La pandemia global se está cebando con las personas más vulnerables y también con ciertos sectores económicos como el cultural, estrechamente relacionado con la socialización. Las salas de cine y de conciertos están vacías y las tiendas de música y otros productos culturales están cerradas pues no se consideran productos de primera necesidad. En concreto las tiendas de discos son fundamentales de cara a las ventas físicas de este formato en nuestro país a pesar de que ahora lo que más se lleva es el streaming, y debido a la crisis van a sufrir un golpe económico muy duro.
Por esta razón, la Unión Fonográfica Independiente ha organizado una campaña para apoyar a las tiendas de discos con el objetivo de animar a la gente a comprar un disco online y estimular así las ventas de estos negocios, muchos de los cuales se enfrentan ahora mismo a un futuro incierto. La campaña se llama #HoyMeComproUnDisco y está inspirada en su análoga británica, #loverecordstores. «Con la campaña se pretende llegar al público y concienciar de que, para que los sellos y tiendas puedan seguir existiendo una vez se vuelva a la vida normal, es necesario que el público les apoye haciendo pedidos en estos días», explica la UFI, que puntualiza: «Es importante comunicar que los pedidos se enviarán cuando sea seguro hacerlo».
A la manera de la campaña británica, la UFI alienta especialmente a artistas, trabajadores de sellos y/o tiendas de discos y coleccionistas a que se graben en vídeo con el lema de la campaña y con su disco favorito para ayudar a su difusión, utilizando en redes el mencionado hashtag o etiquetando a los Premios MIN. Y comparte estas indicaciones:
1. Comparte en redes utilizando las imágenes que hemos diseñado para la campaña
2. Pide a tus artistas que graben un vídeo diciendo el lema y mostrando un disco
3. Pedid a los trabajadores del sello vídeos diciendo el lema con discos que hayáis publicado
4. Enviad la newsletter a vuestros clientes para difundir la campaña
Jason Rackham, managing director de [PIAS], está a la cabeza de la campaña #loverecordstores y ha compartido unas palabras sobre la importancia de las tiendas de discos independientes, las cuales «han tenido un papel clave a la hora de hacer crecer a las bandas y sus carreras a lo largo de los años». Explica: «Ahora es el turno de que las compañías den algo a cambio. Debemos apoyar los pequeños comercios a superar esta crisis y al mismo tiempo hacer que estas tiendas sigan jugando su rol a la hora de hacer a la gente descubrir nuevos artistas hablando directamente a su audiencia sobre la importancia de las tiendas, las bandas animarán a sus fans a seguir comprando discos en tiendas independientes online. Las bandas son pieza imprescindible para asegurar la supervivencia de una parte esencial de esta industria».
Pedro Almodóvar es uno de los temas más comentados de la mañana en las redes tras firmar en ElDiario.es un artículo llamado ‘El largo viaje hacia la noche’ en el que reflexiona sobre su propio confinamiento. El director divaga sobre el paso del tiempo («he dejado de mirar el reloj»), su serenidad frente a la dura realidad actual («la realidad, más allá de mis ventanas, es terrible e incierta, por eso me sorprende no estar angustiado») y también sobre su pasión por el cine: por ejemplo recuerda su relación con Sean Connery y comparte unas palabras sobre Lucía Bosé, recientemente fallecida.
En un punto del escrito, Almodóvar compara la situación actual con la ficción: «La realidad de ahora mismo es más fácil entenderla como una ficción fantástica que como parte de un relato realista. La nueva situación global y vírica parece salida de un relato de ciencia ficción de los años 50, los años de la guerra fría».
El director pasa las horas rememorando días pasados y por ejemplo recuenta su viaje a México para visitar a su querida Chavela Vargas poco antes de que falleciera, aprovechando que La 2, cuenta, se encuentra emitiendo un documental sobre ella. También reflexiona sobre el trabajo de la pintora María Moreno, fallecida hace poco.
El texto de Almodóvar está siendo objeto de elogios y críticas en las redes. Las voces más duras critican que artículo del director se centre en su vida personal y no mencione en ningún momento al Gobierno por su gestión de la pandemia, y otras se preguntan si además de escribir habrá donado a la causa. Otras elogian el bonito tono del texto y su contenido y critican a los internautas que siembran odio en redes.
Glass Animals son una de esas bandas de «pop arty» que podemos alinear con gente como Wild Beasts, Django Django, These New Puritans o Everything Everything. Lo hemos visto en álbumes como ‘Zaba’ (2014) y ‘How to Be a Human Being’ (2016), el primero conteniendo su macrohit ‘Gooey’, con casi 200 millones de reproducciones en Spotify, y el segundo nominado al Mercury Prize gracias a la pegada de temas como ‘Life Itself’ o ‘Youth’.
Su tercer álbum no está fechado aún -y mucho menos ahora-, pero sí hemos conocido un par de sencillos sueltos. A finales de 2019 nos llegaba un ‘Tokyo Drifting’ con el rapero Denzel Curry que funcionaba realmente bien, y ya este 2020 vuelven al redil con un tema llamado ‘Your Love (Déjà Vu)’, que ha conquistado las emisoras alternativas y de rock en Estados Unidos, y para el que acaban de publicar un videoclip.
‘Your Love (Déjà Vu)’ es la típica canción machacona de Glass Animals, muy bailable a su manera, aquí con un fondo de desamor que encierra cierto poso cómico detrás de la tragedia. La letra comienza hablando de una llamada de teléfono que no queremos coger porque sabemos que nos va a hacer más daño, apuntando a un último polvo con alguien con quien hemos roto, y que va a dejarnos trastocados: «Cierro los ojos, llamas pero cuelgo el teléfono / Ya conozco tu estilo / Sé que quieres una noche más». El estribillo habla de un «hit and run», específicamente de que esa persona «se marcha en cuanto termina».
Sin embargo, Glass Animals durante una entrevista han hablado de una visión más amplia del texto de esta canción. «No es necesariamente sobre una relación romántica, puede ser con un familiar o un amigo. Una relación que sabemos a algún nivel que va a romper nuestros corazones. Dejamos que esa persona vuelva a nuestra vida una y otra vez y siempre termina igual (…) Quizá porque es más fácil dejarlo pasar y no establecer fronteras, quizá porque piensas que te mereces ser infeliz, quizá porque encuentras confort en el caos. Esta canción es sobre ser adicto al caos».
El nombre que Basia Bulat ha decidido dar a su nuevo álbum se queda corto para expresar las inquietudes que recoge. La cantautora canadiense seguramente haya optado por ‘Are You In Love?’ porque el disco se abre con una canción así llamada que suena más grande que la vida (atentos a su voz al final), como queriendo buscar su ‘Hallelujah’ particular, entre referencias a la balada de los años 50, además de la citada a Leonard Cohen. Se da así la idea de que estamos ante el típico álbum de desamor, o de cierta crisis de la mediana edad, cuando en realidad esa no es siquiera la parte más lograda del disco (quizá porque Bulat acaba de casarse) y el mensaje es mucho más profundo.
En los cuatro años que han transcurrido desde ‘Good Advice‘, Basia ha perdido a su padre y eso le ha producido una crisis personal que ha podido superar según sus propias palabras gracias a la terapia. Este disco reúne algunas canciones escritas después de esa crisis y también algunas hechas antes que han terminado resultándole «premonitorias». Asistimos por tanto a un ejercicio con el que ha intentado «abrir su corazón a todo lo que le daba miedo», lanzando una serie de preguntas para las que lamentablemente nadie tiene respuesta.
Una de las canciones más explícitas es ‘Fables’, en la que menciona a su padre y en la que comienza hablando de cómo «todas las fábulas te fallan cuando eres mayor», cuestiona el mundo de «héroes y villanos» que se ha construido y se pregunta: «¿soy aún demasiado joven para comprender ciertas cosas?». El recuerdo de la niñez y la nostalgia repiten en temas como ‘Homesick’ o la bonita ‘Light Years’, sobre el autodescubrimiento o cómo no se puede huir del paso del tiempo, mientras ‘Electric Roses’ cuestiona la propia identidad y el autoengaño («he encontrado diversas maneras de escondérmelo a mí misma / he hecho magia desde que era una niña»).
Esa crisis de identidad llega a ‘Hall of Mirrors’, en la que se cuestiona la obsesión por las redes sociales, hablando sobre un artista que ya no quiere cantar, solo mirarse en el espejo en lo que supone una referencia a Instagram. Pero también los temas tratados se extienden hacia el feminismo y la lucha contra el maltrato, como parece el caso de ‘Your Girl’ («Si decepcionas a tu chica, nunca volverá») y muy especialmente de ‘Pale Blue’, co-escrita con Meghan de US Girls, y que versa sobre una pelea real presenciada en la calle en la que el hombre empieza a mostrarse violento.
Musicalmente las influencias reconocidas por Basia Bulat son Minnie Ripperton, Emmylou Harris, Dolly Parton y Silvio Rodriguez, pero la producción de Jim James vuelve a retorcer instrumentos para hacer sonar el largo mucho más excitante. El ejemplo más obvio es ‘Your Girl’, al que ha querido darse un aire a lo Fleetwood Mac, pero el desenlace de ‘Light Years’, el piano que emerge maravilloso en ‘Homesick’, ese sonido que ejerce de leitmotiv en ‘Pale Blue’ o los detalles a lo Dave Fridmann de ‘Electric Roses’ terminan de elevar unas melodías que ya eran cálidas de por sí. ‘Are You In Love?’ como colección de preguntas relevantes se cierra con un tema en el que Bulat repite una y otra vez que «el amor está al final del mundo» como para creérselo ella misma. Su música, mientras tanto, se desplaza para conducirnos hacia la catarsis.
Calificación: 7,4/10 Lo mejor: ‘Your Girl’, ‘Pale Blue’, ‘Light Years’, ‘Homesick’, ‘Are You In Love?’ Te gustará si te gusta: Leonard Cohen, Angel Olsen, My Morning Jacket, Anni B Sweet Youtube:Vídeo de ‘Your Girl’
The 1975 concretan al fin los detalles de ‘Notes on a Conditional Form’, su nuevo disco, que iba a salir originalmente solo unos meses después del anterior, el excelente ‘A Brief Inquiry Into Online Relationships‘, pero se ha terminado retrasando un año entero.
‘Notes on a Conditional Form’ saldrá el 22 de mayo y traerá las cinco canciones publicadas por el grupo durante los últimos meses, como la introducción recitada por Greta Thunberg, la punkarra ‘People‘ o la melancólica ‘The Birthday Party‘. De hecho, estas cinco representan solo una quinta parte de todo el álbum, que estará compuesto por hasta 22 canciones. Una de ellas recibe el curioso título de ‘Streaming’ y otra, que es el nuevo single y sale este viernes, el de ‘Jesus Christ 2005 God Bless America’.
Os dejamos con el tracklist de ‘Notes On A Conditional Form’, disco que, si todo va bien, The 1975 estarán presentando en España el próximo otoño. Estarán el 3 de octubre en el Sant Jordi Club de Barcelona (entradas) y el 5 de octubre en el WiZink Center de Madrid (entradas).
01 The 1975
02 People
03 The End (Music for Cars)
04 Frail State of Mind
05 Streaming
06 The Birthday Party
07 Yeah I Know
08 Then Because She Goes
09 Jesus Christ 2005 God Bless America
10 Roadkill
11 Me & You Together Song
12 I Think There’s Something You Should Know
13 Nothing Revealed / Everything Denied
14 Tonight I Wish I Was Your Boy
15 Shiny Collarbone
16 If You’re Too Shy (Let Me Know)
17 Playing On My Mind
18 Having No Head
19 What Should I Say
20 Bagsy Not in Net
21 Don’t Worry
22 Guys
Sam Smith había anunciado que su nuevo disco se llamaría ‘To Die For’ y que saldría el 1 de mayo. Sin embargo, las circunstancias actuales le han obligado a efectuar cambios importantes de cara a este lanzamiento, uno de los más importantes de 2020 en lo que a música pop se refiere. Sam ha comunicado estos cambios hoy en un post publicado en sus redes.
En primer lugar, ‘To Die For’ ya no saldrá en mayo sino en una fecha aún por determinar (iTunes ha llegado a indicar que saldría el día 5 de junio, pero Sam no ha confirmado ni desmentido esta información). Por otro lado, ‘To Die For’ ya no será el título del álbum pues Sam no lo considera apropiado dentro del contexto de una pandemia global. El nuevo título del disco es un secreto de momento, pero Sam sí ha explicado que aprovechará esta coyuntura para seguir trabajando en el sucesor de ‘The Thrill of It All‘ y en cualquier caso ha confirmado que publicará música nueva antes de que este vea la luz.
Sam es solo uno de varios artistas que han aplazado el lanzamiento de sus discos debido al coronavirus, entre los que también se cuentan Lady Gaga o Haim. La decisión de los tres artistas es lógica desde un punto de vista comercial: el éxito de sus discos depende en buena medida de las ventas físicas, y con las tiendas físicas cerradas sine die, su lanzamiento supone un riesgo económico. Por otro lado, ninguna campaña promocional es viable a día de hoy si implica viajes o directamente contacto con otras personas.
El último single de Sam Smith, el igualmente llamado ‘To Die For’, veía la luz el pasado mes de febrero y ha sido un éxito. Suma 67 millones de reproducciones en Spotify y se mantiene dentro del top 30 británico. También ha sorprendido por su sonido, un regreso a las baladas tiernas de antaño después del éxito de ‘How Do You Sleep?’, hit pop compuesto por los artífices de éxitos de Ariana Grande como ‘Love Me Harder’ o ‘God is a woman’.
El trío de rock vallisoletano The Levitants, que en 2019 editaba el álbum ‘Enola’ a través de Subterfuge Records y sobre el que ya os hemos hablado en alguna ocasión, ha querido denunciar a su manera los bulos que se están propagando cada día en medios y redes sociales sobre la pandemia del coronavirus.
La idea del grupo formado por Sergio Isabel, Juan Izquierdo y Daniel Alconada ha sido versionar ‘Toxic’ de Britney Spears, una de esas canciones que han experimentado un repunte de escuchas en las plataformas de streaming debido a su inclusión en diversas playlists dedicadas a la pandemia. The Levitants, que llevan el gran éxito de Britney totalmente a su terreno, explican que «la idea de versionar Toxic surgió al comienzo de la crisis del COVID-19 cuando el virus no había salido de China, a los 3 nos flipaba el tema y nos pareció divertido reducir una superproducción a nuestro formato de trío».
El videoclip de esta curiosa versión de ‘Toxic’ pretende, como decimos, ser una denuncia de los bulos del coronavirus, eso sí, en clave de humor. Grabado durante la primera semana de internamiento por el virus en España con imágenes de videollamadas entre el grupo y sus amigos, el clip incluye «guiños a la época dorada de los videoclips» y la presencia de subtítulos que comunican «información de dudosa credibilidad sobre la banda».
Dentro del desastre económico que ha supuesto para los grupos independientes la paralización total de la actividad debida al coronavirus, Carolina Durante pueden decir que se han librado de lo peor por los pelos: de su gira invernal por salas que comenzaba el pasado noviembre con dos llenos en la Sala Riviera de Madrid, apenas han tenido que cancelar los cinco últimos conciertos (Ciudad Real, Cáceres, Córdoba, Murcia y Alicante). Y no, ellos no son de esos a los que hemos visto o veremos dando conciertos desde el salón de su casa (cada uno en la suya, claro), como han comunicado. Pero sí contribuirán (además de con algunos live stream charlando o jugando videojuegos) a amenizarnos el confinamiento con una nueva canción.
Una que, además, incluye la colaboración de uno de las figuras más admiradas (y también odiadas, cómo no) del indie nacional: J de Los Planetas. Se trata de un tema titulado ‘La canción que creo que no te mereces’ y, en palabras del propio grupo, la participación de J significa «muchísimo para nosotros». «Él y Los Planetas han sido y serán siempre una referencia total», añaden por si quedaban dudas. Este single, que intuimos podría ser el primer avance de su segundo largo tras su exitoso álbum debut, llegará hasta nosotros este viernes 3 de abril con la portada que acompaña estas líneas. Y, horas después de anunciarlo, el grupo madrileño mostraba un primer teaser de su vídeo animado, dando una primera pista sobre la canción: ¿parece una balada?
Curiosamente, su vocalista Diego Ibáñez coincidía con J en la lista de featurings de ‘Brujería‘, el último disco de La Bien Querida: el primero en el single ‘¿Qué?‘, y el segundo en ‘La fuerza’ y ‘Domingo escarlata’, que acaba de ser objeto de un vídeo oficial.
Tras el citado ‘Carolina Durante‘, el cuarteto madrileño obsequiaba a sus fans con un doble single de tirada limitada que incluía los inéditos ‘No tan jóvenes‘ y ‘Nuevos vicios’, justo cuando anunciaban su concierto más importante hasta la fecha: el 28 de diciembre de este año aspiran a llenar el WiZink Center de Madrid.
Jack Bisonte, el dúo de pop formado por Miky Lagoona y Carlos Amelivia, que ha despuntado con canciones como ‘Love You Good’ o ‘For a Song to Mean a Thing’, sigue presentando los temas que conformarán su próximo disco, ‘Hounds of Glory’, que verá la luz esta primavera. Y después de sorprender con el country bailable de ‘France Gall’, el cual ha acumulado en un mes 63.000 visitas en Youtube y cerca de 73.000 escuchas en Spotify, el grupo ha vuelto con nuevo single cuyo vídeo estrenamos en JENESAISPOP.
‘DYING FREE’ presenta esta vez influencias de Macklemore y Panic! At the Disco, según la nota de prensa, aunque su insistente percusión y solemne melodía de piano puede hacernos pensar también en un cruce entre Mika y The Lumineers. La canción, grabada y mezclada en Madrid por Brais Ruibal y masterizada en Austin, Texas por Chris Athens (Rosalía, Drake, The Weeknd) es un «recordatorio de que la belleza implica un deterioro», de que «ese deterioro desemboca en más belleza» y de que «siempre, el espectáculo debe continuar».
Dentro de este lema se desarrolla el videoclip de ‘DYING FREE’, que reflexiona sobre la dificultad de hacerse un nombre en la industria musical. Este objetivo puede dar lugar a una carrera llena de obstáculos, y en el clip Jack Bisonte los van sorteando de manera metafórica. «Por todos es sabido que labrarse una carrera musical es una carrera de fondo plagada de sinsabores, emoción contenida, y en general una auténtica montaña rusa», explica la nota de prensa. «La diferencia entre un artista y el que parece un artista radica en su capacidad para convertir esos malos tragos, puñetazo y tirones de pelo en cosas hermosas, divertidas y con las que la gente empatice al tiempo que disfruta». Con este vídeo, Jack Bisonte pretenden mostrar que «no importa cuantas veces te tumben, zarandeen o arrastren» porque «observado desde el prisma adecuado, una señora tunda puede convertirse en un espectáculo grandioso».
Hace un par de meses el prestigioso sello madrileño Elefant publicaba el EP de debut de un dúo llamado Chavales que entonces pasaba por nuestra playlist Sesión de Control. Desde entonces, especialmente la canción llamada ‘Las plantas de la terraza’ no ha dejado de sumar adeptos y ya son 30.000 las reproducciones que acumula en Spotify. Foto: Stephen Please.
La canción contrapone el tono tristón de la letra («Hoy he pensado en mil frases baratas / Para hacerte volver») con una producción ochentera de lo más alegre. Se suma el viejo truco de recurrir a un doble estribillo: uno es el que tiene la propia canción («Las plantas de la terraza han vuelto a desaparecer»), y otro el que aporta un riff de teclado que se pega como un chicle. Como sucedía en ciertas producciones de Depeche Mode y OMD, esos teclados son el verdadero gancho de la canción, pues se instalan en el cerebro desde su primera aparición.
Pero es que además ‘Las plantas de la terraza’ es una canción que se ha crecido con la crisis del coronavirus, pues pese a que se editaba a finales de enero junto a otras piezas sintéticas y tropicales como ‘Me conformo’ o ‘Empieza el plan’, incluye un par de frases premonitorias, de «Llevo quince días sin salir de casa / Esto no me sienta bien» a «Hoy me ha gritado que el fin está cerca / Un señor en el andén».
Como prueba de que el mallorquín Daniel Rodríguez y el extremeño Javier Paredes, ambos asentados en Madrid, tienen en el punto de mira a bandas ochenteras como Radio Futura, recientemente han versionado ‘¡Hola, mi amor!‘ de Junco (1986). Por eso también pueden sonar cerca de artistas de inspiración tan retro como Extraperlo o The Tough Alliance.
Cuánto ha llovido desde que mencionáramos completamente de pasada ‘New Rules’ en nuestra crítica del debut de Dua Lipa hasta hoy. La cantante británica llega a su segundo disco convertida en una superestrella y ‘Future Nostalgia’ es uno de los lanzamientos más importantes del año. Por suerte, también es uno de los mejores.
Para su segunda entrega, Dua ha querido hacer un disco que reflejara la música que escuchó de pequeña, en concreto de artistas como Madonna, Prince, Outkast o Moloko. Sin embargo, la idea ha sido también hacer un disco bailable de principio a fin, recuperar esas «canciones de baile épicas que te transportan a un lugar feliz». La aproximación a las discotecas de ‘Future Nostalgia’ no es tan extrema como lo era en ‘Confessions on a Dancefloor’ de Madonna, el cual podría haber sido una influencia pues el mismo Stuart Price produce aquí varios temas; u ‘Overpowered’ de Róisín Murphy porque el disco no es tan radical en ese sentido. Ante todo es un ejercicio retro comparable a lo que hace Bruno Mars en su terreno o a lo que hizo Gwen Stefani hace 15 años: toma ideas de varias décadas de música pop, las imita y las moderniza para una nueva generación.
Más nostálgico que futurista, más retro que visionario, más dado a la imitación que a la transgresión, pero a la vez rabiosamente contemporáneo, ‘Future Nostalgia’ sí transforma a Dua en toda una «disco diva», trabajo para el que resulta poseer una voz perfecta, con una presencia imponente. Ya había allanado el terreno con ‘One Kiss’ y ‘Electricity’, pero se ha superado con una ‘Don’t Start Now’ histórica, una de esas canciones solo al alcance de las grandes estrellas. Su recuperación del sonido «Studio 54» reconfigurado por la maquinaria del pop ultra-preciso actual es apoteósica, y en un extraño devenir de los acontecimientos, la canción se ha convertido en un himno de la cuarentena gracias a su estribillo «no aparezcas, no vayas a la calle», un obligado meme en estos días de aislamiento social. En un estilo parecido, ‘Levitating’ -una de las tres co-producciones de Stuart Price en el disco- recurre a la astronomía («nos veo escritos en las estrellas») para transmitir una euforia y felicidad radiantes… y también para convertir en icónica la palabra «sugarboo».
‘Future Nostalgia’ se abre con el tema titular, un tema funk en la estela de ‘Uptown Funk’ en el que Dua declara que ella no quiere hacer «música atemporal» sino «cambiar el juego». La canción es una interpretación muy excitante del sonido Prince, pero el álbum incide demasiado en el pastiche para ser transgresor de verdad. Nunca nos muestra a una personalidad arrolladora capaz de desvirtuar un género y convertirlo en algo nuevo, siempre a un canal a través del cual reproducir sonidos pasados desde un prisma actual. Y a veces esto es muy obvio. ‘Physical’, el espectacular segundo single del disco, no solo se llama así por su homenaje a Olivia Newton-John: su componente retro, en este caso derivado del sonido hi-NRG de los años 80, los de la obsesión con el culto al cuerpo, no está nada disimulado. Por otro lado, el tercer single ‘Break My Heart’, que hace un buen uso de la línea de bajo de ‘Need You Tonight’ de INXS y también sirve para la cuarentena («debería haberme quedado en casa») evoca sin tapujos al revival disco de los primeros años 2000, y la fantástica ‘Hallucinate’ lo hace hasta el punto de parecer una canción de September, la de ‘Satellites’.
No todas las pistas de ‘Future Nostalgia’ apuntan a referencias tan directas. El veraniego medio tiempo ‘Cool’ sí destaca dentro de toda la obsesión actual por los 80 gracias a su producción cósmica y llena de purpurina, y ‘Pretty Please’ es la única canción del disco que sí parece aportar algo novedoso de verdad. Su sonido de disco-funk minimalista es asociable a artistas de hoy como Selena Gomez (su amiga Julia Michaels es co-autora) pero la canción es más extraña e impredecible de lo que esta ha hecho nunca. Su experimental desarrollo en modo in crescendo, con esos bajos palpitantes que amenazan con apoderarse de nuestros cerebros, a los que después se suman unas simpáticas percusiones de cristal, dan lugar a una pequeña obra maestra que corre el riesgo de terminar infravalorada. Ni siquiera el sample de ‘My Woman’ de Al Bowlly en ‘Love Again’ sorprende tanto, quizá porque ya lo habíamos escuchado en ‘Your Woman’ de White Town hace más de 20 años, quizá porque la canción, que aporta un necesario respiro al disco gracias a su sonido pop-rock, no alcanza el nivel de las mejores.
De hecho el segundo álbum de Dua Lipa se cierra con dos temas muy inferiores al resto: la graciosa ‘Good in Bed’, que recuerda a la primera Lily Allen pero cuenta con un estribillo que es mejor olvidar, y ‘Boys Will Be Boys’, que se quita de cerrar el álbum en modo llorica, pero sí hace uso de una orquesta (y de un coro infantil) para denunciar el machismo al que se han de enfrentar muchas mujeres al caminar solas por la noche. Descoloca la presencia de estas dos canciones en un largo unificado por su componente retro y por su producción robusta y sofisticada; este merecía un final a la altura. Sin embargo, ‘Future Nostalgia’ no será ni el primer ni el último disco-hito lastrado por al menos un par de temas irrelevantes. Lo que pasa antes lo tiene todo para hacer de esta una era «blockbuster» en toda regla.
La pandemia generada por el coronavirus avanza imparable en Estados Unidos, donde pese a ser ya el país con más contagios de todo el mundo, las medidas de confinamiento implantadas por la administración de Donald Trump son algo tibias. Esto podría generar una enorme catástrofe sanitaria que ya se está cobrando numerosas víctimas que, por supuesto, también podría afectar a artistas de toda índole. En las últimas horas, por ejemplo, ha trascendido el grave estado de salud del eminente cantautor folk John Prine. Referenciado como gran influencia por Bob Dylan, Bruce Springsteen o Bonnie Rait, autor de temas cantados por Johnny Cash, Carly Simon o Norah Jones, ganador de dos Grammy y distinguido como uno de los grandes compositores estadounidenses de las últimas décadas, Prine se encuentra hospitalizado en situación crítica con síntomas del COVID-19, según un mensaje de su familia.
Otro artista que, lamentablemente, no ha superado esa enfermedad ha sido el británico Alan Merrill. Según ha confirmado su hija a través de su página de Facebook, Merrill ha fallecido en el hospital a la edad de 69 años por complicaciones de salud derivadas del coronavirus. Merrill era conocido por haber formado parte del grupo The Arrows, un cuarteto londinense de rock and roll que debutaba en 1976 con el álbum ‘First Hit’, que contenía la canción ‘I Love Rock ‘N’ Roll’. Obtuvo cierta repercusión en Reino Unido por entonces, sin embargo, su gran espaldarazo llegaría cinco años después en la versión que haría Joan Jett And The Heartbreaks, convirtiéndolo en un himno rock transgeneracional.
Joan Jett se ha hecho eco en sus redes sociales del fallecimiento de Merrill con un sentido mensaje: «Acabo de conocer la horrible noticia del fallecimiento de Alan Merrill. Mis pensamientos y amor van para su familia, amigos y comunidad musical al completo. Aún puedo recordar ver a The Arrows en televisión en Londres y quedar impresionada por la canción que me gritó «hit». Con profunda gratitud y tristeza, deseándole un viaje seguro al otro lado ».
De manera similar a lo que hizo hace exactamente una semana atrás, The Weeknd está dispuesto a que la experiencia ‘After Hours‘, su nuevo disco, no se quede en una primera, segunda o tercer escucha y hasta la vista. Tras haber publicado sin previo aviso siete días atrás una edición deluxe de su cuarto álbum oficial, en la que incluía remixes de algunos de sus temas por parte de nombres del underground como Chromatics, Oneohtrix Point Never o The Blaze –también otro con el reciente número 1 en USA Lil Uzi Vert–, ahora la amplia con tres canciones inéditas.
Se trata de tres temas bastante distintos entre sí, pero coherentes con la estética de esta era: ‘Nothing Compares’ es un medio tiempo con cierto aire a los Pet Shop Boys más melancólicos en sus sintetizadores, aunque con el toque soul que da a sus temas Tesfaye; ‘Missed You’, en cambio, conecta directamente con la faceta R&B de The Weeknd; mientras que ‘Final Lullaby’ es una sentida balada con aire de nana, como indica su título, cantada sobre sintetizadores tenebrosos y sucios.
Estas ediciones Deluxe sin duda estarán contribuyendo a aumentar los streamings de ‘After Hours’, que se ha convertido en el nuevo número 1 de álbumes en Estados Unidos. Es la cuarta vez que alcanza ese puesto, al haberlo logrado también con ‘Beauty Behind the Madness‘, ‘Starboy‘ y el miniálbum ‘My Dear Melancholy,’. Horas antes lograba ese hito también en Reino Unido, siendo en este caso su segundo top 1… pero no tras ‘Starboy’, sino tras «Beauty».
Muchos artistas están posponiendo el lanzamiento de sus nuevos discos debido a la crisis del coronavirus: Lady Gaga, HAIM, JARV IS… (proyecto de Jarvis Cocker) o las españolas Hinds, entre ellos. Y otros, en cambio, están sorprendiendo lanzando trabajos no anunciados previamente, con la noble pretensión de hacer al mundo un poco más llevadero el confinamiento. Es el caso de Childish Gambino o, desde hace unas horas, Nine Inch Nails.
El desde hace unos años dúo formado por Trent Reznor y Atticus Ross ha lanzado sin previo aviso no uno sino dos nuevos discos de manera simultánea y además gratuita: pueden descargarse libremente en la tienda oficial de Nine Inch Nails. Se trata de los volúmenes ‘V’ y ‘VI’ de su serie ‘Ghosts’, cuyos cuatro primeras partes se recopilaban en un único disco lanzado de manera oficial en 2008, y donde ya Ross participaba activamente (desde hacía un par de discos, en realidad) en la producción. Como aquellos, ‘Ghosts V: Together’ y ‘Ghosts VI: Locusts’ son discos de pasajes eminentemente ambient –al parecer muy inspirados por los trabajos de Brian Eno y Robert Fripp– «algunos de ellos felices, otros no tanto», en palabras de Reznor.
De hecho, recuerdan en gran medida a los trabajos que el tándem Reznor/Ross han estado desempeñando como autores de bandas sonoras para cine y televisión, ámbito en el que han sido premiados en varias ocasiones. Su último trabajo conocido en ese campo han sido las BSOs de la adaptación televisiva de ‘Watchmen’ para HBO y la película de Netflix ‘A ciegas’. En cuanto a Nine Inch Nails, estos dos discos –ambos superan ampliamente la hora de duración– son los primeros desde que en 2013 lanzaran ‘Hesitation Marks‘. Desde entonces el EP se había convertido en su medio de expresión favorito, publicando en 2016 ‘Not The Actual Events‘, en 2017 ‘Add Violence’ y en 2018 ‘Bad Witch‘.
Anybody out there? New Nine Inch Nails out now. Ghosts V – VI. Hours and hours of music. Free. Some of it kind of happy, some not so much.https://t.co/Q7VZ1z8gFi
Christine and the Queens no muestra signos de debilidad cuando van a cumplirse seis años desde el lanzamiento de su excelente álbum debut, y tres de su también excelente segundo disco, y este año ha publicado un gran EP de seis canciones que ha presentado con una portada maravillosa y también con un cortometraje de 14 minutos rodado en la Ópera Garnier de París, lugar que Christine puebla de «fantasmas y criaturas míticas».
‘La vita nuova’ incluye canciones en francés, inglés e italiano, y canciones de synth-pop minimalista y de una elegancia suprema, como ya había mostrado el single ‘People, i’ve been sad’. No es de hecho el tema más uptempo del disco, que ha de ser el llamado ‘Je disparais dans tes bras’, también uno de los destacados dentro de un EP notable que ha pasado por nuestra sección de «Discos Recomendados». La misteriosa producción de la canción comparte elementos instrumentales con la de ‘Sweet Dreams’ de Beyoncé, pero Heloïse Letissier se mantiene fiel a su filosofía de «menos es más», y seduce gracias a una interpretación vocal tan apasionada como de costumbre, y también a una historia llena de sensualidad.
A lo largo de ‘Je disparais dans tes bras’, que cuenta en el EP con versión en inglés (‘I disappear in your arms’), Christine nos habla de un amor tóxico: «quieres morder sin consecuencias, pero yo ya estoy sangrando», canta antes de preguntarse: «¿podrás amarme? Lo dudo, cuando no tomas lo que quieres de mí». La persona a la que va dirigida esta canción promete la luna pero solo siembra dolor, y Christine no está dispueta a dejar que esto siga así. La deslumbrante melodía de ‘Je disparais dans tes bras’ consigue que nos tomemos su mensaje muy en serio. Es una canción tan digna musicalmente como en espíritu.
«‘Dolerme’ resulta difícil de encajar no solo en la carrera de Rosalía sino también en la de todos los implicados: si no lo leyéramos, difícilmente hubiéramos atribuido esta canción de pop rock con trazos de R&B a Vila o El Guincho, del mismo modo que la producción de Frank Dukes dista mucho de la que le hemos escuchado en ‘Havana’ de Camila Cabello, ‘Fake Love’ de Drake, ‘Call Out My Name’ de The Weeknd, ‘Needed Me’ de Rihanna o ‘Real Friends’ de Kanye West, por citar algunas. Quizá sí con algunos de sus trabajos con Post Malone o Frank Ocean, apostando por una instrumentación tradicional de guitarra, bajo y batería. No es, ni más ni menos, que volver a romper esquemas, y volver a mostrar que Rosalía es una artista totalmente abierta de mente y que, además, es capaz de brillar en prácticamente cualquier suerte que se proponga. Y en ‘Dolerme’ lo hace, incluso a pesar del aire de semi-improvisación que, a todos los niveles, tiene la canción. Una canción que quizá no tenga más pretensiones que ayudar a evadirnos en estos momentos difíciles, y que muy posiblemente no tendrá continuidad ni dará pista alguna sobre el ya deseado tercer disco de Rosalía. Pero eso no quita que seduzca y emocione, en su medida». Raúl Guillén.
«Rosalía descoloca con un tema de 2 minutos cuya principal característica es el uso de una guitarra acústica que marca la melodía principal. Los efectos electrónicos la acercan al trabajo que hizo Mirwais con Madonna en la era ‘Music’ y al que identifica a Empire of the Sun; y el estribillo, de doble estrofa, esconde sus posibilidades, pero predomina cierta sensación de trabajo inacabado. Ya hay ganas de que Rosalía se deje de ‘A palés’, ‘Juro ques’ e improvisaciones, y publique el verdadero single que presente su tercer álbum. Si el objetivo era entretenernos en el confinamiento, ¿por qué no sacar de una vez su colaboración con Pharrell ‘De madrugá’, en un cajón desde hace dos años?». Sebas E. Alonso.
«Aunque no ha sido un éxito comercial, ‘Juro que’ se ha convertido en una de mis canciones favoritas de Rosalía. Su apasionada melodía y cristalina producción conforman una canción de flamenco contemporáneo sobresaliente. A su lado, ‘Dolerme’ palidece, obviamente porque no puede estar terminada como producción. Es bonita, muestra un lado nuevo de la visión artística de Rosalía, es un regalo improvisado para sus seguidores, pero suena a que a lo sumo debería haber sido publicada en Soundcloud, el nido de producciones provisionales y de «mixtapes» por excelencia». Jordi Bardají
Childish Gambino ha publicado su nuevo disco por sorpresa, a lo ‘Beyoncé’, pero sin alcanzar el “hype” que hubo en torno a aquel lanzamiento y no solo por culpa del coronavirus. ‘3.15.20’ aparecía primero en la web del artista, después desaparecía, y al poco tiempo era publicado en las plataformas de streaming con el mencionado título, el cual hace referencia a la fecha en que veía la luz en dicha web; sin portada y sin títulos propiamente dichos: todas las pistas excepto dos (?) están indicadas con los tiempos en los que arrancan dentro del largo.
Más que resultar enigmático como un disco lleno de títulos cifrados imposibles de recordar de Aphex Twin, el extraño lanzamiento de ‘3.15.20’ desprende cierta holgazanería disfrazada de transgresión por parte del artista también presente en el contenido musical. ‘3.15.20’ es un trabajo denso, de una hora de duración, en el que Childish Gambino crea su propio mundo de R&B y funk brumoso y futurista del que es difícil escapar una vez te has adentrado en él. Sin embargo, como disco espontáneo, lanzado de esta manera, suena demasiado elaborado, y como disco elaborado se queda a medio gas. La producción es impenetrable y maquetera y son muchos los momentos en que a las canciones pareces faltarle una vuelta. Es como si Donald Glover hubiera dibujado un mundo entero para nosotros pero se le hubiera olvidado colorearlo, darle vida.
‘3.15.20’ vuelve a poner sobre la mesa una realidad: Childish Gambino es un artista aventurero. La música de este largo evoca referencias a diversos iconos pasados, desde Parliament a Prince pasando por Marvin Gaye, pero el tacto de Donald Glover es experimental ante todo. Así, al funk futurista de ‘Time’ no le hace falta nada más que una percusión robusta y una guitarra acústica para seducir, hasta el punto que la presencia en ella de Ariana Grande (sin acreditar) es lo de menos, pues ni siquiera tiene tanto protagonismo. En la romántica ‘24.19’ el enfoque de Donald en el “groove” da lugar a una composición exquisita gracias también a su uso del arpa y de un sutil órgano. La atmósfera manda en un largo que puede sonar tan amenazante (la distopica ‘Algorhythm’) como tierno (la orgánica ‘47.48’), tan seductor (‘12.38’) como bélico (‘32.22’ evoca a la M.I.A. más combativa) mientras las canciones nos hablan de la necesidad de amar pero también de no arrodillarse ante las injusticias. Sin embargo, la producción del álbum lo mantiene en un lugar distante, poco cercano incluso cuando incluye la voz del propio hijo de Donald, Legend, en uno de los temas, para hablar del amor o de la existencia.
Llama la atención, ya pasada una gran parte del disco, la presencia en el tracklist de una vieja conocida, ‘Feels Like Summer’, ahora ‘42.26’, y además para muy bien, pues se trata de una de las mejores canciones de Childish Gambino. Editada después del hitazo de ‘This is America’, que incluso llegó a España, esta maravillosa canción de funk psicodélico lograba reconciliar una letra política que aborda temas como la escasez de agua, el cambio climático o la superpoblación con un fantástico videoclip animado en el que aparecía un sinfín de estrellas del rap.
Que esta sea probablemente la mejor canción del largo da buena cuenta de lo poco que ha interesado a Glover esta vez buscar un hit aunque la simpática aproximación country de ‘35.31’ lo parezca un poco, si bien es cierto que son varios los momentos del disco que se hacen bola y pasan desapercibidos, como la sexy ‘12.38’ o la agresiva ‘32.22’. Quizá, como da a entender la presentación tan «a medias» que ha escogido Childish Gambino para entregar ‘3.15.20′ al mundo, el álbum ni siquiera esté terminado. Desde luego existe una gran diferencia entre hacer un disco compuesto por «sketches» pero que a su vez suena mimado hasta el último segundo, y esto.
Calificación: 6,5/10 Lo mejor: ‘Algorhythm’ ,’Time’, la 6 y la 8 Te gustará si te gusta: Janelle Monáe, Tyler, the Creator, el Prince más experimental, el funk clásico Escúchalo:entero en Youtube
‘Gominola‘ es nuestro Disco de la Semana. Un EP en el que el granadino Pablo Cobo, Chico Blanco, se confirma como un artista total que produce, escribe y canta sus propios temas, alejado del arquetipo de trapero –ámbito en el que se inició como Vvhite Boy–. Tras el buen debut que supuso el año pasado ‘Life After House‘, ‘Gominola’ es un trabajo que muestra una mayor riqueza de recursos dentro del house-pop –siendo muy reduccionista– por el que apuesta actualmente. También suena más pop, aunque eso, dice, puede ser una cuestión circunstancial de este trabajo y asegura que quizá siga otra dirección en el futuro. Así nos lo explicaba hace unos días en conversación telefónica, en la que se mostraba más o menos tranquilo por el parón forzado por la crisis del COVID-19, confiado en que su presencia en festivales de electrónica tan destacados como Sónar o Paraíso simplemente se demorará, en el peor de los casos. [Foto: Cicutafilms.]
¿Qué tal estás pasando estos días de encierro?
Aquí, en la casa, como supongo que estarás tú y estamos todos… (Risas)
Ha pasado algo menos de un año desde que lanzaras ‘Life After House’. ¿Qué evolución dirías tú que hay de un disco al otro?
Bueno, aquel era un EP más house, propiamente dicho, y este es más variado en cuanto a sonidos, hay más rollos dentro del mismo EP. Cada tema casi es de su padre y de su madre. Aparte se nota que el rollo es un poco más urbano y más pop. He decidido sacar temas que tenía hace mucho tiempo de ese rollo, con mucha letra, menos parte instrumental. Estaban ahí y quería sacarlos porque era un poco «ahora o nunca». Porque si todo va bien, no seguiré sacando temas de este estilo mucho tiempo más, ¿sabes?
¿Ah, no? ¿Por?
No. La idea fue sacar los temas más poperillos y más urbanos y publicarlos para pasar a otras cosas. Pero también me mola, es otra faceta. Aparte creo que tiene bastante relación y tiene sentido, después de los temas del año pasado.
«Si todo va bien, no seguiré sacando temas de este estilo mucho tiempo más»
¿Entonces es más una recopilación de temas sueltos que un disco que te hayas centrado en dar un sentido?
Bueno… En verdad no… A ver, en parte es una recopilación porque están todos juntos, pero están escogidos, había más temas. Unos más electrónicos, otros de este mismo rollo urbano, pero que no han entrado porque perdían sentido dentro el tracklist, ¿sabes? No es simplemente una recopilación, tiene un poco de sentido. Yo nunca digo «hostia, voy a hacer un EP». Pero de repente ves que hay cuatro o cinco canciones que hablan un poco de lo mismo o reflejan un mismo momento, y que juntas pueden llegar a contar algo. Es algo que luego surge solo, simplemente se ordena en tu cabeza y dices «es esto».
¿Entonces te interesaría orientarte más hacia el pop o ha sido algo circunstancial?
Pues mira, estos días que estoy en casa y tengo mucho tiempo para darle vueltas al coco, creo que es algo circunstancial, ha surgido así. A mí en realidad lo que más me gusta, lo que más consumo, mi rollo es la electrónica más… electrónica.
¿Más instrumental?
Ya no instrumental, si no más hacia la pista de baile. Ya sé que a mucha gente esto le puede parecer muy para la pista de baile, pero son temas que cuando pincho a mí me cuesta meterlos. Me molaría tirar más hacia otro rollo, aunque también pienso que lo guay de lo que yo hago es que tiene ese rollo pop y urbano que no tienen muchos productores de electrónica. Creo que si hiciera una electrónica más convencional no se movería tanto.
«En el futuro me veo más dedicado a ser productor-productor»
¿Te interesa entonces reivindicarte más como productor que como letrista o escritor de melodías?
Bueno, no sé. Todo depende del momento. Yo conforme me va dando quiero tirar más hacia una cosa o la otra, pero… Es verdad que en ‘Gominola’ destacan las dos cosas, es mucho de producción pero también tiene mucha letra, mucha melodía, mucho estribillo… Está más equilibrado. Pero es verdad que en el futuro me veo más dedicado a ser productor-productor.
¿Cuál es el corte del disco del que te sientes más orgulloso, que haya sido especialmente complejo de elaborar o del que te sientas especialmente satisfecho?
Pues diría dos: ‘Paso de ti’ y ‘No quiero verte’. Creo que son los que en cuanto a producción están más currados. Quizá también tiene que ver con que son los últimos que grabé y no los tengo tan rayados, pero escucho la producción y digo «¡hostia! Qué guapo!» Y que me pase eso con algo mío es guay, ¿sabes? Porque al final la mayoría de las cosas dices «bueno, sin más, ¿no?» Como que las he escuchado mil veces y me dan un poco igual.
En ‘Gominola’ empleas el famoso «didi-ladadadá» de ‘Saturday Night’ de Whigfield. ¿Has tenido que pedir permisos o algo?
Yo creo que no hacía falta, al ser tan corto, sinceramente. Aparte al nivel que estoy yo, creo que nadie se para a mirar esas cosas. O eso espero… (Risas)
Con esos guiños al house de los 90, ¿has notado que, además de conectar con gente de tu generación, te está descubriendo gente nostálgica de esa época?
Sí, tanto de gente que he visto en bolos como gente que me escribe, he visto que es (un público) muy variado. Hay gente de mi edad y gente más mayor. Mola eso, que llegue a todo el mundo está guay.
La mezcla la has hecho con Antonio Narváez, que es conocido sobre todo por su trabajo con Dellafuente. ¿Cómo ha surgido y cómo ha sido ese proceso?
Bueno, él vive aquí en Granada, voy a su casa y grabamos y mezclamos juntos. Él está a los controles pero trabajamos mano a mano, probamos cosas… En las sesiones de estudio he estado mezclando con él.
No sé si habrás coincidido por allí con el Chino, con Dellafuente… ¿Tienes cierta cercanía con él, qué le parece tu música?
No, no he coincidido con él últimamente.
¿No tienes sintonía con él?
Es un tema que me preguntan siempre. Hice unos temas con él hace mucho tiempo y siempre me preguntan. Yo a él le respeto un montón como artista pero me da como pereza, que en todos los artículos sobre mí se le mencione siempre y…
¿Ah, sí?
A estas alturas mi carrera y la de Dellafuente no tienen ninguna relación, aparte de que grabe con Antonio. Y es como «pfff». Yo sé que es recurrente el gancho, es una persona como superconsagrada en el panorama, es como típico preguntar… Pero que desde el principio de los tiempos me lo pongan en todos los artículos… Yo le respeto mucho, y las pocas veces que hemos hablado últimamente me ha dicho que le mola (lo que hago), pero es un tema del que prefiero pasar un poco, si no te importa.
Para nada. Tú vienes de la escena del rap y del trap… Bueno, si no me equivoco…
Sí, sí.
«De pequeño me flipaban los discos de Daft Punk, el french house me encantaba, me volvía loco con eso»
¿Y cómo te introduces en la música house? ¿Cómo llegas ahí?
Pues tenía amigos que escuchaban música electrónica, y al principio no le hacía mucho caso. Pero me empezó a llamar la atención, empecé a salir a locales de electrónica, me empezó a gustar el concepto, ir a bailar, a escuchar a un DJ que pone cosas nuevas todas las noches, conecté mucho con ese rollo. Me encantó el rollo de sus fiestas, pinchar música de ese tipo. La verdad es que de pequeño me flipaban los discos de Daft Punk, el french house me encantaba, me volvía loco con eso. Pero escuchaba más bien cosas sueltas. Pero a los 16 o 17 años me empezó a dar más fuerte y, a día de hoy, lo que más me motiva siempre es ir a una fiesta de música electrónica, más que de pop comercial, de trap o de reggaeton. Es la música que me gusta para salir, para estar con amigos.
En alguna entrevista tuya te he leído hablando de un desgaste de la escena trap, hablabas incluso de una fecha de caducidad, y veías más futuro en la electrónica. ¿Ves entre la gente de tu edad que se esté moviendo realmente en ese sentido?
Es que es raro, ¿sabes? Yo ahora mismo no puedo decir que estoy en la escena de electrónica, y menos con lo que he sacado ahora. Me guste más o me guste menos, me meten en la escena urbana. Hay más gente que hace algo así, pero creo que es gente del panorama urbano que no conoce bien el rollo de la electrónica, creo yo. Pienso que son dos escenas muy separadas, porque la poca gente que ha podido salir haciendo cosas parecidas (a lo que yo hago), se desmarcan de los dos lados. Entonces… Hay una escena electrónica, pero más purista. Una escena intermedia no existe, ni sé si llegará a existir.
Pero es un poco donde estás tú, ¿no?
Sí. (Risas) Estoy en el medio, y también es guay.
Mi impresión es que has salido un poco rebotado de la escena trap, porque tu estética se aleja de eso también. ¿Tiene que ver con cosas que van un poco implícitas a las letras del género, los tópicos de machismo, homofobia…?
Bufff. No sé. Yo creo que todas las músicas venían con ese input desde hace tiempo, pero creo que hoy en día, por suerte, en todos los géneros ha quedado un poco atrás. Porque la gente cambia y la música la hacen las personas. No fue por eso (que me aparté del trap), sino porque me parece pesado. Un tío o una tía que lo único que tiene que contarme es que es el más guay, el más vacilón, el que más dinero tiene… me aburre mucho. Porque ya he escuchado a muchos que lo hacen, que lo hacen muy bien, y que venga otro a hacer lo mismo, con ese rollo de egotrip superexagerado… Me cansa, me aburre. La mayoría de los que salen ahora no cuentan nada más: o superdepresivo en plan «como muchas pastillas, tú ya no estás a mi lado» o superegotrip de «mi polla es la más grande del mundo». Tanto una como otra son prototipos de música y de personas que a mí me aburre mucho. Hay alguno, pocos, que por lo menos en las letras dan un perfil más real, que es lo que tiene que transmitir un artista urbano, y me puede interesar un poquitillo más. Lo otro está desgastado de haberlo visto tantas veces y tan bien hecho. A estas alturas, después de haber escuchado lo que ha salido bueno, tanto en América como en España, lo demás son todo copias de eso. Me aburre. Pero igual que hay cosas en la electrónica que me parecen pesadas, como que vienen de toda la vida y molaría que cambiaran.
«Lo de vivir de la música parece más lejos ahora, pero todo lo importante y lo que se tenga que hacer se hará más tarde o más temprano»
Esta crisis está siendo un palo, principalmente en el aspecto humano pero también en el económico. Tú por ejemplo has tenido que cancelar varios conciertos de presentación de esto. Y te había leído tiempo atrás algo desencantado con la idea de poder vivir de la música. ¿Se te han truncado un poco esos planes?
(Ríe) Es verdad que se me ha torcido un poco el camino, que después de esto (Nde: ‘Gominola’) lo veía ya muy claro. Iba a hacer muchos conciertos, y me quería ir de Granada a vivir fuera. Me estaban llamando para muchas cosas, pinchando, cantando, me estaba saliendo curro y me había hecho ya autónomo, ¿sabes? Que poco a poco iba levantando el vuelo. Pero doy gracias de que no me falta de nada y que estoy bien, no voy con la soga al cuello. Es verdad que lo de vivir de la música parece más lejos ahora, pero todo lo importante y lo que se tenga que hacer se hará más tarde o más temprano, ¿sabes? No me preocupo, intento estar tranquilo, que es lo único que se puede hacer en esta situación.
¿Confías en que se rehaga un poco toda la escena?
Sí, por lo menos las cosas que merecen la pena se están aplazando todas y se harán más tarde o más temprano. O sea que bueno, guay. Además, si la gente te quiere ver, te quiere ver también de aquí a tres meses. Si pasara un año, a lo mejor si se olvidaban de mí. (Risas) Espero que no sea así.
¿Y este encierro te está sirviendo para hacer cosas nuevas? ¿Estás creativo?
Sí, estoy haciendo cosas. De una forma muy libre: empezando muchas cosas y acabando pocas. (Risas) Es esa parte más visceral, de la inspiración del momento. Luego ya vendrá la fase de acabarlos, en la fase de producción «seria». Hacer un loop, empezar un proyecto, es muy fácil. Lo que tiene un poquitillo más de miga es acabar el tema, darle forma. Estoy haciendo cosas pero más por disfrutar, jugueteando un poco con mi ordenador, como lo hacía antes, sin pensar en acabar en nada. Estoy dedicándole tiempo, pero al final (lo que salga) sea mejor o sea peor, requerirá más trabajo que salgan cosas guapas.
Te quería preguntar si has escuchado la versión de ‘Caramelo House (Otro lado)‘ que han hecho Hidrogenesse.
Sí, sí.
«Hidrogenesse viven de la música haciendo lo que les da la gana, y eso es de admirar»
¿Y qué te ha parecido?
Tío, me ha encantado, me ha hecho mucha ilusión, la verdad. Me ha parecido muy bonita la versión y además Hidrogenesse es un grupo al que respeto mucho. Llevan mucho tiempo haciendo música y me molan porque hacen lo que quieren, viven de la música haciendo lo que les da la gana y eso es de admirar. Y supercontento de que lo hayan hecho, me gusta el remix, me parece superbonico. Y además le da más bombo a la canción, porque a ellos los medios les conocen mucho y suena por ahí. Guay, muy contento, me ha molado.
Quizá esto te abrirá a otros públicos. ¿Te interesa alcanzar a otros públicos que en principio parezcan muy alejados de ti, del pop independiente, que además en Granada ha tenido una escena muy fuerte? ¿Tienes contacto con ellos?
Sí, tengo colegas en la escena indie de Granada. Me muevo por sitios por los que antes salía mucha gente del indie, aunque eso ha cambiado, la escena se está transformando y muchos de esos sitios que eran indies están tirando a la electrónica u otras cosas. Que es normal que vaya cambiando. Respecto a interesarme un público u otro, me da igual. Yo hago la música que me apetece en el momento que me sale y cualquiera que la quiera escuchar será bienvenido. Mi mente siempre está en ir cambiando un poco, así que no sé si mañana me va a seguir escuchando la misma gente u otra nueva. Estoy con que haya un público que lo disfrute, de qué ámbito sea me da igual.
Primavera Sound ha anunciado su aplazamiento debido a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19. Es el festival español de mayor envergadura que toma esta decisión hasta la fecha. El festival se celebraba en junio y pasa a celebrarse del 26 al 30 de agosto. Las entradas ya adquiridas seguirán siendo válidas para las nuevas fechas. Entre los artistas confirmados originalmente en el cartel se encuentran Lana Del Rey, Massive Attack, Bikini Kill, Chromatics, The National, Bad Bunny, The Strokes, Kacey Musgraves o Tyler, the Creator, entre muchísimos otros. Por otro lado, Primavera Sound informa que su desdoble portugués, el Primavera NOS, pasa a los días 3, 4 y 5 de septiembre en el Parque da Cidade de Oporto.
En un comunicado, Primavera Sound explica que ante la situación actual y «ante las restricciones impuestas por las autoridades a la celebración de espectáculos públicos y a la libre circulación de personas», lo que ha implicado que muchos de los artistas anunciados en el cartel no vayan a poder viajar, «nos vemos forzados a posponer la próxima edición de Primavera Sound Barcelona por causas de fuerza mayor por todos conocidas». Añade que «nuestra absoluta prioridad siempre ha sido garantizar la seguridad de nuestro público, artistas y de todas las personas involucradas en el festival».
«Por este motivo, atendida la excepcionalidad de la situación en la que nos encontramos, Primavera Sound Barcelona 2020 se celebrará del 26 al 30 de agosto», indica el texto. El festival indica además que «Nos sentimos en la obligación y responsabilidad de contribuir en la medida que podamos a la supervivencia de la escena de la música en directo, cuyo papel va a ser clave en el retorno a la normalidad tras esta situación absolutamente inédita y nunca antes afrontada por el sector cultural y todos sus agentes: artistas y sus equipos, agencias, promotores, salas, festivales, montadores, equipos técnicos y de producción, personal de barras, limpieza y seguridad, y en general las miles de personas implicadas en el sector».
Así, Primavera Sound se une a la lista de festivales españoles que han anunciado su aplazamiento debido al coronavirus, y entre los que también se encuentran WARM UP, Mallorca Live Festival o SanSan Festival. En el plano internacional, otros macrofestivales han tomado decisiones parecidas: Coachella ha anunciado su postergación a otoño, mientras Glastonbury directamente ha cancelado ante la imposibilidad de empezar a montar su infraestructura en los próximos días.
Parte de la redacción evalúa el que puede ser oficialmente el próximo número 1 en España.
«Creo que si ‘Colores’ dista bastante del brillo (¡je!) de ‘Vibras’ o ‘Energía’ es, precisamente, por canciones como ‘Amarillo’. Efectivamente, es disfrutona, y cualquiera se vislumbra meneando el culo a su son en un club o un chiringuito playero (bueno, ahora mismo prácticamente en cualquier sitio que no sea casa, la verdad). Pero eso se da por seguro. La cuestión es que se trata de un single tan exageradamente simple que termina resultando plana, apostando todo a los ganchos instrumental y vocal que, francamente, no dan para sostener la canción. Melódicamente famélica, palidece ante colores como ‘Rojo’ o ‘Morado'». Raúl Guillén.
«‘Amarillo’ repite la idea principal de ‘Mi gente’, la canción más icónica de J Balvin. Si aquella se basaba de manera obsesiva en ‘Voodoo Song’ del francés Willy William, en esta se replica de manera obsesiva un fragmento del tema ‘Angela’ del colectivo de hip-hop francés Saïan Supa Crew. El resultado vuela el cerebro igual aunque sea imposible que la idea permanezca igual de fresca: esas trompetas que parecen un coro de personas haciendo el bobo con su registro nasal más cómico representan uno de los hallazgos más divertidos de ‘Colores‘».
«J Balvin pasará a la historia por haber dignificado el reggaetón con discos como ‘Safari’ o ‘Vibras’. Por alguna razón siempre habíamos asociado el reggaetón con las producciones más chungas imaginables, quizá porque ‘Gasolina’ no era la más fina del mundo precisamente, pero J Balvin demostraría que en el reggaetón, como en cualquier estilo, hay de todo. Sin embargo, en su nuevo disco su sonido suena ya muy mascado, y donde Bad Bunny se ha crecido con un trabajo sorprendente, en ‘Colores’ J Balvin parece haberse quedado sin ideas. ‘Amarillo’ es otra vuelta de tuerca a su sonido: en este caso, la canción utiliza un gracioso gancho de voces que imitan el sonido de unas trompetas, pero el «yo no me complico» del estribillo termina siendo demasiado revelador. La canción es más de lo mismo y no en el buen sentido». Jordi Bardají
Las plataformas de streaming están produciendo estrellas masivas del pop capaces de sumar casi mil millones de reproducciones de una sola canción y a la vez afirmar que aún son lo suficientemente anónimas como para salir a la calle sin que nadie les reconozca. En estos términos llegó a hablarse sobre Billie Eilish en algún momento aunque ya nadie se acuerde, y en una entrevista con JENESAISPOP, el mismo Lauv nos ha reconocido que la fama está muy lejos de pesarle todavía.
Hijo de una investigadora lituana, Ari Steff se ha labrado una carrera exitosísima en el mundo del pop comercial americano primero como autor de canciones para otros artistas y después como artista por cuenta propia. ‘Boys’ de Charli XCX, conocido por ser el único single de la cantante británica que ella no ha escrito o co-escrito, es de él, así como ‘No Promises’ de Cheat Codes con Demi Lovato, que suma la vertiginosa cifra de 500 millones de reproducciones en Spotify. En cuanto a hits propios, ‘I Like Me Better’, incluida en la «playlist» de 2018 ‘I met you when I was 18.’ se acerca a las mill millones sin haber llegado jamás a la lista de singles española y después de haber sido un éxito tirando a moderado en el resto del mundo (en Estados Unidos su peak ha sido un top 27), y tanto ‘i’m so tired’ con Troye Sivan como ‘fuck, i’m lonely’ con Anne-Marie, ‘Mean It’ con LANY y ‘Feelings’ en solitario suman cientos de millones de streamings.
Queda claro que Lauv es una máquina de hacer hits al menos en streaming, y en su debut oficial ‘~how i’m feeling~’ demuestra el porqué. El artista, conocido por hablar abiertamente sobre sus problemas de salud mental en sus canciones (sufre depresión y trastorno obsesivo compulsivo), no es el compositor más sofisticado, pero escribe buenas melodías y las agradables producciones de soft-pop que envuelven sus composiciones parecen hechas para encajar en toda playlist de Spotify posible. Así, la mayor virtud de ‘~how i’m feeling~’ no es que nos descubra a un compositor con una personalidad arrolladora y el potencial de convertirse en la voz de una generación, sino que consigue no hacerse demasiado pesado pese a contar con hasta 21 pistas y superar la hora de duración.
El truco de Lauv es distribuir inteligentemente sus hits a lo largo del álbum: ‘Drugs & The Internet’ abre la secuencia porque, según nos ha contado, representa el inicio de esta nueva etapa de su vida en que por fin afronta cara a cara sus problemas, y el himno ‘Modern Loneliness’, la canción de la que más orgulloso está, la cierra porque su mensaje sobre la adicción a las redes sociales y lo solos que nos hacen sentir es especialmente importante para él. Entre medias el disco alterna temas menores como ‘Billy’ o ‘Sims’ con hits afianzados en listas como el mencionado ‘fuck, i’m lonely’ o ‘Mean It’, una estupenda colaboración con LANY que coquetea con el synth-pop sin renunciar a la marca agradable-pero-anónima de todo el disco. El mayor éxito del álbum, ‘i’m so tired’, una colaboración de pop absolutamente irresistible con Troye Sivan, es nada menos que la pista 14.
En toda esta hora de música la firma de Lauv llega a diluirse necesariamente en sus temas menos esenciales. Su oído para el pop sigue presente en singles apañados como ‘Tattoos Together’, pero por mucho que el artista se declare fan de Chris Martin, baladas tipo ‘Julia’ (dedicada a su ex, la compositora Julia Michaels) o temas tan redundantes como ‘Sad Forever’ (y no solo por temática) pasan desapercibidos. Eso sí, Lauv no se quita de experimentar con diversos sonidos a lo largo del álbum, y este deja varias curiosidades que vale la pena mencionar, por ejemplo, la de escuchar a los surcoreanos BTS en un tema de inspiración Motown como ‘WHO’, o la de toparnos con la mismísima Phoebe Bridgers en los créditos de la folki ‘Canada’ junto a Alessia Cara. No es muy acertada su aproximación latina en ‘El Tejano’ con Sofia Reyes pese a su mención a Nirvana, pero con estos y otros igualmente dignos como el guitarrero ‘Believed’ o el lo-fi pop con falsete de ‘Tell Your Mama’ ya son muchos los momentos de ‘~how i’m feeling~’ que logran captar nuestra atención, algo no tan fácil en estos tiempos de sobrecarga musical imposible de digerir.
Calificación: 7,1/10 Lo mejor: ‘i’m so tired’, ‘Modern Loneliness’, ‘Mean It’, ‘fuck, i’m lonely’ Te gustará si te gusta: The 1975, Billie Eilish, Troye Sivan, Finneas Youtube:Vídeo de ‘Modern Loneliness’
Llevaba varios años persiguiendo una entrevista con Zoe Jeanneau, La Zowi, y se había conseguido ya en una cuestión personal. En un momento de la entrevista, me reconoce que había mantenido cierta distancia con la prensa, pero que ha logrado vencer al entender que forma parte de su trabajo. Es una muestra más de cómo ha sabido adaptarse poco a poco al medio de la industria musical, del mismo modo que ha logrado convencer a muchos de sus capacidades tras haber sido objeto de cruentas críticas en sus inicios. Ahora persisten, pero cada vez se respeta más su discurso y su visión creativa, que ha cultivado en discos como ‘Ama de casa‘ y ‘Élite‘. En ambos se muestra como una artista fuerte y ambiciosa, que apuesta por producciones poco predecibles, oscuras y más arriesgadas que la media. Sobre todo esto charlamos por teléfono con ella en los primeros días de confinamiento por la crisis del coronavirus, que está pasando en su casa familiar de Granada. Zoe no es para nada una entrevistada difícil, habla mucho y a gran velocidad, pero con un discurso bastante claro y muy segura de lo que dice. Ni siquiera se muestra muy afectada por la reclusión forzada por el coronavirus y, de hecho, ya ha confirmado fechas más allá (o eso esperamos) del confinamiento: el 24 de abril estará en la Sala Fever de Bilbao, el 15 de mayo en el Goxo Club de Pamplona, el 13 de junio en La de Valencia y el 27 de junio en La [2] de Apolo de Barcelona.
¿Cómo estás llevando todo esto del encierro y la crisis que acaba de estallar?
Tengo que admitir que voy tomando conciencia poco a poco, creo que como mucha gente de mi generación. Yo lo noto mucho en comparación con mi madre, que es una mujer de 60 años, que pertenece al mundo de la literatura, que a mi edad formaba parte de grupos revolucionarios, dirigía manifestaciones… esas cosas. Ella está siempre muy al tanto de todo, y a día de hoy sufre mucho con todo lo que pasa en el mundo. Yo, por el contrario y como mucha gente de mi generación, decido no mirar, no informarme, no ser consciente, en cierto modo por no sufrir o porque no nos creemos nada, en parte por no tener una esperanza de que podamos hacer algo. Y bueno, me vine el jueves como corriendo ante la posibilidad de que cerraran Madrid, sobre todo por mi hijo pequeño prefería estar aquí, cogí una maleta «rapidita» y me vine. Pero no me imaginaba que sería tan grave, y cada día me levanto siendo consciente de que no voy a poder salir. Es raro, porque al no estar en mi casa no puedo aprovechar para hacer cosas que necesitaría, pero por otra parte estoy en un espacio agradable, apartado del centro, tengo mucho monte delante y puedo salir.
Esta crisis está evidenciando la precariedad en la que se sostenían muchos sectores de la sociedad, también en la música, que es lo que a nosotros nos ocupa. Para muchos artistas no poder actuar en directo está suponiendo una debacle. No sé si es tu caso…
Efectivamente. A todos nos va a servir para concienciarnos de muchas cosas, darnos cuenta de quiénes somos… Porque yo que he pasado de ser pobre de pequeña a tener dinero, hasta me he creído rica en un momento dado. (Risas) Y estoy volviendo a bajar de la nube y decirme a mí misma «no eres rica, sigues siendo la misma mierda de siempre».
Hace unas horas has escrito un tuit que dice algo así como «este es el momento en que te das cuenta de que no te has hecho rico, simplemente te has flipado»…
¡Exactamente! (Risas) Así que me lo estoy tomando positivamente, porque creo que es algo que me hacía falta. Por otra parte también pienso que los artistas de mi género y mi nivel, no vivimos tanto de los conciertos. En parte sí, pero hay muchas otras cosas. Los artistas potentes, grandes, viven de las marcas, de la publicidad. Porque cuando más puedes cobrar por un concierto es porque es grande, pero necesitas más inversión para hacer el show. Si sumas a eso que tampoco puedes saquear a la gente con el precio de las entradas… Los shows quitan mucho tiempo, mucha energía. Para mí no es tan alarmante eso, me lo estoy tomando como un descanso entre gira y gira. Personalmente me viene hasta bien, tenía bastante trabajo que hacer y no paraba de un lado para otro. Intento ser positiva. Lo que sí me está jodiendo es la parálisis general.
«Los artistas potentes viven de las marcas, de la publicidad, no de los conciertos»
Hablando un poco de ‘Élite’… En él has reunido a productores internacionales de cierto prestigio, se intuye que está elaborado a todos los niveles, tanto visual como musicalmente… ¿Cuánto tiempo te ha llevado desarrollarlo? ¿Lo empezaste a desarrollar a partir de ‘Ama de casa’ o lo planeabas ya antes?
Lo he grabado en unos seis u ocho meses, pero obviamente no he estado ocho meses dando vueltas al disco. He ido grabando poco a poco pero la verdad es que ha sido bastante improvisado. Por ejemplo, los primeros temas que grabé fueron ‘Phonecall’ y ‘Fulana’, y fue porque Zora Jones y Sinjin Hawke pasaron por Madrid. Como ellos están lejos, cuando vienen tratamos de vernos y grabar todo lo que podamos. Luego estuve en México grabando con (Paul) Marmota, y seguimos cuando él vino a pasar un mes a Madrid, y salieron ‘Armani Fucsia’ y ‘Drug Dealer’. Por ejemplo ‘Filet Mignon’ fue el último que grabé. Ya tenía cerrada la mixtape, hice un freestyle estando en el estudio de risas, y al levantarme por la mañana dije «¡joer, qué temazo!» (Risas) Y lo metí también, e incluso lo saqué de adelanto.
Siendo una artista independiente y teniendo tantas cosas de qué ocuparme, me es muy difícil organizarme como hacen artistas más mainstream o en grandes sellos. De hecho es algo que quiero trabajar, porque pienso que igual que los grandes sellos se fijan en muchas cosas que tenemos nosotros, nos vendría bien fijarnos en cosas que hacen: prever un poco, hacer más cosas de promo… Ahora lo tengo y digo «sale en un mes, hala, chao». Creo que podría trabajar las cosas de otra manera, y de hecho creo que hay avances con respecto a ‘Ama de casa’ en ciertos aspectos. Pero al fin y al cabo soy una artista underground y se ha hecho en las condiciones que se hace la música underground, esta es mi manera de trabajar.
Una de las colaboraciones más llamativas es la de Jam City, que es bastante reputado en el ámbito del R&B alternativo. ¿Cuál de todas ha sido la colaboración más complicada del disco? ¿O ha sido, como decías, más natural de lo que parece?
Todo ha sido ultranatural. A veces me interesa algún productor y le escribo, pero sinceramente pasa poco. No por nada, sino porque entiendo la música de una manera muy intuitiva. No tengo una biblioteca mental, no recuerdo tal álbum de tal artista que salió tal año. Soy incapaz. Si me preguntas cuáles son mis referencias, te puedo hablar de sensaciones más que de nombres de artistas. Y todo ha sido muy así. Por ejemplo lo de Jam City: Zora y Sinjin me estaban enseñando beats y cuadró este que habían hecho en colaboración con él, y ya está. Ni él hizo el beat pensando en mí ni yo escribí pensando en él. Así que es como el productor más «forzado», por así decirlo, del disco. Fue pura casualidad.
«Si me preguntas cuáles son mis referencias, te puedo hablar de sensaciones más que de nombres de artistas»
Con Zora Jones sí llevas trabajando más tiempo y me parece significativo que apuestes por una mujer en la producción, que no es para nada habitual en tu escena. ¿Qué te mueve a trabajar con Zora?
Pues que cree muchísimo, muchísimo en mí y me valora mucho como artista. Mola tener gente de la otra punta del mundo que se fija en ti y, por así decirlo, se obsesiona contigo. Fue de las primeras personas en decirme que tenía una voz guay, cuando… Aparte funcionamos muy bien juntas, nos metemos dos horas en un estudio y sacamos tres temas. Aparte tienen una mano los dos (Nde: incluye a Sinjin Hawke) que es increíble. Yo he grabado en muchos estudios con muchos productores diferentes y ellos yo no sé qué hacen, sea el estudio que sea, que te suena mainstream (Nde: en cuanto a calidad de sonido, obviamente) de repente. Tenemos muy buena conexión.
Uno de tus primeros temas, que hiciste precisamente con Zora, fue ‘Obra de arte’. En aquella época lanzaste varios temas muy guays, como ‘Llámame’, ‘Bitch te quemas’, también con un beat de Zora, ‘Bitch Mode’… y se quedaron un poco ahí. ¿Nunca fue una idea reunirlos en una mixtape?
En algún momento me planteé hacer una mixtape sólo con Zora, y de hecho fue un poco la idea inicial de ‘Élite’, hacerlo con ella y gente que la rodea. Pero eso es mucho más complicado, requiere un nivel de trabajo más serio, porque te arriesgas a que todo suene parecido. Y es algo que difícilmente podríamos hacer de la manera que trabajo con ella, que es viéndola una o dos veces al año, o haciéndolo a distancia. Si nos dejaran dos semanas en un sitio sí que podríamos hacer algo guapo, de varios temas.
Pero de todos esos singles que comentaba o de los que has ido publicando después, entre mixtapes, ¿sientes que alguno haya quedado algo infravalorado o no le has sacado suficiente partido?
A mí sacar singles me mola mucho también. Me parece que los puedes trabajar más, estirarlos más, sacar su vídeo… De hecho, me pasa más que saco una mixtape y sentir que hay temas que no se valoren lo suficiente. Hay temas como ‘Trafikantes’ o ‘Llámame‘ que a mí me parecen muy guays y con un visual muy guay y que no han llegado al millón de views. Pero para mí está bien, habrá gente a la que sí le llegue. Lo que dices me pasa más en una mixtape completa, sí digo «jo, hay temas que se habrían podido exprimir más».
«Tengo claro que voy a ser siempre una artista underground, pero sí quiero evolucionar»
Antes me has dicho que trabajas muy a impulsos, pero mi impresión era que tu carrera estaba muy medida, como cuidando mucho cada paso que dabas hasta llegar a ‘Élite’, que es un trabajo muy cohesionado.
Pues no, es que así ha sido la evolución de mí misma. Con el tiempo me he ido tomando las cosas más en serio, me he hecho adulta. Ha sido una evolución muy natural. Me gusta ser underground, y tengo claro que voy a ser siempre una artista underground, pero sí quiero evolucionar y si en el underground hay una escala de 0 a 10, quiero estar en el 10, llegar ahí. Mi objetivo no es el mainstream, ni mucho menos, pero sí evolucionar.
En una entrevista que diste hace poco a El País, decías que ya te considerabas cantante…
Bueno, es que ya no me queda otra… (Risas)
¿En qué punto de tu carrera consideras que has llegado ese estatus o que tienes una voz propia?
Bueno, igual hace ya un par de años. Yo creo que después de ‘Obra de arte’. En esa aún no me identificaba como tal, pero después sí. Vi el caché que se mueve, vi el dinero que podía generar, que me hizo ver que esto era un trabajo como otro cualquiera, que me lo tenía que currar. Yo vengo de una familia de artistas y sé lo jodido que es esta profesión, fue un paso tomar conciencia de eso y aceptarlo. Porque yo de pequeña estaba muy obsesionada con que no iba a ser artista, justamente por diferenciarme de mi familia, y yo lo he arrastrado bastante tiempo. Me decía «esto es un hobby». Pero a la vez soy muy de ser la primera en todo, de ganar todo, y como tengo claro que no quiero perder mi libertad por llegar al mainstream, me ha costado encontrar un espacio en el que sienta que voy a por todas pero siendo humilde. Pero bueno, poco a poco me he hecho mi sitio en esto, y cada vez me preocupo más: he ido creciendo, ya no hay tontería, he visto muchas cosas que han pasado y soy totalmente consciente de que es mi profesión.
Antes mencionabas un poco por encima que vislumbras cierto desgaste en la escena trap, y que podría tener cierta caducidad. ¿Has reflexionado hacia dónde podría evolucionar o moverse en el futuro?
No, pero tampoco me preocupa. El rap que se escuchaba hace 10 años o el reggaeton siguen ahí, el underground en general siempre existirá. Por ejemplo el trap más underground se ha mezclado con guitarras eléctricas, con un rollo más rockero. A partir de ahí, puede ir a muchos sitios, va a ser más futurista, con muchas máquinas, sonidos artificiales… Ya sabemos por dónde va a ir la cosa. Lo que es seguro es que no va a ir hacia una música tradicional, no va a ser con una guitarra y un violín. Vete tú a saber qué va a escuchar mi hijo dentro de 20 años, pero el underground va a seguir ahí y es lo que más cambiante va a ser. El flamenco, por ejemplo, puede evolucionar, pero no a ese ritmo.
Cuando hablabas de el trap mezclado con rock entiendo que te refieres a cosas como lo de Goa y Pochi, con los que hiciste un tema en ‘Ama de casa’. Pienso que es muy interesante esa transversalidad con otros géneros, con el rock o el pop. ¿Te interesa especialmente seguir esos caminos?
Sí, a mí me gusta, porque me encanta experimentar con mi voz, con mis capacidades, mi arte. Meterme en el estudio con Goa y hacer algo así me mola. Pero lo que me gusta es el trap. Me pasa como con el reggaeton: me encanta grabar reggaeton, las rimas son más ligeras, lo que dices es más genérico… Me lo paso mejor. Pero lo que me gusta realmente es el trap. Lo que me representa a nivel musical es Cardi B o un perfil similar. Lo que hago fuera de eso me gusta, me llena mucho a nivel personal, pero me saca un poco de mi perfil, de mi carrera, de mi objetivo.
«Me veo perfectamente capaz de dar un giro al pop, pero creo que cada cosa tiene su momento»
También te preguntaba eso porque por ejemplo Mala Rodríguez, uno de los iconos femeninos del rap español, ha girado un poco hacia el pop en los últimos tiempos. ¿Tú te abrirías a esas posibilidades o no te ves saliendo del trap?
Sí, sí, sí, me veo perfectamente capaz de hacerlo, pero creo que cada cosa tiene su momento. Yo ahora mismo creo que me puedo permitir hacer lo que yo quiera, y hay temas que hago que me encantan. Por ejemplo ‘Filet mignon’, creo que es algo para la historia, siento que he ganado (ríe) a nivel trap nacional. Pero sé que eso no me va a llevar a ganar miles de euros. Ahora mismo me renta más y me puedo permitir hacer lo que yo quiera de verdad, aunque no me ayude a levantar mi economía. Porque se va creando La Zowi. Es importante definirte bien como artista antes de empezar a dar muchas vueltas. Para arriesgar un poco es importante tener tu figura definida. Pero a la vez tampoco es bueno quedarse encajado, no centrarse en un solo género. Mola esa diversidad que yo tengo: si hago un dancehall, no creo que le extrañe a nadie; si hago un rap, no creo que le extrañe a nadie; incluso si hago pop con Zora Jones, tampoco creo que le extrañe a nadie. Me gusta tener esa libertad.
Antes comentabas que te has criado en una familia de artistas. ¿Cómo valoran ellos que te hayas convertido en lo que decías que nunca ibas a ser?
Bueno, como ellos me conoce, sabían que es lo que iba a pasar. (Risas) No les extraña mucho. Se ríen conmigo porque saben que no era mi objetivo en la vida, pero ellos sí que lo tenían más claro, justamente, y creen mucho en mí como artista. Nunca me han planteado desviarme de eso.
«Pienso que yo estaba mejor cuando no hacía entrevistas»
Yo he perseguido esta entrevista desde hace años y hasta ahora no lo había conseguido. Entiendo que es porque tú en particular y el sello La Vendición habéis tenido una relación digamos particular, con la prensa. ¿Te sientes ahora más segura hablando con la prensa? ¿Estás satisfecha con las entrevistas que das?
Sí, estoy satisfecha porque me gusta hablar, me gusta intercambiar, comunicarme, filosofar, hablar de mí… No lo paso mal haciendo entrevistas y por lo general no he tenido experiencias malas. Aún así, pienso que yo estaba mejor cuando no hacía entrevistas. (Risas) No yo: La Zowi. Me mola más ser un personaje que no hace entrevistas. Me parece que en el momento en que empiezas a explicar cómo haces las cosas pierde toda la magia. Como cuando he tenido que explicar conceptos alrededor de mis canciones: si lo explico ya no tiene gracia. Y si lo tengo que explicar diez veces, yo misma acabo hecha un lío. El arte está para eso, para no explicarlo, para que cada uno haga lo que quiera. Nadie le pregunta a un pintor abstracto que por qué pinta eso. Y a mí me pasa eso. Lo que yo hago es tan puro, tan verdadero, tan real… y a la vez es arte. Si me pongo a explicarlo confundo lo real con la parte artística. Aparte me gusta mucho la idea de un personaje al que no se le conoce, que puedes fantasear cómo es… Y cuando haces una entrevista se rompe eso.
Es cierto que al principio dejabas un poco esa idea. Pero curiosamente, desde que empezaste con el vídeo de ‘Baby Come And Get It’, donde los comentarios eran despiadados, la sensación es que cuanto más te has expuesto mejor te ha considerado el público. No sé si ha influido que hayas podido explicar lo que haces.
Bueno, sí, habrá venido bien para algunas personas. Y mal para otras. Hay gente que no necesita que explique nada, que tenemos una buena conexión, que me entienden bien y que prefieran fantasear, escuchar mi música y crearse un ídolo, y es suficiente. Habrá otras que no me entendían, han visto alguna entrevista y lo han entendido… Pero esas no me camelan. (Risas) Lo que me mola es que escuches un tema y lo pilles, ya está. No que necesiten que pase por los medios. Yo obviamente no soy retrasada mental. Me he encontrado gente que no tiene nada que ver con este mundo y me ha dicho: «eres superlista, no me imaginaba». ¡Hombre! (Risas) ¿Por qué no te lo imaginabas? ¿Porque diga «zorra» y «puta» soy mongola? Al contrario, sé lo que estoy diciendo y lo que estoy haciendo. No me alivia que alguien lo pille a través de una entrevista. También hay gente que no le mola el rollo de mis conciertos pero sí está interesada en mis canciones y una entrevista le puede hacer reflexionar. No digo que sean inútiles, las entrevistas. Pero lo peor es la gente que necesita ver una entrevista para ver quién eres. Tío, eso está en mis canciones.
«Obviamente no soy retrasada mental. Me he encontrado gente que me ha dicho: «eres superlista, no me imaginaba». ¡Hombre!»
Te oí decir hace un tiempo que meditabas muchos los tuits que escribías, un poco por esto que estábamos hablando. No sé si ha cambiado tu postura al respecto o si sigues pensándotelo tanto…
Sí, sí… A ver, cada vez menos, porque una vez estás en Twitter y ves la poca vergüenza que tiene la gente… (Risas) Pero es más una cuestión personal, es más por mí. No me gusta exponerme así. Sé que tengo un buen cerebro, sé que tengo cosas guays, sé que hay cosas que mola compartir. Pero lo que no me mola es si estoy de mala hostia escribir una mierda. Me gusta poner cosas útiles, cosas generales… Que hay colegas que escriben cosas que solo entienden ellos. Yo quiero preservar mi intimidad y mis locuras que solo entiendo yo me las guardo para mí. Pero bueno, que también lo hago. Una vez estás en las redes sociales es difícil contenerse. Es como ahora: es difícil no subir diez stories al día en vez de una.
Bad Bunny está sacando casi diariamente videoclips de todas las canciones de su último disco, ‘YHLQMDLG‘, y el último de ellos corresponde al de uno de sus mayores éxitos, ‘Yo perreo sola’. Y Benito no se ha andado con tonterías a la hora de buscar un vídeo viral.
La canción manda un mensaje de empoderamiento femenino desde el punto de vista de una mujer que busca autonomía total en la discoteca, y Bad Bunny ha decidido interpretar a este personaje también en su videoclip, disfrazándose de mujer para defender el lema «ni una menos» también presente en el clip. O de varias mujeres, porque le vemos embutido en un traje de látex rojo, ligero en un «outfit» floral veraniego o «perreando» en la discoteca consigo mismo. El vídeo es una sucesión de escenas delirantes que tampoco dan tregua cuando aparece Bad Bunny encadenado en un ring inundado.
El vídeo se ha hecho viral pocas horas después de su estreno, pero también ha dado lugar a una pequeña polémica en las redes, pues la cantante femenina que aparece en la canción, la portorriqueña Nesi, no aparece en el vídeo y de hecho tampoco está acreditada en Spotify. Entre los críticos con el vídeo se encuentra el cantante chileno Alex Anwandter, que en sus stories ha escrito: «¿Algo más hetero que hacer drag en plan «qué gracioso y ridículo es esto»? Me gusta Bad Bunny pero ahórrense la coronación de icono queer a un hetero más que se disfrazó por un día».
Reyko, dúo español residente en Londres, seguramente no repitan el impacto de ‘Spinning Over You’, una canción con 15 millones de escuchas en Spotify a nivel global que logró el número 1 de Los 40 Principales pese a estar editada por Mushroom Pillow. Y encima ha salido en ‘Élite’. El dúo puede pasar a la historia del pop como una rareza del tipo «one hit wonder», pero no será porque su disco de debut no contenga canciones interesantes.
La frágil voz de Soleil y la delicadeza de sus melodías junto a Igor siempre me hicieron recordar el buen gusto de Black Box Recorder, aquel proyecto synth-pop del siempre impredecible y nunca suficientemente valorado Luke Haines. Pero la producción del proyecto está más bien en la línea de la electrónica internacional del último lustro. Si ‘Spinning Over You’ apuntaba hacia Diplo, el que ha sido uno de sus pequeños éxitos, ‘Surrender’, lo hace hacia Flume.
‘Surrender’ fue una de las primeras canciones en verse publicadas este 2020, pues se lanzaba al mercado exactamente el día 3 de enero, aprovechando la coyuntura para posicionarse en algunos de los «New Music Friday» internacionales que organiza Spotify cada viernes. Pero independientemente de eso, lo que llama la atención es lo contenida que está como producción. Su letra puede remitir a David Bowie en su primera línea («I could be queen»), para luego convertirse más bien en una propuesta de amor, en una llamada a la «rendición» («ondea tu bandera para mí»).
A lo que no se quieren rendir ya Reyko es a los dictados de la radiofórmula: la producción, con su gancho instrumental, evita subir demasiado alto o resultar estridente, conformando un precioso ejercicio de contención. Casi es como si quisieran decir: «»Entrégate» a mí, pero no pienso arrastrarme para conseguirlo».