Halsey se ha quedado sin el número 1 de ventas en Estados Unidos por culpa del lanzamiento sorpresa de Eminem, que ha alcanzado el número 1 con 279.000 unidades equivalentes y sin edición física aún en el mercado. Si no hubiera sido por Eminem, ‘Manic‘ habría sido número 1 sin ninguna duda, pues ha movido el doble de copias en el mismo tiempo que ‘Rare‘ de Selena Gomez, que la semana anterior sí lograba el top 1 pero con números muy inferiores (239.000 unidades equivalentes de Halsey frente a las 112.000 de Selena).
En Estados Unidos, nuestro «Disco de la Semana» repite los datos de Australia y Canadá, mientras en Reino Unido es top 6, exactamente igual que en España, país que, como sabéis, divide su clasificación en datos de ventas y en streaming. En el primer grupo, Halsey supera a Eminem muy holgadamente, pues ‘Manic’ es top 6 donde ‘Music to Be Murdered By‘ es tan solo top 66 simplemente gracias a las descargas digitales. Pero en la tabla de streaming el dato se invierte: el disco de Eminem es top 3 y el de Halsey top 7 (ninguno ha logrado imponerse a los álbumes más reproducidos de la semana en España, que siguen siendo ‘Prisma’ de Beret y ‘Nibiru’ de Ozuna). En cualquier caso no hay duda que Eminem sigue siendo uno de los reyes absolutos del streaming actual pese a haber debutado hace más de 20 años, y ‘Music to Be Murdered By’, que también es top 1 en Reino Unido, ya es uno de los álbumes clave de 2020 al menos a nivel comercial. Sus datos en todo el mundo son muy superiores a los de Halsey, aunque habrá que ver cómo se mantienen ambos a lo largo de los próximos meses.
Volviendo a España, la lista de ventas deja otras entradas más previsibles centradas en el rock y las reediciones. ‘MMXX’ de Sons of Apolo es top 26, ‘The Burning’ de British Lion top 46, ‘El dorado’ de Marcus King top 54, ‘The Serpent Rings’ de Magnum top 56 y ‘Maxi & Singles Collection’ de Modern Talking top 58. Y en streaming, las únicas entradas en la tabla aparte de las de Eminem y Halsey las firman los concursantes de Operación Triunfo 2020 con las canciones de la gala 1; que entran en el top 9; Taifa Yallah (Dellafuente) con este ‘Causa‘ editado un lunes y que hoy reseñamos, y que es top 16; y finalmente La Zowi con su estupenda última «mixtape», ‘Élite‘, que entra en el top 41.
Que Dellafuente es un artista distinto dentro de la escena del nuevo hip hop español es notorio desde que emergiera para un público más amplio con ‘Azulejos de corales’, hace ya casi un lustro. Pero lo cierto es que pocos en ella como él –diría que ni siquiera los teóricamente más avezados C. Tangana y Yung Beef– han sabido visualizar y anticiparse a su declive como El Chino. Aparte de sus declaraciones, ya ‘Ansia viva‘ era pionero en su apuesta por sonidos latinoamericanos más allá del reggaeton, y supo ver que el «aflamencamiento» de su propuesta era tan interesante como la transversalidad del mal-llamado-trap con otros géneros como el rock o el UK-garage. Pero, la verdad, el movimiento que ejecuta con Taifa Yallah no lo vimos venir.
Tanto su imaginería –esos seis jinetes/ninjas/cowboys– como su teoría alude a que Pablo no es el único actor en este proyecto. «Vamos, barrio» es la traducción literal del árabe de un nombre que alude al espíritu local como lo verdaderamente propio, ajeno a nacionalismos: «En el mundo hay muchos barrios y cada barriada es un reino […] No hay lo uno ni lo trino sino mil mesetas», reza su nota de prensa. Los créditos también lo confirman, si bien no son tan sorprendentes como cabría imaginar. Pues no hay detrás de Taifa Yallah unos Toundra para un Niño de Elche –la referencia de Exquirla no es gratuita, puesto que, como veremos, hay cierta similitud estilística con estos–, sino que son sus más fieles colaboradores los que le acompañan en esta aventura: Antonio Narváez y Moneo son los instrumentistas y co-productores principales de ‘Ep.01- Causa’, el debut de Taifa Yallah. En ese sentido, se intuye que el germen de esta música puede estar en la sesión para VEVO que presentaron a finales de 2018.
Pero aunque ellos lleven el peso principal, hay distintos implicados. Principalmente bajistas –Pepe (sic), Migue Díaz–, pero también un sitar –Pablo Jurado–, saxos –Pablo Torres– y coros –Beatriz Salinas–. Quizá hubiera sido mucho más sonado si hubiera acudido a otros nombres propios de su ciudad más notorios, como Los Planetas o Soleá Morente. De hecho, hubiera sido un bombazo. Sin embargo, se intuye que ha optado por artistas menos populares, de su círculo artístico más cercano, en aras de la coherencia de ese mensaje de pertenencia, de tribu, que envuelve la estética del proyecto. Una estética que evidentemente se nutre de la influencia árabe en Andalucía –como también reivindican últimamente Califato 3/4, con los que en cierto modo conecta este disco–, pero que no busca «mitificar la convivencia de las distintas culturas». «Ninguna se dio nunca en puridad y su fe, si acaso, es la fe del converso, la Santa-Fé», aclara la nota de prensa del disco.
Y, desde luego, no hay búsqueda de pureza en «Causa», sino todo lo contrario: mixtura, encuentro, colisión de distintos lenguajes. Y eso es, no cabe duda, lo más interesante de Taifa Yallah, su ingenio para mezclar rock –que no podría ser otra cosa que andaluz–, metal, rap, flamenco –o quejío, más bien– y no solo salir indemne sino establecer un punto de partida completamente nuevo. Porque, por más que citemos a otros nombres aquí, solo pueden servir para dar leves pistas de lo que nos encontramos en un trabajo tan conciso como sustancioso, cuyos 25 minutos pasan volando y van de menos a más. Lo menos logrado de esta aventurada apuesta es el plano lírico. Chirría un tanto, por ejemplo, el léxico despreciativo del trap en ‘La verdad’ en contraste con la acertada adaptación del hermoso poema ‘Paseo de Los Tristes’ de Javier Egea que conforma ‘Corazón de agua‘, mientras que una buena idea como el misticismo de ‘400 demonios’ parece algo desaprovechada. Es quizá donde Taifa Yallah parece algo más bisoño, si bien los textos de ‘El bosque’ (brutales esos versos que dicen «yo tengo aquí un lugar, donde no llega el dolor, donde el dolor se va, porque lo malo ya rebosa»), ‘El barco’, ‘Yallah‘ y ‘Causa’ resultan más entonados.
Mejora la impresión en lo musical, donde la mixtura de elementos sí cuaja muy bien. Además de ‘Corazón de agua’, ‘El bosque‘ –en la que emergen en el horizonte referentes teóricamente contrapuestos como Extremoduro y Los Chichos– y la sorpresa que depara ‘400 demonios’ –donde converge de una manera más acertada la dicción del hip hop sobre el post-metal de unos Viva Belgrado– destacan en la primera mitad. En la segunda, superada la sorpresa inicial, ‘El barco‘ se impone quizá como la canción más acertada en cuanto a contrastes, contraponiendo el precioso soul de los versos con el brutal metal –doble bombo en ristre y con giro hardcore– de sus estribillos. Mientras que ‘Yallah’ triunfa del todo en esa colisión de rap contemporáneo y rock que dejaba dudas al principio. Solo ‘Causa’ pierde algo de impacto, aquejada de cierto manierismo en sus guitarras, que lo acercan al heavy más ramplón (por momentos remite más a Medina Azahara que a Triana). Pero lo que no se le puede negar a este «episodio 1» de Taifa Yallah –prefijo que parece garantizar que tendrá continuidad– es la valentía, sensibilidad y capacidad de reinventarse que demuestra Dellafuente, invitando a pensar que será uno de los pocos artistas de su escena que logrará perdurar en el tiempo.
Calificación: 7,7/10 Lo mejor: ‘Yallah’, ‘Corazón de agua’, ‘El bosque’, ‘El barco’ Te gustará si te gustan: Exquirla, Califato 3/4, Extremoduro. Escúchalo: en Spotify
Stella Chronopoulou lleva unos años haciéndose un nombre en el pop gracias a canciones de electro-pop y synth-pop tan magnéticas como ‘The Owner’, y tras publicar sus dos primeros trabajos en el sello independiente griego Inner Ear, acaba de debutar internacionalmente con ‘The Break’, su tercer largo, a través de Arbutus Records, el sello canadiense que publicó los dos primeros álbumes de Grimes y que también ha lanzado trabajos de Braids o Sean Nicholas Savage.
Sin ser el suyo el sonido más original y ambicioso del mundo -y no tiene por qué serlo-, Σtella (este es su nombre artístico) sí maneja unos códigos de electro-pop muy elegantes y además es capaz de componer canciones tan orgánicas y adictivas como ‘The Race’, que se conoce desde el pasado verano, pero que vale la pena rescatar. El ritmo trotón y la repetitiva melodía aflautada de ‘The Race’ sirven a una composición misteriosa pero llena de luz, que suena como el contrapunto luminoso de ‘Passionfruit’ de Drake en varios puntos, aunque sea de manera vaga. El resultado desprende una épica controlada que atrapa desde el primer momento.
En ‘The Race’, «stella sigma» parece hablarnos sobre la necesidad de conexión, de amor, de propósito, de encontrar «un lugar» en el mundo. Es un mensaje existencialista, poco concreto pero lo suficientemente evocador como para complementar positivamente el espíritu melancólico, y a la vez eufórico, de esta producción. «Podemos buscar un sueño, que fluya como el río y sientas en tu interior, y que te lleve a lugares a los que nunca has estado», reza el verso final. Y acorde con este mensaje de motivación -y con el título de la canción-, el vídeo de ‘The Race’ es deportivo.
Pensar en Dolly Parton sigue siendo, a pesar del paso de las décadas desde aquel remoto 1973, pensar en ‘Jolene’: junto a ‘9 to 5’ es su canción más escuchada en Spotify y -a diferencia de aquella- la más versionada de lejos, en todo tipo de estilos. A lo largo de las décadas -más allá de las esperables versiones country- la canción ha seducido por igual a siniestros ochenteros (The Sisters of Mercy, Strawberry Switchblade), ambient-houseros de los 90 (One Dove), rockeros de los 2000 (The White Stripes) o artistas de los años 10 con ganas de mostrar otra faceta (la preciosa versión de Miley Cyrus). La vigencia de la canción y de la propia Dolly en los últimos años es evidente en múltiples manifestaciones: por ejemplo en la canción ‘Nothing Breaks Like a Heart’ de Mark Ronson junto a la propia Cyrus (un evidente homenaje a ‘Jolene’ en su arreglo y tono melódico) o en la reciente colaboración de Parton en un tema de EDM junto al dúo sueco Galantis.
Pero la actualidad de Dolly en los últimos tiempos trasciende la propia música. Se refleja en en el mainstream visual (Netflix estrenó en noviembre ‘Heartstrings’, una serie de ficción con episodios basados en canciones de la artista) y también en el underground de los podcasts: el ultrarecomendable ‘Dolly Parton’s America’ es un programa por entregas que nació en la emisora WNYC pero que se ha convertido en uno de los podcast revelación de la temporada. En él, el periodista Jad Abumrad se embarca en una exploración de la cantante, su obra y su imaginario, inspirado en el ambiente que observó en un concierto de Dolly al que asistió en 2018: en mitad del mandato de Trump, con su país metido de lleno en una guerra ideológica entre dos Américas bien distintas, en el público que iba a ver a Dolly parecían convivir con total armonía y respeto familias de claro corte tradicional derechista, viejos amantes del country tradicional, aficionados a música indie, y público LGTBI+. “¿Qué tiene Dolly que puede conseguir lo que no logramos en la calle, que coexistamos con respeto?”… Abumrad intenta responder a esta pregunta en esos nueve capítulos.
Entre ellos, parece perfectamente lógico que un capítulo entero esté dedicado a ‘Jolene’. La canción, además de ser una completa belleza, tiene mucha enjundia a muchos niveles. En el musical, sin duda: por ejemplo, por ese hipnótico riff arpegiado que tocaba la propia Dolly, y que marca un tono de trepidación, de preocupación ansiosa que se mantiene en toda la canción. O por cómo la melodía hace uso de la escala dórica (habitual en la música medieval y géneros antiguos), dotando al tema de un aire cuasirreligioso y como de balada folk antiquísima.
O también, como comenta en el programa la catedrática Nadine Hubbs de la Universidad de Michigan (cuya tesis doctoral se titula ‘Jolene, Género y la homoerótica cotidiana del Country’), por su subversión de un subgénero del country llamado «The Other Woman songs»: canciones dedicadas a la mujer que te robó a tu hombre (o que pretende hacerlo) y que solían estar repletas de insultos y amenazas de violencia física (como ‘Fist City’ de Loretta Lynn, por ejemplo). En ‘Jolene’, Dolly apela a la otra mujer desde la empatía, no amenazando, sino suplicando («por favor no te lleves a mi hombre sólo porque puedes») y subvierte la diatriba de insultos en una sarta de elogios más propios de un soneto renacentista de amor: “Tu belleza no tiene comparación, con bucles de flameante pelirrojo oscuro, con piel de marfil y ojos verde esmeralda / Tu sonrisa es como un soplo de primavera, tu voz es suave como la lluvia de verano”.
En la tesis de 79 páginas que la doctora Hubbs escribió sobre ‘Jolene’ hasta se apunta a ciertos tintes homoeróticos del tema. Su teoría es que la protagonista de la canción se siente de hecho atraída por Jolene. Cuando en el podcast le preguntan a Dolly si es así ella ríe y dice que no, pero más tarde tiene unas bellas palabras en las que repite lo que siempre ha dicho sobre su público LGTBI+: que no tiene más que amor para ellos y que cualquiera puede amar a quien quiera. Que el pecado está en quien juzga.
Podríamos llenar párrafos sobre las maravillosos elementos musicales de ‘Jolene’: las imposibles armonías que Dolly se hace a sí misma, cómo las cuerdas y la guitarra pedal steel se funden en un celestial fondo… hasta el seco y minimalista ritmo, en el que la guitarra parece conducir a la batería y no al revés. Pero seguramente basta con escuchar, cerrar los ojos, y ser hipnotizado por una de las piezas de música más conmovedoras del siglo XX.
‘Jolene’ suena en la entrega nº 350 de Popcasting, el podcast de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.
Tras el experimento dancepop de ‘Stay Together‘, en los estertores del pasado año Kaiser Chiefs reaparecían con ‘Duck‘. Un disco en el que mantenían ese espíritu hedonista y pop, pero recuperando las guitarras y tocando muchos palos distintos, del northern soul al synthpop de tintes 80s, pasando por el clasicismo rock británico a lo de The Kinks. Un trabajo bien recibido por sus seguidores y con temas como ‘Record Collection’ o ‘People Know How to Love One Another’ que a buen seguro serán pasto de baile y celebración en sus conciertos.
Este año, justo cuando se cumplen 20 de sus inicios –por entonces bajo el nombre de Parva–, el grupo de Leeds emprende su gira de presentación, que curiosamente les llevará tanto a tocar en estadios de Reino Unido como a salas tipo La Riviera de Madrid (el próximo 5 de febrero) o Razzmatazz de Barcelona (al día siguiente, 6 de febrero) –entradas disponibles aquí–. Sobre esa poco frecuente circunstancia y algunas cuestiones sobre sus últimos discos y su carrera hemos podido hablar con el bajista del grupo, Simon Rix.
Entiendo ‘Duck’ como un disco que es a la vez clásico y contemporáneo. ¿Diríais que esa es una buena definición para lo que son Kaiser Chiefs en estos momentos?
Creo que es estupenda. Nuestra ambición para el álbum tras el experimento de ‘Stay Together’ era encontrar la forma de hacer un disco que tuviera el ADN de Kaiser Chiefs, pero sin sonar retro. Creo que hemos empezado a entender quiénes somos (como banda). Lo que hacemos, aunque siempre queremos seguir aprendiendo, seguir cambiando. Simplemente perseguir nuestros límites, quizá.
Hay también un claro espíritu pop en él. ¿Es algo con lo que os sintáis más cómodos ahora, en contraste con vuestros inicios, en los que sonabais más crudos?
Pienso que cuando tocamos en directo ahí sigue estando esa misma fuerza. En el álbum hay, definitivamente, la presión de producir canciones que puedan sonar en la radio. La atmósfera en torno a la música de guitarras es completamente diferente (ahora) a cómo era cuando aparecimos, cuando los grupos de guitarras dominaban por completo las listas de éxitos. Así que pienso que el espíritu pop es parte de ese sonido contemporáneo que tú mismo mencionabas antes. Y continuará evolucionando según pase el tiempo. Aparte de eso, hay diferentes personas (implicadas) que llevan al grupo hacia direcciones diferentes. Por ejemplo ‘Golden Oldies’, que es mucho más una canción grupal, suena totalmente distinta a ‘The Only Ones’, que creo que es el enlace entre este álbum y el pop total del anterior.
«No creo que haya (en ‘Duck’) nada enloquecidamente alejado de Kaiser Chiefs. Simplemente se retuerce en todas direcciones»
‘Duck’ es también un disco bastante diverso en cuanto a estilos, con sonidos northern soul pero también synthpop ochentero y más cosas. ¿Hay alguna canción en el álbum que te haga pensar «nunca habríamos hecho algo así hace 10 años»?
No creo que haya nada enloquecidamente alejado de Kaiser Chiefs. Simplemente se retuerce en todas direcciones. Creo que lo de los sintes a saco de ‘Record Collection’ es algo muy diferente, y obviamente los metales a lo grande de ‘People Know’ y ‘Wait’ son diferentes también. ‘Employment’ tenía algunos vientos, pero eran más sutiles.
En todo caso, vuestro álbum anterior, supuso quizá un giro más sorprendente en vuestro sonido, con más arreglos de electrónica y música dance que nunca antes en vuestra carrera. ¿Por qué ya no encontramos este disco en plataformas de streaming? ¿Hasta tal punto fue decepcionante para vosotros?
No tengo ni idea de por qué no puede encontrarse ya. Estamos teniendo problemas con cosas así, que dejan de estar online. No es para nada cosa nuestra. Más bien que en alguna oficina en alguna parte no están haciendo su trabajo bien. Gracias por avisarme. (Nde: Días después de la entrevista, el disco sigue sin estar disponible, al menos en España.)
Volviendo a ‘Duck’… ¿Hay alguna canción de la que os sintáis particulamente orgullosos?
Mi canción favorita es ‘Wait’. Me encanta porque es muy simple pero hay un montón de cosas interesantes sucediendo al mismo tiempo. También me encanta ‘Kurt vs Frasier (The Battle for Seattle)’ por la forma en la que la escribimos, que fue única. Y por último siempre pienso que ‘People Know How To Love One Another’ es un mensaje que todo el mundo debería guardar en el fondo de su mente.
«Siempre hemos tratado de enfocarnos en lo que viene después, y no mirar mucho atrás»
Es fácil adivinar que ‘Record Collection’ y ‘People Know How To Love One Another’ son ya favoritas de vuestros fans. ¿Pero qué canción del disco os ha sorprendido más en cuanto a la respuesta del público? Quiero decir, una que sepáis que va a estar en vuestros setlists durante muchos años.
‘Target Market’. Creíamos que era una gran canción cuando la escribimos y, de algún modo, pienso que es clásicamente Kaiser Chiefs. Pero nunca hubiera pensado que sería una favorita en los directos, por su rollo más dulce. Pero como tuvo una fantástica reacción cuando se publicó el año pasado, quiero tocarla en la nueva gira.
Si no me equivoco, este año se cumplen 20 desde que iniciasteis el grupo, por entonces con el nombre de Parva. ¿Tenéis idea de celebrarlo de alguna manera?
Sinceramente, la verdad es que no. Siempre hemos tratado de enfocarnos en lo que viene después, y no mirar mucho atrás. Vamos a incluir una vieja canción de Parva en un recopilatorio de vinilo para un concierto que vamos a dar para Amnistía Internacional en abril, pero solo porque nos parecía divertido: la mayoría son grupos nuevos, así que estamos ahí como una nueva banda también. (Risas) Nunca sabes, en todo caso, quizá celebraremos los 40 años.
«Vamos a tocar en el O2 de Londres (…) y casi al día siguiente en una sala de París para 600 personas. Y sé que ambos conciertos serán fantásticos, a su manera»
Vais a venir a España a un par de festivales ya confirmados (FIB y Sonorama), pero también vendréis a recintos más pequeños en Madrid y Barcelona. ¿No es raro tocar en esos sitios para un grupo que en Reino Unido acostumbra a hacerlo en estadios? ¿O sigue siendo excitante?
Es perfecto. Justo hoy decía que vamos a tocar en el O2 de Londres, que es el recinto más grande de la gira, y casi al día siguiente en una sala de París para 600 personas. Y sé que ambos conciertos serán fantásticos, a su manera. Es una de las cosas buenas de tocar con Kaiser Chiefs, aún actuamos al nivel de pequeñas salas. Nos encanta tocar en España. Lo hemos hecho un montón a lo largo de los años. Tanto los públicos grandes como los pequeños han sido siempre estupendos y esperamos que vuelva a serlo dentro de unos días.
Y, 20 años después de comenzar, ¿Cómo veis la escena rock en el mundo? Quiero decir, es obvio que el hip hop, R&B y los sonidos latinos dominan el pop en muchos aspectos. Pero, aunque hemos leído y oído que el rock estaba muriendo, aquí estáis, con un montón de grupos, manteniendo el interés de la gente… ¿Por qué creéis que el rock and roll sigue siendo relevante?
Las tendencias siempre han ido cambiando. Pero creo que el hecho de que los grupos sigan tocando y vendiendo montones de entradas, aunque no sean número 1 en las listas de pop, prueba que hay aún una demanda enorme de música de guitarras. Y que siempre lo habrá. Creo que hay algo en su energía que es diferente al de otros géneros. Y siempre sigue evolucionando con nuevos e interesantes artistas surgiendo cada año.
Cierto. De hecho, es significativo que sigan apareciendo montones de grupos jóvenes cada día, como últimamente IDLES, black midi, Fontaines DC, etcetera. ¿Os resulta inspirador, de alguna manera?
Disfruto escuchando todos los grupos nuevos. Hubo un momento en el que no parecía que hubiera tanta nueva y buena música de guitarras surgiendo. Alguna, pero no mucha. Pero en este momento parece que vuelven a aparecer unas cuantas bandas así cada año.
La Casa Azul ha estrenado el videoclip de ‘El colapso gravitacional’, el nuevo single de ‘La Gran Esfera‘, que será el definitivo. Con este van ya 5 vídeos oficiales realizados para el álbum y 7 singles en total si se tienen en cuenta los lanzamientos independientes de ‘Podría ser peor’ y ‘El momento’, dos temas que, pese a no haber obtenido vídeos, han sido los más exitosos del álbum a nivel de reproducciones en las plataformas de streaming (el primero, por cierto, sonará la semana que viene en Operación Triunfo). ‘La Gran Esfera’ es literalmente una sucesión de singles desde la pista 1 a la 7… y se compone de 10 en total. Elefant confirma de hecho que el vídeo de ‘El colapso gravitacional’ sirve para cerrar etapa, pero añade que La Casa Azul publicará «nuevas canciones» en 2020.
Por si cabía alguna duda, ‘La Gran Esfera’ ha sido uno de los mejores discos de 2019, y ‘El colapso gravitacional’ fue una de las canciones del álbum que, en su momento, pasó por nuestra sección «La Canción Del Día». Entonces destacábamos su estribillo, un «verdadero salto de pértiga melódico que contrasta con el acelerado ritmo de la canción» y también su veloz y ultra enérgica base rítmica, que a la vez parece «mantenernos levitando en el aire».
El vídeo de ‘El colapso gravitacional’ es uno de los mejores de toda la etapa de ‘La Gran Esfera’ a nivel de producción e interpretación. Dirigido por Daniel Cuenca, está protagonizado por Anna Castillo (‘La llamada’, ‘El olivo’, ‘Viaje al cuarto de una madre’, ‘Paquita Salas’, ‘Arde Madrid’), que interpreta a una estrella del pop -aparentemente inspirada en la cantante italiana Mina- que «desaparece apabullada por su propio éxito» y es «devuelta a la vida por un ser espacial, desarrollando una relación compleja entre ser y creador».
Recientemente, La Casa Azul ha anunciado un segundo recital en La Riviera de Madrid tras agotar las entradas para el primero. Las dos fechas tendrán lugar los días 23 y 24 de abril. Antes, Milkyway estará en el festival SanSan de Benicàssim, que se celebra del 9 al 11 de abril. Por otro lado, La Casa Azul es uno de los artistas confirmados en Ojeando, el micro-festival de Málaga que se celebra en el pueblo de Ojén los días 10 y 11 de julio. Junto a Milkyway están confirmados Javiera Mena y ELYLELLA. Los abonos ya están a la venta.
Justin Bieber ha anunciado al fin que su esperado nuevo disco, ‘Changes’, sale el 14 de febrero, es decir, en tres semanas. Por supuesto, es el día de San Valentín, lo cual puede haber sido una decisión consciente por parte de Bieber pues este será su primer lanzamiento desde que contrajera matrimonio con Hailey Baldwin, a quien a buen seguro irán dedicadas muchas de las pistas, 17 en total según el pre-order de iTunes.
El nuevo álbum de Bieber incluirá ‘Yummy’, el nuevo éxito del canadiense aunque el cantante se haya empeñado en demostrar lo contrario (y aunque no haya conseguido igualar los números de hits previos, al menos de momento), y también ‘Get Me’, que acaba de llegar a las plataformas de streaming. Es una colaboración con Kehlani producida, entre otros, por Poo Bear (‘Purpose’) y Bo1-da (‘Work’ de Rihanna). De hecho, ‘Get Me’ presenta una base dancehall muy moderada dentro de su viscosa producción, pero lo que la hace inclinarse hacia la balanza del R&B es la actuación vocal de sus dos intérpretes.
‘Changes’, que compartirá fecha de lanzamiento con Tame Impala, llegará casi un lustro después de ‘Purpose‘, a nivel comercial y de influencia (sobre todo la del macrohit ‘Sorry’) uno de los álbumes de pop clave de los últimos tiempos. El canadiense, por cierto, ya ha estrenado en Youtube el primer capítulo de su serie documental ‘Seasons’.
Dua Lipa recupera el top 1 de nuestra lista semanal con ‘Don’t Start Now’ mientras el top 10 vive la llegada de una nueva canción de Tove Lo, ‘Bikini Porn’. Es una semana de muchas novedades y Amaral, Georgia, María José Llergo, Bombay y Pablo und Destruktion se cuelan entre lo más votado. Es momento de despedirse de ‘Harleys in Hawaii’ y ‘So Heavy I Fell Through the Earth’, ya con 10 semanas o más y en la mitad baja de la tabla. En cuanto a subidas, destacan las de Kali Uchis, Kaytranada y Delaporte. Podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por vuestras canciones favoritas, aquí.
El gran año de Amy Winehouse en los Grammy no fue en realidad “el gran año de Amy Winehouse en los Grammy”. Aquella mítica ocasión en que la cantante actuaba desde Reino Unido vía satélite porque no podía entrar en Estados Unidos por problemas con su visado, en realidad se le escapaba el Grammy más importante, el de Álbum del Año, que se iba para ‘River: The Joni Letters’, un disco de versiones de Joni Mitchell a cargo de Herbie Hancock en clave de jazz.
Un año antes, ‘Taking the Long Way’ de Dixie Chicks derrotaba al impecable ‘Futuresex/LoveSounds’ de Justin Timberlake. Un año después, ‘Raising Sand’ de Robert Plant y Alison Kraus derrotaba a ‘In Rainbows’ de Radiohead. El mismo patrón se producía en 2006 cuando U2 ganaba a Kanye West, o cuando Steely Dan dejaba sin Grammy a ‘Kid A’ de Radiohead con otro disco de jazz, o cuando ‘Babel’ de Mumford & Sons derrotaba al histórico ‘channel: orange’ de Frank Ocean.
’25’ de Adele ganando a ‘Lemonade’ de Beyoncé, incluso ‘Morning Phase’ de Beck ganando a ‘Beyoncé’… Parece que cuanto más clásico suena un álbum, cuanto más apegado a la tradición folk, rock o jazz está, más posibilidades tiene de hacerse con el Grammy a Álbum del Año. La categoría mayor de los premios tiene el orgullo de haber reconocido recientemente a álbumes tan influyentes como ‘Random Access Memories’ de Daft Punk o ‘Speakerboxxx/The Love Below’ de Outkast, pero pocas veces ha sonado tan siglo XXI como con el reconocimiento esta noche al trabajo de Billie Eilish.
Billie es la artista más joven de la historia en recibir el Grammy a Álbum del Año, pero lo que choca no es solo la edad, sino el sonido del disco. Cuando el año pasado era Kacey Musgraves la flamante ganadora del galardón con ‘Golden Hour’ era imposible no sonreírse: Kacey es guay, ha renovado los mensajes del country… pero el suyo no dejaba de ser un disco perfectamente comprensible por los seguidores del country.
Lo de este año es otra cosa. ‘WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?’ es un álbum eminentemente electrónico, y hecho prácticamente en la habitación de Billie Eilish junto a su hermano Finneas, que ejerce de productor, sin una sola co-autoría más. Pero es que además la cantante se ha hecho con los premios a Canción del Año y Grabación del Año por una composición tan poco clásica como ‘bad guy’. Es verdad que la triunfadora el año pasado era tan poco ortodoxa como ‘This Is America’ de Childish Gambino, pero algo nos dice que Adele ya no lo tendrá tan fácil para ganar a su regreso como en los días de ‘Rolling in the Deep’ y ‘Hello’. Que las cosas están cambiando.
No es ningún secreto que desde hace unos años los Grammy quieren rejuvenecer su público. Algunas actuaciones vistas en la ceremonia en la década pasada o este año son más propias de lo que conocimos en los MTV VMA’s que de esta Academia. En un momento en el que la gente más joven recela de este tipo de entregas más que nunca, en un momento en el que su influencia o pertinencia no puede estar más en entredicho, en un momento en el que el público se fía más de una recomendación de un/a colega en su muro que de una Academia de prescriptores musicales o expertos, los Grammy han decidido mandar un saludo. No sé si será el resultado de una votación democrática o de una decisión estratégica, pero pocas oportunidades tan buenas como la de Billie Eilish para quitarse años y caspa de encima… porque ella además ha querido ir, frente al desprecio por los premios que han mostrado Drake y Justin Bieber, por ejemplo.
Podemos debatir durante horas si Billie Eilish merece más el Grammy a Álbum del Año que muchas de sus influencias directas o indirectas: Kanye West, Radiohead y Lorde NO lo lograron antes que ella. Podemos poner el foco en la amarga derrota de Lana del Rey, que debería estar reconocida desde los tiempos de ‘Born to Die’: después de 6 nominaciones, Lana sigue sin Grammy para disgusto de unos fans que en cualquier momento se lanzarán a las calles a quemar marquesinas (y con razón). Podemos argumentar que ha vuelto a ganar una persona blanca que no necesitaba precisamente más apoyo mediático, pues ya tenía el disco más vendido de todo 2019. Pero no podemos llorar por todo, y por una vez es el día de celebrar que la gran triunfadora de los Grammy lo merecía como la que más, y más después de toda la condescendencia y desprecio que ha tenido que padecer, precisamente debido a su edad.
¿Nadie recuerda la animadversión que provocó el disco a su salida, la de comentarios encontrados que se dejaron? Recordemos las palabras de Eilish durante la creación del mismo, en verano de 2018, cuando la entrevistaba nuestro compañero Pablo Tocino. Ella misma vaticinaba que su generación iba «a tomar el control del mundo» y el tiempo parece estar dándole la razón: «Nadie dice nunca, de la generación más joven a ellos, nada que ayude a esa generación. Obviamente la gente nos puede ver, pero no puede sentir qué es ser nuestra juventud, qué es ser nuestra generación, estando fuera. Y yo pienso que esta generación es la que va a tomar control del mundo… pienso que es jodidamente estúpido que la gente que está en la Casa Blanca, y la gente que se presenta como candidata a presidir lo que coño sea, sea tan mayor. Creo que es tonto porque los jóvenes son los que van a vivir más, estar aquí cuando ellos ya no estén, son los que van a existir en ese mundo que los adultos hayan creado para ellos. Es como “tú ya has vivido, joder, has vivido mucho y todo es distinto ahora, no puedes cambiarlo todo para devolverlo al estado en el que estaba antes… qué cojones”. A la gente joven se le debería tomar más en serio, y deberían estar en control, en puestos de poder, porque ellos son quienes van a cambiar las cosas a mejor».
El próximo 15 de febrero, Hidrogenesse ofrecerán un concierto especial en la sala Apolo de Barcelona. El objetivo de «No más caballitos poni» es recaudar fondos para la Protectora de Caballos ADE (Asociación Defensa Équidos), ubicada en Fonollosa, Barcelona, y que además de a caballos y ponis ayuda a burros, vacas, cerdos, ovejas o perros.
Como quizá da a entender el nombre del concierto, el dúo catalán compuesto por Genís Segarra y Carlos Ballesteros no presentará en él su último trabajo de estudio, el estupendo ‘Joterías bobas‘, sino aquel notable álbum que editó en 2007 titulado precisamente ‘Animalitos‘. Este LP de Hidrogenesse acogía algunos de sus himnos más emblemáticos, como ‘Caballitos y ponis’ o ‘Disfraz de tigre’, además de otros temas con títulos faunos como ‘Pajaritos y pajarracos’, ‘Los perezosos’ o ‘Fuig llop fuig llop fuig’ («huye lobo, huye lobo, huye»).
El concierto benéfico contará además con la actuación de la cantante portuguesa Maria Reis, mitad del dúo Pega Monstro y quien, el pasado 15 de noviembre, editó su segundo disco en solitario, ‘Chove na Sala, Água nos Olhos’ a través del sello Cafetra Records. Las entradas para el concierto están disponibles a un precio de 12 euros (anticipada) y de 14 euros (taquilla). Las entradas «early bird» están agotadas.
El festival Cooltural empieza la semana sumando, de una sola tacada, 12 nuevos nombres al cartel de su próxima edición, que tendrá lugar en la ciudad de Almería del 20 al 23 de agosto, tras haber añadido un día más al programa habitual. León Benavente son uno de los grupos anunciados hoy, de hecho, tras haber abarrotado el Auditorio Maestro Padilla con la presentación de su último disco, ‘Vamos a volvernos locos’, uno de los mejores de 2019.
Junto a León Benavente, desde hoy forman parte de la programación del recinto principal de Cooltural Rayden, Antílopez, Dani Fernández, Volver, Bauer, Código Bushido, La La Love You y el grupo revelación Ginebras, mientras Veintiuno, Santero y Los Muchachos y Alis pasan a engrosar la programación del escenario Playa. Todos ellos se suman a Leiva, Amaral, 091, Coque Malla (que actuará en la jornada de bienvenida), Fuel Fandango, Xoel López, Novedades Carminha, Rufus T. Firefly, Ciudad Jara, Delaporte y Guitarricadelafuente, entre otros artistas ya anunciados.
La tercera edición de Cooltural Fest superará los 70 nombres en el cartel entre todos los participantes en los distintos escenarios, carpas y otras iniciativas que se desarrollarán durante el festival. La venta anticipada de abonos generales y ‘Be Cool’ siguen disponibles en la página web del festival, www.coolturalfest.com.
Tomavistas suma una decena de nombres a su cartel y desvela la distribución por días de su sexta edición, que tendrá lugar los días 21, 22 y 23 de mayo en el parque Enrique Tierno Galván. Entre los principales artistas confirmados se encuentra of Montreal, que acaba de editar su decimosexto (!) trabajo de estudio, el entretenido ‘UR FUN‘.
Otra de las artistas confirmadas en Tomavistas es Le Parody, con quien manteníamos una interesantísima charla recientemente sobre realizar giras por todo el mundo sin ser una superestrella. Los Punsetes, autores de uno de los mejores discos de 2019, también actuarán en el festival madrileño, así como Rolling Blackouts Coastal Fever, Dorian, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Airbag, Blanco Palamera, Axolotes Mexicanos y Mourn.
Las entradas de día para Tomavistas estarán disponibles desde el lunes 3 de febrero, pero el abono sigue disponible a un precio de 90 euros + gastos de gestión, en este caso hasta el mismo día 3. Así queda la distribución de artistas por días: Jueves 21: Dorian, El Columpio Asesino, Las Ligas Menores, Blanco Palamera. Viernes 22: Jarvis Cocker presents JARV IS…, Of Montreal, León Benavente, Allah-Las, Maika Makovski, Rolling Blackouts Coastal Fever, Austra, Mikal Cronin, Mujeres, Chaqueta de Chándal, Side Chick. Sábado 23: Suede, Novedades Carminha, Boy Pablo, Los Punsetes, Cate Le Bon, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Airbag, Biznaga, Sen Senra, Axolotes Mexicanos, Mourn, Le Parody.
Una vez cerrado el proceso de inscripción de artistas para los Premios MIN, la organización del evento procede a abrir el proceso de voto popular: desde hoy 27 de enero hasta el día 10 de febrero, el público -una vez logeado o registrado en premiosmin.com– podrá votar a sus artistas favoritos -un máximo de 5- en cada categoría a excepción de Mejor álbum, Mejor diseño y Premio de Honor Mario Pacheco, que queda en manos del jurado.
Y una vez cerrado el voto popular, los premios MIN reducirán el número de candidatos seleccionados a un total de 15 para cada categoría. Para revisar los datos de las candidaturas, escuchar los audios y ver las imágenes debes clicar sobre cualquiera de los nombres y moverte con las flechas a través de la galería de fichas. De momento os adelantamos que entre ellos se encuentran La Bien Querida, La Casa Azul, Novedades Carminha, Cariño, Kiko Veneno, Ferrán Palau, Sen Senra, La Prohibida, Rodrigo Cuevas, Muéveloreina, Viva Suecia, Joe Crepúsculo, Fuerza Nueva, Reykjavik606, Zahara, Cala Vento, Monterrosa, Kase O, Los Punsetes, Los Chikos del Maiz, Chaqueta de Chándal o Pimp Flaco.
La entrega de los premios, de los que JENESAISPOP vuelve a ser medio colaborador, tendrá lugar el próximo 11 de marzo en el Teatro Circo Price de Madrid. La pregunta (o una de ellas) este año es si habrá, durante la ceremonia, alguna referencia a los Premios Odeón, que han decepcionado en su estreno con una gala deficiente y, de entrada, una premisa surrealista centrada en premiar a las tres grandes multinacionales. La UFI respondía ya con un informe basado en datos de mercado que demuestran la riqueza del sector independiente.
‘All Mirrors’ es uno de los mejores discos del año pasado. Anoche en la sala Razzmatazz de Barcelona, Angel Olsen lo catapultó aún más arriba. Si la escucha en casa resulta extática, la traslación en directo fue imperial. Angel se acompañó de una banda poderosísima de mayoría femenina, en que brillaban una cellista y una violinista. La plasmación de todo el delirio musical del álbum fue perfecta. El sonido tuvo un volumen algo fuerte pero afortunadamente se escuchaban todos los instrumentos con claridad. Y, por encima de ellos, la voz de Olsen, haciendo todas las ondulaciones, subidas, bajadas, gritos y susurros de manera apabullante, sin aparente esfuerzo. [Fotos: Indi van Vega.]
El primer bloque, centrado exclusivamente en ‘All Mirrors’, se sucedió sin espacio entre canciones, que se unían mediante densos puentes instrumentales. Cinco temas seguidos cayeron sin respiro. No le hizo falta a Angel moverse del centro del escenario, su carisma se desparramaba a través de su voz, sin necesidad de realizar aspavientos físicos de más. Arrancó con ‘All Mirrors’ (la canción) iluminada en azul, contundente y apoteósica. Con ‘Impasse’ Angel nos regaló el primer delirio de muchos; escaladas imposibles y esos “don’t you know” explotándonos en la cara. En ‘Lark’ clavó su crescendo y su intensidad desatada y elegante, sus “dream on!” de locura, la batería aporreando y geniales las cuerdas dibujando las florituras del final. Cada tema era un despliegue de intensidad emocional hasta ‘Summer’. A partir de aquí, Angel se permitió relajarse un poquito y hablar entre canción y canción, aunque sin romper en ningún momento el ritmo del concierto, controlando a la perfección los tempos del melodrama .
Aunque el set list estuvo centrado principalmente en ‘All Mirrors’, las repescas de álbumes anteriores sonaron a gloria. ‘Sister’ pasó de la dulzura country a una segunda parte de absoluto extásis, con un quiebro emocionantísimo. Una maravilla que nos dejó sin aliento y nos arrancó una ovación cerrada y larguísima. Angel se dedicó a bromear con los músicos, quizás para suavizar la intensidad del momento. Alguien pidió ‘Shut Up Kiss Me’ y, coqueta, Angel respondió con un “maybe”. No se hizo mucho de rogar, por eso, y nos tocó su tema señero, coreado (y bailado) masivamente. Pero cuando nos pusimos a entonar los “ohhhh”, paró y nos dejó con dos palmos de narices, nos amonestó y la retomó, ¡pero de qué manera!
Era un auténtico placer comprobar cómo las canciones se doblegaban ante el poderío de Angel y su banda. Los momentos cumbres se sucedían; la deriva Fleetwood mac en la bonita Forgiven/Forgotten, también eclosionó en apoteosis western desatada. Angel Olsen nos trituraba, el silencio era reverencial. No se oía al público ni respirar. De hecho, la gente estaba tan callada (¡incluso entre las canciones!) que hasta la propia Angel nos lo recriminó antes de volver a endulzarnos y sacudirnos a continuación con ‘Windows’.
Angel dedicó un momento del tramo final a mostrarse muy agradecida por la recepción del disco. Pero cómo no hacerlo con maravillas como ‘Endgame’, solo con ella iluminada, el sonido de los teclados casi litúrgicos y su majestuosidad de madrugada. La banda marchó para dejar sola a Angel con su guitarra interpretando ‘Unfucktheworld’. Parecía que el concierto iba a cerrarse ahí, pero afortunadamente los músicos regresaron para poner el broche final con ‘Chance’, sus hechuras de balada rock de los 50 y con Angel demostrando que es ya una gran dama de la canción. Ochenta minutos de recital mágico y excesivo, pero en el buen sentido. Y, por encima de todo, la inmensa suerte de haber podido ver a una artista en la plenitud de su carrera. 9.
‘Manic‘ es desde hoy y hasta el próximo domingo nuestro Disco de la Semana. En su tercer largo, Halsey se recrea en un juego de identidades para ser más honesta que nunca en su carrera y revelarse como una gran compositora de canciones y una artista más poliédrica de lo que el pop contemporáneo de sus primeros discos dejaba ver –y que aquí sigue estando muy bien representado por singles como ‘Without Me’ y ‘Graveyard‘–. En este disco destacan tanto su habilidad para manejarse con soltura distintos géneros musicales y hacerlos suyos, como la inesperada honestidad de sus letras. Y uno de los momentos que destacan por aunar ambas cosas es ‘You Should Be Sad’.
Semanas atrás se estrenaba su imperdible vídeo, en el que Ashley Frangipane rendía homenaje a mujeres que, de una u otra manera, la han inspirado al escribir una canción abiertamente country pop como esta: Shania Twain, la Lady Gaga de la era ‘Joanne’, Carrie Underwood o Christina Aguilera –que, recordemos, hizo un papel en la serie ‘Nashville’– aparecen referenciadas en el clip. Para Halsey, «todas las más modestas y descorazonadoras canciones vienen del country», decía revelando que la escribió en el salón de su casa con una guitarra, emulando el espíritu de Nashville. Desde luego, la canción se presta al baile en línea, pero a la vez tiene una melodía elaborada y bonita. La producción de Greg Kurstin –que, de forma significativa, se encargó en el estudio de tocar cada uno de los instrumentos, incluidas esa lap-steel guitar de fondo y la distorsionada del solo– es exquisita en su forma de fundir en ella clasicismo y modernidad, salpicada tanto de autocoros como de ad-libs susurrados, propios del hip hop o el R&B.
Como decíamos, también se trata de una de las letras más crudas de ‘Manic’… y ya es decir. En esta en particular –y no es la única– acomete de manera muy directa su ruptura con el rapero G-Eazy tras el trato que le dio en su relación y varias infidelidades, a las que ya se refería en su número 1 en EEUU ‘Without Me’. Aquí desnuda las debilidades emocionales de su ex-pareja sin piedad. «Comenzaré esto diciendo / que desde el principio tuve buenas intenciones / Cogí un hombre roto con mis manos / y recompuse sus partes», canta en un verso, antes de sacar el látigo, inmisericorde: «Pero no eres ni la mitad de hombre que crees / y no podrás llenar ese agujero que tienes dentro con dinero, chicas y coches. / Me alegro muchísimo de no haber tenido un bebé contigo / porque eres incapaz de amar a nadie si no reporta algo para ti». Más claro y directo, imposible.
En reacción a esa situación personal crítica, Halsey ha sabido crear un momento musical brillante, que pese al tono melancólico de su melodía resulta luminoso y optimista, revirtiendo el dolor con su pose desafiante en ropa interior y sus bailes, que elevan su fortaleza ante ese hombre. Así lo muestra también en su primera interpretación en directo de este tema que ha hecho este sábado pasado en Saturday Night Live. Presentada por el actor Adam Driver, comenzaba simulando montar un toro, para luego hacer una muy solvente actuación vocal y coreográfica. En el mismo programa interpretaba –esta vez comenzando en solitario, guitarra acústica en mano, antes de que se le una toda la banda– también ‘Finally // beautiful stranger‘, una canción en la que detalla su esporádica (y fugaz) relación con otro artista, Yungblud. Halsey arranca la gira europea de presentación de ‘Manic’ en España de manera inminente: el 6 de febrero en el WiZink Center de Madrid, y el 7 de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Entradas disponibles aquí.
Este domingo, el jugador de baloncesto Kobe Bryant ha muerto en un accidente de helicóptero después que este se estrellara en una zona montañosa del suburbio de Calabasas, en Los Ángeles. Tenía 41 años. La estrella global de los Lakers, un icono absoluto de la NBA y del deporte en general, ha fallecido en el siniestro junto a otras ocho personas, entre ellas su hija de 13 años, Gianni.
La trágica noticia por supuesto ha conmocionado al mundo entero, también a numerosos artistas musicales que esa misma noche acudían a la ceremonia de entrega de los premios Grammy. La fiesta musical más importante del año se veía necesariamente ensombrecida por la tragedia, pues esta tenía lugar de hecho en el famoso Staples Center de Los Ángeles, donde Bryant jugó varios partidos históricos. Durante la gala, la presentadora Alicia Keys rindió homenaje al jugador con una actuación compartida con Boyz II Men, pero los artistas se volcaron especialmente en las redes sociales.
John Legend, que esa noche cantaba en el homenaje a Nipsey Hussle, escribía que se encontraba «consternado»: «me encuentro en el Staples Arena, donde Kobe creó tantos recuerdos para nosotros, preparando un tributo a otro hombre brillante que hemos perdido demasiado pronto, Nipsey Hussle. La vida a veces puede ser brutal». La lista de músicos que han recordado a Bryant es tan larga y variada como para incluir tanto a Kanye West como a Cher, tanto a Drake como a Alejandro Sanz, tanto a Taylor Swift como a C. Tangana o tanto a Demi Lovato como a Pharrell Williams, entre otros.
Kobe, We love you brother
We’re praying for your family and appreciate the life you’ve lived and all the inspiration you gave pic.twitter.com/pxbgLOOmpY
Selena Gomez speaks on the passing of Kobe Bryant.
“So devastated to hear the news about Kobe Bryant today. What I remember most about him is how kind and gracious he was to my family. He even held my godson saying he would teach him how to shoot jump shots.“ pic.twitter.com/fYJoQT5Fe5
This news is heartbreaking. I am lost for words. Praying for Vanessa and the Bryant family at this sad and difficult time. Rest In Paradise Young Legend. Heaven has gained another angel. 🙏🏽 pic.twitter.com/kkRwtXa5Yc
My heart is in pieces hearing the news of this unimaginable tragedy. I can’t fathom what the families are going through. Kobe meant so much to me and to us all. Sending my prayers, love, and endless condolences to Vanessa and the family and anyone who lost someone on that flight.
I'm so sad and stunned right now. In Staples Arena, where Kobe created so many memories for all of us, preparing to pay tribute to another brilliant man we lost too soon, Nipsey Hussle. Life can be so brutal and senseless sometimes. Hold on to your loved ones. We miss you, Kobe
My💔Goes Out To Kobe’s Family,Friends,Fans. It’s SO HARD To Deal With The Death Of a GREAT STAR,Because We Feel As If We Knew Them Personally.Kobe Bryant Was a GREAT ATHLETE,& All Of America Will Feel His Loss. The 🌎 Has Lost a Bright Light ✨🌟✨.
La gala de los Grammys 2020 pasará a la historia por la victoria de Billie Eilish, el fracaso de Ariana Grande o el hito de Rosalía. Estos fueron algunos momentos destacados y/o divertidos de la noche.
La tragedia de James Blake
‘Assume Form’ aspiraba al Grammy a Mejor álbum alternativo, que ha ido a parar en manos de Vampire Weekend y su ‘Father of the Bride’. ¿La reacción de Blake y la de su pareja, la actriz y activista Jameela Jamil? Reírse del asunto y llevar su pérdida del Grammy a la categoría de tragedia de Shakespeare. Esto sí tendría que haber sido un #challenge viral y no lo de Dolly Parton.
¿Recordáis cuando ’25’ ganó el Grammy a Álbum del año y Adele lo recogió medio avergonzada, indicando que era ‘Lemonade’ de Beyoncé el que lo merecía? Billie ha protagonizado uno de los momentos destacados de la noche al hacer lo mismo con Ariana Grande. La reacción de la autora de ‘thank u, next’, que se ha llevado 0 premios de los 5 a los que aspiraba, ha sido de pura modestia.
Ariana ha sido «la nueva Mariah Carey» desde el principio de su carrera por muchas razones. Lo que nadie imaginaba es que, a modo de predicción de Los Simpson, Ariana iba a irse de los Grammys con las manos vacías en el mejor momento de su carrera… tal y como ocurría a Mariah hace más de 20 años. La decepción ante los desaires a Mariah fue muy comentada en su momento.
El atuendo del actor de ‘Pose’ en los Grammys ha generado más memes que cualquier otro y no es para menos: su sombrero vivo tiene bastante gracia. En general parece una versión «camp» de lo que sería un traje clásico de cowboy, por lo que Porter iba un poco a hacerle la competición a Lil Nas X, que iba de fucsia. Ojito a quien estaba por ahí también: Orville Peck.
Aunque parezca que anoche solo ganó Grammys Billie Eilish, Lizzo fue otra de las triunfadoras de la ceremonia. Ganó varios premios, entre ellos el de Mejor actuación pop solista por ‘Truth Hurts’ y, por lo que parece en este vídeo, ella ya se había hecho a la idea de que lo recogería Beyoncé (ausente de la ceremonia). Porque no puede ser que creyera que ‘Spirit’ lo merecía más, ¿verdad? Imposible.
El rapero y beatmaker californiano fue noticia en los Grammy por varios motivos: ganó el Grammy a Mejor álbum de rap por ‘IGOR’, apartó a su pobre madre del micrófono para poder agradecerlo y después, en la rueda de prensa, criticó la categoría de «urban» por considerarla racista. También llegó a los premios con este atuendo entre los Beatles época «Sgt. Peppers» y ‘El Gran Hotel Budapest’.
Como anticipando que no iba a ganar nada, Lana no se comió la cabeza y acudió a los Grammys con un vestido comprado a último minuto en un centro comercial… y que luego había de entallar con sus propias manos. Cosas de la improvisación. Como es sabido, ‘Norman Fucking Rockwell!’ se quedó sin premios.
First it was economy flights, now she buying her Grammy dresses from the mall…. Bernie/Lana 2020 yuppp!!! pic.twitter.com/zSyZn2rmcJ
Junto al reparto de galardones, en el que este año Billie Eilish ha arrasado con los más importantes, lo más esperado de la noche de los Grammy son las actuaciones que artistas de renombre, nominados o no, ofrecen en la gala de entrega. A continuación repasamos algunas de las más destacadas, bien por su impacto visual, por su valor artístico o por su simbolismo. Para empezar, el número introductorio de Alicia Keys ya ha sido estupendo.
Tras dedicar una breve intro gospel junto a Boyz II Men a recordar al fallecido Kobe Bryant –durante toda la noche se sucedieron guiños y menciones a la estrella del baloncesto, víctima de un accidente aéreo–, Keys se sentaba al piano para adaptar –tras un discursito largo de más, eso sí– ‘Someone You Loved’ de Lewis Capaldi con una letra paródica llena de guiños a Rosalía, Beyoncé, Cardi B (en su posible carrera política), BTS… y prácticamente cada nominado. Más tarde, reaparecería en escena para interpretar su single ‘Underdog’ junto a Brittany Howard.
La siguiente actuación fue la de Lizzo, que de nuevo dedicaba a Kobe. Ella fue la primera en emplear una orquesta completa como acompañamiento para interpretar ‘Cuz I Love You’ y, tras un interludio de danza (más o menos) clásica, acometer con rabia su hit ‘Truth Hurts’, de nuevo con arreglos de cuerda y viento en directo, complementados con su siempre espectacular solo de flauta.
Otra artista que empleó arreglos de una orquesta fue Ariana Grande, que interpretó un medley inaugurado con ‘Imagine’, encadenado con ‘My Favorite Things’ de ‘Sonrisas y lágrimas’, canción que nutre la base de ‘7 Rings’. Por supuesto esta cayó a continuación, pero para ello ya se desplazó a otra parte del set que reproducía el dormitorio de una mansión, en la que se entregó a una fiesta de pijamas con una cohorte de bailarinas. Terminó con ‘Thank U Next’ en la que cambió la letra para dar gracias a su padre y, quizá por eso, sufrió un lapsus del que se repuso enseguida. Aún ignoraba que se iría a casa con 0 gramófonos dorados en su haber.
Otro de los momentos que más se recordarán de esta 62ª edición de los Grammy será la performance que llevó a cabo Tyler, the Creator, flamante ganador del premio a Mejor álbum de rap por ‘IGOR‘. Su show comenzaba con el artista, ataviado con su ya icónica peluca rubia, situado en torno a una hoguera con Charles Wilson (veterano soulman que participa en el álbum) y, de nuevo, Boyz II Men. Juntos hacía la intro vocal a ‘Earfquake’, antes de que Tyler se situara en el centro de una idílica/pesadillesca calle de un suburbio para cantar entre espasmos y gritos ‘New Magic Wand’, rodeado de clones suyos. Si parecía poco, la realización contribuía luego a simular un terremoto y un incendio terminaba asolando el decorado. Ya circulan en la red vídeos de padresde gente alucinando al ver semejante espectáculo. Así se hace.
Por la parte que toca a nuestro país, sin duda hay que señalar la actuación de Rosalía tras haber ganado su primer Grammy. No estuvo particularmente brillante en su actuación vocal, pero es importante significativo que haya llevado el flamenco hasta un espectáculo audiovisual con tantos millones de espectadores. Lo hizo interpretando en primer lugar su nuevo single ‘Juro que‘, unos tangos-pop con toques contemporáneos, acompañada de guitarra española, palmas y coros, que se enlazó con ‘Malamente’. En esta le falló de manera palpable el resuello al compatibilizar el cante con la coreografía, pero fue igualmente ovacionada.
También será especialmente recordada esta noche por suponer la reaparición sobre un escenario tan multitudinario de Demi Lovato, dos años después de una sobredosis que estuvo a punto de ser aún más trágica y que la ha mantenido en rehabilitación hasta ahora. Lo hizo además con una canción totalmente nueva –que inmediatamente ha sido publicada oficialmente– titulada ‘Anyone‘, que interpretó acompañada únicamente por un piano. Su voz fue de menos a más, y sus nervios eran palpables (de hecho, tras comenzar tuvo que detener la canción y volver a empezar) puesto que, entre otras cosas, parece hablar en ella de esa traumática experiencia personal. Finalmente, con más emoción que control, hizo una interpretación destacable.
Casi tan emocionada como Demi fue la actuación de Billie Eilish. Quizá por el aluvión de premios o por lo solemne del momento, la voz se le resquebrajó por momentos de pura congoja. Y no nos extraña, porque la interpretación de ‘When the Party’s Over’ con su hermano FINNEAS al piano y un arreglo coral estupendo ha sido realmente espeluznante y bonita.
Como se supo a última hora, FKA twigs se sumó al programado homenaje a Prince que protagonizaban Usher y Sheila E. Estos interpretaron un medley de ‘Little Red Corvette’ y ‘When Doves Cry’ y ‘Kiss’, en el que increíblemente la británica se limitó a bailar, primero sobre una barra y luego por todo el escenario. Otro tributo póstumo fue el que instigó DJ Khaled para Nipsey Hussle, invitando a escena a John Legend, Meek Mill, Roddy Rich y YG a interpretar un medley que contó, vía pregrabado, con el fallecido rapero.
Otro tándem que se subió al escenario fue el de Aerosmith y Run DMC, que hicieron de su mítico ‘Walk This Way’ –tras una ‘Living On The Edge’ con intromisión esporádica de Lizzo– una ceremonia de la confusión. Lil Nas X celebró el doble premio para ‘Old Town Road’ convidando a un escenario giratorio a casi todos los numerosos artistas que, vía remixes, han contribuido al éxito de la canción: Billy Ray Cyrus, BTS, Diplo, el pequeño Mason Ramsey, Young Thug… no faltó nadie. Bueno, sí, faltó Cardi B que no cantó con él ‘Rodeo’ y, a cambio, lo hizo Nas. H.E.R., Gwen Stefani y su marido Blake Shelton, Camila Cabello –en solitario primero, y luego interpretando un tema de ‘Fame’ con Cyndi Lauper, Gary Clark, Jr., etc.– y Jonas Brothers completaron las actuaciones de esta 62ª gala de los Premios Grammy.
La “edición especial” de ‘Manic’ en Spotify se abre con una interesante presentación de Halsey que se antoja clave para entender qué supone este disco en su carrera. En ella habla de un antiguo dicho según el cual todos tenemos tres caras: “la primera es la que muestras al mundo; la segunda, la que das a los más cercanos; y la última, la que no enseñas a nadie. La primera es Halsey; la segunda, es Ashley; la tercera, vive en las grietas que hay entre las dos. (Es) la más carnal, desinhibida, explícita, un flash de color y luz que se oculta en el centro de mi pecho. Soy Halsey, Ashley, y os ofrezco un vistazo a esa tercera cara”. Puede parecer un topicazo para un/a artista pop decir que el que presenta es su disco más personal, pero en el caso de ‘Manic’ lo es de verdad y a conciencia.
En ese mensaje Frangipane también alude de algún modo a la bipolaridad que se le diagnosticó hace años y con la que convive. Algo que marca su vida y ahora también su arte: de manera significativa, en la portada de ‘Manic’ un código indica que este es el tercer disco de Halsey (“H3), pero el primero de Ashley (“A01”). Así, si ‘Badlands’ y ‘hopeless fountain kingdom’ eran en buena medida una fantasía, en este nuevo trabajo parece ser esa personalidad más íntima la que emplea la voz de la estrella del pop para hablar de sí misma de una manera profundamente honesta.
Porque, al margen de su enfermedad mental, ‘Manic’ no alude ninguno de sus problemas más personales: sus relaciones fallidas con el rapero G-Eazy y la estrella emergente Yungblud a través de episodios muy específicos, su bisexualidad, los abortos involuntarios que ha sufrido en tres ocasiones (alguno estando en pleno concierto) derivados de la endometriosis que también la aquejaba (según explica, se operó y ahora puede tener hijos de manera natural), su fragilidad mental, su baja autoestima, sus impulsos “homicidas”, la soledad que siente pese a estar rodeada de gente, los altibajos que envuelven la relación con su padre… Nada, o prácticamente nada, queda sin exponer en unas letras que, además de muy claras y directas, están muy bien construidas, aderezando con humor sus dramas.
¿Pero cómo encaja todo eso en un disco de pop con teórica vocación mainstream, que incluye su monster-hit de 2018, su primer número 1 en EEUU, ‘Without Me’? La mayor sorpresa es que lo hace de una manera asombrosamente coherente, bien hilvanada y de calidad. Lo cual tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que hay una auténtica manada de productores –Greg Kurstin, FINNEAS, benny blanco, Cashmere Cat–, autores –Ed Sheeran, Romy Madley Croft de The xx, Noonie Bao, Nate Rues– y colaboradores –Alanis Morisette, SUGA de BTS– de altura que bien podrían haberle robado el protagonismo o deslavazado el resultado. Más aún cuando sus canciones van, como si tal cosa, del pop contemporáneo vía hip hop al country de baile en línea (‘You Should Be Sad’), pasando por emo a lo Avril (‘3AM’) y electrorock (‘Alani’s Interlude’), guiños al pop vocal de Beach Boys (‘Dominic’s Interlude’) o baladas folk a lo ‘Joanne’ (‘Finally // Beautiful Stranger’), electrónica oscura (‘SUGA’s Interlude’) o con ecos de los 80 (‘More’). Desde luego, la unidad estilística no será lo que haya dejado fuera de la selección final la casi-metalera ‘Nightmare’.
La clave de todo es que Halsey/Ashley impone siempre su voz e hilvana un discurso coherente (en su caos), tanto en lo estético como en lo espiritual. Y eso es porque su discurso es una verdad desnuda. Porque, llamadme naif, pero creo firmemente que (siendo consciente de que habrá “licencias artísticas”) nadie osaría exponer de esa manera su intimidad para mentir. ¿Quién, si no fuera cierto, hablaría de las adicciones de G-Eazy y una tendencia autodestructiva en la que se implicó de lleno como hace en ‘Graveyard’? ¿Quién le espetaría a aquel algo tan duro como «me alegro tanto de no haber tenido un bebé contigo»? ¿Quién se atrevería, como hace en ‘Ashley’, a exponer que solo la empatía de sus fans ha evitado su muerte? ¿Quién, como en ‘I Hate Everybody’, a asegurar que sus propias inseguridades son las que le llevan a odiar a los demás como método de defensa para no amar? ¿Quién a cantar sobre su trastorno bipolar como lo hace en ‘Forever… (It’s a Long Time)’? ¿Quién a cantar que un coño es como “un país de las maravillas” si no lo sintiera así? ¿Quién dedicaría una preciosidad como ‘More’ a los niños que ha perdido… y a los que vendrán en el futuro? ¿Quién rapearía sus emociones más secretas como hace en ‘929’ –su fecha de nacimiento– si no le salieran de dentro?
Y lo mejor es que lo hace con un disco que, al contrario que sus explícitos textos, se va desnudando poco a poco ante nosotros. Al principio parece árido, pero pronto se impone su conjunto. En ello influye su cuidada secuencia, que a menudo funciona como un relato, con guiños de la vida real (como ese mensaje telefónico de John Mayer que la advertía de la grandeza de ‘Without Me’ antes de que se convirtiera en un hit, justo como intro a esta). Y la personalidad de Halsey que, lejos de sus inicios, resulta aquí incuestionable. Pero, sobre todo, no fallan las canciones, porque en una línea próxima a su mayor hit, brillan la ya citada ‘Graveyard’, ‘Ashley’ (con un deje a Depeche Mode en la melodía de su estribillo) y ‘Still Learning’, además del tándem ‘You Should Be Sad’ y “Forever”, el contrapunto animoso de ‘3AM’, la emotividad de ‘More’… En sus dieciséis cortes hay algún filler que otro, claro, pero siempre guardan un sentido importante y sin que la calidad general se resienta en ningún momento. Sirvan de ejemplo ‘clementine’ (que alude a ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’ como influencia en su vida) o esos interludios que no son tales, sino canciones hechas, derechas e interesantes (dedicada cada una de ellas a un tipo de amor distinto: fraternal, lésbico y artístico, en ese orden). En varios sentidos (y no porque FINNEAS intervenga en este), ‘Manic’ se antoja un poco como el término medio de dos discos de pop que estuvieron entre lo mejor del año pasado: el de Tove Lo y el de Billie Eilish. Desde luego, como indica ese “A01” en su portada, este parece un nuevo comienzo para Halsey/Ashley. Uno enormemente ilusionante.
Halsey presenta ‘Manic’ en España en dos fechas inminentes: 6 de febrero en WiZink Center de Madrid y 7 de febrero en Palau Sant Jordi de Barcelona. Entradas disponibles aquí.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Without Me’, ‘Graveyard’, ‘Ashley’, ‘You Should Be Sad’, ‘Still Learning’, ‘3AM’, ‘More’ Te gustará si te gusta: Tove Lo, Billie Eilish, Lorde, Melanie Martinez. Escúchalo:Spotify
Billie Eilish ha sido la gran ganadora de los Grammy 2020, al llevarse a casa todas las estatuillas más importantes de la noche. La cantante ha hecho el Álbum del Año gracias a ‘WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?‘; la Canción del Año por ‘bad guy’ y lo que era más difícil, la Grabación del Año, también por ‘bad guy’. Este premio se daba por hecho que lo iba a ganar ‘Old Town Road’ de Lil Nas X, quien además actuaba en la ceremonia. Billie solo podía decir «gracias» al recoger este premio en particular, pareciendo incluso avergonzada. De hecho, cuando le tocaba recoger el premio a Disco del Año, Billie dijo que pensaba que Ariana Grande lo merecía más por ‘thank u, next’, por haberle ayudado a pasar un mal trago. Ariana le mandaba un beso desde su asiento y le recordaba que era su momento. Entre los derrotados de la lista, Lana del Rey sí asistió finalmente a la ceremonia, pero no Bon Iver.
Además, Eilish pudo hacerse con los premios a Mejor Álbum de Pop, a Mejor Artista Revelación y su hermano Finneas, que la acompañó en casi todo momento, se hizo con el galardón a Mejor Productor No Clásico. Billie derrotaba en Artista Revelación a Rosalía, quien sí se había hecho con el Premio a Mejor Disco Latino Alternativo durante la pre-ceremonia. Durante su discurso Eilish bromeaba con el «odio» que iba a recibir de los fans de los otros nominados, pero ella decía estar encantada con todos los nominados y con todos los fans.
Lizzo fue otra de las ganadoras de la noche al recoger el premio de Mejor Actuación Pop, así como varios en la pre-ceremonia, si bien a esta no acudió, suponemos que por estar preparando su actuación. El Mejor Disco de Rap fue para Tyler, the Creator por ‘IGOR’. Sumando los premios que se dieron en la pre-ceremonia, bastante interesante en general y más animada que de costumbre, así quedó el palmarés de algunos de los galardones más relevantes:
Álbum del Año: Billie Eilish / When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Canción del Año: Billie Eilish / “bad guy”
Grabación del Año: Billie Eilish / “bad guy”
Artista Revelación: Billie Eilish
Mejor Productor, No Clásico: FINNEAS
Mejor Disco de Pop: Billie Eilish / When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Mejor Actuación de Pop de grupo o dúo: Lil Nas X / “Old Town Road [ft. Billy Ray Cyrus]”
Mejor Actuación de Pop: Lizzo / “Truth Hurts”
Mejor Álbum de Pop Tradicional: Elvis Costello & The Imposters / Look Now
Mejor Disco de Música Alternativa: Vampire Weekend / Father of the Bride
Mejor Disco de Rock: Cage the Elephant / Social Cues
Mejor Canción de Rock: Gary Clark Jr. / “This Land”
Mejor Actuación de Rock: Gary Clark Jr. / This Land
Mejor Álbum de Dance/Electrónica: The Chemical Brothers / No Geography
Mejor Grabación Dance: The Chemical Brothers / “Got to Keep On”
Mejor Remix: Madonna / “I Rise (Tracy Young’s Pride Intro Radio Remix)”
Mejor Actuación de Rap: DJ Khaled, Nipsey Hussle, John Legend / “Higher”
Mejor Disco de Rap: Tyler, the Creator / IGOR
Mejor Disco de R&B: Anderson .Paak / Ventura
Mejor Actuación de R&B: Anderson .Paak / “Come Home [ft. Andre 3000]”
Mejor Canción de R&B: PJ Morton / “Say So [ft. JoJo]”
Mejor Actuación de R&B tradicional: Lizzo / “Jerome”
Mejor Disco de Música Urbana: Lizzo / Cuz I Love You
Mejor Canción de Rap: 21 Savage / “A Lot [ft. J. Cole]”
Mejor Actuación de Rap: Nipsey Hussle / “Racks in the Middle [ft. Roddy Ricch and Hit-Boy]”
Mejor Disco Latino de Rock, Urbana o Alternativo: Rosalía / El Mal Querer
Mejor Disco Latino de Pop: Alejandro Sanz / #ELDISCO
Mejor Álbum de Country: Tanya Tucker / While I’m Livin’
Mejor Canción de Country: Tanya Tucker / “Bring My Flowers Now”
Mejor Disco de Americana: Keb’ Mo’ / Oklahoma
Mejor Actuación Country de grupo o dúo: Dan + Shay – “Speechless”
Mejor Disco de Spoken Word: Michelle Obama / Becoming
Mejor Disco de Blues Contemporáneo: Gary Clark Jr. / This Land
Mejor Película de Música: Beyoncé / Homecoming
Mejor Vídeo: Lil Nas X and Billy Ray Cyrus / “Old Town Road (Official Movie)”
Mejor Disco en cuanto a Ingeniero de Sonido: Billie Eilish / When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Mejor Caja de Edición Limitada: Various Artists / Woodstock: Back to the Garden – The Definitive 50th Anniversary
Mejor Edición Física: Chris Cornell / Chris Cornell
Mejor Canción para Banda Sonora: Lady Gaga – “I’ll Never Love Again (Film Version)”
Mejor Banda Sonora: Lady Gaga and Bradley Cooper – A Star Is Born
Antes de la gran gala de los Grammy se celebra una pre-ceremonia con los premios menores, revelando los ganadores de las decenas y decenas de categorías que no caben en la ceremonia principal. Puede seguirse online a través de grammy.com. La gala ha subido de caché, pues ha dejado de ser un triste desierto de público, y por ella incluso se ha visto pasar a leyendas como Gloria Gaynor, que ha recibido el premio a Mejor Álbum de «Roots Góspel» por ‘Testimony’. Rosalía, que actúa en la ceremonia principal, ha podido pasarse por allí para recoger el premio a Mejor Álbum Latino de Rock, Música Urbana o Alternativa por ‘El mal querer‘.
Hablando en Spanglish y catalán, Rosalía ha contado lo que admira al resto de nominados (J Balvin y Bad Bunny, entre ellos), ha tenido unas palabras para su familia, que se encontraba tan «lejos» y ha hablado del honor que va a suponer hacer una actuación inspirada en el flamenco durante la ceremonia. Ha pedido «bendiciones para la música latina».
Entre los ganadores de esta pre-ceremonia, Lady Gaga y Bradley Cooper, pues se han hecho con los premios a mejor banda sonora recopilatoria por la música de ‘A Star Is Born’, y además ‘I’ll Never Love Again (Film Version)’ ha ganado el premio a mejor canción escrita para una banda sonora. También han ganado premios Tracy Young por su remix para ‘I Rise’ de Madonna, el cual ha dedicado al reconocimiento de las mujeres productoras; ‘Old Town Road’ de Lil Nas X el Mejor Vídeo y ‘Homecoming’ de Beyoncé la Mejor Película sobre Música.
Los premios de Rock han sido para Gary Clark Jr y Cage the Elephant, mientras el Mejor Disco Alternativo ha sido el de Vampire Weekend, finalmente derrotando a Bon Iver. Pese a subir con miembros de Haim, Ariel Rechtshaid y toda su troupe, Ezra ha resuelto el agradecimiento con un sosísimo «thank you». Lizzo se hacía con el premio a Disco de Música Urbana contemporánea por ‘Cuz I Love You’ y a la actuación de R&B por ‘Jerome’, mientras Anderson .Paak se hacía también con un par de premios de R&B. Tanto la mejor grabación dance como el mejor disco de electrónica eran para Chemical Brothers por ‘Got to Keep On’ y ‘No Geography‘, mientras que Alejandro Sanz ganaba el galardón de Álbum de Pop Latino, pero no estaba por allí para recogerlo.
Tras un tiempo de reflexión, Chenta Tsai ha reaparecido en los primeros compases de 2020. Lo hacía en el cartel del Sónar 2020, donde presentará un nuevo alter ego centrado en la música electrónica y que lleva el nombre de BAOBAE (no hace falta explicar el juego de palabras, ¿verdad?). Por el momento no sabemos a qué sonará, pero sí que en él emplea una estética caricaturizada de una estrella del pop mainstream dosmilero. Por ejemplo, en su Instagram encontramos una falsa portada de revista (al estilo de la célebre cabecera ‘BRAVO’) en la que, con atuendo de pista de esquí, presenta una hilarante lista de WTFs: además de que está saliendo con Britney Spears (¿no era con Mischa Barton?), que protege su castidad y asegura que su canción favorita en ‘Wonderwall’ de Oasis. En otras imágenes del proyecto, ha logrado el beneplácito de Dorian Electra, telonera y amiga de su admirada Charli XCX. [Foto: Ita Tsai.]
Pero esto no significa que haya abandonado el proyecto musical con el que le conocimos. Al contrario, hace un par de días reaparecía en La 2 de TVE interpretando una de las mejores canciones del escasamente promocionado –ya contamos que no había quedado muy satisfecho con él– ‘Miseria humana‘. Lo hizo en ‘Sánchez & Carbonell’ –aquel formato que una vez se llamó ‘Torres & Reyes’ y luego ‘Alaska & Coronas’–, y recuperando el gran hit de este segundo EP oficial de Chenta Tsai. Hablamos de ‘Ojalá (te murieras)’, el pelotazo de sonido claramente inspirado en el pop con formato hardcore punk que alumbraron para el gran público Green Day y que en España explotaron comercialmente Pignoise o Despistaos. De hecho, en algún momento de la canción se puede canturrear por encima alguna parte de la melodía de la célebre sintonía que los último hicieron para la serie teen ‘Física o Química‘, guilty pleasure por antonomasia.
Así, quizá con Gorka y Cabano en mente, PUTOCHINOMARICÓN desgrana una de las melodías más adictivas de su carrera sobre un trasfondo punky para desear la muerte (aunque sepa que está fatal) a algún indeseable cuya «puta cara» se encuentra por Lavapiés. En el citado programa de variedades, se presentó con un atuendo parecido al de BAOBAE, y escoltado por dos ilustres de la actual escena indiepop madrileña como Confeti de Odio (a la guitarra) y Stephen Please (al bajo). Una justa reivindicación para la canción más reproducida en Spotify de un EP que, pese a su incomodidad con él de su autor, no estaba TAN mal. A ver si pronto le llega el turno a ese baladón a lo Alejandro Sanz que es ‘Se me da mal ser mayor’. Quizá suceda en el primer concierto de PCM en mucho tiempo, que tendrá lugar en la Sala Moby Dick de Madrid el 26 de marzo.
La Academia de Grabación Norteamericana que organiza y entrega los Premios Grammy, ha anunciado hace unas horas una última incorporación a la larga lista de actuantes que participarán en la gala de su edición número 62 que tiene lugar la próxima madrugada –y que en España podrá verse en directo a través del canal de pago Doc&Roll de Movistar+–: se trata de FKA twigs, que según un tuit de la organización se sumará para un homenaje a Prince al cantante R&B Usher y a Shela E., batería y cantante de New Power Generation en una de sus mejores etapas, de ‘Purple Rain’ a ‘Lovesexy’.
FKA twigs se unirá así a otros artistas ya anunciados como Billie Eilish, Rosalía, Ariana Grande, Lizzo, Tyler, the Creator, Aerosmith, BTS, Camila Cabello y un largo etcétera. Tahliah Barnett opta a un único premio Grammy al mejor vídeo del año por ‘Cellophane‘, mientras que el excelente ‘MAGDALENE‘ incumplía los plazos para ser incluido entre los álbumes que podían aspirar a Álbum del año. En todo caso, es un disco quizá demasiado experimental como para pensar que hubiera sido incluido en esa disputada categoría. ¿Quizá tenga cabida en los Grammy 2021? Parece improbable.
Por otra parte esta ceremonia de premios está, una vez más, marcada por la polémica: tras la salida el pasado año de su anterior presidente Neil Portnow por sus comentarios machistas, la CEO que sustituyó, Deborah Dugan, ha sido despedida una semana antes de este evento. La Academia esgrime para ellos un caso de acoso laboral hacia una subordinada –casualmente o no, antigua asistente de Portnow. Dugan denuncia que en realidad la han despedido después de que haya denunciado un caso de acoso sexual de un directivo de la Academia hacia ella, corrupción de varios de ese (y otros) mismo directivo, incumplimiento de las normas de nominaciones con discriminación sexual y racial e incluso la ocultación de una supuesta violación a una artista internacional por parte del anterior presidente. Un feo asunto que enfanga esta ceremonia en su aspecto institucional.
Comenzamos esta reseña del docu-reality ‘I’m With The Band: Nasty Cherry’ por todo lo alto, con un SPOILER (aunque no tan grande): hay un momento del quinto capítulo, en el que tanto las cuatro integrantes como los espectadores pasan a tener la certeza de que el grupo podría haberse terminado. Y, en ese momento, es Charli XCX –a la que el drama pilla en mitad del rodaje de ‘Spicy’, con aparición de Diplo incluida– la única que pone la fe y la frialdad necesarias para templar la situación, hacer a todo el mundo recapacitar y decir (no literalmente) «hey, aunque parezca un drama insalvable, esto no tiene por qué acabar así». Y es que en esta serie de seis capítulos, pese a que sus apariciones son contadas (aunque constantes), Charlotte Aitchisson es la gran protagonista en la sombra. Su personalidad, su filosofía vital, creativa y empresarial, su sentido del humor y su capacidad para dominar la situación queda plasmada y es admirable. No me extraña lo más mínimo que se moleste tanto cuando otros artistas o sectores de la industria no valoran justamente el papel de las mujeres en ella. De hecho, bastante prudente fue con el shade que les hicieron tanto a ella como a FKA twigs los BRIT 2020 en sus nominaciones.
Esta miniserie de seis capítulos de poco más de media hora –es decir, se puede devorar casi del tirón en un par de sentadas del fin de semana– es, por tanto, indispensable para los fans de la artista británica (un saludo, Chenta Tsai) que deseen saber un poco mejor quién y cómo es su ídola. Pero también es un entretenido y jugoso documento para conocer las entrañas del negocio de la música en 2019, cómo es fundamental manejar los tempos, las redes sociales… y tener contactos. La idea de que tener la oportunidad, solo por venir de la mano de Charli, de trabajar con Justin Raisen o Shamir puede cambiar radicalmente la suerte de un artista es muy evidente. Sin embargo, también lo es que no basta con eso, que hay que tener algo más, algo especial. Y Nasty Cherry, por precocinadas que sean como producto musical, lo tienen.
Que Nasty Cherry son un artificio/experimento/juego/inversión de Charli XCX es una obviedad. Parte de una idea suya y de su mejor amiga, Emmie Lichtenberg –a la que sitúa como mánager de la banda–, y ella escoge a las chicas: convence a Debbie –batería suya en directo en algunas giras– y Georgia –una de sus mejores amigas, con una carrera contrastada en el cine, y la pone a tocar el bajo… aunque sus conocimientos musicales son básicos– para dejar sus vidas en Londres y mudarse a Los Ángeles, donde las presenta a Chloe –front-woman del grupo Kitten, con una trayectoria contrastada a nivel estatal– y a Gabbi –una modelo con una imagen brutal que, además, sabe cantar… aunque nunca lo haya hecho profesionalmente ni se haya formado para ello–. Las junta en una casa que alquilan en la ciudad y allí conviven y trabajan juntas constantemente. Una suerte de Gran Hermano musical que, por idílico que parezca, está lleno de trampas.
Trampas en forma de ego –el de Chloe, esforzada músico cuyo padre lleva toda la vida presionando para ser la mejor–, de dudas –las que siembra perversamente Georgia, que choca con la pasivo-agresiva Chloe casi desde el primer momento–, inseguridades –tanto Georgia como Debbie, que se enfrentan a ser músicos profesionales sin haberse preparado nunca hasta ese momento– y miedos –es palpable el pánico de las británicas a quedarse colgadas tras haber dejado atrás todo por Nasty Cherry–, que brotan inevitablemente. Pero ‘I’m With The Band: Nasty Cherry’ es también un documento de cómo el talento natural –el de Gabbi y Debbie, sobre todo–, el trabajo –una de las ideas que implanta Charli es esa: no hay resultados sin trabajar– y la ambición son fundamentales incluso para un grupo de pop prefabricado. No deja ninguna duda de que estas mujeres se han esforzado y puesto su talento en las canciones de ‘Season 1‘.
En general ‘I’m With The Band: Nasty Cherry’ es un reality con todas las virtudes y defectos de uno de, por ejemplo, la MTV: es muy mejorable tanto técnica –lo de situar a las protagonistas en los espacios que viven mediante un croma es cutre a más no poder– como narrativamente –a veces, sencillamente, no pasa nada interesante: ¿de verdad es necesario verlas hacer el desayuno?–, pero también es bastante entretenido. Y por momentos, muy divertido: sólo por los cachondos diálogos entre Charli y Emmie casi que ya vale la pena verlo. Basta ver el primer capítulo para cerciorarse de que no va a ser precisamente un camino de rosas y un autobombo sin más, y uno tiene realmente ganas de saber si Nasty Cherry lo van a conseguir, y cómo. Pero eso no se puede saber ni siquiera al final de la serie, que deja todas las dudas posibles sobre la continuidad de Nasty Cherry, o si serán las Spinal Tap de la era Internet. Pero, haya temporada y EP 2 o no, la aventura deja cierta huella en el espectador/oyente. Que ya es algo. 6,5.