Una de las novedades promocionales de ‘The Life of a Showgirl’, el nuevo disco de Taylor Swift, ha sido una «película» que se ha proyectado este pasado fin de semana en cines de todo el mundo. La cinta también servía como debut del vídeo de ‘The Fate of Ophelia’, ya disponible de forma gratuita en Youtube.
‘The Official Release Party of a Showgirl’ ha sido un éxito rotundo, como era de esperar. Pese a ser una sucesión de escenas entre bambalinas y ‘lyric videos’, la película ha recaudado un total de 46 millones de dólares de forma global y está actualmente en lo más alto de la taquilla estadounidense, con 33 millones de dólares generados en un fin de semana.
Es otra prueba más del inmenso poder de convocación que tiene Swift, independientemente de la calidad del producto. Por suerte, podemos decir que con el videoclip de ‘The Fate of Ophelia’ sí se lo ha currado. La superestrella norteamericana vuelve a juntar al equipo de baile del Eras Tour para acompañarle mientras se convierte en una showgirl a través de las épocas.
La producción del vídeo, dirigido y escrito por la propia Swift, es expansiva. Los diferentes outfits y sets brillan y reflejan cada era del espectáculo que Swift visita, ya sea mediante la elegancia de los 70 o los atuendos playeros de los 50. Al final, Swift tampoco se olvida de la portada oficial del disco.
Neil Hannon es un gran conversador, da gusto hablar con él. Lo hemos comprobado más veces, como aquella que nos dejó tremendo titular sobre Christina Aguilera o también en esos fantásticos conciertos en los que presenta siempre canciones nuevas y grandes clásicos de Divine Comedy como ‘Tonight We Fly’.
Este otoño está presentando un notable nuevo álbum, ‘Rainy Sunday Afternoon‘, que versa sobre la muerte de su padre, la independencia de su hija, el paso del tiempo o la cutrez de la clase política estadounidense. Charlamos sobre todo ello en un hotel de Madrid en una visita promocional. En concierto podremos verle el 5 de marzo en la Sala Apolo de Barcelona y el 7 de marzo en Teatro Eslava de Madrid. No se lo pierdan.
Este disco es sobre el paso del tiempo. Hay un tema sobre tu padre, otro sobre tu hija. ¿Cómo te sientes respecto a eso?
No muy bien (risas) Es lo que tiene el tiempo: que sigue pasando. Yo no estoy por encima de eso. Anoche estaba viendo el documental de Billy Joel y pensaba: «Eso es lo que pasa. Llegas a los 45, a los 50… y piensas: «¿Sobre qué voy a escribir ahora?»». Y él simplemente paró, lo cual me parece admirable en cierto modo. Yo no puedo parar, pero claro, no soy ni de lejos tan famoso como Billy Joel. No puedo permitirme parar (risas).
Mi visión de la mortalidad ha ido cambiando. De adolescente me daba mucho miedo la muerte, pero a medida que me hago mayor entiendo la indiferencia que le manifestaba alguno de mis abuelos.
Es verdad. Creo que todo el mundo se va encontrando con eso. Supongo que tiene mucho que ver con cuánto disfrutas de la vida. Debo admitir que a los 20 pensaba cosas como: «No me dejes morir en este avión ni en este coche porque soy casi una estrella del pop». Aquello fue divertido. También, una vez que has procreado, tienes que compartir toda la sabiduría que tengas con tu descendencia. Entonces empiezas a preguntarte: «¿Para qué estoy aquí?». Y es una pregunta interesante, que todavía no he resuelto del todo. Supongo que la vida para mí ha sido como una gran escalada, intentando mantenerme en la ladera de la montaña y no caerme. Y ahora que he llegado a esta especie de remanso, voy a extender esta metáfora todo lo que pueda (risas) Es una meseta agradable y no sé si me voy a molestar en subir al siguiente tramo.
Muchos artistas, como David Bowie o Leonard Cohen, han ido escribiendo muchísimo sobre sí mismos, sobre su fama, sobre lo que ha significado ser esas personalidades, a medida que cumplían 60, 70, 80 años… ¿Te ves escribiendo sobre tu lugar en el mundo como artista?
Dado que soy Neil Hannon, cuando escribo, escribo sobre mí. Pero sé lo que quieres decir. Es interesante, pero no porque yo me sienta famoso en absoluto. Y no me enfada no ser más famoso. Hago mi vida normal en el condado de Kildare, en Irlanda, sin que nadie me reconozca ni remotamente, a nadie le importa. Si alguien me reconoce, desde luego no me dice nada. Y no se asombran. Cuando empujo mi carrito por el Tesco, lo hago como si fuera una estrella del pop (risas) Y me resulta divertidísimo llevar una especie de doble vida. Porque cuando voy a un concierto de pop en Dublín, ahí la gente sí me reconoce porque estoy en otro contexto. Pero no fuera de ahí.
«No reconocería a Drake en una cola»
Bueno, para mí siempre serás un grande de los 90. Además, en los 90 no había tantísimos artistas como ahora… Alguien puede tener millones de streams y yo no saber quién es. Y me dedico a esto.
No sé mucho sobre estrellas contemporáneas, pero no reconocería a Drake en una cola. No sé cómo es su cara. Y ha vendido miles de millones. Es increíble. Pero no soy su target…
Has dicho algo así como «fui casi famoso». ¿Cómo viviste aquellos tiempos?
Me encantaba la idea de ser una estrella del pop. De verdad. Me esforcé al máximo por convertirme en una. Pasé unos 20 años practicando. Eso sí, nunca a costa de la música. Siempre fue bajo mis propios términos, pensando que era bueno en lo que hacía, así que lo siguiente que conseguiría a cambio sería el estrellato pop. No me importaba el dinero. Solo quería las guirnaldas y las chicas (risas) ¡Qué tiempos aquellos! Luego, ya sabes, en los 2000, tuve que encontrar una forma completamente diferente de motivarme. Y después de un tiempo, simplemente pensé: «De verdad te gusta hacer música». O sea, eso es lo que hay por encima de todas las cosas superficiales. Simplemente amas la música. «Así que simplemente sé feliz haciendo música». Me preparé para que a la gente no le importara y dejara de comprar mi música. No me importaba. Me divertía un poco la pobreza (risas). Pero resulta que, si esperas el tiempo suficiente y te concentras en la calidad del material, la gente vuelve a ti. Es bonito.
«Si esperas el tiempo suficiente y te concentras en la calidad del material, la gente vuelve a ti»
¿Qué piensas de tu situación actual?
Me siento inmensamente feliz. Me siento increíblemente afortunado de haber logrado crear un nicho que no creo que nadie más tenga. Si sí, no me he enterado.
He ido a tus conciertos, mi sensación es que siempre te ha ido bien. La gente canta, se ríe, siempre llenas. ¿Hay un punto en el que no te fue tan bien y no me he enterado? Nunca has estado en una situación tipo Lawrence, ¿no?
Felt eran brillantes… Y no… Siempre me fue bien. Y siempre tuve otras cosas, como la televisión, el teatro y cosas así. Podría haber ido más por ahí. Sería rico si lo hubiera hecho. Pero necesito a Divine Comedy porque soy yo, ¿sabes? Necesito hacer estos álbumes de vez en cuando, porque nadie más me dice cómo hacer un álbum de Divine Comedy. No se atreverían.
«Sería rico si hubiera hecho más televisión o teatro, pero necesito a Divine Comedy porque soy yo»
¿Qué piensas de que Oasis sigan siendo así de grandes? Porque para mí, Divine Comedy estabais en el mismo círculo…
No, no, no… Ellos vendieron millones y millones de discos. Actuaban en Knebworth… Una anécdota curiosa. Cuando estábamos grabando el disco de The Duckworth Lewis Method, el del críquet, Thomas (Walsh) y yo estábamos en los Premios Ivor Novello en Londres. Y luego, en el pub donde iba todo el mundo, estaba Noel Gallagher. Y Thomas Walsh me dijo: «¡Preséntamelo!». Y yo: «pero si es que no lo he visto como en 20 años». Y Thomas: «¡que me lo presentes!». Me acerqué y Noel me dijo: «Te has metido con mi banda». Y yo como: «¿Qué??». Y Noel: «Le faltaste el respeto a Oasis». Y yo: «¿De verdad?». Y Noel respondió: «Sección de singles del Melody Maker. 1997». Pensé: «¡Dios mío! ¡Este tipo se las guarda!». Y le dije: «Lo siento mucho, pero ya sabes cómo era entonces. Te pedían que hicieras reseñas en el periódico y solo decías: «Puto Oasis, puto Pulp, puto Blur»». Eran solo celos. Pero nos reímos.
¿Había muchos celos?
No te imaginas la cantidad de celos que hay en la música. Es un mundo totalmente malévolo.
«Noel Gallagher nunca olvidó que critiqué un single de Oasis en 1997. No te imaginas la cantidad de celos que hay en la música»
Por otro lado, es muy fuerte lo diferentes que erais las bandas del Brit Pop. Es que realmente no tenías nada que ver con ninguno de esos grupos.
En realidad, lo que nos unía a todos era que éramos bandas indies, pero que, en cierto modo, habíamos llegado a las listas de éxito. Y por eso el Brit Pop era popular, porque eso no suele ocurrir, que ese tipo de música alternativa entre en las listas constantemente. Creo que ese es el único factor que realmente nos unía. Eso, y cierto respeto por el pop británico clásico de los 60 y 70, era una característica de todas estas bandas, incluyéndome a mí.
Volviendo a tu disco, hay un tema para tu padre, que murió de alzhéimer. Estoy familiarizado con la enfermedad por un familiar, y me ha sorprendido ver lo importante que es la música y el cine, la cultura para los enfermos. Se están haciendo muchos talleres de musicoterapia, porque la gente se olvida de sus hijos, pero no de sus canciones favoritas…
No creo que la residencia de ancianos de mi padre en Irlanda del Norte fuera tan avanzada como la de tu familiar. Lo único que les ponían era ‘Antiques Roadshow’ en la televisión. Pero es verdad que mi padre reaccionaba a la música que conocía muy, muy vívidamente. Aunque hacia el final, en el último año o dos, dejó de escuchar música. Simplemente se negaba. Me decía que la quitara, lo cual era extraño. Para ser sincero, odio recordar esa época (sonríe). Es muy duro para mí.
En verdad, me fascina que ni a pesar de eso, tu disco suene triste. Si hubiera un disco de Divine Comedy triste, ¿cuál sería?
Encuentro ‘Regeneration’ bastante triste. Igual no es la palabra adecuada, pero contiene un ligero aire de desesperación. Probablemente sea porque de repente pensé: «Mmm, puede que me haya casado con la persona equivocada». No tengo problema con Orla. Seguimos siendo muy buenos amigos. Pero no había pasado mucho tiempo cuando empezamos a notar las grietas, y fue aquella época.
¿Tienes un disco favorito o infravalorado?
Si me obligaran a sentarme a escuchar uno de mis álbumes, sería difícil elegir, porque todos tienen un poco demasiado de mí. Es como repasar viejos álbumes familiares y todo es muy… difícil. Probablemente escucharía ‘Promenade’ porque es de hace tanto tiempo que no me acuerdo bien y es bastante bonito.
¿Cómo definirías el sonido del nuevo disco?
Se ajusta más o menos a la típica balada pop orquestal de los 60 y 70 que he hecho mía. Pero creo que lo principal es que quería hacer algo que sonara realmente suntuoso, que sonara genial en vinilo, que tuviera un toque amaderado. Como un hombre fumando en pipa sentado en una bonita silla antigua. Por eso lo llamé ‘Rainy Sunday Afternoon’, porque quería que fuera el tipo de disco ideal para escuchar mientras te tomas una taza de chocolate caliente envuelto en una manta bonita.
«Quería que el disco sonara a madera. Como un hombre fumando en pipa sentado en una bonita silla antigua»
Eso tiene algo que ver con la portada del álbum. Tienes que explicarnos algo sobre ella.
Me gusta Pinterest, es una debilidad que tengo. Encontré fotos preciosas de gente genial de los 50 y 60 en bares de París, siendo simplemente geniales. Había una que me gustaba especialmente de Marcel Marceau, el famoso mimo. No iba todo blanco ni nada, solo con una pajarita. Me gustó la forma en que sostenía el vaso en la mano. Pensé: «Es como la portada del álbum». Pero obviamente no puede ser él, tengo que ser yo. Así que… Conozco al fotógrafo Kevin Westenberg desde hace décadas. Es buenísimo. Le conté mi idea a grandes rasgos. Encontramos un pequeño café encantador en el norte de Londres. Frente al Forum, el local. Y lo montamos todo allí. Es completamente falso. No es real. Hubo luces y extras.
Está esta canción del ‘Mar a Lago by the Sea’, no sé si es un bolero, medio latina… ¿a qué te suena?
Sí a eso, suena como estas bandas de cabaret de dos o tres personas tocando en la esquina de un resort. Y como estoy retratando la casa de Donald Trump, quería que sonara vulgar y nauseabundo. Le imagino en una celda de la cárcel, sintiéndose nostálgico por su bonito hogar perdido. Desafortunadamente, no se ha hecho realidad.
Quizá con el tiempo.
No va a pasar. Asumámoslo.
«Trump es tan malo que me hace creer en el diablo»
¿Estás tan asustado como yo de lo que pueda pasar en los próximos 5 o 10 años?
Por supuesto. Parte de lo terrible del régimen de Trump es que están revirtiendo cada legislación sobre el cambio climático que se han encontrado. Se estaban construyendo fuentes de energía renovable y simplemente lo detuvieron, lo cerraron. Y eso va a hacer que la gente pierda sus trabajos. Y solo lo hace para fastidiar a los liberales. Es increíble. Es tan malo que casi me hace creer en el diablo. El diablo ha visto esta oportunidad en Estados Unidos para algo así como: «voy a conseguir que esta persona sea mi portavoz. Y voy a elevarlo al poder político». Y luego van a desmantelar toda la sociedad. Es increíble. ¿Te puedes creer que ha llegado el día en que no puedes ir a Estados Unidos? Bien, no puedo ir a Estados Unidos. Es demasiado arriesgado. Es increíble. Sí.
Espero que en 5 años o así haya una reacción.
Bueno, es que puede que no haya ni elecciones. ¿Cómo va a haber una reacción? Es deprimente.
¿Escuchas música de fuera de UK o Irlanda? Me da la sensación de que sí.
Mucha música británica e irlandesa se inclina hacia Estados Unidos, siempre lo ha hecho. Y Europa también. Pero me gusta muchísimo la música europea. No sé por qué, pero la chanson y el folclore español son increíbles. El fado portugués. Toda la música latina que hizo Italia en los 50 es increíble. Incluso puedo soportar un poco del schlager alemán. Y luego está toda esa música pop increíble que es el italo disco y todas esas otras cosas cuyo género no puedo identificar. En cierto modo, me transmite algo que mucha música estadounidense no. No me interesa mucho la música country del oeste.
«El «meet and greet» es convertirte en mercancía. Eso no está bien»
Hay una frase en el disco sobre conocer a tus héroes, ¿es muy decepcionante?
Siempre dudo mucho de conocer a mis héroes. De hecho, he conocido a bastantes. Siempre es bonito haberlo dicho, pero te deja frío. No aporta nada. O sea, si la gente me dice que es una gran experiencia conocerme, es como muy loco. Solo soy un hombre de 54 años con mala dentadura.
Yo te veo increíble.
Eres muy amable. Lo único que quiero que la gente experimente es lo que pongo en los discos, porque eso es lo que hago. No soy yo lo interesante, eso es lo interesante. Hablo también de cómo funciona la industria musical: mucha gente vende todo lo que puede para ganarse la vida. Y parte de ello es vender ese momento cuando el fan conoce al artista. Para mí, eso es malo. Es como convertirte en una mercancía, eso no está bien.
«Odio ver a artistas jóvenes dedicándose todo el tiempo a grabar vídeos de sí mismos en el estudio: deberían estar concentrándose en la música»
¿Qué piensas de la industria musical a día de hoy?
Es basura. Está todo mal. Son todo putas empresas de tecnología con sus estúpidas tecnologías haciendo muchísimo dinero pero sin ayudar a nadie.
¿Quieres decir el streaming? ¿Las redes sociales?
Sí, «marque todas las anteriores».
¿Es mucho peor que en los 90?
Era mucho más fácil en los 90 si eras bueno. Había un sistema. Y todo el mundo preguntaba: «¿Cómo consigues que una discográfica te contrate?», que era como el Santo Grial. Siendo sincero, eso fue lo fácil. Lo difícil vino después. Pero había un sistema, y las discográficas tenían relaciones con las distribuidoras, la prensa y todo eso. Pero ahora, es como si el artista tuviera que encargarse de toda la promoción en redes sociales. Y odio ver a artistas jóvenes dedicándose todo el tiempo a grabar vídeos de sí mismos en el estudio: deberían estar concentrándose en la música. No deberías tener que hacer todo eso. Eso es lo que de verdad odio.
«La industria musical son putas empresas de tecnología con sus estúpidas tecnologías haciendo muchísimo dinero pero sin ayudar a nadie»
Bueno, tú no tienes que hacer eso…
Me niego.
Supongo que vives de los directos, ¿te gusta tocar?
Sí, se vuelve físicamente un poco más agotador con la edad, pero es divertido subirse a un autobús con todos tus viejos amigos. Es un trabajo duro, aunque me encantaría hacer un disco sin pensar en tocarlo para la gente. Probablemente ni me molestaría en hacer el álbum porque para qué.
Júlia Colom es una de las grandes voces emergentes del pop nacional actual. Procedente de Mallorca, la cantautora nacida en Valldemossa se ha criado entonando música tradicional, su disco de debut ‘Miramar’ (2023) se ha presentado en festivales internacionales, y su paso al pop en ‘Jo t’estim‘ (2023) producía una de sus mejores y más accesibles composiciones.
El próximo disco de Colom promete ser un importante paso adelante. ‘Paradís’ se pone en circulación el próximo 31 de noviembre e incluirá piezas que bascularán entre el pop, la electrónica y la música tradicional: esas coordenadas siguen los dos primeros adelantos ‘The cercat’ y ‘Gelosies’. El tercero, ‘Necessit’, lanzado estos días, Es la Canción Del Día de hoy.
‘Necessit’ es otra gran producción diseñada por Colom junto a sus colaboradores Martín Leiton y Òscar Garrobé (Tarta Relena, Marina Herlop). Inspirada en el k-pop, si ‘Necessit’ recuerda a algún grupo del pop coreano es a NewJeans por su atractiva mezcla de estilos. Sobre una fusión de breakbeat, pop y guitarras acústicas que deriva en bossa nova en el estribillo, Colom entrega una de sus más adictivas melodías.
‘Necessit’, según la nota de prensa, «se construye sobre el deseo y la duda que envuelve ‘Paradís’: de “necessit temps” (“necesito tiempo) a “jo vull estar amb tu” (“yo quiero estar contigo”), una tensión de flirteo, amable y rápida como el enamoramiento».
Julia Colom dará inicio a la gira de ‘Paradís’ el próximo 11 de diciembre en L’Auditori de Barcelona. Después, continuará su recorrido en el festival Inverfest, donde ofrecerá un concierto el 17 de enero en el Condeduque de Madrid.
Depeche Mode, Leiva, Ol’ Dirty Bastard, Judee Sill o Antonio Flores son algunas figuras musicales que protagonizarán la edición número 23 de In-Edit Barcelona, el festival de cine documental centrado en la música, que se celebrará en los cines Mooby Aribau del 23 de octubre al 2 de noviembre. La programación de este año se compondrá de 71 títulos divididos en 7 secciones, con un total de 115 proyecciones repartidas en 11 días. Serán 17 estrenos mundiales, 4 estrenos europeos, 24 estrenos nacionales y 16 estrenos en Cataluña.
Barcelona será la ciudad española donde podrá verse el estreno de ‘M‘, el documental sobre la última gira de Depeche Mode. Además, In-Edit acogerá proyecciones de ‘Ol’ Dirty Bastard: A Tale Of Two Dirtys’, ‘Boy George & Culture Club’, ‘It’s Never Over’ sobre Jeff Buckley, ‘Desire: The Carl Craig Story’, ‘Flores para Antonio’ sobre Antonio Flores, ‘Hasta que me quede sin voz’ sobre Leiva y otras cintas sobre figuras como Judee Sill, Farruquito o Meredith Monk.
In-Edit, por su parte, ha anunciado que contará con la presencia de invitados prácticamente todas las noches del festival. Entre ellos destacan figuras como Carl Craig, Alba Flores, Leiva, Harley Flanagan, Víctor Manuel, Joan Dausà, El Gitano de Balaguer y Marala.
Asimismo, entre los directores y directoras de las películas que se proyectarán en In-Edit figuran nombres como Isaki Lacuesta, Elena Molina, María Valverde, Jean-Cosme Delaloye, Sam Pollard, Frank Scheffer, Wes Orshoski y Ron Chapman.
En esta edición del festival participarán 7 películas en la Sección Oficial Internacional y 8 en la Sección Oficial Nacional. En el apartado de cortometrajes, la Sección Oficial incluirá 5 obras internacionales y 6 nacionales.
La programación se amplía con el Panorama Internacional, que presentará 27 títulos, y el Panorama Nacional, con 8 títulos. Además, la sección Sons de Barcelona by Moritz contará con 4 producciones.
El sábado 1 de noviembre se celebrará el acto de clausura, durante el cual se anunciarán los filmes ganadores en cinco categorías: Mejor Largometraje Internacional, Mejor Largometraje Nacional, Mejor Cortometraje Internacional, Mejor Cortometraje Nacional y Premio del Público.
En la crítica de los dos primeros adelantos de ‘Michelangelo Dying’, mi compañero Jordi Bardají comentaba que “apuntan a un álbum de indie pop calinoso y experimental en su uso de diferentes instrumentos. En ambos cortes reina una especie de surrealismo brumoso”. Y así es: desde ‘Reward’ me da la sensación de Cate Le Bon hace los discos que quiere escuchar ella. Su afán parece ser pulir su sonido. Crear un modelo de canción concreto: uno que toma el ‘Ashes to Ashes’ de Bowie pasado por el tamiz de 4AD, de los primeros Cocteau Twins. Saxo, bajos, guitarras, voz y sintetizadores sumidos en esa niebla casi pastosa.
No sé si Cate ya ha conseguido llevar su sonido a donde quiere, no sé si este es el capítulo final de su búsqueda…. Pero sí que es cierto que ‘Michelangelo Dying’ es más expansivo que ‘Pompeii’. Porque a pesar de tanto derroche estilístico, de la teatralidad de su portada, no es un disco meramente estético. Es un disco de ruptura, desgarrado a su manera. Sí, las letras serán crípticas y surrealistas como suelen ser en ella. Pero de Cate emerge un dolor real por el final de una relación amorosa. El lamento no solo por la pérdida de una persona amada, sino de todo lo que tenían en común: lugares, costumbres…
Los sintetizadores flotantes de ‘Jerome’, la pista inicial, ya apuntan claro en la búsqueda de esa sonoridad tan misteriosa. La voz en reverb permanente de Cate es una de las constantes que se repiten. Como lo es imitar las inflexiones de Bowie, sobre todo en ‘Love Unrehearsed’. Pero hay en este tema también un estribillo arrebatador y el saxo de Euan Hinshelwood (otra de las constantes del álbum), al más puro estilo Roxy Music. Cate se sacude la modorra en ‘Mother of Riches’, con su bajo tan amplio, las percusiones tribales que entran hacia el final, el saxo tan omnipresente como lejano… Aunque la voz de ella suene al borde del desmayo.
‘Is It Worth It? (Happy Birthday)’ es tan enigmática como sentida. Aunque Cate cante de esa manera tan suya, tan artificiosa a veces, la letra es una asunción de derrota y añoranza: “Pensé en tu madre, espero que sepa, lo mucho que la quería”. El cénit es ‘Heaven Is No Feeling’, mágica y misteriosa. Cate medio canta, medio recita, se desata en su estupendo estribillo, mientras se columpia en una línea de bajo oceánica y un saxo onírico.
En el tramo final, la bruma empieza a dejar pasar el sol. El arranque de ‘Body as a River’ remite a Mercury Rev, con un crescendo emocionante. En ‘Ride’ encima está John Cale, galés ilustre que parece cómodo dando réplica a sus ilustres compatriotas. Tras un inicio solemne, asoma un escape, la esperanza… a pesar de que de fondo se deje escuchar a Cale entonado “es el último viaje”.
Y hacia el final, en ‘I Know What’s Nice’ se atisban nuevos horizontes. Se inicia acuosa, pero se cuela una guitarra acústica y se desliza, de manera discreta, hacia el sofistipop ochentero… Cate se ríe un poco de ella misma: “Didn’t do it right / And now I’m older than Lady Diana” (“No lo hice muy bien / y ahora soy mayor que Lady Diana”). Pero al final se reafirma: “Sé lo que es bonito”, aunque también se rompa un poquito: “I’m leaving someone I love / I can’t breathe for someone I love” (“Estoy dejando a alguien que amo / No puedo respirar por alguien que amo”).
«Basicote», «plano», «sin personalidad», «música de tienda de ropa»… los comentarios que nos estáis dejando sobre Olivia Dean, autora de nuestro Disco de la Semana, recuerdan mucho a los que suscitaba al principio Adele. Pero sus canciones, como las de esta, están aquí para quedarse y en Reino Unido, aún despiertos de vez en cuando para estas cosas, lo saben muy bien.
No me puedo creer que algo tan bonito como ‘So Easy (Fall in Love)’ haya llegado al top 10 de las listas británicas sin haber sido single. Es una de esas cosas que te reconcilian con el mundo, que te devuelven la fe en la humanidad.
El álbum ha sido número 1 con más de 52.000 copias vendidas en sus primeros 7 días en las islas. Han sido 16.000 cd’s, 14.000 vinilos, 1.000 cassettes y 20.000 puntos de streaming. Para cuando leas esto ya será disco de plata, y el de oro también está asegurado. Sobre todo porque los singles están calando. ‘Man I Need’ sube al puesto 1 de las listas británicas, como el top 1 que este hit de neo-soul estaba llamado a ser.
La canción, de melodía juguetona y piano puro años 70 en la onda de Carole King, versa sobre «merecer ser amada y no tener miedo de pedirlo». Olivia Dean declaraba en Rolling Stone que la composición quiere ser «sexy y divertida, hecha para bailar» y lo cierto es que cuesta pensar en algo que suene más desenfadado. La podría haber cantado la primera Amy. Y Feist, también.
Porque Olivia Dean busca «un hombre de verdad», que diría Alaska, es que en el vídeo se rodea de chicos guapos como recién salidos de ‘Grease’. La rodean, la agasajan, la celebran… mientras ella solo tiene ojos para comerse la cámara. ¿Sabedora de que solo se «necesita» a sí misma?
Doja Cat fue número 1 global durante meses en Spotify con ‘Paint the Town Red’, el single principal de su anterior álbum, ‘Scarlet’ (2023). Aquella fue una era marcada por varias salidas de tono de Doja Cat contra su propia fama, sus fans y su discografía: entonces declaró que sus dos discos previos, ‘Planet Her‘ (2021) y ‘Hot Pink‘ (2019), habían sido dos “sacacuartos” y que sus seguidores habían “picado”.
Con ‘Vie’, su nuevo álbum, Doja ha planteado claramente un intento de reparar su imagen: el álbum es pop, habla sobre el amor -porque ella se define como una “romántica”- y aparece simpática y muy arreglada en las entrevistas, cuidando su imagen pública. No parece la misma persona rapada y agresiva de los vídeos que aseguraba que el pop no iba con ella: ahora recula y dice que sí, que es lo que mejor sabe hacer.
Sin embargo, parece que el daño ya está hecho: ‘Vie’ no está alcanzando el éxito esperado. Las primeras estimaciones sitúan el álbum en torno al top 5 del Billboard 200, con cerca de 60.000 unidades equivalentes (25.000 ventas puras), quedando por detrás incluso de Mariah Carey en el peor debut de su carrera.
La gran incógnita es qué pasará después de esta primera semana. Ningún single de ‘Vie’ está calando: ‘Jealous Type‘ alcanzó como máximo el puesto 28 en el Billboard Hot 100 y esta semana baja al 57. ‘Gorgeous’, el nuevo single, está siendo un fracaso rotundo, pues ya no aparece ni en el top 100 global de Spotify ni en el de Estados Unidos, a pesar de ser una de las producciones más contemporáneas del disco. Con lo nuevo de Taylor Swift en la calle, el disco corre el riesgo de pasar aún más desapercibido.
Aunque Doja ha solido tener a TikTok de su lado, no está tan claro que el público acepte su nuevo sonido como antes. La nostalgia ochentera funciona para The Weeknd, pero los homenajes a Janet Jackson y Prince no tienen tanto recorrido. En el caso de Doja Cat, ‘Vie’ contiene potenciales singles como ‘Cards’ o ‘Stranger’, pero parece que su carta más segura es un tema como ‘Make it Up’, que conecta más con su sonido anterior. Y eso sería un paso atrás evidente para una artista que ha apostado por un sonido y estética muy concretos, al que el público, por alguna razón, no está respondiendo.
Tengo mis dudas de que los conciertos proyectados en cine funcionen. Alguno he disfrutado, pero la magia de escuchar tus canciones favoritas en vivo, de comprobar que tu artista preferido es de carne y hueso, de compartir con tus seres queridos ese momento mientras te olvidas de tu trabajo y de tus problemas, se pierde por completo en una fría sala en la que tienes que guardar silencio. Simplemente, no es lo mismo.
Si los conciertos no me funcionan, qué decir de proyectar un videoclip. O qué decir de proyectar «lyric videos», que es lo que Taylor Swift ha hecho este fin de semana en cines de todo el mundo.
‘The Official Release Party of a Showgirl’ se exhibe en salas solo entre el viernes 3 de octubre y hoy domingo 5 de octubre. La razón es que el boca a oreja no puede beneficiarle de ninguna forma. Es imposible que sobreviva una segunda semana. Lo que contiene esta «película» -las comillas se deben a que es muy duro considerarla como tal- es un videoclip de 4 minutos (el de ‘The Fate of Ophelia’, dirigido por ella misma), un tortuoso «así se hizo» sin ningún interés, 11 «lyric videos» para las canciones restantes de ‘The Life of a Showgirl’ y un pequeño comentario de Taylor sobre cada una de sus nuevas composiciones.
Hay «lyric videos» creativos y Taylor Swift, que tiene números estratosféricos a nivel mundial, podría haber utilizado su posición de privilegio para hacer arte con ellos. Pero lo que nos encontramos son bucles de muy pocos segundos de la artista haciendo cucamonas, reproducidos durante interminables minutos y minutos. ‘Elizabeth Taylor’ utiliza imágenes del vídeo de ‘The Fate of Ophelia’. Cuando llega lo de ‘Opalite’ no te puedes creer que los cines Ideal estén proyectando otro bucle de la artista sin repartir hachís o marihuana. Presumía a Yelmo algún tipo de criterio de selección.
Había mil maneras de hacer esta película sobre ‘The Life of a Showgirl’ interesante. Una entrevista con Taylor sobre cómo se ha sentido en su gira, cuán feliz ha sido llenando los mayores estadios de su vida, cuándo ha flaqueado o ha notado que las fuerzas le fallaban, qué día se sintió mal y no se vio capaz de aguantar 3 horas y media sobre el escenario y aun así lo hizo. Lo bonito que ha sido encontrar el amor definitivo. O lo que opina de Donald Trump. Eso es lo que esperaba encontrarme en el cine, en lugar de un videoclip que a alguien se le ocurrió rentabilizar fuera de Youtube -suponemos que lo subirá mañana- de manera muy mezquina.
Las presentaciones de cada canción son, por descarte, lo mejor de este documento, con especial mención a ‘Actually Romantic’, la composición que ha hecho sobre Charli XCX. En esta vida no vale con ser la número 1, aplastando las cifras de los demás. Necesitas también la aprobación de alguien que se autodenomina «brat», es decir, «niñata». Swift introduce la canción como «una carta de amor a alguien que te odia», porque no se puede creer que alguien le haya dedicado tantísimo tiempo si no la aguantaba.
Se oyen risillas en la sala sobre este «diss track». Pero también hay uno que ronca, tres butacas a mi derecha. Ha de ser el novio de una «swiftie». Ella no le da ningún codazo, quizá porque está muerta de vergüenza y se siente culpable. Vergüenza, hay que tener muy poca para proyectar esto en cines, al módico precio de 14,90 euros.
‘Unconditional’ supone, por la mínima, el 2º top 1 en JENESAISPOP para JADE tras ‘Angel of My Dreams’. El tema ha obtenido un 33,4% de los votos en la final de Instagram, mientras Amaia y Judeline se conforman esta vez con el puesto 2 (32,7%). Solo 2 votos las han separado.
Otras entradas destacadas son las de RAYE y Turista Sueca, que han sido lo más votado en la web, pero lo menos votado en Instagram. También entran Mon Laferte con Nathy, Soleá Morente con su padre, Nacho Vegas, Lola Young y Wednesday.
Ya podéis escuchar cómo ha quedado el top 40, junto a las 10 nuevas candidatas, en Apple Music.
‘The Fate of Ophelia‘ es la canción más reproducida en un solo día de la historia de Spotify. En sus primeras 24 horas ha conseguido sumar casi 31 millones de streams. ¿Cuál era la canción más reproducida hasta ahora? ‘Fortnight’, el primer single del disco anterior de Taylor Swift, había sumado 25 millones. En tercer lugar encontramos ‘All I Want for Christmas Is You’ de Mariah Carey, y en cuarto ‘Last Christmas’. Nuevas canciones de ‘The Life of a Showgirl’ de Taylor Swift ocupan el 5º, 6º, 7º y 9º lugar entre las canciones más reproducidas de la historia de Spotify sin haber sido siquiera seleccionadas como single.
1.-Taylor Swift / The Fate of Ophelia — 30.987M
2.-Taylor Swift, Post Malone /Fortnight — 25.204M
3.-Mariah Carey / All I Want For Christmas Is You — 24.863M
4.-Wham! / Last Christmas — 24.556M
5.-Taylor Swift / Elizabeth Taylor — 23.974M
6.-Taylor Swift / Opalite — 23.716M
7.-Taylor Swift / Father Figure — 21.802M
8.-Brenda Lee / Rockin’ Around The Christmas Tree — 21.635M
9.-Taylor Swift / Eldest Daughter — 19.963M
10.-Adele Easy On Me — 19.749M
Cuando el disco llevaba tan sólo 11 horas en la calle, Spotify ya comunicaba que ‘The Life of a Showgirl’ era el álbum más reproducido en un solo día de la historia. Eso se ha traducido en que las 12 canciones del álbum ocupan el top 12 global al completo.
Todas superan los 15 millones de streams, por lo que duplican a ‘Golden’. Como curiosidad, no ha gustado especialmente ‘Ruin the Friendship’, que ocupa el 6º lugar en la secuencia pero es solo la 10ª pista más escuchada; y tampoco ha recaído en Sabrina Carpenter el mayor éxito de este disco. Los swifties están escuchando el trabajo de Taylor al completo.
Si nos ceñimos a España, ‘The Fate of Ophelia’ es número 1, ‘Elizabeth Taylor’, número 7, y ‘Opalite’, número 9. Las 12 canciones del álbum aparecen repartidas en los 33 primeros puestos.
Además, Billboard reporta que el disco ha vendido 2,7 millones en su primer día en Estados Unidos. Hay 23 ediciones físicas del álbum, lo que incluye 12 tipos de CD, 8 tipos de vinilo, 2 cajas deluxe y una cassette. Estamos hablando obviamente del álbum más exitoso de 2025, y su reto es superar los 3,4 millones de copias que vendió en su primera semana ’25’ de Adele.
En los festivales de cine es inevitable que todo se magnifique y se creen corrientes de opinión en torno a las películas que después no se corresponderán necesariamente con lo que piense el público que las vea fuera de ese contexto. San Sebastián, a diferencia de los tres principales festivales de clase A (Cannes, Venecia, Berlín), no alberga en su mayoría premieres mundiales, por lo que algunos de esos filmes que venían con el entusiasmo de la crítica desde otros festivales no logran conquistar de la misma manera a la audiencia del certamen vasco. Es una cuestión de expectativas. En este artículo comentamos aquellas películas de las que esperábamos más, ya fuera por el nombre de su director o por la conversación que se había creado en torno a ellas.
‘Die My Love’ (Proyección del Premio Donostia)
Lynne Ramsay es una autora que no se prodiga demasiado, pero cuando lo hace, suele despertar pasiones y odios por igual, especialmente desde su anterior trabajo, su primero en Estados Unidos, ‘En realidad, nunca estuviste aquí’. En ‘Die My Love’ vuelve a trabajar con estrellas de Hollywood adaptando la primera novela de la argentina Ariana Harwicz, y vuelve a dividir a la crítica con ella. Grace (Jennifer Lawrence, Premio Donostia en esta edición) es una mujer que vive en una zona rural junto a su marido Jackson (Robert Pattinson). Ambos están muy enamorados y son felices de iniciar una nueva etapa. Sin embargo, la llegada de su primogénito causa en ella un cambio anímico radical.
Ramsay explora la depresión postparto y cómo un hijo altera la dinámica de pareja existente, dejando a un lado la intimidad y el deseo sexual para priorizar las necesidades del recién nacido. Para ello, directora escocesa utiliza un lenguaje estridente y desquiciado, con una puesta en escena que abusa de los golpes de sonido, introduciendo secuencias con una música altísima para reflejar el tumultuoso estado emocional de la protagonista. Lawrence se lanza al vacío sin red en una interpretación excelente y atrevida, pero no hay nada en ‘Die My Love’ que nos haga comprender la compleja psicología de su personaje. Ramsay tampoco parece demasiado preocupada en ello, sino más bien en construir una experiencia extrema tan desagradable como poco interesante.
Maldita Suerte (Sección oficial)
Edward Berger regresaba a la sección oficial del Festival de San Sebastián tras competir el año pasado con ‘Cónclave’, ganadora del premio al Mejor Guion Adaptado en los Oscar, donde optaba a 8 galardones. Con ‘Maldita suerte’ no parece que vaya a seguir el mismo camino, ya que se trata de una película muy cercana al desastre. Basada en la novela de Lawrence Osborne y con guion de Rowan Joffe, la trama sigue a Lord Doyle (Colin Farrell), un ludópata y estafador profesional que vive en Macao yendo de casino en casino. Sus deudas no paran de aumentar hasta que recibe una oferta inesperada de la bella y misteriosa Dao Ming (Fala Cheng), dispuesta a ayudarle.
Doyle inicia así un viaje psicológico donde realidad y paranoia se entremezclan entre casinos, alcohol y los exóticos paisajes de la pintoresca ciudad china. Farrell se esfuerza por dotar a su personaje del histrionismo que parece pedir la historia, pero no tiene demasiado donde agarrarse ya que nunca llegamos realmente a conocer quién es. El tono de Berger está siempre tan arriba, tan pasado de rosca, que en lugar de meterte en la trama, te expulsa. No hay nada mucho más allá de su premisa y su llamativa estética de colores chillones y luces de neón. Cuando llega el final, uno no puede evitar respirar con alivio: por fin.
La voz de Hind (Perlas)
Cuando Jim Jarmusch ganó el León de Oro en Venecia en lugar de ‘La voz de Hind’, la nueva película de la tunecina Kaouther Ben Hania sobre el caso real de Hind Rajab, una niña palestina que fue asesinada por el ejército israelí, se hicieron muchas críticas al jurado por no haberle dado el máximo galardón (se “conformó” con el Gran Premio) a una película tan urgente como esta. La realidad, en cambio, es que pese a que el tema es importantísimo, la cinta carece del valor cinematográfico que uno podría esperarse dada la gran acogida que tuvo en la cita italiana. Su intención no parece tanto ser una película como la de exponer la brutalidad y la injusticia ante un genocidio que está ocurriendo ante nuestros ojos.
Para ello, Ben Hania utiliza las llamadas telefónicas reales que la niña mantuvo con el equipo de la Media Luna Roja (la Cruz Roja de Oriente Medio), pero dramatizando la parte de los profesionales que hablaron con ella. Aquí surge la primera duda moral en una cinta cuyos recursos cinematográficos son muy limitados y parece rodada con prisa: ¿hasta qué punto es ético sacar a la luz los últimos momentos de vida de esa pobre niña para crear una película de tensión? ¿Es la ficción el mejor método para contar esta historia? No hay respuesta clara a estas preguntas, pero como espectador es inevitable cuestionarse si con la intención de denunciar algo tan serio no se está cayendo en la trivialización y en la insensibilidad. La cineasta mezcla además vídeos de archivo con la historia ficcionada desde el centro de operaciones de la Media Luna Roja. A nivel visual resulta tan pobre y plana que es difícil involucrarse en su narrativa hasta casi el final, y cuando uno lo hace no es mérito de la cineasta, sino de su uso de unas grabaciones absolutamente devastadoras.
Sea como sea, si esta película sirve de alguna manera para convencer a alguien no convencido de que lo que está cometiendo Israel es un genocidio en toda regla contra los palestinos y que es intolerable que los poderosos no hagan nada por frenarlo, todo lo dicho hasta ahora perdería por completo su sentido. Ojalá sea así.
Historias del buen valle (Sección oficial)
La expectación ante la nueva película de José Luis Guerín era máxima. Diez años después de su último largometraje ‘La academia de las musas’, el prestigioso cineasta español estrenó mundialmente en San Sebastián su documental ‘Historias del buen valle’. La película se ubica en Vallbona, un pequeño municipio en la periferia de Barcelona que, debido a sus diferentes cambios urbanísticos, se mantiene prácticamente aislado entre una autopista, el río y las vías del tren. Sus habitantes están felices y tremendamente orgullosos de su tierra, un lugar que pese a estar a tan solo media hora de la capital catalana, conserva unas formas de vida mayoritariamente rurales.
Guerín observa a la gente del pueblo con sensibilidad y humanidad, mostrando sus preocupaciones personales y comunitarias con humor y ternura. Sin embargo, hay algo de lo que desgraciadamente no puede escapar: de una mirada idealizada y algo condescendiente a la población de un barrio obrero que, a buen seguro, está lejos de ser ese lugar casi idílico que se empeña en retratar. El cineasta retrata a los diferentes habitantes en su día a día, filmando sus conversaciones y construyendo así una radiografía multicultural del pueblo. Sin embargo, pese a que en sus primeros minutos posee cierto encanto, Guerín impone en todo momento en su película una sensación de importancia que, sencillamente, no tiene. Sus dos horas de metraje son más que excesivas: hacia la mitad, ya se ha dicho todo lo que se tenía que decir, pero en lugar de acabar, se enrosca dando vueltas sobre sí misma hasta la exasperación en busca de una poesía hueca.
Vida privada (Perlas)
La nueva película de la directora francesa Rebecca Zlotowski presenta un gran reclamo: Jodie Foster como protagonista en un papel completamente en francés. La legendaria actriz interpreta a la psiquiatra Lillian Steiner, quien acaba de perder a una paciente por un suicidio. Sin embargo, tras acudir al velatorio y ver cómo el marido de la fallecida la culpa de haberle recetado las pastillas que usó su mujer para quitarse la vida, se da cuenta de que hay algo extraño en todo ello. Cuanto más investiga, más se obsesiona con que se trata de un asesinato.
El tono que Zlotowski usa es un poco del estilo de ‘Misterioso asesinato en Manhattan’ u otras comedias con crímenes de por medio del autor neoyorkino. Sin embargo, si algo nos demuestra esta película es que lo que hace Woody Allen no es nada sencillo. La cineasta en ningún momento logra el encanto, la chispa y la gracia alleniana ni tampoco la habilidad para la intriga de otra de sus grandes referencias, Hitchcock. El guion está lleno de torpezas narrativas, especialmente cuando nos acercamos a un final con un tono extrañamente grave que no concuerda con la levedad anterior. Y los personajes, tanto la protagonista como los que la rodean, son planos y poco convincentes. El resultado es una película muy menor, muy francesa y muy insustancial.
The Temper Trap lograron hace 15 años un gran éxito con ‘Sweet Disposition’, uno de los sencillos de presentación de ‘Conditions‘ (2010), su álbum debut. Uno de esos éxitos «crossover» del pop indie que calaban sobre todo en listas británicas y europeas, y que ha demostrado una sorprendente longevidad: hoy suma cerca de 800 millones de streamings solo en Spotify.
‘Sweet Disposition’ también convertía a la banda australiana liderada por Dougy Mandagi en un claro «one hit wonder» del siglo actual. Por mucho que pese la etiqueta, sus números hablan por sí solos. Salvo algún hit menor como ‘Trembling Hands’ o ‘Fall Together’, sus dos discos siguientes, ‘The Temper Trap’ (2012) y ‘Thick as Thieves’ (2016), pasaban desapercibidos.
The Temper Trap no han parado de tocar, por ejemplo en España, pero hace casi una década que no lanzan nuevo material. Estos días, el quinteto ha sorprendido publicando dos de las mejores canciones de su carrera, la percusiva y distorsionada ‘Lucky Dimes’ y la festivalera ‘Giving Up Air’. Formarán parte, presumiblemente, de un nuevo álbum que se avecina.
Si ‘Lucky Dimes’ era el sorprendente regreso de un grupo que no ha publicado material nuevo en nueve años, ‘Giving Up Air’ es el potencial himno festivalero que debe suceder a ‘Sweet Disposition’ en el canon de clásicos de The Temper Trap. Ambas producciones están cortadas por el mismo patrón, y el falsete de Dougy Mandagi vuelve a brillar, pero en ‘Giving Up Air’ el pulso se acelera, la energía se desborda y las emociones estallan a flor de piel.
‘Giving Up Air’ es una canción sobre el duelo, como ha explicado Dougy en una nota oficial, pero su energía y fuerza emocional remiten de manera nostálgica al indie de los 2010s. Eso sí, The Temper Trap vuelven a demostrar que ellos siempre poseyeron una impronta más delicada y melódica, evidente tanto en ‘Sweet Disposition’ como en ‘Giving Up Air’.
‘The Fate of Ophelia’ es el gran single de presentación de ‘The Life a Showgirl’, el nuevo disco de Taylor Swift. La redacción de JENESAISPOP os ofrece una opinión a favor y otra en contra, así como la posibilidad de votar en una encuesta.
«Aún defendiendo ‘Midnights’ más que mis compañeros de JENESAISPOP, el siguiente álbum de Taylor Swift sí que me dejó bastante frío (me ganó más con el tracklist/poda personal que le hice), y se me hace más difícil defender movimientos suyos de estos años que según ella son en pos de la calidad artística, de sus fans, del feminismo o de la civilización tartésica si hace falta.
‘The Life of a Showgirl‘ no es el disco que me va a hacer recuperar la «fe swiftie», pero tiene algunas muy buenas canciones, y un buen momento pop que ojalá fuese también una buena canción (sí, el que pensáis). Taylor me aburre más cuando todo el mundo es malísimo y ella un ángel, y me encanta cuando se mira a sí misma con más complejidad (‘mirrorball’, ‘The Archer’, ‘Anti-Hero’), en su faceta de storyteller (la que el mundo conoció en 2020) o cuando no tiene miedo a la intensidad declarando su amor (‘Call it What You Want’, ‘Sweet Nothing’).
Esto último vuelve a hacerlo en ‘The Fate of Ophelia’, que da mil vueltas como «lead single» a ‘Fortnight’. Recuerda nada más comenzar al inicio de ‘Dreams’ de Fleetwood Mac, girando rápidamente a un sonido que parece híbrido entre ‘1989’ y ‘Midnights’, con un Max Martin discreto (para bien) sabiendo aprovechar su voz. La letra es un agradecimiento a la paciencia y constancia de su pareja a la hora de conquistar.
Como MARINA en ‘Froot’, Taylor se veía ya para vestir santos y casi enarbolaba un “men are trash”, cuando llegó alguien que la salvó de su melancolía y de un destino decadente y solitario. ¿Podría ser esto más intenso? Sí, si fuese shakesperiano. Y literalmente es lo que ocurre. Ofelia de ‘Hamlet’ es el personaje con el que Swift se identifica, añadiendo así a la canción un punto que recuerda a las historias ajenas que contaba en ‘folklore’. ‘The Fate of Ophelia’ es, ahora sí, un estupendo «lead single», y una muestra de que su talento para componer buenas canciones sigue ahí. Eso sí, ojalá pudiéramos decir lo mismo del resto del disco, especialmente de su segunda mitad». Pablo N. Tocino.
«‘The Fate of Ophelia’ es la mejor canción de ‘The Life of a Showgirl’, algo que tampoco debería tomarse como un indicativo de su calidad. Su presencia destaca inmediatamente en el disco, pero, ¿es simplemente porque el resto está tan cercano a la catástrofe que nos estamos agarrando a un clavo ardiendo? Mi sospecha es que sí.
La composición, con producción de los reyes midas del pop comercial, Max Martin y Shellback, es formulaica y sorprendentemente plana. Su melodía puede resultar pegadiza pero no aporta nada que no hayamos escuchado antes. Todo suena perezoso, falto de ideas y del encanto y talento que la cantante demostró en sus discos pre-‘Midnights’. Más allá de ese estribillo diseñado para arrasar en TikTok, no hay nada memorable en ella. Es una canción fast food, que entra por un oído y sale por el otro». Fernando García.
caroline es uno de los nombres confirmados en la próxima edición de Primavera Sound, y no, al festival no se le ha olvidado poner en el cartel el apellido de la autora de ‘Bunny is a Rider’: caroline -así en minúscula- es el nombre de una banda procedente de Londres compuesta por hasta ocho integrantes. Su debut homónimo de 2021 fue recibido con entusiasmo por la crítica anglosajona debido a su innovadora fusión de post-rock, folk, ambient, drone e influencias de la música de los Apalaches, que varios de sus miembros habían estudiado durante su adolescencia.
Si a alguien esto le suena a tostón, no lo es en absoluto: la música de caroline es emotiva y envolvente a partes iguales. Opina lo mismo, ahora sí, Caroline Polachek, quien participa en uno de los cortes de su último disco, ‘Caroline 2’, una segunda parte que también supone un paso adelante.
Su colaboración, ‘Tell Me I Never Knew That’, es emblemática de la propuesta de ‘Caroline 2’, un disco de rock que también es un prodigio de la producción. La manera en que caroline graba los instrumentos y voces, intercalando crudeza maquetera con una postproducción extrema; el espacio dentro de las canciones, su forma de añadir capas, la irrupción inesperada del silencio, las transiciones episódicas o la manipulación vocal, todos estos recursos se usan en esta canción al servicio de una melodía preciosa que, además, cuenta con la voz de Polachek como guinda del pastel.
caroline, a pesar de su nombre, cuenta con una sola integrante femenina, Magdalena McLean, quien aparece de forma clara en ese ‘Coldplay Cover’ dominado por el clarinete bajo -el instrumento principal del disco: fans de ‘Fossora‘ al frente- y que no es exactamente lo que parece.
La voz de Casper Hughes predomina, pero todos sus integrantes -además de Magdalena, Jasper Llewellyn, Mike O’Malley, Oliver Hamilton, Freddy Wordsworth y Alex McKenzie-, excepto el batería y percusionista Hugh Aynsley, aportan voces, y los momentos de precisamente ‘Total Euphoria’ llegan cuando cantan a coro, pareciendo una escolanía. Entre ellos se reparten las partes de guitarra, viola, cello, trombón, clarinete, saxofón o trompeta, mientras hacen y deshacen las canciones a su antojo, sometiéndolas a mil experimentos.
Para caroline, las canciones son espacios de juego, pero pocas bandas de (post) rock aplican a ellas ideas tan sorprendentes. En ‘Song Two’ las capas de guitarra y viento suenan tan cerca que las puedes tocar, pero los coros parecen grabados desde la habitación de al lado. La manera en que la canción se construye, se deshace y se recompone es magistral. ‘Total Euphoria’, que abre el disco jugando desde el inicio con el espacio estereofónico, hace uso también de un sorprendente momento de distorsión electrónica, cuando menos lo esperas.
La experimentación -esa temida palabra- de ‘Caroline 2’ está siempre al servicio de unas composiciones preciosas que no podrían estar cantadas y tocadas con más mimo, gusto y atención. ‘When I Get Home’ es otra de sus maravillosas obras de estudio, fusionando capas instrumentales, coros, autotune y una leve base rítmica que parece el latido de un corazón. Y ‘Beautiful Ending’ es el bello colofón, donde todas las ideas del disco -el rasgueo de guitarra, las notas sostenidas de los vientos, las voces manipuladas- vuelven a ponerse en práctica de forma extremadamente meticulosa y emocionante. ‘Caroline 2’ es, sin duda, uno de los discos más innovadores del año.
caroline presentará ‘caroline 2’ en España en 2026: la banda londinense actuará el 31 de marzo en la sala Upload de Barcelona y el 1 de abril en El Sol de Madrid. Las entradas estarán a la venta en Fever a partir del 6 de octubre a las 11.00 horas a un precio de 22 euros más gastos de distribución.
El éxito de los conciertos de punk y derivados debería medirse por lo que sudan público y artista. Si ese fuera el caso, el show de Mujeres anoche en la Sala But fue un 10, o casi. Especialmente su líder Yago Alcover Pujol terminó hecho una sopa, y aun así continuó ametrallando hits y dando cabezazos a cada frase que soltaba, hasta el final, tras hora y media de concierto.
Ochoymedio está celebrando una serie de conciertos especiales para celebrar su 25º aniversario. Los actos comenzaron el pasado sábado reuniendo en Teatro Eslava pequeñas actuaciones de gente como Hidrogenesse o Javiera Mena, y ahora han arrancado los conciertos al completo, empezando por Mujeres, que se supone que iban a presentar ‘Un sentimiento importante‘.
Las selecciones de Ochoymedio para recordar un disco entero pueden parecer un tanto aleatorias: a ‘LPIV’ de Los Punsetes me remito. Un total de cero canciones de tal álbum de Mujeres aparecen entre las más populares del trío en las plataformas de streaming. La propuesta parece una manera de huir del pensamiento único. Pero bueno: nosotros llamamos una vez a La Casa Azul para tocar un álbum en un aniversario, y no fue ‘La revolución sexual’ al completo, sino su debut de 19 minutos (canceló por enfermedad).
Como adivinando que quizá el show previsto no funcionaría igual de bien que los habituales, el bajista y co-vocalista Pol Rodellar Martí anunció nada más salir que no iban a tocar ‘Un sentimiento importante’. Que pasaban. Que había sido solo márketing. Dispararon temas de otros discos, a saber ‘Cae la noche’, ‘Besos’, ‘Rock y amistad’ y ‘Un gesto brillante’. Hicieron bien. La gente se los sabía todos, se despertaron los primeros pogos. Pero era broma. Pasadas las primeras cuatro canciones, sí interpretaron ‘Un sentimiento importante’ al completo.
El grupo reconoció que nunca había ofrecido un concierto como este. Suelen tocar algunos temas del álbum que los convocaba, pero otros nunca los habían hecho en vivo. Evidentemente ‘Vete con él’ arrasó, también ‘Siempre eterno’, pero otras canciones -bien resueltas finalmente- parecían haberlas olvidado ellos mismos. «Esta tenía una caja de ritmos», dijeron medio sorprendidos sobre ‘No es tu sitio’. A la altura de ‘Ley de la gravedad’ más o menos, parecían medio aliviados de poder volver a sus hits.
Aunque antes hay que hablar de la canción titular de ‘Un sentimiento importante’. Esa sí que justificó todo el concierto: Pol se lanzó con su bajo y todo a surfear sobre los hombros de la gente, y el público la siguió coreando incluso cuando no tocaba. Un ejemplo palmario de la conexión que tienen Mujeres con su público, gracias a unas melodías excelentes que podrían haber escrito Juan y Junior, solo que dispuestas con la agitación de los Buzzcocks, Wire o incluso un Jerry Lee Lewis.
Adrián YR
«Al final, abrazos» y muchos más hits. ‘Si piensas en mí’, ‘No puedo más’, ‘Tú y yo’… Cada dos o tres minutos, una gran canción. Presentaron un nuevo tema con la teclista de Aiko El Grupo, ‘Alucinante’, avance del disco que sacarán en febrero, apareció David Burgués de La Élite (en la segunda foto) para hacer lo suyo en ‘Cardio y caladas’ y poco después se despidieron sin bis.
Cerraron el concierto el popurrí entre ‘Romance romántico’ y «Un sentimiento», otra vez, porque nunca tendremos suficiente, antes de una versión de Kokoshca. ‘No volveré’ es la viva contradicción porque todo el mundo quiere volver a un concierto de Mujeres, y ellos también. «Llenar una sala así un puto jueves en Madrid… no sabéis lo que es para nosotros», dijo Yago, que invitó a todo el mundo a seguir la fiesta en el Fotomatón, donde pinchaban. ¿Quién podía parar después de tal chute de adrenalina?
Natalia Lacunza sigue desgranando el contenido de su próximo álbum, aún por anunciar. El sucesor de ‘Tiene que ser para mí‘, uno de los mejores discos de 2022, se ha presentado con el single ‘Un castigo‘ con Jesse Reyez y después con un tema en solitario llamado ‘Apego feroz’. El tercer adelanto tampoco contiene colaboraciones, pero la sorpresa es que es una balada a piano.
Aún escrita y producida por sus colaboradores habituales -Pau Riutort, Ganges, entre otros-, ‘Otro culito’ es probablemente la canción más desoladora que jamás haya incluido la rima «tú te vas, bebé, mirando otro culito, uno que te lo haga bonito, que te sacie». Con esta letra, Maluma habría creado un bop. Lacunza, sin embargo, ofrece la canción más triste que ha escrito jamás. La letra, que gira en torno al distanciamiento entre dos antiguos amantes, se remata con unos preciosos «pam pam pam» que suenan igualmente tristones.
Gira Natalia Lacunza 2026
Lacunza ha anunciado recientemente su gira de 2026, la que paseará por España definitivamente el contenido de su segundo álbum. El tour arrancará el 15 de enero en Santiago de Compostela, con un concierto en la Sala Capitol, y continuará dos semanas después con paradas en el sur: el 30 de enero en Málaga (París 15) y el 31 de enero en Sevilla (Pandora).
Ya en febrero, Natalia llevará su directo a La Riviera de Madrid el 12 de febrero, a Paral·lel 62 de Barcelona el 19 de febrero, a la Sala BBK de Bilbao el 21 de febrero y a la Sala Moon de Valencia el 26 de febrero.
La gira cerrará en marzo con dos fechas en Canarias: el 6 de marzo en Gran Canaria (Alboroto) y el 7 de marzo en Tenerife (Paraninfo ULL).
La Paloma siguen construyendo himnos con los que sobrellevar los grandes males de la vida moderna, pero nunca han sonado igual. Con ‘Un Golpe De Suerte’, Nico Yubero, Lucas Sierra y Juan Rojo inauguran una nueva etapa de su carrera, comenzada allá por 2021, que se caracteriza por su nuevo fichaje en Universal y la exploración de un sonido más luminoso y heterogéneo.
Después de singles tan afilados como ‘La edad que tengo’, el grupo afincado en Tetúan se aleja parcialmente del noise garajero que tan presente estaba en su sólido debut (‘Todavía no’) y apuesta por el hi-fi sin perder la crudeza de sus letras. «La vida es asquerosa, bruta y corta», cantan en ‘Espada’.
Tras revelarme los mejores sitios para comer algo por el barrio de Tetúan, hablo con Nico, Lucas y Juan sobre la romantización del indie, las falsas expectativas de firmar con una multinacional y un nuevo camino musical.
Os habéis especializado en himnos que retratan la ansiedad, la incertidumbre, de la vida adulta. ¿Cuántos golpes de suerte habéis necesitado para llegar hasta aquí?
Nico: No te das cuenta de la mayoría de golpes de suerte. Creo que todo es una cosa muy presente en la vida de todo el mundo, la suerte como tal. No como destino, sino como suerte eventual y circunstancial que ocurre y que va dirigiendo un poco tu vida. Entonces, probablemente, mil. Yo digo mil.
Juan: Yo digo 934.
Lucas: De las cosas que me han pasado, no atribuyo la gran mayoría de ellas a la suerte.
Ahora estáis en un buen momento, vais a sacar vuestro segundo disco, acabáis de firmar con Universal… ¿Cómo lleváis esta etapa de cambios?
N: No se nota mucho, tío.
J: Se nota que hay más gente en equipo, más gente en el proyecto y eso mola. Lo compartes con más peña y tal, pero no es un cambio que nos haya cambiado la vida completamente. Mucha gente en el equipo y un poco más de apoyo.
Es lo típico que, desde fuera, algunas personas pueden pensar que os ha cambiado la vida.
N: Absolutamente nada. Eso ya no pasa.
L: No firmas por Universal y te cambia la vida.
J: Ha cambiado la vida en general, pero la nuestra en concreto creo que no ha cambiado mucho. A nivel laboral, con el grupo, pues viajamos mejor, dormimos en sitios mejores y tal, pero seguimos vistiendo igual que hace dos años.
N: Tenemos el poder adquisitivo de una persona, que también hay que dar gracias. Que tengamos una cosa que nos puede sustentar es la hostia, pero sin grandes lujos. Somos peña currante.
¿Cómo de lejos lo veíais al principio?
L: No eso, sino que ni se veía. No era una posibilidad. No hablabas de ello en tu día a día. Era como un sueño, en el sentido de algo que está en otra dimensión.
N: Un anhelo.
L: Un anhelo, sí, pero no estaba en el día a día. Luego ya te das cuenta de que existe la posibilidad, aunque remota, de poder vivir de ello y de repente esa posibilidad se va acercando a ti.
J: Teníamos todos en mente que queríamos ser músicos. Hay gente que empieza ya sabiendo que va a ser un hobby.
Toda esta etapa también ha coincidido con un cambio de sonido en vuestro nuevo disco. Como tantas otras bandas de rock que firman por una major, seguro que os veíais venir de lejos los comentarios de «vendidos», etc.
N: Un tío dijo que sonábamos como todos, y le dio like a la publicación.
L: Al fin y al cabo, una de las premisas de firmar con Universal era que querían que siguiéramos desarrollando nuestro sonido y buscando nuestro camino. Ellos nos iban a ayudar. Iban a poner medios para que nosotros pudiéramos estar lo suficientemente cómodos como para expresarnos de la forma que quisiéramos expresarnos. Si este disco va bien, sigue haciendo tu puta movida.
N: No sé qué se cree la peña que pasa cuando firmas con un sello. Como que hay una especie de equipo que te da una clase de cómo hacer una canción y qué tipo de canción tienes que hacer. Evidentemente hay una conversación con tu equipo, igual que hemos tenido siempre con los equipos que hemos tenido, pero nadie te dice lo que tienes que hacer en ningún sitio. El cambio de sonido lo hemos decidido nosotros, lo hemos dirigido nosotros y lo hemos hecho nosotros al 100%. Somos responsables de todo lo que ha pasado en este disco. Si a alguien no le mola, es porque no le mola el grupo.
En la presentación del disco hablabáis de que el sonido de ‘Todavía no’ os parecía muy homogéneo. ¿A qué os referíais?
N: Son los mismos elementos funcionando en todo el disco, desde el principio hasta el final. Mismos amplis, mismos tal, una búsqueda de sonido más crudo en directo, sin florituras, sin arreglos, con una producción sutil… Hay producciones que rompen menos la dinámica. De cara al segundo disco hemos decidido huir activamente de esa idea. ¿Qué te parece? ¿Lo hemos conseguido?
Diría que sí, en general. Hay una popificación de vuestro sonido, pero también cierto continuismo, en canciones como ‘Intacto’ o ‘En Mucho Tiempo’.
L: Popificación… ¿En cuanto a la composición o al sonido?
Sonido.
L: Ese era un poco el objetivo. Habrá gente que piense que ha perdido encanto o personalidad en pos de sonar mejor, básicamente. Tú te pones la música ahora y con el altavoz del móvil puedes escuchar el bajo, la batería… Todo en su sitio. Popificación en cuanto al sonido, seguro. En la composición, también.
N: Fíjate que, por mi parte, creo que ha habido parte del disco que me ha acercado más a cómo componía en el EP que en el primer disco. Me he ido todavía más atrás.
«La vida no te cambia por firmar con Universal»
¿En qué canciones?
N: Creo que lo veo en ‘Elegante’, creo que lo veo en ‘Sale el sol’… ‘Intacto’ me va por un rollo como ‘Un Momento Oportuno’ a veces.
‘Las cosas que me gustan’ es una canción en la que rompéis con todo. También es verdad que mucha gente escuchará una guitarra acústica y ya se le irá la cabeza.
L: Hay muchas acústicas en este disco. De hecho, ‘Bravo Murillo’, de las canciones más populares que tenemos, también.
N: A eso voy. Creo que se parece un poco a cosas del LP. ‘Las cosas que me gustan’ yo creo que es un ejercicio de riesgo con el que estamos felices y contentos de estar.
¿Cómo se relacionaba la portada con el sonido del disco?
N: La portada es el disco. El bicho es la materialización física de lo que escuchas, pero sin entrar en detalles de las canciones. Evidentemente, el sol viene de ‘Sale el sol’ porque a partir de esa canción vimos que era un disco más luminoso, más grande. El bicho tiene tres metros de alto. Suena Hi-Fi al máximo, por eso también incluimos los altavoces. Hemos intentado contextualizar el disco lo máximo que hemos podido. Esto, evidentemente, ha sido un trabajo de Fede, el director creativo, pero es como intentar trasladar el espíritu del disco a algo físico y tangible. Y los pinchos son los rayos de luz del disco de alguna forma. Es una representación muy literal de lo que escuchas.
¿Por qué habéis elegido los singles que habéis sacado?
L: No los elegimos nosotros.
N: Opinamos, ofrecemos, proponemos. Al fin y al cabo, eso es la discográfica. Si quieres generar esta sensación, hay que sacar esta canción primero.
J: Queríamos que la gente supiese que es algo nuevo. Luego, que supiesen que seguimos siendo los de antes. Esta es una conversación que tenemos con el sello.
¿Qué sensación queríais dar con ellos?
J: En cada uno se buscaba algo diferente. Como hemos hablado, es un disco más trabajado, con más atención al detalle, más grande, y en ‘Si No Me Muevo’ pues hay una batería que tiene un sonido especial al principio. Era una canción que avisaba sobre las cosas nuevas que se venían. Con el siguiente queríamos demostrar que todavía podemos ser potentes e ir a saco y en ‘Elegante’ pues una canción que nunca se había oído en el espectro palomino.
En cuanto habéis dejado de ser un grupo independiente, habéis renunciado a la etiqueta de indie. Dijisteis literalmente que os dejasen de llamar una banda de indie.
N: Yo creo que eso lo compartimos con mucha gente que no se autodenomina de tal forma. No es una cosa nuestra exclusiva ya.
L: Es que indie para alguna gente es que tocas con una guitarra. Para otra gente es que todavía viajas en tu coche de gira.
N: Eternamente emergente, tío. No puedes estar emergiendo todo el día, porque te ahogas.
L: El término indie también tiene un tufillo a precariedad. Y una romantización muy fuerte de la precariedad, también. Cuando la hemos vivido, y en algunas partes de nuestra vida laboral en la música la seguimos viviendo, es algo de lo que hemos sido plenamente conscientes que nos queremos quitar de encima. Conocemos esa precariedad del indie y no la queremos. Si tú la quieres para tu vida o para ordenar grupos y encasillarlos en tu mente, genial, pero yo no quiero ser más indie.
N: A ver, no somos subnormales. Sabemos de quién estamos hablando, pero la línea es superlimitante y lo que hace es encerrar ahí a todos los grupos. Parece el vídeo este de dos ratas peléandose por un churro. Hay muchos churros, tío. Cada uno debería tener su churrito y disfrutarlo.
J: ¿Qué vídeo?
N: Dos ratas peléandose por un churro con Linkin Park de fondo. Es mítico.
L: ¿Es un churro o una porra?
N: Puede ser en México, porque también toman churros.
Hablabais de nuevas referencias y tú (Nico) mencionabas una obsesión por Tom Petty.
N: Duró un rato y es verdad que igual nosotros lo podemos ver porque yo estaba pesado con el sonido de una acústica, pero se le está dando bombo de más a esas declaraciones (risas). Hay unas acústicas que me gustaban mucho en la sonoridad de Tom Petty, pero hay de todo. También hemos ido cambiando la música que escuchamos a nivel personal. Cada uno ha ido explorando su propio camino y escuchando movidas nuevas, y eso se ha revertido en el grupo. El disco no suena a Juana Molina, pero gracias a que he escuchado mucho a Juana Molina o Wilco, hay algo ahí.
L: Gracias a estar todo el día en Instagram y ver tíos tocando la guitarra, pues ahora toco de otra forma, porque he aprendido algo nuevo. A mí me encantaría que ahora con las reseñas y tal se empezará a ver a qué le suena a la gente. Con el primero EP nos decían que si Dinosaur Jr., Yo La Tengo… Y guay, porque esa era la idea. Ahora que ya no tenemos referencias en mente, va a molar. Este tema suena a no sé qué, o se han copiado de tal. Me encanta esa movida.
«El término indie tiene un tufillo a precariedad»
Algo que creo que no cambia es el enfoque de vuestras letras. En ‘Sale El Sol’ cantáis que «es turbia la muerte, pero también es tela estar vivo».
N: Es una frase muy exagerada que funciona casi un poco como de broma. De alguna forma, es como ridiculizar también el dramatismo que se le da a veces.
L: Yo creo que también al meterlo en el contexto de una canción se ponen las cosas como en una especie de pedestal, cuando podría ser una reflexión que se te pasa por la cabeza cuando estás paseando. Como una mera reflexión superbanal. Igual la intención del artista era que esa frase fuese la que se acaba tatuando la peña, pero para mí esa frase de Nico en concreto me la tomo como una reflexión cuasi banal.
N: A mí me da como hasta cosica. Está en un limbo entre algo serio y, como dice Lucas, algo que no es rasgavenas completamente.
¿Tenéis alguna intención cuando escribís las letras?
N: En eso sí que creo que Lucas y yo somos diferentes. Como que yo parto de una reflexión y la completo, un poco por donde vaya saliendo, hasta que tenga una cosa redonda o que yo considere que está redonda. Cuando empiezo, muchas veces no sé de qué va a hablar la canción exactamente, sino que va hablando de algo.
L: A mí me pasa bastante que acabas una letra y de repente la ves desde fuera y dices: «Hostia, que va sobre esto». Eso pasa. A mí también me sirven las letras como un medio de expresión, un clásico de la música. Muchas reflexiones, pensamientos, cosas que sentía, salieron de mi boca por primera vez al cantarlas en un local, antes que comentárselo a mi familia, amigos o pareja. Me sirve un montón en mi día a día.
¿No te da algo de vértigo?
L: Sí, pero estás abstraído del sentimiento. La gente tampoco sabe cómo de real es algo y siempre se lo lleva para ellos.
J: Nunca se habla de forma tan explícita en las letras.
L: Hay veces que ves la letra y piensas sobre decirlo o no decirlo. Suele ser un sí. Si lo he puesto es porque lo tengo que decir. Luego ya las letras se desvirtúan y cuando yo canto no pienso en lo que digo.
N: A mí se me olvida de qué hablan las canciones.
¿Cuál es vuestra Canción del Día?
La Paloma: ‘Girls Just Wanna Have Fun’ de Cyndi Lauper.
¿Disco de la Semana?
La Paloma: El de Geese, que acaba de salir.
Cómo sentirte confundido, maravillado y todo lo que hay entre medias en una sola escucha. El primer adelanto del segundo largo de Ralphie Choo, después del aclamado ‘SUPERNOVA’, es una explosión de estímulos, melodías y carisma que solo podría haber salido de la alocada cabeza del artista madrileño. ‘PIRRI’ es la Canción del Día.
Pensábamos que ‘D’amor traficante’ representaba el comienzo de un nuevo capítulo para Ralphie, pero parece que se trataba de una despedida. ‘PIRRI’ sí se siente como un paso hacia delante, o varios. El hecho de que este bop veraniego salga a estas alturas del año es tan desconcertante como su primera escucha. Quizás sea debido a su imprevisibilidad, a su estructura cambiante o a la excéntrica interpretación del artista. Justamente, todos estos aspectos son los que convierten a ‘PIRRI’ en una canción brillante.
El loop de sintetizador que abre el tema es interrumpido por unos luminosos acordes de guitarra, muy ochenteros, y desde ese momento este se convierte en una acumulación de capas y detalles melódicos que van y vienen. Es también una de las ejecuciones vocales más divertidas y trastornadas de Ralphie, que no solo bascula entre el grave y el falsetto sino que apuesta por una extravagancia máxima, como algo salido de los inicios de Radio Futura.
Esto se ve claramente en los numerosos ad-libs que salpican la canción, como ese «¡chiquitá!», o en el punto teatral en el delivery de algunas frases. «Quiero bailarte más, juntar las siluetas» o la marcada pronunciación de «Olvida a la bonita del bar, chica moderna» son claros ejemplos. El resto de la letra es todo un sueño de verano: «Todo lo quiero hacer mal, hoy caen estrellas / Corre la brisa del mar, ondea mi melena», suena en las primeras líneas.
En ‘PIRRI’, Juan Casado recluta a algunos de sus colaboradores habituales -DRUMMIE, Sam Gold o Juan Arance- a la vez que cuenta con el joven talento de Teo Planell, que acaba de lanzar disco, y TRISTÁN!. En el vídeo oficial, Ralphie se viste de traje para convertirse en toda una estrella del rock. ¿El escenario? Basta con el espejo de su habitación.
Hoy 3 de octubre sale el nuevo disco de Taylor Swift, pero no es el único lanzamiento largo de la jornada, aunque desde luego sí el más destacado y el único peso pesado. Editan nuevos álbumes también Jamie Woon -el primero en 10 años-, La Paloma o Pshycotic Beats. Durante la semana ha editado disco Molly Nilsson (en la foto) y bb trickz ha lanzado un EP de cinco minutos. Kali Uchis reedita su último álbum.
La semana ha dejado varios comebacks interesantes, como los de Lianne La Havas, Dry Cleaning, Louis Tomlinson o Melody’s Echo Chamber. The Charlatans publican single producido por Dev Hynes (Blood Orange).
Una serie de artistas, por otro lado, siguen avanzando sus próximos trabajos, entre los cuales destacan Ralphie Choo, The Last Dinner Party, Depresión Sonora o Natalia Lacunza. De la cosecha nacional recogemos también nuevos temas de Bom Motion Club, Marinita Precaria, One Mafalda o Los Chivatos. La sorpresa de la semana la ha dado Mónica Naranjo (escrito por Nebulossa).
La jornada de novedades es tan variada costumbre, pues hoy estrenan lo mismo María Escarmiento que Benjamin Biolay. Se suceden en la playlist interesantes singles por descubrir de Chanel Beads, Sofía Amores, fred again con Amyl and the Sniffers, Young Miko, Good Neighbours, Metrika, Phantogram, BENEE o Vance Joy. Entre las recomendaciones de la casa, Sekou.
Miguel, Casey Daniel, Micah P. Hinson, Skullcrusher, Westerman o la colaboración de Hony Dijon y Chlöe… todas estas novedades y más están disponibles en la playlist de Apple Music «Ready for the Weekend».
‘The Life of a Showgirl’ de Taylor Swift es el disco en el que Taylor Swift ha trabajado, más o menos en secreto, mientras ofrecía el tour más grande de su carrera. Comenzó cuando visitó Estocolmo de gira en mayo de 2024, charlando con Max Martin y después volvió regularmente a la capital sueca para continuar escribiendo y grabando. Shellback completa el trío de autores y productores del álbum, sin ningún añadido más.
El público había presupuesto un regreso al pop de ‘Red‘ y ‘1989‘, o a la oscuridad de ‘Reputation‘, pues esos fueron los discos en que Swift colaboró con estos hacedores de hits. Finalmente no ha sido el caso. Si aquí había alguna canción destinada a completar la abortada «Taylor Version» de ‘Reputation’, esa canción sería sin duda ‘Elizabeth Taylor’. La actriz -apellidada como se llama Swift- ya salía mencionada en ‘Ready for It?’ («And he can be my jailer, Burton to this Taylor») y esta es la grabación más oscura del conjunto. Taylor habla sobre la presión del éxito, de ser número 1, pero no tener todo, sobre «ser Nueva York cuando Hollywood te odia», sobre «estar «hot»… solo si lo está tu último hit».
Por lo demás, nos seguimos encontrando a la Taylor Swift tranquila, adulta, de medios tiempos, que hemos venido encontrando en su discografía desde ‘folklore‘. Este disco se parece a ‘Midnights‘ y algo a ‘Tortured Poets Department‘, salvo porque estamos hablando de su álbum más corto desde su debut hace 19 años. 12 canciones en 41 minutos. La cadencia del single ‘The Fate of Ophelia’ recuerda a Empire of the Sun. El piano, a The National. ‘Opalite’ recuerda a Fleetwood Mac y un tanto a la canción italiana, al final. Si me dicen que es Aaron Dessner, y no Max Martin, quien ha contribuido en estas canciones, o en la acústica ‘Eldest Daughter’, me lo creo. Y que alguien me libre de añorar la aburrida fórmula matemática de Max Martin en un álbum pop de 2025. Es solo que si me dicen que era todo bromi y que es Jack Antonoff quien está detrás de esto, me lo creo también.
‘Eldest Daughter’ es el corte 5, una posición que siempre ha sido muy especial para Taylor Swift. Sus arreglos acústicos emparentan con los Sundays, su estribillo sí podría pertenecer a ‘Reputation’ («I’m not a bad bitch»), pero es que la melodía es preciosa. Sin duda, será una de las favoritas de la legión swiftie.
Taylor, ¡pásate al grunge!
La primera frase de ‘Eldest Daughter’ es «Everybody’s So Punk In the Internet» que, al margen de ser otra referencia al «qué dirán», es una pista de lo que viene en la segunda mitad del disco. Quizá por haber sido compuesto durante la salvajada que representa estar inmersa en una gira tan salvaje, hay un par de canciones ligeramente grunge. Son ‘Actually Romantic’ -¿¿¿¿¿un poquito Pixies?????- y ‘CANCELLED!’ -cerca también de Arctic Monkeys, orquesta incluida-. Además, la primera osa comenzar supuestamente con una línea dedicada a Charli XCX tras el «beef» abierto en ‘brat’: «He oído que me llamaste «Barbie aburrida» cuando la cocaína te hizo valiente». Sumemos el aire a 4 Non Blondes que presenta la colaboración con Sabrina Carpenter ‘The Life of a Showgirl’. «No sabes lo que es la vida de una showgirl, ni querrías saberlo», dice el tema, que cierra el disco con ovaciones.
La referencia a George Michael, que es muy visible en ‘Father Figure’ (en la que Taylor presume de «pollón»), el aire a Jackson 5 de ‘Wood’, los oníricos teclados de ‘Wi$h Li$t’ y las agradables melodías de ‘Ruin the Friendship’ y ‘Honey’ completan ‘The Life of a Showgirl’. Un álbum que no es un giro sorprendente en la carrera de Taylor Swift, ni sabe descaradamente a Álbum del Año en los Grammy, pero que dista mucho de ser «una tortura» en el supuesto «departamento de poesía». Son las 7.41 de la mañana del 3 de octubre, y ya lo he oído más veces que el anterior. Foro de Taylor Swift: primeras críticas.
Un grupo de jóvenes revolucionarios antisistema lucha día a día por cambiar las cosas en un mundo moralmente deplorable. Esa es la premisa de ‘Una batalla tras otra’, donde Paul Thomas Anderson vuelve a aceptar el reto de adaptar una novela de su venerado Thomas Pynchon tras ‘Puro Vicio’. Pese a que ‘Vineland’ se publicó en 1990, la manera en la que el cineasta la transforma en imágenes no puede ser más políticamente urgente, ambientándola en la actualidad y restableciendo su mensaje al contexto social contemporáneo de su país.
Desde sus primeros minutos posee un ritmo frenético, de forma que hasta su introducción parece el clímax de una película que no llegamos a ver. En cualquier caso, Anderson, quiere llegar al meollo del asunto lo antes posible, por lo que recurre a un montaje rápido que narra vertiginosamente el pasado del que será el protagonista de esta historia, Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio). En esta primera parte del metraje, se retrata el fervor propio de la juventud, que mueve a sus personajes a un activismo radical para intentar derrocar todo aquello que desprecian dentro de un sistema podrido y guiado por el supremacismo blanco.
Pese a que todo esto puede sonar bastante serio, que lo es, Anderson en ningún momento deja que la gravedad temática de la película empañe su naturaleza de puro entretenimiento, pues una de las mayores virtudes de ‘Una batalla tras otra’ es su oposición para definirse como una sola cosa. La ambición del cineasta va mucho más allá, puliendo una narración que viaja libre entre géneros, del thriller político, a la acción, a la comedia, con asombroso brío. Y entre todo eso, encuentra una fuerza prodigiosa para sorprender y reinventarse una y otra vez.
En lo visual, Anderson vuelve a hacer gala de su talento como uno de los grandes directores del cine contemporáneo. Hay varias secuencias, especialmente una en una carretera llena de cambios de rasante, que no tardarán en ser estudiadas en las escuelas de cine. Es absolutamente espectacular la habilidad que muestra para armar escenas que son capaces de traspasar la pantalla e insertarse directamente en la piel del espectador. Por ejemplo, esa imagen tan reconocible y cinematográfica de la carretera en mitad del árido paisaje estadounidense crea una sensación constante de vértigo y tensión únicamente con un par de simples movimientos de cámara.
Adaptar a Pynchon es una ardua tarea, pues su nivel de abstracción narrativo es tremendamente complejo y personal. El guion de Anderson opta por la opción de no intentar ser fiel a la novela punto por punto, sino capturar su espíritu. Esto está en el ADN de unos personajes memorables, reforzados por unas interpretaciones merecedoras de premios. La elección del casting es tan brillantes como impredecible. Teyana Taylor es una fuerza arrolladora en un papel secundario cuya esencia, incluso cuando no aparece en pantalla, impregna toda la película.
Leonardo DiCaprio no tiene que demostrar nada a estas alturas, pero vuelve a estar inmenso y divertidísimo en un personaje siempre al borde de la psicosis. Sean Penn encarna magistralmente a uno de los villanos más asquerosos y patéticos del cine reciente. Benicio del Toro compone un Sensei Sergio para el recuerdo. Y Chase Infiniti debuta por todo lo alto en un papel que podría convertirla en una superestrella. Incluso las actuaciones muy menores de Junglepussy o Alana Haim (con mención especial a su pelucón en cierta escena) son grandísimos aciertos.
Durante sus casi tres horas de duración, ‘Una batalla tras otra’ deja sin aliento, tanto por su ritmo febril como por su potente y desesperanzado discurso. El mundo está en manos de unos locos y el idealismo y la esperanza de que eso vaya a cambiar se va diluyendo inevitablemente con el tiempo. Paul Thomas Anderson firma una película de una magnitud inabarcable, cuya lucidez le encumbra como un auténtico revolucionario del cine estadounidense.
Jane Goodall ha fallecido a los 91 años. La etóloga y primatóloga británica, reconocida por su trabajo pionero en el estudio de los chimpancés salvajes, ha sido durante décadas una figura clave en la promoción de la defensa de los derechos de los animales. Ha inspirado a artistas como Billie Eilish, quien la ha despedido en sus stories de Instagram: «Hasta el final, la doctora Jane Goodall siguió usando su voz por aquellos que no tienen una. Esta es la verdadera heroicidad. Gracias Jane por allanar el camino y por preocuparte tan desinteresadamente por nuestro planeta y por todas sus criaturas, grandes y pequeñas».
El equipo del Jane Goodall Institute ha comunicado su fallecimiento y recordado a la etóloga: «La vida y el trabajo de la Dra. Goodall no solo dejaron una huella imborrable en nuestra comprensión de los chimpancés y otras especies, sino también de la humanidad y de los entornos que todos compartimos. Inspiró curiosidad, esperanza y compasión en innumerables personas alrededor del mundo, y abrió el camino para muchos otros, en especial los jóvenes, quienes le dieron esperanza para el futuro».
Entre las celebridades que han despedido a Goodall en redes o medios de comunicación se encuentran también Leonardo DiCaprio, Jane Fonda o por supuesto Moby, quien ha compartido un selfie con Goodall tomado recientemente.
Como recordaréis, este mismo año Goodall fue una de las invitadas en la última temporada de La Revuelta, de manera absolutamente increíble. Goodall compartió con Broncano una serie de anécdotas sobre su carrera, y precisamente el martes, y como recuerda El País, Broncano rememoraba la visita de Goodall a La Revuelta durante su entrevista con Mónica Naranjo, asegurando que él y Goodall mantenían desde entonces una «relación epistolar». La Revuelta ha lamentado el fallecimiento de Goodall en redes.
Goodall ha sido una improbable icono de la cultura pop que ha generado imitaciones y parodias. Muchos descubrieron a Goodall cuando fue retratada -de forma indirecta- en un memorable episodio de 2001 de Los Simpson, ‘Simpson Safari’. Ese mismo año, Goodall se dobló a sí misma en un episodio de ‘Los Thornberrys’, ‘Un problema con Darwin’, aunque de eso se enteró, más bien, el público anglosajón que veía la serie en versión original.
En la música, Goodall ha sido sorprendentemente homenajeada varias veces. Stevie Nicks dedicó una canción a la etóloga, ‘Jane’, la que cierra su disco de 1994 ‘Street Angel’. Más recientemente, en 2023, Leona Lewis cantó ‘One Step Closer’, la canción principal de la película ‘Jane’, escrita por Diane Warren. El EP ‘Inspired By Jane’, publicado este mismo año, incluye composiciones de Bishop Briggs o Tash Sultana, cuyo mayor éxito, que suma 300 millones de streamings, se titula precisamente ‘Jungle’.
El mundo en 2025 necesita espacios seguros en los que refugiarse de un apocalipsis que parece acechar permanentemente. En su cuarto álbum, homónimo, Purity Ring quieren evitar la palabra «escapista» o «fantástico» porque, mejor aún, quieren que más bien sea el primer paso para crear un lugar «en el que se escuche al vulnerable, se dé voz al dolor, la familia sea un verbo y no un sustantivo, y la esperanza y el hogar florezcan juntos».
La naturaleza tiene mucho que ver con la creación de ese espacio. En el vídeo de ‘imanocean’ aparecen con el cuerpo metido dentro del mar. ‘place of my own’, que lo dice todo con su título, la crearon en un bosque, inspirados por la nube que tenían encima.
Por si esto no funcionase, el álbum también presenta una coartada conceptual, más abstracta. Se trata de una banda sonora imaginaria para un videojuego de los años 2000, del tipo ‘Final Fantasy’, a cuyo sonido recuerda a veces. Los protagonistas son dos personajes que son ellos mismos, pues llevan sus iniciales (mj es Megan James) o directamente sus nombres (Corin es Corin Roddick), aquí desarrollando cierto carácter narrativo tanto en cuanto a letras como en cuanto a música.
La «viudedad» de ‘relict’ es la de un mundo que ha colapsado, que ha muerto porque «nadie ha venido a salvanos». Su sonido es por tanto como un «bug» que hace a la canción sonar como una intro o como un error. ‘many lives’ presenta su coda, ‘mistral’ es un interludio a piano, y también lo es hacia el final del álbum, ‘mj odyssey’. Pese a que la muerte sobrevuela muchas de estas canciones, especialmente ‘red the sunrise’ y ‘imanocean’, que es directamente una despedida, la luz y la esperanza están muy presentes.
«No estás solo» es el estribillo de la edificante ‘many lives’. ‘the long night’ ofrece una mano a la que agarrarse. ‘glacier ::in memory of rs::’ no sabe a derrota como final, ni siquiera cuando tanto habla de fuertes cambios.
Musicalmente, sería reduccionista situar a Purity Ring en el revival drum&bass que hemos visto en el último lustro, por mucho que ese tipo de beats inunden diversas producciones, como ‘many lives’, ‘between you and shadows’ o «glacier». También lo sería decir que Megan suena como una estrella de k-pop o hyper pop con su voz aniñada. El dúo asentó su sonido hace mucho en discos tan reivindicables como ‘shrines’ o ‘another eternity’, y ‘purity ring’ les muestra en forma. A lo sumo, podríamos argüir que los singles están demasiado bien elegidos, o que es una pena que no exploren más el registro acústico de ‘imanocean’ y ‘part ii’. Les sienta como un guante.
Mariah Carey se está marcando una de las ruedas promocionales más divertidas del año, en apoyo de su nuevo disco, ‘Here for it All‘. Cada una de sus entrevistas está dejando un momento viral gracias a la espontaneidad de Carey, que desde que pronunciara su ya icónica frase «I think I’ve done enough» el pasado mes de agosto, no ha parado de regalar momentazos casi involuntarios.
Recientemente, otra noticia le ha pillado por sorpresa, y esta le toca de cerca: Nick Cannon, su ex-marido y padre de sus hijos, ha asegurado sus testículos por 10 millones de dólares. Cuando Andy Cohen le pregunta a Carey, durante su entrevista en ‘Watch What Happens Live’, si los «huevos de Cannon valen realmente eso», Carey pide «pasar a la siguiente pregunta». Su cara es un poema. Como diría Melody: «no digo mucho, pero se me entiende».
En el mismo programa -que utiliza preguntas atrevidas enviadas por espectadores- Carey habla brevemente sobre su beef con Eminem y sobre su relación con Whitney Houston, pero sobre todo deja una sorprendente revelación: un dueto con Michael Jackson que nunca ha visto la luz. Se trata de una versión de un clásico de Jackson en la que Carey canta a dúo con el artista y añade nuevos coros. La cantante deseaba incluir esta grabación en ‘Here for it All’, pero cuenta que los herederos de Jackson se lo impidieron porque están preparando «algo muy grande» con el legado del fallecido artista. «Habría sido usurpar lo que están haciendo», señala Carey. Cabe recordar que el biopic de Michael Jackson sigue en pie.
La promo de ‘Here for it All’ ha incluido también entrevistas con Jennifer Hudson, Keke Palmer (más personal y extensa) e incluso SZA, una de las cantantes favoritas actuales de Carey. No podemos dejar de mencionar la emotiva escena en la que Carey, entrevistada por SZA, se emociona al recordar a su madre. SZA gestiona la situación de la mejor manera.
Las escenas divertidas han seguido acumulándose, y el programa de Jimmy Fallon ha aportado varias más. Carey ha vuelto a recordar su álbum de grunge, grabado allá por 1996 y que pretende publicar tarde o temprano. Además, ha participado en un divertido juego de máscaras para adivinar a la persona famosa: a Carey le han tocado artistas musicales como Beyoncé o Taylor Swift, y cuando ha aparecido Lady Gaga, con la pista de que forma parte de la «realeza» del pop, no tarda en adivinarlo (no, no dice Madonna). Cuando le toca describir a ella al famoso, lo peta con Oprah Winfrey, pero con Timothée Chalamet duda.
mariah carey guessing beyoncé, lady gaga & taylor swift while also impersonating oprah winfrey & kim kardashian😭 pic.twitter.com/BtbtGDD0GM
Que Mariah Carey, autora de la famosa frase «I don’t know her», es la «reina del shade», ha vuelto a quedar claro en otro instante viral, en que Carey dedica unas palabras a la institución de los GRAMMY, que históricamente ha ignorado su trabajo. Cuando Kelly se refiere a Carey como «ganadora de Grammys», Carey puntualiza: «No exactamente. Me hicieron de lado. No voy a ser políticamente correcta al respecto, porque pasé mucho con aquello». Carey se refiere a la famosa gala de 1996: hizo la actuación de apertura y sumaba seis nominaciones, pero volvió a casa con las manos vacías.