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Ed Sheeran / No. 6 Collaborations Project

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Justin Bieber, Camila Cabello, Cardi B, Khalid, Stormzy, Eminem, 50 Cent, el argentino Paulo Londra, Travis Scott, Skrillex, Bruno Mars… No quiero ni pensar lo que pasaría en los comentarios de Youtube si estos fueran los invitados del próximo disco de Beyoncé, Taylor Swift o Madonna. La gente diría que están desesperadas por un número 1 en el mejor de los casos. Ed Sheeran puede no tener la culpa de que vivamos en un mundo machista, pero sí de que el disco de duetos con superestrellas que lleva tiempo planeando sea una decepción.

Prometía ‘I Don’t Care‘, el simpático primer single junto a Bieber en el que ambos cantan sobre una fiesta en la que no encajan, si bien en el tema no se terminaba de justificar la necesidad de dos cantantes masculinos. Pero entre el resto son pocas las composiciones destacadas, en ocasiones resultando tan feas como el título dado al largo, ‘No. 6 Collaborations Project’, como es el caso de la guitarra enlatada de ‘Way to Break My Heart’, la producción a lo Avicii de ‘South of the Border’ o ‘1000 Nights’, la típica nadería en que los artistas cuentan cómo es su vida de gira, ajenos al interés general. Algo que además, cuando llega este tema ya se nos había contado en ‘Take Me Back to London’, en la que se mencionan Glastonbury o el estadio de Wembley, y que suena excesivamente grave y preocupada sin motivo.

Parece que la gracia de este álbum es que Ed Sheeran muestre su versatilidad para adentrarse en el grime, en el rock, en el hip hop o en la balada, como ha dejado antes ver en singles tan diferentes entre sí como ‘Perfect’ (aquel que cantó con Beyoncé y Andrea Bocelli) o ‘Don’t’, pero lo único que ponen sobre la mesa estas composiciones es su escasísima personalidad. Podrán sonar en las playlists de hits y acumularán millones de streamings, pero la esclavitud con que siguen fórmulas preestablecidas de éxitos actuales es deprimente: la canción con las guitarras eléctricas más subidas de tono, ‘BLOW’, bastante inane por otro lado, pues suena a karaoke de Led Zeppelin o Lenny Kravitz, se ha dejado para el último lugar, no vaya a ser que alguien hiciera «skip».

Todo lo demás es bastante predecible: los guiños latinos, el sonido Stormzy de la canción de Stormzy o el sonido Eminem de la colaboración con Eminem. No cabe duda de que Edward Christopher ha hecho este álbum como mero divertimento, ¿pero era necesario rehuir del encanto de canciones como ‘Thinking Out Loud’ y ‘Castle on the Hill’? Apenas la balada de devoción absoluta hacia tu pareja que es ‘Best Part of Me’ junto a YEBBA o el aroma blues de ‘I Don’t Want Your Money’ son dignas de haber sido incluidas en «Divide«.

El artista continúa siendo fiel a sí mismo en unas letras en las que canta sobre ser uno mismo, estar en su casa, no renunciar a nada por la fama y las fiestas, etcétera. Es paradójico que, con ese discurso y valiéndose por sí solo en el escenario, se haya querido rodear de toda esta «beautiful people» con la que dice no encajar en el tema inicial, para ofrecer un álbum que suena como una mímesis de la gente que se mete en las fiestas que critica. Ganas de que llegue más bien su prometido álbum intimista a lo ‘Nebraska’.

Calificación: 4,7/10
Lo mejor: ‘I Don’t Care’, ‘Antisocial’, ‘Best Part of Me’, ‘I Don’t Want Your Money’
Te gustará si te gusta: escuchar playlists de hits, Avicii, Eminem, Lenny Kravitz
Escúchalo: Spotify

No te pierdas: Najwa alterna sensualidad y violencia en el impactante vídeo de ‘Lento’

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Najwa acaba de publicar ‘Lento’, un nuevo single producido por El Guincho que hemos analizado en «La canción del día». Es un claro «grower» desde su elemento sutil y hoy lunes es momento de ver su videoclip, claramente diseñado para aumentar el impacto de la canción en un 200%.

El vídeo de ‘Lento’ está dirigido por Agustín Alberdi & Nicotine y conjuga sensualidad con violencia, exactamente como hace esta canción en la que Najwa canta «tú y yo vamos a morir» u «hoy te toca morir lento» para querer decir otra cosa. Con ecos a ‘Crash’ de David Cronenberg desde la primera escena del vídeo, en la que vemos a Najwa chocando brutalmente su coche contra algo, aunque también por el estilismo en ropa interior de Najwa, muy 90s, el vídeo sigue la tendencia sangrienta de otros clips recientes y presenta a Najwa cortándose las venas o sangrando por la nariz, en cualquier caso acompañada de una misteriosa doble contra la que lucha bate en mano.

Un vídeo, por otro lado, lleno de grandes planos, muy cinematográficos, que probablemente se encuentre ya entre los mejores publicados jamás por Najwa. La artista ha agradecido así a Alberdi su trabajo: «me gusta como me ruedas colega!!! Puffff»

La Canción del Día: Kate Tempest te «atrapa» por completo hablando de amor en ‘I Trap You’

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“El amor es una cosa que te inventas” es el demoledor inicio de ‘I Trap You’. La canción está siendo una de las pistas menos escuchadas del recomendable nuevo disco de Kate Tempest, ‘The Book of Trap and Lessons‘, pero sí es una de las más inmediatas y fundamentales, pues contiene la idea principal de la que sale el nombre del mismísimo álbum. “Lo llamé amor, pero debería haberlo llamado “trampa””, recita en un momento la artista de «spoken word», mientras reflexiona sobre sus «inseguridades», su «libertad» y las «pequeñas mentiras que se dice a sí misma».

‘I Trap You’ contiene varias frases de esas que llaman la atención desde la primera escucha («I still check my phone 17 times a minute / To see if you called and I missed it»), pero si resulta tan magnética desde el principio es por ese evocador piano que hasta parece situarnos en un café de París en los años 60, o en la feria del pueblo cuando éramos pequeños. Tempest se sirve de las labores de Dan Carey como autor de la música y productor de su disco para hacer uno de sus discursos más intimistas y sentidos jugando con el doble sentido de la palabra «trap».

Esto indicaba en Mondosonoro cuando le preguntaban por este tema: «Hay un amor peligroso, que se convierte en una trampa. El amor puede ser un reflejo de las normas y valores de una sociedad, y en ese sentido puede ser un veneno, puede ser posesivo, tiránico, insano y directamente peligroso. En el disco está presente ese tipo de amor individualista, ese amor de carácter capitalista: empieza con el corazón roto de “Thirsty”, pasa por un terreno bizarro de violencia en “Keep Moving Don’t Move” y se convierte en esa cosa malsana de “I Trap You”, pero hay también otro tipo de amor atravesando todo el disco, que empieza con “Hold Your Own”. Es un amor mucho más sólido y comprensivo, mucho más abierto, sin fronteras de ningún tipo». Continúa luego hablando de la conclusión del álbum, como también hiciera durante nuestra entrevista: «A lo largo del disco el amor puede ser una trampa, una lección, puede ser liberador, pasa por una especie de despertar espiritual en “Holy Elixir” y todo nos lleva a “People’s Faces”, donde todo ese amor que ha sido sentido de una manera tan íntima se permite salir del poema para situarse en el mundo real y permitirnos mirar de verdad a los demás, sentir a los demás al detenernos a observar sus caras, conectar realmente con el mundo que nos rodea». Kate Tempest actúa en noviembre en Barcelona (en La [2] de Apolo, el día 26) y Madrid (en But, el 27). Las entradas ya están a la venta.

Julia Michaels / Inner Monologue Part 2

Julia Michaels, compositora de éxito para Justin Bieber (‘Sorry’), Selena Gomez (medio ‘Revival’), además de Shawn Mendes, Fifth Harmony, Hailee Steinfeld o Britney Spears, tenía cosas que expresar (en forma de canciones) tan íntimas que quizá sería raro o incómodo escucharlas en voz de otro. Ese era el punto de partida de una carrera como solista que comenzó con un exitazo, ‘Issues’, y un ‘Nervous System‘ notable que dejaba caer en ella un halo de estrella del nuevo pop. Pero la primera parte de ‘Inner Monologue’ suponía cierta decepción al mostrar a una artista notablemente más impersonal –parece que su voz, más pulida, ha perdido entidad–, con canciones que, salvo ‘Anxiety’ (en la que compartía padecer con su cliente/amiga Selena) y ‘Happy’ (por su estilo vocal más agresivo), se veían envueltas en un halo de “randomness” que las hacía absolutamente intrascendentes.

Si alguien esperaba que ‘Inner Monologue Part 2’ –el disco en realidad se ha dividido en dos como una estrategia de marketing para atraer público a un tour también partido– paliara en parte esa impresión, mala suerte. Porque, aunque más extenso (esta vez se va a 8 temas), hay escasas señales de mejora en lo musical. ‘17’, ‘Work Too Much’ o ‘Body’ son absolutamente blancas y, de nuevo, inanes, mientras que apenas cabe destacar ‘Priest’ y ‘Fucked Up, Kinda’ por su lenguaje explícito y ’Falling For Boys’ (de verdad, ¿hasta cuándo vamos a tener que seguir aguantando la modita del ukelele para introducir una canción?) por su divertida/fatal letra de absoluta decepción con los chicos que se “confunden con hombres”. No cabe culpar del todo a Michaels: a menudo el gran problema de esas canciones es una producción (a cargo de una ristra de nombres como Jesse Shatkin, Ian Fitzpatrick o Louis Bell, que no parecen implicarse demasiado) plana y muy poco trabajada, digna de cualquier aspirante a popstar de medio pelo. La diferencia con la cohesión y potencia de su primer disco, llevado a cabo por Mattman & Robin y benny blanco, es abismal.

En ese nivel de total irrelevancia, al menos se pueden rescatar por salirse del guión ‘Hurt Again’, una suerte de remake de ‘Somebody That I Used To Know’ de Gotye (que muestra que aquel hallazgo del belga pudo exprimirse más), y la final ‘Shouldn’t Have Said It’, una canción realmente preciosa en lo melódico y lo lírico (en ella esboza con explosiva verborrea un honesto “mea culpa” hacia una pareja), que brilla por sí misma, pero también gracias a la inesperada sutileza en las distintas capas de teclados, sin explosiones gratuitas, que plantea Jorgen Odegard (Imagine Dragons, P!nk, Little Mix). Son señales de que la apuesta por Julia Michaels no es equivocada, pero alguien (su compañía, ella misma) tiene que confiar de verdad en sus capacidades, en lugar de proyectarse hacia una aburrida homogeneidad. Julia Michaels presenta ‘Inner Monologue’ en el Teatro Barceló de Madrid el próximo 4 de octubre. Entradas ya a la venta.

10 joyas que ver en FIB 2019 al margen de Lana del Rey, The 1975, Marina, Franz Ferdinand…

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Este fin de semana se celebra una nueva edición del Festival de Benicàssim, que tiene como cabezas de cartel a Lana del Rey, Vetusta Morla, Fatboy Slim y Kings of Leon, además de contar con nombres tan interesantes como The 1975, Marina (que acaba de ofrecer un grandioso set de música pop en Mad Cool), Franz Ferdinand, Jess Glynne, Superorganism, Cupido, Mueveloreina o Carolina Durante. Pero además en él podrás ver a artistas noveles tan recomendables como Gus Dapperton, Mavi Phoenix, The Big Moon, Octavian o estos 10 que te recomendamos hoy. Más info y entradas, en la web del FIB.

Fontaines D.C.

Entre los grupos que más nos han entusiasmado últimamente, prueba fehaciente de que el rock continúa vivo, los irlandeses Fontaines D.C. Su álbum ‘Dogrel‘ ha pasado por nuestra sección de Discos Recomendados gracias a la inmediatez de temazos como ‘Too Real’ o ‘Big’, que no te puedes perder si te gustan Idles, The Clash o los Blur de ‘Parklife’.

Blossoms

Uno de los grupos de pop-rock más recomendables de Manchester del último lustro son Blossoms. Ya tuvimos la suerte de poder hablar con ellos en los tiempos en que editaban su debut homónimo, que les llevaba al número 1 de Reino Unido y les daba su primer disco de oro, pero desde entonces además han publicado otro álbum llamado ‘Cool Like You’, que incluye deliciosos singles de Brit Pop como el eufórico ’There’s a Reason Why (I Never Returned Your Calls)’.

Peaness

Entre los grupos seleccionados por el siempre exquisito cartel de Madrid Popfest estaban Peaness, tres amigas que se conocieron en la Universidad y a las que unía su amor por el slow-punk y el indie pop. Han publicado los EP’s ‘No Fun’ y ‘Are You Sure’, además de algunos singles sueltos, resultando especialmente irresistible su tema ‘Oh George’.

Sea Girls

Como Girls o en España Mujeres, Sea Girls es un grupo de hombres. Seleccionados por el BBC Sound Of como una de las grandes promesas de Reino Unido, el grupo tiene canciones tan disfrutables por los seguidores de los Killers como ‘All I Want to Hear You Say’ y ‘Damage Done’.

Yellow Days

Si hablamos de «joyas perdidas» en el Festival de Benicàssim es obligatorio hablar de George van den Broek, el hombre detrás de Yellow Days, un proyecto imprescindible para seguidores de gente como Mac DeMarco, Blood Orange o Sean Nicholas Savage. Tras publicar el disco ‘Is Everything Okay In Your World’, ha sacado una serie de singles sueltos a medio camino entre el jazz, el indie y el R&B, entre los que destaca ‘How Can I Love You?’, que adorarán los fans de la primera Feist.

Joakim

El productor francés lleva un par de décadas usando el jazz, la música tribal o el house en favor de su propio sonido en canciones con tanto encanto como ‘Samurai’ de su álbum de 2017 o ‘Forever Young’ y ‘Find a Way’ de su celebrado disco de 2012, ‘Nothing Gold’.

Novio Caballo

Una de esas ocasiones en que podremos ver a una banda de Castellón en el Festival de Benicàssim será esta. Novio Caballo han sido fichados por Mushroom Pillow y, presentados de manera muy acertada como un cruce entre McNamara y El Columpio Asesino, han publicado dos singles de momento, a destacar el muy contagioso ‘Jesús es negro’. Este jueves 18 de julio será el momento de que comprobemos cómo se desenvuelven en vivo.

Barny Fletcher

Con tan solo 20 años Barny Fletcher ha comenzado a destacar como uno de los nuevos valores que no deben de perder de vista los seguidores de Eminem y The Streets. Este año ha publicado la mixtape ‘CANVAS2033’ y el vídeo de ‘Christ Flow’ son 2 minutos de puro divertimento en el supermercado.

Krept & Konan

En activo desde hace una década, publicando diversas mixtapes desde 2009, el dúo de South London alcanzaba finalmente el puesto 2 en las islas británicas en 2015 gracias a ‘The Long Way Home’, que contenía el hit ‘Freak of the Week’, además de las voces invitadas de Ed Sheeran o Emeli Sandé. En su haber cuentan con temas tan chulos como ‘Pour Me Another One’, en el que deslumbra el talento vocal de Tabitha.

Paigey Cakey

La rapera y actriz británica Paigey Cakey ha ido dándose a conocer gracias a la edición de mixtapes y EP’s, llegando a trabajar con gente como Stormzy, además de haber teloneado a Lil Kim o Azealia Banks, y aparecido en un remix de alt-J. En la actualidad presenta la mixtape ‘FLAVOURS’, que contiene temas con tan buena aceptación como ‘Motorola’ o ‘One for You’.

Mallrat apuntó maneras en el inicio del ciclo Lovesick

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En la madrugada del sábado al domingo la Pop Bar de la barcelonesa Sala Razzmatazz arrancó el ciclo Lovesick, donde durante los próximos meses podrá verse a un palmo de distancia a artistas emergentes nacionales e internacionales del pop. Las australianas Haiku Hands serán las protagonistas el próximo 3 de agosto y las madrileñas Cariño harán lo propio el 26 de octubre. Aunque la encargada de abrir el fuego este fin de semana fue la joven de 20 años de Brisbane Grace Shaw, más conocida como Mallrat, que hasta la fecha apenas cuenta con dos EP’s en el mercado: ‘Uninvited’, lanzado hace tres años, e ‘In the Sky’, que el pasado 1 de junio cumplió un año de vida. Foto: Rubén 242.

Respaldada única y exclusivamente por una Dj que lanzó las pistas, Mallrat apareció puntual a las 2:45 en una sala a medio gas. Lo cierto es que lo tenía difícil porque a esa misma hora debajo, en la sala principal, se encontraba Grandmaster Flash siendo reverenciado por miles de almas. Así que aun siendo pocos (pero bien avenidos), presenciamos el debut en nuestro país de una artista que en su Australia natal ya es capaz de colgar el cartel de no hay entradas allá donde va como si fuera una suerte de Billie Eilish de las Antípodas.

En total interpretó nueve temas y, a diferencia de en otros conciertos previos, no se animó a marcarse su versión de ‘bellyache’. Empezó con ‘Tokyo Drift’ y ‘Sunglasses’, ambas incluidas en su EP de debut, para a continuación marcarse ‘UFO’ y una celebrada ‘Better’, una de las canciones más luminosas de su repertorio. Prosiguió con ‘Inside Voices’, una ‘For Real’ con infeccioso piano pregrabado noventas, ‘Nobody’s Home’ (el único single que de momento ha liberado en lo que llevamos de año) y, como traca final, ‘Groceries’ y ‘Uninvited’, donde finalmente se desmelenó algo más de lo que no había hecho en la media hora precedente.

El show se hizo cortísimo, lo que demuestra que su trabajo en el estudio progresa mucho más que adecuadamente. Está por verse qué ocurrirá cuando se anime a tirarse a la piscina del LP, algo que más temprano que tarde acabará ocurriendo para jugar en otras ligas mayores. No obstante, a pesar de que vocalmente estuvo correctísima y fue fiel a lo que hasta ahora habíamos podido escuchar desde nuestras casas, sí es cierto que Mallrat todavía tiene que dejarse llevar mucho más sobre el escenario, mostrarse menos contenida y alardear de un carisma que, de momento, sólo se asoma a la puerta. Lo más difícil ya lo tiene: un puñado de buenas y muy disfrutables canciones que dejan con ganas de mucho más. Si de aquí en adelante trabaja aún más su presencia escénica estamos seguros de que despuntará como es debido.

Vampire Weekend anuncian conciertos en salas en Madrid y Barcelona

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Vampire Weekend acaban de ser uno de los grandes cabezas de cartel de Mad Cool gracias al sonido excelente y entrega con el que han repasado todos sus grandes éxitos al tiempo que introducían las mejores pistas de su último disco ‘Father of the Bride‘, uno de los mejores de 2019.

Ahora el grupo aprovecha para anunciar que visitará salas de nuestro país. Y tiene pinta de que las entradas van a volar, pues no serán espacios enormes: Vampire Weekend actuarán el 24 de noviembre en Razzmatazz, Barcelona; y el 25 de noviembre estarán en La Riviera de Madrid, con capacidad para unas 2.000 personas. Hay una preventa exclusiva en Live Nation el miércoles 17 de julio a las 10h para los registrados en dicha web y después habrá una venta general el viernes 19 a las 10h también en www.livenation.es.

Ya sin Rostam como miembro oficial del grupo, ‘Father of the Bride’ venía presentado por singles como ‘Harmony Hall’ o la preciosa ‘This Life’, y contiene temas que ya no faltan en su directo como el muy querido ‘Bambina’ o el pseudo flamenco ‘Sympathy’. En su repertorio, al menos este fin de semana en Mad Cool, no han faltado hits como ‘A-Punk’, ‘Cousins’, ‘Diane Young’, ‘Ya Hey’ o ‘Walcott’.

La veteranía de Weezer y Damon Albarn conviven con la sangre nueva de Vince Staples y Nathy Peluso en Bilbao BBK Live

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Bilbao BBK Live se despidió anoche con la llamada “jornada tranquila”: si el jueves tenía a Liam Gallagher y a Thom Yorke, si el viernes fue el combo mortal de Rosalía con los Strokes, ayer las cabezas de cartel eran Weezer y The Good, The Bad & The Queen, que generaban bastante menos expectación entre el público general. No obstante, la jornada “tranquila” no fue sinónimo de “aburrida” y Weezer demostraron que, a pesar de que se prodiguen poco, sus casi tres décadas en activo son una garantía tanto para el público ya talludito como para el público joven. Cuando Rivers Cuomo apareció ataviado con una camisa de manga corta con estampados de hojas, unas gafas de pasta negras y un sombrero de pescador, fueron una constante los comentarios que le ponían como una especie de Phil Dunphy haciéndose el padre enrollado. Pero Cuomo y compañía callaron la boca bien pronto: con un repertorio repleto de hits (‘My Name Is Jonas’, ‘Buddy Holly’, ‘Undone’, ‘Beverly Hills’, ‘Say It Ain’t So’ y por supuesto ‘Island In The Sun’) y mucha garra para dar la bienvenida a la noche, la banda alternó también alguna que otra versión de su reciente disco de covers: ‘Everybody Wants To Rule The World’, ‘Happy Together’, ‘Take On Me’ y esa ‘Africa’ que ya ha pasado de meme a hit. Salvo que me equivoque, diría que no hubo espacio para el último disco (“el negro”), pero la apuesta sobre seguro no les pudo salir mejor. [Foto de Weezer, Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]


Y otros veteranos eran los integrantes de The Good, The Bad and The Queen. El supergrupo liderado por Damon Albarn junto a Paul Simonon, Tony Allen y Simon Tong lanzó segundo trabajo el año pasado, dando continuidad a ese “experimento” que fue su debut hace más de una década, y venían al Bilbao BBK Live a presentar sus canciones. Desde el Escenario Bestean, la banda tocó prácticamente íntegro el reciente ‘Merrie Land’, con temas como la canción homónima o ‘Gun to the head’, y recuperó temas de su álbum debut como ‘History Song’. Quizás algo monótonos hacia la mitad, aunque recuperaron ritmo para la traca final. En el mismo Bestean veríamos un par de horas después a Vince Staples con un concierto que, claro, era radicalmente distinto al de la banda de Albarn. En su primera visita a España, el autor de ‘Big Fish Theory’ derrochó energía y decibelios (las carpas llegaron a retumbar) al ritmo de sus cuidadas producciones y acompañado de unos visuales que imitaban la típica imagen de televisores en un escaparate (y donde se podían ver momentos de ‘The Office’ o ‘Quién quiere ser millonario’). Con un repertorio que repasaba sus tres largos, centrándose en el último y sin olvidarse de extras como su colaboración con Gorillaz ‘Ascension’ (de los momentos más celebrados), Staples se robó el show y dejó claro por qué es uno de los raperos más queridos por la crítica. [Foto de The Good, The Bad and The Queen, Jordi Vidal para Bilbao BBK Live.]


Pero si hablamos de gente que se robó el show, la jornada y el Kobetamendi entero, tenemos que hablar de ELLA. Doña Nathy Peluso preguntaba al público al inicio de su concierto “¿ustedes vinieron a gozar?”, y no le hizo falta decir “porque yo sí”; ya lo demostró con creces. En un contexto como el de los festivales en que muchos grupos salen, tocan como un trámite y se piran, resulta una gozada, valga la redundancia, ver a un artista que está disfrutando. Y Peluso estaba disfrutando, ya fuese derrochando sensualidad en ‘Hot Butter’, sorprendiendo con una versión de ‘Bang Bang’, demostrando todo su poderío vocal con ‘La passione’, parándose un momento a observar el maravilloso paisaje del monte (“la naturaleza me inspira”, nos decía), despertándonos a ritmo de ‘Natikillah’, contándonos una anécdota para introducir ‘La Sandunguera’ (“me dijeron “qué es lo que tú cantas mami, que cuando tú cantas el corazón se me acelera… y yo le dije, ay bandolero, tú que no te enteraste, que este es mi jazz latino”) y, finalmente, cerrando por todo lo alto con una ‘Corashe’ que se vio perjudicada al principio por problemas técnicos que parecían lastrar su afinación. Pero ni esto paró a la autora de ‘Estoy triste’: se quitó los auriculares y nos hizo olvidar esa pequeña incidencia transmitiendo más con su mirada que la mitad de sus compañeros de cartel. [Foto de Nathy Peluso, Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]

Un toque distinto aportaron también los Perro, que precedieron a Nathy, aunque ellos en el escenario Firestone. Por su ímpetu y el del público que les veía, estaba claro que los murcianos podrían haber estado perfectamente en uno de los escenarios grandes, pero también supieron convertir en ventaja la desventaja: mantuvieron, no ya una cercanía, sino directamente un colegueo con los asistentes durante todo el concierto. Por si no era suficiente hacer vibrar a la gente con sus guitarras, ataviado con una camiseta del Pryca, el vocalista demostró sus dotes de showman contando curiosidades, ofreciendo botellas de agua al público y tirando de humor hasta el punto de jugar con fuego (“¿cuál es la mejor marca de neumático, lo sabéis? ¡Michelín!” decía en el escenario patrocinado por Firestone). Por si esto fuera poco, tras una traca final en la que no faltó ‘La Reina de Inglaterra’, cayó un lipsync del ‘Me Quedo Contigo’ de Los Chunguitos. A sus pies. Más aburridillos resultaron en el mismo lugar pero unas horas más tarde Boy Azooga. Davey Newington presentaba el primer disco de su proyecto, ‘1, 2, Kung Fu!’ que, no obstante, resultó bastante prometedor con respecto al potencial que pueda tener esta banda con un poco más de rodaje.


Y, para rematar la noche, teníamos dos postres a elegir. Si te apetecía un refrescante plato de fruta, la electrónica de Hot Chip venía genial a esas horas de la madrugada. Los ingleses presentaban su último disco, ‘A Bath Full of Ectasy’, del que no faltó nuestro reivindicado segundo single ‘Melody of Love’, pero hubo espacio para sus trabajos anteriores (‘One Life Stand’ y ‘Huarache Lights’ sonaron nada más empezar), y hasta para versionar a los Beastie Boys: muy interesante esa reinterpretación de ‘Sabotage’. Y si, más que fruta, lo que te apetecía de postre era un brownie “aliñado”, ahí estaban los Pony Bravo. Los sevillanos congregaron prácticamente a la misma cantidad de gente que Hot Chip, y no es de extrañar porque en directo son estupendos – y más aún a esas horas. Daniel Alonso y compañía presentaron su último trabajo, ‘Gurú’, aunque no faltaron los hits: ‘Mi DNI’, ‘El Político Neoliberal’ o ‘Noche de Setas’ calentaron la noche de cara a quienes querían quedarse hasta tarde. Para ellos, los alrededores del Escenario Lasai fueron la mejor opción, con unas vistas sobrenaturales de todo Bilbao mientras la gente se relajaba tumbada en la hierba (o fumando ídem), y se iba luego a darlo todo a la rave-en-pleno-bosque que era la fiesta electrónica del Basoa. [Foto de Hot Chip, Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]

Bastille / «Doom Days»

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Bastille, la simpática banda de Dan Smith, autor único de aquel hit llamado ‘Pompeii’ y co-autor del reciente pelotazo llamado ‘Happier’ junto al controvertido Marshmello, llega a su tercer disco empeñada en demostrar que no es un flor de un día. Para ello, han buscado una coartada conceptual que sirva como hilo conductor para todo lo que cuentan en «Doom Days». El álbum empieza a las 0.15 de la noche (el single principal se llama tal cual ‘Quarter Past Midnight’) y, al margen de que hay otro tema llamado ‘4AM’ y otro titulado ‘Those Nights’, se cuenta una historia de manera cronológica, en la que cada pista representa una hora concreta de la misma noche.

Así, pasamos de la observación de una fiesta en «slow-motion» (‘The Waves’), al momento de irte de esa fiesta (‘Divide’), el instante en que tus amigos se han perdido pero topas con alguien que llevarte a casa (‘Those Nights’) y aquel en el que vuelves a tu hogar y te quedas dormido en la cocina (‘Joy’). Los esfuerzos de Bastille por ofrecer algo bien cohesionado llegan a los detalles (hay una larguísima entrevista al respecto en Billboard) y, por ejemplo, la pista 2 ‘Bad Decisions’ es el desarrollo de una idea que ya habíamos encontrado en la pista 1, donde ya aparecía ese mismo sintagma. Lamentablemente, toda esta teoría no impide que «Doom Days» sea un disco en general reiterativo y poco imaginativo en el ámbito estrictamente musical.

A la sencillez de las letras hay que sumar la de sus múltiples tarareos «away-way, oh, away-way, oh», como es el caso de ‘Quarter Past Midnight’, tan simple, obvio y visto ya como su mención a ‘Love Will Tear Us Apart’ de Joy Division. O como la letra de la central ‘Nocturnal Creatures’, que repite hasta la saciedad «we’re nocturnal / we’re nocturnal…» cuando ya nos habíamos enterado en el resto del disco. ‘Bad Decisions’ recuerda más bien a la Taylor Swift más holgazana, mientras el góspel no logra ocultar que detrás de ‘The Waves’ no hay más que una melodía indistinguible de otras de la misma banda. Lo mismo sucede con las breves incursiones big beat y guiños a los años 90. Bastille nunca se adentran en ello mucho más que para acercarse al sonido Rudimental, como ocurre en la entretenida ‘Million Pieces’, mejor cuando parecía imitar a Underworld. Aquí es la final ‘Joy’ el único single realmente notable, en parte gracias a su vídeo sobre cámaras ocultas, mientras ‘4AM’ destaca entre las baladas, no tanto por su imperceptible inspiración en Frank Ocean como por el modo en que evita convertirse en un tema de Imagine Dragons, como poco antes había sucedido con «Doom Days», que en principio arrancaba en plan Bon Iver… para después corromperse.

Calificación: 4,5/10
Lo mejor: ‘Joy’, ‘Million Pieces’, ‘4AM’, el hilo conductor
Te gustará si te gustan: Imagine Dragons, fun., Rudimental, los anteriores
Escúchalo: Spotify

La Canción del Domingo: ¿es ‘Milionària’ la mejor canción que ha editado Rosalía este año?

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Rosalía ha editado este año el que de momento es el mayor éxito comercial de su vida, ‘Con altura‘, que muy holgadamente supera los streamings de ‘Malamente’, abriéndole más aún el mercado internacional, sobre todo el latinoamericano, gracias a una nueva colaboración con J. Balvin, más comercialota que ‘Brillo’. Y también ha sacado la estupenda ‘Aute Cuture‘, un pepinazo en la estela de su admirada Beyoncé, cuya edición se agradece porque es más pinchable que los singles extraídos de ‘El mal querer’.

Sin embargo, echaba de menos una canción que retorciera géneros como había hecho la artista en su segundo álbum, y me daba la sensación de que lo mejor que había hecho Rosalía en 2019, artísticamente, era actuar en los Goya, dejando mudo a medio país. Hasta ahora. ‘Milionària’, co-escrita por Rosalía solo junto a El Guincho y sin innecesarios invitados ni plumillas extra, sí es esa canción que puede «crear tendencia, más que seguirla», en la que partiendo de una rumba, la artista ha creado algo nuevo.

Sin renunciar al ritmo de la rumbita, resulta perfecta su producción minimalista, con algunos instantes en que suenan poquísimos elementos a la vez. Está el timidísimo arreglo de guitarra, un teclado, la percusión… y por supuesto la voz de Rosalía, aquí en un tono un tanto indiferente hablando de las necesidades más bobas que genera tener una cuenta llena de ceros. Este es el primer tema que ha escrito en catalán (aunque no la primera vez que canta en este idioma) y no, no dice nada de «culo veo, culo quiero» por mucho que algunos lo escuchen. Pero sí habla, de manera divertida, de «billetes de cien» (guiño, guiño), un chaval «contratado para abrir regalos de Navidad», de ir «escoltada» por Bombay y por Malta y de tener «dos leopardos paseando por casa». «Que yo sé que he nacido para ser millonaria / Para que me cierren el Louvre así como el MACBA», indica haciendo referencia a su internacionalidad.

En sintonía con todo esto, el divertido vídeo con Rosalía «trincando la pasta» en varios concursos televisivos, antes de que aparezca la contrapartida de este tema, ‘Que Dio$ no$ libre del dinero’, en lo que parece una referencia a la dualidad espiritual/diva de ‘I am… Sasha Fierce’ de Beyoncé. Un tema que está siendo un exitazo en Spotify, donde permanece top 3 una semana después de su lanzamiento, pero que no va a ser el primer top 1 en catalán en España (en caso de que lo consiga, que está complicado): Shakira ya logró uno en la era iTunes.

The Cure dan una lección de cómo ser cabeza de cartel en Mad Cool; Robyn no se amilana justo después

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Unos truenos el sábado por la mañana amenazaron con enturbiar el que ha sido el Mad Cool mejor organizado hasta la fecha. El festival ha convocado entre 40.000 y 50.000 personas por día en lugar de 80.000 como el año pasado, pero la experiencia para el asistente medio ha sido mucho más gratificante, a destacar la espera nula de tiempo para coger las lanzaderas de Valdebebas a Plaza de Castilla y las que llevaban de aquí a Cibeles. Al final no llovió ni tampoco Cat Power puso su grano de arena en el camino de la catástrofe, que podría haber sido. La brisa se agradeció en su concierto de baladas de media tarde, culminado junto a su cuarteto de banda por la versión de ‘Shivers’ y ‘Wanderer’. Vestida de negro y con la voz en buena forma, se despidió lanzando setlists tras arrugarlos como si los fuera a tirar a la papelera, y recoger su atril con las letras. Fotos: Andrés Iglesias (excepto Jon Hopkins y Jorja Smith, por Alberto Ortega).

Jorja Smith ofreció también un concierto muy de banda, en el que presentó temas nuevos y su voz siguió recordando a Amy Winehouse. Su grupo, no obstante, era más ‘Frank’ que ‘Back to Black’, con un uso muy blues de las guitarras y muy jazz de los teclados. Todo muy mono pero algo monótono: mucha gente aprovechó para echarse la siesta. Mientras tanto, Gossip actuaban en el escenario principal. Beth Ditto, con su tremendo vozarrón, pese a excusarse por estar mala, se quejaba del calor en medio de la ventisca, y bromeaba sobre cantarse todo el repertorio de The Cure. Entre los highlights, la adaptación libre de ‘Careless Whisper’ de George Michael seguida de ‘Standing in the Way of Control’ seguida de ‘Heavy Cross’. Beth Ditto, muy parlanchina, se despidió diciendo “me llamo Adele y somos The Gossip”. Estuvo muy divertida.

Uno de los grupos que más partido sacó a la carpa Mondosonoro fue The Twilight Sad. Su propuesta post-punk sonó todo lo épica que quisieron, mientras la voz de su líder resultaba tan potente y entregada como emocionante, nunca excesiva. Quien no los conozca ha de echar un ojo a temas como ‘I/m Not Here’ o ‘Videograms’. Mogwai se beneficiaban de actuar en pleno anochecer, la mejor hora para casi todas las bandas, usando los contrastes entre luz y oscuridad como metáfora de su propio set, que arrancó amable para luego por supuesto ir pervirtiéndose a partir de la tercera canción, la cantada ‘We’re Not Done’.

No por haber presenciado ya un par de veces el show de Jon Hopkins presentando en vivo su último disco, el sobresaliente ‘Singularity’, lo suyo impresiona menos. Temas como ‘Emerald Rush’ o el corte titular son aún más impactantes en vivo que en estudio, ayudados por las proyecciones que se dejaron ver tras el propio artista en la carpa The Loop, el que era su escenario natural a eso de las diez de la noche. Hubo momentos realmente bonitos como ese en el que uno de sus protagonistas se lanzaba al vacío mientras sonaba uno de los temas de mayor aceptación, además con un sonido impecable. De nuevo, de lo mejor visto en el festival. En la carpa contigua actuaban Delaporte, un poco víctimas del propio volumen de Hopkins: sus graves se perdían entre los del pianista derivado en productor de electrónica, y sus bases sonaban por tanto muy poco definidas. Pero Sandra no dejó de darlo todo en ningún momento, pese a que no pudiera oírsela con claridad, en canciones como la explosiva ‘Ni un beso’, celebradísima, o ‘No te vas a olvidar’, en la que el dúo replicó el baile final con disparo de su videoclip. También llevaron sus fueguecillos artificiales.

The Cure salieron con 15 minutos de retraso y ahí casi, casi se acabaron los defectos de su concierto de más de 2 horas, que era retransmitido por La 2 de RTVE, convirtiéndose en trending topic como el día anterior lo había sido el de Smashing Pumpkins. Una pena que alguna gente se dedicara a comentar la edad o el estado de forma de Robert Smith: estuvo muy bien de voz y su banda ejerció una laboriosa tarea de recreación en los teclados, punteos y bajos que parecen guitarras que han creado escuela. La apertura romántica con ‘Plainsong’ y ‘Pictures of You’ fueron una absoluta chuchería.

Pronto emergen clásicos como ‘Lovesong’ y ‘Fascinationstreet’ y la emoción es palpable. La explanada principal de Mad Cool no se veía tan llena desde Pearl Jam. Ni tampoco tan satisfecha. El sonido es espectacular desde casi cada rincón del recinto, permitiendo que brillen con acústica ‘In Between Days’ y ‘Just Like Heaven’ o que la gente se recree en la parte más rock de ‘A Forest’. Únicamente alguna pista como ‘39’ suena innecesaria cuando te acercas a las 2 horas de concierto, y hay gente que decide ir tomando asiento en el césped artificial.

The Cure se reservaron para el bis temazos como ‘Lullaby’, ‘Why Can’t I Be You’, ‘Friday I’m in Love’ o en último lugar ‘Boys Don’t Cry’. Se ve a Robert Smith emocionado cuando, sin guitarra, hace una versión saltarina de ‘Close to Me’. La verdad es que con tantísimo hit, daba un poco de palo recordar lo que como cabezas de cartel habían supuesto The National y Bon Iver. Por suerte para los demás, The Cure actuaban el último día.

Robyn, que no lleva 40 años en la música, sino que acaba de cumplir 40 años, actuaba justo después en un escenario perpendicular y, por extraño que parezca, su show no quedó nada deslucido. Parecía hasta una continuación lógica de The Cure, y no por ochentero sino como modo de celebración de lo que pensabas que no iba a salir bien pero ha salido estupendo. La cantante apareció bastante después de su banda y de que su voz sonara por primera vez, comenzando con su vertiente más electro, pero luego dando paso a un set mucho más orgánico. Tras ‘Indestructible’, ‘Ever Again’ y una muy renovada ‘Be Mine’ llaman la atención por sus líneas de guitarra, en directo a medio camino entre Prince y el Nile Rodgers de ‘Like a Virgin’. ‘Because It’s In the Music’ y ‘Between the Lines’ suenan tan elegantes y a la vez asequibles que hasta te preguntas si su producción obtusa en el estudio era la óptima, pues en directo ganan. Rodeada de telas blancas, dobles alturas, un bailarín como salido de una «ball» neoyorquina (sobre todo en ‘Love Is Free’), Robyn da el concierto de art pop perfecto que hace tiempo que Róisín Murphy parece querer esquivar. Apoyada en unas tomas vocales pregrabadas tan bien disimuladas como las de Alison Goldfrapp, ella sí que no evita hits como ‘Dancing on My Own’, ni ‘With Every Hearbeat’. Y mira que sobre todo de esta última y con tantísimas ideas, podría haber pasado a mejor vida. Esta no es la Robyn que vi en vivo hace 10 años. Menudo crecimiento: maravilla.

Cerraron el festival Years and Years, con una diferencia cualitativa abismal entre los temas del primer disco y los temas del segundo, que difiriendo de lo que opinaron mis compañeros en este site, me parecen la perfecta definición de la mediocridad. Vibramos con ‘Take Shelter’, ‘Worship’ o ‘Desire’, y cuando sonaban temas más recientes, el grupo parecía verse obligado a optar por una escenografía tan kitsch y sobrecargada como la de ‘Palo Santo’: Olly Alexander, tan enamorado de sí mismo como todos los actores, portando un vestido con una cola de varios metros hacia delante que cubría las escalinatas, y sin parar de subir y bajar de una plataforma tipo ascensor sin demasiado sentido, como si estuviera en una semifinal eurovisiva. Por suerte, el grupo dejó un sabor de boca excepcional cerrando con ‘King’ y haciéndola sonar como el himno oficial de Mad Cool, con varias personas tarareándola camino a las lanzaderas. Hablando de actores, Paco Leon se dejó ver entre las primeras filas de este último concierto.

Mad Cool ha anunciado ya que en 2020 se celebrará los días 9, 10 y 11 de julio.

Rosalía, Brockhampton y The Strokes arrasan en el viernes de Bilbao BBK Live 2019

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“¿A nadie de aquí le gusta el postureo? Bueno, los del postureo están ahora con los Strokes”. Al presentar ‘Postureo’, Karma de Mueveloreina mencionaría sin darse cuenta una de las palabras claves de la segunda jornada del Bilbao BBK Live. Un sold-out como una catedral gracias especialmente a dos nombres: Rosalía Vila y Julian Casablancas. Sería absurdo negar que muchos de los que se compraron la entrada de ese día por ver a The Strokes o por ver a Rosalía no tenían mucho interés en ver más grupos (tranquilos, sabemos que otros sí, #notallfestivaleros) y esto forma parte de ese supuesto “postureo” que muchos adjudican a la situación de ciertos festivales. Pero la segunda jornada del BBK, “la jornada del postureo”, tuvo mucho que ofrecer, a pesar de la parte negativa: esa gran afluencia de gente trajo consigo la desorganización, gran dificultad para desplazarse por el recinto y eternas colas para absolutamente todo. De hecho, nos perdimos a las Uniforms, probablemente el “concierto pequeño” que más ganas teníamos de ver tras disfrutar de su show en Monkey Week; por lo que nos contaron, parece ser que las jiennenses no decepcionaron con el repertorio de ‘Polara’, pero líos en el sistema de autobuses para subir hicieron que llegásemos al recinto hora y pico más tarde de lo previsto. [Todas las fotos son obras de Tom Hagen para Bilbao BBK Live, excepto Mueveloreina, obra de Jordi Vidal.]

A quien desde luego no nos perdimos ni nosotros ni prácticamente ningún ser humano que estuviese en el festival (hasta las barras pararon durante ‘Con altura’) fue a Rosalía. La autora de ‘El Mal Querer’ venía de su regreso triunfal a Madrid tras Colón en Mad Cool, y también volvía a Bilbao después de dos años, como contó emocionada en un show que empezaba a lo grande con ‘Pienso en tu mirá’ y cerraba con su ahora-segundo mayor hit ‘Malamente’ (y bis con ‘Dios nos libre del dinero‘ que, aunque no sea precisamente su tema más creíble, es eficaz en esa función de cierre). Rosalía tuvo hueco para los megahits con Balvin, para ‘Aute Cuture’, para hacer un medley de varios temas de su último álbum, recuperar a capela su versión de ‘Catalina’, seguir adelantando temas áun inéditos en estudio como ‘De madrugá’ o ‘Lo presiento’, ¡y hasta para versionar a Las Grecas! Muchas bases pregrabadas y pocos instrumentos en vivo, pero bastante presencia de coristas y bailarinas. La catalana dejó claro con su recital que, en una semana donde se ha visto envuelta en otra polémica más, puede caerte caer mejor o peor, puede gustarte más o menos su figura y lo que representa, pero no puedes dudar de que es una de las mayores estrellas del pop que ha exportado nuestro país en los últimos años.

Pero, aunque cuando terminó Rosalía se fue muchísima gente, el gran desalojo se produjo al terminar The Strokes: había que aguantar hasta el recital de Casablancas, Hammond Jr. y compañía. La banda, que se hizo esperar diez minutos, llegó fuerte con canciones como ‘Heart In a Cage’ o ‘You Only Live Once’ (también conocida como “la canción de los Strokes en la que se puede hacer un mashup con ‘Amén’ de Flos Mariae«), y no defraudó en ningún momento. Hicieron un repaso de toda su discografía, hit tras hit, frente a un multitudinario público que saltaba, coreaba sus canciones y hasta hacía el gesto de tocar guitarras invisibles, mientras los neoyorquinos disfrutaban de lo lindo con la entrega de sus fans, a quienes por supuesto no dejaron sin un doble bis: ‘Is this It’ y ‘Last Nite’ seguidas. Por si el resto había sido poco.

Al terminar, como decimos, fue la gran avalancha, pero aún así muchos se quedaron en el festival, conscientes de que igualmente, si salían a esa hora, no iban a llegar a su cama hasta casi dos horas después. Eso provocó estampas tan curiosas como un Omar Souleyman que estaría flipando al tener la carpa hasta los topes, cuando el año pasado el iraní estaba actuando en el escenario del camping. Había doble opción electrónica, tanto la más experimental de Souleyman como la elegancia clásica de The Blaze, que competían en horario pero que también se llevaron a un gran número de asistentes, encantados tanto con su música como con los fantásticos visuales.


Y si hablábamos antes de Mueveloreina, ayer tuvimos ración extra del dúo, en cierta manera. A las 19:00h empezaron a caldear el ambiente con Muevelocumbia, donde Joako pinchó en el Escenario Lasai a Los Hijos del Sol, Supermerk2 o Esteban y Manuel. Y por la noche, en un horario nada agradecido (contra The Strokes, de ahí el comentario de ella), Karma y Joako volvieron a demostrar lo que ya sabemos quienes les hemos visto: son garantía segura de diversión, libertad y, por supuesto, de líbido a tope. Es increíble el repertorio de temazos que tienen en solo dos años y ni un solo disco en el mercado: a lo tonto, sonaban ‘Corazón’, ‘Voy’, ‘Vivas’, ‘I Want It All’, la citada ‘Postureo’, ‘Shoot My Head’, ‘Tiki Tiki‘, ‘Colateral’ o la reciente ‘Hambre’, y te dabas cuenta de que todas tenían potencial para funcionar como fin de show. Apoyados en unos estupendos visuales obra de Ander Manero (momentazos los anuncios vintages, o la quema de banderas generalizada en ‘Colateral’), Mueveloreina confirman que, si quieres pasarlo bien en un festival, tienes que verlos sí o sí, aunque sea buscando un hueco entre solape y solape. Más decepcionante fue el concierto de Princess Nokia, su predecesora en el escenario. Salió veinte minutos tarde y se fue antes de tiempo, además de ofrecer un show bastante más desganado de lo que hemos visto en otros momentos que es capaz de hacer.


Quienes desde luego no decepcionaron sino todo lo contrario, suponiendo para mí lo mejor de la jornada, fueron Brockhampton. La autodenominada boyband de hip hop ya me había llamado la atención con la calidad de los trabajos que habían lanzado hasta el momento y con las ideas que comentaban en sus entrevistas, así que tenía mucha curiosidad por verlos en directo. Pero no solo no fue un bajón sino al contrario, el concierto sin duda realzaba la propuesta artística (ellos mismos dicen que es a todos los niveles) que traen. El público estaba compuesto por fans y por gente que no había oído hablar de ellos, pero ambos grupos vibraban igualmente con temas como ‘New Orleans’ (de su último largo, ‘Iridescence‘) o ‘Bleach’, a la postre su mayor éxito en Spotify, y con el talento de unos chicos que te dan un poco de esperanza frente al futuro en un momento en el que parece que volvemos atrás en cuestiones de racismo y homofobia. Kevin Abstract rapeaba abiertamente sobre su sexualidad (magnífico ese “bruh I don’t fuck with no white boys / ‘less the nigga Shawn Mendes” de ‘STAR’) y brillaban especialmente Jabari Manwa, Matt Champion y Merlyn Wood, en un show que lo mismo parecía un típico concurso de testosterona que de repente alternaba con movimientos de voguing o con los chicos haciendo twerking sin ningún problema mientras rapeaban. Ni un segundo de respiro, rollo Slaves el día anterior, y la certeza de que el público quiere volver a verles más pronto que tarde.

Conexión con el público también demostarían horas más tarde Suede, a quienes a estas alturas poca gente iba a descubrir, pero que tenían la dificil tarea de ser el puente entre Rosalía y The Strokes mientras muchos aprovechaban para cenar algo, o lo intentaban con las largas colas. Los veteranos londinenses repasaron sus éxitos en un escenario que, si bien no tenía la acústica del Nagusia, sirvió perfectamente para recordar temas como ‘Animal Nitrate’ o ‘New Generation’, con la cual se despidieron.

Lagartija Nick dedican su nuevo disco, ‘Los cielos cabizbajos’, a los desastres de la guerra

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Sería atrevido decir que Lagartija Nick, camino de sus tres décadas de trayectoria, están en su mejor momento. Más que nada porque, como ellos mismos reconocen hoy en día, la sombra de ‘Omega’, su disco junto a Enrique Morente es alargada y les perseguirá para siempre. Pero no nos duelen prendas en afirmar que, tras la vuelta al redil de dos miembros históricos del grupo como son Juan Codorniu y M.A.R. Pareja, su reactivación del año 2017 con el soberbio álbum ‘Crimen, sabotaje y creación‘ es uno de los momentos más felices del combo granadino completado por Antonio Arias y Eric Jiménez (Los Planetas). [Imagen exterior: Antonio Olmedo.]

Quizá por eso ellos mismos quieren aprovechar que la ola está arriba y anuncian la inminente publicación de un nuevo disco, dos años después de aquel. Se titula ‘Los cielos cabizbajos’, del que por el momento no se ha revelado fecha de publicación, pero sí su portada (sobre estas líneas). La nota de prensa habla de él como «un poema sinfónico, desbordante, creativo y analítico, que rinde homenaje a aquellas ciudades devastadas desde el cielo por el odio y el salvajismo más desolador. Una feroz crítica a la macabra inteligencia para causar el mayor dolor posible entre las poblaciones civiles, ajenas a las guerras que sus respectivos gobiernos han ido desatando en ese inmenso tablero de ajedrez que es control por el poder del mundo, o, dicho de otro modo, el control por el mundo del poder, su mundo».

Este espeluznante trasfondo puede, en sus manos, dar vida a una obra de nuevo emocionante. Así lo prueba el primer adelanto de este trabajo, una ‘Buenos días Hiroshima’ que aunque aún no puede escucharse en plataformas de streaming sí cuenta con un vídeo oficial. Una pieza creada por la realizadora Laura Ginès y el ilustrador Pepón Meneses basada en tratar imágenes de cementerios y construcciones humanas en las que la naturaleza se abre paso, a menudo coordinada con los mensajes de una letra que, con el espíritu poético inherente a la banda, quiere reflejar la debacle humana de aquel histórico ataque con una bomba atómica sobre la ciudad nipona.

Una letra que, como ya ocurría en varios temas de su último tema, se recupera a título póstumo del legado inédito que a su muerte dejó Jesús Arias, el histórico poeta, periodista y músico, hermano del cantante del grupo. Y como ya ocurría en el tema que cerraba ‘Crimen, Sabotaje y creación, ‘Exilio/Adagio Súbito’, la música de ‘Buenos días Hiroshima’ está firmada por otro de los hermanos Arias, José Ángel. Con la potencia y el despliegue habitual de Lagartija Nick, la canción crece además con unos poderosos arreglos de cuerda y coros, que propulsan la canción en ese estribillo apocalíptico que dice «Buenos días Hiroshima / Soy un sol dentro en otro sol / Soy la sombra de la noche / Átomos bailando en tu honor». En palabras del propio Jesús, «la forma similar que tiene el hongo radioactivo provocado por la explosión de la bomba de Hiroshima es la forma en que unos dioses con forma de hombres devoran a sus semejantes de manera caníbal, sin piedad ni compasión alguna, tan sólo por la ambición de no perder el poder».

Sin apenas haber dejado de tocar un solo momento en el último lustro (no solo a cuenta de su penúltimo trabajo de estudio, sino también en promoción de las distintas reediciones de antiguos discos), Lagartija Nick ya han anunciado las primeras fechas de presentación de ‘Los cielos cabizbajos’: serán el 20 de septiembre en el Mercat de Música Viva de Vic (MMVV) y el 7 de noviembre en el Teatro Lara de Madrid.

Sónar Festival sale ganando con la cancelación de A$AP Rocky: Stormzy, nuevo cabeza de cartel

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La pasada semana A$AP Rocky fue detenido en Estocolmo tras una pelea con ciudadanos suecos. Pero lo que sonaba como otra macarrada propia de otro rapero se ha complicado después de que las autoridades del país nórdico decidieran retenerle en prisión (incomunicada, según algún portavoz suyo) de manera preventiva. Así, lo que en principio suponía su ausencia de un par de shows en festivales, derivaba en la cancelación total de la rama europea del tour que Rakim Mayers tenía programado por toda Europa, incluyendo el Sónar Festival de Barcelona.

El festival aseguraba que se estaba moviendo a toda prisa para conseguir un sustituto de garantías en su cartel. La cosa no era fácil, puesto que se trataba del cabeza de cartel del viernes 19 de julio y, a una semana, ¿cómo y quién se iba a movilizar? Pues bien, como se supo desde hace unas horas, el equipo del longevo evento musical de músicas avanzadas ha logrado no ya reparar su ausencia sino, en mi opinión, salir ganando con el cambio. El británico Stormzy ocupará el papel protagonista en Sónar de Noche.

Si bien desde el punto de vista de proyección internacional es obvio que Rocky es una estrella más mediática –básicamente porque su mercado base, el norteamericano, es el más importante del mundo en cuanto a cifras e influencia–, no se puede decir que Mayers esté en su pico de popularidad: incluso en EE UU, las ventas de su último álbum ‘Testing’ –que ni siquiera alcanzó a ser número 1 de Billboard 200, al contrario que sus anteriores trabajos– se han depreciado ostensiblemente con respecto a ‘At.Long.Last.A$AP‘ y, sobre todo, su debut ‘Long.Live.A$AP‘. Del mismo modo, Metacritic reflejan que el entusiasmo crítico con A$AP Rocky ha decaído en paralelo.

En cambio, no se puede decir que Michael Ebenazer Kwadjo Omari Owuo Jr. –sí, amigos, ese ese el nombre completo de Stormzy; normal que haya optado por un alias– esté en la cúspide de su carrera… porque la impresión es que está en pleno ascenso hacia ella. Hace un par de semanas se convertía en el primer solista negro británico en encabezar el escenario principal del gigantesco festival británico de Glastonbury, uno de los más importantes del planeta sino el que más. A tenor de los distintos vídeos que la BBC subió de este evento, no cabe duda de que, luciendo ese chaleco antipuñaladas customizado por nada menos que Banksy, estuvo a la altura. Su amiga Adele se mostró orgullosa de lo que vio.

Y todo ello con un único álbum en el mercado. Un ‘Gang Signs & Prayers‘ que fue certificado disco de platino en el Reino Unido y que se convirtió en el primer disco de grime en alcanzar el número 1 de ventas en su país, además de obtener reconocimientos como el premio Brit 2018 al Álbum del Año. A diferencia de Rocky, Stormzy no basó su éxito en colaboraciones estelares en su disco –aunque este cuenta con nombres como Lily Allen, MNEK, Kehlani, Nao o J Hus–. Él es el absoluto protagonista en singles como ‘Blinded By Your Grace, Pt.2’ o ‘Cigarettes & Cush’, en los que muestra que su fuerte es el equilibrio entre el rap más duro y otras ramas más melódicas de la música negra como el R&B o el gospel. Nada deben temer los puristas del rap que acudan a Sónar: aunque ese perfil haga que esté considerado más un artista pop en el mundillo del grime en el que se crió, Skepta y Wiley siguen siendo los principales referentes de Stormzy. Y sigue siendo un MC apabullante. A día de hoy su mayor éxito comercial sigue siendo la afilada ‘Big For Your Boots’.

Tras una temporada de semiretiro, Stormzy regresaba a la actividad este año y lo ha hecho por todo lo alto: primero, logrando otro número 1 de singles con el pegadizo ‘Vossi Bop‘ y, pocas semanas antes de aparecer en Glastonbury, con el espectacular ‘Crown’: un precioso tema gospel-rap en el que muestra que también ha aprendido a ser un sólido cantante, convirtiendo desde ya este tema en uno de los puntos culminantes de su show en vivo. En definitiva, casi se puede decir que a los devotos del Sónar Festival les ha sonreído la suerte con la sonora cancelación del rapero yanqui.



Pony Bravo / Gurú

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En la década que está a punto de finalizar Pony Bravo se han destapado como uno de los grupos de rock españoles más audaces y personales de su generación. Si discos como ‘Si bajo de espaldas no me da miedo (y otras historias)’ (2007) y ‘Un gramo de fe‘ (2010) demostraron que los sevillanos eran capaces de situar al rock andaluz ante perspectivas raramente acometidas en nuestro país –con ecos de Can, Frank Zappa, The Residents o Sun Ra–, ‘De palmas y cacería‘ (2013) mostraba que, además, eran perfectamente capaces de hacer que una propuesta tan poco comercial conectara con el público de una manera natural y espontánea. La clave, además de ritmos bailables y un morro increíble para fusionar y hacer suyo absolutamente cualquier palo, estaba en unos textos que, repletos de giros lingüísticos a refranes y frases hechas, referencias a la cultura popular local y universal, arrojaban ácido (también por su humor) a las contradicciones y paradojas de nuestra sociedad, que también plasmaban en su particular imaginería estilo collage.

Pero los seis años transcurridos desde aquel álbum se han hecho largos de más. Quizá por eso este nuevo trabajo publicado hace unos meses, ‘Gurú’, se nos ha quedado un poco deslucido: recordemos que los primeros avances del disco, ‘Rey Boabdil‘, ‘Espectro de Jung‘ y ‘Piensa McFlyse presentaron en marzo de 2018, exactamente un año antes de que haya visto finalmente la luz el trabajo al completo. Tres cortes que, a la postre, terminan siendo de lo más destacado del disco: el primero, un funk-dub áspero en el que la típica letanía de esas carreras de camellos típicas de las ferias, apenas esconde un mensaje anti-xenofobia; el segundo, sinuoso y ambiental, presenta un paisaje de blues hosco y asfixiante (muy a lo Guadalupe Plata) en el que brillan como nunca las guitarras de Pablo Peña; y el tercero es un número de kraut-jazz-dub en el que Daniel Alonso nos induce a un trance con su loca idea de fusionar héroes como Marty McFly, Frodo, Harry Potter y Luke Skywalker que se contraponen a tipos «en bata» como Gandalf, Yoda, Dumbledore… o Afrika Bambaata. Pese a los LOLes, no es gratuito: detrás nos reserva un mensaje anticapitalista.

Pero en realidad, más que culpar al tiempo del paso a un lado que supone este disco en su carrera, cabe achacarlo a una palpable voluntad de no reincidir en los mismos patrones de su anterior álbum y moverse en parámetros de experimentación más adusta, disfrutables pero de una manera menos evidente, menos «fácil». Y eso que la exuberante ‘Totomami‘ –¿un ataque con segundas a la sexualización de la mujer en el pop?– y la hipnótica pero rítmica ‘Casi nazi‘ son bastante inmediatos, gracias a su espíritu travieso y su uso de la musicalidad de las palabras. ¿Es tan fácil como decir «tiene demasiadas lentas»? Pues tampoco. Si bien ‘Loca mente‘ –una rumba-dub en la que el empleo de la letra de ‘Te estoy amando locamente’ es lo más destacado (y también lo más predecible)–, ‘La yerba mala’ –la versión demo que se incluye es, de hecho, más interesante, con ese sonido de psicofonía– y ‘Errores son horrores’ coinciden en su tempo y aportan muy poco al conjunto en particular (y al cancionero de Pony Bravo en general), no se puede generalizar. Porque, ya al final del álbum, la sugerente ‘Claro en la jungla’ –¿un homenaje a Ciudad Jardín?– y la gótico-twanguera ‘Lawrence de Aruba’ seducen con su cadencia lenta, discurriendo por caminos poco concurridos por el grupo. ‘Gurú’ no es, claramente, el gran salto que cabía esperar de seis años de trabajo de Pony Bravo, pero tampoco desprestigia al grupo lo más mínimo. Pony Bravo actúan esta noche en el Escenario Txiki de Bilbao BBK Live 2019, a la 1:30h AM.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Rey Boabdil’, ‘Casi nazi’, ‘Totomami’, ‘Piensa McFly’, ‘Espectro de Jung’
Te gustará si te gusta: Can, Smash, Guadalupe Plata
Escúchalo: Spotify

Vetusta Morla roban titulares en Mad Cool hablando de Madrid Central

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La jornada de viernes de Mad Cool convocó a 48.936 personas, en un día en que The National y The Smashing Pumpkins, en ese orden, parecían ejercer de cabeza de cartel, pero en el que la sorpresa la volvió a dar un grupo español. Fotos: Andrés Iglesias (excepto Marina, por Alberto Ortega).


Mucho antes de esto, a las siete de la tarde Sharon van Etten empezó turbia con ‘Jupiter 4’, muy emparentada con la PJ Harvey más oscura o, mejor aún, con la banda sonora de una ficción tipo ‘Stranger Things’, dejando claro que su concierto iba a rehuir otra vez del concepto “cantautora”. Distorsiones y teclados reinaron en piezas como ‘Hands’, mientras el final con ‘Serpents’ no pudo dejarnos más arriba. Pero también hubo espacio para momentos más pop y luminosos como la pegajosa ‘One Day’; o románticos, como la cincuentera ‘Tarifa’. La mejor, por supuesto, ‘Seventeen’. Sin guitarra alguna, de no ser por su piano, incluso hubiera colado como hit synth-pop. La cantante quiso mantener además un perfil bajo: se mostró amable, chapurreó castellano y recomendó a The National, pero en ocasiones tocó situada en el escenario hasta en un tercer plano. De no haber sido porque buscabas de dónde salía esa preciosa voz, por situación a veces habrías creído que la líder del grupo era otra de sus músicos.

A continuación, Miles Kane, por estilo de concierto y sombrerito naranja anti-sol, parecía en sí mismo un anuncio del FIB, festival que se celebra la semana que viene y que siempre le ha querido mucho en todas sus formas y proyectos. Al mismo tiempo, Tourist hacía un set de electrónica cuasi ambient en la carpa The Loop, algo apocalíptico si atendías a la luz de fuera, un extraño atardecer bastante nublado e incluso algo polvoriento.

Si alguien echaba de menos un concierto de pop, sin músico alguno, pero con muchos colores y bailarines, la respuesta fue Marina. Con muchas ganas de recuperar público y dejar atrás los tiempos de arenas movedizas de su carrera, la cantante hizo un concierto de hits, encabezado por ‘Handmade Heaven’ y ‘Hollywood’, este último no exento de pompones; en el que no faltaron ‘Enjoy your life’, ‘I Am Not a Robot’, ‘Superstar’, ‘Froot’ (con unos neones muy Kate Ryan), ‘Primadonna’ o al final ‘Baby’ (siempre mejor sin Luis Fonsi en este caso por mucho que ella diga «amarle») y “Heartbreaker”. La cantante anunció que volvería a Madrid en noviembre, apeló a ser griega por su buena conexión con España y reveló que su vestido era de los años 50. Al margen de la simpatía que implica llevarte a cuatro colegas bailarines de gira aunque no sean los mejores profesionales (hacía mucho que no veía a nadie en el suelo haciendo el baile de La Mosca Muerta), su repertorio y entrega recordaron cuánto ha contribuido Marina a dignificar la composición pop.

The National dieron un concierto demasiado basado en la capacidad de Matt Berninger para camelarse a las 20 primeras filas en lo que podríamos llamar el Síndrome Lana del Rey (la cantante ha hecho historia dedicando hasta 15 minutos de set a firmar autógrafos en las primeras filas). La estrategia de Matt, flojísimo de voz, y lanzando auténticos berridos por ejemplo en ‘Mr November’, fue lanzarse al público en varias ocasiones, como en ‘Don’t Swallow the Cap’, ‘Day I Die’ o en ‘Graceless’, entre otras, a menudo caminando sobre una barandilla, siempre apoyado por su equipo de seguridad, pero jugando con la posibilidad de desgraciarse la vida en serio. Su incursión entre el respetable provoca siempre el entusiasmo de quienes le abrazan y los osados (con “o”) que le besan. ¿Quién no quiere un poquito de alguien tan talentoso y guapo? Pero a la gente de atrás se le queda cierta cara de póker mientras todo esto sucede. Tras una ‘Bloodbuzz Ohio’ medio inaudible, los verdaderos momentos mágicos del set fueron ‘Fake Empire’ y su piano y un tema en el que el protagonismo cayó en manos de las coristas, entre ellas Lisa Hannigan, ‘Where Is Her Head’.

Smashing Pumpkins tocaron con mucho mayor volumen que The National en las distancias largas, como por otro lado ya sabemos por otras ocasiones. Solo se les escuchó flojear cuando sonaban bases pregrabadas, como al principio de ‘Ava Adore’ o en algún punto de ‘1979’. Por mucha medio reunión que haya habido, el show se basó sobre todo en el carisma de Billy Corgan, y para muestra el speech de James Iha sobre lo que le gustaba Madrid. Mostró las tablas escénicas de un maniquí. El concierto de los Smashing resultó algo desigual únicamente porque ellos quisieron. Fue su elección marcar demasiado los hits de “Mellon Collie” y ‘Siamese Dream’, pues cuando estos faltaban, el grupo tendía a lo tedioso: funcionaron los dos singles del último disco, ‘Solara’ y ‘Knights of Malta’, pero no alguna otra canción alargada de más que ya solo conocían ellos. No decepcionaron, eso sí, cuando sonaban «Bullet», ‘Tonight’, ‘Disarm’ o al cierre, ‘Today’. No son pocos hits y además nunca pecaron de la grandilocuencia exhibida en intro y outro con un clásico de Georg Friedrich Händel​. Por cierto, ¿por qué no tocan ‘Perfect’?

Antes del aburridillo show de cierre de Empire of the Sun, que al fin y al cabo nunca tuvieron mucha más canción que ‘We Are the People’, ‘Walking on a Dream’ y ‘Alive’ (intentaron resolverlo tirando de luces y proyecciones); Vetusta Morla por supuesto arrasaron.

Pucho contó que su local de ensayos estaba a un paseo en «furgo», por lo que quizá por ello se sintió con la confianza suficiente como para al final reclamar más bandas españolas en el cartel, y sobre todo, lanzar un grito contra el alcalde que ha intentado acabar con Madrid Central. Sus palabras fueron algo parecido a «Cerrar Madrid Central es un atentado contra la ciudadanía, un atentado contra la salud al margen de los partidos políticos». Pero antes de estas palabras enfadadas, chilladas, juraría que ‘Palmeras en la Mancha’ fue adaptada con una frase que incluía el sintagma «Carapolla en Instagram» (las pintadas y camisetas «Almeida Carapolla» han empezado a proliferar por la ciudad).

En cualquier caso, el grupo autor de ‘Mismo sitio, distinto lugar’, es una baza segura en cuanto a sonido y espectáculo, como mostraron la fuerza de ‘Golpe maestro’ y ‘Te lo digo a ti’ con Pucho enfocándose cámara en mano, o la delicadeza de ’23 de junio’. Seguramente esos kilómetros de baños de masas les ayudan a venirse arriba con el mensaje, lo que incluyó una llamada al «amor» abiertamente inspirada en la versión de los Beatles que Noel Gallagher había escogido el día anterior para cerrar. Pucho elogió la belleza de su simpleza y puede que lo de Vetusta Morla no sea precisamente simple, pero lo seguro es que les queda amor del público para muchísimos años.

Mirwais cree que la crítica no ha entendido la esencia del nuevo disco de Madonna

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Mirwais ha ofrecido su primera (¿y única?) entrevista tras la edición del disco de Madonna que acaba de co-producir, ‘Madame X‘. Con la artista ha escrito algunos de los singles (‘Medellín’), algunos de los temas más curiosos (‘Dark Ballet’), aparte de algunos de los favoritos de sus seguidores (‘I Don’t Search I Find’) y los dos favoritos de la propia Madonna (‘God Control’, ‘Extreme Occident’). En la entrevista, el productor se queja de que la crítica no ha entendido ‘Madame X’. La crítica del álbum ha sido positiva con un par de sonadas excepciones y en Metacritic, con un 70/100, luce como su mejor disco desde «Confessions» (2005), aunque no por muchísima diferencia: ‘Rebel Heart’ recibía un 68/100.

Pero Mirwais cree que la crítica no ha ido al quid de la cuestión. «Creo que mucha gente y la crítica han obviado algo esencial en este intento de explorar la música latina y portuguesa. No han visto la dimensión global y política que Madonna inculca a través del álbum. En la América de Trump, en la que casi cada día se insulta a los latinos, el hecho de una superestrella americana y blanca escoja como primer single un tema en inglés y español que es un dueto con un colombiano, es un signo político muy fuerte. Me hace pensar en Marlon Brando mandando a un indio a rechazar su Oscar en 1973, aunque el contexto sea muy diferente».

Además, cree que el disco es un «álbum futurista y global» y que puede ser «el primer disco de un tipo de álbum» que puede ser habitual en el futuro. «No es world music, es un intento de integración inteligente y de participación cultural con un sentido político. Y desde luego no hay apropiación cultural como muchos nos intentan hacer creer». Mirwais responde las críticas que acusan a Madonna de «naíf», indicando que no cree que lo sea, pero que además su aportación «es mejor que nada», y añade: «En 10 o 15 años, a causa (o gracias) al streaming, la hegemonía angloamericana del mainstream se habrá acabado. Todo estará fragmentado, con muchos mercados como el latino sin parar de crecer. La actitud de apertura cultura y artística sin fronteras que Madonna tiene dentro de manera natural fue muy interesante para desarrollar ‘Madame X'». El álbum incluye sonidos de Portugal, Brasil, Cabo Verde, Marruecos, Jamaica, Estados Unidos, Colombia, Cuba, Angola o Guinea Bissau, sin centrarse en ningún país en concreto.

Mirwais señala ‘Don’t Tell Me’, ‘Nobody’s Perfect’, ‘American Life’, ‘Die Another Day’ y ‘God Control’ como las canciones favoritas que ha hecho con Madonna, y reconoce que esta no le consultó nada sobre los temas que produjo con otros artistas para ‘Madame X’. En otoño sacará su propio disco, pero esta vez sin la voz de Madonna al contrario de lo que sucedía en ‘Production’. La entrevista completa, en la que habla para mal de la industria y de esos artistas que sacan algo cada tres meses, puede leerse aquí.

No te pierdas a Ed Sheeran y Travis Scott mutando de personajes en el desternillante clip para ‘Antisocial’

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Ed Sheeran ha publicado hoy ‘No. 6 Collaborations Project’, su anunciado disco colaborativo en el que cuenta con una espectacular lista de artistas invitados a la altura de ¿casi nadie? Justin Bieber, Chance the Rapper, Camila Cabello, Cardi B, Eminem, Bruno Mars, 50 Cent, Chris Stapleton, Travis Scott, Paulo Londra, Khalid, Stormzy, YEBBA, Young Thug, J Hus, Ella Mai, H.E.R., Meek Mill, Dave, A Boogie wit Da Hoodie y Skrillex se dan cita, como quien no quiere la cosa, en los 15 cortes del disco. Disco que se publica dos años después de ‘Divide’, álbum que aún sigue presentando en estadios de todo el mundo (incluidos, recientemente, Madrid y Barcelona).

Coincidiendo con el lanzamiento Sheeran y su equipo han decidido destacar como single ‘Antisocial’, el tema que comparte con el rapero Travis Scott y que es protagonista de uno de esos vídeos que, te guste más o menos el pelirrojo, has de ver. Dirigido por el ya estelar Dave Meyers, el clip en apariencia no tiene una línea argumental clara, más allá de referirse ocasionalmente a una letra en la que Sheeran y Scott hablan de lo que les espanta la popularidad y de lo difícil que resulta tener una vida normal o incluso salir una noche de marcha. De ahí esos «no me toques, no me toques» que repite Ed insistentemente en el estribillo de un tema de marcada conexión con el hip hop contemporáneo (un género que, aunque no lo parezca, es de los favoritos de Sheeran).

El caso es que el clip es una sucesión de escenas protagonizadas por Travis y Ed (que comienza sufriendo una llave de judo de su colega de canción), sin sentido pero muy divertidas y con referencias cinematográficas más o menos reconocibles: partiendo de una escena en la que Sheeran aparece ataviado como en el Día de Muertos mexicano (homenaje a ‘Coco’ ¿o a ‘El libro de la vida’?), vemos al autor de ‘Shape of You’ como un millonario excéntrico, una celebridad con un imposible pelucón rizado, un oficinista, modelo de teletienda o un viejo lobo de mar. La pareja de Kylie Jenner no se queda atrás, caracterizado como un culturista, un austronauta en Marte, un dentistas que remite a ‘Eduardo Manostijeras’ o un luchador de videojuego, cuando no está invadiendo otros planos que antes ocupaba Ed. El colofón es una tan absurda como hilarante escena final que une a ambos en una situación cotidiana y casi metacinematográfica.

Thom Yorke huye de Radiohead mientras Liam Gallagher tira de Oasis en Bilbao BBK Live

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Anoche arrancó en Bilbao la edición de 2019 del BBK Live. Solo en su primera jornada teníamos ya a varios de los cabezas de cartel de todo el festival, y también a varios de los “cabezas pequeñas”: gente que de ninguna manera eran superestrellas, pero sí habían tenido una fuerte evolución en meses (IDER en el plano internacional, DMBK en el nacional). Esa primera división estaba capitaneada sin duda por Thom Yorke, que se marcó un “¿Radiohead? ¿Qué es eso? ¿Se come?” y dedicó el concierto a sus tres discos en solitario (incluido el que acaba de publicar), con alguna curiosidad como la BSO de ‘Suspiria‘ o canciones de Atoms for Peace. Un setlist así podía espantar, y de hecho espantó, al público más casual, pero también tenía la capacidad de cautivar a sus fans. Así, durante todo el concierto, Yorke se apoyó en las proyecciones audiovisuales y en una entregada banda para demostrar a los allí presentes su capacidad para transmitir sensaciones y directamente transportar a otro lugar con su música. Salvo por alguna que otra intervención (chapurreando “eskerrik asko” como muchos de los visitantes de Bilbao este fin de semana), el inglés se centró en encadenar un viaje electrónico con otro, ganándose la aprobación tanto de quienes se han maravillado con el reciente corto ‘ANIMA‘ como con quienes aún no habían podido escuchar su último trabajo. [Foto Thom Yorke: Tom Hagen para Bilbao BBK Live.]


Otro cuyo nombre está asociado inevitablemente a una banda es Liam Gallagher, aunque su caso es, como sabemos, más complicado. Ironías del destino (¿o no?), su hermano Noel tocaba el mismo día en el Mad Cool, festival con cierta relación “fraternal” con el BBK, pero mientras que Noel no recurre mucho a temas de Oasis, Liam no escatimó en canciones de su anterior grupo: desde comenzar con ‘Rock n Roll Star’ o ‘Morning Glory’ hasta, por supuesto, incluir ‘Wonderwall’ en el último bloque. El público vibraba con el estatus de estrella de rock de Liam y la estupenda acústica del escenario Nagusia, y el inglés, además de incluir temas de su debut en solitario ‘As You Were’, aprovechó para promocionar su nuevo trabajo con el adelanto ‘Shockwave’. Unas horas antes en el mismo escenario actuaba otro peso pesado, en este caso a nivel nacional: Vetusta Morla son por sí mismos cabeza de cartel de muchos festivales, y nunca decepcionan. Centrándose en su último trabajo, ‘Mismo Sitio, Distinto Lugar’, del que sonaron ’23 de Junio’ o ‘La Vieja Escuela’, y sin olvidar clásicos como una ‘Mapas’ durante la cual Pucho se bajó a interaccionar con los asistentes (que se hicieron sus correspondientes selfies con él), la banda ofreció un entregado show con especial protagonismo de la percusión – y especial protagonismo de los coros del público, por supuesto, que se sabía prácticamente todos los temas de pe a pa. [Foto Liam Gallagher: Jordi Vidal para Bilbao BBK Live.]


Y de clásicos pasamos a lo opuesto: dos propuestas que estamos seguros de que van a dar cada vez más que hablar. Por un lado tenemos a Jess Smith, alias Biig Piig, irlandesa en la línea de proyectos como Clairo o Ama Lou, que al vivir muchos años en nuestro país ha incluido el castellano en sus canciones -ahí están ‘Perdida’ o ‘Vete’- y en ese mismo idioma se dirigía al público. Consiguió enganchar a los asistentes con la elegancia de cortes como ‘Vice City’ y, sobre todo, con ‘Crush’n’. Por otro lado, teníamos en el escenario Firestone a las londineneses IDER, para mí el mayor descubrimiento del festival. Estas dos compañeras de piso llamaron la atención de Shura para producir su primer EP, y ahora están a solo una semana de presentar su debut largo, todo esto en poco más de dos años. Con una mezcla de pop electrónico y armonía folkie que gustará a fans de MUNA y de First Aid Kit, Lily y Megan entregaron un temazo tras otro: pudimos bailar con ‘Mirror’, identificarnos con la generacional ‘You’ve got your whole life ahead of you baby’ o sentir un pinchazo con ‘Body Love’, siempre con un elegante uso de los sintetizadores y unas voces que encajan a la perfección. Ganas, muchas ganas, de escuchar su debut. [Foto Biig Piig: Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]

El Firestone recibió horas más tardes a Ms Nina, que, como es costumbre, apareció tras casi veinte minutos de DJ (al menos esta vez no fue tanto como cuando la vimos en el Warm Up del año pasado). Prácticamente salió cuando tuvimos que irnos a ver a Thom Yorke, pero hay que decir que, cuando por fin subió al escenario, se entregó al perreo con su publico. La autora de ‘Pastillas’ acaba de publicar la mixtape ‘Perreando por fuera, llorando por dentro‘, y por tanto se dedicó a repasar especialmente estos temas, desde la acertada ‘Resaca’ a la no-tan-acertada ‘Coqueta’. En el mismo escenario pudimos ver horas antes a Baiuca. La explosiva mezcla de folclore gallego y electrónica no necesitó que su responsable dijese una sola palabra (literalmente) para tener entregado a su público que no paró de bailar con temas como ‘Olvídame’, ‘Morriña’ o el remix de Chancha Via Circuito ‘Ilaló’. Otra propuesta de electrónica fue la de Courtesy y, aunque Najaaraq Vestbirk tenía el handicap de tener que defender una sesión de techno ácido bajo el imponente sol que seguía abrasando a las siete de la tarde, lo cierto es que el público de la danesa era reducido pero entregado. Había espacio para los tradicionales alemanes sin camiseta haciendo bailes epilépticos en las primeras filas, y también para los modernos que miraban desde atrás y cuyo “baile” parecía más un bucle de asentimientos.


Muy distinto era el ambiente en el concierto de Slaves. Isaac Holman y Laurie Vincent ofrecieron un show punk inaudito en el festival, con su rabia tirando micrófonos, su sudor compartido entre asistentes y el propio Isaac, y sus directísimas letras políticas sobre la clase obrera (menos mal que no estaban allí las dirigentes de Ciudadanos, porque se habrían sentido insultadas). Un conciertazo no apto para todo el mundo, pero conciertazo. También diferente al resto de propuestas era la de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, uno de los primeros nombres de la tarde, que además pudieron llevar su “kinkidelia” al escenario grande, mientras Sandra y Sergio de Delaporte tuvieron que conformarse con el Firestone… lo que no les impidió ofrecer el divertidísimo show al que nos tienen acostumbrados). [Foto Slaves: Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]

Natalia Lacunza supera gracias a su humor las obvias comparaciones con Billie Eilish

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«Sí me gusta Billie Eilish. Lo que pasó es que el productor, que también se llama Marcos –Terrone, conocido como Oddliquor–, me trajo tres bases hechas, y esa fue la tercera. Era claro que había escuchado el disco de Billie. En ningún momento fue intencionado. Le hemos dado la vuelta, cambiado las percus, enfocado a otras cosas… Entiendo que recuerde a Billie pero hay muchísimas otras referencias». Con esta naturalidad nos respondía Natalia Lacunza a la pregunta sobre la evidente referencia de Billie Eilish –de ‘bad guy’, especialmente– que contiene ‘tarántula’, una de las canciones incluidas en ‘Otras alas‘, su EP debut. Al final, como recordaba mi compañero Sebas E. Alonso en su crítica del disco, «Lacunza es esclava de sus influencias, como tantos grupos de rock de chicos de 20 años, y tantos solistas masculinos y femeninas de su edad lo fueron antes». Es decir, ¿tan extraño es que un artista tome un tema ajeno y lo haga propio? Para nada, evidentemente.

Y es que la artista navarra surgida de Operación Triunfo 2018 supera esas prácticamente inevitables comparaciones en ‘tarántula’, además de con esos toques en las percusiones y las melodías (el estribillo tiene un toque de mambo, muy latino), con una estructura sinuosa y en constante mutación, repleta de ganchos y giros divertidos que la hacen algo más compleja que ‘bad guy’ (que, después de todo y como se ha demostrado, es bastante simple). Pero sobre todo obliga a olvidar referencias a base del humor y desparpajo (esos «no sabe ná») que desprende una letra en la que se revuelve contra el odio arbitrario que escupen a menudo las redes sociales en particular e Internet en general.

«Ahora me vas a escuchar / Ya no me puedo callar / Voy a quemar la ciudad contigo dentro» es uno de los versos más amenazantes (en estos tiempos de pielfinismo y exceso de celo, raro es que a algún fiscal no se le haya pasado por la cabeza ponerla en la picota) que haya cantado jamás un ex-concursante de talent-show. No es que haya que ponerle una medalla por ello, pero sí hay cierta valentía en que lo haga. Y esa acidez se equilibra con el empleo de ese «tarántula» que popularizó La Veneno como imagen del mal bicho al que dirige su contraataque y que, en realidad, se merece que le den lo suyo.

Así, no sería de extrañar que ‘tarántula’ pueda llegar a superar a ‘bad guy’ en en repercusión comercial –obviamente, me refiero al mercado español–: de manera más que curiosa, el top de tendencias del día en Youtube tiene el remix con Justin Bieber del tema de Eilish en el puesto número 3, justo por delante del vídeo oficial del single de Natalia estrenado hace unas horas. Un clip que, en sintonía con lo que comentaba, está repleto de comicidad: producido por Discorosa y dirigido por Diego Jiménez (responsables de vídeos recientes de La Estrella de David, Carolina Durante, Cariño y otros grupos indies), es un divertido ejercicio visual protagonizado por Lacunza y el bailarín Pablo Costas (surgido de la penúltima edición de Fama a Bailar), en el que la cantante martiriza a su impasible partenaire en un impoluto escenario (que recuerda a la imagen de otro de los referentes del tema, Melanie Martinez) donde acaban marcándose una estupenda coreografía.

Escucha lo nuevo de Ed Sheeran, Beyoncé, BANKS, Blood Orange, Ozuna & Anitta…

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En plena campaña de verano y con los lanzamientos un poco de capa caída (esto dura hasta mediados o finales de agosto), la verdad es que este viernes 12 de julio nos queda un Ready for the Weekend –nuestra playlist semanal de novedades discográficas– bastante apañada. Le da relumbrón, sobre todo, el trabajo colaborativo de Ed Sheeran y amigos: ‘Nº6 Collaboration Project’ –imaginativo título– incluye nombres del calibre y la variedad de Cardi B, Camila Cabello, Travis Scott, Chance The Rapper, Stormzy, Ella Mai, Skrillex o Chance The Rapper. Otro que lanza hoy mixtape llena de invitados es Blood Orange: en ‘Angel’s Pulse’ acompañan a Dev Hynes artistas como Tinashe, Toro y Moi, Arca, Porches o Kelsey Lu, entre otros. También hoy se publican los nuevos álbumes de BANKS, Purple Mountains –proyecto post-Silver Jews de David Berman–, el dúo de hermanas Bleached, Yuna, Kyle Craft, los británicos Palace (hoy lo estrenan en Mad Cool), Imperial Teen –grupo paralelo a Faith No More–, Africa Express –el proyecto colaborativo de músicos africanos y occidentales auspiciado por Damon Albarn–, Tycho o la banda de post-metal Torche.

Además, hace unas horas que Billie Eilish compartía un discutido remix de su éxito ‘bad guy’ con la participación de Justin Bieber. Otros singles significativos que podemos disfrutar desde hoy (o subidos en días pasados) son los de Becky G, Bon Iver, Jenny Hval, Villagers, Lower Dens, Carlos Sadness, Rudimental, Sofi Tukker, Little Boots & Kiddy Smile, Miranda!, Sheryl Crow & Jason Isbell, Of Monsters and Men, Ozuna & Anitta, Alien Tango, Devendra Banhart, Mow & Ganges, Boyanka Kostova, Gruff Rhys, Cruz Cafuné (su primer tema post-‘Contando lunares’), Lola Marsh, DEVA, King Jedet, dvsn, Parov Stelar o Israel B & LOWLIGHT. Tampoco olvidamos el tema con el que María Escarmiento –la concursante de OT 2018 María Villar– debutaba días atrás.

Además de la banda sonora para la nueva versión de ‘El Rey León’, en la que además del inédito ‘Spirit’ Beyoncé canta junto a Donald Glover (Childish Gambino) el clásico ‘Can You Feel The Love Tonight’, hay otras novedades singulares como son un nuevo remix del último álbum de Lykke Li –esta vez con Skrillex y Ty Dolla $ign–, un inédito de Mystery Jets con el que protestan por el desmantelamiento del sistema público de salud en Reino Unido, un álbum en directo de New Order y un coqueto tema que El Palacio de Linares han hecho inspirados por un libro infantil. También se ha publicado hoy una reinterpretación completa del álbum de Frightened Rabbit ‘Tiny Changes’. En él, artistas como Ben Gibbard (Death Cab For Cutie), Aaron Dessner (The National) o Lauren Mayberry (Chvrches) rinden homenaje al desaparecido líder de la banda, Scott Hutchison.

Ms Nina / Perreando por fuera, llorando por dentro

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Después de actuar esta noche en Bilbao BBK Live 2019, Ms Nina se dirige de camino a Nueva York para actuar allí en dos shows abriendo para Bad Gyal. Y si ya tiene mérito lo de Alba Farelo –que ahora vuela impulsada por una multinacional, pero hasta hace dos días era 100% indie–, más aún lo tiene lo de Jorgelina Andrea Torres. Y es que no es moco de pavo llegar hasta donde está llegando (ser un featuring y telonera de Fangoria era uno de sus últimos life goals) desde la autogestión, a base de ir totalmente a lo suyo, y lanzar temazo tras temazo del reggaeton más despreocupado que sin duda abrieron un camino para otras (y otros, ojo) artistas en nuestro país.

Ahora, a modo de bautismo de fuego musical, llega una mixtape que se había estado demorando por demasiado tiempo y que, quizá por eso (y por otros detalles), queda algo por debajo de las cotas de disfrutonismo que cabía esperar. Y es que, aunque ‘Perreando por fuera, llorando por dentro’ condensa en sus 9 canciones toda la esencia de Ms Nina, queda algo corta de temazos imponentes. Y es que la artista argentina criada en Granada nos tiene mal acostumbrados: tras sus jugososos temazos con Beauty Brain y Talisto, o sus duetos con King Jedet (‘Reinas’) o Bea Pelea (‘Culona’), este año nos había puesto los dientes muy largos (y el culo muy bajo) con dos pelotazos como ‘Los Angeles’ y ‘Y dime’, con Tomasa del Real.

Pero ni estos dos ni ninguno de los anteriormente citados, que ya de por sí dan para armar una tremenda playlist de perreo, están incluidos entre los 9 cortes totalmente inéditos que reúne aquí. Esto no sería un problema si todos estos estuvieran a esa altura… pero no. ‘Perreando por fuera, llorando por dentro’ sufre de cierta irregularidad y, aunque solo aguantándote las ganas dejas de bailarlos, es evidente que temas como ‘La diabla’ –el feat de una María Escarmiento a la que es difícil tomarse en serio, pues está lejos de sonar creíble y genuina–, ‘Gata fina’ y ‘Piscina’ resultan algo básicos, predecibles. Por suerte no es la tónica general de este miniálbum (apenas 25 minutos, al grano) y sí hay muchos momentos en los que el morrazo, desparpajo y guasa de Ms Nina se imponen.

Sucede especialmente cuando se une a expertos del perreo como King Doudou (autor de la base de ‘Fiebre’ de Bad Gyal, respect) o Beauty Brain (su trabajo en la divertida ‘Intro’ podía, a todas luces, haber dado más de sí). El primero, especialmente, es el que más y mejor partido saca al flow-ronroneo de La Nina en ‘Ms Pinga’ –con la cantante desatada en barras como “no me gusta laburá, ni tampoco madrugá” o “cuando yo meneo se te para la pinga” y adlibs descacharrantes como “que yo no rezo a santos ni ná, que yo soy virgen”– y, sobre todo, en ‘Resaca’. Con una intro que escenifica una futil resistencia a abandonarse al bellaqueo y un ritmo sutil pero irresistible de Hugo Douster, nos regala uno de los mejores ganchos del disco, ese “hoy me desperté triste otra vez, y yo no sé por qué / si yo lo tengo todo, vaya estupidez” que debería ser obligatorio cantarnos a nosotros mismos diariamente.

De la cohorte de productores más desconocidos que colaboran aquí, solo están a la altura del francés El Licenciado –con una fantástica base de reggaeton clásico, con drops ultralentos incluidos, en la fabulosa ‘Te doy’–, Kabasaki –con un gran despliegue rítmico en ‘Coqueta’, aunque la letra de Nina (“me pongo coqueta pa que me lo meta / que me metas miedo, no es lo que tu piensas”) no sea de las más inspiradas de su vida– y Jazzhm –en una oscurilla ‘El consejo’, en la que Jorgelina y La Favi vuelven a mostrar su particular química, esta vez con mensaje de empoderamiento femenino–. Pero son razones sobradas para dejarse arrastrar al universo de “bellaqueo”, “perreo”, “mamis” y “papis”, “darle duro”, “hasta abajo”, “aguacate”, “rebote”, y “gatas” –reflejado en el bodegón de portada al que solo le sobra un poco de Photoshop en su cuerpo– en el que nos sumerge Ms Nina sin remisión.

Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Resaca’, ‘Te doy’, ‘Coqueta’, ‘El consejo’
Te gustará si te gusta: Tomasa del Real, Bad Gyal, Kaydy Cain
Escúchalo: Spotify

R. Kelly es detenido de nuevo por tráfico sexual y otros doce delitos federales

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Una vez más, el rapero y cantante R. Kelly es actualidad por supuestos delitos y no por su música, aunque esto parece difícil que cambie en el futuro. Kelly ha sido detenido en las pasadas horas cerca de su residencia en Chicago («mientras paseaba a su perro», aclara algún medio) por agentes federales y policías de Nueva York (esto lleva a pensar que se trata de delitos cometidos en ese estado, y que por tanto será juzgado allí), informa Pitchfork.

Está acusado de hasta trece delitos que incluyen tráfico sexual, tentación a un menor, pornografía infantil y obstrucción a la justicia, según un portavoz de la fiscalía estadounidense. Se espera que hoy, viernes 12 de julio, comparezca en un juzgado de Nueva York y que se faciliten más detalles sobre esta nueva detención.

Recordemos que, tras un amplio historial de cargos –siempre relacionados con delitos sexuales y abusos a menores– por los que nunca ha sido condenado (bien por sobreseimiento o por acuerdos con las supuestas víctimas), el pasado mes de enero se emitió una serie documental llamada ‘Surviving R. Kelly‘ en la que diversas mujeres, incluida su ex-esposa, detallaban los abusos cometidos por el artista. Esto derivaba en el rechazo generalizado de toda la sociedad, incluidos compañeros que habían colaborado con él en el pasado y que hasta ese momento habían callado, como Lady Gaga o Phoenix. Un mes después, en febrero, Kelly fue de nuevo detenido en Chicago por delitos de abuso sexual con agravantes, derivados de los testimonios vertidos en la serie. De nuevo, en mayo de este año ha sido acusado de 11 delitos más de similar entidad, al parecer cometidos en 2009 y 2010. Eludió la prisión pagando una fianza, pese a declararse «no culpable».

Billie Eilish y Justin Bieber lanzan un remix de ‘bad guy’ que no gusta a sus fans a pesar de su portadón

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«Remix», tuiteaba escuetamente hace un par de días Justin Bieber. Con ese mensaje desataba, claro, todo tipo de especulaciones y al final el rumor que se ha convertido en realidad es que el citado «remix» es una nueva versión de ‘bad guy‘, la canción que mejor está funcionando a Billie Eilish como single de su álbum debut ‘When We Fall Asleep, Where Do We Go?’. Un bombazo inesperado que, sobre el papel, viene a poner un poco de sazón al tirando a aburridillo verano de un tirando a aburridillo año en lo musical.

Pero el remix en cuestión viene a ser exactamente la misma canción que ya conocíamos (y que tanto nos gusta) salvo por un segundo verso nuevo que canta Bieber con voz autotuneada –aunque no tanto como para que resulte un recurso estético–. Un verso que el canadiense dedica a hablar de sus diamantes, joyas y tatuajes. Muy constructivo. Quizá poca chicha para lo que se podía esperar del encuentro entre la actual ídolo de adolescentes en todo el mundo y el pasado ídolo de adolescentes en todo el mundo (Billie incluida). Y es que se puede decir sin miedo que lo mejor de esta colaboración es la foto que sirve de portadón para el single: una foto de la cantante siendo aún niña vestida con un vestido de lentejuelas multicolor ante una pared-tributo a Justin Bieber, llena de fotos de él.

El remix parece no haber gustado a nadie o casi nadie (¿de verdad hay para tanto, siendo prácticamente la misma canción?), especialmente a los propios «billievers» –o como se llamen–, que están demostrando su insatisfacción con el remix con simpáticos tuits y memes. ¿Será que para ellos Bieber, a sus 25 años, es ya «pollavieja»? Recordemos que Billie Eilish actúa en Barcelona y Madrid los próximos días 2 y 3 de septiembre, respectivamente.