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El synth-pop de Chavales se crece en plena crisis del coronavirus

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Hace un par de meses el prestigioso sello madrileño Elefant publicaba el EP de debut de un dúo llamado Chavales que entonces pasaba por nuestra playlist Sesión de Control. Desde entonces, especialmente la canción llamada ‘Las plantas de la terraza’ no ha dejado de sumar adeptos y ya son 30.000 las reproducciones que acumula en Spotify. Foto: Stephen Please.

La canción contrapone el tono tristón de la letra («Hoy he pensado en mil frases baratas / Para hacerte volver») con una producción ochentera de lo más alegre. Se suma el viejo truco de recurrir a un doble estribillo: uno es el que tiene la propia canción («Las plantas de la terraza han vuelto a desaparecer»), y otro el que aporta un riff de teclado que se pega como un chicle. Como sucedía en ciertas producciones de Depeche Mode y OMD, esos teclados son el verdadero gancho de la canción, pues se instalan en el cerebro desde su primera aparición.

Pero es que además ‘Las plantas de la terraza’ es una canción que se ha crecido con la crisis del coronavirus, pues pese a que se editaba a finales de enero junto a otras piezas sintéticas y tropicales como ‘Me conformo’ o ‘Empieza el plan’, incluye un par de frases premonitorias, de «Llevo quince días sin salir de casa / Esto no me sienta bien» a «Hoy me ha gritado que el fin está cerca / Un señor en el andén».

Como prueba de que el mallorquín Daniel Rodríguez y el extremeño Javier Paredes, ambos asentados en Madrid, tienen en el punto de mira a bandas ochenteras como Radio Futura, recientemente han versionado ‘¡Hola, mi amor!‘ de Junco (1986). Por eso también pueden sonar cerca de artistas de inspiración tan retro como Extraperlo o The Tough Alliance.

Escucha los «Revelación o Timo»

Lo mejor del mes:

Dua Lipa / Future Nostalgia

Cuánto ha llovido desde que mencionáramos completamente de pasada ‘New Rules’ en nuestra crítica del debut de Dua Lipa hasta hoy. La cantante británica llega a su segundo disco convertida en una superestrella y ‘Future Nostalgia’ es uno de los lanzamientos más importantes del año. Por suerte, también es uno de los mejores.

Para su segunda entrega, Dua ha querido hacer un disco que reflejara la música que escuchó de pequeña, en concreto de artistas como Madonna, Prince, Outkast o Moloko. Sin embargo, la idea ha sido también hacer un disco bailable de principio a fin, recuperar esas «canciones de baile épicas que te transportan a un lugar feliz». La aproximación a las discotecas de ‘Future Nostalgia’ no es tan extrema como lo era en ‘Confessions on a Dancefloor’ de Madonna, el cual podría haber sido una influencia pues el mismo Stuart Price produce aquí varios temas; u ‘Overpowered’ de Róisín Murphy porque el disco no es tan radical en ese sentido. Ante todo es un ejercicio retro comparable a lo que hace Bruno Mars en su terreno o a lo que hizo Gwen Stefani hace 15 años: toma ideas de varias décadas de música pop, las imita y las moderniza para una nueva generación.

Más nostálgico que futurista, más retro que visionario, más dado a la imitación que a la transgresión, pero a la vez rabiosamente contemporáneo, ‘Future Nostalgia’ sí transforma a Dua en toda una «disco diva», trabajo para el que resulta poseer una voz perfecta, con una presencia imponente. Ya había allanado el terreno con ‘One Kiss’ y ‘Electricity’, pero se ha superado con una ‘Don’t Start Now’ histórica, una de esas canciones solo al alcance de las grandes estrellas. Su recuperación del sonido «Studio 54» reconfigurado por la maquinaria del pop ultra-preciso actual es apoteósica, y en un extraño devenir de los acontecimientos, la canción se ha convertido en un himno de la cuarentena gracias a su estribillo «no aparezcas, no vayas a la calle», un obligado meme en estos días de aislamiento social. En un estilo parecido, ‘Levitating’ -una de las tres co-producciones de Stuart Price en el disco- recurre a la astronomía («nos veo escritos en las estrellas») para transmitir una euforia y felicidad radiantes… y también para convertir en icónica la palabra «sugarboo».

‘Future Nostalgia’ se abre con el tema titular, un tema funk en la estela de ‘Uptown Funk’ en el que Dua declara que ella no quiere hacer «música atemporal» sino «cambiar el juego». La canción es una interpretación muy excitante del sonido Prince, pero el álbum incide demasiado en el pastiche para ser transgresor de verdad. Nunca nos muestra a una personalidad arrolladora capaz de desvirtuar un género y convertirlo en algo nuevo, siempre a un canal a través del cual reproducir sonidos pasados desde un prisma actual. Y a veces esto es muy obvio. ‘Physical’, el espectacular segundo single del disco, no solo se llama así por su homenaje a Olivia Newton-John: su componente retro, en este caso derivado del sonido hi-NRG de los años 80, los de la obsesión con el culto al cuerpo, no está nada disimulado. Por otro lado, el tercer single ‘Break My Heart’, que hace un buen uso de la línea de bajo de ‘Need You Tonight’ de INXS y también sirve para la cuarentena («debería haberme quedado en casa») evoca sin tapujos al revival disco de los primeros años 2000, y la fantástica ‘Hallucinate’ lo hace hasta el punto de parecer una canción de September, la de ‘Satellites’.

No todas las pistas de ‘Future Nostalgia’ apuntan a referencias tan directas. El veraniego medio tiempo ‘Cool’ sí destaca dentro de toda la obsesión actual por los 80 gracias a su producción cósmica y llena de purpurina, y ‘Pretty Please’ es la única canción del disco que sí parece aportar algo novedoso de verdad. Su sonido de disco-funk minimalista es asociable a artistas de hoy como Selena Gomez (su amiga Julia Michaels es co-autora) pero la canción es más extraña e impredecible de lo que esta ha hecho nunca. Su experimental desarrollo en modo in crescendo, con esos bajos palpitantes que amenazan con apoderarse de nuestros cerebros, a los que después se suman unas simpáticas percusiones de cristal, dan lugar a una pequeña obra maestra que corre el riesgo de terminar infravalorada. Ni siquiera el sample de ‘My Woman’ de Al Bowlly en ‘Love Again’ sorprende tanto, quizá porque ya lo habíamos escuchado en ‘Your Woman’ de White Town hace más de 20 años, quizá porque la canción, que aporta un necesario respiro al disco gracias a su sonido pop-rock, no alcanza el nivel de las mejores.

De hecho el segundo álbum de Dua Lipa se cierra con dos temas muy inferiores al resto: la graciosa ‘Good in Bed’, que recuerda a la primera Lily Allen pero cuenta con un estribillo que es mejor olvidar, y ‘Boys Will Be Boys’, que se quita de cerrar el álbum en modo llorica, pero sí hace uso de una orquesta (y de un coro infantil) para denunciar el machismo al que se han de enfrentar muchas mujeres al caminar solas por la noche. Descoloca la presencia de estas dos canciones en un largo unificado por su componente retro y por su producción robusta y sofisticada; este merecía un final a la altura. Sin embargo, ‘Future Nostalgia’ no será ni el primer ni el último disco-hito lastrado por al menos un par de temas irrelevantes. Lo que pasa antes lo tiene todo para hacer de esta una era «blockbuster» en toda regla.

Joan Jett despide a Alan Merrill de The Arrows, autor de su hit ‘I Love Rock ‘N’ Roll’, fallecido por coronavirus

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La pandemia generada por el coronavirus avanza imparable en Estados Unidos, donde pese a ser ya el país con más contagios de todo el mundo, las medidas de confinamiento implantadas por la administración de Donald Trump son algo tibias. Esto podría generar una enorme catástrofe sanitaria que ya se está cobrando numerosas víctimas que, por supuesto, también podría afectar a artistas de toda índole. En las últimas horas, por ejemplo, ha trascendido el grave estado de salud del eminente cantautor folk John Prine. Referenciado como gran influencia por Bob Dylan, Bruce Springsteen o Bonnie Rait, autor de temas cantados por Johnny Cash, Carly Simon o Norah Jones, ganador de dos Grammy y distinguido como uno de los grandes compositores estadounidenses de las últimas décadas, Prine se encuentra hospitalizado en situación crítica con síntomas del COVID-19, según un mensaje de su familia.

Otro artista que, lamentablemente, no ha superado esa enfermedad ha sido el británico Alan Merrill. Según ha confirmado su hija a través de su página de Facebook, Merrill ha fallecido en el hospital a la edad de 69 años por complicaciones de salud derivadas del coronavirus. Merrill era conocido por haber formado parte del grupo The Arrows, un cuarteto londinense de rock and roll que debutaba en 1976 con el álbum ‘First Hit’, que contenía la canción ‘I Love Rock ‘N’ Roll’. Obtuvo cierta repercusión en Reino Unido por entonces, sin embargo, su gran espaldarazo llegaría cinco años después en la versión que haría Joan Jett And The Heartbreaks, convirtiéndolo en un himno rock transgeneracional.

Joan Jett se ha hecho eco en sus redes sociales del fallecimiento de Merrill con un sentido mensaje: «Acabo de conocer la horrible noticia del fallecimiento de Alan Merrill. Mis pensamientos y amor van para su familia, amigos y comunidad musical al completo. Aún puedo recordar ver a The Arrows en televisión en Londres y quedar impresionada por la canción que me gritó «hit». Con profunda gratitud y tristeza, deseándole un viaje seguro al otro lado 🖤».


The Weeknd amplia con tres inéditos la edición deluxe de ‘After Hours’, número 1 en Reino Unido y Estados Unidos

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De manera similar a lo que hizo hace exactamente una semana atrás, The Weeknd está dispuesto a que la experiencia ‘After Hours‘, su nuevo disco, no se quede en una primera, segunda o tercer escucha y hasta la vista. Tras haber publicado sin previo aviso siete días atrás una edición deluxe de su cuarto álbum oficial, en la que incluía remixes de algunos de sus temas por parte de nombres del underground como Chromatics, Oneohtrix Point Never o The Blaze –también otro con el reciente número 1 en USA Lil Uzi Vert–, ahora la amplia con tres canciones inéditas.

Se trata de tres temas bastante distintos entre sí, pero coherentes con la estética de esta era: ‘Nothing Compares’ es un medio tiempo con cierto aire a los Pet Shop Boys más melancólicos en sus sintetizadores, aunque con el toque soul que da a sus temas Tesfaye; ‘Missed You’, en cambio, conecta directamente con la faceta R&B de The Weeknd; mientras que ‘Final Lullaby’ es una sentida balada con aire de nana, como indica su título, cantada sobre sintetizadores tenebrosos y sucios.

Estas ediciones Deluxe sin duda estarán contribuyendo a aumentar los streamings de ‘After Hours’, que se ha convertido en el nuevo número 1 de álbumes en Estados Unidos. Es la cuarta vez que alcanza ese puesto, al haberlo logrado también con ‘Beauty Behind the Madness‘, ‘Starboy‘ y el miniálbum ‘My Dear Melancholy,’. Horas antes lograba ese hito también en Reino Unido, siendo en este caso su segundo top 1… pero no tras ‘Starboy’, sino tras «Beauty».


Nine Inch Nails regalan los dos nuevos volúmenes de su serie de álbumes ‘Ghosts’

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Muchos artistas están posponiendo el lanzamiento de sus nuevos discos debido a la crisis del coronavirus: Lady Gaga, HAIM, JARV IS… (proyecto de Jarvis Cocker) o las españolas Hinds, entre ellos. Y otros, en cambio, están sorprendiendo lanzando trabajos no anunciados previamente, con la noble pretensión de hacer al mundo un poco más llevadero el confinamiento. Es el caso de Childish Gambino o, desde hace unas horas, Nine Inch Nails.

El desde hace unos años dúo formado por Trent Reznor y Atticus Ross ha lanzado sin previo aviso no uno sino dos nuevos discos de manera simultánea y además gratuita: pueden descargarse libremente en la tienda oficial de Nine Inch Nails. Se trata de los volúmenes ‘V’ y ‘VI’ de su serie ‘Ghosts’, cuyos cuatro primeras partes se recopilaban en un único disco lanzado de manera oficial en 2008, y donde ya Ross participaba activamente (desde hacía un par de discos, en realidad) en la producción. Como aquellos, ‘Ghosts V: Together’ y ‘Ghosts VI: Locusts’ son discos de pasajes eminentemente ambient –al parecer muy inspirados por los trabajos de Brian Eno y Robert Fripp– «algunos de ellos felices, otros no tanto», en palabras de Reznor.

De hecho, recuerdan en gran medida a los trabajos que el tándem Reznor/Ross han estado desempeñando como autores de bandas sonoras para cine y televisión, ámbito en el que han sido premiados en varias ocasiones. Su último trabajo conocido en ese campo han sido las BSOs de la adaptación televisiva de ‘Watchmen’ para HBO y la película de Netflix ‘A ciegas’. En cuanto a Nine Inch Nails, estos dos discos –ambos superan ampliamente la hora de duración– son los primeros desde que en 2013 lanzaran ‘Hesitation Marks‘. Desde entonces el EP se había convertido en su medio de expresión favorito, publicando en 2016 ‘Not The Actual Events‘, en 2017 ‘Add Violence’ y en 2018 ‘Bad Witch‘.

Christine and the Queens defiende su dignidad ante un amor tóxico en ‘Je disparais dans tes bras’

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Christine and the Queens no muestra signos de debilidad cuando van a cumplirse seis años desde el lanzamiento de su excelente álbum debut, y tres de su también excelente segundo disco, y este año ha publicado un gran EP de seis canciones que ha presentado con una portada maravillosa y también con un cortometraje de 14 minutos rodado en la Ópera Garnier de París, lugar que Christine puebla de «fantasmas y criaturas míticas».

‘La vita nuova’ incluye canciones en francés, inglés e italiano, y canciones de synth-pop minimalista y de una elegancia suprema, como ya había mostrado el single ‘People, i’ve been sad’. No es de hecho el tema más uptempo del disco, que ha de ser el llamado ‘Je disparais dans tes bras’, también uno de los destacados dentro de un EP notable que ha pasado por nuestra sección de «Discos Recomendados». La misteriosa producción de la canción comparte elementos instrumentales con la de ‘Sweet Dreams’ de Beyoncé, pero Heloïse Letissier se mantiene fiel a su filosofía de «menos es más», y seduce gracias a una interpretación vocal tan apasionada como de costumbre, y también a una historia llena de sensualidad.

A lo largo de ‘Je disparais dans tes bras’, que cuenta en el EP con versión en inglés (‘I disappear in your arms’), Christine nos habla de un amor tóxico: «quieres morder sin consecuencias, pero yo ya estoy sangrando», canta antes de preguntarse: «¿podrás amarme? Lo dudo, cuando no tomas lo que quieres de mí». La persona a la que va dirigida esta canción promete la luna pero solo siembra dolor, y Christine no está dispueta a dejar que esto siga así. La deslumbrante melodía de ‘Je disparais dans tes bras’ consigue que nos tomemos su mensaje muy en serio. Es una canción tan digna musicalmente como en espíritu.

‘Dolerme’ de Rosalía, una bonita canción sin pretensiones pero… ¿está siquiera acabada?

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Parte de la redacción evalúa ‘Dolerme’, el nuevo single de Rosalía.

«‘Dolerme’ resulta difícil de encajar no solo en la carrera de Rosalía sino también en la de todos los implicados: si no lo leyéramos, difícilmente hubiéramos atribuido esta canción de pop rock con trazos de R&B a Vila o El Guincho, del mismo modo que la producción de Frank Dukes dista mucho de la que le hemos escuchado en ‘Havana’ de Camila Cabello, ‘Fake Love’ de Drake, ‘Call Out My Name’ de The Weeknd, ‘Needed Me’ de Rihanna o ‘Real Friends’ de Kanye West, por citar algunas. Quizá sí con algunos de sus trabajos con Post Malone o Frank Ocean, apostando por una instrumentación tradicional de guitarra, bajo y batería. No es, ni más ni menos, que volver a romper esquemas, y volver a mostrar que Rosalía es una artista totalmente abierta de mente y que, además, es capaz de brillar en prácticamente cualquier suerte que se proponga. Y en ‘Dolerme’ lo hace, incluso a pesar del aire de semi-improvisación que, a todos los niveles, tiene la canción. Una canción que quizá no tenga más pretensiones que ayudar a evadirnos en estos momentos difíciles, y que muy posiblemente no tendrá continuidad ni dará pista alguna sobre el ya deseado tercer disco de Rosalía. Pero eso no quita que seduzca y emocione, en su medida». Raúl Guillén.

«Rosalía descoloca con un tema de 2 minutos cuya principal característica es el uso de una guitarra acústica que marca la melodía principal. Los efectos electrónicos la acercan al trabajo que hizo Mirwais con Madonna en la era ‘Music’ y al que identifica a Empire of the Sun; y el estribillo, de doble estrofa, esconde sus posibilidades, pero predomina cierta sensación de trabajo inacabado. Ya hay ganas de que Rosalía se deje de ‘A palés’, ‘Juro ques’ e improvisaciones, y publique el verdadero single que presente su tercer álbum. Si el objetivo era entretenernos en el confinamiento, ¿por qué no sacar de una vez su colaboración con Pharrell ‘De madrugá’, en un cajón desde hace dos años?». Sebas E. Alonso.

«Aunque no ha sido un éxito comercial, ‘Juro que’ se ha convertido en una de mis canciones favoritas de Rosalía. Su apasionada melodía y cristalina producción conforman una canción de flamenco contemporáneo sobresaliente. A su lado, ‘Dolerme’ palidece, obviamente porque no puede estar terminada como producción. Es bonita, muestra un lado nuevo de la visión artística de Rosalía, es un regalo improvisado para sus seguidores, pero suena a que a lo sumo debería haber sido publicada en Soundcloud, el nido de producciones provisionales y de «mixtapes» por excelencia». Jordi Bardají

Childish Gambino / 3.15.20

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Childish Gambino ha publicado su nuevo disco por sorpresa, a lo ‘Beyoncé’, pero sin alcanzar el “hype” que hubo en torno a aquel lanzamiento y no solo por culpa del coronavirus. ‘3.15.20’ aparecía primero en la web del artista, después desaparecía, y al poco tiempo era publicado en las plataformas de streaming con el mencionado título, el cual hace referencia a la fecha en que veía la luz en dicha web; sin portada y sin títulos propiamente dichos: todas las pistas excepto dos (?) están indicadas con los tiempos en los que arrancan dentro del largo.

Más que resultar enigmático como un disco lleno de títulos cifrados imposibles de recordar de Aphex Twin, el extraño lanzamiento de ‘3.15.20’ desprende cierta holgazanería disfrazada de transgresión por parte del artista también presente en el contenido musical. ‘3.15.20’ es un trabajo denso, de una hora de duración, en el que Childish Gambino crea su propio mundo de R&B y funk brumoso y futurista del que es difícil escapar una vez te has adentrado en él. Sin embargo, como disco espontáneo, lanzado de esta manera, suena demasiado elaborado, y como disco elaborado se queda a medio gas. La producción es impenetrable y maquetera y son muchos los momentos en que a las canciones pareces faltarle una vuelta. Es como si Donald Glover hubiera dibujado un mundo entero para nosotros pero se le hubiera olvidado colorearlo, darle vida.

‘3.15.20’ vuelve a poner sobre la mesa una realidad: Childish Gambino es un artista aventurero. La música de este largo evoca referencias a diversos iconos pasados, desde Parliament a Prince pasando por Marvin Gaye, pero el tacto de Donald Glover es experimental ante todo. Así, al funk futurista de ‘Time’ no le hace falta nada más que una percusión robusta y una guitarra acústica para seducir, hasta el punto que la presencia en ella de Ariana Grande (sin acreditar) es lo de menos, pues ni siquiera tiene tanto protagonismo. En la romántica ‘24.19’ el enfoque de Donald en el “groove” da lugar a una composición exquisita gracias también a su uso del arpa y de un sutil órgano. La atmósfera manda en un largo que puede sonar tan amenazante (la distopica ‘Algorhythm’) como tierno (la orgánica ‘47.48’), tan seductor (‘12.38’) como bélico (‘32.22’ evoca a la M.I.A. más combativa) mientras las canciones nos hablan de la necesidad de amar pero también de no arrodillarse ante las injusticias. Sin embargo, la producción del álbum lo mantiene en un lugar distante, poco cercano incluso cuando incluye la voz del propio hijo de Donald, Legend, en uno de los temas, para hablar del amor o de la existencia.

Llama la atención, ya pasada una gran parte del disco, la presencia en el tracklist de una vieja conocida, ‘Feels Like Summer’, ahora ‘42.26’, y además para muy bien, pues se trata de una de las mejores canciones de Childish Gambino. Editada después del hitazo de ‘This is America’, que incluso llegó a España, esta maravillosa canción de funk psicodélico lograba reconciliar una letra política que aborda temas como la escasez de agua, el cambio climático o la superpoblación con un fantástico videoclip animado en el que aparecía un sinfín de estrellas del rap.

Que esta sea probablemente la mejor canción del largo da buena cuenta de lo poco que ha interesado a Glover esta vez buscar un hit aunque la simpática aproximación country de ‘35.31’ lo parezca un poco, si bien es cierto que son varios los momentos del disco que se hacen bola y pasan desapercibidos, como la sexy ‘12.38’ o la agresiva ‘32.22’. Quizá, como da a entender la presentación tan «a medias» que ha escogido Childish Gambino para entregar ‘3.15.20′ al mundo, el álbum ni siquiera esté terminado. Desde luego existe una gran diferencia entre hacer un disco compuesto por «sketches» pero que a su vez suena mimado hasta el último segundo, y esto.

Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Algorhythm’ ,’Time’, la 6 y la 8
Te gustará si te gusta: Janelle Monáe, Tyler, the Creator, el Prince más experimental, el funk clásico
Escúchalo: entero en Youtube

Chico Blanco: «Me aparté del trap porque me parece pesado, me aburre mucho»

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Gominola‘ es nuestro Disco de la Semana. Un EP en el que el granadino Pablo Cobo, Chico Blanco, se confirma como un artista total que produce, escribe y canta sus propios temas, alejado del arquetipo de trapero –ámbito en el que se inició como Vvhite Boy–. Tras el buen debut que supuso el año pasado ‘Life After House‘, ‘Gominola’ es un trabajo que muestra una mayor riqueza de recursos dentro del house-pop –siendo muy reduccionista– por el que apuesta actualmente. También suena más pop, aunque eso, dice, puede ser una cuestión circunstancial de este trabajo y asegura que quizá siga otra dirección en el futuro. Así nos lo explicaba hace unos días en conversación telefónica, en la que se mostraba más o menos tranquilo por el parón forzado por la crisis del COVID-19, confiado en que su presencia en festivales de electrónica tan destacados como Sónar o Paraíso simplemente se demorará, en el peor de los casos. [Foto: Cicutafilms.]

¿Qué tal estás pasando estos días de encierro?
Aquí, en la casa, como supongo que estarás tú y estamos todos… (Risas)

Ha pasado algo menos de un año desde que lanzaras ‘Life After House’. ¿Qué evolución dirías tú que hay de un disco al otro?
Bueno, aquel era un EP más house, propiamente dicho, y este es más variado en cuanto a sonidos, hay más rollos dentro del mismo EP. Cada tema casi es de su padre y de su madre. Aparte se nota que el rollo es un poco más urbano y más pop. He decidido sacar temas que tenía hace mucho tiempo de ese rollo, con mucha letra, menos parte instrumental. Estaban ahí y quería sacarlos porque era un poco «ahora o nunca». Porque si todo va bien, no seguiré sacando temas de este estilo mucho tiempo más, ¿sabes?

¿Ah, no? ¿Por?
No. La idea fue sacar los temas más poperillos y más urbanos y publicarlos para pasar a otras cosas. Pero también me mola, es otra faceta. Aparte creo que tiene bastante relación y tiene sentido, después de los temas del año pasado.

«Si todo va bien, no seguiré sacando temas de este estilo mucho tiempo más»

¿Entonces es más una recopilación de temas sueltos que un disco que te hayas centrado en dar un sentido?
Bueno… En verdad no… A ver, en parte es una recopilación porque están todos juntos, pero están escogidos, había más temas. Unos más electrónicos, otros de este mismo rollo urbano, pero que no han entrado porque perdían sentido dentro el tracklist, ¿sabes? No es simplemente una recopilación, tiene un poco de sentido. Yo nunca digo «hostia, voy a hacer un EP». Pero de repente ves que hay cuatro o cinco canciones que hablan un poco de lo mismo o reflejan un mismo momento, y que juntas pueden llegar a contar algo. Es algo que luego surge solo, simplemente se ordena en tu cabeza y dices «es esto».

¿Entonces te interesaría orientarte más hacia el pop o ha sido algo circunstancial?
Pues mira, estos días que estoy en casa y tengo mucho tiempo para darle vueltas al coco, creo que es algo circunstancial, ha surgido así. A mí en realidad lo que más me gusta, lo que más consumo, mi rollo es la electrónica más… electrónica.

¿Más instrumental?
Ya no instrumental, si no más hacia la pista de baile. Ya sé que a mucha gente esto le puede parecer muy para la pista de baile, pero son temas que cuando pincho a mí me cuesta meterlos. Me molaría tirar más hacia otro rollo, aunque también pienso que lo guay de lo que yo hago es que tiene ese rollo pop y urbano que no tienen muchos productores de electrónica. Creo que si hiciera una electrónica más convencional no se movería tanto.

«En el futuro me veo más dedicado a ser productor-productor»

¿Te interesa entonces reivindicarte más como productor que como letrista o escritor de melodías?
Bueno, no sé. Todo depende del momento. Yo conforme me va dando quiero tirar más hacia una cosa o la otra, pero… Es verdad que en ‘Gominola’ destacan las dos cosas, es mucho de producción pero también tiene mucha letra, mucha melodía, mucho estribillo… Está más equilibrado. Pero es verdad que en el futuro me veo más dedicado a ser productor-productor.

¿Cuál es el corte del disco del que te sientes más orgulloso, que haya sido especialmente complejo de elaborar o del que te sientas especialmente satisfecho?
Pues diría dos: ‘Paso de ti’ y ‘No quiero verte’. Creo que son los que en cuanto a producción están más currados. Quizá también tiene que ver con que son los últimos que grabé y no los tengo tan rayados, pero escucho la producción y digo «¡hostia! Qué guapo!» Y que me pase eso con algo mío es guay, ¿sabes? Porque al final la mayoría de las cosas dices «bueno, sin más, ¿no?» Como que las he escuchado mil veces y me dan un poco igual.

En ‘Gominola’ empleas el famoso «didi-ladadadá» de ‘Saturday Night’ de Whigfield. ¿Has tenido que pedir permisos o algo?
Yo creo que no hacía falta, al ser tan corto, sinceramente. Aparte al nivel que estoy yo, creo que nadie se para a mirar esas cosas. O eso espero… (Risas)

Con esos guiños al house de los 90, ¿has notado que, además de conectar con gente de tu generación, te está descubriendo gente nostálgica de esa época?
Sí, tanto de gente que he visto en bolos como gente que me escribe, he visto que es (un público) muy variado. Hay gente de mi edad y gente más mayor. Mola eso, que llegue a todo el mundo está guay.

La mezcla la has hecho con Antonio Narváez, que es conocido sobre todo por su trabajo con Dellafuente. ¿Cómo ha surgido y cómo ha sido ese proceso?
Bueno, él vive aquí en Granada, voy a su casa y grabamos y mezclamos juntos. Él está a los controles pero trabajamos mano a mano, probamos cosas… En las sesiones de estudio he estado mezclando con él.

No sé si habrás coincidido por allí con el Chino, con Dellafuente… ¿Tienes cierta cercanía con él, qué le parece tu música?
No, no he coincidido con él últimamente.

¿No tienes sintonía con él?
Es un tema que me preguntan siempre. Hice unos temas con él hace mucho tiempo y siempre me preguntan. Yo a él le respeto un montón como artista pero me da como pereza, que en todos los artículos sobre mí se le mencione siempre y…

¿Ah, sí?
A estas alturas mi carrera y la de Dellafuente no tienen ninguna relación, aparte de que grabe con Antonio. Y es como «pfff». Yo sé que es recurrente el gancho, es una persona como superconsagrada en el panorama, es como típico preguntar… Pero que desde el principio de los tiempos me lo pongan en todos los artículos… Yo le respeto mucho, y las pocas veces que hemos hablado últimamente me ha dicho que le mola (lo que hago), pero es un tema del que prefiero pasar un poco, si no te importa.

Para nada. Tú vienes de la escena del rap y del trap… Bueno, si no me equivoco…
Sí, sí.

«De pequeño me flipaban los discos de Daft Punk, el french house me encantaba, me volvía loco con eso»

¿Y cómo te introduces en la música house? ¿Cómo llegas ahí?
Pues tenía amigos que escuchaban música electrónica, y al principio no le hacía mucho caso. Pero me empezó a llamar la atención, empecé a salir a locales de electrónica, me empezó a gustar el concepto, ir a bailar, a escuchar a un DJ que pone cosas nuevas todas las noches, conecté mucho con ese rollo. Me encantó el rollo de sus fiestas, pinchar música de ese tipo. La verdad es que de pequeño me flipaban los discos de Daft Punk, el french house me encantaba, me volvía loco con eso. Pero escuchaba más bien cosas sueltas. Pero a los 16 o 17 años me empezó a dar más fuerte y, a día de hoy, lo que más me motiva siempre es ir a una fiesta de música electrónica, más que de pop comercial, de trap o de reggaeton. Es la música que me gusta para salir, para estar con amigos.

En alguna entrevista tuya te he leído hablando de un desgaste de la escena trap, hablabas incluso de una fecha de caducidad, y veías más futuro en la electrónica. ¿Ves entre la gente de tu edad que se esté moviendo realmente en ese sentido?
Es que es raro, ¿sabes? Yo ahora mismo no puedo decir que estoy en la escena de electrónica, y menos con lo que he sacado ahora. Me guste más o me guste menos, me meten en la escena urbana. Hay más gente que hace algo así, pero creo que es gente del panorama urbano que no conoce bien el rollo de la electrónica, creo yo. Pienso que son dos escenas muy separadas, porque la poca gente que ha podido salir haciendo cosas parecidas (a lo que yo hago), se desmarcan de los dos lados. Entonces… Hay una escena electrónica, pero más purista. Una escena intermedia no existe, ni sé si llegará a existir.

Pero es un poco donde estás tú, ¿no?
Sí. (Risas) Estoy en el medio, y también es guay.

Mi impresión es que has salido un poco rebotado de la escena trap, porque tu estética se aleja de eso también. ¿Tiene que ver con cosas que van un poco implícitas a las letras del género, los tópicos de machismo, homofobia…?
Bufff. No sé. Yo creo que todas las músicas venían con ese input desde hace tiempo, pero creo que hoy en día, por suerte, en todos los géneros ha quedado un poco atrás. Porque la gente cambia y la música la hacen las personas. No fue por eso (que me aparté del trap), sino porque me parece pesado. Un tío o una tía que lo único que tiene que contarme es que es el más guay, el más vacilón, el que más dinero tiene… me aburre mucho. Porque ya he escuchado a muchos que lo hacen, que lo hacen muy bien, y que venga otro a hacer lo mismo, con ese rollo de egotrip superexagerado… Me cansa, me aburre. La mayoría de los que salen ahora no cuentan nada más: o superdepresivo en plan «como muchas pastillas, tú ya no estás a mi lado» o superegotrip de «mi polla es la más grande del mundo». Tanto una como otra son prototipos de música y de personas que a mí me aburre mucho. Hay alguno, pocos, que por lo menos en las letras dan un perfil más real, que es lo que tiene que transmitir un artista urbano, y me puede interesar un poquitillo más. Lo otro está desgastado de haberlo visto tantas veces y tan bien hecho. A estas alturas, después de haber escuchado lo que ha salido bueno, tanto en América como en España, lo demás son todo copias de eso. Me aburre. Pero igual que hay cosas en la electrónica que me parecen pesadas, como que vienen de toda la vida y molaría que cambiaran.

«Lo de vivir de la música parece más lejos ahora, pero todo lo importante y lo que se tenga que hacer se hará más tarde o más temprano»

Esta crisis está siendo un palo, principalmente en el aspecto humano pero también en el económico. Tú por ejemplo has tenido que cancelar varios conciertos de presentación de esto. Y te había leído tiempo atrás algo desencantado con la idea de poder vivir de la música. ¿Se te han truncado un poco esos planes?
(Ríe) Es verdad que se me ha torcido un poco el camino, que después de esto (Nde: ‘Gominola’) lo veía ya muy claro. Iba a hacer muchos conciertos, y me quería ir de Granada a vivir fuera. Me estaban llamando para muchas cosas, pinchando, cantando, me estaba saliendo curro y me había hecho ya autónomo, ¿sabes? Que poco a poco iba levantando el vuelo. Pero doy gracias de que no me falta de nada y que estoy bien, no voy con la soga al cuello. Es verdad que lo de vivir de la música parece más lejos ahora, pero todo lo importante y lo que se tenga que hacer se hará más tarde o más temprano, ¿sabes? No me preocupo, intento estar tranquilo, que es lo único que se puede hacer en esta situación.

¿Confías en que se rehaga un poco toda la escena?
Sí, por lo menos las cosas que merecen la pena se están aplazando todas y se harán más tarde o más temprano. O sea que bueno, guay. Además, si la gente te quiere ver, te quiere ver también de aquí a tres meses. Si pasara un año, a lo mejor si se olvidaban de mí. (Risas) Espero que no sea así.

¿Y este encierro te está sirviendo para hacer cosas nuevas? ¿Estás creativo?
Sí, estoy haciendo cosas. De una forma muy libre: empezando muchas cosas y acabando pocas. (Risas) Es esa parte más visceral, de la inspiración del momento. Luego ya vendrá la fase de acabarlos, en la fase de producción «seria». Hacer un loop, empezar un proyecto, es muy fácil. Lo que tiene un poquitillo más de miga es acabar el tema, darle forma. Estoy haciendo cosas pero más por disfrutar, jugueteando un poco con mi ordenador, como lo hacía antes, sin pensar en acabar en nada. Estoy dedicándole tiempo, pero al final (lo que salga) sea mejor o sea peor, requerirá más trabajo que salgan cosas guapas.

Te quería preguntar si has escuchado la versión de ‘Caramelo House (Otro lado)‘ que han hecho Hidrogenesse.
Sí, sí.

«Hidrogenesse viven de la música haciendo lo que les da la gana, y eso es de admirar»

¿Y qué te ha parecido?
Tío, me ha encantado, me ha hecho mucha ilusión, la verdad. Me ha parecido muy bonita la versión y además Hidrogenesse es un grupo al que respeto mucho. Llevan mucho tiempo haciendo música y me molan porque hacen lo que quieren, viven de la música haciendo lo que les da la gana y eso es de admirar. Y supercontento de que lo hayan hecho, me gusta el remix, me parece superbonico. Y además le da más bombo a la canción, porque a ellos los medios les conocen mucho y suena por ahí. Guay, muy contento, me ha molado.

Quizá esto te abrirá a otros públicos. ¿Te interesa alcanzar a otros públicos que en principio parezcan muy alejados de ti, del pop independiente, que además en Granada ha tenido una escena muy fuerte? ¿Tienes contacto con ellos?
Sí, tengo colegas en la escena indie de Granada. Me muevo por sitios por los que antes salía mucha gente del indie, aunque eso ha cambiado, la escena se está transformando y muchos de esos sitios que eran indies están tirando a la electrónica u otras cosas. Que es normal que vaya cambiando. Respecto a interesarme un público u otro, me da igual. Yo hago la música que me apetece en el momento que me sale y cualquiera que la quiera escuchar será bienvenido. Mi mente siempre está en ir cambiando un poco, así que no sé si mañana me va a seguir escuchando la misma gente u otra nueva. Estoy con que haya un público que lo disfrute, de qué ámbito sea me da igual.

Primavera Sound, pospuesto a finales de agosto por la pandemia; NOS pasa a septiembre

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Primavera Sound ha anunciado su aplazamiento debido a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19. Es el festival español de mayor envergadura que toma esta decisión hasta la fecha. El festival se celebraba en junio y pasa a celebrarse del 26 al 30 de agosto. Las entradas ya adquiridas seguirán siendo válidas para las nuevas fechas. Entre los artistas confirmados originalmente en el cartel se encuentran Lana Del Rey, Massive Attack, Bikini Kill, Chromatics, The National, Bad Bunny, The Strokes, Kacey Musgraves o Tyler, the Creator, entre muchísimos otros. Por otro lado, Primavera Sound informa que su desdoble portugués, el Primavera NOS, pasa a los días 3, 4 y 5 de septiembre en el Parque da Cidade de Oporto.

En un comunicado, Primavera Sound explica que ante la situación actual y «ante las restricciones impuestas por las autoridades a la celebración de espectáculos públicos y a la libre circulación de personas», lo que ha implicado que muchos de los artistas anunciados en el cartel no vayan a poder viajar, «nos vemos forzados a posponer la próxima edición de Primavera Sound Barcelona por causas de fuerza mayor por todos conocidas». Añade que «nuestra absoluta prioridad siempre ha sido garantizar la seguridad de nuestro público, artistas y de todas las personas involucradas en el festival».

«Por este motivo, atendida la excepcionalidad de la situación en la que nos encontramos, Primavera Sound Barcelona 2020 se celebrará del 26 al 30 de agosto», indica el texto. El festival indica además que «Nos sentimos en la obligación y responsabilidad de contribuir en la medida que podamos a la supervivencia de la escena de la música en directo, cuyo papel va a ser clave en el retorno a la normalidad tras esta situación absolutamente inédita y nunca antes afrontada por el sector cultural y todos sus agentes: artistas y sus equipos, agencias, promotores, salas, festivales, montadores, equipos técnicos y de producción, personal de barras, limpieza y seguridad, y en general las miles de personas implicadas en el sector».

Así, Primavera Sound se une a la lista de festivales españoles que han anunciado su aplazamiento debido al coronavirus, y entre los que también se encuentran WARM UP, Mallorca Live Festival o SanSan Festival. En el plano internacional, otros macrofestivales han tomado decisiones parecidas: Coachella ha anunciado su postergación a otoño, mientras Glastonbury directamente ha cancelado ante la imposibilidad de empezar a montar su infraestructura en los próximos días.

J Balvin «no se complica»… y se nota en ‘Amarillo’, que podría ser número 1 en España

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Parte de la redacción evalúa el que puede ser oficialmente el próximo número 1 en España.

«Creo que si ‘Colores’ dista bastante del brillo (¡je!) de ‘Vibras’ o ‘Energía’ es, precisamente, por canciones como ‘Amarillo’. Efectivamente, es disfrutona, y cualquiera se vislumbra meneando el culo a su son en un club o un chiringuito playero (bueno, ahora mismo prácticamente en cualquier sitio que no sea casa, la verdad). Pero eso se da por seguro. La cuestión es que se trata de un single tan exageradamente simple que termina resultando plana, apostando todo a los ganchos instrumental y vocal que, francamente, no dan para sostener la canción. Melódicamente famélica, palidece ante colores como ‘Rojo’ o ‘Morado'». Raúl Guillén.

«‘Amarillo’ repite la idea principal de ‘Mi gente’, la canción más icónica de J Balvin. Si aquella se basaba de manera obsesiva en ‘Voodoo Song’ del francés Willy William, en esta se replica de manera obsesiva un fragmento del tema ‘Angela’ del colectivo de hip-hop francés Saïan Supa Crew. El resultado vuela el cerebro igual aunque sea imposible que la idea permanezca igual de fresca: esas trompetas que parecen un coro de personas haciendo el bobo con su registro nasal más cómico representan uno de los hallazgos más divertidos de ‘Colores‘».

«J Balvin pasará a la historia por haber dignificado el reggaetón con discos como ‘Safari’ o ‘Vibras’. Por alguna razón siempre habíamos asociado el reggaetón con las producciones más chungas imaginables, quizá porque ‘Gasolina’ no era la más fina del mundo precisamente, pero J Balvin demostraría que en el reggaetón, como en cualquier estilo, hay de todo. Sin embargo, en su nuevo disco su sonido suena ya muy mascado, y donde Bad Bunny se ha crecido con un trabajo sorprendente, en ‘Colores’ J Balvin parece haberse quedado sin ideas. ‘Amarillo’ es otra vuelta de tuerca a su sonido: en este caso, la canción utiliza un gracioso gancho de voces que imitan el sonido de unas trompetas, pero el «yo no me complico» del estribillo termina siendo demasiado revelador. La canción es más de lo mismo y no en el buen sentido». Jordi Bardají

Lauv / ~how i’m feeling~

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Las plataformas de streaming están produciendo estrellas masivas del pop capaces de sumar casi mil millones de reproducciones de una sola canción y a la vez afirmar que aún son lo suficientemente anónimas como para salir a la calle sin que nadie les reconozca. En estos términos llegó a hablarse sobre Billie Eilish en algún momento aunque ya nadie se acuerde, y en una entrevista con JENESAISPOP, el mismo Lauv nos ha reconocido que la fama está muy lejos de pesarle todavía.

Hijo de una investigadora lituana, Ari Steff se ha labrado una carrera exitosísima en el mundo del pop comercial americano primero como autor de canciones para otros artistas y después como artista por cuenta propia. ‘Boys’ de Charli XCX, conocido por ser el único single de la cantante británica que ella no ha escrito o co-escrito, es de él, así como ‘No Promises’ de Cheat Codes con Demi Lovato, que suma la vertiginosa cifra de 500 millones de reproducciones en Spotify. En cuanto a hits propios, ‘I Like Me Better’, incluida en la «playlist» de 2018 ‘I met you when I was 18.’ se acerca a las mill millones sin haber llegado jamás a la lista de singles española y después de haber sido un éxito tirando a moderado en el resto del mundo (en Estados Unidos su peak ha sido un top 27), y tanto ‘i’m so tired’ con Troye Sivan como ‘fuck, i’m lonely’ con Anne-Marie, ‘Mean It’ con LANY y ‘Feelings’ en solitario suman cientos de millones de streamings.

Queda claro que Lauv es una máquina de hacer hits al menos en streaming, y en su debut oficial ‘~how i’m feeling~’ demuestra el porqué. El artista, conocido por hablar abiertamente sobre sus problemas de salud mental en sus canciones (sufre depresión y trastorno obsesivo compulsivo), no es el compositor más sofisticado, pero escribe buenas melodías y las agradables producciones de soft-pop que envuelven sus composiciones parecen hechas para encajar en toda playlist de Spotify posible. Así, la mayor virtud de ‘~how i’m feeling~’ no es que nos descubra a un compositor con una personalidad arrolladora y el potencial de convertirse en la voz de una generación, sino que consigue no hacerse demasiado pesado pese a contar con hasta 21 pistas y superar la hora de duración.

El truco de Lauv es distribuir inteligentemente sus hits a lo largo del álbum: ‘Drugs & The Internet’ abre la secuencia porque, según nos ha contado, representa el inicio de esta nueva etapa de su vida en que por fin afronta cara a cara sus problemas, y el himno ‘Modern Loneliness’, la canción de la que más orgulloso está, la cierra porque su mensaje sobre la adicción a las redes sociales y lo solos que nos hacen sentir es especialmente importante para él. Entre medias el disco alterna temas menores como ‘Billy’ o ‘Sims’ con hits afianzados en listas como el mencionado ‘fuck, i’m lonely’ o ‘Mean It’, una estupenda colaboración con LANY que coquetea con el synth-pop sin renunciar a la marca agradable-pero-anónima de todo el disco. El mayor éxito del álbum, ‘i’m so tired’, una colaboración de pop absolutamente irresistible con Troye Sivan, es nada menos que la pista 14.

En toda esta hora de música la firma de Lauv llega a diluirse necesariamente en sus temas menos esenciales. Su oído para el pop sigue presente en singles apañados como ‘Tattoos Together’, pero por mucho que el artista se declare fan de Chris Martin, baladas tipo ‘Julia’ (dedicada a su ex, la compositora Julia Michaels) o temas tan redundantes como ‘Sad Forever’ (y no solo por temática) pasan desapercibidos. Eso sí, Lauv no se quita de experimentar con diversos sonidos a lo largo del álbum, y este deja varias curiosidades que vale la pena mencionar, por ejemplo, la de escuchar a los surcoreanos BTS en un tema de inspiración Motown como ‘WHO’, o la de toparnos con la mismísima Phoebe Bridgers en los créditos de la folki ‘Canada’ junto a Alessia Cara. No es muy acertada su aproximación latina en ‘El Tejano’ con Sofia Reyes pese a su mención a Nirvana, pero con estos y otros igualmente dignos como el guitarrero ‘Believed’ o el lo-fi pop con falsete de ‘Tell Your Mama’ ya son muchos los momentos de ‘~how i’m feeling~’ que logran captar nuestra atención, algo no tan fácil en estos tiempos de sobrecarga musical imposible de digerir.

Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘i’m so tired’, ‘Modern Loneliness’, ‘Mean It’, ‘fuck, i’m lonely’
Te gustará si te gusta: The 1975, Billie Eilish, Troye Sivan, Finneas
Youtube: Vídeo de ‘Modern Loneliness’

La Zowi: «Si en el underground hay una escala de 0 a 10, quiero estar en el 10»

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Llevaba varios años persiguiendo una entrevista con Zoe Jeanneau, La Zowi, y se había conseguido ya en una cuestión personal. En un momento de la entrevista, me reconoce que había mantenido cierta distancia con la prensa, pero que ha logrado vencer al entender que forma parte de su trabajo. Es una muestra más de cómo ha sabido adaptarse poco a poco al medio de la industria musical, del mismo modo que ha logrado convencer a muchos de sus capacidades tras haber sido objeto de cruentas críticas en sus inicios. Ahora persisten, pero cada vez se respeta más su discurso y su visión creativa, que ha cultivado en discos como ‘Ama de casa‘ y ‘Élite‘. En ambos se muestra como una artista fuerte y ambiciosa, que apuesta por producciones poco predecibles, oscuras y más arriesgadas que la media. Sobre todo esto charlamos por teléfono con ella en los primeros días de confinamiento por la crisis del coronavirus, que está pasando en su casa familiar de Granada. Zoe no es para nada una entrevistada difícil, habla mucho y a gran velocidad, pero con un discurso bastante claro y muy segura de lo que dice. Ni siquiera se muestra muy afectada por la reclusión forzada por el coronavirus y, de hecho, ya ha confirmado fechas más allá (o eso esperamos) del confinamiento: el 24 de abril estará en la Sala Fever de Bilbao, el 15 de mayo en el Goxo Club de Pamplona, el 13 de junio en La de Valencia y el 27 de junio en La [2] de Apolo de Barcelona.

¿Cómo estás llevando todo esto del encierro y la crisis que acaba de estallar?
Tengo que admitir que voy tomando conciencia poco a poco, creo que como mucha gente de mi generación. Yo lo noto mucho en comparación con mi madre, que es una mujer de 60 años, que pertenece al mundo de la literatura, que a mi edad formaba parte de grupos revolucionarios, dirigía manifestaciones… esas cosas. Ella está siempre muy al tanto de todo, y a día de hoy sufre mucho con todo lo que pasa en el mundo. Yo, por el contrario y como mucha gente de mi generación, decido no mirar, no informarme, no ser consciente, en cierto modo por no sufrir o porque no nos creemos nada, en parte por no tener una esperanza de que podamos hacer algo. Y bueno, me vine el jueves como corriendo ante la posibilidad de que cerraran Madrid, sobre todo por mi hijo pequeño prefería estar aquí, cogí una maleta «rapidita» y me vine. Pero no me imaginaba que sería tan grave, y cada día me levanto siendo consciente de que no voy a poder salir. Es raro, porque al no estar en mi casa no puedo aprovechar para hacer cosas que necesitaría, pero por otra parte estoy en un espacio agradable, apartado del centro, tengo mucho monte delante y puedo salir.

Esta crisis está evidenciando la precariedad en la que se sostenían muchos sectores de la sociedad, también en la música, que es lo que a nosotros nos ocupa. Para muchos artistas no poder actuar en directo está suponiendo una debacle. No sé si es tu caso…
Efectivamente. A todos nos va a servir para concienciarnos de muchas cosas, darnos cuenta de quiénes somos… Porque yo que he pasado de ser pobre de pequeña a tener dinero, hasta me he creído rica en un momento dado. (Risas) Y estoy volviendo a bajar de la nube y decirme a mí misma «no eres rica, sigues siendo la misma mierda de siempre».

Hace unas horas has escrito un tuit que dice algo así como «este es el momento en que te das cuenta de que no te has hecho rico, simplemente te has flipado»…
¡Exactamente! (Risas) Así que me lo estoy tomando positivamente, porque creo que es algo que me hacía falta. Por otra parte también pienso que los artistas de mi género y mi nivel, no vivimos tanto de los conciertos. En parte sí, pero hay muchas otras cosas. Los artistas potentes, grandes, viven de las marcas, de la publicidad. Porque cuando más puedes cobrar por un concierto es porque es grande, pero necesitas más inversión para hacer el show. Si sumas a eso que tampoco puedes saquear a la gente con el precio de las entradas… Los shows quitan mucho tiempo, mucha energía. Para mí no es tan alarmante eso, me lo estoy tomando como un descanso entre gira y gira. Personalmente me viene hasta bien, tenía bastante trabajo que hacer y no paraba de un lado para otro. Intento ser positiva. Lo que sí me está jodiendo es la parálisis general.

«Los artistas potentes viven de las marcas, de la publicidad, no de los conciertos»

Hablando un poco de ‘Élite’… En él has reunido a productores internacionales de cierto prestigio, se intuye que está elaborado a todos los niveles, tanto visual como musicalmente… ¿Cuánto tiempo te ha llevado desarrollarlo? ¿Lo empezaste a desarrollar a partir de ‘Ama de casa’ o lo planeabas ya antes?
Lo he grabado en unos seis u ocho meses, pero obviamente no he estado ocho meses dando vueltas al disco. He ido grabando poco a poco pero la verdad es que ha sido bastante improvisado. Por ejemplo, los primeros temas que grabé fueron ‘Phonecall’ y ‘Fulana’, y fue porque Zora Jones y Sinjin Hawke pasaron por Madrid. Como ellos están lejos, cuando vienen tratamos de vernos y grabar todo lo que podamos. Luego estuve en México grabando con (Paul) Marmota, y seguimos cuando él vino a pasar un mes a Madrid, y salieron ‘Armani Fucsia’ y ‘Drug Dealer’. Por ejemplo ‘Filet Mignon’ fue el último que grabé. Ya tenía cerrada la mixtape, hice un freestyle estando en el estudio de risas, y al levantarme por la mañana dije «¡joer, qué temazo!» (Risas) Y lo metí también, e incluso lo saqué de adelanto.

Siendo una artista independiente y teniendo tantas cosas de qué ocuparme, me es muy difícil organizarme como hacen artistas más mainstream o en grandes sellos. De hecho es algo que quiero trabajar, porque pienso que igual que los grandes sellos se fijan en muchas cosas que tenemos nosotros, nos vendría bien fijarnos en cosas que hacen: prever un poco, hacer más cosas de promo… Ahora lo tengo y digo «sale en un mes, hala, chao». Creo que podría trabajar las cosas de otra manera, y de hecho creo que hay avances con respecto a ‘Ama de casa’ en ciertos aspectos. Pero al fin y al cabo soy una artista underground y se ha hecho en las condiciones que se hace la música underground, esta es mi manera de trabajar.

Una de las colaboraciones más llamativas es la de Jam City, que es bastante reputado en el ámbito del R&B alternativo. ¿Cuál de todas ha sido la colaboración más complicada del disco? ¿O ha sido, como decías, más natural de lo que parece?
Todo ha sido ultranatural. A veces me interesa algún productor y le escribo, pero sinceramente pasa poco. No por nada, sino porque entiendo la música de una manera muy intuitiva. No tengo una biblioteca mental, no recuerdo tal álbum de tal artista que salió tal año. Soy incapaz. Si me preguntas cuáles son mis referencias, te puedo hablar de sensaciones más que de nombres de artistas. Y todo ha sido muy así. Por ejemplo lo de Jam City: Zora y Sinjin me estaban enseñando beats y cuadró este que habían hecho en colaboración con él, y ya está. Ni él hizo el beat pensando en mí ni yo escribí pensando en él. Así que es como el productor más «forzado», por así decirlo, del disco. Fue pura casualidad.

«Si me preguntas cuáles son mis referencias, te puedo hablar de sensaciones más que de nombres de artistas»

Con Zora Jones sí llevas trabajando más tiempo y me parece significativo que apuestes por una mujer en la producción, que no es para nada habitual en tu escena. ¿Qué te mueve a trabajar con Zora?
Pues que cree muchísimo, muchísimo en mí y me valora mucho como artista. Mola tener gente de la otra punta del mundo que se fija en ti y, por así decirlo, se obsesiona contigo. Fue de las primeras personas en decirme que tenía una voz guay, cuando… Aparte funcionamos muy bien juntas, nos metemos dos horas en un estudio y sacamos tres temas. Aparte tienen una mano los dos (Nde: incluye a Sinjin Hawke) que es increíble. Yo he grabado en muchos estudios con muchos productores diferentes y ellos yo no sé qué hacen, sea el estudio que sea, que te suena mainstream (Nde: en cuanto a calidad de sonido, obviamente) de repente. Tenemos muy buena conexión.

Uno de tus primeros temas, que hiciste precisamente con Zora, fue ‘Obra de arte’. En aquella época lanzaste varios temas muy guays, como ‘Llámame’, ‘Bitch te quemas’, también con un beat de Zora, ‘Bitch Mode’… y se quedaron un poco ahí. ¿Nunca fue una idea reunirlos en una mixtape?
En algún momento me planteé hacer una mixtape sólo con Zora, y de hecho fue un poco la idea inicial de ‘Élite’, hacerlo con ella y gente que la rodea. Pero eso es mucho más complicado, requiere un nivel de trabajo más serio, porque te arriesgas a que todo suene parecido. Y es algo que difícilmente podríamos hacer de la manera que trabajo con ella, que es viéndola una o dos veces al año, o haciéndolo a distancia. Si nos dejaran dos semanas en un sitio sí que podríamos hacer algo guapo, de varios temas.

Pero de todos esos singles que comentaba o de los que has ido publicando después, entre mixtapes, ¿sientes que alguno haya quedado algo infravalorado o no le has sacado suficiente partido?
A mí sacar singles me mola mucho también. Me parece que los puedes trabajar más, estirarlos más, sacar su vídeo… De hecho, me pasa más que saco una mixtape y sentir que hay temas que no se valoren lo suficiente. Hay temas como ‘Trafikantes’ o ‘Llámame‘ que a mí me parecen muy guays y con un visual muy guay y que no han llegado al millón de views. Pero para mí está bien, habrá gente a la que sí le llegue. Lo que dices me pasa más en una mixtape completa, sí digo «jo, hay temas que se habrían podido exprimir más».

«Tengo claro que voy a ser siempre una artista underground, pero sí quiero evolucionar»

Antes me has dicho que trabajas muy a impulsos, pero mi impresión era que tu carrera estaba muy medida, como cuidando mucho cada paso que dabas hasta llegar a ‘Élite’, que es un trabajo muy cohesionado.
Pues no, es que así ha sido la evolución de mí misma. Con el tiempo me he ido tomando las cosas más en serio, me he hecho adulta. Ha sido una evolución muy natural. Me gusta ser underground, y tengo claro que voy a ser siempre una artista underground, pero sí quiero evolucionar y si en el underground hay una escala de 0 a 10, quiero estar en el 10, llegar ahí. Mi objetivo no es el mainstream, ni mucho menos, pero sí evolucionar.

En una entrevista que diste hace poco a El País, decías que ya te considerabas cantante…
Bueno, es que ya no me queda otra… (Risas)

¿En qué punto de tu carrera consideras que has llegado ese estatus o que tienes una voz propia?
Bueno, igual hace ya un par de años. Yo creo que después de ‘Obra de arte’. En esa aún no me identificaba como tal, pero después sí. Vi el caché que se mueve, vi el dinero que podía generar, que me hizo ver que esto era un trabajo como otro cualquiera, que me lo tenía que currar. Yo vengo de una familia de artistas y sé lo jodido que es esta profesión, fue un paso tomar conciencia de eso y aceptarlo. Porque yo de pequeña estaba muy obsesionada con que no iba a ser artista, justamente por diferenciarme de mi familia, y yo lo he arrastrado bastante tiempo. Me decía «esto es un hobby». Pero a la vez soy muy de ser la primera en todo, de ganar todo, y como tengo claro que no quiero perder mi libertad por llegar al mainstream, me ha costado encontrar un espacio en el que sienta que voy a por todas pero siendo humilde. Pero bueno, poco a poco me he hecho mi sitio en esto, y cada vez me preocupo más: he ido creciendo, ya no hay tontería, he visto muchas cosas que han pasado y soy totalmente consciente de que es mi profesión.

Antes mencionabas un poco por encima que vislumbras cierto desgaste en la escena trap, y que podría tener cierta caducidad. ¿Has reflexionado hacia dónde podría evolucionar o moverse en el futuro?
No, pero tampoco me preocupa. El rap que se escuchaba hace 10 años o el reggaeton siguen ahí, el underground en general siempre existirá. Por ejemplo el trap más underground se ha mezclado con guitarras eléctricas, con un rollo más rockero. A partir de ahí, puede ir a muchos sitios, va a ser más futurista, con muchas máquinas, sonidos artificiales… Ya sabemos por dónde va a ir la cosa. Lo que es seguro es que no va a ir hacia una música tradicional, no va a ser con una guitarra y un violín. Vete tú a saber qué va a escuchar mi hijo dentro de 20 años, pero el underground va a seguir ahí y es lo que más cambiante va a ser. El flamenco, por ejemplo, puede evolucionar, pero no a ese ritmo.

Cuando hablabas de el trap mezclado con rock entiendo que te refieres a cosas como lo de Goa y Pochi, con los que hiciste un tema en ‘Ama de casa’. Pienso que es muy interesante esa transversalidad con otros géneros, con el rock o el pop. ¿Te interesa especialmente seguir esos caminos?
Sí, a mí me gusta, porque me encanta experimentar con mi voz, con mis capacidades, mi arte. Meterme en el estudio con Goa y hacer algo así me mola. Pero lo que me gusta es el trap. Me pasa como con el reggaeton: me encanta grabar reggaeton, las rimas son más ligeras, lo que dices es más genérico… Me lo paso mejor. Pero lo que me gusta realmente es el trap. Lo que me representa a nivel musical es Cardi B o un perfil similar. Lo que hago fuera de eso me gusta, me llena mucho a nivel personal, pero me saca un poco de mi perfil, de mi carrera, de mi objetivo.

«Me veo perfectamente capaz de dar un giro al pop, pero creo que cada cosa tiene su momento»

También te preguntaba eso porque por ejemplo Mala Rodríguez, uno de los iconos femeninos del rap español, ha girado un poco hacia el pop en los últimos tiempos. ¿Tú te abrirías a esas posibilidades o no te ves saliendo del trap?
Sí, sí, sí, me veo perfectamente capaz de hacerlo, pero creo que cada cosa tiene su momento. Yo ahora mismo creo que me puedo permitir hacer lo que yo quiera, y hay temas que hago que me encantan. Por ejemplo ‘Filet mignon’, creo que es algo para la historia, siento que he ganado (ríe) a nivel trap nacional. Pero sé que eso no me va a llevar a ganar miles de euros. Ahora mismo me renta más y me puedo permitir hacer lo que yo quiera de verdad, aunque no me ayude a levantar mi economía. Porque se va creando La Zowi. Es importante definirte bien como artista antes de empezar a dar muchas vueltas. Para arriesgar un poco es importante tener tu figura definida. Pero a la vez tampoco es bueno quedarse encajado, no centrarse en un solo género. Mola esa diversidad que yo tengo: si hago un dancehall, no creo que le extrañe a nadie; si hago un rap, no creo que le extrañe a nadie; incluso si hago pop con Zora Jones, tampoco creo que le extrañe a nadie. Me gusta tener esa libertad.

Antes comentabas que te has criado en una familia de artistas. ¿Cómo valoran ellos que te hayas convertido en lo que decías que nunca ibas a ser?
Bueno, como ellos me conoce, sabían que es lo que iba a pasar. (Risas) No les extraña mucho. Se ríen conmigo porque saben que no era mi objetivo en la vida, pero ellos sí que lo tenían más claro, justamente, y creen mucho en mí como artista. Nunca me han planteado desviarme de eso.

«Pienso que yo estaba mejor cuando no hacía entrevistas»

Yo he perseguido esta entrevista desde hace años y hasta ahora no lo había conseguido. Entiendo que es porque tú en particular y el sello La Vendición habéis tenido una relación digamos particular, con la prensa. ¿Te sientes ahora más segura hablando con la prensa? ¿Estás satisfecha con las entrevistas que das?
Sí, estoy satisfecha porque me gusta hablar, me gusta intercambiar, comunicarme, filosofar, hablar de mí… No lo paso mal haciendo entrevistas y por lo general no he tenido experiencias malas. Aún así, pienso que yo estaba mejor cuando no hacía entrevistas. (Risas) No yo: La Zowi. Me mola más ser un personaje que no hace entrevistas. Me parece que en el momento en que empiezas a explicar cómo haces las cosas pierde toda la magia. Como cuando he tenido que explicar conceptos alrededor de mis canciones: si lo explico ya no tiene gracia. Y si lo tengo que explicar diez veces, yo misma acabo hecha un lío. El arte está para eso, para no explicarlo, para que cada uno haga lo que quiera. Nadie le pregunta a un pintor abstracto que por qué pinta eso. Y a mí me pasa eso. Lo que yo hago es tan puro, tan verdadero, tan real… y a la vez es arte. Si me pongo a explicarlo confundo lo real con la parte artística. Aparte me gusta mucho la idea de un personaje al que no se le conoce, que puedes fantasear cómo es… Y cuando haces una entrevista se rompe eso.

Es cierto que al principio dejabas un poco esa idea. Pero curiosamente, desde que empezaste con el vídeo de ‘Baby Come And Get It’, donde los comentarios eran despiadados, la sensación es que cuanto más te has expuesto mejor te ha considerado el público. No sé si ha influido que hayas podido explicar lo que haces.
Bueno, sí, habrá venido bien para algunas personas. Y mal para otras. Hay gente que no necesita que explique nada, que tenemos una buena conexión, que me entienden bien y que prefieran fantasear, escuchar mi música y crearse un ídolo, y es suficiente. Habrá otras que no me entendían, han visto alguna entrevista y lo han entendido… Pero esas no me camelan. (Risas) Lo que me mola es que escuches un tema y lo pilles, ya está. No que necesiten que pase por los medios. Yo obviamente no soy retrasada mental. Me he encontrado gente que no tiene nada que ver con este mundo y me ha dicho: «eres superlista, no me imaginaba». ¡Hombre! (Risas) ¿Por qué no te lo imaginabas? ¿Porque diga «zorra» y «puta» soy mongola? Al contrario, sé lo que estoy diciendo y lo que estoy haciendo. No me alivia que alguien lo pille a través de una entrevista. También hay gente que no le mola el rollo de mis conciertos pero sí está interesada en mis canciones y una entrevista le puede hacer reflexionar. No digo que sean inútiles, las entrevistas. Pero lo peor es la gente que necesita ver una entrevista para ver quién eres. Tío, eso está en mis canciones.

«Obviamente no soy retrasada mental. Me he encontrado gente que me ha dicho: «eres superlista, no me imaginaba». ¡Hombre!»

Te oí decir hace un tiempo que meditabas muchos los tuits que escribías, un poco por esto que estábamos hablando. No sé si ha cambiado tu postura al respecto o si sigues pensándotelo tanto…
Sí, sí… A ver, cada vez menos, porque una vez estás en Twitter y ves la poca vergüenza que tiene la gente… (Risas) Pero es más una cuestión personal, es más por mí. No me gusta exponerme así. Sé que tengo un buen cerebro, sé que tengo cosas guays, sé que hay cosas que mola compartir. Pero lo que no me mola es si estoy de mala hostia escribir una mierda. Me gusta poner cosas útiles, cosas generales… Que hay colegas que escriben cosas que solo entienden ellos. Yo quiero preservar mi intimidad y mis locuras que solo entiendo yo me las guardo para mí. Pero bueno, que también lo hago. Una vez estás en las redes sociales es difícil contenerse. Es como ahora: es difícil no subir diez stories al día en vez de una.

Bad Bunny hace «cross-dressing» en el vídeo viral de ‘Yo perreo sola’

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Bad Bunny está sacando casi diariamente videoclips de todas las canciones de su último disco, ‘YHLQMDLG‘, y el último de ellos corresponde al de uno de sus mayores éxitos, ‘Yo perreo sola’. Y Benito no se ha andado con tonterías a la hora de buscar un vídeo viral.

La canción manda un mensaje de empoderamiento femenino desde el punto de vista de una mujer que busca autonomía total en la discoteca, y Bad Bunny ha decidido interpretar a este personaje también en su videoclip, disfrazándose de mujer para defender el lema «ni una menos» también presente en el clip. O de varias mujeres, porque le vemos embutido en un traje de látex rojo, ligero en un «outfit» floral veraniego o «perreando» en la discoteca consigo mismo. El vídeo es una sucesión de escenas delirantes que tampoco dan tregua cuando aparece Bad Bunny encadenado en un ring inundado.

El vídeo se ha hecho viral pocas horas después de su estreno, pero también ha dado lugar a una pequeña polémica en las redes, pues la cantante femenina que aparece en la canción, la portorriqueña Nesi, no aparece en el vídeo y de hecho tampoco está acreditada en Spotify. Entre los críticos con el vídeo se encuentra el cantante chileno Alex Anwandter, que en sus stories ha escrito: «¿Algo más hetero que hacer drag en plan «qué gracioso y ridículo es esto»? Me gusta Bad Bunny pero ahórrense la coronación de icono queer a un hetero más que se disfrazó por un día».

Reyko quieren que te «rindas» pero sin arrastrarse

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Reyko, dúo español residente en Londres, seguramente no repitan el impacto de ‘Spinning Over You’, una canción con 15 millones de escuchas en Spotify a nivel global que logró el número 1 de Los 40 Principales pese a estar editada por Mushroom Pillow. Y encima ha salido en ‘Élite’. El dúo puede pasar a la historia del pop como una rareza del tipo «one hit wonder», pero no será porque su disco de debut no contenga canciones interesantes.

La frágil voz de Soleil y la delicadeza de sus melodías junto a Igor siempre me hicieron recordar el buen gusto de Black Box Recorder, aquel proyecto synth-pop del siempre impredecible y nunca suficientemente valorado Luke Haines. Pero la producción del proyecto está más bien en la línea de la electrónica internacional del último lustro. Si ‘Spinning Over You’ apuntaba hacia Diplo, el que ha sido uno de sus pequeños éxitos, ‘Surrender’, lo hace hacia Flume.

‘Surrender’ fue una de las primeras canciones en verse publicadas este 2020, pues se lanzaba al mercado exactamente el día 3 de enero, aprovechando la coyuntura para posicionarse en algunos de los «New Music Friday» internacionales que organiza Spotify cada viernes. Pero independientemente de eso, lo que llama la atención es lo contenida que está como producción. Su letra puede remitir a David Bowie en su primera línea («I could be queen»), para luego convertirse más bien en una propuesta de amor, en una llamada a la «rendición» («ondea tu bandera para mí»).

A lo que no se quieren rendir ya Reyko es a los dictados de la radiofórmula: la producción, con su gancho instrumental, evita subir demasiado alto o resultar estridente, conformando un precioso ejercicio de contención. Casi es como si quisieran decir: «»Entrégate» a mí, pero no pienso arrastrarme para conseguirlo».

Rammstein desmiente que su cantante Till Lindemann haya sido hospitalizado por coronavirus

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Till Lindemann, cantante de Rammstein, se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un un hospital de Berlín. El artista, de 57 años de edad, lleva ingresado desde hace varios días y se encuentra mejor según informaciones del diario alemán Bild. Las primeras informaciones relacionaban el ingreso de Lindemann con un caso de coronavirus, pero Rammstein ha desmentido en sus redes que esto sea así: «Ayer por la tarde, Till Lindemann era admitido en un hospital por consejo del doctor de la banda. Pasó la noche en la unidad de cuidados intensivos y se encuentra mejor. Till ha dado negativo por coronavirus».

El mismo diario informaba que Lindemann había ingresado en el hospital alemán tras volver de gira de Rusia el pasado 15 de marzo, afectado por una fiebre alta. Al poco tiempo era diagnosticado de neumonía y sometido al test del coronavirus.

Rammstein publicaban su último álbum de estudio el pasado verano, logrando con él ser número 1 en varios países además de Alemania, además de top 2 en España y top 3 en Estados Unidos.

20 años de ‘Oops!…I Did It Again’ de Britney Spears: una canción que ningún «nerd» del pop se debería perder

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Justo cuando Britney Spears copa titulares por llamar a la «redistribución de la riqueza» y a la «huelga» y por haber superado el récord de velocidad del mismísimo Usain Bolt en una tarde se cumplen 20 años de ‘Oops!…I Did It Again’, una de los mayores éxitos de la cantante.

Quizá no tan versionable como susceptible de ser convertida en meme por su componente humorístico, la canción ha sobrevivido dos décadas de varias maneras: su título es una frase-gancho que utilizamos en nuestra vida diaria, el traje rojo de su videoclip es un disfraz consolidado de Halloween, los 20 segundos de su estribillo nos han animado a lavarnos las manos durante el coronavirus gracias precisamente a un meme viral, y lo más obvio a la par que importante, es una canción pop perfecta.

En su segundo disco, con el que pretendía mostrar un lado más maduro de sí misma, Britney volvió a trabajar con Max Martin y llevó el éxito de ‘…Baby One More Time’ a su conclusión lógica: un disco entero compuesto por canciones en su estilo. Y además tuvo el buen humor de llamarlos, al disco y a su single principal, con una frase a prueba de críticas: «ups, lo he hecho otra vez». Ya nadie podría reírse de ella por ello, pues ella era la primera enterada, y además ya nadie iba a poder titular una canción de esta forma. Es como si alguien saca hoy una canción original llamada ‘Thriller’, ‘Girls Just Wanna Have Fun’, ‘Wonderwall’ o ‘Umbrella’: una mala idea. En concreto, ‘Oops!…I Did It Again’ tomaba la base de ‘…Baby One More Time’, además de los tres puntos suspensivos de su título; la llevaba a un terreno más robótico y contundente (esos ataques de beat y de líneas vocales de la intro; la producción marcadamente sintética) y se crecía en un estribillo épico, como cantado por un coro de 100 personas, y curiosamente parecido al de ‘Woman in Love’ de Barba Streisand, que hoy es indisociable de la cultura pop.

Por supuesto, nadie que se tome el pop en serio puede considerar ‘Oops!… I Did It Again’ un calco exacto de ‘…Baby One More Time’. Las dos son lo suficientemente parecidas como para fusionarse en un mash-up perfecto, pero también lo suficientemente distintas como para ser reconocidas como dos clásicos por cuenta propia (en Spotify tienen casi la misma cantidad de streamings, en torno a los 270 millones). En el caso de ‘Oops!… I Did It Again’, la canción mostraba a una Britney más confiada, desprendida ya del amor idealista al que cantaba un año atrás («he jugado con tu corazón», «no soy tan inocente») pero su producción, robótica como mandaba el inicio de milenio, empezaba ya a trastear con el potencial infinito de esa voz tan compleja por sus diversos registros, hoy considerada casi un ente en sí mismo, que resultaría ser oro puro para los productores más experimentales y aventureros. El final absolutamente apoteósico de la canción, con esa superposición melódica inspirada en la música clásica (no lo digo yo, lo dicen dos expertos), y su puente inspirado en ‘Titanic’ metido completamente con calzador pero a la vez icónico terminaron forjando un clásico que ningún «nerd» del pop debería perderse. Britney lo «hizo otra vez» y además lo hizo mejor. No dejéis tampoco de recordar su presentación en los MTV VMA de aquel año, mítica.

Basia Bulat: «Incluso aunque no sepas lo que dicen Silvio, Cecilia y Víctor Jara, transmiten algo muy profundo»

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Basia Bulat publica hoy nuevo álbum, un ‘Already Forgiven’ que ha tardado 4 años en llegarnos debido a un pequeño bache personal en que ha tenido que lidiar con la muerte de su padre y también se ha casado. El signo de interrogación es clave en esta nueva obra de la autora de discos tan bonitos como ‘Heart of My Own‘ o ‘Tall Tall Shadow‘. Charlo con ella sobre cómo ha grabado en el desierto y sobre el mundo en general durante una visita promocional semanas antes del confinamiento, y pocas veces encuentro a alguien tan risueño, dispuesto y sonriente. Si el mundo sigue en pie para entonces, Basia Bulat presentará este nuevo trabajo el 17 de octubre en Barcelona y el día 18 en Madrid.

Has estado 4 años sin sacar disco, pero parece que algunas de estas canciones son bastante antiguas, ¿no?
Empecé a hacer el disco como en 2017 o 2018, pero después me tomé mi tiempo porque mi padre murió, y tuve que reevaluar todo, estar segura de que iba por el camino correcto en todos los sentidos… La música es como una terapia para la gente y para mí lo ha sido en el pasado, pero en este caso quería que fuera algo muy presente. Era una urgencia mirarme bien en el espejo y preguntarme qué estaba pasando.

¿Cuál es ese camino correcto?
No lo sé. Por eso hay tantas preguntas en el disco, títulos como ‘Are You In Love?’. La interrogación no es un recurso estilístico, es que cada canción tiene una pregunta sin respuesta. ‘Fables’, un tema hacia el final, va precisamente de que no hay respuesta, de que tienes que aceptar lo que te viene con amor y sin miedo. Pero es algo que lleva un tiempo entender. Y quizá un poquito de terapia (risas). Escribí canciones antes de ese parón que parecían como galletas de la suerte, de las que adivinan el futuro; y al final, terminé después de ese parón.

Las canciones hablan de amor, de tu matrimonio, o de la pérdida, pero nunca resultan tan explícitas. No eres el tipo de cantautor/a que hace un disco tan explícito, no sé si es una cuestión de pudor o timidez.
Porque no tengo las respuestas para las preguntas. Las canciones no van tanto al detalle, y considero que el amor y el dolor son parte del mismo proceso de crecimiento. Incluso cuando te enamoras es una pérdida, tienes que dejar cosas tuyas en el pasado, cosas que llevas contigo… Si las letras no son tan específicas no es por timidez, sino porque no contendrían los elementos naturales que buscaba. Quería algo más como un puzzle. No hay que ser tan específico, no siempre vas a tener que saber todo.

Salvo un par de momentos, como la última canción que tiene sus virguerías, la producción es bastante austera. ¿Cómo es de importante en tu música la producción?
Es el resultado del entorno en que lo grabamos. Esa última canción (‘Love Is At the End of the World’) la cantaba al principio como un tema de folk, como una canción de country. Me gustaba mucho, pero cuando la grabamos la dejamos ir y adquirió su propio sentido y siguió su propio curso, en función de lo que estaba siendo el disco. En el estudio te puedes volver loco, y te aseguro que la gente se vuelve muy loca en el desierto (risas) Me costó mucho terminar algunas letras. ‘Already Forgiven’ no la pude terminar hasta que no tuvimos la grabación del viento. Pero nunca pensamos en cosas como «esto es hi-fi o lo-fi». Simplemente queríamos que en cuanto a producción se reflejara la sensación de aislamiento. El desierto es un sitio tan tranquilo que puedes oír todo, incluso dentro de ti mismo. Puedes ir más y más profundo dentro de ti mismo.

¿No da un poco de miedo?
¡Te aseguro que sí! (risas) Estuve en Joshua Tree un mes y luego volví a grabar voces por la energía espiritual, pero también es un sitio muy raro, tiene un lado raro. Hay una base militar cerca y se oye al ejército entrenar. A mí me daba miedo. Es la otra cara de un sitio así. Eres consciente de que hay muchas realidades paralelas.

«Hay preguntas sin respuesta, y es algo que lleva un tiempo entender. Y quizá un poquito de terapia»

‘Homesick’ es una de mis canciones favoritas. Sí que empieza en plan lo-fi pero luego emerge un piano muy mono.
¡Me encanta que me digas eso! ¡Me encanta ese piano! Es de las primeras que escribí. La demo era como una bossa nova (risas). Fue mágico cuando la grabamos. Estás tan lejos de todo con lo que yo me crié: un sitio como Toronto, Montreal que es húmedo y siempre nieva… Y de repente estás aislada en el desierto y supongo que quieres sonar de otra manera. No tengo una gran explicación, pero el sitio de grabación tuvo que ver.

¿Escucharemos la versión bossa en directo?
Quizá. Me gusta que las canciones tengan diferentes vidas, dependiendo del momento en que estés. Cuando escribí esa canción estaba en otro sitio, y luego en otro. De todas formas, creo que como bossa no la estábamos tocando demasiado bien (risas). Tendría que ir a otro sitio para trabajarla más…

¿Qué es ese sonido recurrente que se oye en ‘Pale Blue’?
Toco varios instrumentos en realidad: hay un órgano, un arpa, un pequeño piano tratado… Hay muchos instrumentos que se convirtieron en otra cosa, no sabemos por qué… Metimos «overdubs», diferentes cuerdas… quería que retratara la hora de la mañana de cuando la escribí.

«Algunas de mis canciones favoritas son las que se pueden bailar, de la Motown a Robyn, pero a la vez con letras muy tristes»

Y luego está ‘Your Girl’, que es tu canción de pop.
¡Gracias!

¿Crees que te retrata bien? ¿O prefieres ‘Already Forgiven’ como single de presentación?
Sí me encanta, es muy divertida. ¡Por eso es el primer single!

Igual era cosa del sello, no sé.
La canción titular es más emblemática en cuanto a las preguntas que contiene. Pero ‘Your Girl’ también va de preguntas: «¿qué le has hecho?», «¿cuál es tu problema?». De ahí viene esa canción. Me encanta esa canción porque algunas de mis canciones favoritas son las que se pueden bailar, de la Motown a Robyn, pero a la vez con letras muy tristes.

¿De verdad ‘Hall of Mirrors’ va de Instagram?
(risas) Es más sobre mi experiencia cada vez que abro el móvil, no solo Instagram. Es sobre cómo en la red no diferenciamos lo que es real y lo que es manufacturado. No creo que haya que prescindir de las redes, yo tengo Instagram, pero hay que pensar en cómo la tecnología influye en el modo en que interactuamos los unos con los otros. Decides qué cuentas seguir en Twitter, pero a veces es duro ser capaz de encontrar tu propia identidad. Es una canción que habla sobre el ensimismamiento y sobre el exceso de internet.

«Me dan miedo las redes sociales. Yo empecé grabando en cintas, tocando el arpa y otros instrumentos de hace cientos de años. Así que he llegado tarde a esta fiesta»

¿En estos 4 años no has estado enganchada a las redes?
No me gusta postear. Me dan miedo las redes sociales. Yo empecé grabando en cintas, tocando el arpa y otros instrumentos de hace cientos de años. Así que he llegado tarde a esta fiesta (risas). No estoy muy conforme con cómo interactúo con la tecnología. Me siento como un pez fuera del agua. Mis sobrinos y sobrinas están ahí en TikTok y les digo: «quiero saber de qué va eso», pero lo veo y me explota el cerebro (risas). Entiendo que sea tan exitoso, pero mi cuerpo no lo puede procesar. Encuentro difícil conectar. Intento ser yo misma en las redes, cuando es posible, pero no es mi fuerte. Me gusta el Instagram de Patti Smith, lo usa como un medio, me inspira mucho.

También hay artistas que no están en las redes…
Hay un mito de que «todo el mundo tiene que hacerlo». Algunas cosas están bien y otras no las encuentro muy gratificantes. Porque yo escribo canciones, no se me da bien dar opiniones de 140 caracteres. Otra gente ya lo hace mejor que yo (risas).

«Con ‘Pale Blue’, pensando en otras experiencias personales y de abuso, quise dejar un mensaje de positividad»

¿Cómo descubriste a Silvio Rodríguez, que está entre las influencias oficiales del álbum? (NdE: ya le había mencionado en otra entrevista anterior realizada por una compañera)
Cuando empecé a aprender español, cantamos ‘Ojalá’ en clase. Tenía un/a profe con buen gusto. Es una buena manera de aprender, cómo jugar con las palabras, me obsesioné con cantautores como Víctor Jara, Cecilia, Silvio… Incluso aunque no sepas lo que dicen, transmiten algo muy profundo. Como guitarrista me inspiró muchísimo. Luego miras las letras y entiendes el sentido. Pero aunque hablaran de amor o desamor, dejan la sensación de ser letras muy poderosas.

Las tres personas que has mencionado tenían una intencionalidad política muy marcada, ¿hay algo político en tu disco?
Sí, pero a veces en estos cantautores está escondido, como en ‘Te doy una canción’. ‘Homesick’ podría tener algo así oculto o jugar con las palabras, porque habla sobre la identidad en Canadá. La gente no quiere hablar de ciertas cosas. Habla sobre ir a casa pero no sentirte como en casa. ‘Pale Blue’ la escribí con Meg de US Girls y es sobre una experiencia personal que no sé si puede ser también política. Un día salí a correr y vi la pelea de una pareja, en la que el chico se estaba poniendo muy violento. Quería pararlos pero no sabía cómo. Al final sacudí moví mi móvil en señal de «voy a llamar a la policía». Pensando en otras experiencias personales, de abuso, quería dejar un mensaje de positividad. Aunque aquella chica no había hecho nada mal, estaba avergonzada. Y yo quería decirle: «no tienes que decir nada, lo veo en tus ojos, estoy aquí. Si quieres cruzar la calle, puedes. Si quieres quedarte, también». Meghan me ayuda mucho a llegar a estos sitios donde no suelo llegar al escribir.

«Algunos canadienses ni siquiera conocen la historia de Canadá (…) Hay que tener ciertas conversaciones y darles voz a los indígenas»

Caribou me habló de lo tóxico que le parece Reino Unido y de cómo Canadá le parece un oasis para bien. Veo que tienes otra visión. Creo que él se refería a que al menos no gobierna Trump…
El listón internacional en política está ahora mismo muy bajo (risas). Para mí una de las cosas más importantes es la relación entre el gobierno y el mundo indígena. Buscamos un camino hacia una mayor igualdad, pero ahora mismo hay una serie de fuerzas que intentan separar a la gente. Fuerzas que tienen que ver con el dinero, la estrategia, el mundo financiero… En semanas pasadas hemos hecho una huelga paralizando el transporte. Si te interesa, hay posts en mi Instagram, en los que no intento hablar por ellos (la población indígena) pero sí darles visibilidad para que se les oiga más. Es una discusión muy larga y difícil, para la que no todo el mundo en Canadá está preparado, pero también tiene relación con el cambio climático. Y mi profesión depende de cosas que no son sostenibles. Pero algo se tiene que hacer.

¿Te refieres a los vuelos?
A todo. Seguimos viejos patrones que no están funcionando. Tiene que ver con el modo en que nos tratamos unos a otros. Algunos canadienses ni siquiera conocen la historia de Canadá, qué pasó y cómo Canadá llegó a ser Canadá. «Canadá» es una palabra indígena. «Toronto» es una palabra indígena. Hay que tener ciertas conversaciones y darles voz a los indígenas. No estoy de acuerdo en todo con nadie, pero hay que hablar de ello. La política no es mi trabajo, pero la gente ha de hablar de esto. Me he implicado mucho con este tema.

«Si alguna vez ves en directo a Jeremy Dutcher, cambiará tu vida»

¿Qué has estado escuchando últimamente?
Precisamente uno de los mejores discos de la historia de Canadá es el de Jeremy Dutcher, que ganó el Polaris Prize, y el más importante. Si alguna vez le ves en directo, cambiará tu vida. Canta en un idioma que hace 40 o 50 años todo el mundo hablaba en su nación, y ahora ya solo quedan 300 personas que lo hablen fluidamente. Se basó en grabaciones de ancestros cantando canciones tradicionales, así que su regalo con el pasado fue traer ese lenguaje de vuelta, porque con la música viene el lenguaje, la cultura, la danza, tu herencia. Es como un canal entre pasado y futuro, es un artista maravilloso, muy relevante. También recomiendo el disco de US Girls, he formado parte de él, y me he divertido mucho haciéndolo (risas).

Bob Dylan publica una canción más larga que ‘Desolation Row’ y ‘Highlands’

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Bob Dylan ha sorprendido hoy a sus seguidores con un tema de casi 17 minutos sobre el asesinato de John F. Kennedy. Se llama ‘Murder Most Foul’ y es la primera canción original que el artista publica desde hace 8 años, cuando editaba ‘Tempest‘. Después, como sabemos, sí ha publicado varios álbumes de versiones, en concreto ‘Shadows in the Night‘ (2015), ‘Fallen Angels‘ (2016), y ‘Triplicate‘ (2017).

Que Bob Dylan puede llegar a ser de canción larga, muy larga, es algo que ya sabíamos. Una de sus obras maestras, ‘Highway 61 Revisited’, de 1965, se cerraba con la icónica ‘Desolation Row’, que se extendía más allá de los 11 minutos. Su gran disco de regreso en 1997 ‘Time Out of Mind’ se cerraba con un tema de más de 16 minutos llamado ‘Highlands’, y el corte titular del mencionado ‘Tempest’ rondaba los 14 minutos. De hecho se han escrito varias selecciones sobre cuáles son «las mejores canciones largas de Bob Dylan» o sobre cómo algunas canciones de Bob Dylan son «más grandes cuando pasan de los 10 minutos».

A falta de comprobar qué lugar ocupa este tema de 17 minutos en la discografía de Bob Dylan, cuando estemos alejados de toda la emoción «New Music Friday», sí sabemos ya que ‘Murder Most Foul’, además de ser un retrato del asesinato de JFK, contiene un sinfín de referencias. Bob Dylan sugiere que «suenen» o «se representen» una serie de cosas y entre ellas aparecen decenas de nombres de artistas y de obras, de ‘Another One Bites the Dust’ a Nat King Cole, pasando por «Lindsey y Stevie Nicks», entre otros muchos ya disponibles en Genius. Además, Bob Dylan ha declarado que esta canción ya la tiene hace tiempo y que cree «que nos puede resultar interesante». «Manteneos a salvo», dice en lo que ahora parece una referencia a la crisis del coronavirus.

Escucha lo nuevo de Dua Lipa, Pearl Jam, Bob Dylan, Basia Bulat, Rosalía, Sufjan Stevens, Waxahatchee, Mostaza Gálvez, Rihanna…

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Aunque el panorama de las próximas semanas, con numerosos discos demorados ya o sin la certeza de que vayan a publicarse debido al confinamiento global por la crisis del coronavirus, al menos ese último viernes de marzo ha quedado de lo más apañado en cuanto a novedades discográficas. Sobre todo gracias a dos pesos pesados del pop y del rock como Dua Lipa y Pearl Jam, respectivamente. Pero hay muchísimo más que llevarse a los oídos: los nuevos discos de Sufjan Stevens (junto a su padrastro Lowell Brams), Basia Bulat, Waxahatchee, Mostaza Gálvez (proyecto post-Ellos de Guille Mostaza, con Frank Gálvez), Nicolas Jaar, PARTYNEXTDOOR (contando en él con nada menos que Rihanna), Band À Part, The Orb, Little Dragon, Clem Snide, 5 Seconds of Summer, Half Waif, Lin Cortés, Joyner Lucas, Nightcrawler y los debuts del interesante combo británico Sorry, la canadiense Jessie Reyez o el rapero barcelonés Y8W1N. Además, Dirty Projectors y Nicola Cruz lanzan nuevos EPs, mientras que el dúo barcelonés Myöboku debuta en ese mismo formato. No nos olvidamos, además, de que Childish Gambino entregó el pasado domingo su nuevo disco, a la vez que recuperamos dos discos que se nos escaparon del montonazo lanzado el viernes anterior: el segundo disco en menos de un año de Rustin Man y el debut del interesante Mon Dvy, proyecto personal del batería de Yawners.

Tampoco está nada mal la semana en cuanto a singles, tras haber recibido un tema nuevo de Rosalía y el regreso de Bright Eyes tras 9 años junto a adelantos de los próximos discos de Melenas, Ginebras y Confeti de Odio, más lo nuevo de Lola Indigo y Major Lazer & Marcus Mumford. Para empezar, nos encontramos con la primera canción nueva de Bob Dylan en ocho años, un tema de ¡casi 17 minutos! dedicado al asesinato de JFK. Javiera Mena –con Stefan de The Sound of Arrows, nuestra Canción del Día–, Chucho –avance de ‘Corazón roto y brillante’, que debía haberse publicado hoy pero se ha pospuesto–, Run The Jewels, Belako, Bicep, Sondre Lerche, TOPS, Car Seat Headrest, Little Mix, Anne-Marie, Kygo & Zara Larsson, Kamille, Hanni El Khatib, DEVA, Hervé, Vega Almohalla, Muzz (proyecto paralelo de Paul Banks de Interpol), Hailee Steinfeld, Duck Sauce, OneRepublic, Karmento, Ases Falsos, Clea Vincent, Channel Tres, Gordi, Braids, Tom Misch, The Pirouettes, MARIA SIOKE o las promesas Emily Burns, Becky and the Birds, Blanche y el joven madrileño from.

Nuestra playlist se completa con uno de los temas extra incluidos en la sorpresiva edición deluxe de ‘After Hours’ de The Weeknd, además de numerosos temas lanzados por artistas españoles de toda condición instigados por el confinamiento global: Bejo, Zahara (versionando ‘Ya no quiero ná’ de Lola Indigo), Alejandro Sanz, Joe Crepúsculo, Pimp Flaco (que ha ido al grano titulando ‘COVID-19’)… También tenemos otro avance de la nueva versión de ‘Mismo sitio, distinto lugar’ que han regrabado Vetusta Morla.

Escucha la playlist «Ready for the Weekend»

Javiera Mena recupera terreno junto a Stefan de The Sound of Arrows

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Javiera Mena publica hoy un single suelto llamado ‘Flashback’ que devuelve a la cantante a las pistas de baile después de la versión de ‘Mujer contra mujer’… y de comprobar cómo la canción que más perduraba de su último disco no era la (reivindicable) incursión reggaetón de ‘Intuición’ ni el house de ‘Espejo’ sino el medio tiempo espiritual ‘Dentro de ti’.

Ya sabemos que Calvin Harris tiene un hitazo del mismo nombre, pero lo raro es que Javiera Mena, tan apegada a los años 80, no hubiera publicado antes un tema que se llamara precisamente ‘Flashback’. En esta canción de cuidada producción de synth-pop ambiental habla de «vivir en el pasado» aunque reconozca que «no está bien», rememorando «esos tiempos que nada pesaba». El vídeo estrenado a la vez presenta a Javiera con un casco a lo Daft Punk, muy adecuado también para el puente instrumental a lo Kraftwerk/Moroder/Jarre que aparece en la segunda mitad de la canción. Tampoco parece casualidad que el último hit de la chilena haya sido una colaboración con La Casa Azul para una adaptación de ‘Cola de pez’ de Miss Caffeina.

Pese a que la canción ya es 100% Mena de por sí, es una alegría encontrar en los créditos de la producción y también como co-autor a Stefan Storm de The Sound of Arrows, la banda sueca tan querida por estos lares desde la edición de ‘Voyage‘.

Lo mejor del mes:

El funeral de gaitas no es el single más obvio de Bright Eyes que oirás este año

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Coincidiendo con el 20º aniversario de ‘Fevers and Mirrors’ y con el 15º de sus discos más emblemáticos, ‘Digital Ash in a Digital Urn’ y ‘I’m Wide Awake It’s Morning’, Bright Eyes están de vuelta. El grupo de Conor Oberst, Mike Mogis y Nathaniel Walcott anunciaba a principios de este año una serie de conciertos y al fin esta semana han dado detalles sobre la nueva música que sucederá a ‘The People’s Key‘, que salía al mercado hace ya 9 años, en 2011.

A través de un mensaje manuscrito, el grupo ha indicado que tenían muchos planes para 2020 pero que van a tener que reubicarlos debido a «los días extraños que vivimos». Además de un mensaje de ánimo para todos aquellos que están viviendo aislados, anticipan que «no importa lo que pase» sacarán un disco este mismo año. Comparten el primer adelanto del mismo, ‘Persona non grata’, una canción con gaitas que no será indicativa de lo que encontraremos en el álbum.

Si en la misma nota manuscrita ya revelaban que las canciones que han grabado son bastante diferentes entre sí, en entrevista exclusiva con el NME han dado más detalles sobre el proyecto. «Esta canción no es representativa del disco. Hay un single más obvio, pero nuestra intención era sacar esta primero. Hay muchas canciones diferentes en el disco, pero creo que tiene cohesión. Escogimos esta pero no fue mi decisión. Dije: «¿en serio? ¿la extraña marcha fúnebre va a ser la elección?». Pero se me da muy mal juzgar lo que a la gente le va a gustar, así que no debería tomar estas decisiones. Espero que la gente pueda oírla en el contexto del disco», indica Conor.

Su sello, al tiempo que defiende ‘I’m Wide Awake It’s Morning’ como un álbum que, hablando de la Guerra de Irak ha resultado «profético», considera el que está por venir «tanto como una forma de huida como una manera de enfrentarse a tiempos difíciles».

Marcus de Mumford & Sons y Haim se acercan al sonido Avicii junto a Major Lazer

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Entre los últimos pasos de Major Lazer están el éxito ‘Qué calor’ junto a J Balvin & El Alfa, que ha sido disco de platino en España, y la frustrada ‘Rave de Favela’. Y digo frustrada por cómo terminó la última visita de Diplo a Brasil, suspendida por un tiroteo.

El nuevo paso de Major Lazer es algo que no vimos venir: una colaboración con Marcus Mumford de Mumford & Sons que recibe el nombre de ‘Lay Your Head On Me’. ¿Cómo podría sonar una colaboración entre uno de los cantantes más famosos y llenaestadios del folk para las masas y el grupo responsable de ‘Lean On’? Lo primero que viene a la cabeza es la EDM con guitarrica que caracterizó las producciones de Avicii -gran colega de Diplo, por otro lado- y eso es exactamente lo que encontramos en ‘Lay Your Head On Me’.

Y es que no solo la melodía conduciendo a un estribillo instrumental es 200% Avicii, sino también la letra de ánimo hacia alguien que está pasando un mal momento, con frases como “no tengas miedo”, “algún día estaremos bien”, «esto no siempre va a ser así», «también esto pasará», etcétera. Según la nota de prensa, la canción cuenta «con la aparición de HAIM, aunque no salgan acreditadas». Suponemos que les corresponden los coros a partir de la segunda estrofa.

Para aquellos seguidores de Mumford & Sons a quienes horrorice esta jugada del destino, se advierte lo siguiente: «en breve Marcos Mumford lanzará una versión acústica de este tema que compartirá con sus fans a través de las redes de Mumford and Sons».

Pearl Jam / Gigaton

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En los 7 años que han pasado desde el irregular ‘Lightning Bolt‘, Pearl Jam nunca han terminado de abandonarnos. Se mojaron en 2014 hablando de la causa palestina, se implicaron un par de años después contra las agresiones machistas y los abusos sexuales, publicaron en 2018 una canción contra Trump y por lo que a nuestro país respecta, ofrecieron por ejemplo en Mad Cool una de las actuaciones más concurridas y recordables de la historia del festival. Eddie Vedder ha continuado actuando en solitario y desgraciadamente le hemos tenido muy presente con el fallecimiento de su colega en Temple of the Dog Chris Cornell y también el de Scott Weiland.

El regreso a la actualidad de Pearl Jam sorprendía por el sonido adoptado por el sencillo ‘Dance of the Clairvoyants’, de curiosa base ochentera. No es que el grupo se calzara las hombreras con las que sí se atrevieron The Killers cuando ‘Human’, pero el tema sí hacía honor al «dance» de su nombre optando por un poso post-punk y una base rítmica un tanto funk con la que dejar llevar los pies. Todo esto sin prescindir de unas guitarras rugientes no por ello menos afiladas de mano de Mike McReady. La letra del tema apela a la unidad («ningún hombre / puede ser más grande que la suma del todo / y no es algo negativo / estoy siendo positivo, positivo, positivo»), frente al desamparo del estribillo: «Esperar la perfección conlleva mucho que ignorar / cuando el pasado es el presente y el futuro ya no existe / cuando cada día de mañana es lo mismo que antes».

La decepción sociopolítica se mantiene en el nuevo single recién salido esta semana, ‘Quick Escape’, en el que en algún lugar de Marruecos se busca literalmente «un lugar que Trump todavía no haya jodido». Se trata de una producción que mantiene esa misma sensación de agobio a través de guitarras eléctricas y sonidos ambiente, que recuerda ligeramente a U2, en concreto a la peligrosidad que contenía ‘Bullet the Blue Sky’. Es una de las canciones más efectivas, aunque las mayores sorpresas las dejan ‘Alright’, una balada bastante electrónica escrita enteramente por el bajista Jeff Ament, y ‘River Cross’, el diálogo entre teclado funerario y batería que decide cerrar.

Por lo demás, el disco echa de menos que la «lluvia de experimentación» de la que hablaba Ament a tenor de ‘Dance of the Clairvoyants’ no haya caído también sobre algunas pistas que remiten a los Pearl Jam más clásicos, como ‘Who Ever Said’ con sus diferentes partes y su referencia a «vidas acortadas y circuncidadas», o el segundo sencillo ‘Superblood Wolfmoon’, algo forzado. El rock ruge en ‘Never Destination’ y ’Take the Long Way’, esta última con los coros femeninos de Meagan Grandall «Lemolo», mientras otras pistas más contemplativas como ‘Seven O’Clock’ asustan por lo que Eddie Vedder se va pareciendo a Bruce Springsteen en todo a medida que pasan los años.

El nuevo álbum de Pearl Jam agradecería también algo más de concisión. ‘Comes then Goes’ es el medio tiempo baladesco que ansías durante parte del minutaje, pero como otras canciones del disco, desearías que «se fuera» un poco antes. Sin embargo, entre unas cosas y otras, en casi todas las cuales parece tener que ver bastante la renovación que ha supuesto aparcar a Brendan O’Brien como productor en favor de Josh Evans, ‘Gigaton’ resulta un disco pintón siempre que no se espere de él el sentido de «experimentación», «sorpresa» y «variedad» que ha ofrecido la carrera de, por decir algo, PJ Harvey.

Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Dance of the Clairvoyants’, ‘Quick Escape’, ‘Alright’, ‘Never Destination’
Te gustará si te gusta: Bruce Springsteen, Interpol, U2, los R.E.M. de ‘Up’, ‘Reveal’ y ‘Accelerate’