“Serás afortunado si no deja de doler”, advertía Zahara en ‘El lugar donde viene a morir el amor’. ¿Recordáis vuestra primera ruptura? ¿Y la segunda? ¿Y la que no fue primera pero casi-que-sí por la intensidad? Hay muchas formas de sentir ese dolor, igual que hay muchos tipos de rupturas; a veces no se sabe si hace más daño cuando has estado ciego/a y te han humillado, o si es más doloroso cuando os queréis y respetáis pero sabéis que no tiene sentido. O quizás los estamos usando erróneamente como sinónimos, y el primer caso hace daño mientras el segundo es doloroso. De cualquier manera, lo que está claro es que no hay una sola forma de sentirse destrozado. Pero hay algo común, y tiene que ver con la música que escuchamos cuando estamos en ese punto: no vamos a irnos a ‘It’s Oh So Quiet’ sino a ‘Black Lake’; no a ‘Los chicos hoy saltarán a la pista’ sino a ‘Como un fan’; ni de coña a ‘disco tits’ sino a ‘hey you got drugs?’; no a… lo vais pillando, ¿no? ¿Es esto un comportamiento autodestructivo? Puede, pero también empatía y necesidad de sentirse comprendido. Porque en un momento así también nos ayuda más ese amigo que nos dice claramente “estás jodidísimo y lo sé porque también lo estoy/lo he estado” que las frases optimistas (o, Dios no lo quiera, los “no te ralles”) de otro. Con esas canciones, con esos amigos y, en definitiva, con esa compañía sentimos más nuestra soledad pero a la vez nos sentimos menos solos. Por muy absurdo que suene. Fotos: Marina Ruiz.
Y es que muchas veces no se puede cambiar el sentirse como una mierda, pero sí se puede compartir, y sí podemos sentirnos comprendidos al compartirlo. La propia Zahara avisaba este sábado poco después de empezar su concierto: “espero que lo paséis muy bien… que en este caso es muy mal. Pero si lo pasamos mal todos a la vez, quizás no lo pasemos tan mal”. Esa medicina/magia/whatever se dio en el Cartuja Center de Sevilla, segunda parada de una minigira de teatros llamada extraoficialmente “Tour Bajona”: ella misma la bautizó así al adelantarnos la idea cuando, precisamente en la capital andaluza, presentaba su ‘Teoría de los Cuerpos‘ en una pequeña librería. La noche se antojaba única desde que apareció entre el público cantando ‘La Gracia’ solo con la guitarra, y sin necesidad de micro ante el absoluto silencio que se hizo en el auditorio, y que la acompañó hasta que llegó al escenario y dio paso a ‘Frágiles’. Porque uno de los aspectos a destacar del recital es el paseo que supone por las historias y experiencias que ha ido compartiendo con sus oyentes: desde ‘Olor a mandarinas’ hasta los singles de ‘Astronauta‘ (y no-singles: la fuerza de ‘El diluvio universal’ y la delicadeza de ‘El astronauta’ no decepcionaron, como tampoco la interpretación junto a Miguel Rivera de ‘Big Bang’), pasando por temas muy queridos pero poco presentados en conciertos, como el mencionado ‘Frágiles’ o ‘El caso de emergencia’, cuando no directamente rarezas como ‘Pregúntale al polvo’.
Pero también fue especial la forma de mezclar los momentos más cortavenas (‘Del invierno’, ‘El frío’, ‘El lugar donde viene a morir el amor’, ‘General Sherman’) con sorpresas como la desatadísima versión electropop de ‘Rey de Reyes’, la actualización con dejes de Massive Attack de ‘Photofinish’, o la forma de darle la vuelta a ‘Hoy la bestia cena en casa’. Había dudas sobre si “Bestia” encajaba aquí, pero duda resuelta con su versión desnuda: más canción protesta que nunca, y más rabia en su voz que nunca con ese “tan rastrero, tan cabrón (!) y tan seguro”, parece que la situación política puede darnos igual o más bajona que los desengaños. Por pedir, quizás ‘Adiós’, ‘El universo’ y, sobre todo, la excelente ‘Int.noche’ habrían encajado muy bien. Pero son solo sugerencias en un setlist lleno de aciertos, como la versión de ‘Soy un aeropuerto’ de Mucho (la canción más escuchada por la jiennense en Spotify en 2019) que se marca en el piano, primero sola, y más tarde junto al propio Martí: ¡necesitamos ese dueto en estudio, por favor!
Me resultó curioso que uno de los momentos donde más me emocionase fuese éste (¡al fin y al cabo era una cover!), pero más curioso fue salir luego y escuchar cómo cada uno había hecho “crac” con un tema distinto. Al final, comentaba con un amigo al salir, lo que ocurría es que se había creado tal atmósfera (una catarsis colectiva que ni los gritos de ‘Midsommar‘) que los sentimientos de la artista y de los asistentes se mezclaban y sobrevolaban los asientos -tanto como los kleenex y los sollozos que se escuchaban entre canción y canción-. Incluso la propia Zahara, al borde de las lágrimas en ‘Con las ganas’, se pasó gran parte del concierto emocionada, como pudimos comprobar por la (casi) ausencia de sus tradicionales monólogos desestructurados y cargados de humor. Lo que consiguió hacer la autora de ‘Santa’ con las más de dos mil personas (más fans y menos fans) congregadas allí es una magia que no está al alcance de muchos artistas, ni mucho menos de forma continua durante dos horas.
La propuesta de Zahara con este tour en este momento de su carrera y de su vida fue, pues, no solo una gran idea en la teoría, sino también en la práctica, resultando en uno de sus mejores directos. Si no el mejor. Y gran parte de la culpa está en esa magia que hemos mencionado, y que tomaba muchas formas: fue mágico que ninguno de los allí presentes conservase los ojos libres de humedecerse al terminar el show (yo ni estando sentimentalmente en el mejor momento de mi vida conseguí ser inmune). Fue mágica la experiencia colectiva en la que tantas personas compartieron en directo temas a los que suelen acudir en momentos amargos, y que esta vez se hicieron menos amargos. Fue mágica su sorpresa cuando no lloraron al escuchar por fin en vivo ese “no hay manta, café, no hay nada ardiendo”: quizás se hicieron menos amargos al estar en compañía, quizás ya tienen otro significado. Quizás se trata de eso, de resignificar canciones y resignificar momentos. Al igual que yo, cada uno de los asistentes tendría su historia con esas canciones -y por supuesto la propia artista, que lo terapéutico tiene su punto bidireccional-. Tanto nosotros como Zahara somos, supongo, afortunados de que no nos deje de doler. Porque significa que seguimos siendo capaces de sentir. 9.






2020 será el año en que varios artistas de peso regresen tras años de espera. Adele, Tame Impala, Rihanna, Fiona Apple, Lady Gaga y 
U.S. Girls es una de las primeras artistas del año en anunciar nuevo disco. ‘Heavy Light’, su nuevo trabajo, sale a la venta el 6 de marzo a través de 4AD y ha sido grabado en directo con una banda de 20 músicos «de sesión» entre los que se encuentra Jake Clemons, saxofonista de la E Street Band, la conocida banda de Bruce Springsteen.
Este mediodía se han desvelado las nominaciones a los premios Oscar, que se entregarán el próximo 9 de febrero. Y como de costumbre, son muy parecidas a 
Kendrick Lamar es probablemente el artista de música popular más prestigioso del momento. Al margen de las ventas, tres de sus cuatro álbumes oficiales, ‘
Ya ‘
Dua Lipa se mantiene como lo más votado de JENESAISPOP con 
Han vuelto. Han vuelto los lunes con unas ojeras que dibujan en nuestra cara la palabra «culpable». Culpable de haber dormido cinco horas y, peor, de haberlo hecho para ver una gala 0 de 
Entre 
A tres semanas de actuar en el intermedio de la Super Bowl junto a Jennifer Lopez, Shakira estrena un single ideado para conquistar las listas de éxitos. Se trata de ‘Me gusta’, un dúo con el intérprete de algunos de los mayores hits del mundo latino durante el último par de años, Anuel AA. El artista portorriqueño, que estaba detrás de canciones de streamings tan sumamente millonarios como ‘Secreto’, ‘Amanece’, ‘Verte ir’, ‘Adicto’ con Ozuna y también la colaborativa ‘China’, pondrá algo más que un grano de arena para que ‘Me gusta’ pite.
A finales de la pasada semana se fallaba la votación de 
Esta noche regresa a La 1 de TVE, tras

La casualidad ha querido que, este año, dos artistas asturianos hayan publicado sendas canciones dedicadas a 
Dua Lipa sigue arrasando con ‘Don’t Start Now’, lo cual no es ninguna sorpresa. Cuando la canción salió el pasado noviembre, la identificamos al momento como una de las 
Desde su estreno en Cannes, donde se llevó la Palma de Oro, no ha parado de ganar premios (el último, el Globo de Oro), vender entradas (va camino de convertirse en la tercera película de habla no inglesa más taquillera de la historia tras ‘La vida es bella’ y ‘Tigre y Dragón’) y recibir elogios (rara es la lista del año donde no salga). Nosotros no vamos a ser una excepción. ‘Parásitos’ es la mejor película estrenada en 2019. ¿Cómo describirla? ¿Es una comedia de enredos para toda la familia? A nadie en su sano juicio se le ocurriría decir eso tras verla, pero es cierto que, por momentos, podría decirse que lo es. ¿Es una comedia negra? Se acerca más, pero no. ¿Es un drama? ¿Es un thriller? ¿Es una radiografía social? ¿Es terror? ¿Es sátira política? ¡¿Es un slasher?! La respuesta a todas estas preguntas es “sí” y “no” a la vez. No es que ‘Parásitos’ sea “una mezcla de géneros”, es que juega con ellos como si fuese el muñeco de Flubber, pero presentando no un ser deforme y viscoso, sino un perfecto puzzle. Uno de esos que dan envidia de lo bien hechos que están.
La mejor película de Tarantino en mucho tiempo también llegó directamente desde Cannes (menudo año ha tenido el festival). ‘Érase una vez en… Hollywood’ es una celebración del cine y de su cine; un viaje por el Hollywood de la época, en donde no faltan las largas escenas con diálogos ingeniosos y brillantes marca de la casa, pero también reside en ella una sensibilidad pocas veces contemplada en el cine de Tarantino, y que le sienta de maravilla. Es la primera película en la que está tan presente el amor que siente hacia sus personajes. El resultado es un auténtico disfrute de película que nos recuerda por qué es uno de los cineastas americanos más importantes en la cultura pop desde hace más de dos décadas. Esperemos que cambie de opinión y su carrera no termine con su –próxima– décima película.
‘Joker’ es uno de los grandes títulos de 2019, y lo es no solo por su calidad como película, sino por todo lo que significa. Por todas las cosas que puede significar, por todas las reacciones que va a despertar y por todo lo que es capaz de representar, sea o no intencionado. Y, por supuesto, por el duelo interpretativo entre Joaquin Phoenix y Robert de Niro, que nos da una de las mejores secuencias del año. Es una cinta que hay que ver, aunque luego te encante o te horrorice. Pero también avisamos: se ve venir de lejos que es esa película con la que sus mayores defensores, o parte de ellos (“not all men”) va a ser insufrible. Y vais a escuchar eso de “si no te gusta, es que no la has entendido”. Aunque les reconozco que aquí tiene sentido. You wouldn’t get it.
La mejor película de Netlix de 2019 es también el mejor trabajo en la carrera de Noah Baumbach. El director se apoya en su excelente reparto, donde no sólo brillan Driver y Johansson, sino también todos los secundarios, especialmente una grandiosa Laura Dern que además cuenta con uno de los mejores momentos de la película: un hilarante monólogo sobre la Virgen María. Sus más de dos horas transcurren con ligereza pese a su intensidad; es una obra hecha en estado de gracia, de esas en la que todo fluye, de las que camuflan su complejidad con simpleza. ‘Historia de un matrimonio’ no es una historia sobre el desamor. Es una historia de amor entre dos personas que ya no quieren estar juntas: de lo que fue y de lo que queda. Su final, tan agridulce como lleno de ternura, supone el broche perfecto a dos personajes que perdurarán en la memoria cinéfila.
El tercer largometraje de Oliver Laxe, un drama intimista ambientado en la Galicia rural sobre un hombre que sale de la cárcel tras cumplir condena por haber incendiado el bosque cercano a su aldea, confirma al director gallego como un cineasta imprescindible en el cine español. La película es una muestra excelente de slow cinema –un término que algunos teóricos han utilizado para referirse a cierto cine de planos largos y tramas mínimas–, un filme que se apoya casi al completo en lo meramente visual logrando crear imágenes que trascienden mucho más allá de lo estético. En Cannes le han programado (y premiado) las tres veces en secciones paralelas. Su salto a la sección oficial de este o cualquier festival de renombre debería llegar a la próxima, pues con su escueta filmografía ya ha dejado evidencia de sobra de su tremendo talento.
Entre la masturbación que abre la película y la que la cierra, Lanthimos narra la historia de un triángulo sentimental formado por dos consejeras reales, las “favoritas” de la reina (estupendas Rachel Weisz y Emma Stone), que se disputan con uñas y dientes el favor de la monarca británica (fabulosa Olivia Colman). El resultado de esta pelea es una irresistible tragicomedia sobre los rituales de sumisión y dominación, filmada por medio de recursos estilísticos sorprendentes –lentes deformadas, grandes angulares–, la inclusión de música y bailes anacrónicos, y la utilización de (viperinos) diálogos llenos de modismos actuales (“fuck, fuck, fuck”). A través de esta mirada contemporánea, el director retuerce los rígidos códigos genéricos del cine histórico para crear una obra que deforma el pasado para dialogar con el presente.
‘Ad Astra’ puede entenderse como una especie de mosaico en el que su autor explora con minuciosidad cada detalle de un guion ambiciosísimo a niveles temáticos; fiel a sus tiempos y sin intención de ser un mero pasatiempo para un espectador pasivo. Es una obra exigente y difícil pero en la que, a menudo, es sencillo perderse gracias a una dirección sobresaliente que saca el máximo partido posible al impresionante apartado visual –la fotografía de Hoyte Van Hoytema merece, como mínimo, una nominación al Oscar–, y también al sonoro, con un uso modélico de la preciosa partitura de Max Richter. Por otro lado, Brad Pitt, en una interpretación muy contenida, pocas veces ha estado tan expresivo. En sus ojos están la esperanza y la desesperanza del mundo cada vez más deshumanizado en el que vive su personaje.
Una de las mayores sensaciones de la sección oficial de Cannes de este año fue la última película de la interesante directora francesa Céline Sciamma, quien acabó llevándose el premio al mejor guion. Con ella, aporta un nuevo capítulo en su ecléctica obra siempre interesada en explorar la feminidad desde distintos puntos de vista. El agradable viaje amoroso y el juego de espejos y miradas que propone Sciamma con su visionado, compensa las deficiencias que pueda tener. Por aquí preferimos los diamantes en bruto y con todas sus asperezas como lo era ‘
Con apenas dos películas, Aster ha logrado crear un estilo claramente identificable, tratando temas que parecen obsesionarle como lo son la familia como entidad vulnerable y la pérdida de seres queridos desde una perspectiva cruda y siniestra. Esta nueva obra se distancia en muchos aspectos de la oscura ‘
Es prácticamente imposible decir algo malo de ‘El irlandés’. Es sin lugar a dudas la obra de un maestro. Técnicamente es espectacular. Scorsese dirige con una precisión y un dominio de los espacios y de los tempos narrativos admirables. Lleva años haciéndolo, y en esta ocasión cuenta con un guion muy potente (y denso: lleno de detalles y subtramas sobre la mafia en las que es fácil perderse). Y en el aspecto visual la cuidadísima fotografía de Rodrigo Prieto destaca –tanto en digital como en 35mm– retratando las texturas de ese mundo turbio en el que se mueven sus personajes. Todo resulta épico y clásico. Y eso que la película no escatima en utilizar recursos narrativos postmodernos. Lo más interesante es la visión crepuscular de su autor expuesta en sus últimos minutos, donde realmente se ve la reflexión que busca y la profundidad de la película.
‘Nación salvaje’ está llena de ira y de odio, y quizá por eso, es una de las radiografías más certeras sobre nuestra sociedad que se han visto en tiempo. Es una cinta que narra desde la perspectiva de una generación que se ha criado con las redes sociales. Y plasma de maravilla ese contraste que se genera entre lo positivo que es tener toda la información a tu alcance, que deriva en una mayor conciencia de movimientos como el feminismo, en ser más tolerantes con lo diferente o en tuitear sin pensarse dos veces que “los hombres que no comen coño hoy en día son unos sociópatas”; y el riesgo que conlleva estar expuesto continuamente, que tus datos lleguen a la persona equivocada o lo peligroso que es que las fotos que ves de cuerpos “perfectos” en Instagram sean tu modelo a seguir. Una de esas películas que generarán amores y odios a partes iguales, pero desde aquí reivindicamos esta caza de brujas contemporánea como una de esas experiencias cinematográficas que, por única, merece la pena vivir.
‘Sauvage’ fue una de las revelaciones del año pasado en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes (de hecho, este año el poster de esta sección era una fotografía de su protagonista) y, quizá, uno de los debuts franceses más interesantes de los últimos años. La ópera prima de Camille Vidal-Naquet se adentra en el mundo de la prostitución masculina a través de la piel de Léo, un chico de veintidós años que se gana la vida vendiendo su cuerpo en las calles. La cámara se mueve nerviosa en las escenas en exteriores, como en un intento de arrojar al espectador a la extrema realidad de su antihéroe, del que no se despega ni un segundo. Hay una sensación de inmediatez en la manera en la que está rodada que favorece a ofrecer esa crónica descarnada de la prostitución callejera que quiere ser, y que recuerda al arrebato con el que filmaba el primer Gus Van Sant.
Lars von Trier consigue muchas cosas con esta historia de un asesino en serie contada en primera persona. A estas alturas muchas de ellas no haría falta mencionarlas en una reseña si se conoce bien su trayectoria, como la capacidad para conseguir que 100 personas se piren en mitad de la película en Cannes… pero aquí llegan a su punto máximo. Está claro que una película de von Trier no es precisamente la que llevarías a alguien a ver en una primera cita (o sí), pero las bestialidades de ‘La casa de Jack’ llegan a superar a las de ‘Anticristo’ –y si no lo hacen será solo por unas proporciones de humor negro ausentes en aquella–, y desde luego el horror y el mal cuerpo alcanza con cierta escena, el “Tercer Incidente”, el nivel del final de ‘Bailar en la oscuridad’. Solo que en el film de Björk aquello era al final, y aquí dicha escena se ubica hacia la mitad del metraje, de forma que el perverso danés juega un rato más con las mentes de sus espectadores.
Muchas críticas describen ‘La hija de un ladrón’ como “una historia de superación”, pero NO es una historia de superación; en todo caso, es la historia de alguien que se ve superada. Sara se ve superada por las circunstancias, y se ve superada porque toda su vida en sí sean las circunstancias. El “nadie va a quitarme esta pena” que canta
Cuando todo parecía indicar que Honoré se iba a convertir en algo así como el Julio Medem del cine francés, el año pasado regresó al festival de Cannes por la puerta grande. ‘Vivir deprisa, amar despacio’, cursilona traducción del original ‘Plaire, aimer et courir vite’ (cuyo título internacional es ‘Sorry Angel’, como la canción de Gainsbourg), compitió en la sección oficial. La película, ambientada en los primeros noventa, sigue la estela de títulos recientes como ‘Theo y Hugo: París 5:59’ (2015) o ‘
Joaquin Phoenix no solo ha realizado una interpretación de Oscar en un filme estrenado en 2019, sino dos. La otra es la de Charlie Sisters, uno de los dos hermanos (el otro, John C. Reilly, también está de Oscar) que protagonizan esta fabulosa adaptación de la también excelente novela de Patrick deWitt (publicada en Anagrama). ‘Los hermanos Sisters’, primera película dirigida en inglés por el francés Jacques Audiard (‘
Higinio y Rosa son un matrimonio de un pueblo andaluz cuya relación, como las de tantas otras parejas, se rompió por la Guerra Civil. Solo que, en este caso, el motivo no es que ejecuten o hagan prisionero a uno de los dos… o, en cierto modo, sí: uno de los dos se convierte en prisionero en su propia casa. Los directores debieron pensar en todo el potencial que escondían las historias de los llamados “topos” de la posguerra de cara a su nuevo proyecto tras los éxitos con ‘
‘¿Podrás perdonarme algún día?’ continúa esa tradición tan estadounidense de los retratos de perdedores. El personaje que interpreta McCarthy no estaría muy lejos de otros fracasados célebres como el Ray Milland de ‘Días sin huella’, el Stacy Keach de ‘Fat City, ciudad dorada’ o el Nicolas Cage de ‘Leaving Las Vegas’. Aunque en este caso, la directora no se olvida de subrayar un importante matiz: Lee Israel era un mujer, y su amigo, el también nominado Richard E. Grant, un hombre homosexual en el Nueva York asolado por el sida de los noventa. La relación de amistad entre estos dos losers es la base dramática en la que se sustenta una estimulante trama delictiva que es presentada como una melancólica reflexión sobre la soledad, el miedo al fracaso y, en un giro de lo más revelador, como una versión esquinada del “sueño americano”. Ya lo dice la propia protagonista en el juicio: sus años como delincuente fueron los más felices y exitosos de su vida.
Madrid en agosto puede verse desde dos perspectivas: como un lugar difícil de soportar debido al calor que hace o como una manera distinta de disfrutar de la ciudad, sin tantas aglomeraciones de gente y a un ritmo menos acelerado que el de costumbre. La mirada de Jonás Trueba sin duda recae en la segunda opción. La película narra la vida de una treintañera madrileña buscándose a sí misma durante la primera quincena de este mes. La acompañamos durante todo el metraje mediante episodios en los que se reencontrará con antiguos amigos y amores frustrados, y también conocerá a nuevos que marcarán su verano. Jonás Trueba es fiel a su estilo y continúa haciendo un cine intrínsecamente madrileño, con diálogos tan intelectuales como elevados, pero esta vez deja la grata sensación de que detrás de todo esto hay un cineasta valioso al que tener en cuenta.
No tanta gente explora los caminos en común entre indie y rap, hasta el punto de que extrañaba un poco ver emerger una propuesta como recientemente en España la de los post-punk ANTIFAN presentando canción con C. Tangana. El británico Rat Boy, proyecto del joven Jordan Cardy, lleva 2 discos apostando por esta opción, arrimándose tan pronto a los Strokes (‘Sign On’) como a The Go! Team (‘Laidback’), y siempre sin abandonar su rapeado.
Esta tarde de sábado la industria discográfica británica ha anunciado las nominaciones a sus premios, los 
Tal y como confirmaron a última hora de ayer sus dos ex-compañeros de banda, Geddy Lee y Alex Lifeson, el que fuera batería de Rush durante décadas, Neil Peart, fallecía el día 7 de enero. Tenía 67 años y ha sido víctima de un cáncer cerebral contra el que llevaba batallando desde hace tres años y medio, según revela el texto de sus colegas. «Descansa en paz, hermano», termina su escueto texto en el que piden respeto a la privacidad de su familia. [Foto de la 
Si te preguntaste por qué narices esa canción que J Balvin publicaba el pasado noviembre se llamaba ‘Blanco’, la respuesta –más o menos– llegaba ayer con el lanzamiento de un nuevo single. Se titula ‘Morado’, sin que el color tenga, en principio, relación alguna con su letra, desvelándose que a lo largo de los próximos meses publicará una serie de singles llamada ‘Seeing Life in Colours’, quien sabe si con destino un nuevo álbum que suceda al gran ‘


Mark Gatiss y Steven Moffat han construido gran parte de su obra televisiva sobre los cimientos del pastiche posmoderno, recreando con ironía, espíritu lúdico y expresividad manierista clásicos de la literatura popular británica. Tras ‘Jekyll’ (Moffat, 2007), ‘Agatha Christie: Poirot’ (Gatiss, 2008) y la exitosa ‘
Terminada la Navidad es inevitable preguntarse qué discos de temporada han ido bien y cuáles han ido mal. Además de los álbumes recurrentes de Mariah Carey y Michael Bublé, hay que destacar en positivo el caso de Robbie Williams. Robbie quería hacer un disco navideño para competir precisamente con Bublé y aunque sin sus cifras millonarias y globales (¡¡¡’Christmas’ ha vendido 13 millones de copias!!!), lo cierto es que lo ha conseguido.
Kanye West sacaba disco por Navidad, como prometía, el 25 de diciembre, quizá demasiado tarde para que algo llamado ‘
Estrenamos sección donde recopilamos algunas primeras impresiones disponibles en internet sobre un lanzamiento destacado, en este caso ‘