Hoy toca renovar nuestra playlist con las mejores canciones del momento, que cuenta con más de 3.800 suscriptores y recoge, en líneas generales, las «canciones del día» del último mes. En ella encontramos grandes temazos de pop electrónico con los que bailaremos mucho este verano, como son los casos de Dagny, Foxes, Astrid S, Recycled J con Selecta, Rakky Ripper con PUTOCHINOMARICÓN, Michael Medrano o Lady Gaga.
Aparte de a esta última, en representación de nuestros Discos Recomendados, incluimos pistas de los álbumes de Austra, Charli XCX, Perfume Genius y Mujeres. También nos han resultados muy interesantes los últimos discos de Jehnny Beth y Mala Rodríguez, y hemos tenido la suerte de poder hablar sobre ellos con ellas mismas (en la distancia). No es muy animado el tema de The 1975 que hemos seleccionado, pero sí el tema de Rush Week que nos ha recordado a la mejor versión de ellos mismos.
Suenan a clásico lo nuevo de Elle Belga y Chlöe’s Clue y está de plena actualidad la canción contra el racismo de H.E.R., muy apropiadamente titulada ‘I CAN’T BREATHE’. Seguimos conociendo temas del próximo disco de The Killers, mientras entre las revelaciones hay que destacar a Katy J Pearson, Roy Borland, Babi o Maren. Cerramos la playlist con los hits de Viva Belgrado, Chloe x Halle, los últimos sencillos de Pantocrator Maga, Kiko Veneno y Harry Styles, y una favorita de la redacción del último de La Roux.
‘Chromatica‘, el nuevo disco de Lady Gaga, está siendo un éxito sobre todo en sus temas colaborativos: parece que ‘Rain On Me‘ durará mucho más en las listas que el primer sencillo ‘Stupid Love’, y también está teniendo su recorrido la colaboración con Blackpink ‘Sour Candy’ para la que se ha realizado un «lyric video».
Pero después hay una serie de canciones que estaban llamadas a ser favoritas de sus fans, y entre ellas estos han destacado desde el principio ‘911’, ya la grabación más reproducida del álbum al margen de los singles, y a pesar de su modesto lugar en la secuencia del álbum. Se trata de un medio tiempo electro que conecta muy directamente con la era ‘The Fame’, con la que conocimos a Lady Gaga y con la que identificábamos genuinamente a la cantante antes de virar hacia otros estilos. Por aquí, ahora sí, los seguidores de Kylie, de ‘Fever’ al infravalorado ‘X’, pueden asomarse (pienso especialmente en ‘Speakerphone’) y también los de la Britney Spears más robótica, la de ‘Blackout’.
Lady Gaga ha explicado en Apple Music que ‘911’ es un tema sobre un antipsicótico que toma. «Y es porque no siempre puedo controlar las cosas que hace mi cabeza. Lo sé. Y tengo que tomar medicación para impedir que ese proceso ocurra». La cantante se postula como su “peor enemigo” “desde el día que nació” en el estribillo, pero utiliza, como en el resto del disco, la pista de baile como válvula de escape. “No quiero verme llorar más”, se propone en este tema para el que esperamos ruede pronto un videoclip ahora que se va pudiendo, aunque sea de aquella manera.
Esta semana se publica un libro llamado ‘El método Bunbury’ en el que Fernando del Val, autor de varios libros y galardonado con el premio Ojo Crítico de Poesía de 2018, analiza las letras de la carrera en solitario de Enrique, en plena promoción de su nuevo álbum ‘Posible‘, y también de Héroes el Silencio. Según la sinopsis del libro «más de medio millar de versos a lo largo de catorce discos son, en realidad, de Gabriel Celaya, Blas de Otero, César Vallejo, Mario Benedetti, Fernando Arrabal, José Gorostiza, Pablo Neruda, Antonio Gamoneda, Pedro Casariego, Nicanor Parra y Felipe Benítez Reyes, entre otros muchos».
En El País aparecen varios ejemplos, por ejemplo, sobre la conocida letra de ‘La chispa adecuada’. “Las palabras son como avispas” es un texto de ‘La bicicleta del condenado’ de Fernando Arrabal, si bien allí continuaba “y la calle como un cohete cuando te espero” en lugar de “y las calles como dunas”. Después hay otra coincidencia en los mismos canción y libro. De “tengo un ataúd para tus besos y una corona para tu pelo” a “en un ataúd guardo tu tacto y una corona con tu pelo”.
El País ha publicado un largo reportaje sobre ‘El método Bunbury’, obteniendo declaraciones benevolentes hacia Enrique de dos de los autores citados, Sánchez Dragó y Arrabal. También se ha llegado al mánager de Bunbury, quien ha respondido: “El 99% de los artistas beben de fuentes artísticas: de poetas, de pintores, de cineastas… de gente que ama el arte. Eso es inspiración. Considero que el libro está escrito por alguien que ha dedicado su tiempo a hacer daño. Y quien amplifica, no sé si consciente o inconscientemente, también está dedicando su tiempo a hacer daño. No se lo voy a enviar a Enrique [Bunbury], porque no me gusta hacer daño. Quizá mi obligación como mánager sea enviárselo, pero no lo voy a hacer porque no voy a participar de este aquelarre. Y creo que el que ha hecho este libro (teniendo en cuenta lo mínimo que me han enviado y he tenido opción de leer), está echando paladas de mierda. Una canción puede tener 50 frases. El autor del libro busca una de Mario Benedetti, otra de Sánchez Dragó… hace su cóctel, lo agita, y cuando lo esparce, llega a un periodista y él lo amplifica. Misión cumplida”.
El autor ha indicado al mismo diario: “Creo que Bunbury se va a quedar sorprendido cuando lea todo lo que ha sido capaz de hacer. No creo que sea consciente. Yo creo que si se lo lee lo va a entender. No es un punto vista destructivo o agresivo hacia él. Hay muchas zonas del libro en las que le pongo muy bien, como músico, como compositor, como cantante…””. El libro está editado por Difácil.
Hace dos años y medio lamentábamos la triste pérdida de Tom Petty, uno de los artistas más cruciales del rock en los últimos cuarenta años, pero su cancionero y su figura siguen más que presentes. De hecho, este fin de semana es noticia por haber sonado en el polémico mitin de Donald Trump en la ciudad de Tulsa, un encuentro con sus votantes que se anticipaba polémico por la elección del lugar en medio de las protestas por el racismo de los cuerpos policiales estadounidenses: la ciudad del estado de Oklahoma fue testigo de una de las peores matanzas racistas de la historia de EEUU.
En dicho mitin ha sonado la célebre ‘I Won’t Back Down‘ («No me rendiré»), single del álbum ‘Full Moon Fever’, uno de los más vendedores y más alabados en la carrera de Petty. Esta mañana los herederos del músico de Florida han denunciado el uso no autorizado del equipo del presidente estadounidense, lanzando un «cease and desist», orden jurídica que solicita se detenga una acción, previa a una posible denuncia. «Tanto Tom Petty en sus últimos días como su familia se han manifestado en contra del racismo y la discriminación de cualquier tipo. Tom nunca hubiera querido que se usara una canción suya para una campaña de odio. A él le gustaba unir a la gente», dice el comunicado firmado por su mujer Dana, su ex-mujer Jane, y sus hijas Adria y Annakim. El texto añade que «Tom escribió esta canción para los marginados, para el hombre común y PARA TODO EL MUNDO. (…) Creemos en América y creemos en la democracia. Pero Donald Trump no representa los nobles ideales de ambas», y añade «odiaríamos que los fans que son marginados por esta administración creyeran que somos cómplices de este uso».
En cuanto al citado mitin, también hay que destacar que ha sido un rotundo fracaso de asistencia de público. Y no tanto porque sus seguidores temieran un contagio de la Covid-19 al acudir –mientras que Trump minimizó la pandemia, los últimos recuentos de fallecidos estadounidenses superan ya las cifras de la I Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam– a la llamada de su líder. Sino porque han sido objeto de un curioso boicot por parte de usuarios de Tik Tok y fans del K-Pop: según reporta NME, ambos se aliaron en secreto para hacer reservas de plazas en el estadio de Tulsa que no llegaron a ocupar, obviamente, dejando imágenes del estadio semivacío. Una estratagema que ha sido celebrada por, entre otros, la popular miembro del Partido Demócrata Alexandria Ocasio-Cortez.
Trump rally vs BTS stadium tour at the Rose Bowl thank you kpop stans and tiktok users pic.twitter.com/V2TJ8NAJzN
— j.BLACKLIVESMATTER (@bangtanpenguins) June 21, 2020
Actually you just got ROCKED by teens on TikTok who flooded the Trump campaign w/ fake ticket reservations & tricked you into believing a million people wanted your white supremacist open mic enough to pack an arena during COVID
Este año el Día Europeo de la Música coincide en domingo, lo cual podría haber sido la ocasión perfecta para una celebración llena de conciertos por doquier… de no encontrarnos en una situación tan complicada para la música en directo, derivada de la pandemia de Covid-19. Aun así, sigue siendo una fecha muy señalada para los melómanos y no está exenta de una programación especial en La 2, cómo no. Y lo hará con un especial de ‘La hora musa‘, el programa de actuaciones en directo y entrevistas que vino a suplir un hueco en el prime-time (bueno, más o menos, porque acabó emitiéndose superadas las 23:00h) que había durado demasiados años.
Esta noche a las 22:30h se emite en el segundo canal de RTVE un programa conducido como siempre por la artista mallorquina Maika Makovski, cuyo principal reclamo será Leiva. El solista madrileño que, tras años en el grupo Pereza, mantiene el rock como superventas en España y llena pabellones de todo el país, gracias a discos como el reciente ‘Nuclear‘. El programa se centra en una actuación acústica suya en un espacio natural –que incluirá un dueto con la presentadora–, más una entrevista en profundidad con él.
Juntos también recordarán algunos de los mejores momentos de las dos temporadas emitidas del programa, con nombres como Franz Ferdinand, Texas, The Waterboys o Manolo García Además, completan este especial dos reportajes con la presencia, entre otros, de Santi Balmes, vocalista de Love of Lesbian, el cantautor Ferran Palau y el periodista musical Jordi Bianciotto: uno sobre las iniciativas del sector musical y otro sobre cómo poder disfrutar de la música en directo durante los próximos meses.
A veces –excepcionalmente, no nos engañemos– la vida trae una serie de casualidades que hacen que un chaval pase de cantar en plena calle a anunciar su primer álbum con una multinacional en cuestión de meses. Le pasó hace décadas ya al sin par Javier Álvarez, por ejemplo, y le acaba de pasar a un joven hispanobritánico llamado Roy Borland. Según ha explicado él mismo, durante algún tiempo dedicó sus tardes a ir después de estudiar a tocar la guitarra y cantar al Retiro o al Templo de Debod, concurridos parques madrileños. Allí conoció a otro cantante callejero, el venezolano José Domingo Ondiz, congeniaron y cantaban a dúo con frecuencia. En unos de sus «pases» fueron avistados por una ojeadora de ‘La Voz‘ y, pese a decir que no inicialmente, accedieron a participar en la edición 2019 del talent-show televisivo.
Fueron eliminados en la llamada «batalla final» tras ser elegidos por Luis Fonsi para su equipo, y Borland se veía abocado a volver a emplear su dulce arrullo vocal con poso soul en su papel de «busker» callejero. De hecho, por entonces publicaba sus primeras (e interesantes) demos junto otro joven cantautor madrileño, Sebastián Cortés: ‘T la sudo‘ y ‘Dos x tres‘, canciones con una producción lo-fi pero con altas miras e inspiraciones diversas, tan folk como jazz y R&B. Porque es digno señalar que, Borland proviene de una estirpe de músicos en la que figuran la malograda estrella panameña de la salsa Manny Bolaños –era su tío-abuelo– y su propio padre, el pianista de jazz Vicente Borland (conocido también por haber puesto voz a Sebastián en el doblaje español de ‘La Sirenita’, curiosamente), que inculcó a Roy su amor por referentes manifiestos como Bobby McFerrin, Brian McKnight o Nat King Cole. Radiohead, Rihanna o Tyler, the Creator ya son cosecha de su propio bagaje.
En paralelo a su participación en el concurso televisivo, Borland iba grabando en casa con la ayuda de un ingeniero de sonido amigo las canciones de un disco conceptual en inglés, centrado en la evolución más arquetípica de una relación amorosa, de la euforia inicial a la posterior frustración y amargura hasta convertirse, con suerte, en un bonito recuerdo. Para su sorpresa, Sony Music se mostró interesado en la publicación de ese trabajo (en principio titulado ‘Espesso’), en el que el cálido y cautivador single ‘My Sun’ representa ese momento idílico de una relación. Entre efluvios de jazztrónica que aluden sin rubor a referentes como Kiefer o Kamasi Washington, Roy Borland no renuncia a una clara inclinación pop, que también le conecta con una nueva escena nacional en la que destacan Vic Mirallas, Big Menu o Sr. Chen. Y, asegura, ya tiene casi listo otro nuevo disco, esta vez cantado en castellano. Sin duda, ‘My Sun’ invita a estar del todo atento a lo que traiga en el futuro.
«Qué bonito el campo», cantaba Antonio Luque en uno de los temas del mejor disco de su carrera. En ese campo posa la cantautora Karmento en la portada de su segundo álbum, y a ese campo nos remiten letra y música de estas canciones que se sirven de la tradición para expresar euforia o melancolía. Si los grillos aparecían para subrayar nuestra soledad -o para hacernos olvidarla, según se mire- en el single ‘Cri Cri‘, el tema más bonito del disco -el que lo abre-, es un dechado de nostalgia al tiempo que un elogio de estos paisajes. El recuerdo de «una bici, los donettes y un patín» nos llevan a nuestra niñez, cuando las cosas eran mucho más sencillas que ahora: «todas las montañas se dejaban divertidas explorar y trepar por las ramas / las noches de luna caminamos hasta el fondo del nogal a contar las historias».
Este tema, ‘Danzar sobre la tierra’, al final cambia de tercio, se agita, para hacernos recordar un corazón «que se ha convertido en piedra». Es el lado amargo de una vida adulta, que también se recoge en ‘MarEa’, una de las producciones más ambiciosas y que, entre «olas», «auxilio» y un «hombre que apunta» el «gatillo», nos hace pensar que podría hablar de la crisis migratoria. En esos momentos podríamos pensar en los arreglos de Owen Pallett o en las canciones más aventureras de Decemberists, pero lo de Karmento en verdad es más tradicional. Le inspira el folclore de su tierra, situándose cerca de gente como la también manchega Rozalén o Rocío Márquez. De tener alguna influencia internacional, quizá podríamos referirnos a Nick Drake.
Entre esa seguidilla manchega que anima a la mitad de la secuencia (‘La manchega en la azotea’), es destacable cómo la música puede servir de refugio a la artista. Le dedica a un «La» uno de los temas más hermosos (‘La m’), mientras el que dedica al costumbrismo a lo largo de los años (‘La jornada’) o al de la pérdida de «la magia», pasan más desapercibidos. Es su bonita voz -ese bien que se está perdiendo- la que deja los momentos más destacables, así como esos gemidos que entre un rasgueo de guitarra y un violín interfieren en ‘Bienmesabe’. En cuanto a textos hay que destacar el de ‘Qué feo’ por lo que tiene de autocrítico. «Dejo a todo a medias y lo llamo libertad», «miento porque me da mucho miedo lo que hay detrás de la verdad», «que el miedo al abandono ya no sirve para ocultar la verdad»… Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
“La música fue la única voz del cine durante la época del cine mudo… ¡está en la propia naturaleza del cine! Si hay gente que piensa que hay demasiada música en mis películas, lo entiendo. Pero yo no lo pienso. Para mí, la música es el alma de la película”. Continuamos la serie de artículos en los que abordaremos la particular relación del director canadiense Xavier Dolan con la música, con motivo del próximo estreno de ‘Matthias & Maxime’. Ver primera entrega. Ojo: se revelan detalles de la trama de ambas películas.
‘If I Had a Heart’, de Fever Ray (‘LAURENCE ANYWAYS’, 2012)
Si me preguntan cuál es mi película favorita de Dolan, mi respuesta es doble: ‘Mommy’ es la mejor, y ‘Laurence Anyways‘ mi preferida. Así que, sin hacer trampas, supongo que sería ‘Laurence’. Reconozco los fallos que tiene, pero admiro su ambición (él la definía como “mi Titanic”) y todo lo que pretende contar y transmitir – consiguiéndolo en gran parte, en mi opinión. La película se abre con una secuencia que, tras mostrarnos habitaciones vacías de un hogar, mezcla planos subjetivos (en los que gente mira “a cámara” con recelo) con otros donde se da un halo de misticismo a alguien que desconocemos. Resulta que esa gente miraba a una persona que se abre paso con aparente seguridad por una calle. Todo esto mientras suena ‘If I had a heart’ de Fever Ray, reforzando el aura mística de la que hablamos – no en vano, el tema fue usado luego para el opening de la serie ‘Vikings’. El caso es que esta persona desconocida se para y justo acaba la escena (y nos retrotraemos a una década antes) cuando va a darse la vuelta y revelarnos su identidad. La identidad es el gran tema de la película, junto al amor. O quizás ambos, como desarrollaremos más adelante. Porque la propia canción, además de la lectura obvia sobre las concepciones de lo trans que podría tener Dolan (“If I had a heart I could love you / If I had a voice I could sing”) se relaciona bastante con nuestros protagonistas, Laurence y Fred, y con la relación que a lo largo del metraje intentan salvar (sin éxito), intentan evitar (sin éxito), intentan revivir (sin éxito), intentan… sin éxito. This will never end cause I want more / more, give me more, give me more.
‘The Funeral Party’, de The Cure (‘LAURENCE ANYWAYS’, 2012)
“Two pale figures ache in silence / timeless in the quiet ground / side by side in age and sadness”, nos decía Robert Smith en una canción dedicada a sus abuelos fallecidos. Hay dos aspectos que se le han criticado a ‘Laurence Anyways’ en este tiempo: uno es su forma de abordar la transición de una mujer trans (vista hoy, muchas cosas nos chirrían, aunque luego recuerdas el bochorno de ‘La Chica Danesa’, posterior y con mucho más reconocimiento, y ‘Laurence’ parece hasta adelantada a su tiempo) y otro es su duración. Con casi tres horas de metraje, es la cinta más larga de Dolan, y él lo sabe. Y lo explica: “si quieres hablar de una historia de amor como ésta, no puede ser en menos dos horas; no hubiese recortado metraje ni aunque me lo hubiese dicho Harvey Weinstein (!) porque es importante conectar con Fred y Laurence, conocer sus rituales, sus bromas internas, ver cómo todo eso cambia, sentir la fuerza destructiva del tiempo. Ahí es donde está la emoción.” No parece casual, pues, que el canadiense seleccionase esta canción de The Cure para, tras una conversación aparentemente banal entre ellos, presentarnos oficial y fogosamente a la pareja: primero disfrutan de su libertad en una discoteca, y luego se comen la boca en un callejón, junto a ropa tendida. El viento agita esa ropa, pero no llega a hacer que vuelve por los aires. De momento.
‘Pleurs dans la pluie’, de Mario Pelchat (‘TOM EN LA GRANJA’ (Tom à la ferme), 2013)
“Si sigo interpretando, puedo convertirme en un gran actor” decía Dolan al presentar ‘Tom en la granja’. Tras ver ‘Matthias & Maxime’, puedo decir que tenía razón, pero que eso no era aún cierto en ‘Tom en la granja’, y que quizás la decisión de protagonizarla no fue acertada – él mismo lo pensaría, porque se tiró tres películas sin actuar. Este thriller con gotas de melodrama y de terror no fue muy bien acogido: el Dolan director acierta con la atmósfera opresiva de la historia, pero el Dolan actor parece estar en otro tono. La identificación con los personajes y la transmisión de emociones, tan lograda en sus anteriores películas, es mucho más difícil aquí… con algunas excepciones. Una de ellas es la escena en que suena este tema de Mario Pelchat (curiosidad: Pelchat tiene un dueto con Céline Dion, hola ‘Mommy’), donde se intercala el presente del funeral con el pasado del karaoke… precisamente una escena que se sale del tono de thriller y se acerca al ya explorado por Dolan en el pasado. “Y si lloro frente a ti / será mi último grito / pero no lo oirás / ¿quién puede ver lágrimas en la lluvia?” le canta, botellín en mano, Tom a Guillàume en ese recuerdo de un pasado añorado y quizás también idealizado.
‘Fade to Grey’, de Visage (‘LAURENCE ANYWAYS’, 2012)
Tan amado como odiado, a veces el argumento que usan sus críticos para cuestionarle coincide con el que usan sus admiradores para alabarle. Uno de esos casos es la gran presencia de la música y la forma de comportarse de sus personajes, que digamos que es lo contrario a minimalista. “Pero es que me da igual, estamos obesionados con el acting minimalista, y en la vida real tú no actúas como Bill Murray en ‘Broken Flowers’ todo el rato, ¿dónde estaría la diversión?”, se defendía él en una entrevista a Slant, donde también hablaba sobre las canciones: “escucho una e inmediatamente pienso “es perfecta para esto”, a veces incluso escribo escenas a raíz de canciones. ¿Por qué debo atarme y poner menos canciones?”. Y, si de exceso y barroquismo se trata, nada mejor que la fiesta a la que acude Fred, nada mejor que un temazo ochentero, y nada mejor que ambas combinadas: ‘Fade to Grey’ suena mientras Fred aparece cual Sr. Burns Alien y, en una secuencia parecida a la que abre la película, todos los asistentes de la fiesta -¡incluido un cameo del propio Dolan!- la miran… al contrario que en su realidad, donde el cuidado continuo a Laurence ha acabado dejando su propia identidad en un segundo plano. Pero aquí no. Aquí ella es la protagonista. “Y ‘Fade to grey’ es tan gloriosa y tan sexual que es perfecta para que ella haga su entrada”, contaba el realizador.
‘Going to a Town’, de Rufus Wainwright (‘TOM EN LA GRANJA’ (Tom à la ferme), 2013)
‘Tom en la granja’ tiene un halo de ‘El Ángel Exterminador’ PERO PARA MAL: no entendemos qué pasa, por qué no se va Tom, parece que todo se alarga sin sentido. ¿Una fuerza sobrenatural le impide huir? Pues más o menos. Quizás el Dolan actor está en otro tono y eso hace difícil que entendamos a su personaje, pero es muy interesante lo que hay detrás: la homofobia interiorizada, la masculinidad tóxica y su relación con el maltrato en una pareja de dos hombres, todos ellos temas de los que se habla bastante más ahora que en 2013. La homofobia interiorizada impide que Tom le haga frente a Francis (que a su vez expresa así la suya) y le hace pasar por alto las infidelidades (y a saber qué más) de Guillàume. “You took advantage of a world that loved you well (…) tell me, do you really think you go to Hell for having loved? / I’m so tired of you, America”: la fantástica ‘Going to a town’ adquiere ahora una doble o triple lectura. En un principio, ‘Tom en la granja’ no iba a tener siquiera música de ambiente; finalmente, Dolan cedió en esto, pero se mantuvo en limitar las canciones, y de hecho ésta suena cuando salen los créditos – pero, ojo, la peli no ha terminado. “I’m going to a town that has already been burnt down / I’m going to a place that has already been disgraced”: después de ordeñar vacas tres semanas, Tom vuelve a Montréal lleno de dudas: mientras va viendo las luces de la ciudad, se pregunta si ahora siente libertad pero también soledad, si en la granja no tenía compañía aunque fuese enferma. Si puede amar y ser amado de forma sana. Si puede no esconderse. El semáforo en verde y su actitud dudosa nos dejan libre interpretación respecto a si dará la vuelta o continuará su camino. Pero, si atendemos a Rufus, está claro lo que va a hacer: I’ve got a life to lead, America.
‘A New Error’, de Moderat (‘LAURENCE ANYWAYS’, 2012)
Una de mis secuencias favoritas de la filmografía de Xavier Dolan. ‘A New Error’ no tiene letra, por lo que tenemos tres minutos de solo música e imágenes. Decía Dolan que en esta película abordaba “la relación imposible entre dos idealistas que se están haciendo adultos”. En este punto de la película, Fred (Suzanne Clement) y Laurence (Melvil Poupaud) se han reencontrado años después de romper y de “rehacer sus vidas” junto a otra persona. Laurence no quiere que se quede en un polvo y le anima a irse con ella, algo que Fred ve como una locura. O quizás no tanto, como va quedando claro en su juego de miradas. Tomada la decisión, ambas huyen haciendo volar a su paso esa ropa que estaba tendida y, con ella, los roles de género y cualquier prejuicio sobre lo que pueden y no pueden ser como pareja.
‘Let’s Go Out Tonight’, de Craig Armstrong (‘LAURENCE ANYWAYS’, 2012)
Los dos temas principales de ‘Laurence Anyways’ son la identidad y el amor. El amor de esa pareja, pero también el amor por uno mismo, el amor por tu propia identidad. Dolan pone ambos en una balanza, y ésta se mueve durante el metraje, durante toda esa década de amores e identidades. Porque Laurence ama con locura a Fred, ¿pero tanto como para renunciar a su identidad? Y, es más, ¿es justo que tenga que hacerlo? Y lo mismo ocurre con Fred: quiere con toda su alma a Laurence, pero llega un punto en que estar con ella le supone perder su identidad (en otro sentido), y sus propios objetivos vitales. Anteponer el amor por alguien a tu propia identidad no es que no sea sano, es que perjudicará a la larga esa relación, y eso es lo que les acaba pasando. Pero ellas lo intentan una y otra vez. No pueden no intentarlo; se aman demasiado. Tanto como para hacer lo que acaban haciendo: huir de una despedida fría y así seguir manteniendo la ilusión de esa llama que saben que no va a ninguna parte, pero que no quieren apagar del todo. Si a esto que ocurre en la escena final le añades un flashback de cómo se conocieron (“c’est Laurence, anyways”, perfecto después de todo lo que hemos visto) y, para colmo, suena esta preciosidad de Craig Armstrong… sí, termina la película y tus lágrimas te mandan el mensaje de que Dolan es un poquito hijo de puta. Pero le queremos.
La próxima semana se publica el segundo volumen de la serie ‘Mes Excentricités‘, el nuevo proyecto audiovisual de Mónica Naranjo. Se trata de un EP titulado ‘Les Quatre Saisons’, editado en una cuidada edición física que evoca el «art nouveau» de Alfons Mucha y que, además de las dos versiones de ‘Temptations‘ –sintonía del reality ‘La Isla de las Tentaciones‘–, mezcla versiones de canciones tan variopintas como ‘Creep’ de Radiohead o ‘P-Machinery’ de Propaganda con algún tema propio nuevo como ‘Alma y carne’.
Y hace unas horas se ha revelado el primer avance del disco, que no es otra que una versión del clásico de Kim Wilde, ‘Never Trust a Stranger‘, rebautizada por Naranjo como ‘¡Hoy no!’ Producida por ella misma con la colaboración de sus habituales Pepe Herrero y Oriol Crespo, se trata de una reinterpretación tecno bastante épica que, con llamativos breakbeats, acelera los BPMs de la canción y realza su estribillo con la potencia vocal desatada de la de Figueres, cantando «Y yo me sentí una mierda… Pero hoy no». Una sentencia que da sentido al título de la adaptación y le da un cariz personal, llevando a recordar el trance sentimental que Mónica pasaba recientemente y del que ha buscado sacudirse y sacar partido (emocional y profesional) con el buen docu-reality ‘Mónica y el sexo‘.
El tema se presenta con un vídeo filmado en tonos sepia que muestra a la artista cambiando «estrellas» por «estrechas» a lomos de un descapotable por las calles de Madrid, donde diferentes habitantes de la capital cantan junto a ella la canción. En cierto modo, este clip dirigido por Raúl Vaquero para la productora Sr. Mono tiene bastante sentido justo hoy, a horas de que España se libere definitivamente del confinamiento y entre en la llamada nueva normalidad… que esperemos sepamos cuidar y nos dure como poco hasta la llegada de una vacuna contra la Covid-19. ¿Seremos capaces?
Dua Lipa sigue triunfando este año con ‘Future Nostalgia‘: el álbum no se apea del top 10 británico, tampoco del español (donde solo cuenta el streaming hasta nuevo aviso) y en Estados Unidos se mantiene dentro del top 30 de los discos más exitosos del país. El primer single, ‘Don’t Start Now’, continúa en el top 10 de canciones más escuchadas a nivel global en Spotify más de medio año después de su lanzamiento, y los dos singles posteriores, ‘Physical’ y ‘Break My Heart’, han sido sendos éxitos y se mantienen en listas internacionales más que dignamente. Ni cabe decir que ‘Future Nostalgia’ es uno de los discos más importantes del año tanto a nivel comercial como de crítica.
La cantante británica se ha currado varias ediciones físicas de ‘Future Nostalgia’, y tiene sentido que el disco exista en vinilo y cinta dado su concepto sonoro y visual, fijado en actualizar el pasado -sobre todo el sonido de los años 80- desde un prisma contemporáneo. En concreto, el vinilo es indispensable para cualquier fan del álbum ya solo por la portada, una instantánea espectacular de Dua Lipa obra del reconocido fotógrafo francés Hugo Comte, y en la que la artista, mezclando pasado y futuro, aparece conduciendo un coche a través del espacio exterior. El cartón de la edición física no termina de hacer relucir la imagen, pero es la única pega que le podemos poner a esta edición cuyo disco ha sido editado en varios colores, entre ellos el rosa fucsia.
La carpeta del vinilo de ‘Future Nostalgia’ se abre para descubrir una imagen alternativa de Dua al volante que cubre ambas caras, y poco más encontramos dentro: no hay libreto, pero sí una lámina de cartón de color negro en la que aparecen, en letra de color plateado, los créditos y los agradecimientos, y también una nota a pie de página que indica que el vinilo ha sido debidamente masterizado en los estudios Abbey Road de Londres. Una edición clásica en el mejor de los sentidos, nada excesiva, pero lo suficientemente cuidada para que valga la pena tenerla entre manos.
Este sábado 20 de junio se celebra, de manera un tanto atípica, el Record Store Day en España. La entidad española aplazó a este día la celebración del Día de las Tiendas de Discos meses atrás, en pleno inicio de la pandemia, con la esperanza de celebrarse en un momento más propicio. Y casi lo han clavado: a las 00:00h de mañana domingo, España da inicio a la llamada nueva anormalidad. Así que, buscando que el público se vuelque en la medida de lo posible y con las debidas precauciones sanitarias, muchos establecimientos que tanto han sufrido durante la crisis de la Covid-19 realizan hoy ofertas y ponen a la venta lanzamientos musicales muy especiales. Bajo el lema «Salvemos las tiendas de discos», muchos artistas se han propuesto colaborar con la iniciativa publicando reediciones, singles especiales o incluso novedades: de Nueva Vulcano a Raphael, pasando por Aviador Dro, Betacam (estrenando nuevo EP, en su caso), Cariño, Coque Malla, Nacho Vegas, Triana, Miqui Puig, Natalia Lacunza, Karol G & Nicki Minaj (un 7″ de ‘Tusa’) y muchos más, animan hoy a visitar presencialmente (o incluso virtualmente) tu tienda de discos favorita. Puedes encontrar un listado completo de los lanzamientos aquí.
También participan en esta jornada Pantocrator, ya una de las revelaciones nacionales de este extraño y dramático 2020. El cuarteto barcelonés pone a la venta una edición limitada de un 10″ de vinilo rosa en el que reúne, a razón de uno por cada cara del vinilo, los dos EPs que habían lanzado sólo digitalmente, ‘Villacapullos’ (2019) y ‘La masacre de las putis’ (2020), que incluía la fulgurante ‘No te puto pilles‘, que ya fue «Canción del Día» en esta web meses atrás. Ocho canciones de punk pop que certifican la genialidad y singularidad del grupo formado por la «pésima gestión emocional» de Marta Delmont y Marina Correa, asistidas por Xiri Romaní a la batería y Rober Busquets a la guitarra.
Una genialidad y singularidad de la que han vuelto a dar cuenta recientemente, con el single ‘Putas de internet’, que nos ha fascinado por muchas razones. Primero, porque lo hacen desde una perspectiva musical distinta: aprovechando el confinamiento para «aprender a utilizar el garageband», se han lanzado a hacer su propia aproximación al city pop nipón de los 80, que encontró su completa sublimación en las sintonías de series de anime de los años 80 como ‘Ranma 1/2’, ‘City Hunter’, ‘Cat’s Eye’, ‘Urusei Yatsura’ (conocida aquí como ‘Lamu’)… que también se traslada a la portada que la diseñadora gráfica Cruelaudia ha creado para la ocasión.
Y, segundo, porque emplean un nuevo hallazgo melódico memorable para «quedarse bien a gusto» contra todo el odio que dicen recibir en las redes sociales. «Inspirado en un tuit de La Zowi», ‘Putas de Internet’ denuncia «de una forma crítica y satírica los abusos de algunos haters en las redes sociales» con una letra que, otra vez, no tiene desperdicio. Desde su mismo inicio, cuando describen su «miedo a entrar en Twitter» por «una persona que se ceba con mi grupo» y otro «que hace memes, nos pone a parir el muy gañán» hasta que deciden rebelarse contra esas «putas de internet» y les recomiendan fumarse un porro o tomarse un Diazepam. O, mejor aún, montar su propio grupo y dejar «de rajar de gente que hace cosas de verdad». Esto se corona con un descacharrante vídeo, «cutre para variar, pero hecho durante el confinamiento por la propia banda».
Alec Benjamin está llamado a ser uno de los nuevos cantautores de moda. Como Ed Sheeran y Taylor Swift, dos artistas con los que se le puede comparar por estilo, el bueno de Alec escribe canciones de pop narrativas, muy bien resueltas y memorables desde el segundo cero, si bien lastradas por una producción demasiado Disney que parece enfocada a un público adolescente.
La mayor baza de Alec Benjamin es su aguda y nasal voz, un instrumento peculiar y adictivo que imprime a todas sus canciones una personalidad inconfundible. Luego están sus melodías, incontestables en la mayoría de casos, como la de su mayor éxito ‘Let Me Down Gently‘ o la de muchas canciones de este ‘These Two Windows’ que ejerce de debut oficial. El primer single, ‘Must’ve Been the Wind‘, es una monada si dejamos de lado su letra sobre una chica a la que Alec oye ser abusada por su pareja desde el piso de abajo, y a la que él decide ayudar porque su corazón así se lo guía. «Pongo ‘Lean on Me’ para que sepa que puede apoyarse en mí», canta y se queda tan pancho. ‘Must’ve Been the Wind’ es la típica canción de chico con complejo de salvador de las nenas cuyo ánimo es solo noble en la cabeza de su autor, porque para los demás es un poco «creepy». Pero como canción, funciona.
Las demás canciones de ‘These Two Windows’ transitan temas como la ansiedad, la madurez o las relaciones amorosas que han llegado a su fin, esta vez sin espiar a nadie. La animada ‘Mind is a Prison’ es una emocionante apertura que habla sobre estar encerrado en tu propia mente, y la irresistible ‘Oh My God’ usa el truco del estribillo vocoderizado para retratar ese momento en que descubres las losas que acarrea ser una persona adulta («¿qué ha pasado? Me miro en el espejo, antes era joven y no tenía nada que temer»). Y por ñoña que sea, la majestuosa balada con cuerdas ‘The Book of You & I’ haría a cualquiera llorar como una magdalena. Mucho menos creíble es una ‘Match In the Rain’ que busca una atmósfera épica y desolada ante una ruptura sin conseguirla, o una ‘Alamo’ en la que el bueno de Alec nos intenta convencer de que es un rebelde. Con esta producción blanda y aséptica no cuela, pero entre canciones simpáticas como ‘Jesus In LA’ o tiernas como ‘Just Like You’, dedicada a su padre, Alec tiene papeletas de sobra para hacerse oír mucho en los años venideros, sobre todo si su talento cae en buenas manos.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Must’ve Been the Wind’, ‘Mind is a Prison’, ‘The Book of You & I’ Te gustará si te gusta: Ed Sheeran, Taylor Swift, el rollito Natalie Imbruglia, John Mayer… Youtube:vídeo de ‘Must’ve Been the Wind’
Natalia Lacunza estuvo el jueves en La Resistencia y ese es el viral visto en Youtube, pero lo verdaderamente apoteósico vino después, con la entrada de Boris Izaguirre. Foto: Facebook.
El guionista de ‘La dama de rosa’ no se cortó un pelo al hablar de sexo, recordando un buen día en el que estuvo en una fiesta en la que tuvo que explicar a Rosalía qué era el cruising porque esta no lo sabía. Boris habla del Retiro de Madrid como lugar en el que se hacía «antes de que naciera Pablo Alborán», refiriéndose a su reciente salida del armario, y, ya puestos, recuerda aquel día en Montecarlo en que Jon Bon Jovi se puso a mear a su lado y «retrocedió un poquito para atrás». Dijo Izaguirre: «Me voy a asomar, porque yo creo que esto es perfectamente lícito. Voy a ver a Bon Jovi orinando y voy a ver cómo es todo con esa curiosidad que uno tiene de si la gente es completamente rubia (…) Me pareció ver como mucho vello y sospeché que podía no haber nada más y de repente ¡plaf!, apareció una Bratwurst muy agradable».
El speech de Boris Izaguirre ha llegado a los titulares de la prensa generalista, si bien es más noticioso todavía lo peculiar que es como «entrevistado»: no dejó hablar a Broncano ni a Queque, él manejó la conversación de un tema a otro como le dio la gana, introduciendo lo que promocionaba cuando le pareció, y cuando le pareció, se marchó.
Este viernes se ha celebrado Juneteenth, la fecha que conmemora la abolición de la esclavitud en Texas en 1865. En medio del clima político por la muerte de varias personas de raza negra a manos de la policía estadounidense, son varios los artistas que han decidido posponer sus discos, como Jessie Ware, y muchos otros, en gran parte afroamericanos, que han lanzado temas de corte reivindicativo, como ha sido el caso de Public Enemy, Alicia Keys o Anderson. Paak, todos los cuales los puedes escuchar en nuestra playlist de novedades Ready for the Weekend. Además, el de H.E.R., de manera muy expresa titulado ‘I Can’t Breath’, que fueron las palabras de George Floyd cuando un oficial le aplastaba con su rodilla, fue nuestra «Canción del día«.
Beyoncé, que es de Texas, ha decidido no quedarse callada, si bien con algo de retrasillo. Son muchos los himnos en que ha reflexionado sobre la discriminación de su raza, especialmente en ‘Lemonade’, donde encontrábamos ‘Freedom’ y ‘Formation‘. El nuevo tema publicado a colación del Juneteenth se llama ‘Black Parade’ y suena precisamente como un cruce entre ‘Formation’ y algo que podría haber encajado en la banda sonora alternativa de ‘El rey león’ que ella misma comisarió. De «We got rhythm (We got rhythm), we got pride (We got pride)» a «I can’t forget my history, it’sHerstory«, neologismo con el que pone una nota de feminismo. La canción, coproducida por ella junto a su amigo Derek Dixie, tiene fines benéficos.
Se trata del primer single en solitario de la cantante desde dicha banda sonora, con la que no pasó gran cosa. Si no contamos aquel ‘Spirit’, tenemos que irnos hasta ‘Lemonade’ (2016) para recuperar algún single suyo sola. En los últimos tiempos ha estado colaborando más bien con gente como J Balvin, Ed Sheeran, y Megan Thee Stallion, suponiéndoles esto último un top 1 en el Billboard Hot 100. También sacó un disco con su marido bajo el sobrenombre de The Carters, ‘Everything Is Love’, en 2018.
Annie, la cantante noruega que se diera a conocer a principios de los años 2000 con hitazos como ‘Greatest Hit’ o ‘Heartbeat’ y con su debut ‘Anniemal’, álbum de electropop clave de las últimas dos décadas; para después sucederlo con un disco tan entretenido -pero que se hizo esperar demasiado- como ‘Don’t Stop‘, vuelve con su primer largo en 11 años. ‘Dark Hearts’ sale el 16 de octubre y, en palabras de Annie, es la «banda sonora de una película que no existe».
En 2018, Annie contaba a JENESAISPOP que había estado trabajando en nueva música con Stefan Storm de The Sound of Arrows, y este es de hecho el productor oficial de ‘Dark Hearts’, así como de su sencillo principal, ‘American Cars’. Se trata de un nocturno y atmosférico medio tiempo synth-pop que remite al sonido de los renovados Italians Do it Better y por tanto de la influyente BSO de ‘Drive‘… si bien la cantante noruega apunta a una inspiración concreta, la controvertida película ‘Crash’ de David Cronenberg.
La artista, que explica ha grabado la mayor parte de ‘Dark Hearts’ embarazada, alternando la grabación de tomas vocales con visitas al cuarto de baño para potar (tal cual lo dice), no ha estado parada en todos estos años en que no ha publicado disco largo: en 2015 editó el EP ‘Endless Vacaction‘ y en 2013 el EP ‘A&R‘. Sin embargo, se echaba de menos un disco de Annie de verdad, sobre todo después de tantos años. Y además no será cortito.
‘Dark Hearts’:
01 In Heaven
02 The Streets Where I Belong
03 Dark Hearts
04 Miracle Mile
05 Corridors of Time
06 Forever ’92
07 American Cars
08 Mermaid Dreams
09 Stay Tomorrow
10 The Countdown to the End of the World
11 The Bomb
12 The Untold Story
13 It’s Finally Over
Este viernes 19 de junio se ha publicado ‘Rough and Rowdy Ways‘, álbum de estudio número 39 en la carrera de Bob Dylan. Todo un acontecimiento: pese a estar constantemente en la palestra por sus giras, discos de versionesvarios, incontables reediciones y algún que otro premio Nobel (ná, fruslerías), estamos ante el primer disco de canciones nuevas de Robert Zimmerman desde el fantástico ‘Tempest’, publicado ocho años atrás.
‘Rough and Rowdy Ways’ pasará seguro a la historia por haber procurado a Dylan su primer número 1 de Billboard en sus más de cinco décadas de carrera. Lo ha logrado en un chart menor, sí, pero igualmente es meritorio y sorprendente. Sobre todo porque lo ha conseguido con ‘Murder Most Foul‘, una letanía de casi 17 minutos en el que, rayando el spoken-word, dispara pensamientos en torno al asesinato de J.F.K., con incontables referencias a The Beatles, ‘Lo que el viento se llevó’, The Who, Patsy Cline, The Everly Brothers, John Lee Hooker…
La canción ocupa todo el segundo disco de la doble edición en CD y toda la cara B del segundo disco de la edición en doble vinilo, lógicamente. El resto de sus nueve canciones duran algo más de 50 minutos, muchas con minutajes que superan los seis, siete y hasta nueve minutos, en el caso del penúltimo corte ‘Key West (Philosopher Pirate)’. Grabado junto a su banda habitual de directo (Charlie Sexton, guitarra; Bob Britt, guitarra; Donnie Herron, steel guitar, violín y acordeón; Tony Garnier, bajo; Matt Chamberlain, batería), sorprenden un tanto las colaboraciones de renombre, no demasiado habituales en los discos del genio de Duluth: el guitarrista y productor Blake Mills, el pianista de los Heartbreakers de Tom Petty, Benmont Tench, el pianista de jazz Alan Pasqua, un tal Tommy Rhodes… ¡y Fiona Apple! La autora de ‘Extraordinary Machine’ podría ser la voz femenina que suena en la citada «Key West» pero, sin tener una copia física delante ni más detalles, no está claro qué ha aportado cada uno de ellos al conjunto. Lo cierto es que poco importa: todo se diluye y está puesto al servicio, como no podía ser de otra forma, de Zimmerman.
O, más bien, de su pausada y madura aproximación a estilos eternos como el blues (‘False Prophet’, ‘Crossing the Rubicon’ y ‘Goodbye Jimmy Reed’, referencia al bluesman del Mississippi), el swing (‘I Contain Multitudes’), el jazz (‘My Own Version of You’), el folk (‘Black Rider’, ‘Key West (Philosopher Pirate)’) o el gospel (‘I’ve Made Up My Mind to Give Myself to You’, ‘Mother of Muses’), siempre con esa voz que impregna todo, con la gravedad que le han otorgado los años y que él explota a la perfección. Por supuesto, no faltan referencias literarias ajenas (parece que Walt Whitman podría haber inspirado algunos versos de ‘I Contain Multitudes’), pero sobre todo propone extender una obra poética que ya ha sido valorada –no sin polémica– más allá de la música.
La reacción de la crítica especializada prácticamente en masa ha sido la de considerarla como otra obra maestra a incorporar a su larga lista, como destaca Sony Music en su nota de prensa del disco remitida esta mañana. Se destacan las cinco estrellas (de cinco, obvio) otorgadas a ‘Rough and Rowdy Ways’ por The Guardian («bien podría ser la colección de canciones más brillante de Bob Dylan en años»), The Telegraph («Himnos extraordinarios para los tiempos de cambio que nos toca vivir»), NME («Su mayor declaración poética»), Mojo («Narración atemporal … fascinante, suntuosa y extrañamente conmovedora») o The Times of London («Una obra maestra melancólica, reflexiva, meditativa, desconcertante, divertida e impresionante»). Incluso la exigente Pitchfork le otorgaba nada menos que un 9, y Rolling Stone apenas le escatimaba media estrella de la máxima puntuación, calificando el disco de «clásico absoluto». Con la única excepción de Consequence of Sound, que con un 67 sobre 100 («Dylan podría haber editado algo aquí, seguro, pero sería incluso mejor si desatara a su banda», dice su texto) es la nota más rácana otorgada al disco de momento, Metacritic confirma la gran acogida de la crítica. Con una media ponderada de 13 reseñas, obtiene un 97/100 de puntuación… a un sólo punto del disco más valorado del año, que no es otro que ‘Fetch the Bolt Cutters‘ de su ahora colaboradora, Apple.
Si atendemos a esta web, la reacción del público puede no parecer tan entusiasta. Sorprendentemente, la respuesta parecía muy tibia cuando empezaba a escribir el artículo, rondando el 6,8. No parece una referencia muy fiable, por la sencilla razón que, hasta hace pocas horas, no todo el mundo había podido escucharlo. Y de hecho, a medida que escribo estas palabras, la nota está subiendo por minutos, alcanzando ya un 7,8. Si acudimos a Twitter, varioscomentarios lo califican también de obra maestra, y acudiendo a foros de rock las loas son incluso más entusiastas.
Si acudimos a las páginas de usuarios de Azkena Rock Festival, leemos «discazo», «maravillas de disco», «es Dios», «sacada de chorra estratosférica»… Y, si vamos al espacio del disco en Music Corner, los foros de la web de expertos en grabación y producción Steve Hoffman, el tamaño de los calificativos no es menor. Si bien algunos de sus comentaristas ponen la celebración en remojo. Uno de los más beligerantes asegura que es pura «excitación del comprador», simplemente por «querer sentirse parte de algo, así que decir que los álbumes son geniales les hace sentir mejor». Otro, más razonable, recuerda que los comentarios tras publicarse ‘Tempest‘ eran igual de exacerbados, y hoy ya se habla de ‘Rough and Rowdy Ways’ como de «su mejor disco desde» [pon aquí el título de un disco de hace al menos 15 años]. O, como resume muy bien otro forero, «el nivel de hipérbole de este hilo me deja la cabeza dando vueltas».
Carlos Ruiz Zafón ha muerto este viernes en su residencia de Los Ángeles a los 55 años de edad, ha confirmado la página de Facebook oficial del escritor y también su editorial, Planeta. El autor sufría un cáncer desde hacía varios años.
En su comunicado, Planeta ha expresado que “hoy es un día muy triste para todo el equipo de Planeta que le conoció y trabajó con él durante veinte años, en los que se ha forjado una amistad que trasciende lo profesional”. La editorial ha recordado a Zafón como “uno de los mejores novelistas contemporáneos”.
Barcelonés de nacimiento, aunque residía en Los Ángeles con su familia desde principios de los años 90, Zafón fue uno de los escritores españoles más reconocidos internacionalmente desde la publicación, en 2001, de su novela ‘La sombra del viento’, un superventas global traducido a 36 idiomas y del que se despachan 15 millones de ejemplares. Novela multipremiada, ‘La sombra del viento’ es la primera parte de la exitosa tetralogía ‘El cementerio de los libros olvidados’ compuesta también por ‘El juego del ángel’, ‘El prisionero del cielo’ y ‘El laberinto de los espíritus’. Antes, el escritor se dio a conocer con la ‘Trilogía de la niebla’, compuesta por ‘El príncipe de la niebla’, ‘El palacio de medianoche’ y ‘Las luces de septiembre’, y con otras novelas como ‘Marina’, la cual llega a considerar la más «personal» de su carrera.
Natalia Lacunza se ha pasado por el plató de La Resistencia para promocionar ‘en casa’, un nuevo EP que sale hoy viernes y en el que interpreta en formato acústico cuatro de las canciones que componen su último EP, ‘ep2‘, sobre el que charlábamos largo y tendido con la artista pamplonesa hace unos meses, muy poco antes de que se anunciara el estado de alarma. La artista aprovecha también para promocionar el lanzamiento de un doble single en formato vinilo que sale el sábado, y que incluye los temas ‘olvidate de mí’ y ‘algo duele más’.
En su charla con Broncano, Lacunza habla sobre su fracasado paso por La Voz antes de entrar en Operación Triunfo; David Bisbal, una de las personas de la industria que mejor le caen, y del que recuerda su mítica versión del himno de España con guiño incluido; o sobre drogas psicodélicas, alguna de las cuales siente curiosidad por probar en un futuro. Ninguna de ellas incluye la actividad de «chupar sapos», el tema favorito de Broncano en estos momentos después de la noticia sobre Nacho Vidal que todos conocemos.
La entrevista termina con una conversación de besugos entre Lacunza y Broncano sobre la portada de ‘en casa’, que se compone de la captura de un correo electrónico que incluye una imagen de la cantante, y sobre insectos.
Hoy 19 de junio es el día que Estados Unidos conmemora el fin de la esclavitud en Texas con una festividad llamada «Juneteenth» (un neologismo que combina las palabras «june» y «nineteenth») que es celebrada de manera no oficial en todo el país, ya que no es una festividad nacional (solo es oficial el mencionado estado). Con motivo de esta celebración, multitud de artistas afroamericanos publican hoy nuevos trabajos, y la playlist New Music Friday de Spotify ocupa todo su espacio hoy con los nuevos lanzamientos de Teyana Taylor, Black Eyed Peas, H.E.R, Alicia Keys, Swae Lee, Noname y un largo etcétera.
Algunas de estas canciones ven la luz como apoyo o respuesta al levantamiento antirracista surgido en las calles de Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd y otros ciudadanos afroamericanos a manos de la policía blanca, y la destacada en primerísimo plano por la mencionada playlist de Spotify se titula ‘I Can’t Breathe’, como las últimas palabras expresadas por Floyd antes de morir.
H.E.R. firma este escalofriante medio tiempo que concluye con un discurso reivindicativo contra el racismo. La primera parte expresa las mismas preocupaciones que tantos artistas han han plasmado en sus letras en tiempos recientes: «no tenemos los mismos derechos, ¿qué es una pistola para un hombre que se rinde? ¿cuándo se atreverá alguien a defenderla?» o «¿por qué juzgamos a la gente en base a su color de piel? El sistema está hecho para convertirnos en enemigos». En la segunda encontramos ese discurso que no deja títere con cabeza al mencionar el «genocidio» americano, la manipulación de los medios, las manifestaciones pacíficas interrumpidas por la violencia policial o los microrracismos. Tras H.E.R., un arreglo de cuerdas y unos coros ambientan la canción para poner los pelos de punta: «no digas que no ves el color; cuando nos ves, nos ves: no puedo respirar».
Aunque en el último momento se haya caído de la lista de novedades de esta semana el esperado nuevo disco de Jessie Ware, la playlist Ready for the Weekend reverdece tras semanas previas relativamente flojas con varios álbumes muy interesantes e incluso importantes comercialmente: los discos de Bob Dylan, Teyana Taylor, John Legend, Phoebe Bridgers, Jason Mraz, Black Eyed Peas, Darkstar, la revelación francesa Hervé, Baauer, NSG o Braids, en el panorama internacional, y los de Chucho, Carlos Sadness, Cómo Vivir En El Campo, Víctor Herrero y los EPs de Betacam las promesas/realidades Menta y Kimberley Tell, en el nacional.
Al margen de estos discos, hay un porrón de singles que se suman a los presentados a lo largo de la semana por parte de Paula Cendejas, C. Tangana & Alizzz, Doves, The Fiery Furnaces, Arca, The Killers, Joe Crepúsculo & Tomasito, IDLES o La Trinidad. Mónica Naranjo, Delaporte & Putochinomaricón, Toro y Moi, Ashnikko & Grimes, Annie (con esa producción de Stefan de The Sound of Arrows de la que nos habló hace más de dos años), Stay Homas, Lolo Zouaï, Everything Everything, Ladilla Rusa, Cayucas, Soledad Vélez, Shinova, dani, DMA’s, Dream Wife, Polo & Pan, Fryars & Rae Morris, la italiana Tosca y Sílvia Pérez Cruz, Tyga, Ozuna, Asha (co-autora de ‘Ya no quiero ná’ y ‘Booty’, que se lanza como solista), 107 Faunos, El Kanka, Abraham Mateo & Becky G o dos temas que se postulan como canción del verano 2020 –’Estoy soltera’ de Leslie Shaw, Thalía y Farina, por un lado, y ‘Bésame’ de Play-N-Skillz, Daddy Yankee y Zion & Lennox, por otro– amplían nuestra lista.
Es importante remarcar cómo este viernes coincide con el llamado Juneteenth, que conmemora la abolición de la esclavitud en el estado de Texas en 1865. En plena ola de protestas por el racismo sistémico en Estados Unidos, muchos artistas de color han publicado hoy singles por este motivo, con trasfondo reivindicativo: Public Enemy, Alicia Keys, H.E.R., Anderson. Paak o Tom Morello, entre otros muchos, han participado así de este día. Además, la canción de J. Cole que respondía al menosprecio público de la rapera Noname ha tenido respuesta por parte de esta.
Hay, también, varios remixes jugosos: el de Mark Ronson para Angel Olsen, el de Jon Hopkins para Flume & Toro y Moi, el de Avalon Emerson para Robyn… También destacan la nueva versión de ‘Toop Toop’ por parte de Cat Power y -M- en homenaje a Philippe Zdar, o el EP que adapta a formato acústico el último lanzamiento de Natalia Lacunza. Nos llama también la atención un inédito de Aretha Franklin, un recopilatorio que publica en su propio sello la productora Nina Kraviz, y que incluye una divertidísima ‘Como Nina (me gusta el techno como a Nina Kraviz)’ por parte del dúo levantino Crush Converters. Y no podemos olvidarnos del lanzamiento de ‘Homecoming’, el disco que grabó Neil Young hace 45 años y que nunca, hasta hoy, había visto la luz.
Black Eyed Peas publican hoy su nuevo disco, ‘Translation‘, en el que han buscado sumarse a la popularidad de la música latina colaborando con gente como J Balvin en el macrohit ‘RITMO’, con Ozuna en ‘MAMACITA’ o con otros artistas como Maluma , Nicky Jam , Becky G o Piso 21. Algunos de los títulos que encontramos en el disco son ‘VIDA LOCA’, ‘NO MAÑANA’ o ‘TODO BUENO’.
Había especial curiosidad por escuchar qué han hecho Black Eyed Peas con Shakira, ya que los primeros están en racha después de una temporada en segundo plano y la segunda suele petarlo hasta con cosas como ‘Me gusta‘ con Anuel AA. Su tema conjunto es ‘Girl Like Me’ y es una especie de champeta modernizada con ecos de la música dancehall jamaicana, en la que Shakira se anima a cantar el estribillo en un registro agudo medio irritante que puede enganchar u horrorizar dependiendo de a quién preguntes.
El «spanglish» campa a sus anchas en ‘Translation’ y ‘Girl Like Me’ incluye frases en este idioma híbrido típicas de will.I.am. como «esa latina está rica», «I need a bien bonita, elegante señorita» o «me gustan las dominicanas, las boricuas y las colombianas», en un posible guiño a ‘I Like It’ de Cardi B, J Balvin y Bad Bunny. También aparece en la letra una mención a Selena Quintanilla. ¿Hit? ¿Engendro? ¿Ambas cosas? Juzguen ustedes mismos…
Doves fueron uno de los grupos más conocidos de lo que podemos llamar post-BritPop. Coldplay fueron los grandes supervivientes de una generación en la que también podríamos meter a Travis y Embrace. Doves y Elbow apostaban por un sonido algo más abstracto; los primeros llegaron antes, pero los segundos se llevaron un Mercury a casa y duraron más.
Si has seguido escuchando ‘Lost Souls’ y ‘The Last Broadcast’, que fueron platino en Reino Unido gracias a sencillos como ‘Catch the Sun’, ‘Pounding’ y ‘There Goes the Fear’, estás de enhorabuena, pues el grupo está de regreso por primera vez en 10 años. Ellos han escrito en Facebook que hoy sacan su primer tema en 11 años, pero en realidad, hace 10. Y es que si su último disco databa de 2009, no hay que olvidar que en 2010 sacaron un recopilatorio con tema inédito. Un single llamado ‘Andalucia’ de vídeo gitano, tras el cual desaparecieron de la faz.
El nuevo single se llama ‘Carousels’, es muy fiel a su estilo, y contiene un guiño en la batería a Tony Allen que procede de mucho antes de su muerte pues, como han contado al NME, la maqueta se hizo en 2017. Hay nuevo largo en camino, si bien de momento no se han dado a conocer los detalles.
El nombre de Paula Cendejas puede sonarte porque la artista madrileña ha compartido varios pequeños éxitos con Jesse Báez (‘Tu cama’) o ‘Sal de mi cabeza’ y ‘Ya te avisé’.
Todos estos temas fueron producidos por Alizzz, escudero de muchos de los pasos de C. Tangana, y ahora este se une en el que puede ser otro punto de inflexión para Cendejas. Se trata de un tema llamado ‘Cómo habla una mujer’ en el que ambos discuten sus problemas de comunicación. Ella, con toda la sensualidad del R&B, referencia al lenguaje corporal («La forma de hablar de mi piel / Lo que digo callada con cada mirada»). Él, en cambio, parece no enterarse de nada: “Estoy harto de interpretar lo que te pasa / Y yo no soy adivino / Si pienso que no, «no» es lo que te digo) / No sé por qué tú te armas tanto lío”.
A nadie que haya escuchado la versión de ‘Sabor a mí’ de la artista sorprenderá la inspiración clásica de este tema, influido directamente por ‘Noche no te vayas’ de Los Tres Caballeros. Indica Paula en la nota de prensa: “Compusimos esta canción el verano del 2019, Tangana, Alizzz y yo después de compartir muchas referencias musicales y grupos que nos inspiraban. Cuando escuchamos el bolero de Los Tres Caballeros, supimos que teníamos que incluirlo en nuestra canción”.
A la espera de que el «lyric video» se estrene esta noche, de momento el tema se puede oír en tu plataforma de streaming favorita.
Eurovisión acaba de abrir un melón que puede cambiar tanto el curso del festival como la eliminación de la orquesta y toda música en directo. «Debido al coronavirus» y ante la posibilidad de nuevos rebrotes, para curarse en salud, el festival aceptará que se puedan llevar coros pregrabados. El certamen está buscando fórmulas que aseguren la celebración del festival tras haber tenido que aplazar un año la edición de 2020.
Según informa Vertele, «la idea detrás de este cambio es permitir a las cadenas la posibilidad de explorar nuevas ideas creativas, viajar con una delegación más pequeña y reducir la carga técnica que ha de asumir el país anfitrión», según palabras del supervisor ejecutivo Martin Österdahl. En principio, tiene cierto sentido, aunque el peligro viene cuando se abre la opción de que esta norma sobreviva al coronavirus, pues se habla de los beneficios de que «los compositores y productores presenten un trabajo lo más cercano a la composición original, y sobre todo, asegura que el festival avance con el tiempo». La medida se probará durante un año y podría implantarse de manera permanente en el futuro.
Ese «avance con el tiempo» puede funcionar de manera positiva en varias vías: si los coros en directo van a ser como los que llevó Beth en ‘Dime’, es mejor que sean pregrabados del propio artista. En segundo lugar, se abren posibilidades artísticas para cierto tipo de canciones, y quizá existan algunos artistas que se anoten un tanto echando imaginación a la nueva medida. Por otro lado, parece algo desafortunada la explicación de que lo que se presente sea «lo más cercano a la composición original», pues para eso que sea todo playback; y a su vez, da un poco de miedo que «el festival avance con el tiempo» tanto que se convierta en uno de esos conciertos actuales de música pop en los que ya nadie sabe quién está cantando y quién no.