El próximo 15 de febrero, Hidrogenesse ofrecerán un concierto especial en la sala Apolo de Barcelona. El objetivo de «No más caballitos poni» es recaudar fondos para la Protectora de Caballos ADE (Asociación Defensa Équidos), ubicada en Fonollosa, Barcelona, y que además de a caballos y ponis ayuda a burros, vacas, cerdos, ovejas o perros.
Como quizá da a entender el nombre del concierto, el dúo catalán compuesto por Genís Segarra y Carlos Ballesteros no presentará en él su último trabajo de estudio, el estupendo ‘Joterías bobas‘, sino aquel notable álbum que editó en 2007 titulado precisamente ‘Animalitos‘. Este LP de Hidrogenesse acogía algunos de sus himnos más emblemáticos, como ‘Caballitos y ponis’ o ‘Disfraz de tigre’, además de otros temas con títulos faunos como ‘Pajaritos y pajarracos’, ‘Los perezosos’ o ‘Fuig llop fuig llop fuig’ («huye lobo, huye lobo, huye»).
El concierto benéfico contará además con la actuación de la cantante portuguesa Maria Reis, mitad del dúo Pega Monstro y quien, el pasado 15 de noviembre, editó su segundo disco en solitario, ‘Chove na Sala, Água nos Olhos’ a través del sello Cafetra Records. Las entradas para el concierto están disponibles a un precio de 12 euros (anticipada) y de 14 euros (taquilla). Las entradas «early bird» están agotadas.
El festival Cooltural empieza la semana sumando, de una sola tacada, 12 nuevos nombres al cartel de su próxima edición, que tendrá lugar en la ciudad de Almería del 20 al 23 de agosto, tras haber añadido un día más al programa habitual. León Benavente son uno de los grupos anunciados hoy, de hecho, tras haber abarrotado el Auditorio Maestro Padilla con la presentación de su último disco, ‘Vamos a volvernos locos’, uno de los mejores de 2019.
Junto a León Benavente, desde hoy forman parte de la programación del recinto principal de Cooltural Rayden, Antílopez, Dani Fernández, Volver, Bauer, Código Bushido, La La Love You y el grupo revelación Ginebras, mientras Veintiuno, Santero y Los Muchachos y Alis pasan a engrosar la programación del escenario Playa. Todos ellos se suman a Leiva, Amaral, 091, Coque Malla (que actuará en la jornada de bienvenida), Fuel Fandango, Xoel López, Novedades Carminha, Rufus T. Firefly, Ciudad Jara, Delaporte y Guitarricadelafuente, entre otros artistas ya anunciados.
La tercera edición de Cooltural Fest superará los 70 nombres en el cartel entre todos los participantes en los distintos escenarios, carpas y otras iniciativas que se desarrollarán durante el festival. La venta anticipada de abonos generales y ‘Be Cool’ siguen disponibles en la página web del festival, www.coolturalfest.com.
Tomavistas suma una decena de nombres a su cartel y desvela la distribución por días de su sexta edición, que tendrá lugar los días 21, 22 y 23 de mayo en el parque Enrique Tierno Galván. Entre los principales artistas confirmados se encuentra of Montreal, que acaba de editar su decimosexto (!) trabajo de estudio, el entretenido ‘UR FUN‘.
Otra de las artistas confirmadas en Tomavistas es Le Parody, con quien manteníamos una interesantísima charla recientemente sobre realizar giras por todo el mundo sin ser una superestrella. Los Punsetes, autores de uno de los mejores discos de 2019, también actuarán en el festival madrileño, así como Rolling Blackouts Coastal Fever, Dorian, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Airbag, Blanco Palamera, Axolotes Mexicanos y Mourn.
Las entradas de día para Tomavistas estarán disponibles desde el lunes 3 de febrero, pero el abono sigue disponible a un precio de 90 euros + gastos de gestión, en este caso hasta el mismo día 3. Así queda la distribución de artistas por días: Jueves 21: Dorian, El Columpio Asesino, Las Ligas Menores, Blanco Palamera. Viernes 22: Jarvis Cocker presents JARV IS…, Of Montreal, León Benavente, Allah-Las, Maika Makovski, Rolling Blackouts Coastal Fever, Austra, Mikal Cronin, Mujeres, Chaqueta de Chándal, Side Chick. Sábado 23: Suede, Novedades Carminha, Boy Pablo, Los Punsetes, Cate Le Bon, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Airbag, Biznaga, Sen Senra, Axolotes Mexicanos, Mourn, Le Parody.
Una vez cerrado el proceso de inscripción de artistas para los Premios MIN, la organización del evento procede a abrir el proceso de voto popular: desde hoy 27 de enero hasta el día 10 de febrero, el público -una vez logeado o registrado en premiosmin.com– podrá votar a sus artistas favoritos -un máximo de 5- en cada categoría a excepción de Mejor álbum, Mejor diseño y Premio de Honor Mario Pacheco, que queda en manos del jurado.
Y una vez cerrado el voto popular, los premios MIN reducirán el número de candidatos seleccionados a un total de 15 para cada categoría. Para revisar los datos de las candidaturas, escuchar los audios y ver las imágenes debes clicar sobre cualquiera de los nombres y moverte con las flechas a través de la galería de fichas. De momento os adelantamos que entre ellos se encuentran La Bien Querida, La Casa Azul, Novedades Carminha, Cariño, Kiko Veneno, Ferrán Palau, Sen Senra, La Prohibida, Rodrigo Cuevas, Muéveloreina, Viva Suecia, Joe Crepúsculo, Fuerza Nueva, Reykjavik606, Zahara, Cala Vento, Monterrosa, Kase O, Los Punsetes, Los Chikos del Maiz, Chaqueta de Chándal o Pimp Flaco.
La entrega de los premios, de los que JENESAISPOP vuelve a ser medio colaborador, tendrá lugar el próximo 11 de marzo en el Teatro Circo Price de Madrid. La pregunta (o una de ellas) este año es si habrá, durante la ceremonia, alguna referencia a los Premios Odeón, que han decepcionado en su estreno con una gala deficiente y, de entrada, una premisa surrealista centrada en premiar a las tres grandes multinacionales. La UFI respondía ya con un informe basado en datos de mercado que demuestran la riqueza del sector independiente.
‘All Mirrors’ es uno de los mejores discos del año pasado. Anoche en la sala Razzmatazz de Barcelona, Angel Olsen lo catapultó aún más arriba. Si la escucha en casa resulta extática, la traslación en directo fue imperial. Angel se acompañó de una banda poderosísima de mayoría femenina, en que brillaban una cellista y una violinista. La plasmación de todo el delirio musical del álbum fue perfecta. El sonido tuvo un volumen algo fuerte pero afortunadamente se escuchaban todos los instrumentos con claridad. Y, por encima de ellos, la voz de Olsen, haciendo todas las ondulaciones, subidas, bajadas, gritos y susurros de manera apabullante, sin aparente esfuerzo. [Fotos: Indi van Vega.]
El primer bloque, centrado exclusivamente en ‘All Mirrors’, se sucedió sin espacio entre canciones, que se unían mediante densos puentes instrumentales. Cinco temas seguidos cayeron sin respiro. No le hizo falta a Angel moverse del centro del escenario, su carisma se desparramaba a través de su voz, sin necesidad de realizar aspavientos físicos de más. Arrancó con ‘All Mirrors’ (la canción) iluminada en azul, contundente y apoteósica. Con ‘Impasse’ Angel nos regaló el primer delirio de muchos; escaladas imposibles y esos “don’t you know” explotándonos en la cara. En ‘Lark’ clavó su crescendo y su intensidad desatada y elegante, sus “dream on!” de locura, la batería aporreando y geniales las cuerdas dibujando las florituras del final. Cada tema era un despliegue de intensidad emocional hasta ‘Summer’. A partir de aquí, Angel se permitió relajarse un poquito y hablar entre canción y canción, aunque sin romper en ningún momento el ritmo del concierto, controlando a la perfección los tempos del melodrama .
Aunque el set list estuvo centrado principalmente en ‘All Mirrors’, las repescas de álbumes anteriores sonaron a gloria. ‘Sister’ pasó de la dulzura country a una segunda parte de absoluto extásis, con un quiebro emocionantísimo. Una maravilla que nos dejó sin aliento y nos arrancó una ovación cerrada y larguísima. Angel se dedicó a bromear con los músicos, quizás para suavizar la intensidad del momento. Alguien pidió ‘Shut Up Kiss Me’ y, coqueta, Angel respondió con un “maybe”. No se hizo mucho de rogar, por eso, y nos tocó su tema señero, coreado (y bailado) masivamente. Pero cuando nos pusimos a entonar los “ohhhh”, paró y nos dejó con dos palmos de narices, nos amonestó y la retomó, ¡pero de qué manera!
Era un auténtico placer comprobar cómo las canciones se doblegaban ante el poderío de Angel y su banda. Los momentos cumbres se sucedían; la deriva Fleetwood mac en la bonita Forgiven/Forgotten, también eclosionó en apoteosis western desatada. Angel Olsen nos trituraba, el silencio era reverencial. No se oía al público ni respirar. De hecho, la gente estaba tan callada (¡incluso entre las canciones!) que hasta la propia Angel nos lo recriminó antes de volver a endulzarnos y sacudirnos a continuación con ‘Windows’.
Angel dedicó un momento del tramo final a mostrarse muy agradecida por la recepción del disco. Pero cómo no hacerlo con maravillas como ‘Endgame’, solo con ella iluminada, el sonido de los teclados casi litúrgicos y su majestuosidad de madrugada. La banda marchó para dejar sola a Angel con su guitarra interpretando ‘Unfucktheworld’. Parecía que el concierto iba a cerrarse ahí, pero afortunadamente los músicos regresaron para poner el broche final con ‘Chance’, sus hechuras de balada rock de los 50 y con Angel demostrando que es ya una gran dama de la canción. Ochenta minutos de recital mágico y excesivo, pero en el buen sentido. Y, por encima de todo, la inmensa suerte de haber podido ver a una artista en la plenitud de su carrera. 9.
‘Manic‘ es desde hoy y hasta el próximo domingo nuestro Disco de la Semana. En su tercer largo, Halsey se recrea en un juego de identidades para ser más honesta que nunca en su carrera y revelarse como una gran compositora de canciones y una artista más poliédrica de lo que el pop contemporáneo de sus primeros discos dejaba ver –y que aquí sigue estando muy bien representado por singles como ‘Without Me’ y ‘Graveyard‘–. En este disco destacan tanto su habilidad para manejarse con soltura distintos géneros musicales y hacerlos suyos, como la inesperada honestidad de sus letras. Y uno de los momentos que destacan por aunar ambas cosas es ‘You Should Be Sad’.
Semanas atrás se estrenaba su imperdible vídeo, en el que Ashley Frangipane rendía homenaje a mujeres que, de una u otra manera, la han inspirado al escribir una canción abiertamente country pop como esta: Shania Twain, la Lady Gaga de la era ‘Joanne’, Carrie Underwood o Christina Aguilera –que, recordemos, hizo un papel en la serie ‘Nashville’– aparecen referenciadas en el clip. Para Halsey, «todas las más modestas y descorazonadoras canciones vienen del country», decía revelando que la escribió en el salón de su casa con una guitarra, emulando el espíritu de Nashville. Desde luego, la canción se presta al baile en línea, pero a la vez tiene una melodía elaborada y bonita. La producción de Greg Kurstin –que, de forma significativa, se encargó en el estudio de tocar cada uno de los instrumentos, incluidas esa lap-steel guitar de fondo y la distorsionada del solo– es exquisita en su forma de fundir en ella clasicismo y modernidad, salpicada tanto de autocoros como de ad-libs susurrados, propios del hip hop o el R&B.
Como decíamos, también se trata de una de las letras más crudas de ‘Manic’… y ya es decir. En esta en particular –y no es la única– acomete de manera muy directa su ruptura con el rapero G-Eazy tras el trato que le dio en su relación y varias infidelidades, a las que ya se refería en su número 1 en EEUU ‘Without Me’. Aquí desnuda las debilidades emocionales de su ex-pareja sin piedad. «Comenzaré esto diciendo / que desde el principio tuve buenas intenciones / Cogí un hombre roto con mis manos / y recompuse sus partes», canta en un verso, antes de sacar el látigo, inmisericorde: «Pero no eres ni la mitad de hombre que crees / y no podrás llenar ese agujero que tienes dentro con dinero, chicas y coches. / Me alegro muchísimo de no haber tenido un bebé contigo / porque eres incapaz de amar a nadie si no reporta algo para ti». Más claro y directo, imposible.
En reacción a esa situación personal crítica, Halsey ha sabido crear un momento musical brillante, que pese al tono melancólico de su melodía resulta luminoso y optimista, revirtiendo el dolor con su pose desafiante en ropa interior y sus bailes, que elevan su fortaleza ante ese hombre. Así lo muestra también en su primera interpretación en directo de este tema que ha hecho este sábado pasado en Saturday Night Live. Presentada por el actor Adam Driver, comenzaba simulando montar un toro, para luego hacer una muy solvente actuación vocal y coreográfica. En el mismo programa interpretaba –esta vez comenzando en solitario, guitarra acústica en mano, antes de que se le una toda la banda– también ‘Finally // beautiful stranger‘, una canción en la que detalla su esporádica (y fugaz) relación con otro artista, Yungblud. Halsey arranca la gira europea de presentación de ‘Manic’ en España de manera inminente: el 6 de febrero en el WiZink Center de Madrid, y el 7 de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Entradas disponibles aquí.
Este domingo, el jugador de baloncesto Kobe Bryant ha muerto en un accidente de helicóptero después que este se estrellara en una zona montañosa del suburbio de Calabasas, en Los Ángeles. Tenía 41 años. La estrella global de los Lakers, un icono absoluto de la NBA y del deporte en general, ha fallecido en el siniestro junto a otras ocho personas, entre ellas su hija de 13 años, Gianni.
La trágica noticia por supuesto ha conmocionado al mundo entero, también a numerosos artistas musicales que esa misma noche acudían a la ceremonia de entrega de los premios Grammy. La fiesta musical más importante del año se veía necesariamente ensombrecida por la tragedia, pues esta tenía lugar de hecho en el famoso Staples Center de Los Ángeles, donde Bryant jugó varios partidos históricos. Durante la gala, la presentadora Alicia Keys rindió homenaje al jugador con una actuación compartida con Boyz II Men, pero los artistas se volcaron especialmente en las redes sociales.
John Legend, que esa noche cantaba en el homenaje a Nipsey Hussle, escribía que se encontraba «consternado»: «me encuentro en el Staples Arena, donde Kobe creó tantos recuerdos para nosotros, preparando un tributo a otro hombre brillante que hemos perdido demasiado pronto, Nipsey Hussle. La vida a veces puede ser brutal». La lista de músicos que han recordado a Bryant es tan larga y variada como para incluir tanto a Kanye West como a Cher, tanto a Drake como a Alejandro Sanz, tanto a Taylor Swift como a C. Tangana o tanto a Demi Lovato como a Pharrell Williams, entre otros.
Kobe, We love you brother
We’re praying for your family and appreciate the life you’ve lived and all the inspiration you gave pic.twitter.com/pxbgLOOmpY
Selena Gomez speaks on the passing of Kobe Bryant.
“So devastated to hear the news about Kobe Bryant today. What I remember most about him is how kind and gracious he was to my family. He even held my godson saying he would teach him how to shoot jump shots.“ pic.twitter.com/fYJoQT5Fe5
This news is heartbreaking. I am lost for words. Praying for Vanessa and the Bryant family at this sad and difficult time. Rest In Paradise Young Legend. Heaven has gained another angel. 🙏🏽 pic.twitter.com/kkRwtXa5Yc
My heart is in pieces hearing the news of this unimaginable tragedy. I can’t fathom what the families are going through. Kobe meant so much to me and to us all. Sending my prayers, love, and endless condolences to Vanessa and the family and anyone who lost someone on that flight.
I'm so sad and stunned right now. In Staples Arena, where Kobe created so many memories for all of us, preparing to pay tribute to another brilliant man we lost too soon, Nipsey Hussle. Life can be so brutal and senseless sometimes. Hold on to your loved ones. We miss you, Kobe
My💔Goes Out To Kobe’s Family,Friends,Fans. It’s SO HARD To Deal With The Death Of a GREAT STAR,Because We Feel As If We Knew Them Personally.Kobe Bryant Was a GREAT ATHLETE,& All Of America Will Feel His Loss. The 🌎 Has Lost a Bright Light ✨🌟✨.
La gala de los Grammys 2020 pasará a la historia por la victoria de Billie Eilish, el fracaso de Ariana Grande o el hito de Rosalía. Estos fueron algunos momentos destacados y/o divertidos de la noche.
La tragedia de James Blake
‘Assume Form’ aspiraba al Grammy a Mejor álbum alternativo, que ha ido a parar en manos de Vampire Weekend y su ‘Father of the Bride’. ¿La reacción de Blake y la de su pareja, la actriz y activista Jameela Jamil? Reírse del asunto y llevar su pérdida del Grammy a la categoría de tragedia de Shakespeare. Esto sí tendría que haber sido un #challenge viral y no lo de Dolly Parton.
¿Recordáis cuando ’25’ ganó el Grammy a Álbum del año y Adele lo recogió medio avergonzada, indicando que era ‘Lemonade’ de Beyoncé el que lo merecía? Billie ha protagonizado uno de los momentos destacados de la noche al hacer lo mismo con Ariana Grande. La reacción de la autora de ‘thank u, next’, que se ha llevado 0 premios de los 5 a los que aspiraba, ha sido de pura modestia.
Ariana ha sido «la nueva Mariah Carey» desde el principio de su carrera por muchas razones. Lo que nadie imaginaba es que, a modo de predicción de Los Simpson, Ariana iba a irse de los Grammys con las manos vacías en el mejor momento de su carrera… tal y como ocurría a Mariah hace más de 20 años. La decepción ante los desaires a Mariah fue muy comentada en su momento.
El atuendo del actor de ‘Pose’ en los Grammys ha generado más memes que cualquier otro y no es para menos: su sombrero vivo tiene bastante gracia. En general parece una versión «camp» de lo que sería un traje clásico de cowboy, por lo que Porter iba un poco a hacerle la competición a Lil Nas X, que iba de fucsia. Ojito a quien estaba por ahí también: Orville Peck.
Aunque parezca que anoche solo ganó Grammys Billie Eilish, Lizzo fue otra de las triunfadoras de la ceremonia. Ganó varios premios, entre ellos el de Mejor actuación pop solista por ‘Truth Hurts’ y, por lo que parece en este vídeo, ella ya se había hecho a la idea de que lo recogería Beyoncé (ausente de la ceremonia). Porque no puede ser que creyera que ‘Spirit’ lo merecía más, ¿verdad? Imposible.
El rapero y beatmaker californiano fue noticia en los Grammy por varios motivos: ganó el Grammy a Mejor álbum de rap por ‘IGOR’, apartó a su pobre madre del micrófono para poder agradecerlo y después, en la rueda de prensa, criticó la categoría de «urban» por considerarla racista. También llegó a los premios con este atuendo entre los Beatles época «Sgt. Peppers» y ‘El Gran Hotel Budapest’.
Como anticipando que no iba a ganar nada, Lana no se comió la cabeza y acudió a los Grammys con un vestido comprado a último minuto en un centro comercial… y que luego había de entallar con sus propias manos. Cosas de la improvisación. Como es sabido, ‘Norman Fucking Rockwell!’ se quedó sin premios.
First it was economy flights, now she buying her Grammy dresses from the mall…. Bernie/Lana 2020 yuppp!!! pic.twitter.com/zSyZn2rmcJ
Junto al reparto de galardones, en el que este año Billie Eilish ha arrasado con los más importantes, lo más esperado de la noche de los Grammy son las actuaciones que artistas de renombre, nominados o no, ofrecen en la gala de entrega. A continuación repasamos algunas de las más destacadas, bien por su impacto visual, por su valor artístico o por su simbolismo. Para empezar, el número introductorio de Alicia Keys ya ha sido estupendo.
Tras dedicar una breve intro gospel junto a Boyz II Men a recordar al fallecido Kobe Bryant –durante toda la noche se sucedieron guiños y menciones a la estrella del baloncesto, víctima de un accidente aéreo–, Keys se sentaba al piano para adaptar –tras un discursito largo de más, eso sí– ‘Someone You Loved’ de Lewis Capaldi con una letra paródica llena de guiños a Rosalía, Beyoncé, Cardi B (en su posible carrera política), BTS… y prácticamente cada nominado. Más tarde, reaparecería en escena para interpretar su single ‘Underdog’ junto a Brittany Howard.
La siguiente actuación fue la de Lizzo, que de nuevo dedicaba a Kobe. Ella fue la primera en emplear una orquesta completa como acompañamiento para interpretar ‘Cuz I Love You’ y, tras un interludio de danza (más o menos) clásica, acometer con rabia su hit ‘Truth Hurts’, de nuevo con arreglos de cuerda y viento en directo, complementados con su siempre espectacular solo de flauta.
Otra artista que empleó arreglos de una orquesta fue Ariana Grande, que interpretó un medley inaugurado con ‘Imagine’, encadenado con ‘My Favorite Things’ de ‘Sonrisas y lágrimas’, canción que nutre la base de ‘7 Rings’. Por supuesto esta cayó a continuación, pero para ello ya se desplazó a otra parte del set que reproducía el dormitorio de una mansión, en la que se entregó a una fiesta de pijamas con una cohorte de bailarinas. Terminó con ‘Thank U Next’ en la que cambió la letra para dar gracias a su padre y, quizá por eso, sufrió un lapsus del que se repuso enseguida. Aún ignoraba que se iría a casa con 0 gramófonos dorados en su haber.
Otro de los momentos que más se recordarán de esta 62ª edición de los Grammy será la performance que llevó a cabo Tyler, the Creator, flamante ganador del premio a Mejor álbum de rap por ‘IGOR‘. Su show comenzaba con el artista, ataviado con su ya icónica peluca rubia, situado en torno a una hoguera con Charles Wilson (veterano soulman que participa en el álbum) y, de nuevo, Boyz II Men. Juntos hacía la intro vocal a ‘Earfquake’, antes de que Tyler se situara en el centro de una idílica/pesadillesca calle de un suburbio para cantar entre espasmos y gritos ‘New Magic Wand’, rodeado de clones suyos. Si parecía poco, la realización contribuía luego a simular un terremoto y un incendio terminaba asolando el decorado. Ya circulan en la red vídeos de padresde gente alucinando al ver semejante espectáculo. Así se hace.
Por la parte que toca a nuestro país, sin duda hay que señalar la actuación de Rosalía tras haber ganado su primer Grammy. No estuvo particularmente brillante en su actuación vocal, pero es importante significativo que haya llevado el flamenco hasta un espectáculo audiovisual con tantos millones de espectadores. Lo hizo interpretando en primer lugar su nuevo single ‘Juro que‘, unos tangos-pop con toques contemporáneos, acompañada de guitarra española, palmas y coros, que se enlazó con ‘Malamente’. En esta le falló de manera palpable el resuello al compatibilizar el cante con la coreografía, pero fue igualmente ovacionada.
También será especialmente recordada esta noche por suponer la reaparición sobre un escenario tan multitudinario de Demi Lovato, dos años después de una sobredosis que estuvo a punto de ser aún más trágica y que la ha mantenido en rehabilitación hasta ahora. Lo hizo además con una canción totalmente nueva –que inmediatamente ha sido publicada oficialmente– titulada ‘Anyone‘, que interpretó acompañada únicamente por un piano. Su voz fue de menos a más, y sus nervios eran palpables (de hecho, tras comenzar tuvo que detener la canción y volver a empezar) puesto que, entre otras cosas, parece hablar en ella de esa traumática experiencia personal. Finalmente, con más emoción que control, hizo una interpretación destacable.
Casi tan emocionada como Demi fue la actuación de Billie Eilish. Quizá por el aluvión de premios o por lo solemne del momento, la voz se le resquebrajó por momentos de pura congoja. Y no nos extraña, porque la interpretación de ‘When the Party’s Over’ con su hermano FINNEAS al piano y un arreglo coral estupendo ha sido realmente espeluznante y bonita.
Como se supo a última hora, FKA twigs se sumó al programado homenaje a Prince que protagonizaban Usher y Sheila E. Estos interpretaron un medley de ‘Little Red Corvette’ y ‘When Doves Cry’ y ‘Kiss’, en el que increíblemente la británica se limitó a bailar, primero sobre una barra y luego por todo el escenario. Otro tributo póstumo fue el que instigó DJ Khaled para Nipsey Hussle, invitando a escena a John Legend, Meek Mill, Roddy Rich y YG a interpretar un medley que contó, vía pregrabado, con el fallecido rapero.
Otro tándem que se subió al escenario fue el de Aerosmith y Run DMC, que hicieron de su mítico ‘Walk This Way’ –tras una ‘Living On The Edge’ con intromisión esporádica de Lizzo– una ceremonia de la confusión. Lil Nas X celebró el doble premio para ‘Old Town Road’ convidando a un escenario giratorio a casi todos los numerosos artistas que, vía remixes, han contribuido al éxito de la canción: Billy Ray Cyrus, BTS, Diplo, el pequeño Mason Ramsey, Young Thug… no faltó nadie. Bueno, sí, faltó Cardi B que no cantó con él ‘Rodeo’ y, a cambio, lo hizo Nas. H.E.R., Gwen Stefani y su marido Blake Shelton, Camila Cabello –en solitario primero, y luego interpretando un tema de ‘Fame’ con Cyndi Lauper, Gary Clark, Jr., etc.– y Jonas Brothers completaron las actuaciones de esta 62ª gala de los Premios Grammy.
La “edición especial” de ‘Manic’ en Spotify se abre con una interesante presentación de Halsey que se antoja clave para entender qué supone este disco en su carrera. En ella habla de un antiguo dicho según el cual todos tenemos tres caras: “la primera es la que muestras al mundo; la segunda, la que das a los más cercanos; y la última, la que no enseñas a nadie. La primera es Halsey; la segunda, es Ashley; la tercera, vive en las grietas que hay entre las dos. (Es) la más carnal, desinhibida, explícita, un flash de color y luz que se oculta en el centro de mi pecho. Soy Halsey, Ashley, y os ofrezco un vistazo a esa tercera cara”. Puede parecer un topicazo para un/a artista pop decir que el que presenta es su disco más personal, pero en el caso de ‘Manic’ lo es de verdad y a conciencia.
En ese mensaje Frangipane también alude de algún modo a la bipolaridad que se le diagnosticó hace años y con la que convive. Algo que marca su vida y ahora también su arte: de manera significativa, en la portada de ‘Manic’ un código indica que este es el tercer disco de Halsey (“H3), pero el primero de Ashley (“A01”). Así, si ‘Badlands’ y ‘hopeless fountain kingdom’ eran en buena medida una fantasía, en este nuevo trabajo parece ser esa personalidad más íntima la que emplea la voz de la estrella del pop para hablar de sí misma de una manera profundamente honesta.
Porque, al margen de su enfermedad mental, ‘Manic’ no alude ninguno de sus problemas más personales: sus relaciones fallidas con el rapero G-Eazy y la estrella emergente Yungblud a través de episodios muy específicos, su bisexualidad, los abortos involuntarios que ha sufrido en tres ocasiones (alguno estando en pleno concierto) derivados de la endometriosis que también la aquejaba (según explica, se operó y ahora puede tener hijos de manera natural), su fragilidad mental, su baja autoestima, sus impulsos “homicidas”, la soledad que siente pese a estar rodeada de gente, los altibajos que envuelven la relación con su padre… Nada, o prácticamente nada, queda sin exponer en unas letras que, además de muy claras y directas, están muy bien construidas, aderezando con humor sus dramas.
¿Pero cómo encaja todo eso en un disco de pop con teórica vocación mainstream, que incluye su monster-hit de 2018, su primer número 1 en EEUU, ‘Without Me’? La mayor sorpresa es que lo hace de una manera asombrosamente coherente, bien hilvanada y de calidad. Lo cual tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que hay una auténtica manada de productores –Greg Kurstin, FINNEAS, benny blanco, Cashmere Cat–, autores –Ed Sheeran, Romy Madley Croft de The xx, Noonie Bao, Nate Rues– y colaboradores –Alanis Morisette, SUGA de BTS– de altura que bien podrían haberle robado el protagonismo o deslavazado el resultado. Más aún cuando sus canciones van, como si tal cosa, del pop contemporáneo vía hip hop al country de baile en línea (‘You Should Be Sad’), pasando por emo a lo Avril (‘3AM’) y electrorock (‘Alani’s Interlude’), guiños al pop vocal de Beach Boys (‘Dominic’s Interlude’) o baladas folk a lo ‘Joanne’ (‘Finally // Beautiful Stranger’), electrónica oscura (‘SUGA’s Interlude’) o con ecos de los 80 (‘More’). Desde luego, la unidad estilística no será lo que haya dejado fuera de la selección final la casi-metalera ‘Nightmare’.
La clave de todo es que Halsey/Ashley impone siempre su voz e hilvana un discurso coherente (en su caos), tanto en lo estético como en lo espiritual. Y eso es porque su discurso es una verdad desnuda. Porque, llamadme naif, pero creo firmemente que (siendo consciente de que habrá “licencias artísticas”) nadie osaría exponer de esa manera su intimidad para mentir. ¿Quién, si no fuera cierto, hablaría de las adicciones de G-Eazy y una tendencia autodestructiva en la que se implicó de lleno como hace en ‘Graveyard’? ¿Quién le espetaría a aquel algo tan duro como «me alegro tanto de no haber tenido un bebé contigo»? ¿Quién se atrevería, como hace en ‘Ashley’, a exponer que solo la empatía de sus fans ha evitado su muerte? ¿Quién, como en ‘I Hate Everybody’, a asegurar que sus propias inseguridades son las que le llevan a odiar a los demás como método de defensa para no amar? ¿Quién a cantar sobre su trastorno bipolar como lo hace en ‘Forever… (It’s a Long Time)’? ¿Quién a cantar que un coño es como “un país de las maravillas” si no lo sintiera así? ¿Quién dedicaría una preciosidad como ‘More’ a los niños que ha perdido… y a los que vendrán en el futuro? ¿Quién rapearía sus emociones más secretas como hace en ‘929’ –su fecha de nacimiento– si no le salieran de dentro?
Y lo mejor es que lo hace con un disco que, al contrario que sus explícitos textos, se va desnudando poco a poco ante nosotros. Al principio parece árido, pero pronto se impone su conjunto. En ello influye su cuidada secuencia, que a menudo funciona como un relato, con guiños de la vida real (como ese mensaje telefónico de John Mayer que la advertía de la grandeza de ‘Without Me’ antes de que se convirtiera en un hit, justo como intro a esta). Y la personalidad de Halsey que, lejos de sus inicios, resulta aquí incuestionable. Pero, sobre todo, no fallan las canciones, porque en una línea próxima a su mayor hit, brillan la ya citada ‘Graveyard’, ‘Ashley’ (con un deje a Depeche Mode en la melodía de su estribillo) y ‘Still Learning’, además del tándem ‘You Should Be Sad’ y “Forever”, el contrapunto animoso de ‘3AM’, la emotividad de ‘More’… En sus dieciséis cortes hay algún filler que otro, claro, pero siempre guardan un sentido importante y sin que la calidad general se resienta en ningún momento. Sirvan de ejemplo ‘clementine’ (que alude a ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’ como influencia en su vida) o esos interludios que no son tales, sino canciones hechas, derechas e interesantes (dedicada cada una de ellas a un tipo de amor distinto: fraternal, lésbico y artístico, en ese orden). En varios sentidos (y no porque FINNEAS intervenga en este), ‘Manic’ se antoja un poco como el término medio de dos discos de pop que estuvieron entre lo mejor del año pasado: el de Tove Lo y el de Billie Eilish. Desde luego, como indica ese “A01” en su portada, este parece un nuevo comienzo para Halsey/Ashley. Uno enormemente ilusionante.
Halsey presenta ‘Manic’ en España en dos fechas inminentes: 6 de febrero en WiZink Center de Madrid y 7 de febrero en Palau Sant Jordi de Barcelona. Entradas disponibles aquí.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Without Me’, ‘Graveyard’, ‘Ashley’, ‘You Should Be Sad’, ‘Still Learning’, ‘3AM’, ‘More’ Te gustará si te gusta: Tove Lo, Billie Eilish, Lorde, Melanie Martinez. Escúchalo:Spotify
Billie Eilish ha sido la gran ganadora de los Grammy 2020, al llevarse a casa todas las estatuillas más importantes de la noche. La cantante ha hecho el Álbum del Año gracias a ‘WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?‘; la Canción del Año por ‘bad guy’ y lo que era más difícil, la Grabación del Año, también por ‘bad guy’. Este premio se daba por hecho que lo iba a ganar ‘Old Town Road’ de Lil Nas X, quien además actuaba en la ceremonia. Billie solo podía decir «gracias» al recoger este premio en particular, pareciendo incluso avergonzada. De hecho, cuando le tocaba recoger el premio a Disco del Año, Billie dijo que pensaba que Ariana Grande lo merecía más por ‘thank u, next’, por haberle ayudado a pasar un mal trago. Ariana le mandaba un beso desde su asiento y le recordaba que era su momento. Entre los derrotados de la lista, Lana del Rey sí asistió finalmente a la ceremonia, pero no Bon Iver.
Además, Eilish pudo hacerse con los premios a Mejor Álbum de Pop, a Mejor Artista Revelación y su hermano Finneas, que la acompañó en casi todo momento, se hizo con el galardón a Mejor Productor No Clásico. Billie derrotaba en Artista Revelación a Rosalía, quien sí se había hecho con el Premio a Mejor Disco Latino Alternativo durante la pre-ceremonia. Durante su discurso Eilish bromeaba con el «odio» que iba a recibir de los fans de los otros nominados, pero ella decía estar encantada con todos los nominados y con todos los fans.
Lizzo fue otra de las ganadoras de la noche al recoger el premio de Mejor Actuación Pop, así como varios en la pre-ceremonia, si bien a esta no acudió, suponemos que por estar preparando su actuación. El Mejor Disco de Rap fue para Tyler, the Creator por ‘IGOR’. Sumando los premios que se dieron en la pre-ceremonia, bastante interesante en general y más animada que de costumbre, así quedó el palmarés de algunos de los galardones más relevantes:
Álbum del Año: Billie Eilish / When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Canción del Año: Billie Eilish / “bad guy”
Grabación del Año: Billie Eilish / “bad guy”
Artista Revelación: Billie Eilish
Mejor Productor, No Clásico: FINNEAS
Mejor Disco de Pop: Billie Eilish / When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Mejor Actuación de Pop de grupo o dúo: Lil Nas X / “Old Town Road [ft. Billy Ray Cyrus]”
Mejor Actuación de Pop: Lizzo / “Truth Hurts”
Mejor Álbum de Pop Tradicional: Elvis Costello & The Imposters / Look Now
Mejor Disco de Música Alternativa: Vampire Weekend / Father of the Bride
Mejor Disco de Rock: Cage the Elephant / Social Cues
Mejor Canción de Rock: Gary Clark Jr. / “This Land”
Mejor Actuación de Rock: Gary Clark Jr. / This Land
Mejor Álbum de Dance/Electrónica: The Chemical Brothers / No Geography
Mejor Grabación Dance: The Chemical Brothers / “Got to Keep On”
Mejor Remix: Madonna / “I Rise (Tracy Young’s Pride Intro Radio Remix)”
Mejor Actuación de Rap: DJ Khaled, Nipsey Hussle, John Legend / “Higher”
Mejor Disco de Rap: Tyler, the Creator / IGOR
Mejor Disco de R&B: Anderson .Paak / Ventura
Mejor Actuación de R&B: Anderson .Paak / “Come Home [ft. Andre 3000]”
Mejor Canción de R&B: PJ Morton / “Say So [ft. JoJo]”
Mejor Actuación de R&B tradicional: Lizzo / “Jerome”
Mejor Disco de Música Urbana: Lizzo / Cuz I Love You
Mejor Canción de Rap: 21 Savage / “A Lot [ft. J. Cole]”
Mejor Actuación de Rap: Nipsey Hussle / “Racks in the Middle [ft. Roddy Ricch and Hit-Boy]”
Mejor Disco Latino de Rock, Urbana o Alternativo: Rosalía / El Mal Querer
Mejor Disco Latino de Pop: Alejandro Sanz / #ELDISCO
Mejor Álbum de Country: Tanya Tucker / While I’m Livin’
Mejor Canción de Country: Tanya Tucker / “Bring My Flowers Now”
Mejor Disco de Americana: Keb’ Mo’ / Oklahoma
Mejor Actuación Country de grupo o dúo: Dan + Shay – “Speechless”
Mejor Disco de Spoken Word: Michelle Obama / Becoming
Mejor Disco de Blues Contemporáneo: Gary Clark Jr. / This Land
Mejor Película de Música: Beyoncé / Homecoming
Mejor Vídeo: Lil Nas X and Billy Ray Cyrus / “Old Town Road (Official Movie)”
Mejor Disco en cuanto a Ingeniero de Sonido: Billie Eilish / When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Mejor Caja de Edición Limitada: Various Artists / Woodstock: Back to the Garden – The Definitive 50th Anniversary
Mejor Edición Física: Chris Cornell / Chris Cornell
Mejor Canción para Banda Sonora: Lady Gaga – “I’ll Never Love Again (Film Version)”
Mejor Banda Sonora: Lady Gaga and Bradley Cooper – A Star Is Born
Antes de la gran gala de los Grammy se celebra una pre-ceremonia con los premios menores, revelando los ganadores de las decenas y decenas de categorías que no caben en la ceremonia principal. Puede seguirse online a través de grammy.com. La gala ha subido de caché, pues ha dejado de ser un triste desierto de público, y por ella incluso se ha visto pasar a leyendas como Gloria Gaynor, que ha recibido el premio a Mejor Álbum de «Roots Góspel» por ‘Testimony’. Rosalía, que actúa en la ceremonia principal, ha podido pasarse por allí para recoger el premio a Mejor Álbum Latino de Rock, Música Urbana o Alternativa por ‘El mal querer‘.
Hablando en Spanglish y catalán, Rosalía ha contado lo que admira al resto de nominados (J Balvin y Bad Bunny, entre ellos), ha tenido unas palabras para su familia, que se encontraba tan «lejos» y ha hablado del honor que va a suponer hacer una actuación inspirada en el flamenco durante la ceremonia. Ha pedido «bendiciones para la música latina».
Entre los ganadores de esta pre-ceremonia, Lady Gaga y Bradley Cooper, pues se han hecho con los premios a mejor banda sonora recopilatoria por la música de ‘A Star Is Born’, y además ‘I’ll Never Love Again (Film Version)’ ha ganado el premio a mejor canción escrita para una banda sonora. También han ganado premios Tracy Young por su remix para ‘I Rise’ de Madonna, el cual ha dedicado al reconocimiento de las mujeres productoras; ‘Old Town Road’ de Lil Nas X el Mejor Vídeo y ‘Homecoming’ de Beyoncé la Mejor Película sobre Música.
Los premios de Rock han sido para Gary Clark Jr y Cage the Elephant, mientras el Mejor Disco Alternativo ha sido el de Vampire Weekend, finalmente derrotando a Bon Iver. Pese a subir con miembros de Haim, Ariel Rechtshaid y toda su troupe, Ezra ha resuelto el agradecimiento con un sosísimo «thank you». Lizzo se hacía con el premio a Disco de Música Urbana contemporánea por ‘Cuz I Love You’ y a la actuación de R&B por ‘Jerome’, mientras Anderson .Paak se hacía también con un par de premios de R&B. Tanto la mejor grabación dance como el mejor disco de electrónica eran para Chemical Brothers por ‘Got to Keep On’ y ‘No Geography‘, mientras que Alejandro Sanz ganaba el galardón de Álbum de Pop Latino, pero no estaba por allí para recogerlo.
Tras un tiempo de reflexión, Chenta Tsai ha reaparecido en los primeros compases de 2020. Lo hacía en el cartel del Sónar 2020, donde presentará un nuevo alter ego centrado en la música electrónica y que lleva el nombre de BAOBAE (no hace falta explicar el juego de palabras, ¿verdad?). Por el momento no sabemos a qué sonará, pero sí que en él emplea una estética caricaturizada de una estrella del pop mainstream dosmilero. Por ejemplo, en su Instagram encontramos una falsa portada de revista (al estilo de la célebre cabecera ‘BRAVO’) en la que, con atuendo de pista de esquí, presenta una hilarante lista de WTFs: además de que está saliendo con Britney Spears (¿no era con Mischa Barton?), que protege su castidad y asegura que su canción favorita en ‘Wonderwall’ de Oasis. En otras imágenes del proyecto, ha logrado el beneplácito de Dorian Electra, telonera y amiga de su admirada Charli XCX. [Foto: Ita Tsai.]
Pero esto no significa que haya abandonado el proyecto musical con el que le conocimos. Al contrario, hace un par de días reaparecía en La 2 de TVE interpretando una de las mejores canciones del escasamente promocionado –ya contamos que no había quedado muy satisfecho con él– ‘Miseria humana‘. Lo hizo en ‘Sánchez & Carbonell’ –aquel formato que una vez se llamó ‘Torres & Reyes’ y luego ‘Alaska & Coronas’–, y recuperando el gran hit de este segundo EP oficial de Chenta Tsai. Hablamos de ‘Ojalá (te murieras)’, el pelotazo de sonido claramente inspirado en el pop con formato hardcore punk que alumbraron para el gran público Green Day y que en España explotaron comercialmente Pignoise o Despistaos. De hecho, en algún momento de la canción se puede canturrear por encima alguna parte de la melodía de la célebre sintonía que los último hicieron para la serie teen ‘Física o Química‘, guilty pleasure por antonomasia.
Así, quizá con Gorka y Cabano en mente, PUTOCHINOMARICÓN desgrana una de las melodías más adictivas de su carrera sobre un trasfondo punky para desear la muerte (aunque sepa que está fatal) a algún indeseable cuya «puta cara» se encuentra por Lavapiés. En el citado programa de variedades, se presentó con un atuendo parecido al de BAOBAE, y escoltado por dos ilustres de la actual escena indiepop madrileña como Confeti de Odio (a la guitarra) y Stephen Please (al bajo). Una justa reivindicación para la canción más reproducida en Spotify de un EP que, pese a su incomodidad con él de su autor, no estaba TAN mal. A ver si pronto le llega el turno a ese baladón a lo Alejandro Sanz que es ‘Se me da mal ser mayor’. Quizá suceda en el primer concierto de PCM en mucho tiempo, que tendrá lugar en la Sala Moby Dick de Madrid el 26 de marzo.
La Academia de Grabación Norteamericana que organiza y entrega los Premios Grammy, ha anunciado hace unas horas una última incorporación a la larga lista de actuantes que participarán en la gala de su edición número 62 que tiene lugar la próxima madrugada –y que en España podrá verse en directo a través del canal de pago Doc&Roll de Movistar+–: se trata de FKA twigs, que según un tuit de la organización se sumará para un homenaje a Prince al cantante R&B Usher y a Shela E., batería y cantante de New Power Generation en una de sus mejores etapas, de ‘Purple Rain’ a ‘Lovesexy’.
FKA twigs se unirá así a otros artistas ya anunciados como Billie Eilish, Rosalía, Ariana Grande, Lizzo, Tyler, the Creator, Aerosmith, BTS, Camila Cabello y un largo etcétera. Tahliah Barnett opta a un único premio Grammy al mejor vídeo del año por ‘Cellophane‘, mientras que el excelente ‘MAGDALENE‘ incumplía los plazos para ser incluido entre los álbumes que podían aspirar a Álbum del año. En todo caso, es un disco quizá demasiado experimental como para pensar que hubiera sido incluido en esa disputada categoría. ¿Quizá tenga cabida en los Grammy 2021? Parece improbable.
Por otra parte esta ceremonia de premios está, una vez más, marcada por la polémica: tras la salida el pasado año de su anterior presidente Neil Portnow por sus comentarios machistas, la CEO que sustituyó, Deborah Dugan, ha sido despedida una semana antes de este evento. La Academia esgrime para ellos un caso de acoso laboral hacia una subordinada –casualmente o no, antigua asistente de Portnow. Dugan denuncia que en realidad la han despedido después de que haya denunciado un caso de acoso sexual de un directivo de la Academia hacia ella, corrupción de varios de ese (y otros) mismo directivo, incumplimiento de las normas de nominaciones con discriminación sexual y racial e incluso la ocultación de una supuesta violación a una artista internacional por parte del anterior presidente. Un feo asunto que enfanga esta ceremonia en su aspecto institucional.
Comenzamos esta reseña del docu-reality ‘I’m With The Band: Nasty Cherry’ por todo lo alto, con un SPOILER (aunque no tan grande): hay un momento del quinto capítulo, en el que tanto las cuatro integrantes como los espectadores pasan a tener la certeza de que el grupo podría haberse terminado. Y, en ese momento, es Charli XCX –a la que el drama pilla en mitad del rodaje de ‘Spicy’, con aparición de Diplo incluida– la única que pone la fe y la frialdad necesarias para templar la situación, hacer a todo el mundo recapacitar y decir (no literalmente) «hey, aunque parezca un drama insalvable, esto no tiene por qué acabar así». Y es que en esta serie de seis capítulos, pese a que sus apariciones son contadas (aunque constantes), Charlotte Aitchisson es la gran protagonista en la sombra. Su personalidad, su filosofía vital, creativa y empresarial, su sentido del humor y su capacidad para dominar la situación queda plasmada y es admirable. No me extraña lo más mínimo que se moleste tanto cuando otros artistas o sectores de la industria no valoran justamente el papel de las mujeres en ella. De hecho, bastante prudente fue con el shade que les hicieron tanto a ella como a FKA twigs los BRIT 2020 en sus nominaciones.
Esta miniserie de seis capítulos de poco más de media hora –es decir, se puede devorar casi del tirón en un par de sentadas del fin de semana– es, por tanto, indispensable para los fans de la artista británica (un saludo, Chenta Tsai) que deseen saber un poco mejor quién y cómo es su ídola. Pero también es un entretenido y jugoso documento para conocer las entrañas del negocio de la música en 2019, cómo es fundamental manejar los tempos, las redes sociales… y tener contactos. La idea de que tener la oportunidad, solo por venir de la mano de Charli, de trabajar con Justin Raisen o Shamir puede cambiar radicalmente la suerte de un artista es muy evidente. Sin embargo, también lo es que no basta con eso, que hay que tener algo más, algo especial. Y Nasty Cherry, por precocinadas que sean como producto musical, lo tienen.
Que Nasty Cherry son un artificio/experimento/juego/inversión de Charli XCX es una obviedad. Parte de una idea suya y de su mejor amiga, Emmie Lichtenberg –a la que sitúa como mánager de la banda–, y ella escoge a las chicas: convence a Debbie –batería suya en directo en algunas giras– y Georgia –una de sus mejores amigas, con una carrera contrastada en el cine, y la pone a tocar el bajo… aunque sus conocimientos musicales son básicos– para dejar sus vidas en Londres y mudarse a Los Ángeles, donde las presenta a Chloe –front-woman del grupo Kitten, con una trayectoria contrastada a nivel estatal– y a Gabbi –una modelo con una imagen brutal que, además, sabe cantar… aunque nunca lo haya hecho profesionalmente ni se haya formado para ello–. Las junta en una casa que alquilan en la ciudad y allí conviven y trabajan juntas constantemente. Una suerte de Gran Hermano musical que, por idílico que parezca, está lleno de trampas.
Trampas en forma de ego –el de Chloe, esforzada músico cuyo padre lleva toda la vida presionando para ser la mejor–, de dudas –las que siembra perversamente Georgia, que choca con la pasivo-agresiva Chloe casi desde el primer momento–, inseguridades –tanto Georgia como Debbie, que se enfrentan a ser músicos profesionales sin haberse preparado nunca hasta ese momento– y miedos –es palpable el pánico de las británicas a quedarse colgadas tras haber dejado atrás todo por Nasty Cherry–, que brotan inevitablemente. Pero ‘I’m With The Band: Nasty Cherry’ es también un documento de cómo el talento natural –el de Gabbi y Debbie, sobre todo–, el trabajo –una de las ideas que implanta Charli es esa: no hay resultados sin trabajar– y la ambición son fundamentales incluso para un grupo de pop prefabricado. No deja ninguna duda de que estas mujeres se han esforzado y puesto su talento en las canciones de ‘Season 1‘.
En general ‘I’m With The Band: Nasty Cherry’ es un reality con todas las virtudes y defectos de uno de, por ejemplo, la MTV: es muy mejorable tanto técnica –lo de situar a las protagonistas en los espacios que viven mediante un croma es cutre a más no poder– como narrativamente –a veces, sencillamente, no pasa nada interesante: ¿de verdad es necesario verlas hacer el desayuno?–, pero también es bastante entretenido. Y por momentos, muy divertido: sólo por los cachondos diálogos entre Charli y Emmie casi que ya vale la pena verlo. Basta ver el primer capítulo para cerciorarse de que no va a ser precisamente un camino de rosas y un autobombo sin más, y uno tiene realmente ganas de saber si Nasty Cherry lo van a conseguir, y cómo. Pero eso no se puede saber ni siquiera al final de la serie, que deja todas las dudas posibles sobre la continuidad de Nasty Cherry, o si serán las Spinal Tap de la era Internet. Pero, haya temporada y EP 2 o no, la aventura deja cierta huella en el espectador/oyente. Que ya es algo. 6,5.
Por supuesto, tiene algo de oportunista bautizar a su EP debut ‘Season 1’, publicado casi al tiempo que se estrenaba en Netflix el docu-reality ‘I’m With The Band’, en el que descubrimos cómo y por qué Charli XCX decide crear un grupo pop de chicas. Que no una girl-band, puesto que Nasty Cherry tiene más que ver musicalmente con The Runaways o The Go-Go’s que con Little Mix o Fifth Harmony. Juzgaremos convenientemente esa serie en una reseña ad-hoc, pero en este caso toca hablar de lo que da de sí este primer disco del cuarteto.
Aunque puede parecer que Nasty Cherry es un invento contra-natura –para más inri, integrado por dos no-músicos: la modelo Gabi Bechtel, aquí cantante, y la decoradora cinematográfica Georgia Somary, ahora bajista– que enervará a los más puretas del lugar. Sin embargo, no se trata de otra cosa que una formación creativa de gente con cierto talento y cosas en común (Charli XCX es, en este caso, el nexo de unión) para que hagan juntas la mejor música que sean capaz. ¿Acaso no es lo que hacen también los actuales U2, Metallica o Red Hot Chili Peppers, por citar tres iconos puretas?
Sea como sea que las hagan (la serie revela que su proceso creativo no difiere tanto del de cualquier otro proyecto musical, y que la injerencia de Charli es mínima), el caso aquí es que ya canciones como ‘Win’ –su hit incontestable, una canción fantástica cuyo mensaje, ese simple «Necesito ganar», gana sentido cuando se conocen sus circunstancias personales–, ‘What Do You Like In Me’ –incomprensiblemente no incluida en el EP, siendo de sus mejores composiciones–, la muy MUNA/Haim ’Live Forever’ y la saltarina ‘Music With Your Dad’ son logros suficientes como para tomarse en serio a Nasty Cherry. Y tomándonoslas así de seriamente, lo cierto es que ‘Season 1’ es un disco agradable y entretenido que quizá no cambie la vida de nadie pero sí hace pasar un cuarto de hora entretenidillo.
De las (pocas) novedades, la inicial ‘Brain Soup’ es una cuca aproximación al universo del Prince de los 80, mientras que ‘Fuck Modern Love’ fracasa (pese a sonar como si Lana Del Rey cantara un tema de The 1975) por un estribillo muy pobre, que no aprovecha un gran pre-coro. La broma del saludo previo al último corte, pese a ser muy ellas (quien vea la serie lo comprenderá), es un poco tomadura de pelo que bien podrían haberse ahorrado para incluir alguna otra novedad… o incluso la añorada ‘What Do You Like In Me’: su ausencia es claramente la peor decisión que han tomado en su corta carrera. Sus letras, sin ser la caraba, al menos son honestas y no caen en demasiados tópicos.
No creo que haga demasiado spoiler si digo que ‘Season 1’ no sólo es el debut de Nasty Cherry sino que podría ser también su último disco. Puede parecer poca cosa, pero diría que este experimento audiovisual y artístico auspiciado por Charli XCX podría pasar a la historia como las Spinal Tap del pop contemporáneo (o algo parecido). Pero es que además, de desaparecer, nos dejaría un póker de canciones bien monas cuyo recuerdo no desaparecerá así como así. Que ya es decir.
Calificación: 6,5/10 Lo mejor: ‘Win’, ‘Music With Your Dad’, ‘Live Forever’ Te gustará si te gustan: la Charli XCX de ‘Sucker’, MUNA, The Aces, la primera Sky Ferreira. Escúchalo:Spotify
Como se había anunciado, Amaia protagonizó en la gala de los Premios Goya 2020 un homenaje musical a Pepa Flores, Marisol, galardonada con el Goya de Honor de este año por toda su carrera. La actriz y cantante no acudió finalmente al Pabellón Martín Carpena de Málaga, pero sí sus hijas, la actriz María Esteve y la cantante Celia Flores, que recogieron y agradecieron el premio en su nombre.
Comenzaba la navarra cantando acapella –sumándose luego unas sutiles guitarra española y sintetizador– ‘Canción de Marisol’, desplegando –una vez más– su capacidad para extraer emoción de lo que se ponga por medio. Pero pronto desaparecía de escena para, tras un vídeo, dejar paso a la citada Celia Flores, que interpretaba un fragmento de ‘Estando contigo’, con música pregrabada en este caso.
A continuación su hermana María se ha unido a ella en el escenario para recoger el galardón honorífico de manos de Emilio Gutiérrez Cava e, inesperadamente, invitaban a Tamara, la hija mediana de Pepa Flores, a sumarse al escenario. Esteve aseguraba que su madre estaba emocionada por el premio, pero que no había rehusado al refugio de su vida privada. Y agradecía en su nombre el galardón, provocando el (no demasiado apasionado) aplauso del anfiteatro. Os dejamos con el vídeo de la actuación.
‘Dolor y gloria‘ de Pedro Almodóvar ha acabado imponiéndose a ‘La trinchera infinita‘ de Garaño, Arregi y Goenaga y ‘Mientras dure la guerra‘ de Alejandro Amenábar en los Premios Goya 2020. Con siete premios, ha superado en número de estatuillas al resto de favoritas, pero además lo ha hecho en las categorías principales: película, dirección, actor principal, actriz de reparto y guión original iban para el filme de El Deseo, mientras que sólo Belén Cuesta, actriz protagonista por «La trinchera», y Eduard Fernández, actor de reparto por ‘Mientras dure la guerra’, se colaban en lo más granado del palmarés. La película de Amenábar lograba cuatro premios más, todos técnicos. Así hemos resumido la gala de más de tres horas y media de duración:
La 34ª gala de los Premios Goya 2020 arrancaba con un número musical protagonizado por Rayden y Ana Mena, que han tenido que medio rapear, medio cantar una letra supuestamente cómica –no tanto– sobre los orígenes de la cinematografía y su evolución en España. Mientras, los presentadores Andreu Buenafuente y Silvia Abril interactuaban con referencias a algunos de los taquillazos más recientes y a periodos históricos como el franquismo o el destape. Largo de más, culminaba con los actores y actrices nominados subiendo al escenario para un último posado de un número inicial muy, muy decepcionante.
Por suerte, la gala ha proseguido con asombrosa rapidez –la agilidad ha sido una de las grandes bazas del show, que por momentos se ha desarrollado vertiginosamente; la gente pasando delante de cámara en el momento más inoportuno, también ha contribuido lo suyo– y Eva Llorach y Anna Castillo han comenzado la entrega de premios con una de las primeras sorpresas: Benedicta Sánchez conseguía a sus 84 años el premio a Mejor actriz revelación por ‘Lo que arde‘ de Oliver Arxe, que se mantuvo con gesto impasible toda la noche –apenas cuando su director de fotografía le daba su segundo premio–. Su discurso fue tan entrañable como deslavazado, pero bastante bien sobrellevó la mujer. Ha sido el banderazo de salida para la entrega de una serie de galardones técnicos, con los que han comenzado a caer premios para ‘Mientras dure la guerra‘ (Dirección artística, Dirección de producción, Maquillaje y peluquería, Vestuario)’La trinchera infinita‘ (Sonido) y ‘Dolor y gloria‘ (Montaje), con la intermisión de ‘El hoyo‘ (Efectos especiales).
Entre medias, Buenafuente y Abril regresaban a escena para un monólogo más flojo de lo que cabía esperar –el síndrome de la difícil-segunda-gala-de-los-Goya comenzó a asomar ya sin dudas–, antes de la segunda actuación musical de la noche: una sentida interpretación acústica de ‘Sobreviviré’ de Paco Ortega –y no de Manzanita, como se dijo– por parte de un sobrio Pablo Alborán (quizá buscando un momento de escalofrío similar al de Rosalía el pasado año; no lo alcanzó).
Daba paso a la entrega al Goya a la Mejor canción original, que recaía en Javier Ruibal –antecesor en el Premio Nacional de Músicas Actuales a Christina Rosenvinge y Mala Rodríguez– por su tema para ‘Intemperie’ de Benito Zambrano. El gaditano arrancaba una ovación al despedirse con un fragmento de su canción acapella, dando paso a la entrega del premio a Mejor música original, que recayó sin sorpresas en Alberto Iglesias, que se llevó el 12º cabezón de su carrera y se perpetuó como el artista con mayor número de Goyas.
El tema Intemperie, compuesto por Javier Ruibal para la película homónima, se lleva el #Goya2020 a la Mejor Canción Original pic.twitter.com/zfgvWTp93t
Acto seguido, se han entregado los premios al Mejor guión adaptado, que de nuevo daba una nueva alegría al equipo de Benito Zambrano por ‘Intemperie’; y a Mejor guión original, que no parecía albergar muchas dudas y ha hecho subir a Pedro Almodóvar por primera vez al escenario. El manchego ha dudado si el presidente Pedro Sánchez estaba en el recinto (y sí, estaba), pero igualmente le ha deseado suerte como director con «el guión que le hemos dejado los españoles».
"Me di cuenta de que estaba escribiendo sobre mí mismo y del paso del tiempo, no sabía si iba a continuar porque no estaba seguro de querer exponerme hasta ese punto. Pero continué, y ahora me alegro muchísimo" Pedro Almodóvar recogiendo el Goya a Mejor Guión Original #Goya2020pic.twitter.com/pA9VP7p4h2
Tras un sketch de una superheróica Silvia Abril que, con un simpático guiño a ‘Run The World (Girls)’ de Beyoncé, lanzaba un alegato contra las dificultades de las actrices maduras en el cine, tocaba el premio a Mejor actor revelación. Se ha hecho con él un emocionado Enric Auquer -conocido también por su papel de Gary en ‘Vida perfecta‘ de Leticia Dolera- por ‘Quien a hierro mata’, que se lo dedicó, entre otros, a «las antifascistas». Curiosamente, el siguiente premio – a Mejor actor de reparto- era para Eduard Fernández por su interpretación de Millán Astray en ‘Mientras dure la guerra’.
Acto seguido al sólido discurso –ni victimismos ni triunfalismos melodramáticos de más– del presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, llegaba la actuación de Jamie Cullum: interpretaba al piano ‘Endings are Beginnings’ mientras se rendía homenaje en pantalla a los miembros de la Academia fallecidos en los últimos 12 meses, incluidos Asunción Balaguer, Analía Gadés, Galindo, Félix Gómez, Patxi Andión o Chicho Ibáñez Serrador. Un nuevo gag –quizá el más ingenioso de la noche– de Buenafuente y Abril desgranando las miserias del cine español vestidos de «palomiteros» dejaba paso a la entrega del Goya a Mejor corto documental, que recaía en ‘Nuestra vida como niños refugiados en Europa’ de Silvia Venegas Venegas. Seguidamente, ‘Madrid 2120’ de José Luís Quirós y Paco Sáez se llevaba el cabezón al Mejor corto de animación y ‘Suc de Síndria’ de Irene Moray hacía lo propio con el de Mejor corto de ficción. ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas‘ se hacía, ante la oscarizable ‘Klaus‘, el galardón a Mejor película de animación. Justo en ese momento, toda España había vaciado su vejiga, tras tantísimo agradecimiento.
Tras la oleada de bostezos, al fin llegaba el homenaje a Pepa Flores, Marisol, con la actuación de Amaia y, más brevemente, de Celia Flores, hija de la homenajeada. Fue menos emotivo de lo que cabía imaginar. De hecho, la ovación de la platea no ha sido tan intensa como la que, justo a continuación, se ha llevado Julieta Serrano por el premio a la Mejor actriz de reparto (por su papel de la madre de Salvador Mallo en el film de Almodóvar) . Eso sí que ha sido un auténtico homenaje. ‘Los miserables’ de Ladj Li recibía a continuación el Goya a Mejor película europea de manos de Los Javis, que luego protagonizaban un pequeño sketch sobre la lucha por el cambio climático y daba paso a la entrega del premio a Mejor película documental. Era para ‘Ara Malikian, una vida entre las cuerdas’ de Nata Moreno, que subía a recogerlo con el popular violinista.
Tras entregarse a ‘La odisea de los giles’ de Sebastián Borensztein el Goya a Mejor película iberoamericana, una exultante Belén Funes recogía el premio a la Mejor dirección novel por ‘La hija de un ladrón‘. Una nueva retahíla de chistes –esta vez buenecillos– de los conductores de la gala, ha dado paso a la traca final de los Goya.
Belén Cuesta lograba su primer gran premio como Mejor actriz protagonista por ‘La trinchera infinita’, imponiéndose a nada menos que Penélope Cruz, Marta Nieto (premiada en Venecia por ‘Madre‘) y Greta Fernández (‘La hija de un ladrón’). El que parecía inapelable era el de Mejor actor protagonista para Antonio Banderas por ‘Dolor y gloria’, que ha dedicado un sentido discurso a Pedro Almodóvar y sus compañeros de reparto –las lágrimas de Leonardo Sbaraglia dieron cuenta de la emoción–. Y ha recordado que precisamente ayer hacía tres años que sufría un ataque al corazón. Inmediatamente, precisamente Almodóvar recogía de manos de Penélope Cruz y Ángela Molina el Goya a Mejor dirección. El realizador dejó ver su conmoción por el bonito discurso de su actor predilecto y, claro, por el premio. También volvió a dirigirse a Pedro Sánchez, esta vez para pedirle apoyo institucional para el cine independiente, fuera de los márgenes de la industria, que «está en vías de extinción». Cerrando esa racha por todo lo alto, José Coronado y Marisa Paredes revelaban que, además, ‘Dolor y gloria’ conseguía el Goya a Mejor película de 2019. Lograba así su séptimo cabezón de la noche, imponiéndose definitivamente. Veremos si tiene tan buena acogida en los Oscar. Un grueso numerillo final de Buenafuente y Abril enseñándonos el culo y un fragmento del musical de Broadway de ‘A Chorus Line’ de Banderas sin Banderas, ponían fin a tres horas y media de una gala con buen ritmo –a pesar de todo, sí– pero algo torpona, que ha tenido algo menos gracias que la del pasado año.
Como bien sabemos, esta noche se celebra en Málaga la gala de unos Premios Goya 2020 en los que ‘Dolor y gloria‘ de Pedro Almodóvar y ‘La trinchera infinita‘ de Aitor Arregi y Jon Garaño parten como grandes favoritas. Una gala de la que haremos seguimiento en directo en JENESAISPOP, como es habitual cada año. De ella, además de los premios y dinámica del espectáculo –que por segundo año consecutivo conducen Andreu Buenafuente y Silvia Abril–, nos interesan especialmente sus números musicales.
Este año no estará Rosalía –sobre todo, porque está en Los Ángeles preparando su actuación de mañana en los Grammy 2020–, pero sí estará de nuevo Amaia. Tras la accidentada actuación de la pasada edición en la que un problema técnico la jugó una mala pasada, la navarra no se amilana y repite para ofrecer algo muy especial: un homenaje musical a Pepa Flores, Marisol, que es objeto del Goya de honor por toda su carrera. Desde su paso por Operación Triunfo, sabemos que las canciones de Marisol son una influencia muy importante para Romero –ha declarado que «la obsesionaba de pequeña» y de hecho ha versionado la jota ‘Tan pequeñica y sincera‘ que cantó aquella–, y en parte se refleja en ese punto naif de algunas canciones de su álbum debut ‘Pero no pasa nada‘.
Amaia dijo a Europa Press hace unos días que este homenaje partió en principio como una actuación coral, pero ella propuso hacer algo diferente, en solitario y con un arreglo musical creado por ella. Para su sorpresa, aceptaron. Curiosamente, en la última gala del talent-show en el que la vimos irrumpir como artista, se vio un homenaje coral a Marisol que fue duramente critidado por los tutores de la academia de OT 2020.
El repertorio escogido por Amaia es lógicamente un secreto, pero cabe destacar que, muy oportunamente para sus intereses comerciales, Sony Music ha reeditado precisamente esta semana dos discos de Marisol/Pepa Flores: ‘Orígenes‘, con más de 60 canciones grabadas entre 1960 y 1964 cuando era una estrella infantil, y ‘Galería de perpetuas‘, un reivindicativo disco feminista del año 1979 firmado con su nombre real. Parece también confirmado que estará en la gala de los Goya su hija, Celia Flores, que también es compositora e intérprete. Lo que no está nada claro es si acudirá a la gala la propia homenajeada, que lleva retirada muchos años de la vida pública. Otras actuaciones musicales programadas son las de Jamie Cullum, Ana Mena y Rayden, además de un número del musical de Broadway ‘A Chorus Line’, que produce, dirige e interpreta en estos momentos Antonio Banderas en la ciudad malagueña.
Esta noche del sábado 25 de enero llega Mucho Noir Club a la sala Razzmatazz de Barcelona. Se trata de una singular forma de presentar en directo ‘¿Hay alguien en casa?‘, el último disco de Mucho, que dejó de ser un grupo para pasar a ser el proyecto unipersonal de Martí Perarnau IV, músico curtido en muchas batallas de pop con Sunday Drivers, Egon Soda y un largo etcétera. El concepto consiste en «un club itinerante de música electrónica en directo», en el que Perarnau y su banda hará «música sin interrupción desde que abran puertas, será una experiencia musical hipnótica mientras presentamos las canciones del último disco».
Dado que Perarnau continúa siendo uno de los más fieles colaboradores de Zahara, co-autor de su hit ‘Hoy la bestia cena en casa‘ e integrante fundamental de su banda de directo independientemente de su formato (también en su «tour bajona»), ha sido frecuente ver a la jienense sumarse al este club itinerante para cantar alguna canción en directo con Mucho. Y lo ha hecho en la que, de manera inesperada, se ha convertido en el gran hito de esta última etapa del proyecto, ‘Las ventanas se encienden’. Inesperada porque no fue señalada como ninguno de los cuatro adelantos/singles escogidos para promocionar el disco. Sin embargo, ni ‘Ahí te quedas, Perarnau‘, ‘El enemigo ahora vive en todos nosotros‘, ‘Putochinomaricón‘ y ‘¿Hay alguien en casa, McFly?‘ logran, pese a ser fantásticas, alcanzar –y por muchas decenas de miles– los más de 680.000 streamings que posee aquella. Lo cual tiene aún más mérito.
El secreto no es fácil de señalar. En su mayoría, comparte instrumentación, influencias y referencias líricas con sus compañeras de álbum. Pero no cabe duda de que ‘Las ventanas se encienden’ tiene algo especial. Quizá sea su sutil crescendo, amasado con esos sintetizadores de sonido pretérito que predominan en el álbum, junto a unas guitarras flotantes cuya combinación la convierte en una canción-de-carretera digna de los mejores The War On Drugs. O quizá esa letra que toma un estado de suma depresión («Yo ya casi ni siento / los crujidos de lamento / que tratan de doblegar / mis energías cada invierno»), incluso con lectura social («Tengo que brindar dentro de mí / las ganas de compartir, / para poder existir / en este oscuro redil / del qué tan orgullosos os sentís») y lo contrapone a un último hálito de energía para seguir adelante («Toda mi vida ha sido una mentira / y aquí ya no hay quien sienta / Aún así continuaré, continuaré»). Como sea, es evidente que se ha convertido en un auténtico himno de Mucho, posiblemente para sorpresa del propio Martí Perarnau IV.
El libro que más me ha gustado de 2019 es uno de los últimos que se ha publicado. La argentina Mariana Enríquez ya demostró su enorme talento en ‘Las cosas que perdimos en el fuego’ (2016), una colección de cuentos de terror que sorprendían por su capacidad para provocar inquietud y generar reflexiones de carácter político y social. ‘Nuestra parte de noche’ (Anagrama), ganadora del Premio Herralde, amplifica esas características a lo largo de sus casi setecientas páginas (que se hacen cortas). La novela es un macabro relato sobrenatural, con ecos de Stephen King, Clive Barker o el folk horror argentino (Ernesto Sábato, Horacio Quiroga, C.E.Feiling), que funciona también como alegoría sobre la cara oculta de la historia de Argentina: la dictadura militar, las élites que la apoyaron, la crisis económica pre-corralito… La autora nos mete el miedo en el cuerpo a la vez que nos fascina por su capacidad para extraer estimulantes discursos políticos y filosóficos de las profundidades del género de terror. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
La última obra publicada en España de la premio Nobel polaca Olga Tokarczuk es un extraordinario viaje literario, una novela errante que se desplaza con una prosa ágil y aventurera por decenas de historias, personajes y lugares. No es un libro de relatos al uso, sino una novela construida con fragmentos, como los apuntes de un cuaderno de viajes: recuerdos, reflexiones, curiosidades, cuentos, mapas, dibujos… La escritora se confiesa incapaz de echar raíces, de establecer vínculos duraderos con los territorios que habita. “Mi energía es generada por el movimiento: el vaivén de los autobuses, el traqueteo de los trenes, el rugido de los motores de avión, el balanceo de los ferrys”, escribe. Esa inquietud, esas ganas de traspasar fronteras, de viajar para conocer y conocerse a sí misma, las ha plasmado en este fabuloso libro lleno de imaginación, erudición y poesía. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
‘Érase una vez en… Hollywood’, la segunda temporada de ‘Mindhunter’, el cumplimiento del cincuenta aniversario de los asesinatos… 2019 ha sido un “año Manson”. Fruto de esta renovada fascinación por los casos Tate-LaBianca es la publicación en España de ‘Helter Skelter’, la Biblia sobre estos asesinatos, el libro de crónica negra más vendido de la historia. Vicent Bugliosi, fiscal de los dos casos, publicó su monumental ensayo en 1974, poco después de que finalizara el proceso judicial que llevó a la cárcel a Manson y cuatro de sus acólitos. La nueva edición en castellano que presenta la editorial Contra es completísima. Incluye un revelador (y muy mordaz) prólogo de Kiko Amat, un posfacio del propio Bugliosi escrito en 1994, y una abundante selección de imágenes. ‘Helter Skelter’ es un libro de no ficción que se lee como una apasionante novela criminal, como un “procedimental” donde ocurren sorpresas en cada capítulo. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
La novela gráfica del año. Tras dieciséis años de trabajo, el ultra perfeccionista Chris Ware (‘Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo’, ‘Fabricar historias’) ha publicado su ‘Ulises’ particular. ‘Rusty Brown’ (Reservoir Books) narra varias historias entrelazadas, protagonizadas por distintos personajes -un niño con superpoderes, un adolescente despótico, una profesora con miedo a la vejez-, que tienen un denominador común: transcurren en los ambientes fríos y melancólicos de un colegio del Medio Oeste estadounidense. Para ello, Ware utiliza una extraordinaria combinación de técnicas visuales. Como explica mi compañero Sr. John en su reseña, “los saltos espacio-temporales, a veces utilizando un faldón a menor tamaño en el margen inferior de algunas páginas, suponen una fuente inagotable de ideas. Algo que se crece gracias a su habilidad para inquietar bajo una paleta de colores vibrantes de lo más inocente… como las relaciones complejas rugen en nuestras vidas de aparente normalidad”. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
Luis Landero (‘Juegos de la edad tardía’, ‘La vida negociable’) nos cuenta en ‘Lluvia fina’ (Tusquets) una reunión familiar. Tres hermanos (un hombre y dos mujeres) distanciados por viejos rencores, una madre a punto de cumplir ochenta años, y una cuñada que asiste al espectáculo del intento de reconciliación como forzosa y resignada confidente. El tema no es nada nuevo, es casi un subgénero en la ficción. Pero la forma que tiene Landero de abordarlo es una maravilla. Ya se sabe que la memoria es selectiva y todos reescribimos nuestro pasado echándole más imaginación de la que creemos, por eso el autor articula esta historia a través de varios puntos de vista, mezclando de forma muy hábil conversaciones telefónicas y diálogos que cuentan -y reinterpretan, y manipulan, y tergiversan- esas mismas conversaciones. El resultado de este juego de voces es un goteo constante de pequeños reproches, inquinas y resentimientos que van calando en los personajes (y en el lector) como una “lluvia fina”. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
Jennifer Egan era una desconocida en España hasta que en 2011 ganó el premio Pulitzer con ‘El tiempo es un canalla’, su cuarta novela. En ‘Manhattan Beach’ (Salamandra), la autora reconstruye de manera excepcional todo un mundo: el Nueva York portuario de la Segunda Guerra Mundial, un lugar donde dieron los primeros pasos hacia la emancipación las mujeres que ocuparon los puestos de trabajo que habían dejado libres los hombres. Al igual que la protagonista se sumerge en el fondo marino, Egan sumerge al lector en el libro como si las solapas tuvieran brazos. La autora demuestra un enorme talento para la descripción de ambientes, el retrato psicológico de los personajes, la construcción narrativa, el discurso feminista (sin salpicar, navegando junto a los demás temas de la novela) y la evocación poética. No es de extrañar que el oscarizado Scott Rudin, productor de adaptaciones como ‘No es país para viejos’, ‘Las horas’ o ‘Millennium’, se haya apresurado a comprar los derechos. ¿Quién dirigirá la adaptación? Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
La comedia nunca ha cotizado al alza en los premios literarios (ni en los cinematográficos). Cuanto más prestigiosos, menos oportunidades para el humor. Por eso es sorprendente que el premio Pulitzer al mejor libro de ficción de 2018 recayera en una novela cómica. ‘Less’ (AdN Alianza) no encaja en el premiable concepto de “gran novela americana”. No son, como dice su autor, “ochocientas páginas graves escritas por un varón blanco heterosexual”. Son menos de trescientas páginas, muy ligeras, y escritas por un varón blanco homosexual. El protagonista es Arthur Less, un escritor en horas bajas a punto de cumplir los cincuenta; un hombre que se siente fracasado como novelista (su único éxito fue su ya lejano debut), como amante (su pareja durante nueve años se va a casar con otro más joven), como novelista gay (su “comunidad” le ataca por “no mostrar algo hermoso de nuestro mundo”), y como hombre gay (se siente “el primer homosexual que ha envejecido”). Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
La poeta es Emily Dickinson, la misteriosa escritora estadounidense que permaneció recluida en su casa de Amherst gran parte de su vida y apenas publicó una decena de poemas de los casi 1.800 que escribió. El asesino es Mark Hofmann, un prodigioso falsificador literario, educado en la fe mormona, que intentó socavar los principios de su iglesia con sus falsificaciones. Además, falsificó la letra de decenas de escritores célebres, entre ellos Dickinson. En 1987 fue condenado a cadena perpetua por asesinar a dos personas para encubrir sus engaños. Una víctima de Hofmann fue Daniel Lombardo, conservador de la biblioteca de Amherst, quien adquirió un supuesto poema inédito de Dickinson. A partir del descubrimiento de este engaño, el escritor Simon Worrall inició una investigación que plasmó en ‘La poeta y el asesino’ (Impedimenta), un thriller de no ficción que funciona también como reflexión sobre la genialidad, la locura y la creación artística. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
Una de las grandes novelas negras del año. Diez años después del bombazo de ‘La playa de los ahogados’, Domingo Villar regresa con otro caso del inspector Leo Caldas. ‘El ultimo barco’ (Siruela) comienza con una desaparición. A partir de ese hecho se pone en marcha una investigación que está narrada con minuciosidad, precisión y paciencia. Por medio fundamentalmente de conversaciones, de preguntas a testigos y sospechosos (quien busque “acción trepidante” se equivoca de libro), la historia va avanzando poco a poco, atrapando al lector como la marea en una playa del Atlántico. La investigación policial se combina con una fabulosa descripción de ambientes (Vigo y su ría), y con pequeñas historias personales que le permiten al autor reflexionar sobre las relaciones humanas. Setecientas páginas que pasan en un suspiro. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
El camino recorrido por Cristina Morales con ‘Lectura fácil’ (Anagrama) ha sido sorprendente. De ser rechazada por Seix Barral tras su negativa a eliminar varios pasajes de la novela, pasó a ganar el Premio Herralde en 2018 (la novela se publicó en diciembre de ese año, pero la he leído unos meses después y no quería dejar de recomendarla) y luego el Premio Nacional de Narrativa en 2019, un galardón que no se suele otorgar a escritores con poca trayectoria (esta es su cuarta novela) ni a obras tan radicales. De hecho, es la primera vez que coinciden los dos premios. ‘Lectura fácil’ es un texto lleno de inventiva estilística. Una novela que la autora arroja a la sociedad con ánimo destructivo –del sistema de pensamiento neoliberal y heteropatriarcal-, pero también con voluntad de 1) hacer reír, y 2) generar en los lectores un proceso emancipador. Un libro que celebra con humor y rabia “el placer de localizar el dedo índice de la mano, estirarlo, y dirigirlo contra tu sometedor”. Disponible en Amazon y en tu librería de barrio favorita.
En la madrugada del domingo al lunes se celebra una nueva edición de los Premios Grammy, que en España podrá seguirse por un canal de pago de Movistar+. A estas alturas sabemos que actuarán Billie Eilish, Ariana Grande, Rosalía, Tyler the Creator y gente tan variada como Aerosmith, Lizzo y Bonnie Raitt, entre muchos otros. Como ya es tradición, analizamos las posibilidades de cada uno de los favoritos para ganar concretamente el premio a Mejor Disco del Año, y por tanto en general, pues este es el galardón que tiene más repercusión en las listas de ventas, streaming, a nivel mediático y a largo plazo.
Billie Eilish
Pros: ‘WHEN WE ALL FALL SLEEP, WHERE DO WE GO?‘ parte como favorito absoluto en las casas de apuestas. Billie Eilish además estará por allí, de lo que se deduce que su equipo quizá ha recibido un «soplo» amigo, y recibiría el premio tras haber cumplido 18 años hace poco más de un mes. Batiría un récord de Taylor Swift, que ganó su primer Grammy a Mejor Álbum cuando tenía «20 años y 49 días» solo que en su caso, lo merece más que ‘Fearless’. El suyo sí ha sido un disco global, reconocido a nivel mundial y por una vez el más vendido. Se nos ocurre un factor más: ‘WHEN WE ALL FALL SLEEP, WHERE DO WE GO?’ es un disco bastante electrónico, y suele ganar un álbum con un componente orgánico muy marcado. De ‘Babel’ a ‘Morning Phase’ pasando por supuesto por Taylor y Adele, pero también por ‘Random Access Memories’, parece que las guitarras, los pianos y las orquestas son quienes han de ganar los Grammy por derecho. ¿Pero en qué año estamos? Contras: Parte como demasiado favorita y a los Grammy les encanta dar una sorpresa. Ese carácter electrónico y moderno puede jugar en su contra de cara al votante más viejuno. Recordemos que Lorde no ganó.
Lil Nas X
Pros: Es el absoluto favorito para ganar en Mejor Grabación del Año por su mezcla de country y hip-hop en ‘Old Town Road’ junto a Billy Ray Cyrus. Contras: Realmente no es la primera canción que aúna country y hip-hop y el tema no es tan bueno como nos lo pintan desde los países anglosajones: si no os fiáis de nosotros, hacedlo de Rockdelux, que tampoco lo ha seleccionado en su lista de lo mejor de 2019. ¿Puede suponer un antes y un después para las emisoras de radio estadounidenses? Si no estaban ya tocadas de muerte por su falta de eclecticismo, sí. En todo caso, aquí la pregunta es qué hace Lil Nas X nominado a Mejor Álbum del Año por un EP de 7 canciones y media que no ha tenido más crítica notablemente positiva que la de Los Angeles Times. New York Times y Rap-Reviews han puntuado el álbum con un 3 sobre 10. ¿Después de tanto ninguneo a Kanye, la Academia aparece con esto?
Lizzo
Pros: Lizzo va segunda en las apuestas a Mejor Disco, por detrás de Billie Eilish, y primera en Mejor Canción. Sin duda, ha sido uno de los personajes del año y todo el mundo quiere ver lo que prepara como «performer» en esta ocasión. Contras: Si Amy Winehouse no ganó el premio a Disco del Año como artista soul, ni Beyoncé lo ha ganado nunca como artista de música urbana o R&B, ni mucho menos Missy Elliott como artista hip hop, pone un poco los pelos de punta que Lizzo pueda ganarlo con un producto divertido, pero muy deudor de sus influencias. Peor aún, de ganar Lizzo el galardón a Mejor Canción, lo hará con una canción que salió en 2017. En pleno 2020. Las ñapas de los Grammy de revisiones en directo falsas, remixes y demás artimañas para poder presentar una canción vieja pero de moda, necesitan una revisión urgente desde que tenemos Discogs y Wikipedia para comprobar realmente cuándo salió una grabación al mercado.
Lana Del Rey
Pros: Lana Del Rey no parte como favorita de nada, y de hecho su simple nominación se considera un éxito después de unos cuantos años de ninguneo: todos sabemos qué disco de 2012 hizo más historia, si ‘Babel’ de Mumford & Sons, ‘Some Nights’ de fun. o ‘Born to Die’. La Academia se lo debía y, sin alternativa folk-country, Lana podría ser una opción para el votante conservador de los Grammy por mucho «fucking» que haya metido en título y letras. El álbum es totalmente clásico en cuanto a sonido y alguien en torno a esta votación tiene que ser consciente del puntazo que se apuntarían los Grammy, a nivel imagen, premiando a Lana. ¿Es que ningún miembro se mira un poquito las listas del año? Contras: Lana ni siquiera está confirmada como «performer» en la ceremonia, y desconocemos si acudirá: su próximo concierto no es hasta el 21 de febrero. Si no va, el asunto pinta tan mal como para en su momento Drake o Justin Bieber.
Bon Iver
Pros: Aunque Bon Iver es un artista sui generis, atento a la electrónica y al jazz, también puede atrapar algo de voto folk y tradicional, aunque solo sea porque el single principal de ‘i, i‘ está dedicado a su madre. Hasta el punto de que ‘Hey, Ma’ también está nominada a Grabación del Año. Contras: Claramente Justin Vernon cae en gracia en los Grammy pues no es la primera vez que le tienden una mano pese a la rareza de su proyecto. Sin embargo, le ven como un raro: sonado fue el episodio hace unos años en que le invitaron a tocar en la ceremonia, pero como tenía que hacerlo con un artista random, declinó. En cuanto a lo artístico, ‘i, i’ ha sido muy bien recibido por la crítica, pero no como su cenit. Se trata de un buen cuarto disco que no añade muchísimo a su carrera, que ha aparecido en unas listas del año sí, y en otras no.
Vampire Weekend
Pros: El premio a Álbum Alternativo del Año se daría por hecho para Bon Iver, de no ser porque Vampire Weekend también podrían llevárselo al estar nominados igualmente a Disco del Año. El grupo americano sí ha renovado su discurso con un álbum multicultural, variado pero coherente y con referencias al cambio climático en una época en la que no podía estar mejor traído. ‘Father of the Bride‘ puede ser el ‘The Suburbs’ de este 2020. Contras: Cuando Arcade Fire ganaron el galardón a Álbum del Año estaban allí para cerrar la gala con ‘Month of May’ y ‘Ready to Start’. Algo nos dice que Vampire Weekend no van a cerrar la gala, pues ni siquiera están confirmados para actuar. De hecho hasta nos preguntamos si el Grammy a Mejor Disco Alternativo se televisará en absoluto, vista la lista de artistas asistentes.
Ariana Grande
Pros: Pese a que entre favoritos y sorpresas, la hemos dejado para casi el final, Ariana Grande va con buenas opciones a la gala. Para empezar, va de verdad, si bien no sabemos qué interpretará. Pero en todas las casas de apuestas tanto el disco ‘Thank u, next‘ como el tema ‘7 Rings’ en Mejor Producción tienen grandes opciones. Contras: Editado en febrero de 2019, hace casi un año, el disco puede haber sido ya olvidado por parte de los votantes. Esto es un factor importante, porque los lanzamientos de los meses -en plural- finales de 2018 compiten ahora, pero no hay ni uno nominado. Irónicamente, puede que su título «thank u, next», haya sido un tiro en el pie. La misma Ariana parece haber pasado ya página con otros singles y otras cosas.
H.E.R.
Pros: Los Grammys a Lauryn Hill y Whitney Houston, las 3 nominaciones a Álbum del Año para Mariah Carey, las 2 a Alicia Keys… Pese al ninguneo a gente como Janet Jackson, que no es nominada a Disco del Año desde 1987, en los Grammy de vez en cuando se acuerdan de que les gusta el R&B. Además, como el año pasado, tendrán a la artista por allí: es niña mimada oficial. Contras: Todos los memes «I don’t know H.E.R.» que aguardan si gana algo. Todo lo que tiene este disco es un número 86 en el Billboard 200. Hasta Bon Iver con un álbum con el que le ha ido regulín, ha sabido hacerlo mejor.
Eminem se ha adelantado a Halloween y ha publicado un álbum llamado ‘Music to Be Murdered By’ narrado, a través de interludios sampleados, por Alfred Hitchcock, quien editó un disco llamado más o menos igual en 1958. De un tiempo a esta parte enfrentarse a un álbum de Eminem ha dado miedo por la incomodidad -por decirlo de alguna manera- que podían llegar a producir muchas de sus letras o desesperadas colaboraciones, pero desde ‘Kamikaze‘ es evidente que Slim Shady se ha puesto las pilas, y su sucesor no es una excepción.
Algunas de las producciones más interesantes de ‘Music to Be Murdered By’ suenan totalmente a Halloween, como la de ‘Little Engine’, que de hecho rima «psycho killer» con «Michael Thriller»; y el disco logra sonar cinematográfico gracias a su uso de sonidos y efectos varios, desde disparos a alarmas de policía pasando por unas pastillas que Eminem tira por la cadena en ‘Never Love Again’, o gracias a ambientaciones llenas de suspense como la de ‘You Gon´ Learn’. Este no es un recurso nuevo en la discografía del rapero, pero ‘Music to Be Murdered By’ suena especialmente trabajado en este sentido, lo cual ofrece una escucha inmersiva y rara vez tediosa a pesar de durar el disco más de 1 hora. Y si bien los textos vuelven a hablarnos de todos los temas favoritos de Eminem (1, 2, 3 responda otra vez: la fama, las drogas, su humilde pasado, su padrastro, al que odia; sus «beefs» varios con otros raperos, etc.) esta vez lo hacen a través de canciones y producciones, en muchos casos, más que dignas. Será que ‘Revival‘ puso el listón muy bajo, pero ‘Music to Be Murdered By’ es un estupendo disco de Eminem.
A pocos minutos de empezar el disco, en la pista 2, ‘Unacommodating’, Eminem se saca de la manga una «broma» sobre el ataque terrorista de Manchester acontecido en 2017 tras un concierto de Ariana Grande (quien es mencionada), suficientemente de mal gusto como para puntuar este disco con un 0. Sin embargo, el concepto de «guilty pleasure» vuelve a tener sentido en esta canción dedicada a los «débiles» raperos de hoy (también los llama «retrasados», otra prueba de que Eminem no vive en 2020) que engancha gracias a sus menciones a «Kanye, Beyoncé y Jay-Z» y sobre todo al ultra-rápido flow del rapero, toda una montaña rusa de juegos de palabras y sílabas imposibles que no es única en el disco. Con la colaboración póstuma de Juice WLRD y un beat próximo al hip-hop de los 80, ‘Godzilla’, el hit espontáneo del ‘Music to Be Murdered By’ (va por 35 millones de escuchas en Spotify en una semana, por lo que será top 1 directo en el Billboard con toda probabilidad) parece pensado para asfixiar a todo aquel que busque memorizar el vertiginoso tramo final de la canción en su habitación. Muy pertinente al fin y al cabo.
Eminem ha dicho que ‘Music to Be Murdered By’ no es para personas sensibles y que el objetivo del disco es «golpear la conciencia» para criticar el sensacionalismo mediático que rodea hoy en día a los asesinatos. Tiene sentido que Eminem aborde este concepto a través de un marco cinematográfico, pero el single ‘Darkness‘, que utiliza la melodía de ‘The Sound of Silence’ de Simon & Garfunkel para ponerse en la piel del asesino del tiroteo de Las Vegas, llegando a reproducir sonoramente el recorrido que hizo desde su hotel hasta el evento… y todo lo que aconteció después, quizá sea demasiado gráfico y obvio para conmover o resultar interesante desde algún punto de vista. La música de Marshall suele ser más interesante cuando es autobiográfica, y aunque ‘Stepdad’ tampoco es uno de los mejores momentos del álbum, su celebratorio estribillo «odio a mi padrastro» tiene gracia… aunque menos que ese momento de la letra en que el rapero imagina que asesina a su padrastro con una inyección de cianuro, mientras duerme.
Si ‘Music to Be Murdered By’ contiene «shock value», no es por las letras. Ya estamos más que curados de espanto con Eminem tanto cuando rapea sobre sus encuentros babosos con una chica bisexual (‘Those Kinda Nights’) como cuando declara que «nunca he tenido problemas para adaptarme a los nuevos tiempos» (la abrasiva ‘Yah Yah’ contiene el ulular de un búho). Cuando en la inane ‘No Regrets’, el autor de ‘The Marshall Matters LP’ se disculpa con Tyler, the Creator y Earl Sweatshirt por haberse metido con ellos en el disco anterior, inmediatamente después apunta que al resto de «haters» les pueden «follar con 800 vibradores a la vez»… y consigue presumir de muy poquita imaginación. Al final lo verdaderamente chocante de ‘Music to Be Murdered By’ es que la colaboración con Ed Sheeran en la mencionada ‘Those Kinda Nights’ no suena en absoluto desesperada, que el rapero consigue conmover (!) con una historia de sexo «extramarital» en ‘In Too Deep’ (muy R&B), o que a pesar de la extensa duración del disco, el artista encuentra formas diversas de mantener el interés hacia el final de la secuencia, como usar un sample jamaicano en ‘Farewell’. Añades los interludios y tienes sobre la mesa un disco de rap realmente entretenido tanto en lo musical como en lo lírico. Una pena que, en muchos casos, la intención de Eminem por resultar chocante sea de hecho lo peor que este tiene que ofrecer.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Unacommodating, ‘You Gon’ Learn’, ‘Godzilla’, ‘In Too Deep’, toda la secuencia enmarcada en los interludios de Alfred Hitchcock Te gustará si te gusta: el rap más enfocado en las letras Escúchalo:Spotify
Eminem es el nuevo número 1 en álbumes de Reino Unido, como era de esperar, con su disco sorpresa ‘Music To Be Murdered By’. El álbum ha barrido al top 2, superando las 36.000 copias vendidas en una semana, lo cual tiene mucho mérito sin soporte físico: 10.000 son descargas tipo iTunes, el resto son puntos de streaming. En el top 2 quedan The Courtneers con 25.000 copias, dejando el camino libre para el 10º álbum de Eminem que llega al número 1 en las islas británicas, incluyendo un recopilatorio.
También el artista ocupa el top 1 en singles, y eso ha sido ya más ajustado: en concreto la batalla se ha decidido por tan solo 93 unidades. ‘Godzilla’ de Eminem junto al desaparecido Juice WRLD es el nuevo número 1 del artista en las islas con lo equivalente a 52.633 unidades, casi todo puntos de streaming. En el puesto 2 queda ‘The Box’ de Roddy Ricch con 52.540 copias, de momento sin llegar a la cima. En todo caso, es también el 10º single de Eminem que corona la lista de Reino Unido; y además entra al puesto 12 con ‘Those Kinda Nights’ con Ed Sheeran, y al 17 con ‘Darkness’.
En cuanto a Estados Unidos, este disco sorpresa supondrá que el gozo de Halsey quede en un pozo. De no existir este álbum, Halsey tendría bajo sus manos el número 1 asegurado para su nueva entrega, ‘Manic’, entre las 200.000 y las 220.000 copias. Sin embargo, la irrupción de ‘Music To Be Murdered By’ supondrá entre 270.000 y 290.000 unidades, dando la ventaja a Eminem. Este sábado podréis leer en JENESAISPOP nuestra crítica del disco de Eminem, y el lunes, la del de Halsey. Os avanzamos que ambos nos han sorprendido para bien, y muy bien.