Zahara es el nuevo número 1 de JENESAISPOP con ‘MERICHANE’, el impactante single principal de su próximo álbum. Es el primer top 1 de la cantante en nuestro top 40, pues es inusual que una canción en castellano sea la más votada del site, pero lo curioso es que sube al top 2 otra composición en nuestro idioma: ‘Perra’ de Rigoberta Bandini, también un máximo para esta artista. Es una semana de novedades, y entran en lista FKA twigs, Alexanderplatz, Cala Vento, Love of Lesbian y Blackpanda. Nos despedimos de ‘Demasiadas mujeres’, ‘Autorretrato’ de Tulsa y ‘Lo que te falta’ de Soleá Morente, ya con 10 semanas de permanencia pero en la mitad baja de la tabla. Podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por vuestras canciones favoritas, aquí.
The Weeknd ofrece esta noche (tarde en Estados Unidos) la actuación musical del intermedio de la Super Bowl, pero a lo largo del día de hoy el evento ha contado con otros artistas musicales como Miley Cyrus, que a eso del mediodía ha dado un concierto llamado TikTok Tailgate con el que se ha honorado el papel de los sanitarios durante la pandemia.
La autora de ‘Plastic Hearts‘ ha dado un concierto entero, de repertorio generoso, de 20 canciones nada menos, entre las que se han encontrado éxitos como ‘The Climb’, ‘Party in the U.S.A.’ (con un sonoro «amamos a Britney» insertado entre la segunda estrofa y el estribillo), ‘We Can’t Stop’, ‘Nothing Breaks Like a Heart’, ‘Wrecking Ball’ o ‘Midnight Sky’. También ha sacado a Billy Idol para cantar juntos ‘Night Crawling’ y ‘White Wedding’ y a Joan Jett para hacer lo propio con ‘Bad Karma’, ‘Bad Reputation’ y ‘I Hate Myself for Loving You’.
El setlist de Miley también ha contado con un generoso número de covers, que tanto gusta hacer a la artista. ‘Jolene’ no ha faltado, como tampoco ‘Heart of Glass’, y además ha sorprendido cantando versiones de ‘Rebel Girl’ de Bikini Kill y ‘Hole Like a Hole’ de Nine Inch Nails, canción que inspiró ‘On a Roll’, uno de los temas que canta Miley en el episodio de ‘Black Mirror’ que protagoniza, en el que interpreta a una estrella del pop.
Durante el evento de la Super Bowl también se han llevado a cabo las actuaciones esperadas de H.E.R. cantando ‘America the Beautiful’, y de Jazmine Sullivan y el cantante de country Eric Church interpretando el Himno Nacional, el ‘Star-Spangled Banner’. La versión country de dicho himno realizado por Church… para mencionar aparte. Os dejamos con los vídeos de estas últimas actuaciones y otros de Miley, a falta de que su concierto sea subido a Youtube, o a otra plataforma, al completo.
La relativa aceptación del disco de Paris Jackson hace preguntarnos si Scarlett Johansson sufriría el mismo «backlash» en 2021 que el que sufrió en 2008 con ‘Anywhere I Lay My Head’. Johansson no era «hija de», pero sí fue considerada lo que luego Ojete Calor llamaron «mocatriz«, y eran los tiempos de la misógina etiqueta de «chica con guitarra». Hoy nos lo pensamos dos veces antes de etiquetar a las personas por su género, en caso de que consideren tener uno, o al menos sabemos que la palabra «música» está aceptada por la RAE.
Aquel disco de Scarlett estaba producido por músico indie, Dave Sitek, nada menos, y en eso coincide este primer movimiento de Paris, apostando ella por Andy Hull de Manchester Orchestra, un grupo americano pese a su nombre, de indie rock y corte intenso, cuyo mayor éxito dura 7 minutos. Paris Jackson no llega a ese extremo en un disco que sí busca en cambio trascender, lejos de lo ligero, de lo inmediato y de lo que entra por los ojos. Lejos de lo que hacía su padre, Michael Jackson, en pocas palabras: ni de coña aparece ella en la portada. Eso se lo ha dejado a un girasol mustio.
Paris Jackson tiene una voz bastante apañada, como influida por ciertas vocalistas de neo-soul y jazz pop, no necesita doblados ni efectos que produzcan cosas extrañas, lo cual es idóneo para este disco de desamor narrado en orden cronológico. ‘wilted’ va desde el deseo de descubrimiento de ‘collide’, un tema que podría haber entonado la Dido más acústica; a ‘another spring’, en la que la autora espera que las «heridas» adquiridas nos lleven a una «nueva primavera».
La cantante no esconde sus influencias, e incluso quizá ha sido demasiado buena revelando su obsesión por Radiohead, tatuajes incluidos, pues todo el tracklist funciona como adivinanza de a qué producción de los de Thom Yorke te recuerda. El single se llama ‘let down’ y termina en plan ‘Karma Police’. Antes, la tercera pista ‘repair’ deja muy claro que el modo de grabar las guitarras acústicas está inspirado, sí, en la era ‘OK Computer’. Algo que también se nota en el inicio de voz sampleada de ‘cosmic’. En esta, quieren flotar en el universo el efecto fantasmagórico, el punteo de guitarra eléctrica y su letra, que podría estar dedicada a su amante pero también a David Bowie: “no sé si volverás de las estrellas / pero yo te sostendré si tú te sostienes, porque somos cósmicos”.
Con ‘eyelids’ y la aportación de Andy Hull a las voces quizá haya que recordar a alguien que los dúos chico-chica no los inventaron Taylor Swift y Bon Iver, pero la buena noticia es que ‘wilted’ supera las comparaciones con ‘folklore’ a través de un tramo final bastante excitante, en el que la sensación buscada de «álbum atmosférico», capaz de «flotar en el espacio» como habíamos visto en ‘cosmic’, está bastante conseguida. Los suspiros transformados en «beat» de que tan orgullosa está acompañan a la sabia producción de ‘scorpio rising’, de letra oscura (“eres mi causa perdida, eres mi último pensamiento, eres mi gasa manchada, eres todo lo que tengo”), la única en la que podemos oler una pequeña influencia de Michael Jackson: una voz masculina distorsionada en modo narrativo emerge a modo de ’Thriller’. El piano y percusión de la excelente ‘wilted’ alcanza en intensidad a The National o Dominique A, y el guiño americana de ‘another spring’, entre palmas y ritmo, pone el contrapunto de luz a un disco que se estaba tornando demasiado fúnebre. Un disco que ya no va a petarlo pero que sí podría introducir a Paris en ciertos circuitos, como el festivalero (cuando haya uno).
Un primer vistazo a su imagen puede llevar a pensar mal: alguien en la industria está buscando algo así como “la Phoebe Bridgers europea” para tratar de sacar partido al éxito inusitado de ‘Punisher’. Pero no, la londinense (aunque residente en Dublín) Anna B Savage está bastante lejos de sonar como la norteamericana, y su parecido con ella no va mucho más allá de lo físico (aunque, eso sí, en algunas imágenes es ciertamente llamativo). [Foto: Ebru Yildiz.]
Y eso que Savage, como Bridgers, puede encajar por modos en el canon de una cantautora rock. Sin embargo, es abrir su boca y lanzar su voz grave, engolada y expresiva –posiblemente una herencia de sus progenitores, cantantes líricos ambos– y tumbarse cualquier tipo de símil. Más bien obliga a pensar en referentes tan dispares como Anna Calvi, Dayna Kurtz o la ANOHNI de sus primeros años, los más orgánicos, para dar con la tecla. Además, Anna B Savage no ha salido de la nada, precisamente: su primer EP –producido por DM Stith, colaborador frecuente de Sufjan Stevens, entre otros– data de 2015, y aquellas canciones ya le sirvieron que Father John Misty la reclamara como telonera para parte de una de sus giras europeas.
Al margen de su excelsa reinvención del clásico ‘Always On My Mind’ (que muy probablemente la llevará a sonar más allá de ámbitos independientes), Savage acaba de publicar hace pocos días, vía City Slang, su álbum debut, ‘A Common Turn’. Un disco que definitivamente la muestra como algo más que una simple promesa. Y basta, para tener la certeza, con acercarse a singles como ‘Dead Pursuits’, ‘A Common Tern’ (sic), ’Corncrakes’ o ’Chelsea Hotel #3’, siempre con su poderosa y expresivo timbre como gran protagonista… aunque los giros de los arreglos y las estructuras también tienen lo suyo. Esta última ejemplifica además otra singularidad de Anna, que está en unas letras en las que desnuda su intimidad de una forma muy poco frecuente. Por ejemplo, detrás de ese aparente homenaje a Cohen esconde en realidad una oda al orgasmo femenino, expresado en la narración precisa de un cunnilingus y escenificado menos metafóricamente de lo imaginable en su vídeo. Así, no sorprende lo más mínimo que una de las ediciones especiales de ‘A Common Turn’ incluya como gancho el regalo de un vibrador de bolsillo hecho con plástico ecológico. “Hay que pajearse más”, resume a modo de lema.
Pero Savage no solo expone su sexualidad, sino también sus sentimientos. Así sucede en el último tema extraído del álbum previo a su lanzamiento, ‘Baby Grand’, hoy la «Canción Del Día. Bajo ese “piano de cola” sucede una escena en la que Savage recrea un momento de intimidad con una ex-pareja –entre mundanas referencias a Spice Girls y Arcade Fire– con la que se busca mantener una amistad. Y, como reconoce Anna entre sollozos al final del clip-entrevista, es algo que puede acabar mal si viejos sentimientos vuelven a florecer. Una delicada narrativa que impacta aun más con los vaivenes de energía de la propia canción, que en conjunto suponen uno de los primeros zenits de emoción pura que nos regala la música de este 2021.
The Weeknd ofrecerá esta noche su esperada actuación en el intermedio de la Super Bowl, que se celebra en Tampa, Florida y en España podrá verse a eso de la 1.30 y las 2.00 de la madrugada en plataformas como Movistar+. El artista canadiense ha asegurado que NO habrá artistas invitados en la actuación, por lo que cabe dar a Rosalía por descartada aunque siempre puede haber lugar a alguna sorpresa de última hora; y además se sabe que ha pagado parte del show de su propio bolsillo para que sea exactamente como lo ha imaginado en su cabeza. Y ya puede serlo: le ha costado 7 millones de dólares.
En principio, puede parecer valiente por parte de The Weeknd que actúe completamente solo en el intermedio de la Super Bowl, que durará entre 12 y 13 minutos como ha venido siendo habitual; pues por mucho que el artista sea fan de Michael Jackson, nunca ha bailado como él. Sin embargo, para que no se nos olvide que tiene tantos hits como Lady Gaga, que también tocó sola, el canadiense ha publicado estos días un recopilatorio de éxitos y temas «destacados» que dura más de 1 hora: seguro que no necesita a nadie para ofrecer actuaciones espectaculares de ‘Blinding Lights’, ‘Save Your Tears’, ‘In Your Eyes’, ‘Starboy‘, ‘I Feel it Coming’, ‘Can’t Feel My Face’, ‘The Hills’ o ‘Earned It’, de hecho ya parecía un disparate que Abel Tesfaye decidiera compartir la actuación de ‘Blinding Lights’, el mayor éxito de su carrera, con Rosalía por mucho que exista un remix del tema con ambos; pero… ¿seguro que Daft Punk no asomarán por ahí ni para saludar debajo de sus cascos? ¿Ni Kenny G en plan meme? Va, subo la apuesta: ¡¡¡Oneohtrix Point Never a la Super Bowl!!!
Si el show de The Weeknd en le intermedio será «tal y como él lo ha imaginado», en palabras de su representante, ¿qué ha imaginado el cantante? Toda la era de ‘After Hours‘ ha girado en torno a la sangrienta historia de un personaje interpretado por Abel que parece huir del pecado, inspirada en películas como ‘Joker‘, ‘Miedo y asco en Las Vegas’ o ‘Casino’. Después le hemos visto en actuaciones o videoclips con la cabeza completamente cubierta por vendas, decapitado o estrenando cara nueva, de modo que los tiros pueden ir por ahí. En una rueda de prensa celebrada hace unos días, The Weeknd ha dado a entender que así será, sin dar demasiados detalles más que será una actuación «para todos los públicos», con menos protagonismo de la sangre. En una entrevista con Variety, el músico ha explicado que las dichosas vendas vienen a reflexionar sobre la «absurda cultura de las celebridades de Hollywood y sobre cómo la gente se presta a manipularse a sí misma por razones superficiales para complacer a los demás y sentirse validada». ¿Será la Super Bowl el final de la historia que empezaba en el vídeo de ‘Heartless‘?
No puede pasarse por alto tampoco que la actuación de The Weeknd en la Super Bowl será la primera después de la llegada de la pandemia. La de Shakira y Jennifer Lopez parece pertenecer a otra época. En la citada rueda de prensa, Abel ha explicado que la situación sanitaria actual influirá lógicamente en el show, sobre todo en cuanto a infraestructura: «Hemos levantado el escenario dentro del estadio por razones de seguridad, para proteger a los jugadores y a los trabajadores, también vamos a usar el campo, pero sobre todo hemos querido hacer algo que nunca nadie haya hecho antes». Por otro lado, Abel ha señalado que su actuación musical favorita de la Super Bowl es la que ofreció Diana Ross en el año 1996, pero que él no dispone de tanto dinero para preparar algo parecido.
Lo seguro es que Abel se subirá al escenario de la Super Bowl con la seguridad de que pocos artistas merecen esta oportunidad a día de hoy más que él. El canadiense ha conseguido convertir ‘Save Your Tears’, el último single publicado de ‘After Hours’, en otro macrohit de esta era, pero lo que está pasando con ‘Blinding Lights’ merece ser mencionado aparte: el tema veía la luz el 29 de noviembre de 2019 (!!!), ha arrasado a lo largo de todo 2020 como Abel y su equipo probablemente esperaban hasta transformarse en la canción más exitosa del año; y en los primeros días de 2021 el público no se está cansando de ella en absoluto: es top 4 en el top 50 global de Spotify por detrás de la mencionada ‘Save Your Tears’. De poder llevarse a cabo la gira que The Weeknd tiene prevista para 2022, y que pasará por España, esta tiene pinta de ser histórica.
Por otro lado, los fans de la música están de enhorabuena esta noche, ya que la de The Weeknd no será la única actuación musical de la Super Bowl: Miley Cyrus, que acaba de publicar probablemente el mejor disco de su carrera, ofrecerá un concierto previo al partido y Jazmine Sullivan -autora recientemente de ‘Heaux Tales‘- y Eric Church cantarán el Himno Nacional.
‘Parques nacionales españoles’ de Alexanderplatz continúa siendo nuestro «Disco de la Semana», por lo que tras la entrevista propiamente dicha, completamos con una lista de recomendaciones, no necesariamente relacionada con este álbum en concreto. Alejandro Martínez nos cuenta que escucha mucha música diferente, pero lo suyo es centrarse «en la canción, y no en lo clásico» porque la web está más centrada en el pop. Aunque me da mucha curiosidad averiguar qué tipo de música clásica escucha el artista, y como ya tiene la selección hecha, no mareo más la perdiz. Al fin y al cabo, termina hablando de música clásica y de más artistas: no solo encontraréis 5 Discos Recomendados aquí. Foto: Paco Martínez.
‘Magnolia Electric Co’, de Songs: Ohia
Me ha gustado siempre mucho lo que hace Jason Molina, su vida, toda la tragedia romántica de él (NdE: le indico que me llama la atención que hable de Jason Molina en presente, como si estuviera vivo). No sé si se suicidó. Tenía muchos problemas con el alcohol. El mito de artista torturado. Me gusta mucho su música, su estilo country-folk. El disco con Electric Co de ‘Soujouner’ también me gusta mucho. Como David Pajo, que es otra de la alegría de la huerta, se intentó suicidar… porque lo había dejado su mujer… menos mal que una gente lo vio en internet… y yo «madre mía»… pero su música me parece de puta madre, tiene discos de pop, se ha movido en el post-rock, en Slint… Vive en el Medio-oeste, y me gusta imaginármelo en un porche cochambroso, en un sótano. Luego igual vive en un loft, pero me gusta imaginármelo así, le da un aura más romántica.
‘Little Girl Blue’, de Nina Simone
El primero de Nina Simone me parece una maravilla absoluta, lo bien que tocaba el piano. Venía del mundo clásico, tuvo formación clásica, cantaría gospel, en la iglesia, cantaría espiritual y hacía cualquier cosa con su voz y con su piano. Me gusta mucho el sonido de este disco.
Juanito Valderrama canta fandangos
Me pongo mucho en vinilo un disco que me compré en un Cash Converter por 1 euro, «Juanito Valderrama cantando fandangos», me pone la piel de gallina. Aunque sea música flamenca, también es un mito popular. No son discos concretos, son recopilaciones que cogen temas de aquí y de allá. Buscar el disco original es complicado en España. Con que busques en Spotify «Juanito Valderrama fandangos», ya todo eso me encanta. Hay ediciones que traen coplas, pero más que las coplas más famosas, me gustan más los fandangos, pero me gusta cualquiera.
‘Quique dibuja la tristeza’, Hermanos Cubero
Siempre escucho las cosas tarde, al final sí me entero de lo que ha salido cada año, pero no en el momento. Y ‘Quique dibuja la tristeza‘ de los Hermanos Cubero es conmovedor hasta el tuétano. A todo el mundo le ha impactado de qué trata (NdE: la muerte de la pareja de uno de los hermanos), pone los pelos de punta, pero a nivel musical el estilo es bonito. Tampoco tengo por qué creer que la ficción tenga que ser real, el arte de la ficción es ficción. No me interesa tanto buscar la verdad, buscar en la biografía de un artista si ha sufrido de verdad. Creo que se puede hacer arte al margen de la vida aunque te inspires en la vida. Pero también pone los pelos de punta que eso haya pasado así. Pero es que el disco es muy bonito.
‘La catedral sumergida’ de Alberto Montero
Lo aplaudo mucho aunque no sé si se ha entendido. Fue un intento de hacer algo que se ve poco: salirse de las coordenadas del pop. Es un disco inspirado en el impresionismo musical francés, que siempre me ha gustado mucho también, pero haciendo un disco de canciones. Me encanta, me parece de esas cosas arriesgadas, de decir: «Esto es distinto dentro de la música pop». Muy plausible. No he visto mucho el rollo francés de finales del siglo XIX. Me pareció muy valiente y empaticé.
Continúan las acusaciones hacia Marilyn Manson por abusar sexualmente de otras mujeres. Ellie Rowsell, cantante de Wolf Alice, una de las bandas de rock más queridas actualmente en Reino Unido gracias a sus dos discos publicados, ‘My Love is Cool‘ y ‘Visions of a Life‘, el segundo de los cuales ganó el premio Mercury en el año 2018, ha acudido a Twitter para revelar que Brian Warner -cantante de la banda- le grabó por debajo de la falda con una cámara pequeña durante un festival.
«Conocí a Marilyn hace unos años en un festival, entre bastidores», ha escrito la artista. «Cuando me percaté de que sus elogios hacia mi mano eran cada vez más exagerados, empecé a sospechar de su comportamiento, y me quedé de piedra cuando miré hacia bajo y vi que me estaba grabando por debajo de la falda con una GoPro». Rowsell cuenta que Warner jamás pagó consecuencias por este acto inapropiado y que su mánager quitó hierro al asunto diciendo que «lo hace todo el tiempo». La artista entonces comparte la siguiente reflexión: «si hace esto todo el rato, ¿por qué demonios sigue siendo cabeza de cartel de festivales después de tantos años? ¿Por qué perdonamos a los misóginos a causa de su éxito? Las mujeres deben sentirse seguras en un mundo tan dominado por los hombres como la industria de la música».
En otro mensaje, Rowsell se refiere al comunicado emitido por Warner en el que este niega las acusaciones de abusos y argumenta que todas sus relaciones sexuales siempre han sido consensuadas. La artista explica: «No estaba segura de contar esto pero Manson asegura que todas sus relaciones fueron en mutuo acuerdo, y yo creo que él no sabe qué significa el concepto de «consentimiento» si va por los festivales grabando las faldas de las mujeres».
Otra artista que ha hablado sobre Manson recientemente ha sido Phoebe Bridgers, autora del excelente ‘Punisher‘. La artista ha contado que visitó la casa de Warner con unos amigos cuando era adolescente y que el músico se refirió a una de sus habitaciones como la «habitación de las violaciones». Bridgers recuerda el comentario le pareció «horrible» pero lo atribuyó al sentido del humor del artista, e indica que dejó de ser fan de Manson en ese momento. Además, añade que todo el equipo de Manson era cómplice de su comportamiento abusivo: «el sello lo sabia, la agencia de management lo sabía, la banda lo sabía: que todos ellos se distancien de Manson ahora y pretendan estar sorprendidos y horrorizados es patético de cojones».
Como hemos informado, Manson ha sido expulsado de su sello después de las acusaciones de abusos sexuales y «terrorismo psicológico» vertidas hacia él, entre las cuales se incluye una acusación de violación.
Blas Cantó ha confirmado que este miércoles 10 febrero dará a conocer las dos canciones que ha preparado para representar a España en Eurovisión. Como hemos informado, la canción no será elegida a dedo por TVE sino que el público votará su favorita vía televoto, sin participación de un jurado.
El autor de ‘Complicado’ ya había declarado que las dos canciones que presentará en la gala de selección de TVE, que se celebrará este mismo mes de febrero en una fecha aún por determinar, serán completamente diferentes a ‘Universo’, y el objetivo primordial esta vez parece haber sido escribir algo que no recuerde ni un poquito, ni en una nota, a esa canción que tan mala recepción obtuvo el año pasado, tanto comercial como crítica. Las canciones se llaman ‘Memoria’ y ‘Voy a quedarme’ y se podrán oír el miércoles 10 a partir de las 18.00 horas, cuando se podrá empezar a votar.
¿Qué puede salir de esto? Pues una de dos: o dos canciones mágicas, orgánicas, inspiradas… o dos mejunjes «eurovisivos» prefabricados. En palabras a TVE, Cantó ha descrito las dos canciones por encima. «La primera canción es muy pegadiza, creo que se queda grabada en la memoria. La segunda es un tema increíble, respira mucha sensibilidad y fuerza al mismo tiempo. Y, por supuesto, voy a quedarme con lo que el público decida». En pocas palabras, la primera es un temazo bailable y la segunda un baladón, es decir, exactamente lo que espera cualquiera que presente en Eurovisión.
Sí, se agradece el esfuerzo realizado por Cantó de escuchar las críticas y de tomar un camino diferente: ‘Universo’ claramente no estaba gustando y la llegada de la pandemia le ha otorgado una oportunidad de oro para revisar decisiones previas y empezar de cero. Habrá que escuchar las dos canciones primero para opinar, pero voy a decir una cosa: si la balada es parecida a ‘Cúrame’, el single más reciente de Cantó, compartido con Nia, me quedo con el temazo.
Por otro lado, este fin de semana desgraciadamente se ha conocido el fallecimiento de Örs Siklósi, representante de Hungría en Eurovisión 2018 con la banda AWS, a los 29 años de edad debido a la leucemia que padecía. Puedes comentar esta y otras noticias eurovisivas en nuestros foros.
CuentaNacho Casado que para él supuso un punto de inflexión su última gira como telonero de Damien Jurado por toda España. Explica que le ayudó a asimilar la amargura de ser pasado por alto por buena parte de su público objetivo y la prensa musical, a darse cuenta de que él hacía esto porque amaba la música por encima de todo, no para recibir palmaditas en la espalda. Y ese cambio de perspectiva tiene un reflejo sonoro en ‘Amor, música & lágrimas’, continuación de su primer disco en solitario ‘Verão‘. Y es que, pese a lo que pueda deslizarse de la última palabra de su título, en este segundo álbum el ilicitano que se diera a conocer como alma máter de La Familia Del Árbol mira a la vida con una sonrisa, con candor y optimismo. Así lo dicen sus melodías y primorosos arreglos, que aunque vuelven a nutrirse de ecos de bossa nova, jazz acústico, folk y soul en esta ocasión se alejan de lo taciturno y se tornan vibrantes, exuberantes, cálidos y luminosos.
Particularmente potenciadas por una contundente base rítmica de batería-contrabajo (Zeke Olmo y Alejandro Tamayo) y sencillos pero ricos y alegres arreglos de cuerda (a cargo de Cosmotrio), canciones deslumbrantes como el single ‘Cantando bajo el sol‘, ‘Alta sociedad’, ‘Directo a la cima’, ‘Bienvenido a la cima’ o ‘Acapulco’ se emparejan sin sonrojo por su gran sonido añejo (brindado por la técnica de Jaime Beltrán en La Resinera de Granada) con momentos de las discografías de Gilberto Gil, Al Green, Terry Callier o Caetano Veloso, mientras te mecen como una dulce brisa marina al sol. Pero esta vez lo hacen sin pena ni melancolía –apenas subyace tenuemente en la preciosa semiinstrumental ‘Cuerpo & alma’–, ya que incluso en los momentos más delicados, como las embelesantes ‘Lady Day’ o ‘Paris Blues’, hablan del amor y la vida de una manera celebratoria. O, si aquel se escapa, aceptándolo con madurez y serenidad.
Casado visualiza esta música como la tardía banda sonora de una glamurosa producción de Hollywood de los años 50, acaso ambientada en la Costa Azul y con alguien como Henry Mancini firmando el score. Pero lo cierto es que ‘Amor, música & lágrimas’ es un disco muy presente e incluso muy futuro, en su atemporalidad. En ese sentido, es también una gozada percibir que su perspectiva es más despreocupada y confiada, asumiendo que él es otro de «toda esa gente que luchó por ser igual» –como entona en la funky ‘Los apóstoles del amor eterno’–: fiel a sí mismo pese a la incomprensión generalizada. Porque puede que, una vez más, su trabajo no tenga una recompensa instantánea, pero sí es notorio que está construyendo una discografía que tendrá el orgullo de pervivir en el tiempo mucho mejor que la de otros coetáneos.
Nathy Peluso ha terminado de arrasar en los últimos días de 2020 y en los primeros de 2021 con su single con el productor Bizarrap, que es Disco de Platino en España y está a punto de alcanzar los 150 millones de visualizaciones en Youtube. Es a todas luces el mayor éxito de su carrera, al haber pulverizado las cifras de todos sus singles previos en tiempo récord.
Antes, sin embargo, la artista argentina afincada en Barcelona había publicado uno de los mejores discos de 2020, ‘Calambre‘, el cual se mantiene dignamente en el top 20 de los más exitosos del país gracias a la pegada de singles como ‘SANA SANA‘ o ‘DELITO’, el segundo de los cuales acaba de entrar en la lista de los singles más exitosos de España, en concreto en el número 49. Mientras ‘SANA SANA’ ya no aparece en todo el top 100 de Promusicae, ‘DELITO’ está al alza: es top 34 en el top 50 de Spotify España y pronto superará las cifras que el primer single ha obtenido en diversas plataformas, a pesar de ser mucho más viejo.
La repercusión que está alcanzando Nathy Peluso llega a artistas de fama internacional como Cardi B, quien recientemente ha subido un vídeo de sí misma a Instagram bailando el reggaetón de ‘DELITO’, hoy la «Canción Del Día» en nuestro site. Y tiene mérito porque ‘DELITO’ no es la típica canción de este estilo que sale cada viernes, sino que Nathy lo lleva a su terreno de varias maneras, por ejemplo, introduciendo en la grabación un arreglo de cuerdas con sabor folclórico, y también presentando un estribillo de melodía angular, chillona y estridente que suena aderezada con el autotune de rigor.
Una melodía, por otro lado, tan cortante como esa «navaja» mencionada en la letra de la canción, dedicada a una relación llena de pasión y «tensión sexual». La estrofa «a esta vida de crimen yo me someto, es un tatuaje en mí, te lo prometo, si esto es condena, hagámoslo en secreto, raspemos las rodillas en el cemento» es una de las mejores de ‘Calambre’, y la rima «en la disco quiero tu mordisco» también, pero no está de más mencionar que aquí ya salía la palabra «nasty», en el estribillo mismo.
Tras el éxito cosechado con ‘Euphoria’ se podría esperar que lo siguiente de Sam Levinson fuese una película de gran presupuesto, pero en cambio ha optado por algo mucho más íntimo: un drama de pareja en blanco y negro en el que todo sucede dentro de una misma casa. Presumiblemente, las intenciones iniciales no eran estas, pero la idea terminó de cuajarse porque la producción era la suficientemente sencilla como para poder llevarse a cabo durante la crisis de la covid, y la película fue filmada el pasado verano en California con las restricciones pertinentes. John David Washington interpreta a Malcolm, un director de cine, y Zendaya a Marie, una actriz frustrada. Ambos vuelven a su casa tras el estreno de la última película de él, que parece haber sido un éxito. Sin embargo, pronto se ensalzan en una discusión que dura toda la noche y en la que saldrán a la luz varios problemas y rencillas entre ellos.
Pese a que la teatralidad de la propuesta podría indicar que estamos ante una obra que no permite un excesivo uso de los movimientos de cámara, la realidad es que incluso aquí, Levinson continúa fiel a su habitual virtuosísimo formal, rechazando por completo una puesta en escena estática. Los continuos vaivenes de la cámara, si bien en ocasiones algo excesivos, aportan ese dinamismo que ha caracterizado todo lo que ha hecho el director hasta la fecha. Así pues, no puede decirse que ‘Malcolm & Marie’ no ofrezca una planificación juguetona del modo de ya lo hacía la genial ‘Nación salvaje’, solo que aquí se autolimita a un espacio concreto y deja que el mayor peso de la película caiga en el guion y sus dos actores.
Si se trata de buscar influencias, hay algo de Cassavetes en el retrato de esta pareja en crisis, aunque claramente Levinson utiliza un estilo decididamente posmoderno y, sobre todo, glamuroso. La elección del blanco y negro no parece tener mayor justificación que un mero capricho estético, ya que realmente no hay nada que nos impida pensar que en color no podría haber funcionado hasta mejor, pero como el propio Levinson reivindica en su película, las decisiones de un director tampoco tienen siempre que significar algo, y puede tomarlas simplemente porque le da la gana. Puede que algo de razón lleve. En cualquier caso, a lo largo de ‘Malcolm & Marie’ se habla mucho sobre la relación entre un cineasta y un crítico de cine, y a ojos de su protagonista masculino, estos últimos tienden a ser personas que no tienen los conocimientos suficientes para escribir de cine y cuyas afirmaciones a menudo no tienen que ver con las intenciones iniciales del artista. Es interesante ver como Levinson se mete en este terreno, en el que no llega a quedar claro si esa es su visión o solo es la de su protagonista. Lo que está claro es que a un nivel general, los artistas menosprecian la labor de los críticos, como si se les olvidara que sin ellos sus películas probablemente las vería mucha menos gente. Este debate, que ocupa un extenso lugar en la película, es uno de los temas más interesantes que se tratan.
Los asuntos de pareja, que son el tema principal, por momentos están narrados con potencia y las actitudes de cada miembro de la pareja dan una visión muy completa de cómo son esos personajes y cuáles son sus virtudes y sus debilidades. Es cierto, sin embargo, que la cinta da demasiadas vueltas sobre sí misma, y se prolonga en exceso cuando ya ha contado todo lo que tenía que contar. También resulta algo insatisfactorio que Levinson se posicione sobre quién considera que lleva razón de los dos, cuando una visión más neutral probablemente hubiese aportado más fuerza dramática.
Lo mejor de ‘Malcolm & Marie’ son sus interpretaciones, ambas eléctricas, llenas de matices, emocionalmente complejas… John David Washington, a diferencia de en ‘Tenet’, aquí comprende perfectamente a su personaje y ofrece una actuación llena de verdad que se complementa a la perfección con su compañera de reparto. Y Zendaya aprovecha cada instante que tiene en pantalla para demostrar que juega en otra liga. Una actuación tan estimulante e inteligente que por sí sola justifica el visionado de la película.
‘Malcolm & Marie’ es una propuesta irregular, que en ocasiones cae en algunos excesos innecesarios; también es algo repetitiva y menos profunda de lo que quiere ser, pero gracias a su explosiva pareja protagonista y a la energía narrativa que aporta la cámara de Sam Levinson, consigue momentos de auténtica conexión con el espectador. 6,5
En la elaboración de las listas de las mejores canciones del año muchas quedan necesariamente fuera de la selección por falta de votos. Otras veces la culpa es del propio periodista por descubrir una canción tarde. Otras, del propio artista por publicarla tarde. Cabe decir que realmente nunca es «tarde» para escuchar o lanzar una canción que va a estar disponible desde ese momento por el resto de la eternidad, pero la realización de dichas listas siempre implica cierto grado de competencia, y cuando una canción favorita no entra en ellas por una razón u otra, o cuando tampoco es capaz de irrumpir en las listas de éxito de manera incomprensible, pasa a considerarse «infravalorada». A ninguna canción le gusta estarlo, pero sí, cada año salen bastantes buenas canciones, más de 100 (o de 102). Después de buscar el disco más sobrevalorado de 2020, ahí van cinco favoritas personales de la redacción.
‘I’m Coming’ de Tove Lo, por Pablo Tocino
«Tove Lo enseña lo que es de verdad versionar, se lleva ‘Jag kommer‘ de Veronica Maggio a su terreno y la verdad es que la acaba superando. La melodía de la original está ahí, pero ‘I’m Coming’ se convierte en una canción completamente distinta con la producción de ELVIRA y Gustav Weber, con esos sintes a lo ‘Dancing on My Own’ y, sobre todo, con la interpretación de Tove, que es lo que hace tan especial a todo lo que toca. La sueca nos cuenta -y, sobre todo, nos expresa- lo enamorada que está, y la urgencia que siente en reunirse con esa persona antes de que se le adelante alguien – y lo imposible que, por alguna razón, parece ese reencuentro. Una canción tan luminosa a priori como angustiosa en el fondo. Con tantas parejas separadas durante los confinamientos y restricciones, seguro que las relaciones que han sobrevivido -y las que no- se verán reflejadas en esa desesperación que Tove transmite de maravilla. Como de costumbre, vaya. Porque en ‘I’m Coming’ vemos, de nuevo, su capacidad para convertir la honestidad respecto a sus inseguridades en tremendos bops con los que sentirnos identificadas… una de las características que hacen que Tove Lo se encuentre entre las artistas más interesantes de nuestro tiempo».
‘Ten Grand Goldie’ de Einstürzende Neubauten, por Mireia Pería
«Cuando se publicó el último disco de Einstürzende Neubauten, ‘ALLES IN ALLEM‘, en mayo del año pasado, le di una escucha, pensé «¡Está guapo!» y… no lo oí más. Prácticamente lo olvidé… hasta que llegamos a diciembre y a la irrupción de las listas de lo mejor del año, un amigo se dolió de que los Neubauten no aparecieran en prácticamente ninguna. Y, entonces, los bailoteos de Blixa Bargeld enmascarillado en el vídeo de ‘Ten Grand Goldie’ llegaron a mi cabeza como fogonazos. Y volví a escuchar ‘ALLES IN ALLEM’. Y me topé de nuevo con ‘Ten Grand Goldie’. Y me abrumó su marcialidad, su inmediatez, sus pausas y su estribillo rotundo. Y no sólo pensé «¡Está guapo!», sino «¿Por qué puñetas no incluí ‘ALLES IN ALLEM’ en mi lista? ¿Cómo diantre un temazo como ‘Ten Grand Goldie’ me pasó desapercibido? ¿A qué se debe que no esté en mi podio junto a ‘Processed by the Boys’ de Protomartyr?». Así que he pasado todo este enero dándole al repeat y bailando espásticamente el último himno de los alemanes. Algo tarde, lo sé. Pero espero que Blixa no me lo tenga muy en cuenta».
‘Experience’ de Victoria Monét, por Sebas E. Alonso
«Unos tantos y otros tan poco». Así puede resumirse lo que pasa entre las amigas Ariana Grande y Victoria Monét. El disco de Ariana es bastante justito y se las está arreglando para triunfar de manera considerable. El de su colega en ‘MONOPOLY’ y varios créditos es una joyita inspirado en el sonido Burt Bacharach y Marvin Gaye y a nadie parece importarle un pimiento. ‘Dive’ era una pieza elegante de pop y R&B setentero que entiendo que no triunfara por el tipo de vientos demodé que contiene… ¿pero ‘Experience’? ¿Para esto sirve tener un featuring de Khalid, esa persona con 45 millones de oyentes en Spotify? ¿Qué menos que alguien lo mencione como un tema de culto como ha sucedido con Jessie Ware y Róisín Murphy? La nada…»
‘Baby’ de Four Tet, por Fernando García
«‘Sixteen Oceans‘ salió al principio del confinamiento, y en cierta medida, para mí fue una vía de escape, ya que recrea un mundo lleno de naturaleza, luz, misterio y esperanza. De todas las canciones que lo componen, Baby es sin duda mi favorita, un temazo que utiliza un sample de la versión de ‘Just In Case’ cantada por Ellie Goulding y cuyo ritmo pegadizo no ha dejado de sonar en mi cabeza desde que lo escuché por primera vez. La canción se construye a base de repeticiones pero su producción no puede estar más medida al detalle, mezclando de manera brillante melodías ambientales y evocadoras -sonidos de agua, pájaros, etc.- con un beat de lo más bailable. En mi opinión, ‘Baby’ es de las mejores canciones de Four Tet en mucho tiempo, y su ausencia en todas las listas de lo mejor del año me ha dolido un poco, pero aquí estoy para reivindicarla cuando haga falta».
‘Hit Different’ de SZA, por Jordi Bardají
«La avalancha de novedades musicales semanales impide, a veces, asimilar ciertas canciones de manera inmediata. Sacamos ‘Hit Different’ en el día de su lanzamiento preguntándonos si realmente era el single que SZA necesitaba para volver por todo lo alto. Solana ha terminado de arrasar con el single siguiente, el pastoral ‘Good Days‘, pero el primero se ha revelado como un verdadero «grower» con el paso de los meses. No solo la producción es envolvente e hipnótica, sino que la melodía del estribillo, preciosa, melancólica, toca directamente la fibra sensible. Es una «slow jam» perfecta y el artista invitado, Ty Dolla $ign, experto en mejorar singles de otras personas gracias a su timbre autotuneado, vuelve a ser un acierto. ¿Cómo puede estar infravalorado un tema con tal cantidad de reproducciones en las plataformas de streaming? Por ejemplo, no gozando de ninguna repercusión en España, como ha sido el caso».
El esperado debut de la artista revelación Celeste, ‘Not Your Muse’, es el primer número 1 relevante de 2021 en Reino Unido. El disco que ha venido presentado por temas como ‘Strange’ y más adelante ‘Stop This Flame’, ha vendido más de 22.000 unidades en estos primeros días en las islas, y tiene una proyección comercial que recuerda a los primeros de Adele o Emeli Sandé. Será nuestro «Disco de la Semana» la semana que viene, salvo lanzamiento sorpresa de mayúsculo tamaño en las próximas horas.
¿Por qué decimos que este es el primer número 1 relevante en álbumes en Reino Unido este año? Su cifra de venta es saludable y orgánica, no parece especialmente inflada por estrategias de última hora a través de su web, como sucedía la semana pasada con una reedición de Bring Me the Horizon. Peor aún, lo que sucedió la semana de antes: ’Suckapunch’ de You Me At Six era número 1 en Reino Unido en su semana de salida, sí, pero la semana siguiente ya no aparecía a lo largo y ancho de todo el top 100.
Barry Gibb también fue número 1 en enero, pero con un disco de versiones country y los dos primeros números 1 de 2021 en Reino Unido fueron resquicios de tiempos pasados: ‘Christmas’ de Michael Buble y ‘evermore’ de Taylor Swift.
También han conseguido entradas destacadas en álbumes esta semana Fredo, disco en el que colabora en un hit Dave con ‘Money Can’t Buy Happiness’ (2), Arlo Parks con ‘Collapsed in Sunbeams’ (3) y Steven Wilson con ‘The Future Bites’ (4). Goat Girl han quedado en el top 30 con el notable ‘On All Fours’, pese a que por ventas deberían estar en el top 10.
Jazmine Sullivan ha sido una de las artistas de soul y R&B contemporáneo favoritas de la crítica especializada desde que en 2008 lanzara su primer disco, ‘Fearless’. Gracias a este trabajo y a los que llegaron después, ‘Love Me Back’ y, sobre todo, ‘Reality Show’, Jazmine ha conquistado a Stevie Wonder y a Missy Elliott y en 2016 aparecía como vocalista invitada en el polémico ‘Endless‘ de Frank Ocean.
Un lustro después, la cantante de Filadelfia vuelve con un proyecto extraño que no se decide entre ser un EP o un álbum, y que tampoco representa exactamente un regreso por todo lo alto. ‘Heaux Tales’ alterna buenas canciones de R&B y soul contemporáneo con una serie de interludios narrados por otras personas en las que estas hablan de sexualidad femenina, amor propio, empoderamiento, machismo, patriarcado o incluso dinero, pero que pueden resultar tan simpáticos (la oda al pene de ‘Ari’s Tale’) como incomodar por su tufo clasista ( «no hablo con nadie que no tenga dinero porque sé lo que valgo», dice ‘Precious’ Tale’).
En cuanto a Jazmine, ella es la estrella de ‘Heaux Tales’ («historias de guarrillas») gracias a su portentosa voz, que suena a medio camino entre la potencia de Jennifer Hudson y la profundidad de Teyana Taylor, y es ella a quien vale la pena escuchar realmente en esta media hora de música. Cabe destacar, entre las canciones, el single ‘Pick Up Your Feelings’, dramático y en el que Jazmine manda a paseo a su ex porque solo se necesita a sí misma para ser feliz, y ‘Lost One’, en la que Jazmine supera una infidelidad acompañada de un fondo musical que suena claramente influenciado por el Frank Ocean de ‘blonde‘.
Sin representar, en ningún caso, un hito para el R&B (no entiendo las notazas que está recibiendo el disco, la verdad) ‘Heaux Tales’ se deja escuchar tanto por sus momentos más neo-soul (‘Pricetags’ está producida por Anderson .Paak) como por los más acústicos (‘Girl Like Me’ con H.E.R.). Donde falla es en su adoración del dólar: está bien que Jazmine celebre lo rica que es ‘Pricetags’, pero cuando en ‘The Other Side’ canta «me muero de ganas de ser rica, quiero estar en el otro lado», da la sensación de que ha olvidado de dónde viene: probablemente lo contrario de lo que esperaba.
Martín es un policía que defiende a rajatabla el reglamento y los protocolos. Así que, cuando le encargan un traslado de presos de madrugada, lo lleva de la forma más rutinaria posible, sin saber que nada en ese traslado va a ser mínimamente rutinario. En mitad del camino, el furgón es asaltado por un desconocido (del cual sabemos nada más empezar la película, y cuya estética recuerda al asesino de ‘Sé lo que hicisteis el último verano’) que hará lo imposible por entrar… o porque uno de ellos -que es el que le interesa- salga.
Con esta premisa, el debutante en el largometraje Lluis Quílez ha conseguido no solo ser lo más visto de Netflix en nuestro país, sino colocarse en lo más alto de Netflix en muchos países del extranjero, incluido el top de Estados Unidos. Not bad at all para una película muy cuestionada desde el momento en que se supo que su destino inicial (los cines) se cambiaba, coronavirus mediante, por la plataforma de streaming por excelencia. Con esos datos, y desde luego con ese reparto (Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Luis Calllejo y Patrick Criado, entre otros), es lógico tener las expectativas por las nubes. Pero quizás conviene rebajarlas antes de sentarse a verla.
No nos confundamos: la idea principal de ‘Bajocero’ funciona estupendamente, y está muy bien ejecutada por un Quílez que aprovecha como nadie el furgón, consiguiendo que el espacio sea un personaje más. Desarrollándose la mayor parte de la cinta dentro de un vehículo, ésta corre el riesgo de hacerse repetitiva y resultar tediosa, pero no pasa: se apuesta por una “estructura videojuego” en la que los personajes van pasando de “pantallas”, y a la vez ésta es casi siempre la misma. Diferentes complicaciones en la trama, jugarretas del desconocido y de los propios presos, y ciertas revelaciones van haciendo que aquello se convierta en un más difícil todavía. Y, aunque Javier Gutiérrez está más discreto que de costumbre, resulta muy eficaz el trabajo de Luis Callejo, de un enigmático Karra Elejalde y, sobre todo, de Patrick Criado. Con un papel bastante complejo que nos permite verle en un registro que está acostumbrado a hacer (y que se le da de miedo, la verdad) y en otro que suele transitar menos, Criado borda ambos y nos brinda quizás la mejor interpretación de su carrera hasta el momento, confirmando así su buena racha tras la reciente ‘Antidisturbios’ y su fichaje por ‘La Casa de Papel‘.
El tratamiento de los personajes, eso sí, no está tan cuidado como las interpretaciones. A medida que avanza el metraje de ‘Bajocero’ se le van viendo las costuras a un guión plagado de inconsistencias (tanto la trama como las decisiones de los personajes exigen en numerosas ocasiones una suspensión de la incredulidad un tanto bestia), y cuyo giro final es más predecible de lo que pretende (y diría que el guiño al Caso Alcàsser es un poco too much). Otro “contra” está en el sonido, hasta el punto de que en muchos momentos no se entienden los diálogos – algo que no habrá sido un problema para su éxito internacional gracias a esos subtítulos que nosotros no vimos necesario activar. Lluis Quílez apunta alto, pues, con una ópera prima decente, pero no carente de debilidades, y lejos de ser “la mejor película española de Netflix” como algunos se han apresurado a decir. Sí que supera a títulos como ‘Orígenes secretos’ u ‘Hogar’ -también con Gutiérrez-, pero de momento ese primer puesto sigue siendo para ‘Klaus’.
En definitiva, la película es recomendable, pero, valga la redundancia, mi recomendación es que no vayáis con expectativas infladas por el trailer, la historia, el reparto o, ahora también, por el exitazo que está teniendo la película. Porque ‘Bajocero’ se mueve como pez en el agua como cinta de acción testosterónica, pero no funciona igual como esa mezcla de thriller cañí con drama de personajes que tan buen resultado nos dio en ‘La isla mínima‘, ‘Tarde para la ira‘ o ‘Que Dios nos perdone‘, por citar algunos ejemplos recientes. 6,5.
Los Pilotos, el proyecto paralelo de dos integrantes de Los Planetas, Banin y Florent, han anunciado la salida de su nuevo trabajo largo, ‘Alianza Atlántica’, en una fecha por confirmar. El primer adelanto, ‘El ciclo de las mareas’, es uno de los muchos temas que puedes escuchar desde hoy en nuestra playlist de novedades. Aquí, playlist.
Si, en 2018, el grupo sorprendía con el lanzamiento de una serie de canciones en las que incorporaban voces como las de Javiera Mena o Camilo Lara de Instituto Mexicano del Sonido, agrupándolas en un EP llamado igualmente ‘Alianza Atlántica’, Los Pilotos siguen profundizando en la música latinoamericana en este nuevo corte de ritmos y melodías caribeñas, perfecto para el verano con o sin pandemia. Se trata de una colaboración con las cantantes dominicanas MULA, Rachel Rojas y las gemelas Anabel y Cristabel Acevedo por la que incluso, hacia el final, asoma el graznido de unas gaviotas.
La nota de prensa presenta así ‘Alianza Atlántica’: «Los pilotos, desde su sede central en Casa Maracas, revelan “El ciclo de las mareas”, la primera de las once canciones de su tercer álbum, Alianza Atlántica, un tratado de música electrónica popular latinoamericana contemporánea concebido y alentado por Banin y Florent (Los Pilotos, Los Planetas) y desarrollado en cooperación con un heterogéneo conjunto de músicos de seis países del otro lado del Atlántico».
Y continúa: «Los Pilotos comparten la autoría e interpretación de “El ciclo de las mareas” con las dominicanas MULA, Rachel Rojas y las gemelas Anabel y Cristabel Acevedo, responsables de una excitante síntesis electrónica de las músicas caribeña y dominicana que refuerzan con una no menos estimulante propuesta audiovisual y una viva espontaneidad como letristas que en “El ciclo de las mareas”, escrita por el trío durante el último cumpleaños de las Acevedo, se plasma en un ingenioso vaivén, un sensual encuentro y la certeza de que si no hay distancia, no hay aquí ni allí. Y los cantes, constantes, son de todas partes sin ser de ida y vuelta».
Maria Arnal i Marcel Bagés han publicado el primer adelanto de su esperado segundo disco. ‘CLAMOR’ llegará cuatro años después de ‘45 cerebros y un corazón‘, trabajo que el dúo catalán no se ha cansado de presentar en directo desde su lanzamiento en la primavera de 2017, en una fecha aún por determinar.
Si ‘Tú que vienes a rondarme‘, el histórico single que presentaba el debut de Maria Arnal i Marcel Bagés, sorprendía por su mágica fusión de canción tradicional y electrónica, ‘Fiera de mí’ lleva esta fórmula a un lugar más agresivo, recordando a St. Vincent en el uso de sintetizadores ásperos que suenan como guitarras saturadas al límite y en el de voces cortadas y sampleadas. Es un tema de mensaje misántropo que se pregunta «¿quién quiere nacer humana? ¿soportar la humanidad?» antes de apuntar veladamente a problemáticas creadas por el ser humano como el capitalismo, la economía de la atención o la intersección entre cambio climático y feminismo. «Tanto latido perdido por el clic del capital, díselo a los afectadas por la mano occidental, y a los secretos muertos de ese cosmos ancestral», expresa una de las estrofas.
Acorde a la reflexión de ‘Fiera de mí’, hoy la «Canción Del Día», su videoclip producido por Blau sitúa a Maria y Marcel en el interior de un circo decimonónico asimilados dentro de un grupo de personajes «freaks». Si Maria interpreta a una mujer-gato y Marcel a un músico con un garfio en lugar de mano, a estos les acompaña una mujer barbuda, un hombre sin piel con la cabeza cubierta de tiritas, un hombre tatuado, una mujer con dientes de monstruo y un hombre culturista que hace «cross-dressing». El vídeo parece contarnos que, a pesar de fijarse Maria en el chico tatuado, a quien desea de verdad es a la sirena con la que se reúne al final, con la que satisface su deseo animal.
En un post de Instagram, Arnal ha afirmado que una de las influencias de ‘CLAMOR’ ha sido la compositora, filósofa y mística alemana Hildegarda de Bingen. «Una mujer fascinante de la Edad Media, compositora, filósofa, naturalista… conocida como la Sibila del Rin. Sus composiciones vocales me han iluminado muchas veces caminos nuevos. Ella creó una de las primeras lenguas artificiales de la historia, la LINGUA IGNOTA». En cuanto a ‘Fiera de mí’, ha señalado: «Escribí esta canción en Atenas, preguntándome sobre los límites de la imaginación en el cuerpo, estirando profundamente la memoria de mi laringe hasta llegar al sonido animal, tal vez siendo centaura, pájaro, yo misma: infinitamente mutante».
Hoy viernes 5 de febrero se producen dos regresos muy esperados. Por un lado, el de Maria Arnal i Marcel Bagés, que vuelven con el primer adelanto de su nuevo disco, que saldrá este año; y, por el otro, el de Cardi B, que ya había anunciado la salida de ‘UP‘, un breve tema de 2 minutos y medio que ya puede escucharse.
Algunos temas que puedes escuchar desde ya en nuestra playlist de novedades actualizada han salido a lo largo de los últimos siete días, como es el caso del trap martilleante de Tkay Maidza con Yung Baby Tate, el homenaje de Mahmood al anime ‘Inuyasha’, el regreso por partida triple de Bomba Estéreo (del que destacamos el corte más bailable), el nuevo single colaborativo de babi con Luna Ki, el baladón de Sam Fischer con Demi Lovato o el nuevo tema conjunto de Sia con David Guetta, para la polémica película de la primera.
Entre las pistas recién salidas del horno que también puedes degustar en nuestra playlist, a destacar el descarte-pero-hitazo de Allie X, un tema synth-pop de Floridablanca llamado ‘DARK PUNK’, la «crisis» de Exfan (el nuevo grupo de Pat Escoin y Tommy Ramos), el juguetón nuevo single de Marta Movidas, entre el garage-pop y los teclados de videojuego; el hipnótico nuevo single de Martin Garrix con Tove Lo, el elegante sonido ‘Drive’ de ‘Bad Girl’ de Daya, el drama post-punk de ‘The Holding Hand’ de Iceage o el ‘Holocene’ de Zella Day y Weyes Blood que no es una versión de Bon Iver.
Por otro lado, hoy salen nuevos discos de Foo Fighters, Hayley Williams (anunciad por sorpresa y creado «en casa»), The Weather Station, Black Country, New Road, Jane Birkin, Mexican Institute of Sound, Taburete, CNCO, Kevin Roldán u Olivia, además del anunciado recopilatorio de hits de The Weeknd y un EP de Vampire Weekend compuesto por dos extensas revisiones de su tema ‘2021‘.
Esperábamos el segundo disco de Cardi B, bajo su propio anuncio, para algún momento de la primavera pasada, tan sólo un año después del excelente ‘Invasion of Privacy’. Pero entre la pandemia, su turbia relación “ahora me divorcio, ahora no” con Offset, y sus proyectos cinematográficos y televisivos, no hubo lugar.
Al fin Cardi B mueve ficha y este viernes 5 de febrero es el día de lanzamiento de su nuevo single ‘Up’, como se ha encargado de compartir a través de las redes sociales. Se presume que ‘Up’, otro corte de hip-hop hecho para rallar por parte de la rapera del Bronx a pesar de no alcanzar ni los 3 minutos de duración, será el segundo sencillo del segundo disco de la rapera, tras el pelotazo dado el año pasado por ‘WAP’. En todo caso, en un momento dado de 2020, ella tuvo claro cuáles serían sus plazos, al decidir no presentar ‘WAP’ a los Grammy 2021, sino a los Grammy 2022, donde concursará con algún tipo de mezcla ligeramente diferente, o directo. Una estrategia habitual en la industria.
En aquella canción junto a Megan Thee Stallion que durante tantas semanas fue número 1 de Estados Unidos y también a nivel mundial, Cardi B sembraba la simiente de una nueva era. Atrás dejaba unas colaboraciones con Bruno Mars que hacían pensar que su siguiente largo podía seguir tales pasos. Por lo demás, existe poca información sobre lo que contendrá el sucesor de ‘Invasion of Privacy’. ¿Acaso cabe esperar más guiños latinos tras el éxito de la salsera ‘I Like It’? ¿Tiene que ver este lanzamiento con que este domingo sea la Super Bowl de The Weeknd?
Haim publicarán una reedición de ‘Women in Music Pt. III‘, su último álbum de estudio, el próximo 19 de febrero si el «insider» que ha compartido esta información en el foro de ATRL está en lo cierto. Y no hay razón para dudar de su palabra: se trata de la misma persona que descubría la exclusiva del remix de ‘Blinding Lights’ con Rosalía, entre otras.
Esta supuesta reedición servirá para seguir recordándonos en 2021 por qué ‘Women in Music Pt. III’ fue uno de los mejores discos de 2020, por qué recibió críticas unánimemente excelentes por parte de los medios especializados y por qué aspira al Grammy más importante con la posibilidad de ser revitalizado este año a ojos de la audiencia generalista… precisamente porque las ventas no acompañaron. Sin duda es un disco que merece seguir siendo descubierto con el paso de los años y de las décadas.
Sin embargo, parece que la reedición de ‘Women in Music Pt. III’ también vendrá con un par de novedades, dos versiones nuevas de ‘Gasoline’ y ‘3am’ -dos de sus canciones más celebradas- que sumarán la participación de dos artistas amigos de la banda: en la primera aparecería Taylor Swift, que acaba de colaborar con Haim en el tema ‘no body, no crime‘, y en la segunda, Thundercat, que ya hizo el bobo con las chicas en el vídeo de ‘Dragonball Durag‘.
A espera de que tal reedición sea confirmada en boca de las hermanas, una pequeña duda: ¿serán incluidas ‘Summer Girl’, ‘Now I’m in It’ y ‘Hallellujah’ finalmente dentro de la secuencia final o seguirán siendo relegadas en la posición de «bonus track»? Si algo nos enseñó Beyoncé hace unos años es que las plataformas de streaming pueden servir para alterar completamente la secuencia original de un disco sin que a nadie parezca importarle.
Dua Lipa ha dado los detalles de su plan de dominar el mundo también en 2021, como ya logró en 2020. El primer paso será la edición de un tema llamado ‘We’re Good’ extraído de la edición especial de ‘Future Nostalgia’, finalmente confirmada: efectivamente recibirá el nombre de ‘Moonlight Edition’ y saldrá el día 12 de febrero, esto es, el viernes que viene.
La cantante ha revelado en Twitter el tracklist del disco y es un tanto decepcionante: aparecen cosas ya conocidas como sus colaboraciones con Miley Cyrus, Angèle, Da Baby y J Balvin/Bad Bunny, y en verdad, poca cosa inédita: la mencionada ‘We’re Good’, ‘If It Ain’t Me’, ’That Kind of Woman’ y ‘Not My Problem’ con Jid. Poca cosa para el coladero de filtraciones que ha circulado. Claramente aquí Dua Lipa viene a por los puntos de streaming, con el objeto de que el disco JAMÁS salga de las listas estadounidenses y británicas.
Dua se enfrenta en cualquier caso a una nueva reedición de ‘Future Nostalgia’ tras haber ofrecido el mejor disco de 2020. Ya existe una reedición del álbum que recoge ‘Club Future Nostalgia‘, el álbum de remezclas comisariado por The Black Madonna con artistas y samples invitados, si bien este último parecía más orientado al underground y a los festivales en que pueda pinchar en el futuro la artista americana.
En una carrera en la que tantos de sus discos se identifican por los colores, del azul al negro pasando por el blanco, el verde y el rojo, Weezer han titulado ‘OK Human’ uno de sus discos más «coloridos». Lo es por la orquesta de 38 músicos con que han grabado este nuevo álbum. Y también hay que hablar de lo seguros de sí mismos que suenan melódicamente, incluso cuando los títulos de las canciones y las letras nos están diciendo todo lo contrario. Tomemos como punto de partida el single ‘All My Favourite Songs’: Rivers Cuomo se pregunta qué le pasa, por qué todas las canciones que le gustan son tan tristes. Y sin embargo el tema es de esos que te reconcilian con el mundo.
Los puntos de inspiración en estas canciones han sido el disco de Harry Nilsson haciendo versiones de Randy Newman, ‘Pet Sounds’ de Beach Boys (ya tenían un tema llamado como el grupo de Brian Wilson) y de nuevo los Beatles. Si estos cantaban ‘Here Comes the Sun’, Weezer ya tienen su ‘Here Comes the Rain’ que, de nuevo, suena más constructiva que trágica.
Lo que parecen haber olvidado es que en ‘Revolver’ no todas las canciones sonaban como ‘Eleanor Rigby’. Que ‘Viva la Vida’ de Coldplay era más la excepción que la regla en el disco homónimo de los de Chris Martin. En ‘OK Human’ las cuerdas están siempre presentes, a veces rozando lo pomposo, y más que en la estela de Nick Drake, en una más modesta, como Travis o Cranberries. Eso no es malo, si bien esa cita a Gainsbourg en un tema sobre un plato vegetariano hindú llamado ‘Aloo Gobi’ les sitúa en un incómodo punto intermedio. Ni hermoso ni hilarante, suena un poco acomplejado.
Eso es también 100% Weezer. Simpático. Campechano, si la deriva del rey emérito permite el uso indiscriminado de esta palabra. El grupo de Rivers Cuomo, que tanto se curró los textos hace poco en ‘The Black Album‘, ofrece aquí unas reflexiones muy sencillas sobre las redes sociales y la pandemia, cayendo en las generalidades. No esperéis reflexiones sesudas sobre lo lamentable que es que estemos enganchados a pantallas 24/7 como nos cuenta ‘Screens’, que referencia a BLACKPINK; o al número de «likes», como nos cuenta ‘Numbers’.
En ocasiones los temas de Weezer resultan bobalicones como un capítulo de ‘Barrio Sésamo’ en el que Coco nos explica la diferencia entre «cerca» y «lejos». El caso es que ellos conocen perfectamente esa diferencia porque estuvieron allí. Titulando un álbum tan modesto en respuesta a algo tan grande ‘OK Computer’ se condenan a ser la parodia cuando para mucha gente en 1994 eran tan importantes como Radiohead. De verdad. La buena noticia es que saben dónde están. Perdida entre canciones de amor hacia la esposa de Cuomo, como ‘Mirror Image’, ‘Bird with a Broken Wing’ habla sobre la sensación de haber perdido el tren. Al menos lo cuentan, se desahogan y por el camino entregan un disco que, por el modo en que está arreglado, no confundiremos con otras de sus obras. No está mal para un 14º álbum.
Megan Thee Stallion ha colocado en el número 34 de la lista de vídeos más vistos en Youtube España el videoclip de su nuevo single, ‘Cry Baby’ con DaBaby. Se trata de uno de los cortes más escuchados de su debut oficial ‘Good News‘, que veía la luz hace unos meses, alcanzando el top 2 de álbumes de Estados Unidos.
‘Cry Baby’ es un tema de trap de melodía inquietante, pero su videoclip es todo lo contrario, una explosión de color que, dirigida por Colin Tilley, sitúa a Megan y a DaBaby en el almacén de una tienda de juguetes. El homenaje a ‘Toy Story’ se ve a la legua. Y se nota que el sello de Megan confía en que ‘Cry Baby’ alcance cierta repercusión gracias a su videoclip porque el presupuesto invertido en él recuerda al de vídeo de ‘WAP‘, su single con Cardi B, que en palabras de esta, costó la friolera de 1 de millón de dólares.
Al margen de lo que pueda haber costado el vídeo de ‘Cry Baby’, lo cierto es que es un caramelo para la vista: entre los mil atuendos que lleva Megan, las otras mil pelucas que la hacen parecer Nicki Minaj en la época de ‘Beez in the Trap’ y la cantidad de escenas espectaculares que se suceden una detrás de otra a pesar de durar más o menos un segundo en pantalla, no hay un solo instante en el vídeo de ‘Cry Baby’ malgastado. Un bombardeo visual que está llamado a ser visionado una y otra vez… sobre todo si la canción gusta, claro: de momento su cumbre ha sido un top 44 en el Billboard a pesar de lo potente de su artista invitado.
Alexanderplatz, antes en Klaus&Kinski, ha publicado recientemente ‘Parques nacionales españoles‘, su segundo álbum en solitario, que es nuestro «Disco de la Semana». Hablo con Alejandro Martínez por teléfono mientras sortea algún tipo de contratiempo con su gato, con cierta nostalgia de los días en que el dúo murciano se convirtió en el favorito histórico de unos pocos, y venía a casa a hacer la entrevista promocional de cada disco. Ya no queda ni la casa ni el dúo, pero Alejandro sigue siendo la misma persona, con las mismas inquietudes teológicas y filosóficas, aunque parezca darle cierto pudor -la risa, desde luego- hablar de metáforas y literatura. En este mundo de featurings y desesperación, considero que no tiene sentido preguntarle por cierta parte de la realidad musical de este país. Foto: Paco Martínez.
¿Qué tal estás?
Me he mudado, vivo en La Huerta, una zona que rodea a Murcia. Pasé el confinamiento en un sitio sin balcón, y echaba de menos el aire libre, ver el cielo, las estrellas. La Huerta es como la Vega de Granada o la Huerta de Valencia, es otro paisaje. Igual que en Murcia no recomendaría hacer turismo, La Huerta me flipa. Son plantaciones de frutales, cítricos, hay sistemas de acequias… Es rollo ‘Cañas y Barro’ pero sin la albufera. ¿Cómo han sido estos dos años para ti?
Teniendo en cuenta la pandemia, como el resto de la gente. Cuesta pensar en 2019, porque 2020 ha sido tal carrusel de emociones… Dentro de lo que cabe, bien, porque no soy tan joven. Con 20 años esto te hace un Cristo, pero cuando tienes cierta edad y tu vida está medio ordenada no es tan traumático. Pero a los 20 años es perder uno de los años más importantes de tu vida.
¿El disco estaba encaminado antes de la pandemia?
En 2019 ya estaba haciendo cosas, mi manera de trabajar es similar desde hace 10 o 15 años. Empieza con un secuenciador donde vas grabando la idea, y ahí casi acabas las pistas finales que luego grabar bien técnicamente. Tenía claro que no quería estar constreñido como en el disco anterior, que creo que era como una reacción a lo de Klaus. En el anterior me centré en un sonido, en un estilo, tenía ciertas pautas. No había cuerdas reales, quería cuerdas de sintes. En este quería cuerdas reales, guitarras españolas. Quería jugar con lo que me apeteciera, lo que me cuadrara para cada canción sin pensar en lo unitario.
«El disco anterior era una reacción a «Klaus»»
¿Por eso de usar cuerdas reales me suena más la música a swing y bandas sonoras?
Eso también lo hacía con Klaus porque me gustaba. Grabar cuerdas es pesado porque son muchas repeticiones de lo mismo. Pero si eliges sonido de sintes imitando cuerdas, te lleva a los 80, que está bien si estás haciendo balada ochentera, pero buscando un sonido clásico, es mejor con cuerdas, es más realista.
¿Has querido ir haciendo más estilos esta vez o lo ves entonces parecido a Klaus&Kinski?
Me salía natural hacer esto así y esto asá, ir de un lado a otro, porque la música me gusta mucho. Con Klaus era así desde el principio, a Marina también le gustaba, nos dejamos llevar de una manera lúdica, natural. Quizá lo más raro ha sido lo del disco anterior, por reacción. No sé qué haré en el futuro, si me dará por hacer un disco de banda sonora o ambient o algún estilo más camerístico, canción de vodevil… Si no me entusiasma o si no me divierto no merece la pena porque son muchas horas, mucho esfuerzo. Como lo hago todo yo… a veces se te cae encima el trabajo. Tienes que estar muy a tope de energía para acabarlo. Me tengo que dejar llevar por algo que me apetece. Escuchas un disco y te recuerda a algo, te influye, te introduce en esas coordenadas sonoras y quieres buscar algo similar… Como el que está jugando.
«A la voz le tengo mucho respeto, todavía estoy buscando el punto exacto de encontrarme a mí mismo»
Tu voz es diferente a la de Marina, obviamente, eres un chico, pero los registros musicales son parecidos a los que había en Klaus. ¿Hay algún tipo de melodía, registro, estilo… que te pegue más por cómo es tu voz?
Eso todavía lo estoy explorando. Con Marina era muy cómodo para mí, porque me gustaba mucho su voz, me gustaba cómo lo hacía. La más insegura era ella, lo llevaba fatal, pero si yo estaba ahí era porque realmente creía en ello. A la voz le tengo mucho respeto, todavía estoy buscando el punto exacto de encontrarme a mí mismo en cuanto a sonido, en cuanto a registro. Es un proceso. Probablemente en 5 años sea de otra forma. Es como quien toca un instrumento y se pasa 20 o 30 años con él, siempre va a estar aprendiéndolo. Me interesan las formas musicales, me gusta lo instrumental, y ahora la voz es un instrumento también, y lo veo como un proceso. Hay cosas que no grabaría igual, y con los años te vas a lo agudo, a lo grave, no te gusta ese timbre y vas por otro lado… Es el instrumento más complejo que existe.
¿Por qué lo dices?
¿Cómo te explicaría? La cantidad de variables que influyen en el sonido de la voz humana es infinito. Es algo que estás trabajando con todo el cuerpo. Hay gente que de modo natural tiene facilidad y gente que entrena durante años. Toco la guitarra y sé lo que es enseñar guitarra, pero es infinitamente más simple que un organismo vivo. Es un tema de años.
¿Te fijas en alguien por el tipo de timbre que tienes? En plan, «hasta aquí puedo llegar».
Lo del timbre es un error, el timbre no se puede evitar, es el que uno tiene. Hay cuestiones técnicas que se pueden ir entrenando con el tiempo, que te van llevando a otro sitio donde te sientes más cómodo. Es algo natural en el sentido de que también la usas para hablar. No es sencillo de cambiar, como cuando tocas un instrumento. Me gustan muchos cantantes, algunos no tienen nada que ver. Puede ser música clásica o renacentista, o escuchas a un barítono como Johnny Cash, que no puedes llegar a ese tono sin ese cuerpo; o escuchas un poco más crooner, como Neil Hannon de Divine Comedy. O Skip James con su voz súper aguda… toda esa gente ha buscado su sonido de manera natural. Hay gente que empezó a cantar desde pequeñito.
«Me encantaba la voz de Marina, su personalidad, todo lo que aportaba, pero ella no era tan consciente quizá por causas de carácter, temperamento, vocación»
Marina no estaba considerada una gran cantante y ahora resulta que la gente la echa de menos. No sé si teníais claro que esto iba a pasar a lo último.
Sí, lo que pasó con Klaus es que ella se dejó llevar por todo lo que pasó, una bola que fue creciendo, que fue casi como un juego. No estaba dispuesta a pagar el peaje porque no era una vocación. Mientras duró, bien. Yo siempre la animaba a quedarse con lo bueno: «¡Hay gente que le encanta!». Si 30 personas te están diciendo algo bueno y 5 algo malo… Me encantaba su voz, su personalidad, todo lo que aportaba, pero ella no era tan consciente quizá por causas de carácter, temperamento, vocación.
¿Ella ha escuchado este disco?
No lo sé, a lo mejor sí. Tampoco si hablo con ella, le voy a preguntar esas cosas. Ni a un amigo le voy a preguntar.
¿Te da pudor o algo?
No, es que no me sale. No le pregunto a un amigo con el que hablo todos los días: «¿has escuchado el disco?». No sé, tenemos otras cosas de que hablar. Estas cosas de exhibirme no me salen. Tampoco hablo con ella habitualmente: no tengo mala relación, pero no hablamos todos los días. Hace unos meses me dijo: «he escuchado el EP, muy bien». Pero como quien dice: «he pasado por el médico a recoger la receta».
Hay un componente filosófico en el disco: la duda, la mortalidad, incluso en el vídeo. ¿Hay alguna corriente o pensamiento que te haya inquietado y lo consideres un tema primordial?
(risas) ¡Vaya pregunta!
¡Bueno! Has hecho un vídeo sobre la búsqueda del mundo ideal, la belleza, lo sublime…
Sí, sí… (risas) El vídeo contrapone un plano ideal que se puede interpretar de muchas maneras, con la realidad que es darte la hostia. La realidad aparece en escena. A la hora de hacer vídeos escoges algo que tenga un mínimo de sentido. El texto tiene que dar la pista. Está la escuela platónica dando cátedra y la realidad imponiéndose. Se puede interpretar, es un plano simbólico. Murcia puede representar el sueño, el anhelo, la muerte, otro plano-existencia. Y luego está la realidad, que viene a multarte.
¿De qué se despide la canción?
(risas) Es que me da cosa hablar de metáforas. Se despide del plano material, del plano real. La idea platónica del mundo de los ideas. Hablo de Murcia porque vivo en Murcia. Si fuera Guadalajara, sería Guadalajara. Representa la materia.
¿Qué más temas hay en el disco?
Hay cuestiones filosóficas, y cosas más triviales. Hay amor, que es el tema por antonomasia del pop, las relaciones afectivas. De hecho, quizá, es lo que más hay en el disco.
¿De verdad? No lo parece…
¡Sí! (risas)
«No puedo evitar huir del sentido unívoco y hacer las cosas crípticas, es un rasgo de estilo»
Los comentarios de JNSP han mejorado un poquito en los últimos años, y hay uno que dice que le ha gustado el disco, pero que le falta emoción. Mi interpretación es que cuando un disco no habla de amor, la gente dice que tiene menos emoción. Para mí el disco no habla tanto de amor como de lo que te he dicho antes: la duda y cosas más abstractas.
Claro… Sí, también. A veces cuando habla de anhelos imposibles, puede ser algo inasible, pero puede ser un deseo de amor. El primer tema (‘Isabel como Fernando’) es una declaración de amor un tanto oscura. El tercero (‘Todo es verdad salvo alguna cosa’) habla de relaciones afectivas, «no necesito nada más que tú», que es como un cliché de declaración de amor. Pero luego dice «a veces necesito otras cosas»: es el requiebro. Parece una canción de amor romántica, pero siempre hay un pero después.
La cosa es que tienes canciones que pueden parecer de amor o de la vida…
.. o de amistad, a un amigo o a otra persona.
…pero si luego la llamas ‘Spanien’, o le das un título que recuerda a Rajoy, le vas a dar una visión social o política.
Huir del sentido unívoco y hacer las cosas crípticas, no puedo evitarlo, es un rasgo de estilo. Es una manera de hacer pequeña literatura. Si estás hablando de alguien que se va a otro país, (titular ‘Spanien’) es el escenario para recrear «jo, que te pierdo». ‘Paseo por el río’ es amor y muerte, hay amor y tragedia. Hay un río por el que se desborda e inunda todo, pero es una ribera en la que pasear acompañado.
Esto que dices de «no tener un sentido unívoco» es por un lado no revelar mucho de ti mismo y por otro también un impedimento para llegar a la gente. Si no le das a la gente una canción puesta sobre la mesa, no se capta igual. No sé si estás de acuerdo con esta dicotomía.
Tal vez (risas) No pienso en esos parámetros. Pienso en sentirme cómodo con lo que hago en el momento en que lo estoy haciendo, en creer en ello. Tal vez, no son cosas que yo pueda valorar, hasta qué punto a la gente le va a gustar más o menos. No lo he hecho nunca, aunque a veces me haya ido mejor o peor.
«No quiero parecer pretencioso de más porque estoy en el ámbito de las canciones pop, pero hacer canciones es una pequeña forma de literatura»
Entre lo más oído de Klaus&Kinski, había componente abstracto como ‘Forma, sentido y realidad’, pero también ‘Mamá, no quiero ir al colegio’, que no puede apelar a algo más concreto. Me da la sensación de que cada vez quieres exponerte menos y menos.
Ay, pues, no sé, tal vez. Como no tengo psicoanalista que me revele todas esas cosas (risas) Quizá. O llevaba un tiempo haciéndolo y empiezas a depurar el estilo. Vas haciendo requiebros con el significado y el significante. Con el texto lo hago mucho: reiteración, juegos de palabras enrevesados, los significados que se van contradiciendo a sí mismos. A veces soy laberíntico, es muy probable. Intentas encontrar tu manera de poner las cosas con las que te sientas cómodo. A lo mejor dentro de unos años lo hago de otra manera. ¡Estoy pasando una fase modernista a lo mejor! (risas)
¿Qué quieres decir?
Me estaba acordando del poema de Juan Ramón Jiménez, hablando de todas sus fases después de hacerse modernista. No estoy comparando con la poesía, pero al final decía: «me dejo de mierdas y llego a la poesía pura». Eran como fases.
«Eso de componer para otros suele ser en mundos donde yo no me muevo»
A mí me parece interesante tratar de meter las letras de algunos artistas en un marco literario, comparando autores de canciones con grandes poetas, y me parece que tus letras podrían estar ahí. Tú mismo estás hablando de juegos en cierta medida ambiciosos.
Hacer canciones es una pequeña forma de literatura. Puedes optar por simplificarlo. Me gusta música en la que los textos dicen poca cosa o no presto atención y hay otra música en que la calidad literaria es un porcentaje muy grande del valor artístico del producto. Siempre le he dado cierta importancia, pero no quiero parecer pretencioso de más porque estoy en el ámbito de las canciones pop. No estoy haciendo gran literatura, pero es una forma literaria: cantar y las formas poéticas desde el principio de los tiempos. Hay gente que me gusta cómo escribe. Piensa en los Smiths, me gustaba todo, pero sin las cosas que escribía Morrissey no sería lo mismo.
¿Has pensado en escribir para otros artistas?
A mí nunca nadie me ha llamado para nada de eso, no sé cómo empezaría a hacer este tipo de cosas, ni si hay algún artista a quien le pudiera interesar. No es como a niveles más altos, mainstream. Supongo que las editoriales moverán a ciertos artistas, para cierto tipo de artistas. Si me saliera alguien que le viera un mínimo de sentido… pero no voy a buscarlo, ni sabría cómo buscarlo. Eso de componer para otros suele ser en mundos donde yo no me muevo. En este mundillo pasa poco, pero si alguna vez me lo encuentro, ya veré qué hago.