, para luego dar paso de nuevo a Meek Mill para interpretar ‘Weather The Storm’ y, por último, John Legend al piano para cantar parte de ‘Higher’, el corte en el que interviene el citado Nipsey, al que Khaled –que no para en ningún momento de meter baza, de forma casi cómica– dedicó la actuación, luciendo una camiseta con una imagen suya.
Ignoramos si habrá repercusiones para Madonna por mostrar ayer, unidas, la bandera israelí y la palestina sobre el escenario, al final de su actuación en la final de Eurovisión 2019. De momento, su discutida actuación (por causas técnicas, sobre todo: no logró dar con el tono adecuado en la versión «gregoriana» de ‘Like A Prayer’) en Tel Aviv ha sido vetada y no aparece en el canal oficial de Eurovisión en Youtube. Aunque imaginamos que pretende olvidar cuanto antes el inicio de su show, la propia artista sí ha subido precisamente ese fragmento final a sus redes sociales, autoproclamándose una «luchadora de la libertad». Bueno, no ella, sino ‘Madame X’, ya sabéis.
Pero Madonna no fue la única que apoyó la causa palestina en el festival: aunque se vio muy fugazmente durante la emisión, esta mañana trascendían imágenes de los representantes islandeses, Hatari, sosteniendo ante la cámara banderas oficiales del Estado Palestino. Tal y como muestra el cantante del grupo en un vídeo de su Instagram personal, tras eso el personal de seguridad de la ceremonia fue hasta su sitio en la green room y les arrebató ambas banderas. Lejos de retractarse, el grupo ha subido a su cuenta oficial de Instagram una enorme bandera palestina compuesta en tres imágenes. Esto, evidentemente, podría acarrear algún tipo de sanción para Islandia. Si habitualmente no se permite exhibir símbolos de ámbito político en el concurso de la canción, con una cuestión tan candente como la disputa territorial en Oriente Medio de fondo y la poderosa Israel como agraviada, veremos en qué acaba la cosa.
En todo caso, ya se podía intuir que Hatari la liarían de una u otra manera en el festival. Antes de ser elegidos por los telespectadores islandeses para representar a su país, el grupo de tecno-punk post-industrial ya prometían provocación y transgresión. No olvidemos que la canción que presentaban se titula «El odio prevalecerá» y su letra habla de una Europa derrotada por las disputas y el odio entre los pueblos. Quedó en un meritorio décimo puesto, por cierto. Pero, aparte de eso, habían lanzado un desafío al propio Benjamin Netanyahu a disputar con ellos un combate de glíma, una suerte de lucha libre tradicional islandesa. Si el trío musical ganara, tendrían el derecho de establecer en la frontera israelí “la primera colonia de BDSM libre en la costa mediterránea”; si ganaba el presidente israelí, le ofrecerán al estado israelí el control político y económico de Vestmannaeyjar, un archipiélago al sur de Islandia. Obvia decir que el político ni se manifestó. Pero Hatari se han cobrado su particular vendetta.
Sin mucho precalentamiento, Tyler, the Creator anticipaba a principios de este mes de mayo con una seriedeteasers la llegada de ‘IGOR’, el álbum que sucede a su fantástico trabajo ‘Flower Boy‘. En este ya comenzaba a difuminar, al menos en parte, el perfil de rapero duro y perturbador que había labrado desde sus inicios como parte del colectivo Odd Future. La música soul, el R&B y el funk más clásico tomaban mayor protagonismo en un disco más cantado, que por momentos le acercaba al trabajo de su amigo de la infancia y colaborador frecuente Frank Ocean.
Y en ‘IGOR‘, publicado este pasado viernes 17 de mayo, esa faceta más emocional y más, digamos, pop cobra aún más protagonismo. La mayor muestra es el primer tema para el que ha presentado vídeo oficial y que podemos considerar su primer single oficial. Se trata de ‘EARFQUAKE’, una bonita canción introducida por un piano y unos coros masculinos que se convierten en un recurso constante en sus poco más de 3 minutos. Coros de raíz soul que, según el momento (porque el tema tiene una estructura algo perversa, con partes que no se repiten o que cambian de tono inesperadamente si lo hacen), son interpretados por el propio Tyler con la asistencia de Dev Hynes (Blood Orange), el veterano Charlie Wilson y el rapero Playboi Carti.
Este, al que Tyler ha mostrado su admiración repetidamente, tiene un protagonismo doble en ‘EARFQUAKE’, puesto que además de rapear en solitario un verso y cantar en la intro, es homenajeado en el título de la canción: al parecer, es un guiño a una barra de su canción de 2015 ‘Fetti‘, donde decía «I just left Houston, I just left Earf». Por lo tanto, no, no es una errata sino que ese «ferremoto» tiene toda la intención del mundo. Un temblor de tierra que, a tenor de la canción, es causado por una persona que le ha roto el corazón y de la que, a pesar de todo, Tyler sigue irremediablemente colgado. Desesperado, en el post-estribillo canta «no te vayas, es culpa mía / no te vayas, porque cuando todo se derrumbe te necesitaré».
Esa pose de crooner soul adoptada en la letra se hace real en el vídeo oficial de la canción. Un vídeo que co-protagoniza Tracee Ellis Ross, actriz de la sitcom ‘Blackish’, que ejerce de un programa de variedades al que invitan a actuar a ¿Tyler? Este, con peluca rubia que emula la primera imagen de Sia y gafas de sol gestualiza de manera convincente ‘EARFQUAKE’, tanto en pie como sentado a un piano giratorio. Pero como en casi todos los clips de Tyler Okonma, el punto de surrealismo, absurdo e impacto visual tiene su papel: haciendo caso omiso de la señorona, el cantante fuma en el escenario, provocando un incendio que no es óbice para que continúe su interpretación, a pesar de acabar él mismo achicharrado. Como ocurre en otros vídeos suyos, interpreta otro papel: el de uno de los bomberos que actúan en su propio rescate.
El vídeo parecía un anticipo de lo que ha ocurrido en las últimas horas, en cierto modo: este sábado Tyler, con peluca, traje y todo, anunciaba desafianteante el Palacio de Buckingham un concierto sorpresa en un espacio público de la ciudad de Londres, invitando a todos sus seguidores a acudir a verle de manera gratuita. Era su primer concierto en territorio británico desde 2015, después de que la mismísima Theresa May, entonces al frente del Ministerio de Interior, vetara su entrada al país al considerar que podía constituir un peligro para el país. Pues bien, según The Fader, el concierto fue suspendido por parte de la policía al poco de comenzar, tras considerar que el evento era demasiado tumultuoso. Al parecer, les pareció poco apropiado que parte del público se encaramara a la verja del parque público para poder verle.